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Dagoberto Quiroga Collazos

Abogado

Honorables Magistrados
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
TRIBUNAL ADMINISTRATIVO
DE CUNDINAMARCA
E. S. D.

Referencia: Tutela Contra El presidente de la República Doctor IVAN DUQUE


MARQUEZ

(….) por el hecho de que el Presidente de la República pueda por ministerio de la ley interrumpir en
cualquier momento la programación habitual, no se encuentra autorizado para actuar en forma abusiva, más
allá de los límites que la Constitución Política le ha impuesto al ejercicio de sus funciones….En un Estado
Social de Derecho como el que nos rige, ni los gobernantes, ni las autoridades de cualquier orden pueden
tener facultades ilimitadas ..Permitir al Presidente de la República el uso ilimitado de los canales de
televisión, utilizando un bien público llegara a monopolizar la información de tal manera que se viera
disminuida o anulada la posibilidad de expresar puntos de vista opuestos a los suyos por sus opositores, lo
que equivale a sepultar el pluralismo informativo. C-1172/01)

DAGOBERTO QUIROGA COLLAZOS, ciudadano mayor de edad, de profesión abogado


identificado con cédula de ciudadanía 3.226.621 de Bogotá, con T.P. No. 32.524 del C.S.
de la J. actuando en nombre propio en calidad de ciudadano y agenciando oficiosamente de
los ciudadanos afectados que no están condiciones de promover su propia defensa,
afectados, me permito presentar acción de tutela contra el Presidente de la República
Doctor IVAN DUQUE MARQUEZ para que se ampare la protección inmediata del
derecho constitucional fundamental a recibir información veraz e imparcial y objetiva en
virtud del equilibrio informativo, los cuales resultan vulnerados y amenazados por el abuso
en la utilización por parte del accionado de los canales de televisión, pública y privada, en
forma diaria por más de 120 días continuos e ininterrumpidos, más allá de los límites que
la Constitución Política le ha impuesto al ejercicio de sus funciones, con una información
parcializada de su visión y la de su gabinete sobre la crisis sanitaria y la reactivación
económica para que mediante sentencia se acceda a las siguientes:

I. P R E T E N S I ON E S:

1. Amparar mi derecho fundamental y el de los ciudadanos afectados del derecho a la


información, veraz, imparcial, objetiva y oportuna, vulnerados por el Presidente de la
República quien con el uso desmedido del espectro electromagnético por parte del
poder ejecutivo vulnera también el derecho al pluralismo.

2. Ordenar al presidente de la República suspender la transmisión del programa diario de


televisión denominado prevención y acción, por cuanto constituye un uso abusivo de
los límites que la Constitución Política le ha impuesto al ejercicio de sus funciones,
vulnerando con el ello los derechos fundamentales invocados de ciudadanos.

3. Ordenar a los órganos competentes de control del Estado las investigaciones


disciplinarias y penales a que haya lugar contra los funcionarios de los organismos
encargados de ejercer la vigilancia del uso del espectro electromagnético como bien
público sujeto a la gestión y control del Estado, su uso y las garantías del pluralismo
informativo, conforme las funciones institucionales asignadas en la Ley 1978 de 2012,
dada el abuso que se está cometiendo sin que se conozca actuación oficial alguna.

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Dagoberto Quiroga Collazos
Abogado

II. SUSTENTACIÓN DE LAS PRETENSIONES.

Las anteriores pretensiones tienen fundamento en las siguientes razones de hecho y de


derecho.

III. H E C H O S:

Antecedentes.

1. El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud - OMS declaró el brote de


enfermedad por coronavirus - COVID-19 como una pandemia, y posteriormente
solicitó a los países la adopción de medidas con el objetivo de detener la transmisión y
prevenir la propagación del virus.

2. Por lo anterior correspondió a los gobiernos tomar decisiones y medidas de emergencia


para afrontar la crisis social provocada por la pandemia, tanto para resolver el problema
sanitario, como para velar por la economía del país.

3. El Gobieno Nacional mediante Decreto 417 del 17 de marzo declaró el Estado de


Emergencia Económica, Social y Ecológica en todo el territorio nacional, por el término
de treinta (30) dias calendario, contados a partir de la vigencia del decreto, el cual
decidió posteriormente prorrogarlo por otros periodos.

4. En uso de esas facultades el Gobierno Nacional, procedió a decretar medidas


extraordinarias, para tratar de evitar la contención del virus y su mitigación, así como
la declaratoria de Emergencia Sanitaria y otro tipo de medidas económicas para
enfrentar la pandemia, así como estrategias de comunicación a la población en torno a
las medidas de protección que se deben adoptar y a la información con respecto al
avance del virus.

Programa de televisión denominado “prevención y acción”

5. El presidente de la República, en una clara extralimitación en la interpretación de las


normas que señalan sus actuaciones funcionales, decidió establecer de manera
ininterrumpida un programa diario de televisión de la Presidencia de la República desde
el 21 de marzo de 2020 hasta la fecha de la presentación de la presente acción de
Tutela, lo que necesariamente llevó a cambiar la programación habitual, de los canales
privados concesionados por el Estado.

6. El Presidente Duque lleva mas de 120 días en un programa de televisión diario


denominado programa televisivo Prevención y Acción que dirige personalmente, en
donde se ha limitado todos los días a dar unas informaciones superficiales sobre algunas
medidas sanitarias tomadas por el Gobierno y a divulgar los protocolos de bioseguridad,
el distanciamiento físico, el uso del tapabocas y lavada de manos.

7. El Jefe de Estado en entrevista con la emisora Blu Radio, publicado el 3 de agosto de


2020 ha señalado que El programa televisivo Prevención y Acción es un espacio
informativo que en la Emergencia Sanitaria 'hace pedagogía ciudadana' e informa. 'Lo
hemos hecho, no para que sea un espacio de vanidad presidencial'.(programa 3 de Agosto)
Este es un programa de información y nosotros lo creamos con una sola idea: Dar
información veraz, explicar las medidas del Gobierno'.
Igualmente señaló que el espacio se mantendrá 'mientras consideremos que en esta
emergencia tenemos que transmitir la información confiable, veraz, inmediata, a la
ciudadanía'.
8. Desde el pasado 24 de marzo, con la llegada del coronavirus al país, el programa se ha
transmitido en los principales canales nacionales de lunes a domingo a las 6:00 p. m.,

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con el fin de explicarle a los colombianos “las acciones del Gobierno y medidas de
bioseguridad para enfrentar la pandemia y su relación con la economía.

