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•Trialismo jurídico.
Teoría jurídica que sostiene que el fenómeno jurídico es una totalidad compleja denominada “Mundo
jurídico” y propone su estudio mediante el análisis de tres grandes elementos que lo integran: hechos,
valores y normas.
GOLDSMITCH sostiene que ese “Mundo Jurídico” resulta identificable, en definitiva, por las posibilidades
de realizar la justicia en la realidad social y en las normas.
Norma - Dimensión normológica: elemento considerado como un evento jurídico, que enlaza a los
demás factores.
Es la captación lógica de las conductas y debe contener una interpretación fiel, exacta y adecuada a
los hechos para llegar a la verdad social.
Esta dimensión se da desde el momento en el que el derecho es un sistema, conjunto u ordenamiento
de normas coactivas e institucionalizadas.
Las normas pueden estar formuladas expresamente, o no estarlo. La formulación expresa más
difundida es la escritura (normas escritas).
Hay también normas no escritas o no formuladas expresamente. Tradicionalmente se las ha
llamado consuetudinarias.
Valor – Dimensión dickelógica: el derecho es ante todo un juicio de valor. Una actividad humana
que inevitablemente se refiere a valores cuya luz se deben ajustar a las relaciones.
El derecho es un elemento básico de la vida social, cuyo análisis adecuado incluye a triple dimensión
(norma, hecho social y valor).
Conviene advertir que los valores tienen su contravalor o su disvalor; así, "justicia-injusticia";
"seguridad-inseguridad", etc. A veces, un valor tiene en contraposición más de un disvalor; el
valor poder tiene, por defecto, el disvalor anarquía, y por exceso el disvalor opresión (o
absolutismo, o autoritarismo, o totalitarismo).
•El derecho natural.
El derecho natural de nuestra época está vinculado al tomismo y "considera que la regla de derecho y la
misma idea de derecho cobran contenido ético y valorativo, no de la voluntad pura e irrestricta de la
sociedad política sino de la ley natural".
Dios y el derecho natural estuvieron presentes en los primeros documentos del constitucionalismo. La
Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa de 1789 no es otra cosa
que una declaración solemne de los derechos naturales, inalienables y sagrados del hombre que reconoce y
declara, bajo los auspicios del Ser Supremo, los derechos del hombre y del ciudadano
Los derechos naturales son la parte más importante de lo que en nuestra Constitución, integrada por el
conjunto orgánico y sistemático de ideas, valores y principios históricos, filosóficos, morales, sociológicos,
jurídicos, políticos, económicos, etc., que hacen a la esencia inmanente e inmutable de la Nación y que
conforman la Doctrina Constitucional de Mayo.
El derecho natural no es norma; es otra cosa: es valor. La norma aparecerá recién en el derecho positivo.
El derecho positivo tiene validez y vigencia mientras sea manifestación del natural. El natural tiene regencia
en la medida en que se positiviza.
Derecho Constitucional tiene como objeto de estudio las instituciones políticas que constituyen o fundan el
Estado. Aquellas que establecen el aparato del gobierno estatal, precisando el ámbito personal (la población)
y territorial (el territorio) en el que se ejerce el poder estatal y regulan la organización y el funcionamiento
de los órganos del aparato estatal (la forma de gobierno), las relaciones de éstos con los ciudadanos (la
forma de Estado) y la distribución territorial del poder (la estructura territorial del Estado).
Una diferenciación que conviene tener presente es aquella que distingue entre estructura
constitucional y proceso constitucional.
El sistema constitucional tiene una íntima relación con las siguientes disciplinas: la Ciencia Política, el
Derecho Administrativo, la Economía Política, la Sociología, la Historia, el Derecho Constitucional
Comparado, el Derecho Nacional e Internacional de los Derechos Humanos, entre otras.
Un ejemplo serían las leyes que determinan hasta dónde un capital extranjero puede invertir en un
país.
Con la Ciencia Política: La Ciencia Política es la encargada de estudiar la manera en que se ejerce el
poder y los fenómenos derivados del mismo. Como punto de partida es necesario definir el panorama
de estudio de la Ciencia Política, así como el concepto de la misma.
Se entiende por Ciencia Política "la disciplina cuyo objeto es el estudio sistemático del gobierno,
también abarca el origen de los regímenes políticos, su estructura, funciones, instituciones, las
formas en que los gobiernos identifican y resuelven sus problemas socio-económicos así como las
interacciones entre grupos e individuos claves en el establecimiento, mantenimiento y cambio de los
gobiernos".
En ese orden de ideas, el poder debe tener un sustento legal para poder ejercerse en una sociedad
democrática, por lo que es necesario que dicha potestad sea regulada por el Derecho, el cual consiste
en un "sistema de normas, principios e instituciones que rigen de manera obligatoria el actuar social
del hombre para alcanzar la justicia, la seguridad y el bien común"
Ambas ciencias comparten el mismo objeto material (el Estado o el régimen político), pero
diverso objeto formal (el Derecho Constitucional brinda el encuadre jurídico del fenómeno
político).
Con otras ciencias de la conducta (Sociología, Psicología Social, Antropología): No hay dudas
tampoco, desde una tesitura iusfilosófica trialista que prioriza al sustrato de conductas contenidas en
el llamado mundo jurídico, de que hay fluido contacto entre el Derecho Constitucional y las Ciencias
de la Conducta.
Basta para ello evocar el tema de la vigencia, o de las mutaciones constitucionales, o de la fuerza
normativa de la Constitución, o de las fuerzas políticas que operan sobre el aparato gubernamental.
Por lo demás, no debe olvidarse que la Constitución es ante todo obra cultural.
Con la Historia: Los procesos históricos sirven para entender en parte el presente constitucional. El
preámbulo de la Constitución Argentina habla del "cumplimiento de pactos preexistentes", y su
factura responde en parte al modelo histórico-tradicional, en la clásica tipología de Manuel García
Pelayo.
Esta condición histórica pertenece de tal modo a la sustancia de cualquier texto constitucional
concreto que pretende entenderla de una manera recortada y defectiva, o lo que es lo mismo, no
entender casi nada.
La técnica de investigación es el procedimiento que se utiliza para obtener los datos de la realidad sobre
los cuales, previa selección de ellos, se aplicará al razonamiento.
Cabe aclarar que el método se descompone en una serie de opciones o alternativas, que son las técnicas.
Conforman mecanismos de recolección de información.
De las técnicas cuantitativas. El primer caso es la obtención de la mayor cantidad de datos posibles
referentes al tema que aborda.
