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CLASES DE PALABRAS.
2. VARIEDADES DE LA LENGUA.
Como sabemos, la lengua no es uniforme entre todos los hablantes que la usan. Exis-
ten variaciones que se deben a diversas causas:
a) Variedades diastráticas1.
El lenguaje no está homogéneamente repartido en toda la sociedad. No lo poseen con
idéntica amplitud y con idénticas normas las distintas clases sociales, ya que en ello in-
tervienen fundamentalmente dos factores: el nivel educativo que tienen los individuos y
la importancia que le dan al idioma, algo que normalmente va unido también a la edu-
cación que han recibido.
Por ello, los sociólogos imaginan la sociedad dividida en estratos, es decir, estratificada
en diversas clases sociales o económicas, que suelen corresponderse con peculiaridades
de cultura y con diferencias en la posesión y en el uso de la lengua, la cual está, pues,
estratificada de un modo parecido a como lo está la sociedad.
A estas variedades que un idioma presenta en sus distintos estratos sociales es a lo que
se denominan variedades diastráticas. Estas variedades las vamos a estudiar a conti-
nuación a través de los niveles de la lengua. Podemos distinguir básicamente tres nive-
les:
• El habla culta. Es la que emplean las personas de alto nivel cultural en ambientes
artísticos, literarios, científicos, técnicos,… Se caracteriza por:
1
Día- es un prefijo griego que significa ‘a través de’.
• El habla vulgar. Es el habla corriente entre personas de escaso o bajo nivel cultu-
ral y presenta los siguientes rasgos:
b) Variedades diatópicas2.
Se trata de las variedades lingüísticas que se producen debido a la distinta situación
geográfica de los hablantes. Las diversas zonas geográficas poseen variaciones especí-
ficas en el uso de la lengua, gracias a las cuales somos capaces de distinguir, por
ejemplo, a un andaluz de un asturiano o a un argentino de un mexicano. Surgen así
los distintos dialectos de una misma lengua.
c) Variedades diafásicas.
Los distintos niveles lingüísticos (habla culta, coloquial y vulgar) no sólo se observan
en los diversos estratos sociales, sino que pueden darse en un mismo individuo. Así
pues, las variedades diafásicas se refieren a los distintos registros que los hablantes
pueden adoptar según las circunstancias comunicativas en que se encuentren. Todos,
en mayor o menor medida, somos capaces de cambiar de registro ante diferentes si-
tuaciones. Así, no hablamos igual cuando conversamos distendidamente entre amigos
que cuando hablamos con personas desconocidas, lo mismo que tampoco usamos
exactamente el mismo registro al hablar en privado que al hacerlo en público. Un ha-
2
Topos, en griego, significa ‘lugar’.
blante instruido sabe hablar de modo distinto según sea la persona con quien habla (o a
la que escribe), y según las circunstancias en que se expresa. Una carta familiar tiene
distinto "tono" que la dirigida, por ejemplo, al director del centro en que estudiamos. Un
representante de productos farmacéuticos no habla lo mismo jugando al dominó con sus
amigos que explicando a un médico las propiedades de un nuevo fármaco.
Esas diversas modalidades de la lengua que el hablante instruido emplea según sean los
destinatarios y las circunstancias se denominan registros idiomáticos. Saber cambiar de
registro es la señal de un aceptable dominio de la lengua. Por el contrario, utilizar
siempre el mismo registro puede ser síntoma de pedantería (cuando alguien se expresa
muy "cultamente" con todo el mundo), o de clarísima incultura, si se emplea ese registro
porque es el único que se conoce.
Teniendo en cuenta esto, debemos tener clara una idea: las personas cultas (desde un
punto de vista lingüístico) no son aquellas que hablan siempre usando la norma culta,
sino aquellas que poseen recursos suficientes como para adaptarse a la situación en
que se encuentren en cada momento, es decir, las que dominan los distintos registros
idiomáticos y saben usar cada uno de ellos en el momento apropiado.
personales (tónicos) yo, tú, él, ella-o-s; mí, ti, conmigo, contigo;
nosotros-as, vosotros-as
PREPOSICIONES a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, en-
(relacionan palabras entre sí) tre, hacia, hasta, para, por, según, sin, so, sobre,
tras, durante, mediante.
CONJUNCIONES copulativas y, e, ni
(unen palabras u oraciones disyuntivas o, u
entre sí) adversativas pero, mas, sin embargo, sino, aunque
distributivas ya…ya, bien…bien, ora…ora
explicativas es decir, esto es, osea
completivas que, si
consecutivas así pues, así que, conque, de modo que, de forma
que, de manera que, pues bien, luego…
causales porque, pues, dado que, puesto que, ya que…
condicionales si, con tal que, siempre que, a no ser que…
concesivas aunque, a pesar de que, si bien…
temporales cuando, mientras, apenas, en cuanto…
comparativas que, como, igual que, más que, tanto como…
El adjetivo.
Grado. Los adjetivos calificativos poseen la capacidad de indicar una gradación o
cuantificación. Se distinguen tres grados:
• Positivo: muestra una cualidad sin cuantificarla: alto, listo, impaciente, flexi-
ble,…
• Comparativo: indica una cualidad comparativa mediante el uso de una serie de
adverbios que lo acompañan. Existen tres subclases:
o Superioridad: utiliza el cuantificador más (más alto que…).
o Inferioridad: emplea el cuantificador menos (menos inteligente que…).
o Igualdad: se usan los cuantificadores tan, igual de, lo mismo de (Está
tan alto como… / Es igual de alto que…).
Existen además cuatro comparativos que la lengua española ha heredado del
latín: mejor, peor, mayor y menor. Mediante estos se construyen comparacio-
nes como las siguientes: es mejor que su hermana, es mayor que su esposa,…
• Superlativo: indica el grado más alto de una cualidad. Se construye mediante
el uso del adverbio muy (muy diligente, muy lista) o con el empleo de los sufi-
jos –ísimo /-érrimo (contentísimo, amabilísimo; paupérrimo, celebérrimo).