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Curso: 9° “A”
Fecha: 23-09-2020
Una instalación de puesta a tierra está formada por uno o varios conductores metálicos
(electrodos) unidos entre sí, enterrados en contacto directo con el terreno y conectados
con la instalación eléctrica a través de la línea de tierra, que posibilita el paso de
corrientes con diferentes orígenes, tales como desequilibrios eléctricos, sobretensiones o
cargas estáticas.
Todas las torres que constituyen una línea de transmisión tienen conexión de puesta a
tierra, conformadas por electrodos verticales (varillas), electrodo horizontal (conductor
concéntrico recubierto de cobre) y conectores hechos de material de baja resistencia
eléctrica para facilitar la conducción de la corriente de falla o de descarga atmosférica.
Los valores de resistencia de puesta a tierra en las líneas de transmisión utilizados en los
proyectos de CELEC EP – TRANSELECTRIC son los siguientes:
La naturaleza de la corriente que circula por el terreno puede estar gobernada por la
resistividad de este terreno (corrientes de conducción), o por la permitividad (corrientes
de desplazamiento), predominando las corrientes de conducción para intensidades de
frecuencia nominal o próximas a la nominal (fenómenos temporales).
La resistividad de una sustancia (𝜌) se calcula como la resistencia que opone un cubo de
esa sustancia, de 1 cm de lado, al paso de una corriente eléctrica continua, o de baja
frecuencia, que circula perpendicularmente a una de las caras del cubo. En el caso de los
terrenos sus valores están afectados por la presencia de diferentes fases, siendo
necesario medir el valor de la resistividad en cada una de las fases.
En la mayor parte de los minerales que forman el terreno, la permitividad relativa está
entre 3 y 10, llegado rara vez a 25.
El valor de la resistividad del terreno juega un papel decisivo en las tensiones de paso y
de contacto que aparecerán en la instalación durante una falla. Un estudio geotécnico
sería ideal, pero en caso de no disponerlo, se pueden obtener valores aproximados
utilizando alguna de las técnicas de medición se describen en la IEEE Std81-2012. Los
tres más conocidos son:
La altura de las picas suele ser de 20 o 30 cm y la distancia entre las picas debe
ser al menos el triple que el valor de profundidad de la pica.
La separación entre las picas dependerá de la profundidad a la que se desee
medir la resistividad del terreno, por ejemplo, si desea saber la resistividad hasta
3 metros debajo del terreno, deberá separar las picas 3 metros. Aunque, es
práctica común estimar que la profundidad de exploración “h” como el 75% de
“a”, en el ejemplo serían 2.25 metros.
Para determinar el cambio de la resistividad con la profundidad, el
espaciamiento entre electrodos se varía desde unos pocos metros hasta un
espaciamiento igual o mayor que la máxima dimensión esperada del SPT.
2. El Método de Schlumburger-Palmer (versión modificada de Wenner) para
pruebas a grandes distancias.
En las picas más alejadas se hace circular una corriente y se mide la tensión entre las
dos picas internas. El telurómetro devuelve como resultado la resistencia que ofrece el
terreno al paso de la corriente (𝑈/𝐼). Finalmente, para hallar la resistividad aparente
basta con aplicar la ecuación:
3. Método de la barra conductora o caída de potencial.
• Interpretar los datos hallados de la resistividad es la parte difícil del proceso. Se debe
encontrar un modelo de terreno semejante al real.
• Los modelos más utilizados son el terreno uniforme y el de dos capas. Un terreno
uniforme es aquel en el que la resistividad lateral como vertical son similares. En
cambio, si el terreno presenta claras variaciones en las resistividades, se pueden emplear
modelos multicapa, donde el más sencillo corresponde precisamente al de dos capas.
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