Por eso, como su nombre insinúa, se refiere al uso de modelos matemáticos o numéricos.
A título de ejemplo, cabe citar a las estadísticas, que facilitan la exposición y comprensión de los hechos
políticos, así como también a los estudios comparativos sobre las variantes que se producen en el
resultado de las encuestas con el transcurso del tiempo.
De las técnicas cualitativas. La observación de los hechos de la realidad es lo que usualmente aplican los
investigadores. La observación puede ser directa o indirecta, y en ambos casos, extensiva o intensiva. La
observación extensiva es la que se aplica sobre datos que sirven como muestras representativas.
Técnicas de elaboración, interpretación e investigación:
Las primeras tienen que ver con el proceso previo al establecimiento de una Constitución, y deben ser
tenidas muy en cuenta por sus redactores.
Por otro lado, hallamos las famosas técnicas de interpretación, que aluden a las estrategias que el
intérprete despliega para determinar el sentido y significado de una norma constitucional.
Las técnicas de investigación —ya dijimos—, pueden ser cualitativas o cuantitativas. Podemos
mencionar las encuestas, estadísticas, documentos, etc., útiles para conocer y acumular los datos y
hechos relacionados con el objeto de la investigación.
b) Enfoques.
Enfoque metodológico: Una vez obtenidos todos los datos y hechos posibles sobre el tema, corresponde
aplicar sobre ellos un enfoque metodológico.
El enfoque consiste en el procedimiento empleado por el investigador para seleccionar los actos y
hechos obtenidos durante el uso de las diversas técnicas de investigación. Los enfoques son criterios
adoptados por el investigador para encarar el estudio de los fenómenos políticos desde un punto de vista
determinado.
Parte de la doctrina establece una clasificación importante al respecto, estableciendo entre ellos:
- El enfoque positivista, que aspira a la comprensión de los fenómenos constitucionales tal como se
presentan en la realidad y excluyendo todo criterio valorativo.
- El enfoque histórico, basado sobre el empirismo y la causalidad determinista, es otro de los enfoques
utilizado en el proceso metodológico del Derecho Constitucional.
- El enfoque jurídico, se encuentra en la selección de todos los fenómenos de la vida jurídica y de los
hechos positivos que los representan. Está compuesto por los elementos lógicos de la relación jurídica,
tales como las constituciones, leyes y sentencias judiciales.
- El enfoque sociológico, concentra la investigación del Derecho Constitucional en la realidad social tal
como se presenta, considerando que el Derecho es simplemente una manifestación de la misma.
- El enfoque político, parte de la idea de que el Derecho Constitucional resulta del real funcionamiento
de las instituciones estatales y sólo en mínima parte del texto de una constitución.
- El enfoque económico, que selecciona los datos políticos provenientes de las relaciones de
producción.
- El enfoque del comportamiento político que, a través de la aplicación conjunta de los enfoques
sociológico, psicológico y antropológico, procura encontrar uniformidades en las conductas de los
grupos sociales que producen las estructuras sociales, las instituciones, las ideologías y las leyes.
- Enfoque integral, que importa analizar un fenómeno político mediante la aplicación simultánea de
todos los restantes enfoques.
c) El método.
Como se sabe, el primero —usado fundamentalmente por las ciencias denominadas formales, como la
Matemática y la Lógica— se caracteriza por partir de premisas generales, para arribar a conclusiones
particulares. El ejemplo de método deductivo lo configura la estructura lógica del silogismo.
El método deductivo consiste en considerar los elementos generales para formular conclusiones
particulares sobre la base de la especulación.
El otro gran método es el inductivo. Propio de las llamadas ciencias fácticas —como la Biología o la
Medicina—, el inductivismo metodológico toma como punto de arranque al dato individual y concreto,
para luego estar en condiciones de proyectar una conclusión más general.
El método inductivo consiste en considerar los elementos particulares para formular conclusiones
generales sobre la base de la observación.
CARLOS NINO decía que la Constitución configura la "carta de navegación" de una sociedad, y no estaba
errado. Las aspiraciones ("constitucionalismo aspiracional"), las ideas de Derecho, los valores y las
creencias de un pueblo, están volcados en la Constitución, principalmente en lo que es la "Constitución de la
Constitución", que es el Preámbulo.
Este carácter más difuso, si se quiere, de la norma constitucional ha hecho que muchos la confundan con un
documento más político que jurídico, o lisa y llanamente, que se le haya negado valor jurídico o normativo a
la Constitución. La brecha entre lo normado y la vivencia, entre validez y vigencia, entre norma y realidad,
particularmente en América latina, ha contribuido por lo demás a esa falsa percepción, que tanto mal ha
hecho a la práctica del constitucionalismo.
•Concepto político.
Muchas veces, en cambio, se había buscado adrede tener un concepto "político" (profundamente
ideologizado) antes que jurídico de Constitución.
La versión francesa del constitucionalismo político
La Revolución Francesa, y por ende la matriz francesa del constitucionalismo, hizo mucho por circular esta
particular visión. La Constitución se erige así ante todo y sobre todo como credo político, como la "Biblia de
una religión laica".
De allí el carácter profundamente abstracto de las Constituciones de esta corriente, vinculadas al concepto
"racional-normativo".
Sencillamente no hay "un" documento (como tenemos nosotros o hay en los Estados Unidos) que reúna en
un libro a toda la preceptiva de cariz fundamental (constitución formal, v. cap. IV). El "modelo de
Westminster" se monta sobre la base de la supremacía del Parlamento, no de la Constitución. Y el
Parlamento emite leyes, que no tienen formalmente una cotización distinta de las que registra la mencionada
Carta Magna.
Si la base del sistema político británico es el Parlamento, y éste es un órgano político por antonomasia dado
su origen netamente electoral (al menos la Cámara de los Comunes), no cuesta mucho caer en la cuenta por
qué aquí también estamos en presencia de un constitucionalismo político, aunque con otro sesgo que el
francés.
Claro que Gran Bretaña tiene un afinado servicio de justicia. Pero los jueces británicos, incluida su flamante
Corte Suprema inaugurada en octubre de 2009, carecen de competencia constitucional: no podrían
enmendarle la plana al Parlamento y declarar la invalidez constitucional de una ley o de un reglamento.
•Validez.
La noción de "validez" remite claramente a una noción jurídico-formal. Dentro de este patrón, una norma
resulta válida, cuando está de conformidad y ha sido dictada con arreglo a los procedimientos prefijados en
una norma de rango superior.
•Vigencia.
