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Luis Almagro
Secretario General - OEA

Néstor Méndez
Secretario General Adjunto - OEA

Berenice Cordero
Presidenta - Consejo Directivo del IIN

Lolis Salas Montes


Vicepresidenta - Consejo Directivo del IIN

Víctor Giorgi
Director General – IIN

Daniel Claverie
Coordinación de Contenidos – IIN

Ingrid Quevedo
Comunicación – IIN

Sara Cardoso
Nicole Malacria
Diseño– IIN

Edición Junio 2020


El Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes (IIN)
es el Organismo Especializado de la Organización de los Estados
Americanos en materia de niñez y adolescencia. Como tal, asiste
a los Estados en el desarrollo de políticas públicas, contribuyendo
a su diseño e implementación en la perspectiva de la promoción,
protección y respeto a los derechos de niños, niñas y adolescentes
en la región. En este marco, el IIN destina especial atención
a los requerimientos de los Estados Miembros del Sistema
Interamericano y a las particularidades de los grupos regionales.
Los conceptos expresados en esta publicación son responsabilidad de cada autor.
El IIN se complace en habilitar este espacio de intercambio y reflexión con la región.

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ÍNDICE
Prólogo...........................................................................................................................9

El juego expresión de la cultura


Fernando Thiel.............................................................................................................12

Primera infancia y migraciones: Hacer visible lo invisible


Adrián Rozengardt......................................................................................................23

Infancia, identidad cultural y lingüística en el


Estado Plurinacional de Bolivia
Ninoska Durán..............................................................................................................41

Explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes (ESCNNA),


una extrema vulneracion de derechos
Denisse Araya...............................................................................................................51

Gasto público dirigido en atención a la niñez y adolescencia


migrante y retornada en el triángulo norte de Centroamérica
Enrique Maldonado....................................................................................................63

El maltrato en niños, niñas y adolescentes y la institucionalización en


Colombia desde una perspectiva de la psicopatología del desarrollo,
la neurociencia y el trauma complejo
Juan Carlos Caicedo Mera, Pablo Muñoz Specht y Juan Camilo
Sabogal.........................................................................................................................75

¿Cómo vive la niñez y la adolescencia la pandemia generada por COVID-19


desde las desigualdades socioeconómicas?
Laura Rivera Alfaro y Natalia Castro Salgado.........................................................91

Perspectiva de género en comunicaciones sobre infancia y salud,


en tiempos de pandemia 
Carlos Güida................................................................................................................101

Niñez, adolescencia y desarrollo sostenible: Metas.


¿lo lograremos para 2030?
María Fontemachi.......................................................................................................113

Para volver al índice clickea en


esta imagen al incio de cada artículo.

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Prólogo
Víctor Giorgi
Director General - IIN

Desde que se inició esta 2da época del Boletín IINfancia,


ante la publicación de cada nuevo número reafirmamos la
política de recoger aportes sobre los diferentes temas que
componen la “agenda de infancia” de la región. Estos temas,
con fuertes determinantes estructurales y por tanto con cierta
permanencia a través del tiempo, los hemos contextualizado
en la realidad singular de cada coyuntura y cada momento:
fechas significativas, momentos que atraviesa la región,
oportunidades de reflexión y de balance sobre el proceso de
implementación de políticas de promoción y protección de
derechos que alcancen al conjunto de la población.
Esta 9na. entrega no puede ser una excepción. Su publicación
coincide con el 93 aniversario del IIN, que en esta oportunidad
se celebra en el contexto de una profunda crisis global que
amenaza la salud y la vida de todas las personas, así como el
funcionamiento de las economías, pero que en las Américas,
además de los temas médico sanitarios, deja al descubierto
profundas brechas de inequidad. Grados de vulnerabilidad

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que no son más que la acumulación, generación a generación,
de múltiples vulneraciones de derechos que han llevado a
reconocer a las Américas como la región más inequitativa del
planeta.
Como situación crítica global, la pandemia causada por el
COVID 19 nos enfrenta a una abrumadora interrogante sobre
el futuro, la incertidumbre nos invade y, ante ella, ponemos en
marcha la tentación de llenar ese vacío con nuestras fantasías
y creencias. Podemos prever una situación apocalíptica en
que nuestras más temidas escenas se hagan realidad. Esto
nos lleva a la impotencia, a la paralización y a una suerte de
realista rebaja de nuestras metas y estándares en relación a
la atención de la niñez. Otra posibilidad es imaginar una pos
pandemia, una “nueva normalidad” caracterizada por una
actitud generalizada de revalorización de la vida, apertura al
encuentro con “el otro” y minimización de los conflictos.
El desafío es poder diferenciar los pronósticos basados en
deseos o en temores, para poder pensar con base en lo que
es posible, tal vez probable que suceda. Esto nos permitirá
posicionarnos y actuar desde ahora con miras a un futuro
hipotético, pero con ciertos niveles de veracidad. Futuro que
en alguna medida dependerá también de lo que hagamos en
este presente.
No hay indicio alguno que nos habilite a pensar que una
vez pasada la pandemia, los grandes temas de la agenda de
la niñez van a ser desplazados de su lugar prioritario. Por el
contrario, todo parece indicar que la pobreza y la exclusión, ya
estructurales en nuestra región, se van a agudizar y con ellas las
vulneraciones de los derechos de niñas, niños y adolescentes.
La experiencia va a dejar aprendizajes, pero también va a
generar crecientes desafíos para fortalecer el lugar del interés
superior del niño como horizonte ético y político al momento
de tomar decisiones, adjudicar recursos y articular esfuerzos
tanto a nivel de los gobiernos como de los organismos
multilaterales.

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En esta entrega, al igual que en las anteriores, se incluyen una
serie de artículos de autores de diferentes nacionalidades,
orientaciones teóricas e inserciones institucionales, que
recorren un abanico de temáticas relacionadas con la tensión
entre vulnerabilidades, inequidades y promoción de derechos
que atraviesa la región de las Américas. El lector encontrará
temas tales como: la niñez en movilidad humana, las violencias
propias de la institucionalización, las más aberrantes formas
de explotación, el desafío de defender el gasto público en
infancia en un contexto de retracción de la economía, las
identidades étnicas, la presencia de la dimensión de género en
los discursos, la “representación social de las infancias”. Temas
que, en la nueva realidad pos pandemia seguirán presentes
y sobre los cuales debemos seguir pensando, produciendo,
trabajando si no queremos caer en la primitivización de las
políticas y en el inmediatismo que nos impide ver mas allá de
la crisis.
La crisis reactiva el riesgo de retroceder del discurso de
derechos al de necesidades primarias. Esto nos obliga a dar
visibilidad a la situación de la niñez y la adolescencia más
allá de los aspectos médico sanitarios y colocar en la agenda
política la promoción y protección de sus derechos.
Ante la gravedad de la situación y la incertidumbre que nos
invade, se hace necesario reafirmar nuestros principios y
referentes: interés superior del niño; corresponsabilidad
familia, comunidad, Estado; no discriminación; participación.

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El juego expresión de la cultura
Fernando T hiel

EL JUEGO VOZ DE LA CULTURA


No se puede hablar de juego sin hablar de cultura, el juego
es el lenguaje con el cual se expresan las niñas, los niños y
los adolescentes y comunican a través de este sus valores,
sueños, fantasías, angustias y deseos. Cuando hablamos de
lenguaje y juego no podemos dejar de mencionar a Jacques
Lacan, quien nos dice al respecto que el juego es la actividad
lúdica que surge del leguaje o que el juego se estructura
como un lenguaje: lo imaginario, lo simbólico y lo real (2017).
Efectivamente a través del juego se construye lo imaginario y lo
simbólico para suplir la falta, separación de la madre (ausencia
y presencia de esta) para sobrellevar la ansiedad y la angustia
y lo que esto conlleva, pero necesario para constituirse como
sujeto, “soy yo y no tú”.
La función del juego es simbolizar esa separación del dominio
absoluto de los padres, esta es la razón por la cual, en edades
más avanzadas, algunos niños abandonan el juego cuando los
padres o docentes los vigilan o les indican cómo deben hacerlo.
El juego es fundamental para el contacto con los otros y el
mundo exterior e introducirse en una cultura con sus conjuntos
de leyes, reglas, normas, ritos y tradiciones, que estructuran
lo simbólico de lo individual y lo social. “En nuestra actitud
hacia el juego, igual que caemos en nuestro egocentrismo,
también podemos mostrarnos muy etnocéntricos. Todos
hemos aprendido a jugar en nuestras comunidades. Nuestro

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modo de jugar, nuestras nuevas ideas y los objetos con los
que jugamos reflejan las condiciones económicas y sociales de
nuestras propias culturas, y los valores y actitudes de estas.”
(Chanan y Francis, 1984.).
El juego refleja un tipo de cultura determinada y cómo algunas
de estas culturas económicamente poderosas, creyendo
ser superiores, desmerecen a otras imponiendo sus juegos
y su forma de jugar. La cultura es dinámica, flexible y crece
o se modifica de acuerdo a los actos y expresiones de los
integrantes que la componen. “La cultura designa la suma de
las producciones e instituciones que sirven a dos fines: Proteger
al hombre contra la Naturaleza y regular las relaciones de los
hombres entre sí” (Freud, 2007).
Es necesario regular y cuidar a las niñas, a los niños y a los
adolescentes de los juegos compulsivos, violentos, adictivos
y contrarios a la cultura propia de cada pueblo. No podemos
decir que un juego es mejor que otro, pero cuando estos se
mezclan con una manipulación de consumo o estrategias
de mercado aunado a las nuevas tecnologías pueden dañar
valores culturales profundos de los pueblos en desarrollo. En
nuestros pueblos de América Latina, donde las diferencias
sociales y económicas son cada vez más marcadas, en los
juegos también se puede observar esta división de clases.
Nos encontramos niñas, niños y adolescentes que tienen
computadoras, tabletas, teléfonos móviles modernos, muñecas
plásticas con todo tipo de accesorios, mientras que la mayoría
de la población no tiene las posibilidades económicas para
adquirirlos o alcanzarlos, lo que desarrolla desde tempranas
edades molestia, resentimientos, peleas y desigualdades. En
los adolescentes no estar al día con los adelantos tecnológicos
produce insatisfacción e incertidumbre en el marco social
en el cual se desarrollan, esto dificulta su integración en los
diferentes estratos sociales. Se desvalorizan o discriminan a
los niños que juegan con canicas, yo-yos, muñecas de trapo
o un sencillo teléfono prepago. No podemos hacer un juicio
de valor para decir quién se divierte más que otro con estos
elementos, pero sí podemos comprobar que los medios

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publicitarios le dan una sobre valorización de diversión, placer
y felicidad a los juegos electrónicos.
DIFERENCIAS GENERACIONALES
Es común escuchar en algún adulto decir: “Los niños de
ahora no juegan, no saben jugar, ya no corren, se la pasan
todo el día jugando video-juegos con las computadoras o los
teléfonos móviles”, expresiones que resultan ser estereotipos
de aquellos adultos que no aceptan los cambios culturales y
que no se toman el tiempo de analizar lo que está pasando en
la sociedad actual. Esta desvalorización que hacen los adultos
de los niños y adolescentes es un mecanismo inconsciente de
defensa que utilizan para ocultar la angustia, el dolor que les
produce no entender la dinámica de las nuevas tecnologías
actuales. A esto, se suman los múltiples nombres con los
que actualmente se dividen las generaciones, las llamadas:
Baby Boomers, Generación X , Generación Y, Los Millennials
y muchas más. Esto hace separaciones aún más profundas y
dolorosas para los adultos, los cuales se sienten ignorantes,
obsoletos y con un saber “pasado de moda”. Mientras que,
quienes saben usar la tecnología actual creen que poseen
la “inteligencia y el saber” e ignoran a los creadores del
pasado y su historia, sin valorar que gracias a ellos se tienen
los avances tecnológicos y los conocimientos del presente.
Esta lucha generacional también se presenta entre los juegos
electrónicos actuales con los juegos tradicionales del pasado,
donde se discute cual juego es el mejor para desarrollar la
inteligencia y los sentidos. “El juego permite la expresión de
fantasías, ansiedades y deseos, ya que existe una descarga
de fantasía de masturbación operando en la manera de un
continuo impulso a jugar” (Klein, 2011).
Todo juego es importante, siempre y cuando promueva el
desarrollo, la salud y la libre expresión de niñas, niños y
adolescentes sin que estos sean manipulados por intereses
económicos, religiosos, morales o ideales, contrarios a las
culturas propias de cada pueblo.

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Si todos los juegos son importantes, ¿Por qué los niños de
hoy tienden a abandonar los juegos tradicionales como las
canicas, el trompo, el escondido, la mancha congelada entre
otros? ¿Será porque los juegos electrónicos, el internet y la
televisión le ganaron la batalla a los juegos del pasado? Lo
que ocurre es que, como dice el médico psiquiatra Luis Diego
Herrera Amiguetti, los video-juegos están hechos de unidades
de acción en secuencias muy rápidas que no requieren
mantener la mente en un solo aspecto por periodos largos
de concentración. Más relevante aún, los video-juegos están
diseñados para obtener satisfacción inmediata, la recompensa
llega por vía visual y auditiva (ruidos estridentes electrónicos)
y en forma atractiva al niño, casi ningún juego tradicional,
tarea, ni docente puede ser tan entretenido para ganarles. El
video-juego es un juego individual donde se compite contra
una computadora, la cual no permite el diálogo con otros,
esta absorbe toda la atención; si se produjera un diálogo
este será corto, rápido, retórico para no perder tiempo y
así poder ganar. Los juegos electrónicos no son sociales, no
hay contacto corporal y afectivo directo con los otros. En los
juegos tradicionales para poder jugarlos se requiere tener
habilidades psíquicas, habilidades corporales, destrezas, como
tono muscular, equilibrio e interrelación afectiva y emocional.
A través de estos se aprende a resolver conflictos y a construir
valores culturales fuertes. Muchas veces estos juegos están
acompañados con cánticos tradicionales y juegos de palabras
que rescatan las tradiciones y desarrollan el lenguaje materno
particular de cada cultura. “Es posible que los juegos, artes,
danzas y fiestas tradicionales preserven lo que está ocurriendo
en una cultura mucho mejor que los juguetes, especialmente
ahora que los juguetes se producen en serie y viajan
rápidamente por todo el mundo.” (Chanan y Francis, 1984.).
Si a las niñas, niños y adolescentes se les muestra o se les
incentiva a jugar con juguetes y juegos diferentes a los
video-juegos, pueden cambiar su forma y gustos de jugar. El
psiquiatra Luis Diego Herrera Amiguetti respecto a los video-
juegos señala que, estos juegos están diseñados para ser
adictivos, así deliberadamente por diseño. Toda adicción tiene

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un denominador común, se obtiene la recompensa en forma
inmediata: la cocaína, el alcohol, la marihuana, la nicotina y
también otras adicciones, como las compras compulsivas. Los
diseñadores de video-juegos usan este principio y otros más
para enganchar a los usuarios en forma compulsiva. Cuando
un niño juega muchas horas video- juegos su cerebro está
acostumbrado a un alto grado de estimulación y, entonces,
cualquier otra tarea que no tenga un alto grado de novedad
y estimulación le parece mortalmente aburrida. Por esto, un
simple trompo de madera no puede llegar a competir con tal
destello de luces, explosiones de estímulos y sonidos.
Las culturas poderosas utilizan la fuerza del comercio, la
tecnología, la publicidad, medios de comunicación, el cine, la
televisión y otras más para vender juegos plásticos, llamativos,
electrónicos con gran cantidad de accesorios extras de altos
costos versus los tradicionales de bajo costo, sencillos y que
no dejan grandes ganancias. Muchas veces se escucha a los
niños decir que “no saben con qué jugar”. Esto se debe a esa
estrategia de mercado que promueve que, si no se tiene tal o
cual juguete, no se puede jugar. De esta forma, se paraliza todo
su potencial creativo e imaginativo para jugar con cualquier
objeto que se encuentre a su alrededor. Los padres de bajos
recursos económicos se angustian al no poder complacer a
sus hijos con los juguetes que estos les piden. Por el contrario,
aquellos que tienen los recursos económicos le dan todo lo
que desean a sus hijos, llenándolos de juguetes que a los días
los dejan botados porque les son aburridos. Cuando los niños
se ven sin ganas de jugar, los padres les siguen comprando
compulsivamente juegos nuevos para poderlos ver felices y
activos nuevamente. Sin embargo, lo importante para que la
niña, el niño y el adolescente vuelva a jugar no es llenarlos de
objetos o juguetes (escogidos además por un adulto), sino que
se debe dejar el espacio para que surja el “deseo” de jugar, ya
que es el “deseo” lo que nos permite acceder al juego. Cuando
nos encontramos con el siguiente discurso de los padres “a mi
hijo le compro el juguete que tanto desea, juega unos minutos
y lo deja botado”, lo que ocurre es que el deseo ha sido

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Fernando T hiel
Furlano
Argentino 1964, radicado en Costa Rica desde
1985. Lic. en Psicología Clínica, Psicodramatista
con énfasis en Psicoanálisis, Niños, Niñas y
Adolescentes. Asperger y Autismo desde el 2012.
Profesor de Teatro, Actor, Dramaturgo y Productor de TV.
Labora como profesor desde el año 1996, y como actor
de Teatro y Títeres para niños en forma independiente desde
hace más de 40 años. Expositor en Congresos nacionales e
internacionales en Psicodrama y temas Lúdicos Creativos.

Publicaciones: “Manual de Ludotecas” Editorial del Instituto Tecnológico de Costa


Rica. Noviembre 2003. Co-autor del libro: “Acción docente contra el trabajo
infantil”, auspiciado por el SEC de Costa Rica, Agencia española de Cooperación
Internacional, Organización Internacional del Trabajo OIT Costa Rica, Ministerio
de Trabajo y Seguridad Social, marzo 2004. Autor del libro: “Conversando con
mis amigos construyó un mundo mejor” con el auspicio de la Defensoría
de los Habitantes y la Embajada de Suiza en Costa Rica, enero 2007.

psicofthiel@gmail.com /grupoticotiteres@gmail.
com(00506)8980-3536 www.grupoticotiterescr.com
San José- Costa Rica

cumplido. En cambio, cuando los niños no tienen con qué jugar


nace el deseo de buscar a qué jugar, entonces construyen,
desarman, experimentan, imaginan, desafían, crean y juegan,
de esta manera, culmina su deseo cuando se cansan de jugar
pues construyeron ellos mismos esta acción.
Se debe tener en cuenta que, los países poderosos bombardean
contantemente con toda su artillería comercial para crear
deseos compulsivo e incentivar a comprar el último juego que
sale al mercado, los cuales muchas veces son nocivos para
la salud. Los video-juegos en adolescentes pueden generar
síntomas depresivos, ya que los separa de la realidad y de lo

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más importante en este período: la socialización no virtual,
la exploración, la iniciativa y la formación de una identidad,
acciones fundamentales para el desarrollo de esta etapa. “…
lamentablemente el deseo de posesión corporal se transfiere
en deseo posesivo de los objetos.” (Lapirre y Acouturier, 1980)
Consumirse en estos juegos impide el desarrollo de intercambio
social sano, lo cual genera fantasías y grandes cambios de
valores. Por ejemplo, en los juegos bélicos de guerra, los
“héroes” (igualmente asesinos) con armas poderosas matan a
los “malos”, todo esto para crear un futuro mercado de armas
donde la única forma de defenderse para algunas culturas es
teniendo una. “La realidad no puede vencer a la fantasía en
un mundo en que las ilusiones son más importantes que las
normas y valores, y en el que muchas veces la convivencia se
rige más por la compulsión de una moda manipulada que por
la racionalidad del intelecto y la cultura.” (González y Itzcovich,
1996)
SIN TIEMPO PARA JUGAR
El artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño
(CDN) de 1989 reconoce el derecho de la niñez al descanso, al
esparcimiento, al juego, las actividades recreativas y a la plena
y libre participación en la vida cultural y de las artes.
A pesar de esto, en los últimos años se han reducido los recreos
en escuelas de primaria y secundaria, porque se considera
una actividad innecesaria. De ahí que los niños y adolescentes
tienen muy poco tiempo para socializar y jugar. Para justificar
la disminución de este tiempo de recreo y juego para los
adolescentes, los adultos utilizan frases como:
“Ya no son niños para andar jugando” y “Dejen de perder el
tiempo y pónganse a estudiar” ¡Qué grave equivocación decir
que los adolescentes no deben jugar!
“A los niños también les gusta jugar con las palabras; hablan
consigo mismo, se hacen bromas unos a otros, juegan a rimar
palabras e inventan códigos. Lo mismo hacen los adolecentes y
adultos tanto en el colegio, el trabajo como en el ocio,
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incluso llegan a pagar a otros para entretenerse con dichos
juegos. Jugar es humano” (Chanan y Francis, 1984). Los
adolescentes le dan suma importancia al lenguaje, utilizan
juegos de palabras, chistes, juegan con sus cuerpos,
desarticulándolos en poses graciosas para hacer reír a sus
compañeras y compañeros y así ocultar su torpeza corporal
por los cambios físicos que se presentan en la pubertad, se
producen empujones y caídas aparatosas, gritos exagerados
para asustar y causar risas, etc. Estas conductas son poco
entendidas y fuertemente censuradas por los adultos, lo que
genera en los adolescentes rechazo a todo lo que provenga de
ellos, quienes consideran inútil y poco productivo el tiempo
de ocio y juego.
Además de quitarles tiempo a los recreos, se suman horas
de estudio y materias como: cómputo, robótica e idiomas
extranjeros. A su vez, se eliminan materias que se consideran
“menos importantes”, como las sociales, las artísticas y/o
talleres de manualidades, porque pierden su valor al ser poco
competitivas para esta sociedad de mercado. Esto deja a
un lado la creatividad, el arte, las actividades prácticas, las
habilidades para la vida y el juego como una forma diferente
y menos costosa de enseñar. Otro elemento fundamental
que ha quitado el tiempo de juego a esta población, es la
gran cantidad de actividades extra escolares agregadas,
como: talleres artísticos, deportes, gimnasia, idiomas, entre
otras. Muchas veces no se les consulta a las niñas, niños y
adolescentes si quieren realizar estas actividades y se pueden
volver molestas, ya que son dirigidas, regladas por adultos y
no juegos libres. Incluso, pueden representar una sobrecarga
a sus tareas diarias, lo cual produce cansancio; pareciera
que los niños, niñas y adolescentes deben tener una agenda
apretada y llevar un ritmo igual que el del adulto y, lo que es
peor, sin siquiera ser consultados al respecto.
Por lo tanto, se vuelve necesario tener presente la
Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU de 1989,
específicamente el artículo # 12 que habla del derecho a
opinar y a ser escuchado.

