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Julio | 29
Feminismo y marxismo

La emancipación de las
mujeres en tiempos de
crisis mundial
La sintomática emergencia política de los sectores más
oprimidos cuestiona la idea de emancipación como conquista
progresiva y acumulativa de derechos (tal como propone un
feminismo partidario, exclusivamente, de la estrategia del lobby
parlamentario para la “ampliación de ciudadanía”) y pone en
jaque la perspectiva de “democratizar radicalmente la democracia”
(como plantea el postfeminismo), que se demuestra inviable
cuando la crisis económica, social y política sigue desarrollándose.

Andrea D’Atri
Especialista en Estudios de la Mujer.
Laura Lif
Miembro del Instituto de Pensamiento Socialista Karl Marx.

Con la crisis se torna evidente que cada dere-


cho obtenido no es una conquista perenne, sino
que está sujeto ya sea a los recortes y ajustes que
imponen los gobiernos e instituciones financie-
ras internacionales, como también –cuando no
se trata de un problema económico estrictamen-
te– a los vaivenes de las relaciones de fuerzas, ya
que la crisis agudiza la polarización social y eso
hace resurgir con virulencia a los sectores
más reaccionarios que expresan su xeno-
fobia, homofobia, misoginia, etc. No son
pocos los gobiernos que, detrás de un dis-
curso supuestamente “progresista”, escon-
den compromisos con sectores derechistas
y concesiones a determinados grupos reli-
giosos, reforzando el control social con el
recorte de libertades democráticas.
En la población arrojada por el capi-
tal a una vida miserable, no hay “equidad
de género”: el 70% son mujeres y niñas.
Pero la desigualdad no se encuentra só-
lo en los índices económicos. Su discrimi-
nación –como la que se ejerce también
contra inmigrantes y personas no hete-
rosexuales– contrasta con los derechos
adquiridos en décadas recientes: repre-
sión, violaciones y asesinatos de mujeres
en Egipto y otros países del norte de África
30 | IDEAS & DEBATES

“Automarginado o integrado a las batallas por el relación de fuerzas que quedó planteada con la
radicalización iniciada en los ‘60. Desde finales
de esa década hasta mediados de los ‘80 tuvo

‘reconocimiento’ libradas en el espacio del ‘Estado-democrático’, lugar un ascenso revolucionario de masas que
puso en cuestionamiento no sólo el orden capi-

el feminismo abandonó la lucha contra el orden social y talista, sino también el férreo control de la bu-
rocracia estalinista en los Estados obreros del

moral que impone el capital y que descarga mayores miserias Este de Europa.
El inicio de este extendido proceso de radica-

y agravios contra las mujeres. En el reverso, la ausencia de lización, que atravesó los continentes y puso en
jaque al equilibrio pactado entre el imperialis-

horizonte revolucionario y el papel jugado por sus propias mo y la burocracia estalinista a la salida de la
IIº Guerra Mundial, también dio lugar al flo-

direcciones en el momento del mayor ataque perpetrado recimiento de otros cuestionamientos radicales
sobre la vida cotidiana: el movimiento feminis-

por el capital, sumió a la clase obrera en un corporativismo ta se recreó bajo nuevas premisas, originando lo
que se conoció como “la segunda ola”; el mo-

