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com / mundo / otras regiones Julio 20 de 2008

Japón, el país donde la gente se


mata trabajando

Foto: Jupiter Images

Todo es malo en exceso, y el trabajo no es la excepción.


Un ingeniero que laboraba para la empresa transnacional Toyota es
la última víctima mortal de una 'enfermedad' social generada por el
stress laboral y un afán de excelencia y competencia sin límites.
Una enfermedad que según fuentes no oficiales cobra la vida de
unos 10.000 nipones al año y que se ha convertido en un factor
determinante para que Japón sea uno de los países industrializados
con mayor número de suicidios.
Se conoce como karoshi, y no es otra cosa que llegar a la muerte
por exceso de trabajo.
Aunque el nombre del ingeniero de la Toyota no ha sido dado a
conocer, Mikio Mizuno, abogado que representa a la viuda ante los
tribunales, reveló a la prensa que el profesional tenía 45 años,
ninguna enfermedad conocida y trabajaba más de 80 horas extras
al mes bajo una gran presión, pues estaba desarrollando una

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versión híbrida de uno de los modelos más avanzados de la
compañía automotriz.
A nivel del mercado local y debido a la gran preocupación social
que existe por el calentamiento global en Japón, Toyota y las
principales empresas niponas de ese tipo han convertido a los
modelos híbridos -limpios, ecológicos y económicos- , en su
principal estrategia comercial. También compiten constantemente
por lanzar nuevos carros al mercado, así como por imponer una
tecnología dentro de un campo que a pesar del gran desarrollo
alcanzado, todavía está en etapa experimental.

Hasta el fin de semana


La muerte del ingeniero, que trabajaba todos los días hasta altas
horas de la noche e incluso los fines de semana, se produjo a causa
de una isquemia en enero de 2006, pero el hecho apenas fue
divulgado ahora por los abogados, que no quisieron dar a conocer
la cifra que la viuda solicita a la empresa como compensación.
La hija de la pareja encontró muerto a su padre en su casa, junto a
los papeles de su trabajo, poco antes de que este emprendiera un
viaje a Estados Unidos donde debía presentar una nueva versión
del vehículo Camry.
Toyota Motor Corp. ofreció sus condolencias y dijo que trabajará
para mejorar la supervisión de la salud de sus trabajadores.
Pero este no es el primer caso que se registra en la firma Toyota de
una muerte por karoshi o sobrecarga de trabajo.
En el 2002, un empleado de 30 años se desplomó mientras
trabajaba en una de sus plantas de producción. Su viuda llevó el
caso ante los tribunales y logró obtener una cuantiosa
indemnización.
Si bien el karoshi fue un mal que comenzó afectando a los
trabajadores fabriles en los 70, actualmente son los ejecutivos, los
empleados de oficina los más afectados.
Las muertes más comunes que provoca el karoshi son por
hemorragia cerebral o insuficiencia cardiaca o respiratoria, que

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aparecen de un momento a otro aunque se van 'incubando' por la
fatiga y el estrés físico y mental, a lo que se suma el tener que
recorrer largas distancias entre la vivienda y el lugar de trabajo, que
en Japón, en promedio superan los 60 minutos de viaje en trenes
completamente abarrotados.
La enfermedad, además, pone en entredicho el llamado 'milagro
japonés', convirtiéndolo, según numerosas organizaciones de
derechos humanos y de defensa a los trabajadores, en una
manifestación más que elocuente de los niveles de explotación
laboral a los que está llegando la nación asiática, miembro del G-8,
el club de los países más ricos del planeta.
Según el Consejo Nacional de Defensa de las Víctimas de Karoshi,
las muertes ocurren en todo tipo de industrias, desde plantas de
montaje de maquinarias y automóviles, hasta empresas públicas,
bancos y restaurantes.

Horas de regalo
En Japón, es totalmente común que un trabajador 'regale' horas
extras a su empresa, como una forma de agradecerle que lo haya
contratado y para mantener el nivel de competitividad y desarrollo
alcanzado por el país, algo que el mundo entero admira aunque sin
conocer el costo social que en las últimas dos décadas esto ha
implicado. Y que ha salido a la luz pública y ha sido reconocido por
las autoridades gracias a la presión de organizaciones civiles y
familiares de las víctimas.
El primer caso que se registro de karoshi, fue reportado en 1969,
cuando un empleado de un periódico local falleció de un ataque
cardíaco, a pesar de tener solo 29 años.
Sin embargo, el término karoshi también se aplica a las personas
que debido al estrés sufren infartos o derrames cerebrales, pero
sobreviven y sufren las secuelas de por vida.
Debido a la presión ejercida por la opinión pública, en 1987, y por
primera vez, el Ministerio de Trabajo publicó estadísticas sobre el
tema.

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Poco después, y debido a los numerosos casos de jurisprudencia
que surgieron, el tema debió ser considerado como una enfermedad
y regulado dentro de las leyes laborales.
Para que los tribunales acepten una demanda por karoshi, la
víctima debe haber trabajado por lo menos 100 horas extras en el
mes previo al incidente, aunque los accidentes (automovilísticos,
caídas, etc.) que el trabajador pueda sufrir como consecuencia de la
fatiga, no son considerados como karoshi, aún si se producen
dentro del lugar de trabajo.
En 1994, la Agencia de Planificación Económica Japonesa del
Instituto de Economía, calculó que las muertes por karoshi podían
significar el 5 por ciento de todos los decesos causados por
enfermedades cerebrovasculares y cardiovasculares de los
individuos de entre 25 y 59 años.
Por su parte, todos los años, la Agencia Nacional de Policía clasifica
los suicidios por la causa que los provocó. En 1980, 919 personas
se quitaron la vida debido a problemas laborales. En 1999, la cifra
creció a 1.624.
A su vez, el Ministerio de Salud publicó las siguientes estadísticas
para el 2007: 147 trabajadores murieron debido al exceso de
trabajo; otros 208 sufrieron graves enfermedades por la misma
causa, que les dejaron secuelas físicas; y 819 fueron considerados
mentalmente enfermos. De estos últimos, 176 se suicidaron o
intentaron hacerlo.

Muchas veces, más es menos


Los países europeos con jornadas laborales medias más cortas,
como Holanda, Alemania, Bélgica y Francia presentan mayor
productividad por hora trabajada, según el Euroíndice Iese-Adecco
(EIL), que analiza el mercado laboral europeo.
Aunque tradicionalmente se asocia una jornada laboral más extensa
a una mayor productividad, añade el estudio, existe una relación
negativa entre ambos conceptos y, al trabajar más horas, se "tiende
a disminuir el aprovechamiento que se hace de cada una de ellas".

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Así, destaca, una mejora en la eficiencia puede lograrse a partir de
una reducción de la jornada de trabajo sin que ello implique una
caída en la producción, sino todo lo contrario.
Dentro del mundo desarrollado, Estados Unidos es el país más
productivo del mundo, pero porque sus trabajadores trabajan
muchas más horas a la semana que los de otros países 'ricos'.
Porque si las cosas se miden por productividad por hora trabajada
los franceses, que trabajan mucho menos, son igual de productivos.
Corea del Sur, es según la OIT, el país del mundo donde la gente
trabaja más horas (30 por ciento más que en E.U.) pero aún así no
son los más productivos del mundo.

MARIO CASTRO, PARA EL TIEMPO, TOKIO

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