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PROTOCOLO DE MONTREAL

ANTECEDENTES

En septiembre de 1987 se firmó el Protocolo de Montreal sobre las Sustancias que agotan
la Capa de Ozono, el cual entró en vigor en enero de 1989 cuando 29 países y la
Comunidad Económica Europea (que representan aproximadamente el 82% del consumo
mundial), lo habían ratificado. A partir de entonces muchos otros países lo han ratificado .

Los científicos descubrieron, en la década de 1970, que ciertos compuestos fabricados por
el hombre contribuían a agotar la capa de ozono, que es como un escudo protector de los
rayos UV alrededor de la Tierra. En esa época, estos componentes químicos fueron
ampliamente usados en muchos procesos industriales y agrícolas, y eran tan comunes que
se encontraban en productos de uso diario, tales como vasos de poliestireno,
refrigeradores, desodorantes en spray y almohadones.

Las Sustancias Destructoras del Ozono (SDO), como se dio a conocer a esta amplia gama
de productos químicos, dañan la capa de ozono, haciéndola más delgada. Este proceso de
agotamiento de la capa de ozono es muy peligroso para el medio ambiente global y para
la salud humana, ya que permite que cantidades crecientes de radiación ultravioleta (UV)
alcancen la superficie de la Tierra. Una mayor radiación de UV produce más casos de
cáncer de piel y de cataratas, puede comprometer el sistema inmunitario y amenazar el
equilibrio ecológico de las fuentes de agua, de las tierras agrícolas y de cultivo.
1. OBJETIVOS
1.1 OBJETIVO GENERAL
 Conocer todos los ámbitos para el desarrollo del protocolo de Montreal
desde sus inicios hasta nuestros días y aplicarlo en el manejo del
desarrollo sostenible del MEDIO AMBIENTE.
1.2 OBJETIVOS ESPECIFICOS
 Estudiar la historia del protocolo de Montreal sus acciones y principios.
 Conocer todos los gases de efecto invernadero sus limitaciones y
restricciones.
 Verificar el avance de aplicación de este protocolo por los estados
gobiernos actuales y ver una perspectiva del pasado presente y ver
hacia el futuro.
2. JUSTIFICACION
la presente problemática que posee los gases de del efecto invernadero CFC
hacia el calentamiento global y esto posteriormente hacia un cambio climático ya
se había manifestado las preocupaciones hacia 28 años atrás donde se llevó este
protocolo de Montreal donde los participantes de los distintos países quedaron
en acuerdo para evitar que la capa de OZONO se siga desgastando por el uso
inadecuado de estos gases y evitar de toda forma o por lo menos minimizar o
mitigar los efectos que estos causan al medio ambiente y buscar nuevas formas
maneras de buscar energías limpias alternativas y cuidar proteger preservar
conservar el planeta y la atmosfera terrestre.

