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Introducción al estudio del pensamiento político y económico

Ciencia política o politología es la ciencia social que estudia la teoría y práctica de


la política, los sistemas y comportamientos políticos en la sociedad. Su objetivo es
establecer, a partir de la observación de hechos de la realidad política,
explicaciones lo más certeras posibles acerca de su funcionamiento.
El término legitimidad (y sus derivados: legítimo(a)) se utiliza en la teoría del
Derecho, en la ciencia política y en la filosofía para definir la cualidad de ser
conforme a un mandato legal.
En ciencia política, es el concepto con el que se enjuicia la capacidad de
un poder para obtener obediencia sin necesidad de recurrir a la coacción que
supone la amenaza de la fuerza, de tal forma que un Estado es legítimo si existe
un consenso entre los miembros de la comunidad política para aceptar la
autoridad vigente.
Si la legitimidad jurídica se refiere a la ley, la legitimidad política se refiere al
ejercicio del poder. El poder político que es percibido como legítimo será
mayoritariamente obedecido, mientras que el percibido como ilegítimo será
desobedecido, salvo que se obtenga obediencia por medio de la violencia del
Estado.
La realidad política es polifacética. Presenta inicialmente dos fases: la faz
estructural y la faz dinámica. Como sistema de relaciones humanas implica una
estructura, con tendencia a expresarse en instituciones, con vocación de orden y
estabilidad. Se trata de sistemas de cargos o roles diferenciados y jerarquizados,
que diferencian y jerarquizan a sus ocupantes respecto del resto de la gente y
también entre sí. En el interior y en el entorno de esa estructura se desarrolla la
faz dinámica de la política, que es la vida y la acción de los hombres que encarnan
esos cargos o roles en un momento dado, o se relacionan de diversos modos con
ellos. A su vez, dentro de esa faz dinámica, se reconoce la existencia de dos
fases: la faz agonal, que abarca la lucha por la conquista de los cargos o roles, la
lucha por conservarlos, la resistencia contra sus ocupantes y el juego de las
influencias políticas; y la faz arquitectónica, que es el ejercicio del poder político en
una actividad creadora, constructora, conductora, integradora, que le da al grupo
social cohesión y conducción, posibilitando su autocreación y renovación.
La política comparada surge de la aplicación de los conceptos básicos de la teoría
política a sistemas políticos concretos de diferentes períodos históricos o regiones
geográficas, para resaltar en las distintas configuraciones los contrastes y las
similitudes. 
La transición del Feudalismo a la consolidación del Capitalismo.
Durante la Edad Moderna se produjo en Europa la transición del feudalismo al
capitalismo, proceso que se extendió hasta mediados del siglo XVIII, aunque en
algunas regiones el feudalismo perduró durante mucho más tiempo.
Económico: se pasará de una economía agrícola (feudal y rural) a una economía
industrial (capitalista y urbana).

1. Durante la Edad Moderna, desde el siglo XV hasta mediados del siglo XVIII,
se irá produciendo un lento crecimiento económico impulsado por la
burguesía. Este grupo irá transformando la sociedad, las formas políticas y
la cultura, en función de sus intereses.
2. Desde finales del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX. Éste proceso se
acelerará, dando lugar a la llamada “doble revolución”: La revolución
Industrial y las Revoluciones Burguesas 

El absolutismo fue una forma de gobierno y régimen político típicos del Antiguo


Régimen (período histórico previo a la Revolución Francesa de 1789), cuya
ideología dictaba que el poder político del gobernante, es decir, del Rey, no
estuviera sujeto a ninguna limitación como no fueran las propias de la ley divina o
de Dios.

Esto significa que el poder del soberano era formalmente único, indivisible,
inalienable, incontrolable y pleno. En otras palabras, era un poder absoluto, y de
allí el nombre que se le confiere como ideología, es decir, el absolutismo.

El absolutismo proclamaba que el monarca era el Estado, por lo que los poderes


públicos emanaban de su voluntad y estaban subordinados a sus consideraciones.
No había ninguna autoridad mayor que la palabra del Rey, por lo que las
majestades no se encontraban sujetas a ninguna ley posible.

En resumen, según el cuerpo doctrinal del absolutismo, el príncipe, garante del


orden civil y de la unidad nacional, es la autoridad absoluta y la condición
necesaria para la prosperidad de la nación. La vida económica se desarrolla
entonces bajo su dirección, su control y su protección. Estas ideas políticas del
siglo XVI y XVII harán parte del ambiente intelectual del mercantilismo. Los
mercantilistas, en consecuencia, escriben para definir, expresar y defender los
intereses de la nación y utilizarán toda su capacidad de persuasión para dirigirse a
aquel que los encarna: el príncipe. La nación y el príncipe son las referencias
esenciales, los pretextos para pensar y escribir, y la justificación última de sus
consejos y recomendaciones.