9. Diariamente también de manera personal el Presidente de la República da cuenta de los


reportes del Ministerio de Salud, el número de contagiados en el país, el numero de
pacientes contagiados, confirmados, recuperados y fallecidos, el número de pruebas
realizadas, y luego procede a leer los datos de los países del mundo, los porcentajes y
comparación de porcentajes y el puesto que ocupa el país en relación con cada uno de
los países del mundo, como si se tratara de una competencia por record ginnes.

10. Seguidamente de una manera genérica directamente el Presidente, informa el numero de


mercados y subsidios, prestamos del Icetex, ampliación de familias en acción y Jóvenes
en acción y programas de subsidios, mercados repartidos, prestamos escolares,
programa de apoyo al empleo y otras medidas paliativas, repartidas en todo el país por
las autoridades nacionales, territoriales y la primera dama, luego hace su entrevistas a
algunos ciudadanos beneficiados de los programas, quienes agradecen al Presidente -
Director del Programa, los beneficios obtenidos.1

11. Igualmente, el presidente de la República usa su programa para hacer énfasis de las
medidas y estrategias del presidente para impulsar la Reactivación de la economía y
recuperacion su vida productiva y sus opiniones para resolver el dilema entre salud y
economía.

12. Dicha intervención presidencial haciendo uso del espectro electromagnético, bien
público de propiedad de la Nación, utiliza los canales de televisión públicos y privados,
cedidos de un lado a los operadores públicos para garantizar el pluralismo en la
televisión pública regional y en RTVC (Señal Colombia y Canal Institucional); y de
otro lado, constituye un abuso presidencial contra canales entregados en concesión a
operadores privados del servicio de televisión, en abierto desconocimiento del
ordenamiento jurídico y principios constitucionales que protegen la libertad económica,
la libertad de empresa, la libre competencia y de paso vulnerando derechos
fundamentales.

13. Además, está conducta del Presidente de la República, quién ejerce funciones de
inspección y vigilancia de los servicios públicos de televisión por medio de sus
delegados, en virtud del numeral 22 del artículo 189 de la Constitución, la Ley 142 de
1994, y la Ley 1978 de 2019, expone al Estado colombiano a las eventuales demandas y
acciones legales de reparación por la posible ruptura del equilibrio contractual en contra
de los empresarios privados de la televisión abierta que se ven afectados en la
recuperación de costos y utilidad razonable, al haber pagado al Estado una concesión de
televisión cercana a los 256 mil millones de pesos, y tener que ceder el valor
correspondiente a más de 120 horas de emisión de contenidos o publicidad que
constituyen una carga diaria exagerada sobre un concesionario del Estado.

14. Esta conducta desconsiderada del Jefe de Estado, desconoce que, según cifras de la
Revista Dinero de 2019 y estudios académicos recientes 2, en el año 2018, las empresas
de comunicaciones y de medios afrontaron una crisis que, aún persiste, en la cual
tuvieron pérdidas en Colombia por una cifra superior a los 100 millones de dólares

1https://id.presidencia.gov.co/Paginas/prensa/2020/Palabras-del-Presidente-Ivan-Duque-Marquez-en-el-programa-
Prevencion-y-Accion-200714.aspx Programa 12 de Agosto. Ver también Programa 14 de Agosto.
2 Juan Carlos Garzón Barreto. “Crisis de la industria de la comunicación en Colombia, ¿oportunidad para reinventarse?”.
3 de agosto de 2019. UNIMEDIOS Digital. Universidad Nacional de Colombia.
https://unperiodico.unal.edu.co/pages/blog/detail/crisis-de-la-industria-de-la-comunicacion-en-colombia-oportunidad-
para-reinventarse/

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Dagoberto Quiroga Collazos
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15. En su programa televisivo, el Presidente de la República vulnera también la libertad de


cultos y laicidad del Estado cuando en la mayoría de los programas de manera frecuente
recurre a sus creencias religiosas para expresar que “Le damos la bienvenida a nuestro
espacio de Prevención y Acción dándole gracias a Dios y pidiéndole siempre por
nuestro país.” “agradecemos siempre a Dios y le pedimos que proteja nuestro país, que
nos acompañe”3, lo que podría afectar garantías constitucionales sobre la libertad de
cultos y la neutralidad del gobierno. En este caso, claramente se usa el bien público
espectro electromagnético, en el ejercicio de funciones públicas, para promover ideas
de carácter religioso que desbordan el ámbito del derecho personal de conciencia.

16. Finalmente, a raíz de las situaciones violentas originadas por acciones de los miembros
de la Policía Nacional, el presidente ha convertido el Programa de televisión, en un
noticiero dirigido directamente por el Presidente de la República, en el cual hace
entrevistas y responde preguntas sobre diferentes temas de su interés, rebasando aun
mas los lineamientos jurisprudenciales sobre presupuestos y facultades del Presidente
para dirigirse por televisión, afectando el principio democrático y el pluralismo
informativo. Este tipo de programas informativos y de opinión del Jefe del Estado
desborda el mandato legal que contrae el uso del ejecutivo en la televisión a las
alocuciones presidenciales dispuestas en el artículo 32 de la Ley 182 de 1995.

17. Frente a este extraño tipo de formatos audiovisuales del jefe del poder ejecutivo de
Colombia, la Corte Constitucional, declaró expresamente inexequible el uso
presidencial “…sin ninguna limitación” de la televisión, y precisó claramente en la
Sentencia C-1172-01 que el uso de la televisión por parte del Jefe de Estado deberá
darse “... bajo el entendido de que la intervención del Presidente de la República será
personal, sobre asuntos urgentes de interés público relacionados con el ejercicio de
sus funciones”

IV. FUDAMENTOS DE DERECHO.

Problema jurídico.

La acción de tutela pretende que El Tribunal determine si la utilización por parte del
Presidente de la República, de los canales de televisión y el espectro electromagnético por
mas de 120 días continuos de manera ininterrumpida, rebasando los límites y
discrecionalidad que integran el ordenamiento jurídico Convencional, Constitucional y
Legal y las estrictas condiciones señaladas por la Jurisprudencia Contenciosa y
Constitucional, vulnera los derechos fundamentales a recibir información veraz e imparcial
y objetiva no solo del accionante, sino de una parte de la población en virtud del principio
del pluralismo y equilibrio informativo.

