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JUEGO y

R E A L I D AD
EL ESPACIO POTENCIAL

D. W. WINNICOTT

Traducción y compilación,
liber forti, para

“MESA REDONDA”
NUEVOS HORIZONTES
EL JUEGO

1
VOLUMEN IV

“MESA REDONDA”
NUEVOS HORIZONTES-
EL JUEGO
“participación” de:

1.- Federico SCHILLER


La Educación Estética
del Hombre
2.- Jean DUVIGNAUD
El Juego del Juego
3.- Johan HUIZINGA
Homo Ludens
4.- D. W. WINNICOTT
Juego y Realidad
5.- Roger CAILLOIS
Los Juegos y los Hombres
6.- Humberto MATURANA
Gerda VERDEN-ZÖLLER
Amor y Juego
7.- G. PRÜFER
Fröbel
8.- Raimundo DINELLO
El Derecho al Juego
9.- Robert JAULIN
Juegos y Juguete
10.- Daniil ELKONIN
Psicología del juego
2
Animados por el espíritu de juego
al que apoya la hermosa
y fantástica cualidad de
la imaginación humana,
ayudante generosa de
nuestra sensibilidad, que
tocada por el valor trascendente
del tema EL JUEGO, nos reclama
de una sed de comunicar
información sobre el mismo
a nuestros iguales, hemos convocado
a un ciclo de MESA REDONDA
semificticio, con preguntas imaginadas
y respuestas textuales,
a diez autores versados
en dichos temas.

Aparte de las dichas interrogaciones,


quienes frecuenten las
CHARLAS DEBATE a que den lugar
las MESA REDONDA, encontrarán
en los textos, respuestas a otras
preguntas que se hayan formulado,
o recién, pueda plantearse.

Como se debe cuidar que sea


claramente asequible a la percepción, el ensamble de
los textos de cada autor,
y el de cada uno con los demás otros, se comillan los
párrafos textuales
y ligan con algunas notas, comentarios y
observaciones, consignándose por supuesto, las
referencias bibliográfica
3
con los títulos de los libros y autores referidos.

.
En la “MESA REDONDA”
NUEVOS HORIZONTES
ELJUEGO

nos “entrevistamos” hoy


con el autor

D. W. WINNICOTT

que nos ofrece su libro


JUEGO Y REALIDAD

4
Interrogante (I ).- De nuestros apuntes tomamos la
fecha de la primera edición de este libro, año 1975,
que es el último que escribió D. W. WINNICOTT y en el
que toma por punto de partida el artículo, ya clásico,
que el autor ha consagrado a los “objetos
transicionales”. Tiene, como hilo conductor, una
concepción del juego, por la cual es necesario entender
una capacidad de crear un espacio intermedio entre lo
de fuera y lo de dentro, capacidad que no se cumple en
los juegos con reglas, capacidad montada como por
fantasmas o rituales, pero que se sitúa en el origen de la
experiencia cultural. WINNICOTT enuncia una teoría de
los lugares psíquicos --como un nuevo tópico-- del que
comenzamos a percibir su originalidad, en relación
también con Freud y Melanie Klein.

Iniciamos esta vuelta de la “MESA REDONDA”, con


la intervención de J.B. PONTALIS, que escribió el
Prefacio, titulado

ENCONTRAR, ACOGER,
RECONOCER AL AUSENTE

“Lo que frena al traductor es más a menudo lo que


va de sí del autor, lo que se impone a él como una
evidencia enraizada también en su lengua materna
como en el terreno del pensamiento.

“Aquí, la dificultad se reconoce desde el título: la


palabra ”juego” no es seguramente el equivalente de
playing. Primero porque el francés no dispone, a
diferencia de la lengua inglesa, de dos términos para
designar los juegos que comportan reglas y los que no
las comportan; para el adulto comprometido en un
5
partido de fútbol o de go y para el niño pequeño que
imprime un movimiento a su sonajero o parloteo con su
oso de peluche, nosotros hablamos igualmente de los
juegos. Y puede ser que de hecho nos hayamos
equivocado pues la ausencia de reglas explícitas y
reconocidas no implica la ausencia de toda regla,
aunque ésta escape al observador y al jugador.

“El hecho que un niño nos parezca está haciendo


“no importa qué” no nos autoriza a concluír en que él
se entrega a una “pura actividad lúdica”, y de que en
cambio no esté precisamente, por su juego, en tren de
elaborar una regla.

“El autor de este libro, tiene por esencial la


distinción entre el juego. estrictamente definido por las
reglas que ordenan el curso del juego (game) y aquel
que se desarrolla libremente (play).

“Una segunda razón, más singular y reveladora de


la orientación de Winnicott, hace inadecuada la
traducción de playing por juego. “Es evidente, escribe
él, que hago una distinción entre los sentidos de la
palabra “play” y la de la forma verbal “playing”.

“Ahora bien, le ha ocurrido a Winnicott, de


encontrarse preso de la trampa de lo que él
denunciaba y eso es, pienso yo, haber tomado
conciencia de ello, que él ha escrito este libro. ¿Qué ha
pasado en efecto? En 1951, Winnicott publica un
artículo enseguida remarcado y rápidamente
considerado como un clásico. El describe un tipo de
objeto que, aunque él no hubiese escapado a la
atención de las madres, no hubiera recibido ni
designación ni estatus en la literatura psicoanalítica.

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“El autor -–se podría decir aquí, el inventor-- lo
nombra objeto transicional. Consagra solo una parte
del artículo a la descripción de ese objeto, de su
advenimiento y de sus modos de utilización, y a hablar
conjuntamente, --y eso desde el título de ese artículo--
así como a orientar toda su demostración hacia la
existencia de una tercera área, que asegure una
transición entre el yo y el no-yo, la ausencia y la
presencia, el niño y su madre , subrayar en fin, que el
objeto transicional no es más que el signo tangible de
ese campo de experiencia.

“Winnicott toma en este libro como punto de


partida el artículo de 1951. Punto de partida: él va,
esta vez sin ambigüedad posible, a proceder del objeto
al espacio transicional y asegurar en el lector mismo
ese movimiento de transición…

“El punto final, el resultado de la investigación y


de las hipótesis de Winnicott, se los encuentra en el
artículo que el autor ha escrito, antes de su muerte,
titulado “Fear of breakdown” en el que la tesis
sostenida es que el hundimiento –el breakdown-
temible porque él amenazaría siempre de poder tener
lugar en el futuro, ha tenido efecto ya en el pasado.

“Pero –y ésta es la paradoja central- él ha tenido


lugar sin encontrar su lugar psíquico; no está
depositado en ninguna parte. No es un traumatismo
hundido en la memoria, tan profundamente como se lo
postula.

“Toda nuestra concepción de la realidad psíquica


se encuentra modificada a raíz del planteamiento de
Winnicott del objeto y el fenómeno transicional. Alguna
cosa ha tenido lugar que no ha tenido lugar. Lo que
determina el funcionamiento del aparato está fuera de
7
las tomas de contacto de éste. Lo impensable hace el
pensamiento. Lo que no ha sido vivido, experimentado,
lo que escapa a toda posibilidad de memorización está
en el vacío del ser.

I.- Disculpe usted, amigo FONTALIS la interrupción,


pero nos impresiona lo que acaba de decir: “lo que
escapa a toda posibilidad de memorización está en el
vacío del ser”. ¿Cómo es eso?

“O aún más: la laguna, el “blanco” (the gap) son


más reales que las palabras, los recuerdos, los
fantasmas que intentan recubrirlos. Ese blanco,
repitámoslo, no es el simple blanco del discurso, lo
borrado, lo tachado por la censura, lo latente del
manifiesto. Él es (el blanco) en su presencia-ausencia,
testimonio de lo no vivido; llamado también, a hacerlo
reconocer por la primera vez, a entrar en fin en relación
con él a fin que eso que no había podido mas que estar
sobrecargado de sentido pudiese tomar vida. “Es de la
no existencia que la existencia puede comenzar”.

“Lo que da todo su precio a algunas páginas


agregadas al texto original del artículo de Winnicott
sobre los objetos transicionales: el ejemplo escogido de
una sesión nos hace tomar sobre lo vivo, en una
operación también sorprendente para Winnicott como
para su paciente, en una experiencia mutual, el peso de
la actualidad que pueden tomar fórmulas como éstas:
“La cosa real es la cosa que no está ahí”. “Lo negativo,
es la única cosa positiva”. “Todo lo que yo tengo es lo
que yo no tengo”.

“Estamos lejos en esto, aparentemente, de lo que


provee a este libro su tema explícito, “positivo”: el
juego. Pues es un elogio de la capacidad de jugar que
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se va a leer (como son hoy los elogios pero menos
sinceros, de la locura…) Y el lector no podrá más que
encantarse de ver un psicoanalista -–ellos están tan
“desencantados”, en lo ordinario, tan prontos a
desmontar nuestro lote de ilusiones-- recordar con un
candor sutil que, por ejemplo, “lo que es natural, es
jugar y que el fenómeno muy sofisticado del siglo XX,
es el psicoanálisis”. A lo largo de todo el libro, se
eleva la cuestión simple: ¿qué es lo que nos hace
sentirnos “vivientes” más allá de la adaptación, siempre
marcada de sumisión, a nuestro entorno?

