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TRANSMISIÓN DE LOS

DERECHOS DE AUTOR.
EL CONTRATO DE EDICIÓN
Autor
© 2007. Carlos Muñoz Viada

Editor
© Difusión Jurídica y Temas de Actualidad S.A.
C/ Magallanes, 25, 3º
28015 Madrid
Tel. 902.438. 834 - Fax 91 578 45 70
e-mail: clientes@difusionjuridica.com
NIF: A-59888172
Depósito Legal:
ISBN-13: 978-84-96705-22-7

Diseño
David Pulido Vicente
Javi Hernández Paisal

Maquetación
SketchStudio V.D S.L.

Impresión
Anglofort

No está permitida la reproducción de esta obra, ni su transmisión en forma o medio alguno, sea electró-
nico, mecánico, fotocopia, o de cualquier otro tipo sin el permiso previo y por escrito del autor.
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como a cualquier otro criterio mejor fundado. Ni el editor, ni el autor, pueden responsabilizarse de
las consecuencias, favorables o desfavorables, de actaciones basadas en las opiniones o informaciones
contenidas en esta publicación.
A mis mujeres, por el tiempo que les he robado.
A la A.C.E., por lo mucho que me ha enseñado.
Carlos Muñoz Viada

ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN

- Objetivo y justificación 13

- Algunas generalidades sobre el derecho de autor 15

II. LA TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS DE AUTOR

- Transmisión Mortis Causa 26

- Transmisión Inter Vivos 28

- La extensión de la cesión 30

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Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

- Onerosidad y gratuidad de la cesión 32

- El contenido de la cesión 34

- Límites generales a la cesión 37

- El alcance de las cesiones no exclusivas 38

- Cesión con carácter de exclusiva 39

III. EL CONTRATO DE EDICIÓN Y SUS ELEMENTOS ESENCIALES

- Antecedentes históricos y legislativos 43

- El artículo 58 LPI. Definición legal del contrato de edición 45

- Descripción y Características del contrato 46

- Los Sujetos del contrato: Autor y Editor 53

- El Objeto del contrato y el alcance de la cesión 54

- Las obras sujetas al contrato de edición 56

- Las obras excluidas del contrato de edición 57

IV. EL CONTRATO DE EDICIÓN: FORMALIZACIÓN Y CONTENIDO


MÍNIMO
- Formalización y contenido mínimo 61

- Exclusividad 63

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Carlos Muñoz Viada

- Ámbito territorial 65

- El número mínimo y máximo de ejemplares 66

- La forma de distribución de los ejemplares y los que se


reserven al autor, a la crítica y a la promoción de la obra 68

- La remuneración del autor 72

- El plazo para la puesta en circulación de los ejemplares 84

- El plazo en que el autor deberá entregar el original 85

- El contrato de edición en forma de libro 86

- La lengua o lenguas en que ha de publicarse 87

- El anticipo 88

- La modalidad o modalidades de edición 89

V. DERECHOS Y OBLIGACIONES DERIVADOS DEL CONTRATO DE


EDICIÓN

- Las Obligaciones legales imperativas 92

- Las Obligaciones legales imperativas pero modulables 92

- Las Obligaciones reguladas por normas dispositivas supletorias


de la voluntad de las partes 93

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Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

- Las Obligaciones puramente convencionales 93

- Las Obligaciones legales. Los artículos 64 y 65 del T.R.L.P.I. 94

VI. LAS OBLIGACIONES DEL EDITOR. EL ARTÍCULO 64 DEL TRLPI

- La reproducción: 98

- En la forma convenida 98

- No introducir ninguna modificación 103

- La constancia del nombre del autor 115

- La sumisión de pruebas de tirada al autor 111

- Distribución en el plazo y condiciones estipuladas 113

- Asegurar una explotación continua de la obra 116

- Satisfacer al autor la remuneración 120

- La información 122

- El control de tirada 122

- La restitución del original 125

VII. LAS OBLIGACIONES DEL AUTOR. EL ARTÍCULO 65 DEL TRLPI

- La entrega de la obra 130

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Carlos Muñoz Viada

- Responsabilidad por originalidad y autoría 133

- El ejercicio pacífico de los derechos cedidos 156

- Corrección de las pruebas de tirada 158

VIII. OTRAS OBLIGACIONES LEGALES

- Las obligaciones Administrativas 165



- El Depósito Legal 165

- El Número ISBN 167

- El Número ISSN 168

- El Registro de la Propiedad Intelectual 169

- El Copyright 170

IX. SUPUESTOS DE NULIDAD Y SUBSANACIÓN DE OMISIONES

- El artículo 61 del TRLPI 179

- Nulidad del contrato no formalizado por escrito 181

- Nulidad del contrato si no expresa el alcance de la cesión 183

- Nulidad del contrato si no consta la remuneración 185

- La omisión de plazos 188

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Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

X. DINÁMICA DEL CONTRATO DE EDICIÓN

- Venta como saldo y destrucción 191

- Resolución del contrato 193

- Resolución automática 195

- Resolución rogada 195

- Extinción del contrato 196

- Efectos de la extinción 200

XI. OTRAS FORMAS DE EXPLOTACIÓN

- Introducción 203

- El Contrato de encargo de obra 207

- El Contrato de coedición: 210

- Contrato a cuenta del autor 211

- Contrato de cuenta a medias 215

- La venta de las facultades económicas 219

- La cesión gratuita 223

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Carlos Muñoz Viada

XII. FORMULARIOS

- Contrato genérico de cesión de los derechos de explotación 231

- Los Contratos de edición de obras en forma de libro: 233

- Contrato de edición para autor individual 233

- Notas para el Contrato de edición de obra en


colaboración 245

- Notas para el Contrato de edición de obra colectiva 246

- Notas para el Contrato de edición de adaptaciones 248

- Contrato de edición de traducción 249

- Contrato de edición musical 259

- Contratos de edición de obras visuales: 268

- Contrato de encargo de obra visual 268

- Contrato de edición de obra visual en forma de libro 271

- Contrato de edición de website 283

- Contrato de coedición audiovisual 301

XIII. BIBLIOGRAFÍA 309

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Carlos Muñoz Viada

I. INTRODUCCIÓN

OBJETIVO Y JUSTIFICACIÓN DE ÉSTA OBRA

Cuando inicié la tarea de escribir este libro, mi intención era la de hacer un


exhaustivo análisis del contrato de edición y de todos los aspectos que lo ro-
dean, y con esa idea en mente comencé a leer todos los libros que ya se han
escrito sobre este tema.

La verdad es que al tratarse de una rama del derecho tan especial, y en cierto
sentido tan “marginal”, no es excesiva la documentación existente, pero a me-
dida que profundizaba en ella, me iba dando cuenta que esa escasa cantidad, no
estaba en absoluto reñida con la calidad.

Las aproximaciones y los estudios realizados en torno al contrato de edición


me parecieron, casi todos ellos, excelentes, y en los mismos encontré una seria
aproximación teórica a los derechos de autor en general y al contrato de edición
en particular.

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Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Sin embargo, en la gran mayoría de tratados sobre el contrato de edición eché


en falta algo que, a mi modo de ver, me parecía muy importante, y que no es
otra cosa que lo que de verdad ocurre en nuestra sociedad, la parte práctica del
asunto.

Una cosa es la teoría del derecho, y otra bien distinta es la práctica del mismo
con la que nos enfrentamos cada día.

Mis comienzos en materia de propiedad intelectual se remontan a 1.994 en la


Asesoría Jurídica de la Asociación Colegial de Escritores de España (A.C.E.),
atendiendo a sus asociados, y llevo ya trece años viendo como son en la práctica
los contratos de edición que suscriben los escritores, y cuales son los problemas
a los que se enfrentan, tanto a la hora de firmar los contratos, como durante la
vigencia de los mismos, como a su finalización.

Es cierto que el Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual regula el


contrato de edición, estableciendo su forma, sus requisitos mínimos, las obliga-
ciones que derivan de él, e incluso las causas de nulidad, rescisión o extinción
del mismo, pero la pregunta es, ¿en la práctica cotidiana esto es así?

¿Los contratos que habitualmente firman los escritores se ajustan a la Ley? ¿Las
relaciones con los editores se desarrollan de acuerdo a lo previsto en la norma?

Mi verdadera aportación a este tema no podía ser otra que mi amplia experien-
cia en este campo tan especializado, y los miles de contratos que han pasado por
mis manos, y que se conservan en los archivos de la A.C.E.

Con esta obra, que va destinada, no sólo a los profesionales del derecho, sino
a autores y editores, he pretendido ilustrar lo que dice nuestra legislación en
torno al contrato de edición, relacionándolo con su aplicación práctica y super-

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Carlos Muñoz Viada

ponerlo a la realidad jurídica en la que vivimos.

ALGUNAS GENERALIDADES SOBRE LA PROPIEDAD INTELECTUAL

Conceptos básicos

La propiedad intelectual o el derecho de autor es el poder que el Ordenamiento


jurídico atribuye al autor sobre la obra literaria, artística o científica que ha
producido (art. 1.o de la Ley de propiedad intelectual). El artículo 428 del Códi-
go civil establece que “el autor de una obra literaria, científica y artística tiene
el derecho de explotarla y disponer de ella a su voluntad”, y la Ley de propie-
dad intelectual, en su artículo 2, prevé no sólo el poder patrimonial del autor,
sino también el personal o moral sobre la obra producida.

Este derecho patrimonial y moral sobre la obra intelectual, como creación ideal,
se concibe como propiedad especial. Sin embargo, sobre el ejemplar concreto
del libro o sobre el disco, como cosa corporal que es, recae un derecho de pro-
piedad ordinario. Corpus misticum es la creación intelectual y el corpus mecha-
nicum su soporte material.

Sobre el fundamento de la propiedad intelectual se han mantenido dos teorías


contrapuestas y una intermedia que ha sido aceptada por la mayoría de las legi-
slaciones, incluyendo la española.

Una primera teoría, positiva, admite la propiedad intelectual, reconociéndo-


la como un derecho individual análogo al de propiedad, con el mismo amplio
poder que éste. Se basa en el argumento económico, interés de dar al autor la
compensación económica de su trabajo y en el argumento jurídico de que éste
es una creación de su inteligencia y trabajo y, por tanto, una derivación de su
personalidad.

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Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Una segunda teoría, negativa, niega la propiedad intelectual en el sentido de


que las obras literarias, científicas o artísticas pertenecen a la comunidad, no al
autor, basándose en el argumento de que no son producto de la personalidad
de su autor, sino creaciones de la comunidad debidas al fondo actual de cultura
de ésta.

La tercera teoría, intermedia, reconoce la propiedad intelectual, pero no de


carácter tan amplio como el derecho de propiedad ordinario, sino más limita-
do, reconociendo el interés y la participación de la comunidad en la obra. Así,
se reconoce el derecho del autor, pero limitado en el tiempo.

Éste es el criterio que ha prosperado en la mayoría de las legislaciones, y nue-


stro derecho lo recoge en la ley, que reconoce el derecho del autor sobre su obra,
durante su vida y setenta años más.

El derecho de propiedad tiene por objeto sólo cosas corporales; la llamada “pro-
piedad” intelectual recae sobre un bien inmaterial, por lo que no es verdadero
y propiamente dicho un derecho de propiedad, sino un derecho sobre bien in-
material, que guarda analogías con el derecho de propiedad y por ello se llama
propiedad especial.

Actualmente, se puede afirmar que no es un derecho de la personalidad, ya


que el derecho de autor implica una exteriorización que afecta no al inge-
nio en sí, ni a la posibilidad o libertad de su actuación, sino a sus expresio-
nes concretas; pues es una creación que sale fuera de nuestro ser personal.
Además, carece del elemento de esencialidad, que se halla en todos los
derechos de la personalidad, ya que no es inherente a toda persona hu-
mana, sino que es un derecho que tiene el autor, no todo ser humano.

La Constitución Española reconoce el derecho, en el apartado 1.b del artículo

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Carlos Muñoz Viada

20, “a la producción y creación literaria, artística...”, pero ello no significa que


lo proclame como derecho de la personalidad, sino que consagra constitucio-
nalmente este derecho, como tantos otros ya existentes (a la propiedad, a la
herencia, etc.).

La normativa jurídica del derecho de autor se completa analizando sus caracte-


res esenciales:

1º- Es un derecho subjetivo, como poder que concede el ordenamiento


jurídico a la persona (el autor) para la autosatisfacción de intereses (económi-
cos y morales) dignos de protección.

2º- Es un derecho subjetivo de carácter absoluto, en el sentido de ser


un poder directo e inmediato sobre su objeto, que es la obra del autor.

3º- Es un derecho de monopolio jurídico, pues atribuye al sujeto, el


autor, un señorío exclusivo sobre el objeto, la obra.

4º- Es un derecho temporalmente limitado, carácter específico del de-


recho de autor, que lo individualiza frente a los demás derechos subjetivos de
carácter absoluto.

5º- Es un derecho que no tiene naturaleza exclusivamente patrimonial,


sino que tal como se ha dicho hasta ahora, tiene un contenido, también esencial,
de carácter moral, que es el aspecto llamado “derecho moral del autor”.

Sujeto y objeto

En términos generales, sujeto, titular de la propiedad intelectual, es el autor


(art. 428 del Código civil) por el solo hecho de su creación, tal como precisa el

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Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

artículo 1 del TRLPI. Es autor la persona física (y, en caso excepcional, la per-
sona jurídica) que crea alguna obra literaria, artística o científica, y en principio
se presume que lo es quien aparezca en ésta como autor (arts. 5 y 6 TRLPI),
pudiendo ser varios coautores en colaboración, o en obra colectiva, o en obra
compuesta (arts. 7, 8 y 9 TRLPI).

En caso de que el autor sea un trabajador asalariado, dependiente de un empre-


sario, la transmisión a éste de los derechos patrimoniales sobre la obra se regirá
por lo pactado en el contrato (de trabajo o en otro adicional) necesariamente
por escrito. A falta de éste, aquellos derechos se presumen cedidos en exclusiva
al empresario (art. 51 TRLPI). Si se trata de un programa de ordenador creado
por trabajadores asalariados, la propiedad intelectual sobre el programa fuente
y sobre el programa objeto, se regirá por pacto entre trabajador y empresario
y, en su defecto, la titularidad de los derechos de explotación es del empresario
(art. 97.4 al que se remite el 51.5 TRLPI). Estas normas no alcanzan al caso de
que el autor no sea un trabajador vinculado por un contrato de trabajo, sino que
se trate de una obra por encargo, respecto a la que se ha celebrado un contrato
de obra o incluso un contrato de prestación de servicios.

El objeto, en términos generales, es la obra literaria, científica o artística, como


dicen los artículos 428 del Código Civil y 1 del TRLPI; es decir, todas las creacio-
nes originales literarias, artísticas o científicas, expresadas en cualquier medio
o soporte, tangible o intangible, conocido o por inventar, como añade el primer
párrafo del artículo 10 del TRLPI.

Los distintos objetos concretos de la propiedad intelectual que enumera este


artículo 10, en relación con el autor, son los siguientes:

- Primero. Libros, folletos, escritos, conferencias, explicaciones de


cátedra y cualesquiera otras obras de la misma naturaleza. A éstas hay que aña-

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Carlos Muñoz Viada

dir las traducciones, adaptaciones y revisiones, compendios y resúmenes (art.


11 TRLPI) y las colecciones de obras ajenas, como las antologías (art. 12 TRLPI),
sin perjuicio, claro está, de los derechos del autor de cada obra original.

- Segundo. Composiciones musicales. Y también, como añade el


artículo 11.4o TRLPI, los arreglos musicales.

- Tercero. Obras teatrales. Al autor (que es impensable que él mi-


smo, solo, represente la obra) le será esencial el contrato de representación
(arts. 74 y ss.TRLPI) por el que cede a una persona, mediante compensación
económica, el derecho de representar la obra teatral.

- Cuarto. Obras cinematográficas y audiovisuales. Son coauto-


res de la obra cinematográfica el director-realizador, los autores del argumento
y del guión y los compositores de la música (art. 87 TRLPI). Pero sin perjuicio
de su propiedad intelectual, por el contrato de producción, ceden sus derechos
en exclusiva al productor (art. 88 TRLPI), siempre con una serie de derechos
económicos (art. 90 TRLPI) y a salvo su derecho moral que recae sobre la ver-
sión definitiva de la obra (art. 93 TRLPI).

- Quinto. Esculturas y pinturas, dibujos, grabados, litografías, hi-


storietas gráficas y demás obras plásticas).

- Sexto. Proyectos, planos, maquetas y diseños de obras ar-


quitectónicas, de ingeniería, y gráficos, mapas y diseños relativos a la topo-
grafía, la geografía y, en general, a la ciencia.

- Séptimo. Obras fotográficas, u obtenidas por procedimiento


análogo a la fotografía, y fonográficas.

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Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

- Octavo. Los programas de ordenador. Se entienden por tales la


secuencia de indicaciones destinadas a ser utilizadas en un sistema informático
para realizar una función o para obtener un resultado; se asimilan a los mismos
la documentación técnica y los manuales de uso de un programa (art. 96 TRLPI).

- Noveno. Interpretación. En los artículos 105 y ss. del TRLPIse re-
conoce a los artistas, intérpretes y ejecutantes y al director de escena y director
de orquesta, derechos de propiedad intelectual consistentes en autorizar la re-
producción de su ejecución y a compensación económica.

Por el contrario, de acuerdo al artículo 13 del TRLPI, no son objeto de propie-


dad intelectual:

1º- Las resoluciones legislativas, las disposiciones legales o reglamen-


tarias y sus correspondientes proyectos.

2º- Las resoluciones administrativas: actos, acuerdos, deliberaciones


y dictámenes de los organismos públicos.

3º- Las resoluciones judiciales: las resoluciones de los órganos juri-


sdiccionales.

Tampoco lo son las traducciones oficiales de todas ellas.

Contenido general

Las facultades inherentes a la propiedad intelectual son, como se ha apuntado,


de carácter patrimonial, que comprenden el derecho de explotación y el poder
de disposición; y de carácter moral.

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Carlos Muñoz Viada

El artículo 2 de la Ley dispone, refiriéndose en general al contenido: “la pro-


piedad intelectual está integrada por derechos de carácter personal y patri-
monial, que atribuyen al autor la plena disposición y el derecho exclusivo a
la explotación de la obra, sin más limitaciones que las establecidas en la ley”.

El derecho de explotación: Corresponde al autor, es decir, al titular del derecho


de propiedad intelectual, el ejercicio exclusivo de los derechos de explotación:
reproducción, distribución, comunicación pública, y transformación (art. 17,
completado por los arts. 18 a 21 TRLPI).

Cuya explotación puede ser directa, por sí mismo, o indirecta, por cesión de de-
rechos a tercero (contrato de edición, p. ej.), que no impida al autor publicarlas
reunidas en colección escogida o completa (art. 22 TRLPI).

El autor tiene derecho a una participación económica en caso de reventa de


artes plásticas (art. 24 TRLPI) o de reproducción de obras para uso particular
(art. 25 TRLPI).

El poder de disposición. El titular de la propiedad intelectual tiene poder de


disposición sobre su obra.

Se puede ejercer mediante los contratos de edición, representación o ejecución,


o de producción de obras audiovisuales (art. 57 TRLPI), a lo que se ha hecho ya
referencia.

La disposición puede hacerse mortis causa, por los medios normales previstos
en el Código civil (art. 42 TRLPI).

La disposición inter vivos deberá hacerse por escrito (art. 45 TRLPI); se refiere
a la obra ya producida, no cabe sobre la futura y, salvo que se fije expresamente

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Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

el tiempo y el lugar, se entiende limitada a cinco años y al territorio nacional


(art. 43 TRLPI). Le da al autor el derecho a una participación proporcional en
los ingresos de explotación, aunque cabe que sea a tanto alzado (arts. 46 y 47
TRLPI) y se prevé la cesión en exclusiva (arts. 48 a 50 TRLPI).

Cabe hipoteca mobiliaria (art. 53 TRLPI), como prevé la Ley de Hipoteca Mobi-
liaria de 16 de diciembre de 1954 (arts. 45 a 51 TRLPI).

Cabe embargo de los frutos o productos de la explotación de la propiedad in-


telectual, que se consideran, a efectos de prelación e inembargabilidad, como
salarios; pero los derechos de explotación no son embargables (art. 53, aparta-
do 2 TRLPI).

El derecho moral del autor. Este derecho es indisponible, irrenunciable
e inalienable, como dice el artículo 14 TRLPI, y comprende los siguientes as-
pectos:

- Primero. Derecho de divulgación o inédito. Derecho a publicar o


divulgar, o no, la obra y la forma de hacerlo (art. 14, núms. 1º y 2º TRLPI).

- Segundo. Derecho de paternidad. Derecho a ser reconocido como


autor (art. 14, 3º TRLPI).

- Tercero. Derecho a la integridad de la obra. El autor puede impedir


cualquier deformación, modificación, alteración o atentado contra ella (art. 14,
núm. 4º TRLPI). Lo cual incluye la facultad del autor de impedir que el adqui-
rente de la obra concreta, corporativizada (así, una escultura o un cuadro), pue-
da alterarla o destruirla.

- Cuarto. Derecho de rectificación o arrepentimiento. El autor puede

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Carlos Muñoz Viada

modificar la obra o retirarla del tráfico, indemnizando a tercero de los perjuicios


que le cause (así, al editor, al productor de la obra cinematográfica, etc.) (art. 14,
5º y 6º TRLPI).

- Quinto. Derecho de acceder al ejemplar único o raro de la obra, que


se halla en poder de otro, para ejercitar el derecho de divulgación o cualquier
otro que le corresponda (art. 14, 7º TRLPI).

Duración. La propiedad intelectual no es un derecho perpetuo, como el de


propiedad ordinario, sino que tiene un plazo de caducidad.

Dura toda la vida del autor y setenta años más (art. 26 TRLPI), transcurridos
los cuales pasan al dominio público (art. 41 TRLPI).

Sin embargo, los derechos morales de paternidad y de integridad de la obra, no


tienen límite de tiempo (art. 15 TRLPI).

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Carlos Muñoz Viada

II. LA TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS DE AU-


TOR

En primer lugar, hay que señalar que los contratos de derecho de autor, y en
particular el contrato de edición, deben ser analizados e interpretados en el
seno de las normas de Propiedad Intelectual, de acuerdo con los principios pro-
pios de la materia, y no únicamente desde la perspectiva del Código Civil cuyas
reglas tienen tan solo un carácter supletorio en la interpretación de los pactos
realizados.

El principio esencial sobre el que se fundamenta toda la regulación del derecho


de autor es la protección de éste, ya sea en sus intereses patrimoniales, o en sus
intereses morales. Es decir, que la normativa reguladora es de marcado carácter
tuitivo.

Dicho esto, la primera precisión que queremos hacer con respecto a la transmi-
sión de derechos en Propiedad Intelectual, es la máxima de la indisponibilidad
e intransmisibilidad de los derechos morales del autor, frente a la
transmisibilidad de los derechos patrimoniales derivados de la obra.

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Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Por ello, cuando hablemos de transmisión de derechos nos estaremos refi-


riendo a los derechos de explotación, es decir, a reproducción, distribución,
comunicación pública y transformación de la obra, y no a los derechos mora-
les del autor.

La técnica legislativa elegida por nuestro ordenamiento ha consistido en elabo-


rar una primera parte que plasma los principios generales de la transmisión de
los derechos de autor, seguida de una parte especial que recoge los tipos básicos
de la contratación en ésta materia.

Así, dentro del Título V del Libro Primero del TRLPI, dedicado a la Transmisión
de Los Derechos, se reserva un Capítulo Primero a las llamadas disposiciones
generales, que comprende desde el artículo 42 hasta el artículo 57; un Capítulo
Segundo dedicado al Contrato de Edición, que va desde el artículo 58 al ar-
tículo 73; y un Capítulo Tercero centrado en los Contratos de representación
teatral y ejecución musical, desarrollado en los artículos 74 al 85 del TRLPI.

A continuación desarrollaremos las distintas formas de transmisión contem-


pladas en nuestro ordenamiento jurídico.

TRANSMISIÓN MORTIS CAUSA:

Este primer Capítulo de la Transmisión de derechos comienza con el artículo


42, regulador de las transmisiones “mortis causa”, en el que se establece que:
“Los derechos de explotación de la obra se transmiten “mortis causa” por cual-
quiera de los medios admitidos en derecho”.

Lo primero que hay que señalar es puede transmitir mortis causa cualquier
persona que, por cualquier título, ostente tales derechos de explotación. Por
tanto, podrá transmitirlos el propio autor, y quien de él los hubiera adquirido.

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Carlos Muñoz Viada

La postura del legislador en esta materia es clara y no deja lugar a la duda, ya


que, de acuerdo a lo dispuesto en los artículos 660 y 668 del Código Civil, el he-
redero es un sucesor a título universal, y le corresponden los mismos derechos
de explotación que ostentaba el causante. Así mismo, nuestra jurisprudencia,
que así lo ha venido afirmando, entre otras, en la Sentencia de la Sala 1a del
Tribunal Supremo de 30 de octubre de 1995, al manifestar que “tiene carácter
personal la acción ejercitada cuando se reclama una cantidad en concepto de
derechos por los beneficios y frutos económicos derivados de la explotación
comercial de las obras musicales creadas por su causante y a partir del falleci-
miento de éste. Por todo ello la relación jurídica se centra exclusivamente entre
dichos interesados y la entidad recurrente como encargada de efectuar los pa-
gos correspondientes a sus titulares legítimos, en este caso la parte actora, al
estar asistida del derecho por vía sucesoria, sin relación alguna con la persona
que fue la destinataria de los abonos durante un periodo determinado de tiem-
po, por un desvío de los pagos a quien legítimamente le podían corresponder”.

Igualmente ilustrativa puede ser la Sentencia de la Sala 1ª del Tribunal Supre-


mo de 30 de octubre de 1995, donde se establece que “por otra parte, tanto la
propiedad intelectual como sus beneficios corresponden a los derechohabien-
tes, ya sean por herencia o por cualquier otro título traslativo del dominio, por
lo que no están excluidos los herederos abintestato, cuyos derechos a suceder
reconoce el CC, luego, al transmitirse a título universal el conjunto de las rela-
ciones jurídicas correspondientes al causante, salvo las que se hubieran extin-
guido por su muerte. La transmisión hereditaria alcanza, pues, a todos los dere-
chos consolidados o en vías de consolidación, con ciertas salvedades, como los
de carácter público intrasmisibles, personalísimos y los derechos patrimoniales
de duración limitada, bien por ley, bien por contrato, a la vida de una persona,
supuestos que no son de aplicación a este debate”.

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Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

TRANSMISIÓN INTER VIVOS:

En cuanto a lo que se refiere a la transmisión inter vivos, representada por la


cesión de los derechos de explotación, el legislador ha previsto, como ya ade-
lantábamos anteriormente, una serie de principios básicos que serán de apli-
cación general a cualquier tipo de transmisión inter vivos de estos derechos,
contemplada en los artículos 43 y siguientes del TRLPI, y otras más específicas,
que regula en capítulos distintos, como son el contrato de edición, el contrato
de representación teatral y ejecución musical, y los contratos relativos a obras
cinematográficas, audiovisuales y radiofónicas.

De esta manera, salvo las reglas propias y específicas de cada negocio de cesión
y las que se deriven del acto de autonomía privada, tales principios actúan como
límites generales, que deberán siempre ser tenidos en cuenta.

Estos preceptos suponen la tipificación legal de los actos de cesión transmisión


de las facultades de índole económica del derecho de autor.

Así, ésta fórmula genérica comienza con el Artículo 43 del TRLPI, donde se
puede leer lo siguiente:

“1. Los derechos de explotación de la obra pueden transmitirse por


actos ínter vivos, quedando limitada la cesión al derecho o derechos cedidos, a
las modalidades de explotación expresamente previstas, y al tiempo y ámbito
territorial que se determinen.

2. La falta de mención del tiempo limita la transmisión a cinco años


y la del ámbito territorial al país en el que se realice la cesión. Si no se expre-
san específicamente y de modo concreto las modalidades de explotación de
la obra, la cesión quedará limitada a aquella que se deduzca necesariamente

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Carlos Muñoz Viada

del propio contrato y sea indispensable para cumplir la finalidad del mismo.

3. Será nula la cesión de derechos de explotación respecto del


con¬junto de las obras que pueda crear el autor en el futuro.

4. Serán nulas las estipulaciones por las que el autor se comprometa


a no crear alguna obra en el futuro.

5. La transmisión de los derechos de explotación no alcanza a las


mo¬dalidades de utilización o medios de difusión inexistentes o desconocidos
al tiempo de la cesión”.

De éste artículo podemos destacar los siguientes principios, que de mane-


ra directa actuarán como límites a la autonomía de la voluntad de las partes:

- La independencia de los derechos cedidos.

- La nulidad de cláusulas que atenten contra derechos fundamentales


del autor, como es la libertad de creación.

Una vez más nos encontramos con otra evidente muestra del carácter tuitivo de
la Ley, ya que, habida cuenta de la posición más débil del autor, se instauran
unas reglas generales caracterizadas por la fuerte tutela al creador intelectual,
con base en un interés público de protección en línea con los Convenios Inter-
nacionales en esta materia.

Sólo a los derechos de autor que aparecen comprendidos en el Libro I del TRLPI
les será de aplicación lo dispuesto en el artículo 43 del TRLPI, quedando los
derechos afines excluidos de la misma.

- 29 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

También hay que señalar, como indica Gete-Alonso1, que la transmisión inter
vivos no sólo comprende la cesión de derechos patrimoniales que recaen sobre
obras de carácter literario, artístico o científico que pudieran calificarse como
tradicionales en el sentido de ser su soporte material “clásico”, sino también a
aquellas expresadas por cualquier soporte tangible o intangible, actualmente
conocido o que se invente en el futuro” (Artículo 10.1 TRLPI).

LA EXTENSIÓN DE LA CESIÓN

El TRLPI utiliza la palabra “cesión” como una manera más aséptica de referirse
a la transferencia de los derechos patrimoniales del autor. Así, hay que tener
claro que con ese término se están designando los negocios jurídicos relativos
a la transmisión de los derechos que un autor tiene sobre una obra, entendida
ésta como un bien inmaterial susceptible de valoración.

Nuestra Ley configura un sistema especial de transmisión de derechos de autor,


donde la cesión se entiende no a través del criterio de la pérdida de la titulari-
dad, sino como medio para la cesión de derechos.

En nuestro ordenamiento, el autor siempre conserva una titularidad residual


sobre su derecho, de modo que, aunque lo ceda de forma global, tiene en sus
manos el ejercicio de los derechos morales, así como ciertas facultades de orden
patrimonial.

Del mismo modo, el cesionario no adquiere la titularidad del derecho de explo-


tación, sino sólo la facultad de explotar la obra dentro del marco y en la medi-
da en que viene delimitada en el propio contrato de cesión. De esta manera, la

1. MARIA DEL CARMEN GETE-ALONSO Y CALERA: “Comentarios a la Ley de Propiedad Intelectual”.

- 30 -
Carlos Muñoz Viada

facultad de explotación cedida es, a la vez, una obligación para el cesionario,


y el autor no se desprende de la propiedad intelectual, que continúa estándo-
le reservada, junto a las facultades que integran el derecho moral del autor.

La cesión comporta, a la par que la legitimación a otro para ejercitar facultades


ajenas, la obligación del cesionario de poner en práctica los medios necesarios
para que, efectivamente, se produzca la difusión de la obra. Es decir, se cede la
autorización para ejercitar determinados derechos de explotación para la con-
secución del fin previsto, de manera que la falta de ejercicio por el cesionario
comporta un incumplimiento contractual que podría dar lugar a su resolución.

Resumiendo podemos decir que en el sistema de nuestra Ley, los actos de ce-
sión inter vivos se contemplan siempre en el marco de contratos de explota-
ción de la obra que no comporten una transmisión definitiva de esos derechos.

En esta materia, la Ley de Propiedad Intelectual ha introducido la imposición


de la temporalidad en este campo contractual, una vez que en toda transmisión
de los derechos de explotación debe constar la mención del tiempo de la cesión
(artículo 43.1 del TRLPI), cuya ausencia implicará la limitación de la misma a
cinco años.

Los contratos de cesión de derechos de autor, en exclusiva o no, dado el carácter


temporal y el ámbito territorial restringido de las transmisiones, constituyen
siempre una forma de autorizar el uso de ciertas facultades, dentro de los lími-
tes contractuales, para alcanzar un fin determinado (ej. la edición de un libro).
En las cesiones en exclusiva se confiere asimismo legitimación, con indepen-
dencia del titular cedente para perseguir violaciones que afecten a las facultades
que se le hayan concedido (artículo 48 TRLPI). Ponemos de manifiesto que si se
presumiera la transmisión del derecho de autor en su integridad, carecería de
sentido está previsión legal.

- 31 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

ONEROSIDAD Y GRATUIDAD DE LA CESIÓN:

El artículo 43 del TRLPI comienza diciendo que “Los derechos de explotación


de la obra pueden transmitirse por actos inter vivos”, pero sin especificar en
ningún momento si se incluyen tanto las cesiones a título oneroso como las
gratuitas.

De la lectura de la Ley parece desprenderse que la única cesión que aparece no


sólo regulada sino también querida es la que se lleva a cabo de forma onerosa,
excluyéndose la gratuita.

Sin embargo conviene precisar esta afirmación, pues en la Ley no se prohíbe


la transmisión a título gratuito del contenido patrimonial de los derechos de
autor. También es cierto que las cesiones gratuitas tampoco aparecen mencio-
nadas de manera directa, pero algunos autores entienden que está implícito
en la Ley, y que sería aplicable en virtud de las reglas generales contenidas en
el Código Civil. Además, una interpretación que solo acepte la cesión onerosa
resultaría estrecha y demasiado restringida, por lo que entendemos que cabe la
explotación de una obra aunque los beneficios no se concreten en una remune-
ración para el autor.

En este sentido parece casi unánime la opinión de la doctrina española a enten-


der que la cesión puede llevarse a cabo a título oneroso y a título gratuito.

Por todo ello podemos concluir diciendo que, aun admitiendo las cesiones gra-
tuitas, éstas deberán interpretarse siempre de forma estricta, de manera que,
en caso de que no quede claro el carácter gratuito de la cesión, habrá de enten-
derse siempre que ésta se ha llevado a cabo de forma onerosa.

En relación a esto surge la problemática en torno a la posible enajenación de los

- 32 -
Carlos Muñoz Viada

derechos de explotación.

Nuestro TRLPI carece de una norma que se refiera explícitamente a la enajena-


ción de los derechos patrimoniales, si bien tampoco tiene ninguna disposición
que la prohíba. Así, con la vigencia de la libertad contractual preconizada por
el artículo 1.255 del Código Civil, y dentro de la idea del artículo 428 del Código
Civil, sería posible la celebración de un contrato de compraventa de los dere-
chos de autor.

La primera advertencia en este sentido es la necesidad de mención del tiempo


de la cesión. En efecto, si se quiere llevar a cabo un negocio próximo a la venta,
es preciso estipular un plazo equivalente a la duración del derecho de autor,
sino, en la ausencia de esta mención, funciona la presunción del Artículo 43.2.
TRLPI, en el sentido de que «la falta de mención del tiempo limita la transmi-
sión a cinco años.

Con esta finalidad nos hemos encontrado con contratos en los que se incluyen
cláusulas redactadas así:

- “El AUTOR cede al EDITOR en exclusividad todos los derechos que


le corresponden sobre la OBRA para su publicación y explotación comercial, sin
limitación de cantidad de forma, de tiempo o lugar”.

- “La presente cesión abarca todo el tiempo que dure la propiedad lite-
raria del AUTOR y sus derechohabientes”.

El mismo razonamiento funciona tanto para el ámbito territorial, cuya falta de


mención circunscribe la cesión al país en el cual fue realizada como para la ne-
cesidad de inclusión de la cláusula de exclusividad, una vez que, en la mayoría
de los supuestos, funciona la presunción contraria a este pacto.

- 33 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

EL CONTENIDO DE LA CESIÓN:

Tal como señala el artículo 43 del TRLPI, la cesión queda limitada “al derecho o
derechos cedidos y a las modalidades de explotación expresamente previstas”.
Además, como se señala a continuación en el apartado segundo, la falta de con-
creción de las modalidades de explotación de la obra comporta solamente la
cesión de “aquella que se deduzca necesariamente del propio contrato y sea
indispensable para cumplir la finalidad del mismo”.

Cuando hablamos de “derecho o derechos de explotación”, nos estamos refi-


riendo a dos cosas distintas:

- Por un lado están los derechos de carácter patrimonial que integran


la propiedad intelectual, como se establece en el artículo 2 del TRLPI: “La pro-
piedad intelectual está integrada por derechos de carácter personal y patri-
monial, que atribuyen al autor la plena disposición y el derecho exclusivo a la
explotación de la obra, sin más limitaciones que las establecidas en la Ley”.

- Las diferentes formas en que tal contenido patrimonial puede diver-


sificarse a la hora de ejercitarse, como se desprende del artículo 17 del TRLPI:
“Corresponde al autor el ejercicio exclusivo de los derechos de explotación de
su obra en cualquier forma y, en especial, los derechos de reproducción, distri-
bución, comunicación pública y transformación, que no podrán ser realizadas
sin su autorización, salvo en los casos previstos en la presente Ley”.

Derechos todos estos, que, de acuerdo con el artículo 23 del TRLPI (“Los dere-
chos de explotación regulados en esta sección son independientes entre sí”),
se consideran independientes entre si, y que por lo tanto, pueden y deben ser
objeto de cesión de manera también independiente y separada (Artículo 57.2
TRLPI: “Las cesiones de derechos para cada una de las distintas modalidades

- 34 -
Carlos Muñoz Viada

de explotación deberán formalizarse en documentos independientes”).

Por el contrario, cuando hablamos de “modalidades de explotación”, estamos


haciendo referencia a los distintos tipos de cesión que se llevan a cabo, y en
particular al tipo contractual específico mediante el que se concierta el negocio.

En estas cesiones, serán las partes las que, libremente, determinen el alcance de
la cesión en cuanto al objeto, y la forma en que deberá ejercitarse el derecho o
derechos cedidos por el cesionario.

En relación a los derechos cedidos, no solo es necesaria la declaración expresa


sino también la concreción de los mismos. Es decir, se ha de señalar de forma
directa si la cesión comprende sólo la reproducción de la obra, o también se
extiende a la distribución, comunicación pública o transformación de la misma,
y si alcanza o no al derecho de colección.

En la práctica contractual los editores buscan cláusulas que les otorguen la más
extensa gama de derechos y modalidades de explotación posible, del tipo de la
que reproducimos a continuación: “La cesión se entiende que abarca el dere-
cho de editar, reproducir, distribuir y vender dicha obra aisladamente o en
colección con otras del AUTOR que el EDITOR tenga contratadas, en todas
las modalidades de edición en forma de libro, incluyendo tapa dura, rústica,
ediciones económicas o de bolsillo, club, quiosco, libro electrónico, y la distri-
bución de la obra por medios electrónicos (Internet, medios digitales, etc.)”. A
continuación, el mismo contrato añade: “Para los efectos del presente contra-
to, debe entenderse por “modalidades” todas las formas que el libro pueda re-
vestir, salvo los meros factores accesorios o aditamentos, que no cambiarán la
modalidad originaria. Por consiguiente, se comprenden en la cesión, además,
cualesquiera otras modalidades de edición no contempladas expresamente en
éste contrato [...]”.

- 35 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

También queremos reseñar un contrato en el que, además de una cláusula muy


parecida a la anterior, añade otra, incrementando el número de derechos a ceder
por el autor. Así, en éste se recoge, bajo el epígrafe de “OTROS DERECHOS”,
lo siguiente: “El AUTOR presta su consentimiento y autoriza al EDITOR para
que éste pueda:

a) Traducir. El EDITOR podrá ejercitar los derechos cedidos, tanto respecto


a la OBRA en su lengua original, como en su traducción a todas y cada una
de las oficiales españolas y las extranjeras, a cuyo efecto el AUTOR cede al
EDITOR el correspondiente derecho de traducción, quedando facultado para
designar, a su elección, la persona o personas que han de realizar dicha tra-
ducción y la remuneración que corresponda a la misma en la explotación de
la OBRA traducida.

b) Comercializar la OBRA por su Sociedad en todo el mundo bajo cualquiera


de los sellos editoriales de los que es o pudiera ser propietaria.

c) Ceder a terceros los derechos para imprimir, publicar, reproducir, distri-


buir y vender la versión de la obra en todo el mundo y en todas sus moda-
lidades, tanto en régimen de coedición como de subedición. Esto mismo es
aplicable para el caso de que la obra sea explotada por terceros en lengua
extranjera”.

En nuestra opinión, la validez de esta cláusula sería cuando menos dudosa,


ya que no se pueden realizar cesiones previas y genéricas del derecho de tran-
sformación, ni se puede conceder autorización genérica para cesión a terceros.

En este mismo sentido nos hemos encontrado con otras cláusulas adicionales
a la que podemos considerar normal, del tenor de la siguiente: “Los AUTO-
RES otorgan al EDITOR la gestión editorial de la Obra conjuntamente con

- 36 -
Carlos Muñoz Viada

el AUTOR para su traducción a otros idiomas, así como también la cesión de


los derechos de “club”, libro de bolsillo, derechos cinematográficos, teatrales,
radiodifusión y televisión y la serialización total o parcial en periódicos o re-
vistas”.

LÍMITES GENERALES A LA CESIÓN.

En los apartados tercero y cuarto del artículo 43 del TRLPI se establecen unos
límites aplicables a cualquier cesión inter vivos.

La cesión de obras futuras:

El apartado tercero del artículo 43 del TRLPI establece que:”Será nula la cesión
de derechos de explotación respecto del conjunto de las obras que pueda crear
el autor en el futuro”.

Esta regla, al igual que ocurre con la siguiente, se incardina en el principio de


libertad de “producción y creación artística y científica” que se recoge en el ar-
tículo 20 de la Constitución Española. Estamos ante un desarrollo positivo de
éste principio y reconocimiento del derecho de la personalidad a la creación
intelectual.

La finalidad perseguida mediante tal regla es la de impedir que se produzca


una sujeción personal del autor respecto de una persona concreta, que pueda
implicar un límite, no deseado, al derecho de creación.

Sin embargo, hay que prestar atención a la redacción dada a este precepto, para
darnos cuenta que el legislador no está hablando de una obra en concreto, sino
del “conjunto de obras”, que en realidad alude a la creación intelectual que el
autor pueda desarrollar durante su vida. Es decir, que el término “conjunto”

- 37 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

está utilizado como sinónimo de “totalidad”.

Así, llegamos a la conclusión de que sería perfectamente valida la cesión de los


derechos de explotación sobre una obra futura perfectamente individualizada
y concreta.

El compromiso de no creación:

El segundo límite viene recogido en el apartado cuarto del artículo 43 del TRL-
PI, donde se establece que también “Serán nulas las estipulaciones por las que
el autor se comprometa a no crear alguna obra en el futuro”.

En este caso el principio inspirador pone de relieve un derecho de la persona-


lidad, que es el “derecho a ser autor”, la facultad de creación intelectual que
potencialmente tiene toda persona, y que es el que, constitucionalmente, se
protege.

Aquí la única conclusión posible es que será nulo siempre cualquier acuerdo de
renuncia a la creación de una obra futura. Carecería de relevancia jurídica, y no
impedirían la posterior creación.

EL ALCANCE DE LAS CESIONES NO EXCLUSIVAS:

El Artículo 50 del TRLPI regula las cesiones no exclusivas, y esta-


blece que “El cesionario no exclusivo quedará facultado para utilizar la
obra de acuerdo con los términos de la cesión y en concurrencia tanto con
otros cesionarios como con el propio cedente. Su derecho será intransmisible,
salvo en los supuestos previstos en el párrafo tercero del artículo anterior”.

Normalmente, la cláusula de exclusividad es un convenio accesorio de los con-

- 38 -
Carlos Muñoz Viada

tratos, que convive con lo demás pactado sin ganar protagonismo. Ello, sin
embargo, por propia determinación legal, no ocurre en el TRLPI, donde la exi-
stencia de una exclusividad para la explotación de la obra altera de forma su-
stancial la extensión y naturaleza de los derechos cedidos. De ahí que el punto
central del sistema español de derecho de autor no esté en la contraposición
entre cesión y concesión, sino que entre cesión exclusiva y cesión no exclusiva.

En estos casos no hay una transferencia de la titularidad del derecho, sino que
se trata de una auténtica autorización para el uso de la obra en los límites del
contrato.

La cláusula de exclusividad debe constar de modo inequívoco en el pacto


de cesión, pues en caso contrario se interpretará en contra de su existencia.

No obstante, el legislador ha establecido una excepción a esta presunción de “no


exclusividad” de la cesión de los derechos de explotación. Así, determina el Ar-
tículo 51.2 del TRLPI que en el caso de las relaciones laborales en las que el edi-
tor-empresario es el coordinador de la actividad intelectual, a falta de pacto escri-
to, se presumirá que los derechos de explotación han sido cedidos en exclusiva.

Así, el Artículo 51.2 del TRLPI establece que: “A falta de pacto escrito, se pre-
sumirá que los derechos de explotación han sido cedidos en exclusiva y con
el alcance necesario para el ejercicio de la actividad habitual del empresario
en el momento de la entrega de la obra realizada en virtud de dicha relación
laboral”.

CESIÓN CON CARÁCTER DE EXCLUSIVA:

El Artículo 48 del TRLPI establece que “La cesión en exclusiva deberá otorgar-
se expresamente con este carácter y atribuirá al cesionario, dentro del ámbi-

- 39 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

to de aquélla, la facultad de explotar la obra con exclusión de otra persona,


comprendido el propio cedente, y, salvo pacto en contrario, las de otorgar
autorizaciones no exclusivas a terceros.

Asimismo, le confiere legitimación con independencia de la del titular cedente,


para perseguir las violaciones que afecten a las facultades que se le hayan
concedido.

Esta cesión constituye al cesionario en la obligación de poner todos los medios


necesarios para la efectividad de la explotación concedida, según la natura-
leza de la obra y los usos vigentes en la actividad profesional, industrial o
comercial de que se trate”.

Las cesiones en exclusiva responden a la necesidad de dar mayor efectividad


práctica a la explotación económica de la obra. Por ello, cuando un empresa-
rio asume el riesgo de promover la reproducción, distribución, comunicación
pública o transformación de la obra intelectual, necesita garantías de que no
sufrirá actos de concurrencia que frustren su proyecto.

Es preciso tener en cuenta que en algunas modalidades de explotación, en vir-


tud de la naturaleza de la obra o de las circunstancias del mercado, se impone la
exclusividad, derogándose aquella presunción iuris tantum de que las cesiones
de derecho de autor no traen ínsitas en su contenido el pacto de exclusiva. Así
ocurre con el contrato de producción de obra audiovisual (artículo 88 TRLPI),
y el de transformación de una obra preexistente (artículo 89 TRLPI), en los cua-
les se presume la cesión en exclusiva al productor de las obras. Asimismo, como
hemos apuntado, también se presume la ce¬sión exclusiva en los supuestos de
relación laboral (artículo 51 TRLPI).

La exclusividad implica, según el artículo 48 del TRLPI, una legitimación es-

- 40 -
Carlos Muñoz Viada

pecial para el cesionario, con independencia de la del titular del cedente, para
perseguir las violaciones que afecten a las facultades que se le hayan concedido.

El editor tiene legitimidad, con independencia de la del titular cedente, que


permanece aunque limitada por la titularidad del derecho del cesionario.

- 41 -
Carlos Muñoz Viada

III. EL CONTRATO DE EDICIÓN Y SUS ELEMEN-


TOS ESENCIALES

I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y LEGISLATIVOS.

La primera mención que se hace del contrato de edición aparece en las “Reco-
mendaciones para tener en cuenta en la redacción de los contratos de edición”,
elaboradas por el Instituto Nacional del Libro Español (I.N.L.A.E.) a partir de
1.965, y más concretamente con la publicación de las “Normas para la redacción
de los contratos de edición”, publicadas también por el INLAE con la intención
de dar solución a los problemas de orden práctico surgidos de la atipicidad del
contrato.

No podemos negar que estas normas tuvieron un importante papel en la uni-


formización de ciertas cláusulas en los futuros contratos, reflejo de los usos y
costumbres del sector editorial, pero la realidad es que sus repercusiones jurídi-
cas no fueron muchas, debido a la falta de efectos vinculantes de éstas Normas.

La realidad es que el contrato de edición venía rigiéndose por el principio de

- 43 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

autonomía de la voluntad de las partes, de acuerdo con los usos y costumbres


de la industria editorial, y sujeto a los límites que el Código Civil establecía para
la contratación en general.

Así, hasta la promulgación de la Ley de 12 de marzo de 1.975, llamada “Ley del


libro”, podemos considerar al contrato de edición como un negocio atípico, que
no había aparecido mencionado ni regulado en ninguna legislación anterior.

Como se señala en el Preámbulo de ésta Ley del libro, se promulgó con el fin
de estimular la industria del libro en nuestro país, entendido como fin priori-
tario de la política cultural del Estado, y por lo tanto estaba fundamentada en
criterios distintos de aquellos protectores de los intereses morales y patrimo-
niales del autor, que predominaban en el resto de legislaciones internacionales.

A pesar de ello, las normas sobre el contrato de edición no se apartaban excesi-


vamente de los modelos vigentes en el Derecho comparado, presentando inclu-
so algunos aspectos de marcado carácter tuitivo.

Las características básicas del contrato de edición en la Ley del Libro eran las
siguientes:

- Se establecía la categoría de los contratos editoriales, de la cual el


contrato de edición era la figura más importante, y por tanto objeto de una más
detallada regulación.

- El autor conservaba la titularidad de la propiedad intelectual después


de la cesión del derecho de publicación de la obra en forma de libro (Art. 18).

- El concepto de edición estaba restringido al campo de los libros


(Art. 2 y Art. 18).

- 44 -
Carlos Muñoz Viada

- Eran nulos los contratos editoriales no otorgados en forma escrita


(Art. 16).

- La imperatividad de los derechos y obligaciones de las partes, bajo pena


de que se declarara judicialmente la nulidad del contrato a instancia de parte.

- No se exigía que la edición se efectuase por cuenta y riesgo del editor.

- Los contratos de edición con el número de ejemplares pactados y el


precio convenido, deberían ser inscritos obligatoriamente en un Registro espe-
cial de contratos que se llevaba en el INLAE (Art. 21.1); obligación que recaía
directamente sobre el editor (Art. 21.1).

II. EL ARTÍCULO 58 DEL TRLPI: DEFINICIÓN LEGAL DEL CONTRATO


DE EDICIÓN.

El Contrato de Edición viene regulado en el Capítulo II del Título IV del Libro


Primero del T.R.L.P.I., desarrollado en los artículos 58 al 73.

Su definición figura en el Artículo 58 del TRLPI, que nos presenta el Contra-


to de Edición como aquel por el cual “el autor o sus derechohabientes
ceden al editor, mediante compensación económica, el derecho de
reproducir su obra y el de distribuirla”. Y añade que “El editor se
obliga a realizar estas operaciones por su cuenta y riesgo en las
condiciones pactadas y con sujeción a lo dispuesto en esta Ley.”

Es decir, que a través del contrato de edición el autor se obliga a transmitir el


derecho de reproducir y distribuir su obra, mientras el editor se compromete
a llevar a cabo esas operaciones por su cuenta y riesgo, así como a pagarle la
remuneración debida al autor.

- 45 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

De aquí se deducen los principales elementos sobre los que se estructura éste
contrato, que serán:

- El autor o sus derechohabientes ceden al editor una obra.

- Los primeros recibirán una compensación económica, y el editor


ostentará los derechos de reproducción y distribución, que deberá efectuar por
su cuenta y riesgo.

- Cabe libertad de estipulaciones, pero con sujeción a lo dispuesto en


la Ley de Propiedad Intelectual (parte imperativa).

III. DESCRIPCIÓN Y CARACTERÍSTICAS DEL CONTRATO.

A continuación, vamos a ir analizando cada una de las principales característi-


cas del contrato de edición que acabamos de enumerar:

III. a) Se cede el derecho a reproducir y distribuir una obra.

Reproducción y distribución son dos facultades distintas que, en principio, el


autor podría ceder de forma individual o conjunta, pero que para el caso con-
creto del Contrato de Edición, la Ley exige el concurso de ambas facultades.

a.1. REPRODUCCIÓN. De acuerdo a lo dispuesto en el Artículo 18 TRLPI,


“Se entiende por reproducción la fijación de la obra en un medio que permita
su comunicación y la obtención de copias de toda o parte de ella”.

La reproducción consiste en la fijación de la obra en algún soporte material de


carácter físico, tangible. Sin embargo, para que se configure la reproducción,

- 46 -
Carlos Muñoz Viada

no basta su fijación, sino que ésta debe permitir la comunicación de la obra y la


obtención de copias de toda o parte de ella.

El soporte debe ser físico, para permitir una adecuada fijación y después la
obtención de copias de ella. Así, una obra oral para ser reproducida, debe ser
antes plasmada en un soporte tangible.

Además, hay que señalar que según la Ley no es necesario que la percepción de
la obra sea inmediata, pudiendo existir un objeto intermediario en la comuni-
cación, como por ejemplo un magnetoscopio.

Una vez que cumpla estos requisitos, cualquier medio es idóneo para la repro-
ducción de una obra: impresión, litografía, fonografía, grabación magnética,
dibujo, grabado.

De esta manera, queda clara la adopción del “concepto amplio” de edición por
parte del TRLPI. Sin embargo, es sencillo constatar que el legislador ha dado un
especial énfasis a las reproducciones en forma de libro y a las ediciones musi-
cales; de forma que, siempre que un soporte no pueda regirse por otro contrato
más específico (como por ejemplo el de producción de obras audiovisuales), se-
rán las normas del contrato de edición las que deben prevalecer. Además, en los
casos en los que existe otro contrato más específico, quedarán las normas del
contrato de edición para su aplicación subsidiaria en lo que sean compatibles.

a.2. DISTRIBUCIÓN.- El Artículo 19 del mismo cuerpo legal entiende por


distribución “la puesta a disposición del público del original o copias de la obra
mediante su venta, alquiler, préstamo o de cualquier otra forma”.

Esta actividad es esencial en la relación autor – público, ya que es el medio para


hacer conocida la obra y el vehículo para la atribución de su autoría a una per-

- 47 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

sona determinada. Es esencial el concepto de puesta a disposición del público


en sentido de proyección (comercial y dispositiva) de la obra, que deberá llegar
a un entorno exterior y ajeno al autor.

No hay distribución cuando la obra es un cuadro que se expone pero que no está
a la venta, o cuando los ejemplares de la obra permanecen en un almacén sin
que sean accesibles al público.

III. b) Se trata de una cesión de derechos a cambio de una compensación


económica.

Tal y como se desprende del artículo 58, la vigente LPI presenta la remunera-
ción del autor como uno de los elementos esenciales de la definición del con-
trato de edición. La Ley incorpora al propio concepto de contrato de edición la
existencia de una contrapartida, de una compensación económica, que podrá
ser proporcional, o a tanto alzado, según sea el caso.

Esta compensación económica puede abordarse desde el punto de vista gene-


ral de todas las transmisiones de derechos de explotación, como obligación del
editor y/o como parte del contrato de edición.

Esta onerosidad del contrato se manifiesta netamente en la sanción de nulidad


para los contratos que no estipulen la remuneración del autor prevista en el
artículo 61.1 T.R.L.P.I.

En vista de ello, conviene que nos planteemos que, si la cesión se hace a


título gratuito ¿puede hablarse entonces de contrato de edición?

La LPI otorga a la contraprestación económica la categoría de parte esencial de


la estructura del contrato. Se cede mediante contraprestación económica y se

- 48 -
Carlos Muñoz Viada

declara nulo aquel contrato que no haga referencia a la misma. En resumen, se


parte de que el contrato de edición es siempre oneroso.

Es decir que si las partes desean celebrar un contrato de edición y omiten la


remuneración a recibir por el autor, estaríamos ante un caso de nulidad con-
tractual.

Pero nos preguntamos, ¿y si se hace constar en el contrato una cláusula en la


que expresamente se pacta que el autor recibirá como contraprestación única y
exclusivamente la efectiva edición de la obra por parte del editor?

Si nos ceñimos a lo estrictamente dispuesto en la Ley, tendríamos que atenernos


a la restricción que plantea el Art. 57 del TRLPI, según la cual la transmisión de
derechos de reproducción y distribución para la modalidad de edición, “siem-
pre” se regirán por las normas específicas del contrato de edición, tendríamos
que llegar a la conclusión de que cualquier pacto de cesión gratuita o cláusula
similar posteriormente añadida al contrato, no sería valida.

