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Cambio de época.
Movimientos sociales
y poder político,
de Maristella Svampa
Silvina Gavazza
(Estudiante de Sociología - FHUC/UNL)
El presente cometario bibliográfico se enmarca en
un contexto de discusión académica acerca de la iden-
tificación y reflexión sobre los problemas sociológicos
actuales, surgidos como tópicos de investigación a raíz
del abordaje de las transformaciones estructurales (eco-
nómicas, políticas, sociales y culturales) ocurridas en la
Argentina contemporánea desde mediados de la década
del ’70. En particular, el libro de Svampa hace un reco-
rrido por los cambios que el sistema de dominación ha
sufrido desde fines de 2001, momento en el cual se vis-
lumbraron los primeros efectos de la crisis del consenso
neoliberal en nuestro país.
Sobre esta problemática, cabe resaltar la importante
trayectoria de Maristella Svampa en el campo de análi-
sis de la dinámica política y social. Dan cuenta de ello
tanto sus acreditaciones en Filosofía y Sociología, así
como sus prácticas profesionales e intelectuales como
docente, investigadora y escritora1 que fueron perfilando
su actual perspectiva sociológica. Una visión sobre la
realidad social contemporánea que, en términos meto-
dológicos reconoce, por un lado, los fenómenos socio-
históricos complejos e intenta abordarlos teniendo en
cuenta sus diferentes dimensiones y, por otro, obliga a
esclarecer la propia posición del investigador dentro de
1) Pueden mencionarse al respecto sus libros más recientes: Los que
ganaron. La vida en los countries y barrios privados (2001); Entre la
ruta y el barrio. La experiencia de las organizaciones piqueteras (2003,
en coautoría); La sociedad excluyente. La Argentina bajo el signo del
su campo de estudio en tanto que, citando a la autora:
“la escritura sociológica se instala necesariamente en
un espacio de diálogo, de compromiso y, a la vez, de
tensión con una realidad en movimiento” (2009:14).
Los contenidos del libro —desarrollados a lo largo de
doce artículos y divididos en dos partes— intentan apor-
tar ciertos elementos de comprensión y desnaturalización
sobre la política, la sociedad y los movimientos sociales
en la Argentina contemporánea, desde la perspectiva de
una sociología política que retome una mirada regional,
amplia en términos espacio–temporales pero sin aban-
donar por ello los aspectos específicos de nuestras reali-
dades nacionales y el análisis de las subjetividades.
En este sentido, podríamos decir que Svampa estructura
su reflexión alrededor de cuatro ejes centrales: los cam-
bios en las correlaciones de fuerza y sus situaciones tran-
sicionales; la función del Estado y la democracia; el papel
que juegan los movimientos sociales en la construcción de
una nueva institucionalidad; el lugar que pueden ocupar
los intelectuales en el nuevo contexto nacional y regional.
A continuación desarrollaremos las principales dimen-
siones de los temas que constituyen el corpus de la
obra, para luego retomarlos y comentar los argumentos
conceptuales que los mismos proponen.
neoliberalismo (2005); El dilema argentino: Civilización o Barbarie
(reeditado en 2006) y Bolivia. Memoria, insurgencias y movimientos
sociales (en colaboración 2007).

En relación con el primer eje mencionado, la autora con-
textualiza la problemática analizada en torno a la noción
de transición. Así, reflexiona sobre “las nuevas formas que
asume el poder en un escenario más abierto que hace
una década, donde la gran asimetría coexiste con la po-
sibilidad más real de un cambio en la relación de fuerzas”
(2009:36). Aquí, Svampa se refiere al “cambio de época”
o, al menos, a la apertura de una etapa de transición
que parece contraponerse al período anterior, marcado
por la sumisión de la política al Consenso de Washington,
en nombre de una globalización unívoca e incontestable.
Ahora bien, el reconocimiento de ciertos procesos socia-
les y políticos (como la circulación de discursos críticos
antineoliberales y de prácticas contestatarias, así como la
emergencia de gobiernos de izquierda o centroizquierda)
como notas distintivas de la configuración del nuevo es-
cenario regional, reflexiona la autora utilizando un vocabu-
lario político–académico, “no significa en absoluto afirmar
que hemos entrado en la etapa del posneoliberalismo o
que hemos instalado ya su agenda” (2009:34).