La vigencia, por el contrario, es un fenómeno completamente distinto, que se mueve en el plano o dimensión
de las conductas. Procura desentrañar si la regla o enunciado normativo, halla su correlato en las conductas o
comportamientos tanto de gobernantes cuanto de gobernados.
Bidart Campos expresaba, al contestar el interrogante de cuándo una Constitución resulta vigente, que "en el
momento de establecerse una constitución, el autor de ella describe normativamente un orden de repartos, y
emite en sentido psicofísico un mandamiento general que es un deber ser real. Pero ese primer reparto no
basta para que la constitución adquiera vigencia, para que la mantenga, y para que sea una constitución real
o material. Dijimos que hace falta lo más importante: que al deber ser real contenido en el reparto originario
efectuado por el autor de la constitución, le sigan tantos deber-ser-reales futuros cuantos repartos haya que
realizar conforme a las normas con que la constitución los ha descripto".
ACKERMAN plantea la existencia de dos modelos: el mecanicista (la Constitución como una pieza de relojería,
fruto de los frenos y contrapesos entre los diversos poderes coordinados) y el organicista (la Constitución
como un ser vivo). Los dos enfoques son necesarios. Una Constitución diseña un plan de gobierno que tiene
mucho de mecánico. Pero también las Constituciones poseen un "ciclo vital": nacen, se desarrollan, se
enmiendan, mueren, y dan paso a otras.
Empero, si damos por cierta la diferenciación, como se dijo, entre "constitución formal" y la "constitución
material", es decir, entre la letra y la realidad existencial, no costará mucho aceptar la existencia de estas
situaciones.
Aquí estamos frente al caso inverso. La constitución material bloquea la vigencia de una norma de la
Constitución formal.
Hay veces que son los tribunales los que ofrecen una visión distinta del texto constitucional, pese a que está
escrito, es rígido y supremo. Se verifica de ese modo la mutación constitucional por interpretación.
En la medida en que las corrientes neoconstitucionalistas cada vez más han potenciado el rol de los jueces y
tribunales, es dable constatar un incremento de esta clase de mutación constitucional.
La desconstitucionalización
Tanto las formales como las materiales se subdividen en directas e indirectas, según que exista una relación
inmediata con los contenidos constitucionales o no.
La tipificación de la Constitución como primerísima fuente del Derecho Constitucional también viene dada
por el hecho de ser codificada o dispersa. Tal como fue insinuado, en el primer caso, la supremacía va anexa
a la codificación constitucional, y de allí su carácter de fuente primordial del ordenamiento jurídico.
GUSTAVO Z AGREBELSKY, PRESIDENTE HONORARIO DE LA C ORTE CONSTITUCIONAL ITALIANA, AFIRMA QUE "ESTA INSTANCIA MÁS
ALTA [LA C ONSTITUCIÓN ] ASUME AHORA LA IMPORTANTÍSIMA FUNCIÓN DE MANTENER UNIDAS Y EN PAZ SOCIEDADES ENTERAS
DIVIDIDAS EN SU INTERIOR Y CONCURRENCIALES.
Los tratados internacionales: En las últimas décadas, se ha asistido a una verdadera "explosión" en la
firma de tratados internacionales de tipo y linaje. Los tratados son convenios (similares a los contratos) que
se anudan entre diversos Estados, o entre Estados y una organización internacional.
LA CONVENCIÓN DE VIENA Un tratado es "un acuerdo, celebrado por escrito, ya conste de un instrumento único o
de dos o más instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominación particular, entre Estados u otros
sujetos del derecho internacional, destinado a producir efectos jurídicos y regido por las normas del derecho
internacional"
Art. 27 del plexo de base cuando señala sin ambages: "El gobierno federal está obligado a afianzar sus
relaciones de paz y comercio con las potencias extranjeras por medio de tratados que estén de conformidad
con los principios de derecho público establecidos por esta Constitución”.
Las leyes: A diferencia de la Constitución, no hay "una" ley, sino una pluralidad de leyes, que es el modo
normal y natural que tiene de manifestarse el órgano Congreso. Al Derecho Constitucional le interesa que
las leyes sean "conformes" al texto supremo. Le suministra al legislador una tabla de materias en donde es
competente. Las opciones depolítica legislativa son resorte exclusivo del Congreso, y los jueces no pueden
inmiscuirse en los criterios de oportunidad, mérito y conveniencia que llevaron a su dictado. Las leyes gozan
de una "presunción de constitucionalidad": la inconstitucionalidad no se presume, como tampoco la
imprevisión ni la inconsecuencia del legislador.
Costumbre o Derecho espontáneo: Generalmente, es sabido que la costumbre tiene particular incidencia
en ciertas áreas del derecho privado, como el mercantil, y en menor medida, el civil (art. 17, Cód. Civil).
Clásicamente, se ha expuesto que la costumbre requiere de dos elementos: a) uno objetivo o material,
consistente en la reiteración de las conductas en el tiempo; b) otro de índole subjetivo psicológico o
espiritual, en virtud del cual existe la convicción de que la norma que se sigue, es jurídica (y no religiosa o
moral).
Cuando la norma jurídico-constitucional es clara o diáfana, no hay dudas de que la interpretación será una
operación sencilla de realizar. Por el contrario, cuando está concebida en términos vagos, ambiguos u
oscuros, requiere un especial esfuerzo de parte del operador judicial. Y es en los casos "en los márgenes" o
"fronterizos", cuando la Constitución se convierte en un "blanco móvil", donde el juez debe jugarse por una
solución que frecuentemente no sea la más ortodoxa y que revela su poder creativo, negado por los
positivismos de cuño normativista.
Derecho comparado: Clásicamente, en el siglo XIX, no se dudaba del impacto del Derecho comparado.
Las grandes construcciones iusprivatistas argentinas, como el Código Civil de Vélez Sarsfield, se basaban en
normativa extranjera, en especial de Francia.
Doctrina: En términos de vinculación concreta, después de la vigencia del derecho romano, rara vez la
doctrina ha sido una fuente obligatoria del Derecho. Empero, esta falta de obligatoriedad no nos debería
llevar a la errada impresión de que la doctrina de los autores (ya que reservamos el nombre de "derecho
judicial" o "jurisprudencia" para la doctrina que pudiesen fijar los tribunales individuales o colegiados) es
insignificante o descartable.
Derecho transnacional: Pero no sólo se cita o referencian fallos de otros países. Hay un nuevo orden
(universal y regional) que aparece reflejado en los textos constitucionales y en las decisiones judiciales: el
Derecho transnacional.
Podemos afirmar que el acto cognitivo de interpretar va a contener como elementos objetivos las formas, las
finalidades y las diferentes técnicas que deberá utilizar el intérprete para obtener un resultado.
