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¿Reducción de la deforestación?
El año anterior el Gobierno presentó como un gran logro la pasmosa cifra de deforestación
para 2018, 197.157 ha (IDEAM, 2019). No obstante, algunos análisis al respecto hacen caer
en la cuenta que esos resultados, para nada alentadores, no son necesariamente producto
de este gobierno (Olaya 2019); es decir que se pueden estar ganado indulgencias con padre
nuestros ajenos. Pero más allá del número, preocupan la inconsistencia de la información y
su aplicación para el diseño de políticas públicas.
1 https://sostenibilidad.semana.com/impacto/articulo/sucumbe-la-amazonia-colombiana-75000-hectareas-deforestadas-
este-ano/51466
De otro lado, el Sistema de Información Ambiental Territorial de la Amazonía Colombiana
(Siat-ac), que monitorea permanentemente los puntos de calor en la Amazonía colombianaen
este territorio2, permite ver un aumento alarmante en los mismos: Del 1 de marzo al 9 de
junio de 2019 fueron detectados 688 en los 93 departamentos amazónicos, mientras que en
el mismo período de este año, este número escaló a 13.092.
El BST también existe, igualmente fragmentado, en los valles interandinos, en uno de los
cuales la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales ANLA negó licencia ambiental al
proyecto hidroeléctrico Cañafisto, argumentando la pérdida de BST y de conectividad que
ocasionaría esta obra (El Tiempo 2017). Allí, 1700 familias hubieran tenido que ser
reubicadas.
En este caso el proyecto no tuvo licencia, pero otras hidroeléctricas ya han inundado vastas
extensiones del reducido BST en los valles del Magdalena y el Cauca, desplazando e
impactando numerosas familias y comunidades, al tiempo que se proponen en lugares con
2 Un punto de calor se define como una anomalía térmica sobre el terreno, que en realidad es una aproximación a
incendios o puntos potenciales de fuego (Di Bella, y otros, 2008). http://siatac.co/web/guest/monitoreo-fuegos/puntos-
de-fuego
3 De acuerdo a esta plataforma componen la Amazonía colombiana la totalidad o parte de la superficie de los
departamentos de Guanía, Putumayo, Caquetá, Amazonas, Vaupés, Guaviare, Meta, Vichada y Nariño.
relictos del ecosistema, como el valle del Patía. En departamentos como el Huila y Tolima, el
BST también es destruido y su espacio ocupado por agroindustria y ganadería ¿qué pasa
con los derechos ambientales de las comunidades convivientes de estos ecosistemas?
Durante este segundo año del actual gobierno, en el marco de excepción creado durante la
pandemia, las condiciones para el extractivismo se han flexibilizado y facilitado en extremo
en aspectos como el licenciamiento, la creación de beneficios tributarios y el debilitamiento
de los procesos de consulta previa y participación efectiva de las comunidades.
Los motores de la deforestación son aún objeto de debate, no obstante parecieran haber
algunos acuerdos: Existe una estrecha relación entre deforestación y acaparamiento de
tierras, ganadería y expansión de monocultivos de palma aceitera 4. Hay grupos ilegales y
paraestatales promoviendo el desmonte de selvas, los cultivos de coca también contribuyen,
pero contrario al discurso oficialista, no es la principal causa de deforestación. (FCDS, 2020)
También, como se vio en el apartado anterior, la expansión del extractivismo es una causa de
deforestación, al tiempo que existen causas subyacentes , como la pobreza y la
marginalidad, que no han sido abordadas, a pesar de estar siendo expuestas
contundentemente por las poblaciones campesinas afectadas por las operaciones militares
en el periodo de este informe.
El gobierno actual tiene lecturas implícitas de estas causas y continúa dando, un tratamiento
militar, denominado estrategia Artemisa, a lo que el presidente Iván Duque denominó en
algún momento “la hemorragia deforestadora la deforestación” (Paz Cardona, 2019).
4 El congresista Juan Carlos Lozano, quien ha puesto la deforestación como tema central de su gestión, señala que estas
actividades motivan 60% de la deforestación. De otro lado, resulta diciente el aumento de cabezas de ganado en las
regiones más deforestadas del país, por ejemplo, en las inmediaciones del Parque Nacional Chiribiquete, donde se han
deforestado 290.000Ha, se reportaron 640.000 cabezas de ganado.
La estrategia se activó en mayo de 2019, con énfasis en las áreas protegidas del Sistema
Nacional Ambiental (SINA), La Brigada contra la Minería Ilegal, 6 Batallones de Selva, 6
Batallones de Infantería de Selva, 10 Batallones de Alta Montaña, 19 Batallones Especiales
Energéticos Viales y 4 Batallones contra el Narcotráfico, fueron presentados como los
principales encargados de adelantar esta estrategia con fuertes componentes en lo judicial y
lo militar. (Paz Cardona, 2019) Ofensivas militares que han judicializado y detenido pequeños
campesinos, incluso con operativos en medio de la cuarentena que aumentan la exposición
al COVID-19 de esta población, contribuyen a profundizar las injusticias ambientales en el
país, mas no el problema que se pretende atacar. La estrategia Artemisa no ha dado con los
promotores de la cadena de deforestación y ataca al eslabón más débil de la misma.
Más sensatas resultan propuestas que abordan la deforestación desde una mirada compleja,
como la declaratoria de emergencia ecológica y climática, solicitada por la Procuraduría
General en abril de este año, que implicaría, entre otras medidas, la prohibición de
actividades empresariales en zonas deforestadas (Semana Sostenibe, 2020). También
resulta imperioso adelantar un catastro sobre la propiedad rural en el país y la vocación de
estas áreas, buscando gravar su uso inadecuado e improductivo.
A manera de conclusión
A manera de cierre, citamos las palabras de los magistrados de Tribunal Superior de Bogotá
al concluir las audiencias citadas para hacer seguimiento a la sentencia 4360 de 2018 de la
Corte Suprema de Justicia y conocer las razones por las que no se ha detenido la pérdida de
la selva amazónica: No existe interés del Gobierno de Duque por cumplir la sentencia (El
Espectador 2019).
La corte le ordenó a la Presidencia dos acciones para detener la deforestación en la
Amazonía: Formular un plan de acción y un Plan Intergeneracional por la Vida, sobre las que
el Tribunal encontró escasos resultados. Ambas obligaciones fueron delegadas al Ministerio
de Ambiente, sin que se evidenciaran adelantos en la formulación del citado plan.