1. El derecho a la información, pilar y garantía de la democracia en el


Estado Social de Derecho – El principio del Pluralismo

El derecho a información veraz, imparcial y objetiva es un componente del derecho


Constitucional de libertad de expresión de conformidad con el artículo 20 de la
Constitución Política.

De acuerdo con la reiterada Jurisprudencia de las Altas Cortes y la Convención


Interamericana Se trata de un verdadero derecho fundamental, que no puede ser negado,
desconocido, obstruido en su ejercicio o disminuido por el Estado, cuya obligación, por el
contrario, consiste en garantizar que sea efectivo. Debe entenderse que no es constitucional
lo que tienda a vulnerar el derecho a la información en su núcleo esencial, bajo ningún
título ni justificación.

3 Ibídem Ver también Programa del 14 de julio de 2020

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La Constitución de 1991 acogió la concepción de la libertad de la información como un


derecho complejo y un elemento esencial del orden político democrático, como un derecho
de doble vía informar y ser informado.

Tanto el informador, como el receptor de la información tienen sus derechos, deberes y


garantías que deben ser materializadas por un Estado Social de Derecho democrático,
participativo y pluralista.

Desde el artículo Primero la Constitución consagra a Colombia como un Estado social de


derecho democrático participativo y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad
humana, en donde la libertad de información se constituye en un derecho fundamental cuyo
ejercicio goza de protección jurídica y a la vez implica obligaciones y responsabilidades. Es
pues un derecho-deber, esto es un derecho no absoluto, sino que tiene una carga que
condiciona su realización.

“Para el usuario o receptor de la información, la plena realización de su derecho


constitucional fundamental se garantiza en la medida en que la información reúna tres
requerimientos: que ella sea cierta, objetiva y oportuna...” (Corte Constitucional, Sentencia
C-033 de 1993, M.P. Dr. Alejandro Martínez Caballero)

En el caso del receptor, debe garantizarse el derecho a una información veraz, imparcial, y
objetiva dentro de los principios del equilibrio y el pluralismo informativo.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos en sentencia de Junio 23 de 20154


reiterando la Jurisprudencia Convencional, señala que sin una efectiva garantía de la
libertad de expresión, se debilita el sistema democrático y sufren quebranto el pluralismo
y la tolerancia; los mecanismos de control y denuncia ciudadana pueden volverse
inoperantes y, en definitiva, se crea un campo fértil para que arraiguen los sistemas
autoritarios….Este Tribunal desde sus inicios ha resaltado la importancia del pluralismo
en el marco del ejercicio del derecho a la libertad de expresión al señalar que éste implica
la tolerancia y el espíritu de apertura, sin los cuales no existe una sociedad democrática.
La relevancia del pluralismo ha sido, a su vez, destacada por la Asamblea General de la
OEA en diversas resoluciones, en las cuales ha reafirmado que “los medios de
comunicación libres e independientes son fundamentales para la democracia, para la
promoción del pluralismo, la tolerancia y la libertad de pensamiento y expresión, y para la
facilitación de un dialogo y un debate libre y abierto entre todos los sectores de la
sociedad, sin discriminación de ningún tipo” …La Corte recuerda que los ciudadanos de
un país tienen el derecho a acceder a la información y a las ideas desde una diversidad
de posturas la cual debe ser garantizada en los diversos niveles…. la protección del
pluralismo es no solamente un fin legítimo, sino, además, imperioso. (Resaltado es mío)

En virtud del principio del pluralismo informativo, el Estado debe garantizar que el
derecho a la información tanto de quien informa como del receptor de la información, se
tenga en cuenta las diversas posturas o posiciones teóricas, filosóficas, ideológicas,
políticas y religiosas, pero con mayor enfasis, cuando se trate de funcionarios públicos.

En un Estado Social de Derecho, democrático y pluralista, es oponible una información


parcializada, solamente impartida desde una tendencia de la sociedad. Así lo ha señalado la
jurisprudencia de la Corte Constitucional, en la Sentencia C-141/2010, en la cual señaló:

4 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Granier Y Otros (Radio Caracas Televisión) Vs. Venezuela
Sentencia de 22 de Junio de 2015

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Dagoberto Quiroga Collazos
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El pluralismo, en suma, se opone al unanimismo, pues acepta el juego de las diferentes


opciones ideológicas; desconfía de la homogeneidad, porque reconoce la heterogeneidad
de la sociedad, así como la existencia de los grupos a los que pertenecen los individuos;
rechaza el carácter absoluto de las opiniones o tendencias, ya que le otorga legitimidad a
los distintos puntos de vista; promueve la participación política en la medida en que da
oportunidad de expresarse a diversas propuestas y grupos sociales y supone la aceptación
de las reglas fijadas para tornar viable esa expresión y hacerla accesible a todos”
(resaltado propio). Véase también: T-299/03, C-490/2011, entre otras. Sobre el pluralismo
la doctrina más autorizada señala que: “Lo que distingue al pluralismo de las restantes
doctrinales antiestatalistas es que él se afirma polémicamente contra todas las formas de
concepción individualista de la sociedad y del Estado, esto es, contra toda concepción que
contrapone el individuo singular al Estado, por cuanto considera el estatalismo y el
individualismo como dos caras de la misma medalla, esto es, como dos concepciones que,
aunque dos puntos de vistas diferentes, tienden a marginalizar o incluso eliminar las
formas sociales que ocupan el espacio intermedio entre los dos extremos del individuo y
del Estado”. Bobbio, Matteucci y Pasquino, Diccionario de política. 11ª ed., 1998,
Brasilia, Editorial UnB, pág. 928 (voz “Pluralismo”).

2. La garantía del libre ejercicio del derecho a recibir información


implica la garantía paralela de no interferencia de los poderes del
Estado. – Principio del equilibrio informativo
La garantía del libre ejercicio del derecho a recibir información implica la garantía paralela de
no interferencia de los poderes del Estado en la obtención, producción y suministro, exige de
dichos poderes impedir que otras fuerzas sociales obstruyan su ejercicio.

Quien emite la información, especialmente a través de medios de comunicación masiva y


específicamente de la televisión, dada la cobertura que tiene su labor y el impacto de la misma
en la opinión pública, debe tener en cuenta que el receptor de esa información tiene una
dimensión social o colectiva, y tiene derecho a que la información que recibe sea veraz,
imparcial, objetiva y oportuna, dentro de los principios del equilibrio y el pluralismo
informativo, sin interferencias, presiones o manipulaciones.

Los fenómenos de la sobre-información, la sub-información y la pseudo-información, impiden


la realización efectiva de los derechos consagrados en el artículo 20 de la C.P.

