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Guía didáctica

El viaje en la literatura

Uno de los temas más significativos de la literatura universal es el tema del viaje, el cual
representa de un modo u otro algo inherente a la existencia humana, esto es, la búsqueda del
sentido de la vida.

El viaje expresa e interpreta un profundo deseo de cambio y conlleva una necesidad de vivir
nuevas experiencias que a nivel existencial van a producir cambios profundos en el individuo.
Esta necesidad se transforma en una verdadera demanda que motiva al personaje a escapar de
sí mismo y de su entorno, enfrentándose a una nueva realidad que le permitirá volverse hacia
sí, otorgándole un nuevo sentido a su existencia.

En literatura, el viaje simboliza una aventura y una búsqueda, y ésta última puede devenir en
algo concreto o espiritual, cuestión que no es excluyente, ya que la mayoría de este tipo de
relatos, si bien puede comenzar con lo que a primera vista puede ser un simple viaje de
aventura, se resuelve en una nueva forma de “ver la vida”. El protagonista gracias a esta
experiencia ya no será el mismo de siempre, ya que en su mente se ha producido una especie
de “alumbramiento espiritual”, a través del cual consigue madurar, aprender e iniciarse para
poder enfrentar de mejor manera las distintas pruebas y experiencias que le va a ir colocando
su entorno.

En términos generales, en el ámbito de la


tradición literaria, se distinguen algunas formas
arquetípicas de cómo se va a ir representado el
tema del viaje. Sintetizando, todas sus variables
se inscriben en alguna de las siguientes formas:
el viaje físico, el viaje a los infiernos, el viaje
interior y el viaje por diversos espacios
terrestres, sociales y extraterrestres. Sin
embargo, se debe tener presente que en la
mayoría de relatos de viajes siempre está
presente el viaje interior, el cual representa la
esencia propia del viaje, esto es, la búsqueda y
la consecución del aprendizaje y el
conocimiento de sí mismo. Se podrá apreciar
que la tradición literaria ocupará los distintos
tipos de viajes para representar simbólicamente
este viaje introspectivo hacia el fundamento
individual de cada ser humano. Por tal motivo
este viaje no será tratado de manera particular,
asumiendo que el viaje, como concepto
genérico, conlleva ese conocimiento
introspectivo y travesía propia a la interioridad inherente del Viaje Interior.
Tipos de Viaje

Desde el inicio de la humanidad, el hombre ha sentido la necesidad de viajar, de conocer


nuevos lugares y de contar a los otros sus experiencias de éstos.

En la Edad Media, por ejemplo, el viaje era concebido como una peregrinación por lugares
santos; los peregrinos describen las ciudades visitadas dando lugar, incluso, a las primeras
representaciones o mapas de estos lugares.

Sin embargo, en el mundo contemporáneo el


viaje se convierte en un fenómeno de masas
y surge la figura del “turista”, opuesto al
“viajero clásico” de los tiempos pasados.

En el caso particular de la literatura tenemos


obras completas con la estructura del viaje
donde el libro en sí cuenta un viaje del
protagonista, siendo una modalidad presente
a través de toda tradición literaria.

En la Antigüedad obras tan importantes


como La Odisea o La Eneida, comparten una
estructura basada en el viaje físico.

En la novela picaresca, se comparte como


rasgo característico las ideas y venidas de un
protagonista que cambia de ciudad mientras busca su espacio social en el mundo. En la novela
de caballerías, se celebran las hazañas de los caballeros andantes quienes a través de una
estructura episódica viajan a nuevas tierras, a pueblos paganos con ritos extraños, palacios
mágicos, selvas misteriosas, etc.