3. MARCO TEORICO
INTRODUCCION
La atención internacional se dirigió hacia la urgente necesidad de tomar medidas
apropiadas en 1984, cuando se confirmó que la capa de ozono sobre la Antártica
estaba desapareciendo, surgiendo así el término “agujero en la capa de ozono”. El
Protocolo de Montreal sobre las Substancias que Agotan la Capa de Ozono, el
primer tratado mundial jurídicamente vinculante sobre el medio ambiente, fue
firmado en 1987. Su objetivo es el de proteger la capa de ozono mediante la
eliminación de la producción y del consumo de las sustancias responsables de su
agotamiento. En 2007 se cumple el 20º aniversario de la firma del Protocolo.
Con la ayuda financiera del Fondo Multilateral (FML) para la Implementación del
Protocolo de Montreal, del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), y de
varios donantes bilaterales, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) ha estado trabajando con una serie de asociados – incluyendo a gobiernos,
industrias, organizaciones pertinentes tales como asociaciones técnicas, institutos
agrícolas, universidades y la sociedad civil – para ayudar a los países en desarrollo y
a los países con economías en transición a adoptar y poner en práctica estrategias
destinadas a preservar la capa de ozono y el desarrollo sostenible.
Aunque durante los primeros años del Protocolo de Montreal existía la
preocupación de que no había alternativas económicas, seguras y respetuosas del
medio ambiente que ofreciesen las mismas ventajas que las SDO, esas dudas
fueron rápidamente disipadas. Los escépticos no se daban cuenta del potencial y
del peso de las alianzas que se estaban estableciendo entre gobiernos,
organizaciones e instituciones
El Protocolo de Montreal entró en vigor el 1º de enero de 1989 con la ratificación
de 29 países y de la de la Comunidad Económica Europea (CEE). Ahora cuenta con
191 Partes.
RESEÑA HISTORICA
En 2009, el Protocolo de Montreal y el Convenio de Viena fueron los dos
primeros tratados de la historia en lograr la ratificación universal cuando
Timor Leste se convirtió en el 197º país en ratificarlos. Con el nacimiento en
Julio de 2011 del país más joven del mundo, Sudán del Sur, perdieron por breve
tiempo su condición de instrumento ratificado universalmente para recuperarla
rápidamente cuando ese país lo ratificó en enero de 2012. Así, toda la comunidad
mundial ha contraído compromisos jurídicamente vinculantes en relación con el
cumplimiento de objetivos concretos con plazos definidos para eliminar
prácticamente unas 100 sustancias que agotan el ozono.
• El Protocolo de Montreal fue uno de los primeros acuerdos ambientales en
reconocer explícitamente el principio de precaución. Un logro importante basado
en ese principio fue la adopción por las Partes de una decisión preventiva dirigida a
prohibir compuestos que agotan el ozono, incluso antes de que se fabricaran
comercialmente.
• El Protocolo representa también una de las primeras y más amplias aplicaciones
del concepto de responsabilidades comunes pero diferenciadas. En virtud del
Protocolo, los países en desarrollo gozan de un período de gracia de entre
10 y 15 años, a partir de las fechas iniciales fijadas para la eliminación en los países
en desarrollo, antes de que se haga efectivo el plazo para el cumplimiento de sus
obligaciones; además, una vez llegado el momento, reciben asistencia financiera y
técnica sustancial para ayudarles a cumplir las contraídas.
• Una fuente importante de asistencia financiera es el Fondo Multilateral para la
aplicación del Protocolo de Montreal, que fue creado por la Reunión de las Partes
en el Protocolo con el objetivo de ayudar a los países en desarrollo a cumplir
puntualmente las metas fijadas en el Protocolo para la reducción y eliminación de
la producción y el consumo de productos químicos controlados por el Protocolo.
Los países desarrollados que son Partes en el Protocolo aportan los activos del
Fondo que se repone cada tres años. El Fondo es supervisado por el Comité
Ejecutivo, integrado por 7 de países desarrollados y 7 de países en desarrollo. A
principios de 2012, el Fondo Multilateral había aprobado más de 2.800 millones
para apoyar más de 6.800 proyectos y actividades en 145 países en desarrollo,
como el cierre o la conversión de plantas que producían o utilizaban sustancias que
agotan el ozono. La última reposición del Fondo Multilateral se llevó a cabo
durante la 23ª Reunión de las Partes en el Protocolo de Montreal, en noviembre de
2011, cuando las Partes aprobaron un presupuesto de 450 millones de dólares
para los años 2012 a 2014.
• Las Partes en el Protocolo cuentan con tres grupos especiales de evaluación que
les ayudan en el proceso de adopción de decisiones: el Grupo de Evaluación
Científica, el Grupo de Evaluación de los Efectos Ambientales y el Grupo de
Evaluación Tecnológica y Económica. Esos grupos elaboran amplios informes de
evaluación de interés para la elaboración de políticas por lo menos cada cuatro
años para que las Partes puedan ajustar y modificar sus medidas de control en
virtud del
Protocolo y adoptar decisiones con conocimiento de causa sobre las actividades
futuras de recuperación y protección del ozono estratosférico. Los miembros de
los grupos son reconocidos por todos los que trabajan en la protección de la capa
de ozono como las principales autoridades mundiales en materia de los temas
relacionados con el Protocolo; asimismo, los análisis de las cuestiones relacionadas
con el ozono realizados por ellos son los más respetados del mundo. Los últimos
informes de evaluación cuatrienales y los documentos de preguntas y respuestas
preparados por los grupos constituyeron sus informes correspondientes a 2010;
también el Grupo de Evaluación Tecnológica y Económica ha elaborado desde
entonces varios informes sobre la marcha de los trabajos e informes dedicados a
temas específicos.
• El Protocolo puede que sea el único que ha logrado el éxito en la tarea de
encarar las difíciles cuestiones relacionadas con la presentación de informes y el
cumplimiento. El Protocolo ha elaborado un procedimiento bien establecido y
propicio para la presentación de informes y el cumplimiento. Está previsto que las
Partes presenten un informe anual sobre la producción, la importación y
exportación de cada una de las sustancias que se han comprometido a reducir y
eliminar en virtud del Protocolo. Los datos presentados por las Partes son
examinados por un comité de aplicación, conocido oficialmente como Comité de
Aplicación establecido con arreglo al procedimiento relativo al incumplimiento del
Protocolo de Montreal, que está integrado por diez Partes en representación de
las cinco regiones geográficas de las Naciones Unidas. Sobre la base de su revisión
de los datos presentados, el Comité evalúa la situación de cumplimiento de las
Partes
Y formula recomendaciones a la Reunión de las Partes sobre cómo encarar los
casos de incumplimiento. El procedimiento relativo al incumplimiento, que ha sido
elogiado ampliamente, debe brindar apoyo, estar desprovisto de polémica y no ser
Punitivo; las Partes que estén en situación de incumplimiento participan en la
elaboración de planes de acción que incluyen parámetros de referencia con plazos
específicos para asegurar su pronto retorno a la situación de cumplimiento y, en el
Caso de los países en desarrollo, estos reciben asistencia del Fondo Multilateral
para que puedan lograrlo. El Protocolo contiene disposiciones de carácter
comercial que prohíbe a las Partes comerciar con sustancias que agotan el ozono
controladas con entidades que no son Partes. Esas disposiciones ayudan a velar
por que las Partes que no hayan convenido en aceptar los regímenes de control no
tengan acceso a esos productos químicos. Además, las disposiciones conexas han
alentado la ratificación y contribuido a que el Protocolo haya logrado una
participación universal.
• El Protocolo contiene una disposición sobre ajuste que posibilita a las Partes
responder a la evolución de la ciencia y acelerar la eliminación de las sustancias
que agotan el ozono acordadas sin tener que atravesar el prolongado proceso
oficial de ratificación nacional necesario para enmendar un tratado. También
incluye una disposición sobre enmiendas que ha facilitado la adición de nuevos
productos químicos e instituciones en el marco del Protocolo. El Protocolo ha sido
ajustado seis veces y enmendado cuatro veces desde su aprobación inicial en
1987.