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En países de Centroamérica se acuerda tener doscientos días
lectivos al año con el objetivo de mejorar la educación, y se
reducen las vacaciones a solo un mes y medio para descansar
y jugar, hecho que aplauden los padres porque tienen a los
niños y adolescentes menos tiempo en casa, la escuela se los
cuida mientras ellos trabajan. Cuanto más tiempo de trabajo
y estrés tienen sus padres menos horas de juego tienen sus
hijos.
ESPACIO FÍSICO DE JUEGOS
De igual manera, se han reducido los espacios de patios
escolares y espacios públicos en la ciudad, donde no se puede
desarrollar el juego libre. Existen muchas escuelas con espacios
estrechos que, además, no son co-diseñados por los usuarios
directos (niñas, niños y adolescentes), edificios escolares con
aulas y pasillos deteriorados, entre otras deficiencias espaciales.
Asimismo, hay falta de inclusividad y esto desmerece el tema
del juego libre para todos. Debemos responsabilizarnos por
el juego libre de los niños, niñas y adolescentes en la ciudad.
Se sabe que estamos expuestos a peligros permanentemente,
pero a mayor cantidad de personas en las calles, menor es
el riesgo de que ocurra un percance, las ciudades son más
seguras cuando todos las usamos.
Los adolescentes no pueden reunirse en las aceras y/o parques
a reír, practicar algún deporte improvisado, gritar o hablar muy
alto, en fin, a compartir y socializar con su grupo, sin que algún
vecino los acuse o se moleste por esto. Hay que entender
que el grupo de amigos en los adolescentes es fundamental
para cimentar su seguridad y desarrollo individual. Los padres
conscientes o inconscientemente utilizan recursos para distraer
y calmar todo el potencial sexual que en la adolescencia se
presenta y utilizan los videos-juegos y el estudio para alejarlos
de las reuniones con sus pares. Este alejamiento social a través
de diversos medios vuelve insensibles a los jóvenes y promueve
la violencia de todo tipo, física, sexual y emocional. Los padres
prefieren tener a sus hijos controlados en sus casas.
Para subsanar esta falta de espacios para el juego se han

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creado actualmente sitios comerciales privados, donde los
padres pagan para que sus hijas e hijos jueguen con “juegos
pre-establecidos”, quitándoles la posibilidad de crear o
inventar nuevas formas de jugar. Por lo general, estos lugares
son patrocinados por empresas privadas, quienes aseguran
que se trata de juegos educativos y lo que hacen es darle
un sentido comercial para tener futuros consumidores.
Se juega a comprar y vender, pero en definitiva se juega a
ser adultos. Son actividades que realizan los grandes, pero
que no corresponden a las edades e intereses de los niños,
adelantándolos e introduciéndolos en un mundo laboral y de
consumo antes de tiempo. Cuando se manipulan los juegos
con la intención de fortalecer el consumo se crean juegos
superficiales que no desarrollan la creatividad, la fantasía, el
sentido crítico, el desarrollo psíquico y físico de las niñas, niños
y adolescentes. Como al principio se explica, los niños, niñas
y adolescentes necesitan separarse de sus padres para ser
independientes y autónomos.
En definitiva, tenemos que rescatar nuestras identidades
culturales propias de los países en desarrollo y para ello
debemos hacer un análisis exhaustivo y una apropiación de
nuestros juegos y formas de jugar.
No podemos dejar de lado el momento histórico en el cual
estamos viviendo con la pandemia del COVID-19, no se
pretende en este artículo hacer conjeturas o falsas predicciones
de lo que puede ocurrir a futuro con los juegos que desarrollen
las niñas, niños y los adolescentes. Como bien dicen Fritz Perls
y Baumgardner en la teoría Gestalt: “El crear una realidad
imaginaria con un futuro que aún no lo hemos vivido genera
distanciamiento con la realidad generando graves neurosis.
No se puede vivir lo que aún no se ha vivido, hay que vivir el
aquí y el ahora” (2006).
Por eso, en estos momentos debemos prepararnos para en
un futuro darles más espacio de juego libre, más lugares
donde compartir y socializar luego de la pandemia. Volver a
encontrarnos en comunidad, ayudar y acompañar a los niños,
niñas y adolescentes cuando vuelvan a jugar, sin restricciones

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severas e imposiciones sanitarias estrictas, jugar en parques,
en espacios públicos, escuelas y aceras sin temores, volviendo
a unirnos solidariamente en comunidad fraterna sin olvidarnos
que socializar es de humanos.

Bibliografía
Chanan, G. y Hazel, F. (1984). “Juegos y juguetes de los niños del
mundo.” Barcelona: Serbal/UNESCO.

Freud. S. (2007). “El Malestar En La Cultura.” Comandante Spurt,


provincia de Buenos Aires: Editorial El Ateneo.

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video cine televisión.” La Habana: Pablo de la Torriente, Editorial.

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UNIVERCIDAD ESTATAL A DISTANCIA.

Lacan, J. (1977). “Radiofonía y Televisión”. Barcelona: Anagrama.

Lacan, J. (2017). “El Psicuanálisis y su Aporte a la Cultura Actual” D.F.


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Lapierre, A. y Aucouturier, B. (1980). “El Cuerpo y El Inconsciente, en


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Perls, F. S. y Baumgardner, P. (2006). Terapia Gestalt: teoría y práctica.


México, D.F.: Pax México.

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y Sueño. Imagen y Representación“. D. F.: Fondo de cultura económica.

Sábato, E. (2000). “La resistencia” Buenos Aires: SEIX BARRAL

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Primera Infancia y
Migraciones:
Hacer visible lo invisible1

Adrián Rozengardt

INTRODUCCIÓN: IMÁGENES DEL NAUFRAGIO


Dos imágenes condensan la metáfora del horror del siglo XX:
la primera resulta de la suma de los perfiles de los campos
de concentración que el nazismo instaló en Europa durante la
segunda guerra mundial: la síntesis del holocausto. La segunda
es el hongo atómico, la columna de humo incandescente
elevándose hacia el cielo en Hiroshima: el hongo de fuego.
La ciencia y la cultura al servicio del poder y sus delirios; la
representación de habernos convertido en la única especie
capaz de extinguirse por voluntad propia.
A comienzos del siglo XXI otras dos imágenes pueden servir,
también, como representación del actual desprecio de un
mundo poderoso y cada vez más rico, por sobre otro más
débil, cada vez más vulnerado y vulnerable. Una es la de Aylan
Kurdi, el niño de tres años que apareció ahogado a orillas del
Mediterráneo, cuando intentaba, con parte de su familia,
escapar de la guerra que está regando de bombas casas,
campos, escuelas y hospitales de su Siria natal. La otra retrata
a Valeria Martínez Ramírez, la pequeña niña salvadoreña
1 El presente documento recoge contenidos desarrollados en el estudio: “Migraciones y prim-
era infancia en América Latina y el Caribe: encrucijadas entre un nuevo escenario regional,
la legislación y la intervención estatal”, elaborado en el marco del Convenio entre Fundación
Horizonte Ciudadano y el Instituto interamericano del niño, la niña y adolescentes. Diciembre
2019 El equipo de investigación estuvo integrado por el autor de este trabajo: Adrián Ro-
zengardt, y Esteban de la Torre, Julia Fonseca, Katherine Llanos, con la dirección de Víctor
Giorgi. http://novedades.iinadmin.com/wp-content/uploads/2020/06/Primera-infancia-y-mi-
graciones.pdf

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que antes de cumplir dos años, y luego de recorrer tres mil
doscientos kilómetros junto a su padre escapando de la
pobreza de su tierra natal, murió ahogada en las aguas del río
Bravo, sin enterarse nunca de cómo hubiese sido su futuro.
Ambos retratos develan, como nunca, la relación particular
que se establece entre los niños y niñas más pequeños, con
el creciente fenómeno global de la migración internacional.
Primera infancia y migración, representa un entramado de
complejo abordaje: es un campo de lo social atravesado por
diversos actores, tensiones, representaciones, heterogéneo
en los formatos de intervención, con fuerte fragmentación
institucional pública y privada, con bajo nivel de presupuesto
y altos niveles de reproducción de la desigualdad. Todo esto
complejiza el reconocimiento de los derechos de las niñas y
los niños pequeños migrantes y sus familias; principalmente
de las mujeres, sobre quienes se apoya el mandato cultural de
sostener el cuidado de las nuevas generaciones.
Milanovic, en su trabajo “Desigualdad mundial” (2017) llama
la atención de la existencia de muros, rejas y campos minados,
allí donde el mundo rico y el mundo pobre se encuentran en
cercana proximidad física. No son fronteras, sino barreras más
visibles: “…donde veamos a países contiguos (ya sea por tierra
o agua) con grandes diferencias de ingresos, allí encontraremos
los lugares con las mayores barreras a la migración” (pág.
169).
Así como la sociedad adulta, a lo largo de los siglos, ha
ido definiendo instituciones de amparo para las nuevas
generaciones, hoy la comunidad internacional y los Estados
nacionales debaten y silencian, alternativamente, sobre como
considerar y encontrar respuestas al desafío de la presencia de
niños y niñas pequeños en los procesos migratorios.
LAS MIGRACIONES
Los desplazamientos humanos de territorio en territorio han
existido siempre, pero los esquemas de movilidad humana
se han modificado para las migraciones contemporáneas a
24
partir de la aceleración de la globalización, la diferenciación,
la feminización y la creciente polarización. Las migraciones
internacionales forman parte de fenómenos globales con
importantes efectos en las personas y los territorios. Como
apunta Sassen (2010), “la nueva fase del capitalismo avanzado
se caracteriza por un marcado aumento del número de
personas que han sido expulsadas”.
La movilidad humana es un fenómeno de amplio alcance
y de una alta complejidad que afecta a la mayoría de los
países del mundo. La OIM2 indica que actualmente hay más
de 258 millones de migrantes internacionales, una de cada
30 personas es migrante3. Los países de nuestra región no
escapan a esta realidad, distribuyéndose el rol de estados
expulsores o de retorno, de tránsito o de destino.
Las personas migran a partir de particulares trayectorias
históricas, familiares y de contexto (económicos, culturales,
de violencia, xenofobia, políticos, institucionales, entre otros),
confluyendo generalmente en la esperanza de edificar una vida
mejor que la que tienen en sus territorios de origen. Nuestra
Latinoamérica se ha conformado a partir de un conjunto de
intercambios poblacionales que, contribuyeron a consolidar el
entramado cultural diverso que la caracteriza.
Las desigualdades de clase, como forma de expresión
de las relaciones sociales dominantes, atravesadas por
las condiciones materiales de los individuos y los grupos
familiares, el acceso o no a bienes y servicios y las identidades
de grupo o etnicidad, marcarán todo el proceso migratorio. La
edad se transformará, también, en una de las características
centrales para determinar cómo y con qué consecuencias se
afronta esta experiencia durante la etapa infantil.
A nivel internacional, se reconoce un continuum en la
desigualdad que afecta a los migrantes tanto en los países
de origen, durante el tránsito (interno o intrarregional), y en
las sociedades en las cuales los sujetos que migran intentan
2 Organización Internacional de las Migraciones.
3 https://www.iom.int/es/migrantsday

25
insertarse.
La posición social de los migrantes tiende a reproducirse y
multiplicarse a partir de desigualdades convergentes: género,
edad, etnia, religión.
MIGRACION Y PRIMERA INFANCIA EN AMERICA LATINA
En las últimas décadas se han producido modificaciones
respecto de la dirección, intensidad y composición de los flujos
migratorios; actualmente, el 70% de los flujos migratorios en
la región sudamericana son de carácter intrarregional4 (OIM,
2018), cuando en los años 70 el porcentaje era exactamente
inverso5.
El carácter periférico latinoamericano, fuertemente marcado
por la pobreza y el subdesarrollo, atraviesa la historia de
esta región. El contexto de desigualdad que caracteriza a
las sociedades latinoamericanas expone a las familias a
innumerables desafíos para poder acceder a bienes y servicios
de calidad, que garanticen recursos materiales y simbólicos
desde los cuales generar bienestar. La migración internacional
constituye una de las estrategias que las familias despliegan
para producir los vínculos de protección entre los cuales se
efectivizan los derechos de las niñas y los niños que dependen
de ella (SIPI6).
MUJERES, NIÑAS, NIÑOS Y FAMILIAS EN EL CONTEXTO DE
MOVILIDAD HUMANA
Si el abordaje de los procesos migratorios en general resulta
complejo por la diversidad de entramados que se manifiesta
en su constitución como problemática social y pública, el
prisma se complica aún más cuando se identifica el proceso
4 Las migraciones internacionales que involucran a poblaciones de latinoamericanos adoptan
dos patrones fundamentales: a) intrarregionales, y b) extra-regionales. Los primeros son los
desplazamientos que se producen entre países de la región, y los segundos, entre los países de
la región con otros que no la conforman.
5 Proceso que se ha incrementado con los movimientos migratorios de la población venezolana
hacia los diversos países de la región.
6 Sistema de Información sobre Primera Infancia. SIPI/SITEAL/UNESCO. Cuaderno 10. Una
mirada hacia la primera infancia en contextos de migración internacional. Vanesa D’Alessandre
Camille Roger Ximena Hernández Yamila Sánchez.

26
Adrián
Rozengardt
Mg. en planificación y gestión en políticas
sociales (FLACSO. Argentina). Doctorando
en Ciencias Sociales (FLACSO. Argentina) y
Especialista en “Políticas públicas para la igualdad”.
CLACSO/FLACSO Brasil (2016/2017). Investigador y
académico especializado en políticas públicas dirigidas a la
primera infancia. Coordinador del Proyecto “Primera Infancia y desarrollo sostenible:
hacia una política integral de primera infancia” (SDG Fund), de las Naciones
Unidas. Consultor de UNICEF Lacro y Argentina, BID, IIN/OEA, Fundación Horizonte
Ciudadano, UNESO, OMEP, organismos nacionales, provinciales y municipales.

Fue Asesor parlamentario, Director Nacional de Primera Infancia/SENAF/MDS


Argentina, Coordinador del Plan Nacional de Acción por los derechos de
niñas, niños y adolescentes 2008-2011, Director General Adjunto de Niñez y
Adolescencia y Familia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Jefe de
Gabinete de la Vice Ministra de Desarrollo Humano de la provincia de
Buenos Aires. Integrante de Convergencia para la Acción: Red de Líderes
en América Latina por la Primera Infancia. Fundación Horizonte
Ciudadano, Santiago de Chile; y de la Comisión Académica de
la Red Hemisférica de Parlamentarios y Ex Parlamentarios
por la Primera Infancia, A. C. Coordinador del Comité
Académico argentino.

feminización de la movilidad humana: miles de mujeres solas


con niños y niñas pequeños. Varios son los hilos que se cruzan
y tensan, constituyendo nudos difíciles de desenlazar.
La feminización y el involucramiento de grupos familiares
diversos en los procesos migratorios genera impacto social,
cultural, político y económico, tanto en el país de destino,
como en el de origen; y cada vez más, en los países de tránsito.
Las mujeres y las familias juegan un papel central en la
dinámica migratoria y en el despliegue de estrategias para
mantener vínculos transnacionales y/o los esfuerzos para la
reunificación parcial o total del grupo de origen.

27
A diferencia de décadas pasadas, hoy son miles las mujeres
que realizan desplazamientos con diversas finalidades: buscar
trabajo, mantenerse a sí mismas y a sus familias, terminar
sus estudios, escapar de la violencia de género, etc. Las
mujeres se enfrentan a una variedad de riesgos y necesidades
de protección diferentes a los hombres; se dirigen hacia
lugares distintos y su inserción en el mercado laboral sigue
sosteniéndose en la concepción patriarcal que las relega a
actividades determinadas por su estatus de femineidad como
es el servicio doméstico, el cuidado de personas dependientes,
las tareas de limpieza y cocina, etc. El incremento de la
demanda de mujeres migrantes en sectores de servicios y de
asistencia y cuidado es uno de los factores que ha provocado
el fenómeno de la feminización de las migraciones. Así las
mujeres (casadas, solteras, con hijos o sin ellos) no solo deben
asumir tareas de cuidado en los países de destino, sino que
se convierten en responsables de la provisión económica del
hogar propio y del de origen (CEPAL, 2019).
LOS NIÑOS Y NIÑAS PEQUEÑOS NO ESTAN SOLOS Y SOLAS
Las familias no están aisladas, forman parte de los diversos
entramados de instituciones y prácticas sociales en los que
influyen el Estado y la legislación, las creencias y prácticas
religiosas, los comportamientos económicos y, también, las
prácticas vinculadas a los movimientos migratorios, entre
otros procesos. Los niños y niñas pequeñas se ven atravesados
y atravesadas por las decisiones que toman los adultos.
Hablar de la familia en el tiempo-espacio de la migración
significa verbalizar la ausencia, la falta, la transgresión a las
normas sobre las cuales se basa; la migración es por definición
fractura, alejamiento; y, a la vez, una permanente tensión por
la continuidad de los vínculos con hijos, padres, conyugues,
comunidades, culturas de origen (Nardone y Giannotti, 2003,
p.51).
Todas las variantes identificables o no, de familia, se verán
afectadas en cualquiera de los múltiples formatos migratorios.
Los vínculos entre las mujeres que se quedan en su tierra

28
de origen (mientras los varones migran en búsqueda de
oportunidades) con sus hijos e hijas pequeños cambiarán, ya
que deberán asumir nuevos roles en la organización familiar;
si son las mujeres, madres de hijos de corta edad las que
migran, los niños quedarán bajo el cuidado de abuelas o
parientes cercanos, o se trasladarán con ellas. En todos los
casos surgirán nuevas formas de vincularse, y se desarrollarán
según Minuchin (2001) sentimientos de identidad, separación,
individuación y pertenencia a la vez. La experimentación tanto
de situaciones de mayor bienestar como de padecimientos
marcarán para siempre el futuro de esos niños y esas niñas.
Las niñas y niños migrantes7, en sus primeros años, se
encuentran frente a una “doble” situación de vulnerabilidad: la
combinación entre edad y condición migratoria. Esto demanda
una protección específica y adecuada de sus derechos por
parte de los Estados (de origen, tránsito y destino) y de otros
actores. En este sentido es fundamental la inclusión de los
organismos de protección social en las políticas migratorias.
DETERMINANTES DE LA MOVILIDAD HUMANA EN LA
PRIMERA INFANCIA
La migración internacional y su relación con la primera
infancia se ha transformado en una tensión no resuelta; es un
nudo crítico para los organismos internacionales, el sistema
de derechos humanos regional, las legislaciones de cada
uno de los países de LAC y las políticas públicas nacionales
y regionales. Quienes trabajan en este campo de lo social se
enfrentan a una enmarañada trama de actores, procesos y
consecuencias difícil de categorizar y de ordenar para poder
intervenir adecuadamente, a tiempo, con eficacia y eficiencia.
Como con un cubo de Rubik, la manera de acercarse a la
resolución de los desafíos que presenta este universo no
responde a recetas preexistentes; se trata de ir identificando
las múltiples aristas que conforman este rompecabezas, desde
7 Según datos de UNICEF (2017), en el mundo, casi 50 millones de niños, niñas y adolescentes
son migrantes o refugiados, de los cuales 28 millones han sido expulsados de sus hogares por
guerras y conflictos armados y otros 8 millones buscan una vida mejor y más segura.