”Entre centro y ausencia”: ese título de Michaux


evocaría bien el proyecto de Winnicott, tentativa
arriesgada, frágil, pronta a caer --referencia mas bien
que de modelo— en un real que no tiene entonces otra
cualidad que la de ser ahí o de confundirse con la
superficie proyectada de una realidad interna.

“Ninguna escena en Winnicott donde se repetiría


lo originario, ni de combinatorio donde los mismos
elementos permutarían en el círculo, sino un terreno de
juego, en las fronteras movedizas que hace nuestra
realidad. Una tirada de hilos, el ritmo de su propia
respiración, un rostro, una mirada que os da la
certidumbre de existir, una sesión donde se está solo
con alguien: poca cosa, menos que nada, simplemente
lo que me toca cuando yo puedo acogerlo. Entonces lo
encontrado no es más el precario sustituto de lo
perdido, lo informe no es más el signo del caos (por el
contrario es la impresión del caos que es repudio
ansioso de lo informe), el espíritu no funciona más
como órgano separado del cuerpo. Del juego al juego:
tal es el movimiento –pero sin cesar retomado,
reinventado, nada de lineal en el recorrido— de ese
libro.

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“El espacio potencial que él evoca –y que se
instituye ya en la lectura que mantenemos con él— nos
vuelve sensibles a una realidad que percibimos lo más
a menudo por imperfección.

“Un vínculo se ha creado con el autor, una


promesa renovada y mantenida, de un reencuentro.

J. B. PONTALIS

I.- Al comienzo del libro de D.W. WINNICOTT,


encontramos una Dedicatoria del autor que dice
:
A mis pacientes
que han pagado
para instruirme.

I.- Y luego entramos al Prólogo escrito por el auto


r

PRÓLOGO

“Este libro desarrolla las ideas que he avanzado en


mi artículo de l951, “Objetos y fenómenos
transicionales”.

“Reformularé primero mi hipótesis de base. Luego


expondré lo que a partir de ahí, ha cambiado en mi
propio pensamiento.

“Estoy en efecto, asombrado al constatar que


durante esos últimos diez años, toda una área de
10
conceptualización ha sido desatendida. Esta área del
desarrollo y de la experiencia del individuo , que me
interesa aquí, me parece haber sido dejada de lado,
fijándose toda la atención sobre la realidad psíquica y
sobre la relación de esta realidad, personal e interior,
con la realidad exterior y participada. La experiencia
cultural no ha encontrado su verdadera ubicación en la
teoría que utilizan los analistas, para trabajar y para
pensar.

“Mi propia concepción, ha salido del estudio de los


bebés y de los niños.

“¿Cómo un fenómeno tan universal como el que es


objeto de este libro podría escapar a aquellos que
tienen relación con la magia de la vida imaginativa y
creativa?

“Se acepta que he sido un psicoanalista que,


puede ser porque he sido primeramente pediatra, he
sentido la importancia de esta universalidad en la vida
de los bebés y de los niños, y luego he deseado
integrar mis observaciones en una teoría que estamos
continuamente incitados a desarrollar.

“A lo que me refiero no es tanto al objeto utilizado


como a la utilización del objeto. Atraigo la atención
sobre la paradoja implicada en la utilización hecha por
el pequeño niño de lo que he llamado el objeto
transicional. Pido que esta paradoja sea aceptada,
tolerada y que se admita que no está resuelta.

“Una vez aceptada y tolerada, esta paradoja toma


valor para todo ser humano que no solamente vive en
el mundo existente, sino que es susceptible de estar
siempre enriquecido por el aprovechamiento del vínculo

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cultural con el pasado y con el futuro. Es la extensión
de ese problema el que me interesa aquí.

“Mirad un rostro humano: cuando queremos


describirlo, hablamos de su forma, de los ojos, de la
nariz, de la boca, de las orejas, y sin embargo, dos
rostros no son jamás de hecho semejantes. Dos
rostros pueden, en el reposo, parecer semejantes pero,
desde que ellos se animan, devienen diferentes el uno
del otro.

“Los hechos que pueden ser sacados en claro


deben ser interpretados; para poder utilizar
plenamente las informaciones recogidas o las
observaciones hechas directamente sobre el
comportamiento del bebé, es necesario religarlas a una
teoría.

I.- Nos encontramos con el primer subtítulo

OBJETOS TRANSICIONALES
Y FENOMENOS TRANSICIONALES

“Expondré en este capítulo, la hipótesis de base


que he formulado en 1951

I. Hipótesis original

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“Desde el nacimiento, el recién nacido, es bien
conocido, tiende a utilizar sus puños, sus dedos o su
pulgar estimulando la zona erógena oral y así
satisfaciendo sus pulsiones y también experimentando
en esta unión un sentimiento de sosiego. Se sabe
también que algunos meses más tarde, el niño, de uno
o del otro sexo, comienza a gustarle jugar con muñecas
y la mayor parte de las madres dan a su hijo un objeto
particular, confiando que a él se entregue el bebé con
pasión.

I.- El siguiente subtítulo

La primera posesión

“Quienes se encuentran en relación constante con


las preocupaciones de las madres y sus problemas,
conocen la riqueza de modelos de comportamiento que
presenta el bebé en la primera utilización que él hace
de su primera posesión “no-yo”. Esos modelos pueden
estar sometidos a una observación directa.

“La secuencia que comienza por las actividades del


pequeño niño metiendo sus dedos en su boca y que se
termina por el apego muy vivo a un oso, a una
muñeca, a un objeto blando o a un objeto duro, es
infinitamente variada.

“Se trata evidentemente de alguna cosa que


sobrepasa la excitación oral y la satisfacción, aunque
éstas puedan estar en la base del resto.

“He introducido los términos de “objetos


transicionales” y de “fenómenos transicionales” para
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designar el área intermediaria de experiencia que se
sitúa entre el pulgar y el oso de peluche, entre el
erotismo oral y la verdadera relación del objeto, entre
la actividad creatriz primaria y la proyección de lo que
ya ha sido introyectado, entre la ignorancia primera de
la deuda y el reconocimiento de ésta
(Dí: “Ta” –gracias-).

“Partiendo de esta definición, el balbuceo del


recién nacido, la manera en la que el niño más grande
retoma, en el momento de dormirse, su repertorio de
canciones y de melodías, todos esos comportamientos
intervienen en el área intermediaria en tanto que
fenómenos transicionales. Lo mismo ocurre con la
utilización de objetos que no hacen parte del cuerpo
del bebé, aunque él no los reconoce aún como
perteneciente a la realidad exterior.

Insuficiencia de la definición
corriente de la naturaleza humana.

“Las investigaciones de los últimos veinte años


han permitido elaborar una nueva definición del
individuo. De todo individuo del que habiendo
alcanzado el estado donde él constituye una unidad,
con una membrana delimitante de un afuera y adentro,
se puede decir que él tiene una realidad interior, un
mundo interior, rico o pobre, donde reina la paz o la
guerra.

“Si esta doble definición es necesaria, me parece


indispensable agregar un tercer elemento: en la vida de
todo ser humano, existe una tercera parte que no
podemos ignorar, es el área intermediaria de
experiencia, a la cual contribuyen simultáneamente la
realidad interior y la vida exterior. Esta área no es
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contestada, pues no se le pide nada sino solo de existir
en tanto que lugar de reposo para el individuo
comprometido en esta tarea humana interminable que
consiste en mantener, a la vez separadas y religadas
una a la otra, realidad interior y realidad exterior.

“Yo quisiera introducir aquí la noción de un estado


intermediario entre la incapacidad del pequeño niño a
reconocer y a aceptar la realidad y la capacidad que él
adquirirá progresivamente de hacerlo. Es por lo que
estudio la esencia de la ilusión, aquella que existe en el
pequeño niño y que, en el adulto, es inherente al arte y
a la religión.

La ilusión y el valor de la ilusión.

“Al comienzo, la madre, por una adaptación que es


casi del 100%, permite al bebé tener la ilusión que su
seno de ella es una parte de él, el niño. El seno, está
por así decirlo, bajo el control mágico del bebé. La
omnipotencia es casi un hecho de experiencia.

“La tarea última de la madre es la de


progresivamente desilusionar al niño, pero ella no
puede esperar conseguirlo si no se ha mostrado
primeramente capaz de dar las posibilidades suficientes
de ilusión.

“En otros términos, el seno es creado y recreado


por el niño a partir de su capacidad de amar o, se
podría decir, a partir de su necesidad. Un fenómeno
subjetivo se desarrolla en el bebé, fenómeno que
llamamos el seno de la madre. La madre ubica el seno
real justo ahí donde el niño está dispuesto a crearlo y
en el momento oportuno.
15
“Por consecuencia, desde el nacimiento, el ser
humano está confrontado al problema de la relación
entre lo que es objetivamente percibido y lo que es
subjetivamente concebido. Y el ser humano sólo podrá
resolver sanamente ese problema, si él ha tomado,
gracias a su madre, un buen comienzo.

“El área intermediaria a la que me refiero es una


área, concedida al niño, que se sitúa entre la
creatividad primaria y la percepción objetiva basada
sobre la experiencia de la realidad.