Es decir, que todos aquellos contratos en los que se pactase la reproducción y


distribución de una obra sin que el editor asumiese todo el riesgo empresarial o
bien no se acordase una remuneración para el autor, serían nulos.

Sin embargo, hay que ser conscientes de cual es nuestra realidad editorial, don-
de la distribución de determinadas obras, tales como trabajos de investigación
universitarios, no tendrían salida y no verían nunca la luz, si el editor tuviera
que, además de asumir los gastos de producción, remunerar una obra de escasa
difusión. Si a esta circunstancia añadimos que, en muchas ocasiones, el autor
puede considerarse remunerado sólo por el hecho de su obra llegue al público,
y que las cesiones a título gratuito son una práctica editorial frecuente en casos
específicos, como cuando se trata de autores noveles, llegamos a la conclusión

- 49 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

de que conviene replantearse la cuestión de la cesión gratuita.

En opinión de Espín Alba2, “el centro de la cuestión se ubica en la redacción del


Art. 57 TRLPI”. Según esta autora, no cabe duda de que la explotación de una
obra en la modalidad de edición tiene que realizarse, siempre y en todo caso, por
medio del contrato descrito en los artículos 58 y siguientes del TRLPI.

Así, teniendo en cuenta que edición, según el Art. 58, implica reproducción y di-
stribución mediante contraprestación económica, si alguno de estos supuestos
no se da, estaríamos ante una modalidad distinta a la edición, en su aceptación
legal más estricta.

Es decir, que si un autor decide divulgar su obra, pero contrata a un editor solo
para imprimirla, o cuando contrate la reproducción y la distribución, pero asu-
miendo él el riesgo empresarial, estaríamos en presencia de contratos con cau-
sas distintas de la edición, ya que tratan de otras modalidades de divulgación.

Así, llegamos a la conclusión de que la cesión gratuita puede darse, pero no bajo
la modalidad del contrato de edición, sino al amparo de otro tipo contractual.

Estos contratos para modalidades distintas a la edición se regirán por las nor-
mas de cesión de derechos previstas en los artículos 43 y siguientes del TRLPI,
y son perfectamente admisibles dentro de la autonomía de la voluntad de las
partes promulgada por el artículo 1255 del CC.

Tal como expone Espín Alba3, esta interpretación tiene la ventaja de que per-
mite mantener el contrato de edición como tipo obligatorio para todos aquellos

2. ISABEL ESPIN ALBA: “Contrato de Edición Literaria”


3. ISABEL ESPIN ALBA: Op. Citada.

- 50 -
Carlos Muñoz Viada

supuestos en los que la causa de contratar sea la reproducción y distribución de


una obra por cuenta y riesgo del editor, a la vez que permite que, con base a la
autonomía de la voluntad de las partes, se firmen contratos cuya causa no sea la
edición en sentido técnico-jurídico de la Ley, pero que de todos modos supon-
gan una cesión de derechos de autor.

III. c) La explotación es por cuenta y riesgo del editor.

El Editor es quien asume, por su cuenta, la obligación de realizar todas las ope-
raciones necesarias para alcanzar el cumplimiento del objeto contractual, con
el riesgo empresarial que eso conlleva. Actualmente, el campo del Contrato de
Edición se ha restringido considerablemente, y no se pueden considerar los
pactos en que los autores y editores comparten riesgos, o incluso el supuesto de
que el autor financie la edición. Nos remitimos a lo dicho anteriormente: hay
formulas pero no a través del Contrato de Edición.

Esta manifestación carece de precedentes en las leyes anteriores, y con ella el


legislador restringe el espectro de la anterior noción del contrato editorial para
situarlo en una posición central y de equilibrio en cuanto a lo que aporta cada
parte al contenido del contrato. Si lo que afecta a la esfera creativa es derecho y
obligación del autor, su reproducción y distribución pesan como operaciones a
cargo del empresario editor.

En conclusión, podemos decir que la realización de la obra por el editor por su
cuenta y riesgo, es esencial en el contrato editorial.

La naturaleza del riesgo a que se refiere este artículo 58 TRLPI se considera por
la doctrina (Gómez Laplaza, Espín Alba) como de carácter empresarial, enten-
diéndolo en un sentido amplio que abarca “las vicisitudes de la empresa”, pero a
la vez dejando claro que “una cosa es el riesgo de la actividad económica desen-

- 51 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

vuelta por el editor, que desde luego no es común a ambas partes, y otra el modo
de determinación de la compensación económica que corresponde al autor”.

Como resumen a estas explicaciones, recogemos a continuación la opinión de


nuestra jurisprudencia, manifestada en las dos sentencias que a continuación
reproducimos:

- La Sentencia de la Sala 1ª del Tribunal Supremo de 14 de octubre de


1983: “En relación al contrato de edición, la jurisprudencia ha venido manife-
stando que “El derecho de ‘autor se halla integrado, entre otras, por la facultad
de disfrute o explotación económica, que legitima para la obtención de las uti-
lidades peculiares que la obra produce y la facultad de difusión, en ejercicio de
la cual corresponde al autor decidir sobre la publicación y sus circunstancias;
situación de poder que también despliega su eficacia en el ámbito del contrato
de edición, que sólo atribuye al editor el derecho a publicar la obra en la forma
de explotación editorial y condiciones estipuladas con aquél y que, en debida
correspondencia, permite que el titular de la propiedad intelectual pueda com-
probar el número de ejemplares de cada edición”.

- La Sentencia del Tribunal Supremo de 10 de febrero de 1995: “Basán-


dose la demanda en la existencia de un contrato de edición con publicación de
fotografías en color, es patente que tal supuesta obligación constituye un hecho
positivo cuya carga de prueba pesa sobre quien lo afirma, no siendo de recibo
el retorcimiento argumental que se hace de que si la postura de la demandada
es que la edición fotográfica era en blanco y negro, ella debía probarlo, porque
es la demandante quien sostiene lo contrario como base de su reclamación y el
sentido esencial y prioritario del precepto general sobre carga de la prueba in-
cide en que es la parte que basa su reclamación en una supuesta y determinada
obligación lo acredite formalmente”.

- 52 -
Carlos Muñoz Viada

IV. LOS SUJETOS DEL CONTRATO DE EDICIÓN.

Son dos las partes intervinientes en el contrato de edición: por un lado está el
autor o sus derechohabientes, y por el otro está el editor.

IV. a) El Autor o sus derechohabientes.

Una de las partes será la formada por el Autor de la obra, o en su lugar sus de-
rechohabientes, ya lo sean mortis causa (art. 42 LPI), o en virtud de un cesión
previa inter vivos (arts. 43 y ss. LPI).

Nuestra tradición jurídica se inspira en el concepto de autor – persona física,


por lo que será parte del contrato de edición la persona física que haya creado
una obra original, literaria, artística o científica; o bien sus derechohabientes,
entendidos como herederos, o como la persona física o jurídica que adquiere
del autor este derecho, por acto inter vivos o sucesión mortis causa.

Estamos, por lo tanto, ante un concepto de parte amplio, en el que pueden fi-
gurar desde la persona física creadora intelectual, hasta un legatario suyo o un
cesionario persona jurídica

IV. b) El Editor.

La otra parte interviniente será el Editor que ha asumido el riesgo empresarial


de editar la Obra.

La figura del editor ha tenido una evolución histórica estrechamente vinculada


a la impresión gráfica.

Aunque no haya llevado a cabo personalmente las tareas de reproducción y di-

- 53 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

stribución, el editor es entendido como la persona que posibilita la edición de


la obra.

Esta fue la línea seguida por la Ley del Libro de 1.975, en cuyo artículo 6 se de-
finía al editor como la “persona física o jurídica que, por cuenta propia, elige las
obras a que hacen referencia el artículo anterior y realiza o encarga los procesos
industriales para su transformación en libros, en orden a su difusión”.

Para cuando se redactó la Ley de 1.987, este concepto resultaba insuficiente, y


ya se hablaba de reproducción y distribución de cualquier obra literaria, artí-
stica o científica.

Hoy en día, y con la constante evolución de las nuevas tecnologías, el editor se


ha convertido en un agente difusor de cualesquiera obras del ingenio humano,
por lo que se le define como toda aquella persona natural o jurídica que se en-
carga de la selección y reproducción de todo tipo de obras, en un medio que per-
mita su comunicación y la obtención de copias para su posterior distribución,
asumiendo todas estas operaciones por su cuenta y riesgo.

V. OBJETO DEL CONTRATO Y ALCANCE DE LA CESIÓN.

V. 1) El objeto.

En principio, cualquiera de las categorías de obras enumeradas en el artículo


10.1 LPI que sean susceptibles de ser reproducidas y distribuidas por medio de
ejemplares, pueden constituir el objeto de un contrato de edición.

Sin embargo, si tenemos en cuenta que la edición de Obras Musicales en for-


ma de partituras es objeto de regulación específica en el artículo 71 LPI, po-
demos deducir que el objeto prototípico de la edición lo constituyen las obras

- 54 -
Carlos Muñoz Viada

para cuyo acceso y disfrute no es preciso utilizar aparatos o medios técnicos.

Para que una obra pueda ser objeto del contrato de edición que la LPI regula,
ha de tratarse de una existente, una obra previamente creada. De acuerdo a lo
dispuesto en la Ley, las obras futuras pueden ser, de manera limitada, objeto de
una válida cesión de derechos de explotación (art. 43.3 LPI), pero en cambio se
impide que puedan constituir, ni siquiera en esa limitada medida, objeto de un
contrato de edición (art. 59.1 LPI).

Por la misma razón, tampoco puede constituir objeto de un contrato de edición


propiamente dicho una obra de encargo (art. 59.2 LPI).

V. 2) El alcance.

El contenido mínimo para que un contrato pueda ser considerado como de edi-
ción, consistirá en la cesión de los derechos de reproducción y distribución, o
de alguna modalidad de los mismos, a favor del Editor. Adicionalmente resulta
posible que le ceda otros derechos adicionales, como el de transformación, o el
de comunicación pública (por ejemplo, en su modalidad de puesta a disposición
del público).

Igual que los derechos de reproducción y distribución no tienen por qué ser
cedidos en bloque al editor, tampoco tienen por qué serle cedidos con carácter
exclusivo.

“La cesión tendrá validez en todos los lugares y por todo el tiempo que dure
la propiedad literaria del autor, de sus herederos o de sus representantes, de
acuerdo con las legislaciones tanto españolas como extranjeras y de las conven-
ciones actuales o frutas sobre la propiedad literaria y artística, comprendidas
eventualmente las prórrogas que podrían ser establecidas a dicha duración”.

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Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

VI. LAS OBRAS SUJETAS AL CONTRATO DE EDICIÓN.

Teniendo en cuenta el amplio concepto de edición adoptado por nuestra Ley,


entendemos que puede ser objeto del contrato de edición cualquier obra litera-
ria, artística o científica cuyo soporte pueda ser reproducido y distribuido, como
puede ser un poema, una novela o una canción.

Sin embargo, no todas las podrán ser objeto del contrato de edición, ya que las
que a continuación enumeramos deberían quedar fuera del mismo:

1. Obra que cumpla estos requisitos, pero que no posea la condición


de originalidad exigida por la Ley para considerarla obra protegida. No cabe
duda de que una obra así puede publicarse en forma de libro, pero en teoría, no
podría existir un contrato de edición sobre ella, pues para que se celebre es ne-
cesario que se trate de una obra (art. 58), que en sentido técnico trae implícita
la condición de originalidad (art. 10).

2. Obra que ha caído en el dominio público. En éste caso la obra si


se puede publicar, pero tampoco será objeto de contrato de edición, salvo que
se trate de una adaptación o revisión, pues en ese caso se trataría de una obra
nueva y distinta, para cuya publicación sería necesario suscribir un contrato de
edición con el autor de esta obra derivada.

3. Obra considerada contraria a la moral, orden público o buenas


costumbres. Como en los casos anteriores, una obra así se puede publicar,
tampoco contratar, ya que el artículo 1271 del CC exige que los contratos no
posean objetos de ilícita circulación.

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Carlos Muñoz Viada

VII. LAS OBRAS EXCLUÍDAS DEL CONTRATO DE EDICIÓN.

Como ya hemos indicado anteriormente, objeto del contrato de edición serán


aquellos bienes inmateriales calificados como obras literarias, artísticas o cien-
tíficas, sobre las cuales recaigan derechos de autor.

Sin embargo, la propia Ley establece tres excepciones a esta regla general, que
analizamos una por una a continuación:

VII. a) La exclusión de las obras futuras:

La doctrina general fijada en el artículo 1.271 CC establece que pueden ser obje-
to de contrato todas las cosas que no están fuera del comercio de los hombres,
incluyendo las futuras.

A pesar de ello, el TRLPI ha determinado la exclusión de las obras futuras como


objeto del contrato de edición, y así se recoge en el primer párrafo del artículo
59, donde se establece que “Las obras futuras no son objeto del contrato de
edición regulado en esta Ley”.

¿Pueden existir, siendo jurídicamente válidos, pactos de preferencia sobre la


explotación en forma de edición de obras que aún no fueron creadas por el au-
tor? En la práctica editorial nos encontramos con cláusulas en este sentido, que
las editoriales justifican con su interés en asegurar, durante un determinado
periodo de tiempo, que el autor de una obra de su fondo editorial no publique
ningún libro sobre el mismo tema, a través de un contrato de edición con otra
editorial.

Este tipo de pactos resulta problemático, pues de él se derivan obligaciones po-


sitivas y negativas. Así, el autor se compromete a, en un futuro, celebrar un

- 57 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

contrato de edición con su editor respecto de una obra aún no creada, y al mis-
mo tiempo se obliga a no firmar con otro editor un contrato de edición sobre
esa obra. Es decir, que se trata de una forma de pacto en exclusiva, por el cual el
autor ve restringida la disponibilidad de sus obras futuras.

En principio no hay ninguna prohibición a esto en el TRLPI, pero es necesario


establecer una limitación temporal, pues de lo contrario podría darse el caso de
que el autor comprometa su futuro intelectual indefinidamente.

En relación a los pactos de exclusiva, es reiterada la postura del Tribunal Supre-


mo que, basándose en el artículo 1.583 CC que considera nulo el arrendamiento
hecho de por vida, establece que las partes no pueden quedar vinculadas ilimi-
tadamente en el tiempo.

Es decir, que para que el pacto sea admisible, será necesario establecer una
limitación a un género u obra, ya que de lo contrario, un acuerdo respecto de
cualquier obra creada por un escritor en el futuro resultaría excesivamente am-
plio, y nos aproximaríamos a la idea de cesión global de obras futuras prohibida
en el artículo 43.3.

A pesar de lo dicho, hay que señalar que la fuerza ejecutiva de un pacto de éste
tipo se puede ver afectada por el ejercicio del autor de su derecho de inédito.

Sobre este extremo, la postura de nuestra jurisprudencia es clara, al afirmar, entre


otras en la Sentencia de la Sala 1a del Tribunal Supremo de 29 de marzo de 2001
que: “La prohibición de contratar sobre obras futuras del artículo 59, apartado
1, LPI, posee un carácter general que no puede vaciar de contenido la especi-
ficidad del artículo 51 que prevé esa posibilidad, siempre que entre cedente y
cesionario medie una relación laboral, con una retribución periódica durante el
tiempo de la investigación, si se trata de una obra científica”.

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Carlos Muñoz Viada

VII. b) El encargo de obra:

El legislador ha querido excluir el encargo de obra del objeto del contrato, a


pesar de que es práctica habitual en el sector editorial el encargo de obras con
la finalidad de una posterior publicación. De ahí que el artículo 52.2 TRLPI pre-
vea que la remuneración acordada por tal encargo pueda ser considerada como
un anticipo de los derechos de autor: “El encargo de una obra no es objeto del
contrato de edición, pero la remuneración que pudiera convenirse será consi-
derada como anticipo de los derechos que al autor le correspondiesen por la
edición, si ésta se realizase”.

Caso especial es el del encargo de obra dentro de una relación laboral, que im-
plica, por propia disposición legal, la cesión en exclusiva, salvo pacto en contra-
rio, de todos los derechos de propiedad intelectual que puedan recaer sobre la
obra al empresario.

Así se recoge en el apartado segundo del artículo 51 del TRLPI que regula la
transmisión de los derechos del autor asalariado, y donde se dispone que “A
falta de pacto escrito, se presumirá que los derechos de explotación han sido
cedidos en exclusiva y con el alcance necesario para el ejercicio de la actividad
habitual del empresario en el momento de la entrega de la obra realizada”

Entonces, cuando un editor encarga una obra intelectual con el fin de publicar-
la, ¿adquiere los derechos sobre la misma, o es necesario un posterior contrato
de edición para hacerlo?

Al no existir otras disposiciones al respecto, entendemos que sólo tiene vigencia


lo dispuesto en el artículo 56.1 del TRLPI, donde se establece que “El adquirente
de la propiedad del soporte a que se haya incorporado la obra no tendrá, por
este solo título, ningún derecho de explotación sobre esta última”.

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Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Por lo tanto, con el encargo de obra literaria, sólo habría una transmisión de la
propiedad del manuscrito, de manera que, para llevar a cabo una publicación
bajo la modalidad de edición, sería necesario, en los términos del artículo 57 del
TRLPI, la firma de un contrato de edición, de acuerdo a los términos dispuestos
en el artículo 58 del TRLPI.

VII. c) Las colaboraciones en publicaciones periódicas:

La actual Ley no nos proporciona una definición de colaboración periódica, así


que para su definición hemos de acudir al Reglamento de la Ley de Propiedad
Intelectual de 1.880, en cuyo artículo 15 se dice que “se entenderán por publi-
caciones periódicas los diarios, semanarios, revistas y toda serie de impresos
que salgan a la luz una o más veces al día o por intervalos de tiempo regulares
o irregulares, con título constante, bien sean científicas, políticas, literarias, o
de cualquier otra clase”.

No se debe confundir este concepto con el de noticias de prensa, pues de acuerdo


al artículo 2.8 del Convenio de la Unión de Berna, revisado en París el 24 de julio
de 1.971, “la protección del presente Convenio no se aplicará a las noticias del día
ni de los sucesos que tengan un carácter de simples informaciones de Prensa”.

Estaríamos entonces ante trabajos intelectuales creativos, que por ello merecen
la protección de la Ley, pero que debido a la dinámica de los medios en que apa-
recen publicadas, no son objeto de contrato de edición.

De todos modos, en la medida en que estas obras posean existencia propia, dis-
tinta de la obra periodística en que están contenidas, es posible que su autor
las publique reunidas o en colección, escogida o completa, en los términos del
artículo 22 del TRLPI, estando esta nueva obra sujeta a un contrato de edición.

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Carlos Muñoz Viada

IV. EL CONTRATO DE EDICIÓN: FORMALIZACIÓN


Y CONTENIDO MÍNIMO

I. FORMALIZACIÓN Y CONTENIDO MÍNIMO DEL CONTRATO DE EDI-


CIÓN.

En la antigua Ley de Propiedad Intelectual de 1.879 no se establecía ningún


requisito respecto de la forma del contrato de edición, sino que este se sometía
al régimen general establecido en el artículo 1.278 del Código Civil, que dispo-
ne la validez de los contratos por el mero consentimiento en su celebración.

Sin embargo, como tradicionalmente la posición del autor frente al editor ha


venido siendo siempre más débil, la doctrina se planteó la necesidad de equi-
librar esa situación, y así, a la hora de elaborar la vigente Ley de Propiedad
Intelectual, se fijo la necesidad de redactar un precepto en el que se contuvieran
y enumeraran detalladamente las menciones obligatorias que deben constar en
cualquier contrato de edición.

La apariencia reglamentista del artículo 60 del TRLPI es indudable, pero no

- 61 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

lo es menos que a través de él se pone de relieve la intención del legislador


de proteger al autor, manifestando claramente su marcado carácter tuitivo.

En resumen podemos decir que la finalidad de éste artículo es la adopción de


unas medidas capaces de asegurar ese deseado equilibrio contractual entre au-
tor y editor.

Así, el Artículo 60 del TRLPI, establece lo siguiente:

“El contrato de edición deberá formalizarse por escrito y expresar en todo


caso:

1º. Si la cesión del autor al editor tiene carácter de exclusiva.

2º. Su ámbito territorial.

3º. El número máximo y mínimo de ejemplares que alcanzará la edición o


cada una de las que se convengan.

4º. La forma de distribución de los ejemplares y los que se reserven al autor,


a la crítica y a la promoción de la obra.

5º. La remuneración del autor, establecida conforme a lo dispuesto en el ar-


tículo 46 de esta Ley.

6º. El plazo para la puesta en circulación de los ejemplares de la única o pri-


mera edición, que no podrá exceder de dos años contados desde que el autor
entregue al editor la obra en condiciones adecuadas para realizar la repro-
ducción de la misma.

- 62 -
Carlos Muñoz Viada

7º. El plazo en que el autor deberá entregar el original de su obra al editor”.

A continuación, vamos a analizar cada uno de elementos mínimos de que debe


disponer cualquier contrato de edición:

I. 1) Exclusividad.

En éste apartado lo que la Ley hace es exigir que se manifieste si la cesión que
lleva a cabo el Autor tiene carácter de exclusiva.

Esta exclusividad determinará si la explotación de la obra será única o plural,


siendo un acto dispositivo la elección por el Autor de otorgar o no esta exclu-
sividad.

En la práctica editorial es de interés para el Editor contratar en términos de


exclusividad, para así obviar la competencia, y para disponer de una sinergia
mayor en la reproducción y distribución de la obra.

A continuación analizaremos las dos posibilidades de cesión, en exclusiva o sin


exclusiva, enumerando los distintos elementos que configuran cada una de ellas:

I. 1. a) El cesionario en exclusiva explotará la obra con las siguientes atri-


buciones legales:

- Facultad de explotar la obra con exclusión de otras personas, incluyendo al


propio cedente.

- Salvo pacto en contrario, otorgará autorizaciones no exclusivas a terceros.

- Se encuentra legitimado, con independencia del titular cedente, para perse-


guir las violaciones que afecten a las facultades que le han otorgado.

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Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

- Obligación del cesionario de actuar de tal manera que logre la explotación


cedida.

- Posibilidad de transmitir a otro su derecho contando con el consentimiento


expreso del cedente.

- Responsabilidad solidaria de los cesionarios frente al cedente, si falta el con-


sentimiento.

- No será necesario el consentimiento del cedente cuando la transmisión se lle-


ve a cabo como consecuencia de la disolución o del cambio de titularidad de la
empresa cesionaria.

I. 1.b) El Editor carente de la exclusividad de la obra:

- Explotará la obra en concurrencia plural con otros cesionarios, incluido el


cedente.

- El Editor carece de la posibilidad de perseguir las violaciones que afectan a las


facultades concedidas (art. 48).

- No puede transmitir su derecho a otro (art. 49).

- El cesionario no en exclusivo queda investido de facultad para utilizar la obra


de acuerdo y en función de los “términos de la cesión” (art. 50).

En la práctica contractual, lo habitual es que todas las editoriales soliciten la


exclusividad, con cláusulas del tipo: “El AUTOR cede al EDITOR en exclusiva
todos los derechos que le corresponde sobre la OBRA para su publicación y
explotación comercial”

- 64 -
Carlos Muñoz Viada

Sin embargo, tampoco se puede negar la existencia de cláusulas en el sentido


opuesto, con redacciones tipo: “La cesión aquí pactada se entiende realizada
sin carácter de exclusiva, pudiendo a la vez el AUTOR explotar esta obra por
si mismo o a través de otros terceros cesionarios”.

I. 2) Su ámbito territorial:

Se trata de determinar la extensión geográfica en la cual se podrá llevar a cabo


la explotación de la obra por parte del Editor.

En principio, debe convenirse libremente el espacio por donde debe discurrir


la explotación de la obra, que generalmente vendrá ligado a la lengua a utilizar.

Sin embargo, el legislador no ha considerado la necesidad de establecer un


régimen sancionador ante la carencia de pacto en este caso, circunstancia que
aquí parece que perjudica más al Editor que al Autor, pues de acuerdo a lo
dispuesto en el artículo 43.2 del TRLPI, la falta de mención del ámbito te-
rritorial, limita la transmisión a efectos de explotación de la obra al país en el
que se realice la cesión.

Por lo que se refiere a la práctica contractual, de nuevo aquí vemos que todas o
casi todas las editoriales suelen introducir una cláusula mediante la que el autor
les cede la explotación de la obra en todos los países del mundo, del tipo: “La
cesión que por el presente contrato se lleva a efecto, lo es para todo el mundo”.

O en otros casos, el editor se reserva la explotación en todos los países de habla


hispana: “El autor cede en exclusiva al editor los derechos de reproducción,
distribución y venta de la obra objeto del presente contrato, en forma de libro,
en idioma castellano y en cualquiera de las lenguas del Estado español, en el
ámbito territorial de España y países de habla hispana”.

- 65 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Sin embargo, tampoco es infrecuente que el autor desee reservarse la explota-


ción de su obra para algún país o países determinados. Esto puede obedecer a
diversas causas, pero una relativamente común es cuando se trata de algún au-
tor de un país hispano parlante, que edita en su país de origen con una empresa
de ámbito local, y más adelante se interesa por su obra alguna otra editorial con
distribución internacional. En estos casos, el autor podrá ceder a la nueva edi-
torial la explotación de su obra para todos los países del mundo, excepto para el
suyo propio, cuyos derechos ya ostenta la otra editorial con anterioridad. Esto
habrá que reflejarlo en el contrato, con una cláusula parecida a la que reprodu-
cimos a continuación: “Los derechos de reproducción, distribución y venta de
la OBRA en forma de disco se ceden al EDITOR para su explotación comercial
en todo el territorial mundial con la excepción de “XXX”.

Se dan incluso algunas cláusulas, aunque en menor medida, en la que el autor


sólo cede la explotación de su obra para un país en concreto.

I. 3) El número mínimo y máximo de ejemplares que alcanzará la edición o


cada una de las que se convengan:

Forma parte del contenido esencial del contrato de edición la precisión del nú-
mero mínimo y máximo de ejemplares que alcanzará la edición o cada una de
las que convengan.

Como señala Fernández-Arias4, “de no existir este condicionamiento, el Editor


podría hipotéticamente llevar a cabo cuantas ediciones estime convenientes de
forma indefinida y sin límite de cantidad, lo que provocaría la desnaturalización
del contrato de explotación”.

4. CARLOS FERNANDEZ-ARIAS SHELLY: “Contrato de edición y su práctica jurídica”.

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Carlos Muñoz Viada

La entrada en vigor de la Ley de Propiedad Intelectual de 1.987 supuso un im-


portante avance legislativo de carácter tuitivo a favor del autor, pues supuso
pasar de una situación donde no existía un equilibrio de las capacidades de las
partes, a una situación proteccionista a favor del autor mediante la concreción
del número máximo y mínimo de ejemplares de la edición o de cada una de las
que se convengan.

Para un autor, la fijación previa de un mínimo de ejemplares supone conocer


al menos la posibilidad de unos ingresos que satisfagan en principio la razón
económica de la publicación, y de conocer el alcance de la difusión de su obra.

Para este tema, Calsamiglia5 sugiere una cláusula contractual del siguiente te-
nor: “el editor podrá realizar hasta X ediciones, con un máximo de ejemplares
de Z y un mínimo de ejemplares W para cada una de ellas”.

Sin embargo, nos encontramos con que los editores suelen burlar esta obliga-
ción, incluyendo cláusulas como la siguiente: “Durante la vigencia del presente
contrato, el EDITOR podrá efectuar cuantas ediciones estime conveniente y
exija su comercialización, para cada una de las modalidades convenidas, con
un mínimo de 1.000 ejemplares y un máximo de 100.000 para cada una de
ellas, con las reimpresiones que dentro de dichos totales libremente decida el
EDITOR, buscando asegurar a la obra una explotación continua, y una difu-
sión comercial conforme a los usos habituales en el sector profesional al que
la obra corresponda”. En este caso vemos de forma clara que se produce esta
desnaturalización de la que hablaba Fernández-Arias, pues no sólo no se esta-
blece un límite en el número de ediciones que el editor puede realizar, sino

5. JORDI CALSAMIGLIA BLANCAFORT: “El contrato de edición”.

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Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

que además, estas pueden oscilar entre un mínimo de 1.000 ejemplares y un


máximo de 100.000 ejemplares, que viene a ser lo mismo que decir “entre todo
y nada, lo que quiera”.

Mucho más acertada y más ajustada al espíritu de la norma nos parece la si-
guiente redacción, donde el margen entre la cifra mínima y la máxima resulta
coherente, y donde se informa al autor del límite máximo de ediciones que se
pueden llevar a cabo: “Durante la vigencia del presente contrato el EDITOR
podrá efectuar un máximo de diez ediciones (registradas notarialmente) para
cada una de las modalidades convenidas, con un mínimo de 3.000 ejemplares
y un máximo de 5.000 ejemplares para la primera edición, con las reimpre-
siones que dentro de dichas totalidades libremente decida el EDITOR [...]”.

Sin embargo, también nos hemos encontrado con contratos en los que se reco-
gen cláusulas que vulneran lo dispuesto en el TRLPI, en las que no solo no se
especifica el número de ediciones que se van a realizar, sino tampoco el número
máximo y mínimo de ejemplares de que constará cada una de ellas, como ocu-
rre con la que a continuación reproducimos: “El número de ejemplares oscilará
entre 2.000 para la primera edición o las sucesivas que se contraten”. Resulta
evidente que en este caso al autor le resultará imposible conocer el verdadero
alcance de su cesión.

I. 4) La forma de distribución de los ejemplares y los que se reserven al


autor, a la crítica y a la promoción de la obra:

a) La forma de distribución.

En este punto el legislador pone de relieve la conveniencia de pactar la forma


de distribución de la obra.

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Carlos Muñoz Viada

Se trata de examinar las posibilidades de analizar la actuación del cesionario


en su obligación de actuar y poner los medios instrumentales para llevar a cabo
una efectiva explotación de la obra, según las pautas profesionales de orden
industrial y comercial que sean adecuadas. Labor de explotación que deberá
ser de carácter continuo, y difusión comercial idónea al campo de la edición
que proceda.

Por desgracia, el legislador no ha establecido un régimen sancionador ante la


omisión de pactos que prevean, no sólo el régimen general de la forma de dis-
tribución de ejemplares, sino también la falta de concreción de los ejemplares
que se habrán de reservar al autor, y los destinados a la crítica y a la promoción
de la obra. Esto ha sido determinante para que realmente no se desarrolle esta
obligación, y que se limiten a redactar cláusulas tipo, que implican una acepta-
ción tácita de los modos y maneras que escoja el Editor para la explotación de
la obra.

En cuanto a la práctica contractual, lo normal en este asunto es que en todos


los contratos nos encontremos con alguna cláusula del tipo de las siguientes:

- “Los AUTORES declaran conocer y aceptar la política comercial del


EDITOR en lo relativo a la explotación de la Obra y difusión y distribución
comercial”.

- “El AUTOR declara conocer y aceptar la forma de distribución del


EDITOR en lo relativo a la explotación de la obra y su difusión comercial,
comprometiéndose a colaborar en la medida de lo posible a darle publicidad
al libro y a defenderlo ante la prensa y la crítica especializada, y asimismo a
participar en una eventual presentación pública de la obra de referencia o en
los actos que a tal efecto pudiera llevar a cabo el EDITOR”.

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Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

En otros casos, aunque no se afirma que el autor conoce y acepta la distribución,


nos encontramos con cláusulas cuya utilidad, a efectos de protección de los de-
rechos del autor, es igual de nula, como la que reproducimos a continuación:
“La distribución se realizará a través de los canales de la propia Editorial o
ajenos que se contraten”.

b) Los ejemplares que se reserven al autor, a la crítica y a la promoción de la


obra:

Este inciso se refiere a la necesidad de que consten en el contrato los ejemplares


que se reservan al autor, a la crítica y a la promoción de la obra.

Su trascendencia reside en que se trata de ejemplares impresos por encima del


número fijado contractualmente (sobretirada), y no incluibles en los ejemplares
liquidables al autor.

El número de ejemplares destinados al autor varía mucho en función del tipo de


obra de que se trate, del número de ejemplares de que consta la tirada, de si se
trata de una primera edición o de sucesivas, etc. Por eso no podemos fijar una
cifra concreta, aunque tratándose de la primera edición, entendemos que una
cifra acertada estaría entre los 20 y los 30 ejemplares para el autor.

En cuanto a los ejemplares destinados a la promoción y crítica, lo primero que


queremos remarcar es que se trata de algo que, en principio, debe favorecer
tanto al autor como al editor, y de ahí que la iniciativa para fijar el número
pueda corresponder tanto al editor como al autor, y que sea necesario su pacto
consensuado.

La fijación de la cantidad puede realizarse de forma flexible, a base de estable-


cer un número máximo de ellos que se destinarán a promoción y crítica, o bien

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Carlos Muñoz Viada

mediante la fijación de un porcentaje sobre el número de ejemplares tirados.

Tanto en un caso como en el otro, nos parece importante señalar que lo más
correcto es que, a medida que se sucedan las ediciones, los ejemplares destina-
dos a estos fines deberán ir descendiendo, ya que no será necesario promocio-
nar una obra que ya conoce el mercado.

En la práctica de los contratos de edición, nos encontramos con todo tipo de


cláusulas, entre las que reseñamos, por ilustrativas, las siguientes:

- “El EDITOR queda autorizado a imprimir hasta XXX ejemplares de


la primera edición y GGG ejemplares de las siguientes para atenciones oficiales,
de crítica y del autor, sin que sobre ellos tenga que pagar ningún derecho al
AUTOR”.

- “El EDITOR estará obligado a entregar gratuitamente al AUTOR diez


ejemplares de la primera edición de la obra, y tres de cada edición sucesiva”.

- “El EDITOR se reserva el derecho de imprimir, sobre la tirada con-


tratada, un 20% más de ejemplares, que serán destinados a las entregas obli-
gatorias al AUTOR y a los centros oficiales, a la promoción de la obra y a la
sustitución de los libros deteriorados en su producción o almacenamiento, y los
destinados a la crítica. El EDITOR no pagará derecho alguno al AUTOR por los
ejemplares correspondientes a esta tirada suplementaria”.

En un caso nos hemos encontrado con una cláusula que nos parece totalmente
abusiva, y que reza así: “El EDITOR destinará un 15% de los ejemplares de
las tiradas para promocionar la OBRA (propaganda, críticas o recensio-
nes y entregas a centros oficiales), si bien en las dos primeras tiradas, que
exigen un gran esfuerzo promocional, se podrán destinar a labores de pro-

- 71 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

moción un 25% de los libros editados. Los libros destinados a promoción en


los porcentajes expresados no generarán derechos de autor. Tampoco se
computarán para las liquidaciones de honorarios del AUTOR los ejempla-
res perdidos en encuadernación o deteriorados en trasiego y almacenaje”.

En algunos contratos, además de los ejemplares destinados a promoción y


crítica, se introducen algunas cláusulas destinadas a favorecer la promoción de
la obra, como es el caso de la que reproducimos a continuación: “Los AUTO-
RES se obligan a facilitar su presencia a cuantos actos o eventos de promoción
considere el EDITOR necesarios para la proyección de la OBRA, siempre que
sus posibilidades profesionales y disponibilidades de tiempo se lo permitan”.

I. 5) La remuneración del Autor, establecida conforme a lo dispuesto en el


artículo 46 de ésta Ley:

El contrato de edición es oneroso por definición legal, por lo que la remunera-


ción es la propia causa del contrato vista desde la perspectiva del autor.

La remuneración del Autor como contenido mínimo del contrato editorial se


considera fundamental para su propia existencia. Es un elemento esencial en
el contrato de edición.

En un contrato en que se dispusiera la utilización de una obra intelectual, pero


sin establecer una remuneración para el autor, podría ser encuadrado en otro
tipo legal, pero nunca podría ser denominado “de edición”, ya que la recepción
de una compensación económica constituye la esencia misma de este tipo con-
tractual.

El contrato de edición tiene que hacer obligatoriamente mención a la remune-


ración del autor, ya que forma parte de su contenido mínimo.

- 72 -
Carlos Muñoz Viada

Así, si en el contrato no constara este punto, nos encontraríamos “fuera del


ámbito del contrato de edición tal y como lo regula el TRLPI”, ya que en base a
su artículo 61, esta falta de mención de la remuneración al autor, lo convertiría
en nulo.

Aquí lo que hace el legislador es efectuar una remisión a las Disposiciones Ge-
nerales de la Transmisión de Derechos en cuanto a los supuestos de remune-
ración, bien de forma proporcional o a tanto alzado, que vienen recogidas en el
artículo 46 del TRLPI:

“1. La cesión otorgada por el autor a título oneroso le confiere una participa-
ción proporcional en los ingresos de la explotación, en la cuantía convenida
con el cesionario.

2. Podrá estipularse, no obstante, una remuneración a tanto alzado para el


autor en los siguientes casos:

a) Cuando, atendida la modalidad de la explotación, exista dificultad grave


en la determinación de los ingresos o su comprobación sea imposible o de un
coste desproporcionado con la eventual retribución.

b) Cuando la utilización de la obra tenga carácter accesorio respecto de la


actividad o del objeto material a los que se destinen.

c) Cuando la obra, utilizada con otras, no constituya un elemento esencial de


la creación intelectual en la que se integre.

d) En el caso de la primera o única edición de las siguientes obras no divulga-


das previamente:

- 73 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

1º Diccionarios, antologías y enciclopedias

2º Prólogos, anotaciones, introducciones y presentaciones.

3º Obras científicas

4º Trabajos de ilustración de una obra.

5º Traducciones

6º Ediciones populares a precios reducidos”.

En el contrato editorial domina la primera fórmula, siendo excepcional la se-


gunda, y solo aplicable cuando se dan las condiciones que expresamente se re-
cogen en la Ley.

Se presupone así que la participación en los ingresos de explotación supone


una protección para el autor respecto del tanto alzado al hacerle partícipe del
posible éxito de su obra.

La base para el cálculo de la remuneración será el resultado de multiplicar el


número de ejemplares vendidos por su precio de venta al público.

Debe quedar claro que este porcentaje de participación habrá de calcularse sólo
sobre los ingresos de explotación de la obra, de tal forma que al autor no se le
haga partícipe de los gastos derivados de la edición de su obra (que deberán
ser siempre a cuenta del editor por imperativo legal); ni que dicho porcentaje
se aplique al total de ejemplares tirados, ya que en sí mismos no constituyen
ingresos de explotación.

- 74 -
Carlos Muñoz Viada

Así, en la base de cálculo no se podrán incluir ni los ejemplares reservados al


autor, la crítica, la promoción o los medios de comunicación. En caso de que
existan ejemplares defectuosos o deteriorados, y teniendo en cuenta que el
número de ejemplares de que ha de constar cada tirada debe venir estipulado
contractualmente, esto supondría para el editor la edición de nuevos ejempla-
res hasta alcanzar la cifra que por imperativo contractual habrá de poner a la
venta.

Respecto al otro elemento que forma parte de esta base de cálculo, esto es, el
precio de venta, hay que decir que aunque la vigente Ley de Propiedad Intelec-
tual no especifica explícitamente que aparezca estipulado en el contrato, su uso
si constituye la norma general.

En cuanto al porcentaje de participación del autor en los ingresos de explota-


ción de su obra, será de libre disposición entre las partes, aunque deberá cons-
tar necesariamente en el contrato de edición.

Por lo que respecta a las obras en colaboración, en el contrato deberá quedar


especificada separadamente la remuneración que corresponda a cada uno de
los autores en relación a sus respectivas aportaciones.

En cuanto a la otra fórmula de cálculo de la remuneración, esto es, el tanto


alzado, la expresión “podrá estipularse” contenida en el segundo apartado del
citado artículo 46, de carácter marcadamente opcional, indica que incluso estos
supuestos excepcionales pueden regirse por la regla general de porcentualidad,
no siendo imperativo, sino de libre disposición, y a convenir contractualmente
por las partes el pago a tanto alzado.

Los artículos para periódicos o revistas son una de las excepciones planteadas
en el Art.46 para el uso del tanto alzado, ya que implica una clara dificultad el
cálculo de la incidencia de ese artículo sobre el total de las ventas de la publica-

- 75 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

ción. Es precisamente la dificultad para el cálculo de forma proporcional lo que


da sentido y permite el uso del cálculo a tanto alzado.

En casos como el anteriormente planeado, queda patente la necesidad del uso


del cálculo a tanto alzado, pero algo muy distinto ocurre con las traducciones
literarias, para las que se contempla este tipo de remuneración “para primera
o única edición” exclusivamente, y de las que, por ejemplo, llegan a realizarse
más ediciones que de obras de autores de habla hispana o no traducidas.

Dado que esta fórmula de cálculo de la remuneración del autor es sólo váli-
da para 1a o única edición, y que es obligación legal del editor garantizar una
explotación continuada en el tiempo de la obra mientras ostente el derecho
a explotarla (Art. 64.4 TRLPI) lo que puede suponer la necesidad de realizar
nuevas ediciones, deberá entenderse pactada como “modalidad del mismo” la
cesión para una sola edición, no pudiéndose realizar ediciones posteriores sin
que contar con el amparo legal de un nuevo contrato de edición que las regule,
y contenga entre otros aspectos, la remuneración del autor calculada, por tra-
tarse de segunda y/o sucesivas ediciones, siguiendo la norma general. Es decir,
deberá contener el porcentaje de participación en la explotación de la obra co-
rrespondiente al autor.

Pero la realidad es otra, y por desgracia no es lo habitual que se haga efectiva la


firma de nuevos contratos cuando se realizan nuevas ediciones de este tipo de
obras, lo que además de una actividad ilícita, supone por norma general para el
autor un menoscabo económico. Por eso, la cesión de este tipo de obras debería
realizarse al amparo de un contrato que contemplara, tanto el importe de la
remuneración pacta a tanto alzado (en caso de acuerdo entre las partes) como
el porcentaje de participación en los beneficios de explotación para segunda o
posibles ediciones posteriores. Para evitar la necesidad de la firma de nuevos
contratos, así como que los derechos del autor queden claramente estipulados,

- 76 -
Carlos Muñoz Viada

este porcentaje de participación debería pactarse e incluirse en dicho contrato.

Es más que habitual que en los contratos de edición de traducciones literarias,


en los que el autor/traductor cede una creación original derivada de otra obra
para su explotación que como tal goza de protección intelectual, sólo aparezca
reflejada la remuneración pactada y calculada a tanto alzado, sin hacer mención
al porcentaje en los beneficios de la explotación generados por su traducción en
caso de posteriores ediciones o impresiones de la misma.

Así, uno de los problemas fundamentales a los que se enfrentan los traductores
es que su remuneración se pacte y quede reflejada en el correspondiente con-
trato de edición correctamente.

En infinidad de casos, debido tanto al lógico desconocimiento de los traductores


de las leyes que les asisten, como a la firma de contratos tipo mal redactados,
incluso a la picardía de determinadas editoriales, esto supone que traductores
que cobraron, por ejemplo en 1.998 una cantidad por la traducción de una obra,
en 2.003 y a pesar de que su obra va por la 3a o 4a edición y se sigue explotando,
ellos nunca han recibido liquidación alguna por los derechos de autor genera-
dos a partir de la 2a edición, ni por supuesto han recibido la correspondiente
remuneración. El tiempo y desconocimiento de los traductores juega a favor
de determinadas editoriales ya que algunas de estas reclamaciones nunca se
presentan.

El propósito último del artículo 46 del TRLPI es defender los derechos econó-
micos del autor, y por ende del traductor como creador original, tratando de
evitar con la implantación del cálculo proporcional que se produzca una situa-
ción abusiva como la derivada de un éxito de ventas inesperado y desmesurado
que incremente los beneficios del cesionario sin un aumento correlativo para
el autor.

- 77 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Este propósito de velar por los intereses económicos queda patente con la in-
clusión del artículo 47 del TRLPI de la “Acción de revisión por remuneración no
equitativa” que establece como derecho del autor que recibió por la cesión de
su obra una cantidad a tanto alzado, proceder a la petición de una revisión del
contrato y, en defecto de acuerdo, acudir al Juez para que determine una remu-
neración equitativa de acuerdo a las circunstancia especiales del caso.

Así pues, teniendo en cuenta que el ya mencionado artículo 46 establece cla-


ramente que de forma excepcional la remuneración podrá establecerse a tanto
alzado y que esta excepción, sólo será de aplicación para primera o única edi-
ción de las obras derivadas de una traducción, es obvio que si se produjeran
ediciones posteriores el cálculo de la remuneración respecto a una segunda y
posteriores ediciones, quedará sujeto a la norma general.

Y porque claramente el legislador pretende defender a todos por igual y una


modificación legal presupone una mejora del contenido y mayor eficacia en el
cumplimiento de lo en ella establecido, ha de afectar por igual a cualquier acto
realizado a su amparo y a las partes en él implicadas.

Es pues interesante pararse a pensar lo que ocurre con la 2a o sucesivas edicio-


nes de traducciones de obras literarias cedidas al amparo de la antigua Ley pero
realizadas con posterioridad a 1.987, y la importancia que tiene en estos casos
el artículo 47 de la vigente Ley, esto es, el derecho al ejercicio de la llamada
acción de revisión por remuneración no equitativa, que actúa como mecanismo
corrector e caso de desequilibrio entre el beneficio derivado de la explotación
de una obra obtenido por el editor, y lo que al autor como creador de la misma,
debe corresponder.

Estas reediciones (2a, 10a o 25a edición) posteriores a 1.987 no sólo por su tem-
poralidad deben suponerse actos sujetos a lo legalmente establecido por la ac-

- 78 -
Carlos Muñoz Viada

tual Ley, sino porque su explotación supone para el cesionario unos beneficios.

De nuevo debido tanto al lógico desconocimiento de los traductores de las leyes


que les asisten, como y hablando desde la experiencia, por desgracia y salvo
excepciones, la practica editorial, no sólo desde la entrada en vigor del nuevo
reglamento jurídico sino hasta hoy mismo, lo que ocurre es que el autor no
participa en los ingresos generados por la explotación de su obra, aunque así
debería ser si nos atendemos a lo legalmente establecido.

En estos casos se producen una clara situación de desequilibrio, que da lugar al


ejercicio del derecho de revisión que asiste al autor en estos casos.

Hemos defendido los derechos económicos de traductores de obras cedidas al


amparo de la antigua ley para la explotación de sus traducciones, una defensa
que como es lógico sólo cabe para reediciones posteriores a la entrada en vi-
gor de la ley y no para las que se hubieran realizado antes, y en algunos casos
hemos logrado éxito en negociaciones y procesos judiciales, en los que los tra-
ductores han recibido de la editorial las liquidaciones y abono de los derechos
económicos correspondientes a estas reediciones, consistente en un porcentaje
de participación en los beneficios de explotación generados desde ese año y de
aplicación en el futuro.

Poco podemos decir a la hora de establecer la cuantía de la remuneración, pues


como decíamos antes, depende de multitud de condicionantes, pero no que-
remos dejar de reproducir las tarifas mínimas recomendadas por las Sección
Autónoma de Traductores de la Asociación Colegial de Escritores de España
(ACEtt), en cuya página web se recoge lo siguiente:

- 79 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

“Tarifas mínimas 2006

Recomendación general

Según el acuerdo suscrito entre la Federación de Gremios de Editores de España


y la Sección autónoma de Traductores de Libros de ACE sobre modelos orien-
tativos de contratos de traducción, la remuneración de las traducciones se hace
en forma de “anticipo de derechos que puedan corresponder por la edición de
la obra”. El traductor cobrará una parte de dicho anticipo (sugerimos que la
mitad) en el momento de entregar la traducción y el resto cuando el editor dé
su conformidad a la traducción (en un plazo que no debería ser superior a los
treinta días).

Contratos con derechos

A falta de acuerdos con los editores, nuestra asociación publica, difunde y re-
comienda las presentes tarifas mínimas, aplicables al anticipo de derechos de
autor.

Aprovechando el cambio de la peseta al euro y para simplificar los cálculos,


sugerimos que se olvide la antigua plantilla de 2.100 o 1.800 matrices y se pase
a utilizar como unidad de cálculo las 1.000 palabras (o la palabra para textos
breves, como los de prensa). No obstante, en caso de glosarios, índices, mapas
y, por supuesto, poesía o teatro —es decir, siempre que estas tarifas por pa-
labras no sean medidas adecuadas para valorar el trabajo realizado— deberá
acordarse con la editorial otra distinta y muy superior.

El pequeño incremento de las tarifas en euros respecto a las antiguas tarifas en


pesetas es consecuencia de la correspondiente revisión anual.

- 80 -
Carlos Muñoz Viada

Obras clásicas
Lenguas Libros contem- o difíciles (que Tarifas prensa
poráneos sencillos exijan documen-
tación, etc.)

Inglés y lenguas 35 € /1000 50 € / 1000


0,09 € / palabra
romances palabras palabras

Alemán, lenguas
germánicas, 40 € / 1000 57 € / 1000
0,10 € / palabra
rumano y griego palabras palabras
moderno
Lenguas clásicas,
45 € / 1000 64 € / 1000 011 € / 1000
eslavas, semíticas y
palabras palabras palabra
vascuence
Idiomas ideográfi-
60 € / 1000 85 € / 1000 0,16 € / 1000
cos, otras lenguas
palabras palabras palabra
orientales

En caso de que el editor insista en utilizar la antigua plantilla de 2.100 carácte-


res, recomendamos las siguientes tarifas (para páginas con un número variable
de palabras, con una media en torno a las 300 palabras)

Tarifa mínima para Tarifa mínima para tra-


Lenguas
obras sencillas ducciones difíciles
Inglés y lenguas romances 10,5 € / página 15 € / página
Alemán, lenguas germá-
nicas, rumano y griego 12 € / página 17,1 € / página
moderno
Lenguas clásicas, eslavas,
13,5 € / página 19,2 € / página
semíticas y vascuence
Idiomas ideográficos,
18 € / página 25,5 € / página
otras lenguas orientales

- 81 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Contratos a tanto alzado

Para los contratos a tanto alzado, que sólo son aplicables a la primera y única
edición de un libro, la inexistencia de derechos de autor proporcionales tiene
que compensarse mediante la aplicación de una tarifa por página superior. Se
recomienda que en este caso utilice la tarifa de prensa.

Porcentajes de derechos

Dado que el anticipo percibido se cobra a cuenta de un porcentaje de los de-


rechos que devengue el libro, se recomiendan los siguientes porcentajes míni-
mos:

Autores de dominio público Entre el 5 y el 7 por ciento, según la tirada

Ediciones críticas o similares 10 por ciento


Entre el 1,5 y el 3 por ciento, según la
Autores con derechos vivos
tirada

Para las modalidades de edición que no sean tapa dura o rústica —ediciones
económicas o de bolsillo, club, fascículos, lujo, etc.— se recomienda que el por-
centaje en el caso de autores con derechos vivos no sea inferior al 1 por ciento y
en el caso de autores de dominio público no sea inferior al 3 por ciento.

Encargos urgentes

Se recomienda el 30 por ciento de recargo sobre la tarifa correspondiente. Se


entiende por encargo urgente aquel que deba realizarse en las 24 horas siguien-
tes al momento de su aceptación o que requiera un rendimiento superior a las 8
páginas por día o las 40 páginas semanales.

- 82 -
Carlos Muñoz Viada

Revisión de traducciones ajenas

Ante la imposibilidad de fijar unos baremos mínimos para revisión de tradu-


cciones ajenas, se recomienda la facturación de honorarios por hora, de acuer-
do con una evaluación previa del rendimiento necesario para llevar a cabo la
revisión.

Asistencia jurídica para contratos

Se recomienda a los socios de ACEtt que acudan a los servicios jurídicos en


Madrid y Barcelona para cualquier duda relativa a la firma de un contrato de
traducción”.

Desde aquí queremos hacer constar que estamos totalmente a favor de iniciati-
vas como ésta, cuya finalidad es por un lado asesorar sobre las tarifas reales de
mercado para esta actividad concreta, y por otro intentar unificar un poco un
mercado tan disperso.

I. 6) El plazo para la puesta en circulación de los ejemplares de la


única o primera edición, que no podrá exceder de dos años conta-
dos desde que el Autor entregue al Editor la obra en condiciones
adecuadas para realizar la reproducción de la misma:

En este apartado el Legislador establece un tiempo máximo para que el Editor


cumpla con la obligación de llevar a cabo la reproducción de la obra.

Este plazo, que tiene un carácter prudencial, se debe considerar establecido a


favor del Autor, debiendo descartarse todo aspecto dispositivo y negociable en-
tre las partes.

- 83 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

A la hora de fijar las fechas de publicación, es perfectamente lícito que estas res-
pondan a situaciones reales convenidas por las partes, y que pueden referirse
a momentos adecuados de publicación dada las características singulares de la
obra: fiestas navideñas, ferias del libro, cambios legislativos, etc.

En la práctica de los contratos de edición, lo normal es que la editorial esta-


blezca una cláusula otorgándose el plazo máximo que la Ley le autoriza, y que
asciende, como hemos señalado anteriormente, a dos años a contar desde el
momento en el que el autor entregue al editor la obra en condiciones para ser
reproducida.

Así, nos encontraremos con cláusulas del tipo: “El EDITOR se obliga a poner
a la venta, en el plazo máximo de dos años, la primera edición de la obra
contratada”.

En nuestra opinión, si el autor no ha recibido ninguna cantidad en concepto


de anticipo, que el editor le pueda retener la obra durante dos años, para luego
decidir que no la edita, y que entonces tenga que buscarse un nuevo editor, y
pasar por el mismo proceso de otros dos años, supone demasiado tiempo y un
perjuicio demasiado grande para un autor, por lo que, sin olvidar que la Ley am-
para al editor para un periodo de hasta dos años, nuestra recomendación sería
reducir este plazo a un máximo de un año, y hacerlo constar así en el contrato.

I. 7) El plazo en que el Autor deberá entregar el original de su obra


al Editor:

Debemos tener en cuenta que también figura como obligación del autor, en el
artículo 65.1o del TRLPI, entregar al editor la obra objeto de la publicación en
debida forma para su reproducción y dentro del plazo convenido.

- 84 -
Carlos Muñoz Viada

Esta obligación consiste en determinar el instante en el que, una vez firmado el


contrato, debe el autor entregar al editor la obra en perfectas condiciones para
su reproducción, es decir, el momento en el tiene que cumplir con la obligación
de entrega del soporte en el que consta la obra objeto de su ingenio.

El plazo comenzará a contarse desde la firma del contrato, y trascurrido el mis-


mo sin efectuar por parte del autor la entrega de la obra, nos encontraríamos
ante un incumplimiento contractual, que podría dar lugar al editor a solicitar
una indemnización económica por los daños y perjuicios que este hecho le haya
podido ocasionar.

En algunos contratos se prevé este supuesto perjuicio, fijándose en el mismo


una cláusula con la penalización que el retraso en la entrega pueda ocasionar,
como ocurre en la siguiente: “Si la entrega de la traducción se realizara des-
pués de la fecha indicada, se retraerá del primer pago la suma de XX Euros
por cada semana o fracción de semana de retraso”.

Sin embargo, en la mayoría de los casos nos encontramos con contratos cuyas
cláusulas establecen solamente lo siguiente: “El AUTOR se obliga a entregar al
EDITOR el original de la obra objeto del presente contrato, totalmente acaba-
da y en condiciones de ser reproducida, antes del DD de MMM de AAAA”, sin
establecer consecuencias ni penalizaciones concretas para el supuesto de que el
autor incumpla con el plazo.

En cualquier caso, conviene señalar, como dice Rodríguez Tapia6, que “se en-
tiende que la obra, que no puede ser futura, ya existe al tiempo de contratar”,
por lo que estaríamos hablando del tiempo que será necesario para que el autor
pueda confeccionar o terminar pequeños detalles de su obra.

Además, en otros muchos casos, la entrega del original por parte del autor es si-

- 85 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

multanea a la firma del contrato de edición, circunstancia que se debería hacer


constar en el propio contrato con alguna cláusula del siguiente tipo: “El AUTOR
entrega en éste acto al EDITOR la obra terminada, objeto del presente contrato,
que lleva por título provisional “ZZZ”.

II. EL CONTRATO DE EDICIÓN EN FORMA DE LIBRO.

Cuando se vaya a realizar la edición de una obra en forma de libro, además de


los requisitos mínimos antes establecidos, el T.R.L.P.I. exige que el contrato
refleje otros extremos también obligatorios.

Artículo 62: “1. Cuando se trate de la edición de una obra en forma de libro, el
contrato deberá expresar, además, los siguientes extremos:

a) La lengua o lenguas en que ha de publicarse la obra.

c) La modalidad o modalidades de edición y, en su caso, la colección de la que


formarán parte.