Para contar la experiencia viajera de los personajes, tradicionalmente se han utilizado las
siguientes formas en el relato:

 Modelo narrativo
 Modelo epistolar
 Modelo narrativo temporal

1. El viaje mítico
El mito (μύθος) se entiende como la forma primera en que el hombre se explica y se enfrenta a
la grandeza del universo. Los mitos describen las diversas, y a veces dramáticas, irrupciones de
lo sagrado (o de lo sobrenatural) en el mundo, creando así un sentido para las acciones que el
hombre emprende. Por ello el mito se transforma en el primer fundamento que el hombre ha
dado para la explicación del cosmos (κοσμος).

El arte occidental, desde sus orígenes, ha trabajado sobre concepciones


míticas y sobre héroes míticos mediante el uso de diversos recursos
técnicos y literarios, es decir, una “estructura mitológica”. En este
sentido es que cobran relevancia los conceptos de tiempo y espacio y la
conjugación y/o disolución histórica que se deriva de ellos, el mito nos
acerca a un tiempo anterior que se hace dinámico y se revitaliza
mediante la realización del presente y del futuro.

1.2. Fases del Viaje mítico (Según Joseph Campbell):

1. Mundo ordinario - El mundo normal del héroe antes de que la historia comience.
2. El llamado de la aventura - Al héroe se le presenta un problema, desafío o aventura.
3. Reticencia del héroe o rechazo del llamado - El héroe rechaza el desafío o aventura,
principalmente por miedo al cambio.
4. Encuentro con el mentor o ayuda sobrenatural - El héroe encuentra un mentor que lo
hace aceptar el llamado y lo informa y entrena para su aventura o desafío.
5. Cruce del primer umbral - El héroe abandona el mundo ordinario para entrar en el
mundo especial o mágico.
6. Pruebas, aliados y enemigos - El héroe enfrenta pruebas, encuentra aliados y confronta
enemigos, de forma que aprende las reglas del mundo especial.
7. Acercamiento - El héroe tiene éxitos durante las pruebas
8. Prueba difícil o traumática - La crisis más grande de la aventura, de vida o muerte.
9. Recompensa - El héroe ha enfrentado a la muerte, se sobrepone a su miedo y ahora
gana una recompensa.
10. El camino de vuelta - El héroe debe volver al mundo ordinario.
11. Resurrección del héroe - Otra prueba donde el héroe enfrenta la muerte, y debe usar
todo lo aprendido.
12. Regreso con el elixir - El héroe regresa a casa con el elíxir, y lo usa para ayudar a todos
en el mundo ordinario.

2. El viaje a través del tiempo

Son relatos que se inscriben en lo que denominamos “ciencia


ficción”, cuyos temas predilectos son el mundo del futuro, los
viajes a través del tiempo, la vida en otros planetas, las crisis
generadas por la tecnología o la presencia de criaturas y
entornos extraños. Son relatos que desde el punto de vista
temporal están orientados desde un presente hacia un futuro
muy lejano, o también desde un pasado hacia el presente (s.
XXI).
Ejemplos de viaje en el tiempo en la literatura:

 “El reloj que marchaba hacia atrás” de Edward Page Mitchell – 1881
 “El anacronópete” de Enrique Gaspar – 1887
 “La máquina del tiempo” de Herbert G. Wells – 1895
 “Los hombres que asesinaron a Mahoma” de Alfred Bester.
 “Lo que el viento se llevó” de Ward Moore – 1955
 “El sonido de un trueno” de Ray Bradbury.

La hibernación es un motivo que está ligado íntimamente al tema del viaje, pero este viaje
siempre va a ser a un futuro lejano, es la posibilidad que tiene el ser humano de viajar a través
del universo, de las distintas galaxias, desafiando la imaginación y la física, viajando a
velocidades cercanas a la de la luz. Es la única posibilidad que tiene el ser humano para
traspasar el tiempo en forma intacta. Un cuerpo “hibernado”, con su perfecta conservación
genética, la cual no se altera con el paso del tiempo. Dicho de otra manera, es un modo de
detener el tiempo.

