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Santiago Cardona López

Historia de la Ciencia I
Universidad Sergio Arboleda

Y si hubieran entendido…
Es increíble ver que muchos avances científicos se han perdido a lo largo de la historia
debido a la gran cantidad de personas que toman la mayoría de las decisiones de una manera
emocional y poco racional. De esa forma llegan cuestionamientos tales como: ¿Qué hubiera
pasado, si aquellas personas no hubieran interferido en esos avances? ¿Cómo estuviéramos
ahora si se hubiera permitido la posibilidad de dejar que la ciencia progresara?

En el transcurso de la evolución de la humanidad se ha podido evidenciar muchos casos


en donde la ciencia ha sido callada, tergiversada como algo innecesario y en diferentes
periodos de tiempo, como algo pagano. Sinceramente es algo complejo de asimilar, puesto
que en la mayoría de las situaciones donde podemos ver lo anterior comentado, las decisiones
que hacen que la ciencia quede muda, son decisiones emocionales y egoístas. El primer
ejemplo que se va a dar está relacionado con el pueblo Sumerio; tantos avances que
desarrollaron en diferentes áreas de la ciencia, que contribuían de una manera abismal en el
progreso de la humanidad, fueron en su mayoría perdidos debido (aún no se sabe
concretamente) a la invasión del pueblo persa, y como consecuencia, hubo un retraso en el
desarrollo de la ciencia.

El siguiente ejemplo es acerca de un científico que aportó grandes conocimientos en el


área de la astronomía. Este personaje es Nicolás Copérnico. “La ciencia moderna arranca con
la revolución iniciada por Copérnico quien sostenía que la Tierra no era el centro del
Universo” (Bellucci, 2019). Esto generó revuelo en la iglesia católica, puesto que ellos
pensaban que la tierra tenía que ser el lugar central de todo lo que existía, cuando no era, ni
es así. Como consecuencia, “esto suscitó numerosos debates religiosos e ideológicos. La
nueva astronomía que proponía no era un mero ejercicio hipotético en cálculos planetarios,
sino una descripción de cómo era realmente el sistema solar. La Iglesia católica condenó y
prohibió su libro por más de 20 años” (Bellucci, 2019). Acá podemos evidenciar que de
alguna u otra manera, se perdieron 20 años, donde muchas personas y demás estudiosos del
tema, podrían haber avanzado y tal vez conocido nuevos tópicos relacionados frente a esta
área. Veinte años sin conocer una verdad que podría cambiar la perspectiva del cosmos y
Santiago Cardona López
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más que todo, conocer la verdadera posición del ser humano. No somos el centro, somos una
minúscula pieza de todo el universo.

Se pueden mencionar muchos casos relacionados, tal como el que ocurrió con Hipatia en
Alejandría que lo representan en la película llamada Ágora, y desafortunadamente estos casos
han generado un notorio retraso con respecto al crecimiento que podría tener la ciencia. Esto
lleva a pensar que en la mayoría de las decisiones que generaron tales retrasos, son actos
emocionales y poco racionales. Son actos que solo traen consecuencias negativas, e impide
el progreso del ser humano. No se desea la interpretación que yo esté en contra de profesar
alguna creencia, es más, creo que la ciencia se complementa con la religión, pues en
diferentes casos, cuando la ciencia no puede explicar algo, la religión, de alguna u otra
manera lo hace. Es por eso por lo que es relevante tener respeto y un panorama totalmente
objetivo y parcial por estas áreas contadas anteriormente, y lo más importante es desaprender
para aprender verdaderamente. No permitir que el factor emocional (aunque es importante)
sea el que genere nuestras decisiones día a día, sino que podamos reconocer y entender que
cuando actuamos debemos pensar en las posibles consecuencias, pues esto puede afectar de
manera detallada o a gran escala, el progreso de uno mismo, los cercanos y porqué no, toda
una sociedad.

Referencias
Amenábar, A. (Dirección). (2009). Ágora [Película].

Bellucci, M. (28 de 02 de 2019). El Clarín. Obtenido de El Clarín:


https://www.clarin.com/sociedad/prohibidos-perseguidos-asesinados-martires-lucharon-
falsas-creencias-tierra_0_kx67D9Hp2.html

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