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1. CONCEPTO.
Sin pretender agotar los innumerables conceptos que de ella se dan, traemos
a colación la definición que entregan dos trasandinos y dos nacionales.
Alsina define la nulidad procesal como la sanción por la cual la ley priva a un
acto jurídico de sus efectos normales cuando en su ejecución no se han guardado las formas
prescriptas para ello.1
Para Alvarado, en tanto, será la sanción que priva de efectos (de eficacia) a un
acto procesal en cuya estructura no se han guardado los elementos esenciales del modelo…2
Por su parte, Colombo la describe como una sanción de ineficacia, que permite
invalidar actos procesales viciados,3 agregando luego que afecta a los actos procesales
realizados con falta de alguno de los requisitos previstos por la ley para su validez.4
Finalmente, Carrasco, resume que la doctrina la relaciona con un defecto de
forma en el ejercicio o desarrollo del acto procesal, por lo que la considera la consecuencia
lógica del incumplimiento de aquellas formas a las cuales la ley atribuye determinados
efectos.5
2. SU REGULACIÓN.
1 ALSINA, Hugo, Tratado teórico práctico de Derecho procesal civil y comercial. Parte general, t. I, 2ª ed.,
Ediar, Buenos Aires, 1963, p. 627.
2 ALVARADO VELLOSO, Adolfo, Presupuestos de la nulidad procesal, en Revista Estudios Procesales, p.
100.
3 COLOMBO CAMPBELL, Juan, Los actos procesales, t. II, reimp., Ed. Jurídica, Santiago, 2012, p. 441.
4 Ib. ídem, p. 444.
5 CARRASCO POBLETE, Jaime, La nulidad procesal como técnica protectora de los derechos y garantías
de las partes en el derecho procesal chileno, en Revista de Derecho UCN, Año 18, 2011, p. 52.
ellos tratan, no causan nulidad de tales notificaciones; el Art. 55 se refiere a la
notificación de una resolución declarada nula; luego, en el Art. 61, se desprende
que los actos que no cuenten con la autorización del funcionario pertinente, son
nulos.
En tanto, los Artículos 79 y 80, situados en las rebeldías, deberían tratarse en
otro lugar, por último en el de los incidentes, pues ambos se refieren a la nulidad
de lo obrado (por fuerza mayor o por falta de emplazamiento). El Art. 83 y los
demás relativos a los incidentes, resultan todos aplicables a la nulidad procesal.
Luego, los Artículos 768, 789, 795 y 800, se refieren a causales de casación que
dicen directa relación con la nulidad, en cuanto a la omisión de trámites y/o
diligencias esenciales.
3. REQUISITOS.
3.1. Debe ser alegada.- La nulidad procesal no opera de pleno derecho, lo que
significa que debe ser declarada expresamente, y mientras ello no ocurra, el acto
viciado seguirá produciendo los efectos tal como si fuera un acto válido, en razón
de la presunción de legitimidad que revisten los actos dentro del proceso.
Ello en ningún caso significa que pueda ser declarada de oficio, como se ha
venido enseñando erróneamente en los manuales y cursos del ramo. En efecto, no
debemos confundir la nulidad procesal con la facultad correctora que se confiere al
juez en el inciso final del Art. 84 CPC, pues esta última sólo permite al juez corregir
los errores de substanciación del proceso, y en tal sentido, se trata de una facultad
preventiva, que tiende a evitar la nulidad de los actos de procedimiento. En
realidad, la redacción es poco feliz, pues en verdad, el legislador lo que ha querido
decir es que si el juez observa actos de procedimiento que estén viciados, podrá
impetrar las medidas que tiendan a su subsanación, evitando así declarar su
nulidad; de modo tal que se trata de una prevención a posteriori, no en el sentido de
prevenir que los actos tengan vicios, sino en el sentido de prevenir que tales actos
viciados sean anulados.
Aclarado lo anterior, entonces, la alegación de la nulidad se producirá sólo a
petición de parte. Podrán alegarla aquellos que sean parte del proceso, que se vean
agraviados con el acto viciado, y que no hayan participado o contribuido a causar
el vicio que la genera. Estos requisitos copulativos los veremos en seguida.
3.3. Trascendencia del agravio.- El agravio por sí solo no resulta suficiente para
que se impetre la nulidad del acto procesal. Es necesario que el vicio sea de tal
magnitud o gravedad, que impida que el acto sirva para el fin para el cual ha sido
concebido. Así se desprende de la exigencia legal de que el perjuicio sea sólo
reparable con la declaración de nulidad, lo que nos lleva a decir que la nulidad es
un recurso de última ratio, es decir, antes de solicitarla, habrá que ver si el vicio
puede ser saneado de alguna forma.
3.4. Legitimación activa.- Podrá solicitar la nulidad procesal del acto, aquella
parte o tercero interviniente que se vea perjudicado con él. No obstante, esta regla
tiene una limitación, que deriva de la aplicación de la doctrina de los actos propios,
en el sentido que nadie puede aprovecharse de su propio dolo, y por ende, si la
parte que intenta alegar la nulidad ha contribuido a generar el vicio, no podrá
invocarla.
4. EFECTOS.
5. TRAMITACIÓN.
6. CASOS ESPECIALES.