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El dadaísmo es la manifestación que según Walter Benjamin da cuenta del efecto de shock. El
Shock dadaísta afirma, que de ser una apariencia atractiva que apela a la contemplación, la obra
pasó a ser un proyectil, provocativa, incitante, que ataca sin miramiento en sus convicciones y
expectativas. Todo apunta a la destrucción violenta del aura. Así se presenta en la obra Desayuno
de piel de Meret Oppenheim en 1936, en el cual se rompe con la tradicional taza de porcelana y es
reemplazada por una cubierta de piel peluda.
En la pintura “Las tres bailarinas” de Pablo Picasso de 1925 denotan que el pintor, tras años de
naturalezas muertas de líneas clásicas y recogidas ubicadas en el espacio interior de seguridad y
confort, irrumpe con extravagancia, oscuridad y desmembramiento su arte. Recalcando que la paz
burguesa se ha quebrado y el refugio ya no es tal, se ha perdido. Estas tres mujeres estridentes y de
torsiones imposibles denotan pánico y horror para hablar de la descomposición moral de la
sociedad, se va volviendo más sombrío e inquietante, permite libre acceso al miedo, la angustia, la
muerte y la deformidad a los confortables e imperturbables interiores burgueses. Obras
como “Naturaleza muerte con cráneo de buey” (1942),“Mujer con sombrero sentada en sillón”
(1941-1942), “Busto de mujer sobre fondo gris” (1943) o “Mujer arreglándose el pelo” (pintada en
1940 como reflejo de la angustia de la entrada de las tropas nazis en París) son ejemplos de La línea
de terror y sufrimiento, e incluso sadismo, que se extendió en las pinturas de Picasso tras el
“Guernica” de 1937 con el mundo inmerso en la II Guerra Mundial, representan esta concepción
dolorosamente trágica de la maldad humana y los horrores de la guerra.
Cabe destacar a Georg Wilhelm Pabst, último gran realizador de la estética expresionista, los dos
motores que movieron su obrason los sentimientos y la realidad social de su país en donde
encarriló el cine alemán por la senda del realismo social. Fue el primer cineasta que incorpora
el psicoanálisis en sus películas. Sus obras abordaron los problemas de la psicología femenina en
una trilogía: Crisis, La caja de Pandora y Tres páginas de un diario, donde por medio de la vida de
sus protagonistas femeninas realizó una crítica amarga de la Alemania de su época. Crisis en 1928,
se centra en una mujer ociosa de la burguesía que, hastiada de su vida matrimonial, se lanza al
libertinaje. La caja de Pandora de 1929, que se basaba en la biografía de la Lulú de Frank
Wedekind (personaje que funde sus piezas Der Erdgeist, Die Büchste der Pandora, que relata
pansesualismo de esa mujer, que ha de huir de Alemania y será finalmente víctima en Londres de
Jack el Destripador, en el mismo año nace Tres páginas de un diario; era una versión del Diario de
una perdida de Margarette Bohne narra el hundimiento hasta el burdel de la hija de un
farmacéutico, que se había visto seducida. Los dos motores que movieron la obra de Pabst: los
sentimientos y la realidad social de su país, encarriló el cine alemán por la senda del realismo
social. Dando importancia a la revolución La revolución sexual que fue aprovechada por las
mujeres para exigir la igualdad en derechos e innovar comportamientos. Vinculándola a Wilhem
Reich, quien expone que la causa de que la sociedad esté enferma y neurótica es la educación de la
familia patriarcal, autoritaria y sexofóbica. De esta manera, la neurosis surge cuando el individuo no
puede satisfacer y descargar natural y libremente su energía sexual y esta energía bloqueada genera
desequilibrios. El animal castrado pierde sus instintos y deja de ser agresivo; del mismo modo, el
individuo, en la imposibilidad de vivir su vida como consecuencia de la represión sexual, está
perdido y es fácilmente domesticable.