“Los fenómenos transicionales representan los


primeros estadios de la utilización de la ilusión sin la
cual el ser humano no concede ningún sentido a la idea
de una relación con un objeto, percibido por los otros
como exterior a él.

“El problema que concierne al pequeño ser


humano es, de hecho la tarea principal de la madre.
Una tarea preliminar a la del destete y es una de las
que incumben a los padres y a los educadores.

“En otros términos, la cuestión de la ilusión es


inherente a la condición humana.

Desarrollo de la teoría
ilusión—desilusión

“Suponemos aquí que la aceptación de la realidad


es una tarea sin fin y que ningún ser humano consigue
liberarse de la tensión suscitada por la puesta en
16
relación de la realidad interior y de la realidad exterior;
suponemos también que esta tensión puede ser
aliviada por la existencia de un área intermediaria de
experiencia, que no es contestada (artes, religión, etc.)
Esta área intermediaria está en continuidad directa con
el área de juego del pequeño niño “perdido” en su
juego.

“Durante la pequeña infancia, es necesario que


esta área intermediaria exista para que una relación se
inaugure entre el niño y el mundo.

Resumen

“Quisiera insistir sobre la riqueza del campo de


observación que nos ofrecen las primeras experiencias
del pequeño niño, sobretodo en su relación con la
primera posesión.

“La primera relación está asociada a los


fenómenos auto-eróticos, a la succión del puño y del
pulgar y, más tarde, al primer animal blando, a la
muñeca o a los juguetes duros. Ella concierne a la vez
el objeto externo (el seno de la madre) y los objetos
internos (el seno siendo introyectado mágicamente,
pero distinguiéndose de ellos).

“Los objetos y los fenómenos transicionales hacen


parte del reino de la ilusión que está en la base de la
iniciación de la experiencia. Este primer estado del
desarrollo se hace posible por la capacidad particular
que tiene la madre de adaptarse a las necesidades de
su bebé, permitiendo así a éste tener la ilusión que eso
que él crea, existe realmente.

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“Esta área intermediaria de experiencia, que no
es puesta en cuestión en cuanto a su pertenencia a la
rea lidad interior (compartida), constituye la màs
grande parte de lo vivido del pequeño niño. Ella
subsistirá a todo lo largo de la vida, en el modo de
experiencia interna que caracteriza las artes, la
religión, la vida imaginaria y el trabajo creativo.

“En general, el objeto transicional es


progresivamente reducido, sobretodo en el momento
en que se desarrollan los intereses culturales del niño.

I.- Llegamos a un subtítulo de tanto interés para el


tema de esta “MESA REDONDA”

JUGAR
Proposición teórica

“En este capítulo, intentaré explorar una idea que


me ha sido impuesta por mi trabajo y al que le he dado
una cierta coloración, al mismo tiempo que esa idea se
ha impuesto a mi, en el momento que estoy de mi
evolución personal. Inútil decir que mi trabajo consiste
por una amplia parte, en el ejercicio del psicoanálisis
pero incluye igualmente la psicoterapia, y no veo
necesidad de establecer una neta distinción entre la
utilización de esos dos términos.

“En el momento de formular mi tesis, descubro su


extrema simplicidad: La psicoterapia se sitúa en ese
lugar donde dos áreas de juego se imbrican,
amalgaman, la del paciente y la del terapeuta. En
psicoterapia, ¿a quienes abarca tu trabajo? A dos
personas en tren de jugar juntos. El corolario será
18
pues que allí donde el juego no es posible, el trabajo
del terapeuta apunta a traer al paciente de un estado
en el que él no es capaz de jugar a un estado en el que
es capaz de hacerlo.

I.- Ahora vemos el subtítulo

Juego y masturbación

“Es una idea que tiendo a descartarla. En los


trabajos de las discusiones psicoanalíticas, el sujeto del
juego siempre ha estado estrechamente ligado al de la
masturbación y al de las diversas formas sensuales.
Pero el juego debe ser estudiado en tanto que sujeto en
sí, que no recubre el concepto de la sublimación y el de
las pulsiones.

“Cuando un niño juega, el elemento masturbatorio


está totalmente ausente; si, en otros términos, cuando
un niño está en tren de jugar, la excitación física
resultante de la implicación pulsionante deviene
manifiesta, entonces el juego cesa, o, al menos se
deteriora.

“Me esfuerzo en establecer una nueva formulación


del juego y por eso me interesa constatar en la
literatura analítica, la ausencia de una concepción
utilizable sobre ese tema. Sería verdaderamente
extraño que para encontrar una buena definición de
juego, debiésemos referirnos a los autores no
analistas, como Lowenfeld.

“Quisiera simplemente decir que, cuidadoso de dar


una teoría completa de la personalidad, el
psicoanalista ha estado demasiado preocupado por
19
describir el contenido del juego y por escribir cualquier
cosa sobre el juego en tanto que tal. Está claro que yo
establezco una distinción marcada entre la significación
del sustantivo “play” (el juego) y la forma verbal
“playing” (la actividad del juego, jugar).

“Todo lo que digo de los niños que juegan se


aplica en efecto, también a los adultos; simplemente,
las cosas son más difíciles para describirlas cuando el

material aportado por el paciente aparece sobretodo en


términos de comunicación verbal.

I.- Esta vez, es el importante asunto de

Los fenómenos transicionales

“La significación del juego ha tomado para mi una


nueva coloración después de haberme dedicado al tema
de los fenómenos transicionales, siguiendo el trazado
de la sutileza de sus desarrollos, desde la primera
utilización de un objeto o de una técnica transicional
hasta los últimos grados de la capacidad de un ser
humano para la experiencia cultural.

“Lo que me interesa, es que sea a través del


dominio de los cuidados dados a los niños que esta idea
haya hecho su camino y, a veces, tengo el sentimiento
de haber recibido en ese campo más de lo que yo
merecía.

“Hay alguna cosa, en el juego, que no ha


encontrado aún su lugar en la literatura psicoanalítica.

20
“Más lejos, a propósito de la experiencia cultural,
he dado una forma concreta a la idea que me hice del
juego, afirmando que el juego tiene un lugar y un
tiempo propios.

“No es ni adentro, cualquiera sea el sentido de


esta palabra, ni se sitúa tampoco fuera, es decir que él
no es una parte repudiada del mundo, el no-yo, de ese
mundo que el individuo ha decidido reconocer como
estando verdaderamente fuera y escapando al control
mágico. Para controlar lo que está por fuera, se debe
hacer cosas, y no simplemente pensar o desear, y
hacer cosas, eso toma tiempo. Jugar, es hacer.

I.- El doctor WINNICOTT nos entrega ahora, el capítulo

El juego en el tiempo
y en el espacio

“Para asignar un lugar al juego, he logrado la


hipótesis de un espacio potencial entre el bebé y la
madre. Este espacio varía mucho según las
experiencias de vida del bebé en relación con la madre
o la figura maternal. Opongo este espacio potencial (a),
al mundo de dentro, (religado a la asociación
psicosomática) y (b), a la realidad existente o de fuera
(que tiene sus propias dimensiones y puede ser
estudiada objetivamente y que, aunque ella pueda
parecer variar según el estado del individuo que la
observa, queda, en los hechos, constante).

21
“Puedo ahora reformular lo que intento volver
sensible. Quisiera desviar la atención de la secuencia:
psicoanálisis, psicoterapia, material de juego y juego,
para presentarlos en el sentido inverso. En otros
términos, es el juego el que es universal y que
corresponde a la salud: la actividad del juego facilita el
crecimiento y por ello mismo, la salud.

“Jugar conduce a establecer relaciones de grupo;


el juego puede ser una forma de comunicación en
psicoterapia y, en último lugar, diré que el psicoanálisis
se ha desarrollado como una forma muy especializada
del juego puesto al servicio de la comunicación consigo
mismo y con los otros.

“Lo que es natural, es jugar, y el fenómeno muy


sofisticado del siglo veinte, es el psicoanàlisis. Sería
bueno recordar constantemente al analista no
solamente lo que él le debe a Freud, sino también lo
que debemos a esa cosa natural y universal que es el
juego.

I.- Llegamos al importante subtítulo

Teoría del juego

“Se puede describir una secuencia de contactos


en relación con el proceso de desarrollo e intentar
determinar donde se sitúa la actividad del juego.

“A. El bebé y el objeto son confundidos el uno con


el otro. La visión que el bebé tiene del objeto es
subjetiva y la madre se aplica a presentar
efectivamente al bebé lo que él está listo a encontrar.

22
“B. El objeto es repudiado, re-aceptado y
objetivamente percibido. Este proceso complejo
depende ampliamente del hecho que una madre o una
figura maternal esté allí, lista a participar y a devolver
lo que el niño le ha dado.

“Eso significa que la madre o una parte de ella,


está implicada en un movimiento de vaivén entre ser lo
que el bebé tiene la capacidad de encontrar y
alternativamente, esperar de ser encontrado.

“Si la madre es capaz de jugar ese papel durante


cierto tiempo sin, por así decir, admitir obstáculos, el
bebé vive entonces una experiencia de eso que se
nombra “omnipotencia”, cuando se describe los
procesos intrapsíquicos.