29
distintos ángulos, ya que la complejidad es alta, y las soluciones
deben procurar resolver la satisfacción de los derechos de las
niñas y los niños a una vida plena y feliz.
Los determinantes
En ese sentido se identifican los principales determinantes8
de las migraciones en la primera infancia9.
1. La migración en la primera infancia es un fenómeno
multicasual y multidimensional.
2. En la gran mayoría de los casos, los niños y las niñas
pequeños no se encuentran solos.
3. Los niños y niñas migrantes enfrentan simultáneamente
múltiples vulneraciones de derechos.
4. Cualquiera sea la etapa o la forma de la movilidad humana
en que se vean involucrados, los niños y las niñas pequeños
siempre verán afectados sus derechos.
5. La separación de los niños y niñas de cualquiera de los
miembros de sus familias generan graves secuelas.
6. Que los niños y niñas migren es una gran pérdida para la
sociedad que los expulsa.
7. Los niños y niñas serán receptores de miradas y trato
prejuiciosos, xenofóbicos y discriminadores en los diversos
tramos del proceso migratorio.
8. Los niños y niñas migran atados al deseo de los adultos,
no hay quién represente su propia voz.
9. Es significativo el aumento, en la región, la cantidad de
niños y niñas pequeños que migran.
8 Conjunto de condiciones y procesos que permiten identificar a un fenómeno particular y
diferenciado tanto dentro del fenómeno migratorio en general, como en el campo de la niñez
y la adolescencia en particular.
9 El desarrollo en extenso de estos determinantes puede hallarse en el mencionado documento
“Migracio-nes y primera infancia en América Latina y el Caribe: encrucijadas entre un nuevo
escenario regional, la legislación y la intervención estatal” (pág.38)

30
10. Más allá del mencionado incremento de la migración
en la primera infancia, es un fenómeno aún invisible e
invisibilizado.
Para que los Estados de la región puedan enfrentar esta
compleja trama habrán no solo que reconocer los derechos
humanos de la primera infancia, sino que deberán dimensionar
la importancia del fenómeno de la movilidad humana en la más
temprana etapa de la vida, asumiéndolo como un problema
público que exige intervención y resolución. Para los cuál será
necesario vincular la atención de la población migrante con
los servicios nacionales y locales de protección de derechos,
y, donde estos sean débiles, fortalecerlos, y donde no existan,
crearlos.
VISIBILIZAR A LA PRIMERA INFANCIA MIGRANTE
Existe una profusa bibliografía sobre migración y la movilidad
humana, tanto en el campo académico como la que producen
los organismos internacionales que trabajan sobre el tema
desde la perspectiva de los derechos humanos, la economía,
la demografía, la seguridad o la política. Significativamente
menor es la producción de documentación y estudios
específicos sobre la relación entre migración y primera infancia.
De alguna manera los trabajos que tratan la feminización de
las migraciones o del tránsito de mujeres y niños pequeños
por terceros países (el caso más notorio en la región es el de
México) recorren ciertos bordes de la experiencia donde niños
y niñas de la más temprana edad tienen protagonismo10.
La pertinencia de indagar, analizar, revisar, debatir y
cuestionar la relación entre primera infancia y movimientos
10 Rodríguez Chávez, E; Fernández Calleros, C.; Luna González, R. y Rodríguez García, E.
(2016); Álvarez Velasco, S. (2011); Díaz Prieto y Gretchen Kuhner (2007); Anguiano (2008);
Anguiano y Alma Trejo (2007); Arriola Vega (2012);
Bustamante (2008); Caballeros (2011); Casillas (2011); Casillas (1997); Castro (2015); Centro
de Dere-chos Humanos Fray Matías de Córdova (2005); Centro de Derechos Humanos Miguel
Agustín Pro Juá-rez, A. C., et al. (2011); Consejo Nacional de Población de México (2013);
Cortés Castellanos (2005); Dahl-Bredine, y DeLorey (eds.) (2009); Kuhner (2012); Leyva,
et al. (2015) y (2011); Mesa Nacional para las Migraciones en Guatemala (2010); México,
Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (2013), (2012), (2011), (2009);
UNICEF (2009); París y Zenteno (2015);
Pérez y Roldán (2011). Entre otros autores e instituciones.

31
migratorios es una necesidad ética, política y presupuestaria.
La multicausalidad y multidimensionalidad del fenómeno nos
permite asomarnos a un universo complejo en el que ya se
han visto comprometida la vida de millones de niños y niñas
en todo el planeta, muchos de ellos en nuestro continente.
La contemporaneidad del fenómeno y sus consecuencias
inmediatas sobre la calidad de vida de los niños y niñas y sus
familias, así como el impacto en la trayectoria de vida de las
personas, obligan a los actores nacionales e internacionales a
actuar de inmediato ante el conjunto de vulneraciones a los
derechos humanos de los niños y las niñas que migran en sus
primeros años de vida.
La movilidad humana conjuga aspectos estructurales y
de agencia de cada individuo. Se pueden observar causas
estructurales que hacen referencia a las desigualdades,
limitaciones o barreras existentes en las sociedades de origen
y destino, que condicionan la vida de las personas migrantes,
y las de sus hijos e hijas pequeñas; en tanto que la agencia
de cada individuo lo impulsará a tomar decisiones frente
a tales limitaciones. La migración no puede ser separada
de los procesos de cambio social y económico que alteran
la distribución espacial de la estructura de oportunidades y
los patrones de movilidad; es erróneo reducir a las personas
migrantes como actores pasivos frente a las fuerzas macro que
interactúan a escala global.
Resulta una contradicción la preocupación que se manifiesta
en el mundo de los especialistas de la primera infancia
sobre cuestiones vinculadas a la calidad de los servicios
de cuidado y educación, los debates sobre la currícula, el
tipo de infraestructura de las instituciones, el calendario de
vacunación obligatorio, la ventana de oportunidades y la tasa
de retorno de la inversión en los primeros años; frente al lugar
marginal que ocupan en este campo de las políticas sociales
las permanentes y significativas violaciones a los derechos
mínimos de subsistencia que padecen los niños y niñas
migrantes.

32
Quizás se asuma la creencia de que el reconocimiento de los
niños y niñas como sujetos que aporta la Convención y demás
tratados internacionales y regionales, que ocupan una buena
parte del discurso de los organismos internacionales y de los
gobiernos locales, alcanza para abrigar a todos los niños y
niñas. La cotidiana confirmación de la que somos testigos nos
confronta a reconocer que hay millones de ellos que siguen
conformando una categoría diferenciada: son los que no
tienen voz, los que quedan fuera de los sistemas de protección
de derechos, “los nadies”, diría Eduardo Galeano en “El libro
de los abrazos”, (1989).
Los niños y niñas migrantes, en sus primeros años de
vida interpela a la sociedad adulta, a los gobiernos y a las
organizaciones internacionales.
Todos los actores involucrados en la vida de la primera infancia
están convocados a hacer visible lo invisible. Esto es, reconocer
que miles de niños y niñas de hasta los 6 años de edad se ven
involucrados directamente por la migración internacional,
lo que determina que esa etapa fundamental de la vida
será atravesada por una experiencia al menos significativa y
movilizante, cuando no, traumática.
La visibilización de este fenómeno, que crece de la mano al
incremento de la migración femenina, deberá interpelar a la
actual camada de responsables nacionales e internacionales
de la elaboración y control del cumplimiento de normas,
de planificación de políticas, de administración de fondos y
presupuestos, de producción de conocimientos, de gestión de
programas y políticas, de dirigentes comunitarios y sociales,
de madres y padres. Esa interpelación, si es valiente y sincera,
dejará al descubierto un amplio listado de incongruencias
y vacíos; incumplimiento de los derechos humanos más
elementales de las nuevas generaciones; pero también
facilitará el reconocimiento de prácticas ya implementadas,
experiencias valiosas, compromisos profundos, y posibles
acciones a realizar para promover y garantizar los derechos de
la niñez en condiciones de movilidad humana.

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de investigaciones jurídicas comisión nacional de los derechos humanos.

39
40
Infancia, identidad cultural
y lingüística en el Estado
Plurinacional de Bolivia

Ninoska Durán
Las niñas y niños forman capacidades inherentes a su proceso
de desarrollo con un vínculo importante en relación a sus
entornos familiares y comunitarios en la primera etapa de sus
vidas, es en este sentido, que las niñas y niños de la primera
infancia aprenden de manera progresiva todo lo relacionado a
las dimensiones sociales y culturales a las que pertenecen y que
generan en consecuencia relaciones de apego y contribuyen a
su desarrollo integral.
El Comité de los Derechos del Niño, el 12 de febrero de
2009 emitió la Observación General Nº 11 (2009), “Los niños
indígenas y su derecho en virtud a la Convención de los Derechos
del Niño”, bajo un sentido de protección especial que halla su
fundamento en el Preámbulo de la propia Convención, que
expresamente señala que los Estados Partes deben tener en
cuenta la importancia de las tradiciones y los valores culturales
de cada pueblo para la protección y el desarrollo armonioso
del niño, concordante aquello con el enunciado del Artículo
30 de la Convención que establece que no se negará al niño
que pertenezca a minorías o que sea indígena el derecho que
le corresponde, en común con los demás miembros de su
grupo y a tener su propia vida cultural, a profesar y practicar
su propia religión o a emplear su propio idioma.

41
En este contexto, el Estado Plurinacional de Bolivia a partir
de los mandatos constituyentes ha incorporado en su texto
constitucional el 7 de febrero de 2009, principios éticos morales
que sustentan la sociedad plural: “ama qhilla, ama llulla, ama
suwa (no seas flojo, no seas mentiroso, no seas ladrón), suma
qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa) teko kavi
(vida buena), ivi marei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino
o vida noble)”, señalando así mismo que el Estado boliviano
se sustenta en los valores de unidad, igualdad, inclusión,
dignidad, libertad, igualdad de oportunidades, equidad social,
entre otros.
Estos elementos de orden constitucional otorgan un claro
sustento que posibilitan la construcción de mecanismos que
permiten la visibilización de las niñas, niños y adolescentes
indígenas como sujetos de derechos y como miembros de sus
comunidades indígenas, originarias y campesinas y a los cuales
bajo observancia del mandato constitucional y de los tratados
y convenios internacionales que forman parte del bloque de
constitucionalidad, se les debe garantizar el reconocimiento
pleno de sus orígenes, el respeto a su pluralidad cultural y
lingüística que forman parte inalienable de su vida, de sus
familias y de sus usos y costumbres.
Bolivia a partir de la Constitución Política del Estado (2009)
asume el reto histórico de construir colectivamente el Estado
Plurinacional a partir de sus treinta y seis diferentes naciones
o pueblos indígenas, originarios y campesinos reconocidos
por la Constitución y desde una visión axiológica importante
denominada el “vivir bien” que conlleva un cambio de
paradigma profundo en la convivencia social, económica y
cultural de Bolivia.
El vivir bien “significa una nueva forma de relacionamiento
no solo humano, sino de vida. Suma jaqaña, estar bien;
suma kamaña, vivir bien y suma wiñay qamaña, vivir bien
eternamente”1. Por tanto, estamos ante la presencia de
1 Fernando Huanacuni Mamani (2010). “Cosmovisión Andina y Vivir Bien”. En “Vivir Bien:
Infancia, Género y Economía: Entre la teoría y la práctica. Coord. Ivonne Farah y Verónica
Tejerina”. CIDES UMSA, 2013.

42
un paradigma de bienestar holístico y de armonía con la
naturaleza, “es un modelo tetraléctico (que supera al dialéctico
occidental) del saber bien, hacer bien, estar bien y sentir bien2.
Pero, ¿qué aporte fundamental trae este cambio de paradigma
relacional a la vida de las niñas, niños y adolescentes?
Para Flavia Marco Navarro, significa niños, niñas y adolescentes
felices, sanos, bien alimentados, con una educación de
calidad, estimulados, cuya voz es escuchada y tomada en
cuenta, que vivan en comunidades y barrios seguros, que
posibiliten el juego y el esparcimiento, en un medio ambiente
sano y sostenible y en un entorno familiar armonioso, libre de
violencia con amor y cuidados3.
Bajo estas premisas, el Estado boliviano como garante de los
derechos humanos de las niñas, niños y adolescentes y en el
marco del proceso boliviano postconstituyente ha desarrollado
políticas públicas y normativa en concordancia a los mandatos
constitucionales. Uno de los principales aportes desde la
política pública para las niñas y niños indígenas, ha sido la
generación de “nidos bilingües”, desarrollados como una
política del Estado boliviano a través del Instituto Plurinacional
de Estudio de Lenguas y Culturas dependiente del Ministerio
de Educación y que contó además con la asistencia técnica del
Fondo de Naciones Unidas para la Infancia – UNICEF Bolivia.
Los nidos bilingües responden a la política de revitalización
lingüística del Estado boliviano, conforme al Convenio 169
de la OIT sobre los pueblos indígenas y tribales ratificado por
Bolivia y que cuentan con una metodología de transmisión
intergeneracional de la lengua originaria, a partir de un
proceso natural de aprendizaje dentro los entornos familiares,
comunitarios e institucionales de las niñas y niños indígenas.

2 David Choquehuanca en Nuñez del Prado, José (2011). “Desarrollo – vida y felicidad. Para-
digmas de Desarrollo- Cosmovisiones de vida- Aspiraciones de felicidad”. En el desarrollo
en Cuestión. Reflexiones desde América Latina.Coord. Fernanda Wanderley. CIDES- UMSA,
OXFAM.
3 Flavia Marco Navarro (2013). “El vivir bien de la niñez y adolescencia y el ejercicio de
derechos”. En “Vivir Bien: Infancia, Género y Economía: Entre la teoría y la práctica. Coord.
Ivonne Farah y Verónica Tejerina”. CIDES UMSA, 2013.

43
Esta metodología a su vez se ha enfocado en el desarrollo
integral de la primera infancia, a partir de impulsar y desarrollar
habilidades y técnicas en las madres, padres y cuidadores
principales de niñas y niños para su estimulación temprana
con el objetivo de potenciar sus capacidades cognitivas, físicas
y emocionales a partir del reconocimiento pleno de sus usos y
costumbres originarios.
Los nidos bilingües se desarrollan en los entornos familiares,
comunitarios y espacios institucionales y son las “abuelas y
abuelos de la comunidad” quienes voluntariamente dedican
un tiempo a las niñas y niños, para así rescatar y revitalizar sus
idiomas originarios, muchos de ellos en peligro de extinguirse.
Es así que los nidos bilingües han alentado también el
intercambio intergeneracional dentro las comunidades y
son las generaciones de las abuelas y abuelos de las familias
comunitarias, los llamados a liderar estos espacios, debido a

Ninoska
Durán Burgoa
Licenciada en Derecho de la Universidad Católica
Boliviana ¨San Pablo”, Máster en Ciencias de la Familia de la
Universidad de Santiago de Compostela, docente, consultora e
investigadora especialista en Derechos Humanos de la Niñez
y Adolescencia, Primera Infancia, Comunidades Resilientes y
Desarrollo Normativo.

Ex Directora General de la Niñez y Personas Adultas


Mayores y ex Viceministra de Igualdad de Oportunidades
a.i. del Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional -
Ente Rector del Sistema Plurinacional de Protección de las
Niñas, Niños y Adolescentes del Estado Plurinacional de
Bolivia.

Actualmente, Directora Ejecutiva y cofundadora de la Firma


Legal Internacional “Abogados del Niño” y miembro de la
Red Latinoamericana y del Caribe de Líderes por
la Primera Infancia “Por un comienzo con
futuro”.

44
que las generaciones más jóvenes de padres y madres de estas
niñas y niños, han incorporado ya una hibridación lingüística
que debilitan la esencia de las lenguas nativas.
Para las niñas, niños y adolescentes indígenas consolidar su
identidad cultural y lingüística, recibir la sabiduría ancestral
de sus antepasados y consiguientemente la transmisión de la
memoria comunitaria y colectiva a la que pertenecen, a través
de espacios significativos que promueven la descolonización
del pensamiento, es parte fundamental del ejercicio efectivo
de sus derechos humanos.
Este aprendizaje de transmisión natural de la lengua, empieza
con el cuidado integral en la primera infancia, que además se
constituye en una etapa de la vida oportuna e importante para
el aprendizaje de sus lenguas nativas.
El enfoque integral del desarrollo infantil temprano diseñado en
el modelo de nidos bilingües, esta armonizado para potenciar
la motricidad gruesa, fina y todos los aspectos de dimensiones
holísticas, psicosociales y emocionales que afectan la vida de
las niñas y niños más pequeños, así como todo lo relacionado
a las áreas de lenguaje y la comunicación.
Conforme a la Constitución Política del Estado, son idiomas
oficiales en Bolivia el castellano y todos los idiomas de las
naciones y pueblos indígenas originarios campesinos4, en este
sentido, en Bolivia se han instalado bajo esta metodología
nidos bilingües como base del fortalecimiento de la
revitalización de estas lenguas originarias, que a su vez son
una parte fundamental de la recuperación de la identidad
cultural y lingüística plurinacional con un enfoque centrado en
la primera infancia.
En este contexto, los nidos bilingües, se han venido
implementando a través de tres modalidades específicas:
4 Art. 5 de la CPE reconoce como idioma oficial el castellano, el aymara, araona, baure, bé-
siro, canichana, cavineño, cayubaba, chácobo, chimán, ese ejja, guaraní, guarasu’we, guarayu,
itonama, leco, machajuyai-kallawaya, machineri, maropa, mojeño-trinitario, mojeño-ignacia-
no, moré, mosetén, movima, pacawara, puquina, quechua, sirionó, tacana, tapiete, toromona,
uru-chipaya, weenhayek, yaminawa, yuki, yuracaré y zamuco.

45
a. Nidos familiares, que rescatan la reciprocidad relacional
e intergeneracional de tipo familiar, en la que las niñas y niños
reciben de forma natural su lengua originaria a través del
desarrollo de actividades cotidianas; para ello inicialmente
fue necesario la identificación del o la adulta de la familia
cuyo dominio de la lengua mantiene su esencia y que este
dispuesta o dispuesto a transmitirla a la generación de niñas
y niños de la familia. Esta transmisión se realiza desde lo
cotidiano y ha permitido tejer también la transmisión de otros
saberes culturales que guardan consigo las generaciones de
adultos en la familia. Hay que destacar que esta modalidad
específica, ha permitido el encuentro y la concurrencia de otras
niñas y niños de la familia ampliada, por lo que el enfoque es
participativo y no limitativo. Los espacios de reunión han sido
libremente elegidos por las familias sea en la casa de uno
de ellos, los huertos familiares, los chacos, entre otros y esto
además ha promovido una integración de tipo familiar, no solo
de las niñas y niños con sus generaciones ascendentes, sino
también el encuentro con otras niñas, niños y adolescentes
para revitalizar su idioma originario a partir de diálogos
intergeneracionales e intrageneracionales que también son
importantes para el desarrollo integral de la primera infancia.

b. Los nidos comunitarios son otra modalidad implementada


en aquellos lugares donde las lenguas indígenas presentan
una situación crítica en relación a su vitalidad, dado que en
algunas comunidades existen pocas personas que hablan la
lengua nativa en su esencia originaria, (principalmente se trata
de la generación de abuelos y bisabuelos de la comunidad) y
donde las generaciones más jóvenes entienden la lengua pero
no la hablan, puesto que se ha roto la transmisión natural de
una generación a otra. En esta modalidad, son las personas
que mantienen su lengua originaria quienes voluntariamente
ayudan a la transmisión de la lengua a las niñas y niños.
El Instituto Plurinacional de Lenguas y Culturas, ha logrado
implementar esta modalidad como parte de la ejecución

46
de la política de Estado, organizando grupos comunitarios
no mayores a seis niños por cada adulto responsable de la
transmisión de la lengua; estos grupos reducidos han tenido
como fin profundizar la lengua nativa.
Si bien la metodología tuvo obstáculos iniciales como lograr
la identificación de las personas mayores dentro de la
comunidad y que voluntariamente le den un tiempo a las niñas
y niños, se rescata la participación de las madres y padres para
hacer sostenible esta estrategia de revitalización de la lengua
originaria y que además dio lugar a espacios importantes para
la reciprocidad comunitaria, el reconocimiento social de las
generaciones de adultos mayores de cada comunidad y la
transmisión de prácticas y significados de la identidad de los
pueblos indígenas.

c. Los nidos institucionales, son otra modalidad que se


configura como una alternativa importante a los nidos familiares
y comunitarios. Estos nidos bilingües han sido implementados
en los centros infantiles que dependen administrativa
y presupuestariamente de los Gobiernos Autónomos
Municipales. Estos centros implementan un modelo de
educación no escolarizada, diseñada desde un enfoque de
desarrollo integral de niñas y niños menores de seis años; la
metodología para la revitalización de la lengua originaria, se
tuvo que adaptar al modelo institucionalizado de estos centros,
por lo que han sido las educadoras quienes inicialmente
recibieron una capacitación para desarrollar la transmisión
de las lenguas originarias, propias de la jurisdicción territorial
donde se encontraban estos centros. La implementación de
la metodología presentó algunos obstáculos iniciales, como
aquellos relacionados a que las educadoras en muchos casos
no mantienen la esencia de sus lenguas nativas, dado que han
desarrollado una “castellanización” de su lengua, por lo que
ha sido necesario desarrollar un apoyo técnico importante
afianzado con el enfoque y objetivos de la política pública.

47
La revitalización de las lenguas originarias iniciada en Bolivia
a partir del año 2014 tiene además un significado importante
en relación a revalorizar las prácticas culturales originarias y
a la importancia de que un Estado inclusivo pueda incorporar
modelos diferenciados que respeten la existencia de infancias
plurales conforme a su diversidad y su esencia plurinacional.
Brondi, señalaba acertadamente que para afianzar lo antes
dicho y para la construcción de un mundo justo para las niñas
y niños, deberíamos en primer lugar comprender que no existe
una sola manera de vivir en el mundo, que las aspiraciones, los
intereses y las necesidades no son universales5.
Por tanto, los nidos bilingües aportan un significado cultural
y comunitario basado en un enfoque de derechos humanos
de las niñas, niños y adolescentes indígenas, con especial
incidencia en la primera infancia, puesto que permite
visibilizar dentro los contextos indígenas y comunitarios a las
niñas y niños más pequeños como portadores de derechos
y agentes sociales desde el inicio de su existencia, dotados
de intereses, capacidades y vulnerabilidades particulares tal
como lo recomienda el Comité de los Derechos del Niño en la
Observación General 7 (2005) “Realización de los derechos del
niño en la primera infancia”.
Este reconocimiento comunitario de niñas, niños y
adolescentes indígenas, es una base fundamental para la
construcción y el respeto de la plurinacionalidad en Bolivia,
estas políticas de estado han contribuido a la generación de
miradas plurales y colectivas, para la recuperación de nuestros
valores ancestrales y de la riqueza de nuestra multiculturalidad,
revitalizar las lenguas nativas es parte de la recuperación de la
cultura y de la historia de nuestras naciones cuyo inicio debe
darse indiscutiblemente con las niñas y niños bolivianos.

5 Brondi, M. (2002). “Culturas e Infancias” en Ser Wawa en los Andes: Representación Social
de Mujeres Migrates Aymaras sobre el niño (a) Aymara. Ana Cecilia Bóhrt y Jorge Domic
(2007. En Ajayu Orgáno de Difusión Científica del Departamento de Psicología UCBSP

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Representación Social de Mujeres Migrantes Aymaras sobre el niño (a)
Aymara”. En Ajayu Órgano de Difusión Científica del Departamento de
Psicología UCBSP. Bolivia.