2. La falta de expresión de la lengua o lenguas en que haya de publicarse la obra


sólo dará derecho al editor a publicarla en el idioma original de la misma.

3. Cuando el contrato establezca la edición de una obra en varias lenguas


españolas oficiales, la publicación en una de ellas no exime al editor de la obli-
gación de su publicación en las demás. Si transcurridos cinco años desde que
el autor entregue la obra, el editor no la hubiese publicado en todas las lenguas
previstas en el contrato, el autor podrá resolverlo respecto de las lenguas en las
que no se haya publicado.

6. JORDI CALSAMIGLIA BLANCAFORT: “El contrato de edición”.

- 86 -
Carlos Muñoz Viada

4. Lo dispuesto en el apartado anterior se aplicará también para las traduccio-


nes de las obras extranjeras en España.”

A continuación iremos viendo cada uno de éstas exigencias:

II. a) La lengua o lenguas en que ha de publicarse la obra:

Cuando el contrato de edición lo sea para la publicación de la obra en forma de


libro, el legislador invita a que se realice una enumeración de las lenguas en las
que va a ser publicada. La falta de acuerdo entre Autor y Editor sólo dará de-
recho a este último a publicarla únicamente en el idioma original de la misma.

Sin embargo, si se pactó la publicación en varias lenguas españolas oficiales, el


hecho de su publicación en una de ellas no exime ni libera al editor de su pu-
blicación en las demás, conforme a lo dispuesto en el artículo 1258 del Código
Civil.

El precepto señala que si han transcurrido cinco años desde que el Autor entre-
gase la obra, y el Editor no la hubiere publicado en todas las lenguas previstas,
el Autor podrá resolverlo respecto de las lenguas no publicadas.

Normalmente, los editores, con independencia de sus verdaderas intenciones


en el momento de suscribir el contrato, suele fijar en el mismo una cláusula
donde se hace constar lo siguiente: “El AUTOR cede en exclusiva al EDITOR los
derechos de reproducción, publicación, distribución y venta de la obra objeto
del presente contrato, en forma de libro, en idioma castellano, y en cualquiera
de las lenguas del Estado español [...]”.

- 87 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

II. b) El anticipo a recibir por el Autor:

De la simple lectura del precepto se deduce su sentido enunciativo y potestati-


vo, por lo que se le puede considerar como un requisito de carácter innecesario.

En cualquier caso, el anticipo significa un adelanto sobre la remuneración del


autor que se establecerá conforme a lo dispuesto en el artículo 46 de la Ley,
siendo éste requisito el que tiene el carácter de imprescindible.

Además, en el artículo 59.2 se indica que la remuneración que pudiera con-


venirse en el contrato de encargo de obra, si luego se realiza un contrato de
edición, se considerará como anticipo de los derechos de autor en ese contrato.

Ello pone de relieve la especial matización del anticipo en el contrato de edi-


ción, quizá como una concesión tuitiva a favor del autor.

Es cierto que la recepción de un anticipo se produce a la firma de determinados


contratos, pero la realidad es que es una circunstancia minoritaria, aplicable
sólo a un relativamente pequeño porcentaje de autores, cuyas obras son las que
más ventas alcanzan en el mercado.

Es más común este anticipo cuando se trata de obras de encargo, donde es nor-
mal encontrar cláusulas como la que a continuación recogemos: “El EDITOR
pagará a los AUTORES, como anticipo de los derechos que les correspondan
por la edición de la Obra encargada, la cantidad de XXX Euros, que se liqui-
darán a la firma del presente contrato”.

Y también es frecuente en los contratos de traducción y edición de alguna obra


de autor extranjero, donde es frecuente encontrarse cláusulas del siguiente te-
nor: “El EDITOR pagará al TRADUCTOR EEE Euros por folio de 2.100 matri-

- 88 -
Carlos Muñoz Viada

ces en concepto de anticipo sobre una regalía del X% del P.V.P. sin IVA de los
ejemplares efectivamente vendidos y en liquidaciones anuales. El adelanto se
pagará dentro de los 45 días a la entrega de la traducción”.

II. c) La modalidad o modalidades de edición.

Las modalidades de edición hacen referencia a las distintas formas de realizar los li-
bros o a los distintos modos de confeccionar la edición.

Se trata de tener en cuenta los distintos aspectos de la reproducción o las característi-


cas de la proyección gráfica, diferenciando en la práctica editorial si la publicación se
hará en rústica o en encuadernación cartoné.

En una segunda matización de las modalidades de edición nos encontramos con la


vertiente de la distribución del libro, lo que en opinión de algunos, puede ser de mayor
trascendencia jurídica.

En la práctica de los contratos de edición, lo más frecuente es encontrar cláusulas


genéricas, en las cuales el editor enumera vagamente y de la forma más amplia posi-
ble las modalidades de edición, como ocurre con esta que reproducimos a continua-
ción: “La cesión se entiende que abarca el derecho de editar, reproducir, distribuir y
vender dicha obra aisladamente o en colección con otras del AUTOR que el EDITOR
tenga contratadas, en todas las modalidades de edición en forma de libro, incluyen-
do tapa dura, rústica, ediciones económicas o de bolsillo, club, quiosco, libro electró-
nico, y la distribución de la obra por medios electrónicos (Internet, medios digitales,
etc.)”. El mismo contrato añade a continuación: “Para los efectos del presente contra-
to, debe entenderse por “modalidades” todas las formas que el libro pueda revestir,
salvo los meros factores accesorios o aditamentos, que no cambiarán la modalidad
originaria. Por consiguiente, se comprenden en la cesión, además, cualesquiera
otras modalidades de edición no contempladas expresamente en éste contrato [...]”

- 89 -
Carlos Muñoz Viada

V. DERECHOS Y OBLIGACIONES DEL CONTRATO


DE EDICIÓN

Las obligaciones que atañen al editor con ocasión del contrato de edición no
tienen porque derivar de éste necesariamente. Ya señalaba Desantes7 que “hay
obligaciones que derivan de la Ley a propósito o con motivo del contrato de
edición, aunque la voluntad que ha intervenido en la creación del contrato no
haya originado la obligación”.

En cuanto a la sistematización de las obligaciones que afectan al editor, vere-


mos a continuación como el artículo 64 del TRLPI, dentro de la regulación del
contrato de edición, hace una enumeración de las mismas.

Pero además, el editor, en cuanto explotador de la obra, estará sujeto a todas


aquellas obligaciones que la Ley prevea como aplicables a los cesionarios de
derechos sobre la obra con esa finalidad industrial.

7. JOSÉ MARÍA DESANTES GUANTER: “La relación contractual entre autor y editor”

- 91 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Y aparte, nos encontramos con que el editor puede contraer específicas obliga-
ciones en el contrato, éstas puramente convencionales.

Así, podemos dividir las obligaciones de la siguiente manera:

Obligaciones legales imperativas derivadas del propio concepto de


contrato: Son obligaciones impuestas por la Ley con carácter imperativo, pero
que derivan de la propia naturaleza del contrato y de la finalidad perseguida por
éste. Dentro de estas obligaciones absolutamente necesarias para que el contra-
to de edición pueda ser tenido como tal son:

- Reproducción, que comprende las actividades de impresión, publicidad y


venta, y que junto a la distribución, constituyen el contenido esencial del con-
trato de edición.

- Constancia del nombre del autor, que no es sino para respetar el derecho
moral del autor a la paternidad de la obra.

- Remuneración, ya que la onerosidad es un elemento esencial del contrato,


cuya necesidad viene impuesta por la Ley.

Obligaciones legales imperativas, pero modulables en el contrato:


Son aquellas obligaciones que, siendo impuestas por la Ley, queda al arbitrio de
las partes su contenido concreto, o el modo en que éste será desarrollado en la
práctica, y serán las siguientes:

- La remuneración, cuya necesidad viene impuesta por la Ley, pero su consis-


tencia será determinada por las partes. La regla general establecida en el artículo
46 del TRLPI prevé una remuneración proporcional, y sólo permite el pago a
tanto alzado en casos determinados. En cualquier caso, la determinación del con-

- 92 -
Carlos Muñoz Viada

creto porcentaje se deja al arbitrio de las partes contratantes.

- La información, que siendo también una obligación impuesta por la Ley, la


forma en que se lleve a cabo puede ser determinada el contrato.

- La distribución, cuyas condiciones también deberán fijarse en el contrato,
haciendo referencia a los diferentes canales o medios de distribución que se
emplearán.

Obligaciones reguladas por normas dispositivas supletorias de la


voluntad de las partes: Son aquellas obligaciones que la Ley sólo prevé de
manera supletoria, en defecto de la voluntad de las partes.

- Pruebas de tirada, frente a las que cabe pacto en contrario que haga desa-
parecer la obligación del autor.

- Idioma del original, ya que la publicación en otras lenguas exige pacto al


respecto.

- Respeto al derecho de colección, cuya renuncia por parte del autor puede
pactarse en el contrato, e incluso su atribución a favor del editor.

Obligaciones puramente convencionales: Estas obligaciones son las que


encuentran su origen únicamente en el contrato, y que obedecen a la voluntad
de las partes. El único requisito para la validez de las mismas es que no contra-
vengan las prohibiciones legales, y entre las numerosas posibilidades existen-
tes, podemos citar las siguientes:

- Fijación del plazo para la corrección de pruebas de imprenta por el autor.


- 93 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

- Anticipo concedido al autor.

- Posibilidad de compelerse para la formalización del contrato ante no-


tario.

- Atribución al editor de facultades para la defensa de la obra frente a ac-


tuaciones perjudiciales de terceros.

- Ejemplares que se obliga el editor a entregar gratuitamente al autor.

- Fechas en las que el editor efectuará las liquidaciones.

- Pacto de abstención del editor de publicar obras de igual temática o con-


tenido, especialmente cuando se trate de textos para la enseñanza.

LAS OBLIGACIONES IMPUESTAS POR LA LEY. LOS ARTÍCULOS 64 Y


65 DEL T.R.L.P.I.

Como hemos comentado antes, algunas de las obligaciones que surgen en torno
al contrato de edición vienen enumeradas y reguladas en los artículos 64 y 65
del TRLPI, que ahora reproducimos y que, dada su importancia, pasaremos a
estudiar detenidamente en los próximos capítulos.

Así, el artículo 64 del TRLPI establece que “Son obligaciones del editor:

1º. Reproducir la obra en la forma convenida, sin introducir ninguna modifi-


cación que el autor no haya consentido y haciendo constar en los ejemplares el
nombre, firma o signo que lo identifique.

2º . Someter las pruebas de la tirada al autor, salvo pacto en contrario.

- 94 -
Carlos Muñoz Viada

3º. Proceder a la distribución de la obra en el plazo y condiciones estipulados.

4º. Asegurar a la obra una explotación continua y una difusión comercial con-
forme a los usos habituales en el sector profesional de la edición.

5º. Satisfacer al autor la remuneración estipulada y, cuando ésta sea proporcio-


nal, al menos una vez cada año, la oportuna liquidación, de cuyo contenido le
rendirá cuentas. Deberá, asimismo, poner anualmente a disposición del autor
un certificado en el que se determinen los datos relativos a la fabricación, dis-
tribución y existencias de ejemplares. A estos efectos, si el autor lo solicita, el
editor le presentará los correspondientes justificantes.

6º. Restituir al autor el original de la obra, objeto de la edición, una vez finaliza-
das las operaciones de impresión y tirada de la misma”.

Por otra parte, el artículo 65 del mismo cuerpo legal establece que “Son obliga-
ciones del autor:

1º. Entregar al editor en debida forma para su reproducción y dentro del plazo
convenido la obra objeto de la edición.

2º. Responder ante el editor de la autoría y originalidad de la obra y del ejercicio


pacífico de los derechos que le hubiese cedido.

3º. Corregir las pruebas de la tirada, salvo pacto en contrario”.

- 95 -
Carlos Muñoz Viada

VI. LAS OBLIGACIONES DEL EDITOR DERIVADAS


DEL ARTÍCULO 64 DEL TRLPI

Como hemos mencionado antes, dentro del TRLPI, en el Titulo V sobre la Trans-
misión de los derechos, y dentro del Capitulo II referido al Contrato de Edición,
nos encontramos con el artículo 64 que regula las obligaciones del editor, y que
establece lo siguiente:

“Son obligaciones del editor:

1º. Reproducir la obra en la forma convenida, sin introducir ninguna modifi-


cación que el autor no haya consentido y haciendo constar en los ejemplares el
nombre, firma o signo que lo identifique.

2º. Someter las pruebas de la tirada al autor, salvo pacto en contrario.

3º. Proceder a la distribución de la obra en el plazo y condiciones estipulados.

4º. Asegurar a la obra una explotación continua y una difusión comercial con-

- 97 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

formea los usos habituales en el sector profesional de la edición.

5º. Satisfacer al autor la remuneración estipulada y, cuando ésta sea propor-


cional, al menos una vez cada año, la oportuna liquidación, de cuyo contenido
le rendirá cuentas. Deberá, asimismo, poner anualmente a disposición del au-
tor un certificado en el que se determinen los datos relativos a la fabricación,
distribución y existencias de ejemplares. A estos efectos, si el autor lo solicita,
el editor le presentará los correspondientes justificantes.

6º. Restituir al autor el original de la obra, objeto de la edición, una vez finali-
zadas las operaciones de impresión y tirada de la misma”.

A continuación, pasamos a analizar detalladamente cada una de ellas:

1º. a) La reproducción de la Obra en la forma convenida.

El objetivo de publicación de la obra se convertirá en una de las obligaciones


más destacadas del editor, siendo una causa esencial del contrato, lo que ha
llevado a la doctrina a afirmar que si se pactara que el editor quedase en libertad
de editar o no una obra, se llegaría a un contrato sin causa, pues el autor contra-
ta para que le editan y el editor para publicar.

Con la caracterización de la reproducción como la primera de las obligaciones


del editor, y junto con la distribución, las dos principales, se refuerza la idea de
que se trata de un tipo contractual propio, distinto de otros modos de cesión de
la propiedad intelectual y, especialmente, distinto de la compraventa.

El editor utiliza esas facultades de explotación como un instrumento para obte-


ner la edición de un libro, pero no puede, a diferencia de lo que ocurre con un
propietario, decidir si las realiza o no, y en qué forma. Debe obedecer a lo pacta-

- 98 -
Carlos Muñoz Viada

do en el contrato en relación a la forma y además cumplir los plazos previstos.

Como ya hemos señalado con anterioridad, de acuerdo a lo dispuesto en el ar-


tículo 18 del TRLPI, “Se entiende por reproducción la fijación de la obra en un
medio que permita su comunicación y la obtención de copias de toda o parte
de ella”.

La publicación comprende pues la impresión, bien en los talleres de la editorial


o fuera de estos, bajo la responsabilidad del editor, y ateniéndose a las condi-
ciones pactadas en cuanto a las características de la edición. Se trata de fijar la
obra en un medio o soporte que permita su conocimiento y su comunicación, y
la obtención de copias de toda o parte de ella.

La reproducción es el presupuesto para una de las modalidades de divulgación


aludida por el artículo 4 del TRLPI, al decir que “A efectos de lo dispuesto en
la presente Ley, se entiende por divulgación de una obra toda expresión de la
misma que, con el consentimiento del autor, la haga accesible por primera vez
al público en cualquier forma; y por publicación, la divulgación que se realice
mediante la puesta a disposición del público de un número de ejemplares de
la obra que satisfaga razonablemente sus necesidades estimadas de acuerdo
con la naturaleza y finalidad de la misma”. La reproducción es el medio de
lograr esta multiplicidad de ejemplares, y a ésta interpretación de operación de
“obtención de copias” hace referencia el artículo 18.

Ya en la antigua Ley de Propiedad Intelectual de 1879, la primera obligación del


editor era llevar a cabo un conjunto de actos que pudiesen constituir la publicación
de la obra. Publicar se identificaba con imprimir, y se confundía con la misma causa
del contrato. La publicación tendría por objeto la puesta a disposición del público
de un número suficiente de ejemplares del libro, gracias a su impresión, y esta ven-
dría determinada por una serie de actuaciones técnicas que darían lugar al libro.

- 99 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

El derogado artículo 20.1.b de la Ley del Libro era contundente al proclamar


que “el contrato de edición sólo atribuye al editor el derecho de publicar la
obra en la forma de explotación editorial y condiciones estipuladas”. Derecho,
sin embargo, que asumía carácter de obligación en su también derogado artícu-
lo 20.3, ya que el editor estaba obligado a “realizar en el plazo pactado, la edi-
ción de la obra, de conformidad con el original, bajo el nombre o seudónimo
del autor, en la lengua o lenguas convenidas”.

La configuración de la reproducción como obligación primigenia del editor se


vértebra a través de la doctrina nacional y extranjera, y se consagra en las legis-
laciones, dotándola todas de esa nota de esencialidad, y siendo en todas consus-
tancial en el contrato editorial.

Por lo que respecta a la “forma” de edición, no cabe duda de que se trata de un


aspecto fundamental y determinante, del que dependerán los costes de produ-
cción, el modo de distribución, el precio de venta al público, etc.

En una edición de lujo, por ejemplo, el papel utilizado, la portada, o los tipos de
impresión, serán de mejor calidad, lo cual obviamente elevará de modo consi-
derable los costes de producción, y con ello, el precio al que se comercializará.

El razonamiento inverso es válido para ediciones populares de libros de bol-


sillo, que permiten lanzar al mercado un mayor número de ejemplares a un
menor precio de venta al público.

En la práctica de los contratos de edición, en la cláusula donde se determinan


las modalidades de edición, lo normal es que, más allá de una mención genéri-
ca, no se especifiquen más detalles sobre el formato de la obra, tales como el
tipo de caracteres que se usarán, la clase de papel que se empleará, o el número
máximo o mínimo de páginas de que constará, siendo lo habitual que se dejen

- 100-
Carlos Muñoz Viada

estos aspectos a los usos y costumbres del sector.

Habitualmente, las cláusulas contractuales relativas a la forma de la edición


suelen expresarse en los siguientes términos:

“La cesión se entiende hecha con carácter exclusivo, en cualquiera de los posi-
bles sistemas de comercialización, para las siguientes modalidades de edición:

a) Tapa dura o cartoné.


b) Rústica.
c) Ediciones económicas o de bolsillo.”

O mediante fórmulas más extensas y complejas, del tenor de las siguientes:

- “La cesión que por el presente contrato se lleva a efecto, lo es para todo el
mundo. Las modalidades de las ediciones que el EDITOR podrá llevar a efecto
en virtud de éste contrato son las siguientes:

a) FORMATO LIBRO, entendiéndose por tal, la reproducción impresa, tanto


en forma parcial, como total, en publicaciones periódicas o forma resumida,
abreviada o compendiada, en cualquier calidad (tapa dura, rústica, ediciones
de bolsillo u otros) según la coyuntura del mercado, y de acuerdo con los usos
vigentes en es sector profesional para las obras del género de la OBRA objeto
de éste contrato.

b) VERSIONES ELECTRÓNICAS. Entendiéndose por tales aquellas que inclu-


yan todo o parte de la obra en forma visual para su lectura junto con sonidos
e imágenes, en cualquier Soporte Electrónico en su más amplio sentido, tanto
conocido como por conocer y desarrollar”.

- 101 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

- “La cesión se entiende que abarca el derecho de editar dicha obra aislada-
mente o en colección con otras del AUTOR que el EDITOR pueda contratar, en
todas las modalidades de edición en forma de libro, incluyendo “tapa dura”,
“rústica”, “ediciones económicas o de bolsillo”, “club” (teniendo en cuenta que
el cambio de modalidad no debe variar los porcentajes por derechos de autor
acordados en la cláusula segunda de éste contrato), etc. Para los efectos del
presente contrato, debe entenderse por “modalidades” todas las formas que el
libro pueda revestir, salvo los meros factores accesorios o aditamentos, que no
cambiarán la modalidad originaria. Por consiguiente, se comprende en la ce-
sión, además, cualquier otra modalidad de edición no prevista expresamente
en el contrato y que pudiera considerarse conveniente para que EL EDITOR
lleve a cabo una mejor promoción y venta de la obra”.

También es normal que en los contratos se introduzcan cláusulas donde se re-


fleja que será el editor el que decida la forma en la que se reproducirá la obra,
como es el caso de las que reproducimos a continuación.

- “Queda a criterio del EDITOR, y a su cargo, la presentación gráfica de la


obra: es decir, tipos a emplear, formato, número de páginas, colores, encua-
dernación, ilustraciones y cuantos elementos intervienen en el libro impreso
aparte del texto”.

- “El formato, presentación y precio de venta serán determinados por el


editor”.

- “El EDITOR se reserva el derecho de diseñar la OBRA en todos sus aspectos,


como son la disposición gráfica, el formato, la encuadernación, la portada,
etc., así como a elegir los materiales que considere más adecuados para su
publicación”.

- 102-
Carlos Muñoz Viada

- “El EDITOR determinará libremente tanto el precio de venta al distribui-


dor como el precio de venta al público de los ejemplares de la OBRA materia
de éste contrato, pudiendo modificar de conformidad con las necesidades que
imponga el mercado. Podrá asimismo fijar condiciones especiales de venta
cuando se trate de ventas masivas o como resultado de licitaciones públicas
o privadas”.

1º. b) No introducir ninguna modificación que el autor no haya consentido.

De entrada hay que recordar que siempre será el autor, sea o no parte del
contrato, quien tendrá que autorizar cualquier modificación sobre su obra.

Esta obligación que se impone al editor no es más que el reflejo del principio
que se estima presente en la Ley de Propiedad Intelectual, que se corresponde
con el derecho del autor a gozar de la integridad de su obra en virtud del ingenio
creador del mismo, y que actualmente está consagrado en el apartado 4o del
artículo 14 del TRLPI, donde se le otorga al autor el derecho a exigir el respeto a
la integridad de la obra e impedir cualquier modificación de ésta.

Además, el Tribunal Supremo ha afirmado esa conexión entre integridad y de-


recho moral en la Sentencia 5326, de 14 de octubre de 1.983, donde declara que
“el derecho de autor, manifestado en el doble aspecto que la jurisprudencia y
doctrina señalan, es decir, el patrimonial y el moral, faceta ésta que en esencia
se traduce en el derecho personalísimo que el titular tiene a la paternidad de
su obra, a que la misma no se deforme ni mutile y a reproducirla”.

Es decir, que una vez aceptado el original por el editor como tal, debe mante-
nerse la obligación de respeto al mismo.

- 103-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Rams Albesa8 advierte que “la integridad, en el plano normativo y dogmático,


no ha sido pensada más que para las obras susceptibles de repetición sin me-
noscabo del original plasmado [...] y de ningún modo para las obras plásticas
únicas”.

Pérez de Ontiveros9 considera que el derecho al respeto de la integridad de la


obra “implicaría no sólo que la obra sea conocida tal y como fue concebida por
su autor, sino también que sea mantenida en tal estado perpetuamente, ya que
su creador es el único capaz de introducir modificaciones o alteraciones en la
misma”.

La realidad es que el editor sí tiene una posibilidad de modificar la obra, pero es


tan mínima, que en realidad no puede ser considerada una verdadera modifi-
cación. Se trataría de lo que se suele llamar “modificaciones justificadas”, y que
son meras correcciones ortográficas o de correcciones tipográficas.

En resumen, se trata de la obligación de respetar el espíritu de la obra, ya que es


tarea del editor el velar por no denigrar la obra ni depreciarla indirectamente.

La legitimación para reclamar el cumplimiento de la obligación de integridad


por la vía del artículo 64.1 del TRLPI es sólo de quien sea parte del contrato,
mientras que la legitimación de las partes no intervinientes en el contrato para
entablar acciones con la misma finalidad debe encontrar apoyo en el artículo
14 del TRLPI que protege los derechos morales del autor. Es decir, el artículo
14.4 presenta el derecho genérico a exigir el respeto a la integridad de la obra,
mientras que el artículo 64 hace una aplicación específica al ámbito contractual.

8. JOAQUIN RAMS ALBESA: “En torno a los derechos morales de los creadores”.
9. CARMEN PEREZ DE ONTIVEROS BAQUERO: “Derecho de autor: la facultad de decidir la divul-
gación”.

- 104-
Carlos Muñoz Viada

En la práctica habitual, nos podemos encontrar con cláusulas alusivas a este


tema redactadas con el siguiente tenor:

- “El editor no podrá introducir en la obra ninguna clase de alteraciones, mo-


dificaciones, adiciones o supresiones sin contar con la autorización expresa
del autor”.

- “El EDITOR no podrá introducir ningún cambio ni alteración en el texto en-


tregado por el AUTOR, salvo que éste lo autorice expresamente”.

1º. c) Debe constar en los ejemplares, el nombre, firma o signo que iden-
tifique al autor:

Indicar el nombre del autor supone la obligación del editor de hacer constar la
paternidad bajo la cual el autor quiere que aparezca su obra, en todos y cada
uno de los ejemplares.

Esta obligación es una constante en todos los ordenamientos y en todas las le-
gislaciones y tratados, y está en relación directa con el derecho moral del autor.

Además, la obligación de hacer constar la paternidad de la obra no decae con


el transcurso del tiempo, e incluso se mantiene una vez que la obra ha pasado a
formar parte del dominio público.

Esta obligación entronca, como decíamos, con varios de los derechos morales
reconocidos en el artículo 14 del TRLPI:

- El derecho moral del autor a su reconocimiento como tal (art. 14.3o).

- El derecho a determinar si la obra debe divulgarse bajo su nombre, o bajo

- 105-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

seudónimo o anónimo (art. 14.2o).

- La facultad de decidir la divulgación o no de la obra (art. 14.1o).

La transgresión de ésta obligación por el editor daría lugar a la acción correctiva


por parte del autor, no sólo porque vulneraría su condición de autor de la obra
(art. 14.3o), sino porque también acontecería un incumplimiento contractual,
lo que surgiría siempre tratándose de un cedente de la obra.

Igualmente, la redacción de éste precepto se corresponde con la del primer epí-


grafe del artículo 6o del TRLPI, donde se afirma que se presumirá autor, salvo
prueba en contrario, a quien aparezca como tal en la obra, mediante su nombre,
firma o signo que lo identifique.

Y por eso, habrá que determinar contractualmente la forma de aplicación de ese


derecho moral, según la forma que el autor haya modalizado su ejercicio, que
podrá ser de dos formas:

Autoría explícita.

En el caso de que el autor quiera utilizar su propio nombre, el editor tendrá que
fijar el mismo en los ejemplares de la obra, así como en los catálogos o en los
actos de publicidad y difusión que efectúe.

En este caso, el nombre al que aludimos es el nombre civil, que será el que cons-
te en el Registro Civil correspondiente, y que estará formado por los apellidos
registrales.

En cuanto a la forma en la que el editor debe cumplir con ésta obligación, ya el


Convenio de Berna hacía alusión a que “su nombre aparezca estampado en la

- 106-
Carlos Muñoz Viada

obra en la forma usual”, sin entrar en más detalles.

Según Lacrúz Mantecón10, todo esto se puede resumir en los siguientes paráme-
tros de la forma de cumplimiento de la obligación por parte del editor:

- El nombre del autor debe aparecer en todos y cada uno de los ejemplares de
la obra.

- El nombre aparecerá en la forma usual, y esto implica que el nombre se impri-


ma en forma suficientemente destacada, y según las buenas reglas de la técnica
editorial, debiendo ser visible.

- Como regla general, deberá constar en la tapa o cubierta del ejemplar, en la


portada interior, portadilla o “frontispicio interno”, y en el lomo.

Sin embargo, hay que señalar que habitualmente son el formato editorial ele-
gido y la naturaleza temática de la obra las que determinarán la forma en la
que se imprima el nombre del autor. Por ejemplo, si la obra forma parte de
una colección, el autor figurará de la misma manera que los otros autores de la
colección, posiblemente con el mismo tipo de letra y presentación utilizados en
todos ellos.

La realidad es que la aparición del nombre del autor no tiene lugar del mismo
modo en todos los casos, pero cualquiera de ellos será válido siempre que el
nombre aparezca de modo y manera que pueda ser visto por el adquiriente en
el momento de ir a realizar la compra.

10. MIGUEL L. LACRUZ MANTECÓN: “Las obligaciones del editor en el contrato de edición literaria”.

- 107 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Todo lo expuesto será también de aplicación a los casos de obras en colabora-


ción, en las que deberán hacerse constar el nombre de todos los coautores. En
éstas, el único problema puede ser el de determinar el orden en el que deberán
constar los nombres de todos ellos, que podrá ser en orden alfabético, en fun-
ción de la antigüedad académica o profesional de los autores, etc.

En el caso de las obras colectivas la situación es distinta, porque lo frecuente es


que en la portada solo se refleje el nombre del director de la publicación, y que
el copyright vaya solo a nombre del editor o divulgador tenedor de los derechos
sobre la obra, y no al de los autores.

La postura de nuestra jurisprudencia reafirma la obligación de declarar la au-


toría de la obra, pero permite cierta libertad en el modo de llevarla a cabo, aun-
que prime la postura de la visibilidad externa en el propio volumen.

Así se refleja, entre otras, en la Sentencia de la Sala 5a del Tribunal Supremo


de 5 de junio de 1.987, donde podemos leer: “[...] conviene recordar que la
eventual adquisición por la Administración de la propiedad intelectual de las
obras científicas producidas en el ámbito de la organización pública [...] resul-
tan perfectamente compatibles con el reconocimiento y garantía del derecho
moral del autor que corresponde al que lo sea de la obra como fruto del nexo
de su paternidad intelectual. Y este reconocimiento implica el de la autoría de
los creadores, cuyo nombre debe fijarse en la obra de un modo claro y con-
cluyente, no bastando una referencia indirecta o el constar en la página de
“agradeimientos”.

En cuanto a la práctica habitual, una de las fórmulas utilizadas es la recogida


en el modelo de contrato de edición suscrito entre la Asociación Colegial de
Escritores de España (A.C.E.) y la Federación del Gremio de Editores de España
(F.G.E.E.), donde en una de sus cláusulas se dice que “El editor se obliga a que

- 108-
Carlos Muñoz Viada

figure el nombre del autor de forma destacada en todos los ejemplares de la


obra que publique y a incluir la mención internacional de reserva de propie-
dad intelectual seguida del nombre y apellidos o seudónimo del autor y el año
de la primera edición, además del copyright editorial ...”.

En otros contratos se utiliza una redacción mucho más concreta, clara y sin-
tética, que para algunos resulta preferible, y que reza así: “El nombre del autor
figurará en la cubierta y en la portada de cada uno de los ejemplares de la
obra”.

En nuestra opinión, la fórmula más completa y la que recomendamos es la si-


guiente: “El nombre del autor deberá figurar de forma destacada en la tapa
o cubierta, en la portada interior, portadilla o “frontispicio interno”, y en el
lomo de cada uno de los ejemplares de la obra que se publique. Además, el
editor se obliga a incluir la mención internacional de reserva de propiedad
intelectual seguida del nombre y apellidos o seudónimo del autor y el año de
la primera edición, además del copyright editorial”.

Los supuestos de seudonimia y anonimia.

Todo lo anteriormente expuesto es trasladable al caso de empleo por parte


del autor de un seudónimo, o de su opción por el anónimo. Sin embargo, si
cuando el autor opta por su nombre, la única obligación del editor es hacerlo
constar, si opta por el seudónimo o el anónimo, el editor tendrá, además, otras
obligaciones.

En primer lugar, estará obligado, en el caso de que el autor pretenda realmente


ocultarse tras el seudónimo o el anónimo, a guardar la correspondiente reserva.

Además, estará obligado a ejercitar los derechos del autor para evitar que éste

- 109-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

tenga que descubrirse. Espín Alba11 considera que el artículo 6.2 del TRLPI atri-
buye el ejercicio pero no la titularidad de los derechos, y ante el silencio de
dicha Ley sobre esta representación, se remite a las disposiciones del Código
Civil para el mandato, contenidas en los artículos 1.709 y siguientes de dicho
cuerpo legal.

Se trataría de un mandato representativo, al existir una legitimación represen-


tativa ex lege; y la terminación de este mandato tendría lugar, tanto para el caso
de anónimo como de seudónimo, cuando el autor ejercita su derecho moral al
reconocimiento como tal.

A efectos prácticos pasamos a reproducir una cláusula redactada en estos tér-


minos: “El Editor se obliga a que figure el pseudónimo del Autor de forma
destacada en todos los ejemplares de la obra que se publique, a incluir la in-
dicación del copyright con el año de edición y a observar las formalidades
administrativas requeridas para la circulación de la obra”.

2º. Someter las pruebas de la tirada al autor, salvo pacto en contrario.

Ya desde la antigua Ley de Propiedad Intelectual es norma de vieja raigam-


bre establecer entre las cláusulas del contrato de edición una reserva a favor
del autor del derecho de corregir las pruebas antes de la impresión de la obra.

Se trata de un uso editorial mayoritariamente seguido, por razón de su evidente


necesidad y utilidad: todo autor y todo editor saben que si no se corrigen las
pruebas de imprenta, los errores, que inevitablemente se producen por mucho
esmero que se ponga, van a ser numerosos, saliendo perjudicada la obra, y con
ello, tanto el autor como el editor.

11. ISABEL ESPIN ALBA: Op. Cit.

- 110 -
Carlos Muñoz Viada

Esto significa que en la fase de preparación del libro, y antes de su impresión


definitiva existen manipulaciones técnicas encaminadas a la reproducción de
la obra con un contenido fiel e idéntico al original, unido a ciertos matices co-
rrectivos de ese contenido, si fuera necesario. Todo ello da lugar a una o varias
correcciones de pruebas.

Resulta evidente que al legislador le preocupa que durante todo este periodo
se pueda vulnerar el derecho moral del autor a exigir el respeto a la integridad
de la obra e impedir en ella alteraciones que puedan venir por una incorrecta o
defectuosa impresión (art. 14.4o), y por ello obliga al editor a someter el texto al
autor. El editor es responsable de dicha integridad, y debe dar opción al autor
a que vigile la corrección de la reproducción, para que esta se ajuste fielmente
al original.

Espín Alba12 manifiesta que “[...] con la corrección de la tirada por parte del
propio autor, el editor recibe una garantía de que no habrá futuras protestas
acerca de una posible “deformación” del texto por su parte”.

En cualquier caso, son muchos los autores que señalan el carácter de colabo-
ración que se detecta en la corrección de las pruebas entre el autor y el editor,
pues la correcta realización de las mismas es algo que redunda en el beneficio
de ambos.

Así, vemos que aquí el contenido obligacional del editor es triple, y se podría
resumir en:

2º. a) Obligación de someter las pruebas de tirada al autor, entendiendo


esta sumisión como la mera obligación de enviar las mismas al autor.

12. ISABEL ESPIN ALBA: Op. Cit.

- 111 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Aquí el problema surge en relación al tiempo que puede dedicar el autor a ésta
labor de corrección, pues como advierten algunos, las demoras en estas tareas
por parte del autor producen serios trastornos al editor.

No existe una imposición legal para este plazo, que se deja a la voluntad de las
partes, y que recomendamos que se establezca en el contrato.

En la práctica legal nos encontramos con una amplia variedad de fórmulas re-
lativas a estos extremos. En el modelo de contrato pactado entre la A.C.E. y la
F.G.E.E., la cláusula que hace referencia al plazo de corrección aparece bajo
la mención “Cláusula opcional”, aunque expresamente recoge la obligación del
editor de remitir juegos de pruebas al autor.

A continuación reproducimos una cláusula en este sentido que se repite en va-


rios de los contratos a los que hemos tenido acceso: “El EDITOR se compromete
a remitir al autor los juegos de pruebas destinados a la corrección del texto,
comprometiéndose éste a devolverlos en el plazo de 30 días con las correccio-
nes a que hubiese lugar”.

2. b) Obligación a atenerse a las correcciones efectuadas por el autor, in-


cluyendo las de estilo.

La obra tiene que publicarse con su contenido exactamente como el autor lo


desea, por lo que el editor está obligado a atenerse a las correcciones efectuadas
por el autor, incluyendo las de estilo.

El editor no puede decidir por su cuenta cuál es la forma ortodoxa de escribir


una palabra, puesto que la finalidad del autor puede ser, precisamente, ir en
contra de la ortodoxia.

- 112 -
Carlos Muñoz Viada

Por eso nos parece más acertado utilizar una cláusula como la que reproduci-
mos a continuación, en la que se deja claro la obligación que tiene el editor de
incorporar a la obra las modificaciones realizadas por el autor: “El EDITOR se
compromete a remitir al autor los juegos de pruebas destinados a la correc-
ción del texto, comprometiéndose éste a devolverlos en el plazo de 30 días con
las correcciones a que hubiese lugar, que deberán ser incorporadas al texto”

2. c) Obligación de efectuar, por si mismo o a través del tipógrafo o impre-


sor, las correcciones necesarias para que la obra esté exenta de errores.

El editor está obligado a evitar, en la medida de lo posible, todo tipo de erro-


res tipográficos, de composición, paginación, legibilidad y buena disposición
de los caracteres. También deberá corregir los errores de ortografía y sintaxis
que pueda detectar, pero sin olvidar la obligación de respetar las incorrecciones
voluntariamente impuestas por el autor.

Esta obligación no es sino la consecuencia de la exigencia de reproducción de


la obra con arreglo a unos criterios de diligencia profesionales, que dictan un
determinado “modo de hacer”, que no admite que se imprima un texto plagado
de imperfecciones y faltas de todo tipo.

Para asegurar esa correcta publicación de la obra, algunas editoriales incluyen


una cláusula en este sentido con el siguiente tenor: “El EDITOR se reserva el
derecho de someter la OBRA a las revisiones técnicas y de estilo que estime
necesarias, siempre que no afecten al contenido de la OBRA ni al estilo propio
del AUTOR”.

3º. Proceder a la distribución de la obra en el plazo y condiciones estipu-


ladas.

- 113 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

La obligación del editor implicará poner a disposición del público el original o


las copias de la obra mediante su venta, alquiler, préstamo o de cualquier otra
forma, según expone el artículo 19 del TRLPI.

3º. a) PLAZO

En éste artículo no se establece, a priori, cual debe ser ese plazo, limitándose a
remitirse a “las condiciones pactadas y con sujeción a lo dispuesto en ésta Ley”.

No obstante, el artículo 60.6o del TRLPI determina que “El plazo para la pues-
ta en circulación de los ejemplares de la única o primera edición no podrá
exceder de dos años contados desde que el autor entregue al editor la obra en
condiciones adecuadas para realizar la reproducción de la misma”, circuns-
tancia que limita esa supuesta autonomía de la voluntad de las partes, y que ha
sido criticada por algunos autores, al considerar que ese plazo máximo puede
ser válido para determinado tipo de obras, pero no para otras.

Nosotros no estamos de acuerdo con las críticas a éste precepto, máxime si te-
nemos en cuenta las siguientes dos circunstancias:

- El plazo de dos años empieza a contar una vez ha sido entregada la obra “en
condiciones adecuadas para realizar la reproducción de la misma”, es decir, una
vez que el autor ha entregado su trabajo terminado y listo para comenzar el
proceso de reproducción y distribución. Entendemos que, sea cual sea la obra
objeto del contrato y las características de la misma, el proceso a cargo del edi-
tor nunca va a ser de duración superior a ese tiempo.

- Ya la propia Ley prevé unas excepciones para algunos casos que entiende es-
peciales. Así, en el Artículo 63 del TRLP se dice que “La limitación del plazo
prevista en el apartado 6o del artículo 60 no será de aplicación a las ediciones

- 114 -
Carlos Muñoz Viada

de los siguientes tipos de obras:

1º. Antologías de obras ajenas, diccionarios, enciclopedias y colecciones aná-


logas

2º. Prólogos, epílogos, presentaciones, introducciones, anotaciones, comenta-


rios e ilustraciones de obras ajenas”.

Así, lo que el legislador pretende es que, dentro de ese plazo máximo de vein-
ticuatro meses, autor y editor se pongan de acuerdo para fijar una fecha lími-
te antes de la cual el editor deberá haber hecho la obra accesible al público.

3º. b) CONDICIONES.

Como hemos visto con anterioridad, la diversidad de características que pueden


revestir las obras que van a ser editadas, hace recomendable y necesario su pac-
to en contrato, siendo una obligación del editor el ajustarse a ello.

Nadie pone en duda que la distribución de una obra científica tiene necesaria-
mente que ser distinta a la distribución de una novela de ficción, ya que la pri-
mera se dirige a un público especializado, que no acude a adquirir la obra a las
mismas tiendas donde podría comprar la novela de ficción más vendida del año.

Antes comentábamos la obligatoriedad impuesta por el legislador de incluir en


el contrato de edición la forma en que se distribuirían los ejemplares, y ahora,
se trata de la obligación que se le impone al editor de cumplir y ajustarse a esas
condiciones de distribución pactadas.

Así, la validez y utilidad de ésta obligación quedará condicionada por la redac-


ción en el contrato de la cláusula relativa a la distribución. Si, como veíamos

- 115 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

antes, estas cláusulas se limitan a decir algo así como: “El EDITOR podrá ejer-
citar los derechos de distribución y venta en todos los canales de distribución
existentes o que existan en el futuro”, o la misma que reseñábamos en relación
al contenido mínimo del contrato de: “Los AUTORES declaran conocer y acep-
tar la política comercial del EDITOR en lo relativo a la explotación de la Obra
y difusión y distribución comercial”, nos encontramos con que ésta obligación
aquí impuesta queda vacía de contenido.

De ahí que, si se está interesado en que la obra se distribuya a través de algún ca-
nal concreto o de alguna manera específica, sea muy importante que así se haga
constar en el contrato, para luego poder exigir ese cumplimiento. Por ejemplo,
si se trata de un libro sobre el Monasterio del Escorial, sería conveniente hacer
constar en el contrato que el editor se obliga a distribuirlo en todas las librerías
de San Lorenzo del Escorial, y en la tienda oficial del monasterio.

Es decir, que esta obligación tiene valor si en el contrato se ha especificado la


misma, y será sin duda muy importante para todas aquellas obras específicas
que se dirijan a un mercado concreto.

4º) Asegurar a la obra una explotación continua y una difusión comercial


conforme a los usos habituales en el sector profesional de la edición.

Esta obligación del editor no es más que la consecuencia normal de la esencia


del contrato de edición que a su vez se inserta en el derecho de distribuir la obra
convenida.

El término “Explotación” comprende cualesquiera operaciones, fabriles y comer-


ciales, necesarias para la obtención de las utilidades patrimoniales de que sea
susceptible la obra, y que se concretarán básicamente en la reproducción y dis-
tribución, que ya disponen de un contenido obligacional propio e independiente.

- 116 -
Carlos Muñoz Viada

Sin embargo, aquí el legislador no se está refiriendo solamente a una “explota-


ción”, sino que además, ésta debe ser “continua”. Así, esta distribución requiere
una labor continua y una expansión mediadora.

Herrero García13 manifiesta que “.... va dirigida a tutelar, en particular, la ver-


tiente económica del derecho a la distribución de la obra, que el autor cede al
editor. La cesión se realiza, conforme al artículo 58 LPI, “mediante compensa-
ción económica”, y es lógico, pues, que se sancione la obligación del editor de
asegurar la adecuada explotación comercial”.

Para Espín Alba14 “[...] el artículo 48.2 LPI determina que el cesionario ponga
todos los medios necesarios para la efectividad de la explotación concedida,
según la naturaleza de la obra [...] el art. 48.2 LPI, lejos de suponer una dero-
gación del régimen establecido en los artículos 64, 68, 78 y 81 LPI, significa
no sólo que el cesionario debe cumplir con las obligaciones en estos preceptos
expresadas, sino también que el incumplimiento de cualquier obligación acce-
soria o circunstancial, o el incumplimiento levemente defectuoso [....] pueden
servir de fundamento a una acción resolutoria [...]”.

Parece evidente que la finalidad perseguida por el precepto es asegurar que el


autor va a percibir toda la utilidad patrimonial obtenible.

El editor no solamente tiene que poner a la venta los ejemplares, sino que ade-
más debe mantener ejemplares suficientes para poder abastecer a los distri-
buidores. Como manifiesta Lacruz Mantecón15 el contenido del artículo 64.4o
del TRLPI “exige un comportamiento, una actividad por su parte que ha de
desplegarse en diversos ámbitos. Esta actividad es una actividad de diligencia

13. MARÍA JOSÉ HERRERO GARCÍA: “Comentarios a la Ley de Propiedad Intelectual”.


14. ISABEL ESPÍN ALBA: Op. Cit.
15. MIGUEL L. LACRUZ MANTECON: Op. Cit.

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Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

en el cumplimiento de un contrato que es de ejecución sucesiva o duradera en


el tiempo, de vigilancia o atención al mercado al que se ha lanzado la obra y a
los potenciales destinatarios de la misma”. Añade que el editor está obligado
a “cuidar el negocio”, en beneficio propio y de su autor, y que eso se concreta
en dos exigencias: procurar la existencia de ejemplares de la obra, ya sea pro-
cediendo a la fabricación de nuevos ejemplares, ya conservando en almacenes
los todavía no distribuidos, y promover la presencia de la obra en el mercado,
fundamentalmente mediante la publicidad.

En resumen, se trata de asegurar la “continuidad de la oferta”, como obligación


de explotación que no se agota en el “lanzamiento” de la obra, sino que es cons-
tante en la labor de hacer llegar la oferta de la obra al público y satisfacer esa
misma demanda de los lectores.

Esta obligación implica mantener un control de los ejemplares que quedan en el


almacén, y en caso de que llegaran a agotarse, prever la reedición de ejemplares
suficientes para abastecer al mercado.

En el caso de que se agote la primera edición, y se haya previsto en el contrato


la realización de varias ediciones, el autor, en nuestra opinión, estaría en con-
diciones de exigir al editor la realización de una nueva edición. Sin embargo,
algunos autores consideran que el destino de toda edición es comercializarse,
por lo que si esto fuera irrealizable, por las causas que fuesen, no sería exigible
al editor la realización de la nueva edición.

Resulta evidente que nadie puede obligar a otro a realizar aquello no quiere
hacer, por lo que entendemos que, siendo esto posible, el incumplimiento por
el editor, en las circunstancias descritas, de la obligación de asegurar una ex-
plotación continuada, autorizará al autor a pedir la resolución del contrato,
más la correspondiente indemnización que le pudiera corresponder por esa

- 118 -
Carlos Muñoz Viada

falta de explotación.

Podemos resumir diciendo que ésta más parece una obligación de medios o de
actividad, que de resultado; y que se concreta en comportamientos muy especí-
ficos como pueden ser tener ejemplares en almacén, difundir la obra mediante
publicidad, mencionarla en los catálogos de la editorial, etc.

Espín Alba16 nos dice que el editor “debe mantener circulando en el mercado
el número suficiente de ejemplares capaces de satisfacer las demandas del pú-
blico, además de un stock apto para nutrir el mismo mercado con un número
constante de libros”. Y añade que “[...] siempre que se haya agotado la última
edición (y no antes), surge automáticamente la obligación del editor de proce-
der a la reedición (o reimpresión según el caso). [...] De hecho, en el supuesto
de que se haya previsto una única edición, acabada la tirada inicial [...] el editor
está obligado a proceder a una reimpresión que alcance al menos el número
máximo de ejemplares previsto en el contrato”.

Ahora bien, debe quedar claro que, por encima del número máximo de ejempla-
res pactados en el contrato, no hay obligación alguna para el editor.

En cuanto a la práctica contractual, comenzaremos reproduciendo la cláusula


recomendada en el modelo de contrato consensuado entre la ACE y la FGEE,
que dice que: “Si habiéndose pactado varias ediciones y agotada la última, el
editor no procediera a realizar la siguiente, el autor podrá resolver el contrato”.

Sin embargo, la realidad es que la mayoría de la editoriales obvian cláusulas re-


lativas a éste tema, o como mucho, introducen una con el siguiente contenido:

16. ISABEL ESPÍN ALBA: Op. Cit.

- 119 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

“[...] con las reimpresiones que dentro de dichos totales libremente decida el
EDITOR, buscando asegurar a la obra una explotación continua y una difusión
comercial conforme a los usos habituales en el sector profesional al que la obra
corresponda”.

5º) Satisfacer al autor la remuneración estipulada y, cuando ésta sea pro-


porcional, al menos una vez cada año, la oportuna liquidación, de cuyo
contenido le rendirá cuentas. Deberá, asimismo, poner anualmente a dis-
posición del autor un certificado en el que se determinen los datos re-
lativos a la fabricación, distribución y existencias de ejemplares. A estos
efectos, si el autor lo solicita, el editor le presentará los correspondientes
justificantes.

De la lectura de este precepto se desprende que en realidad son tres las obliga-
ciones legales del editor aquí recogidas, pues no es sólo la de satisfacer al autor
la remuneración estipulada, sino también el presentar las oportunas liquidacio-
nes, e informar, mediante la puesta a disposición del autor de un certificado, de
los datos relativos a la explotación de su obra.

5º. a) Satisfacer al autor la remuneración estipulada.

Satisfacer al autor la remuneración estipulada no es más que la consecuencia de


la onerosidad del contrato editorial.

Ya la Ley de 1987 consagraba el artículo 46 sobre la base de establecer una remu-


neración proporcional o a tanto alzado a favor del autor en virtud de la cesión de
la obra otorgada por éste último. Preferentemente en nuestra legislación prima
el régimen de la participación proporcional en los ingresos de la explotación,
según la cuantía convenida, mientras la remuneración a tanto alzado tiene ca-
rácter excepcional y los supuestos legales se enuncian en el propio artículo 46.2

- 120-
Carlos Muñoz Viada

El legislador deja a la autonomía de la voluntad de las partes la fijación de la


remuneración proporcional o participación, que será variable, dependiendo de
diversos condicionantes.

Por el contrario, la determinación del precio al que se va a vender la obra, como


ya hemos señalado en otra parte de ésta obra, suele corresponder al editor.

En el caso de tratarse de una remuneración a tanto alzado no existe un mo-


mento previsto para el pago, excepto el man¬damiento genérico de satisfacer al
autor la remuneración convenida.

Herrero García17 entiende que “ésta obligación es exigible desde el momento en


que el autor ha cumplido íntegramente con sus obligaciones para hacer posible
la actividad del editor”.

5º. b) Presentar las oportunas liquidaciones.

En este artículo 64.5o, después de reiterar la obligación de satisfacer la remune-


ración estipulada, se afirma que cuando ésta sea proporcional, al menos una vez
al año se efectuará la liquidación, de cuyo contenido se rendirá cuentas.

Precedentes a esta disposición lo encontramos en la legislación francesa o ita-


liana.

Con la liquidación anual, por un lado se convierte en líquido y exigible el crédi-


to, y por otro se rinde cuentas sobre la marcha de la venta del libro.

17. Ma JOSÉ HERRERO GARCÍA: Op. Cit.

- 121 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

El precepto habla de “rendición de cuentas”, por lo que no parece suficiente


con una simple comunicación por parte del editor de los ejemplares vendi-
dos, sino que deberá aportar los correspondientes justificantes y comproban-
tes, para que se produzca una adecuada protección del derecho del autor.

La recomendación recogida en el modelo de contrato de edición aprobado por


la A.C.E. y la F.G.E.E. dice: “El EDITOR se obliga a presentar al AUTOR se-
mestral/anualmente, durante el primer trimestre de período correspondiente,
un certificado en el que consten las liquidaciones de las ventas de ejemplares
de la OBRA durante el semestre/año natural inmediatamente anterior –aun-
que el resultado sea negativo-, con expresión del número de ejemplares publi-
cados, vendidos, en depósito, distribuidos y en almacén, así como su precio de
venta sin IVA según catálogo. En el caso de que el saldo resultase favorable al
AUTOR, el EDITOR realizará el pago de las cantidades adeudadas dentro de
los 30 días siguientes al envío cerificado.

El EDITOR se compromete a facilitar al AUTOR el examen de sus Libros de


Contabilidad.

Asimismo, el AUTOR tendrá derecho a realizar, a su costa, la revisión por par-


te de una firma de auditoría de las liquidaciones efectuadas por el EDITOR,
a cuyos efectos este último se compromete a facilitar el examen por parte de
aquella de todos sus libros y documentos mercantiles”.

5º c) Informar de los datos relativos a la explotación de la obra. El control


de tirada.

Sin embargo, no todas las obligaciones del editor vienen fijadas en el artículo 64
del TRLPI, pues hay otra, que es el control de tirada, y que viene regulada en el
Artículo 72 del T.R.L.P.I., donde se establece que: “El número de ejemplares de

- 122-
Carlos Muñoz Viada

cada edición estará sujeto a control de tirada a través del procedimiento que
reglamentariamente se establezca, oídos los sectores profesionales afectados”.

El procedimiento al que se alude, ha sido desarrollado mediante el Real De-


creto 396/88, de 25 de abril, cuyo artículo 8 establece que “el ejercicio del de-
recho de comprobación que se regula en esta disposición es independiente de
la obligación del editor establecida en el artículo 64.5o de la Ley de Propiedad
Intelectual.

Este procedimiento del control de tirada consiste en la obligación por parte del
editor de certificar el número de ejemplares de que conste la tirada de una obra
antes de la puesta en circulación de la misma. Se acompañará con la declaración
de la persona física o jurídica responsable de los talleres de impresión, la cual
manifestará el número de ejemplares impresos y la fecha de su entrega.

El editor remitirá ambos documentos al autor, constituyendo una obligación


propia del normal desarrollo del contrato de edición, y aunque establecida com-
plementariamente, no implica una situación de desconfianza contractual, sino
una manera ordenada de cumplir el contrato.

Esta obligación que compete al editor es complementaria de las anteriores e


independiente de las mismas. La comprobación se efectuará dentro de un plazo
no superior a dos años contados a partir de la fecha de la puesta en circulación
de los ejemplares correspondientes a las tiradas de la obra. El Real Decreto que
desarrolla el contenido del precepto del control de tirada se basa en distintas
fases de comprobación realizadas por expertos designados por el autor, según
diferentes modalidades, o bien mediante acuerdo de éste con el editor para lle-
var a cabo la comprobación sobre la premisa de unos criterios formulados de
común acuerdo. El nervio de ésta debe centrarse en lograr “la verificación de la
exactitud de los datos relativos a la producción de los ejemplares de la obra en

- 123 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

la edición o tirada concreta de que se trate y su correspondencia con los datos


contenidos en la documentación emitida por el editor”. Los expertos actuarán
con carácter confidencial y se limitarán a informar sobre el estricto y exclusivo
objeto de su pericia. Una alternativa a esta modalidad de control de tirada es
el del acuerdo entre el autor y el editor de utilizar un sistema de numeración o
contraseñado de los ejemplares de cada edición. Debe establecerse el procedi-
miento para su realización e indicar la edición o ediciones en que se aplicará.
La adopción de este procedimiento exime de la normativa del control de tirada.

El artículo 72 del TRPI viene a adicionar una causa más de las establecidas
por el artículo 68. En base a aquél artículo, el 9° del RD de 25 de abril de 1988
establece que el incumplimiento por el editor de los requisitos que en orden al
control de ejemplares de cada edición se previenen en este Real Decreto permi-
tirá al autor o causahabientes resolver el contrato sin perjuicio de las responsa-
bilidades en que hubiere podido incurrir el editor.

El modelo de contrato consensuado entre la A.C.E. y la F.G.E.E. incluye, para


éste asunto, la siguiente cláusula: “Antes de la puesta en circulación de cada
una de las ediciones o reimpresiones que realice el EDITOR, éste remitirá al
AUTOR una certificación comprensiva del número de ejemplares de que cons-
te la edición o reimpresión de que se trate, fecha de publicación de la OBRA y
de su precio de venta al público. Esta certificación irá acompañada de una de-
claración jurada de la persona o entidad responsable de los talleres de impre-
sión y encuadernación de la OBRA, en la que conste el número de ejemplares
fabricados que fueron entregados al EDITOR y fecha de entrega o entregas
efectuadas”.

Es cierto que esta cláusula aparece en bastantes de los contratos consultados,


pero no es menos cierto que nos hemos encontrado con otras, más sucintas,
como: “Todas las partes acuerdan que al editar cualquiera de las ediciones

- 124-
Carlos Muñoz Viada

de la Obra, el EDITOR deberá entregar una copia del Acta de impresión cor-
respondiente a los AUTORES”, e incluso algunos contratos en los que no se
recoge ninguna cláusula en éste sentido.

6º) Restituir al autor el original de la obra, objeto de la edición, una vez


finalizadas las operaciones de impresión y tirada de la misma.

Una vez finalizadas las operaciones de impresión de la obra, el editor tiene la


obligación de devolver al autor el original que recibió de éste.