El mercantilismo y sus ideas se desarrollaron en Europa entre los siglos XVI y XVII
y la primera mitad del siglo XVIII. Uno de sus pilares fundamentales fue la creencia
de que los países que querían mantener una posición relevante en el contexto
internacional y desarrollar su poder, debían acumular riqueza (principalmente en la
forma de oro y otros metales preciosos).

Influenciado por el colonialismo y la gran cantidad de metales preciosos, materias


primas y mano de obra barata que los países invasores pudieron obtener de ellas,
el mercantilismo reforzó la idea de la acumulación de riqueza como reflejo de
poder.

El mercantilismo como corriente de pensamiento económico tuvo su máxima


expresión en Francia en el siglo XVI bajo el mandato de Jean Baptiste Colbert,
ministro de finanzas de Luis XIV. Durante su mandato, Colbert protegió e impulsó
a las empresas agrícolas e industriales de Francia a través de subsidios, créditos y
otras facilidades mientras que al mismo tiempo imponía fuertes restricciones a
las importaciones.

El mercantilismo comienza a desaparecer a fines del siglo XVIII con el surgimiento


de nuevas teorías económicas que tenían un carácter más liberal y se enfocaban
en aprovechar las ventajas del comercio. Uno de los críticos más destacados de
las ideas mercantilistas fue Adam Smith, quien proponía la idea de que el libre
mercado y libre cambio son elementos fundamentales para el desarrollo
económico y el aprovechamiento eficiente de los recursos

Maquiavelo

Se considera a Maquiavelo como uno de los teóricos políticos más notables


del Renacimiento, pues con su aporte se abre camino a la modernidad en su
concepción política y a la reestructuración social. Decía que 3 "si una persona
desea fundar un estado y crear sus leyes, debe comenzar por asumir que todos
los hombres son perversos y que están preparados para mostrar su naturaleza,
siempre y cuando encuentren la ocasión para ello.

En los Discursos, Maquiavelo se declara partidario de la república, partiendo del


supuesto de que toda comunidad tiene dos espíritus contrapuestos: el del pueblo y
el de los grandes (que quieren gobernar al pueblo), que están en constante
conflicto. Para Maquiavelo el mejor régimen es una República bien organizada
(toma como ejemplo la República Romana), aquella que logre dar participación a
los dos partidos de la comunidad para de esta manera contener el conflicto político
dentro de la esfera pública.
Maquiavelo señala, y de aquí la calificación de bien organizada, que es primordial
que en dicha república se disponga de las instituciones necesarias para canalizar
el conflicto dentro de las mismas sin las cuales la república se desarmaría.
Ninguna de las otras formas de gobierno, ya sean las buenas; la monarquía,
la aristocracia y la democracia, o las malas; la tiranía, la oligarquía y el gobierno
licencioso, logran el equilibrio de los partidos dentro del régimen, por lo que son
inestables.

El liberalismo político y económico


el contrato social es un acuerdo realizado en el interior de un grupo por sus
miembros, como por ejemplo el que se adquiere en un Estado en relación con sus
derechos y deberes y los de sus ciudadanos. Es parte de la idea de que todos los
miembros del grupo están de acuerdo, por voluntad propia, con el contrato social,
en virtud de lo cual admiten la existencia de una autoridad, de unas normas
morales y de unas leyes a las que se someten. El pacto social es una hipótesis
explicativa de la autoridad política y del orden social.
El contrato social, como teoría política, explica, entre otras cosas, el origen y el
propósito del Estado y de los derechos humanos.

La esencia de la teoría (cuya formulación más conocida es la propuesta por Jean-


Jacques Rousseau) es la siguiente: para vivir en sociedad, los seres humanos
acuerdan un contrato social implícito que les otorga ciertos derechos a cambio de
abandonar la libertad de la que dispondría en estado de naturaleza. Siendo así,
los derechos y los deberes de los individuos constituyen las cláusulas del contrato
social, en tanto que el Estado es la entidad creada para hacer cumplir el contrato.
Del mismo modo, los seres humanos pueden cambiar los términos del contrato si
así lo desean; los derechos y los deberes no son inmutables o naturales. Por otro
lado, un mayor número de derechos implica mayores deberes, y menos derechos,
menos deberes.