49
50
Explotación sexual comercial de niñas,
niños y adolescentes (ESCNNA), una
extrema vulneración de derechos

Denisse Araya

En el presente artículo se exponen algunos aspectos


generales de la ESCNNA, unas breves especificidades del
fenómeno detectados en una investigación en Chile, ciertos
elementos metodológicos empleados en ONG Raíces para
su enfrentamiento, destacando la pedagogía teatral como
elemento innovador en el proceso reparatorio de NNA
víctimas/ sobrevivientes de ESC. Dado la vulnerabilidad de las
NNA víctimas/sobrevivientes de ESC, es importante destacar
que todos los antecedentes que aquí se mencionaran se
agravan en la actual situación debido a la pandemia que se vive
a nivel mundial, como lo expone claramente la Declaración del
Comité de los Derechos del Niño sobre COVID-19 (08.04.2020).
LA EXPLOTACIÓN SEXUAL COMERCIAL DE NIÑAS, NIÑOS Y
ADOLESCENTES (ESCNNA)
Es una grave violación a los derechos humanos, siendo una
práctica abusiva –y delictiva- que devasta la integridad física
y psicosocial de niñas, niños y adolescentes. En ella, un
adulto se aprovecha de la condición de vulnerabilidad (etaria,
social, emocional, de género, entre otras) de una niña, niño o
adolescente para satisfacer sus deseos sexuales, entregándole
a cambio un pago en dinero, especies, regalos o algo tan
intangible como amparo o protección. Si bien, la niña puede
ser obligada a una situación de explotación sexual a través de

51
la fuerza física o amenazas, sin embargo, también puede ser
persuadida a participar en ese tipo de actividades sexuales
como resultado de factores más complejos y con matices, ya
sean humanos o situacionales, incluyendo un desequilibrio de
poder entre la víctima y el agresor (ECPAT I., 2016, citado en
Consejo N. Infancia, ONG Raíces, 2017).
Así, la ESCNNA, en sus diversas manifestaciones1, es una
de las agresiones más devastadoras que puede ejercer un
adulto hacia una niña, niño o adolescente (NNA) dado que se
sustenta sobre una concepción (compartida por el entorno
tolerante, el explotador, y la indefensión de la propia víctima)
de que la NNA puede ser reducida a la calidad de mercancía,
a un bien de intercambio. En las historias de vida de aquellas
NNA sobrevivientes de esta violenta agresión, la única vivencia
constante, desde su más tierna infancia, es el desamor y la
violación a sus derechos consagrados.
Es un fenómeno social complejo y multicausal (en donde se
articulan factores estructurales y políticos, sociales, culturales,
familiares e individuales), que se expresa en dinámicas y
formas de relación abusivas que involucran a distintos actores
y, lamentablemente, son gravemente naturalizadas por la
sociedad.
Sin duda alguna, el comercio sexual está fuertemente
cimentado en el imaginario social, en la naturalización y la
tolerancia frente a la venta, intercambio y utilización del
cuerpo femenino, permitiendo que se refuerce una serie de
prácticas culturales que favorecen el abuso y la subordinación
de las/os débiles, incluyendo niñas, niños y adolescentes.
Respecto al sexo, en el país -como a nivel mundial- se detecta
una amplia mayoría de niñas víctimas/sobrevivientes de ESC,
quienes, por el hecho de ser mujeres, reciben más fuertemente
la sanción, estigmatización y discriminación del medio. Según
investigación realizada en Chile (Consejo Nacional Infancia,
ONG Raíces, 2017), expone que un 87% son mujeres, versus
1 1) Relaciones sexuales a cambio de dinero, regalos, favores u otros; 2) utilización de niños/
as en la pornografía; 3) Explotación en el ámbito del turismo y viajes; y 4) trata de niñas, niños
y adolescentes con fines de explotación sexual.

52
13% de hombres, acentuándose en entornos de prostitución
adulta o en entornos asociados al tráfico y consumo de drogas,
así como en el ámbito del turismo y trata.
Dicha investigación confirma ciertos factores que resultan
explicativos de que una NNA llegue a esta dañina vivencia.
Así, la estructura patriarcal de roles de género, que legitima
culturalmente el uso de la sexualidad femenina a cambio de
pago, constituye un piso cultural fundamental que afecta la

Denisse Araya
Licenciada en Ciencias Sociales. Universidad Católica de
Lyon, Francia. 1983. Educadora de Párvulos, Universidad de
Chile. 1976. Fundadora y Directora Colectivo Raíces, 1991-1997.
Directora Ejecutiva. Como Directora de ONG Raíces ha representado a
ECPAT-Chile desde el año 2008. Integrante del Consejo de Administración de
Bureau International des Droits des Enfants (IBCR), Canadá, desde el año 2018. Ha
dirigido diversos proyectos de promoción y desarrollo en áreas de género, infancia
y adolescencia. Se ha desempeñado como consultora y evaluadora de proyectos
de género (Chile y Ecuador) de la Agencia de Cooperación Ayuda Popular Noruega y
CEDEP en Chile, Unicef Uruguay, ECPAT International en Perú y CAM México. Ponente y
relatora en diversos Congresos y Seminarios Internacionales, de UNICEF, OIM, ECPAT I.,
OEA, OIT, entre otros. Ha ejercido –y ejerce- docencia en Universidad de Chile, Alberto
Hurtado y otras nacionales, así como también en la Universidad Iberoamericana de D.F. y
la Universidad Autónoma de Chiapas en México, la Universidad Centro Americana, UCA
y San Miguel, en El Salvador. Representante cono Sur de Comité Latinoamericano
contra la Trata de Personas. Ha co-elaborado los informes alternativos al Estado de
Chile, así como de seguimiento y monitoreo del cumplimiento a los compromisos
internacionales asumidos por el Estado de Chile en ESCNNA, Trata de
personas. Ha realizado investigaciones y publicaciones sobre condiciones
laborales de mujeres del área textil, pesca y agricultura, así como
también en niñez y adolescencia en situación de explotación
sexual comercial y otras vulneraciones.

denissearaya@vtr.net - d.arayacastelli@gmail.
com - raices@tie.cl

53
cotidianeidad de las víctimas; se releva el contexto familiar
violento, negligente y sumamente expuesto a elementos
de riesgo como un factor gatillante de dinámicas familiares
dañinas y expulsoras; un mundo emocional y psicológico
complejo y sumamente afectado por múltiples experiencias
de daño configura una víctima que fácilmente será seducida
y manipulada por los responsables de su vulneración (Consejo
Nacional Infancia, ONG Raíces, 2017).
Si bien, existen algunas señales que permiten alertar casos
de NNA víctimas/sobrevivientes de ESC para su adecuada
derivación y posterior reparación, es importante destacar
que estas señales nunca deben mirarse de manera aislada,
considerando que muchas de ellas pueden darse en NNA que
no están siendo explotadas sexualmente y que, igualmente,
sufren otras vulneraciones. Bajo este criterio, se mencionan
algunas características que presentan las NNA que fueron
identificadas en la investigación antes mencionada, así
como otras que permanecen, detectadas en investigaciones
anteriores (ARCIS/SENAME, 2004; ONG Raíces, 2006, 2010):
Las víctimas son mayoritariamente mujeres, entre los 12 y 18
años, lamentablemente su detección es tardía. Los contextos
familiares de los que provienen están marcados por la
precariedad laboral y económica, la violencia, el consumo de
drogas y alcohol, la cercanía con el delito y las vulneraciones
experimentadas de manera transgeneracional, especialmente
en el ámbito de la sexualidad. En esos contextos, el cuidado
de las niñas y adolescentes es negligente, con límites
difusos, permisividad y falta de cuidado frente a riesgos y
vulneraciones. Generalmente estas familias desembocan en
conductas expulsoras más o menos evidentes que dejan a las
adolescentes en graves situaciones de abandono.
Las mujeres integrantes de la familia han vivenciado igual o
más violencias en su niñez.
Las NNA deben lidiar con múltiples riesgos y escasos factores
protectores. Las dinámicas de calle, droga, delito son algunas
de ellas. Por otra parte, espacios protectores como la escuela
54
no responden a las necesidades particulares de las NNA, así
como tampoco las instituciones proteccionales o de salud,
en la mayoría de los casos. Se evidencia que las fugas de los
hogares de protección pueden constituir eventos de sumo
riesgo para ellas/os pues las pone a merced de los explotadores.
Se constata que se trata de un espacio que los explotadores
tienen presente entre sus estrategias de captación.
Presentan un auto concepto disminuido, así como las
conductas autodestructivas, expresadas en el alto consumo
de drogas y alcohol. Han aprendido a desarrollar una serie
de patrones conductuales como mecanismos o formas de
vida que atentan contra sí mismas y que permiten el abuso,
maltrato y manipulación de parte de los adultos. Sin embargo,
la mayoría de ellas/os “aparentan” que dominan y “controlan”
las situaciones de explotación.
Albergan múltiples sentimientos dolorosos de tristeza,
ansiedad, rabia desde un muy bajo auto concepto y escasa
esperanza. Sin embargo, expresan más fácilmente sentimientos
de rabia y agresividad, más que la pena o tristeza. Fantasiosas
en pequeñas cosas, no referido a su vida íntima (sexual), sino
que con su fantasía intentan reivindicar su ser más íntimo que
ha sido profundamente herido.
Dependiendo el tipo de explotación a que ha estado expuesta/o,
puede presentar conductas seductoras, erotizadas hacia los
pares y adultos, o bien, infantilizadas comportándose como
una niña pequeña.
Dinámicas de disociación psico-afectiva. Algunas NNA, por la
violencia a la que han estado expuestas, como mecanismo de
defensa han aprendido a separar la vivencia de explotación
de sus sensaciones físicas y emociones, conducta que la
psicología denomina disociación2. Esto se manifiesta en
cómo se refieren, en un inicio, a la experiencia, relatando
2 Para el psicoanálisis, la disociación es un mecanismo de defensa que consiste en escindir
elementos disruptivos para el yo, del resto de la psique. En la disociación se da una falta de
conexión en los pensamientos, memoria y sentido de identidad de una persona. Es lo que se
llama embotamiento emocional, uno de los aspectos principales del trastorno de estrés post-
raumático. (Maldonado et al., 2002).

55
las situaciones con soltura, como si ellos/as fueran los que
dominan en todo momento al “cliente”, relatándola como
si fuera una experiencia más en su cotidiano. Sin embargo,
cuando comienzan a integrar la vivencia con sus sensaciones,
emociones, expresan rabia, dolor, mencionan el asco, la
repugnancia y su respuesta puede ser altamente violenta
hacia sí mismos y hacia los demás.
No reconocen la vulneración que están viviendo. O bien la
niegan, o evaden referirse al daño, o la naturalizan, siendo una
de las particularidades más importantes de esta vulneración
que la víctima no se siente tal. En su gran mayoría, se sienten
responsables absolutas por lo que han vivido. Sienten
vergüenza y culpa, percibiéndose como merecedoras de lo que
les sucede. La ocultan, incluso en los proyectos especializados3
pueden demorar meses antes de develar su situación. Dado sus
carencias afectivas protegen al explotador, al que identifican
con una de las pocas personas que le ha ofrecido ayuda, que
se ha ‘preocupado’ por ella/él.
Si bien los efectos de las múltiples vulneraciones vividas han
sido identificados en investigaciones anteriores, el estudio
2017 permitió visualizar que dichos efectos conforman un
sólido sistema en el que reside la enorme vulnerabilidad
de las víctimas y en el que se combina un concepto muy
deteriorado de sí mismas, conductas defensivas, miedo y
dificultades en visualizar un destino propio. Esta combinación
les hace especialmente frágiles frente a las estrategias de los
explotadores.
RESPECTO AL EXPLOTADOR E INTERMEDIARIOS
Con relación a los “clientes”, en la investigación (Consejo
Nacional Infancia, ONG Raíces, 2017) se confirma que se
trata mayoritariamente de hombres adultos, sin distinción
de edad. Los intermediarios o proxenetas son tanto hombres
como mujeres. Se evidencia una tendencia a que el género
3 Proyectos especializados en la reparación del daño a NNA víctimas de ESCNNA (PEE). El
Estado de Chile cuenta con 18 a nivel nacional. ONG Raíces fue el Plan Piloto de esta expe-
riencia en el año 2001.

56
defina el tipo de relación que establecen con las NNA,
asimilándose a rasgos de figuras maternales en el caso de las
mujeres y siendo, asimismo, “clientes”, algunos intermediarios
hombres. Respecto al origen social, se confirma la existencia
de “clientes” con bastantes recursos económicos y otros de
un nivel similar al de las propias niñas, dependiendo el tipo de
manifestación. En el caso de las/los intermediarios, el origen
social es cercano al de las niñas. Algunas/os de ellas/os han
mejorado sus ingresos gracias al ‘negocio’ de la ESCNNA y se
establecen como un “modelo” a seguir para las niñas.
Se constata que la relación entre víctimas y explotadores (tanto
“clientes” como intermediarias/os) no es meramente utilitaria,
sino que va acompañada de comportamientos y estrategias
relacionales que generan afectos, así como miedo y sumisión.
Se confirma la tendencia en los explotadores a justificar su
accionar sin reconocer su responsabilidad en los hechos ni el
carácter de vulneración de lo generado. Los consumidores o
productores de pornografía infantil tienden a ser más jóvenes
que los “clientes” de relaciones sexuales remuneradas.
Respecto a grupos laborales sistemáticamente asociados a la
ESCNNA se mencionan -como “clientes” y como intermediarios-
taxistas y colectiveros. En otras indagaciones (ECPAT
International, 2016), identifica algunos grupos laborales que
se distinguen, por tratarse de grupos de poder o que están
en tránsito, produciéndose las condiciones de impunidad
necesarias, tales como viajeros de negocios, trabajadores
inmigrantes, extranjeros residentes, profesionales relacionados
con el trabajo con niñas y adolescentes (especialmente en
programas sociales o de protección de la infancia), militares y
personal de paz en países en conflicto, religiosos. En cuanto
a los intermediarios, según ECPAT, suelen situarse en grupos
como policías corruptos, empleadores que permiten el
trabajo infantil, padres de esposas adolescentes, operadores
turísticos, entre otros. ONG Raíces (2010) detectó grupos de
hombres con trabajos estacionarios, terminales de bus, entre
otros.

57
En cuanto al sistema relacional entre las víctimas
y explotadores, se detectó, investigación 2017, una
complementariedad muy sólida entre carencias afectivas de
las niñas y las estrategias empleadas de los explotadores.
Las estrategias tanto de “clientes” como intermediarios/as
generan: sensación momentánea de afecto y recuperación
de la autoestima a través de la seducción; exacerbación del
miedo y la ansiedad a través de las amenazas; relación doble
vincular. Con relación a los mecanismos de significación
entre víctimas y explotadores, se detectó una coherencia
entre significación de las víctimas y de los explotadores que
dificulta el reconocimiento de la vulneración: ambos la niegan.
Negación de la víctima a través de: tendencias evitativas
(desconexión emocional); naturalización del daño; culpa y
responsabilización; miedo. Negación de los explotadores a
través de: responsabilización de la niña (me sedujo); “error”
(no se volverá a repetir); engaño (fui engañado); “ayuda” a la
víctima y familia; necesidades sexuales (“cliente”).
¿ES POSIBLE LA REPARACIÓN DE ESTE GRAVE DAÑO?
La reparación del daño a víctimas/sobrevivientes de ESC y
el trabajo en pos de la restitución de sus derechos, implica
involucrarse con seres humanos, con individualidades y
especificidades, con circunstancias de vida complejas en
múltiples aspectos. Es, por tanto, central visualizar procesos
de reparación del daño desde la integralidad, contando con
una estrategia multidisciplinaria de manera de abordar
las diversas situaciones y vivencias, desde una perspectiva
integral. Intervenir en todos los ámbitos de forma integral,
estimula la creación de lazos y redes de apoyo familiares,
comunitarias, públicas, las cuales permiten tomar conciencia
de la responsabilidad que a todas/os les cabe en la protección
de las NNA. Así, combinar, desde distintas disciplinas, métodos
personalizados y grupales, efectivamente, favorecerán e
impulsaran el desarrollo creativo y autónomo, dado que las
NNA podrán desplegar y poner en juego sus capacidades
y habilidades únicas, logrando un desarrollo personal que
le permita intervenir, cuestionar y efectuar aprendizajes,

58
reaprendizajes y desaprendizajes del cúmulo de experiencias
que han vivido a lo largo de su vida -socialización- y que impiden
y/o posibilitan su crecimiento y desarrollo armónico, así como
el de la sociedad en que está inserta/o. A su vez, el desarrollo
de las potencialidades de la NNA, en interacción con otras/os,
les permitirá proveerse de los medios necesarios -psicológicos
y espirituales- para su sano crecimiento. (ONG Raíces, 1992,
2018). De allí la relevancia de que las diversas actividades
-rutinarias, grupales, otras- que se realicen, se faciliten en
un ambiente amoroso, cálido y basado en el respeto mutuo.
Buscando que ellas/os puedan explorar(se) y descubrir(se) a
sí mismas/os en estas experiencias. Así como también, logren
expresar libremente sus sentimientos y emociones, de manera
de ir efectuando un autodescubrimiento y valorando sus
potencialidades y recursos que, sin duda, cada una de ellas/os
tiene y que muchas veces permanecen dormidos debido a las
nocivas experiencias que les ha tocado vivir en su corta vida.
De esta manera, y en proceso, vayan adquiriendo autonomía,
confianza, seguridad y sintiendo que el espacio, transitorio
o no, es su lugar amoroso-familiar, de manera que puedan
redescubrir sus capacidades, valorar y conocer aspectos de
su persona que pensaba que no tenía o sencillamente que
desconocía de sí misma/o. (ONG Raíces, 1992, 2018)
Resumiendo, el centro del proceso es la NNA, en la cual se
cree y confía. Ella/el realiza su propio proceso, pero siempre
en interacción con otras/os. En un proceso Metodológico
formativo/dialógico/reparador/amoroso, que permita,
contribuya, facilite, en la NNA ser sujeta/o activa en la
experiencia, desplegar capacidades y potencialidades.
En este proceso el rol del profesional educador/a, facilitador/a,
terapeuta, psicóloga/o, monitor/a, tutor/a del equipo
psicosocial que intervenga en él es fundamental, porque el
compromiso y la opción ética del/la profesional es un factor
que se considera motor en la intervención psicosocial.

59
LA PEDAGOGÍA TEATRAL, UN APORTE EFICAZ AL PROCESO
REPARATORIO
El año 2004, ONG Raíces inició una experiencia que ha ido
desarrollando y fortaleciendo en los últimos años: la aplicación
del teatro como herramienta en el proceso de reparación del
daño y restitución de derechos en NNA sobrevivientes de ESC.
En el contexto de una intervención psico-social y educativa,
orientada a reelaborar las experiencias traumáticas y construir
nuevos significados y sentidos de vida, el teatro surge con el
fin de complementar –y no de sustituir- otras intervenciones
que se realizan en el marco de tres Proyectos Especializados
en ESCNNA, implementados por la ONG Raíces y financiados
por el Servicio Nacional de Menores (SENAME), en las zonas
poniente y sur de la Región Metropolitana y en Punta Arenas.
El arte, la pedagogía teatral, la música, la plástica tienen un
tremendo potencial terapéutico. Se ha desarrollado un
trabajo de investigación-acción, que ha permitido contar
con elementos metodológicos propios, adaptados al
proceso de reparación de las NNA sobrevivientes de ESC. El
trabajo realizado refuerza la permanencia, la constancia, la
responsabilidad y el compromiso común. Asimismo, éste es
un espacio de juego, magia, sueños y afectos.
Es una invitación a crear otras realidades, o a reelaborar las
propias, con un lenguaje que les permite transformarlas, y no
revivirlas en su crueldad.
CONCLUYENDO...
Todo tipo de violencia sexual genera graves consecuencias
para la vida y la integridad de las NNA que la sufren, dejándoles
profundas y dolorosas huellas que deben ser tratadas y buscar
caminos de reparación. Sin embargo, en la ESC esto se agrava
porque es bastante más naturalizada y tolerada dado que en
ésta se produce un intercambio entre el adulto y la NNA, ya
sea por la acción sexual directa o por la mediación del contacto
entre la niña y otro/a adulto (proxeneta). Este Intercambio es

60
definitorio en la forma en que los distintos actores significan
la situación de explotación pues conduce a la falsa idea de
que la NNA ha sido “compensada/o” a través del pago. El
“aparente” consentimiento de la niña o adolescente, al recibir
un pago a cambio –de la índole que este sea- tanto el adulto
explotador, como la niña o adolescente víctimas, como su
entorno tienden a pensar que se trata de un acto voluntario
de la niña, o que, al menos, esta se ve compensada por el
posible daño. Así, el intercambio convierte, con facilidad, en el
imaginario colectivo, a la NNA en responsable de la situación,
identificación que es generalmente asumida por la misma
víctima.
Por las particularidades de la problemática ESCNNA, la situación
de la víctima y de la forma de abordarla, es fundamental que
las personas que trabajan con NNA vulneradas/os en sus
derechos puedan tener herramientas para prevenir, detectar
tempranamente, brindar primera atención, derivar a espacios
especializados y efectuar un proceso de trabajo conjunto con
terceros, intersectorialmente, que refuerce el proceso de las
NNA, actuando conjuntamente, de manera permanente, en la
reparación del daño de las NNA.
Finalmente, es necesario tener presente que las diversas
vivencias que los equipos van teniendo con las NNA, a las cuales
quieren y acogen en sus dolores, penas y violencias diversas,
en alguna medida, van desgastando y generando conductas
que, en muchas ocasiones, atentan contra el/la profesional
y el trabajo de equipo (síndrome de burnout). Por tanto,
es necesario considerar el autocuidado y el cuidado de los/
as demás compañeras/os del equipo, el cual pasa, en primer
lugar, por sentirse acompañada/o, no juzgada/o y apoyada/o
por el conjunto del equipo, en un clima de confianza y apertura
del quehacer cotidiano, nadie puede trabajar sola/o, el trabajo
se hace en conjunto. Este proceso implica generar estrategias
dirigidas a enfrentar los factores de riesgo para el equipo,
poniendo un especial énfasis en el autocuidado individual y
grupal, al trabajo en equipo y a la organización del trabajo
(roles claros, definir tareas compartidas, planificaciones y
evaluaciones permanentes, entre otras).