Culminada la primera actuación de la impresión de los ejemplares, y siendo aje-


no el original de la obra al proceso distributivo, debe darse un destino a la obra
primigenia del autor, que no es otro que, por la propia naturaleza de la cesión,
la vuelta al poder del autor, ya que éste sólo transfirió al editor los derechos de
reproducción y distribución de la obra.

Se trata de una obligación carente de precedentes en el derecho positivo de la


propiedad intelectual española.

Un cierto sector de la doctrina considera que se trata de una obligación acce-


soria, significando que puede no existir, y el incumplirla no implicaría resolu-
ción contractual, con independencia de surgir una responsabilidad por parte
del editor. Incluso aceptan que la no restitución figure como pacto entre autor
y editor.

Para otra parte de la doctrina, el artículo 64.6 del TRLPI está en conexión di-
recta con lo dispuesto en el apartado 7o del artículo 14 del mismo cuerpo legal.

- 125 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Espín Alba18 considera que el ejercicio de éste como derecho moral es irrenun-
ciable e inalienable, “y por tanto, cualquier cláusula que impida su libre desar-
rollo, es nula”.

En nuestra opinión, esta obligación resulta necesaria cuando el original se en-


trega mediante un manuscrito, pero pierde interés e importancia cuando se
entregan copias mecanografiadas, y pierde todo su valor cuando se entregan
copias procedentes de ordenador, como suele ocurrir en la actualidad.

Resulta igualmente necesaria cuando se contempla la entrega de fotografías o


bien diseños gráficos o dibujos, cuyos originales pueden ser objeto de especial
valía, y por lo tanto deben reintegrarse a sus autores respectivos.

La conclusión a la que debemos llegar es que la obligación es principal e im-


perativa en todos aquellos supuestos en los que el ejemplar que se entrega al
editor tenga valor.

Llegados a éste punto, se plantea el problema de la responsabilidad del editor


en cuanto a la conservación del original que le entregó el autor durante la etapa
necesaria de la reproducción.

En la práctica contractual son muchas las editoriales que obvian este derecho
del autor, y para eximirse de esta obligación, incluyen en los contratos cláusulas
que les eximen de su cumplimiento, como las que reproducimos a continua-
ción:

- “El EDITOR no se responsabiliza de la pérdida del original de la Obra, estan-


do obligado el AUTOR a conservar copia del mismo”.

18. ISABEL ESPIN ALBA: Op. Cit.

- 126-
Carlos Muñoz Viada

“El AUTOR hará doble copia de todo el trabajo entregado, quedando en poder
de aquel una de estas copias por si por caso fortuito, extravío, siniestro o cual-
quier otra circunstancias, se diese lugar a la pérdida de la copia entregada al
EDITOR, renunciando expresamente el AUTOR al ejercicio de cualquier dere-
cho que por ésta causa pudiese ser imputable al EDITOR”.

En otros casos, más correctos, la editorial respeta éste derecho del autor, pero
le exige para su disfrute que sea él el que lo reclame, pues de lo contrario proce-
derán a la destrucción de la copia entregada. Esto es precisamente lo que ocurre
con la siguiente cláusula que reproducimos a continuación: “El original de la
OBRA deberá ser restituido al AUTOR cuando se haya ultimado la edición de
la obra, si éste así lo recaba. En caso contrario perderá los derechos de recupe-
ración del material aportado en las fases de elaboración de la obra”.

- 127 -
Carlos Muñoz Viada

VII. LAS OBLIGACIONES DEL AUTOR. EL ARTÍCU-


LO 65 DEL T.R.L.P.I.

Las obligaciones que la Ley impone al autor vienen recogidas en el artículo 65


del TRLPI, que establece que:

“Son obligaciones del autor:

1º Entregar al editor en debida forma para su reproducción y dentro del plazo


convenido la obra objeto de la edición.

2º Responder ante el editor de la autoría y originalidad de la obra y del ejer-


cicio pacífico de los derechos que le hubiese cedido.

3º Corregir las pruebas de la tirada, salvo pacto en contrario”.

A continuación vamos a analizar cada una de ellas detalladamente:

- 129-
1º) Entregar al editor en debida forma para su reproducción y dentro del
plazo convenido la obra objeto de la edición.

La entrega del manuscrito o copia del original de la obra es condición requeri-


da para poder efectuar la reproducción de la obra, constituyendo un deber del
autor. Ello implica una puesta de disposición jurídica y material necesaria para
que el editor pueda llevar a cabo un ejercicio pacífico y útil del derecho que se le
transmitió en el contrato de edición.

Se entiende que el proceso de la creación intelectual se completa con la entrega


del cuerpo físico, del soporte a partir del cual el editor pueda realizar la repro-
ducción de la obra.

En debida forma.

El precepto hace referencia no solo al hecho de la entrega, sino que además


precisa que la entrega al editor de la obra se haga “en debida forma para su re-
producción”. Esto significa, en primer lugar, que la obra ha de entregarse com-
pleta y terminada, pero además, que deberá reunir la condición de ser legible.

No hace mucho tiempo, se pactaba en la práctica del contrato que la obra se


redactase de manera mecanografiada a doble espacio por una sola cara, aun-
que hoy en día, con los nuevos medios tecnológicos existentes, tales como los
ordenadores, las exigencias suelen venir referidas a ellos, como por ejemplo la
utilización del programa Microsoft Word, o el tipo y tamaño de letra en la que
irá impreso, o la entrega en un Cd grabado, etc.

Así, podemos resumir que “la debida forma” alude al cumplimiento y ejecución
de lo convenido en el contrato de edición cuyo objeto implicará la publicación
de la obra completa y en su totalidad.
Carlos Muñoz Viada

De ahí la importancia de que, si el editor tiene interés en que la obra le sea en-
tregada de alguna forma concreta, lo haga constar debidamente en el contrato,
de forma que el autor tenga unas pautas a las que ajustarse.

En este sentido, nos encontramos con cláusulas como las que reproducimos a
continuación, y en las que observamos como el editor proporciona las indica-
ciones suficientes para un correcto cumplimiento por parte del autor de entre-
gar la obra en “debida forma”:

- “El AUTOR entregará el original en correcto castellano, impreso en papel


DIN A4, y también en disquete, perfectamente corregido y dispuesto para la
imprenta, así como la documentación y sugerencias sobre la parte gráfica, si
el EDITOR decidiera incluir en ella ilustraciones”.

- “El autor se compromete a entregar sus manuscritos en texto completamen-


te legible, mecanografiado o en soporte informático (para lo cual el autor se
atendrá a las sugerencias técnicas que le haga el editor), numerado y con las
correspondientes indicaciones para la imprenta. El autor, a quien se enviarán
las pruebas sucesivas, se compromete a leerlas, verlas y corregir cada una de
ellas”.

- “El texto se entregará correctamente mecanografiado en folios numerados


de 30 líneas por 70 espacios”.

- “El texto se entregará en soporte disco, formato Microsoft Word o compa-


tible, y se facilitará a la Editorial una copia impresa de la traducción de la
obra”. Además, en este mismo contrato se establece más adelante otra cláusu-
la en la que se establece que:“El Traductor se compromete a seguir fielmente
las normas gráficas que se indican en el documento anejo a éste contrato bajo
el título “Normas de Ediciones XXX para teclear y redactar textos”.

- 131 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Entendemos que cualquiera de estas fórmulas es válida, y que siempre que la


editorial no se remita a parámetros imposibles o de extremada dificultad, es
obligación del autor ajustarse a los mismos, y entregar la obra tal como se le
solicita.

“El plazo convenido”.

La importancia que le da el legislador a la entrega y su plazo es consecuencia de


la propia estructura del contrato de edición, de manera que esta obligación es la
que permite a una obra pasar de inédita, a exteriorizada y accesible al público.

Ya decíamos que la obra debería existir en el momento de la firma del contrato

Si el autor ya entregó la obra para que fuese aceptada por el editor, y una vez
hecho esto se procede a la firma del contrato, el plazo de entrega del original
carece de importancia, pues ya está en manos del editor. Sin embargo, en este
caso recomendamos que en el contrato se haga constar que la obra ya ha sido
recibida por el editor a su entera satisfacción, con alguna cláusula del tipo si-
guiente: “El EDITOR declara haber recibido la OBRA con anterioridad a la fir-
ma de este contrato, lista para su reproducción y a su completa satisfacción”.

Como hemos señalado antes, también es muy común que la obra la entregue el
autor en el momento de firmar el contrato de edición, en cuyo caso, la cláusula
del contrato debería redactarse de la siguiente manera: “El AUTOR entrega
en éste acto al EDITOR la obra terminada, objeto del presente contrato, que
llevará por título provisional “XXX”.

De especial relevancia resulta la entrega de la obra por el autor si tenemos en


cuenta que, de acuerdo a otros preceptos de la Ley, está fecha supone el inicio
del cómputo de plazos para determinadas cuestiones.

- 132 -
Carlos Muñoz Viada

Así, tanto el apartado 6o del artículo 60 del TRLPI del que hablamos antes y que
establece que “El plazo para la puesta en circulación de los ejemplares de la
única o primera edición, que no podrá exceder de dos años contados desde que
el autor entregue al editor la obra en condiciones adecuadas para realizar la
reproducción de la misma”, como el apartado 4o del artículo 69 del TRLPI, al
hablar de las causas de extinción, que dice que “En todo caso, a los quince años
de haber puesto el autor al editor en condiciones de realizar la reproducción
de la obra”, están tomado como referencia para el cómputo la fecha en la que el
autor entrega el original de su obra al editor.

Sin embrago, como muy bien señala Fernández-Arias19, tal vez hubiese sido más
acertado seguir una concreción lineal en armonía con lo dispuesto en el artículo
62.3, en el que el transcurso del tiempo se señala “desde que el autor entregue
la obra”, o bien optar por la solución del artículo 69.3o, cuyo comienzo se pro-
duce “desde la cesión” que en este caso obedece al establecimiento principal de
una relación, obviando toda concesión accesoria del propio contrato de edición.

2º) Responder ante el editor de la autoría y originalidad de la obra y del


ejercicio pacífico de los derechos que le hubiese cedido.

Esta obligación en realidad engloba dos, pues por un lado se obliga al autor a re-
sponder de la autoría y originalidad de la obra, y por otro a permitir el ejercicio
pacífico de los derechos que se han cedido.

Estas obligaciones constituyen una garantía para el editor en cuanto a la explo-


tación de la obra, y forman parte también de los ordenamientos franceses, ita-
lianos o portugueses.

19. CARLOS FERNÁNDEZ-ARIAS SHELLY: Op. Cit.

- 133 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

En principio, de acuerdo al artículo 5 del TRLPI, el autor es aquella persona


natural creadora de una obra literaria, artística o científica. Por ello, será el
autor el que tiene que responder de que la obra es suya, y que no usurpa la de
otro autor. Pero además de eso, la obra ha de ser original, en los términos esta-
blecidos por la Ley.

2º. a) Identidad y originalidad:

Un tema muy debatido referido a la paternidad del autor sobre su obra, es la


necesidad de que ésta sea original, para no dañar así los intereses del editor ni
de la comunidad cultural.

No se puede negar que la originalidad de una obra es una circunstancia difícil


de constatar, y que según opinión mayoritaria de la doctrina ha de buscarse no
en las ideas, sino en la composición o forma de expresión de esas ideas.

Así, se suele considerar original la obra artística, literaria o de otro género pro-
ducida directamente por su autor, sin que ésta sea copia, imitación o traduc-
ción de otra; o también aquella que en letras y artes denota cierto carácter de
novedad.

Rodrigo Bercovitz20 considera “... que la actividad creadora de las personas se


encuentra protegida por el derecho de autor únicamente en la medida en que
genere obras objetivamente nuevas”, y esta novedad objetiva debe tener una
relevancia mínima, dependiendo “del mayor o menor grado de libertad creativa
con el que cuente el autor”. La falta de originalidad suficiente puede conducir
no sólo a la falta de protección, sino significar que la creación realizada consti-
tuya una reproducción in consentida de una obra preexistente con infracción

20. RODRIGO BERCOVITZ: “Comentarios a la Ley de Propiedad Intelectual”.

- 134-
Carlos Muñoz Viada

del derecho de autor. El mínimo exigible significa que la obra tenga a su vez una
mínima complejidad y su apreciación dependerá de factores distintos.

Podemos afirmar que la originalidad significa diferenciar una creación de las


demás, y que ésta, sin ser necesariamente una novedad absoluta, sí sea lo su-
ficiente para que de lugar a su protección y permitir su cesión en explotación.

En general, las teorías de la novedad objetiva afirman que la obra nacida del
ingenio y como resultado del mismo, debe aportar algo nuevo.

Valbuena Gutiérrez21 se inclina a favor de la teoría de la novedad objetiva, más


no en los términos absolutos, sino relativos.

Rodrigo Bercovitz analiza la posición subjetivista, indicando que la doctrina


entiende por originalidad una manifestación de la personalidad del autor. Ello
marcaría la obra, y la protección surgiría por la individualidad de su creador.
Sin embargo, se podría alegar que hoy en día hay muchas obras en que no se
percibe en algún grado la personalidad del autor.

Según las teorías subjetivistas, no se precisa que la obra sea objetivamente nue-
va, sino que es suficiente con que lo sea subjetivamente.

Baylos Corroza22 estudia el concepto jurídico de la originalidad en relación con


la obra creada, y señala que ello significa pertenencia al autor, que se trata de
una obra suya y no una copia de la de otro. Entiende el autor que se trata de

21. JOSE ANTONIO VALBUENA GUTIERREZ: “Las obras o creaciones intelectuales como objeto del
derecho de autor”.
22. HERMENEGILDO BAYLOS CORROZA: “Tratado de derecho industrial : propiedad industrial,
propiedad intelectual, derecho de la competencia económica, disciplina de la competencia desleal”

- 135 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

una manifestación de la personalidad del autor, no contemplándose la creación


por su sentido de aportación al acervo cultural y con un sentido enriquecedor
del mismo.

Se trataría de que la obra refleje la personalidad de su autor, su impronta per-


sonal, sin que sea necesario cumplir ningún otro requisito.

Como ya hemos señalado antes, puede resultar difícil percibir en una obra no-
tas definidoras de originalidad, sobre todo en asuntos tales como los títulos de
las obras, con sus expresiones generales y comunes.

También es corriente realizar obras compuestas, en las que la obra nueva no


tenga un cariz de especial relevancia, o no precise de la búsqueda de un nivel
de aceptación para entender que la obra, a través de su composición, logre una
posición relevante digna de su estimación en este campo23.

Se descarta por tanto a efectos legales que el escritor o artista dé a sus obras
el carácter de novedad, entendida en el pensamiento que domina en el ámbito
cultural, ya que no existe tal novedad en la esfera jurídica.

Vicent Chuliá ha señalado que la frase “creaciones originales”, en la delimita-


ción del objeto de la propiedad intelectual del artículo 10º del TRLPI es una
redundancia, pues toda creación es original en los términos de la Ley, ya que la
obra se crea y se realiza como obra inmaterial única24. Es más, en su opinión,
cabría la protección de dos obras idénticas escritas sin conocimiento mutuo.

El ordenamiento jurídico protege toda obra nacida de la persona natural que,

23. JOSE MIGUEL RODRÍGUEZ TAPIA: Op. Cit.


24. FRANCESC VICENT CHULIÁ: “Compendio Crítico de Derecho Mercantil”.

- 136-
Carlos Muñoz Viada

con su ingenio, se exterioriza y tiene cabida en el amplio catálogo del artículo


10º de la Ley, y en las anchas fronteras de las comunidades literarias, artísticas
y científicas, con dos límites:

- Que no se trate de una obra nueva igual a otra anterior, porque entonces no
existe creación.

- En cuanto a la “altura” de la creación, será una cuestión de hecho a determinar


en cada caso, porque el catálogo legal encasilla supuestos de distintas magnitu-
des de obras a realizar.

A fin de ilustrar adecuadamente este asunto, reproducimos a continuación al-


gunas Sentencias dictadas por nuestros tribunales:

- Sentencia de la Audiencia Provincial de Asturias 20 de marzo de 1.999, sobre


la fotografía como objeto de la propiedad intelectual y su originalidad: “El
artículo 10 de la Ley de Propiedad Intelectual, en su apartado h), considera
como posible objeto de protección de esta forma inmaterial de la propiedad a
la obra fotográfica. Complementan estos preceptos las normas de los artículos
17 y 128, que atribuyen al autor de las fotografías el exclusivo derecho a auto-
rizar su reproducción, transformación y comunicación pública.

No es admisible la tacha de falta de originalidad, como presupuesto de la pro-


tección de la propiedad intelectual. Tratándose de obra fotográfica, la origi-
nalidad no radica evidentemente en el carácter inédito del objeto fotográfico,
sino en la elección de la luz, el enfoque y el encuadre de la fotografía.

El artículo 43 del citado Texto Legal permite, sin duda, la cesión de la explo-
tación de la obra intelectual por actos intervivos, pero como se infiere de lo
dispuesto en los artículos 49 y 50, tal ce sión debe entenderse limitada, en

- 137 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

principio, a un detenninado uso, de acuerdo con los términos estipulados y


en concurrencia con los derechos que el propio cedente conserva, no sólo en
cuanto a las facultades que integran el llamado derecho moral del autor, sino
para autorizar o no nuevas explotaciones de su obra por terceros.

De ahí que resulte evidente que los Ayuntamientos o consejerías a quienes el


actor había concedido en forma no exclusiva autorización para publicar de-
terminadas fotos en sus guías o folletos turísticos, en modo alguno estarían
autorizados para, a su vez, ceder su explotación a terceros o autorizar su re-
producción.

También resulta claramente vulnerado con la publicación del demandado el


denominado derecho moral del autor que, conforme a lo previsto en el artículo
14 de la citada LPI, comprende la facultad de exigir el reconocimiento de la
paternidad de la obra y la de decidir si su divulgación ha de hacerse con ex-
presión de su nombre, de un seudónimo o signo, o anónimamente (apartados
2° y 3°), Y la de exigir respecto a la integridad de la obra, e impedir cualquier
modificación, alteración o deformación de la misma (ap. 4°)”.

- Sentencia de la Audiencia Provincial de Asturias de 17 de diciembre de 1.998:


“[...] se considera autor a la persona natural que crea alguna obra literaria,
artística o científica, y todas estas obras que integran la llamada propiedad
intelectual son merecedoras de la protección que dispensa la Ley a los autores.
La originalidad o novedad sólo es predicable de algunas obras literarias. Las
de tipo científica se basan ordinariamente en trabajos precedentes y, concre-
tamente, las de carácter jurídico se apoyan necesariamente en Textos Legales
y jurisprudenciales que no son creaciones originales del autor. Por si cupiera
alguna duda, el propio artículo 11 de la Ley considera también objeto de la
propiedad intelectual, aparte de la obra original, entre otras, «los compen-
dios, resumes y extractos». Y este tipo de obra científica fue la realizada por

- 138-
Carlos Muñoz Viada

los aquí demandantes, cuyo trabajo consistió en la ordenación, recopilación


y resumen de una serie de datos e infonnaciones de estudios económicos, ju-
rídicos, laborales, contables, fiscales, etc., relativos al ejercicio del comercio,
de indudable interés.

En modo alguno podría ser encuadrada la obra realizada por los aquí actores
en el concepto de «obra colectiva» en el sentido que expresa el artículo 8° de la
Ley de Propiedad Intelectual. Se trata de una obra unitaria, si bien realizada
«en colaboración» entre dos coautores, a la que se refiere el artículo 7 de la
Ley, y en la que pueden participar otros derechos compatibles y concurrentes,
como los que corresponden a los diseñadores del producto gráfico. El hecho
de que algún profesor universitario hubiera supervisado en parte la obra, a
petición de los autores, no permite conclusiones distintas.

La condición de autores de la «Guía de Orientación para el Comercio» de los


aquí demandantes está fuera de toda duda, no sólo por la presunción legal del
artículo 6 de la Ley, ya que son ellos con sus nombres y apellidos quienes apa-
recen como tales en la primera edición de la obra y en el depósito legal, sino
también porque así resulta de la prueba testifical practicada”.

- Sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia de 26 de marzo de 1.999:


“La cuestión litigiosa se ubica en la utilización por la demandada de un libro
de poemas de un título (Habla mi corazón) que Josefa M. ya tenía creado en
su obra poética en fecha anterior, concretamente desde 1987 y que inscribió
en el Registro de la Propiedad Intelectual en abril de 1993. La legislación
referente a esa propiedad especial ampara los derechos de propiedad inte-
lectual por un autor de una obra artística por el sólo hecho de su creación,
integrándose su contenido por derechos de carácter personal y patrimonial
con la exclusiva explotación de la misma y el derecho a su integridad. Es evi-
dente que tal protección se dispensa igualmente a la creación original de una

- 139-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

composición del lenguaje escrito, con independencia de su valor literario, y


su título es protegido como parte integrante de la obra (art. 10.2), cuando sea
original, por lo que a sensu contrario, carece de esa protección cuando no sea
original. Su fundamento resulta evidente, la singularidad de la nominación
a una creación literaria, identifica especialmente a su contenido o conjunto
del texto y de ahí que forme parte de la misma obra. Por ello el punto esencial
en la solución del caso presente, es si el repetido «Habla mi corazón», es una
creación original, teniéndose en cuanto que tal apreciación no la confiere el
Registro de la Propiedad Intelectual, pues su acceso no es elemento constitu-
tivo para la protección legal, a diferencia del sistema instaurado por la Ley
de 1879, art. 36.1° y 3°, dada la redacción expresada en el art.130 de la Ley
de 1987 (art. 145 del TR) que dice «Podrán ser objeto de inscripción ... »: por
consiguiente ese presupuesto hay que deducirlo de la propia creación efec-
tuada por el autor en el contexto del campo artístico en que acaece, siendo
una cuestión de hecho, que los Tribunales han de resolver atendiendo a los
elementos de juicio que revelen los autos. La Sala observando el contenido
del procedimiento concluye con la no originalidad del título controvertido
en el ámbito de la producción literaria en que se ha utilizado por varias ra-
zones: 1) Las palabras contenidas en su leyenda, son de uso vulgar, tanto en
el lenguaje oral como escrito, con un significado fácilmente comprensible;
2) La oración por esos términos construida, no revela singularidad alguna,
resultando incluso sintomático que el Registro de la propiedad intelectual, en
el objeto de la inscripción, se ciñese sólo al texto (excepto prólogo), es decir sin
mención del título; 3) Su destino al campo de la poesía, tampoco connota es-
pecialidad, porque el título empleado revela una posición sentimental o ínti-
ma propia del género literario. Prueba de ello es que en autos consta idéntico
título para cuatro obras de poemas, pues a parte de la referente a los litigan-
tes, existe desde 1978 inscrita en el Registro General, una colección de poemas
de la autora Juana C. que usó idéntico título, así como en 1992 (1 de marzo),
por el autor Carlos M. C. El hecho de que la demandada una vez interpelada

- 140-
Carlos Muñoz Viada

judicialmente en estos trámites retirase de una determinada librería de esta


capital, los ejemplares de su obra puestos a la venta al público, no puede
calificarse como pretende la recurrente como reconocimiento implícito de los
hechos de la demanda, sino que ha de entenderse como precaución antes de
la reclamación judicial, pues tenemos en cuenta que extrajudicialmente no
ha existido requerimiento alguno dirigido a Sra. O. poniéndole de manifiesto
la coincidencia en el título de ambas obras, cuya edición (500 ejemplares),
ponen de manifiesto su reducida divulgación y por ende un conocimiento mi-
noritario tanto del lector en general como de los autores literarios. Por tanto,
faltando el requisito de originalidad procede el rechazo de las pretensiones
formuladas por la demandante”.

En la práctica contractual, todas las editoriales incluyen en sus contratos una


o varias cláusulas relativas a éste tema, exigiendo al autor que responda de la
autoría y originalidad de su obra.

Estas cláusulas son idénticas en su contenido, y suelen ser todas muy parecidas
en cuanto a su redacción, pero a continuación reproducimos las de unos contra-
tos que, por su extensión y meticulosidad, nos han parecido dignas de mención,
aunque en nuestra opinión resulten excesivas sin duda alguna:

- El primer contrato comienza con una manifestación del autor que dice: “Dicha
obra no infringe la titularidad ni copyright de cualquier otra obra, afirmando
el AUTOR no tenerla sujeta a carga ni gravamen alguno y caberle respecto de
ella la más libre disponibilidad, así como estar facultado para celebrar éste
contrato y ceder los derechos que se conceden, quedando el EDITOR exonera-
do de cualquier responsabilidad ante cualquier eventual reclamación por par-
te de terceros”; para a continuación añadir el mismo contrato, en su cláusula
cuarta, que: “El AUTOR, de acuerdo con el Exponendo número Uno, respon-
den ante el EDITOR de la autoría y originalidad de la OBRA y del ejercicio

- 141 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

pacífico de los derechos que cede mediante el presente contrato, manifestando


que sobre los mismos no tiene contraído ni contraerá compromisos o gravá-
menes de ninguna especie que atenten contra los derechos que al EDITOR o a
terceros correspondan, incluso de aquellas derivadas de incumplimiento de la
legislación sobre el honor, la intimidad, e injurias y calumnias, o al EDITOR
de todas las cargas pecuniarias que pudiesen derivarse para el EDITOR a fa-
vor de terceros con motivo de acciones, reclamaciones o conflictos derivados
del incumplimiento de éstas obligaciones por parte del autor”.

- En el otro contrato leemos lo siguiente: “Declara ser el AUTOR de la OBRA


titulada provisionalmente “XXX”, respondiendo ante el EDITOR de la autoría
y originalidad de la OBRA y del ejercicio pacífico de los derechos que cede me-
diante el presente contrato, exceptuando el material considerado de dominio
público y aquellos fragmentos de obras ajenas que es lícito incluir, habiendo
procurado previamente el permiso escrito de los que ostentan la propiedad
intelectual de tales obras. El AUTOR declara que la OBRA no viola ningu-
na propiedad intelectual existente, ni contiene material difamatorio o calu-
mnioso que pudiera ser considerado como libelo; que todas las afirmaciones
que contiene que dicen ser hechos reales son verdaderas, y que no contiene
material que pudiera dar lugar a una acción judicial o a una acción civil re-
clamando compensación o cualquier otro recurso. Asimismo manifiesta que
sobre los mencionados derechos no tiene contraídos ni contraerá compromi-
sos o gravámenes de ninguna especie, que atenten contra los derechos que a
la editorial o a terceros les correspondan, de acuerdo con lo estipulado en el
presente documento.

El AUTOR asume la total responsabilidad frente a cualquier reclamación que,


en el sentido de ésta cláusula pudieran efectuar terceras personas. El AUTOR
se hace responsable frente a la editorial de todas las cargas pecuniarias que
pudieran derivarse para la editorial a favor de terceros, con motivo de accio-

- 142-
Carlos Muñoz Viada

nes, reclamaciones o conflictos derivados del incumplimiento de éstas obliga-


ciones y garantías por parte del AUTOR”.

- El último, además de contener una cláusula semejante a las anteriores, añade


un párrafo diciendo: “El AUTOR libera de toda responsabilidad al EDITOR
en caso de cualquier demanda que por presunto plagio o cualquier otra re-
clamación se llegare a formular en su contra por cualquier persona física o
jurídica que se considere con derecho sobre la OBRA, en virtud de que al ceder
los derechos sobre la misma el AUTOR declaró ser el legítimo titular, y que
ésta es original”.

En nuestra opinión resulta mucho más acertada una redacción más simple,
como la que viene en el acuerdo de modelo de contrato de edición suscrito entre
la A.C.E. y la F.G.E.E., en una de cuyas cláusulas se establece, en el aparatado
primero, que “El AUTOR responde ante el EDITOR de la autoría y originali-
dad de la OBRA y del ejercicio pacífico de los derechos que cede mediante el
presente Contrato, manifestando que sobre los mismos no tiene contraídos ni
contraerá compromisos o gravámenes de ninguna especie que atenten contra
los derechos que al EDITOR o terceros les correspondan, de acuerdo con lo
estipulado en este Contrato. A este respecto, el AUTOR se hace responsable
frente al EDITOR de todas las cargas pecuniarias que pudieran derivarse para
el EDITOR en favor de terceros con motivo de acciones, reclamaciones o con-
flictos derivados del incumplimiento de este Contrato por parte del AUTOR”.

En relación a la originalidad de la obra, conviene que tratemos ciertos temas


que pueden plantear ciertas dudas, como son el plagio, el derecho de cita, y la
parodia.

- 143-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

EL PLAGIO.

Según la definición que aparece en el Diccionario de la Real Academia Españo-


la de la Lengua, “plagio” consiste en “copiar en lo substancial obras ajenas,
dándolas como propias”.

Desde una perspectiva jurídica, encontrar una definición de plagio resulta mu-
cho más complicado.

El Capítulo XI del Código Penal, que regula los Delitos relativos a la propiedad
intelectual e industrial, al mercado y a los consumidores, establece en el artículo
270 que “será castigado con la pena de prisión de seis meses quien, con ánimo
de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique
públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica ...”;
pero no da ninguna definición de plagio.

Si buscamos en la Ley de Propiedad Intelectual veremos que, al igual que ocur-


re en las principales legislaciones mundiales sobre el derecho de autor, no se
utiliza la palabra plagio en todo su articulado.

Ante esta situación, el plagio se viene entendiendo como el apoderamiento ideal


de todos o de algunos elementos originales contenidos en la obra de otro autor,
presentándolos como propios. Así, doctrinalmente, se viene denominando pla-
gio a las violaciones del derecho de autor relativas a la paternidad intelectual,
independientemente de un perjuicio económico directo.

El Plagio es una lesión de carácter mixto, que atenta al derecho moral y a los
derechos patrimoniales. La infracción al derecho moral del autor plagiado se
verifica siempre en su derecho de paternidad, pues el plagiario la sustituye por
la propia (lo normal es que también se lesione el derecho al respeto y a la in-

- 144-
Carlos Muñoz Viada

tegridad de la obra, pues lo corriente es que el plagiario trate de disfrazar el


plagio, aunque en este caso no ocurre). La lesión a los derechos patrimoniales
derivan de la transformación no autorizada de la obra y de su utilización (re-
producción).

Tradicionalmente, la doctrina ha venido distinguiendo entre dos tipos de plagio:

1. El plagio burdo o servil, en el que la apropiación de la obra ajena es total o


cuasi total.

2. El plagio inteligente, en el cual el plagiario trata de disimular el plagio o se


apodera de algunos elementos sustanciales y originales.

Atendiendo a la Jurisprudencia, por plagio, como señala la Sala 1a del Tribunal


Supremo en su sentencia de 17 de octubre de 1997, “hay que entender, en su
acepción más simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo
sustancial”, matizando después que “se presenta más bien como una actividad
mecanizada, muy poco intelectual y creativa, carente de toda originalidad y
concurrencia de genio o talento humano, aunque manifieste cierto ingenio”.

Profundizando un poco más, el Tribunal Supremo añade en la misma Sentencia


que “dándose en las situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque
encubiertas, descubren similitud con la creación original, una vez despoja-
das de ardides y disfraces, produciendo un estado de apropiación y aprove-
chamiento de la labor creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno; mas no
procede confusión con todo aquello que es común, integra el acervo cultural
generalizado, o está anticipado y al alcance de todos”.

Sobre el tema del plagio hay varias Sentencias, entre las que queremos resaltar
las que reproducimos a continuación:

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Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

- Sentencia de la Audiencia Provincial de Granada de 30 de junio de 1.997: “La


dificultad para calibrar la medida o el grado de originalidad de una obra,
representa un problema a la hora del tratamiento del plagio en el orden ju-
rídico como trasgresión del derecho a la paternidad intelectual del autor,
re¬produciendo una obra ajena en su totalidad o parte de ella, e intentando
que se considere como obra propia de quién realiza esta acción.

Para determinar si hay plagio también se debe tener en consideración el


tipo de obra intelectual, ya que unas se prestan a una mayor originalidad
que otras. Es más fácil el plagio en creaciones puramente intelectuales que
en creaciones técnicas. Precisamente cuando se trata de obras arquitectóni-
cas las similitudes son mayores que las invenciones, teniendo en cuenta los
avances técnicos y, sobre todo, el sometimiento de las obras arquitectónicas
a las normas y reglamentos urbanísticos. Resulta ilustrativo que los edificios
actualmente existentes no se caracterizan precisamente por su originalidad.
Especialmente cuando se trata de zonas residenciales. Todo ello se debe en
gran parte a las propias limitaciones impues¬tas por la normativa urbanísti-
ca y la política impulsada por los promotores [...].

En definitiva, esta Sala comparte totalmente el criterio del perito judicial


cuando informa que «un proyecto es mucho más que una mera composición
esquemática de una planta a mano alzada sin el rigor necesario para apro-
piarse de una idea y tildada de propia, dando origen a una Propiedad Inte-
lectual, máxime cuando las tipologías para cada una de las viviendas son las
de siempre, sin aportar nada nuevo». Concluyendo, debe señalarse que no
sólo no hay propiamente un plagio teniendo en cuenta las diferencias que hay
entre el croquis y los proyectos (además, en ningún momento se ha podido
acreditar que hubiera habido una apropiación material del croquis), sino que
incluso cabe dudar muy seriamente que estemos ante una obra propiamente
intelectual en el ámbito de la creación arquitectónica”.

- 146-
Carlos Muñoz Viada

- Sentencia del Tribunal Supremo de 17 de octubre de 1.997: “[...] si bien los


listados constituían una base de datos con el oportuno soporte y finalidad in-
formativa sobre las industrias y empresas de las tres provincias, lo que la ley
protege es cuanto implique creación y originalidad en el resultado, extremos
que no concurrían en el caso. Pues con anterioridad a tales listados ya existía
en el mercado el «Catálogo Industrial Vasco Navarro, VIII edición», que reco-
gía la gran mayoría de los datos ofrecidos, constantes también en los registros
fiscales, laborales, mercantiles o en las guías publicadas por «Telefónica», de
manera que no se acreditaba una creación novedosa digna de protección di-
spensada por la Ley de Propiedad Intelectual [...] .

- Sentencia de la Audiencia Provincial de Cantabria de 20 de abril de 1.999:


“[...] La concordancia, casi literal, entre los capítulos que se dicen copiados y
los que figuran en la tesis confeccionada por el demandado, no sólo resulta
acreditada por la prueba pericial practicada en la causa, evacuada por Perito
no recusado por ninguna de las partes -por lo que la alusión contenida en el
recurso de apelación carece de sentido-, sino que resulta evidente de la mera
lectura y comparación de los capítulos y párrafos que se señalan por los acto-
res, lectura y comparación que ha efectuado esta Sala y que no ofrece lugar
a la duda, toda vez que la similitud de los textos escritos por los actores y los
que se dicen copiados que obran en la tesis del demandado, no sólo alcanzan el
objeto material, el estudio -ciertamente hechos históricos-, sino también a las
citas, la estructura general, las referencias, las palabras empleadas, las notas
a pie de página y hasta los signos de puntuación. [...] El caso de autos es un
ejemplo paradigmático del plagio parcial de una obra -en este caso de dos-, a
la vista del cotejo de los distintos textos. El demandado, en su texto, no es que
resulta influido por la obra de los actores, ni que peque de falta de originali-
dad en su forma de expresión de los hechos e ideas sobre los que se centra el
trabajo en cuestión; no es que haya utilizado ideas preexistentes, ni se haya li-
mitado a transcribir al vuelo una frase ajena; es que ha copiado capítulos en-

- 147 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

teros y párrafos completos de un texto a otro, modificando únicamente y con


muy leves variaciones el suyo propio respecto de los objetos de copia, llevando
a efecto lo que en términos doctrinales se ha denominado «apropiación de la
expresión formal de ideas ajenas». Los límites contemplados en el artículo 32
LPI han sido rebasados, pues si resulta lícito la inclusión en una obra propia
de fragmentos de otras ajenas de naturaleza escrita, cual es el caso de autos,
son tres los requisitos para que esa licitud opere: 1°) Que se trate de una obra
divulgada; 2°) Que su inclusión se realice a título de cita o para su análisis, co-
mentario o juicio crítico; y 3°) Que su finalidad sea docente o de investigación,
indicándose la fuente y el nombre del autor de la obra utilizada. En el caso que
nos ocupa falta toda alusión a la fuente y a los datos identificativos del autor
de la obra, que ni siquiera se cita”.

- Sentencia de la Audiencia Provincial de Albacete de 5 de julio de1.999: “A la


luz de estos principios, esta Sala ha de concluir, al igual que el juzgador de
instancia, que en el caso de autos no debe confundirse el plagio con los datos
meramente históricos, ya dados, que forman parte de nuestra cultura y que
están más o menos al alcance de todos, y que han podido ser extraídos del libro
del señor H. puesto a disposición de la señora V., aunque lo correcto hubiera
sido que en el artículo periodístico se expresara la fuente de la que provenían
(ésta o cualquier otra si está depositada legalmente); y, por otro lado, como
señala el juzgador, en las frases y textos confrontados hay términos comunes
y generalizados, por lo que es razonable que coincidan; además, se trata de
utilización de palabras, giros, y plasmación de datos históricos de una forma
similar; pero es que no se ha de olvidar, claro está, el tipo de obra intelectual
con la que nos encontramos, y parece evidente que en este tipo de obras se
presta a una menor originalidad, por lo que cuando estamos a presencia de
obras histórico-literarias, las similitudes precisamente son mayores, lo cual
no significa que dicho reportaje sea un plagio y, menos aún, que exista un
daño moral.

- 148-
Carlos Muñoz Viada

En consecuencia, el concepto de plagio ha de referirse a las coincidencias


estructurales básicas y fundamentales y no a cualquier otra (accesorias, aña-
didas, superpuestas o modificaciones no trascendentales), que es el caso de
autos, máxime al tratarse de un artículo periodístico referido a la historia de
Albacete y su base aérea de Los Llanos, sometido a unas fechas cronológicas
indubitadas, siendo todas estas razones las que determinan la desestimación
del recurso”.

EL DERECHO DE CITA.

El Convenio de Berna en su artículo 1°, proclamó la admisión de las citas de una


obra que se haya hecho lícitamente admisible al público (divulgado) siempre
que se efectúe conforme “a los usos honrados” y “en la medida justificada por
el fin que se persiga”. Las citas deberán mencionar “la fuente y el nombre del
autor si este nombre figura en la fuente”.

Como señala Fernández-Arias25, “el fundamento de la existencia de este límite


al derecho de autor cabe encontrarlo en un equilibrio entre el derecho más ab-
soluto de éste a disponer de su obra inmaterial, y el derecho de una colectividad
imprecisa que goza de unas percepciones de índole cultural, y que necesitan
para expandirse, comunicarse y en ciertos casos elevar su nivel intelectual me-
diante un trasiego doctrinal y la aportación segmentada de los múltiples auto-
res de obras que se aproximen al momento intelectivo de la elaboración de un
trabajo”.

Un requisito fundamental que se establece es la necesidad de que se trate de


obras ya divulgadas, entendido esto conforme a lo dispuesto en el artículo 4 del

25. CARLOS FERNANDEZ-ARIAS SHELLY: Op. Cit.

- 149-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

TRLPI. Esta condición tiene una finalidad protectora del derecho a la divulga-
ción que ostenta el autor de la obra preexistente y de la cual se llevará a cabo
la extracción del fragmento, al amparo de lo dispuesto en los apartados 1o y 2o
del artículo 14.1o del TRLPI en cuanto incumbe al autor decidir si su obra ha
de ser divulgada y en qué forma, o la manifestación que proceda en orden a la
identidad de su autoría.

El TRPI reproduce, en su articulo 32, la redacción que la Ley de 1987 daba al


derecho de cita, que sin embargo ha sido modificado por la Ley 23/2006, de 7
de julio de 2.006.

En el apartado 1 de este modificado artículo se dice que “Es lícita la inclusión


en una obra propia de fragmentos de otras ajenas de naturaleza escrita, sonora
o audiovisual, así como la de obras aisladas de carácter plástico o fotográfico
figurativo, siempre que se trate de obras ya divulgadas y su inclusión se realice
a título de cita o para su análisis, comentario o juicio crítico. Tal utilización sólo
podrá realizarse con fines docentes o de investigación, en la medida justificada
por el fin de esa incorporación e indicando la fuente y el nombre del autor de la
obra utilizada”.

Los fragmentos a los que se alude son la parte o partes objeto de reproducción
de la obra preexistente, y el legislador no estableció parámetros, índices orien-
tativos o porcentajes. Sin embargo, se dice que debe ser “en la medida justifi-
cada por el fin de esa incorporación”, criterio comparativo que tiene en cuenta
todo aquello que se aporta con el fin del resultado al cual pretende llegar, y que
implicará en todos los casos analizar como cuestión de hecho la actuación lleva-
da a cabo por el aportante de la cita.

La cita en el campo de las publicaciones que se refieren a la investigación, do-


cencia o información53 gozan de una larga proyección técnica en el tiempo y

- 150-
Carlos Muñoz Viada

han sido utilizadas con un mayor o menor mérito a través de la extensa biblio-
grafía cultural; si bien, su utilización con fines docentes ha cobrado singular
importancia recientemente con ocasión de desarrollar los planes de estudio en
la enseñanza primaria y secundaria en España.

Como señala Lledó Yague, existe una preocupación constante en la doctrina en


encontrar la solución ecléctica y medida de esa aportación fragmentaria toma-
da de la obra ajena y que se perfile como cita aceptable. Acudiendo a la “medi-
da justificada por el fin de esa incorporación” se termina exigiendo al órgano
jurisdiccional: “Un ponderado análisis de casuismo de los supuestos presen-
tables ...” . Ello implica confiar en que el arbitrio judicial tendrá en cuenta la
naturaleza de las obras y valorará cuantitativa y cualitativamente el proceso de
elaboración de la cita.

No será adecuada la estimación de la cita si por esa vía se llegase a realizar una
obra compuesta u obra derivada de la naturaleza de los epígrafes 2° y 3° del
artículo 11.

El precepto del artículo 32 del TRLPI considera admisible la cita “... de obras
aisladas de carácter plástico, fotográfico, figurativo ...”, pero la naturaleza de
estas obras, y por respeto a su integridad, obliga a la utilización de la totalidad
de la obra como cita, y no fragmentariamente.

La inclusión de fragmentos se debe realizar “para análisis, comentario o juicio


crítico”. El legislador establece una disyuntiva, entre la cita, como mera reseña
de dato, nota que se alega para probar lo que se refiere el autor (Diccionario
Manual R.A.E.), o la cita en su dinamismo como acción de citar (Diccionario
de uso del español Ma Moliner). Ello implica nombrar a alguien como apoyo o
como confirmación de una cosa que se alega.

- 151 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

El precepto determina la necesidad de indicar la fuente y el nombre del autor de


la obra que se ha utilizado. Como señala Fernández-Arias26, “con ello se entien-
de jurídicamente que se proclama el reconocimiento de la condición de autor
del fragmento que se toma y que a éste pertenece el pensamiento o la expresión
literal del texto, debiendo ser especialmente cuidadosa esa trascripción, pues se
maneja un bien espiritual y cultural perteneciente a otra persona. Por respeto
a la condición de autor al cual le asiste un derecho moral a la integridad de la
obra y al texto que se tome o la idea que se analice, tiene que ser reproducción
inequívoca del pensamiento del autor, evitando a toda costa que un cercena-
miento o extracción fragmentada de párrafos pueda quebrar la idea básica y
general del trabajo”.

Se deberán identifican por su título o páginas las citas procedentes de obras


impresas, se hará constar en las carátulas de las obras sonoras y audiovisuales
la referencia a los autores, y se indicarán los lugares de exposición en las obras
plásticas y fotográficas.

Esto se ve claramente en la Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid no


26/2003, de 23 de Diciembre de 2003, donde se recoge que “la finalidad per-
seguida al reproducir en los libros las obras plásticas ajenas es la de ilustrar,
complementar, aleccionar o facilitar la explicación que contiene la obra prin-
cipal a la que se incorpora la ilustración. Considerando a la ilustración como
el adorno de un impreso mediante estampas, grabados o dibujos alusivos al
texto, lo cierto es que una interpretación correcta del artículo 32 nos lleva a
considerar que la ilustración en nuestro sistema constituye una modalidad de
cita, admisible tratándose de obras plásticas y similares”.

26. CARLOS FERNÁNDEZ-ARIAS SHELLY: “Op. Cit.

- 152 -
Carlos Muñoz Viada

Es decir, que en nuestro ordenamiento el derecho de cita solo está permitido en


todas aquellas obras cuya finalidad sea didáctica, analítica o de investigación,
característica que se remarca en la mencionada Sentencia, donde se estable-
ce que “El mero carácter docente e investigador debe permitir acogerse au-
tomáticamente a la citada norma del articulo 32 cuando las reproducciones
estén amparadas por el derecho de cita, por lo que en estos casos, la Editorial
demandada no tenía la obligación de solicitar previamente autorización para
publicar las obras de artistas plásticos porque la finalidad era la docencia”.

Además, en esta Sentencia se añade que “Las obras reproducidas en los libros
de texto que se hacen a título de cita no pueden considerarse ilícitas, pues no
atentan contra la explotación normal de la obra, ni causan un perjuicio inju-
stificado a los intereses legítimos de su autor; es más, de todos es sabido y es
fácilmente comprobable que las obras plásticas que constan en los libros de
texto a título de cita dedicados a la docencia e investigación se reproducen por
su prestigio y calidad, por lo que se está haciendo que sean más conocidas y
valoradas en un ambiente cultural”.

En el segundo párrafo del epígrafe 1o del artículo 32 del TRLPI se indica que
las recopilaciones periódicas efectuadas en forma de reseña o revista de prensa
tendrán la consideración de citas.

Se observan como notas comunes en estos supuestos un interés de orden infor-


mativo coincidente con razones culturales para efectuar esa asimilación con las
citas. Tanto las reseñas como las revistas de prensa se caracterizan por efectuar
su aparición en un medio periódico y en ambos casos, al asimilarse a las citas,
debe tratarse de inclusiones de fragmentos de obras ajenas, lo que da lugar a
su estimación en este artículo y no como excepción en el artículo siguiente del
Texto Refundido.

- 153 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

La reseña significará una narración sucinta, dando noticia breve de una obra
literaria o científica en una revista o periódico. Aún refiriéndose al todo de
una obra, ésta se fragmenta técnicamente en la finalidad de la exposición.

LA PARODIA.

La transformación de una obra es un derecho de explotación, que puede impli-


car ser objeto de traducción, adaptación o cualquier otra modificación en la for-
ma de la que se derive una obra diferente, y siempre requiere el consentimiento
del autor original.

Una de las formas de transformación de una obra es la parodia, que es una pa-
labra de etimología griega, que hacía referencia a las imitaciones burlonas de la
forma de cantar o recitar. En su uso contemporáneo, una parodia es una obra
satírica que imita a otra obra de arte, con el fin de ridiculizarla, y que existe en
todos los medios, incluyendo literatura, música o cine.

En resumen, una parodia es la imitación de alguien o de algún personaje, cam-


biando lo que ha dicho o hecho, con intención de burlesca.

Pues bien, si la parodia es una forma de transformación, nos tendremos que


preguntar si necesita entonces del consentimiento del autor original.

Atendiendo a la Ley, no encontramos con que el artículo 39 del TRLPI establece


que “No será considerada transformación que exija consentimiento del autor la
parodia de la obra divulgada, mientras no implique riesgo de confusión con la
misma, ni se infiera un daño a la obra original o a su autor”.

Así, la conclusión resulta evidente: es necesario el consentimiento para realizar


una traducción o una adaptación, pero no lo es para realizar una parodia.

- 154 -
Carlos Muñoz Viada

Esto lleva a Rodríguez Tapia27 a cuestionarse lo acertado de este planteamien-


to, pues considera más adecuado permitir una traducción o un arreglo musical
realizados por personas competentes, que permiten una mayor difusión de las
obras y que caracterizan sus actos por una nota de seriedad, antes que hacer-
lo para transformar una obra en broma, o con esa intención, con el riesgo en
potencia de que el acto de la parodia implique denigrar al autor u originar una
confusión con la obra.

En opinión de este autor, “la transformación en broma de toda una obra, como
la transformación seria lo más fiel posible”, deberían contar con el consenti-
miento del autor original.

A pesar de estos argumentos, el legislador considera que la parodia no implica


acto de transformación legal y, por tanto, permite su realización sin necesitar
del consentimiento del autor.

El único requisito básico que fija la Ley para que se pueda realizar una parodia
es que tiene que realizarse sobre una obra ya divulgada. La existencia de una
obra original y su conocimiento por parte del público, es lo que permite la rea-
lización de la parodia.

Se trata de reflejar la obra “seria”, cuya expresión es accesible al gran público,


en el espejo de una creada con intención burlesca o divertida.

Sin embargo, al no necesitarse el consentimiento del autor, no se considera que


la obra parodiada sea una realización transformada, lo que nos obliga a plan-
tearnos la naturaleza jurídica de este supuesto.

27. JOSE MIGUEL RODRIGUEZ TAPIA: Op. Cit.

- 155 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Rodríguez Tapia28 señala que “la parodia no es una obra autónoma, sino la in-
corporación de un fragmento de una obra ajena (art. 32) transformado en tono
humorístico, que se incluye en la propia, en un uso proporcionado y leal hacia
el autor, aunque con la inevitable chanza del tono pariodístico, y hacia los con-
sumidores, pues no debe haber peligro de confusión”.

S. Díaz Alabart29 estima difícil encajar la parodia en el género de las obras ori-
ginarias, y tampoco en el de las obras derivadas. En su opinión, se trataría de
un tercer género, en el que sólo figuraría, dadas las dosis de originalidad de que
goza, la parodia.

Estimamos que la parodia, como expresión cultural, arranca del mundo clá-
sico, y se presenta ante el legislador como una situación fáctica, que no puede
ignorar, y lo que hace es regularla jurídicamente. La obra caracterizada como
parodia se entiende como autónoma y original, y está acogida en los diversos
epígrafes del artículo 10.1 a), b), c), d), e) y h)

2º. b) Ejercicio pacífico.

El autor debe responder del ejercicio pacífico de los derechos sobre la obra que
hubiere cedido al editor, prolongándose esta protección durante todo el tiempo
de duración del contrato. Eso significa que debe garantizar al editor la ausencia
de perturbaciones en la titularidad adquirida, respondiendo de la efectividad
económica y jurídica de la cesión de derechos realizada.

Como señala Fernández-Arias30, esta obligación implica que “el autor se encuen-
tra autolimitado respecto a la realización de actos que afecten a los contenidos

28. JOSE MIGUEL RODRÍGUEZ TAPIA: Op. Cit.


29. SILVIA DÍAZ ALABART: “Comentarios a la Ley de Propiedad Intelectual”.
30. CARLOS FERNÁNDEZ-ARIAS SHELLY: Op. Cit.

- 156 -
Carlos Muñoz Viada

de la obra cedida, debiendo mediar una exquisita buena fe, y no perturbando la


identidad de la obra con otras de parecido trazo”.

El autor queda sujeto a una obligación de no concurrencia, lo que significa que


no podrá ceder los derechos de explotación de una obra igual en sus contenidos
a la que fue objeto de la edición. Sin embargo, como menciona Gaya Sicilia31,
habría que precisar que, tratándose de obras científicas, técnicas o didácticas,
“la prohibición de concurrencia sólo será operativa si la segunda obra es, en la
común apreciación del público, fungible respecto de la primera”.

El autor debe prestar mucha atención a su libertad de divulgación y creación


futura, para que ésta no colisione o transgreda los derechos económicos del
primer editor.

Sin embargo, ésta obligación de garantía presenta una excepción, que es la re-
cogida en el artículo 22 del TRLPI referida al derecho de colección por parte del
autor (“La cesión de los derechos de explotación sobre sus obras no impedirá
al autor publicarlas reunidas en colección escogida o completa”).

Otro aspecto destacable de ésta obligación reside en la responsabilidad del


autor, cuando al realizar una obra introduce en su contenido elementos que
puedan dañar a terceras personas, pudiendo incluso violar sus derechos fun-
damentales.

El autor tiene plena libertad de creación, pero con un límite: que no traspase la
frontera de la libertad de otra persona, atentando a su buen nombre, honor o
propia imagen.

31. REGINA GAYA SICILIA: “Comentarios a la Ley de Propiedad Intelectual”.

- 157 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Sin embargo, en el supuesto de que se produzca una violación de estos derechos


de un tercero, cabe preguntarse cual sería el grado de responsabilidad del edi-
tor. En principio, y en base al artículo 1902 del Código Civil, la responsabilidad
debería extenderse al editor que contrató la obra, la reprodujo y la distribuyó.
Pero es que además, como señala Espín Alba32, “el editor no puede manifestar
que desconocía las circunstancias que rodeaban a los hechos de la obra, pue-
sto que conocía su contenido con anterioridad, por ser el objeto del contrato
editorial una cosa cierta y determinada. Los actos ilícitos de la propia obra van
dirigidos contra el honor, la imagen o la reputación profesional de una persona
y sólo adquieren relieve con la divulgación de la obra escrita. Si se tiene en cuenta
que la divulgación es consecuencia del contrato de edición, será el editor re-
sponsable de la distribución y difusión de la obra. [...Además] en el artículo 58
figura que el editor se obliga a realizar estas operaciones por su cuenta y riesgo”.
Por todo ello, la citada autora entiende que el editor se encuentra sumergido en
una responsabilidad civil directa, que, dada la jurisprudencia existente, será de
carácter solidario.

En algunos de los contratos con los que hemos trabajado, nos hemos encontra-
do con cláusulas sobre este tema, con la siguiente redacción: “El autor garanti-
za al editor el disfrute del derecho cedido contra toda interrupción o evicción”.

3º) Corregir las pruebas de la tirada, salvo pacto en contrario.

Esta misma obligación ya la hemos visto antes, aunque caracterizada como un


derecho del autor, pues lo que en el artículo 65.3 es una obligación del autor, en
el artículo 64.d es recogido como un derecho del mismo.

32. ISABEL ESPÍN ALBA: Op. Cit.

- 158-
Carlos Muñoz Viada

Corregir las pruebas significa enmendar los posibles errores ortográficos, sin-
tácticos, o conceptuales existentes, para lograr finalmente que el texto consiga
en su publicación una adecuada presentación. Estos “errores” pueden deberse
a dos circunstancias:

- Que una vez entregada la obra, y durante los procesos de impresión, se pro-
duzca alguna alteración en el texto original del autor.

- Que el propio autor hubiese cometido algún error en el original entregado


al editor, del que no se ha dado cuenta hasta que no realiza una lectura de las
galeradas entregadas por el editor.

Así, la doctrina ha venido señalando la existencia de dos grupos de correcciones:

- Las de estilo o de contenido, que son las atribuibles al autor.

- Las tipográficas, que serán imputables al impresor.

En la práctica, todas las editoriales disponen de un profesional de habilidad


técnica para esta función, cuya colaboración con el autor resulta fundamental
para plasmar la obra creada por éste, y tal como éste la creo, en el soporte que
se distribuirá al publico para que acceda a la obra.

En cuanto al tiempo necesario para que el autor efectúe las correcciones, éste
no viene impuesto por Ley, dejándose a la libre voluntad de las partes. Por ello
resulta tan necesario y recomendable que se establezca expresamente en el con-
trato.

El retraso excesivo en las correcciones puede producir los mismos perjuicios que
ya se han señalado anteriormente al hablar de los plazos de entrega del original.

- 159 -
Basándose en las Recomendaciones y Normas del I.N.L.E., algunos autores
señalan que, si en el contrato no se ha establecido el plazo para realizar las cor-
recciones, se tendrá en cuenta el que es usual dada la extensión del original de
la obra, y que podrá determinarse en el de un día por cada cincuenta páginas.

El problema surge para el supuesto de que el autor se niegue a realizar las cor-
recciones, o cuando excede en demasía el plazo que le ha sido concedido para
ello. La pregunta es, ¿en esos casos podrá el editor encargar dicha revisión a un
tercero, repercutiendo los gastos de esta actividad al propio autor?

La respuesta tiene que ser sin duda negativa, pues realizar eso supone vulnerar
el derecho moral del autor recogido en el artículo 14o.4 del TRLPI, protector de
la integridad de la obra, así como incumplir la obligación impuesta en el artícu-
lo 64o.1 del TRLPI que impide al editor introducir ninguna modificación que
el autor no haya consentido. Así, en estos casos, el editor sólo podrá efectuar
correcciones tipográficas, pero nunca del texto del autor.

Sin embargo, este apartado tercero del artículo 65 termina diciendo “salvo
pacto en contrario”, de lo que se desprende que cabe expresamente suprimir
la corrección del autor, y que ésta obligación de corrección afecte solamente al
editor. Las razones para esto pueden ser de diversa índole, como por ejemplo la
falta de tiempo, o la confianza absoluta en el trabajo del editor.