Así lo señala la Corte Constitucional en Sentencia C-350/97

Quien emite la información, especialmente a través de medios masivos de comunicación y


específicamente de la televisión, dada la cobertura que tiene su labor y el impacto de la misma en
la opinión pública, está en la obligación de hacerlo de manera objetiva, ciñéndose a los hechos,
orientando a la opinión pública y de ser el caso alertándola, pero nunca manipulándola para
imponer sus propias convicciones o hacerla útil a sus intereses, pues con ello no sólo vulneraría
los derechos fundamentales de terceros, sino que atentaría contra los fundamentos mismos del
Estado democrático.

…La aplicación del principio de equilibrio informativo, que se traduce, según lo expertos, en la
capacidad de evitar el fenómeno de la sobre- información, entendida como exceso de
información, que la ahoga, "al someter al receptor a una lluvia de eventos sobre los cuales éste
no puede meditar por cuanto son expulsados inmediatamente por otros acontecimientos,
impidiéndole observar, percibir los contornos, los matices que aportan los fenómenos, y
encegueciéndolo con un alud informativo que banaliza los hechos".

El emisor ha de evitar el fenómeno de la sub- información, bien sea que se origine en él o en el


Estado, entendida ésta como información superficial, escasa, dirigida, la cual antes que
profundizar en la realidad la desdibuja; por eso sirve a los objetivos de manipulación y
especialmente de desinformación; cuando ella se impone por parte del Estado, lo que éste
pretende es no dejar "ver" lo que acontece, "el sistema camufla la verdadera información y el
temor que este mismo inspira hace decir a cada cual lo que le toca decir".

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Dagoberto Quiroga Collazos
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En cuanto a la pseudo- información, falsa información, la prohibición de producirla se convierte


para el emisor en un imperativo ético, cuyo desconocimiento vulnera no sólo al individuo, el cual
aspira a encontrar en los medios de comunicación un instrumento mediático, “...que lo ponga en
contacto con mundos diversos a partir de los cuales el puede ejercer su autonomía”, sino a la
sociedad entera que ve afectada su capacidad de participación y decisión en cuanto demos
soberano, lo que implica que la prohibición asuma también el carácter de imperativo jurídico.”

La proclamación de un Estado democrático, participativo y pluralista, tal como quedó


consignada en el artículo 1 de nuestra Constitución Política, trasciende lo meramente retórico y
encuentra fundamento en la necesidad que evidenció el Constituyente de superar un modelo o
paradigma de Estado que legitimaba el ejercicio del poder en el origen de quien lo ejercía, en la
razón que motivaba ese ejercicio, la promoción del bien común, y en la manera controlada como
éste se ejercía.

Es decir, que la realización del derecho fundamental a la información, a través de un medio


masivo de comunicación como la televisión, incide de manera definitiva en el proceso de
conformación de la opinión pública, que es la que tiene la responsabilidad, en un Estado
democrático y participativo, de legitimar o deslegitimar el ejercicio del poder, capacidad de la
cual dependerá el fortalecimiento y consolidación de la democracia. Lo anterior implica, que
cualquier interferencia en ese proceso, bien sea que provenga del poder político, del poder
económico, o de los mismos medios, atenta no sólo contra los derechos individuales de las
personas comprometidas, actores en el proceso, sino contra las bases y fundamentos del Estado
democrático.

En defensa de estas garantías el ordenamiento jurídico sanciona el abuso de la libertad de


información, y otorga frente a los medios el derecho de rectificación.

3. Medios de comunicación masiva - La televisión - con mayor grado


de penetración en la sociedad contemporánea.
De acuerdo con la Jurisprudencia de la Corte Constitucional5 la televisión es uno de los
medios de comunicación de más amplia cobertura y gran nivel de penetración, al cual tiene
acceso prácticamente la totalidad de la población de un país, cumplen un papel
determinante, en la consolidación o debilitamiento de la democracia, pues ellos, cuyo
principal objetivo es “persuadir o disuadir al receptor” a través de la información,
contribuyen de manera decisiva a la conformación de la “opinión pública”, que es en
últimas la que con sus decisiones legitima o no a los poderes constituidos.

….. La televisión afecta en términos sustantivos la vida diaria del individuo, y que, a través
de ella, quienes tengan acceso al uso del espectro electromagnético para fundar medios de
comunicación masiva, tendrán la posibilidad de permear el tejido social y de encauzar el
derrotero del grupo o comunidad que toman como "objeto", afectando y determinando sus
modelos de vida. De ahí que la participación de los individuos que conforman esos
determinados grupos o comunidades, en la definición de las políticas que la rijan, en la
ejecución de dichas políticas y en la prestación misma del servicio en términos de
programación, actividades todas en las que subyacen decisiones que los afectan, en el
esquema de un Estado social de derecho, se convierta en un imperativo, en un fin esencial
del Estado. Si se tiene en cuenta que la televisión es un servicio público, se encuentra que es
obligación ineludible del legislador determinar "las formas de participación" de los usuarios
del servicio, en la gestión y fiscalización del mismo y de las entidades responsables de su
prestación, con lo que se identifica un fundamento más de rango constitucional para la
realización del principio de participación, en lo que a la televisión se refiere, como
imperativo en el Estado social de derecho.

La Jurisprudencia ha reiterado que una comunicación libre es requisito esencial para


la existencia de una sociedad libre, una comunicación abierta a todos, en igualdad de
condiciones, es indispensable para la realización del Estado democrático.

5 Sentencia C-350 de 1997

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Es decir, que la realización del derecho fundamental a la información, a través de un medio


masivo de comunicación como la televisión, incide de manera definitiva en el proceso de
conformación de la opinión pública, que es la que tiene la responsabilidad, en un Estado
democrático y participativo, de legitimar o deslegitimar el ejercicio del poder, capacidad de
la cual dependerá el fortalecimiento y consolidación de la democracia.

Lo anterior implica, que cualquier interferencia en ese proceso, bien sea que provenga del
poder político, del poder económico, o de los mismos medios, atenta no sólo contra los
derechos individuales de las personas comprometidas, actores en el proceso, sino contra las
bases y fundamentos del Estado democrático.