Por otro lado, un elemento subjetivo que es la finalidad y el resultado esperado para esta actividad. Que
según sea quién lo haga será la trascendencia inmediata o mediata que tendrá la indagación iniciada. En este
sentido, si fuera el juez, será la relevancia en el mundo jurídico.
Antecedentes históricos:
1) Se debe determinar el significado original del lenguaje al momento que el texto fue redactado y ratificado.
2) El elemento más importante para interpretar es el texto, y se hará de acuerdo al posible significado que
hubiera tenido al momento de su elaboración y sanción.
3) Si existe más de una interpretación posible, el propósito la estructura y la historia para despejar la
ambigüedad.
4) Se toma también la jurisprudencia creada por funcionarios públicos o doctrinarios a la fecha de sanción
de la Constitución, pues ellos tenían exacto conocimiento de las palabras por ser contemporáneos a la fecha
de la sanción de los valores sociales y las técnicas de interpretación del momento.
Afirman que para los Padres Fundadores de la Patria la Constitución tiene un significado históricamente fijo
y conocido.
LOS EVOLUCIONISTAS conciben a la Constitución, no con un sentido fijo, sino con una visión dinámica pensando
en que debe ser adaptable a la sociedad en el tiempo en que se debe aplicar. En ese mismo sentido entienden
que los Fundadores de la Patria redactaron el texto de tal manera que el mismo se mantuviera vivo, usando
para ello normas de textura abierta y amplia, y de esa manera dotarla de una elasticidad necesaria para su
adaptación en el tiempo.
Análisis comparativo.
Desde un punto de vista comparativo la Argentina, México y Brasil, sin perjuicio de la existencia de otros
sistemas americanos similares, comparten la forma de controlar sus Constituciones con particularidades
propias y siguiendo el modelo neorromanista.
Los fallos de la CSJN adquieren ejemplaridad respecto del resto de los tribunales inferiores, pero no
obligatoriedad. Lo cual desde el punto de vista de la interpretación constitucional se ubica en una posición
intermedia entre permitir la libre aplicación de métodos interpretativos, y la imposibilidad de realizar
interpretaciones cuando el Máximo Tribunal se hubiera expedido al respecto.
¿Qué es y cómo se conforma un fallo plenario? El procedimiento es el siguiente: se reúnen en pleno todos
los integrantes de las distintas salas de alzada del fuero, y con voto personal, se somete a consideración un
tema, el que una vez votada la interpretación que obtenga más votos, será la que se impondrá como
obligatoria a los tribunales inferiores del fuero, impidiendo de esta manera que existan en el mismo
interpretaciones divergentes respecto de un tema que se hubiere planteado.
Se puede sostener entonces que la existencia de los fallos plenarios en nuestro sistema tiene una relación con
la interpretación realizada con la Corte de EE.UU.
•Tipos de interpretación.
Nuestra Corte Suprema de Justicia desde 1864, en histórico fallo, ha declarado ser la última y suprema
intérprete de la Constitución Nacional. De esta forma la interpretación plasmada en sus fallos es obligatoria
para los Tribunales inferiores, con las particularidades ya apuntadas.
El texto constitucional, además, fija pautas de convivencia generales, que tienden a gobernar la vida de
generaciones presentes y futuras. En cambio, la ley común tiende a entender las circunstancias fácticas, o las
exigencias sociales que le impone el ámbito social donde se desarrolla, es actual, casuística, puntual.
Interpretación literal: Pues si surge claro del texto su contenido e intención, no es necesaria la
actividad interpretativa para su aplicación.
Además la interpretación literal puede ser alcanzada por dos formas diferentes de aplicación. La
llamada interpretación literal extensiva y la restrictiva.
La interpretación literal extensiva se utiliza cuando en la norma constitucional existe algún precepto
que, si bien no fue concebido para aplicar en la actualidad, tiene un contenido que permite hacer una
actualización del concepto razonablemente aplicada, de donde se infiere que no existe impedimento
ni contradicción en su aplicación.
Este precepto suele ser utilizado cuando se aplican reglas dinámicas o progresistas de interpretación.
Difícilmente podría encuadrarse si se tiene una visión historicista o estática de la misma.
La interpretación restrictiva en el método literal, debe ser prudentemente aplicada, pues el resultado
debe ser razonable en el punto que no aparezca como arbitrario o inconstitucional. Como ejemplo
puede citarse cuando el texto de la Constitución Nacional prevé privilegios para determinados
sectores y que frente a la hipótesis de cumplir con la manda constitucional, no se lo elimine, pero
tampoco se halle contrapuesto con, por ejemplo, el art. 16 del texto, donde ubicamos el principio de
igualdad ante la ley.
Interpretación auténtica: Es la que se realiza por el mismo órgano que generó la norma. La
importancia de la interpretación auténtica radica en que al ser el mismo originador de la norma tiene
más antecedentes para llegar a concretar cuál fue la voluntad del legislador, al momento de la
sanción. Cuando se trata del texto constitucional, los diarios de sesiones son una importante fuente
de información para conocer los verdaderos fines del legislador.
Interpretación científica o doctrinal: Este tipo de interpretación es la que realizan los expertos del
derecho, los doctrinarios, pero reconocen limitaciones al decir del DR. CARNOTA:
"...EL PESO DE LA OPINIÓN DE LOS AUTORES, MÁS ALLÁ DE SU FORMACIÓN INTELECTUAL O SU SOLIDEZ INTELECTUAL, TIENE QUE
VER CON EL GRADO DE RECEPCIÓN POR LOS OPERADORES JURÍDICOS OFICIALES (EL LEGISLADOR, EL ADMINISTRADOR, EL JUEZ)...".
Es la que realizan los jurisconsultos libres, buscando siempre la interpretación de la ley. Es un tipo
de interpretación que presupone el estudio histórico, objetivo, indagando en diferentes fuentes y
realizando diferentes construcciones que se dirijan a elucidar las dudas o nuevas aplicaciones que las
distintas normas constitucionales en estudio les plantean. Son de gran utilidad para el Poder Judicial
en especial.
Interpretación objetiva y subjetiva: Es la que plantea la dicotomía sobre si se debe optar al utilizar
métodos de interpretación distintos, entre lo que quiso decir el autor al elaborar la norma, o lo que
dice la norma despojada de la voluntad del autor.
También merece especial atención lo referido a la suscripción de Tratados sobre Derechos Humanos,
que fueran oportunamente jerarquizados a nivel constitucional.