En este supuesto, se deberá hacer constar tal circunstancia en el contrato, esta-


bleciendo cláusulas del tenor siguiente:

- “Si transcurrido el plazo señalado para la corrección de pruebas sin que el


autor las hubiese realizado, podrá el editor efectuar las correcciones por sí o
por medio de un tercero”.

160
Carlos Muñoz Viada

En cuanto a la posibilidad de repercutir estos gastos de corrección al autor, al-


gunos autores los aceptan en determinadas circunstancias, y aunque a nosotros
nos gustaría que no fuese así, no nos queda más remedio que aceptar su posibi-
lidad de pacto, y con ello su exigibilidad.

En cualquier caso, nos parece importante señalar la conveniencia de fijar una


cláusula contractual que regule la orden de “tírese”, mediante la cual el autor
otorgará su aprobación definitiva a la obra para que comience la reproducción
de la misma. De esta manera, el autor queda satisfecho con la composición de
la obra que va a ser accesible al público, y el editor queda liberado a todos los
efectos de cualquier anomalía que con posterioridad pudiese detectarse en la
obra publicada.

En la práctica contractual es frecuente encontrarse con cláusulas donde se fijan


el plazo y las condiciones para la corrección de las pruebas por parte del autor,
y todas ellas, en general, nos parecen válidas y acertadas, siempre que no ex-
tralimiten y vulneren los derechos que la Ley otorga a los autores, del tipo de
las siguientes:

- “El EDITOR se obliga a remitir al AUTOR las pruebas de tirada tan pronto
como éstas estén listas. El AUTOR se obliga a realizar y devolver, en un plazo
máximo de 20 días naturales, las oportunas correcciones en la reproducción
de la obra”.

- “El Autor revisará y corregirá las pruebas de las tiradas (o dos pruebas en
galeradas y otra en paginación definitiva), en el plazo máximo de 30 días de-
sde su recepción. En caso de que no se verifique, la Editorial podrá hacerlo por
su cuenta sin responsabilidad alguna frente al Autor”.

En cambio, no nos parece correcta la fórmula que hemos encontrado en uno

- 161 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

de los contratos que obran en nuestro poder, que dice: “El EDITOR remitirá al
AUTOR los juegos de pruebas destinados a la corrección del texto, los cuales se
compromete a devolverlos en un plazo máximo de 10 días con las correcciones
a que hubiere lugar, que deberán ser incorporadas al texto. Si transcurrido
dicho plazo no entregara el AUTOR las pruebas, el EDITOR queda facultado
para obtener por si mismo su corrección, sin que le quepa responsabilidad al-
guna si el resultado de dicha corrección no fuera satisfactorio para el AUTOR.
El AUTOR hará las correcciones imprescindibles y que no supongan nunca
una proporción superior a un 5% del total del texto”. Este mismo contrato
continúa diciendo que “Para las correcciones, el AUTOR deberá atender los
requerimientos de modificaciones hechas por el EDITOR a través de las perso-
nas que éste libremente designe. El AUTOR podrá, no obstante, introducir por
su cuenta las modificaciones imprescindibles, entendiéndose que son meras
correcciones de pruebas de imprenta, por lo que, salvo autorización expre-
sa del EDITOR, el AUTOR no estará facultado para introducir otro tipo de
correcciones diferentes a los precitados”, segunda parte abusiva y contraria al
espíritu y a los principios de la vigente Ley de Propiedad Intelectual.

También relacionado con este tema es el asunto de las actualizaciones o revisio-


nes de la obra, muy importante cuando se trata de obras técnicas que necesitan
de permanentes actualizaciones para no quedarse desfasadas. Para estos casos
se redactan cláusulas como la que reproducimos a continuación: “El AUTOR se
compromete a realizar una revisión total de la OBRA en periodos sucesivos de
3 (tres) años o cuando el EDITOR lo estime conveniente, y así lo notifique por
escrito con el objeto de actualizarla de conformidad con los avances tecnológi-
cos, científicos, didácticos o de género que regule el contenido de la OBRA. [...]
Si el AUTOR no realizara la revisión técnica de la OBRA con el objeto de actua-
lizarla dentro de los 6 (seis) meses siguientes de habérsele notificado dicha pe-
tición por escrito por parte del EDITOR sin que medie causa justificada para
ello, éste último tendrá la facultad de solicitar el trabajo de actualización a un

- 162-
Carlos Muñoz Viada

perito experto en la materia de que se trate. Una vez obtenido el material con
el que se pretende actualizar la OBRA primigenia, será sometido a la conside-
ración del AUTOR, quien dispondrá de un plazo de 30 (treinta) días naturales
para formular sus comentarios sobre el particular. Transcurrido este periodo
sin observación alguna por parte del AUTOR, se entenderán aprobadas las
modificaciones propuestas, no reservándose el AUTOR derecho o acción sobre
el particular”.

- 163-
Carlos Muñoz Viada

VIII.OTRAS OBLIGACIONES LEGALES

I. LAS OBLIGACIONES ADMINISTRATIVAS

I. a) EL DEPÓSITO LEGAL

La obligación de Depósito Legal consiste en la entrega, en varias agencias espe-


cificadas, de un número determinado de ejemplares, y tiene su origen en nue-
stro país con la creación de la Librería Real, hoy Biblioteca Nacional, en 1.711,
como medio de aumentar sus fondos bibliográficos, manteniéndose vigente
hasta la actualidad.

Tras la publicación de la Ley de Propiedad Intelectual de 1.987, el Registro


adquirió, como ya hemos visto, un carácter meramente voluntario, a pesar de
que se mantiene la coordinación entre Registro y Depósito, en cuanto que el
dato del número del Depósito Legal es uno de los que hay que aportar a la soli-
citud de inscripción.

En la Disposición Adicional Primera del TRLPI se establece que “El depósito

- 165 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

legal de las obras de creación tradicionalmente reconocido en España se regi-


rá por las normas reglamentarias vigentes o que se dicten en el futuro por el
Gobierno, sin perjuicio de las facultades que, en su caso, correspondan a las
Comunidades Autónomas”.

La vigente regulación en esta materia proviene de la “Orden de 30 de octubre


de 1.971 por la que se aprueba el Reglamento del Instituto Bibliográfico Hispa-
no”, donde se exige el depósito de libros y cualesquiera impresos (artículo 9
de la Orden), con determinadas excepciones, imponiéndose la obligación a los
impresores de:

- Solicitar primero el número de Depósito.

- Imprimir en los volúmenes el número de Depósito.

- Constituir después el Depósito definitivo (artículo 15) de cinco ejemplares para


las obras sujetas a ISBN, y de tres para las restantes (artículo 27).

En el supuesto de que no se cumpla esta obligación, resulta evidente que el


autor es el único que no puede verse perjudicado por este incumplimiento y sus
eventuales sanciones, y que será el editor quien cargue con esa responsabilidad,
ya que es él quien se ha hecho responsable de la reproducción de la obra y de
todos los riesgos y exigencias que ello conlleva.

Lacruz Mantecón33 critica la falta de justificación del Depósito Legal, que en su


opinión no es depósito ni “donación obligatoria”, sino una suerte de impuesto
mediante el cual se nutren de fondos las bibliotecas públicas, pero que pagan
exclusivamente los sujetos implicados en una edición.

33. MIGUEL L. LACRUZ MANTECON: Op. Cit.

- 166-
Carlos Muñoz Viada

En cuanto a la práctica contractual, y a pesar de las recomendaciones estable-


cidas en el modelo de contrato consensuado entre la ACE y la FGEE, donde se
dice que se compromete el editor a mencionar la reserva de derechos “y a obser-
var las formalidades administrativas requeridas para la circulación de la obra”,
no es habitual la inclusión de cláusulas relativas a ésta materia; y las pocas exi-
stentes, se manifiestan en términos muy parecidos a la cláusula reproducida.

I. b) EL NUMERO ISBN.

La introducción del número de ISBN, o Internacional Standard Book Number,


se produce como consecuencia de la necesidad de un sistema de identifica-
ción internacional para los libros, en vistas a la racionalización del mercado.

En nuestro país el ISBN se implantó mediante el Decreto de 2 de noviembre de


1.972, cuyo artículo primero reza: “Toda clase de libros y folletos, incluyéndose
en éste concepto las separatas, llevará impreso, además del número y siglas
correspondientes al Depósito Legal, el número ISBN (Internacional Standard
Book Number)”.

Hoy en día, la asignación de éste número lo gestiona la Agencia Española del


ISBN, dependiente de la Dirección General del Libro y Bibliotecas, en virtud de
la Orden de 25 de marzo de 1.987, cuyo artículo 5o establece que “Los editores
facilitarán a los impresores tanto el número ISBN como el nombre completo
del autor que corresponda a cada obra”.

El número ISBN contiene información acerca del libro que designa, y está for-
mado por 19 dígitos divididos en 4 grupos:

- 1ª parte. Identificación del grupo nacional, geográfico o lingüístico de las edi-


toriales.

- 167 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

- 2ª parte. Prefijo editorial: Identifica a un editor concreto dentro del grupo


anterior.

- 3ª parte. Número del título: Identifica una obra o una edición de la misma.

- 4ª parte. Dígito de comprobación: Es un único número y aparece en último


lugar.

Cada diferente edición de una misma obra, incluso si sólo cambia de formato,
tendrá que llevar un nuevo número de ISBN, pero no las reimpresiones en las
que la obra no sufre ningún cambio.

Si se trata de una obra en varios volúmenes, deberá asignarse un ISBN al


conjunto de la obra, y otro distinto a cada uno de los volúmenes que la integran.

La impresión del número del ISBN se podrá efectuar en cualquiera de los si-
guientes lugares: el reverso de la portada o al pié de ésta, en la base del lomo, al
pié de la cubierta, al pié de la contraportada o al de la sobrecubierta. En cual-
quier caso, ha de ser fácilmente visible, exigiéndose además que se imprima en
un tipo de imprenta legible, no menor de 9 puntos.

I. c) EL NÚMERO ISSN.

Al igual que el anterior, el ISSN o Internacional Standard Serial Number, es


otro sistema de identificación de publicaciones.

En este caso, su objeto es la identificación de publicaciones seriadas o periódi-


cas, y está administrado por el ISDS o Centro Internacional de Registro de Pu-
blicaciones Seriadas, con sede en París y Centros nacionales en algunos países.

- 168-
Carlos Muñoz Viada

I. d) EL REGISTRO DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL.

El Preámbulo de la Ley de Propiedad Intelectual de 11 de noviembre de 1.987


establecía que “... si bien el reconocimiento de los derechos de propiedad inte-
lectual no está sujeto a requisitos formales de ningún tipo, la Ley faculta a los
titulares de los mismos para que, como medida especial de protección y salva-
guarda, procedan a su inscripción en el Registro de la Propiedad Intelectual
y puedan utilizar los símbolos creados por las Convenciones Internacionales
sobre la materia”.

El actual TRLPI de 1.996 hace referencia al Registro en el Título II del Libro III,
titulado “El Registro de la Propiedad Intelectual”.

En el artículo 144 se recoge que: “1. El Registro General de la Propiedad Inte-


lectual tendrá carácter único en todo el territorio nacional. Reglamentaria-
mente se regulará su ordenación, que incluirá en todo caso, la organización
y funciones del Registro Central dependiente del Ministerio de Cultura y las
normas comunes sobre procedimiento de inscripción y medidas de coordina-
ción e información entre todas las Administraciones públicas competentes. 2.
Las Comunidades Autónomas determinarán la estructura y funcionamiento
del Registro en sus respectivos territorios, y asumirán su llevanza, cumplien-
do en todo caso las normas comunes a que se refiere el apartado anterior”.

En cuanto al carácter de la inscripción, ésta deja de ser necesaria para la con-


servación del derecho que tenía en el anterior sistema. Ya no se discute si la
inscripción es declarativa o constitutiva, ya que ahora resulta evidente que es
declarativa, tal como se deduce de lo establecido en el artículo 1 del TRLPI,
donde se dice que es reconocida y protegida la propiedad intelectual de la obra
“por el sólo hecho de la creación”.

- 169-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

La inscripción es por tanto puramente voluntaria, con un carácter de protección


y salvaguardia de los derechos, produciendo, como señala Espín Alba34, una
presunción iuris tantum de pertenencia de los derechos en la forma.

Así, tanto el autor como el editor, este último en su calidad de “sucesivos titu-
lares”, están legitimados para solicitar la inscripción, aunque ninguno de ellos
está obligado a hacerlo.

En la práctica contractual, aunque no es muy habitual, nos hemos encontrado


con alguna cláusula relativa a este tema, aunque redactada como un derecho
y no una obligación para el editor: “El autor faculta al editor para que, en el
marco de lo dispuesto en la Ley, realice, si lo estimase oportuno, cuantas ac-
tuaciones sean pertinentes en orden a la inscripción de los derechos relativos
a la obra objeto del presente contrato que se desprendan de éste”.

I. e) EL COPYRIGHT.

En este epígrafe nos referimos por un lado al autor o titular sucesivo que en-
carna el aspecto creador de la obra, y por otro al cesionario en exclusiva del
derecho de explotación o de producción protegido por la Ley.

El artículo 146 del TRLPI establece que: “El titular o cesionario en exclusiva de
un derecho de explotación sobre una obra o producción protegida por esta Ley
podrá anteponer a su nombre el símbolo (c) con precisión del lugar y año de
la divulgación de aquéllas.

Asimismo, en las copias de los fonogramas o en sus envolturas se podrá ante-

34. ISABEL ESPIN ALBA: Op. Cit.

- 170 -
Carlos Muñoz Viada

poner al nombre del productor o de su cesionario, el símbolo (p), indicando el


año de la publicación.

Los símbolos y referencias mencionados deberán hacerse constar en modo


y colocación tales que muestren claramente que los derechos de explotación
están reservados”.

Con éste artículo del Texto Refundido, el legislador consagra y moderniza un


derecho de procedencia extranjera, que permite clarificar a todos los efectos
de conocimiento y de ejercicio de acciones ante los Tribunales quién es el autor
o autores de una obra o producción, y quién es el cesionario en exclusiva del
derecho de explotación.

El símbolo es utilizado como contraseña identificadora de las personas natura-


les y jurídicas que aparecen en la obra, lo que constituye una clave internacional
de orientación de estos extremos. Caben pues, en la edición de un libro, dos
copyright, uno a favor del autor y otro esclareciendo el cesionario exclusivo de
explotación de los ejemplares. Se trata de una medida convencional y que en el
Texto Refundido adquirirá una naturaleza dispositiva y de carácter facultativa,
ya que se “podrá anteponer a su nombre el símbolo ©”, constituyendo un ele-
mento de protección, compatible con la inscripción voluntaria de la obra en el
Registro de Propiedad Intelectual, y estableciendo una presunción de autoría
o explotación de derechos ante el ejercicio de acciones ante los Tribunales, ya
que no es medio de prueba. En este sentido, el valor que se deduce del artículo
146 es el de una presunción illris tantum del derecho que corresponde al autor
o autores y al cesionario de la explotación.

Esta es la consagración en nuestro derecho positivo de lo establecido en los


pactos internacionales de la Convención Universal de Ginebra, de 6 de septiem-
bre de 1952, sobre los derechos de autor, revisada en París el 24 de julio de 1971

- 171 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

(ratificada por España el 7 de marzo de 1974. BOE n° 13 de 15 de enero de 1975),


y el Convenio de Berna, de 9 de septiembre de 1886 para la protección de las
obras literarias y artísticas, revisado en París el 24 de julio de 1971 (ratificación
efectuada por España el 2 de julio de 1973. BOE n° 260 de 30 de octubre de
1974).

En el Primer Tratado, en el artículo III, se superan las formalidades que enume-


ra para la protección de los derechos de los autores en los Estados contratantes
cuando en los ejemplares publicados con autorización del autor o cualquier otro
titular de sus derechos, llevan el símbolo ©, acompañado del nombre del titular
y la indicación del año de la primera publicación. Se pide que se muestre clara-
mente que el derecho de autor está reservado.

El matiz de este derecho de ámbito internacional tiene una vertiente informati-


va para la comunidad del derecho de propiedad intelectual, y un aspecto de pre-
sunción posesoria del mismo. No obstante, se advierte en el artículo III.2 que
las disposiciones previstas no impedirán a ningún Estado el someter a ciertas
formalidades u otras condiciones para asegurar el goce y ejercicio del derecho
de autor a las obras publicadas por primera vez. Ello implica el poder en todo
momento polemizar y buscar la verdad de la autoría frente a apariencias mera-
mente simbólicas.

Con referencia al Convenio de Berna es de aplicación el artículo 15 para los


autores de las obras literarias y artísticas, y establece su protección ante los Tri-
bunales para demandar a los defraudadores, siendo suficiente “que su nombre
aparezca en la obra en la forma usual”.

En ambos Convenios se legitima la autoría de manera presuntiva, y ello es en


principio suficiente para acudir ante los órganos jurisdiccionales, más cabe
aducir pruebas en contrario que puedan demostrar la verdadera autoría.

- 172 -
Carlos Muñoz Viada

El contenido de los pactos antes señalados ha sido determinante para la redac-


ción del artículo 146 del Texto Refundido, y aplicable en todos los contratos de
edición de libros, en el que se hace constar que en el dorso de la segunda por-
tadilla de los ejemplares figurarán las expresiones características del precepto
junto al nombre del autor, titular y cesionario de la edición.

La utilización generalizada en los libros del copyright, se impuso progresiva-


mente a partir de la ratificación de España de la Convención Universal de los
derechos de autor (1974), provocando durante un tiempo una situación legal de
difícil entendimiento, pues entonces permanecía la vigencia de la Ley de 1879,
con la exigencia del artículo 36, en el que se establecía que para gozar de los
beneficios de esta Ley, era necesario haber inscrito el derecho en el Registro
de la Propiedad Intelectual, en los plazos que se preveían, y en su defecto, se
daban las consecuencias de los artículos 38 y 39, bien operando la posibili-
dad de la reimpresión de la obra o la entrada definitiva en el dominio público.

Además, también había que tener en cuenta el contenido del artículo 6° del mi-
smo cuerpo legal, poniendo de relieve la transmisibilidad de la propiedad inte-
lectual por actos entre vivos. Situación de legitimidad admitida en el ordena-
miento internacional (art. III de la Convención Universal de Ginebra), pero a
veces de resultados difíciles conforme al último ordenamiento citado, si tenemos
en cuenta comparativamente los efectos de protección de que goza un autor de
uno de los Estados adheridos a la Convención en relación con un autor español.

En la actualidad y una vez desaparecida la obligatoriedad registral, se produce


una mayor coherencia entre los autores de los Estados adheridos al Convenio,
y permite racionalmente a efectos de una mayor publicidad, tanto inscribir vo-
luntariamente el derecho de autor en el Registro de Propiedad Intelectual, como
que conste de manera inequívoca en la obra editada los símbolos que establece
el artículo 146 del TRPI.

- 173 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Podrán ejercitar el contenido del artículo 146 en cuanto a sus símbolos o indica-
ciones en las ediciones, de acuerdo con lo dispuesto en el párrafo 1°, los autores,
como personas naturales, de manera singular o en régimen de colaboración se
podrá individualizar los símbolos; en supuestos hereditarios, puede figurar la
designación de herederos del autor que figura en el libro; si la obra se divulga en
forma anónima o seudónima, es conveniente que aparezca el nombre del editor
que saca a la luz la obra para conocer en todo caso con quién hay que comuni-
carse para el ejercicio de los derechos; toda persona que divulgue lícitamente
una obra inédita que se encuentre en dominio público. En la obra compuesta
figurarán ambos autores. Tratándose de una obra colectiva, utilizará el símbolo,
el editor que edita y divulga la obra bajo su nombre, salvo pacto en contrario, lo
que no impide la denominación de los autores aportantes en los ejemplares que
se publiquen; en el supuesto de transmisión de los derechos del autor asalaria-
do, a falta de pacto escrito se presumirá que los derechos de explotación han
sido cedidos en exclusiva al empresario, lo que acontece de manera generaliza-
da en todos los casos de cesión en exclusiva.

Cabe, a juicio de Rodríguez Tapia, “que la mención omita el nombre de uno


o de todos los titulares de los derechos, dejando sólo constancia del lugar y
fecha. La eficacia de dicha reserva radica en la advertencia de que hay derechos
exclusivos”.

A tenor del párrafo segundo del artículo 146, junto a la (p) significativa del pro-
ductor o cesionario de los fonogramas, es posible la aparición de una © expresi-
va de la autoría sobre la existencia de ilustraciones o bien de las composiciones
musicales que se encuentran grabadas.

El artículo III de la Convención Universal, no recoge este requisito. Su objetivo


es la protección del autor del país signatario, que publica su obra fuera del ter-
ritorio donde pretende ejercer sus derechos y desde la primera publicación de

- 174 -
Carlos Muñoz Viada

dicha obra. Todos sus ejemplares llevan el símbolo © en unión del nombre del
titular del derecho de autor y la indicación del año de la primera publicación.

El Tribunal, con arreglo a esta norma, considera cumplidos los requisitos inter-
nos de su legislación si están establecidas formalidades legales, con sólo atener-
se a la presunción de exactitud en orden a la titularidad de la autoría, y siempre
que este no sea nacional de ese Estado, pero si de otro contratante y signatario
de la Convención.

En el Convenio de Berna el principio de protección se encamina al país de ori-


gen donde las obras se han publicado por primera vez dentro de los países de
la Unión, con las excepciones que se establecen en el artículo 5 epígrafes e) - i).

Lo indicado, puede servir en términos orientativos para la respuesta legal de


nuestro ordenamiento a través del artículo 146, pues al haber desaparecido los
condicionamientos internos que existían a través de una protección registral,
el símbolo expresivo de una autoría, no sólo tendrá consistencia de presunción
para autores de otros Estados signatarios, sino que implicará un goce de este
derecho para el ejercicio de sus propias acciones a un nacional. Por otro lado,
se introduce en nuestro ordenamiento el concepto del país de origen de la obra,
lo que determinará, en el orden sustantivo, el derecho objeto de aplicación. Así
pues, la previsión del lugar donde se ha llevado a cabo la publicación orienta
definitivamente a concretar el derecho nacional del sujeto autor y los Convenios
internacionales que procedan.

Tanto en los contenidos del párrafo primero como en el segundo se tiene en


cuenta el año de divulgación de la obra y se indicará en la misma. Constará
el año natural en que se haga accesible por primera vez al público, y según se
establece en el párrafo tercero del artículo 146, los símbolos y referencias se
harán constar en modo y colocación que expresen claramente que los derechos

- 175 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

de explotación están reservados. La labor de colocación será relativa y depen-


derá de la clase de la obra que corresponda, tratándose de un derecho de dispo-
sición. Debemos considerar que los símbolos tienen un carácter informativo,
ex¬presión respecto del objeto o soporte en el que se incluye la obra del ingenio,
poseída por el autor y explotada por un cesionario en exclusiva. La reserva de
derechos, si algún significado debe tener en la normativa internacional, es la
de que llegue al mayor número de personas posibles el conocimiento de esta
situación a los efectos del ordenamiento de la propiedad intelectual. Por esta
razón, en lugar adecuado debe figurar la © o la (p) seguida del nombre del
autor, titular o cesionario en exclusiva del derecho de explotación. Constarán
estas circunstancias en las páginas de créditos de todos los ejemplares de la
edición de un libro, en películas al principio o fin de los fotogramas, en obras
audiovisuales en las copias de los fonogramas o en sus carátulas. Por la disponi-
bilidad del derecho, por la singularidad del soporte y tratarse de obras únicas ha
sido más infrecuente la figuración de estas indicaciones en obras reflejadas en
edificios, estatuas o cuadros, quizá porque la publicidad de estas circunstancias
se simplificaban y se concentraban en la propia obra.

Como se indicó, en una obra o producción protegida por la Ley debe también
figurar el año de divulgación de ésta y en las copias de los fonogramas o en sus
envolturas el año de su publicación. El legislador distingue ambos significa-
dos a tenor del artículo 4° del TRPI. Contempla en el primer caso, un término
más adecuado al derecho de autoría como es la divulgación, y en el segundo, la
publicación como expresión de poner a disposición del público un número de
ejemplares de la obra que satisfaga razonablemente sus necesidades de acuerdo
con la naturaleza de la misma.

El origen de este derecho se encuentra en el Estatuto de la Reina Ana de Ingla-


terra de 1709, que estableció el derecho de protección de copyright durante un
tiempo en beneficio de los herederos del autor, a partir de la divulgación de la

- 176 -
Carlos Muñoz Viada

obra. Ello daba lugar a un régimen de especial importancia dado el efecto que
producía la fecha en cuanto a exactitud del momento de la divulgación y el de
no crear situaciones de incertidumbre o fraudulencia para el ejercicio de los
derechos por los herederos.

Este sistema de publicidad se acogió en las normas de los EEUU, lo que deter-
minó su concreción posterior en la Convención Universal de Ginebra de 6 de
septiembre de 1952, sobre los derechos de autor, revisada en París el 24 de julio
de 1971. El artículo III se refiere a la primera publicación de la obra en cuan-
to a la utilización de los símbolos, señalándose que debe figurar “la indicación
del año de la primera publicación”. Esta fecha junto a las demás indicaciones
(símbolo y nombre) “deben ponerse de manera y en tal lugar que muestren
claramente que el derecho de autor está reservado”.

El Convenio de 1952 influyó en nuestra legislación en este punto, y en la Ley


de 1987 en su artículo 131 se mencionó el año de la divulgación de la obra, con
independencia del sistema de protección de los derechos del autor en su futuro.
No se tiene en cuenta que para el cómputo del plazo de protección se efectuarán
desde el día 1 de enero del año siguiente. El artículo 146 en su primer plazo,
señala los datos identificadores referidos al momento de divulgación de la obra,
lo que obliga a precisar esta ocasión a tenor de la definición del artículo 4° del
TRPI. Problemas que pueden surgir en aquellas obras que permiten reproducir
ejemplares y que por consiguiente se debe acudir a la primera expresión de la
obra apareciendo en público, lo que determinará el momento de la divulgación a
efectos de señalar el año. Será en esta circunstancia, el primer año a que se refiere
la Convención de Ginebra y que expresará la reserva de derechos en unión de las
otras indicaciones. Menos dificultad presentará las obras únicas a estos efectos.
Respecto del segundo párrafo del artículo 146 referido a las copias de los fono-
gramas cabe efectuar las mismas observaciones, si bien el legislador se refiere
al año de publicación. Una vez más habrá que tener en cuenta el artículo 4° del

- 177 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

TRLPI y aplicar el concepto de publicación no siendo aceptable cualquier acto


de exteriorización sino precisar el año natural en que se ha realizado la puesta a
disposición del público de un número de ejemplares de la obra suficientes para
haber colmado el conocimiento generalizado de ésta.

Rodríguez Tapia35 estudia la postdatación y la antedatación del año de la divul-


gación o publicación, en los supuestos de analizar la responsabilidad de aquel
sujeto que efectuó una notificación inadecuada, estimando que le afectarán “los
efectos que le sean perjudiciales e impidiendo los efectos beneficiosos que le
pudiera reportar”. Analiza en el primer caso de la postdatación la llevada cabo
por el autor de una obra, estimando que si no existe una consideración dolosa
de la situación, el supuesto es irrelevante; sí afecta al cesionario de una obra
individual y en la cesión no consta ningún plazo, aparece una presunción de
cinco años (art. 43.2 TRPI). El acento más importante que puede conducir a un
fraude de leyes en aquellos casos en que la protección se contará desde la fecha
de divulgación.

35. JOSE MIGUEL RODRÍGUEZ TAPIA: Op. Cit..

- 178 -
Carlos Muñoz Viada

IX.SUPUESTOS DE NULIDAD Y DE SUBSANA-


CION DE OMISIONES

El artículo 61 del TRLPI regula los supuestos de nulidad y de subsanación


de omisiones, y establece que:

“1. Será nulo el contrato no formalizado por escrito, así como el que no exprese
los extremos exigidos en los apartados 3º y 5º del artículo anterior.

2. La omisión de los extremos mencionados en los apartados 6º y 7º del artícu-


lo anterior dará acción a los contratantes para compelerse recíprocamente
a subsanar la falta. En defecto de acuerdo, lo hará el Juez atendiendo a las
circunstancias del contrato, a los actos de las partes en su ejecución y a los
usos.”

En relación con el artículo anterior, en este precepto se establece la sanción


correspondiente a la cesión realizada sin cumplir con los requisitos que antes se
establecieron. Aquí, el Texto Refundido protege a la parte supuestamente más
débil con la sanción de nulidad en los supuestos de que el contrato no se forma-

- 179 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

lice por escrito ni se recojan las determinaciones referentes al número máximo


y mínimo de ejemplares que comprenderá la edición o las ediciones que se esti-
pulen. También el legislador extiende estos efectos a la obligación de concretar
la remuneración del autor, establecida sobre bases de proporcionalidad o de
forma fija en los casos especificados en la Ley.

En un segundo término el Texto Refundido hace referencia a supuestos de su-


bsanación, en concreto a la omisión en el contrato de los plazos de entrega del
original por el autor al editor y la puesta en circulación de los ejemplares de la
primera o única edición.

En este caso, surge para los contratantes un derecho de índole recíproca a cor-
regir estas carencias de mutuo acuerdo, y de no lograrse se puede acudir al
órgano jurisdiccional competente para resolver el conflicto, quien deberá tener
en cuenta las circunstancias del contrato, los actos de las partes y a los usos
habituales del sector.

Muy clara es la postura de la jurisprudencia en este tema, como podemos ver


en los fragmentos de las Sentencias de la Sala 1a del Tribunal Supremo que
reproducimos a continuación:

- STS de 3 de junio de 1.991: “Con estas disposiciones de la LPI se trata de pro-


teger a los autores, a los que les asiste el derecho de decir su verdad artística y
también el derecho de exteriorizarla y anunciarla a los demás”.

- STS de 31 de mayo de 2.005: “Esta actividad creadora está asistida de los


necesarios derechos para su protección más adecuada, derechos unos de con-
tenido patrimonial y otros, los más importantes, de orden personal y moral
y así el artículo 14 de la LPI expresamente los recoge, entre ellos está el de
decidir si la obra ha de ser divulgada y en que forma”.

- 180-
Carlos Muñoz Viada

A continuación vamos a analizar cada una de las causas de nulidad previstas


por el TRLPI:

a) Nulidad del contrato no formalizado por escrito.



El legislador demuestra un especial interés en la formalización por escrito del
contrato de edición, y castiga su ausencia con la nulidad del mismo. Esta exi-
gencia supone una excepción al principio general que en materia de contrata-
ción se consagra en el artículo 1.278 Código Civil.

Este mismo interés en la forma escrita se pone de manifiesto en el artículo 45


del TRLPI, pero su falta tiene un tratamiento jurídico menos rigorista (Art. 45:
“Toda cesión deberá formalizarse por escrito. Si, previo requerimiento feha-
ciente, el cesionario incumpliere esta exigencia, el autor podrá optar por la
resolución del contrato”). Así, si la cesión no ha se ha formulado por escrito,
cabe un requerimiento fehaciente, y si entonces el cesionario incumpliese esta
exigencia, el autor podrá optar por la resolución del contrato.

La diferencia de tratamiento en uno y otro caso puede resultar sorprendente,


más que nada porque el artículo 45 que regula la transmisión de los derechos
de explotación, parece gozar de una mayor generalidad e importancia que el
artículo 61, al encontrarse subsumido en el Capítulo Primero, correspondiente
a las Disposiciones generales.

Esta situación ha determinado que Gómez Laplaza36, en su estudio del contrato


de edición, diga que “desde esta perspectiva, y sin pretender entrar en el análi-
sis del artículo 61, la forma escrita a que alude el artículo 60 no parece que sea

36. CARMEN GOMEZ LAPLAZA: Op. Cit.

- 181 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

una forma ad substantiam. No estamos ante un contrato formal. Basta argu-


mentar recurriendo al artículo 45”.

No obstante, si tenemos en cuenta los precedentes de la Ley de Propiedad Inte-


lectual de 1.987 y el importante principio tuitivo a favor del autor que presidió
toda su formulación, no nos resulta extraño esta determinación tan diferente
en sus consecuencias, porque si bien existe un desnivel teórico entre lo general,
acogido en la transmisión “inter vivos”, y lo particular del contrato de edición,
correspondiente al Capítulo II, es el propio legislador el que establece la aplica-
ción preferente de disposiciones en el artículo 57 del TRLPI y en la transmisión
de derechos de autor para su explotación a través de la modalidad de la edición,
se regirá por lo establecido en las disposiciones específicas de este Libro I, y en
lo no previsto en las mismas, por lo establecido en este capítulo. Es decir, que a
estos efectos, el legislador tuvo en cuenta la importante realidad del contrato de
edición frente a la impersonal y generalizada posibilidad de transmitir otros de-
rechos de explotación en sus diversas modalidades. Dada la importancia de este
contrato, revistió su formulación de un contenido mínimo, exigiendo su forma-
lización por escrito y otorgando efectos de nulidad si se conculca tal mandato de
ley. El legislador tuvo presente que de abordar esta cuestión en un texto legal
tenía que suprimir prácticas equivocadas de etapas anteriores, abusos en oca-
siones realizados por editores prepotentes, ignorancias manifiestas y buena
fe sorprendida en el quehacer de la contratación. Si el contrato se redactaba,
se concretaban las partes, constaban los ejemplares a editar, se precisaba la
retribución del autor, etc. En este sentido creemos que debe manifestarse que
existe un distinto tratamiento jurídico entre los efectos que prevé el artículo
45 y los correspondientes al artículo 60 y 61.1 del TRL-

PI, aunque como señala Espín Alba37“... el contenido de los artículos 60 y 61

37. ISABEL ESPIN ALBA: Op. Cit.

- 182-
Carlos Muñoz Viada

debe ser interpretado de forma integradora, sino carecería de sentido imponer


la sanción de nulidad para la ausencia de determinados requisitos, si estos no
debieren ser probados por la forma escrita”.

Rodríguez Tapia y Bondía Roman38 analizan el requisito del contrato de edición


bajo la forma ad solemnitatem, y señalan después de carac¬terizar diversas po-
siciones doctrinales que “El artículo 60 es norma especial respecto de la del
artículo 45. El contrato de edición que no conste por escrito es nulo de pleno
derecho...”.

En la práctica, si un autor se encuentra con que un editor está publicando su


obra sin que medie contrato de edición, lo más acertado es que proceda a reque-
rir al editor la formalización del mismo, y que solamente en el caso de que éste
no atienda a su petición, proceda a instar, ante la autoridad judicial procedente,
la nulidad de la cesión.

b) Nulidad del contrato si no se expresa el número máximo y mínimo de


ejemplares que alcanzará la edición o cada una de las que se convengan.

De todas las menciones que el legislador ha querido que se expresaran en el


contrato de edición, destacan como imprescindibles para su existencia las cor-
respondientes al número máximo y mínimo de ejemplares que el editor va a
distribuir, y la remuneración que el autor va a recibir. Esto nos da una idea de la
importancia que el legislador otorga a estos aspectos, pues su ausencia provoca
la nulidad.

Respecto de la primera determinación del artículo 61.1 referido a la concreción

38. JOSE MIGUEL RODRIGUEZ TAPIA y FERNANDO BONDÍA ROMÁN: “Comentarios a la Ley
de Propiedad Intelectual”

- 183-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

del número de ejemplares que habrán de ser objeto de edición, significa un paso
adelante en la reivindicación de los autores frente a los editores de conocer con
exactitud todos los extremos ligados al precio compensatorio que percibirá el
autor.

Nos parece claro que la intención del legislador es proteger al autor fijando la
extensión del derecho de reproducción, cuya titularidad, como consecuencia de
la transmisión está en poder del editor.

La omisión de este requisito ha llevado a la doctrina a considerar que nos en-


contramos ante un supuesto de nulidad relativa. El número de ejemplares se
integra en los elementos estructurales del propio artículo 58, puesto que existe
por parte del autor una cesión al editor de la obra para su reproducción y di-
stribución, que se traduce en la conversión de un número de ejemplares, que a
su vez originarán una compensación económica al autor. El conocimiento de su
tirada será uno de los factores del grado de beneficio económico que obtendrá
el autor.

Sin embargo, este requisito y el efecto anulatorio en su ausencia, tienen una


excepción prevista en el apartado 1o del artículo 71 del TRPI, que establece, en
relación al contrato de edición musical, que “Será válido el contrato aunque no
se exprese el número de ejemplares”. Sin embargo, este artículo no termina así,
sino que a continuación, advierte al editor de la necesidad de confeccionar y di-
stribuir ejemplares de la obra en cantidad suficiente en correspondencia con las
necesidades de la explotación (“No obstante, el editor deberá confeccionar y
distribuir ejemplares de la obra en cantidad suficiente para atender las nece-
sidades normales de la explotación concedida, de acuerdo con el uso habitual
en el sector profesional de la edición musical).

- 184-
Carlos Muñoz Viada

Además de esta excepción, Torres García39 señala también la existencia de una


limitación en el caso de pactar el autor y el editor un régimen de control de
tirada mediante numeración o contraseñado de los ejemplares de cada edición
(RD. 25 de abril 1988. Art. 6°).

c) Nulidad del contrato si no se hace constar la remuneración del autor


establecida conforme a lo dispuesto en el artículo 46 del TRLPI.

Será nulo el contrato en el que no se exprese lo dispuesto en el apartado 5o del


artículo 60 del TRLPI, en relación a fijar por escrito la remuneración del autor,
establecida ésta conforme a lo dispuesto en el artículo 46 del TRPI.

La referencia a este artículo expresa el reconocimiento del régimen económico


del autor, bien el general, basado en criterios de proporcionalidad, o bien el
excepcional, que implica una remuneración a tanto alzado si se dan los supue-
stos que enumera el artículo 46.

Esta mención se encuentra ligada al del apartado 3° del artículo 60 por ser de-
terminante del beneficio que podrá obtener el autor.

Se considera que este requisito forma parte de la propia esencia del contrato
de edición al tenerse en cuenta en el artículo 58 que la cesión que se efectúa
al editor es “mediante compensación económica”. Por eso, existe la necesidad
primordial de que conste por escrito el régimen económico que debe prevalecer
durante el desarrollo del contrato editorial.

En la remuneración proporcional existe una participación en los ingresos de


la explotación, según una cuantía convenida, que deberá ser abonada en unos

39. TEODORA F. TORRES GARCÍA: “Comentarios a la Ley de Propiedad Intelectual”.

- 185-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

plazos previstos. En su defecto la liquidación se efectuará al menos una vez cada


año, y a través de su contenido se realizará una rendición de cuentas al autor
(artículo 64.5° TRLPI).

Igualmente establece este mismo artículo que el editor pondrá anualmente a


disposición del autor un certificado en el que constarán los datos relativos a la
fabricación, distribución y existencia de ejemplares.

Podrá estipularse, en su caso, una remuneración a tanto alzado para los


supuestos que, de manera precisa, enumera el artículo 46 del TRLPI, que esta-
blece que: “Podrá estipularse, no obstante, una remuneración a tanto alzado
para el autor en los siguientes casos:

a) Cuando, atendida la modalidad de la explotación, exista dificultad grave


en la determinación de los ingresos o su comprobación sea imposible o de un
coste desproporcionado con la eventual retribución.

b) Cuando la utilización de la obra tenga carácter accesorio respecto de la


actividad o del objeto material a los que se destinen.

c) Cuando la obra, utilizada con otras, no constituya un elemento esencial de


la creación intelectual en la que se integre.

d) En el caso de la primera o única edición de las siguientes obras no divulga-


das previamente:

1º Diccionarios, antologías y enciclopedias


2º Prólogos, anotaciones, introducciones y presentaciones.
3º Obras científicas.
4º Trabajos de ilustración de una obra.

- 186-
Carlos Muñoz Viada

5º Traducciones.
6º Ediciones populares a precios reducidos”.

Además, podrá acontecer una acción revisora si se diese una manifiesta despro-
porción entre la remuneración del autor y los beneficios obtenidos por el cesio-
nario, tal como se establece el artículo 47 del TRLPI: “Si en la cesión a tanto
alzado se produjese una manifiesta desproporción, entre la remuneración del
autor y los beneficios obtenidos por el cesionario, aquél podrá pedir la revi-
sión del contrato y, en defecto de acuerdo, acudir al Juez para que fije una
remuneración equitativa, atendidas las circunstancias del caso. Esta facultad
podrá ejercitarse dentro de los diez años siguientes al de la cesión”.

La omisión de la remuneración del autor, como contenido mínimo del contrato


editorial, y dado el sentido tuitivo del mismo, nos lleva una vez más a la caracte-
rización de que el aspecto sancionador redundará en una nulidad; y que estará
legitimado para su activación el autor, no considerando en esta circunstancia
al editor.

Podría plantearse que la remuneración no estuviese reflejada por escrito en el


contrato editorial, pero eso siempre que se pudiese demostrar su existencia por
otros medios. No obstante, según indica Rodríguez Tapia40, respecto de esta
nulidad “[...] que no existe posibilidad de suplidas por índices externos, proba-
blemente ni siquiera por medio de condiciones generales a los que se refiere el
artículo 73 [...]”. Por ello, afirma que: “Al menos que se trate de un supuesto que
admita la aplicación de tarifas o condiciones generales, la ausencia del pacto
sobre el precio es insubsanable y el contrato de edición inexistente (art. 1261
2° CC)”.

40. JOSE MIGUEL RODRÍGUEZ TAPIA: Op. Cit

- 187 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Se producirá una situación de invalidez por nulidad absoluta en la que no cabría


confirmación por inexistencia del negocio jurídico y que, previa restituciones
recíprocas, tendría que nuevamente suscribirse, en su caso, otro contrato edi-
torial.

d) Omisión de plazos de entrega del original por el autor, y de la puesta


en circulación de los ejemplares de la primera o única edición por el editor.

El artículo 61.2 del TRLPI se refiere a la omisión en el contrato editorial de


los plazos para la puesta en circulación de los ejemplares por el editor, o de la
entrega de la obra original por el autor, dando lugar a una respectiva acción a
las partes contratantes para compelerse recíprocamente para subsanar tal falta.
Si no lograsen un acuerdo, se prevé que el órgano jurisdiccional lo determine,
según las circunstancias del contrato, los actos de las partes en su ejecución y
a los usos.
Según se indicó al estudiar las condiciones mínimas (epígrafes 6º y 7º del ar-
tículo 60), el cómputo de los plazos en su comienzo, será el de la fecha del con-
trato para la entrega del original del autor, y para la puesta en circulación de los
ejemplares se tendrá en cuenta el momento efectivo en que el autor entregue la
obra en aceptables condiciones para poder llevar a cabo la reproducción de los
ejemplares según indica el legislador.

En nuestra legislación se ha establecido, para la única o primera edición de


una obra, un plazo tope de publicación de dos años, que deberá entenderse
como tiempo máximo de acuerdo con la obligación del editor para proceder a la
distribución de la obra, siendo posible establecer plazos de menor duración de
mutuo acuerdo, lo que es frecuente en la práctica editorial.

Respecto del plazo indicado, caben salvedades en razón de otros supuestos le-
gales, como acaece con las excepciones del artículo 63, en que no se tiene en

- 188-
Carlos Muñoz Viada

cuenta la limitación del plazo del apartado 6° del artículo 60, cuando se trata de
las ediciones de las siguientes obras:

1°. Antologías de obras ajenas, diccionarios, enciclopedias y colecciones análo-


gas. Las razones son obvias, al tener en cuenta que son obras colectivas o en
colaboración con gran participación de autores y su confección se efectúa en
varios volúmenes y en una duración muy prolongada en el tiempo.

2°. Prólogos, epílogos, presentaciones, introducciones, anotaciones, comenta-


rios e ilustraciones de obras ajenas.

Es comprensible la excepción, porque en todos los casos la obra original de


estas características está en función de otra principal, y debe seguir las vicisitu-
des de la misma en orden a estar reproducida y poder adicionar a las mismas.

Una ampliación del plazo se encuentra en el artículo 71 del TRLPI, referido


al contrato de edición musical, estableciéndose en el apartado 2° que “Para
las obras sinfónicas y dramático-musicales, el límite de tiempo previsto en el
apartado 6° del artículo 60 será de cinco años”.

A juicio de Torres García41, el tratamiento jurídico de este apartado será similar


al previsto en el artículo 61.2, puesto que no se trata más que de una amplia-
ción del plazo. No así ocurrirá con el supuesto legal del artículo 62.3 párrafo
2°, pues transcurrido el plazo previsto en el texto legal, el autor puede llevar a
cabo la resolución del contrato respecto de las lenguas en las que no se haya
publicado.

41. TEODORA F. TORRES GARCÍA: Op. Cit.

- 189-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

El artículo 61.2 establece que la omisión de los extremos mencionados en los


apartados 6° y 7° del artículo anterior dará acción a los contratantes para com-
pelerse recíprocamente a subsanar la falta. Como indica la Sentencia de Tribu-
nal Supremo de 4 de junio de 1992, es preciso que la parte que inste el otorga-
miento ostente el derecho correspondiente a su exigencia, lo cual acontece para
el autor o editor que tratan de hacer efectivas las obligaciones propias de un
contrato, compeliéndose en este caso a señalar como aspecto formal la determi-
nación del plazo, según el supuesto que corresponda (art. 1279 CC).

En defecto de acuerdo, efectuará el Juez el señalamiento del plazo ante la omi-


sión del mismo. Manifestación legal acorde con el artículo 1128 del Código Civil.
Las Sentencias del Tribunal Supremo de 15 de octubre de 1965 y 8 de noviembre
de 1986, denominan a estas situaciones como de “plazo tácito”, consecuencia de
la naturaleza y circunstancia de la obligación que fijará el Tribunal.

La decisión judicial en el caso establecido en este artículo 61.2 con las enuncia-
ciones que lleva a cabo, referidas a las circunstancias del contrato, a los actos
de las partes en su ejecución, y a los usos, podemos consideradas como integra-
doras de una voluntad judicial en orden a estimar estos elementos como orien-
tadores para llevar a cabo su interpretación adecuada y fijar el plazo oportuno.

La STS de 31 de octubre de 1994 afirma que la decisión judicial actúa como in-
tegradora y complementaria del negocio para que el mismo pueda ser eficaz, de
plena validez y acomodado a la intención de los interesados.

- 190-
Carlos Muñoz Viada

X.DINAMICA DEL CONTRATO DE EDICIÓN

En éste capítulo vamos a estudiar las distintas maneras de poner fin a la re-
lación contractual que une a autor y editor, y que son la venta como saldo y
destrucción, la resolución del contrato y la extinción del contrato.

I. VENTA COMO SALDO Y DESTRUCCION DE LA EDICION.

Aunque es obligación del Editor asegurar una explotación continua de la obra,


la Ley le permite vender la edición como saldo o destruir los ejemplares cuando
la marcha de la explotación sea insatisfactoria en términos comerciales.

Así se recoge en el apartado primero del artículo 67 de la LPI, que establece que
“1º. El editor no podrá, sin consentimiento del autor, vender como saldo la
edición antes de dos años de la inicial puesta en circulación de los ejemplares”.

De esto se desprende que para que el Editor pueda ejercitar esta facultad opcio-
nal es preciso que se cumplan dos condiciones:

- 191 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

1º) Que hayan transcurrido dos años desde la inicial puesta en circulación de
los ejemplares.

2º) Que el Editor notifique fehacientemente al Autor cuáles son sus inten-
ciones, a fin de que éste pueda ejercitar los derechos que le reconoce la Ley.

Una vez cubiertos estos trámites, los apartados segundo y tercero del citado
artículo 67 de la LPI. regulan el procedimiento a seguir: “2º. Transcurrido di-
cho plazo, si el editor decide vender como saldo los que le resten, lo notificará
fehacientemente al autor, quien podrá optar por adquirirlos ejerciendo tanteo
sobre el precio de saldo o, en el caso de remuneración proporcional, percibir
el 10 por 100 del facturado por el editor. La opción deberá ejercerla dentro de
los treinta días siguientes al recibo de la notificación.

3º) Si, tras el mismo plazo, el editor decide destruir el resto de los ejemplares
de una edición, deberá asimismo notificarlo al autor, quien podrá exigir que
se le entreguen gratuitamente todos o parte de los ejemplares, dentro del plazo
de treinta días desde la notificación. El autor no podrá destinar dichos ejem-
plares a usos comerciales”.

Aunque nos hemos encontrado con algunos contratos en los que se reproduce
íntegro el contenido del artículo 67 del TRLPI, entendemos que en la práctica
no es necesario reproducir ninguna cláusula en éste sentido, siendo suficiente
remitirse a lo dispuesto en la Ley.

Sin embrago, queremos resaltar una cláusula que nos hemos encontrado en
uno de los contratos con los que hemos trabajado, y que entendemos que vulne-
ra los derechos que la Ley reconoce al autor, al no respetar el plazo de dos años
previsto para poder iniciar el procedimiento de saldo y destrucción de ejempla-
res: “Con objeto de evitar la acumulación excesiva de stocks en los almacenes

- 192-
Carlos Muñoz Viada

del EDITOR, el AUTOR autoriza expresamente al editor a destruir los posibles


excesos de stocks de la obra [...] Esta facultad se podrá ejercitar aún en el
supuesto de que no hayan transcurrido dos años desde la puesta en circula-
ción de la misma”.

En la misma cláusula de éste contrato se dice más adelante: “El EDITOR pa-
gará al AUTOR el porcentaje estipulado en el contrato de las sumas recibidas,
salvo que el precio de venta sea inferior al costo, en cuyo caso no corresponde
pago alguno”.

Sin embargo, no contento con esto, el editor finaliza éste párrafo añadiendo que
“La liquidación por saldo no implicará la cancelación del contrato sin más
requisito”, lo que resulta, además de contrario a la Ley, más que sorprendente,
pues si el editor inicia el procedimiento de saldo o destrucción, no vemos que
interés puede tener en continuar reteniendo el contrato.

En muy parecidos términos se expresa otra cláusula a la que hemos tenido ac-
ceso, que dice “Si durante la vigencia del presente contrato, desde el momento
de salir a la venta la OBRA, el EDITOR considera que permanece con un in-
ventario excesivo de la misma, tendrá derecho a efectuar ventas por todo o
parte del inventario a un precio tal que permita recuperar los costos de papel,
impresión y encuadernación de la OBRA, y pagará al AUTOR un 10% sobre
el remanente. Estas ventas por todo o parte del inventario sólo podrán efec-
tuarse una vez transcurrido un año desde la puesta en venta de la OBRA en
el mercado”.

II. RESOLUCION DEL CONTRATO DE EDICION.

El artículo 68 del TRLPI reúne un elenco no exhaustivo de causas de resolución


del contrato de edición, todas ellas a instancias del autor.

- 193-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

La acción de resolución con base en alguna de las causas del art. 68 es compa-
tible, como recuerda este mismo precepto, con la acción de indemnización de
los daños y perjuicios que se le hayan irrogado al autor, como consecuencia del
incumplimiento que dé lugar a la resolución.

En concreto, el artículo 68 establece que, “sin perjuicio de las indemnizaciones


a que tenga derecho, el autor podrá resolver el contrato de edición en los casos
siguientes:

a) Si el editor no realiza la edición de la obra en el plazo y condiciones conve-


nidos.

b) Si el editor incumple alguna de las obligaciones mencionadas en los aparta-


dos 2º, 4º y 5º del artículo 64, no obstante el requerimiento expreso del autor
exigiéndole su cumplimiento.

c) Si el editor procede a la venta como saldo o a la destrucción de los ejemplares


que le resten de la edición, sin cumplir los requisitos establecidos en el artículo
67 de esta Ley.

d) Si el editor cede indebidamente sus derechos a un tercero.

e) Cuando, previstas varias ediciones y agotada la última realizada, el editor


no efectúe la siguiente edición en el plazo de un año desde que fuese requerido
para ello por el autor. Una edición se considerará agotada a los efectos de este
artículo cuando el número de ejemplares sin vender sea inferior al 5 por 100 del
total de la edición y, en todo caso, inferior a 100.

f) En los supuestos de liquidación o cambio de titularidad de la empresa edito-


rial, siempre que no se haya iniciado la reproducción de la obra, con devolución,

- 194-
Carlos Muñoz Viada

en su caso, de las cantidades percibidas como anticipo”.

En la práctica contractual nos hemos encontrado con varias cláusulas que con-
travienen lo dispuesto en la Ley, y que son contrarias a lo dispuesto en el artícu-
lo 68 del TRLPI, pues, como ocurre con la que a continuación reproducimos,
donde además de que no se fija el número máximo y mínimo de ejemplares,
se pretende ampliar el plazo de un año previsto en el apartado e) del artículo
68 TRLPI hasta los cinco años: “La primera edición de ésta obra constará de
3.000 ejemplares, y LA EDITORIAL se compromete a publicarla en un plazo de
dos años a partir de la fecha de la entrega del original. [...] EL EDITOR podrá
seguir haciendo cuantas ediciones quiera de ésta obra, siempre y cuando no la
mantenga agotada durante más de cinco años, en cuyo caso los derechos aquí
cedidos revertirán automáticamente al TRADUCTOR”.

II. a) RESOLUCION AUTOMÁTICA

En algunos de estos casos, la resolución operará automáticamente a raíz de de-


terminado incumplimiento cometido por el Editor.

Así, cuando el Editor no reproduzca y distribuya la obra en el plazo y condi-


ciones convenidas, o cuando ceda indebidamente sus derechos a un tercero, o
cuando proceda a la venta como saldo o destrucción de la edición sin atenerse a
los requisitos que la Ley dicta.

II. b) RESOLUCION ROGADA:

En otros casos, para poder instar la resolución, el Autor habrá debido requerir
primero al editor, exigiéndole el cumplimiento de sus obligaciones, como suce-
de cuando las incumplidas sean las obligaciones impuestas en los apartados 2º,
4º y 5º del artículo 64 del TRLPI a cargo del Editor (art. 68.1.b TRLPI)

- 195 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Se prevé también la resolución en un caso no de incumplimiento, sino de pér-


dida del ingrediente intuitu personae del contrato, como es cuando antes de
haberse iniciado por el Editor la reproducción de la obra, se produjera una li-
quidación o cambio de titularidad de la empresa editorial (art. 68.1.f TRLPI).

Si por el contrario, la explotación de la obra ya se hubiese iniciado, su suspen-


sión a consecuencia de la quiebra comercial o cese de la actividad del Editor,
puede provocar el señalamiento judicial de un plazo para reanudarla, y subsi-
diariamente la resolución del contrato, a instancias del Autor, como se recoge
en el apartado segundo del citado artículo 68, donde se establece que “Cuando
por cese de la actividad del editor o a consecuencia de un procedimiento con-
cursal se suspenda la explotación de la obra, la autoridad judicial, a instancia
del autor, podrá fijar un plazo para que se reanude aquélla, quedando resuel-
to el contrato de edición si así no se hiciere”.

III. EXTINCION DEL CONTRATO DE EDICION.

El contrato de edición se extinguirá, aparte de por las normas generales de ex-


tinción de los contratos, por las causas especificadas en el artículo 69 del TRLPI.

Según éste artículo 69, “El contrato de edición se extingue, además de por las
causas generales de extinción de los contratos, por las siguientes:

1º Por la terminación del plazo pactado.

2º Por la venta de la totalidad de los ejemplares si ésta hubiera sido el destino


de la edición.

3º Por el transcurso de diez años desde la cesión si la remuneración se hubiera

- 196-
Carlos Muñoz Viada

pactado exclusivamente a tanto alzado de acuerdo con lo establecido en el ar-


tículo 46, apartado 2.d) de esta Ley.

4o En todo caso, a los quince años de haber puesto el autor al editor en condi-
ciones de realizar la reproducción de la obra”.

Analizaremos a continuación cada una de las causas aquí expuestas:

1º. Terminación del plazo:

El plazo al que aquí se hace referencia es al término final o resolutorio pactado


por las partes respecto a la transmisión o cesión de los derechos de explotación
de la obra.

Vimos en su momento que el artículo 43.1 del TRLPI establecía que la cesión
de los derechos de explotación sobre obras intelectuales quedaba limitada al
tiempo que se pactase entre las partes. Por eso, transcurrido este tiempo, la
titularidad de los derechos de explotación cedidos por el autor retornará a éste,
extinguiéndose por tanto el negocio.