“En el estado de confianza que se instaura


progresivamente cuando la madre puede librarse de
esta tarea difícil, y no cuando ella se revele incapaz, el
bebé comienza a gustar de las experiencias que se
apoyan sobre el “casamiento” de la omnipotencia de los
procesos intrapsíquicos y el control de lo real.

“La confianza en la madre suscita un terreno de


juego intermediario donde la idea de magia toma su
fuente en la medida en la que el bebé hace bien la
experiencia de la omnipotencia. Hablo aquí del terreno
del juego, pues es ahí que el juego comienza. Este
terreno es un espacio potencial que se sitúa entre la
madre y el bebé o que los une al uno y a la otra.

“El juego es extraordinariamente excitante, pero


es necesario comprender bien que si es excitante, eso
no es esencialmente porque los instintos estén allí
23
obrando. Pues de lo que se trata, es siempre de la
precariedad del juego recíproco entre la realidad
psíquica personal y la experiencia de control de objetos
reales.

“Cuando un paciente no es capaz de jugar, el


terapeuta debe preocuparse de ese síntoma mayor
antes de interpretar fragmentos del comportamiento.

“Cuando pienso en los diversos artículos que


marcan la evolución de mi propio pensamiento,

constato que mi interés actual por el juego apuntado al


sentido de una relación de confianza capaz de
desarrollarse entre el bebé y la madre, ha sido una
característica constante de mi técnica de consultación.
Así como lo prueban los ejemplos de mi primer libro.

I.- Nos encontramos al final subtítulo


Psicoterapia

“Acá, en esta área donde se imbrican el juego del


niño y el de la otra persona en causa, los
enriquecimientos pueden intervenir. El que enseña
apunta a enriquecer. Opuestamente, el terapeuta, se
dedica específicamente al proceso de crecimiento del
niño y busca eliminar todo aquello que entraba ese
desarrollo. Es la teoría psicoanalítica que ha permitido
comprender esos bloqueos. Pero sería, al mismo
tiempo, tener muy corta la vista pretender que el
psicoanálisis es el único medio que permite hacer un
uso terapéutico del juego del niño.

“No hay que olvidar jamás que jugar es una


terapia en sí. Hacer lo necesario para que los niños
sean capaces de jugar, es una psicoterapia que tiene
24
una aplicación inmediata y considerar los juegos
(games), con lo que ellos comportan de organizados,
como una tentativa de mantener a distancia ese
aspecto tremendo del juego (playing). Personas
responsables deben estar disponibles cuando los niños
juegan, pero eso no significa que es necesario entren
en el juego de los niños. Cuando un organizador es
llevado a dirigir el juego, eso implica que el niño o los
niños son incapaces de jugar en el sentido creativo que
yo entiendo aquí.

“Lo que me importa ante todo, es mostrar que


jugar, es una experiencia: siempre une experiencia
creativa, una experiencia que se sitúa en la continuidad
espacio-tiempo, una forma fundamental de la vida.

“La precariedad del juego le viene de que él se


sitúa siempre sobre una línea teórica entre lo subjetivo
y lo objetivamente percibido.

“Mi objetivo es simplemente recordar que el juego


de los niños contiene todo en él, por lo que es bueno
que el psicoterapeuta trabaje sobre el material, sobre
el contenido del juego. Bien entendido, en el curso de
una sesión, en una situación establecida, nosotros
comprendemos mejor nuestro trabajo si sabemos que
lo que está en la base de lo que hacemos, es el juego
del paciente, una experiencia creativa que se inscribe
en el tiempo y el espacio y que es intensamente real
para el paciente. Y que el momento clave es aquel en
que el niño se sorprende a sí mismo, y no aquél
cuando hago una brillante interpretación.

“La interpretación dada cuando el material no está


maduro, es el adoctrinamiento que engendra la
sumisión. El corolario es que la resistencia nace de la
25
interpretación dada fuera del área donde el analista y el
paciente juegan juntos. Cuando el paciente no tiene la
capacidad de jugar, la interpretación dada es
simplemente inútil, o suscita la confusión. Cuando hay
mutualidad en el juego, entonces, según los principios
analíticos admitidos, la interpretación puede hacer
avanzar el trabajo terapéutico. Jugar debe ser un acto
espontáneo, y no la expresión de una sumisión o de
una conformidad, si él debe en ese caso tener
psicoterapia.

I.- Ahora, nos toca conocer el

Resumen

“a) Para bien comprender lo que es jugar, es


necesario no olvidar que es la preocupación la que
marca esencialmente el juego de un niño. No es tanto
el contenido que cuenta, sino ese estado cercano a la
contracción que se encuentra en la concentración de los
niños más grandes y de los adultos. El niño que juega
habita un área que él no abandona sino con dificultad
y en la que él no admite fácilmente las intrusiones.

“b) Esta área donde se juega no es la realidad psíquica


interna. Ella está fuera del individuo, pero no pertenece
tampoco al mundo exterior.

“c) En esta área, el niño reune los objetos o fenómenos


pertenecientes a la realidad exterior y los utiliza
poniéndolos al servicio de lo que él ha podido deducir
de la realidad interna o personal.

“d) Jugando, el niño manipula los fenómenos


exteriores, los pone al servicio del sueño y emplea

26
esos fenòmenos exteriores escogidos confiriéndoles la
significación y el sentimiento del sueño.

“e) Existe un desarrollo directo que va de los


fenómenos transicionales al juego, del juego al juego
compartido y, de allí, a las experiencias culturales.

“f) “Jugar” implica la confianza y pertenece al espacio


potencial que se sitúa entre lo que era primero el bebé
y la figura maternal, estando el bebé en un estado de
dependencia casi absoluta y la función adaptativa de la
figura maternal que era tenida por adquirida por el
bebé.

“g) El juego implica el cuerpo:

1) en razón de la manipulación de objetos;


2) porque ciertos tipos de interés muy vivo
son asociados a ciertos aspectos de la
excitación corporal.

“h) La excitación corporal en las zonas erógenas


no cesa de amenazar el juego, y con el mismo
golpe amenaza el sentimiento que tiene el niño de
existir en tanto que persona. Las pulsiones
constituyen la más grande amenaza para el juego
y para el yo.

“i) El juego es esencialmente satisfaciente, lo que


se verifica hasta si él conduce a un grado elevado
de angustia. Hay un grado de angustia
insoportable, que destruye el juego.

“j) El elemento agradable que comporta el juego


implica que el despertar pulsional no es excesivo.
27
Se puede decir que el juego alcanza su propio
punto de saturación que depende de la capacidad
de contener la experiencia.

“k) El juego es en sí mismo excitante y precario.


Esta característica viene no del despertar
pulsional, sino de la precariedad propia del juego
recíproco que se hace en el espíritu del niño, entre
lo subjetivo (cercano a la alucinación) y lo
objetivamente percibido (la realidad efectiva o
compartida).

I.- Entramos al capítulo, por demás importante

. JUGAR

LA ACTIVIDAD CREATIVA
Y LA BUSQUEDA DE SI MISMO

“Es jugando, y puede ser solamente cuando


juega, que el niño o el adulto es libre de mostrarse
creativo.

“Otro punto aun de teoría que nos concierne aquí,


es el que toca a la localización del juego. La realidad
psíquica interna tiene una especie de localización en el
espíritu, en el vientre, en la cabeza o en otra parte, en
el interior de los límites de la personalidad individual; lo
que nosotros llamamos la personalidad externa se sitúa
fuera de esos límites. En cuanto al juego y a la
experiencia cultural, se puede asignar un lugar si se
recurre al concepto del espacio potencial, entre la
madre y el bebé.

28
“Una descripción del desarrollo emocional del
individuo no sería hecho enteramente, refiriéndose a él
solo, pues en ciertas áreas el comportamiento del
entorno es parte influyente en el desarrollo personal del
individuo y debe, en consecuencia, ser tomado en
consideración.

“El principio general que me parece válido es que


la psicoterapia se efectúa ahí donde dos áreas de juego
se imbrican, amalgaman, la del paciente y la del
terapeuta. Si el terapeuta no puede jugar, eso significa
que él no está hecho para ese trabajo. Si el paciente no
puede jugar, es necesario hacer cualquier cosa para
permitirle tener la capacidad de jugar, después de lo
cual la psicoterapia podrá comenzar. Si el juego es
esencial, es porque es jugando que el paciente se
muestra creativo.

I.- Y ahora el subtítulo

A la búsqueda de sí mismo

“Reformularé la idea de que ciertas condiciones


son necesarias para que esta búsqueda obtenga su
finalidad. Estas condiciones están asociadas a lo que se
tiene la costumbre de llamar la creatividad. Es jugando,
y solamente jugando, que el individuo, niño o adulto,
es capaz de ser creativo y de utilizar su entera
personalidad. Es solamente siendo creativo que el
individuo se descubre a sí mismo.

“De ahí, se puede concluir que es solamente


jugando que la comunicación es posible, excepción
hecha de la comunicación directa, que releva de la
psicopatología o de una extrema inmadurez.
29
“Tenemos necesidad de un estudio separado de la
creatividad en tanto que ella es una particularidad de la
vida y de la existencia en su conjunto.