3. El viaje a los infiernos.

La literatura se ha alimentado de la naturaleza, se ha apoyado


en ella para construir sus propias creaciones. El paisaje o
entorno ha acompañado el proceso de evolución literaria. A
través de la descripción de la naturaleza, el literato establece
un diálogo con su entorno, con la belleza y consigo mismo. El
locus, entorno físico donde el ser humano desarrolla su
proceso biológico e histórico, desempeñará un rol central en
la creación artística, transformándose en un locus amoenus,
escenario en donde el hombre alcanza su felicidad. No
obstante ¿qué pasa con el infierno? Según nuestra cultura
occidental, el espacio relacionado con la culpa humana forma
parte, desde el principio del mundo del imaginario colectivo.
Aquel horrible lugar ya pensado por filósofos griegos, descrito
por Dante y prefigurado por Petrarca, será la otra cara de la
moneda, la que indaga en la oscuridad, la culpa, el miedo y el
delito humano. El infierno proyectado como “Más allá”, como
“Ultratumba”, es una de las obsesivas preocupaciones de la
humanidad. En cada civilización se pretende dar una
respuesta al misterio y no hay mitología ni religión que no
haya basado su fundamento en solucionar tan peliagudo
problema. Todas las tradiciones se lo sobrenatural recogen el
tema de la incursión de unos héroes en el “Más allá” de donde vuelven victoriosos. Ya en el
poema sumerio Gilgamesh, en La Odisea, en La Ilíada y en el viaje de Eneas en busca de la tierra
prometida, se encuentran claves decisivas para la construcción del mito: la preparación del
viajero y el uso de los talismanes protectores, el río y el lago infernales, el puente peligroso, el
guía conductor por la morada terrorífica, el barquero que traslada a los viajeros al “Más allá” en
su barca, el paso peligroso con sus bestias espantosas que el héroe debe derrotar en su lucha
desigual, el viaje entre la densa niebla sulfúrea o por el misterioso bosque, el encuentro con los
familiares y amigos muertos…con frecuencia el héroe vive en el “Más allá” un tiempo inmóvil,
distinto en su mesura al tiempo del mundo de acá.
Un viaje, un lugar (infierno) y un personaje transformado por dicha experiencia. Estos tres
elementos están presentes en los relatos del viaje a los infiernos. A partir de ahora nos toca
hablar no ya de la lucha del hombre contra los dioses, ni de la crítica moralizadora de otros
individuos, sino de la lucha del hombre contra sí mismo. Hasta ahora la literatura había
construido en su imaginación el mito del infierno; sin embargo ahora el hombre construye
literalmente, con sus propias manos, el más temible infierno en este mundo, transportando el
infierno mítico al mundo terrenal.

Actividad: Lee atentamente el texto y responde la pregunta.

“Los vagones eran doce, y nosotros seiscientos cincuenta; en mi vagón éramos sólo cuarenta y
cinco, pero era un vagón pequeño. Aquí estaba, ante nuestros ojos, bajo nuestros pies, uno de
los famosos trenes de guerra alemanes, os que no vuelven, aquellos de los cuales, temblando y
siempre un poco incrédulos, habíamos oído hablar con tanta frecuencia. Exactamente así, punto
por punto: vagones de mercancías, cerrados desde el exterior, y dentro hombres, mujeres,
niños, comprimidos sin piedad, como mercancías en docenas, en un viaje hacia la nada, en un
viaje hacia allá abajo, hacia el fondo. Esta vez, dentro íbamos nosotros.”

1. ¿Cuál de los siguientes enunciados sintetiza de mejor manera el tema central del
fragmento leído?

a) El sufrimiento físico producido por la incomodidad del viaje.


b) La angustia de llevar a cabo un viaje sin reconocer su real destino.
c) La representación del viaje en tren como descenso al infierno.
d) El viaje en tren como búsqueda del real sentido de la existencia.
e) La representación a través de un ejemplo concreto de la violación de los derechos
humanos durante la segunda guerra mundial.

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