61
62
Gasto público dirigido en atención a la
niñez y adolescencia migrante y
retornada en el triángulo norte
de Centroamérica.

Enrique Maldonado
El presente trabajo forma parte del proceso para la finalización
del Máster en Necesidades, Derechos y Cooperación al
Desarrollo en Infancia. Siendo centroamericano, he visto
a lo largo de mi vida profesional, como los indicadores de
desarrollo, lejos de mejorar, empeoran (con las excepciones
de Costa Rica y Panamá).
La migración de niñas, niños y adolescentes -NNA- sin un adulto
que los acompañe, es un reflejo de la limitada existencia de un
primer nivel de atención en salud, educación inicial, así como la
persistencia de la desnutrición crónica y escasa oferta pública
educativa para adolescentes, que termina empujándolos a
buscar su bienestar en una nación ajena a la de ellas y ellos.
De igual manera, la violencia y el narcotráfico hacen que para
muchos la única opción que tengan sea migrar. Esta crisis ha
llegado al extremo en que desde octubre 2018 se han formado
caravanas rumbo a los Estados Unidos exacerbando las
condiciones de vida de los emigrantes. Dentro de ellos están
las niñas, niños y adolescentes que migran sin compañía de un
adulto responsable o de alguno de sus progenitores.

63
Este grupo etario, es aquel que ha sido vulnerado en sus
derechos humanos y su única opción es huir (migrar) hacia
un destino más seguro donde pueda tener oportunidades de
desarrollo. En tal sentido, este trabajo explora más allá de la
inversión pública en niñez y adolescencia ¿cuál es la respuesta
de los Estados expulsores de niñez migrante cuando son
retornados?
Centroamérica, una región que hasta fines del siglo pasado
estuvo marcada por intervenciones militares de los Estados
Unidos, lo cual desembocó en conflictos armados internos
(Nicaragua, El Salvador y Guatemala), lo cual creo dictaduras
militares, con la excepción de Honduras, principalmente por
la base militar que la nación del norte tiene instalada en este
país. A su vez, estas naciones están conformadas por élites
empresariales, que ven como desarrollo, la minimización del
papel de Estado, la apertura comercial y basar su éxito en
exenciones fiscales, administraciones tributarias débiles y
un gasto público mínimo, ineficiente y plagado de casos de
corrupción.
La existencia de estas condiciones obliga a muchos ciudadanos
a buscar el bienestar en otras naciones, de esa cuenta se
presenta la siguiente gráfica que evidencia la cantidad de
centroamericanos del Triángulo Norte que han intentado
ingresar de manera ilegal a los Estados Unidos desde 2002 a
2018, en total para esos años 3.077 millones de personas, de las
cuales 339,841 han sido niñas, niños y adolescentes “migrantes
no acompañados” los cuales pasaron de representar el 4.3%
del total de migrantes en 2008 hasta el 26.5% en 2016, y a
partir de ese año se muestra una tendencia a disminuir en
esta proporción, ubicándose en 18.5% al 2018, fenómeno
posiblemente asociado a la práctica de la Patrulla Fronteriza
de los Estados Unidos de colocarlos en jaulas y celdas frías (las
famosas hieleras), sin que puedan tener acceso rápido a un
abogado o familiar residente en esa nación.

64
Gráfica 1 Cantidad de niñas, niños y adolescentes no
acompañados; aprehendidos, deportados e inadmisibles en México
y Estados Unidos

Fuente: México Security Initiative at the University of Texas at Austin.

Según datos proporcionados por la Patrulla Fronteriza de los


Estados Unidos y el Instituto Nacional de Migración de México,
durante el periodo de 2008 a 2018 (11 años) han sido detenidos
un total de 339,841 menores de edad, es decir, un promedio
anual de 30,895; lo cual, traducido a datos diarios, significa
que cada día estas instituciones detienen en promedio a 85
menores centroamericanos, uno cada quince minutos.
Las regiones de donde migran estas niñas, niños y adolescentes
-NNA-que toman la decisión de viajar solos a los Estados Unidos
es diversa, por ejemplo, con ayuda de la “Iniciativa de gestión
de información de movilidad humana en el Triángulo Norte”
de la Organización Internacional para las Migraciones, se pudo
identificar que, al menos en el caso de Guatemala, sobre todo
provienen de los departamentos más pobres y de ascendencia
indígena como lo son: San Marcos, Huehuetenango y El
Quiché, los cuales registraron solamente durante 2018 un
total de 3,118 casos de NNA, equivalente al 61.6% de casos
registrados en el país.

65
Mapa 1 Cantidad de UAC retornados por país, según departamento
de origen durante el año 2018

Fuente: elaboración propia con base en OIM.

66
Por su parte, en El Salvador sobre todo emigran del
departamento de San Salvador que, a diferencia de los casos
guatemaltecos, no es de los más pobres, pero sí uno de los
más violentos. De acuerdo con el Portal de Transparencia del
Organismo Judicial durante 2018 la tasa de homicidios en
este departamento fue de 59.4 por cada cien mil personas.
Por su parte, otros de los departamentos con mayor cantidad
de UAC retornados es Usulután y San Miguel con tasas de
pobreza multidimensional del 46.5% y 38.3% respectivamente
(Secretaría Técnica y de Planificación de la Presidencia y
Ministerio de Economía, 2015).
Si bien en el caso de Guatemala una de las principales causas
de la migración es la pobreza extrema que viven comunidades
indígenas, en El Salvador es evidente una relación entre la
pobreza y violencia. Por su parte, en el caso de Honduras, es
mucho más marcada la relación entre violencia y migración,
por ejemplo, solo el departamento de Cortés representa un

Enrique
Maldonado
Economista, especializado en temas de
política social y fiscal, con más de diez
años de experiencia de investigación
cuantitativa y cualitativa.
Ha sido coautor de más de 30 informes
sobre inversión pública con enfoque en
niñez y adolescencia. Desde 2018 consultor
independiente (entre otros) para el Instituto
Internacional de Planeamiento de la Educación
«Unesco Argentina» y de la iniciativa Changing The
Way We Care «CTWWC» con Maestral International.
Posee una Maestría en “necesidades y derechos de la
niñez” por la Universidad Autónoma de Madrid y otra
en Desarrollo por la Universidad del Valle de
Guatemala.

67
23.5% del total de UAC retornados al país en 2018, cuando dos
de las principales ciudades de ese lugar, experimentan altas
tasas de homicidios tal es el caso de San Pedro Sula donde
en 2012 fue de 173.6 por cada cien mil y si bien para 2018
disminuyó a 34.5, aún es de las más altas en el mundo. Por su
parte Cholma es otra importante ciudad de Cortés cuya tasa
de homicidios (siempre por cada cien mil) para 2008 fue de
83.2 y para 2017 de 86.5.
Resultados
Guatemala
Durante 2008 a 2017 el Gobierno de Guatemala, a través de
la Secretaría de Bienestar Social y en la actividad de “atención
a niñez y adolescencia migrante”, destinó un total de USD
745,346.
De estos datos obtenidos se puede hacer una relación entre
presupuesto devengado y cantidad de UAC detenidos tanto
por autoridades mexicanas como estadounidenses de allí se
desprende que en 2008 el gobierno de Guatemala destinó un
total de USD 40.3 dólares por cada UAC, como es fácil deducir
es un problema que se ha exacerbado para lo cual el Estado
no ha respondido como debiese puesto que las asignaciones
para cada uno de ellas y ellos, ha venido disminuyendo hasta
situarse en dos dólares con diez y siete centavos en el año 2017,
lo cual evidencia una escasa capacidad de la Secretaría de
Bienestar Social en traducir las asignaciones presupuestarias
en bienes y servicios para este grupo etario.

68
Gráfica 2 Gasto público en cada NNA de Guatemala, detenido en la
frontera entre USA y México (dólares)

Fuente: Elaboración propia con base en Sicoin y en Universidad de


Austin, Texas.

El Salvador
Para el caso de este país en el presupuesto del Ministerio
de Relaciones Exteriores se encuentra la línea de trabajo
“protección y desarrollo de la persona migrante salvadoreña”
con información únicamente para 2014 a 2017 donde a su vez,
encuentra alojado el Sistema de Servicios Públicos “El Salvador
es tu casa”, dicha línea durante esos años ejecutó un presupuesto
de USD543.7 miles. Lamentablemente, debido a que El Salvador
no tiene tan desagregadas las actividades que hace el Estado
y en su estructura programática no se pudo identificar una
línea de trabajo que fuese específica para atender a infantes y
adolescentes migrantes no acompañados; por ello se utiliza el
total de personas deportadas (que incluye menores de edad)
para obtener un dato per cápita que en promedio durante los
cuatro años analizados es de USD1.74, pero debe advertirse que
dichos montos no muestran una tendencia a disminuir como en
el caso guatemalteco sino a permanecer estables.

69
Honduras
A diferencia de sus antecesores, el caso hondureño es muy
particular, puesto que el gasto público relacionado con
actividades de migración y extranjería se identificó en seis
instituciones, que, en su conjunto, representaron un total de
USD91.5 millones.
De esa cuenta, se desagregó la estructura programática del
presupuesto hasta nivel de actividad u obra, encontrando:
En la Dirección de la Niñez, Adolescencia y la Familia, el
programa de Migración y Restitución Internacional de NNA,
que se subdivide en actividades de fortalecimiento institucional
y la atención propiamente dicha a este grupo etario.
En la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social, el programa
de Compensación Social que tiene como principal actividad, la
atención y protección a jóvenes en situación de vulnerabilidad
y riesgo social, centrada sobre todo en emigrantes retornados.
En la Secretaría de Trabajo y Seguridad Social, cuatro
programas con sus respectivas actividades sobre todo en la
inserción laboral de jóvenes y adolescentes deportados.

70
Tabla 1 Honduras: entidades, programas y actividad relacionadas
con la atención a niñez y adolescencia migrante durante 2011 –
2017 en millones de dólares
AÑO 2012 2013 2014 2015 2016 2017 Total
Dirección de la Niñez, Adoles- 0.20 0.19 0.39
cencia y Familia
Migración y Restitución In- 0.20 0.19 0.39
ternacional de Niñas, Niños y
Adolescentes
Secretaría de Desarrollo e 0.74 0.66 0.75 2.16
Inclusión Social
Programas de Compensación 0.74 0.66 0.75 2.16
Social
Secretaría De Trabajo Y Se- 0.02 0.01 0.03 0.04 0.00 0.16 0.27
guridad Social
Políticas de Empleo y For- 0.03 0.03
mación Profesional
Gestión de Políticas de Em- 0.16 0.16
pleo, Inclusión, Migración y
Formación Profesional
Políticas de Empleo y For- 0.04 0.00 0.04
mación Profesional
Políticas de Empleo y Salarial 0.02 0.01 0.03

Total 0.02 0.01 0.03 0.78 0.86 1.10 2.81


Fuente: Elaboración propia con base en la Secretaría de Finanzas.

Debe hacerse la salvedad, que estas actividades aparecen


en el presupuesto devengado desde 2011, y, en 2013, si
bien no aparecen contabilizadas, es posiblemente por
una reorganización y/o presupuestación con base en una
consolidación de estas. También debe tomarse en cuenta,
que los montos destinados por año, son realmente mínimos
hasta 2014, y, en los años subsiguientes, han mostrado
incrementos notables que inclusive superan el millón de
dólares exclusivamente para este grupo etario, cuando en
2012, apenas eran USD 9,250.14 lo que el Estado hondureño
destinaba para atender esta catástrofe.

71
Específicamente, durante 2016 y 2017 existe la actividad para la
restitución de derechos a los infantes y adolescentes migrantes
con presupuestos devengados cercanos a los doscientos mil
dólares, mientras que los programas de compensación social
(sobre todo transferencias condicionadas) en la Secretaría de
Desarrollo e Inclusión Social, en promedio, durante 2015 a
2017, devengaron montos de USD 718.9 miles.
En lo que respecta a las asignaciones per cápita, resulta que
del monto destinado, USD2.8 millones fue para atender en
ese periodo de tiempo a un total de 75,715 niñas, niños y
adolescentes que fueron detenidos entre México y Estados
Unidos y deportados a su país de origen, para un gasto per
cápita de USD37.1, bastante alto en comparación con los casos
de Guatemala y El Salvador, pero nótese que este indicador es
más confiable discutirlo a partir de 2015, cuando ya se muestra
un mayor grado de institucionalización de estas actividades y
programas.
En definitiva, debe reconocerse que las causas estructurales
de la migración son el machismo, el racismo y la desigualdad
en el acceso a oportunidades de desarrollo para nuestras
NNA, en tal sentido, la única forma de reducirla y/o eliminarla
es instalando un sistema de protección social que garantice
un piso mínimo de bienestar a las familias centroamericanas.
Los resultados aquí mostrados, indican la respuesta de los
Estados para atender las consecuencias de esas causas que
siempre han estado olvidadas en los presupuestos públicos.

72
Bibliografía
Child Fund. (2019). Guatemala, 10 años de inversión en niñez y
adolescencia. Resultados, desafíos del financiamiento y la gestión
pública. Guatemala: Child Fund.

Mexico Security Initiative at the University of Texas at Austin. (3


de 7 de 2019). Central American Migration Model. Obtenido de:
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1Rp8Zhwtul-WUNr3mlI-
kO5rnBpFYaQRTf8aFXZ_MflY/edit#gid=172439985

73
74
El maltrato en niños, niñas y
adolescentes y la institucionalización
en Colombia desde una perspectiva
de la psicopatología del desarrollo, la
neurociencia y el trauma complejo

Juan Carlos Calceido, Pablo Muñoz


y Juan Camilo Sabogal

EL MALTRATO EN NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES EN


COLOMBIA
Mientras que existen formas de violencia como las guerras
y las luchas territoriales de organizaciones armadas, que
pueden constatarse a diario en los medios de comunicación
masiva, existen otras formas que parecen transitar la historia
por canales invisibles, relacionados con la esfera microsocial
de lo privado y con las prácticas culturales cotidianas de
muchos grupos humanos. Este es el caso de la violencia
intrafamiliar y el maltrato infantil, cuya huella parece marcar
generaciones enteras, sin que trasluzcan con claridad aristas
políticas, ideológicas o económicas que los conviertan en un
asunto de interés público y prioritario para muchos Estados.
Sin embargo, el costo social del maltrato infantil se relaciona
con su probada asociación, a lo largo de la vida, con muchos
trastornos psicopatológicos y problemas del desarrollo (Green
et al, 2010; Oh et al, 2018), cuyo impacto puede ser muy alto
en los servicios de salud, en los sistemas educativos y en la
fuerza de trabajo, pero a la vez podría diluirse entre diferentes
indicadores y factores sociodemográficos.

75
En Colombia, poniéndose de manifiesto una tipificación jurídica
relativamente reciente de la problemática, la Ley 1098 de
2006 que establece el Código de la Infancia y la Adolescencia,
ha definido el maltrato infantil como “toda forma de perjuicio,
castigo, humillación o abuso físico o psicológico, descuido,
omisión o trato negligente, malos tratos o explotación sexual,
incluidos los actos sexuales abusivos y la violación y en general
toda forma de violencia o agresión sobre el niño, la niña o el
adolescente por parte de sus padres, representantes legales o
cualquier otra persona.” (Congreso de Colombia, 2006).
Estudios de los últimos años han mostrado que el maltrato
infantil constituye una realidad evidente de nuestra población
colombiana (Briceño, Durán, Blanco, & Zorro, 2015; Cuadros,
2016; Ramírez, 2006) que ocasiona daños a corto y largo
plazo, configurándolo como una problemática de salud
pública (Pinzón, Suescún, Pereira, Meléndez, & Montoya,
2016). Sin embargo, existe un subregistro de la prevalencia
real del fenómeno (Briceño, Durán, Blanco, & Zorro , 2015)
que dificulta su abordaje y podría afectar su priorización en la
agenda política.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) tiene un
registro de datos abiertos al público a partir de los ingresos
al Proceso Administrativo de Restablecimiento de Derechos
(PARD), que se lleva a cabo cuando se vulneran los derechos
de los menores de edad por diversos motivos de violencia
contra la niñez, incluyendo el maltrato infantil, abuso sexual,
trabajo infantil o desnutrición (Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar, 2019). Al observar los datos referentes al
año 2018, considerando los rangos de edad Primera Infancia,
Infancia y Adolescencia se atendieron 16.225 casos, siendo el
abuso sexual el tipo de violencia que más afecta a las niñas
y adolescentes con 8,039 casos, seguido de 6.378 casos de
maltrato infantil incluidos el maltrato físico, negligencia,
maltrato psicológico y otros tipos de agresión.

76
Pablo
Muñoz Specht
Psicólogo egresado de la Pontificia Universidad
Javeriana, Doctor en Psicología (D.Psy) de la
Universidad Laval - Canadá. Cuenta con experiencia en
el diseño, evaluación y coordinación de proyectos ligados
a la intervención en población infantil y juvenil vulnerable.
Actualmente se desempeña como profesor asistente del Dpto.
de Psicología de la Universidad Nacional de Colombia. Es
supervisor clínico en el Servicio de Atención Psicológica (SAP)
de la Universidad Nacional y coordinador en este mismo
Servicio del dpto. de atención psicológica para niños, niñas,
adolescentes y familias. Además, es director de la línea de
investigación “Salud Mental Infantil y Juvenil” dentro del
Grupo de Investigación Estilo de Vida y Desarrollo
Humano GIEVDH, en la Universidad Nacional
de Colombia.

Juan Carlos
Caicedo Mera
Médico y Doctor en Ciencias Biomédicas en el
campo de Neurociencias de la Universidad Nacional
de Colombia. Trabaja desde el año 2004 como docente
investigador de la Facultad de Ciencias Sociales y
Humanas de la Universidad Externado de Colombia,
en la línea de investigación Cerebro Social, Ecología
y Convivencia. Ha trabajado en temas como los
comportamientos prosociales y sus correlatos
neurobiológicos, los efectos del estrés temprano
por disrupción del vínculo materno en el
neurodesarrollo y el dimorfismo sexual Juan Camilo
en la respuesta al estrés.
Sabogal
Psicólogo egresado de la Universidad Nacional de
Colombia. Partícipe del proyecto de investigación
“Estudio sobre trastorno traumático durante el
desarrollo en niños institucionalizados de la
ciudad de Bogotá – Colombia”. Su proyecto
de investigación estuvo enfocado en la
comparación de las respuestas al estrés
y regulación emocional en niños
institucionalizados con trauma
complejo.
77
Por otro lado, el Instituto Nacional de Medicina Legal y
Ciencias Forenses (INMLCF) en su informe Forensis 2018
(Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses,
2019) ofrece los resultados del comportamiento del fenómeno
de la violencia intrafamiliar en el sistema forense para el año
2018. En dicho informe se reportan 10.794 informes periciales
de violencia contra niños, niñas y adolescentes para el año
en cuestión. Con respecto al presunto agresor, los primeros
lugares los ocupan los padres con un 30,58% y las madres un
29,46%. El primer escenario en el cual se lleva a cabo este tipo
de violencia es la vivienda, con un 76,03% del total.
Las estadísticas expuestas anteriormente evidencian la
severidad y magnitud del problema de la violencia infantil
y juvenil en Colombia, y nos invita a seguir estudiando
el fenómeno desde diferentes perspectivas teóricas y
metodológicas.
EL MALTRATO EN NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES DESDE LA
PSICOPATOLOGIA DEL DESARROLLO Y EL TRAUMA COMPLEJO
La psicopatología del desarrollo se perfila como una forma
de estudio de las disfunciones clínicas, la maduración y los
ajustes que se dan a lo largo del desarrollo contemplando
todas las etapas de la vida (aunque con un marcado énfasis en
el estudio de la infancia y adolescencia) para generar modelos
diagnósticos, de evaluación y tratamiento (Kazdin, 1989).
Este paradigma se ha consolidado en la actualidad como
un importante marco de investigación para la comprensión
de procesos del desarrollo en condiciones de exposición
a violencia intrafamiliar, desde una perspectiva dinámica,
multicausal y compleja (Toth & Cicchetti, 2013; Eme, 2017;
Rutter & Sroufe, 2000; Drabick & Kendall, 2010). Convergen
en este enfoque diversas ramas de estudio como la biología,
la medicina, la genética, la psicología y la sociología; las cuales
aportan teórica y metodológicamente a la comprensión del
desarrollo, tanto en los procesos de funcionamiento normal
como en las afectaciones causadas por el maltrato infantil.
(Drabick & Kendall, 2010; Toth & Cicchetti, 2013).

78
En este marco, en los últimos años un creciente número de
autores que se encuentran estudiando los efectos del trauma
durante la infancia y la adolescencia han mencionado la
importancia de conceptualizar un nuevo trastorno que permita
abarcar la complejidad de estos fenómeno, y que haga posible
evaluar la afectación de diferentes dimensiones del desarrollo
(D’Andrea, Ford, Stolbach, Spinazzola, & van der Kolk, 2012;
van der Kolk, 2005; López-Soler, 2008; Stolbach et al., 2013;
Teague, 2013). Durante la primera década del 2000, van der
Kolk (2005) y sus colaboradores empezaron a proponer el
Trastorno Traumático durante el Desarrollo (TTD) como nuevo
criterio diagnóstico.
En la última década, la comunidad científica ha empezado a
realizar las primeras investigaciones, suministrando evidencia
empírica valiosa sobre el impacto del TTD en las diferentes
dimensiones del desarrollo (cognición, socialización, afectiva,
etc.) y en los estilos de apego (D’Andrea et al., 2012; Stolbach
et al., 2013).
El trastorno traumático durante el desarrollo (TTD), también
llamado trauma complejo (TC), es un fenómeno que puede
aparecer cuando un niño o una niña son víctimas de maltrato
físico, psicológico, negligencia y/o abuso sexual durante largos
periodos de tiempo, teniendo como perpetrador a uno o varios
de los cuidadores principales (van der Kolk, 2005; López-Soler,
2008). Ellos infligen una doble dimensión de daño, pues por
una parte se convierten en victimarios sistemáticos, pero por
otro traicionan su rol como figuras de protección y cuidado,
generando confusión y pérdida de confianza en los niños. El
trastorno puede evidenciarse por su impacto en al menos
uno de los dominios del desarrollo, por medio de retrasos
significativos y/o presentándose con una sintomatología
psicopatológica particular.
A continuación, se comentarán estudios recientes sobre
la relación de estas experiencias de trauma y adversidad
temprana con daños en las estructuras y funciones cerebrales.