“En búsqueda de sí mismo, una persona puede


haber producido alguna cosa de válida en el dominio
artístico pero un artista puede tener mucho éxito y sin
embargo haber fracasado en encontrarse a sí mismo
como hubiese buscado.

“Si el artista –cualquiera que sea el material


utilizado- está en búsqueda de sí mismo, se puede
adelantar que, según toda probabilidad, hay ya para él
una falla en el dominio de su vida creativa. La creación
acabada no será suficiente jamás para remediar una
falta subyacente del sentimiento de sí mimo.

“Encontramos la necesidad de establecer una


diferenciación entre una actividad poseedora de un fin,
una meta y su contrario: ser sin que se tenga una
finalidad. Lo que equivale a decir: es ahí donde hay un
fin, ahí donde hay angustia o aún falta de confianza
basada sobre la necesidad de defenderse, que el
analista está en medida de reconocer y de poner en
evidencia una o varias conexiones entre los
componentes variados del material asociativo. Se
puede percibir la oposición entre esas dos condiciones,
cuando se piensa en un paciente capaz de reposarse
después de su trabajo, pero incapaz de alcanzar ese
estado de reposo a partir del cual puede elaborarse
alguna cosa creativa.

“Para desarrollar mi tesis es necesario recurrir a


esta secuencia:

30
a) estado de calma en condiciones de confianza,
basadas sobre la experiencia vivida;

b) actividad creativa, física y mental manifestada en


el juego;

c) la suma de esas experiencias vividas sobre las


cuales se edifica el sentimiento de si mismo.

“La suma o reflexión depende de lo que el terapeuta


--o el amigo— que ha aceptado la comunicación y en el
cual el paciente hace confianza, puede reenviar a éste
en retorno. En esas condiciones muy particulares, el
individuo puede “reunirse” y existir como unidad, no
como una defensa contra la angustia, sino como la
expresión de YO SOY, yo soy en vida, soy yo mismo. A
partir de una tal posición, todo deviene creativo.

“Mi alegato busca llevar a los terapeutas a favorecer


entre sus pacientes la capacidad de jugar, es decir a
que éstos sean creativos en el trabajo analítico.

“Es necesario dar una chance a la experiencia


informe a las pulsiones creativas, motrices y
sensoriales de manifestarse; ellas son la trama del
juego. Es sobre la base del juego que se edifica toda la
existencia experimental del hombre.

I.- Nos corresponde tomar conocimiento del subtítulo

LA CREATIVIDAD Y SUS ORIGENES

La idea de la creatividad
31
“Se trata ante todo de un modo creativo de
percepción que da al individuo el sentimiento que la
vida vale la pena de ser vivida; lo que se opone a un tal
modo de percepción, es una relación de complacencia
sometida a la realidad exterior: el mundo y todos sus
elementos son entonces reconocidos pero solamente
como aquello a lo que es necesario ajustarse y
adaptarse. La sumisión lleva al individuo un sentimiento
de futilidad, asociada a la idea que nada tiene
importancia. Ese puede ser un real suplicio para ciertos
seres que pueden haber hecho la experiencia de una
vida creativa, justo lo bastante para apercibir que, la
mayor parte del tiempo, ellos viven de manera no
creativa, como si ellos estuviesen tomados por la
creatividad de cualquier otro o en la de una máquina.

“Esta segunda manera de vivir en el mundo debe


ser tenida por una enfermedad, en el sentido
psiquiátrico del término. Toda cuenta hecha, nuestra
teoría presupone que vivir creativamente testimonia
una buena salud y que la sumisión constituye, ella, una
mala base de la existencia.

I.- Cuando usted doctor, dice que “la sumisión


constituye una”, mala base de la existencia relaciona lo
contrario de la sumisión, la libertad con la creatividad?

“Se puede establecer una neta oposición entre los


dos términos de esta alternativa –vivir de una manera
creativa o no creativa. Mi teoría sería más simple si se
pudiese efectivamente descubrir uno u otro de esos dos
extremos en un caso o una situación dada. Pero lo que
oscurece el problema, es que el grado de objetividad
sobre el cual contamos cuando hablamos de realidad
32
exterior, varía según el individuo. La objetividad es un
término relativo: lo que es objetivamente percibido es,
hasta un cierto punto, concebido subjetivamente.

“Como ésta es precisamente el área que hemos


escogido, nos es necesario tener en cuenta que, para
numerosos individuos, la realidad exterior queda, por
una parte, un fenómeno subjetivo. En el extremo, el
sujeto alucina, sea en ciertos momentos específicos,
sea generalmente. Existe toda una gama de
expresiones para describir ese estado (“tener el aire en
otra parte”, “estar ausente”, “no tener los pies sobre la
tierra”). En lenguaje psiquiátrico. decimos de esos
individuos que ellos son esquizoides.

“El hecho importante para nosotros, es que,


clínicamente, no encontramos una línea neta de
demarcación entre la salud y el estado esquizoide, o
hasta entre la salud y una esquizofrenia comprobada.

“Ciertos individuos pueden llevar una vida


satisfactoria y hasta realizar alguna cosa
excepcionalmente válida y sin embargo ser esquizoides
o esquizofrénicos. Pueden estar considerados
enfermos, en el sentido psiquiátrico del término, por el
hecho de la debilidad de su sentido de la realidad. Y
hay otros, no lo olvidemos, que están tan sólidamente
anclados en la realidad objetivamente percibida que
están enfermos, pero en la dirección opuesta: ellos
han perdido el contacto con el mundo subjetivo y se
muestran incapaces de todo acercamiento creativo de
la realidad.

“Si se quiere poner al día la teoría a la que los


analistas han recurrido, en su trabajo, cuando buscan
donde se sitúa la creatividad, es indispensable, como
33
de entrada lo he subrayado, separar la idea de la
creación de la de las obras de arte. Una creación es un
cuadro, una casa, un jardín, un vestido, un peinado,
una sinfonía, una escultura, y hasta un plato de comida
preparado en la casa. Se podría decir que todas esas
cosas, bien podrían ser creaciones.

“Pero la creatividad que me interesa aquí, es con


cierta cosa de universal. Ella es inherente al hecho de
vivir. La creatividad que tenemos en vista es la que
permite al individuo la aproximación a la realidad
exterior. Si se admite una capacidad cerebral razonable
y una inteligencia suficiente que permita al individuo
devenir una persona participante de la vida de la
comunidad, todo evidentemente será creativo, salvo si
el individuo está enfermo o si él se ha molestado por la
intervención de factores del entorno capaces de
bloquear sus procesos creativos.

“Es probablemente erróneo, cuando se apunta el


segundo término de esta alternativa, pensar que la
creatividad pueda ser completamente destruída. Pero
cuando se lee testimonios de individuos que han sido
realmente dominados en sus hogares, o que han
pasado toda su existencia en campos de concentración
o que aún han sufrido durante su vida, persecuciones
políticas, se comprende muy rápido que sólo algunas
de esas víctimas consiguen mantenerse creativas y,
bien entendido, son aquellas que sufren.

“Todo sucede como si todos los otros, aquellos que


continúan existiendo (pero que no viven) en tales
comunidades patológicas, hubieran renunciado a toda
esperanza, por lo que no sufren más; sin duda ellos
han perdido lo que hacía de ellos seres humanos: no
pueden ver ya al mundo de manera creativa. Nos
encontramos así con la fase negativa de la civilización.
34
La creatividad del individuo está destruída por factores
del entorno interviniendo tardíamente en el crecimiento
personal.
“No se sabría verdaderamente de casos en que
haya destrucción completa de la capacidad del individuo
para vivir una vida creativa; hasta en el caso de una
falsa personalidad, existe, escondida en alguna parte,
una vida secreta que es satisfactoria porque es creativa
o propia del ser humano que se trata. Lo que ella tiene
de insatisfactoria es debido al hecho de que ella está
escondida y, por consecuencia, ella no se enriquece con
el contacto de la experiencia de la vida.

“La pulsión creativa puede ser encarada en ella


misma; bien entendido, ella es indispensable al artista
que debe crear obra de arte, pero está igualmente
presente en cada uno de nosotros --bebé, niño,
adolescente, adulto o anciano-- que pone una mirada
sana sobre todo lo que él ve o que él voluntariamente
hace, cualquier cosa, aunque sea llantos
intencionalmente prolongados para saborear la
musicalidad.

“Nos sustraemos al tema principal: el de la pulsión


creativa ella misma. La obra creada, en efecto, se sitúa
entre el observador y la creatividad del artista.

“Antes de una cierta época, no está excluido que


millones de seres que pueblan el vasto mundo no
hayan jamás encontrado o, al menos, hayan perdido, al
final de su pequeña infancia o en el curso de su
infancia, el sentimiento de ser individuos

“Melanie Klein reconoce la existencia de pulsiones


agresivas y de fantasmas de destrucción que aparecen
muy pronto en la vida del individuo. Ha desarrollado la
35
idea de la destructividad del bebé pero le ha dado un
sentido nuevo y vital, viendo en la fusión de las
pulsiones destructivas y eróticas un signo de salud.

“Nosotros constatamos o bien que los individuos


viven de manera creativa y sienten que la vida vale la
pena de ser vivida, o bien que ellos son incapaces de
vivir creativamente y dudan del valor de la vida.