¿Qué es el ozono?
El ozono es un gas en el que cada molécula está compuesta por tres átomos de
oxígeno (O3). Se encuentra tanto en la estratosfera de la Tierra, que se extiende
entre los 10 Km y los 60 Km por encima de la superficie terrestre, como sobre la
superficie de la Tierra. El ozono es mucho menos estable que el oxígeno
atmosférico (O2).
Ozono bueno
El ozono que se encuentra en la estratosfera es considerado “bueno” porque
bloquea la radiación de los rayos ultravioletas (UV), que es dañina, impidiéndole
llegar a la superficie de la Tierra.
Ozono malo
Al nivel de la corteza terrestre, el ozono es un riesgo para la salud y para el medio
ambiente, siendo el principal componente de la polución urbana producido
esencialmente por la acción de la radiación ultravioleta sobre los gases de
combustión que expiden los vehículos o que están presentes en las emisiones
industriales. El ozono de la superficie es tóxico por sus propiedades oxidantes
fuertes y por su capacidad de causar problemas respiratorios. El ozono de la
superficie también es dañino para las cosechas, los árboles y la vegetación en
general ya que reduce su habilidad de absorber el bióxido de carbono de la
atmósfera.

¿Qué es la capa de ozono y cómo es destruida por las actividades de las


personas?
La capa de ozono, que contiene el 90 por ciento del ozono del mundo, ocupa la
franja entre los 15 y los 35 Km por encima de la superficie de la Tierra, en la parte
baja de la estratosfera. La capa de ozono funciona como un escudo ya que absorbe
la mayor parte de la radiación de los rayos ultravioletas B (UV-B) del sol que es
dañina y, que de no ser por el ozono, llegaría a la superficie terrestre.
En 1973, los químicos Frank Sherwood Rowland y Mario Molina comenzaron a
estudiar el impacto de los clorofluorocarbones (CFC) sobre la atmósfera terrestre.
Descubrieron que las moléculas de CFC eran lo suficientemente estables para
permanecer en la atmósfera hasta alcanzar la parte y que contienen cloro y bromo,
así como otros componentes halógenos, eran los causantes. Posteriores
investigaciones indicaron que el ozono estratosférico podía ser destruido por una
serie de radicales libres catalizadores. La mayoría de los radicales que se
encuentran en la estratosfera son de origen natural, pero se demostró que la
presencia de radicales de cloro y de bromo aumentó enormemente como
resultado de actividades del hombre. Las culpables eran las substancias
destructoras del ozono (SDO) que se usan en sistemas de refrigeración, producción
de espuma aislante, procesos de limpieza industrial, y fumigación agrícola y contra
incendios.
Si bien la mayor pérdida del ozono se ha dado sobre la Antártica, donde en algunas
alturas ha sido casi eliminado, las investigaciones indican que la destrucción de la
capa de ozono se da sobre todos los continentes. En 1994 el ozono total.
Como proteger la capa de ozono

