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¿Qué influye en que sintamos un orgasmo más intenso que otro?

¿Qué influye en que sintamos un orgasmo mas intenso que otro? Pues bien, sabemos que puede
haber muchas respuestas en este sentido, y quizás algunas coincidan con los resultados de una
investigación que encontró que la forma en que se experimenta el orgasmo en hombres y
mujeres esta mediado por características personales, de la relación y en las mujeres adicional a
estos factores socioeconómicos.

“Nuestro objetivo es examinar la capacidad predictiva de diferentes factores en la experiencia


subjetiva del orgasmo, anlizando el grado en que la experiencia del orgasmo estaba relacionada
con aspectos personales, de la relación y de apoyo social” dijo la autora del estudio Ana Arcos,
de la Universidad Nueva Granada.

En esta investigación participaron 1300 adultos heterosexuales, con edades entre los 18 y 80
años. Los investigadores encontraron que los hombres mostraron puntuaciones más altas en
excitación sexual, erotofilia, búsqueda de sensaciones sexuales, deseo sexual diádico
centrado en la pareja y deseo sexual diádico por una persona atractiva. Las mujeres
mostraron puntuaciones más altas en experiencia de orgasmo, inhibición sexual,
asertividad sexual para iniciar y rechazar la actividad sexual y apoyo social. Se
observaron diferencias de género significativas en todas las variables, excepto en
satisfacción sexual y satisfacción de la relación.

En los hombres, los resultados mostraron que la erotofilia (r = .14, p <.01), la búsqueda de
sensaciones sexuales (r = .25, p <.001), el deseo sexual diádico centrado en la pareja (r = .43, p
<.001 ), la satisfacción sexual (r = .40, p <.001), la satisfacción de la relación (r = .31, p <.001)
y el apoyo social (r = .22, p <.001) se correlacionaron significativamente y positivamente con
experiencia subjetiva de orgasmo.

Sin embargo, la inhibición sexual (r = -.10, p <.05) se asoció negativamente con la experiencia
del orgasmo.

En mujeres, excitación sexual (r = .17, p <.001), erotofilia (r = .30, p <.001), búsqueda de


sensaciones sexuales (r = .30, p <.001), sexual diádico enfocado en la pareja deseo (r = .48, p
<.001), asertividad sexual para iniciar (r = .14, p <.001) y rechazar (r = .14, p <.001) actividad
sexual, satisfacción sexual (r = .32, p <
.001), la satisfacción de la relación (r = .20, p <.001) y el apoyo social (r = .17, p <.001) se
asociaron de manera significativa y positiva con la experiencia subjetiva del orgasmo. Sin
embargo, la inhibición sexual (r = -.22, p <.001) y el nivel socioeconómico (r = -.12, p <
.01) se asociaron negativamente con la experiencia subjetiva del orgasmo.
Los resultados mostraron un modelo en el que la búsqueda de sensaciones sexuales (β = .16, p
<.001), la satisfacción sexual (β = .27, p <.001) y el deseo sexual diádico centrado en la pareja
(β = .28, p < .001) predijo significativamente la experiencia subjetiva del orgasmo (ver Tabla 3).

Individualmente, cada tres predictores contribuyeron significativamente a explicar la


experiencia del orgasmo masculino, siendo el deseo sexual diádico centrado en la pareja la
variable más significativa

Examinamos cómo la búsqueda de sensaciones sexuales (M) medió la predicción del deseo
sexual diádico centrado en la pareja (X) en la experiencia subjetiva del orgasmo (Y). Se
encontró un efecto indirecto estadísticamente significativo del deseo sexual diádico centrado en
la pareja en la experiencia del orgasmo subjetivo (B = .121; SE = .047 [.031 - .216]) mediado
por la búsqueda de sensaciones sexuales.
Los resultados mostraron un modelo predictivo significativo en el que la experiencia subjetiva
del orgasmo se explicaba por la búsqueda de sensaciones sexuales (β = .14, p <.001), erotofilia

= .09, p <.01), inhibición sexual (β = -.04, p> .05), deseo sexual diádico centrado en la pareja (β
= .31, p <.001), satisfacción sexual (β = .12 , p <.01), asertividad sexual para rechazar la
actividad sexual (β = .07, p <.05) y un alto nivel socioeconómico (β = -.08, p <.05). Este modelo
mostró una regresión lineal significativa con un buen ajuste. En conjunto, las variables incluidas
explicaron el 27.6% de la experiencia subjetiva del orgasmo (F = 42.04, p <
.001). Individualmente, cada predictor, excepto la inhibición sexual (t = -1.22, p> .05),
contribuyó significativamente a explicar la experiencia del orgasmo en las mujeres, siendo el
deseo sexual diádico centrado en la pareja la variable más significativa (ver Tabla 4).
Finalmente, después de probar correlaciones significativas entre todas las variables incluidas en
el modelo predictivo final, se analizaron tres modelos de mediación múltiple. Examinamos lo
siguiente: (1) cómo la inhibición sexual, la erotofilia y la búsqueda de sensaciones sexuales (M)
median el efecto del deseo sexual diádico centrado en la pareja (X) en la experiencia del
orgasmo subjetivo (Y); (2) cómo la inhibición sexual y la erotofilia (M) mediaron el efecto de la
satisfacción sexual (X) en la experiencia subjetiva del orgasmo (Y); y (3) cómo la inhibición
sexual y la erotofilia (M) mediaron el efecto de la asertividad sexual para rechazar la actividad
sexual (X) en la experiencia subjetiva del orgasmo (Y). Los tres modelos causales mostraron un
efecto indirecto estadísticamente significativo en la experiencia subjetiva del orgasmo. El deseo
sexual diádico centrado en la pareja (B = .003; SE = .002 [.000 - .006]) estuvo mediado por la
inhibición sexual, la erotofilia y la búsqueda de sensaciones sexuales. Satisfacción sexual (B = .
035; SE = .012 [.017
- .061]) y la asertividad para rechazar la actividad sexual (B = .021; SE = .009 [.005 - .042])
fueron mediadas por la inhibición sexual y la erotofilia.