“Mientras que los psicoanalistas se han esforzado


por describir la psicología del individuo, los procesos
dinámicos del desarrollo y de la organización de las
defensas, y que ellos han incluido la pulsión
centrándose en el individuo, aquí, en esta posición
donde la creatividad adviene o no (o bien se pierde), el
teórico debe tener en cuenta el entorno. Es por lo que
toda remarca que se aplique al individuo en tanto que
ser aislado, no conducirá al problema central de la
fuente de la creatividad.

I.- Está ahora, el título que sigue, acompañado de las


hermosas palabras del poeta hindú Rabindranath
Tagore

LA LOCALIZACION DE
LA EXPERIENCIA CULTURA
L

Sobre las riberas


de los mundos infinitos.
juegan los niños

36
RABINDRANATH TAGORE

“Freud, es verdad, ha utilizado la palabra


“sublimación” para indicar el lugar donde la experiencia
cultural toma todo su sentido, pero sin ir hasta
designarnos el lugar físico donde reside esta
experiencia cultural.

“Yo quisiera ahora empujar más lejos esta idea a


fin de llegar a proposiciones susceptibles de ser
sometidas a un examen crítico. Lo haré en mi propio
lenguaje.

“La imagen de Tagore siempre me ha intrigado.


Adolescente, no tenía yo ninguna idea de lo que ella
podía significar, pero ella ha encontrado un lugar en mi
y su impresión no se ha borrado.

“Devenido un freudiano, he sabido lo que ella


significaba: la mar y la ribera representan un coito sin
fin entre el hombre y la mujer, y el niño emerge de
esta unión por un corto momento antes de devenir a su
turno adulto o padre. Después, habiéndome dedicado
al estudio del simbolismo inconsciente, he sabido (se
sabe siempre) que la mar es la madre y que el niño
acaba de nacer sobre la ribera. Los bebés salen de la
mar y son arrojados sobre la tierra, como Jonás de la
ballena. Así pues, el niño habiendo nacido, la ribera es
el cuerpo de la madre. La madre y el bebé, viable
desde ahora, van a aprender a conocerse el uno y el
otro.

“Me apercibí bien pronto que era entonces la


ocasión de recurrir a una concepción ya muy elaborada
de la relación padres-bebé, que existía puede ser un
37
punto de vista infantil más natural, diferente del de la
madre o del punto de vista del observador, que habría
interés en considerar. Jugué entre tiempos con el
concepto de las “representaciones mentales” y con la
descripción en términos de objetos y de fenómenos
localizados en la realidad psíquica y personal,
resentidos como estando en el interior. Estuve
igualmente atento a los efectos de la operación de los
mecanismos mentales de la proyección y de la
introyección. Comprendí, sin embargo, que el juego no
relevaba, no señalaba en los hechos, ni la realidad
psìquica interior, ni la realidad exterior.

“Abordé, por ahí, el sujeto propiamente dicho de


este artículo, a saber, la pregunta: si el juego no es ni
de dentro, ni de fuera, ¿de dónde es él?

“No estaba lejos de lo que había dicho


anteriormente, que el niño, desde el comienzo, no está
solo mas que en presencia de algún otro, sin desarrollar
la idea de un terreno común que existiría en el seno de
esta relación entre el niño y ese algún otro.

“Mis pacientes me han enseñado cómo encontrar


una respuesta a la pregunta: ¿dónde está el juego?
Enseguida condensaré, bajo la forma de una
proposición teórica, lo que he aprendido en mi trabajo
psicoanalítico.

“He sostenido que cuando somos testimonios del


empleo que hace un pequeño niño de un objeto
transicional --la primera posesión no-yo— asistimos a
la vez al primer uso del símbolo por el niño y a la
primera experiencia de juego. Un punto mayor de lo
que yo había avanzado concerniente a los fenómenos
transicionales es nuestro consentimiento a jamás
someter al niño a una alternativa del tipo: ¿has tú
38
creado este objeto o lo has tú simplemente encontrado
ahí, a tu conveniencia? Dicho de otro modo, un trazo
esencial de los fenómenos y los objetos transicionales
está en una cierta cualidad de nuestra actitud, en el
tiempo mismo en que nosotros los observamos.

“El objeto es un símbolo de la unión del bebé y de


la madre (o de una parte de la madre). Ese símbolo
puede ser localizado. Él ocupa un lugar en el espacio y
en el tiempo, ahí y donde la madre se encuentra ella
misma en transición entre dos estados: estar
confundida con el niño (en el espíritu del bebé) y estar
experimentada como un objeto percibido más bien que
concebida. La utilización de un objeto simboliza la unión
de dos cosas hasta ahora separadas.

“Los psicoanalistas que, a justo título, han puesto


el acento sobre la importancia de la experiencia
instintual y de las reacciones a la frustración, no han
logrado determinar con claridad o con una convicción
comparable, la intensidad considerable de esas
experiencias sin momentos culminantes que se llaman
jugar.

“Nos resta dedicarnos a la interrogante: la vida


misma, ¿en qué consiste ella? Nuestros enfermos
psicóticos nos confrontan a ese problema fundamental.
Vemos pues que no es la satisfacción pulsional la que
permite a un bebé comenzar a ser, comenzar a sentir
que la vida es real y a encontrar que ella vale la pena
ser vivida. En realidad, las gratificaciones instintuales
son primero funciones parciales, luego ellas devienen
seducciones, a menos de reposar sobre la existencia
en el individuo de una capacidad sólida para una
experiencia total, y para una experiencia en el campo
de los fenómenos transicionales. Es el sí mismo que
debe preceder la utilización del instinto por el sí mismo.
39
“No se puede hablar de un hombre mas que
considerándolo con la acumulación de sus experiencias
culturales. El todo forma una unidad.

I.- Cuando usted doctor, dice, que es necesario,


hablando de un hombre, “considerarlo con la
acumulación de sus experiencias culturales”, ¿hace
referencia que en ellas intervienen los que usted llama
fenómenos transicionales?

“He empleado el término de experiencia cultural


en y viendo una extensión de la idea de fenómenos
transicionles y de juego, pero sin estar seguro de
poder definir la palabra “cultura”. En efecto, pongo el
acento sobre la experiencia. Utilizando la palabra
cultura, pienso en la tradición de la que se hereda.
Pienso en alguna cosa que es el lote común de la
humanidad al cual los individuos y los grupos pueden
contribuir, y de donde cada uno de nosotros podrá
sacar cualquier cosa, si tenemos un lugar donde poner
lo que nosotros encontremos.

“Dependemos así de un modo cualquiera de


conservación del pasado. Sin duda hemos perdido
mucho de las civilizaciones arcaicas, pero los mitos
representan un producto de tradición oral, un lote
cultural, podríamos decir, que ha alimentado durante
seis mil años la historia de la cultura humana. Esta
historia vehiculada por el mito persiste hasta nuestros
días, a despecho de los esfuerzos de los historiadores
por ser objetivos –lo que ellos no podrá serlo jamás,
aunque deban emplearse en serlo--. Quizás he dicho
bastante para mostrar a la vez lo que sé y lo que no sé,
tocante al sentido de la palabra cultura.

40
“Volviendo a nuestra cuestión: la vida, ¿en qué
consiste?, quiero decirle a los amigos analistas que
ustedes pueden tratar a sus pacientes y no saber lo que
a ellos los impulsa a vivir. Ahora bien, es de toda
primera importancia para nosotros reconocer
abiertamente que la ausencia de enfermedades
psiconeuróticas es, tal vez la salud, pero que eso no es
la vida. Los psicóticos que no cesan de oscilar entre
vivir o no vivir nos confrontan a ese problema, un
problema que no es solamente del lote de los
psiconeuróticos, sino de todos los seres humanos.

“Sostengo que esos fenómenos que representan la


vida y la muerte para nuestros pacientes esquizoides o
borderline son los mismos que aquellos que aparecen
en nuestras experiencias culturales. Son esas
experiencias culturales, que aportan a la especie
humana esta continuidad, trascendiendo la experiencia
personal. Según mi opinión, las experiencias culturales
están en continuidad directa con el juego, el juego
(play) de aquellos que aún no han oído hablar de los
juegos (games).

I.- Llegamos, nada menos que a la

Tesis principal

“1. El lugar donde se sitúa la experiencia cultural


es el espacio potencial entre el individuo y su entorno
(originalmente el objeto). Se puede decir otro tanto del
juego. La experiencia cultural comienza con un modo
de vida creativo que se manifiesta primero en el juego.
2. Para todo individuo, el uso de este espacio está
determinado por las experiencias de la vida que toman
41
lugar en los primeros estadios de la existencia
individual.

3. Desde el origen, el bebé tiene experiencias de


las más intensas en el espacio potencial entre el objeto
subjetivo y el objeto percibido objetivamente, entre las
extensiones del yo y el no-yo. Este espacio potencial se
sitúa entre el dominio donde no hay nada, sino yo. Y el
dominio donde hay objetos y fenómenos que escapan al
control omnipotente.