En efecto, hasta la reforma de 1994 existían en nuestro ordenamiento leyes que incorporaban al
derecho interno dichos tratados, con una interpretación acorde a su jerarquía, y luego de la reforma
de ese año, y a raíz de dicha jerarquización debió modificar la interpretación dada en años anteriores.
Interpretación previsora: Este tipo de interpretación contiene en definitiva una finalidad u objetivo
pragmático, que es la interpretación que exige al juez, que realice un segundo análisis en el sentido
de los efectos que va a producir la interpretación que se va a aplicar, pues si los efectos de la
aplicación del precepto van a producir consecuencias sociales o económicas disvaliosas se tornaría
prudente optar por otra decisión.
•Interpretación judicial.
Es la que realizan los jueces, es decir, que como integrantes del Poder Judicial ejercen una función que
específicamente les corresponde (arg. art. 116, C.N.) y lo hacen a través de sus sentencias, las que según la
jerarquía institucional del Magistrado será la trascendencia que tendrá en la relación jurídica. En efecto, si la
opinión es del Máximo Tribunal y define temáticas de compleja definición, dicha sentencia adquirirá
ejemplaridad en nuestro sistema.
En el caso "Sejean", por ejemplo, antecedente jurisprudencial de la actual ley de divorcio, se combinan
distintos tipos de interpretación, que se utilizaron para declarar la inconstitucionalidad del impedimento
legal de la ruptura del vínculo matrimonial.
En efecto, una parte del Tribunal realizó, entendemos, el siguiente razonamiento. Si la sociedad no separa y
acepta las uniones de personas y conformación de familias, vía otros ordenamientos jurídicos, ineficientes en
nuestro sistema, y al no existir impedimentos generados por el Constituyente en el texto cimero, no
encontraron óbice para negar a los requirentes la capacidad nupcial nuevamente, declarando la
inconstitucionalidad de la norma que impedía el divorcio. Es decir que esos jueces realizaron una
interpretación dinámica del texto constitucional.
•Problemas de la interpretación.
1) La ambigüedad y la vaguedad las podemos ubicar dentro de las indeterminaciones semánticas.
Indeterminaciones semánticas:
En efecto, nuestra Constitución por su condición de ser escrita y rígida, tiene que buscar la perennidad y
estabilidad de sus normas.
También, por la misma razón de ser, escrita y rígida, sus normas deben estar dotadas del suficiente
dinamismo a efectos de que la misma se vaya adaptando a los constantes cambios sociales que se produzcan
en la sociedad.
La claridad debe ser otro de los conceptos respetados por el redactor constitucional, evitando la utilización
de términos que admitan más de una definición a fin de evitar confusiones en su aplicación.
La sencillez del lenguaje utilizado es una condición necesaria a efectos de que el texto no sea de carácter
elitista, donde sólo los expertos pueden entenderlo, pues el destinatario es el pueblo y todas las clases
sociales, que deben poder conocerlo.
Ambigüedad:
Existe ambigüedad cuando la definición permite al intérprete la aplicación de más de un sentido a la norma,
puede entenderse de varios modos o admitir distintas interpretaciones y dar, por consiguiente, motivo a
dudas, incertidumbre o confusión.
Vaguedad:
Existe vaguedad cuando la palabra utilizada es imprecisa o indeterminada, es decir, que puede aplicarse para
una u otra situación.
Contradicciones:
Cuando lo que determina una norma se encuentra desmentido por otra norma. Ejemplo: el sostenimiento del
culto católico y por otro lado la libertad de cultos.
Redundancias:
Se dan lagunas cuando no existe una solución normativa para el caso que se debe resolver; aquí ya no
estaremos hablando de interpretación, sino de integración. En principio, y tal como lo prevé el Cód. Civil, no
existen lagunas del Derecho, pues se deben remitir a los principios generales y a la analogía. Por ello
podemos hablar de que existe una heterointegración y la autointegración.
En la heterointegración tomamos de medios externos los elementos necesarios para solucionar nuestro
problema. En cambio en la autointegración, el mismo ordenamiento provee las herramientas necesarias para
darle solución al caso.
En segundo término, con la Constitución nos adentramos en la cultura de una nación. Su escritura refleja el
modo de ser del Estado y de su pueblo, sus valores, principios y su historia.
En tercer lugar, las constituciones de los Estados actuales pretenden involucrar a los ciudadanos en la toma
de decisiones, en la elaboración de leyes y el control de las cuestiones político-sociales. Al respecto, las
sociedades modernas experimentan sustanciales procesos de transformación social, nuevas formas de
producción y organización del trabajo, estructuras de poder, formas de comunicación, sistemas de
estratificación, realidades económicas y políticas de carácter supranacionales, culturas cívicas, protagonistas
sociales y políticos que han dado lugar a un derecho constitucional con más participación del pueblo.
•Concepto de Constitución.
Concepto jurídico o normativo: Constitución como una norma jurídica fundamental suprema que
establece cómo debe ser la estructura de un Estado. Por ello, es un documento solemne que se ubica
por encima de las otras normas del ordenamiento jurídico.
Político: se refiere al movimiento que se llamó constitucionalismo. Alude a la aparición de las
primeras constituciones escritas, con procedimientos complejos para su reforma, cuyo objetivo era
limitar el poder del estado y garantizar el ejercicio de los derechos civiles y políticos.
• Primeras acepciones y evolución del concepto.
Antigua Grecia.
Cicerón la identificaba como el acto legislativo en general; aquello que el emperador ordenaba.
Edad Media.
El concepto se relacionaba con la limitación de poderes y los pactos entre el rey y los ciudadanos.
Estados Unidos el primer país en redactar una Constitución en un documento, como un plan institucional
producto de un acto reflexivo de los hombres.
Parece como ley fundamental, basada en la soberanía popular y una rígida división de poderes, estableció
una república federal con un Poder Ejecutivo unipersonal con el título de Presidente —siendo aquél su
elemento más original— y diseñó un sistema de frenos y contrapesos para limitar a los poderes constituidos.
- La idea de que las nuevas constituciones, sancionadas por la soberanía popular, conformaba una
renovación del contrato social y, por ende, sus cláusulas debían ser redactadas de manera solemne y
completa;
- La convicción de que las constituciones así redactadas, claras y sistemáticas era un medio de educación
política de todos los ciudadanos
•Teorías modernas.
Schmitt elabora la teoría decisionista y define a la Constitución como producto de una decisión del
poder constituyente, una voluntad preexistente que establece la forma y unidad política del Estado.
Considera que la Constitución no es una norma escrita ni un conjunto de normas escritas, sino una decisión
sobre el modo y forma de la unidad política.