La urgente necesidad de tomar medidas para ir eliminando el uso de las sustancias


destructoras del ozono (SDO) fue firmemente reiterada en la década de los 80 con
el descubrimiento del agujero en la capa de ozono y de los niveles graves de
destrucción del ozono en muchas regiones del mundo.
En 1987, el Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la Capa de
Ozono, que es el primer acuerdo internacional jurídicamente vinculante, reconoció
Formalmente el peligro considerable que representan las SDO. El Protocolo y sus
enmiendas posteriores adoptaron una posición preventiva y establecieron un
mecanismo para reducir e ir eliminando la producción y el consumo mundial de
SDO, y establecieron una estrategia de acción inmediata incluso antes de que
todas las implicaciones científicas fuesen completamente asumidas.
El Protocolo está estructurado en torno a varios grupos de halones que han
demostrado tener una incidencia en el agotamiento del ozono. Todas estas SDO
contienen cloro o bromo. El Tratado establece, para cada grupo, un calendario (ver
cuadro al final de esta publicación) que especifica el “congelamiento del consumo”
inicial y las fechas en las que la producción de esas sustancias tiene que ir
disminuyendo para ser definitivamente eliminadas. Se han establecido diferentes
metas para países. Desarrollados y para países en desarrollo reconociendo la
necesidad de éstos de tener un desarrollo industrial acelerado.
Al día de hoy son 191 los países que han firmado el Protocolo de Montreal. El nivel
general de cumplimiento del Protocolo de Montreal ha sido alto y su adopción ha
sido puesta como ejemplo de una cooperación internacional excepcional. A fines
de 2006, las Partes del Protocolo de Montreal habían logrado disminuir, en
conjunto, más del 95 por ciento de las SDO, y redujeron la producción de más de
1,8 millones de toneladas anuales en 1987 a unas 83.000 toneladas en 2005.

Fondo Multilateral para la ejecución del Protocolo de Montreal


El Fondo Multilateral (FML) para la ejecución del Protocolo de Montreal fue el
primer mecanismo financiero específico que se creó dentro del marco de un
Acuerdo
Multilateral sobre el Medio Ambiente (AMMA) jurídicamente vinculante. Se
estableció por una decisión de la Segunda Reunión de las Partes del Protocolo de
Montreal y comenzó a funcionar en 1991.
El Fondo Multilateral está dirigido por un Comité Ejecutivo, con la asistencia de la
Secretaría del Fondo, y presenta informes anuales sobre sus operaciones ante la
Reunión de las Partes. Para asegurar que haya una representación equilibrada, el
Comité Ejecutivo tiene siete miembros de países en desarrollo y siete miembros de
países desarrollados, elegidos anualmente durante la reunión del Protocolo.
Los fondos del FML se reponen cada tres años. Los aportes de unos 49 países
industrializados (incluyendo los países con economías en transición) llegaron a más
de US$ 2,2 mil millones entre 1991 y 2005. El Fondo financia actividades tales
como la clausura de plantas de producción de SDO y la conversión industrial, la
asistencia técnica, la difusión de la información, la formación y la creación de
capacidades con el objetivo de eliminar las SDO que se usan en una cantidad de
sectores.
El FML tiene cuatro agencias ejecutoras [el Programa de las Naciones Unidas para
el Desarrollo (PNUD), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA), la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial
(ONUDI), y el Banco Mundial]. Desde los comienzos del FML, la ONU y las agencias
bilaterales han apoyado a los países en desarrollo para permitirles alcanzar las
metas de reducción establecidas por el Protocolo. El Comité Ejecutivo aprobó más
de 5.500 proyectos y actividades en 144 países que, al final de 31 de diciembre de
2006 resultaron en la eliminación del consumo anual de más de 215.462 toneladas
de PAO y la producción.