La Corte Constitucional en sentencia 170 de 2012 señaló:

6.1.4.- La Corte reconoce que, al margen de los sorprendentes avances tecnológicos en la


materia, la televisión continúa siendo uno de los medios de comunicación masiva con
mayor grado de penetración en la sociedad contemporánea y en particular en el foro
colombiano, al menos en las circunstancias actuales. Su relevancia en el proceso
comunicativo es tal que tiene la potencialidad de incidir en la cotidianidad, en la
formación de la opinión pública e incluso impactar de manera positiva o negativa en los
procesos de “consolidación o debilitamiento de las democracias”[37]. No es un asunto de
menor valía y así lo ha señalado de manera categórica la jurisprudencia de esta
Corporación:

“La televisión, sobra decirlo, ocupa un lugar central en el proceso comunicativo


social. La libertad de expresión y el derecho para informar y ser informado, en una
escala masiva, dependen del soporte que les brinda el medio de comunicación. La
opinión pública, no es ajena a las ideas e intereses que se movilizan a través de la
televisión. Por consiguiente, el tamaño y la profundidad de la democracia, en
cierta medida resultan afectados por la libertad de acceso y el pluralismo que
caracterice la televisión y ellas, sin lugar a dudas, pueden resentirse cuando el
medio se convierte en canal propagandístico de la mayoría política, o más grave
aún de los grupos económicos dominantes. En otro campo, la televisión despliega
efectos positivos o negativos, según sea su manejo, para la conservación y difusión
de las diferentes culturas que convergen en una sociedad compleja. Los efectos de
las políticas y regulaciones en esta materia, unido al poder que envuelve la
intervención en el principal y más penetrante medio de comunicación social, exige
que su manejo se guíe en todo momento por el más alto interés público y que
ningún sector o grupo por sí solo, así disponga de la mayoría electoral, pueda
controlarlo directa o indirectamente”[38].

4. El espectro radioeléctrico - Bien de dominio público. Uso, Gestión y


Control del Estado.
En virtud el artículo 75 de la Constitución Política, el espectro electromagnético es un bien
público inenajenable e imprescriptible sujeto a la gestión y control del Estado y se garantiza
la igualdad de oportunidades en el acceso a su uso en condiciones que garanticen los
principios de competencia y pluralismo consagrados expresamente por el Constituyente de
conformidad a los términos que fije la ley.

Lo anterior significa que el espectro electromagnético es un bien de dominio público, por lo


que la titularidad le corresponde al Estado, es decir dicha titularidad no puede ser
reclamada por particulares

En virtud de ello corresponde al Estado, asegurar y regular el acceso y utilización, ejercer


la vigilancia para lo cual podrá intervenir a fin de garantizar el pluralismo informativo y
evitar las prácticas monopolísticas en el uso del espectro electromagnético como bien
público.

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En virtud de ello, la ley 182 de 1995 estableció que el derecho de operar y explotar medios
masivos de televisión debe ser autorizado por el Estado, y depender de las posibilidades del
espectro electromagnético, de las necesidades del servicio y de la prestación eficiente y
competitiva del mismo.

El Estado mediante un contrato de Concesión puede conferir a particulares uso del espectro
electromagnético, pero no le confiere la titularidad sobre el espectro. Así, la concesión es
el medio por el cual el Estado decide otorgar una porción del espacio electromagnético para
que un medio de comunicación pueda utilizarlo a tevés del contrato de concesión.

La Comisión de Regulación de Comunicaciones, CRC, en ejercicio de sus funciones le


corresponde garantizar el pluralismo e imparcialidad informativa, siendo el principal
interlocutor con los usuarios del servicio de televisión y la opinión pública en relación con
la difusión, protección y defensa de los intereses de los televidentes.

Otorgada la concesión, el operador o el concesionario de espacios de televisión harán uso


de la misma, sin permisos o autorizaciones previas, puesto que las actividades económicas
de las empresas de comunicación social, la titularidad de derechos materiales e
inmateriales, son la piedra basilar de las libertades a que se refiere el artículo 13 de la
Convención americana de derechos humanos y, por lo tanto, cualquier afectación o
limitación de ellas solo puede hacerse de manera excepcional, proporcional y acorde con
los parámetros establecidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Lo anterior en virtud que la libertad de prensa es un componente como manifestación del
derecho a la información, en un Estado democrático se constituye en un instrumento de
libertad y de legitimidad democrática.

En todo caso, el servicio estará sujeto a la intervención, dirección, vigilancia y control de la


Comisión Nacional de Televisión. (hoy Comisión de regulación de las Comunicaciones
CRC)

La Ley 1978 de 2019 en su artículo 19 creó la Comisión de Regulación de Comunicaciones


(CRC), que remplazó a la Comisión Nacional de Televisión, como un ente regulador único,
al cual se le asignó el deber constitucional y la autonomía para adoptar decisiones entre
otras dentro de las funciones de promover el pluralismo informativo, evitar el abuso de
posición dominante y garantizar la protección de los derechos de los usuarios, en tal
calidad tiene la competencia de realizar las investigaciones que considere violatorias del
ordenamiento jurídico e imponer las respectivas sanciones.

En la misma Sentencia 170 de 2012, la Corte Constitucional advierte:

En repetidas oportunidades la Corte ha destacado la importancia de la autonomía en el


manejo del servicio de televisión, definida como una “garantía institucional” cuyo
propósito no es otro que evitar la injerencia de sectores políticos o económicos,
conservando su carácter de bien social y comunitario encaminado a la formación de una
opinión libre. En este sentido, por ejemplo, en la Sentencia C-497 de 1995 sostuvo:

“La autonomía del ente televisivo, en suma, asume el carácter de garantía funcional e
institucional del conjunto de derechos y libertades fundamentales relacionados con la
existencia y fortalecimiento del principio democrático, la formación de una opinión pública
libre, la fluidez y profundidad de los procesos comunicativos sociales, la creación,
intercambio y divulgación de ideas, la conservación de las diferentes identidades culturales
etc.

El legislador no puede desvirtuar y anular esta garantía, sin poner en peligro el concierto
de libertades y principios que protege. Si el ente de dirección de la televisión es cooptado
por uno de los subsistemas de la sociedad - en este caso, el de sus líderes políticos -, existe
una alta probabilidad de que su poder se incremente irrazonablemente, a expensas del

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beneficio general que dicho medio está llamado a servir a la sociedad y a sus distintos
componentes e intereses vitales. Inclusive, desde el punto de vista de la competencia
política, no es equitativo y petrifica el elenco de opciones, que la televisión deje de ser un
bien o recurso social y se convierta en activo cuasi-patrimonial de la mayoría política que
en cada momento histórico resulte triunfante”[39].