Smend ve a la Constitución como realidad integradora que contiene y da vida al Estado, a los
órganos e instituciones públicas, a las fuerzas políticas de un pueblo y todos los cambios que ocurran
en la vida de una sociedad.
Define a la Constitución "como el orden jurídico de un Estado que se diferencia de otros ordenamientos por
su objeto político y de las normas porque éstas son la normatización abstracta de una pluralidad infinita de
casos. La Constitución es la ley individual de una única realidad vital concreta".
Heller conceptualiza a la Constitución como una totalidad que organiza al Estado y estimula la
cooperación entre los individuos de la sociedad.
Para este autor, la Constitución real comprende la Constitución no normada (normalidad) y la Constitución
normada (normatividad).
•Tipologías constitucionales.
Concepto racional normativo: la Constitución es un sistema de normas, establecido de una sola vez y para
siempre, en el que se organiza el Estado, sus órganos, competencias y relaciones entre ellos.
Concepto sociológico: advierte García Pelayo que este concepto es difícil de precisar y distinguir de los
anteriores. La Constitución aparece como una forma de ser, no un deber ser, es el resultado de situaciones y
estructuras sociales del presente. Mientras la concepción racional se sustenta sobre el momento de validez y
la histórica en el de legitimidad, la sociológica, en cambio, se afianza sobre el de vigencia.
•Clasificaciones de Constituciones.
Constituciones puras o impuras: Aristóteles distinguía las constituciones puras de las impuras:
Cuando el dueño único, o la minoría, o la mayoría, gobiernan consultando el interés general se está
ante una Constitución pura. En cambio, cuando gobiernan en su propio interés, sea el de uno solo,
sea el de la minoría, sea el de la multitud, la Constitución se desvía del camino trazado por su fin y es
impura o corrupta.
Constituciones escritas o no escritas: Las escritas tuvieron lugar con el origen del
constitucionalismo y la aparición de la imprenta, son aquellas impresas en soporte papel.
Constituciones no escritas, son las que se identifican con la costumbre y tradiciones, que no constan
en un documento.
Constituciones dispersas o codificadas: Constituciones dispersas, las que se formulan con diversos
actos, legales o consuetudinarios. Las codificadas, en cambio, son aquellas que se formulan en un
único texto y de manera sistemática consignan la organización y funcionamiento del gobierno y los
derechos y garantías a los ciudadanos.
Constituciones rígidas y flexibles: Bryce, en su obra sobre Constituciones rígidas y flexibles,
caracteriza a las primeras porque disponen de procedimientos especiales y complejos para su
reforma, por ejemplo nuestra Constitución histórica de 1853. Las constituciones flexibles, en cambio,
pueden ser reformadas por el poder legislativo a través de una ley, como es el caso de la Constitución
británica.
Constituciones pétreas y parcialmente pétreas: Kelsen, en su concepción pura del derecho,
distingue entre constituciones pétreas y parcialmente pétreas. Una Constitución es pétrea si no puede
reformarse en ningún aspecto con o sin límite temporal, como el caso de nuestra Constitución
histórica de 1853, que no podía ser reformada por el lapso de diez años. Constitución parcialmente
pétrea es aquella que prohíbe su reforma en una o varias de sus partes, por ejemplo las constituciones
de Italia y Francia disponen la no revisión de la forma republicana de gobierno, o la de Estados
Unidos, la composición igualitaria del Senado.
Constituciones otorgadas, pactadas o impuestas: Bidart Campos clasifica las Constituciones en
otorgadas, pactadas e impuestas. La otorgada es cuando un órgano estatal la concede o establece
unilateralmente. La pactada es la que deriva de un acuerdo, compromiso o transacción entre un
órgano estatal y la comunidad, o un sector de ella. La impuesta, cuando emana del poder
constituyente radicado en el pueblo y surge de un mecanismo formal en ejercicio del mismo poder.
Constitución formal y material: Se distingue entre la Constitución formal y material. La primera se
refiere al concepto de Constitución como ley escrita, suprema y fundamental dictada por el poder
constituyente.
La segunda, atiende al régimen político que se da en la realidad, la Constitución vigente en la
sociedad y a las conductas observadas tanto por quienes ejercen el poder como por sus destinatarios.
Constituciones originarias o derivadas: Loewenstein realiza una extensa clasificación de
constituciones. Entre las cuales, podemos mencionar constituciones originarias o derivadas. Son
originarias si contienen principios nuevos u originales para la regulación del proceso político o la
formación del Estado. Son derivadas si sólo adoptan contenidos de constituciones originarias.
Constituciones normativas, nominales y semánticas: Se diferencia entre constitucionesnormativas,
nominales y semánticas. Normativa es toda Constitución que es generalmente aplicada, respetada y
se adecua a la realidad. Nominal, en cambio, no se cumple ni observa en la realidad; sólo en el texto
escrito. Semántica es aquella que se cumple pero no garantiza la democracia, el ejercicio de los
derechos fundamentales ni limita a los poderes públicos.
Constituciones ideológicas o utilitarias: Las constituciones ideológicas se caracterizan por
establecer un sistema axiológico-político determinado con o sin concreción literal. Las segundas no
consagran conjunto de valores, son utilitarias, sólo organizan al Estado.
Constituciones definitivas o de transición: Sagües define como Constitución definitiva a la que
surge después de un proceso de tensiones. Constitución transitoria es la que se dicta en épocas de
tensiones y necesita consolidación. Ejemplos de la primera: nuestra Constitución histórica de 1853;
ejemplos de la segunda: los estatutos y reglamentos dictados en nuestro Estado a partir de 1810 y
hasta la organización definitiva del Estado nacional y estados provinciales.
Constituciones breves y extensas: Una clasificación importante es la que diferencia constituciones
breves y extensas. Los textos breves se relacionaron con el conservadurismo, por ejemplo la
Constitución norteamericana de 1787, que consta de apenas siete artículos. En las últimas décadas,
encontramos constituciones más extensas, por ejemplo la Constitución de Brasil de 1988, con sus
245 artículos y 200 normas transitorias.
Constituciones de cuadros y de masas: Por último, mencionamos la clasificación que distingue
entre constituciones de cuadros y de masas. La primera es aquella en la que élites de diversa
conformación ejercen el poder. En la Constitución de masas, por el contrario, el pueblo tiene mayor
protagonismo y es invocado y exaltado en forma permanente.
•La Constitución Argentina.
