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Resumen para 2ª Evaluación Desarrollo Individual-

UNIDAD II
Los sentimientos de inferioridad

Competencia: Analizar el sentimiento de inferioridad y superioridad

Hola a todos:

Daremos inicio a esta unidad, en donde Alfred Adler nos hace la aclaración que no es lo
mismo el Complejo de Inferioridad ( es un termino exclusivo de Sigmund Freud) con el
sentimiento de inferioridad.

Locuazmente nos hace refiere que todos los seres humanos nacemos con ese
sentimiento de inferioridad y que en la medida que vamos creciendo y madurando lo
vamos superando, al hacerlo nos convertimos en personas capaces de desenvolvernos
hasta en el peor de los momentos.

Todos hemos pasado situaciones adversas y que probablemente nos han hecho sufrir y
hasta ser desconfiados de nuestros entornos, ya sea la familia, el trabajo, el estudio. Adler
comenta que no se trata de ello sino más bien de ser Resilientes y sobrellevar las
situaciones.

Les dejo este vídeo sobre la Resiliencia:

Saludos a todos

En esta semana les mostraré 3 vídeos los cuales serán para hacer el análisis en equipo y la
presentación del trabajo.

Son casos reales en donde se ve claramente por las situaciones difíciles que cada uno de
los actores principales han tenido que vivencias, se reafirma el termino de la resiliencia en
cada uno de los personajes.

Es importante comentarles que el ser humano en sus propias características de


complejidad, tiene una resistencia al cambio que es por decirlo así "casi natural"; esta
resistencia al cambio es la que no nos deja abandonar la zona de confort que tenemos y
el mínimo de esfuerzo para hacer modificaciones en nuestras vidas, que probablemente
sean urgente.

Les dejo un artículo muy interesante sobre la zona de confort.


La zona de confort es un entorno conocido que nos hace sentir seguros y
protegidos. Pero el que no arriesga, no gana, y hay que salir de ella para
‘crecer’. Estos consejos te ayudarán a abandonarla sin miedo.

En la actualidad las emociones están de moda, como también lo están


los términos relacionados con la gestión de las mismas. Así por ejemplo,
desde el ámbito del coaching se habla del término ‘zona de confort’ para
hacer referencia a esa área de funcionamiento o forma de existir en la
que nos encontramos bien, sin el malestar o la ansiedad que nos puede
causar el hecho de asumir riesgos. Tener una zona de confort no solo es
bueno, sino también necesario. Sin embargo, no salir nunca de ella
puede resultar peligroso para nuestro desarrollo personal.

Qué es la zona de confort


La zona de confort es un término empleado en el ámbito del coaching
para referirnos a una serie de límites que la persona se ha impuesto a sí
misma o ha aceptado como estilo de vida para evitar asumir riesgos y
garantizarse la ausencia de miedo o ansiedad. En 2009 White define la
zona de confort como “un estado de comportamiento en el que la
persona actúa desde una postura de ansiedad neutral, llevando a cabo
una serie de comportamientos para conseguir un nivel constante de
rendimiento sin sentido del riesgo”.
Permanecer, por lo tanto, en la zona de confort, no tiene por qué
causarnos un bienestar derivado de la emocionalidad positiva (por
ejemplo satisfacción, orgullo, o entusiasmo). En su lugar, el bienestar se
deriva de la ausencia de la experiencia de emociones negativas como el
miedo, la ansiedad, o la incertidumbre, ya que la zona de confort actúa
como un refugio que nos hace sentir seguros por tratarse de un entorno
bien conocido por nosotros.
Nuestra zona de confort engloba todo aquello que solemos hacer y no
nos da miedo (por ejemplo aceptar solo un tipo de trabajos menos
cualificados, y no otros para los que se requieran mayores conocimientos
o aptitudes, por temor a no saber desarrollarlos; mantener una relación a
pesar de preferir estar solo), así como las personas con las que
convivimos o nos relacionamos, y en cuya compañía nos sentimos
seguros a pesar de que no cumplan nuestras expectativas (por ejemplo,
seguir con una pareja que no nos causa problemas, pero a la que no
admiramos ni nos atrae). 

Nuestra zona de confort engloba todo aquello que solemos hacer y no


nos da miedo (por ejemplo aceptar solo un tipo de trabajos menos
cualificados, y no otros para los que se requieran mayores conocimientos
o aptitudes, por temor a no saber desarrollarlos; mantener una relación a
pesar de preferir estar solo), así como las personas con las que
convivimos o nos relacionamos, y en cuya compañía nos sentimos
seguros a pesar de que no cumplan nuestras expectativas (por ejemplo,
seguir con una pareja que no nos causa problemas, pero a la que no
admiramos ni nos atrae). 

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