Thomas Hobbes (1588—1679) escribió su obra cumbre, Leviatán (1651), durante


un período de guerra civil en Inglaterra. En ella se discute quién debe ocupar la
soberanía (el rey o el Parlamento) y se define la necesidad de crear un contrato
social para establecer la paz entre las personas.
Hobbes se plantea la figura del poder, por qué debe existir y cómo ha de ser. La
figura del contrato social es clave para responder a estos interrogantes. Para
Hobbes, si a lo último básico y fundamental a lo que se puede reducir
la naturaleza humana es a un instinto de conservación, y si la naturaleza humana
no hace distinciones sociales y políticas, los hombres, por tanto, son iguales por
naturaleza. La naturaleza humana es un instinto de conservación al que cada uno
tiene derecho, pero la consecuencia de este es un enfrentamiento entre las
personas, es decir, las guerras.
El nuevo orden social es un contrato por el cual los individuos renuncian a ser
naturalmente libres. Así, el poder debe ser absoluto para evitar que los integrantes
de la comunidad se enfrenten, no renuncien a su libertad natural y se vuelva a la
naturaleza humana. Hobbes pretende crear unas condiciones que eviten ese
enfrentamiento y que alguien mande a la fuerza. En el estado de naturaleza no
hay normas que indiquen el bien y el mal, que sí existen en el orden artificial, y
para establecer esas normas debe existir una autoridad que dirima sobre lo que
está bien y lo que está mal.
Lo que la razón dice que hay que omitir y lo que no hay que hacer es la ley
natural. Y la razón dice que hay que buscar la paz ya que es necesaria,
abandonando ese modo de organizarse en el estado de naturaleza. Cuando todos
estén dispuestos debe haber un pacto entre todos para buscar esa paz. Al aceptar
ese orden artificial que establece como necesario la ley natural, hay una renuncia
al derecho natural que marcaba la tradición cristiana. Para Hobbes, el derecho
natural es equivalente a la libertad total que cada hombre tiene de usar su poder,
propio del estado de naturaleza, hecho que lleva finalmente a la guerra.

John Locke (1632-1704) recoge su visión del contrato social en su principal


obra, Dos ensayos sobre el gobierno civil (1690). La idea de naturaleza
humana en Locke es cristiana: el hombre es una criatura de Dios, por lo que el
hombre no puede destruir su vida ni la de los demás hombres pues no le
pertenece, sino que le pertenece a Dios. El hombre tiene el derecho y el deber de
conservar su vida. Así mismo, el hombre no es súbdito de ningún otro hombre,
sino que es libre.
Si la naturaleza humana lleva inserta el derecho y el deber de preservar su vida,
¿para qué hace falta una comunidad? Para Locke puede darse que nadie
cumpliera ese derecho y ese deber, y en caso de conflicto en su cumplimiento la
naturaleza humana no cuenta con la existencia de una autoridad que lo resolviera,
por lo que la comunidad trata de suplir esas carencias del estado de naturaleza: la
existencia de una autoridad que juzgue en caso de conflicto. Se trata pues de
hacer un contrato que funde un orden social o civil que atienda exclusivamente a
suplir esas carencias del estado de naturaleza, es decir, aplicar una justicia o una
autoridad que diga, en caso de choque entre dos individuos, qué se debe hacer.
El pacto social es en sí bastante limitado, tratándose de lograr el establecimiento
de un juez que dirima las controversias que vienen de la propia ley natural. Se
dictan unas normas que sean la continuidad de las leyes naturales y que
consistirán en el reconocimiento de los fines de la naturaleza de hombres libres e
iguales, a asegurar los derechos de la libertad, la igualdad, la vida y la propiedad.
Sólo una sociedad será civil o política cuando cada uno de los individuos renuncia
al poder de ejecutar la ley natural. Lo ejecutará la comunidad y los órganos de la
comunidad. En el estado de naturaleza es cada individuo quien juzga las leyes de
la naturaleza. En la sociedad civil, por el contrario, es una autoridad, un juez, quien
las juzga y quien dictamina quién se ha saltado las leyes. Y esa autoridad ha de
ser un parlamento que represente al conjunto (no se entienda parlamento en su
sentido moderno, sino como un conjunto de representantes de la comunidad).
Como crítica principal a Hobbes, si hubiera un poder absoluto por encima de la
comunidad, para Locke, realmente no se habría salido del estado de naturaleza,
pues en la monarquía absoluta, al confundirse los poderes, no hay imparcialidad
por parte de éste y no hay manera de apelar o recurrir su sentencia, con lo que su
existencia es incompatible con la existencia de una sociedad civil. Para que haya
sociedad civil tiene que haber un juez separado del poder ejecutivo (al
considerarse todos los hombres como iguales, se entiende como el poder de
ejecutar de cada uno de los individuos, considerándose al monarca absoluto como
otro ejecutor más de poder) que sea imparcial respecto a los mitigantes.