Lo característico del escenario de transición actual
es que en él coexisten, por un lado, elementos propios
de un segundo momento de la globalización neoliberal,
relacionados con la generalización de un modelo extrac-
tivo–exportador que apunta a consolidar y ampliar aún
más las brechas económicas y sociales impuestas por
el neoliberalismo durante el período anterior2. Y, por otro
lado, el escenario político se complementa con ciertos
elementos que reflejan un contexto ideológico diferente
caracterizado por la retórica antineoliberal y por las con-
secuentes medidas políticas del gobierno de N. Kirch-
ner que, en consonancia con las críticas al modelo que
venían llevando adelante las grandes movilizaciones de
2002, significaron gestos positivos.
En este contexto, el segundo eje mencionado sobre la
función del Estado y la democracia plantea el desafío,
según la autora, de pensar la democracia en términos de
demodiversidad; es decir, de intentar articulaciones crea-
tivas entre las figuras de la democracia representativa y la
democracia directa y participativa, entre lo institucional y
2) Aquí se hace referencia a las llamadas reformas “estructurales” neo-
liberales, económicas primero, pero que fueron reconfigurando (desde
mediados de los ’70) el escenario social, caracterizado por la gran
asimetría de fuerzas. Un proceso de redistribución del poder que des-
embocó en una modificación de las relaciones de clase, repercutiendo
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lo no institucional, entre el espacio público estatal y el no
estatal. Este tema se torna central ante la emergencia de
numerosos movimientos sociales que no se identifican ni
política ni ideológicamente con la tradicional concepción
de la democracia liberal y representativa, sino que se
erigen como portadores de otras concepciones, ligadas
a la democracia directa y participativa, más acordes con
sus formas de organización y acción, que generan nue-
vas formas de sociabilidad y resistencia.
Estrechamente relacionado con esto se encuentra el
tercer eje de reflexión, que se refiere al papel que desem-
peñan en el escenario actual los movimientos sociales:
actores colectivos plurales que han ampliado su repre-
sentación discursiva en relación con la sociedad y que,
insertos en un campo multiorganizacional, asumen una
actitud proactiva en defensa de sus heterogéneas de-
mandas. En este sentido, según Svampa, la constitución
de un nuevo ethos militante —en función de su iden-
tidad territorial y de su opción por la acción directa, la
defensa de una democracia asamblearia y la demanda
de autonomía— ha otorgado a estos movimientos con-
trahegemónicos la posibilidad de abrir nuevos espacios
de participación popular. Asimismo, a partir de desarrollar
vínculos y generar una articulación con los nuevos gobier-
nos de izquierda, se abre el desafío, según la autora, de
construir una nueva institucionalidad, en pos de avizorar
conjuntamente la salida del modelo neoliberal e impulsar
una matriz más igualitaria de las relaciones sociales.
Finalmente, el último eje que plantea la autora para la
reflexión sociológica se vuelca sobre la propia ciencia so-
cial y examina la posibilidad de criticar el modelo acadé-
mico hegemónico, con miras a construir un modelo al-
ternativo. Svampa considera que en la sociedad actual,
caracterizada por importantes fragmentaciones inter e
intra–clase y dominada por matrices sociales fuertemen-
te jerárquicas, la constitución de los intelectuales como
una clase media superior ha derivado en una suerte de
encapsulamiento elitista que dificulta la vinculación con
esos otros mundos que constituyen sus objetos de es-
tudio. En este plano, recuerda la figura del intelectual
sobre la autorepresentación de cada grupo social y ubicando, por un
lado, a los sectores dominantes con su poder económico y político
concentrado y, por otro, a los sectores medios y populares que atra-
vesaban por un período de fracturas sociales, quiebres identitarios y
nuevos procesos de exclusión.
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crítico, a su criterio propio de otras épocas, que sí era
capaz de retomar e identificarse con el pensamiento
contestatario. En este sentido, la autora reflexiona sobre
las posibilidades que establece el reciente cambio de
escenario regional para considerar la apertura de nuevas
vías de articulación entre lo académico y lo político.