Dentro del funcionamiento sexual, probable-


mente, sea la satisfacción sexual la más perjudicada por la
ausencia de asertividad sexual debido a la incapacidad de la
persona para comunicar asertivamente sus preferencias
sexuales, gustos y sensaciones. De hecho, varios estudios
relacionan la satisfacción sexual con la asertividad sexual
(Haavio-Mannila y Kontula, 1997; Hurlbert, 1991) y con la
capacidad orgásmica (Cotten-Houston y Wheeler, 1983;
Hurlbert, 1991; Kuriansky, Sharpe y O´Connor, 1982; Nel-
son, 1974).

Según estudios previos (Arcos-Romero, Moyano et al., 2018; Arcos-Romero y Sierra, 2019;
Mah y Binik, 2002), las mujeres lo valoran más. Estas diferencias podrían atribuirse a un estilo
de respuesta diferente en hombres y mujeres (Mah & Binik, 2002), o al hecho de que las
mujeres tienden a estimar más altamente los aspectos subjetivos en comparación con los
hombres, que tienden a sobreestimar los aspectos fisiológicos (Arcos -Romero, Granados et al.,
2018; Arcos-Romero & Sierra, 2019; Laan & Janssen, 2007).

Se encontró que las parejas tenían relaciones sexuales de dos a tres veces por semana,
en promedio. Cuanto más tiempo de duración tenía la relación, menos a menudo las
parejas tenían relaciones sexuales. Otro estudio (Schmiedeberg & Schröder, 2016)
sugiere que la pasión por el otro simplemente disminuye con el crecimiento de la
relación, pero que hay otros factores complejos adicionales que pueden jugar un rol en
todo esto.

está relacionada con búsqueda de sensaciones sexuales (tendencia, propensión, rasgo) la


satisfacción sexual y el deseo sexual hacia la pareja, en tanto que en las mujeres mostró que la
experiencia de calidad del orgasmo se relaciona con la búsqueda de sensaciones sexuales, la
erotofilia (), la inhibición sexual, el deseo sexual en la pareja, la satisfacción sexual, la
asertividad sexual y un alto nivel socioeconómico.

La experiencia subjetiva del orgasmo se ha asociado con muchas variables de funcionamiento


sexual de forma aislada. Sin embargo, no se han examinado los factores que podrían explicar
conjuntamente esta construcción en el contexto de la relación sexual utilizando un modelo
teórico. Basado en la teoría ecológica, el objetivo principal de este estudio fue examinar la
capacidad predictiva de diferentes factores en la experiencia subjetiva del orgasmo. Analizamos
el grado en que la experiencia del orgasmo estaba relacionada con lo personal (es decir,
excitación sexual, inhibición sexual, erotofilia y búsqueda de sensaciones sexuales),
interpersonal (es decir, deseo sexual diádico, asertividad sexual, satisfacción sexual y
satisfacción de la relación), social ( es decir, apoyo social y nivel socioeconómico), y variables
ideológicas (práctica religiosa). Una muestra de 1.300 adultos heterosexuales (547 hombres,
753 mujeres) con edades comprendidas entre 18 y 80 años, que estaban en una relación estable,
completaron un conjunto de medidas de autoinforme que incluyeron un cuestionario
sociodemográfico, varias escalas sobre individuos y relaciones funcionamiento sexual, y una
escala de apoyo social. Los resultados mostraron diferencias de género significativas en la
mayoría de las dimensiones evaluadas. El modelo propuesto para hombres mostró que la
experiencia subjetiva del orgasmo fue predicha por la búsqueda de sensaciones sexuales, la
satisfacción sexual y el deseo sexual diádico centrado en la pareja. El modelo propuesto para las
mujeres mostró que la experiencia subjetiva del orgasmo fue predicha por la búsqueda de
sensaciones sexuales, erotofilia, inhibición sexual, deseo sexual diádico centrado en la pareja,
satisfacción sexual, asertividad sexual y un alto nivel socioeconómico. Finalmente, para
comprender mejor las predicciones encontradas, se examinaron los modelos de mediación.