economicista. vimiento por la liberación sexual salió del clo-


set impuesto por la represión, irrumpiendo en

” la escena mundial con las barricadas de Sto-


newall y la visibilización “orgullosa”; la pobla-
ción afroamericana también emergió, gritando
su rebeldía y enarbolando la bandera del black-
power, mientras los campus universitarios se
convertían en ámbitos de deliberación política
y Medio Oriente; escalada xenófoba en Euro- eso, a diferencia de otras crisis mundiales, ésta y filosófica, experimentación musical y lisérgi-
pa; multitudinarias movilizaciones, encabeza- que estamos atravesando encuentra a la clase ca, al tiempo que la familia tradicional, la pareja
das por la Iglesia Católica, grupos de cristianos obrera con una fuerza de trabajo femenina que heterosexual monogámica y todas las relaciones
evangélicos y políticos conservadores, contra representa más del 40% del empleo global. El intersubjetivas eran cuestionadas por el amor li-
los proyectos de legalizar el matrimonio igua- 50,5% de esas trabajadoras están precarizadas bre y la vida comunitaria.
litario1. y, por primera vez en la historia, la tasa de em- Pero la contraofensiva imperialista –conoci-
El capitalismo enseña, con estas brutales lec- pleo urbano entre las mujeres es levemente su- da como “neoliberalismo”– se descargó sobre
ciones, que la emancipación femenina como la perior a la tasa de empleo rural3. las masas asestándoles una derrota no solo po-
de otros grupos sociales subordinados, es una Es agudo el contraste entre los derechos ad- lítica, sino también cultural. A diferencia de las
quimera mientras subsista este régimen social, quiridos –incluyendo la legitimidad que al- dos guerras mundiales, la recuperación parcial
político y económico. Si ésta es la perspecti- canzó, en las últimas décadas, el concepto de que logró el sistema capitalista no se basó en
va, ¿qué debe plantearse el feminismo, en tanto “equidad de género”– y el desolador panorama la destrucción de las fuerzas productivas me-
movimiento emancipador que denuncia la in- de estas estadísticas. diante el aparato bélico. Aunque hubo “derro-
equidad social, política y cultural de las mujeres Fue buscando una explicación a esta contra- tas físicas”, la base de este “nuevo orden” fue,
bajo el dominio patriarcal? ¿Y qué tiene para dicción, que la feminista norteamericana Nan- esencialmente, la descomunal fragmentación
decir el marxismo revolucionario? cy Fraser expresó su insatisfacción con la tesis de la clase trabajadora. Frente a este ataque im-
de que “la capacidad relativa del movimiento perialista a las masas y sus conquistas, las pro-
Paradojas de la restauración conservadora: [feminista] para transformar la cultura, contras- pias organizaciones creadas por la clase obrera
más derechos y mayores agravios ta de manera aguda con su incapacidad relati- (desde los partidos como la socialdemocracia o
En el último siglo, la vida de las mujeres cam- va para transformar las instituciones”4. Y a ese los PC, hasta los sindicatos y los estados obre-
bió de una manera que no es comparable a la balance impropio (que le adjudica al feminismo ros burocratizados) actuaron como agentes de
modificación relativamente menor que experi- un triunfo cultural y un cierto fracaso institucio- la implementación de esas mismas medidas que
mentó la vida de los hombres en el mismo pe- nal), Fraser lo desafía con una nueva hipótesis, reconfiguraron el dominio del capital6. El mo-
ríodo. Pero hay otros datos que contrastan preguntándose si acaso lo que sucedió es que delo del libre mercado y el pensamiento único
brutalmente con esta imagen de “progreso sin “los cambios culturales propulsados por la se- lideraron este período de restauración, carac-
contradicciones”, hacia una mayor equidad de gunda ola, saludables en sí mismos, han servido terizado por el desvío y la canalización del as-
género, que es más propia de los países imperia- para legitimar una transformación estructural de censo de masas a través de la extensión de los
listas y las semicolonias prósperas. ¿Cómo ins- la sociedad capitalista que avanza directamente regímenes democráticos capitalistas, abriendo
cribir sino, dentro de este horizonte, que cada en contra de las visiones feministas de una so- paso a medidas económicas, sociales, y políti-
año entre 1 millón y medio y 3 millones de mu- ciedad justa”5. La autora se permite sospechar cas que liquidaron gran parte de las conquistas
jeres y niñas son víctimas de la violencia ma- que feminismo y neoliberalismo resultaron afi- obtenidas durante el período anterior.
chista y que la prostitución se transformó en nes, cuestionando la cooptación del primero y Este proceso se extendió en el tiempo y el es-