Así, Svampa plantea la hipótesis —que, en el fondo,
no representa una novedad en el panorama histórico de
la sociología latinoamericana— según la cual una vía
posible para retomar el compromiso social del intelec-
tual crítico es el modelo de la “investigación militante”
que, a diferencia del carácter pretendidamente neutro,
desapasionado y distante del modelo hegemónico, su-
braya tanto el carácter inmanente de la reflexión como
el carácter anfibio del intelectual investigador. Esto es,
su capacidad de integrar y equilibrar las características
tanto del intelectual académico como las del militante,
sin desnaturalizar ni uno, ni otro: una figura capaz de
habitar y recorrer varios mundos (controlando que su
nivel de involucramiento no suponga una inmersión ple-
na), y de desarrollar, por ende, una mayor comprensión
y reflexividad sobre las diferentes realidades sociales y
sobre sí mismo, que le permita la producción de un tipo
de conocimiento académico que vaya más allá de la
visión de los actores; es decir, manteniendo su única
naturaleza como investigador, por encima y a partir de
las ambivalencias o de las dobles pertenencias.
Hasta aquí, hemos hecho un recorrido por los principa-
les ejes, temas y conceptos clave que Maristella Svampa
desarrolla en su libro “Cambio de época…”.
Frente al escenario compuesto, Svampa reflexiona sobre
los cambios en las correlaciones de fuerza, bajo una lógica
de continuidad y ruptura que permite reconocer —en el en-
trecruzamiento de ambas tendencias— la importancia que
cobran (en la actualidad) las ambivalencias y tensiones
“sea que observemos la dinámica social y política ‘des-
de abajo’ como ‘desde arriba’, a partir de una perspec-
tiva micro o macro social, o sea que llevemos a cabo
un análisis que contemple la multiescalaridad, esto
es, los diversos niveles de acción y sus diferentes es-
cenas (local, regional, nacional y global)”. (2009:13)
Este argumento conceptual atraviesa toda la obra.
Pero, en principio, podemos dar cuenta de él si retoma-
mos el tema central del libro. Así pues, cuando la autora
analiza el surgimiento de la “nueva etapa de transición”,
afirma que esta situación
“se inserta en un espacio de geometría variable donde se
entrecruzan diferentes tendencias: por un lado, aque-
llas que muestran una ruptura con el modelo exclu-
yente instalado en los noventa (con todas sus comple-
jidades y matices nacionales); por otro lado, aquellas
que señalan la tentativa de reconstrucción de una go-
bernabilidad neoliberal, por medio de la continuidad
y la profundización de esquemas de disciplinamiento
económico, social y político”. (2009:12)
Cabe mencionar que, al respecto de dichos rasgos de
ruptura, más arriba hemos hecho referencia a aquellas
características propias del contexto ideológico del nuevo
escenario político. Por otra parte, puede considerarse la
mención al desarrollo de un modelo extractivo–exporta-
dor, como un rasgo de continuidad.
En este sentido, y fundamentalmente en la primera
parte del libro, Svampa se aboca a la descripción y ex-
plicación de las lógicas complejas y las tensiones es-
pecíficas que atraviesan a ciertos procesos generales
ocurridos en el país (y que se relacionan entre sí de
un modo no puramente lineal), tales como: la composi-
ción y dinámica del modelo neoliberal consolidado en la
Argentina de los ’90, las consecuentes luchas sociales
que han surgido en repudio a dicho modelo y que fueron
protagonistas en el escenario político caracterizado por
la “crisis” del régimen, la fase abierta por el gobierno
de Kirchner y los balances de su gestión en función del
análisis de las medidas políticas, económicas y sociales,
que caracterizaron su proyecto, entre otros.
Asimismo, la autora vislumbra la compenetración entre
dichos elementos de continuidad y ruptura, a partir de
un seguimiento (a lo largo de la segunda parte del libro)
mucho más particularizado de la dinámica social, por
medio del análisis de ciertas experiencias locales que, a
su entender, permiten el acceso a algunas de estas cla-
ves de la historia reciente. En este sentido, al observar el
desarrollo de ciertos fenómenos nacionales, tales como
la dinámica asamblearia, el funcionamiento de los movi-
mientos piqueteros, la organización de los desocupados,
el rol de los ahorristas argentinos, el suceso de Croma-
ñón, etc., Svampa resalta la importancia que cobra, en
el imaginario social, la generalización de las formas de
acción colectiva que se derivan de dichas experiencias.