6.1.5.- Con todo, aún cuando el sistema de frenos y contrapesos, la garantía de


realización de los derechos y el carácter democrático y pluralista del Estado son
elementos estructurales de la Constitución, no se ve cómo su vigencia dependa en
exclusiva de una entidad con autonomía administrativa, patrimonial y técnica encargada
de regular la televisión, y menos aún que al eliminarse su naturaleza constitucional la
Carta Política de 1991 pierda su esencia para transformarse en una completamente
diferente.

La creación de un ente con las características anotadas es una de las formas de asegurar
los principios democráticos y de separación de poderes, pero no significa que sea la única
alternativa. Así, los principios a los que se ha hecho referencia no comprenden el
inevitable reconocimiento constitucional y la inmutable presencia de una entidad a cargo
del servicio de televisión cuando se utiliza el espectro electromagnético, sino que reclaman
un número plural de instituciones, ellas sí autónomas e independientes, sujetas a reglas de
colaboración armónica y a controles internos y externos que aseguren un reparto
equilibrado en el ejercicio del poder público.

En consecuencia, el Presidente de la República como los demás servidores publicos está


sujeto a desempeñar sus funciones dentro de los principios establecidos por el constituyente
en el artículo 209 constitucional i) Estar al servicio de los intereses generales, por
oposición a los partidistas, gremiales u otros que no representen el bien común; ii) Ceñirse
a los principios de igualdad, moralidad, eficacia, economía, celeridad, imparcialidad y
publicidad; y, por último, iii) Ejercer estas funciones mediante los instrumentos de la
descentralización, la delegación y la desconcentración de ellas. Así, de la lectura de dichos
principios es claro que se derivan en el ordenamiento jurídico – en materia de contratación
pública – otros tales como el de planeación del negocio, legalidad, economía de mercado,
llamados a gobernar la acción de la Administración. 6
De tal manera como lo ha señalado el Consejo de Estado,7 si el presidente de la República
al hacer una alocución televisiva no se ajusta a las condiciones previstas en la ley y
señaladas por la convención y la Constitución, su intervención será ilegal y dará lugar a
una indemnización en favor del operador del servicio, pues estará limitando o
restringiendo injustificadamente la actividad económica del empresario del servicio,
además de las investigaciones y sanciones pertinentes.

5. La facultad del presidente y el Uso abusivo de los medios de


comunicación y de los bienes públicos.

No obstante por ministerio de la ley, dentro de los criterios de restricción y como única
excepción a la libertad de empresa, en uso de la competencia del Estado en la intervención
de la economía, impone a los empresarios concesionarios del espacio electromagnético para
la prestación del servicio público de televisión en cualquiera de sus modalidades, dentro del
contrato de concesión, la competencia fijada por ley, al Presidente de la República para
dirigirse al país utilizando los servicios de televisión, sobre asuntos urgentes de interés
público relacionado con el ejercicio de sus funciones.

6 Consejo de Estado, sentencia, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, 10 de octubre 2016, C.P. Jaime
Orlando Santofimio Gamboa, radicación: 11001-03-26-000-2015-00165-00 (55813)

7 Consejo de Estado, Sala de lo Contenciso Administrativo , Sección Tercera, Subsección C, Sentencia 20000113335 del
12 de Noviembre de 2014 25000-23-26-000-2000-01335-01 (28.505)

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En efecto la Ley 182 de 1995 en su artículo 32, consagró que el Presidente de la República
podrá utilizar, para dirigirse al país, los servicios de televisión, en cualquier momento y sin
ninguna limitación (...)”

No obstante, la Corte Constitucional en Sentencia C-1172, al estudiar la constitucionalidad


de la norma, concluyó que la expresión “en cualquier momento” era exequible “bajo el
entendido de que la intervención del presidente de la República en la televisión será
personal, y sobre asuntos urgentes de interés público relacionado con el ejercicio de sus
funciones”, pero que era inexequible la expresión “y sin ninguna limitación” y agregó:

Permitir al Presidente de la República el uso ilimitado de los canales de televisión so


pretexto de informar a los ciudadanos sobre la marcha del Estado o sobre asuntos de
interés general, conduciría a aceptar que, ese alto funcionario, utilizando un bien
público llegara a monopolizar la información de tal manera que se viera disminuida o
anulada la posibilidad de expresar puntos de vista opuestos a los suyos por sus
opositores, lo que equivale a sepultar el pluralismo informativo.

Posteriormente el Consejo de Estado, 8 en una interpretación sistematica del ordenamiento


jurídico a la luz de la Convención Interamericana de Derechos Humanos y principios
Constitucionales, al igual que a la Jurisprudencia Constitucional, reitera:

(….debe tenerse en cuenta que el ejercicio de las competencias por parte de cualquier
autoridad, y entre ellas el Presidente de la República, está sujeto a una serie de límites
que vienen dados por los principios jurídicos que integran el ordenamiento jurídico.

Así, decir que una autoridad tiene la atribución para proferir o realizar un determinado
acto, no implica, per se, un espacio de discrecionalidad absoluta, pues el ejercicio de tal
competencia no puede desconocer o socavar el principio (o los principios) que
fundamentan la autoridad jurídica(84).

….Si bien es cierto que el Presidente de la República está autorizado para dirigirse al pais
por medio de la televisión para que los asociados reciban información sobre los hechos de
interés público y conozcan la posición oficial acerca de ellos, y por supuesto para que se
pueda formar una opinión pública libre y los ciudadanos puedan participar en los asuntos
de la vida nacional, facultado por la ley, ella no lo autoriza para actuar a su arbitrio,
porque va más allá de los límites que la Constitución Política impone al ejercicio de sus
funciones, pues, tal como lo expresó la Corte, “no es cualquier información la que
legitima al Presidente de la República la interrupción de la programación habitual, sino
aquella que pueda revestir interés de la colectividad en el conocimiento de hechos que
puedan encerrar trascendencia pública y, que sean necesarios para la real participación
de los ciudadanos en la vida colectiva”.
Así las cosas, la facultad del Presidente de la República para intervenir en la televisión en
cualquier momento está sometida a cuatro condiciones estrictas: (i) Que sea personal; (ii)
Que verse sobre asuntos urgentes de interés público; (iii) Que sea necesario informar estos
asuntos para la real y efectiva participación de los ciudadanos en la vida colectiva; y (iv)
Que se relacione con el ejercicio de sus funciones.
Y es que una facultad ilimitada, y en este caso entender sin límite alguno la del Presidente
para hacer alocuciones televisivas, pugna con el artículo 1º de la Carta puesto que lo que
caracteriza a un Estado democrático, entre otras cosas, es la imposición de límites a las
autoridades y a los gobernantes.

