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William Blake tempranamente experimentó a una serie de visiones místicas que serían
seminales en su obra, la cual estaría siempre marcada por el daemon de la imaginación.
Blake, por otra parte, aunque en gran medida autodidacta, tuvo acceso a la obra de otros
místicos y alquimistas que fueron también importantes en la conformación de su
particular visión.
Kathleen Raine, una de las grandes expertas en la obra de Blake, traza la influencia de la
alquimia en la obra de Blake en su libro Blake and Tradition. Hacemos aquí una glosa
de lo que expone esta gran crítica literaria que se caracteriza por una gran sensibilidad a
la imaginación poética.
Para los alquimistas el espíritu y la materia, activo y pasivo, luz y oscuridad, arriba y
abajo, son, como el yin yang de los chinos, principios complementarios, ambos
igualmente enraizados en lo divino. El deus absconditus está oculto y operando en la
materia, en igual medida que se encuentra en el orden espiritual. Las palabras de Blake
sintetizan la filosofía alquímica: “Dios está en los efectos más bajos al igual que en las
causas más altas”. El Matrimonio del Cielo y el Infierno está escrito bajo la influencia
directa de esta filosofía –explícitamente, puesto que Blake reconoce su deuda a Böhme
y a Paracelso.
Esta es la idea central del hermetismo, que sería recogida por Paracelso con su concepto
del firmamento interno, afirmando que en la constitución del hombre están las estrellas,
“¿que otra cosa es la imaginación sino una estrella en el hombre que actúa a través de su
círculo?” En su diccionario de alquimia Martin Ruland hace eco: “La Imaginación es la
Estrella en el Hombre, el cuerpo Celestial y Supracelestial”. Esta misma noción de la
imaginación es central en Blake:
* * *
Raine cree que la importante noción de la conjunción de los opuestos, que sería tan
importante en Jung, pero que es también central en Blake, le viene también de la
alquimia, la cual es la ciencia del matrimonio del espíritu y la materia, del fuego y el
agua. “Lo que suele considerarse su aportación más original al pensamiento es
justamente este concepto de una solo principio que opera en contrarios”, dice Raine. Y
ve en estos versos de las Visiones de las Hijas de Albion una respuesta alquímica. “La
materia-serpiente que se renueva a sí misma en la bóvedas de la decadencia”.
Delicia eterna es el juego de los contrarios, la danza de los opuestos, la eterna escena
que se repite cada año cuando la luz muere en la tierra negra, sólo para volver a renacer,
como la serpiente que muda de piel. La delicia eterna que se repite en cada uno que
repite esta operación solar, en el amor, en la alquimia.