Sin embargo, en la práctica contractual hemos podido comprobar que en la


mayoría de ocasiones se incluyen cláusulas con pactos para que, una vez extin-
guido el contrato, éste se renueve por un nuevo periodo de tiempo, como pasa
por ejemplo en la que reproducimos a continuación: “Terminado el contrato
por el transcurso del plazo indicado, se entenderá renovado automáticamente
por periodos bienales, si ninguna de las partes comunica a la otra, mediante
carta certificada dirigida al domicilio que para cada una de ellas figure en el
presente instrumento, su intención de poner término al contrato o a cualquie-
ra de sus prórrogas. Extinguido el contrato por cualquier causa, el EDITOR
gozará de un derecho de opción preferente para reeditarla, en iguales térmi-

- 197 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

nos y condiciones que el AUTOR pueda convenir con terceros”.

2º. Venta de todos los ejemplares:

El contrato de edición se extingue, como ocurre con todos los contratos, por el
completo cumplimiento y total ejecución de todas las obligaciones derivadas
del contrato, y la consecuente satisfacción plena de los intereses del autor y del
editor.

El editor pierde los derechos adquiridos cuando finaliza su facultad de explotar


la obra en los términos pactados en el contrato, y si éste tenía por objeto la venta
de un determinado número de ejemplares, finalizará tras la venta completa de
los mismos.

3º. Transcurso de diez años:

Este precepto viene a establecer un plazo legal de duración máxima de la cesión


de los derechos de explotación objeto del contrato, para el caso de que la remu-
neración se hubiese fijado a tanto alzado.

Así, de acuerdo a este precepto, la cesión pactada a cambio de una remunera-


ción a tanto alzado tendrá una duración máxima de diez años, que comenzarán
a contar desde que se perfecciona el contrato de edición.

Como señala De Pablo Contreras42 En contra de lo que puede parecer, no se


trata de un caso de caducidad en sentido técnico, sino de una situación en que la
relación jurídica deja de existir porque ya nació con un tiempo de duración li-
mitado.

42. PEDRO DE PABLO CONTRERAS: “Comentarios a la Ley de Propiedad Intelectual”.

- 198-
Carlos Muñoz Viada

4º. Transcurso de quince años:

Esta norma determina el tiempo máximo de duración del contrato de edición,


transcurrido el cual éste se extingue automáticamente.

En este caso, el plazo se cuenta desde el momento en el que el autor pone a di-
sposición del editor la obra en condiciones de ser reproducida

En la práctica contractual nos encontramos con que algunas editoriales in-
cluyen en sus documentos cláusulas reguladoras de la extinción, como la que
reproducimos a continuación: “El presente contrato se podrá dar por termina-
do en los siguientes casos:

1. Por convenio por ambas partes.

2. Cuando el EDITOR considere que debido a la demanda de la OBRA, no se


justifica su permanencia en el mercado y no es económicamente costeable su
publicación, caso en el cual el EDITOR lo notificara al AUTOR.

3. Por incumplimiento de cualquiera de las obligaciones y de las cláusulas del


presente instrumento, en cuyo caso la parte que incumpla indemnizará a la par-
te que resulte perjudicada.

4. Por las causas de resolución reconocidas en la legislación vigente.

Extinguido el contrato por cualquier causa, el EDITOR, dentro de los tres años
siguientes, podrá enajenar los ejemplares que posea de la OBRA, pudiendo el
AUTOR, en tal caso, adquirirlos por el 60% (sesenta por ciento) de su precio de
venta al público u optar por ejercer tanteo sobre el precio de venta al público u

- 199-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

optar por ejercer tanteo sobre el precio de venta”.

Sobre esta cláusula tenemos que manifestar nuestra conformidad, salvo por lo
dispuesto en el apartado 2o, ya que se trataría de una forma unilateral de re-
scisión no prevista en la Ley. Entendemos que firma de un contrato de edición
representa un riesgo para el editor, pero eso es parte de su negocio, y no nos
parece justo que si luego no se cumplen las expectativas económicas, pueda
dejar de cumplir con el contrato a su antojo. Por eso, ésta cláusula tiene tanto
sentido como una que diga: “Cuando el AUTOR reciba una oferta mejor por la
explotación de la obra o cuando considere que las ventas son demasiado eleva-
das, podrá, de acuerdo a la ley de la oferta y la demanda, rescindir el contrato”.
En relación a este tema queremos resaltar la Sentencia de la Sala 1a del Tribunal
Supremo de 14 de octubre de 1.983, donde se establece que: “El contrato de edi-
ción se extingue no sólo por la íntegra publicación del número de ejemplares
pactado, sino también por las causas generales del derecho de obligaciones,
como por el mutuo disenso, como ocurrió en el caso, por lo que las tiradas de la
obra, realizadas por la editorial después de finalizado el contrato, constituye
una conducta defraudatoria de la propiedad intelectual”.

IV. EFECTOS DE LA EXTINCION.

Extinguido el contrato de edición, el legislador a creído conveniente determinar


los efectos que ello produce.

Así, el artículo 70 del TRLPI establece que: “Extinguido el contrato, y salvo


estipulación en contrario, el editor, dentro de los tres años siguientes y cual-
quiera que sea la forma de distribución convenida, podrá enajenar los ejem-
plares que, en su caso, posea. El autor podrá adquirirlos por el 60 por 100 de
su precio de venta al público o por el que se determine pericialmente, u optar
por ejercer tanteo sobre el precio de venta.

-200-
Carlos Muñoz Viada

Dicha enajenación quedará sujeta a las condiciones establecidas en el contra-


to extinguido”.

Esta norma será aplicable a todos los casos de extinción del contrato de edición
en los que, llegado ese momento, subsistan todavía en poder del editor ejem-
plares de la obra.

En estos casos, el editor dispone de un plazo de tres años para enajenar los
ejemplares que, extinguido el contrato, continúen en su poder. No cabe duda
que el editor no puede realizar nuevas ediciones ni tiradas, limitándose a ven-
der los que ya obraban en su poder a la fecha de extinción del contrato.

Sin embargo, el legislador le ha concedido al autor la posibilidad de adquirir él


esos ejemplares que aún conserva el editor, para lo que le ofrece tres opciones:

- Adquirirlos por el 60% del PVP:



- Adquirirlos por el precio que se determine pericialmente, para lo que
autor y editor deberán ponerse de acuerdo en el nombramiento de un perito, o
acudir a la autoridad judicial para que ésta lo haga.

- Ejercer un derecho de tanteo sobre el precio de venta de los ejemplares

Como hemos visto antes, éste artículo 70 del TRLPI finaliza diciendo que “Dicha
enajenación quedará sujeta a las condiciones establecidas en el contrato extin-
guido”, lo que quiere decir que, estas tres fórmulas enumeradas, quedarán condi-
cionadas por los pactos expresos que autor y editor hayan acordado en el contrato.

- 201-
Carlos Muñoz Viada

XI. OTRAS FORMAS DE EXPLOTACIÓN

Quedan fuera del ámbito de aplicación del contrato de edición todas aquellas
formas de explotación de las creaciones intelectuales que carecen de alguno de
los elementos esenciales que definen el contrato de edición.

Así, nos encontramos con que existen otros posibles contratos de explotación
de la propiedad intelectual, ajenas al modelo general previsto, y que deberán
estudiarse en capitulo aparte.

Señalamos que, en torno al contrato de edición, existen tres teorías distintas:

1. Teoría Estricta.- Defiende el papel exclusivo y excluyente del contrato de


edición, única figura contractual a través de la que se puede realizar la explota-
ción económica de una obra intelectual. Para los defensores de esta teoría, no
resultan admisibles otros contratos atípicos, tales como la edición gratuita o la
coedición con riesgo compartido.

-203-
Esta corriente doctrinal basa su teoría en el artículo 57 del TRLPI, que establece
que “La transmisión de derechos de autor para su explotación a través de las
modalidades de edición, representación o ejecución, o de producción de obras
audiovisuales se regirá, respectivamente y en todo caso, por lo establecido en
las disposiciones específicas de este Libro I, y en lo no previsto en las mismas,
por lo establecido en este capítulo”, lo que en su opinión conlleva la prohibición
de todas las relaciones contractuales distintas de la edición, con el argumento
de que, al no cumplir los requisitos esenciales del contrato de edición, no pue-
den regirse por las disposiciones contenidas en los artículos 58 y siguientes de
la Ley.

2. Teoría Intermedia.- Mantiene un papel exclusivo pero no excluyente del


contrato de edición. Esta tesis mantiene el contrato de edición como obligato-
rio para todos aquellos supuestos de transmisión onerosa de las facultades de
reproducción y distribución en las que el riesgo es asumido por el editor, pero
admite la posibilidad de que, en atención a la finalidad perseguida por las par-
tes, se celebren contratos gratuitos.

Estos negocios, celebrados al amparo del principio de autonomía de la volun-


tad, estarán sometidos a las disposiciones contenidas en el Capítulo I del Título
V del TRLPI, pero no a las del Capitulo II, reguladoras del contrato de edición.
Hay que advertir que esta libertad de contratación no puede servir de instru-
mento para conseguir eludir las disposiciones imperativas del contrato de edi-
ción destinadas a la protección del autor.

3. Teoría Amplia.- Esta teoría defiende la validez de aquellos contratos de


explotación cuyo fin último coincida con el contrato de edición, pero en los que
el régimen jurídico no sería el contenido en el Capitulo II del Título V, sino el
que libremente acuerden las partes en sus estipulaciones.
Carlos Muñoz Viada

Así, nos encontramos con que la concepción estricta implica negar la posibili-
dad de otras formas de explotación atípica; con que la concepción intermedia
admite la validez de los contratos de explotación atípicos cuyos fines no coin-
cidan con los del contrato de edición; y con que la concepción amplia otorga
validez a las formas atípicas y a aquellos negocios cuya finalidad coincide con
el contrato de edición, pero cuyo régimen jurídico se encuentra al margen del
Capítulo II del Título V de la Ley.

De estas tres concepciones, la que goza de mayor soporte y predicación dentro


de nuestro derecho es la Teoría Intermedia, ya que, tal como se manifiesta en
la Exposición de Motivos de la Ley 22/1987, en lo relativo a la regulación de
los contratos de edición y representación, el legislador ha pretendido la aplica-
ción de un justo equilibrio entre las normas de derecho necesario y el
principio de autonomía de la voluntad.

Sin embargo, conviene recordar que esta autonomía contractual tiene en


nuestro Derecho tres importantes límites: la ley, la moral y el orden público.

En lo que a la Ley se refiere, el límite será el establecido por el artículo 43 y


siguientes del TRLPI, que contienen unos principios imperativos aplicables
a cualquier cesión de los derechos de explotación, y que son los siguientes:

1º) El principio de de interpretación estricta del alcance de los derechos y mo-


dalidades de explotación cedidos (art. 43.1 y 2).

2º) La prohibición de ceder derechos de explotación sobre el conjunto de obras


que el autor pueda crear en el futuro (art.43.3).

3º) La prohibición de que el autor se comprometa a no crear obra alguna en el


futuro (art. 43.4).

- 205-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

4º) La restricción de la cesión a aquellas modalidades de explotación existentes


y conocidas en el momento del contrato (art. 43.5).

5º) La observancia de la forma escrita para toda cesión efectuada; y la prohi-


bición de que el autor renuncie anticipadamente a la opción de resolución del
contrato de cesión, para el caso de que, celebrado verbalmente y habiendo re-
querido la formalización por escrito, el cesiona¬rio no se aviniere al cumpli-
miento de tal formalidad.

6º) La forma de determinación de la remuneración en forma proporcional a los


ingresos de la explotación, salvo los supuestos previstos en la ley (art. 46).

7°) La facultad de revisión que existe en los supuestos de remuneración fijada a


tanto alzado (art. 47).

8°) El carácter expreso de la cesión en exclusiva (art. 48.1).

9º) La obligación de explotación que pesa so¬bre el cesionario en exclusiva y la


necesidad de consentimiento del cedente para que el cesionario pueda transmi-
tir su derecho a un tercero (arts. 48.2 y 49).

10º) La intransmisibil¡dad del derecho que adquiere el cesionario no exclusivo.

11º) La inembargabilidad de los derechos de explotación que le corresponden


al autor (art. 53.2).

12º) El privilegio salarial que ostentan los créditos en dinero por la cesión de
derechos de explotación (art. 54).

Todos estos beneficios concedidos en el Título V de la Ley a los autores y sus

-206-
Carlos Muñoz Viada

derechohabientes tienen el carácter de irrenunciables.

II. EL CONTRATO DE ENCARGO DE OBRA.

El artículo 59.2 del T. R. de 1996 establece lo siguiente: “El encargo de una obra
no es objeto del contrato de edición, pero la remuneración que pudiera conve-
nirse será considerada como anticipo de los derechos que al autor le correspon-
diesen por la edición, si ésta se realizase”.

El encargo de obra se configura como un contrato de explotación de la pro-


piedad intelectual que necesariamente ha de tener por objeto una obra futura,
inexistente en el momento de la firma del contrato.

No obstante, mientras la idea de obra futura lleva consigo el rasgo de la indeter-


minación; el supuesto de encar¬go de obra se trata de una creación determina-
ble, por estar vinculada a un género o tema concreto.

Se caracteriza, pues, el encargo de obra como un supuesto de obra futura, esto


es, inexistente, pero determinable por su referencia, bien a un tí¬tulo concreto,
bien a un tema o género determinado. Es un contrato por el cual una persona
llamada comitente encarga a otra, que es el autor, la realización de una obra
literaria, musical, científica, etc ... a cambio de una remuneración.

En consecuencia, la relación entre autor y comitente se desarrollaría en dos


fases: la primera tendría como objetivo la elaboración de la obra encargada
por parte del autor, según las instrucciones recibidas por el comitente; y la se-
gunda perseguiría la reproducción de la misma y su di¬fusión entre el público.

La publicación es, pues, el fin último que persigue el encargo efectuado por el
comitente y, por tanto, será el dato a tener en cuenta cuando nos pronunciemos

- 207-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

acerca del alcance de la transmisión efectuada por el autor: ésta no podrá ser
otra que aquélla que permita a las partes del negocio llevar a cabo la finalidad
perseguida.

Razón por la cual, no habrá cesión de derechos de explotación en favor del co-
mitente, cuando de los términos del negocio no sea posible de¬ducir claramen-
te que el fin perseguido por las dos partes contratantes fue la publicación de la
obra.

En este sentido queremos reproducir la Sentencia de 5 de noviembre de 1997,


de la Sección 11ª de la Audiencia de Barcelona, relativa a un supuesto de en-
cargo de obra, en la que la Sala afirma que “Aunque las partes denominan al
contrato suscrito entre ellas como de edición, no se puede calificar al mismo
como tal contrato, de conformidad con lo dispuesto en el art. 59 de la Ley de
Propiedad Intelectual [...] por lo que si el mismo puede ser calificado como de
obra literaria o artística no está sometido a las normas de la citada ley”. Ante
la falta de regulación expresa del contrato de encargo de una obra intelectual,
señala la sentencia que “su régimen jurídico será el establecido para el contra-
to de obra en el Código Civil, pudiendo ser considerado como una especialidad
de la regulación que los artículos 1.598 y siguientes hacen con referencia a
este contrato, por tanto, nos encontramos ante un contrato mediante el cual
una parte –autor- se obliga a obtener un resultado de su propia actividad, en
concreto una creación literaria, y la otra, comitente o editor a pagar una re-
muneración cierta con explotación además, por parte de éste, de los derechos
de autor”.

En la práctica contractual de encargo de obra, son escasas las ocasiones que se


otorga por escrito, lo que dificulta su estudio, pero en los pocos a los que hemos
tenido acceso, nos hemos encontrado con cláusulas del tenor de la siguiente:
“El EDITOR encarga a los AUTORES la realización de una Obra con el título

-208-
Carlos Muñoz Viada

provisional “XXX”, de acuerdo a las características que se indican a conti-


nuación, y los AUTORES se comprometen a realizarla de acuerdo con tales
características”.

Sin embargo, una modalidad específica del encargo de obra que si abunda en
la actualidad son los premios literarios, que han sido calificados por la doctrina
como una modalidad de promesa de recompensa.

Los premios literarios se dividen en tres grupos, dependiendo del premio que
conlleven:

- Aquellos en los que la entidad convocante, además de un premio en


metálico, que normalmente se considera un anticipo a cuenta de los
derechos de autor, se compromete a publicar la obra: Efectivamente,
resulta muy frecuente que entre las bases del concurso se inserte una cláusula,
en virtud de la cual, el autor de la obra ganadora cede a la entidad que convoca
el concurso (normalmente una editorial) el derecho en exclusiva a publicar la
obra en todo el mundo.

- Aquellos en los que la entidad se reserva solamente un derecho


de opción preferente para la publicación: En estos concursos todos los
autores se comprometen, al presentarse al concurso, a no tener cedidos los de-
rechos de explotación sobre su obra; y la aceptación del premio implica cesión
de derechos de explotación. Incluso, en ocasiones, sobre todo con respecto a
obras no premiadas, es frecuente que entre las bases del concurso se inserte
una cláusula, según la cual la obra podrá ser utilizada o divulgada por la entidad
convocante, o ésta se reserva la facultad de realizar una primera edición, pero

-209-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

no existe obligación alguna de publicada. A juicio de Rodríguez Tapia43, en los


casos de presentación de un autor a tales concursos cuyas bases prevén una
eventual publicación de las obras no premiadas, “tampoco cabe oposición del
concursante a que su obra vea la luz que no sea ejercitable por vía de derecho de
retirada (art. 14.6), indemnizando a la entidad convocan te por los daños que
dicha acción cause”.

- Aquellos concursos que se caracterizan porque el premio consiste


en una cantidad de dinero y/o un trofeo conmemorativo, pero no
existe el compromiso de divulgar: De igual modo, como señala Serrano
Fernández44 no podemos defender que la presentación al concurso, cuando la
entidad convocante no asuma explícitamente el compromiso de divulgar la obra
ganadora, implique la existencia de una cesión presunta de derechos. Un ejem-
plo de esta modalidad de concurso es el Premio Café de Gijón de Novela 1998,
convocado por el Ayuntamiento de esa ciudad. La base 5° de la convocatoria
estipula que “La concesión del Premio no supondrá en ningún caso la cesión
o limitación de los derechos de propiedad de la obra premiada, incluidos los
derivados de la propiedad intelectual”, y añade la base 7°, que el Ayuntamiento
de Gijón, en calidad de concesionaria del Premio, “en ningún caso realizará o
estará interesado en la explotación económica de la obra premiada”.

III. CONTRATO DE COEDICIÓN.

A tenor de lo dispuesto en el artículo 58 del TRLPI, ¿qué se debe entender por


riesgo? Nuestra doctrina viene entendiéndolo como aquel que es inherente a la
explotación de una empresa, de modo que el autor permanece al margen de las
posibles ganancias o pérdidas que sufra el editor en cada ejercicio económico.

43. JOSE MIGUEL RODRIGUEZ TAPIA: “La cesión en exclusiva de los derechos de autor”.
44. MARIA SERRANO FERNANDEZ: “Contratos en torno a la edición”.

- 210-
Carlos Muñoz Viada

En algunos contratos, este riesgo que según el artículo 58 debe asumir el edi-
tor, serán compartidas entre l autor y el editor, en la proporción que de común
acuerdo determinen.

III. a) CONTRATO A CUENTA DEL AUTOR

1. Concepto y naturaleza jurídica.

En virtud de este contrato, el autor o sus derechohabientes encargan a un editor


la reproducción y distribución de una obra a cambio de una remuneración.

Así, nos encontramos con un creador, o con un titular derivativo de las faculta-
des de reproducción y distribución que asume personalmente el riesgo derivado
de la explotación de la obra que va a ser divulgada. No obstante, en lugar de
llevar a cabo personalmente las tareas de reproducción y distribución de la obra
en el mercado, contrata con un editor la realización de las mismas a cambio de
una remuneración.

Sin embargo, en la determinación de su régimen jurídico, se plantea otra cue-


stión: ¿estamos ante un contrato de explotación de la propiedad intelectual? La
respuesta debe ser afirmativa.

¿Qué consecuencias se derivan de su calificación como un contrato de explo-


tación de los derechos de autor? Su pleno sometimiento a las Disposiciones
Generales contenidas en el Capítulo I del Título V de la Ley: aplicable a todos los
supuestos en que se produzca una cesión ¡nter vivos de una facultad de explota-
ción.

- 211 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

2. Constitución del contrato.

Sujetos: Partes en este contrato son, por un lado, el autor o sus derechoha-
bientes, titulares derivativos de las facultades de reproducción y distribución; y
por el otro, el editor.

Objeto: Constituye el objeto de este contrato la realización de una obra, con-


cretamente la reproducción y distribución de los ejemplares, a cambio del abo-
no de una remuneración.

Forma: El contrato deberá constar por escrito por imperativo del art. 45 del
TRLPI, en los términos ya analizados. También deberán concretar las partes si
la cesión tiene o no el carácter de exclusiva y el ámbito territorial y espacial al
que se extiende la cesión. En defecto de previsión expresa de los contratantes,
rigen las reglas subsidiarias contenidas en las “Disposiciones Generales” (art.
48.1 y 43.2.).

En el contrato deberá estipularse la cifra de ti¬rada de la edición o al menos, el


número máximo y mínimo de ejemplares; el plazo para la puesta en circulación
de los ejemplares por parte del editor; las técnicas de difusión de la obra que
éste va a utilizar; y el plazo en el que el autor deberá entregar el original de la
obra al editor.

3. Contenido del contrato.

Obligaciones del editor

1º) La obligación esencial del editor, que guarda una relación de reciprocidad
con la de remunerar que pesa sobre el autor, consiste en realizar las operaciones
de reproducción y distribución de la obra, de acuerdo con las modalidades de

- 212-
Carlos Muñoz Viada

explotación cedidas y demás condiciones pactadas en el contrato. De igual for-


ma, el editor deberá llevar a cabo esta tarea dentro del plazo convenido.

2°) Además, el editor deberá someter las pruebas de la tirada al autor, salvo
pacto en contrario.

3º) En el contrato de edición se impone al editor la obligación de asegurar a la


obra una explotación continua y una difusión comercial confor¬me a los usos
habituales en el sector profesional de la edición.

En el contrato a cuenta del autor, éste ostenta su derecho de divulgación (art.


14.1), que se define como toda expresión de una obra que con el consentimiento
del autor la haga accesible al público por primera vez, de cualquier forma (art.
4). Por tanto, parece lógico defender que el editor, como mínimo, debe asegu-
rar al autor una explotación de la obra que garantice que el público ha podido
acceder a ella en condiciones normales.

4º) Entre las obligaciones del editor está la de liquidar al autor los costes deven-
gados, de cuyo contenido habrá de rendirle cuentas al autor. En lo relativo al
momento de efectuar las mismas, lo habitual es que las liquidaciones se lleven a
efecto al concluir las operaciones de reproducción y distribución, salvo que otra
cosa se haya pactado por las partes en el contrato.

5°) El editor debe, asimismo, cumplir con el deber de informar al autor sobre la
marcha de la explotación de la obra, lo que implica poner a su disposición todos
los datos relativos a la fabricación, distribución y existencia de ejemplares.

6°) Por último, como obligación claramente accesoria, se encuentra la de resti-


tuir al autor el original de la obra vez concluidas las operaciones de reproduc-
ción.

- 213 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Obligaciones del autor.

1º) La entrega de la obra dentro del plazo convenido y en condiciones aptas


para la reproducción.

2º) El autor debe pagar al editor la remuneración convenida, en la modalidad


y plazo pactados.

3º) La obligación de recibir la obra una vez concluida la distribución de la mi-


sma, debiendo el autor declarar su conformidad con la tarea llevada a cabo por
el editor y le pagará el resto de la remuneración pactada.

4º) El autor deberá garantizar la autoría y originalidad de la obra, pudiendo


ceder las facultades de reproducción y distribución con o sin exclusiva para el
editor.

Extinción del contrato.

Además de por las causas generales, el contrato se extingue por muerte del con-
tratista y por desistimiento unilateral del comitente.

Además, la ley especial añade como causas específicas, el derecho de retirada


regulado en el artículo 14.6 del TRLPI, y las causas de extinción previstas en el
artículo 69 del TRLPI para el contrato de edición, que sean de aplicación analó-
gica para este supuesto, y que son las siguientes:

a) El contrato a cuenta del autor se extingue por el vencimiento del término fi-
nal y por la plena ejecución de las prestaciones convenidas. Como el editor asu-
me la obligación de distribuir los ejemplares de la obra, el contrato se extinguirá
cuando el editor distribuya la totalidad de los ejemplares reproducidos.

- 214-
Carlos Muñoz Viada

b) El contrato a cuenta del autor se extinguirá, en todo caso, a los quince años,
a contar desde que el editor pudo comenzar la reproducción.

III. b) CONTRATO DE CUENTA A MEDIAS.

Gómez Laplaza45 lo define como aquel mediante el cual el autor o sus dere-
chohabientes encargan a un editor la realización de una obra, a sus expensas
y en número determinado de ejemplares, de cuya distribución también se en-
carga mediante el compromiso recíproco de repartir entre sí los beneficios y las
pérdidas en la proporción establecida.

Este tipo de contrato, de frecuente utilización al amparo de la antigua Ley del


Libro, era erróneamente denominado por la jurisprudencia como “coedición”.
Para aclarar las cosas, el Tribunal Supremo dictó Sentencia el 14 de octubre de
1.983, manifestando que “coedición” es un contrato en el que las partes asumen
conjuntamente los gastos derivados de la reproducción y distribución de una
obra.

Así, nos encontramos ante un contrato parciario, que es aquel por el que una
persona promete ciertas prestaciones a otra, a cambio de una participación en
las ganancias.

Es decir, que este contrato se configura como una forma de colaboración mer-
cantil, en la medida que se participa en el resultado económico de un negocio o
empresa, pero limitado el riesgo empresarial al importe de los capitales apor-
tados.

45. CARMEN GÓMEZ LAPLAZA: Op. Cit.

- 215 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

En cualquier caso, la participación del autor en los riesgos inherentes a la edi-


ción de la obra impide calificar este negocio como de edición al amparo del ar-
tículo 58 del TRLPI, y así lo ha venido reconociendo la jurisprudencia española,
en Sentencias como la del STS de 20 de julio de 1.992.

Características del contrato.

1º) Es un contrato bilateral.

2º) La colaboración económica no da lugar a la formación de un fondo patrimo-


nial común, ni a la atribución de personalidad jurídica.

3º) Es un contrato de participación en pérdidas y beneficios, en la proporción


convenida.

4º) Permite un amplio margen a la autonomía contractual.

Constitución del contrato.

Sujetos: Las partes intervinientes en el contrato de cuentas en participación


son el autor - partícipe y el gestor – editor.

Sin embargo, debido a la peculiar naturaleza de la aportación realizada por el


partícipe (las facultades de explotación que ostenta sobre su creación intelec-
tual), el gestor será simplemente cesionario de los derechos de explotación, en
los términos en los que la doctrina ha definido éste concepto.

Objeto: Es la colaboración económica articulada sobre la base de una apor-


tación de recursos por parte del partícipe y de la actuación empresarial del ge-
stor, el cual lleva a cabo las operaciones a las que va destinada la aportación

- 216-
Carlos Muñoz Viada

del partícipe, que consistirá en la cesión de las facultades de reproducción y


distribución, con el alcance necesario para llevar a cabo la edición de la obra.

Esta será la actividad o negocio que ha de realizar el gestor, repartiéndose


ambos contratantes las ganancias y pérdidas derivadas de tal actividad en la
cuantía que se determine. Para ello, habrá de concretarse en el contrato qué
modalidades de explotación comprende la edición de la obra, para qué ámbito
territorial, si la cesión tiene o no el carácter de exclusiva, el tiempo de duración
del contrato, y la proporción en la que se va a efectuar el reparto de pérdidas y
ganancias.

Forma: De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 239 del C.Co., el contrato de


cuentas en participación no está sujeto a formalidad alguna, pudiendo celebrar-
se de palabra o por escrito. Sin embargo, en atención al artículo 45 del TRLPI,
cualquiera de las partes puede compelerse recíprocamente al otorgamiento de
la forma escrita.

Efectos del contrato.

La doctrina mercantilista distingue entre efectos internos y efectos frente a ter-


ceros:

Efectos Internos:

Con respecto al autor – partícipe:



- Está obligado frente al editor – gestor a la entrega de la obra en debida forma
para su reproducción y dentro del plazo pactado y a corregir las pruebas de la
tirada, salvo pacto en contrario.

- 217 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

- Debe abstenerse de inmiscuirse en la actividad empresarial del sector, sin


perjuicio de los mecanismos de control que establezcan a cargo del partícipe,
quien goza del derecho de información sobre la actividad del gestor.
Por lo que se refiere al gestor:

- Asume la obligación de destinar la aportación al fin pactado, y a desarrollar las


operaciones con la diligencia propia de un buen comerciante.

- Ha de rendir cuentas al partícipe de forma que éste pueda conocer el resultado


de las operaciones.

El problema surge a la hora de determinar cuándo debe el gestor rendir cuentas


al partícipe, para lo que existen diversas posturas:

- Una vez concluidas las operaciones.

- De forma periódica, según pacten las partes.

- Al cierre de cada ejercicio económico.

- En liquidaciones anuales, por aplicación analógica del artículo 64 del TRLPI.

En nuestra opinión, si bien nos decantamos por la última de las opciones, cual-
quiera de las fórmulas nos parece válida y acertada.

Por lo que se refiere al derecho del partícipe a las ganancias, participará de ellas
en las proporciones pactadas. A falta de acuerdo expreso, la distribución de los
beneficios deberá hacerse, por aplicación analógica del artículo 140 C.Co., en
función de la cuantía de la aportación del partícipe.

No es extraño que se presenten problemas a la hora de calcular el valor de la

- 218-
Carlos Muñoz Viada

aportación del autor, por lo que recomendamos que las partes, en el momento
de celebrar el contrato, asignen un valor económico a la aportación realizada
por el autor.

En cuanto a la participación de las partes en las pérdidas, deberá fijarse de


acuerdo con lo establecido en el contrato, y en ausencia de pacto expreso, al
igual que sucede con las ganancias, será proporcional al interés de cada una de
las partes.

En cualquier caso, aunque el margen concedido por el legislador en esta mate-


ria es muy amplio, cierto sector de la doctrina cree en la existencia de un límite.

Así, Gual Dalmau46 opina que el artículo 239 C.Co. no permite a ningún partícipe
eludir la participación en las pérdidas, ya que la participación en el riesgo de-
rivado de la actividad empresarial constituye un elemento esencial del contrato.

En relación a terceros:

Nota esencial de éste contrato es que la relación entre el gestor y el partícipe es


puramente interna y no trasciende a terceros.

IV. LA LLAMADA VENTA DE LAS FACULTADES ECONÓMICAS DE LOS DERE-


CHOS DE AUTOR.

DIFERENCIAS ENTRE COMPRAVENTA Y EDICIÓN.

En el contrato de edición, el autor cede al editor las facultades de reproducción

46. MARIA ASUNCION GUAL DALMAU: “Las cuentas en participación”.

- 219-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

y distribución a cambio de una remuneración económica. Sin embargo, esta


cesión no implica una transmisión definitiva de las facultades de explotación,
sino que es algo temporal.

En la compraventa el autor se desprende de sus derechos de explotación, lo cual


implica que no puede obligar al editor – comprador a publicar su obra. Por el
contrario, en el contrato de edición la obligación de explotar la obra que pesa
sobre el editor se identifica con la propia finalidad del contrato.

También es característico del contrato de compraventa que el comprador pueda


disponer libremente de su derecho sin necesidad de consentimiento del vende-
dor. En el contrato de edición, por el contrario, el cesionario en exclusiva nece-
sita del consentimiento del cedente para transmitir a otro su derecho.

Por último, la compraventa carece de la nota de la temporalidad, de forma que


los derechos transmitidos por el vendedor salen definitivamente de su patrimo-
nio; mientras que la edición tiene un carácter esencialmente temporal, fijan-
do la Ley unos plazos máximos de duración, que van desde los cinco hasta los
quince años.

¿ES ADMISIBLE EN EL DERECHO ESPAÑOL?

En primer lugar, partimos de lo dispuesto en el artículo 43 del TRLPI, donde


se recoge que “Los derechos de explotación de la obra pueden transmitirse por
actos “inter vivos”, quedando limitada la cesión al derecho o derechos cedidos,
a las modalidades de explotación expresamente previstas y al tiempo y ámbito
territorial que se determinen”.

En virtud del mismo, la doctrina está de acuerdo en considerar que en el sis-


tema de la Ley de Propiedad Intelectual, los actos de cesión inter vivos se con-

-220-
Carlos Muñoz Viada

templan siempre en el marco de los contratos de explotación de la obra, que no


implican una transmisión definitiva de los derechos.

Así, Espín Alba47 señala que el TRLPI configura un sistema especial de trans-
misión de derechos de autor, donde la cesión se caracteriza como un modo de
transmitir limitado del derecho.

Sin embargo, no existe unanimidad en la doctrina española en torno a la posi-


bilidad de celebrar negocios que impliquen una transmisión definitiva de los
derechos de explotación que integran la propiedad intelectual.

La ausencia de una prohibición expresa en nuestro Derecho, o la existencia de


otros preceptos de la ley que regulan situaciones que conducen a una venta de
derechos, tales como la hipoteca o el embargo, son algunos de los argumentos
esgrimidos por los defensores de la admisibilidad de la venta de derechos de
explotación.

Algunos partidarios de la admisibilidad, como por ejemplo Rodríguez Tapia48


mantienen que las transmisiones definitivas de derechos de autor realizadas
por actos inter vivos se rigen por las normas generales del Código Civil, pero no
por los artículos 43 y siguientes del TRLPI.

Otros, como Rams Albesa49, afirman que los derechos de explotación de obras
intelectuales pueden ser objeto de tráfico ordinario, sin que les sea de aplica-
ción ni la letra ni el espíritu de los artículos 48 y 49 del TRLPI. Entonces, el
adquiriente puede explotar la obra o no, atribuir cesiones con o sin exclusiva,

47. ISABEL ESPIN ALBA: Op. Cit.


48. JOSE MIGUEL RODRIGUEZ TAPIA: Op. Cit.
49. JOAQUIN RAMS ALBESA: “Comentarios al Código Civil”.

- 221-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

sin la participación del cedente, así como enajenar ese valor patrimonial que le
pertenece.

En definitiva, según estos autores, la llamada venta de los derechos de autor


se regirá por las disposiciones del Código Civil, pero no por los artículos 43 y
siguientes de la ley especial.

Por el contrario, la sumisión de la venta al orden público de la Ley de Propiedad


Intelectual constituye el principal argumento que esgrimen aquellos autores
contrarios a la admisibilidad de la venta de derechos de autor50.

Uno de los argumentos más esgrimidos por estos autores es que no es protegi-
ble la validez de aquellos contratos que permitan situaciones en las que el autor
está obligado al silencio, lo que es contrario al derecho de divulgación, que es un
derecho moral e irrenunciable que la Ley reconoce a todo autor.

Una postura intermedia es la de Cavanillas Múgica51, quien considera admisi-


ble la venta de la propiedad intelectual, siempre que ésta respete las siguientes
limitaciones:

- Los derechos morales del autor.

- La participación proporcional en los ingresos fuera de los casos mencionados


en el artículo 46.2 del TRLPI.

- La duración limitada de las cesiones y el principio de especialidad respecto de


las modalidades cedidas.

50. Entre ellos podemos citar a BAYLOS CORROZA, GETE-ALONSO o RODRÍGUEZ TAPIA, todos
ellos en obras ya citadas.
51. SANTIAGO CAVANILLAS MÚGICA: “Comentarios a la Ley de Propiedad Intelectual”.

- 222-
Carlos Muñoz Viada

Una vez expuesto esto, la conclusión a la que llegamos es que NO ES ADMISI-


BLE LA COMPRAVENTA DE LAS FACULTADES ECONÓMICAS DE LOS DE-
RECHOS DE AUTOR, ya que en atención al orden público y la Ley de Propiedad
Intelectual, las limitaciones existentes desvirtúan de tal manera el negocio re-
sultante, que difícilmente podríamos llamarlo contrato de compraventa.

V. LA EXPLOTACIÓN DE LOS DERECHOS DE AUTOR MEDIANTE LA CESIÓN


GRATUITA DE LAS FACULTADES DE REPRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN.

El artículo 43.1 del TRLPI admite que los derechos de explotación de la obra
pueden transmitirse por actos inter vivos sin especificar, en ningún momento,
que dichas cesiones deban ser a título oneroso.

La mayor parte de la doctrina española se muestra partidaria de admitir la vali-


dez de las cesiones gratuitas de derechos de autor52.

No obstante, esta cesión de las facultades que integran el derecho de explota-


ción a título gratuito quedará fuera del ámbito del contrato de edición. La razón
obedece a que el legislador español, además de incorporar la remuneración del
autor al propio concepto del contrato, sanciona con la nulidad el contrato de
edición en el que no conste la remuneración del autor.

Por ello, aunque es posible la cesión de las facultades de reproducción y distri-


bución a título gratuito, no es posible admitir un contrato de edición gratuito.

52. Podemos destacar, entre los partidarios, a GETE-ALONSO y GÓMEZ LAPLAZA (“Comentarios
a la LPI”); RODRÍGUEZ TAPIA (Op. Cit.); ESPIN ALBA (Op. Cit.); RAMS ALBESA Y ROGEL VIDE
(“Comentarios al Código .....); TORRES LANA (“Comentarios a la LPI”); BERCOVITZ RODRÍGUEZ-
CANO (“Comentario al art. 429”); y SERRANO FERNÁNDEZ (Op. Cit.).

- 223-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

REGIMEN JURÍDICO DE LAS CESIONES GRATUITAS.

Tenemos que distinguir tres supuestos distintos:

a) Cesiones gratuitas sin obligación de publicar la obra:

Se configura como una donación pura, en la que concurren los tres elementos
característicos de éste tipo contractual:

- La gratuidad o ausencia de contraprestación.



- El empobrecimiento del donante correlativo al enriquecimiento del donatario.

- El animus donandi.

Los sujetos que intervienen en el contrato son el autor, titular de las facultades
de reproducción y distribución objeto de la cesión y que es el que realiza la ce-
sión gratuita; y el cesionario – donatario que recibe dicha atribución.

Tales cesiones gratuitas tienen necesariamente una naturaleza temporal y no


dispositiva.

Las cesiones en las que el cesionario – donatario no asume la obligación de


publicar la obra no pueden ser en exclusiva, ya que en tal caso, el autor ve-
ría comprometido su derecho de divulgación (artículo 14.1 TRLPI), al no estar
obligado el cesionario a explotar, ni poder conceder el autor a otros cesionarios
cesiones incompatibles con aquella. La misma argumentación expuesta para
negar la admisión, en el ámbito de los derechos de autor, de la llamada venta de
la propiedad intelectual, sería aplicable para este caso.

- 224-
Carlos Muñoz Viada

Así, sólo son admisibles las cesiones gratuitas que no tengan carácter de ex-
clusivas, en las que si bien el cesionario no asume la obligación de explotar la
obra, debe soportar la concurrencia de otros posibles explotadores de la obra,
incluido el propio cedente.

a.1) Régimen jurídico:

- Sujetos: Según el Código Civil, para poder realizar una donación hay que
tener capacidad para contratar y disposición de los bienes.

El TRLPI comparte esta opinión, aunque además hace una ampliación en su


artículo 44, para el caso de menores que sean autores de la obra, no exten-
diéndose esta ampliación a otros posibles cedentes (“Los autores menores de
dieciocho años y mayores de dieciséis, que vivan de forma independiente con
consentimiento de sus padres o tutores o con autorización de la persona o ins-
titución que los tengan a su cargo, tienen plena capacidad para ceder dere-
chos de explotación”).

Así, serán sujetos todos los que gocen de capacidad y disposición de los bienes,
así como los autores menores de dieciocho y mayores de dieciséis que vivan
emancipados con el consentimiento de sus padres o tutores.

- Objeto: Lo constituyen las facultades de reproducción y distribución. Sin em-


bargo, tanto el Código Civil, que en su artículo 635 no permite la donación de
bienes futuros, como el artículo 43.3 del TRLPI que declara nula la cesión de
los derechos de explotación respecto del conjunto de las obras que pueda crear
el autor en el futuro, excluyen del objeto cualquier obra de la que no se pueda
disponer al tiempo de la donación.

Los bienes donados deben individualizarse, ya que la cesión se limitará a los

- 225-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

derechos efectivamente queridos ceder y a la modalidad de explotación expre-


samente prevista. La falta de mención expresa del ámbito temporal y espacial
de la cesión limita la transmisión a cinco años y al ámbito territorial del país en
que se realice la cesión.

Por tanto, en el contrato el donante deberá designar las facultades que han sido
cedidas gratuitamente y las modalidades a través de las cuales es posible su ex-
plotación, y deberá especificarse el tiempo de duración de la cesión, su ámbito
temporal y espacial.

- Forma: En cuanto a la forma, el Código Civil recoge unas disposiciones, y la


Ley de Propiedad Intelectual otras, que por desgracia no coinciden entre ellas.

En principio, y teniendo en cuenta que el TRLPI es una legislación especial, pa-


rece que su artículo 45 debería ser de aplicación preferente a las disposiciones
del Código Civil, y en ese caso, la cesión debería otorgarse por escrito.

Sin embargo, Serrano Fernández53 no comparte esta opinión, y afirma que, tra-
tándose de cesiones gratuitas sin obligación de publicar, es decir, de donacio-
nes puras, la forma exigible para el otorgamiento de las mismas debería ser la
contenida en el Código Civil, que en su artículo 632 permite realizar la donación
verbalmente o por escrito.

En cualquier caso, y dada la especial naturaleza de los bienes donados, es acon-


sejable que la donación se realice siempre por escrito, ya que ésta es la única
manera de individualizar correctamente el objeto de la donación.

53. MARIA SERRANO FERNÁNDEZ: Op.Cit..

- 226-
Carlos Muñoz Viada

b) Cesiones gratuitas con carga de publicar la obra:

El donante cede gratuitamente al donatario las facultades de reproducción y


distribución, sin recibir remuneración alguna, pero con la carga de publicar su
obra. Esta es una obligación que no es contraprestación de la cesión efectuada
por él, pero cuyo incumplimiento por el donatario le atribuye la facultad de
revocar la atribución realizada (artículo 647 C.C.).

Este supuesto puede ser calificado como una donación modal o con cargos (ar-
tículo 619 C.C.)

b.1) Régimen jurídico:

- Sujetos: Al donante, aunque done con carga, hay que exigirle la misma ca-
pacidad que para donar puramente, ya explicada y razonada anteriormente.

- Obligación de saneamiento: El artículo 65.2 del TRLPI establece la obli-


gación del autor de “Responder ante el editor de la autoría y originalidad de la
obra y del ejercicio pacífico de los derechos que le hubiese cedido”.

Esta norma está en consonancia con lo dispuesto en el artículo 638 del C.C.,
que obliga al donante al saneamiento por evicción de las cosas donadas hasta el
límite del gravamen.

La pregunta que hay que hacerse es ¿qué vicios o defectos ocultos pueden afec-
tar a una creación intelectual?

Según Desantes54, en este campo los vicios tienen que ser ocultos, y pueden ser

54. JOSE MARIA DESANTES GUANTES: “La relación contractual entre autor y editor”.

- 227-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

de dos tipo: intelectuales o legales. Los primeros se producirían en una obra


científica desfasada, o en una obra jurídica basada en una legislación ya dero-
gada; y los segundos se darían en una obra cuyo contenido es querellable o que
ha plagiado a otra.

Sin embargo, Gaya Sicilia55 discrepa, al considerar que no se pueden admitir los
vicios intelectuales, en la medida en la que el editor, aun sin ser un experto, lo
normal es que antes de decidirse a publicar una obra se asesore por personas
que si lo sean.

A nuestro juicio, lo que parece claro es que entre los vicios o gravámenes ocul-
tos no se puede incluir la mala calidad de la obra, circunstancia que no se debe
poder entender como “oculta”.

- Forma: Será necesaria la forma escrita, donde habrá que expresar la carga
impuesta.

- Incumplimiento de la carga: El artículo 647 del Código Civil autoriza al


donante para que, en caso de incumplimiento de la carga impuesta, revoque la
donación. Según Albadalejo56 estamos ante “un caso de resolución análogo al
del artículo 1.124 C.C. El perjudicado, en este caso el donante, podrá escoger
entre exigir el cumplimiento (de la obligación modal), o la resolución de la obli-
gación (en este caso, resolución de la donación).

Sin embargo, el mismo autor advierte, la revocación no se produce automáti-


camente, sino que el donante está autorizado para pedirla cuando el donatario
haya incumplido la obligación modal, y además, la revocación debería ser ejer-
citada judicialmente.

55. REGINA GAYA SICILIA: Op. Cit.


56. MANUEL ALBADALEJO GARCIA: “Comentarios al Código Civil”.

-228-
Carlos Muñoz Viada

c) Las donaciones con causa onerosa:

En este caso, previsto en el artículo 622 del Código Civil, la donación efectuada
por el autor impone al donatario un gravamen igual o superior al valor de lo
donado, de tal forma que no se produzca ningún enriquecimiento para el do-
natario.

En el ámbito de los derechos de autor, es necesario que analicemos su admi-


sibilidad legal. En este caso estaríamos ante una cesión de las facultades de
reproducción y distribución, efectuadas por el autor o por un cedente, en la que
se impone al cesionario la obligación de publicar la obra, cuyo coste es igual al
valor de las facultades de explotación cedidas, y en las que el riesgo es asumido
exclusivamente por el editor.

Nos preguntamos entonces si no están en realidad las partes acordando la edi-


ción de la obra, y en ese caso si pueden hacerlo al margen de las normas que
regulan el contrato de edición.

Son variadas las posturas doctrinales a éste respecto, pero nosotros coincidi-
mos con Serrano Fernández57, quien afirma que será el propósito perseguido
con la explotación económica de la obra lo que determine las normas a las que
deberá someterse.

Así, si entendemos que la obligación de publicar la obra no conlleva ninguna


remuneración para el autor, estaremos ante una divulgación en una modalidad
distinta de la edición. Esta edición gratuita constituiría un contrato atípico, en

57. MARIA SERRANO FERNÁNDEZ: Op. Cit.

- 229-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

el que la causa del mismo no coincidirá con la del contrato de edición, y en


consecuencia se regirá por las normas contenidas en las “Disposiciones Gene-
rales”.

Pero si por el contrario, la obligación de publicar la obra por parte del editor
conlleva algún tipo de remuneración para el autor, entonces estaríamos ante
una figura contractual cuya finalidad coincidiría con la del contrato de edición,
y que por tanto debería someterse a la regulación imperativa prevista en los
artículos 58 y siguientes del TRLPI.

-230-
Carlos Muñoz Viada

XII. FORMULARIOS

I. CONTRATO GENÉRICO DE CESIÓN DE LOS DERECHOS DE EXPLOTA-


CIÓN.

DE UNA PARTE: D......................, español, mayor de edad, domiciliado en


........., con D.N.I. ........................; en adelante el CEDENTE.

Y DE OTRA: D....................., español, mayor de edad, casado, domiciliado en


........ y con D. N. I. .............; en adelante el CESIONARIO,

MANIFIESTAN

Primero. El cedente ha concluido en el mes de junio del presente año, un libro


titulado......................; cuya obra será publicada por la Editorial ............ y, la
cual se pondrá a la venta en el mes de ......................

Segundo. El cedente cederá los derechos que, como autor le corresponde y, con

- 231 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

arreglo a las condiciones que más adelante se detallan.

Tercero. El cesionario acepta, en este acto, la cesión que se realiza a su favor y


en las condiciones pactadas.

Cuarto. El presente contrato se regirá por las siguientes:

CLÁUSULAS

PRIMERA. El importe de la cesión se estipula en ................. euros (la cantidad


en cifras y letras); cantidad ésta que la cesionaria satisfará al cedente de la
siguiente forma: .............. euros, cuando el cedente entregue los originales de
la obra a la Editorial ..........; los restantes ............. euros cuando la obra se
ponga a la venta.

SEGUNDA. Como consecuencia de esta cesión, las liquidaciones que por de-
recho de autor deba percibir el cedente se harán a favor de la cesionaria, hasta
que se agote la edición, momento en que se extinguirá este contrato, que no
será válido para ediciones sucesivas; sin perjuicio de que las partes acuerden su
prórroga con las mismas condiciones o el otorgamiento de otro nuevo.

TERCERA. El precio fijado en este contrato lo es a tanto alzado (art. 47 Ley


22/1987, 11 noviembre), y corresponde a la Primera Edición de la obra antes
citada; sin perjuicio de las liquidaciones que la Editorial pudiera practicarle a la
cesionaria, en más o en menos de esa cantidad, por lo cual el cedente no recibirá
ningún incremento cualquiera que sea la cantidad ejemplares vendidos, ni de-
volverá a la cesionaria lo percibido en ninguna proporción, si la venta produce
menores beneficios que el precio fijado por las partes.

CUARTA. El cesionario se compromete a remitir copia del presente documento a

- 232-
Carlos Muñoz Viada

la Editorial ............., en el plazo de veinte días a partir de la fecha del presente.

Para que así conste y se haga valer, las partes firman tres ejemplares idénti-
cos, uno para cada parte, y un tercero para conocimiento y cumplimiento de
la Editorial ............, en la ciudad de ................, a los .............. días del mes de
.................... del año .................

Firma del cedente Firma del cesionario Por la Editorial

II. LOS CONTRATOS DE EDICIÓN DE OBRAS EN FORMA DE LIBRO.

II. A) EL CONTRATO DE EDICIÓN DE UNA OBRA ORIGINAL REALIZADA POR


UN AUTOR INDIVIDUAL:

Es el contrato más habitual, y nos servirá de referencia para los otros contra-
tos, de los que solamente analizaremos sus peculiaridades o desviaciones con
respecto a este.

El 29 de julio de 1999, las que podríamos considerar las tres Organizaciones


más importantes de este sector, la Federación de Gremios de Editores de Es-
paña (FGEE), la Asociación Colegial de Escritores de España (A.C.E.), y la Fe-
deración de Asociaciones de Ilustradores, establecieron, de común acuerdo, un
Modelo de Contrato de Edición de Obras en forma de Libro.

Este modelo de contrato, que en ningún caso tiene carácter de obligatorio, es el


que a continuación reproducimos:

En la ciudad de ......................., a ...... de ...................... de 2.00...

- 233-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

INTERVIENEN

De una parte.- Don .................................., mayor de edad, con domicilio a es-


tos efectos, en ................................., calle ............................... y con D.N.I. núm.
.......................

Intervien en nombre y representación, en su calidad de ..........................., de


la sociedad ........................................... (en adelante , EL EDITOR), con domi-
cilio en ........................, calle ............................................., provista de C.I.F. A-
0805445, con facultades suficientes para este acto.
De otra parte.- Don ..................................... (en adelante EL AUTOR), mayor
de edad, con domicilio, a efectos de este contrato, en ..........................., calle
...................................... y provisto de D.N.I. núm. .................................

Interviene en su propio nombre y derecho.

MANIFIESTAN

I) Que .................................... es autor de la obra ......................................... (en


lo sucesivo la OBRA) y titular en pleno dominio de cuantos derechos son objeto
del presente Contrato.

II) Que el EDITOR se halla interesado en adquirir los derechos de reproduc-


ción, distribución y venta en forma de libro de la OBRA en las condiciones que
se dirán.
III) Que, en méritos de todo lo anterior, ambas partes, reconociéndose la capa-
cidad legal suficiente, celebran el presente Contrato de Edición de acuerdo con
las siguientes,

- 234-
Carlos Muñoz Viada

CLÁUSULAS

Primera. OBJETO DE LA CESIÓN.

El AUTOR cede al EDITOR los derechos de reproducción, distribución y ven-


ta de la OBRA en forma de libro, para su explotación comercial en lengua
.................., y para el ámbito territorial de .........................

La cesión se entiende hecha con carácter exclusivo/no exclusivo, para la mo-


dalidad de:
- Edición de tapa dura.
- Edición rústica.

La OBRA se publicará dentro de la Colección ..............................

El AUTOR se reserva todos los derechos que no son objeto de cesión en el pre-
sente Contrato. Si el EDITOR se propusiera otra modalidad de edición, con
derechos de autor diferentes, deberá obtener previamente la aceptación por
escrito del AUTOR.

Segunda. CONDICIONES DE LA CESIÓN.

A) Traducciones: Queda facultado el EDITOR para negociar con terceros


la edición de la traducción de la OBRA a idioma distinto del pactado en este
Contrato –con independencia de que esta gestión pueda realizarla también el
AUTOR-, pero en aquel caso será necesaria la autorización del AUTOR sobre
la traducción de la OBRA y la persona encargada de realizarla. En caso de que
esta negociación llegue a buen fin por gestión del EDITOR, los beneficios netos
obtenidos se distribuirán del modo siguiente: ......% para el EDITOR y .....%
para el AUTOR. Si la gestión la realizara éste directamente, los beneficios obte-

- 235-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

nidos se distribuirán de la siguiente forma: ......% para el AUTOR y .....% para


el EDITOR.

B) Derechos de adquisición preferente: El AUTOR cede al EDITOR, que


lo acepta, un derecho de opción por un plazo de tres años a partir de la fecha
del presente Contrato, para publicar la OBRA en las demás modalidades no
amparadas por este Contrato (Bolsillo, Club, Fascículos, Ediciones Especiales,
..........), en las condiciones que ambos acuerden.

El EDITOR gozará también de un derecho de opción preferente para adquirir


los demás derechos de explotación (comunicación pública, transformación y
colección) en iguales términos y condiciones que el AUTOR pueda convenir con
terceros.

El AUTOR notificará de forma fehaciente al EDITOR los datos y condiciones


objetivas y subjetivas correspondientes a la oferta que pudiera haber recibi-
do de un tercero interesado en llevar a cabo cualesquiera actos de explotación
a que se refiere el apartado anterior, disponiendo el EDITOR de un plazo de
sesenta días para comunicar al AUTOR su voluntad de adquirir o no los de-
rechos en cuestión en las mismas condiciones que le hayan sido ofertadas al
AUTOR. Transcurrido dicho plazo sin que el EDITOR haga tal comunicación, o
en cuanto manifieste que no se halla interesado en la adquisición en cuestión,
el AUTOR podrá libremente celebrar el Contrato en las condiciones notificadas.

C) Transmisión de los derechos cedidos: El EDITOR sólo podrá trans-


mitir a otro los derechos que se le ceden, con el consentimiento del AUTOR,
expresado por escrito.

- 236-
Carlos Muñoz Viada

Tercera. ENTREGA DEL ORIGINAL.

El AUTOR se obliga a entregar el original de la OBRA en condiciones de ser


reproducida no más tarde del día ......... de ................. de 2.00...., en el domicilio
del EDITOR, y en soporte informático.

Cuarta. AUTORÍA Y EJERCICIO DE DERECHOS.

1. El AUTOR responde ante el EDITOR de la autoría y originalidad de la OBRA


y del ejercicio pacífico de los derechos que cede mediante el presente Contrato,
manifestando que sobre los mismos no tiene contraídos ni contraerá compro-
misos o gravámenes de ninguna especie que atenten contra los derechos que
al EDITOR o terceros les correspondan, de acuerdo con lo estipulado en este
Contrato. A este respecto, el AUTOR se hace responsable frente al EDITOR de
todas las cargas pecuniarias que pudieran derivarse para el EDITOR en favor
de terceros con motivo de acciones, reclamaciones o conflictos derivados del
incumplimiento de este Contrato por parte del AUTOR.

2. Por su parte, el EDITOR se compromete a respetar los derechos morales del


autor y a poner en conocimiento de éste cualquier infracción de los mismos que
pudiera ser realizada por terceros.

3. El EDITOR se obliga a que figure el nombre del AUTOR de forma destacada


en todos los ejemplares de la OBRA que publique, y a incluir la mención inter-
nacional de reserva de propiedad intelectual seguida del nombre y apellidos o
seudónimo del AUTOR y el año de la primera edición, además de la mención del
copyright editorial, y a observar las formalidades administrativas requeridas
para la circulación de la OBRA.

4. El EDITOR queda facultado para realizar cuantos actos sean necesarios para

- 237-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

la inscripción de los derechos sobre la OBRA en aquellos Registros Públicos que


tenga por conveniente.

5. EL EDITOR podrá perseguir las infracciones que afecten a las facultades que
le han sido otorgadas por medio del presente Contrato. En consecuencia, en los
supuestos de infracción podrá llevar a cabo las acciones judiciales y extrajudi-
ciales que tenga por conveniente, comprometiéndose el AUTOR a prestar su
colaboración en tales reclamaciones. Los costes derivados de las mismas serán
sufragados por el EDITOR.

Quinta. CONTRAPRESTACIÓN.

El AUTOR percibirá como remuneración o contraprestación por los derechos


cuya cesión es objeto del presente Contrato , el ......% del precio de venta al pú-
blico (P.V.P.) sin I.V.A. por cada uno de los ejemplares vendidos.

