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Corporación Universitaria Minuto de Dios.

Yesid Mauricio Herrera.

Daniela Valentina Castañeda Urrego.

NRC: 5340.

ID: 744813.

Entre la tortura y el encierro

A medida que pasa el tiempo hemos evidenciado que la manera en la que se “castigaba” a una

persona por cometer un crimen, ha cambiado radicalmente, comparándolo desde el siglo XVI ,

que en esas épocas se basaban en un juicio físico, lastimar a la persona públicamente para que así

la nación se diera cuenta del sufrimiento que debía pasar aquella por tal acto ilegal; en cambio ya

en pleno siglo XXI, se basa en que el “delincuente” sea privado de la libertad y consigo cumpla

unas normas y actividades dentro del centro carcelario, al principio con técnicas, armas, entre

otras cosas, las utilizaban para ver la reacción del delincuente y así mismo poder llegar a un

punto de dominación sobre este; pero acaso todas estas modificaciones en el sistema penal, ha

hecho que los niveles de crímenes sean menores o que la gente no cometa más crímenes o solo es

un nuevo sistema para judicializar y castigar al criminal sin lastimarlo físicamente.

Todo se dio a conocer en el siglo XVI donde Foucault comienza unos estudios con relación al

castigo o como se les inculpaba a los criminales, este dijo, que se inculpaba al delincuente por

medio del suplicio aclarando que esta manera de castigar, tenía que cumplir unas ciertas

características que son.


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Primero debe producir cierta cantidad de sufrimiento, es decir, debe ser cuantificable;

segundo, dicha producción debe estar sometida a reglas, así, dependiendo de la gravedad del

delito, se impone determinado castigo; y tercero, el suplicio forma parte de un ritual en donde se

marca al delincuente que fue víctima del suplicio. (Álvarez, L. 2010. Párr 4.)

Pero en otras partes del mundo se seguía manejando, aunque muchas maneras de suplicio

habían sido eliminadas muchas otras seguían vigentes como el empalamiento o

descuartizamiento, todo esto en su momento era para evitar y dar a concientizar del sufrimiento

físico y mental que puede llegar a adquirir un individuo por una falta a la sociedad o hacia el

monarca, intentando de esta manera que se redujeran los delitos. Cesare Beccaria era una de las

personas que decía que esta pena de “muerte” era absurda ya que como era posible que las

mismísimas leyes que imponía la seguridad y bienestar en un país o nación fueran capaz de

masacrar a su gente por cuestiones de autoridad y no perder el mandato ante la sociedad; pero

Howard también dio a conocer su punto de vista y este decía que se sustituyera el suplicio pena

de muerte a cambio de una reforma de la prisión ya que se convivía mujeres, niños, ancianos, y

hombres en un mismo sector, conviviendo así entre todos en un entorno de violencia,

enfermedades, ventas de alcohol entre otras cosas (Speckman. 2015)

Al darse cuenta que esta manera de castigo no estaba siendo muy relevante y que no obtuvo el

impacto social que ellos esperaban; en el siglo XVIII tomaron la decisión que se cambiara por un

castigo oculto, el cual no fuera expuesto el individuo violentado a la nación ya que esto daba un

concepto contrario a la búsqueda de “justicia”, y a la par buscaron una manera en la que no se le

tuviera que maltratar al individuo físicamente ya que esto traía repercusiones con la sociedad

sino más bien se le negara o prohibiera algún bien o un derecho, como la libertad; ante esto se

dieron a conocer varios puntos de vista, Howard fue uno de ellos, decía que era una manera más
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correcta de castigar al culpable y que además se implementara vigilancia, una separación de los

prisioneros, atención medica entre otras cosas, y Foucault que esta era una opción para reincidir

al individuo nuevamente a la sociedad y así darle la opción de mejorar pero así mismo que tenga

en cuenta el castigo que se le impone por aquel acto ilegal y que ante la sociedad se vea que hubo

un castigo adecuado y que se hizo justicia para aquel acto.

Todo esto con el objetivo de judicializar al individuo culpable por medio de la libertad y

ejercer presión tanto física como mental, y llevándolo consigo a labores dentro de estas

instalaciones, también son sometidos a pruebas psicológicas, instintos y anomalías para ver la

situación del culpable y todo esto analizado por las autoridades competentes. Esta nueva manera

de castigo no implica o no significa que la tasa de delitos haya disminuido, pero si es una manera

de dominar al individuo y judicializarlo de manera más justa pero para esto mismo, se tiene en

cuenta el grado de delito que cometió, se someterá a cierto tiempo determinado en pena de

libertad, o en casos extremos a ser parte de la pena de muerte, como decía Foucault “el sistema

penal sería una forma de administrar los ilegalismos, aceptando algunos y reprimiendo otros”

(2002)

En conclusión podemos evidenciar que el sistema penal entre todos los países a variado, unos

siguen con costumbres antiguas pero en la mayoría de los casos se priva de la libertad o en casos

se sanciona con un pago alto de dinero, pero esto a cambiado para bien ya que el suplicio lo

único que provocaba era lastimar al individuo y consigo que la comunidad pensara que esto solo

era una manera de mostrar autoridad y violencia hacia aquel, a cambio privándolo de la libertad,

se logra observar, un cambio en el individuo intentándolo reincidir en la comunidad y aparte que

este cumpla un castigo por aquel acto ilegal, lo único que yo, mejoraría del sistema penal seria la
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vigilancia, lo servicios ante los prisioneros ya que muchas veces están a la vista de enfermedades

y no pueden adquirir un buen servicio médico, y la seguridad y guardia de esta.

Referencia

 Foucault, M, (2002), Vigilar y castigar, Buenos Aires Argentina, Editorial:

Argentina.S.A

 Álvarez-Villareal, L. M. (2009). Michel Foucault, Vigilar y castigar. El nacimiento de

la prisión. Díkaion, 18 Tomado de:

https://dikaion.unisabana.edu.co/index.php/dikaion/article/view/1556/2148

 Monteverde, A. (2013). La pena de muerte y sus aplicaciones técnicas en el

pensamiento de Jeremías Bentham. Revista de estudios histórico-jurídicos, Tomado

de: https://dx.doi.org/10.4067/S0716-54552013000100023

 Beccaria, C , (1968), Capítulo 28. De la pena de muerte, editorial Madrid, Tomado de:

http://www.amnistiacatalunya.org/edu/2/pm/pm-cites-c.beccaria.html#ret

 Speckman, E, (2015). Los reformadores: Beccaria, Howard y el derecho penal

ilustrado. Boletín mexicano de derecho comparado, 48(144), 1307-1315. Recuperado

en 09 de septiembre de 2020, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?

script=sci_arttext&pid=S0041-86332015000300017&lng=es&tlng=es

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