una industria de grandes proporciones y enor- su subordinación a la agenda del Banco Mun- pacio, de una manera nunca antes vista. Aunque
me rentabilidad, que a su vez permitió desarro- dial y otros organismos internacionales. “más extendidas geográficamente, se constituye-
llar expansivamente las redes de trata? Además, La sospecha parece acertada. ¿Acaso el femi- ron como democracias degradadas teniendo co-
a escala mundial, a pesar de los enormes avan- nismo solo puede proponernos una restringida mo base fundamental las clases medias urbanas
ces científicos y tecnológicos, mueren 500.000 emancipación, limitada a sectores minoritarios y hasta sectores privilegiados de la clase obrera
mujeres, anualmente, por complicaciones en el que gozan de algunos derechos democráticos, (especialmente en los países centrales), que tu-
embarazo y en el parto, mientras 500 mujeres en determinados países, a expensas de la exten- vieron la puerta abierta a la extensión del consu-
mueren, a diario, por las consecuencias de los sión de brutales agravios contra la inmensa ma- mo. La desideologización del discurso político
abortos clandestinos. En el mismo período, au- yoría de las mujeres a escala global? bajo la combinación de la exaltación del indi-
mentó exponencialmente la “feminización” de Esta situación paradójica, que las décadas de viduo y su realización en el consumo (‘consu-
la fuerza laboral, especialmente en América La- la restauración conservadora nos han legado, mismo’) fueron las bases de este ‘nuevo pacto’
tina, a costa de una mayor precarización2. Por no puede explicarse sino es remontándose a la mucho más elitista que aquel de la posguerra,
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que convivió con el aumento de la explotación Las mujeres que anhelaban su emancipación feministas y posfeministas. Sus respuestas, lejos
y degradación social de la mayoría de la clase no tuvieron, durante estas décadas de profun- de atacar el corazón del problema, retomando
trabajadora, junto con altos índices de desocu- da restauración conservadora, un modelo que las críticas más radicales con las que el femi-
pación y la proliferación exponencial de la po- seguir en los países que abarcaba el denomina- nismo había logrado apuntar a la alianza “ca-
breza”7 [las negritas son nuestras]. do “socialismo real”, como había sido a prin- pital-patriarcado”, establecieron la idea de una
Mientras los sectores más altos de la clase tra- cipios del siglo XX. Allí solo encontraban la emancipación individual, engañosamente asi-
bajadora y las clases medias eran incorpora- confirmación de que todo intento de oponerse milada a las posibilidades de consumo y apro-
dos al festín consumista, las grandes mayorías a la dominación existente, podía generar nue- piación-transformación subjetiva del propio
eran arrojadas a la desocupación crónica, el vas y monstruosas formas de dominación y ex- cuerpo.
hacinamiento en los suburbios y la marginali- clusión. El estalinismo se había encargado de
dad social, política y cultural. El individualismo manchar las banderas libertarias del bolchevis- Apuntes para un debate
también permeó la cultura de masas. Para esta mo para la emancipación femenina y transfor- Esta reconfiguración de la situación de las mu-
“integración” que estableció un “nuevo pacto” marlas en su contrario: reestableció el orden jeres, provistas de nuevos derechos y víctimas
entre las clases fue necesario incorporar, degra- familiar promoviendo el rol de las mujeres co- de mayores agravios, junto con la nueva compo-
dando, en la agenda de las políticas públicas, mo esposas, madres y amas de casa; derogó el sición de género de la fuerza de trabajo provo-
muchas de las demandas democráticas plantea- derecho al aborto; criminalizó la prostitución, cada por las transformaciones operadas en las
das por los movimientos sociales, incluyendo el como en tiempos del zarismo; redujo drástica- últimas décadas, obliga a reactualizar el deba-
feminismo. mente o directamente eliminó las políticas pú- te entre feminismo y marxismo sobre el carácter
blicas de creación de lavaderos, comedores y de la relación entre capitalismo y patriarcado,
Feminismo en democracia: de la viviendas comunitarias y liquidó todos los orga- el agente de la emancipación y la cuestión de
insubordinación a la institucionalización nismos partidarios femeninos. Éstas fueron solo la hegemonía. ¿Está planteada la hipótesis del
El divorcio entre la clase obrera, por un lado, algunas de las medidas con las que la burocra- resurgimiento de un feminismo que no se au-
con sus direcciones encabezando la entrega de cia destruyó y revirtió los pequeños pero auda- tosatisfaga en el refugio intimista de la libera-
conquistas o, en el mejor de los casos, resistien- ces pasos dados por la Revolución Rusa de 1917. ción individual y se plantee un horizonte de
