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Biografía
En tanto en los años 1913 a 1920 trabajó en una categorización de las lenguas
indígenas americanas, basándose en el condicional de que el método
lingüístico podía crear sugerencias sobre las relaciones históricas. Como
consecuencia de ese trabajo presentó su clasificación de seis unidades de
lenguas indígenas americanas (publicada en 1921), que fue recibida con
desdén. En ese mismo año su único texto, lenguaje, apareció. En este fértil
texto, escribió concerniente a sus puntos de vista generales sobre el lenguaje y
temas conectados, como la cultura y la literatura, de una manera viable para un
público no lingüístico.
Durante estos años se interesó cada vez más por cuestiones de cultura y
personalidad (véase, por ejemplo, su visión de la cultura en la famosa “Cultura,
genuina y espuria” de 1924). En 1925, a Sapir se le ofreció un puesto en la
Universidad de Chicago. Se le pidió que dirigiera un nuevo programa de
antropología en el Departamento de Sociología y Antropología, junto con Fay-
Cooper Cole. Los años en Chicago (hasta 1931) fueron sus más felices. Tuvo
numerosos estudiantes que asistieron a sus cursos de posgrado en lingüística
y al curso muy popular llamado “La psicología de Cultura". Junto con el
politólogo Harold Lasswell y el psiquiatra Harry Stack Sullivan, Sapir trató de
establecer un programa interdisciplinario sobre el tema de la personalidad y la
cultura ('historias de vida'). El intento no fue muy exitoso en términos de
institucionalización; pero Sapir pronto fue reconocido como una de las figuras
más influyentes en la antropología estadounidense y en el campo cada vez
más profesionalizado de la lingüística (se convirtió en presidente de la
Asociación Antropológica Estadounidense y de la Sociedad Lingüística de
América). En su vida personal se produjo un cambio feliz e importante en
septiembre de 1926 cuando Sapir se casó con su segunda esposa, Jean
McClenaghan.
Influencias
[...] todo el objetivo de este artículo ha sido mostrar que los fenómenos
fonéticos no son fenómenos físicos per se, por necesario que pueda ser
llegar a los hechos fonéticos a través de su encarnación física. La presente
discusión es realmente una ilustración especial de la necesidad de llegar
hacia atrás de los datos sensoriales de cualquier tipo de expresión con el
fin de captar las formas intuitivamente sentidas y comunicadas que sólo le
confieren su significado a expresiones de este tipo (Sapir, 1925: 51).
quizá fuera preciso añadir otros dos aspectos que se reflejan en los
escritos de Sapir. Por una parte, la relación del lenguaje con el medio
ambiente, es decir, lo que podríamos denominar la ecología del lenguaje;
por otra, las implicaciones políticas del lenguaje y su repercusión en el
contexto nacional e internacional (Sánchez-Marco, 1976: 32-33).
[...] limitados por ciertos modos de interpretación, aun cuando nos creamos
más libres. Nos encontramos introducidos en un nuevo principio de
relatividad que dice que la misma realidad física no lleva a diferentes
observadores a la misma imagen del universo, a menos que su trasfondo
lingüístico sea idéntico (Whorf, 1952: 5).