El Protocolo de Montreal es un protocolo diseñado para proteger la capa de ozono


reduciendo la producción y el consumo de numerosas sustancias que se ha
estudiado que reaccionan con ella y se cree que son responsables del agotamiento
de la misma.
La recuperación de la capa de ozono, que protege al planeta de los dañinos rayos
ultravioletas, “avanza por el buen camino”, según un informe elaborado por un
grupo de 300 científicos y presentado en el Programa de Naciones Unidas para el
Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM),
aunque en el documento también se reconoce que “aún existen numerosos
desafíos producidos por el rápido incremento de los gases que causan el efecto
invernadero”.
Con respecto a la capa de ozono, los expertos señalaron que “la recuperación se
encamina hacia su restauración total en las próximas décadas, como resultado de
la acción internacional”.
Los conocedores sobre el tema destacaron que esos avances se deben
principalmente al Protocolo de Montreal de 1989, sin el cual se calcula que la
concentración de gases que destruyen esa delicada capa se hubiera multiplicado
por diez de cara al año 2050.
Según el PNUMA, ese Protocolo evitó dos millones de casos de cáncer de piel
anuales, así como numerosos padecimientos en la visión y el sistema
inmunológico, además de enormes daños a la agricultura y la vida silvestre.
¿Cuál es su función?
El Protocolo de Montreal es un tratado internacional diseñado para proteger la
capa de ozono reduciendo la producción y el consumo de numerosas sustancias
que según estudios son responsables del agotamiento de la capa de ozono.
Sin embargo, en estudios posteriores se observó que esta alternativa a pesar de su
bajo potencial de daño a la capa de ozono presenta un alto potencial de
calentamiento global. Por lo que el día de hoy se busca reemplazar estos agentes
por tecnologías sustitutas libres de Sustancias que agotan la Capa de Ozono (SAO)
y bajo Potencial de Calentamiento Global (PCG).

Aplicación del Protocolo de Montreal


La aplicación del Protocolo de Montreal ha progresado bien en los países
desarrollados y países en desarrollo. Todos los calendarios de eliminación se han
respetado en la mayoría de los casos, algunos incluso antes de lo previsto. En vista
del progreso constante realizado en el marco del Protocolo, ya en 2003, ex
Secretario General Kofi Annan declaró: «Tal vez el acuerdo internacional más
exitoso hasta la fecha ha sido el Protocolo de Montreal». Sus puntos de vista son
compartidos ampliamente en la comunidad internacional.
La atención se centró inicialmente en los productos químicos con mayor potencial
de agotamiento del ozono, incluidos los CFC y halones. El calendario de eliminación
de los HCFC era más relajado, debido a su menor potencial de agotamiento de la
capa de ozono y porque también se han utilizado como sustitutos de transición de
los CFC.
El calendario de eliminación de los HCFC se creó en 1992 para los países
desarrollados y países en desarrollo, este último con una congelación en 2015, con
eliminación completa en 2030 en los países desarrollados y en 2040 en los países
en desarrollo.
En 2007, las Partes en el Protocolo de Montreal decidieron acelerar el calendario
de eliminación de los HCFC para los países tanto desarrollados como en desarrollo.
Ratificación universal:
El 16 de septiembre de 2009, la Convención de Viena y el Protocolo de Montreal se
convirtieron en los primeros tratados de la historia de las Naciones Unidas en
lograr la ratificación universal.
Enmienda de Kigali
Las Partes en el Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa
de ozono llegaron a un acuerdo en su 28ª Reunión de las Partes el 15 de octubre
de 2016 en Kigali, Rwanda, para eliminar gradualmente los hidrofluorocarbonos
(HFC).
Medidas para la eliminación de los CFC
Según los Estados signatarios del acuerdo, el objetivo del tratado es:
"Reconociendo que la emisión en todo el mundo de ciertas sustancias puede
agotar considerablemente y modificar la capa de ozono en una forma que podría
tener repercusiones nocivas sobre la salud y el medio ambiente,... Decididas a
proteger la capa de ozono adoptando medidas preventivas para controlar
equitativamente el total de emisiones mundiales de las sustancias que la agotan,
con el objetivo final de eliminarlas, sobre la base de los adelantos en los
conocimientos científicos, teniendo en cuenta aspectos técnicos y económicos y
teniendo presentes las necesidades que en materia de desarrollo tienen los
países en desarrollo"

A estos fines aceptaron reducir sus niveles de consumo y producción


de clorofluorocarbonos (CFC) según el nivel de desarrollo de sus economías. A los
países en vías de desarrollo, definidos según el artículo 5.1, se les aplicó un nivel
básico y un cronograma diferente al de los países desarrollados (conocidos
también como países que no están dentro del artículo 5, No-A5) Las siguientes
tablas presentan los calendarios de reducción para los dos grupos de países y las
SAO según se agrupan en los anexos del Protocolo.
Sustancias del
Anexo A – Nivel Básico Cronograma
Grupo I

