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ANÁLISIS CRÍTICO DE LA SENTENCIA T-065/19

Con la lectura de esta sentencia para nosotros como estudiantes de derecho


logramos aclarar y profundizar sobre muchos temas desarrollados a lo largo de
nuestra carrera, por lo tanto me pareció una lectura muy enriquecedora he
interesante ya que se trata de situaciones vividas a diario a nuestro alrededor y
como vemos más aún que se da en la cuidad donde nos encontramos cursando
nuestros estudios y que quizás muchos de nosotros vamos a ejercer nuestra
profesión aquí mismo y es muy beneficioso conocer lo que está pasando a nuestro
alrededor porque es posible que nos encuéntrenos en nuestro ejercicio situaciones
como estas o que tengan algún parecido con esta.

En esta sentencia encontramos en primer lugar toda la situación que se da en el


seno de este hogar y que es lo que lleva a desencadenar toda la situación por la
que se presenta la mencionada sentencia, como vemos aquí encontramos todos
los derechos que deben tener los niños entre esos el derecho a vivir en un
ambiente sano (Los niños, las niñas y los adolescentes tienen derecho a la vida, a
una buena calidad de vida y a un ambiente sano en condiciones de dignidad y
goce de todos sus derechos en forma prevalente.) y también el derecho a la
integridad personal Los niños, las niñas y los adolescentes tienen derecho a ser
protegidos contra todas las acciones o conductas que causen muerte, daño o
sufrimiento físico, sexual o psicológico. En especial, tienen derecho a la protección
contra el maltrato y los abusos de toda índole por parte de sus padres, de sus
representantes legales, de las personas responsables de su cuidado y de los
miembros de su grupo familiar, escolar y comunitario. Se entiende por maltrato
infantil toda forma de perjuicio, castigo, humillación o abuso físico o psicológico,
descuido, omisión o trato negligente, malos tratos o explotación sexual, incluidos
los actos sexuales abusivos y la violación y en general toda forma de violencia o
agresión sobre el niño, la niña o el adolescente por parte de sus padres,
representantes legales o cualquier otra persona.

Según lo expuesto por la accionante las menores en algún momento les son
violados estos derechos ya que esta era víctima de ultrajes diarios por parte de su
compañero permanente, su suegra y su cuñada, debido a que según ellas el señor
Jaime “no había seguido estudiando por el embarazo”. Constantemente,
afirmaban que Viviana “no era la persona adecuada para su hijo y hermano”.
Agrega que su compañero sabía de la situación pero no hacía nada al respecto,
dado que no tenía recursos para mudarse a un lugar independiente además ella
manifiesta que luego de un tiempo el señor también Agregó la accionante que,
adicional a todas las dificultades que vivía con ocasión de la difícil relación con su
suegra y su cuñada, se sumaron constantes discusiones con su pareja porque,
este era “un bebedor, no respondía con la alimentación de las niñas, le reclamaba
porque no sacaban una habitación en otro lado o porque no hacía una casa para
irse a vivir solos, descuidaba la familia, que la mayoría de las noches llegaba en la
madrugada borracho, que se gasta todo el dinero en alcohol, y que tenía que
levantarse la mayoría de las noches en la madrugada a abrirle cuando llegaba
borracho”

Así mismo, afirmó que era víctima de un supuesto abuso verbal por las constantes
groserías que el señor Jaime le propinaba cuando discutían por las razones
enunciadas, y alega que el padre de sus hijas “le pegaba en la cara y la empujaba
constantemente además le doblaba las manos y le obligaba a tener relaciones
sexuales en su estado sin importar que estuvieran las niñas despiertas y que
cuando ella se negaba, como retaliación, no compraba el mercado hasta tanto no
tuvieran relaciones sexuales”. Es así como expuestos estos hechos por la señora
se logra ver que a estas niñas le son vulnerados muchos de sus derechos por
parte de sus progenitores.

Respecto a la audiencia de conciliación y de acuerdo a lo expuesto por la


accionante en mi punto de vista considero que si se realizó una presión por parte
de los funcionarios del ICBF ya que no se le debió comprar a su nuevo
compañero sentimental con otras personas que tal vez no tengan ninguna relación
con él, pienso que lo que se debió hacer fue un estudio acerca del
comportamiento del señor con la accionante y así mismo de este con las menores,
ya que considero que al hacer esto la señora si se siente coaccionada a tomar la
decisión que tomo ya que esta no quiere el mal para sus hijas y esta no logra
pensar de forma clara al estar rodeada de personas que le estas dando este tipo
de sugerencias.