79
DESARROLLO CEREBRAL Y TRAUMA COMPLEJO
El desarrollo del cerebro es un proceso complejo y dinámico que
depende, tanto de influencias genéticas como de la interacción
con el medio ambiente. El tiempo y la calidad de las primeras
experiencias están muy ligadas con la plasticidad cerebral,
en la medida que los primeros años de vida representan un
período crítico para el modelamiento de las redes neuronales
(Fox, Levit y Nelson III, 2010). Al ser una especie socialmente
dependiente desde el nacimiento, los lazos e intercambios con
los demás se vuelven cruciales para determinar la conectividad
del cerebro humano a lo largo de la vida (Chambers, 2017).
Luyten, Campbell y Fonagy (2018) proponen que un entorno
social seguro y protector permite desarrollar una capacidad
humana evolutivamente precableada para el aprendizaje
social y la salutogénesis mental. De manera opuesta, el
trauma complejo altera fuertemente estas capacidades a
nivel neurobiológico, lo cual se traduce en un debilitamiento
de la confianza básica en el entorno social, una afectación
de las habilidades de mentalización y aprendizaje social y, en
muchos casos, la aparción de cuadros psicopatológicos. Del
mismo modo, Nelson III y Gabard-Durnam (2020) sostienen
que los eventos adversos representan una violación de
las expectativas sobre el entorno que podría cambiar las
respuestas fisiológicas y conductuales de los niños. En el
trauma complejo, dado que los cuidadores se convierten en
agresores, esta violación está relacionada con la percepción de
traición del vínculo y todas sus consecuencias en los procesos
de adaptación social. Varios estudios han informado de esta
asociación entre el abuso infantil y trastornos del desarrollo
cerebral (Green, McLaughlin, Berglund, Gruber, Sampson
y Zaslavsky et al, 2010; Luke y Banerjee, 2013; Oh, Jerman,
Silvério, Koita, Purewal, Burke y Bucci, 2018).
Los mecanismos subyacentes a las alteraciones neurobiológicas
relacionadas con el trauma complejo se estudian ampliamente
en la actualidad. Varias investigaciones se han centrado en
la desregulación de las respuestas hormonales al estrés,
particularmente mostrando una alteración de los patrones de

80
secreción de cortisol (Peckins, Susman, Negriff & Noll, 2015; Oh
et al, 2018; Quirin, Pruessner & Kuhl, 2008, Dueñas, Caicedo
y Torner, 2017). En términos generales, se ha evidenciado
que el maltrato infantil en etapas tempranas incrementa la
producción de esta hormona de estrés, y que el organismo
intenta compensar la exposición de las células a estos
niveles hormonales tóxicos disminuyendo la expresión de las
moléculas receptoras a través de mecanismos epigenéticos
(Cecil, Zhang y Nolte, 2020). Así, lo que se perfila como un
mecanismo adaptativo en edades tempranas, se convierte en
una desregulación de la respuesta hormonal frente al estrés
que puede perdurar por el resto de la vida (McGowan, Sasaki,
D’Alessio, Dymov, Labonté, Szyf et al, 2009), con efectos
nocivos sobre distintas estructuras del cerebro (Chambers,
2017).
Otros autores también han demostrado un mecanismo
bioquímico diferente relacionado con el trauma complejo: el
maltrato infantil está asociado con procesos de inflamación
crónica que podrían deteriorar las conexiones fronto-límbicas
del cerebro relacionadas con las funciones ejecutivas y
la regulación emocional, entre otros procesos (Kraynak,
Masland, Hanson & Gianaros, 2019; Lacey, Pinto, Li y Danese,
2020). Cohodes, Kitt, Baskin-Sommers y Gee (2020) también
han informado de una susceptibilidad especial de los circuitos
fronto-límbicos a los eventos de estrés temprano.
Los resultados psicológicos de estas alteraciones cerebrales
incluyen una amplia gama de síntomas neuropsiquiátricos
(Green et al, 2010) y deficiencias cognitivas (Oh et al, 2018).
Sin embargo, estudios recientes apuntan a las habilidades
de cognición social como un área muy afectada, que
probablemente esté relacionada con problemas externalizantes
de comportamiento como las conductas oposicionales y
agresivas. En el trauma complejo, el cuidador primario es
la causa de una angustia abrumadora y la consolidación
del apego se distorsiona. Esto afectaría la capacidad para el
funcionamiento reflexivo y la mentalización en un marco social
más amplio, como los pares y el contexto comunitario, a través

81
de alteraciones en áreas y procesos cerebrales relacionados con
la cognición social (Luyten, Campbell y Fonagy, 2018). Otros
autores confirman estas hipótesis (Lahousen, Unterrainer &
Kapfhammer, 2019; Boccadoro, Siugzdaite, Hudson, Maeyens,
van Hamme & Mueller, 2019; Luke & Banerjee 2013; Sun,
Haswell, Morey y de Bellis, 2019).
Para finalizar, vale la pena reflexionar sobre un aspecto
crucial en las acciones de política pública frente al maltratato
infantil, que paradójicamente, puede tener efectos nocivos
independientes del propio fenómeno que intenta combatir: se
trata de la institucionalización, como medida para la protección
y restablecimiento de derechos de la población infantil.
TRAUMA COMPLEJO E INSTITUCIONALIZACION EN COLOMBIA
En el marco legal colombiano, la población infantil y
adolescente, entendiéndose como infantil todo niño o niña
entre 0 y 12 años, y adolescente a toda persona entre los 12 y
18 años, son considerados como sujetos titulares de derecho
(Congreso de Colombia, 2006), por lo cual se establece en
Colombia el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF)
como la entidad encargada de generar normativas y sistemas
de gestión concordantes con compromisos internacionales,
para garantizar estos derechos en la población infantil y
adolescente que se han visto vulnerados por situaciones
como el maltrato, la explotación, el abandono en calle o
cualquier otra forma de violencia contra la niñez (Instituto
Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), 2018). De esta
manera, en la búsqueda de la protección integral a los niños,
niñas y adolescentes, se establece como una de las rutas de
acción del ICBF el Proceso Administrativo de Restablecimiento
de Derechos (PARD) para restaurar de forma integral, digna y
efectiva los derechos que les han sido vulnerados, mediante un
modelo de atención que considera diversas modalidades. Una
de ellas contempla ofrecer el apoyo y fortalecimiento del niño
en un medio diferente al de la familia de origen o red vincular,
como pueden ser los hogares sustitutos o instituciones.

82
Este último proceso, el de institucionalización, se lleva a cabo
cuando permanece el riesgo en el sistema familiar. Entonces, a
partir de la decisión de un juez de familia, se procede a retirar
al niño de este ambiente y se lleva a entornos institucionales
que pueden albergar hasta decenas o cientos de niños. Tal
acción estatal resulta problemática, pues se ha evidenciado en
muchos estudios la implicación negativa de estos entornos en
el desarrollo psicológico de los niños, niñas y adolescentes.
Por ejemplo, Bos et al. (2011) en al marco del Proyecto
Bucarest de Intervención Temprana, querían conocer el
impacto de la institucionalización temprana en un grupo
de 136 niños, encontrando afectaciones en la salud mental,
trastornos del apego, alteraciones de la reactividad emocional
y sintomatología psiquiátrica externalizante e internalizante,
además de resultados diferenciales según el factor género y
la duración de la institucionalización. Por esta misma línea, en
un metaanálisis realizado por Carr, Duff, & Craddock (2018)
los autores encontraron que los niños expuestos a negligencia
severa en instituciones con pocos recursos presentan problemas
en dominios tales como el desarrollo físico, cognitivo, la esfera
social y la salud mental. Otros estudios encontraron algunas
consecuencias de la institucionalización como la presencia de
mayores niveles de estrés y de estrategias de afrontamiento
disfuncionales (Gómez, Romero, & Consuelo, 2017), así como
menos competencias psicosociales, académicas y la presencia
de problemas del comportamiento y la regulación emocional
en adolescentes (Fernández & Fernández, 2013; Deambrosio,
Gutierrez de Vázquez, Arán, & Román, 2018; Carr et al.,
2018; Li, Chng, & Chu, 2017; Stolbach et al., 2013). Por otra
parte, los niños institucionalizados presentaron alteraciones
neurológicas, tales como la reducción del volumen de materia
gris y blanca en el cerebro, así como la disminución de la
potencia de señal en los registros de electroencefalograma.
(Nelson III, Zeanah y Fox, 2019).
En un estudio que realizamos recientemente con niños
institucionalizados en Colombia (Sarmiento, 2018) se estudiaron
los efectos del trauma complejo y la institucionalización en el

83
desarrollo socio-emocional de 48 niños, niñas y adolescentes
colombianos entre 5 a 14 años de edad. Se abordaron
posibles diferencias en las variables de comportamiento
relacional, mentalización y conducta prosocial-altruista. La
investigación se enmarcó dentro de un diseño de tipo cuasi-
experimental con un grupo objetivo n= 24 (niños, niñas y
adolescentes institucionalizados con trauma complejo) y un
grupo control n= 24 (niños, niñas y adolescentes que conviven
con familias biológicas) pareado por sexo, edad y condiciones
sociodemográficas. Se encontró que los niños con trauma
complejo e institucionalizados presentaron mayores problemas
en el dominio relacional y menor tendencia a donar en un juego
experimental para evaluar comportamiento altruista, respecto
a los niños del grupo control. Estos resultados sugieren que
el trauma complejo puede comprometer las capacidades de
socialización de los niños, niñas y adolescentes, así como el
desarrollo de comportamientos prosociales que constituyen
un substrato importante para la cohesión del tejido social.
Si bien los resultados de un gran número de investigaciones
científicas son concluyentes frente al efecto de la
institucionalización, como respuesta al maltrato infantil severo,
es importante concluir que es un tema complejo y polémico.
Por lo tanto, más allá de discutir sobre si se institucionaliza o
no a los niños, hay que reflexionar sobre todo el sistema de
protección como tal y la forma en que se puede brindar un
acompañamiento integral a las familias en riesgo. Podemos
concluir planteando que necesitamos un sistema de protección
enfocado en la prevención, en los programas de intervención
y de acompañamiento a las familias en riesgo; que contribuya
paralelamente al fortalecimiento de las familias sustitutas por
medio de procesos de selección, acompañamiento y formación
de calidad.

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89
90
¿Cómo vive la niñez y la adolescencia la
pandemia generada por COV ID-19 desde
las desigualdades socioeconómicas?

Laura Rivera y Natalia Castro

“¡Ejemplar! camina, se sube a un árbol en busca de señal, pero


no abandona su sueño” versa el titular de un periódico local
de la zona fronteriza norte de Costa Rica. Así, se romantiza
cotidianamente la desigualdad en el acceso al derecho a
la educación en los medios de comunicación, y se asigna la
responsabilidad individual a resolver la exclusión social que
afecta a millones de niñas, niños y adolescentes en América
Latina, ya que pareciera sólo una cuestión de determinación,
de compromiso, reproduciendo la idea tan asentada en la
sociedad de que “el que quiere, puede”.
Este tipo de anécdotas se reproducen cotidianamente en
toda América Latina, en un momento en que la crisis sanitaria
producto del COVID-19 se ha trasladado a todas las esferas de
la sociedad, y afecta el acceso de niñas, niños y adolescente a
derechos de todo tipo.
Por lo anterior es que el presente artículo busca discutir
sobre áreas en las que las desigualdades están teniendo
implicaciones en la niñez y adolescencia de América Latina,
y particularmente en Costa Rica, desde donde escriben las
autoras. La importancia de visibilizar este tema en un contexto
como el actual se fundamenta en los datos socioeconómicos

91
y demográficos generados por diversos organismos
internacionales.
Según UNICEF, en el Informe Mundial de la Infancia 2016, a
menos que se aborde de manera urgente la inequidad, en el
2030, 167 millones de niñas y niños en el mundo vivirán en
extrema pobreza, 69 millones de niñas y niños menores de 5
años morirán entre 2016 y 2030 y 60 millones en edad de asistir
a la escuela primaria seguirán sin escolarizarse. Estos datos no
contemplaron las implicaciones que una pandemia trae a la
situación de las niñas y niños y sus familias, en términos de
acceso a derechos sociales y económicos; sumado al hecho
de que América Latina es la región más desigual del mundo,
y esa situación se expresa de manera aún más cruda entre la
población de niñas, niños y adolescentes.
La desigualdad con respecto a la distribución del ingreso en
Costa Rica es abismal. Según el Instituto Costarricense de
Estadística y Censos (2019), para el 2019 en el país el 20%
de los hogares con mayores ingresos acumulan el 50,5 % del
ingreso total nacional, mientras en el otro extremo, el 20% de
los hogares con menor ingreso acumula solamente el 4,2 %.
Estos hogares de menores ingresos están bajo la línea de
pobreza, y agrava su situación el hecho de que en promedio
tienen un miembro más respecto a los hogares no pobres
“tienen más niños de cinco años o menos de edad, mayor
cantidad de personas demográficamente dependientes y
en un porcentaje más alto están encabezados por mujeres.”
(INEC, 2017)
Con esta información “el ingreso promedio por hogar es 12
veces mayor entre los hogares del quintil cinco respecto al
promedio en los hogares del quintil uno, relación que aumenta
a 17,6 veces a nivel per cápita.” (INEC, 2019, p. 40)
La desigualdad de ingresos en toda la región latinoamericana
afecta de manera acentuada a niñas, niños y adolescentes.
Según CEPAL (2019) en 2018 mientras que en términos
generales alrededor del 30,1% de la población regional estaba
92
bajo la línea de pobreza y un 10,7% se encontraba bajo el
umbral de la pobreza extrema, la pobreza en los niños, niñas y
adolescentes de 0 a 14 años tiene una incidencia del 46,2% y
la pobreza extrema de 18,4%.
Las niñas, niños y adolescentes que pertenecen a estas familias,
en el mejor de los casos depende económicamente de los
ingresos que puedan generar otros miembros de su familia
o de transferencias estatales, cuando no son responsables
de generar ingresos por sí mismos. Su acceso al derecho a la
educación y la salud depende de las políticas públicas, lo que
en un escenario de crisis sanitaria, que ha implicado además
el cierre temporal de los centros educativos, compromete
seriamente el acceso a derechos económicos y sociales de
este grupo en particular.
Estas familias, que ya tenían ingresos insuficientes y por
consiguiente necesidades básicas insatisfechas, se ven en
una situación agobiante ante el escenario actual. Según
la Organización Mundial del Trabajo, el COVID-19 hará
desaparecer globalmente, sólo entre abril y junio de este año,
el 6,7% de las horas de empleos, lo que equivale a la pérdida
195 millones de puestos a tiempo completo;
“en América Latina se estima que casi la mitad de los
trabajadores en la región ven amenazados sus medios
de subsistencia, mientras la pérdida de horas de trabajo
equivale a la desaparición de 31 millones de empleos a
tiempo completo.” (OIT, 2020).
El contexto actual representa sin dudas un reto en todas las
esferas sociales, como el que existen pocos precedentes en
la historia reciente. Conviene por lo tanto discutir sobre áreas
que son particularmente sensibles a verse afectadas a corto y
largo plazo por esta situación, cómo el acceso al derecho a la
educación, asociada en este contexto al acceso a tecnologías
de la información y la comunicación por la forma en que se
está virtualizando y generando a través del acceso remoto una
respuesta a la necesidad de distanciamiento físico.

93
Además, el contexto de crisis maximiza situaciones de
violencia, una de las principales lesiones a los derechos de
niñas y niños, y que debe trabajarse con una perspectiva que
evidencie las desigualdades formas en que esta violencia se
agudiza en diversos estratos sociales1, a causa de la violencia
estructural que afecta especialmente a las familias más pobres
“se estima que el primer mes de la crisis dio lugar
a una disminución del 81% de los ingresos de los
trabajadores informales en América Latina (...) para
millones de trabajadores -y sus familias-, la ausencia de
ingresos equivale a ausencia de alimentos, de seguridad
y de futuro.” (OIT, 2020).
LA DESIGUALDAD EN TEMAS CONCRETOS
El 2020 ha implicado un proceso en que la sociedad se ha
modificado drásticamente provocando serios retos en la
gestión de las políticas públicas. América Latina comparte
una situación de Estados con altos niveles de deuda pública
que dificultan generar respuestas oportunas especialmente
cuando se trata de políticas sociales catalogadas como gastos.
Particularmente interesa centrar la atención en las políticas
educativas, de protección social ante situaciones de violencia
y el acceso a espacios físicos que permitan a las niñas y niños
vivir este período en condiciones que favorezcan su desarrollo
y les protejan de riesgos de secuelas físicas y emocionales
debido al aislamiento físico.
Respecto a la educación, según datos de UNICEF, “al 23 de
marzo de 2020, alrededor de 154 millones de niños, niñas y
adolescentes (más del 95% de los matriculados en la región) se
encontraban temporalmente fuera de las escuelas, cerradas a
causa de la COVID-19”. (CEPAL, 2020, p. 43). En los hogares
1 Lo anterior de ninguna forma niega que en familias con diversos perfiles socioeconómicos se
generen situaciones de violencia contra niñas, niños y adolescentes, ni culpabilizar a personas
de cierto perfil de ingresos. Lo que se trata de resaltar es el hecho de que existen determinantes
sociales como el hacinamiento, las necesidades básicas insatisfechas, la angustia por la impo-
sibilidad de generar ingresos familiares, el acceso a información y educación oportuna para
afrontar la pandemia, así como otros elementos que generan una realidad diferenciada en la
forma en que se logra gestionar recursos psicosociales para afrontar el actual escenario.

94
de menores ingresos, entre otros motivos debido a que
cuentan con un mayor número de personas dependientes, las
necesidades y dinámicas que se desarrollan son más complejas
y las labores de cuido se recargan en las cuidadoras2.
Las estrategias que se han propuesto para resolver el necesario
distanciamiento físico parecieran partir del supuesto de que
las y los estudiantes tienen acceso a recursos tecnológicos y
psicosociales que les permitan la continuidad del ciclo lectivo.
Sin embargo, la situación actual tiene el gran riesgo de reforzar
la desigualdad en acceso a educación que ya de por sí es una
realidad en la región.
En Costa Rica, el Ministerio de Educación Pública (MEP)
ha implementado diferentes estrategias para procurar la
continuidad del proceso educativo. Tras el cierre de centros
educativos, lanzó una estrategia para la mediación pedagógica
llamada “Aprendo en casa”. La construcción de esta estrategia
contempló cuatro escenarios educativos, según el acceso
a recursos tecnológicos y conectividad. Asimismo, como
parte de esta estrategia, se ha recurrido a otros canales de
comunicación, por ejemplo la televisión o la radio, para
articular los contenidos programáticos establecidos para cada
ciclo escolar.
Aunque esta estrategia pedagógica busca, a través de los
escenarios, apoyar a los diversos sectores que conforman la
población estudiantil, no se trata solamente de contar con un
celular o una computadora. Significa poseer ciertas destrezas
en el manejo de los dispositivos; pero, además, contar con una
conectividad que posibilite el acceso a aplicaciones o la descarga
de archivos, lo cual, para quienes solamente poseen datos en
un celular, se vuelve una verdadera odisea. Adicionalmente,
un factor de gran desigualdad para la población estudiantil
es que la implementación de esta estrategia de mediación

2 “Además de los patrones culturales patriarcales, la estratificación socioeconómica de la


región y la falta de oferta de servicios públicos de calidad hacen que esta realidad afecte en
mayor medida a los hogares de menores ingresos. Estos encuentran más dificultades para de-
cidir cómo organizar los cuidados al no poder comprar en el mercado bienes y servicios que
permitan aliviar la carga de trabajo doméstico y de cuidados.” (CEPAL, 2020a, p. 32)

95
pedagógica implica la participación activa de las personas
que conforman el núcleo familiar de la persona estudiante.
Las personas de ese núcleo serán quienes deban acompañar
a niños, niñas y adolescentes en su proceso de aprendizaje
autónomo; no obstante, no todas esas personas contarán con
los recursos emocionales o los conocimientos para apoyar
el proceso, incrementando la brecha de desigualdad entre
estudiantes de diferentes sectores.
Aunado a lo anterior, a pesar de que en este periodo se
tienda a normalizar el acceso de niñas. niños y adolescentes a
dispositivos tecnológicos debido a la posibilidad de educarse
a través de estos, no deben ignorarse los riesgos que implica
su uso sin la debida supervisión, siendo que ya se reporta un
aumento en el consumo de pornografía infantil en el periodo
de confinamiento.
Sin duda el hecho de que las niñas, niños y adolescentes no
asistan a centros educativos cierra uno de los canales más
importantes en los procesos de identificación de situaciones
de violencia en el ámbito familiar.
La labor desarrollada por docentes, al igual que por psicólogas,
orientadoras y trabajadoras sociales que laboran en los centros
educativos de las comunidades donde mayores situaciones
de violencia contra niñas, niños y adolescentes se presentan,
cumplen un papel esencial en la “primera línea” de detección
de manifestaciones de violencia física, psicológica o sexual. En
este momento, la imposibilidad de que esta población asista a
sus instituciones implica que los procesos de acompañamiento
se encuentren en la mayoría de los casos en suspenso y la
ausencia que el recurso que estos profesionales representan
para muchas niñas y niños, en edad escolar especialmente, les
pone en una situación de mayor vulnerabilidad.
Es por esto que es inminente que además de generar una
estrategia que posibilite la continuidad del desarrollo de
los contenidos pedagógicos, se procure solventar las otras
funciones sociales que el centro educativo desempeña,

96
especialmente aquellas que buscan la protección social de
esta población. Son elevados los casos en que los agresores se
encuentran en el seno de la familia, por lo que el confinamiento
en estos espacios físicos limita las posibilidades de que las
niñas, niños y adolescentes accedan a otros recursos de apoyo
en un contexto como el que se experimenta actualmente.
Aunado a lo anterior, como se mencionó anteriormente, el
incremento de la violencia estructural tiene repercusiones
que se expresan de forma desigual también en los contextos
familiares, exponiendo a niñas y niños que viven en hogares
en hacinamiento, que no tienen posibilidades de garantizar
sus necesidades básicas, o acceder al derecho a la salud en
un escenario de amenaza constante, a manifestaciones más
agudas de esa violencia en su cotidiano.
Al respecto, se considera que deben potenciarse algunos
factores protectores que puedan ser puestos en práctica en el
actual contexto. Los entornos rurales posibilitan un escenario
menos adverso ya que pueden permitir el juego al aire libre,
el contacto con la naturaleza y favorecer el movimiento, la
actividad física y la salud mental. En el caso de los entornos
urbanos, donde el sedentarismo es un problema más acentuado
en esta población previo a la pandemia, debe desarrollarse una
estrategia para habilitar parques públicos, desde la gestión
comunitaria, empoderando a las organizaciones de base para
asumir la fiscalización en el uso de estos espacios, que además
podrían aprovecharse para procesos educativos desde una
perspectiva de salud comunitaria.
No es posible mantener una estrategia centralizada en el
gobierno en la gestión de esta crisis, debe seguirse ejemplos de
países que han logrado articular a la ciudadanía en una visión
colectivista de la búsqueda e implementación de soluciones,
que requiere que desde el Estado se genere las respuestas a las
necesidades particulares que estas comunidades organizadas
identifiquen.