Países A5 Media de Desde enero de 1999 hasta


producción y 2005 no superar el nivel
consumo entre básico
1995 y 1997 Enero de 2005 hasta enero
de 2007, no superar el 50%
del nivel básico
Enero de 2007 hasta enero
de 2010, no superar el 15%
del nivel básico. (Reducción
del 85%)
Enero de 2010 en adelante,
no superar el 0% del nivel
básico (Reducción del 100%)
[*]

Países No-A5 Producción y Desde enero de 1989 hasta


consumo en 1986 enero de 1994, no podrán
superar el nivel básico.
Enero de 1994 hasta enero
de 1996, no podrán superar
el 25% nivel básico.
(Reducción del 75%)
Enero de 1996 en adelante,
no podrán superar el 0% del
nivel básico. (Reducción del
100%)[*]

Sustancias del
Anexo A – Nivel Básico Cronograma
Grupo II

Países A5 Media de Desde enero de 1999 hasta


producción y 2005 no superar el nivel
consumo entre básico
1995 y 1997 Enero de 2005 hasta enero
de 2010, no superar el 50%
del nivel básico.
Enero de 2010 en adelante,
no superar el 0% del nivel
básico (Reducción del 100%)
[*]

Países No-A5 Producción y Desde enero de 1989 hasta


consumo en 1986 enero de 1994, no podrán
superar el nivel básico.
Enero de 1994 en adelante,
no podrán superar el 0% del
nivel básico. [*]

Sustancias del
Anexo B – Nivel Básico Cronograma
Grupo I

Países A5 Media de Desde enero de 1999 hasta


producción y 2005 no superar el nivel
consumo entre básico
1998 y 2000 Enero de 2005 hasta enero de
2010, no superar el 50% del
nivel básico.
Enero de 2010 en adelante,
no superar el 0% del nivel
básico (Reducción del 100%)
[*]

Países No-A5 Producción y Desde enero de 1993 hasta


consumo en 1989 enero de 1994, no podrán
superar el 80% nivel básico.
(Reducción del 20%)
Enero de 1994 hasta enero de
1996, no podrán superar el
25% del nivel básico
(Reducción del 75%).
Enero de 1996 en adelante,
no podrán superar el 0% del
nivel básico. (Reducción del
100%) [*]

[1] todas las tablas se construyeron con los datos tomados de la séptima edición
del Manual del Protocolo de Montreal de 2006.
[*] Con posibles exenciones para usos esenciales
Existe una eliminación (reducción a cero para el 2010) de algunas sustancias
(halones 1211, 1301, 2402 y los CFC 13, 111, 112, etc) como de algunas sustancias
que requieren atención especial (tetracloruro de carbono, 1,1,1-tricloroetano). La
eliminación de los hidroclorofluorocarbonos (HCFs) que son menos activos,
comenzó en 1996 y continuará hasta su eliminación completa en el 2030.
En ese momento uno de los temas claves es la participación de los países en
desarrollo en el cumplimiento de las metas de protocolo de Montreal, que plantea
dejar de utilizar productos nocivos para el ozono. La meta es lograrlo para el 2010.

Plan de gestión para la eliminación de HCFC

Según reflejan las comunicaciones del Comité Ejecutivo del Protocolo de Montreal
(ExCom 53/37 y ExCom 54/39), las Partes del Protocolo han acordado el 2013
como fecha en que se dejarán fijos los niveles de producción de los HCFC y
acordaron iniciar el proceso de reducción a partir del año 2015. Debido a que los
HCFC también dañan la capa de ozono, se los utiliza como reemplazos transitorios
para los refrigerantes, los solventes, gases propulsores para la producción de
espumas plásticas y en extinguidores. Se los utiliza como reemplazo transitorio ya
que su efecto potencial sobre el ozono (conocido como ODP por sus siglas en
inglés – Ozone Depleting Potential) es casi 20 veces menor y su potencial de
calentamiento global (GWP por sus siglas en inglés – Global Warming Potential) es
significativamente menor también. La falta de alternativas para los CFC y HCFC (por
ejemplo en los inhaladores que se usan para el tratamiento de asmáticos o
personas con afecciones respiratorias) son la razón para las pocas excepciones que
existen a su uso como así también los halones aún en uso en los sistemas de
supresión de incendios en aeronaves y submarinos. Las provisiones del Protocolo
incluyen como requisito que las Partes basen sus decisiones futuras sobre
fundamentos científicos actuales como así también toda la información ambiental,
técnica y económica actualizada y disponible que es evaluada por un panel de
expertos de la comunidad internacional. Los informes sobre los avances han sido
informados en varias ocasiones por la Organización Meteorológica Mundial.
También existen informes que preparan las organizaciones gubernamentales y las
ONG donde se presentan alternativas para las sustancias que agotan el ozono ya
que estas tienen un fuerte impacto en ciertos sectores productivos por usarse en
agricultura, producción de energía, refrigerantes y mediciones de laboratorio.

