Está en la página 1de 1

PLAN LECTOR- 4° sec.

15/09/20
SUCESO ACTUAL
La corrupción en nuestra historia política, por C. Contreras
¿Por qué la población peruana ha sido permisiva con este delito?
Valiosas investigaciones han esclarecido el fenómeno de la corrupción en
nuestro país, entendida como una apropiación o desvío del dinero público para
beneficios privados o como una extorsión del ciudadano por funcionarios del
gobierno. Los contratos para el emprendimiento de grandes obras públicas, la
concesión de los recursos naturales, los préstamos para el gobierno o la
renegociación de sus deudas y las grandes compras estatales –sea de
medicinas o armamentos–, han sido los canales por los que ha proliferado este
cáncer que amenaza los sistemas de gobierno en muchas partes del mundo.
Entre tales estudios, cabe mencionar el de los historiadores españoles Alfredo Moreno y Nuria Sala, “El “premio” de
ser virrey. Los intereses públicos y privados del gobierno virreinal en el Perú de Felipe V” (2004), el del ex congresista
Héctor Vargas Haya, “Perú: 184 años de corrupción e impunidad” (2005), y el del historiador Alfonso Quiroz, “Historia
de la corrupción en el Perú” (2013). Este último es especialmente valioso porque, además de sustentar sus
afirmaciones con documentos, procura reflexionar acerca de los factores que desataron las dosis de corrupción que
han salpicado nuestro pasado.
A varias conclusiones importantes llegaron estos autores. Primero: que la corrupción no ha sido un fenómeno aislado,
que haya ocurrido solo en algún momento de nuestra historia, sino que ha sido constante y crónico, por lo menos
desde la época colonial.
Segundo: que ha florecido por la debilidad de las organizaciones llamadas a controlarlo y sancionarlo, como las
oficinas de vigilancia del gasto público y los contratos del Estado y el Poder Judicial, pero, asimismo, por la presencia
de una cultura tolerante de la población hacia ella.
Tercero: que en ese contexto de constante corrupción, pueden detectarse ciclos u olas cuando el fenómeno arreció,
que han tenido que ver con épocas de mayor desorganización del Estado, bonanzas exportadoras de los recursos
naturales o prolongadas dictaduras que debilitaron las entidades de control.
¿Por qué la población peruana ha sido permisiva con la corrupción, al punto de haberse vuelto común la frase “roba
pero hace obra”? Probablemente la causa sea que se asume que “no hay remedio”, como exclamaba hace siglos don
Felipe Huamán Poma de Ayala en su famosa carta al rey.
Un sistema económico en el que las mayores ganancias se obtienen de la extracción de recursos naturales, tiene el
defecto de orientar los esfuerzos empresariales a conseguir el acceso a dichos recursos, cuya llave de ordinario está
en manos del Estado, pero que hoy, no extrañamente, también es reclamada por las poblaciones locales. La
concepción de la gente es entonces que, al final, todos los de arriba roban. Unos lo hacen más toscamente (llevándose
dinero de la caja fiscal) y otros lo hacen “legalmente” (consiguiendo baratos los permisos sobre los recursos). Pero
todos se apropian de algo sin pagar lo que sería su “precio justo”, entendido como la ganancia media de la economía.
Durante la era del guano, por ejemplo, unos pocos privilegiados disfrutaban del permiso para recoger un recurso que
tenía a todo el mundo como mercado. Otros asaltaban el dinero ingente que recibía el Estado de los exportadores,
convirtiendo al presupuesto nacional en una auténtica piñata. El único excluido del festín era el trabajador de las
islas que, rodeado de miles de aves sarnosas, recogía el excremento seco con una pala. Se trataba de los culís que
habían sido traídos del Lejano Oriente y que, por lo mismo, recién aprendían las formas de sobrevivencia en este
antiguo país de los incas.

 PARA TU CASA:
Pega una noticia acerca de la CORRUPCIÓN en el Perú, lee la
información, formula 10 preguntas de comprensión y respóndelas.

También podría gustarte