4. Todo bebé encuentra ahí su propia experiencia


favorable o desfavorable. La dependencia es máxima.
El espacio potencial no se constituye mas que en
relación con un sentimiento de confianza de la parte del
bebé, a saber un confianza suponiendo que él puede
volver a poner en la figura maternal o en los elementos
del medio entornante, viniendo esta confianza aquí a
testimoniar de lo que la fiabilidad está en tren de ser
introyectado.

“Si se quiere estudiar el juego, después la vida


cultural del individuo, se debe encarar el destino del
espacio potencial entre no importa cual bebé y la figura
maternal humana (falible en tanto que tal) que el amor
vuelve capaz de adaptación.

“Se verá que si esta área debe ser considerada


como una parte de la organización del yo, es ahí una
parte del yo que no es un yo-cuerpo, que no está
fundada sobre el modelo de un funcionamiento del
cuerpo, sino sobre las experiencias del cuerpo. Esas
experiencias pertenecen a una relación del objeto que
no es orgástica, o a esa que se podría llamar la relación
vivida por el yo, en el lugar donde está permitido decir
que la continuidad cede el paso a la contigüidad.

42
“Como observadores notamos, que toda cosa en
el juego ha sido ya hecha, ha sido ya experimentada,
ha sido ya sentida y que, ahí donde aparecen símbolos
específicos de la unión del bebé y de la madre (objetos
transicionales), esos objetos precisamente han sido
adoptados, no creados. Sin embargo, para el bebé (si la
madre puede ofrecer buenas condiciones), cada detalle
de su vida es un ejemplo de vida creadora. Todo objeto
es un objeto “encontrado”. La chance le ha sido dada,
he aquí que el bebé comienza a vivir creativamente, a
utilizar los objetos existentes por ser creador en ellos y
con ellos. Pero si esta chance no le es dada, él no está
en el área en la cual el bebé podría tener un juego o
una experiencia cultural. Él entonces no tiene vínculo
con la herencia cultural y él no tendrá ninguna
contribución al lote cultural.

“Se sabe que el “niño privado” está agitado y


privado de jugar; él muestra un empobrecimiento de la
capacidad de hacer experiencias en el campo cultural.

“Me parece ya es el tiempo para la teoría de


pagar su tributo a esta tercera área, la de la
experiencia cultural que deriva del juego. (Las dos
otras áreas son la realidad psíquica interior o personal y
el mundo efectivo donde vive el individuo).

I.- Y nos toca, conocer lo que dice el autor


WINNICOTT, como

Resumen

“He intentado atraer la atención sobre la


importancia, tanto en la teoría como en la práctica, de
una tercera área, la del juego, que se extiende hasta la

43
vida creativa y a toda la vida cultural del hombre. Esta
tercera área ha sido opuesta, de una parte, a la
realidad psíquica interior o personal y, de otra parte, al
mundo existente en el cual vive el individuo, mundo
que puede ser objetivamente percibido. He localizado
esta área importante de experiencia en el espacio
potencial entre el individuo y el entorno, este espacio
que, al partir, a la vez une y separa al bebé y la madre,
cuando el amor de la madre que se revela y se
manifiesta por la comunicación de un sentimiento de
seguridad da al bebé, en los hechos, un sentimiento de
confianza en el factor entorno.

“Subrayamos el hecho que este espacio potencial


es un factor ampliamente variable (de un individuo al
otro) mientras que las otras dos localizaciones -–la
realidad personal o psíquica y el mundo existente--
son relativamente constantes, la primera estando
biológicamente determinada, la segunda siendo
propiedad común.

“El espacio potencial entre el bebé y la madre,


entre el niño y la familia, entre el individuo y la
sociedad o el mundo, depende de la experiencia que
conduce a la confianza. Se puede considerarlo como
sagrado para el individuo en la medida en que éste
hace, en ese espacio mismo, la experiencia de la vida
creativa.

“En lo opuesto, la explotación de esta área


conduce a una condición patológica donde el individuo
es literalmente atestado de elementos persecutivos de
los que él no llega a desembarazarse.

“De ahí, se podrá deducir cuanto de importante


debe ser para el analista reconocer la existencia de este
lugar, el sólo donde el juego puede encontrar su punto
44
de partida, lugar que se sitúa en el momento de
continuidad-contiguidad donde los fenómenos
transicionales toman su origen.

“Creo, al menos espero, haber asi comenzado a


responder a la pregunta que me puse: “¿Dónde está
localizada la experiencia cultural?”

I.- El amigo D. W. WINNICOTT le da mucha


importancia y contenido a

EL LUGAR DONDE VIVIMOS

“Quisiera examinar el lugar, utilizando la palabra


en su sentido abstracto. Dónde, la mayor parte del
tiempo, estamos nosotros cuando vivimos.

“Consideremos la vida de los seres humanos:


están aquellos que les gusta pensar superficialmente en
términos de comportamiento y también en términos de
reflejos condicionados y de condicionamiento, lo que
conduce a lo que se llama la terapia del
comportamiento. Pero la mayor parte de entre nosotros
están cansados de limitarse al comportamiento o a la
vida extrovertida que se observa entre los individuos
que, eso les guste o no, están motivados por el
inconsciente.

“En lo opuesto, están aquellos que ponen el acento


sobre la vida “interior” y piensan que los efectos de la
economía, y hasta del hambre, son de poca importancia
comparados con la experiencia mística.

45
“Intentaré situarme entre esos dos extremos. Si
consideramos nuestras vidas, constataremos
probablemente que la más grande parte de nuestro
tiempo, no la consagramos ni a los comportamientos,
ni a la contemplación, sino que ese tiempo, lo pasamos
en cualquier parte, en otra parte. Pregunto: ¿dónde?

I.- Estamos, en cuanto a la exposición que nos hace el


Dr. WINNICOTT de su teoría , en

Una zona intermediaria

“No es suficiente decir: ¿qué hacemos nosotros?


Es necesario plantearse la pregunta: ¿dónde estamos
(si estamos verdaderamente en alguna parte)?

“Hemos utilizado los conceptos de interior y de


fuera y buscamos un tercero. ¿Dónde estamos cuando
hacemos lo que nos pasamos haciendo, de hecho, la
mayor parte de nuestro tiempo, o sea cuando sentimos
placer en lo que hacemos?. ¿Podríamos ver más claro
evocando la existencia posible de un lugar en el que los
términos de “interior” y “exterior, no se aplicarían
exactamente?

“Encaro el placer muy elaborado del adulto delante


la vida, la belleza o alguna invención humana abstracta
y, al mismo tiempo, el gesto creativo del bebé que
busca la boca de la madre, toca sus dientes a tiempo
que la mira en los ojos y la ve creativamente. Según mi
opinión, “jugar” conduce naturalmente a la experiencia
cultural y hasta constituye su fundación.

46
“Ahora, si mi argumento es convincente, tenemos
no dos, sino tres estados humanos a comparar entre
ellos. Si consideramos esas tres modalidades, vemos
que hay un trazo particular que distingue lo que llamo
la experiencia cultural (o “jugar”) de los otros dos.

“Considerando primeramente la realidad exterior y


el contacto del individuo con ella, en términos de modo
de relación con el objeto y la utilización de ese objeto,
se ve que la realidad exterior es fija. Además, el equipo
instintual que sirve de sostén a la relación con el objeto
y a la utilización del objeto es, él mismo, fijado por el
individuo, aunque él varíe según las fases de la edad, y
también, según la libertad que tenga el individuo de
hacer uso de las mociones pulsionales.

“Consideremos ahora la realidad psíquica interior,


la propiedad personal del individuo, por tanto, que
un grado de integración haya sido logrado, que
comporte el establecimiento de un si mismo formando
unidad, con lo que eso implique. A saber una
membrana que delimite un interior y un exterior. Se
constata de nuevo aquí una fijeza que hace parte de la
herencia, de la organización de la personalidad, los
factores introyectados y factores personales
proyectados.

“En oposición a esas dos realidades, el área


puesta a nuestra disposición por el tercer modo de
vida, el área donde se sitúa la experiencia cultural o el
juego creativo, me parece extremamente variable
según los individuos. La razón es que esta tercera área
es un producto de las experiencias de la persona
individual (bebé, niño, adolescente, adulto) en el
entorno que prevé. Hay aquí una especie de
variabilidad, que difiere en cualidad de variabilidades
propias al fenómeno de realidad psíquica personal e
47
interior, tan bien como a la realidad exterior o
coparticipada. La extensión de esta tercera área puede
ser mínima o máxima, según las experiencias que ha
pedido efectivamente acumularse.

“Ahora encararé la posición del individuo en el


mundo, ahí donde se puede decir que la experiencia
cultural (el “juego”) “tiene lugar”.

I.- El subtítulo final, está precedido de la advertencia


del Dr.WINNICOTT, respecto de lo fundamental que
encarará en este espacio terminal

Un espacio potencial

“Avanzaré la idea, de la que será necesario


discutir su valor, que en lo que concierne al juego
creativo y la experiencia cultural, y comprendido en sus
desarrollos más elaborados, la posición en cuestión es
el espacio potencial entre el bebé y la madre. Me
refiero aquí a esta área hipotética que existe (pero
puede no existir) entre la madre (o una parte de ella)
durante el período de repudio del objeto en tanto que
no–yo, es decir al final del estado cuando el bebé está
confundido con el objeto.