Como anticipo a cuenta de los derechos que pueda corresponderle al AUTOR,


el EDITOR pagará al AUTOR la cantidad de ............................. Euros, que se
liquidarán en el momento en que el AUTOR entregue la OBRA.

En todas las cantidades que se paguen –por adelantos o derechos- se efectuarán


las retenciones que de conformidad a la normativa fiscal sean aplicables.

El AUTOR autoriza al EDITOR a recibir –para reintegrársela a aquél- cualquier


suma de dinero que deba ser abonada al AUTOR por un tercero de acuerdo con
el presente Contrato.

Sexta. PUBLICACIÓN.

El EDITOR viene obligado a poner la obra a la venta en un plazo máximo de

- 238-
Carlos Muñoz Viada

............ meses, a contar desde la fecha de entrega del original.

En caso de no publicación de la obra en el plazo previsto, el presente Contrato


quedará automáticamente resuelto, y todas las cantidades percibidas por anti-
cipado por el AUTOR quedarán definitivamente en propiedad del mismo.

El EDITOR remitirá al AUTOR los juegos de pruebas destinadas a la correc-


ción del texto. El AUTOR deberá devolverlos en un plazo de .......... días con
las correcciones a que hubiere lugar, que deberán ser incorporadas al texto. El
AUTOR hará las modificaciones imprescindibles y que no supongan una pro-
porción superior al ......% del total del texto, sin que se contabilicen como tales
las de carácter tipográfico que siempre irán a cargo del EDITOR.

El EDITOR no podrá introducir en la obra ninguna clase de alteraciones, mo-


dificaciones, adiciones o supresiones sin autorización expresa del AUTOR.

Asimismo, el EDITOR restituirá el original de la OBRA al AUTOR una vez fina-


lizadas las operaciones de impresión y tirada de la misma.

Séptima. EDICIONES Y NÚMERO DE EJEMPLARES.

Durante la vigencia del presente Contrato el EDITOR podrá efectuar un máxi-


mo de .......... Ediciones de la OBRA, con un mínimo de ................ Ejemplares y
un máximo de ................., para la primera de ellas, y en las sucesivas un mínimo
de .......... Y un máximo de .................., con las reimpresiones que dentro de di-
chos totales libremente decida el EDITOR.

La edición o reimpresión de una obra se entenderá agotada cuando reste sin


vender, en buen estado para la venta al público, un número de ejemplares in-
ferior al ......% del total de edición o, en todo caso, a ........... ejemplares; cuando

- 239-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

el AUTOR no haya recibido ninguna liquidación transcurridos ........... meses


desde la fecha establecida para ello en la Cláusula Novena; o cuando transcu-
rrido un periodo de .......... Años desde la fecha de publicación de la OBRA, las
liquidaciones anuales arrojen una venta inferior a ......... ejemplares.

Octava. CONTROL DE TIRADA.

Antes de la puesta en circulación de cada una de las ediciones o reimpresiones


que realice el EDITOR, éste remitirá al AUTOR una certificación comprensiva
del número de ejemplares de que conste la edición o reimpresión de que se
trate, fecha de publicación de la OBRA y de su precio de venta al público. Esta
certificación irá acompañada de una declaración jurada de la persona o entidad
responsable de los talleres de impresión y encuadernación de la OBRA, en la
que conste el número de ejemplares fabricados que fueron entregados al EDI-
TOR y fecha de entrega o entregas efectuadas.

Novena. EJEMPLARES GRATUITOS.

A) El AUTOR recibirá sin cargo alguno ......... ejemplares de la primera edición


y ........... ejemplares de cada una de las nuevas ediciones y reimpresiones de la
OBRA. Asimismo, el AUTOR podrá adquirir del EDITOR, con un descuento
equivalente al descuento medio que el EDITOR aplique a los distribuidores de
la OBRA, los ejemplares que precise para su uso particular o con destino a ter-
ceros, sin que en ningún caso puedan ser destinados al comercio. Sobre estos
ejemplares no percibirá el AUTOR liquidación alguna.

B) También estarán exentos de liquidación al AUTOR, aunque deberán serle


notificados, los ejemplares que el EDITOR entregue gratuitamente para fines
de promoción y crítica de la OBRA. El máximo de ejemplares que podrá des-
tinar el EDITOR a fines de promoción y crítica será de ......... en el caso de la

-240-
Carlos Muñoz Viada

primera edición, y ........ para las sucesivas.

Décima. EXPLOTACIÓN Y DISTRIBUCIÓN.

El EDITOR distribuirá la OBRA en el plazo y condiciones estipulados, asegu-


rando a la misma una explotación continua y una difusión comercial conforme
a los usos habituales en el sector profesional de la edición.

El EDITOR comunicará al AUTOR la forma de distribución de la OBRA y qué


entidad la va a realizar.

El AUTOR autoriza al EDITOR a que utilice su nombre e imagen en la publici-


dad de la OBRA. Igualmente se compromete a colaborar, a requerimiento del
EDITOR, en los actos de promoción de la misma.

Undécima. LIQUIDACIONES.

El EDITOR se obliga a presentar al AUTOR semestral/anualmente, durante el


primer trimestre de período correspondiente, un certificado en el que consten
las liquidaciones de las ventas de ejemplares de la OBRA durante el semestre/
año natural inmediatamente anterior –aunque el resultado sea negativo-, con
expresión del número de ejemplares publicados, vendidos, en depósito, distri-
buidos y en almacén, así como su precio de venta sin IVA según catálogo. En el
caso de que el saldo resultase favorable al AUTOR, el EDITOR realizará el pago
de las cantidades adeudadas dentro de los 30 días siguientes al envío cerificado.

El EDITOR se compromete a facilitar al AUTOR el examen de sus Libros


de Contabilidad.

Asimismo, el AUTOR tendrá derecho a realizar, a su costa, la revisión por parte

- 241-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

de una firma de auditoría de las liquidaciones efectuadas por el EDITOR, a cu-


yos efectos este último se compromete a facilitar el examen por parte de aquella
de todos sus libros y documentos mercantiles.

Duodécima. DURACIÓN DEL CONTRATO.

El presente Contrato tendrá una duración de ........ años (máximo 15 años), des-
de la fecha en que el AUTOR ponga a disposición del EDITOR la OBRA en con-
diciones de ser reproducida.

Una vez finalizado el Contrato, el EDITOR podrá vender aquellos ejemplares de


la OBRA que hubieran quedado en su poder, durante el plazo de tres meses pos-
terior a la fecha de finalización. Una vez cumplido ese término, el EDITOR de-
berá proceder a retirar de la circulación y venta cuantos ejemplares le restasen
aún sin vender. El AUTOR podrá optar por adquirir del EDITOR los ejemplares
en su poder, desde la misma fecha del vencimiento del Contrato, al 50 por 100
del precio de venta al público.

Sin perjuicio de lo anterior, el Contrato podrá quedar resuelto anticipadamente


en los siguientes casos:

a) Cuando, agotada la última edición realizada, conforme a lo definido en la


Cláusula Quinta, el EDITOR no efectúe la siguiente en el plazo de ...... meses.

b)Cuando el EDITOR ceda indebidamente a terceros los derechos objeto de este
Contrato.

c) En los supuestos de liquidación o cambio de titularidad de la empresa edito-


rial. Como quiera que el EDITOR se halla constituído como Entidad Mercantil,
la venta de acciones o participaciones sociales por parte de los actuales titulares

- 242-
Carlos Muñoz Viada

a favor de terceros, no se considerará que constituya cambio de titularidad de


la empresa a estos efectos.

d) Si el EDITOR fuera declarado en estado de quiebra o de suspensión de pagos,


la presente cesión quedará automáticamente resuelta, sin que nadie pueda con-
siderarse autorizado a continuar la explotación de la OBRA, salvo el AUTOR, al
que revertirán los derechos cedidos, sin perjuicio de que se decidan en los pro-
cedimientos judiciales oportunos, la clasificación, preferencia y pago de cuanto
pueda acreditar el AUTOR.

e) Por las causas de resolución reconocidas en la Legislación vigente.

Décimo Tercera. SALDO Y DESTRUCCIÓN DE EJEMPLARES.

Si transcurridos dos años desde la fecha de su inicial puesta en circulación, el


EDITOR dispone de los ejemplares que le resten de la OBRA para destruirlos
o venderlos como saldo, éstos no devengarán la remuneración establecida en
la Cláusula Tercera, pero el AUTOR tendrá derecho a adquirir directamente
del EDITOR todos o parte de los ejemplares que le resten a precio de saldo o a
percibir el 10 por ciento del precio que el EDITOR obtenga de la venta en saldo,
debiendo comunicarle la opción elegida dentro del plazo de treinta días siguien-
tes a la recepción de la comunicación que el EDITOR deberá haberle realizado
fehacientemente a tal efecto.

En caso de venta en saldo o destrucción de los ejemplares, los derechos cedidos


al EDITOR en el presente Contrato revertirán directamente al AUTOR, sin ne-
cesidad de preaviso y sin perjuicio de las cantidades ya pagadas o debidas aún
al AUTOR.

- 243-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Décimo Cuarta. OBLIGACIONES FISCALES.

El AUTOR faculta expresamente al EDITOR para la detracción, declaración e


ingreso en el Tesoro Público de aquellas cantidades que por cualquier concepto
impositivo hubiera de satisfacer, derivadas de los rendimientos de la propiedad
intelectual objeto de este Contrato, en todos aquellos impuestos o gravámenes
en que el EDITOR tenga, por disposición legal, la condición de sustituto del
AUTOR como Contribuyente.

Décimo Quinta. ENTIDADES DE GESTIÓN.

Ambas partes se someten expresamente a lo dispuesto en el artículo 25 de la


L.P.I. respecto a la participación en una remuneración compensatoria, por las
reproducciones para uso privado de la OBRA, a través de la Entidad de Gestión
correspondiente.

Décimo Sexta. DOMICILIO.

Ambas partes designan como domicilios respectivos a efectos de notificaciones


los que hacen constar en la cabecera de este Contrato, si bien podrán modificar-
lo mediante notificación remitida a la otra parte.

Décimo Séptima. LEGISLACIÓN APLICABLE.

El presente Contrato de Edición se regirá y será interpretado conforme a lo pre-


visto en el Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de Abril, por el que se aprueba
el Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual y, en general, por las
disposiciones legales que le sean de aplicación.
Décimo Octava. SUMISION.

- 244-
Carlos Muñoz Viada

- Opción A: ARBITRAJE.

Para resolver cuantas divergencias pudieran surgir como consecuencia de la


interpretación y ejecución del presente Contrato, ambas partes se someterán a
un Arbitraje de Equidad, regulado por la Ley de Arbitrajes de Derecho Privado
de Equidad, de fecha 23 de diciembre de 1953, que realizará el Tribunal que
designe la Comisión Mixta de Editores y Autores.

- Opción B: JURISDICCIÓN.

Ambas partes se someten para cualquier diferencia que pudiera surgir de la


interpretación y cumplimiento del presente Contrato, a la jurisdicción y com-
petencia de los Juzgados y Tribunales de ................, renunciando a su fuero
propio, de ser otro.

Y en prueba de conformidad con cuanto antecede, suscriben el presente Contra-


to, por duplicado, en el lugar y fecha arriba indicados

II.B) EL CONTRATO DE EDICIÓN DE UNA OBRA ORIGINAL REALIZADA POR


VARIOS AUTORES EN COLABORACIÓN.

Este contrato servirá para la edición de aquellas obras que sean el resultado
unitario de la colaboración de varios autores, denominados coautores.

Los derechos sobre estas obras les corresponden a todos los autores que han
participado en su elaboración en la proporción que ellos determinen.

Realmente este tipo de contrato no presenta demasiadas particularidades en


relación con el contrato anterior, con los matices propios de la naturaleza de
la colaboración. Normalmente se celebra un contrato entre cada coautor y el

- 245-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

editor, aunque cabe la firma de un único contrato para todos los coautores, en
el que se establecerá la participación de cada uno de ellos en la explotación, así
como el alcance de las obligaciones de cada uno.

Así, nos limitaremos a destacar las siguientes peculiaridades:

Autoría y Ejercicio de Derechos: En la obra en colaboración el resultado


es unitario pero escindible, de este modo cada colaborador podrá explotar se-
paradamente sus aportaciones siempre sin perjuicio de la unitaria. Nos encon-
tramos con uno de los casos particulares en los que el derecho de explotación
del autor queda limitado.

Respecto a la contraprestación, su cálculo se realizará conforme a la norma


general mediante participación en los beneficios de explotación. Al quedar en
estas obras reconocido que partes de ella son creación de cada colaborador, el
reparto de este porcentaje es fácil de establecer en caso de firma de único con-
trato. En caso de varios contratos, no existe diferencia con el caso de edición de
obra de un único autor.

Control de Tirada, Ejemplares Gratuitos y Liquidaciones: Cada cola-


borador tiene los mismos derechos de información que cualquier autor indivi-
dual, tiene derecho al control de tirada, a que se le presenten las liquidaciones
obligatorias y a recibir ejemplares gratuitos, que se repartirán conforme al mis-
mo criterio usado para establecer el reparto de la contraprestación económica.

II. C) EL CONTRATO DE EDICIÓN DE UNA OBRA ORIGINAL REALIZADA DE


FORMA COLECTIVA POR VARIOS AUTORES POR LA INICIATIVA Y BAJO LA
COORDINACIÓN DE UNA PERSONA JURÍDICA.

Se considera obra colectiva la creada por la iniciativa y bajo la coordinación

- 246-
Carlos Muñoz Viada

de una persona natural o jurídica que la edita y divulga bajo su nombre y está
constituida por la reunión de aportaciones de diferentes autores cuya contri-
bución personal se funde en una creación única y autónoma, para la cual haya
sido concebida sin que sea posible atribuir separadamente a cualquiera de ellos
un derecho sobre el conjunto de la obra realizada. Son obras únicas e inescin-
dibles, en las que no se puede fijar un porcentaje de participación, y realizadas
necesariamente bajo iniciativa y coordinación de una persona física o jurídica.

Salvo pacto en contrario, los derechos sobre la obra colectiva corresponderán a


la persona que la edite y divulgue bajo su nombre.

En este caso no existiría un verdadero contrato de edición, ya que las personas que
intervienen en la preparación de la obra no lo hacen en condición de autores.
Su vinculación con la persona jurídica que edita será laboral o de prestación de
servicios, y la remuneración satisfecha en estos términos.

III. EL CONTRATO DE EDICIÓN DE UNA OBRA DERIVADA REALIZADA POR


UN AUTOR INDIVIDUAL.

Las Obras derivadas vienen reguladas en el Artículo 11, donde se establece


que “Sin perjuicio de los derechos de autor sobre la obra original, también son
objeto de propiedad intelectual:

1º Las traducciones y adaptaciones.

2º Las revisiones, actualizaciones y anotaciones.

3º Los compendios, resúmenes y extractos.

4º Los arreglos musicales.

- 247-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

5º Cualesquiera transformaciones de una obra literaria, artística o científica”.

De este modo, de una obra original deriva, siempre con consentimiento de su


autor, otra obra nueva, aunque dependiente de la primera, cuyo autor, sin per-
juicio del original, tiene iguales derechos, y que dará lugar a un contrato de
edición de idéntico contenido fundamental y sujeto a las particularidades que
plantea cada caso.

De entre ellas, destacaremos por su importancia dos: las adaptaciones y las tra-
ducciones.

III. A) LAS ADAPTACIONES: Tienen especial importancia en el campo de las


artes escénicas. Su originalidad reside en su expresión, composición, distinto
género literario (en ocasiones) y medio de expresión. La adaptación de una obra
audiovisual o teatral se realiza normalmente a través de una obra literaria origi-
nal de la que se’800`p98o extrae argumento y guión o diálogos. Las diferencias
contractuales fundamentales son el alcance de la exclusividad y el cálculo de
la remuneración, que podrá ser un tanto alzado, que analizo en profundidad
más adelante. En caso de contratos de producción de obra audiovisual se pre-
sume, a diferencia del contrato de edición, que la cesión tiene carácter exclu-
sivo para el productor, con la limitación de que los autores pueden explotar
estas obras siempre que ello no suponga perjuicio para la explotación original.

III. B) LAS TRADUCCIONES.

Los modelos que a continuación reproducimos, han sido obtenido de la pagi-


na web de la Sección Autónoma de Traductores de la Asociación Colegial de
Escritores de España (ACEtt), donde se manifiesta que “La Federación de Gre-
mios de Editores de España, la Federación de Asociaciones de Ilustradores, la

-248-
Carlos Muñoz Viada

Asociación Colegial de Escritores y su Sección Autónoma de Traductores de


Libros han acordado recientemente el establecimiento de nuevos modelos de
contratos orientativos para la edición de obras en forma de libro, las creaciones
visuales en forma de libro, el encargo de obra y la traducción. Estos modelos
reemplazan los que regían desde 1989”.

Modelo general de traducción.

En.............................. , a................ de............. de

REUNIDOS

De una parte......................................., actuando en su propio nombre y repre-


sentación, mayor de edad, con domicilio en ....................................... DNI no.....
............................ (en lo sucesivo EL TRADUCTOR).

De otra parte............................................. en adelante designada como el EDI-


TOR. con domicilio social en ......................, CIF no .................... representado
en este acto por ............................., en su calidad de ........................

MANIFIESTAN

Que el EDITOR posee los derechos de edición en ................. (referencia


al idioma al que se va a traducir) de la obra (título original) de la que es au-
tor............................... , y que el TRADUCTOR se compromete a llevar a cabo la
correspondiente traducción al ......................................., por lo cual ambas par-
tes convienen en formalizar este contrato con arreglo a los siguientes

- 249-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

PACTOS

Primero. EL EDITOR encarga al TRADUCTOR la traducción de la obra (titulo


original) ............................... de la que es autor .............., y el TRADUCTOR se
obliga a realizar personalmente la traducción del .............. (idioma del que se
traduce) al .............. ajustada fielmente al original.

Segundo. El texto de la traducción deberá ser entregado al EDITOR antes del


día ............. de .......... de ......... En su presentación el TRADUCTOR seguirá las
directrices recibidas del EDITOR.

Tercero. El EDITOR pagará al TRADUCTOR, como anticipo de los derechos


que puedan corresponderle por la edición de la obra encargada, la cantidad de
X ............ ptas. por folio de 1.800/2.100 matrices, que se liquidarán de acuerdo
con los siguientes plazos:

- El X% en el momento de la firma de este contrato.

- La cantidad restante cuando el EDITOR dé su conformidad a la traducción.


Dicha conformidad o disconformidad deberá darla el EDITOR en un plazo que
no podrá ser superior a ...... días, a contar desde la fecha de su recepción.

(Recomendación: El EDITOR se compromete a realizar pagos fraccionados en


la manera convenida con el traductor cuando el volumen de la traducción jus-
tifique esta medida).

(Recomendación: cuando, por acuerdo entre las partes, se utilice otra unidad de
medida distinta del folio considerado como plantilla imaginaria, para el estableci-
miento de la tarifa correspondiente se aplicará un coeficiente corrector que garan-
tice en todo caso que dicha tarifa no resulte rebajada en perjuicio del traductor).

- 250-
Carlos Muñoz Viada

Cuarto. Si el EDITOR no diese su conformidad a la traducción encargada y el


TRADUCTOR no realizase las modificaciones propuestas por el EDITOR, este
quedará liberado de la obligación de efectuar el pago del último plazo, deberá
devolver la traducción al TRADUCTOR, y quedará resuelto el presente contrato.

Quinto. Realizada, entregada y aceptada la traducción y pagado el anticipo


por el EDITOR, los derechos de reproducción, distribución y venta de la misma
en forma de libro se ceden al EDITOR para su explotación comercial en lengua
.............. y para el ámbito territorial de ................................

Sexto. La cesión se entiende hecha con carácter no exclusivo, en cualquiera de


los posibles sistemas de comercialización, para las siguientes modalidades de
edición:

a. tapa dura o cartoné.


b. rústica.
c. ediciones económicas o de bolsillo.

Séptimo. El TRADUCTOR cede al EDITOR, que lo acepta, un derecho de


opción preferente por un plazo de tres años a partir de la fecha del presente
Contrato, para publicar la OBRA en otras modalidades no amparadas por este
Contrato (Club, Fascículos, Ediciones especiales).

El EDITOR gozará también de un derecho de opción preferente para adquirir


los demás derechos de explotación (comunicación pública, transformación y
colección) en iguales términos y condiciones que el AUTOR pueda convenir con
terceros.

Octavo. El EDITOR sólo podrá ceder a otro los derechos que se le ceden, con
el consentimiento del TRADUCTOR, expresado por escrito, previo pacto de los

- 251 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

términos económicos de esta cesión.

Noveno. Como remuneración por los derechos de autor, cuya cesión es objeto
del presente contrato, el TRADUCTOR percibirá:
1. El .....% del precio de venta al público, según catálogo y sin IVA, por
cada uno de los ejemplares vendidos en edición ..........
2. Para las restantes modalidades de edición, los porcentajes que se apli-
carán para determinar la remuneración del TRADUCTOR serán los siguientes:
-
-

En caso de resolución de este contrato por no publicación de la obra, quedarán


definitivamente en poder del TRADUCTOR las cantidades anticipadas.

Décimo. El EDITOR viene obligado a poner a la venta la obra en un plazo no


superior a ....... meses a contar desde la fecha de entrega del original.

Undécimo. El EDITOR se obliga a que el nombre del TRADUCTOR figure,


al menos, en lugar visible, en la página de créditos, así como la mención del
Copyright de la traducción.

Duodécimo. Durante la vigencia del presente contrato, el EDITOR podrá


efectuar un máximo de ...... ediciones para cada una de las modalidades conve-
nidas, con un mínimo de ......... ejemplares y un máximo de ........ para cada una
de ellas, con las reimpresiones que dentro de dichos totales libremente decida
el EDITOR.

(Recomendación: Para evitar la exagerada amplitud entre mínimo y máximo


que a veces se impone contraviniendo el espíritu y la intención del Articulo 60
de la LPI., se establecerá una cláusula limitativa de esta amplitud, dependiendo

- 252-
Carlos Muñoz Viada

de la cuantía del mínimo de ejemplares previsto, en la siguiente proporción:

a) Si el mínimo es inferior a 10.000 ejemplares, el máximo de ejemplares no


podrá ser superior al triple del mínimo previsto.

b) Si el mínimo oscila entre 10.000 y 50.000 ejemplares, el máximo no podrá


ser superior al doble del mínimo previsto.

c) Si el mínimo es superior a 50.000 ejemplares, el máximo no podrá ser supe-


rior al 150% del mínimo).

Décimo tercero. Antes de la puesta en circulación de los ejemplares impresos


de la obra de cada una de las ediciones o reimpresiones que realice el EDI-
TOR, este remitirá al TRADUCTOR una certificación comprensiva del número
de ejemplares de que conste la edición o reimpresión de que se trate, fecha de
publicación de la OBRA y de su precio de venta al público. Esta certificación irá
acompañada de una declaración jurada de la persona o entidad responsable de
los talleres de impresión y encuadernación de la OBRA, en la que consten el
número de ejemplares fabricados que fueron entregados al EDITOR y fecha de
la entrega o entregas efectuadas.

Décimo cuarto. Se considerará que está agotada la edición o reimpresión de


la obra cuando el número de ejemplares sin vender sea inferior al ... % del total
de la edición o reimpresión y, en todo caso, inferior a ...., circunstancia que
deberá ser comunicada al TRADUCTOR; cuando el TRADUCTOR no haya re-
cibido ninguna liquidación transcurridos ....... meses desde la fecha establecida
para ello en el artículo Décimo quinto; o cuando transcurrido un periodo de ....
años desde la fecha de publicación de la OBRA, las liquidaciones anuales arro-
jen una venta inferior a .... ejemplares.

- 253-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Décimo quinto. El EDITOR se obliga a presentar anualmente al TRADUC-


TOR durante el primer trimestre del año correspondiente, un certificado en el
que se haga constar las liquidaciones de las ventas de ejemplares de la OBRA
realizadas durante el año natural inmediatamente anterior —aunque el resulta-
do sea negativo—, con expresión del número de ejemplares publicados, vendi-
dos, en depósito, distribuidos y en almacén, así como su precio de venta sin IVA
según catálogo. El pago lo realizará el EDITOR dentro de los 30 días siguientes
al envío del citado certificado.

Décimo sexto. El TRADUCTOR facu Ita expresamente al EDITOR para la de-


tracción, declaración e ingreso en el Tesoro Público de aquellas cantidades que
por cualquier concepto impositivo hubiera de satisfacer el AUTOR derivadas de
los rendimientos de la propiedad intelectual objeto de este contrato, en todos
aquellos impuestos o gravámenes en que el EDITOR tenga, por disposición le-
gal, la condición de sustituto del Traductor-Contribuyente.

Décimo séptimo. El presente contrato tendrá una duración de ..... años (15
como máximo) contados desde la fecha en que el TRADUCTOR ponga a dis-
posición del EDITOR la obra en condiciones de ser reproducida. Extinguido el
contrato, el EDITOR gozará de un derecho de opción preferente para suscribir
un nuevo contrato de edición sobre la misma obra, en iguales términos y condi-
ciones que el TRADUCTOR pueda convenir con terceros.

Décimo octavo. Las partes declaran que, en el caso de encontrarse el EDI-


TOR constituido jurídicamente en forma de sociedad anónima o limitada, la
venta de acciones o participaciones sociales por parte de los actuales titulares
en favor de terceros, no podrá considerarse que constituye cambio de titulari-
dad de la empresa, en el sentido empleado en el apartado 1) del artículo 68 de
la Ley de Propiedad Intelectual (texto refundido aprobado por Real Decreto
Legislativo 1/1996. De 12 de abril). Asimismo, el EDITOR, en el caso de cons-

- 254-
Carlos Muñoz Viada

tituir una persona física, podrá ceder los derechos que adquiere en virtud del
presente contrato, a una sociedad anónima o limitada que constituya y en la
que suscriba más de un 50% del capital social, la cual le sustituirá en todo en el
contrato como EDITOR.

Décimo noveno. El EDITOR pondrá en conocimiento del TRADUCTOR la


forma de distribución en lo relativo a la explotación de la obra y qué entidad la
va a realizar.

Vigésimo. Estarán exentos de liquidación al TRADUCTOR, aunque deberán


serle notificados, los ejemplares que el EDITOR entregue gratuitamente para
fines de promoción y crítica de la obra y reposición de ejemplares defectuosos
o estropeados. El máximo de ejemplares de cada edición que podrá destinar el
EDITOR a fines de promoción y crítica será de ..........

Vigésimo primero. El TRADUCTOR recibirá sin cargo alguno un mínimo de


........ ejemplares de la primera edición y ..... ejemplares por cada una de las nue-
vas ediciones o reimpresiones de la obra, los cuales no podrán ser destinados al
comercio y no devengarán derechos para el TRADUCTOR. Asimismo, el TRA-
DUCTOR podrá adquirir al EDITOR, con el descuento de ..... % los ejemplares
que precise para su uso particular o con destino a terceros, sin fines lucrativos.

Vigésimo segundo. El presente contrato de edición se regirá y será interpre-


tado conforme a lo previsto la Ley de Propiedad Intelectual y, en general, por las
disposiciones legales que le sean de aplicación.

Vigésimo tercero. Ambas partes designan como domicilio respectivo a efec-


tos de notificaciones el que hacen constar en la cabecera de este contrato, si bien
podrán modificarlo mediante notificación remitida a la otra parte.

- 255-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

Vigésimo cuarto. Para resolver cuantas divergencias pudieran surgir como


consecuencia de la interpretación de este contrato, ambas partes se someten a
un Arbitraje de Equidad, regulado por la Ley de Arbitrajes de Derecho Privado
de Equidad de fecha 23 de diciembre de 1953, que realizará el Tribunal que
designe la Comisión Mixta de Editores y Traductores.

Vigésimo quinto. Ambas partes se someten para cualquier diferencia que


pudiera surgir de la interpretación y cumplimiento del presente Contrato, a la
jurisdicción y competencia de los Juzgados y Tribunales de ............ renuncian-
do a su propio fuero si fuere otro.

Vigésimo sexto. El TRADUCTOR responde ante el EDITOR de la autoría y


originalidad de su obra y del ejercicio pacifico de los derechos que cede median-
te el presente contrato, manifestando que sobre los mismos no tiene contraídos
ni contraerá compromisos o gravámenes de ninguna especie que atenten contra
los derechos que al EDITOR o a terceros correspondan, de acuerdo con lo es-
tipulado en el presente instrumento. A este respecto, el TRADUCTOR se hace
responsable frente al EDITOR de todas las cargas pecuniarias que pudieran
derivarse para el segundo a favor de tercero como motivo de acciones, recla-
maciones o conflictos derivados del incumplimiento de estas obligaciones por
parte del TRADUCTOR.

Vigésimo séptimo. El presente contrato se otorga en dos ejemplares pero a


un solo efecto, quedando uno en poder de cada una de las partes contratantes.

Condiciones especiales del contrato a tanto alzado aplicado a la traducción.

Con respecto al modelo general, habrá variantes en estas cuatro cláusulas:

Tercero. El EDITOR pagará al TRADUCTOR, por la realización de la traduc-

- 256-
Carlos Muñoz Viada

ción encargada, la cantidad de .......... Euros que se liquidarán de acuerdo con


los siguientes plazos:
............,- Euros en el momento de la firma del presente contrato.
............,- Euros cuando el EDITOR de su conformidad a la traducción. Dicha
conformidad o disconformidad deberá darla el EDITOR en un plazo que no
podrá ser superior a días, a contar desde la fecha de su recepción.

Quinto. Realizada, entregada y aceptada la traducción y pagado el tanto alzado


por el EDITOR, los derechos de reproducción, distribución y venta de la misma
en forma de libro se ceden al EDITOR para su explotación comercial en lengua
............ y para el ámbito territorial de ........

Octavo. El EDITOR queda facultado para realizar una primera y única edición
de la obra que comprenderá un mínimo de ............. ejemplares y un máximo de
.............. ejemplares, con las reimpresiones que dentro de dichos totales libre-
mente decida el EDITOR, buscando asegurar a la obra una explotación continua
y una difusión comercial conforme a los usos habituales en el sector profesional
al que la obra corresponda.

(Recomendación: Para evitar la exagerada amplitud entre mínimo y máximo


que a veces se impone contraviniendo el espíritu y la intención del Articulo 60
de la LPI., se establecerá una cláusula limitativa de esta amplitud, dependiendo
de la cuantía del mínimo de ejemplares previsto, en la siguiente proporción:

a) Si el mínimo es inferior a 10.000 ejemplares, el máximo de ejemplares no


podrá ser superior al triple del mínimo previsto.

b) Si el mínimo oscila entre 10.000 y 50.000 ejemplares, el máximo no podrá


ser superior al doble del mínimo previsto.

- 257-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

c) Si el mínimo es superior a 50.000 ejemplares, el máximo no podrá ser supe-


rior al 150% del mínimo).

Décimo cuarto. El presente contrato tendrá una duración de ...... años (10
como máximo) contados desde la fecha en que el TRADUCTOR ponga a dispo-
sición del EDITOR la obra en condiciones de ser reproducida.

Condiciones especiales del contrato mixto aplicado a la traducción.

En este caso, habrá variantes en estos pactos:

Tercero. El EDITOR pagará al TRADUCTOR, por la realización de la traduc-


ción encargada, la cantidad de ............ Euros que se liquidarán de acuerdo con
los siguientes plazos:
............,- Euros en el momento de la firma del presente contrato.
............,- Euros cuando el EDITOR de su conformidad a la traducción.
Dicha conformidad o disconformidad deberá darla el EDITOR en un plazo que
no podrá ser superior a ...... días a contar desde la fecha de su recepción. El
pago del tanto alzado que aquí se contempla comprende la primera edición de
la obra a la que se refiere la traducción pactada. Para las sucesivas ediciones el
TRADUCTOR percibirá:
1. El .... % del precio de venta al público, según catálogo y sin IVA, por cada uno
de los ejemplares vendidos en edición
2. Para las restantes modalidades de edición los porcentajes que se aplicarán
para determinar la remuneración del TRADUCTOR serán los siguientes:
-
-

Quinto. Realizada, entregada y aceptada la traducción y pagado el tanto alzado


por el EDITOR, los derechos de reproducción, distribución y venta de la misma

- 258-
Carlos Muñoz Viada

en forma de libro se ceden al EDITOR para su explotación comercial en lengua


.......... y para el ámbito territorial de ..........

IV. CONTRATO DE EDICIÓN MUSICAL

En ........, a ..de ........de 200.

De una parte ................... en su calidad de editor musical, representada por


.........., con sede social en ......., con CIF: en lo sucesivo denominado EDITOR.

Y de otra parte (DNI:) con domicilio en ....................; en lo sucesivo denomina-


do AUTOR

Ambas partes que se reconocen mutuamente la capacidad legal necesaria para


celebrar el presente Contrato, y

EXPONEN

I. Que AUTOR en su calidad de AUTOR/COMPOSITOR es titular del pleno


dominio del contenido integro de las obras de la forma:

tituladas: WWW, WWWW, y WWW, en lo sucesivo denominado COMPOSICIÓN.

II. Que AUTOR declara que la COMPOSICIÓN no infringe el Copyright de cual-


quier obra, afirmando no tenerla sujeta a carga ni gravamen alguno y caberle,
respecto de ella, la más libre disponibilidad, así como estar plenamente facultado
para celebrar este contrato y ceder los derechos que por el mismo se conceden.
Aquellos derechos que sean recaudados por Sociedades de Gestión serán abo-

- 259-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

nados directamente por esta a los titulares, eximiendo al EDITOR de toda res-
sponsabilidad al respecto.

A estos efectos y a la fecha de este contrato, las partes declaran haber enco-
mendado la gestión de los derechos fonomecánicos: EDITOR a PPP y AUTOR
a FFF; y los derechos de ejecución y comunicación pública: EDITOR a JJJ y
AUTOR a KKK.

En caso de confiar, alguna de las partes, en un futuro la gestión de uno o todos


sus derechos a otra Sociedad de Gestión, dicha parte deberá comunicar, feha-
cientemente, este hecho a la otra.

III. Que EDITOR ejerce legalmente su actividad, de acuerdo con la normativa


vigente.

Y que en atención a lo expuesto, ambas partes, de mutuo acuerdo, celebran el


presente contrato bajo las siguientes

ESTIPULACIONES

PRIMERA: AUTOR otorga a EDITOR su consentimiento expreso para divul-


gar y publicar la COMPOSICIÓN objeto del presente contrato.

SEGUNDA: AUTOR cede en a EDITOR, con respecto a la COMPOSICIÓN


mencionada en el expositivo I, los derechos de explotación en general de la mis-
ma y, en particular:

a) El de reproducción en forma gráfica y distribución (gratuita o mediante con-


traprestación en venta, alquiler, etc.) de los ejemplares impresos.

-260-
Carlos Muñoz Viada

b) El de reproducción mediante la fijación de la COMPOSICIÓN en cualquier


soporte mecánico, visual y/o sonoro, así como la reproducción pública de di-
chos soportes.

Queda igualmente incluido el derecho a la remuneración compensatoria esta-


blecida en el artículo 25 de la vigente ley de Propiedad Intelectual.

También queda comprendido el derecho de inclusión (sincronización) de la


COMPOSICIÓN completa o fragmentada en cualquier soporte audiovisual o
sonoro.

c) El de comunicación pública de la COMPOSICIÓN: representación y ejecu-


ción (para todos los medios y procedimientos); la proyección o exhibición a
partir de soportes sonoros y/o audiovisuales; la emisión por radio o televisión
(Incluso la efectuada vía satélite de telecomunicación o radiodifusión); la re-
transmisión inalámbrica y la difusión pública de las COMPOSICIONES ra-
diodifundidas o televisadas y la transmisión por cable de esas mismas obras.
Queda incluida cualquier tipo de transmisión de datos (del total o parcial de la
COMPOSICIÓN).

d) El de transformación mediante la adaptación literaria, traducción, arreglo


y cualquier otra modificación en su forma, de la que se derive una COMPOSI-
CIÓN diferente, incluyendo la autorización para la constitución de una COM-
POSICIÓN compuesta.

TERCERA: Queda reservado a AUTOR su derecho moral, el cual será respe-


tado por EDITOR, quien se obliga a exigir a los terceros con los que contrate, la
salvaguarda de tal derecho.
CUARTA: EDITOR ejercitará los derechos concedidos en el territorio de:, en
adelante denominado TERRITORIO.

- 261-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

QUINTA: La DURACIÓN del presente contrato es por TODO EL TIEMPO DE


PROTECCIÓN que conceden a los autores, sus sucesores y derechohabientes,
las actuales Leyes y Convenciones Internacionales, y las que en lo sucesivo se
dicten o acuerden.

SEXTA: Si la COMPOSICIÓN objeto de este contrato estuviese integrada por


aportaciones de diferentes autores y alguna perteneciese a géneros distintos
(literario y musical), no obstante considerarse indivisible aquella, se faculta a
EDITOR para utilizar y autorizar a otros que utilicen por separado, tanto la
letra como la música de la COMPOSICIÓN. Todos los autores de la COMPOSI-
CIÓN así utilizada participaran en los rendimientos que se obtengan en la pro-
porción establecida en el presente contrato. Incluidos los samplers protegidos o
por proteger de la misma COMPOSICIÓN.

SÉPTIMA: Como contraprestación por los derechos aquí cedidos, EDITOR se


obliga a satisfacer a AUTOR los siguientes porcentajes de los rendimientos que
se obtengan por la explotación de la COMPOSICIÓN:

Reproducción y distribución de ejemplares impresos (Estipulación SEGUNDA, a).

La participación será del AUTOR :


del precio neto de venta al público, deducidos impuestos de cada ejemplar ven-
dido en firme en España; las cantidades que por este concepto reciba o se le
acrediten del extranjero serán repartidas al CINCUENTA POR CIENTO (50 %)
entre AUTOR y EDITOR.

Cuando la COMPOSICIÓN haya sido impresa en un álbum juntamente con


otras obras, EDITOR abonará a AUTOR los porcentajes estipulados anterior-
mente, en proporción a las obras contenidas en dicho álbum.

- 262-
Carlos Muñoz Viada

Las liquidaciones correspondientes serán practicadas por EDITOR a AUTOR,


dentro de los SESENTA (60) días siguientes al 30 de Junio y 31 de Diciembre
de cada año.

Reproducción mecánica (Estipulación SEGUNDA, b)


AUTOR:
y EDITOR:
AUTOR reconoce que este porcentaje le será abonado por la Sociedad de Ges-
tión, especificada en expositivo I, para los territorios cuyo control haya sido en-
comendado a dicha Sociedad y mientras siga vigente su mandato con ella, o por
cualquier otra Sociedad de Gestión a la cual en un futuro le sea encomendada
dicha recaudación. El AUTOR exime, por lo tanto, a EDITOR de toda respon-
sabilidad al respecto. Los rendimientos que EDITOR percibe directamente por
la concesión de permisos y licencias para la utilización de la obra, serán liqui-
dados directamente por EDITOR a AUTOR, dentro de los SESENTA (60) días
siguientes al 30 de Junio y 31 de Diciembre de cada año.
Comunicación pública (estipulación SEGUNDA, c)
AUTOR:
y EDITOR:
AUTOR reconoce que este porcentaje le será abonado por la Sociedad de Ges-
tión, especificada en el expositivo I, para los territorios cuyo control haya sido
encomendado a dicha Sociedad y mientras siga vigente su mandato con ella,
o por cualquier otra Sociedad de Gestión a la cual en un futuro le sea enco-
mendada dicha recaudación. El AUTOR exime, por lo tanto, a EDITOR de toda
responsabilidad al respecto.

OCTAVA: Cuando fuese contratada la sub-edición de la COMPOSICIÓN para


cualquier país extranjero comprendido en el TERRITORIO, las participaciones
de los arreglistas y/o adaptadores se regirán de conformidad con las normas
establecida por las Sociedades de Gestión del o de los países correspondientes.

- 263-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

NOVENA: AUTOR autoriza expresamente a EDITOR a percibir y hacer efec-


tiva la cobranza de todos los derechos no encomendados a la/s citada/s So-
ciedad/es de Gestión, así como para percibir y hacer efectiva la cobranza de
cuantos derechos se generen por la explotación de la COMPOSICIÓN en aque-
llos países donde la/s repetida/s Sociedad/es de Gestión no tenga/n represen-
tación. La liquidación de tales derechos será practicada por EDITOR a AUTOR
dentro de los SESENTA ( 60 ) días siguientes al 30 de Junio y 31 de Diciembre
de cada año, con aplicación de los porcentajes fijados en la cláusula séptima,
apartados a), b), y/o c).

DÉCIMA: EDITOR queda obligado:


A imprimir y distribuir la COMPOSICIÓN en la modalidad de edición conoci-
da como guión, con la finalidad de presentar un ejemplar de la misma en los
organismos y entidades relacionados con la Propiedad Intelectual, a los me-
ros efectos regístrales, así como para atender las necesidades de su promoción
en los medios profesionales. Los ejemplares así obtenidos serán distribuidos
gratuitamente y no devengaran canon alguno en favor del AUTOR. Si existiera
norma de no obligatoriedad de la edición impresa por parte del EDITOR, este
quedará eximido.

Si las necesidades de mercado, atendiendo la naturaleza e importancia de la


COMPOSICIÓN, así lo demandasen, el EDITOR podrá publicar la COMPOSI-
CIÓN con carácter comercial, en cualquiera de las modalidades habituales rea-
lizadas por la industria, citadas a continuación a título enunciativo: Pianoforte
con voz, Orquestina, Álbum, Cancionero y Software para ordenadores.

En la primera página de cada ejemplar impreso de la COMPOSICIÓN figura-


rá la palabra Copyright y su símbolo c, seguido del año de la publicación, del
nombre o seudónimo de AUTOR, del nombre y domicilio del EDITOR y de la
indicación relativa a los países a los que alcanzan los derechos de EDITOR.

- 264-
Carlos Muñoz Viada

B) A observar la diligencia necesaria en el cumplimiento de las formalida-


des requeridas por las leyes para la protección efectiva de la COMPOSICIÓN.

C) A satisfacer a su costa los gastos de toda índole que se originen en el ejerci-


cio de los derechos de explotación concedidos, tales como los de propaganda
y promoción, de la COMPOSICIÓN, por cualquier medio, los de su impresión
y los de distribución de ejemplares, cuyo precio o contraprestación podrá fijar
libremente EDITOR.

D) Y a realizar cuanto sea necesario para asegurar a la COMPOSICIÓN una


explotación permanente y continua de acuerdo con su naturaleza y según los
usos de la profesión.

AUTOR y EDITOR se exoneran mutuamente de la obligación de someter y co-


rregir las pruebas de la tirada edición gráfica.

AUTOR renuncia a favor de EDITOR al derecho de colección, dado el carácter


de exclusiva de este convenio.

UNDÉCIMA: EDITOR tendrá la facultad de vender, ceder o traspasar parte


o la totalidad de los derechos adquiridos en virtud del presente contrato, así
como de confiar la explotación de la obra, sin limitación ni restricción de nin-
gún genero, incluso en régimen de coedición, con cualquier otra Editorial, pero
con la obligación de reservar a favor de AUTOR las participaciones estipuladas
en este contrato.
EDITOR estará asimismo facultado para autorizar el uso del título de la COMPO-
SICIÓN incluso como título para películas cinematográficas, de televisión u otras.

DUODÉCIMA:

- 265-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

A) EDITOR podrá concertar contratos de sub-edicion para cualquiera de los


países comprendidos en el TERRITORIO y queda autorizado por AUTOR para
que pueda ceder a otros editores extranjeros, en el caso de los derechos de Co-
municación Pública, como máximo, la mitad de su parte, y en el caso de los
Derechos de Reproducción-Distribución, hasta un máximo del VEINTICINCO
(25 %) del total de estos derechos que produzca la COMPOSICIÓN a que se
refiere este contrato.

B) En el caso de que la COMPOSICIÓN sea cedida para países cuya lengua sea
distinta a aquella en que fue originalmente creada, EDITOR queda facultado
por AUTOR para que pueda asignar al sub-editor, si ello fuera preciso, una par-
ticipación del CINCUENTA (50 %) por ciento de la totalidad de los derechos de
reproducción mecánica sobre grabaciones de dicha COMPOSICIÓN en lengua
extranjera, para compensar al autor de la adaptación.

C) En caso de que EDITOR obtenga anticipos de la cesión de la COMPOSICIÓN


al extranjero, el sub-editor quedará facultado a amortizar dicha cantidad sobre
el NOVENTA (90 %) por ciento del total de todos los derechos fonomecánicos
(tanto de la participación del EDITOR como de la del AUTOR), si el mismo es
deducible de estos derechos.

DECIMOTERCERA: AUTOR autoriza a EDITOR para que realice la inscrip-


ción de la COMPOSICIÓN en el registro de Copyright de los países a que alcan-
za este contrato, así como las correspondientes renovaciones, bien a nombre
de EDITOR o al de AUTOR indistintamente, firmando cuantos documentos se
precisen para ello.

DECIMOCUARTA: La cesión de los derechos aquí acordados no alcanza a


las modalidades de utilización o medio de difusión inexistentes o desconocidos
al tiempo de cesión. Ahora bien, si en el futuro EDITOR quisiera explotar los

- 266-
Carlos Muñoz Viada

derechos por una nueva modalidad o por un nuevo medios actualmente desco-
nocidos, lo comunicará fehacientemente a AUTOR, entendiéndose que el mis-
mo presta su entera conformidad, si en el plazo de QUINCE ( 15 ) días no hace
reserva alguna.

DECIMOQUINTA: EDITOR queda facultado para entablar por si o por medio


de apoderado cualquier procedimiento, judicial o administrativo, en defensa de
los derechos correspondientes a AUTOR sobre la COMPOSICIÓN objeto del
contrato, siendo de cuenta exclusiva de EDITOR los gastos de toda índole que
se puedan derivar de las actuaciones.
Las indemnizaciones que se obtengan como consecuencia de dichos procedi-
mientos, una vez deducidos los gastos ocasionados por los mismos, serán re-
partidos a partes iguales entre EDITOR y AUTOR.

AUTOR queda obligado a otorgar a EDITOR o a la persona que este indique,


poderes notariales bastantes para llevar a efecto los aludidos procedimientos.

DECIMOSEXTA: En lo no previsto en el presente contrato, se estará a lo dis-


puesto en la Ley 22/1987, de 11 de noviembre, de Propiedad Intelectual, Texto
Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual aprobado por RD el 12/04/96 y
demás normativa posterior aplicable.

DECIMOSÉPTIMA: Para toda duda, cuestión o diferencia dimanante del


presente contrato, las partes se someten expresamente a la jurisdicción de los
Juzgados y tribunales ordinarios de la Ciudad de Barcelona, con renuncia ex-
presa a cualquier otro fuero que pudiese corresponderles.

DECIMOCTAVA: El presente contrato entrará en vigor, con toda fuerza de


obligar, a partir de la fecha del mismo, y redundara en beneficio de las partes
interesadas y de sus sucesores y concesionarios.

- 267-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

DECIMONOVENA: Este contrato podrá ser elevado a escritura pública a pe-


tición de cualquiera de las partes, siendo a cargo del peticionario todos los gas-
tos que esta elevación pueda producir.

Las partes leen por si el presente contrato, que consta de X páginas, y que se
extiende por FF y encontrándose conforme, lo firman en el lugar y fecha al prin-
cipio indicados.

AUTORES EDITOR

V. CONTRATOS DE EDICIÓN DE OBRAS VISUALES.

V. A) CONTRATO DE ENCARGO DE OBRAS VISUALES.

En ..., a ... de... de ... .

REUNIDOS:

De una parte ... actuando en su propio nombre y representación, mayor de


edad, con domicilio en ... DNI no .. (de ahora en adelante el AUTOR o CREA-
DOR VISUAL).

De otra parte, ... con domicilio social en ..., inscrita en el Registro Mercantil
con NIF ..., representada en este acto por Don ... en su calidad de ..., según se
acredita mediante ... (de ahora en adelante el EDITOR).

Ambas partes se reconocen con plena capacidad legal para firmar el presente
contrato que someten a los siguientes:

-268-
Carlos Muñoz Viada

PACTOS:

PRIMERO. El EDITOR encarga al AUTOR la realización de ..., a fin de ser edita-


das y publicadas en ... . Se especifican las características de dicha obra, así como
las características de la publicación, distribución en presentación en el ANEXO
NÚMERO UNO.

SEGUNDO. La obra encargada será entregada por el AUTOR al EDITOR antes


del día ... totalmente acabada y en condiciones de ser reproducida.

TERCERO. El EDITOR pagará al AUTOR, como anticipo de la cantidad que le


corresponderá en concepto de derechos de explotación sobre la obra, la canti-
dad de ... Euros.

CUARTO. En todo caso, tras el trabajo de reproducción y edición por parte del
EDITOR de la obra, los originales entregados deberán ser retornados a su au-
tor, que podrá disponer de ellos libremente, siempre que ello no sea contrario a
las cláusulas del contrato de edición firmado con el EDITOR.

QUINTO. En caso de que el EDITOR no diese su conformidad a la obra encar-


gada por no atenerse a las características y especificaciones contempladas en el
ANEXO NUMERO UNO de este contrato y el AUTOR no realizase las modifi-
caciones propuestas por el EDITOR éste quedará liberado de la obligación de
efectuar los pagos restantes, aunque deberá garantizar siempre y en todo caso
al AUTOR una cantidad mínima de ... Euros.(1)

SEXTO. El EDITOR remitirá al AUTOR las pruebas de grabado de la obra, de-


biendo éste último retornarlas de nuevo al EDITOR en un plazo máximo de
diez días, dando su conformidad e indicando de forma clara las correcciones y
observaciones que estime pertinentes a fin de adaptarlas al máximo al original

- 269-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

de la obra.

Transcurrido dicho plazo, si el AUTOR no ha devuelto las pruebas, el EDITOR


podrá realizar las correcciones técnicas que estime oportunas, sin que se pueda
exigir ningún tipo de responsabilidad si el resultado no fuera satisfactorio para
el AUTOR.

En el supuesto de que el EDIT0R no recoja los cambios propuestos por el AU-


TOR, siempre y cuando no impliquen un cambio substancial de la obra dicho
incumplimiento será causa de rescisión del contrato. Debiendo por ello indem-
nizar el EDITOR al AUTOR por los gastos que su trabajo haya devengado.

SÉPTIMO. Como causas de resolución del contrato por incumplimiento se es-


tablecen:

a) No entregarse las obras encargadas dentro del plazo convenido para ello, tras
requerimiento expreso del EDITOR en el plazo de una semana desde el día en
que debían ser entregadas.

b) Si el AUTOR no realiza las modificaciones propuestas por el EDITOR siem-


pre que sea en base a las características prefijadas de la obra.

c) Si el EDITOR no recoge las modificaciones y correcciones del AUTOR, sin


perjuicio de la reclamación que por daños y perjuicios pueda corresponderle.

OCTAVO. El presente contrato se regirá y será interpretado conforme a lo pre-


visto en el Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprueba
el Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual y, en general, por las
disposiciones legales que le sean de aplicación.

- 270-
Carlos Muñoz Viada

NOVENO.
A) Para resolver cuantas divergencias pudieran surgir como consecuencia de la
interpretación y ejecución del presente Contrato, ambas partes se someterán a
un Arbitraje de Equidad que realizaran los miembros que se designen por parte
de la Comisión mixta de Editores y Autores.

B) Ambas partes se someten, para cualquier diferencia que pudiera surgir de la


interpretación y cumplimiento del presente contrato a la jurisdicción y compe-
tencia de los Juzgados y Tribunales de la ciudad de ... renunciando a su propio
fuero, de ser otro.

Y en prueba de su conformidad, lo firman por duplicado en la fecha y lugar


señalados en el encabezamiento.

el EDITOR el AUTOR

(1) Concretar la expresión de la lengua o lenguas en que haya de publicarse.

V. B) CONTRATO DE EDICIÓN DE OBRAS VISUALES EN FORMA DE LIBRO.

En ..., a ... de... de ... .


REUNIDOS:

De una parte ... actuando en su propio nombre y representación, mayor de


edad, con domicilio en ... DNI no .. (de ahora en adelante el AUTOR o CREA-
DOR VISUAL).

- 271 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

De otra parte, ... con domicilio social en ..., inscrita en el Registro Mercantil
con NIF ..., representada en este acto por Don ... en su calidad de ..., según se
acredita mediante ... (de ahora en adelante el EDITOR).

MANIFIESTAN:

OPCIÓN A

I. Que ... es autor de la obra ... (en lo sucesivo la obra) y titular de pleno dominio
de cuantos derechos son objeto del presente contrato.

Dicha obra ha sido encargada en virtud de contrato de encargo de obra de fe-


cha ... firmado entre las partes, y que se da por perfeccionado con la firma del
presente.

II. Que el EDITOR se halla interesado en adquirir los derechos de reproducción,


distribución y venta en forma de libro de la obra en las condiciones que se dirán.

III. Que ambas partes se reconocen con plena capacidad legal para firmar el
presente contrato que someten a los siguientes.
OPCIÓN B

I. Que ... es autor de la obra ... (en lo sucesivo la obra) y titular de pleno dominio
de cuantos derechos son objeto del presente contrato.
(Las características de dicha obra se detallan en Anexo nº ...)

II. Que el EDITOR se halla interesado en adquirir los derechos de reproduc-


ción, distribución y venta en forma de libro de la obra en las condiciones que
se dirán.

- 272-
Carlos Muñoz Viada

III. Que ambas partes se reconocen con plena capacidad legal para firmar el
presente contrato que someten a los siguientes

PACTOS:

PRIMERO. OBJETO DE LA CESIÓN:

El AUTOR cede al EDITOR los derechos de reproducción, distribución y venta


de la obra en forma de libro, para su explotación comercial en lengua española
(1) y para el ámbito territorial de ...

La cesión se entiende hecha con carácter exclusivo/no exclusivo, para la moda-


lidad de edición de tapa dura o rústica.

El AUTOR se reserva todos los derechos que no son objeto de cesión en el pre-
sente contrato.

Si el editor se propusiera otra modalidad de edición, deberá obtener previa-


mente la aceptación por escrito del AUTOR. Asimismo el EDITOR solamente
podrá transmitir a un tercero los derechos que se le ceden con el consentimien-
to del AUTOR, expresado por escrito.

SEGUNDO. DERECHOS DE PREFERENTE ADQUISICIÓN:

El AUTOR cede al EDITOR un derecho de opción por un plazo de tres años, a


partir de la fecha del presente contrato, para publicar la obra en las demás mo-
dalidades no amparadas par este contrato: bolsillo, Club, fascículo y ediciones
especiales. Durante este plazo de tres años, el EDITOR podrá negociar con el
AUTOR un nuevo contrato de edición de la obra, en las condiciones que ambos
acuerden.

- 273-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

El EDITOR gozará también de un derecho preferente de opción para adquirir


los demás derechos de explotación en iguales términos y condiciones que el
AUTOR pueda convenir con terceros. En caso de que sea el Editor el que reciba
la oferta, éste deberá notificar al AUTOR los datos y condiciones objetivas y
subjetivas correspondientes a la oferta, disponiendo el AUTOR de ... días para
comunicar al EDITOR si acepta o no dichas condiciones.

En caso de que sea el AUTOR el que reciba la oferta éste notificará de forma
fehaciente al EDITOR los datos y condiciones objetivas y subjetivas correspon-
dientes a la oferta que pudiera haber recibido de un tercero interesado en llevar
a cabo cualesquiera actos de explotación a que se refiere el apartado anterior,
disponiendo el EDITOR de un plazo de sesenta días para comunicar al AUTOR
su voluntad de adquirir o no los derechos en cuestión en las mismas condicio-
nes que le hayan sido ofertadas al AUTOR. Transcurrido dicho plazo sin que el
EDITOR haga tal comunicación, o en cuanto manifieste que no se halla inte-
resado en la adquisición en cuestión, el AUTOR podrá libremente celebrar el
contrato en las condiciones notificadas.

TERCERO. AUTORÍA Y EJERCICIO DE LOS DERECHOS:

1. El AUTOR responde ante el EDITOR de la autoría y originalidad de la OBRA


y del ejercicio pacífico de los derechos que cede mediante el presente contrato,
manifestando que sobre los mismos no tienen contraídos ni contraerá compro-
misos o gravámenes de ninguna especie que atenten contra los derechos que
al EDITOR o a terceros les correspondan, de acuerdo con lo estipulado en este
contrato. A este respecto, el AUTOR se hace responsable frente al EDITOR de
todas las cargas pecuniarias que pudieran derivarse para el EDITOR en favor
de terceros con motivo de acciones, reclamaciones o conflictos derivados del
incumplimiento de este contrato por parte del AUTOR.