Corte Suprema de Justicia de la Nación definió a la Constitución "...como instrumento de gobierno
permanente, cuyo mayor valor no está en los textos escritos que adoptó y que antes de ella habían adoptado
los ensayos constitucionales que se sucedieron en el país durante cuarenta años, sino que se trata de una
creación viva, impregnada de realidad argentina, a fin de que dentro de su elasticidad y generalidad que le
impide envejecer con el cambio de ideas, crecimiento o redistribución de intereses, siga siendo el
instrumento de la ordenación política y moral de la Nación..."
Alberdi describió a nuestra Constitución Nacional como la ley de las leyes, como cimiento de toda la
estructura del Estado. Afirmó que la ley suprema constituye el fundamento obligado de todas las demás
normas jurídicas. Estas últimas son simples desprendimientos o derivaciones de la primera y deben
mantener con ella armonía y homogeneidad.
En cuanto a su tipología, observamos ahora el texto formal, que se estructura sobre tres partes bien
diferenciadas: el preámbulo, los artículos y las Disposiciones Transitorias.
Con la Reforma de 1994 algunos autores consideran que tal rigidez ya no existe, dado que el
Congreso de la Nación con una mayoría agravada puede otorgar jerarquía constitucional a nuevos
tratados celebrados entre naciones.
Con cláusulas pétreas: Como vimos, el art. 30 permite reformar la Constitución en toda o en
cualquiera de sus partes, haciendo tabula rasa del texto existente.
Pactada: por la fisonomía propia de nuestra Constitución la clasificamos como pactada. Bidart
Campos observa que en la Constitución Argentina de 1853-60 hubo un esquema de plan o proyecto
de carácter asociativo. Su texto aparece como la culminación de un proceso gestado
instrumentalmente a través de pactos y de los objetivos preambulares de la "unión nacional" y de la
"paz interior", en conjunto con el afianzamiento de la justicia y el aseguramiento de los beneficios de
la libertad.
Ideológica: en las cláusulas del texto histórico prevaleció la ideología liberal individualista de la
época y se reconocieron derechos civiles y políticos.
Originaria: no existe consenso entre los autores acerca del carácter originario o derivado de nuestra
Constitución. Hay quienes dicen que la forma republicana, representativa y federal de gobierno
adoptada fue copia de la Constitución norteamericana.
Otros, en cambio, postulan que la Constitución histórica es originaria porque surgió de un acto
constituyente embrionario y se completó con otro de igual naturaleza en 1860, al integrarse la
provincia de Buenos Aires a la federación.
Extensa: después de la reforma de 1994 el texto de la Constitución aumentó considerablemente su
volumen, y por este motivo no es posible clasificarla como una Constitución breve.
De cuadros: nuestro constitucionalismo histórico era primordialmente aristocratizante. Recién se
democratizó con el ejercicio de los derechos políticos en 1912 (Ley Sáenz Peña del sufragio
obligatorio) y los derechos sociales previstos en la cláusula del art. 14 bis, en 1957.
Es normativa y nominal: la mayoría de los autores entienden que existen dificultades para que
pueda hacerse efectivo el cumplimiento de la Constitución en el mundo real.
A sujeción al orden jurídico por parte de los órganos constituidos resulta un requisito imprescindible para la
existencia de un Estado de Derecho, pero su concepto no se agota en él, sino que marca sólo su comienzo.
La expresión Estado de Derecho implica, consecuentemente, un conjunto de normas jurídicas que marcan la
estructura institucional de un Estado haciendo ostensibles las principales características de la sociedad que
pretende regular.
El documento en el que se compilan este conjunto de normas recibe el nombre de Constitución. Es dable
precisar que las Constituciones usualmente, aunque no siempre, tienen carácter escrito.
La supremacía —afirmaba Hamilton— significa que el poder del pueblo es superior a los poderes
constituidos.
CSJN— que "El principio de supremacía constitucional (art. 31) impone a todo magistrado la obligación de
examinar las leyes en los casos concretos que se traen a su decisión, comparándolas con el texto de la
Constitución para averiguar si guardan o no conformidad con ésta y abstenerse de aplicarlas, si las
encuentran en oposición a ella; constituyendo esa atribución moderadora uno de los fines supremos y
fundamentales del Poder Judicial nacional y una de las mayores garantías con que se ha entendido asegurar
los derechos consagrados en la Constitución contra los abusos posibles e involuntarios de los poderes
políticos"
Nuestra Corte es contundente: El deber de mantener la supremacía de la Carta Fundamental recae en cabeza
de los jueces, quienes tienen el deber de velar por su incolumidad.
¿Qué sucede con las cartas fundamentales provinciales? Los Estados provinciales son quienes, de
conformidad con la Constitución Nacional, dictan sus propias Cartas Fundantes.
¿En qué consiste dicha conformidad? En que las Constituciones provinciales deberán adecuarse a lo
normado por la Carta federal.
1. Supremacía del derecho internacional por sobre todo el ordenamiento jurídico interno, incluida la propia
Constitución. Cita como ejemplo la Constitución de los Países Bajos.
2. Prelación del derecho internacional de los derechos Humanos por sobre todo el ordenamiento doméstico,
como la Constitución colombiana de 1991.
3. Paridad en el rango entre el derecho internacional de los derechos humanos y la Constitución. Este
sistema es el correspondiente a nuestra Constitución con posterioridad a su reforma de 1994 conforme ha
sido plasmado en el art. 75, inc. 22. Norma que más adelante detallaremos.
Art. 27 prescribe: "El Gobierno federal está obligado a afianzar sus relaciones de paz y comercio con las
potencias extranjeras por medio de tratados que estén en conformidad con los principios de derecho público
establecidos en esta Constitución"
Art. 31 dispone: "Esta Constitución, las leyes de la Nación que en su consecuencia se dicten por el
Congreso y los tratados con las potencias extranjeras son la ley suprema de la Nación; y las autoridades de
cada provincia están obligadas a conformarse a ella, no obstante cualquiera disposición en contrario que
contengan las leyes o constituciones provinciales, salvo para la provincia de Buenos Aires, los tratados
ratificados después del Pacto de 11 de noviembre de 1859".
Art. 30, en cuanto habilita la reforma constitucional "en todo o en cualquiera de sus partes", siempre que se
cumpla con el procedimiento dispuesto al efecto. Con esto, queremos aclarar que la supremacía no implica
inalterabilidad.
El 9 de Junio de 1948, la Corte tuvo oportunidad de pronunciarse respecto a la relación existente entre el
derecho interno y el derecho internacional en la causa "Merck Química Argentina". Allí, la sociedad
actora reclamaba al Estado argentino por el despojo de su propiedad a raíz de actos del Poder Ejecutivo,
fundados en varios decretos, que incluso le retiró la personería jurídica. Estado sustentó su accionar en que
la apelante se hallaba vinculada a países con los cuales la República estaba en guerra.