“Partiendo del estado cuando el bebé esta


confundido con la madre, se encuentra en un estadio
donde él separa a la madre de sí mismo y en el que la
madre disminuye su grado de adaptación a las
necesidades del bebé (porque ella a la vez, se libera de
una intensa identificación con su bebé y porque ella
percibe la nueva necesidad de su hijo, la de que ella
devenga un fenómeno separado).

48
“El amor de la madre o del terapeuta no significa
solamente responder a las necesidades de la
dependencia, sino que viene a querer decir otra cosa:
proveer la oportunidad a ese bebé o a ese paciente de
ir de la dependencia hacia la autonomía.

“Un bebé puede ser alimentado sin amor, pero una


alimentación, un arreglo impersonal o sin amor no
sabría producir un nuevo niño autónomo. Allá donde se
reencuentran confianza y fiabilidad, hay un espacio
potencial, espacio que puede devenir un área infinita de
separación, espacio que el bebé, el niño, el
adolescente, el adulto pueden llenar creativamente
jugando, lo que devendrá ulteriormente en la utilización
dichosa de la herencia cultural. El trazo específico de
ese lugar, donde se inscriben el juego y la experiencia
cultural, es el siguiente: la existencia de ese lugar
depende de las experiencias de la vida, no de las
tendencias heredadas. Tal bebé será tratado con una
comprensión tan grande en el momento en que la
madre se separa de él, que el área del juego será
inmensa, pero tal otro tendrá, en ese estadio de su
desarrollo, una experiencia tan pobre que no le quedará
mas que una pequeña chance de evolucionar fuera de
la alternativa introversión-extraversión. En el segundo
caso, el espacio potencial no cuenta, pues el
sentimiento de confianza combinado a la fiabilidad,
jamás ha podido edificarse y al mismo tiempo, no ha
tenido realización de sí mismo en la tranquilidad.

“En la experiencia del bebé con más chances (de


pequeño niño, de adolescente y de adulto), el
problema de la separación en el hecho mismo de
separarse no se plantea, porque en el espacio potencial
entre la madre y el bebé se constituye el juego creativo
49
que surge muy naturalmente del estado primero de
distensión: es entonces que se desarrolla la utilización
de signos que valen a la vez para los fenómenos del
mundo exterior y para los del individuo.

“La introducción de esta tercera área por lo tanto,


no hace perder su importancia a las otras dos. Cuando
nos consideramos seres humanos, estamos
necesariamente conducidos a hacer observaciones que
deben superponerse. La relación de los individuos con
el mundo es tal que ella implica una gratificación
instintual, bajo forma directa o sublimada.

“El juego y la experiencia cultural son cosas a las


cuales acordamos un valor muy particular; ellas religan
el pasado, el presente y el futuro; ellas ocupan tiempo
y espacio; ellas exigen y obtienen una atención
sostenida y deliberada, pero sin que ahí entre por lo
tanto, ese carácter deliberado, propio de nuestros
ensayos y nuestros errores.

“La madre se adapta a las necesidades de su


bebé, de su hijo, todo a lo largo de la evolución
progresiva de su personalidad y de su carácter. Esta
adaptación le confiere un cierto grado de fiabilidad. La
experiencia que hace el bebé de esta fiabilidad durante
un período dado, suscita en el bebé y el niño que crece
un sentimiento de confianza. Es la confianza del bebé
en la fiabilidad de la madre y, a partir de allí, en la de
otras personas y en otras cosas que hace posible el
movimiento de separación entre el yo y el no-yo. En el
mismo tiempo, sin embargo, se puede decir que la
separación es evitada, gracias al espacio potencial que
se encuentra lleno por el juego creativo, la utilización
de los símbolos y por todo eso que terminará por
constituir la vida cultural.

50
“A menudo existe una falla en la confianza que va
a ligar la capacidad de jugar del individuo, de hecho
las limitaciones del espacio potencial. Se reencuentra
igualmente entre los numerosos individuos una pobreza
de juego y de vida cultural que tienen, aunque haya
lugar para la erudición, un fracaso relativo de la parte
de las personas que constituyen el mundo del niño.

I.- Ante la comprobación que usted hace doctor, de


“un fracaso relativo de la parte de las personas que
constituyen el mundo del niño”, ¿qué cree usted es lo
que corresponde hacer, o por lo menos intentarlo?

“Lo que importa ante todo, en función de lo que


acabo de exponer, es la protección de la relación bebé-
madre y bebé-padre en todo el primer estadio del
desarrollo del pequeño muchacho y de la pequeña
muchacha, a fin que pueda avenir el espacio potencial
donde, gracias a la confianza que èl haga sentir, el niño
pueda jugar creativamente.

“Enseguida, importa que quienes toman el


cuidado de los niños de todas las edades, estén listos a
poner al niño en contacto con los elementos apropiados
de la herencia cultural y eso, según la capacidad
individual del niño, su edad afectiva y su nivel de
desarrollo.

“Es útil según mi opinión, encarar una tercera área


de la existencia que no está ni en el individuo, ni fuera
de él, en el mundo de la realidad coparticipada. Se
puede imaginar que ese modo de existir intermediario
se sitúa en un espacio potencial, negando la idea de
espacio y de separación entre el bebé y la madre asi
como todo eso que resulta de ese fenómeno”.

51
De corazón…

I.- En primer lugar, en nombre del Conjunto


Teatral NUEVOS HORIZONTES nos complacemos
en agradecer la cooperación valiosísima que nos ha
ofrecido la participación del autor, D. W. WINNICOTT,
al brindarnos su libro, JUEGO Y REALIDAD,
para posibilitar esta ocasión.

“Al mismo tiempo, queremos agradecer a


todos quienes, de una y otra forma, desde
conseguirnos solidariamente libros,
algunos agotados, han ayudado al presente
propósito, y en especial,
hoy a ustedes que con su presencia
e intervenciones en el debate abierto,
han realizado esta MESA REDONDA con la
“MESA REDONDA” Nuevos Horizontes – EL
JUEGO.

Finalmente, manifestamos que


en esta labor informativa
que nos supone la realización de estos eventos,
nos alienta la esperanza tierna,
que así contribuímos todos
(autores y participantes),
a mantener el libre debate
sobre el espìritu de juego y su actividad humana
que a través de los siglos,
con el arte y la cultura de los hombres
que ella genera, haga que podamos
todos los seres humanos,
52
sentirnos y así saber,
que pertenecemos a una misma y sola especie,
sufriente, pero esperanzad
del goce, la ternura y la alegría.

“JUEGO Y REALIDAD”

D. W. WINNICOTT

EDICIONES GALLIMARD
Paris, 1975.

Traducción y transcripción
seleccionada, liber forti, para

“MESA REDONDA”
NUEVOS HORIZONTES
53
EL JUEGO

ÍNDICE

Encontrar, acoger, reconocer al ausente . . . . 5


Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
OBJETOS TRANSICIONALES Y
FENÓMENOS TRANSICIONALES . . . . . . . . . 12
Hipótesis original . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
La primera posesión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Insuficiencia de la definición
corriente de la naturaleza . . . . . . . . . . . . . 14
La ilusión y el valor de la ilusión . . . . . . . 15
Desarrollo de la teoría ilusión-desilusión . . 16
Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
JUGAR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
Proposición teórica . . . . . . . . . . . . . . 18
Juego y masturbación . . . . . . . . . . . . .. 18
Los fenómenos transicionales . . . . . . . . . . . . 20
El juego en el tiempo
y en el espacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Teoría del juego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Psicoterapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
JUGAR . . . . . . 28
A la búsqueda de sí mismo . . . . . . . . . . . . . . 29
LA CREATIVIDAD Y SUS ORÍGENES . . . . . . . . 31
LA LOCALIZACIÓN DE LA
EXPERIENCIA CULTURAL . . . . . . . . . . . . . 36
Tesis principal . . . . . . . . . . . 41
Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
EL LUGAR DONDE VIVIMOS . . . . . . . . . . . . 45
54
Una zona intermediaria . . . . . . . . . . . . . . 46
Un espacio potencial . . . . . . 48

“MESA REDONDA”
NUEVOS HORIZONTES -
EL JUEGO

VOLÚMENES

1.- Federico SCHILLER


La Educación Estética del Hombre
2.- Jean DUVIGNAUD
El Juego del Juego
3.- Johan HUIZINGA
Homo Ludens
4.- D. W. WINNICOTT
Juego y Realidad
5.- Roger CAILLOIS
Los Juegos y los Hombres
6.- Humberto MATURANA
Gerda VERDEN-ZÖLLER
Amor y Juego
7.- G. PRÜFER
Fröbel
8.- Raimundo DINELLO
El Derecho al Juego
9.- Robert JAULIN
Juegos y Juguetes
10.- Daniil ELKONIN
Psicología del juego.

55
post dedicatoria

Contribuir a esclarecer
la función expresiva, afectiva
y comunicante del lenguaje
universal del JUEGO,
es un intento que tiene el abrazo
tiernamente solidario de Nuria,
gracias al cual se logró
este trabajo que busca,
en resumen, ser una
caricia preocupada,
a “esa humanidad que
a nuestro lado palpita:
los niños.

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