- 274-
Carlos Muñoz Viada

2. El EDITOR se compromete a respetar los derechos morales del AUTOR y a


poner en conocimiento de este cualquier infracción de los mismos que pudiera
ser realizada por terceros.

3. El EDITOR se obliga a que figure el nombre del AUTOR de forma destacada.

En aquellos casos en que la obra gráfica sea preponderante figurará en portada


el nombre del autor de la misma, en los otros casos figurará en la contraportada
o en los títulos de crédito.

El EDITOR se obligará asimismo a incluir la mención internacional de reserva


de propiedad intelectual, en todos los ejemplares en los que se reproduzcan las
obras, seguido del nombre y apellidos o pseudónimo del creador visual y el año
de la primera edición, junto con la mención del copyright editorial, y a observar
las formalidades administrativas requeridas para la circulación de la OBRA.

4. El EDITOR queda facultado para realizar cuantos actos sean necesarios para
la inscripción de los derechos sobre la obra en aquellos Registros.

CUARTO. CONTRAPRESTACIÓN:

OPCIÓN A:

El AUTOR percibirá como remuneración o contraprestación por los derechos


cuya cesión es objeto del presente contrato el ... % del precio de venta al público
sin IVA por cada uno de los ejemplares vendidos. (2 )

En todas las cantidades se efectuarán las retenciones que de conformidad a la


normativa fiscal sean aplicables.

- 275-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

OPCIÓN B:

El AUTOR percibirá la cantidad de ... Euros a la firma del presente contrato o en


el momento de entregar la obra en condiciones de ser reproducida.

El AUTOR percibirá como remuneración o contraprestación por los derechos


cuya cesión es objeto del presente contrato el ... % del precio de venta al público
sin IVA por cada uno de los ejemplares vendidos.
En todas las cantidades se efectuarán las retenciones que de conformidad a la
normativa fiscal sean aplicables.

QUINTO. PUBLICACIÓN:

El EDITOR viene obligado a poner la OBRA a la venta en un plazo máximo de


... meses, a contar desde la fecha de la entrega del original.

SEXTO. EDICIONES Y NÚMERO DE EJEMPLARES:

Durante la vigencia del presente contrato el EDITOR podrá efectuar un máxi-


mo de ... ediciones de la Obra, con un mínimo de ... ejemplares y un máximo
de ..., con las reimpresiones que dentro de dichos totales libremente decida el
EDITOR. (3)

La edición o reimpresión de una obra se entenderá agotada cuando reste sin


vender, en buen estado para la venta al público, un número de ejemplares in-
ferior al ... % del total de edición, o, en todo caso, a ... ejemplares, cuando el
AUTOR no haya recibido ninguna liquidación transcurridos ... meses desde la
fecha establecida para ello en el pacto ..., o cuando transcurrido un periodo de ...
años desde la fecha de publicación de la obra, las liquidaciones anuales arrojen
una venta inferior a ... ejemplares.

- 276-
Carlos Muñoz Viada

SÉPTIMO. CONTROL DE TIRADA:

Antes de la puesta en circulación de los ejemplares impresos de cada una de las


ediciones o reimpresiones que realice el EDITOR, éste remitirá al AUTOR una
certificación expresiva del número de ejemplares de que consta la edición o re-
impresión de que se trate, junto con una declaración de la industria o industrias
de artes gráficas en las que se realizó la impresión y encuadernación en la que
se haga constar el número de ejemplares fabricados que fueran entregados al
EDITOR, así como la fecha de las entregas realizadas.

OCTAVO. EJEMPLARES GRATUITOS:

A) El AUTOR recibirá sin cargo alguno ... ejemplares de la primera edición y


... ejemplares de cada una de las nuevas ediciones y reimpresiones de la obra.
Asimismo el AUTOR podrá adquirir del EDITOR, con un descuento equivalen-
te al descuento medio que el editor aplique a los distribuidores de la obra, los
ejemplares que precise para su uso particular o con destino a terceros, sin que
en ningún caso puedan ser destinados a comercio.

Sobre estos ejemplares no percibirá el autor liquidación alguna.

B) También estarán exentos de liquidación el AUTOR, aunque deberán serle


notificados los ejemplares que el EDITOR entregue gratuitamente para fines de
promoción y crítica de la obra. El máximo de ejemplares que podrá destinar el
EDiTOR para fines de promoción será de ... en el caso de la primera edición, y
... para las sucesivas.

NOVENO. EXPLOTACIÓN Y DISTRIBUCIÓN:

- 277-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

El EDITOR distribuirá la obra en el plazo y condiciones estipulados, aseguran-


do difusión comercial de la obra conforme a los usos habituales en el sector
profesional de la edición.

El EDITOR comunicará al AUTOR la forma de distribución de la obra y que


entidad la va a realizar.

DÉCIMO LIQUIDACIONES:

EI EDITOR se obliga a presentar al AUTOR semestralmente un certificado en el


que consten las liquidaciones de las ventas de ejemplares de la Obra durante el
semestre natural inmediatamente anterior -aunque el resultado sea negativo- con
expresión del número de ejemplares publicados, vendidos, en depósito, distribui-
dos y en almacén, así como su precio de venta sin IVA según catálogo. En caso de
que el saldo resultase favorable al AUTOR, el EDITOR realizará el pago de las can-
tidades adeudadas, dentro de los treinta días siguientes al envío del certificado.
El EDlTOR se compromete a facilitar al autor el examen de sus libros de con-
tabilidad.

Asimismo el AUTOR tendrá derecho a realizar, a su costa, la revisión por parte


de una firma de auditoría de las liquidaciones efectuadas por el EDITOR, a cu-
yos efectos este último se compromete a facilitar el examen por parte de aquélla
de todos sus libros y documentos mercantiles.

DÉCIMO PRIMERO. DURACIÓN DEL CONTRATO:

A) El presente contrato tendrá una duración de ... años (máximo 15) desde la
fecha en que el autor ponga a disposición del editor la obra en condiciones de
ser reproducida.

- 278-
Carlos Muñoz Viada

B) El contrato podrá quedar resuelto en los siguientes casos:

1. Cuando agotada la última edición realizada, conforme a lo definido en el Pac-


to QUINTO, el EDITOR no efectúe la siguiente en el plazo de ... meses.

2. Cuando el EDITOR ceda indebidamente a terceros los derechos objeto de


este contrato.
3. En los supuestos de liquidación o cambio de titularidad de la empresa edi-
torial.

En caso de que el EDITOR se halle constituido como Entidad mercantil, la venta


de acciones o participaciones sociales por parte de los actuales titulares en favor
de terceros, no se considerará cambio de titularidad de la empresa a estos efectos.

4. Si el EDITOR fuera declarado en estado de quiebra o de suspensión de pagos,


la presente cesión quedará automáticamente resuelta, sin que nadie pueda con-
siderarse autorizado a continuar la explotación de la obra, salvo el AUTOR, al
que revertirán los derechos cedidos.

5. En caso de no publicación de la obra en el plazo previsto, el presente con-


trato quedará automáticamente resuelto, y todas las cantidades percibidas por
anticipado por el AUTOR quedarán definitivamente en propiedad del mismo.

6. Por las causas de resolución reconocidas en la legislación vigente.

C) Una vez finalizado el contrato, el EDITOR podrá vender aquellos ejemplares


de la obra que hubieran quedado en su poder, durante el plazo de tres meses
posterior a la fecha de finalización. Una vez cumplido ese término, el EDITOR
deberá proceder a retirar de la circulación y venta cuantos ejemplares le resta-
sen aún sin vender. El AUTOR podrá optar por adquirir del editor los ejempla-

- 279-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

res en su poder, desde la misma fecha de vencimiento del contrato, al 50% del
precio de venta al público.

DÉCiMO SEGUNDO. SALDO Y DESTRUCCIÓN DE EJEMPLARES:

Si transcurridos dos años desde la fecha de su inicial puesta en circulación, el


EDITOR dispone de los ejemplares que le resten de la obra para destruirlos o
venderlos como saldo, éstos no devengarán la remuneración establecida en el
Pacto CUARTO, pero el AUTOR tendrá derecho a adquirir directamente del
EDITOR todos o parte de los ejemplares que le resten a precio de saldo, debien-
do comunicarle la opción elegida dentro del plazo de treinta días siguientes a
la recepción de la comunicación que el EDITOR deberá haberle realizado feha-
cientemente a tal efecto.

En caso de venta en saldo o destrucción de los ejemplares, los derechos cedi-


dos al EDITOR en el presente contrato revertirán directamente al AUTOR, sin
necesidad de preaviso y sin perjuicio de las cantidades ya pagadas o debidas
todavía al AUTOR.

DÉCIMO TERCERO. OBLIGACIONES FISCALES:

El AUTOR faculta expresamente al editor para la detracción e ingreso en el


Tesoro Público de aquellas cantidades que por cualquier concepto impositivo
hubiera de satisfacer, derivadas de los rendimientos de la propiedad intelec-
tual objeto de este contrato, en todos aquellos impuestos o gravámenes en que
el EDITOR tenga, por disposición legal, la condición de sustituto del AUTOR
como contribuyente.

DÉCIMO CUARTO. ENTIDADES DE GESTIÓN:

-280-
Carlos Muñoz Viada

Ambas partes se someten expresamente a lo dispuesto en el artículo 25 de la


Ley de Propiedad Intelectual respecto a la participación en una remuneración
compensatoria por las reproducciones para uso privado de la obra, a través de
la Entidad de gestión correspondiente.

DÉCIMO QUINTO. LEGISLACIÓN APLICABLE:

El presente contrato se regirá y será interpretado conforme a lo previsto en el


Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprueba el Texto
Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual y, en general, por las disposicio-
nes legales que le sean de aplicación.

DÉCiMO SEXTO. SUMISIÓN:

A) Para resolver cuantas divergencias pudieran surgir como consecuencia de la


interpretación y ejecución del presente Contrato, ambas partes se someterán a
un Arbitraje de Equidad que realizarán los miembros que se designen por parte
de la Comisión mixta de Editores y Autores.

B) Ambas partes se someten, para cualquier diferencia que pudiera surgir de la


interpretación y cumplimiento del presente contrato, a la jurisdicción y compe-
tencia de los Juzgados y tribunales de la ciudad de ... renunciando a su propio
fuero, de ser otro.

Y en prueba de su conformidad, lo firman por duplicado en la fecha y lugar


señalados en el encabezamiento.

el EDITOR el AUTOR

- 281-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

(1) Concretar la expresión de la lengua o lenguas en que haya de publicarse

(2) Debe tenerse en cuenta que como anticipo a cuenta de los derechos que
podrían corresponderle al AUTOR, el EDITOR le ha satisfecho la cantidad re-
flejada en el contrato de encargo de obra.

(3) A modo de recomendación y para evitar la exagerada amplitud entre mí-


nimo y máximo que a veces se establece contraviniendo la intención del artí-
culo 60 de la Ley de Propiedad Intelectual, se podrá limitar dicha amplitud,
dependiendo de la cuantía del mínimo de ejemplares previsto, en la siguiente
proporción:

a) si el mínimo es inferior a 10.000 ejemplares el máximo de ejemplares no


podrá ser superior al triple del mínimo previsto.
b) si el mínimo va de 10.000 a 50.000 ejemplares, el máximo no podrá ser su-
perior al doble del mínimo previsto.

c) si el mínimo es superior a 50.000 ejemplares, el máximo no podrá ser supe-


rior al 150% del mínimo.

VI. CONTRATO DE EDICIÓN DE WEBSITE.

En ___ a__ de______ de 20__.

REUNIDOS

De una parte:

D./Da _________, mayor de edad, de nacionalidad _______, [PROFE-

-282-
Carlos Muñoz Viada

SIÓN], con domicilio a efectos del presente contrato en [DIRECCIÓN] y provis-


to de DNI [NÚMERO DNI];; y

Y de otra parte:

D./Da _________, mayor de edad, de nacionalidad _______, [PROFE-


SIÓN], con domicilio a efectos del presente contrato en [DIRECCIÓN] y provis-
to de DNI [NÚMERO DNI];e

INTERVIENEN

[PERSONA JURÍDICA] D. ____________ en nombre y representación de


la sociedad mercantil ______________ [RAZÓN SOCIAL COMPLETA] (en
adelante, el editor), de nacionalidad española, domiciliada _____________
[DOMICILIO SOCIAL], Inscrita en el Registro Mercantil de _____[LUGAR,
TOMO, FOLIO Y HOJA] y provista de N.I.F. [NÚMERO], en su calidad de __
_______.

Manifiestan D________________ ser suficientes sus poderes para la cele-


bración del presente contrato y para obligar a su representada.

[PERSONA FÍSICA] D. __________________ (en adelante, el autor), en su


propio nombre y personal derecho.

Ambas partes se reconocen mutua y recíprocamente la capacidad legal necesa-


ria y que en derecho se requiere para la celebración del presente contrato y, en
su virtud, libre y voluntariamente,

- 283-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

EXPONEN

Que el editor tiene por objeto, entre otras cosas la edición de obras de terceros
para su explotación comercial [EN SU CASO] a través de Internet y que en tal
calidad es titular del web site accesible por medio de la dirección de Internet
asignada a esta web bajo la URL http://www.______ (en adelante el web site).

Que _____ es autor de la obra ____, cuyas características se detallan en el


Anexo (en lo sucesivo la obra), El autor afirma ser titular de pleno dominio de
todos los derechos de explotación necesarios para suscribir el presente contrato.
Que el editor está interesado en editar la obra a través de la obtención de los
derechos de [LO QUE CORRESPONDA] reproducción, distribución y venta/
explotación necesarios para ello en forma de ____de la obra en las condiciones
que se detallarán en el presente documento y que el autor está interesado en la
cesión de dichos derechos, en las mismas condiciones, con la finalidad de editar
la obra.
CLÁUSULAS

OBJETO

El objeto del presente contrato es la cesión, durante el periodo de duración del


presente contrato, de los derechos de reproducción y distribución de la obra
por parte del autor en beneficio del editor con carácter [LO QUE CORRES-
PONDA] exclusivo/ no exclusivo, para su explotación comercial en todo el [LO
QUE CORRESPONDA] territorio ________ [NACIONAL, MUNDIAL, ] mun-
dial, por medio de la realización en soporte_______ [TIPO DE SOPORTE]
de un número de copias entre ___y _____ [NUMERO MÍNIMO Y MÁXIMO
DE EJEMPLARES], [EN SU CASO] dentro de la colección _______ [DATOS
IDENTIFICATIVOS DE LA COLECCIÓN] para la modalidad de _______
[LENGUAJE html, java etc...] y en lengua _______ [LENGUA ORIGINAL DE

-284-
Carlos Muñoz Viada

LA OBRA] a cambio [LO QUE CORRESPONDA] de un porcentaje /de una can-


tidad de ______, [EN SU CASO] dándose a la firma del presente contrato un
anticipo por importe de _______, debiendo ponerse en circulación la primera
edición en un plazo de _ [PLAZO PARA LA PUESTA EN CIRCULACIÓN DE LA
PRIMERA EDICIÓN SIMPRE INFERIOR A DOS AÑOS] desde la fecha de la
entrega del original.

[EN SU CASO] La cesión se entiende hecha, en cualquiera de los posibles siste-


mas de comercialización digital existentes en la actualidad o que puedan apa-
recer en un futuro.

[EN SU CASO] Si el editor se propusiera otra modalidad de edición, deberá


obtener previamente la aceptación por escrito del autor. Asimismo el editor
solamente podrá transmitir a un tercero los derechos que se le ceden con el
consentimiento del autor, expresado por escrito.

[EN SU CASO] En concreto, la presente cesión incluirá los siguientes derechos


[LO QUE CORRESPONDA; POR EJEMPLO el derecho de reproducción y el de
distribución y venta de la obra].

[EN SU CASO] Asimismo, la cesión alcanzará todas las ediciones sucesivas así
como su traducción al __________ [IDIOMA/ S] y[EN SU CASO] el derecho
de comunicación publica en bases de datos y redes telemáticas de cualquier tipo.

[EN SU CASO] La obra objeto del presente contrato podrá ser explotada en
cualquier lengua y especialmente, en todas y cada una de las lenguas del Estado
español. El editor se reserva los derechos de traducción de la obra del presente
contrato por un período de tres años, durante el cual podrá hacer uso en las
mismas condiciones económicas que se establece para la edición original. En el
caso de que la obra fuese explotada en alguna lengua extranjera, como conse-

- 285-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

cuencia de acuerdos a los que hubiera llegado el editor, éste y el autor se reparti-
rán por partes iguales, las cantidades a percibir por esta explotación, las cuales
se señalarán en los acuerdos correspondientes. Las traducciones que se hagan
de la obra serán revisadas por el autor, que dará el visto bueno, salvo que las
mencionadas traducciones sean, objetivamente demostrables, de mala calidad.
Transcurrido el mencionado período de tres años, los derechos de traducción
revertirán al autor siempre que el editor no haya hecho uso o no los haya cedido
a terceros.

OBLIGACIONES DEL AUTOR

El autor cede al editor los derechos de reproducción, distribución y venta de la


obra de acuerdo con los términos y las condiciones dispuestos en el presente
contrato. Para ello, el autor se compromete a poner la obra a disposición del
editor de acuerdo con esas mismas condiciones, [LO QUE CORRESPONDA] en
el plazo de _____ [PLAZO DE ENTREGA DE LA OBRA], el día _____ [DIA
DE ENTREGA DE LA OBRA] y en formato _____ [FORMATO DE ENTREGA
DE LA OBRA].

El autor se compromete a abstenerse de realizar cualquier tipo de acción u omi-


sión que pueda obstaculizar el ejercicio de los derechos cedidos en virtud del
presente contrato, o que en cualquier modo dificulten, limiten o hagan imposi-
ble el ejercicio de dichos derechos.

El autor se compromete a corregir las pruebas de la obra que se realicen. Para


ello, el autor podrá realizar las modificaciones que resulten imprescindibles,
siempre y cuando no alteren el carácter o la finalidad de la obra, ni supongan
una elevación sustancial del coste de la edición de la obra, entendiendo cómo
tales aquellas que superen el ______ [PORCENTAJE, POR EJEMPLO EL
10%].

-286-
Carlos Muñoz Viada

Estas correcciones deberán realizarse dentro del plazo de ______ [PLAZO DE


REALIZACIÓN DE LAS CORRECIONES] contados a partir de la fecha en que
el editor solicite la corrección. Las correcciones que superen el porcentaje esta-
blecido en el presente contrato, correrán a cargo del autor
[EN SU CASO] Asimismo, el autor autoriza al editor a poner a la venta la obra
en condiciones de saldo, cuando pasados dos años desde el inicio de la puesta
en circulación de la obra no se haya llegado a vender el número máximo de
ejemplares acordados. No obstante, el autor podrá optar a la compra de los
ejemplares no vendidos y tendrá un derecho de tanteo sobre le precio perci-
biendo un 10% sobre el precio facturado por el editor. Este derecho de opción
deberá ejercitarse por el autor en el plazo de 30 días tras la notificación feha-
ciente al autor. Si el autor no ejercita la opción o lo hace fuera de plazo, el editor
podrá vender en saldo los ejemplares restantes.

En caso de venta en saldo o destrucción de los ejemplares, los derechos cedidos


al editor en el presente contrato revertirán directamente al autor, sin necesidad
de preaviso y sin perjuicio de las cantidades ya pagadas o debidas todavía al
autor.

El autor faculta expresamente al editor para la detracción e ingreso en el Tesoro


Público de aquellas cantidades que por cualquier concepto impositivo hubiera
de satisfacer, derivadas de los rendimientos de la propiedad intelectual objeto
de este contrato, en todos aquellos impuestos o gravámenes en que el editor
tenga, por disposición legal, la condición de sustituto del autor como contribu-
yente.

[EN SU CASO] El autor cede al editor un derecho de opción por un plazo de


tres años, a partir de la fecha del presente contrato, para publicar la obra en las
demás modalidades no contempladas en el presente documento. Durante este
plazo de tres años, el editor podrá negociar con el autor un nuevo contrato de

- 287-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

edición de la obra, en las condiciones que ambos acuerden.

[EN SU CASO] El autor cede también al editor de un derecho preferente de


opción para adquirir los demás derechos de explotación en iguales términos
y condiciones que el autor pueda convenir con terceros. En caso de que sea el
autor el que reciba la oferta, éste deberá notificar al editor los datos y condicio-
nes objetivas y subjetivas correspondientes a la oferta del tercero, disponiendo
el editor de __ días para comunicar al editor si acepta o no dichas condiciones.
Transcurrido dicho plazo sin que el editor haga tal comunicación, o en cuanto
manifieste que no se halla interesado en la adquisición en cuestión, el autor
podrá libremente celebrar el contrato en las condiciones notificadas.

El autor se compromete a respetar y hacer respetar los derechos adquiridos


por el editor en virtud del presente contrato y a comunicarle de éste cualquier
infracción, efectiva o potencial, de los mismos que pudiera ser realizada por
terceros, tan pronto como tenga conocimiento de ello.

El autor se compromete a responder ante el editor de la autoría y originali-


dad de la obra asi como del goce pacífico de los derechos que cede mediante
el presente contrato, manifestando que sobre los mismos no tienen contraídos
ni contraerá compromisos o gravámenes de ninguna especie que atenten con-
tra los derechos que al editor o a terceros les correspondan, de acuerdo con lo
estipulado en este contrato. A este respecto, el autor mantendrá indemne al
editor de todas las reclamaciones que por este concepto puedan surgir se hace
responsable frente al editor de todas las cargas pecuniarias que pudieran deri-
varse para el editor en favor de terceros con motivo de acciones, reclamaciones
o conflictos derivados del incumplimiento de este contrato por parte del autor.

-288-
Carlos Muñoz Viada

OBLIGACIONES DEL EDITOR:

El editor se compromete a reproducir la obra en los términos y condiciones


especificados en el presente contrato. A este respecto, el editor se abstendrá de
realizar modificación alguna en la obra, salvo previa autorización por escrito del
autor y someterá a su aprobación la versión editada definitiva de la obra.

El editor se obliga a que figure el nombre del autor de forma destacada y en


concreto, _______ [DESCRIPCIÓN DE LA FORMA EN QUE APARECERÁ
IDENTIFICADO EL AUTOR EN LA OBRA].
El editor se obligará asimismo a incluir la mención internacional de reserva de
propiedad intelectual, en todos los ejemplares en los que se reproduzcan las
obras, seguido del nombre y apellidos o pseudónimo del creador visual y el año
de la primera edición, junto con la mención del copyright editorial, y a observar
las formalidades administrativas requeridas para la circulación de la obra.

[EN SU CASO] Asimismo, el editor se obliga a someter las pruebas de la obra


a la aprobación del autor. A este respecto, el editor se obliga a abstenerse de
realizar modificaciones fuera de las necesarias para la adecuación de la obra a
la modalidad de explotación. En concreto, ______ [ENUMERAR MODIFICA-
CIONES PERMITIDAS Y/ O PROHIBIDAS].

El editor se obliga a distribuir la obra en las condiciones establecidas en el pre-


sente contrato en un plazo máximo de __ meses, a [PLAZO PARA LA PUESTA
EN CIRCULACIÓN DE LA PRIMERA EDICIÓN SIMPRE INFERIOR A DOS
AÑOS] desde la fecha de la entrega del original.

El editor se obliga a asegurar al autor la explotación continua y la difusión co-


mercial de la obra de acuerdo con las siguientes condiciones _______[CON-
DICIONES DE EXPLOTACIÓN Y DIFUSIÓN, PUEDEN ESTABLECERSE LÍ-

-289-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

MITES SIEMPRE QUE NO SEAN DESPROPORCIONADOS; POR EJEMPLO,


PODRÍA ESTABLECERSE EL LIMITE DEL PERJUICIO A LA FAMA DEL AU-
TOR QUE IMPIDE EXPLOTAR LA OBRA JUNTO CON OTRAS DE INFERIOR
CALIDAD ETC...].
[EN SU CASO] EI editor se obliga a presentar al autor con periodicidad tri-
mestral [PUEDE ESTABLECERSE OTRA PERIODICIDAD] un certificado con
información detallada acerca de la marcha de la distribución y explotación de
la obra, aunque el resultado fuese negativo, en relación con el trimestre inme-
diatamente anterior en la que al menos se incluirán _________ [LO QUE
CORRESPONDA COMO EL NÚMERO DE ACCESOS Y DE DESCARGAS CON
SUS CORRESPONDIENTES FECHAS] que realice el editor. A este respecto, el
autor podrá solicitar los respectivos justificantes.

El editor se obliga a satisfacer al autor la remuneración pactada en el presente


documento de acuerdo con los términos y condiciones descritos en el presente
contrato. [EN EL CASO DE REMUNERACIÓN PROPORCIONAL] El editor se
compromete a hacer efectiva la liquidación de lo que corresponda al autor __
______ [PERIODICIDAD CON QUE SE LIQUIDARÁ LA REMUNERACIÓN
LA PERIODICIDAD DEBE SER AL MENOS ANUAL AUNQUE SUELE ESTA-
BLECERSE POR TRIMESTRES]. En este sentido, cuando el saldo incluido en
el informe resulte favorable al autor, el editor realizará el pago de las cantidades
adeudadas, dentro de los treinta días siguientes al envío del certificado.

[EN CASO] El editor se compromete a facilitar al autor su derecho a realizar


cuantas revisiones sean, a su costa, por sí o a través de expertos designados por
él, todos sus libros y documentos mercantiles durante le plazo de dos años a
contar desde la fecha de terminación de la distribución de la obra. Este examen
se limitará exclusivamente a la exactitud de los datos relativos a la distribución
de la obra y su correspondencia con los datos proporcionados al autor. En todo
caso, la persona o personas que lleve/ n a cabo el examen de los libros estará su-

-290-
Carlos Muñoz Viada

jetos al deber de confidencialidad con respecto a la documentación a la que ten-


gan acceso así como al deber de secreto acerca de sus conclusiones de modo que
comuniquen al autor únicamente la existencia o no de correspondencia entre
la información proporcionada por el editor y la contenida en sus documentos.

[EN SU CASO] El editor queda facultado para autorizar la utilización secun-


daria de la obra y proceder a la reproducción de la misma, o su préstamo en
instituciones culturales, bibliotecas, archivos o lugares similares. Asimismo,
el editor queda facultado para realizar cuantos actos sean necesarios para la
inscripción de los derechos sobre la obra en los registros que correspondan.

[EN SU CASO] El editor se obliga a notificar fehacientemente al autor su de-


cisión de destruir los ejemplares no vendidos y, si el autor se lo solicita, a en-
tregarle la totalidad de los mismos, a cargo del autor y en el lugar donde se
encuentren los ejemplares en ese momento. Estos ejemplares sobrantes no po-
drán ser destinados a usos lucrativos por parte del autor. La destrucción de los
ejemplares no implica necesariamente la resolución del contrato.

[EN SU CASO] El editor se reservará __[NÚMERO] de ejemplares de la obra


para la crítica y promoción de la obra, mientras que el autor recibirá otros __
[NÚMERO] ejemplares a título de cortesía.

[EN SU CASO] El editor se compromete a entregar al autor sin cargo alguno


__ [NÚMERO] ejemplares de la primera edición y __ [NÚMERO] ejemplares
de cada una de las nuevas ediciones y reimpresiones de la obra. Asimismo el
editor facilitará al autor un descuento equivalente al descuento medio que el
editor aplique a los distribuidores de la obra, los ejemplares que precise para
su uso particular o con destino a terceros, sin que en ningún caso puedan ser
destinados al comercio. Sobre estos ejemplares no percibirá el autor liquidación
alguna. También estarán exentos de liquidación al autor, aunque deberán serle

- 291-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

notificados los ejemplares que el editor entregue gratuitamente para fines de


promoción y crítica de la obra. El máximo de ejemplares que podrá destinar el
editor para fines de promoción será de __[NÚMERO] en el caso de la primera
edición, y __[NÚMERO] para las sucesivas.
El editor se compromete a respetar y hacer respetar los derechos morales del
autor y a poner en conocimiento de éste, tan pronto como tenga noticia, cual-
quier infracción de los mismos que pudiera ser realizada por terceros. En este
sentido y hasta el limite que la legislación lo permita, el editor queda facultado
para ejercer todas las acciones necesarias para perseguir las violaciones que se
pudieran producir en relación con la obra.

CONDICIONES ECONÓMICAS

[LO QUE CORRESPONDA] Como contraprestación por la cesión de los dere-


chos de explotación cedidos en el presente contrato, el autor percibirá una re-
muneración consistente en una parte proporcional de los ingresos sobre el pre-
cio de venta al público, sin IVA, por cada uno de los ejemplares vendidos. Que
se fija en un __ [PORCENTAJE] /una cantidad total por importe de ______
[IMPORTE DE LA REMUNERACIÓN A TANTO ALZADO] que se entregará
al autor en el momento de entrega de la obra en condiciones de ser editada. A
estos efectos precio de venta al público de la obra será de ____ [PRECIO DE
VENTA AL PÚBLICO DE LA OBRA].

[EN SU CASO] El __ [PORCENTAJE] correspondiente al autor en concepto


de remuneración sobre la venta de cada ejemplar de la obra, será abonado en
relación con los ejemplares efectivamente vendidos y cobrados, con descuento
previo y retención de los impuestos que graven las utilidades que perciba el
autor, y cumpliendo las obligaciones fiscales que establece la ley. En el cómputo
de ejemplares que formen la base de la liquidación no se incluirán los que hayan
sido entregados gratuitamente al autor y los destinados a promoción y crítica,

- 292-
Carlos Muñoz Viada

medios de comunicación, ni los defectuosos o destruidos total o parcialmente


por el fuego, el agua o cualquier otra causa, los deteriorados por el transporte,
ni las ventas fallidas y no recuperadas.

El pago de la remuneración se hará efectivo al autor por medio de _____ [FOR-


MA DE PAGO]

[EN SU CASO] Cada una de las facturas que resulten se pagarán o cobrarán de
forma independiente según proceda.

[EN SU CASO] El retraso en el pago de cualquiera de las facturas, devenga-


rá, a favor del autor, un interés equivalente al 3% mensual calculado sobre la
totalidad de la deuda pendiente, tributos incluidos, sin perjuicio de que dicho
incumplimiento sea causa constitutiva de resolución contractual. La mera tole-
rancia del impago de un vencimiento concreto en modo alguno podrá impedir
el ejercicio de la acción resolutoria del contrato.

GASTOS E IMPUESTOS DEL CONTRATO

Los gastos e impuestos que se originen o sean consecuencia del presente con-
trato, serán satisfechos por las partes con arreglo a la Ley.

El presente contrato podrá ser elevado a público a petición de una cualquiera de


las partes, siendo de su cuenta los gastos que ello origine.

Los actos que se deriven de la ejecución del contrato quedarán sometidos a la


tributación que corresponda en atención a la naturaleza de los mismos y serán
satisfechos por aquella parte obligada al pago según normativa de aplicación.

- 293-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

DURACIÓN DEL CONTRATO

El presente contrato tendrá una duración de ___[DURACIÓN DEL CONTRA-


TO CON UN MÁXIMO DE 15 AÑOS] desde la fecha en que el autor entregue al
editor la obra en condiciones de ser editada.

[EN SU CASO] Durante el periodo de vigencia del presente contrato el editor


podrá realizar todas la ediciones que considere necesarias de la obra [EN SU
CASO] siempre que no supere el número de __ [NÚMERO] ejemplares, de-
biendo comunicar esta circunstancia al autor.

TERMINACIÓN DEL CONTRATO

El presente Contrato se extinguirá por las causas generales establecidas en el


Código Civil, en el Código de Comercio y en la normativa de derechos de autor, y
en especial, por incumplimiento de las obligaciones dimanantes de este escrito.
Así:

Por el transcurso de su plazo de duración.


Por ser declarada cualquiera de las partes en estado judicial de suspensión de
pagos, quiebra o concurso de acreedores, fuese demostrada una situación de
insolvencia o cese de actividades, o se iniciase un proceso de liquidación o di-
solución.

Por las demás causas previstas en derecho.


En caso de incumplimiento por alguna de las partes de las obligaciones asumi-
das en el presente contrato, la otra parte podrá dar por resuelto enteramente
el mismo, sin preaviso ni indemnización de clase alguna, siendo suficiente la
comunicación de tal rescisión a la parte contraria, a no ser que la parte incum-
plidora remediase su incumplimiento a satisfacción de la otra en un plazo de 15

- 294-
Carlos Muñoz Viada

días contado desde el requerimiento que en tal sentido se efectúe.

[EN CASO DE EDICIÓN SIN USO DE REDES TELEMÁTICAS] Una vez fina-
lizado el contrato, el editor podrá vender aquellos ejemplares de la obra que
hubieran quedado en su poder, durante el plazo de tres meses posterior a la
fecha de finalización. Una vez cumplido ese término, el editor deberá proceder
a retirar de la circulación y venta cuantos ejemplares le restasen aún sin vender.
El autor podrá optar por adquirir del editor los ejemplares en su poder, desde la
misma fecha de vencimiento del contrato, al 50% del precio de venta al público.
[EN CASO DE EDICIÓN SIN USO DE REDES TELEMÁTICAS] Si se ha extin-
guido el contrato por alguna causa el editor, dentro de los tres años siguientes
podrá vender los ejemplares que le queden de la obra; en este caso, el autor los
podrá adquirir al 60 % de su precio de venta. Esta venta quedará sujeta a las
condiciones que se establecían en el contrato extinguido.

INTEGRIDAD DEL CONTRATO Y CLÁUSULA DE SALVAGUARDA

Cada una de las estipulaciones del presenta acuerdo debe ser interpretada se-
parada e independientemente de las demás. Si cualquiera de ellas pasare a ser
invalidas, ilegales o inejecutables en virtud de alguna norma jurídica o fuera
declarada nula o ineficaz por cualquier juzgado o autoridad administrativa, la
nulidad o ineficacia de la misma no afectará las demás estipulaciones, que con-
servarán su plena validez y eficacia. Las partes contratantes acuerdan sustituir
la cláusula o cláusulas afectadas por otra u otras que tengan los efectos co-
rrespondientes a los fines perseguidos por las partes en el presente contrato.

El presente contrato recoge la totalidad de los pactos existentes entre las partes,
y anula y revoca, en su caso, cuantos otros pactos o acuerdos, verbales o escri-
tos, estuvieren vigentes a la fecha de su suscripción. El presente contrato sólo
podrá modificarse mediante acuerdo escrito de las partes.

- 295-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

LEGISLACIÓN APLICABLE Y ARBITRAJE

El presente contrato tiene carácter mercantil, se regirá por la ley española y


para cualquier controversia que pudiera surgir entre las partes con respecto a
su validez, ejecución, cumplimiento o resolución, total o parcial, las partes, re-
nunciando a sus respectivas jurisdicciones y a cualquier otro fuero que pudiera
corresponderles, se someten expresamente a la jurisdicción y competencia de
los Juzgados y Tribunales de Madrid Capital.

Constituye este contrato la expresión completa e íntegra del acuerdo entre las
partes, y sustituye todos los anteriores pactos, compromisos, manifestaciones
o acuerdos, tanto escritos como orales, que hayan existido previamente entre
las partes.

Y para que conste y en prueba de conformidad, firman el presente contrato por


duplicado y a un sólo efecto, en el lugar y fecha arriba indicados.

VII. CONTRATO DE COEDICION AUDIOVISUAL.

En ........., a ... de ....... de .....

REUNIDOS

De una parte, D./Da ......(datos personales).............

Y de otra, D./Da ......(datos personales)................

- 296-
Carlos Muñoz Viada

ACTÚAN

El/La primero/a, en nombre y representación de la productora cinematográfi-


ca ........, constituida por tiempo indefinido mediante escritura de constitución
autorizada por el Notario de ........., Don/Dña. ......., a .. de .... de .... (no de pro-
tocolo ....), e INSCRITA en el Registro Mercantil de ........., al tomo ...., libro ...,
sección .., folio ..., hoja ....., ins... y, además, en el Registro de Empresas Cine-
matográficas del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales
(I.C.A.A.) con el nº .... y en el Registro de Empresas Cinematográficas, Vídeo
y Televisión de la Comunidad Autónoma de .... con el no ..., en su calidad de
......, con facultades bastantes para el presente otorgamiento según resulta de
la escritura ....... Con C.I.F. no ...... (De ahora en adelante, en este contrato, LA
PRODUCTORA).

El/La segundo/a, en nombre e interés propios (de ahora en adelante, en este


contrato, EL COPRODUCTOR).

Y reconociéndose las partes recíprocamente la capacidad y representación sufi-


cientes para el presente otorgamiento,

DICEN

I. Que EL COPRODUCTOR es titular de los derechos de explotación audiovi-


sual (reproducción, distribución, comunicación pública y doblaje o subtitulado)
de la novela ..........., del escritor ............, con las limitaciones temporales que re-
sultan del contrato de cesión de dichos derechos a su favor que se acompaña de
Anexo no 1, cuyos términos declara LA PRODUCTORA conocer íntegramente.

II. Que EL COPRODUCTOR es asimismo titular de los derechos patrimonia-


les e intelectuales del guión cinematográfico por él mismo redactado, titulado

- 297-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

.............. Dicho guión está basado en la novela del mismo nombre del escritor
mencionado.

III. Que EL COPRODUCTOR y LA PRODUCTORA están interesados en copro-


ducir la película de largometraje titulada provisionalmente ........., basada en la
novela de constante referencia y en el guión antes citado.

IV. Y habiendo llegado a un acuerdo al respecto, al objeto de regularlo,

PACTAN

PRIMERO. Objeto del contrato. El presente contrato tiene por objeto la


producción por parte de LA PRODUCTORA y COPRODUCTOR del largometra-
je “.....................”, de duración no superior a ... minutos, rodado en ... mm color,
formato .. a ... imágenes por segundo, de acuerdo con las condiciones artísticas
y técnicas acordadas de mutuo acuerdo por las partes aquí contratantes. La pe-
lícula se rodará en ......... La postproducción se realizará en .........

SEGUNDO. Dirección del film y trabajos específicos. La dirección del


film irá a cargo de el propio COPRODUCTOR, estableciendo en contrato de
trabajo aparte las condiciones del mismo.

Se determinan como labores propias del Director, en colaboración con LA PRO-


DUCTORA, las siguientes:

a) Aportación de nuevos elementos narrativos del guión, en su caso.


b) Supervisión y aceptación del plan de trabajo.
c) Selección y propuesta de actores.

-298-
Carlos Muñoz Viada

d) Propuesta y dirección de localizaciones.


e) Dirección de pruebas de vestuario, maquillaje, peluquería y decorados.
f) Dirección de actores.
g) Dirección de todos los elementos artísticos, creativos y técnicos del rodaje.
h) Dirección de montaje del film.
i) Dirección del doblaje si lo hubiere y sonorización de la película hasta la ob-
tención de la copia standard.
j) Propuesta de títulos de crédito y efectos de imagen.
k) Participación activa en la promoción, lanzamiento y presentación de la pelí-
cula en el estreno de las principales capitales (hasta un total de ... en el ámbito
nacional), en los principales festivales de cine a los que asistiese el film a con-
curso y en los medios de comunicación.

Para la dirección del film, LA PRODUCTORA facilitará al Director, con cargo


a los gastos directamente imputables a la producción del film, ... monitores de
T.V. a fin y efecto de que éste pueda visionar la cinta de rodaje del día inmedia-
tamente anterior, haciéndose constar de forma expresa tal obligación de hacer
en el contrato de Director que en su momento se formalizará.

Se determinan como labores propias de LA PRODUCTORA y COPRODUCTOR


en la creación y elaboración del film de constante referencia las siguientes:

a) Diseño de producción, incluyendo el presupuesto y el plan de trabajo y pre-


sentación ante los organismos oficiales.
b) Selección y contratación de localizaciones.
c) Selección y contratación de actores.
d) Selección y contratación del equipo técnico.
e) Selección de los efectos visuales del largometraje.
f) Contratación de empresas proveedoras y servicios en España y otros países,
en su caso.

- 299-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

g) Consecución de la financiación necesaria para la realización del film.


h) Aprobación del vestuario, maquillaje peluquería, decorados y labores creati-
vas de la puesta en escena.
i) Supervisión y aceptación del montaje y premezclas y mezclas de sonido.
j) Supervisión y aprobación de los créditos, efectos visuales y de la copia 0.
k) Diseño de la campaña de promoción, lanzamiento e imagen de la película;
dirección del spot y del trayler de la misma, con la colaboración del propio Di-
rector/Coproductor.

TERCERO. Coste de Producción. El coste de producción, según diseño


que se presentará a los organismos oficiales correspondientes, queda fijado en
la cantidad de ...........pesetas, incluyendo copias y publicidad de lanzamiento.

CUARTO. Participación en la obra audiovisual. LA PRODUCTORA y EL


COPRODUCTOR asumen el coste de producción mencionado en la siguiente
proporción:

- LA PRODUCTORA: ...%
- EL COPRODUCTOR: ...%

En consecuencia, su respectiva participación en todos los derechos adquiridos


al autor de la obra literaria, el guión y los derechos de explotación del film, en
todo el universo, incluyendo España, por todos los medios, formatos y proce-
dimientos conocidos y por conocer (que de manera enunciativa y no limitativa
son, entre otros, la distribución en salas cinematográficas, Vídeo, Vídeo-disco,
emisión hertziana y vía satélite, cable), y con duración de los mencionados de-
rechos de por vida (salvo lo que afecte a los derechos del autor de la obra lite-
raria D. .....) se establece en un ...% para LA PRODUCTORA y un ...% para EL
COPRODUCTOR.

-300-
Carlos Muñoz Viada

No podrán las partes en ningún caso establecer compromisos individuales de


venta o cesión de derechos total o parcialmente que vulneren los derechos y
obligaciones que se adquieren por el presente contrato.

Asimismo, las partes responderán en dicha proporción de cualesquiera respon-


sabilidades que acaso se derivaren de obligaciones legales de carácter laboral,
civil, mercantil y fiscal por la producción de la película.

QUINTO. Versiones. El film podrá tener versión .........., versión ........ y las
versiones internacionales que sean necesarias.

SEXTO. Firma de contratos. Para la efectiva validez de cualesquiera con-


tratos con entidades públicas y privadas, éstos deberán estar suscritos conjun-
tamente por LA PRODUCTORA y EL COPRODUCTOR.

SÉPTIMO. Financiación externa previa a la finalización del film. LA


PRODUCTORA y EL COPRODUCTOR presentarán:

a) Para la solicitud de ayudas a la financiación, el proyecto de producción al


Ministerio de ............................. (fondo especial de la C.E.E. para coproducción
mínima de tres países de la comunidad).

b) Para la adecuada prefinanciación, el proyecto de producción a la sociedad


de distribución .... para el territorio nacional, a una sociedad de distribución de
Vídeo para el territorio nacional, a una sociedad de distribución para Europa y
EE.UU., a posibles coproductores internacionales, a otras fuentes de financia-
ción alternativas y posibles preventas de explotación.

La totalidad de esta financiación externa para el film se negociará e ingresará


en su respectiva cuenta corriente LA PRODUCTORA y EL COPRODUCTOR por

- 301-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

mitad, siendo ambos responsables de la percepción de las ayudas y su adecua-


ción al calendario de tesorería que el film precise.

Todas las ayudas que se perciban por instituciones públicas, preventas, venta
de derechos de emisión, adelanto de distribución, venta de vídeo y otros recur-
sos constituirán el fondo que denominaremos FONDO FINANCIERO, al que se
aplicarán todos los costes de la película.

LA PRODUCTORA y EL COPRODUCTOR percibirán por separado en su res-


pectiva cuenta corriente los rendimientos, las liquidaciones y el importe de las
ventas de la película, una vez terminada, tanto en España como en el univer-
so, por todos los conceptos, según su respectivo porcentaje de participación.

OCTAVO. Aportaciones financieras. Según los porcentajes de participa-


ción respectivos y sobre el coste de producción de .......pesetas (sin copias ni
publicidad), la aportación que ambas partes deben realizar es:

LA PRODUCTORA: ...%
EL COPRODUCTOR: ...%

Al coste de producción sin copias y publicidad y a su adecuación definitiva (en


función de localizaciones, decorados y contrataciones), se deducirán la finan-
ciación externa, la participación de coproductores internacionales y las preven-
tas efectuadas, quedando una cifra resultante cuyo importe determinará la in-
versión real en recursos propios que LA PRODUCTORA y EL COPRODUCTOR
deberán aportar. En caso de que la financiación externa y las preventas superen
el coste de producción, las partes efectuarán el reparto porcentual del exceden-
te financiero.

NOVENO. Preparación, rodaje y postproducción. La preparación de la

-302-
Carlos Muñoz Viada

película se iniciará durante ......., dando comienzo a continuación el rodaje de la


misma con una duración de ... semanas. La postproducción del film finalizará
..........

DÉCIMO. La producción ejecutiva; trabajos específicos. El productor


ejecutivo supeditado a las decisiones de LA PRODUCTORA será D..........., con
quien no se suscribirá contrato laboral alguno. La remuneración a percibir por
el productor ejecutivo será la que conste en el presupuesto oficial de la película,
cuyo mínimo se establece en ........... pesetas. El pago de esta cantidad se reali-
zará de la siguiente forma:

a) ......’-Ptas., a la comunicación por parte del .... de la concesión de una subven-


ción anticipada u otro organismo público.

b) .......’-Ptas. al finalizar la ... semana de preparación definitiva, previa al rodaje.

c) ........’-Ptas., al finalizar la .... semana de rodaje.

d) .........’-Ptas., la última semana de rodaje.

e) Y .........’-Ptas., a la entrega de la copia standard.

En caso de que el importe a percibir sea superior, se añadirá ... parte de dicho
diferencial a cada uno de los pagos mencionados.

D. ................. suscribe asimismo el presente contrato en señal de conformidad


a lo establecido en el presente Pacto.

UNDÉCIMO. Créditos. En los títulos de crédito, piezas publicitarias, prensa


y apariciones de imagen, LA PRODUCTORA y EL COPRODUCTOR aparecerán

-303-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

a igual tamaño, posición de importancia y color. En los títulos de crédito apare-


cerán de la siguiente forma y orden:

...........Transcripción ordenada de los distintos títulos de crédito .........


DÉCIMOSEGUNDO. Contratación de equipo técnico y artístico.
Funciones del equipo de producción. La contratación de equipo técnico
y artístico será efectuada por LA PRODUCTORA y EL COPRODUCTOR. En
aquellos casos en que se trate de los jefes de equipo de la película (decorador,
montador, director de fotografía, director de producción, ayudante de direc-
ción, maquillador, ingeniero de sonido, jefe de vestuario y peluquero), LA PRO-
DUCTORA, de común acuerdo con EL COPRODUCTOR, elegirán a los profe-
sionales más adecuados.

El trabajo específico de la dirección de producción contratada, con carácter


enunciativo y no limitativo, bajo la supervisión de los productores ejecutivos,
será:
- Diseño de producción.
- Confección de los desgloses de producción, plan de trabajo, presupuesto y
memoria de producción.
- Confección de la documentación de producción necesaria para la preparación
y rodaje del film.
- Confección del plan de tesorería y calendario de pagos.
- Selección y adecuación de localizaciones.
- Control y cotejo semanal informatizado del presupuesto. Realización contable
y su presentación a LA PRODUCTORA y al COPRODUCTOR.
- Altas y Bajas de Seguridad Social. Retenciones. Presentación de documenta-
ción.
- Realización de la preparación y rodaje de la película, con alquiler incluido de
las oficinas e instalaciones necesarias en .........
- Contratación del equipo técnico y artístico (salvo grandes protagonistas).

-304-
Carlos Muñoz Viada

- Pagos semanales, mediante entrega de las cantidades correspondientes ema-


nadas del FONDO FINANCIERO de la película, por LA PRODUCTORA y EL
COPRODUCTOR para pagar a los técnicos, actores y proveedores contratados,
para el período de preparación, rodaje y postproducción del film. Finalizada
ésta, la contabilidad y documentación administrativa será entregada a LA PRO-
DUCTORA y al COPRODUCTOR, quienes confeccionarán la presentación ante
las instancias oficiales de toda la documentación que se requiere para percibir
las liquidaciones que correspondan.
- Devolución de los materiales alquilados a las empresas proveedoras.
- Devolución a LA PRODUCTORA y COPRODUCTOR de activos o bienes mate-
riales adquiridos para la película.

DÉCIMOTERCERO. Gastos generales. Los gastos generales en los que in-


curran LA PRODUCTORA y EL COPRODUCTOR imputables a la película serán
liquidados por el FONDO FINANCIERO de la misma. La preparación, rodaje
y postproducción del film se realizará básicamente en las oficinas de LA PRO-
DUCTORA. A partir de la firma del presente contrato, las partes pagarán los
gastos que se devengaren según su respectivo porcentaje.

DÉCIMOCUARTO. Gastos e ingresos financieros. Los gastos financieros


que por operaciones de descuento de certificaciones, de contratos y de giro que
la película requiera serán imputables al FONDO FINANCIERO de la misma.

Si se producen excedentes de financiación, las partes podrán colocarlos en ope-


raciones bancarias a plazo fijo o cualquier otro producto financiero que exista
en el mercado para obtener la mayor rentabilidad.

DÉCIMOQUINTO. Pagos y cobros. Apertura de cuenta. Administra-


ción y poder. Los depósitos de financiación externa y recursos propios se-
gún las necesidades del calendario de pagos de la película se efectuarán en una

- 305-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

cuenta corriente aparte que se abrirá a nombre de D. ........... (designado por LA


PRODUCTORA) y de D. ........ (designado por EL COPRODUCTOR), con firma
indistinta para cantidades inferiores a ......’-Ptas. La disposición de cantidades
superiores a la indicada precisará la firma conjunta de ambos designados.
Esta cuenta no podrá ser cancelada en tanto y cuanto no se produzca la última
liquidación del FONDO FINANCIERO.

DÉCIMOSEXTO. Hacienda Pública. El IVA abonado a proveedores u otros


será pagado por el FONDO FINANCIERO de la película. Al término de la mis-
ma, se contabilizará el IVA abonado que es repercutible y LA PRODUCTORA
y EL COPRODUCTOR, en su respectivo porcentaje, solicitarán a Hacienda la
devolución que acaso procediere. En caso de efectiva devolución, dicho total
importe se ingresará en la cuenta corriente del FONDO FINANCIERO. En caso
de saldo negativo de la película, será computado y equilibrado dicho importe.
En caso de saldo positivo, será repartido porcentualmente entre las partes.

LA PRODUCTORA y EL COPRODUCTOR se obligan a practicar las retenciones


legales en los contratos de equipo técnico y artístico de la película.

DECIMOSÉPTIMO. Seguros. LA PRODUCTORA contratará con una o va-


rias compañías de seguros las siguientes pólizas:

a) póliza de seguro de negativo;

b) póliza de seguro de accidentes e invalidez permanente de los protagonistas


y el director.

c) póliza de seguro de responsabilidad civil (que incluya siniestro sobre mobi-


liario, accesorios, material técnico de rodaje); y

-306-
Carlos Muñoz Viada

d) póliza de seguro de buen fin de la película, cuyos beneficiarios serán LA PRO-


DUCTORA y EL COPRODUCTOR, según su respectivo porcentaje.

Los seguros deberán cubrir íntegramente el coste del film y serán mantenidos
en vigor hasta que la copia standard del mismo sea entregada, o se contratará
una duración suplementaria convenida entre las partes que se considere acaso
necesaria para la distribución o explotación del film.

DÉCIMOCTAVO. Funcionamiento de las ventas internacionales. En


el mercado internacional, LA PRODUCTORA y EL COPRODUCTOR explotarán
la película de la mejor forma posible para amortizar las inversiones efectuadas,
pudiendo vender ambas la película terminada. Las ofertas que se deriven de la
gestión de ventas serán comunicadas por escrito a la otra parte estableciendo
un margen de ... días para su mejora. De no producirse ésta, la parte que pro-
ponga la operación se cuidará de la dirección en la redacción contractual co-
rrespondiente, que deberá ser aprobada por la otra parte. La contraprestación
para la parte que lleve a buen término la operación de venta será una bonifica-
ción sobre la venta neta del ...%, deducidos los gastos devengados y aceptados
de mutuo acuerdo por ambas partes contratantes.

DÉCIMONOVENO. Publicidad y medios. La inversión publicitaria y la


estrategia de medios a emplear con la película será cuidadosamente elaborada
entre las partes coproductoras.

VIGÉSIMO. Cesión a terceros. LA PRODUCTORA y EL COPRODUCTOR


podrán ceder a terceros (con la única excepción de coproductores internaciona-
les) los derechos y obligaciones dimanantes del presente contrato, previa comu-
nicación a la otra de tal intención.

En caso de existencia de coproductores internacionales, LA PRODUCTORA y

- 307-
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

EL COPRODUCTOR mantendrán su porcentaje de participación en el territorio


de España y se negociará la participación internacional con los posibles copro-
ductores, cediéndoseles a éstos porcentualmente por LA PRODUCTORA y EL
COPRODUCTOR la participación convenida, pues en todo caso dicha cesión
debe ser consensuada con intervención de todas las partes aquí contratantes.
Y para que así conste, suscriben las partes el presente contrato por duplicado
ejemplar, y a un solo efecto, en el lugar y fecha arriba indicados.

Fdo.: LA PRODUCTORA. Fdo.: EL COPRODUCTOR”.

-308-
Carlos Muñoz Viada

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- BONDIA ROMAN, FERNANDO.


- CAVANILLAS MUGICA, SANTIAGO.
- DE PABLO CONTRERAS, PEDRO.
- DIAZ ALABERT, SILVIA.
- GAYA SICILIA, REGINA.
- GETE – ALONSO Y CALERA, MARIA DEL CARMEN.
- GOMEZ LAPLAZA, CARMEN.
- HERRERO GARCIA, MARIA JOSE.

- 311 -
Transmisión de los derechos de autor. El contrato de edición

- RODRIGFUEZ TAPIA, JOSE MIGUEL.


- TORRES GARCIA, TEODORA F.
- TORRES LANA, JOSE ANGEL.

- VARIOS AUTORES: “Anuario de Propiedad Intelectual 2.001”, Editorial


Reus – aisge, 2.002:

- ROGEL VIDE, CARLOS.


- SERRANO GOMES, EDUARDO.
- MARTIN VILLAREJO, ABEL.
- IGLESIAS REBOLLO, CESAR.
- ENCABO VERA, MIGUEL ANGEL.
- ORTEGA DOMENECH, JORGE.

- VARIOS AUTORES: “Anuario de Propiedad Intelectual 2.003”, Editorial


Reus – aisge - aseda, 2.004:

- ROGEL VIDE, CARLOS.


- SERRANO GOMES, EDUARDO.
- MARTIN VILLAREJO, ABEL.
- IGLESIAS REBOLLO, CESAR.
- ENCABO VERA, MIGUEL ANGEL.

- VARIOS AUTORES: “En torno a los derechos morales de los creadores”, co-
ordinada por CARLOS ROGEL VIDE, Editorial Reus – aisge, 2.003.

- RAMS ALBESA, JOAQUIN.


- PEREZ DE CASTRO, NAZARETH.
- CASTAN PEREZ-GOMEZ, ANTONIO.
- BERCOVITZ RODRIGUEZ-CANO, RODRIGO.

- 312 -
Carlos Muñoz Viada

- VEGA VEGA, JOSE ANTONIO.


- ENCABO, MIGUEL ANGEL.
- RAGEL SANCHEZ, LUIS FELIPE.
- MARTIN VILLAREJO, ABEL.
- YZQUIERDO TOLSOCHA, MARIANO.
- DE OLIVERA ASCENSAO, JOSE.

- VARIOS AUTORES: “Los derechos de propiedad intelectual en la nueva so-


ciedad de la información. Perspectivas de derecho civil, procesal, penal e in-
ternacional privado”, Editorial Comares, 1.998:

- FERNANDEZ MASIA, ENRIQUE.


- CARRASCO PERERA, ANGEL.
- BARONA VILAR, SILVIA.
- ESPLUGUES MOTA, CARLOS.
- MICHINEL ALVAREZ, MIGUEL ANGEL.
- DELGADO PORRAS, ANTONIO.
- MONTERO AROCA, JUAN.
- ORTS BERENGUER, ENRIQUE
- DIETZ, ADOLF.

- VEGA VEGA, JOSE ANTONIO: “Protección de la Propiedad Intelectual”, Edi-


torial Reus – aisge, 2.002.

- VICENT CHULIA, FRANCESC: “Compendio crítico de Derecho Mercantil”,


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- 313 -

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