En términos más breves, conforme a la doctrina sentada por la Corte en este leading case en tiempos de paz,
la Argentina sería dualista, para pasar a sostener la postura monista en tiempos de guerra.
"Ekmekdjian c. Neustadt" el actor solicitaba un espacio en un programa televisivo a fin de replicar las
consideraciones efectuadas en este mismo medio por un personaje público. Allí, la Corte rechazó el planteo,
por cuanto el derecho a réplica solicitado pese a hallarse consagrado en la Convención Americana de
Derechos Humanos ya vigente para la Argentina, no se encontraba reglamentado.
Dr. Belluscio: el derecho de réplica requeriría una ofensa o ataque a la personalidad del sujeto
que pretende ejercerlo.
Este fundamento puede servir de distintivo en relación con el planteo que se realizaría años más tarde con
similar pretensión.
"Ekmekdjian II" 1992, aquí el actor se consideró lesionado en sus sentimientos religiosos por las
opiniones vertidas en torno a la Virgen María y Jesucristo en un programa televisivo, razón por la cual
promovió una acción a fin de poder ejercer el derecho a réplica en virtud de lo dispuesto por el artículo 14.1
de la Convención Americana de Derechos Humanos.
En definitiva, de lo hasta aquí reseñado, este señero fallo sienta la obligación de todos los órganos del
Estados de velar por el efectivo cumplimiento de las obligaciones internacionalmente asumidas. Esa
obligación descansa en última instancia en la Corte Suprema de Justicia a fin de evitar que el Estado sea
pasible de responsabilidad internacional.
"22. Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones
internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a
las leyes.
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la Declaración Universal de Derechos
Humanos; la Convención Americana sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, (…)en las condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no
derogan artículo alguno de la primera parte de esta Constitución y deben entenderse complementarios de los
derechos y garantías por ella reconocidos. Sólo podrán ser denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo
Nacional, previa aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara".
Para evitar nuevas posibilidades de interpretaciones judiciales cruzadas, el primer párrafo del inc. 22
especifica que los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.
Ninguna norma contenida en los tratados allí enunciados o aquellos tratados que puedan incorporarse con
posterioridad de acuerdo al procedimiento previsto en el artículo (43) , podrá significar el aniquilamiento o
recorte de los derechos y garantías ya reconocidos, pero por supuesto podrán ampliarlos en relación con su
alcance a la luz de los principios de progresividad y pro homine.
Para cerrar la relación entre el derecho internacional y el derecho interno no podemos omitir
mencionar la cláusula federal, ello por cuanto ya al inicio de este capítulo hemos hecho referencia a la
supremacía del derecho federal respecto del derecho local, y queremos reforzar la idea con lo dispuesto por
el artículo 28 de la Convención Americana de Derechos Humanos que dispone:
"1. Cuando se trate de un Estado parte constituido como Estado federal, el gobierno nacional de dicho
Estado parte cumplirá todas las disposiciones de la presente Convención relacionadas con las materias sobre
las que ejerce jurisdicción legislativa y judicial.
2. Con respecto a las disposiciones relativas a las materias que corresponden a la jurisdicción de las
entidades componentes de la federación, el gobierno nacional debe tomar de inmediato las medidas
pertinentes, conforme a su constitución y sus leyes, a fin de que las autoridades competentes de dichas
entidades puedan adoptar las disposiciones del caso para el cumplimiento de esta Convención.
3. Cuando dos o más Estados Partes acuerden integrar entre sí una federación u otra clase de asociación,
cuidarán de que el pacto comunitario correspondiente contenga las disposiciones necesarias para que
continúen haciéndose efectivas en el nuevo Estado así organizado, las normas de la presente Convención".
En definitiva, en virtud de esta cláusula ningún Estado podrá invocar su estructura federal para
incumplir el tratado.
En materia de derecho de integración, nuestra Constitución indica dicho principio como necesario para la
participación de nuestro país en cualquier proceso que lleve dicha finalidad.
La aprobación de estos tratados con Estados de Latinoamérica requerirá la mayoría absoluta de la totalidad
de los miembros de cada Cámara. En el caso de tratados con otros Estados, el Congreso de la Nación, con la
mayoría absoluta de los miembros presentes de cada Cámara, declarará la conveniencia de la aprobación del
tratado y sólo podrá ser aprobado con el voto de la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada
Cámara, después de ciento veinte días del acto declarativo.
La denuncia de los tratados referidos a este inciso exigirá la previa aprobación de la mayoría absoluta de la
totalidad de los miembros de cada Cámara" (el destacado es nuestro).
El respeto del orden democrático ha adquirido especial relevancia en los últimos tiempos, máxime en países
latinoamericanos en los que la frecuente interrupción del orden democrático e imposición de gobiernos de
facto ha dificultado el desarrollo de proceso de integración.
Es decir, que el respeto del principio de igualdad soberana se erige en un requisito ineludible para la
participación del concierto de las relaciones internacionales en tono con el respeto de los derechos
fundamentales.
En materia de derecho de integración, nuestra Constitución indica dicho principio como necesario para la
participación de nuestro país en cualquier proceso que lleve dicha finalidad.
El respeto del orden democrático ha adquirido especial relevancia en los últimos tiempos, máxime en
países latinoamericanos en los que la frecuente interrupción del orden democrático e imposición de
gobiernos de facto ha dificultado el desarrollo de proceso de integración.
La Constitución, nace como garantía de la libertad de los individuos, poniendo límites al actuar de los
poderes constituidos y delimitando sus atribuciones, reconociendo expresamente que el poder radica en el
Pueblo. El Estado es una creación en pos del beneficio de la sociedad en su conjunto. Ese ideal social
respecto de la forma de conformarse, su estructura, sus principios, quedan plasmados en su Carta
Fundamental, base del resto del ordenamiento jurídico.
Los reglamentos: normas jurídicas de carácter general dictadas por la Administración Pública. Es decir que
mediante el reglamento se estará dando aplicabilidad a lo normado por la ley. Muy precisa es la definición
dada por Gordillo en cuanto a que el reglamento es un acto unilateral de la Administración que produce
efectos jurídicos generales. También puede ser interno o externo, según que tenga por finalidad dar
instrucciones a los agentes administrativos acerca de cómo deben ejercer su función, o se dirija directamente
a los administrados creándoles derechos e imponiéndoles obligaciones.