97
Las niñas y niños no viven el confinamiento de la forma en
que se vive desde la adultez, manteniendo decenas de
contactos diarios mediante celulares, correos electrónicos
y computadoras, posibilidad que tampoco ha hecho del
distanciamiento físico un periodo de ensueño. Es necesario
comprender que las actividades vitales en niñas y niños
implican entre otras cosas la posibilidad del juego como
experiencia constitutiva de su personalidad, de su forma de
desvincularse de las preocupaciones del mundo adulto, o al
menos de elaborar desde su propia visión de mundo esas
preocupaciones que se les transmiten.
Es por lo anterior, que se considera fundamental organizar
socialmente la atención de esas otras necesidades que van
más allá de desarrollar condiciones para que los contenidos
determinados de un ciclo escolar sean puestos a disposición
de la población en edad escolar.
La visión paternalista y adultocéntrica, además de clasista,
desde la que se gestan muchas respuestas gubernamentales
en este contexto, debe ser cuestionada desde las mismas
funcionarias y funcionarios, pero además desde las familias,
así como desde las organizaciones comunitarias organizadas
que puedan promover la autogestión de formas de
acompañamiento y la constitución de redes que posibiliten
hacer visible lo que muchas veces se ha invisibilizado, la niñez
y adolescencia que experimenta las peores condiciones para
sobrellevar, y hasta sobrevivir esta coyuntura.

98
Laura Rivera Alfaro
Trabajadora Social y Abogada. Máster en
Trabajo Social por la Universidade Federal do
Pará, Brasil. Con más de 10 años de experiencia
en el sector de ONGs, tanto en torno a proyectos
sociales como en recaudación de fondos.
Durante el periodo 2018-2019 fue colaboradora
del Programa Interdisciplinario de Estudios y
Acción Social en Derechos de Niñez y Adolescencia,
PRIDENA-Universidad de Costa Rica y Coordinadora
del V Simposio Internacional y IX Nacional sobre Derechos
de Niñez y Adolescencia “Desigualdades, Abordajes y
Experiencias en el Escenario del Desarrollo Sostenible”, realizado
en San José, Costa Rica en el mes de setiembre 2019. En
la actualidad es profesora en la Escuela de Trabajo
Social de la Universidad de Costa Rica y consultora
independiente en temas de políticas públicas,
desarrollo sostenible y derechos
humanos.

Natalia Castro
Salgado
Psicóloga y Filóloga. En el
2019 fue pasante en el programa
interinstitucional de atención en salud
mental comunitaria Aulas de Escucha,
además, fue asistente del Programa
Interdisciplinario de Estudios y Acción Social
en Derechos de Niñez y Adolescencia, PRIDENA-
Universidad de Costa Rica. Actualmente,
es asesora en producción textual en La
Voz Activa y consultora en Innova
Prosalud.

99
Bibliografía
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). (2020a)
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en el nuevo contexto
mundial y regional: escenarios y proyecciones en la presente crisis.
Santiago, 2020.

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https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/44969/5/
S1901133_es.pdf

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Hogares, 2017. Disponible en:

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Organización Internacional de Trabajo. (2020). Observatorio de la OIT:


El COVID-19 y el mundo del trabajo. Tercera edición Estimaciones
actualizadas y análisis. Disponible en: https://www.ilo.org/wcmsp5/
groups/public/---dgreports/---dcomm/documents/briefingnote/
wcms_743154.pdf

Organización Internacional de Trabajo. (2020a). América Latina y


el Caribe: Primero de Mayo en confinamiento. Noticia, 30 de abril
de 2020. Disponible en: https://www.ilo.org/americas/sala-de-
prensa/WCMS_743342/lang--es/index.htm?fbclid=IwAR0hlYVY_
lJABWa2yiu3ifMSjnFbK0QuVxF-lgxbMGdwK9tsCBhmOBDzW0U

100
Perspectiva de género en
comunicaciones sobre infancia y salud,
en tiempos de la pandemia

Carlos Güida

Durante el primer cuatrimestre del año 2020 - y aún antes


de la declaración de pandemia por parte de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) - niñas y niños comenzaron a
ser mencionados en diversas comunicaciones, dirigidas a
grupos específicos: madres y padres, profesionales de salud,
comunidades educativas, entre otros.
En dichas comunicaciones, se ha visualizado a la niñez desde
distintas ópticas, que reflejan en cierta medida los paradigmas
en las cuales se sustentan:
- en tanto sujetos que podrían padecer la infección por SARS,
pero sin desarrollar la grave sintomatología de otros grupos
etarios, es decir con muy baja probabilidad de enfermar
gravemente y morir.
- en tanto sujetos contagiantes, capaces de transmitir el
virus potencialmente letal a poblaciones con mayor riesgo,
principalmente en clave afectiva: a sus abuelos.
- en tanto sujetos vulnerables en situaciones de convivencia
familiar, fundamentalmente por los riesgos de maltrato y
abuso sexual.

101
En tanto sujetos dependientes y al cuidado de personas
adultas atareadas, que deben encontrar la forma de conciliar
hacerse cargo de niñas y niños y a su vez, cumplir con tareas de
teletrabajo, trabajo no remunerado, entre otras situaciones.
Esta clasificación podría ser más amplia y exhaustiva, pero a
los efectos de este trabajo, es de interés enfatizar en algunos
aspectos de dichas comunicaciones.
Las consecuencias se visualizan, en primer término, en la
posibilidad de enfermar gravemente y morir. Sin embargo,
la visión clínco – asistencial resulta insuficiente y tiende a
perder de vista otras consecuencias si se entiende a la salud
desde la perspectiva de derechos, y desde la satisfacción de
las necesidades humanas fundamentales. En ese sentido, una
comunicación de UNICEF (2020), enfatiza que:
Si no se toman medidas urgentes, esta crisis de la salud
amenaza con convertirse en una crisis de los derechos de los
niños. Los trastornos que ha provocado en la sociedad tienen
una profunda repercusión sobre los niños: sobre su seguridad,
su bienestar y su futuro. La cooperación multilateral es la única
forma de lograr que millones de niñas y niños (incluidos los que
han debido abandonar sus hogares a causa de un conflicto, los
que padecen una discapacidad y las niñas que están expuestas
a diversos peligros) permanezcan sanos, protegidos y sigan
recibiendo una educación.
Esta advertencia de UNICEF, resulta clave para comprender
la imagen de niñas y de niños que transmiten los medios de
comunicación y las redes virtuales.
En un contexto cambiante, y con la urgencia que amerita velar
por los derechos de niñas y niños, es de nuestro interés poder
visibilizar en qué medida, los mensajes que se emiten desde
prestigiosas instituciones de la salud reproducen - en distintos
grados - los estereotipos de género y el sexismo lingüístico tan
propio del idioma español. Ello considerando al género como
un determinante social de las desigualdades de la salud.

102
Carlos
Güida
Leskevicius
Es Doctor en Medicina por
la Universidad de la República
(Montevideo, 1994). Se ha desempeñado
en diversos roles y cargos en distintas
organizaciones sociales e instituciones
gubernamentales y de la cooperación
internacional en el campo de la infancia y la
adolescencia, fundamentalmente en la promoción de la
igualdad de género. Ha sido uno de los fundadores y coordinadores de la
Cátedra Libre en Salud Reproductiva, Sexualidad y Género de la Facultad
de Psicología de la Universidad de la República. Fue electo Fellow de
ASHOKA Emprendedores Sociales en el año 2000, por su trabajo
con varones en masculinidades y género. Actualmente es Profesor
Asociado y Director del Departamento de Salud Comunitaria de
la Facultad de Ciencias de la Universidad de las Américas
(Chile) y Director Ejecutivo del Programa de Reducción
de Riesgos y Desastres de la Universidad de Chile
(CITRID).

Indudablemente existe una gama de mensajes estereotipados,


y es evidente que las instituciones que abogan por los derechos
a la salud en estos tiempos, no alientan mensajes misóginos ni
homofóbicos. Pero en los intersticios de textos y significantes
pueden hallarse las pistas de la continuidad de las prácticas
lingüísticas sexistas y androcéntricas.
Los debates sobre la lengua española y su uso no son
recientes, pero sí existe un campo de disputa en el ámbito
académico y social. Dos reconocidas autoras manifiestan que
“el problema de la inadecuada representación de las mujeres
por expresiones discriminatorias u ofensivas no tiene su raíz en
supuestas insuficiencias del sistema de la lengua, sino en las
prácticas lingüísticas de los mismos hablantes y en la acción
que las fuerzas sociales ejercen sobre ellas”. (Tapia-Arizmendi
y Romani, 2012).

103
Por otra parte, diversas agencias del sistema de Naciones
Unidas vienen abogando desde hace décadas por la
igualdad de género1. Ello se ha acentuado positivamente
con el compromiso asumido por la mayoría de las
naciones, al sumarse a la Agenda 2030 de los Objetivos
de Desarrollo Sostenible (ODS), que inscribe en cada una
de las metas, ciertos objetivos de igualdad de género,
más allá de la especificidad del quinto. Desde todos los
objetivos, se enfatiza en actuar desde la valoración de
las niñas e involucrar a los niños para un futuro de mayor
equidad.
Incursionamos entonces en comunicaciones emanadas
desde algunas de las sociedades pediátricas de América
latina y desde Naciones Unidas (en particular desde la
OMS), a los efectos de observar el uso del lenguaje género
inclusivo en textos en idioma español y por lo tanto de
visibilizar a las niñas.
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EXTRAVIADA:
COMUNICACIONES DE SOCIEDADES DE PEDIATRIA
Analizando el lenguaje empleado en comunicaciones
relacionadas a la pandemia del COVID - 19 , por parte
de sociedades de pediatría de Argentina, Brasil, Chile y
Uruguay, podemos encontrar algunas similitudes con
relación a la perspectiva de género.
Haremos referencia a algunos de los mismos.
Un comunicado alojado en la página de la Sociedad Chilena
de Pediatría (SOCHIPE, 2020) desde el mes de marzo,
nos muestra que el uso del lenguaje género inclusivo
es inexistente. Las expresiones son en clave masculina,
es decir se menciona al “niño” y a “los niños”, así como
al referente del cuidado: el “padre”, y al profesional de
salud en tanto “médico”. Este lenguaje contrasta con la
imagen de una niña en brazos de una mujer. Se exhorta al
1 Entre dichas agencias pueden citarse: UNFPA, PNUD, OIT, OMS, UNICEF, UNES-
CO, ONUMUJERES.

104
cuidado de los niños y de ayudarles en un período de reclusión
domiciliaria, pero las niñas no son mencionadas, tampoco
lo son las principales referentes del cuidado doméstico: las
mujeres. Dos aspectos más destacan de esta comunicación
dirigida a quienes cuidan: la fuente de la información tampoco
utiliza un lenguaje incluyente de las niñas: es el boletín en
español de la Academy Americans of Pediatrics2. Y, por otra
parte, se invita al uso de un cuento para niños, donde el virus
se personifica en femenino3.
En el mismo sentido una publicación de la Sociedad Uruguaya
de Pediatría (SUP, 2020), redactado en primera persona del
plural, parece ubicarnos en familias nucleares de sectores
medios urbanos y es desde el ámbito hogareño que se
referencia a figuras masculinas en plural: “abuelos”, “padres”,
“cuidadores” de “niños”. Es saludable contrastar este lenguaje
androcéntrico con lo que plantea PNUD (PNUD, 2020) con
relación al cuidado en tiempos de pandemia:
El trabajo doméstico y de cuidados no remuneradoha
aumentado como resultado de las consecuencias del brote
de COVID-19, por el cuidado de pacientes en casa, los
cierres de escuelas, el cuidado de personas adultas mayores
y las cuarentenas obligatorias. Las mujeres y las niñas son
las cuidadoras principales en el hogar y tienen mayores
responsabilidades domésticas y de cuidado familiar. A nivel
mundial, hacen dos veces y media más de trabajo doméstico y
de cuidados no remunerados que los hombres.
En dicho contexto, cabe visitar el documento
“Recomendaciones elaboradas por grupo interdisciplinario
inter-sociedades científicas e intercátedras de Uruguay”
- que se encuentra disponible al menos en la página de
la Sociedad Uruguaya de Pediatría – en el cual es posible
observar cómo “el niño” es mencionado un total de 19 veces,
2 El boletín se denomina healthychildren.org, que en español también se encuentra escrito en
genérico masculino: https://healthychildren.org/spanish/family-life/family-dynamics/commu-
nication-discipline/paginas/positive-parenting-and-covid-19_10-tips.aspx
3 Afirma el comunicado “Y si a tus niños aún les cuesta entender, o son muy chiquititos para
hacerlo, acá te dejamos un documento bien cortito preparado especialmente para ellos. Pincha
ACÁ”. https://sochipe.cl/v3/docs/virus.pdf

105
“los niños” en 28 oportunidades, la “niña” y “las niñas” en
ninguna oportunidad. Allí, las madres son mencionadas en
20 oportunidades y unas pocas veces, aparece “el padre”, en
calidad de “acompañante”. El término “género” es inexistente,
en este espacio de la práctica de la biomedicina. No se trata
solamente de menciones, sino que probablemente refleje lo
que hemos señalado en distintas publicaciones (Güida, 2003;
Güida, 2011; Güida, 2006) acerca del papel del modelo de
salud materno infantil y del lugar asignado a la paternidad.
Un ejemplo gráfico sobre la ausencia de la perspectiva de
género en comunicaciones desde algunas sociedades de
pediatría se evidencia en la publicidad del Congreso Cearense
de Pediatría online sobre COVID 194, donde los roles de niños
y niñas obedecen a los clásicos roles de género.

4 Puede visitar el sitio web del Congreso: https://www.sbp.com.br/imprensa/detalhe/nid/so-


cep-promove-congresso-cearense-de-pediatria-on-line-sobre-covid-19/

106
Si bien el idioma portugués ayuda en el uso de un lenguaje
género inclusivo, al presentar un término neutro - “criança” -
para designar indiferentemente al niño o niña, ello no implica
que las prácticas profesionales se encuentren alejados de un
paradigma conservador.
INICIATIVAS DESDE LA GOBERNANZA GLOBAL DE SALUD:
ORGANIZACION MUNDIAL DE LA SALUD (OMS)
En materia de salud y considerando los Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS) (Naciones Unidas, 2015),
alcanzar las metas trazadas en los objetivos tres (salud y
bienestar), cuatro (educación de calidad) y cinco (igualdad de
género), implica la más alta consideración de la promoción
en salud con perspectiva de género, incluyendo la educación
y la comunicación en salud. Sin embargo, dicha perspectiva
resulta escurridiza en importantes declaraciones, en el marco
de los consensos internacionales en salud. En la Declaración
de Shangai sobre la Promoción de la Salud en la Agenda 2030
para el Desarrollo Sostenible (OMS, 2016), existe tan sólo una
mención al empoderamiento de las niñas, sin hacer ninguna
referencia a la perspectiva de género. Ya en la Declaración de
Astaná (OMS, 2018), culminación de la Conferencia Mundial
sobre Atención Primaria de Salud, no existe una sola mención
a niñas y niños - si bien podría afirmarse que se encuentran
considerados implícitamente - y nuevamente la perspectiva
de género resulta muy lábil, si se observa a la luz de lo
comprometido en los ODS.
Pues bien, la OMS ha difundido una herramienta didáctica
en el marco de la pandemia por coronavirus: un cuento que
se encuentra traducido a diversos idiomas. En español se
denomina “Mi héroe eres tú” (Patruck, H; 2020).5 Revisado en
sus diferentes versiones, el texto en español resulta al menos
confuso en el lenguaje: la madre es “un héroe”, la niña es “un

5 Posterior a la edición de este artículo, ha surgido una versión del cuento que incorpora el
cambio en el sentido que mencionamos, lo que es una buena noticia. Sin embargo, la página
web aún contiene una versión en el sentido anterior. https://interagencystandingcommittee.
org/system/files/2020-05/My%20Hero%20is%20You%2C%20Storybook%20for%20Chil-
dren%20on%20COVID-19%20%28Spanish%29.pdf

107
héroe”. El lenguaje de género inclusivo no sólo está ausente,
sino que está mal empleado el propio idioma español. Cabe
considerar que el libro es un proyecto desarrollado por el Grupo
de Referencia del Comité Permanente entre Organismos sobre
Salud Mental y Apoyo Psicosocial en Situaciones de Emergencia
(IASC). Señala la publicación, quienes han participado:
Más de 1.700 niños, padres, cuidadores y profesores de todo
el mundo se tomaron el tiempo de compartir con nosotros
cómo estaban enfrentando la pandemia de COVID-19. Un
gran agradecimiento a estos niños, sus padres, cuidadores y
profesores por completar nuestras encuestas e influir en esta
historia. Esta es una historia desarrollada por y para los niños
de todo el mundo.
En definitiva, un texto escrito con clara intencionalidad de
inclusión (de nacionalidades, de género y de capacidades
diferentes), encuentra en la traducción al español una traba
importante. Basta visitar el texto en portugués, italiano, francés
e inglés, para darse cuenta del uso del lenguaje inclusivo, en
comparación con el idioma español.

108
Resulta de interés además, que en la propia página de la OMS
en español, esta diferencia en el uso del lenguaje inclusivo se
mantenga, ya que las citas a referentes de distintas agencias,
mantienen al idioma español en genérico masculino.
SINTÉTICAS CONCLUSIONES
Es posible entonces observar las carencias del idioma español
y también del uso adecuado de los recursos idiomáticos
propios del idioma para dar visibilidad a las niñas al referirse
al conjunto de quienes transitan por la niñez. También es
importante valorar el papel de las traducciones de textos al
idioma español por parte de agencias de las Naciones Unidas.
Complementariamente, el lenguaje utilizado por parte de
espacios comunicacionales de la pediatría, podría implicar
algo más que una cómoda adaptación al genérico masculino,
sino ser el reflejo de una mirada de un otro al que se denomina
“niño”, tan propio del modelo materno - infantil. Y el que se
encuentra en sintonía con los análisis de las carencias de la
perspectiva de género en el campo de la salud, la educación y
el desarrollo sostenible.

109
Bibliografía
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todo lo que debes saber sobre covid-19”. Rescatado 03/05/2020 de:
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Güida, C. (2003): “El papel de los servicios de salud en la consolidación


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110
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111
112
Niñez adolescencia y desarrollo
sostenible: metas ¿lo lograremos
para el año 2030?

María Fontemachi

1. INTRODUCCIÓN
La Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, adoptada en
2015 por 193 países, establece 17 Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS) que la comunidad internacional tiene que
alcanzar para todas las personas, haciéndolo de una forma
sostenible y con equidad. Más allá de que estas observaciones
carezcan de obligatoriedad por no existir sanción a quienes no
las cumplen, nos sirven para orientarnos en acciones, pues
son la visión de lo que debe ser y adonde debemos llegar.
Los ODS promueven los derechos de la humanidad, y suponen
una oportunidad para proteger a todos los niños y niñas.
Lograr los objetivos del Desarrollo Sostenible es un desafío
para las asociaciones como la Asociación Latinoamericana
de Magistrados, Funcionarios, Profesionales y Operadores de
Niñez Adolescencia y Familia -ALAMFPYONAF- que trabajan
por el bienestar y la defensa de los derechos de niños, niñas y
los y las adolescentes latinoamericanos y del Caribe, tratando
de que estos discursos se lleven a las prácticas.