En tercer lugar, es posible mencionar otro tipo de ar-
gumento conceptual que Svampa considera al abordar
el análisis de la dinámica sociopolítica: este es, la impor-
tancia de las luchas sociales como elemento dinámico
de la realidad social. Alrededor de esta noción, la autora
se posiciona —a la vez, teórica y epistemológicamente—
y afirma que “la dialéctica entre estructura y acción debe
dar cuenta de estas luchas, lo cual supone incorporar
en el análisis el reconocimiento del poder de agencia
de los sujetos, sobre todo en términos colectivos, hoy
expresados por los movimientos sociales” (2009:24).
Así pues, el abordaje de la situación actual (atravesada
por procesos de descomposición y recomposición social)
supone la comprensión de que, dadas ciertas condicio-
nes estructurales, la observación de las posibilidades de
apertura hacia nuevos escenarios implica el reconoci-
miento de las formas en que, parafraseando a Marx, los
hombres hacen su propia historia bajo aquellas circuns-
tancias con que se encuentran directamente, que exis-
ten y les han sido legadas por el pasado.3
Para dar cuenta de estos argumentos, podríamos
retomar las consideraciones planteadas en torno a los
ejes sobre las funciones del Estado y la democracia,
y sobre el papel que juegan los movimientos sociales
en la construcción de una nueva institucionalidad. En
este sentido, Svampa analiza las tensiones políticas
entre los diferentes movimientos sociales y las agen-
cias del Estado, considerando las lógicas instituyentes y
destituyentes que se observan en las diversas acciones
de cada grupo. Por ejemplo, el hecho de que en el es-
cenario actual la presencia activa de los movimientos
sociales ejerzan cierta presión sobre poder político, en
tanto la visibilización de las demandas y condiciones de
numerosos sectores sociales cuestiona las funciones re-
presentativas del Estado, debe complementarse con la
observación de los riesgos y obstáculos específicos que
cada situación plantea. En este sentido, la autora da
cuenta de cómo determinadas acciones de cooptación
política resultan destituyentes y, por el contrario, cómo
el respeto y la articulación entre las agencias del Estado
y la Sociedad podrían generar acciones instituyentes.
3) Esta idea de Marx se encuentra expresada en el “18 Brumario de
Luis Napoleón Bonaparte”.
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Finalmente, cabe un comentario sobre la concepción
general de Svampa acerca de la realidad social, puesto
que a partir de ésta, la autora plantea el desafío para las
ciencias sociales de elaborar paradigmas comprensivos
que reconozcan la porosidad existente en las fronteras
entre saber académico y prácticas políticas y sociales. En
este sentido, según la autora, uno de los problemas más
serios en nuestras sociedades actuales es la ruptura de
solidaridades sociales que se reflejan en la desconexión
sociocultural “entre la ciudad y los suburbios, entre el
centro y la periferia, entre los incluidos y los excluidos,
entre el primer mundo y el cuarto” (2009:40). Así pues,
desde esta perspectiva Svampa considera que es tarea
de los intelectuales de hoy pensar dichas desconexiones
creativamente, tratando de establecer cruces y puentes
que permitan la acción instituyente que significa la posi-
bilidad de construcción de solidaridades mayores.
Al respecto, cabe aclarar que Svampa se posiciona
frente a su objeto de estudio desde la perspectiva que
actualmente asumen quienes, como ella, se consideran
“sociólogos militantes y críticos”. Y, tal como se lo pro-
pone, realiza un tipo de lectura e intervención que busca
potenciar la multipertenencia y la reflexividad. Este ca-
rácter anfibio se evidencia en las múltiples dimensiones
que la autora investiga y explica sobre los fenómenos
sociales que aborda en su obra.
A modo de cierre, vale decir que el libro de Maristella
Svampa constituye un análisis sumamente interesante,
en mi opinión, para quienes nos estamos formando en
la disciplina sociológica. Particularmente, la reflexión so-
bre esta lectura, constituye una práctica que considero
valiosa puesto que el libro otorga herramientas teórico–
metodológicas desde su estructuración misma. Además,
es ejemplar la coherencia y claridad de la autora, a lo
largo de todo el libro, en relación al desenvolvimiento de
los contenidos. La propuesta de contribuir en el desa-
rrollo de nuevas opciones políticas es algo que Svampa
plantea desde una perspectiva crítica que respeta y fo-
menta la libertad de elección y expresión de las identi-
dades particulares. En este sentido considero valioso el
aporte de pensar nuestra disciplina “en el vaivén que se
establece entre el pensamiento y la acción, la teoría y la
praxis transformadora” (2009:33).