Impacto
Desde que el Protocolo de Montreal entró en efecto, las concentraciones
atmosféricas de los clorofluorocarbonos más importantes y los hidrocarburos
clorinados se han estabilizado o se ha reducido. La concentración de halones ha
continuado en aumento a medida que los halones que se encuentran almacenados
en los extinguidores de incendio son liberados. Sin embargo, la tasa de aumento ha
disminuido y se espera que comience a declinar su presencia hacia el 2020. La
concentración de los HCFC ha aumentado significativamente, en gran parte debido
a los múltiples usos en los que reemplazan a los CFC (por ejemplo, como solventes
o refrigerantes). A pesar de que ha habido informes sobre individuos quienes
intentan evitar la prohibición por medio del contrabando desde países en vías de
desarrollado hacía los desarrollados, el grado de cumplimiento con el Protocolo ha
sido enorme. Por ello, el Protocolo de Montreal ha sido considerado el acuerdo
ambiental internacional más exitoso del mundo hasta la fecha. En un informe
del 2001, la NASA halló que el debilitamiento del ozono sobre la Antártida se había
mantenido igual al de los 3 años anteriores. A pesar de ello, en el 2003 el agujero
de ozono alcanzó su segunda mayor extensión de la historia. La última evaluación
científica (2006) sobre los efectos del Protocolo de Montreal afirma que “El
Protocolo de Montreal está funcionando. Existen claras muestras de una
disminución en la presencia de sustancias que agotan el ozono y algunas señales
tempranas de una recuperación del ozono estratosférico. Desafortunadamente, los
hidroclorofluorocarbonos o (HCFC) y los hidrofluorocarbonos (HFC) se consideran
actualmente como fuentes antropogénicas al calentamiento global. En la escala
internacional reconocida en la cual la contribución de una molécula de dióxido de
carbono (CO2) se asigna un valor de 1, los HCFC y los HFC alcanzan valores de hasta
10.000 veces el del CO2, lo cual los convierte en gases de efecto invernadero muy
potentes. El Protocolo de Montreal está buscando lograr la eliminación de los
HCFC para el 2030, pero no impone restricciones sobre los HFC ya que estos no
dañan a la capa de ozono y por lo tanto no entra bajo la materia del tratado.
Debido a que los CFC también son gases con un fuerte potencial de efecto
invernadero, la simple sustitución de los CFC por los HFC no implica un daño
ambiental incrementado, pero el aumento en su uso y sus aplicaciones en las
actividades humanas sí podría poner al clima en peligro.