El socialismo es un sistema económico y social que centra sus bases ideológicas


en la defensa de la propiedad colectiva frente al concepto de propiedad privada de
los medios productivos y de distribución
Según expresa el socialismo, el principal fin es la consecución de una sociedad
justa y solidaria, libre de clases sociales y que cuente con un reparto de riqueza
igualitario. Para ello, los medios productivos no tienen que ser de propiedad
privada, porque considera que de esta manera acaban perteneciendo a una
minoría capitalista que domina los mercados, aprovechando de su posición para
controlar al trabajador y al consumidor.

En sentido estricto, la democracia es una forma de organización del Estado en la


cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos
de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes.
En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que los
miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen conforme a
mecanismos contractuales.
Democracia indirecta o representativa[editar]
El pueblo se limita a elegir a sus representantes para que estos deliberen y tomen
las decisiones con el poder que el pueblo les otorga por medio del voto.
Democracia semidirecta o participativa[editar]
Algunos autores también distinguen una tercera categoría intermedia,
la democracia semidirecta, que suele acompañar, atenuándola, a la democracia
indirecta. En la democracia semidirecta el pueblo se expresa directamente en
circunstancias particulares, básicamente a través de cuatro mecanismos:

 Referéndum. El pueblo elige «por sí o por no» sobre una propuesta.


 Plebiscito. El pueblo concede o no concede la aprobación final de una
norma (constitución, ley, tratado).
 Iniciativa popular. Por este mecanismo un grupo de ciudadanos puede
proponer la sanción o derogación de una ley.
 Destitución popular, revocación de mandato o recall. Mediante este
procedimiento los ciudadanos pueden destituir a un representante electo antes
de finalizado su periodo.
Democracia directa[editar]
Se trata de la democracia en estado puro, tal como la vivieron sus fundadores
atenienses, se practica en Suiza. Las decisiones las toma el pueblo soberano en
asamblea. No existen representantes del pueblo, sino, en todo caso, delegados
que se hacen portavoces del pueblo, que únicamente emiten el mandato
asambleario. Se trata del tipo de democracia preferido no solo por los demócratas
de la Antigua Grecia, sino también para muchos pensadores modernos
(Rousseau). Un ejemplo de democracia directa más conocido es el de la Atenas
clásica.
Democracia líquida[editar]
La Democracia Líquida es una clase de democracia directa en la que cada
ciudadano tiene la posibilidad de votar cada decisión del parlamento y realizar
propuestas, pero puede ceder su voto a un representante para aquellas decisiones
en las que prefiere no participar.

En términos históricos los partidos políticos tienen una reciente vinculación con la
democracia. Un sistema de partidos políticos implica la estabilidad en la
competencia entre partidos, con raíces más o menos estables en la sociedad, la
aceptación de partidos y elecciones como instituciones legítimas para definir quién
gobierna, y organizaciones partidarias con reglas y estructuras razonablemente
estables. Para caracterizar un sistema de partidos se debe tener en cuenta el
grado de polarización (la distancia ideológica entre partidos) y la dirección de la
competencia (centrífuga y centrípeta). Sobre la base de esto se confirma una
tipología de siete tipos:

 Unipartidismo puro: Sólo hay un partido que tiene el derecho de gobernar,


por lo general sobre la base de la constitución vigente.
 Unipartidismo hegemónico: Sistema que permite la existencia de una
pluralidad de partidos, pero sólo uno se impone largamente sobre el resto
debido a nivel organizativo, capacidad económica, inserción social, utilización
del aparato estatal, u otros motivos.
 Unipartidismo predominante: Sistema en el que un partido tiene una
influencia superior a la de otros partidos y/o gana por mayoría absoluta en 4 o
5 legislaturas.
 Democracia sin partidos: Forma de gobierno en la cual se
celebran elecciones periódicas sin la participación de partidos políticos, siendo
todos los postulantes candidatos independientes.
 Bipartidismo: Dos partidos políticos de ideologías opuestas absorben la
mayoría abrumadora de los votos, dejando espacio escaso a otros partidos.
 Pluripartidismo: Gran cantidad de partidos políticos tienen amplias
posibilidades de obtener el poder ejecutivo
 Pluripartidismo polipartidista: Varios partidos políticos se reparten los
escaños, estando obligados a realizar coaliciones u otras formas de
alianzas para alcanzar el poder.
 Pluripartidismo de centro: Entre varios partidos políticos hay uno de centro
que obtiene la mayoría de los votos, pero que generalmente ha de realizar
coaliciones con el resto de partidos que adquieren más o menos votos según
las tendencias del momento.
Según algunos autores, la gobernabilidad democrática se facilita en los sistemas
de partidos institucionalizados, que no estén polarizados o fragmentados, pero no
son requisitos indispensables para la gobernabilidad

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