Con respecto al análisis de las variables personales, se ha demostrado que la búsqueda de


sensaciones sexuales es el único predictor de la experiencia del orgasmo en los hombres. Como
rasgo de personalidad (Santos-Iglesias et al., 2017), no es sorprendente que una mayor
propensión a participar en experiencias sexuales novedosas tenga la capacidad de predecir la
experiencia del orgasmo en ambos sexos. En las mujeres, además de la búsqueda de sensaciones
sexuales, la erotofilia también tiene un papel importante en la explicación de la experiencia
subjetiva del orgasmo. Al igual que en un estudio anterior (Arcos-Romero, Moyano et al.,
2018), se espera que una reacción positiva y emocional a las señales sexuales conduzca a una
mayor evaluación de la experiencia del orgasmo. Sin embargo, es sorprendente no encontrar
esto en los hombres, teniendo en cuenta que tradicionalmente han sido calificados como más
erotofílicos (del Río, Vega y Santamaría, 2013; Vallejo-Medina et al., 2014; Sánchez-Fuentes et
al., 2016 )
Las débiles correlaciones encontradas entre la experiencia del orgasmo masculino y la erotofilia
podrían explicar por qué no tiene importancia en el modelo predictivo. Además, la inhibición
sexual debido a la amenaza de fracaso en el rendimiento es otra de las variables predictivas en el
modelo propuesto para las mujeres. Esta variable tiene un papel negativo en la predicción de la
experiencia del orgasmo femenino. De acuerdo, Tavares et al. (2018) han demostrado que este
tipo de inhibición sexual es un aspecto de vulnerabilidad para los problemas del orgasmo
femenino, hallazgos que respaldan y ofrecen una explicación para los encontrados en el presente
estudio.
Con respecto al análisis de las variables interpersonales, la capacidad predictiva del
deseo sexual diádico centrado en la pareja en la experiencia del orgasmo se destaca
tanto para hombres como para mujeres. El interés en actividades sexuales con una
pareja tiene la mayor relevancia para explicar la experiencia subjetiva del orgasmo.
Teniendo en cuenta que este deseo diádico implica un deseo de intimidad y compartir
con una pareja (Spector et al., 1998), su importancia en la experiencia subjetiva del
orgasmo evaluada en el contexto de las relaciones sexuales es lógica. Entre los pocos
estudios que han relacionado la experiencia del orgasmo con el deseo sexual tanto en
hombres como en mujeres, Yen Chiang y Chiang (2016) informaron una asociación
positiva entre las dos construcciones. Además, la satisfacción de la relación sexual
también ha demostrado tener un papel importante en la experiencia del orgasmo en
ambos sexos. Según estudios anteriores, esta satisfacción sexual se asocia directamente
con diferentes aspectos de la experiencia del orgasmo (Klapilová, Brody, Krejčová,
Husárová y Binter, 2015), así como con el funcionamiento sexual general y con la
capacidad de alcanzar el orgasmo en ambos hombres. y mujeres (Sánchez- Fuentes et
al., 2016). De acuerdo con nuestros hallazgos, Mah y Binik (2005) indicaron que la
satisfacción sexual está asociada

Cabe señalar que, de todas las variables interpersonales que se examinaron, solo la satisfacción
sexual y la satisfacción de la relación no han mostrado diferencias de género significativas.
Finalmente, la asertividad sexual para rechazar la actividad sexual tiene la capacidad de explicar
la experiencia subjetiva del orgasmo en el modelo propuesto para las mujeres, aunque se ha
demostrado que tiene menos importancia. De acuerdo con Sierra et al. (2012), más mujeres que
hombres han reportado asertividad sexual para rechazar la actividad sexual no deseada,
probablemente debido
 

a los roles de género tradicionales en los que se supone que las mujeres limitan o restringen el
sexo más que los hombres. Las diferencias entre hombres y mujeres en términos de
comportamiento sexual podrían explicarse por la existencia de estos roles de género
tradicionales (Ramiro-Sánchez, Ramiro, Bermúdez y Buela-Casal, 2018). Por lo tanto, no es
sorprendente que la capacidad de tomar decisiones sobre actividades sexuales y la capacidad de
tomar iniciativas sexuales tengan importancia en la experiencia del orgasmo subjetivo
femenino.

Es decir, la asociación entre el interés en actividades sexuales con una pareja y la experiencia
subjetiva del orgasmo está mediada por la propensión al sexo exploratorio y las nuevas
experiencias sexuales en hombres y mujeres. Sobre este rasgo, Santos-Iglesias et al. (2017)
informaron que la propensión para el sexo novedoso y exploratorio no difiere entre sexos. Sin
embargo, mostraron diferencias de género significativas en los comportamientos sexuales de
riesgo, que fueron más altos en los hombres (Santos-Iglesias et al., 2017). Por otro lado, solo en
las mujeres, la inhibición sexual y la erotofilia también son variables mediadoras de la
asociación entre el deseo sexual diádico centrado en la pareja y la experiencia del orgasmo.
Además, estas dos dimensiones median el efecto que la satisfacción sexual y la asertividad
sexual para rechazar la actividad sexual tienen en la experiencia subjetiva del orgasmo.

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