El Protocolo estipula el control de casi 100 productos químicos, que con arreglo
al
Protocolo se tratan en varias categorías:
CFCs: Los productos químicos de uso más común controlados con arreglo al
Protocolo eran los clorofluorocarbonos (CFC). Esos productos químicos se
utilizaban ampliamente en una gran variedad de actividades y productos, entre los
cuales figuraban la refrigeración, las espumas y la limpieza de metales.
Desde finales de 2009, los CFC se han eliminado prácticamente, aunque aún
quedan algunos usos limitados principalmente a inhaladores médicos en un
pequeño grupo de países.
Halones: Los halones eran probablemente la segunda clase de productos químicos
controlados por el Protocolo que se usaban más ampliamente. Se empleaban
como agentes de lucha contra incendios en todo tipo de aplicaciones, desde
extintores de incendios hasta sistemas de inundación total en locales de
computadoras. La comunidad mundial ha eliminado la nueva producción de esos
productos químicos, pero su uso a partir de existencias o halones reciclados aún
prosigue para fines tales como aeronaves y aplicaciones militares;
Tetracloruro de carbono: El tetracloruro de carbono era otra de las sustancias que
agotan el ozono de uso común, que se empleaba principalmente como disolvente
para detergentes industriales. Los países desarrollados eliminaron el uso de este
producto químico en 1996, mientras que los países en desarrollo lograron la
eliminación total de usos controlados en 2010. El tetracloruro de carbono también
se utiliza ampliamente como materia prima en la producción de otros productos
químicos; debido a que su empleo con ese fin produce muy pocas emisiones, ese
uso no está controlado por el Protocolo de Montreal;
HCFC: Otra clase de sustancias que agotan el ozono de amplio uso son los
hidroclorofluorocarbonos (HCFC). Los HCFC son el mayor grupo de productos
químicos controlados por el Protocolo y actualmente constituyen el mayor grupo
de sustancias que agotan el ozono que se siguen utilizando. Desde 1990, estos
productos químicos se han conocido como sustancias de transición; si bien su
impacto relativamente bajo en la capa de ozono hizo que se utilizasen inicialmente
como sustitutos de los CFC en muchos usos en el sector de la refrigeración y las
espumas, las Partes siempre supieron que era necesaria su eliminación. Habida
cuenta de los prolongados ciclos de vida de las aplicaciones de estos productos
químicos (por ejemplo, en equipo de refrigeración), las Partes en el Protocolo
acordaron prolongar el período de eliminación según el cual la eliminación total
para los país desarrollados sería en 2030 y la eliminación final para los países en
desarrollo en 2040. Sin embargo, teniendo en cuenta que estas sustancias
contribuyen tanto al agotamiento del ozono como al calentamiento atmosférico,
las Partes acordaron en 2007 ajustar el calendario de control de los HCFC del
Protocolo para acelerar su eliminación. Este esfuerzo está en consonancia con la
labor de las Partes para velar por que sus actividades para proteger la capa de
ozono ayuden a proteger también el medio ambiente en general;
Metilcloroformo: El metilcloroformo se empleaba como disolvente para
detergentes industriales. Ese uso se eliminó en los países desarrollados en enero
de 1996, mientras que los países en desarrollo habían logrado eliminarlo
prácticamente en 2007, con más de siete años de antelación a la fecha límite
establecida en virtud del Protocolo;
Metilbromuro: Otra de las sustancias que agotan el ozono de amplio uso es el
metilbromuro, un agente de fumigación agrícola. El producto químico, que se
agregó al Protocolo en 1992, tiene una amplia variedad de usos agrícolas. Estaba
previsto que los países desarrollados alcanzaran la eliminación del uso controlado
de esta sustancia en 2005, pero la falta de alternativas eficaces para todos los usos
llevó a las Partes a acordar
“exenciones para usos críticos para algunos usos y países específicos” con límite de
tiempo. Desde 2005, esas exenciones se han reducido en más del 90%. En 2010, los
países en desarrollo habían eliminado casi el 75% de su consumo histórico de
metilbromuro, y estaban avanzando a buen ritmo en el cumplimiento de la meta
del Protocolo de lograr la eliminación total en 2015. En muchos países también se
emplea el metilbromuro para un gran número de productos básicos en las
llamadas aplicaciones para usos de cuarentena y previas al envío destinadas a
impedir la diseminación de plagas como resultado de la importación y exportación
de productos. Si bien las Partes están adoptando todas las medidas posibles para
reducir o eliminar los usos del metilbromuro, los requisitos del Protocolo relativos
a la eliminación no se aplican actualmente al uso en estas aplicaciones;
Otros productos químicos: Las categorías finales de las sustancias que agotan el
ozono, los hidroclorofluorocarbonos (HCFC), el cromoclorometano (BCM) y otros
CFC totalmente halogenados eran productos químicos para usos muy específicos
con mercados muy reducidos. En general, se incluyeron en el Protocolo a modo de
precaución, para eliminar la posibilidad de que su uso aumentase.
4. CONCLUSIONES
 En conclusión podemos decir que el protocolo de Montreal es un gran
paso a lo que es la ¨recuperación¨ de la capa de ozono, además de que
gracias a este se ha ido reduciendo la contaminación con gases o
sustancias nocivas tanto para la capa de ozono como para la salud
humana. Siento este uno de los más importantes ¨tratados¨
internacionales relacionados al medio ambiente y el calentamiento
global.
5. RECOMENDACIONES
6. BIBLIOGRAFIA
 https://aceromundo.com.mx/protocolo-de-montreal/
 http://www.un.org/es/events/ozoneday/background.shtml
 https://es.wikipedia.org/wiki/Protocolo_de_Montreal

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