Ahora bien tomando en cuenta la acción de tutela presentada por la accionante


para tratar de resolver la custodia de sus menores hijas y con el fin de declarar
nulo el acta de conciliación firmado por ella y el padre de las menores Considero
que la decisión tomada en primera instancia es apropiada ya que como manifiesta
el Juzgado Sexto Administrativo Oral de Sincelejo, el 13 de febrero de 2018 que
declaró la improcedencia de la acción de tutela objeto de revisión. Para llegar a
esta conclusión, manifestó que en el asunto existe un mecanismo judicial propio
para la fijación de la custodia y el cuidado personal de los niños, establecido en el
artículo 21 del Código General del Proceso, en donde se dispone que los jueces
de familia conocerán, en única instancia, de la custodia el cuidado personal y las
visitas de los menores de edad. Y esto a su vez va de la mano con la decisión
tomada en segunda instancia la cual fue La decisión de segunda instancia resolvió
que el amparo interpuesto por Viviana debía negarse, a pesar de considerar que
una vez “analizado el expediente y concretamente la impugnación presentada por
el apoderado judicial de la parte accionante, la Sala podría considerar que la
presente acción de tutela resulta improcedente, tal como lo decidió el A quo, sino
fuera porque de por medio se encuentran derechos de menores de edad.

Si bien continuando con la lectura vemos que se traen a mención los requisitos de
procedibilidad los cuales son el de inmediatez y el de subsidiariedad, lo cual el
primero impone la carga al demandante de interponer la acción de tutela en un
término prudente y razonable respecto del hecho o la conducta que causa la
vulneración de derechos fundamentales lo cual vemos que se presenta en este
caso ya que la señora presenta esta acción antes de paso un mes de celebrada la
audiencia de conciliación lo cual se considera como un plazo prudente para
reclamar los derechos supuestamente vulnerados, pero si bien encontramos
también el requisito de subsidiariedad el cual indica que el artículo 86 de la
Constitución Política establece que la acción de tutela constituye un mecanismo
de protección de derechos fundamentales de carácter residual y subsidiario, es
decir, que únicamente será procedente cuando no exista otro medio de defensa
judicial, o cuando se pretenda evitar un perjuicio irremediable. Si bien vemos que
este último respalda las decisiones tomadas en primera y segunda instancia.

En el caso concreto, existen mecanismos ordinarios que son idóneos y eficaces


para proteger los derechos de las menores de edad en nombre de quienes se
interpone la acción de tutela objeto de revisión y, en ese sentido, no resulta
necesaria la intervención del juez constitucional, por las razones que a
continuación pasan a exponerse.

En efecto, de conformidad con lo dispuestos en la Ley 1098 de 2006, la


accionante puede solicitar, en cualquier momento, la realización de una nueva
audiencia de conciliación por considerar que han variado en todo o en parte las
condiciones de sus hijas, tal y como ocurrió de acuerdo con las pruebas remitidas
a la Corte Constitucional por parte del ICBF, mediante las cuales informó que las
niñas actualmente se encuentran en la ciudad de Tunja, ya que el progenitor
decidió entregarlas voluntariamente a la madre. Debido a ello, esa institución
decidió convocar a una nueva audiencia de conciliación en la seccional Boyacá
para el día 6 de septiembre de 2018.

Resulta relevante resaltar que en el presente caso no existe riesgo de


configuración de un perjuicio irremediable que amerite una orden provisional por
parte del juez constitucional de tutela, como quiera que de las pruebas recaudadas
en sede de revisión, es posible establecer que la presunta situación de riesgo en
la que se encontraban las niñas ya fue superada y que, por ende, no se acreditan
las condiciones de gravedad, urgencia, impostergabilidad e inminencia requeridas
por la jurisprudencia para que se de ese fenómeno. Sobre el particular, el ICBF
informó, a través de un oficio de valoración socio familiar y de verificación de
derechos que, actualmente, las niñas cuentan con la garantía plena de sus
derechos en la ciudad de Tunja, pues conviven con la progenitora y su actual
pareja en una vivienda digna, tienen condiciones físicas y psicológicas adecuadas
y, en el caso de Laura de 6 años, ya se encuentra vinculada al sistema de
educación municipal.

Para concluir puedo decir que por medio de esta sentencia logramos ver como se
ponen en riesgo y también vulnerados pero también como son protegidos los
derechos de los niños, niñas y adolescentes en nuestro país. Si bien a lo largo de
nuestra materia hemos desarrollado estos derechos que hoy vemos representados
en esta sentencia.

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