Al Respecto la Corte Constitucional concluyó en Sentencia 1172 de 2001 lo siguiente:

8 Ibidem

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De esta suerte, resultaría contrario a la Carta que el Presidente de la República se viera


dotado de un inmenso e ilimitado poder para utilizar la televisión, pues, como ya se dijo, si
por un lado los ciudadanos tienen el derecho a ser informados y a conocer la posición
oficial sobre los asuntos públicos, también lo es que el primer mandatario de la Nación
tiene el deber de realizar informes periódicos de su gestión, de manera concreta, sin abusos
ni extralimitación alguna, lo cual impone que la naturaleza de la información y su
necesidad marquen los linderos de orden temporal dentro de los que resulta lícita la
intervención presidencial por los canales de televisión del Estado.

Es claro para la Corte que, si el Presidente de la República incurre en abusos en la


utilización de los canales de televisión de propiedad del Estado, su conducta oficial al
respecto y las responsabilidades de ella derivadas, se encuentra sometida a los controles
previstos en la Constitución y la ley, por cuanto en una democracia no puede existir
ningún servidor público que escape a los controles para evitar el ejercicio arbitrario del
poder.

De no ser así, podría entenderse que el Presidente de la República actuaría en este campo en
forma contraria a los postulados de un Estado democrático, como se autodefine el Estado
Colombiano tanto en el Preámbulo como en el artículo 1° de la Constitución Política.
Permitir al Presidente de la República el uso ilimitado de los canales de televisión so
pretexto de informar a los ciudadanos sobre la marcha del Estado o sobre asuntos de
interés general, conduciría a aceptar que, ese alto funcionario, utilizando un bien público
llegara a monopolizar la información de tal manera que se viera disminuida o anulada la
posibilidad de expresar puntos de vista opuestos a los suyos por sus opositores, lo que
equivale a sepultar el pluralismo informativo. Además, téngase en cuenta que precisamente
aduciendo el derecho a informar a sus conciudadanos regímenes de corte
totalitario, llegaron a manipular la opinión pública deformando la realidad, expresándola
en forma recortada o sobredimensionándola con propósitos eminentemente político-
partidistas que facilitaran la toma de decisiones contrarias a los derechos humanos,
mediante la utilización desmedida de los diversos medios de información a su disposición,
para penetrar a cualquier momento y sin medida a la intimidad de los hogares, con
eliminación de la controversia pública y de la difusión de opiniones disidentes, que, en un
Estado democrático resultan inadmisibles pues, en ellos, como ocurre en Colombia, la
Constitución garantiza la pluralidad de la información.
Ello ciertamente, se opone a una concepción democrática, participativa y pluralista del
Estado, valores constitucionales que en punto al derecho de información y al conocimiento
de la posición oficial sobre asuntos públicos, no pueden ser desconocidos por la legislación y
que, en consecuencia conducen inexorablemente a la conclusión de que el Presidente de la
República no puede utilizar de manera ilimitada la televisión, porque ello quebranta el orden
constitucional vigente.

6. Principio de legalidad – Motivación de la decision

De acuerdo con la Jurisprudencia, además que las facultades del presidente no son
ilimitadas, debe cumplir también con el principio de legalidad es decir que las actuaciones
deben ser motivadas a fin de verificar que ellos están sujetas al imperio de la ley.

Ha sido reiterado por la Jurisprudencia el deber de motivación de los actos administrativos,


pero no como un requisito formal de introducir cualquier argumentación en el texto del acto
administrativo, sino que que por el contrario, debe estar sujeta al concepto de “razón
suficiente” para señalar que la motivación del acto deberá exponer los argumentos
puntuales de manera clara, detallada y precisa, el deber de motivación de los actos
administrativos que (por regla general) tiene la administración, hace efectiva la cláusula
de Estado de derecho, el principio democrático, el principio de publicidad en las
actuaciones de la administración, al tiempo que permite a los asociados contar con
elementos de juicio suficientes para ejercer su derecho de contradicción y defensa a fin de
acudir ante las instancias gubernativas y autoridades judiciales para controlar los abusos
en el ejercicio del poder”. Corte Constitucional, Sentencia SU-917/2010.

Asi lo reitera en la providencia referida anteriormente el Consejo de Estado:

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…Pero si, además de estar claro que se trata de una facultad limitada, se tiene en cuenta
que ese mismo artículo 1º superior encierra el principio de legalidad de las actuaciones de
los funcionarios públicos y que “una de las maneras como se materializa es en la
obligación de motivar los actos administrativos toda vez que esta es la forma en que se
verifica la sujeción de la administración al imperio de la ley, fácilmente se concluye que el
Presidente de la República cuando decida hacer una alocución televisiva debe motivar
esa determinación lo que deberá hacer, no solo en su intervención para dar cuenta al
asociado del motivo, sino también al momento de determinarse a ello, pues de esta
manera el operador del servicio también puede saber y contar con las razones que llevan
al Presidente a intervenir en el medio televisivo.”
En conclusión, el Presidente se encuentra facultado por la ley para hacer alocuciones en la
televisión, pues esta facultad es otra manera de garantizar el derecho de los asociados a la
información y a su vez le permite al Presidente cumplir con algunas de las funciones que le
asigna la Constitución, pero esa facultad no es omnímoda ya que encuentra naturales
limitaciones en los principios, valores, derechos y libertades que la Constitución y la
convencionalidad consagran, amén de estar sometida al cumplimiento del deber de
motivar la decisión de hacer la alocución por el medio televisivo y que tal motivación esté
fundamentada en alguna de las limitaciones fijadas por la Convención americana
respecto de la libertad de expresión, como es el respeto a los derechos y la reputación de
los demás o la protección a la seguridad nacional, el orden público, la salud y la moral
pública, además de estar conforme con el juicio de proporcionalidad que ha sido
decantado por la Corte Interamericana en su jurisprudencia constante.
Con otras palabras y a manera de síntesis, si el presidente de la República al hacer una
alocución televisiva no se ajusta a las condiciones previstas en la ley y señaladas por la
convención y la Constitución, su intervención será ilegal y dará lugar a una indemnización
en favor del operador del servicio, pues estará limitando o restringiendo injustificadamente
la actividad económica del empresario del servicio.
La motivación de los actos administrativos proviene del cumplimiento de preceptos
constitucionales que garantizan que los particulares tengan la posibilidad de contradecir
las decisiones de los entes públicos ante las vías gubernativa y judicial, evitando de esta
forma la configuración de actos de abuso de poder.9

