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Desarrollo Sostenible
Nuestro País, desde la remota época del Incario, tradicionalmente, ha tenido como
principal actividad económica la Minería. Esta ha sido un motor de desarrollo a lo
largo de los siglos, y hay que entenderla en función a la visión que se tenía de ella
en cada etapa de la historia.
En efecto, esta actividad que desde hace algunos años viene generando una serie
de controversias, por supuestos como que es altamente contaminante, no
colabora con el desarrollo social de las zonas de influencia, genera mayor
pobreza, y otros adjetivos. Ciertamente, no hay actividad económica más
cuestionada que la Minería; es así, que muchos proyectos de desarrollo minero se
han visto afectados, y muchas veces truncados, por la oposición radical de
diversos grupos, privando con ello que se concreten programas de inversión que
implican el ingreso de miles de millones de dólares; y, la creación de miles de
puestos de trabajo directos e indirectos, así Casos como el de Tambo grande en
Piura, Conga en Cajamarca, Tía María en Arequipa, o Santa Ana en Puno, entre
otros.
Estas afirmaciones afectan a toda una industria que genera, en muchos casos,
entre el 25% y 50% del PIB. Estos opositores, principalmente, se enfocan en la
mediana y gran minería formal, que se encuentra enmarcada dentro de las normas
vigentes, pero, curiosamente, no prestan gran atención a la minería informal, que
sí afecta sensiblemente el medio ambiente, con escasas o nulas condiciones de
trabajo; e inexistentes medidas de seguridad, entre otros.
Las empresas extractivas que deseen mantenerse, tienen a la RSE como una
prioridad ineludible en el desarrollo del negocio. Sin embargo, muchas van por el
camino no adecuado de la RSE. No hacen ningún esfuerzo por mejorar las
consecuencias sociales y ambientales de las operaciones. Enfrentamiento entre la
empresa y la sociedad. Presión a la empresa a pensar de forma genérica en la
RSE, en lugar de hacerlo según los lineamientos estratégicos empresariales.
Porque la RSE: es una obligación moral, que genera paz social, eso le otorga una
licencia social a la Empresa para operar sin mayores problemas; brindándole
sostenibilidad en el tiempo; y, finalmente contribuye positivamente a mejorar la
imagen empresarial.
Es el caso que con frecuencia se presentan conflictos entre sectores del Estado,
principalmente, Gobiernos locales e incluso regionales, que demandan a la
Empresa bienes o servicios de apoyo, o entrando en apoyo a pedidos de la
población, dejando de lado su Rol mediador. Estos casos, debemos manejarlos
dentro de los marcos que las leyes nos facultan, inclusive exigir la presencia de
Autoridades de otro nivel; o, en caso de abusos flagrantes, debemos acudir a los
tribunales de Justicia.