do desde un sindicalismo ramplón los ataques Junto con la cooptación y la integración al ré- crítica radical anticapitalista? Ello implica no
neoliberales y, por otro lado, los movimientos gimen capitalista, se avanzó en derechos demo- solo el combate contra las variantes reformis-
sociales –que, ante la derrota, abandonaron la cráticos elementales y se transformó la agenda tas que propugnan la inclusión, aun cuando lo
perspectiva de una transformación radical del feminista –antes enarbolada solo por algunos hagan bajo las laberínticas formas de un gali-
sistema global– se consumó finalmente, después sectores de vanguardia– en “sentido común” de matías posmoderno, sino también recuperan-
de una larga historia de barricadas compartidas. masas. Pero la radicalidad del feminismo de los do –contra todo reduccionismo economicista o
Automarginado o integrado a las batallas por albores de la “segunda ola” fue engullida por el politicismo oportunista funcionales a aquel re-
el “reconocimiento” libradas en el espacio del sistema. Su apuesta subversiva fue desandada formismo– las mejores tradiciones de la historia
“Estado-democrático”, el feminismo abando- en el camino que se transitó “desde la calle al del marxismo revolucionario en la lucha contra
nó la lucha contra el orden social y moral que palacio”, de la transformación social radical a la la opresión femenina.
impone el capital y que descarga mayores mi- transgresión simbólica resistente.
serias y agravios contra las mujeres. En el re- Entre la extensión inusitada del consumo pa-
verso, la ausencia de horizonte revolucionario ra amplios sectores de masas, la exaltación del
y el papel jugado por sus propias direcciones en individualismo como valor social y la reconver-
el momento del mayor ataque perpetrado por sión de los movimientos sociales en canteras de
el capital, sumió a la clase obrera en un cor- tecnócratas para proveer de personal experto a
porativismo economicista. Reformismo de dos las agencias de desarrollo, el feminismo iguali-
caras: la política feminista solo se limitó a pre- tarista perdió su carácter crítico. Luego, el fe- 1 En París, cientos de miles de personas marcharon
sionar a través del cabildeo a las instituciones minismo de la diferencia y el postfeminismo contra la aprobación del matrimonio igualitario. En
del Estado para conseguir una “ampliación de cuestionaron, relativamente, esa conciliación. la manifestación, liderada por personalidades de la
derecha y la ultraderecha francesa, se coreaba con-
ciudadanía” que, más temprano que tarde, se Pero la adaptación a una época donde la revo-
tra el gobierno de Hollande: “No toques el matrimo-
está transformando en papel mojado ante la cri- lución se alejaba del horizonte, con una clase nio, ocúpate de la desocupación”. En el 2008, en Ca-
sis en ciernes; mientras a las mujeres de la clase obrera sumergida en un atraso político y crisis lifornia, grupos derechistas –como la organización
trabajadora se le asigna, en el mejor de los ca- de subjetividad sin precedentes y la desmorali- Protect Marriage– promovieron la enmienda consti-
sos, sólo el “derecho” a la puja salarial, dejando zación provocada por la identificación del es- tucional denominada “Limitar el Matrimonio”. Algo
similar ocurrió en el Estado Español, donde el PP y la
en manos de la casta política burguesa el mane- talinismo con el “socialismo”, también tuvo su
Iglesia encabezaron las movilizaciones contra el ma-
jo de los asuntos públicos. correlato en los nuevos fundamentos teóricos trimonio gay. Recientemente, en Brasil, miles parti-
ciparon en la “Marcha por Jesús”, una manifestación
de cristianos evangélicos liderados por el presiden-
te de la Comisión de DD. HH. de la Cámara de Di-
putados que aprobó un proyecto de ley para que los

“La adaptación a una época donde la revolución se colegios de psicólogos consideren la homosexualidad
como una enfermedad y establezcan su tratamiento.
2 En las 3.000 zonas francas que hay en el mundo
trabajan más de 40 millones de personas, sin ningún
alejaba del horizonte, con una clase obrera sumergida en derecho; pero el 80% son mujeres que tienen entre
14 y 28 años.
un atraso político y crisis de subjetividad sin precedentes 3 OIT, Informes 2011 y 2012.
4 Nancy Fraser, “El feminismo, el capitalismo y la
y la desmoralización provocada por la identificación del astucia de la historia”, New Left Review 56, Madrid,
2009.

estalinismo con el ‘socialismo’, también tuvo su correlato en 5 Ídem.


6 Ver E. Albamonte y M. Maiello, “En los límites de
los nuevos fundamentos teóricos feministas y post feministas. la restauración burguesa”, Estrategia Internacional
27, Buenos Aires, 2011.

” 7 Ídem.

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