113
Cumplir la agenda propuesta para la próxima década, hacer
realidad los ODS es un reto para cambios estructurales,
ideológicos, políticos y sociales en nuestros países, que tengan
como consecuencia el cambio de prácticas que pongan a los
niños, niñas y adolescentes en el centro, como protagonistas,
respetando sus derechos antes que cualquier otro y
anteponiendo sus intereses al de los adultos, como rezan las
legislaciones aplicables tanto a nivel internacional, nacional,
provincial y municipal.
Garantizar el bienestar de los niños, niñas y adolescentes es
una obligación esencial de las políticas públicas que deben
comprometer a los tres poderes del Estado: administrativo,
legislativo y judicial, cada uno en el ámbito de sus competencias.
Este transitar hacia la meta, este hilo conductor debe estar
estratégicamente planeado, pensado, para ser eficaz y día
a día progresar en este camino hacia el cumplimiento de
los objetivos que no es otra cosa que respetar los derechos
básicos fundamentales… darles lo que merecen día a día. En
este sentido, observamos algunos esfuerzos, plasmados en
las ponencias de los distintos Congresos Latinoamericanos de
Niñez Adolescencia y Familia que realiza ALAMFPYONAF cada
año (www.alatinoamericana-naf.com), pero no son suficientes.

114
Las legislaciones han cambiado desde la proclamación de la
Convención Internacional sobre los Derechos del niño en el
año 1989. En general, se reiteran en los países los postulados
del compromiso asumido ante las Naciones Unidas en sus
respectivas ratificaciones.
Otro tema es la práctica, como adelanté, no se ha demostrado
el cambio del modelo social y político que debería poner
a los niños, niñas y adolescentes, en el centro de las
decisiones, especialmente en la asignación de recursos en los
presupuestos, siempre escasos cuando hablamos de niñez,
adolescencia y problemas familiares.
Esta es una realidad que vivimos y debemos trabajar para que
cesen en sus sufrimientos, en especial los históricamente más
vulnerados, los que crecen en extrema pobreza, sin el cuidado
amoroso de una familia con las capacidades suficientes, sin
educación adecuada a sus circunstancias, sin salud, sin los
cuidados básicos, en ambientes de violencia con ausencia de
una defensa efectiva de sus derechos, sin perjuicio de que
muchos países han creado figuras como el “abogado del niño”,
“defensor del niño”, curador “ad litem”, etc, sabemos que esto
en muchos casos es letra muerta y no alcanza. Todo esto afecta
la salud, el desarrollo y, en definitiva, veda las posibilidades de
poseer un proyecto de vida.
Necesitamos mayor participación de todos los actores
gubernamentales, de los que se comprometieron a estas
metas, también de la sociedad, y especialmente darles el lugar
que merecen como protagonistas de este presente y el fututo,
a los niños, niñas y adolescentes, como así también mayor
integración, trabajo interdisciplinario e interinstitucional,
propuestas concretas y acciones que potencien un desarrollo
incluyente y sostenible.

115
2. DECLARACION, COMPROMISO, METAS Y
RESPONSABILIDADES
¿Cuáles son esas metas?
¿Cuál es la situación latinoamericana, por ejemplo, respecto
de la pobreza, causa de incumplimiento de otros derechos a
respetar?
¿Cuáles de estas metas son de posible desarrollo para cumplir
con el objetivo “del discurso a las prácticas”, salvaguardando
así su cumplimiento para el bienestar de niños, niñas y
adolescentes?
En principio, es importante tener claro cuáles son todas las
metas u objetivos de desarrollo sostenible, propuestas por los
mismos que las deben cumplir, los Estados latinoamericanos y
del caribe:
1. Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el
mundo.
2. Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la
mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible.
3. Garantizar una vida sana y promover el bienestar para
todos en todas las edades.
4. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad
y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la
vida para todos.
5. Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas
las mujeres y las niñas.
6. Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible
y el saneamiento para todos.
7. Garantizar el acceso a una energía asequible, segura,
sostenible y moderna para todos.

116
8. Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y
sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente
para todos.
9. Construir infraestructuras resilientes, promover la
industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la
innovación.
10. Reducir la desigualdad en y entre los países.
11. Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos
sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
12. Garantizar modalidades de consumo y producción
sostenibles.
13. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio
climático y sus efectos.
14. Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los
mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.
15. Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de
los ecosistemas terrestres, gestionar los bosques de forma
sostenible, luchar contra la desertificación, detener e invertir
la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de la
diversidad biológica.
16. Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el
desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para
todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas
a todos los niveles.
17. Fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la alianza
mundial para ell desarrollo sostenible.
Todas estas metas, a excepción de las 5, 13, 14 y 17, se reducen
a la primera, y claramente se resume en la Declaración
de los Jefes de Estado y de Gobierno, que se transcribe a
continuación:

117
“Los Jefes de Estado y de Gobierno se comprometen a poner
fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo de aquí a 2030,
a combatir las desigualdades dentro de los países y entre
ellos, a construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, a
proteger los derechos humanos y promover la igualdad entre
los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas,
y a garantizar una protección duradera del planeta y sus
recursos naturales”.
Estas metas son maravillosas si pudieran hacerse realidad,
pero, me pregunto si los Jefes de Estado que suscribieron estos
objetivos creían que ¿era posible? ¿Qué estrategias pergeñaron
para su cumplimiento? ¿Qué exigencias se propusieron para
sus administraciones los/as que tienen el poder de actuar con
mayor equidad, de cambiar estas realidades tan espantosas
como la pobreza, la desigualdad, las guerras frías o sangrientas,
la destrucción del planeta, etc.?
Este cambio significaría un gran esfuerzo de los que más
tienen, en términos de equidad, de renuncia a privilegios,
de educación de todos/as y para todos/as. Hasta ahora, no se
ha advertido que, sobre todo los/as más poderosos/as, estén
dispuestos a ello.
¿De qué sirven los discursos, relatando derechos y miserias, si
no cambiamos las prácticas?
¿Cuál es la función de las sociedades organizadas en
instituciones de bien público, de las asociaciones y las
fundaciones?
En principio, creo que debemos capacitar y proponernos entre
todas/os que eso que exponemos se cumpla; en segundo
término, debemos evaluar los impactos de lo que decimos
y hacemos; en tercer término, potenciar más y mejor las
investigaciones científicas referidas a estos temas. Exigir a
las instituciones gubernamentales y todas las personas e
instituciones comprometidas especialmente con los niños,
niñas y adolescentes, el cumplimiento de sus obligaciones y

118
los datos reales de las situaciones que exponemos, pobreza,
educación, violencia, niños y niñas sin cuidado parental, etc.,
aún es mucho lo que debemos cambiar. ¿Es posible?
Nuestros niños, niñas y adolescentes latinoamericanos carecen
en muchos casos de los elementos mínimos necesarios para
su subsistencia, problemáticas familiares, parentales que se
identifican con la pobreza, la violencia familiar, estructural,
social, el crimen organizado, la falta de educación de calidad
que les permita el desarrollo integral, en definitiva, el acceso a
los derechos consagrados convencionalmente, especialmente,
el acceso a la justicia.
Respecto a las corresponsabilidades, basado en el principio de
responsabilidades comunes, parafraseando la Ley provincial
9139 (Mendoza – Rca. Argentina) todos/as somos responsables:
“la familia, los organismos del estado, las asociaciones civiles,
simples asociaciones y/o fundaciones deben asegurar a niños,
niñas y adolescentes el pleno desarrollo de su personalidad,
hasta el máximo de sus potencialidades, así como el goce de una
vida plena y digna debiendo cumplirse estas responsabilidades
teniendo en cuenta el Interés Superior del niño y la niña”.
Debemos generar estos cambios necesarios, unidos y
especialmente con conocimiento cierto de la realidad, como
ya dije, son fundamentales los datos para planificar cambios.
Los pocos datos con los que cuentan las instituciones muchas
veces son erróneos, se nos ocultan o no existen y/o tampoco
lo indagamos.
Si bien este es un compromiso común y universal, sabemos
que cada país tiene plena soberanía sobre su riqueza,
agregaría también sobre su “pobreza”, recursos, falta de
recursos y actividad económica, y cada uno fija sus propias
metas nacionales. Sería deseable que fueran apegándose
a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como lo dispone el
texto aprobado por la Asamblea General. En relación a esto,
debemos tener presente en Latinoamérica y el Caribe las
diferentes realidades, capacidades y niveles de desarrollo

119
de cada país, e incluso las diferencias que existen dentro
de un mismo país. Un ejemplo de ello es la Argentina, que
ostenta problemáticas, recursos y realidades muy diversas a
lo largo de su superficie. Por ejemplo, la Ciudad de Buenos
Aires (CABA) y la Provincia de Buenos Aires abarcan el 11%
de la superficie total y cuentan con la mitad de la población,
20.000.000 (veinte) millones de habitantes, de los 44 que tiene
todo el país. Es allí donde se concentra la mayor población, los
recursos y en consecuencias las políticas públicas de la nación
se basan en esta realidad, en sus necesidades y en definitiva
en las problemáticas de este grupo urbano, para dictar las
legislaciones que tienen influencia en toda la nación, sin tener
presente la diferencia de recursos y comportamientos sociales
en otras zonas del país, lo que perjudica a las regiones menos
pobladas.
Las provincias con menos recursos se encuentran atrapadas
por estas políticas públicas y sociales que muchas veces no
reflejan sus necesidades y son perjudiciales para el crecimiento
sostenido y dificulta encontrar soluciones a estas realidades
para superarlas.
3. LATINOAMÉRICA, EL CARIBE Y EL PROGRAMA DE
DESARROLLO SOSTENIBLE: REALIDADES
La situación de Latinoamérica y el Caribe, si bien es
conocida, no existen datos claros del contexto de los niños,
niñas y adolescentes relacionadas con los ODS. Esto se ve
palmariamente en los informes que de cada país hace PNUD.
Es importante resaltar que cuando se investiga qué pasa
con estas metas en los países Latinoamericanos y del Caribe,
aparece en la web, el Programa de las Naciones Unidas para
el Desarrollo (PNUD). Este programa, según lo publicado en su
plataforma, “Evalúa, promueve el cambio y conecta a los países
con los conocimientos, la experiencia y los recursos necesarios
para ayudar a los pueblos a forjar una vida mejor”. Publica
en su página (und.org) el Plan Estratégico del PNUD (2018-
2021) que ha sido diseñado, según esta publicación, para

120
responder a la gran diversidad de países a los que prestan sus
servicios. “Esta diversidad se refleja en tres amplios ámbitos
del desarrollo: erradicación de la pobreza, transformaciones
estructurales y construcción de resiliencia” .
Así, en la página del Gobierno de la Rca. Argentina, similar a
otras de países latinoamericanos, al referirse a los ODS expresa
que: “Los Estados Nacionales miembros de la Organización
de Naciones Unidas (ONU) aprobaron en dicho documento
17 Objetivos y 169 Metas que deberán ser cumplidos al año
2030. Los ODS reconocen que las iniciativas para acabar con
la pobreza deben ir de la mano de estrategias que favorezcan
el crecimiento económico y aborden una serie de necesidades
sociales, entre las que cabe señalar, revertir la pobreza, el
hambre, sostener una educación, la salud, la protección social
y las oportunidades de empleo, a la vez que luchan contra
el cambio climático y promueven la protección del medio
ambiente”.
En una primera instancia, Argentina consideró la indivisibilidad,
integralidad y transversalidad de la Agenda para adaptarla al
contexto nacional, por lo que incluyó a los 17 ODS y priorizó las
169 metas de acuerdo con los 8 grandes Objetivos de Gobierno
(OGs) y sus 100 iniciativas prioritarias, entre las que se destaca
la eliminación de la pobreza. (https://www.argentina.gob.ar/
agricultura/objetivos-de-desarrollo-sostenible).
Algunos objetivos mencionados en la plataforma para el 2030
refieren a “Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria
y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible,
proponiendo metas e indicadores adaptados Argentina”;
“Duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los
productores de alimentos en pequeña escala, en particular las
mujeres, los pueblos indígenas, los agricultores familiares, los
pastores y los pescadores, entre otras cosas mediante un acceso
seguro y equitativo a las tierras, a otros recursos de producción
e insumos, conocimientos, servicios financieros, mercados y
oportunidades para la generación de valor añadido y empleos
no agrícolas”; “Aumentar el potencial productivo con valor

121
agregado mediante un desarrollo agroindustrial equilibrado
y sustentable que logre una oferta exportable diversificada,
resguarde la seguridad alimentaria y apoye a los pequeños
y medianos productores y trabajadores rurales mediante el
incremento de sus ingresos y la mejora de su calidad de vida
favoreciendo el arraigo”.
La asignación de las metas a los distintos ministerios y
organismos del Ejecutivo Nacional se orientaron de acuerdo
con sus respectivas competencias y objetivos. De este modo,
cada uno de los “organismos responsables” tuvo al menos una
meta a su cargo, inmediatamente vinculada con su mandato
político-institucional.
Para la realización del trabajo interinstitucional, se convocaron
seis comisiones de trabajo según áreas estratégicas
conformadas por distintos ministerios y organismos. Estas
comisiones fueron: Educación; Ciencia y Tecnología; Producción
Agropecuaria Sostenible; Vivienda, Hábitat, Desarrollo Urbano
e Infraestructura; Trabajo y Empleo y Protección Social. La
Secretaría de Agroindustria forma parte de la Comisión de
Producción Agropecuaria Sostenible, junto a la Secretaría de
Ambiente y Desarrollo Sustentable y el Ministerio de Hacienda
y Finanzas. Pero resultados no se han visto, pues subió el
índice de pobreza de un 30.7% en el año 2015, cuando se
firmaron los objetivos, a un 35% en el 2019.
Entre los datos publicados por este Programa (PNUD) en
las páginas de cada país, surgen algunos de los datos que a
continuación publico, dejando constancia que algunos de ellos
no tenían los índices de pobreza como en el caso de Bolivia,
Chile y Venezuela, los que fueron encontrados en otros
informes como los de la CEPAL.
De lo investigado al respecto, siguiendo lo publicado por
PNUD en la pagina de Chile, por ejemplo, destaco que este
Programa se ha concentrado en apoyar a la institucionalidad
de Chile a elaborar soluciones y conocimiento para mejorar la
vida de las personas, y que respecto a género solo el 23% de

122
María
Fontemachi
Doctora en conducta
humana.Magister en
Docencia universitaria.
Especialista en Ciencias
Penales, Violencia
Familiar.Presidenta de la
ALAMFPYONAF.Docente
de grado y posgrado.Ex
magistrada.

País Población Pobreza % Ingreso P/C Porcentaje DH %


2015/2018/19 U$S
ARGENTINA 44.938.712 30,7 35,4 12.730,00 0,825
BOLIVIA 11.350.000 14,7 15,2 3.548,59 0,693
BRASIL 207.600.000 22,8 26,5 239,00 0,759
CHILE 18.730.000 11,7 13,7 33.604,00 0,843
COLOMBIA 48.200.000 20.02 19,2 5.805,61 0,720
ECUADOR 17.096.789 23,3 34.6 6.344,87 0,758
GUATEMALA 14.901.286 23.04 23,00 359,00 0,492
PARAGUAY 6.600.000 22,20 23,08 7.580,00 0,676
URUGUAY 3.415.179 9,07 8.1 16.246,00 0,808
CUBA 11.000.000
RCA. DOMINI- 10.266.000 30,5 30,5 8.050,63 0.736
CANA

123
los congresistas son mujeres y respecto de la concentración
de la riqueza el 51,5% del ingreso está concentrado en el 5%
más rico.
De estos datos no muy claros si los contrastamos entre sí,
respecto de los porcentajes de pobreza, ingresos por persona
por año etc., concluimos que el discurso no se plasmó en las
prácticas, al contrario de lo esperado, en los últimos cinco
años no ha existido en Latinoamérica y el Caribe al menos,
una disminución del índice de la pobreza, de los feminicidios,
de la violencia, etc.; ha bajado el ingreso por persona y en
consecuencia, los niños, niñas y adolescentes, sufren mucho
más.
Según el artículo publicado por la BBC, en los últimos 5 años se
sumaron a la pobreza extrema en América Latina 17 millones
de personas mientras en 2.014 habían 46 millones en esa
situación en 2.018 subieron a 63 millones, considerando que
las razones son el ajuste fiscal mediante un recorte de recursos
a los hogares más pobres.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
en su publicación del Panorama Social para América Latina
de 2018, expresa que: “aun cuando la región logró grandes
avances entre la década pasada y mediados de la presente,
desde 2015 se han registrado retrocesos, particularmente en la
pobreza extrema. El magro desempeño logrado en los últimos
años, sumado al débil ciclo económico,constituye un llamado a
poner en marcha y renovar las políticas públicas de protección
social, abarcando fundamentalmente medidas de inclusividad
en el ámbito laboral y políticas redistributivas en materia
de ingresos”. Sigue diciendo que: “Es necesario redoblar
esfuerzos para avanzar en la promoción de empleos de calidad
y en la construcción y expansión de sistemas de protección
social integrales y efectivos, que fortalezcan la capacidad de
contar con los recursos necesarios para que los hogares menos
favorecidos tengan una vida digna” y respecto a las metas u
ODS agrega, erróneamente a mi criterio, “la reducción de
la pobreza planteadas en el contexto de la Agenda 2030
124
para el Desarrollo Sostenible todavía es factible para la gran
mayoría de los países de la región. Expresando que “para ello
se requiere acompañar el crecimiento de las economías con
políticas públicas que contribuyan a reducir la desigualdad
de los ingresos, tanto a través de mercados de trabajo que
garanticen remuneraciones dignas y condiciones laborales
decentes, como de sistemas de pensiones (contributivas y no
contributivas) y de transferencias que garanticen una base de
ingresos para las personas en situaciones de pobreza”.
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/44395/11/
S1900051_es.pdf

Las metas, como vemos, de acuerdo al cuadro presentado y


a las estadísticas, son muy ambiciosas, pero no posibles, si
seguimos con los mismos argumentos y proclamas pero sin
presentar propuestas operativas para llevarlas a la práctica.
Necesitamos de organismos internacionales que se encargan
de su evaluación y contribuyan con propuestas concretas y
realizables, para que los gobiernos que se comprometieron
cumplan con lo convenido, que era terminar con la pobreza
para el 2030, o al menos como dice CEPAL, reducirla.
Unicef al respecto de los ODS expresa: “Animamos a los
gobiernos del mundo a aplicar la Agenda de Desarrollo
Sostenible, y en concreto a: 1. Erradicar la violencia contra los
niños. 2. Convertir el fin de la pobreza infantil en el elemento
esencial para erradicar la pobreza mundial. 3. Renovar los
esfuerzos mundiales para poner fin a las muertes maternales e
infantiles que es posible prevenir. 4. Prestar mayor atención a
la adolescencia, el segundo decenio de la vida. 5. Aprovechar la
creciente “revolución de los datos” para promover los derechos
de todos los niños y las niñas. 6. Incrementar las inversiones
en todos los niños y niñas, sobre todo en los más vulnerables
y marginados. 7. Romper el ciclo de las crisis crónicas que
afectan a la infancia. 8. Priorizar la educación para que todos
los niños, las niñas y los adolescentes asistan a la escuela. 9.
Acabar con la exclusión y la discriminación contra las niñas.
10. Hacer frente al cambio climático para bien de las futuras
generaciones”. (Unicef, 2015).

125
Son relatos muy conmovedores pero irreales si no logramos
cambiar profundamente nuestras prácticas. Como en el resto
de los informes de las Organizaciones Internacionales que
tienen como objetivo el tratar de cambiar estas realidades,
Unicef expresa lo que se debe hacer, de fomra general, pero
esto no alcanza ni mínimamente para el cambio de realidades
que se proponen.
A este panorama ahora debemos agregar la Pandemia del
COVID 19, que más que nunca ha desbastado las economías
de los países de la región, sin posibilidades de resguardo o
ayuda, por la situación que ya venían sosteniendo.
Necesitamos cambios estructurales severos. Diseñar
e implementar políticas como las detalladas por los
documentos y las organizaciones, que realmente contribuyan
al equilibrio, y, para ello, debe prestarse especial atención a
los contextos y las causas que llevaron a América Latina y el
Caribe a esta situación de pobreza y desigualdad que afecta
de manera desproporcionada a niños, niñas, adolescentes,
familias y especialmente también a los pueblos indigenas.

126
CONCLUSIONES:
Los países tienen sus representantes y se reúnen en Naciones
Unidas con el fin de paliar las crisis y las desigualdades a partir
de propuestas, de ODS, etc, que plantean precisamente los
responsables y encargados de solucionarlas, los que gestionan
las riquezas de los países, los que las administran y deberían
ser los que deberían cumplirlas.
De las capacidades humanas, técnicas y financieras de cada
país como del grado de armonización de las políticas y los
planes nacionales con los ODS, dependen las prioridades
que impongan los que tienen la responsabilidad política de
planificar y decidir. También son protagonistas fundamentales,
para este logro, la sociedad y los poderes competentes, que
tienen que controlar estas decisiones de distribución de
recursos.
De lo relatado hasta aquí, podemos inferir como dije en los
párrafos anteriores, que estamos muy lejos de cumplir con
las metas, al contrario, estamos en una escalera descendente
en cuanto a cambios positivos en la vida de las personas,
especialmente en la de los niños, niñas y adolescentes, por
eso, tenemos que pensar en cómo lo logramos, todos/
as y cada uno/a de nosotros/as, desde los lugares en que
estamos y bregar porque la corrupción que corroe las
arcas latinoamericanas, la desigualdad y la falta de buenas
administraciones de los recursos, no sigan atacando a los que
más lo necesitan.
Por ello reitero “del discurso a las practicas”.

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Bibliografía
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https://www.argentina.gob.ar/agricultura/objetivos-de-
desarrollo-sostenible
https://www.cl.undp.org/content/chile/es/home/our-focus.
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https://repositorio.cepal.org/bitstream/
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BBC NEWS MUNDO https://www.bbc.com/mundo
https://www.google.com/publicdata/explore?ds=d5bncppjof8f9_&met_
y=sp_pop_totl&idim=country:BOL:PRY:CHL&hl=es&dl=es

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Edición Junio 2020
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