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Los orígenes de las explosiones se suelen dividir en dos clases:

mecánicos (choques de móviles), electromagnéticos (relámpagos) o neumáticos


(presiones y gases).

 Químicos: de reacciones de cinética rápida.


Una explosión al consistir en una liberación brusca de energía produce un aumento de la
energía cinética local de las moléculas cercanas al centro de la explosión, eso comporta
una diferencia de temperatura y por tanto una dilatación expansiva. Esa dilatación
expansiva es la causa de las ondas de presión u onda expansiva en los alrededores
donde se produce la explosión. Las explosiones se pueden categorizar
como deflagración según si las ondas son subsónicas y detonaciones si
son supersónicas (ondas de choque). Estas velocidades deben considerarse respecto del
medio de propagación (el explosivo).
El efecto destructivo de una explosión es precisamente por la potencia de la detonación
que produce ondas de choque o diferencias de presión subyacentes de duración muy
corta, extremadamente bruscas.
La bomba atómica, por ejemplo, además de producir calor intenso produce presiones
elevadísimas que causan las destructivas ondas de choque. (ver: Bombardeos atómicos
sobre Hiroshima y Nagasaki).
Las erupciones volcánicas son grandes explosiones naturales que son producidas por los
volcanes cuando el magma sale de su interior. Dependiendo de la composición de la lava,
las erupciones varian desde suaves burbujeos magmáticos hasta imponentes explosiones
de materiales, de muchos kilómetros de altura.

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