A partir de lo señalado por la Corte en su sentencia de Convencionalidad, el Consejo de


Estado10 concluyó que “la facultad del Presidente de la República para intervenir en la
televisión en cualquier momento está sometida a cuatro condiciones estrictas: (i) Que sea
personal; (ii) Que verse sobre asuntos urgentes de interés público; (iii) Que sea necesario
informar estos asuntos para la real y efectiva participación de los ciudadanos en la vida
colectiva; y (iv) Que se relacione con el ejercicio de sus funciones.
Por lo tanto si el Presidente actúa por fuera de estos supuestos su actuación se torna
arbitraria, ilegal y violatoria de la Constitución, en primer lugar porque desconoce los
derechos de los concesionarios de medios de comunicación por fuera de los marcos
convencionales, al desconocer lo pactado en un contrato de concesión, pero también
vulnera derechos fundamentales como la libertad de expresión e información,
reiteradamente señalado por la Jurisprudencia convencional, constitucional y Contencioso
administrativa.

7. Derecho a rectificación y réplica.

En un Estado Social de Derecho, democrático y pluralista, la legitimidad del Gobierno


radica en que el ejercicio de sus funciones, estén enmarcadas dentro de los principios
constitucionales y legales.

9 Corte Constitucional, Sentencia T-204/12


10 Consejo de Estado, ibídem

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Así lo ha reiterado la Jurisprudencia de las Altas Cortes al señalar que la Administración


está sujeta al cumplimiento de los preceptos constitucionales establecidos en el preámbulo
de la Constitución Política y los principios fundamentales del artículo 1°, esto es,
que “Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de República (…)
fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas
que la integran y en la prevalencia del interés general” y el artículo 2° a cuyo tenor se lee
que “Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover la prosperidad
general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la
Constitución (…) y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo”.

Además de las facultades otorgada al Presidente para para dirigirse al país, a través de los
servicios de televisión, el artículo 30 de la precitada Ley 182 de 1995, consagra el derecho
a la Rectificación, en virtud del cual, el Estado garantiza a toda persona natural o jurídica o
grupo de personas cuando se vean afectadas públicamente en su buen nombre u otros
derechos e intereses por informaciones que el afectado considere inexactas, injuriosas o
falsas transmitidas en programas de televisión cuya divulgación pueda perjudicarlo.

Desde los debates de la Asamblea Nacional Constituyente, se reflejó la necesidad de


superar el sistema político “bipartidista” y cerrado al escrutinio ciudadano, para dotar a
los distintos grupos políticos que no participan en el gobierno de turno, de garantías
democráticas para ejercer el derecho de control, vigilancia y fiscalización de la acción
administrativa del gobierno, criticarlo y ofrecer posibilidades para la alternancia política
por las vías pacificas, garantizando el derecho a la participación de todos, en las
decisiones que los afectan y en la vida económica, política, administrativa y cultural de la
Nación

Dentro de esas garantías el constituyente primario consideró la necesidad de consagrar para


el grupos políticos que no participan en el gobierno de turno, el derecho de réplica y
rectificación, lo mismo que el acceso a los medios de comunicación social del Estado, en
condiciones iguales a los del uso que de ellos hagan los voceros del gobierno, los cuales
fueron establecidos en un marco general de la Constitución, con base en el cual el
legislador posteriormente desarrolló en lo que se denominó el Estatuto de la Oposición
recientemente aprobado por el Congreso de la República.

El derecho de réplica en los medios de comunicación social del Estado o en aquellos que
hagan uso del espectro electromagnético está incluido en el artículo 112 de la Constitución,
derecho que había sido regulado por la legislación colombiana por el artículo 35 de la Ley
130 de 1994, y sobre el se pronunció la Corte en los siguientes términos:

“El derecho de réplica evita que el Gobierno y por su conducto las fuerzas mayoritarias
monopolicen y deriven ventajas políticas indebidas de su fácil acceso a los medios de
comunicación oficiales. De ahí que frente a la emisión de declaraciones políticas por
parte del gobierno que sean susceptibles de afectar a la oposición, a ésta se le garantice, a
través de los mismos medios, el correlativo derecho de réplica, que viene a ser una especie
de derecho de defensa en el campo propio de la política. De esta manera se obliga a
sostener una especie de diálogo político, leal e igualitario, entre las distintas formaciones
políticas y el gobierno, ausente en lo posible de confusiones y falsedades que impidan la
formación de una opinión pública debidamente informada”. (Corte Constitucional, Sentencia
C-089 de 1994)

El derecho de réplica es un derecho de los ciudadanos y de los partidos políticos que no


hacen parte del gobierno y se hayna declarado en oposición, el cual es ejercido
democráticamente dentro del marco de la Constitución y la Ley en concordancia con los
derechos constitucionales de la información y el derecho a la función de control, vigilancia
y fiscalización de la getión pública y del gobierno.

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Asi se consagró constitucionalmente a los partidos que no hacen parte del gobierno y se
declaren en oposición, el acceso a los medios de comunicación social del Estado, en
condiciones iguales a los del uso que de ellos hagan los voceros del gobierno.

Sobre las condiciones y garantías de la oposición política dentro de los sistemas


democráticos, expresó la Corte Constitucional:

(...) la oposición desempeña un papel fundamental en la medida en que define la dinámica de los
gobiernos de turno. De manera general, podría decirse que las funciones de la oposición en los
sistemas políticos democráticos son: (i) expresarse sobre la dirección que toma (o debería tomar)
el gobierno, ya sea a nivel general o sobre aspectos relevantes en la discusión de leyes o el
desenvolvimiento de ciertas políticas; (ii) ejercer funciones de control del gobierno en turno,
utilizando los recursos legales a su alcance y expresarse sobre los resultados de la actuación del
gobierno y sus consecuencias; y (iii) prepararse para la alternancia, es decir, toda oposición tiene
la responsabilidad de ostentarse como una opción de gobierno[157]. En últimas, podría decirse
que la oposición funciona como herramienta que materializa el control al poder, el pluralismo
político y las condiciones de alternancia de gobierno, en el caso de los partidos políticos.
(subyarado es mío)11

De tal manera que el derecho y ejercicio de la oposición y en concreto el derecho de réplica


no debe entenderse como una interpretación reducida a responder ataques recibidos por el
gobierno de turno, sino que va mucho mas allá, pues comprende también en virtud del
equilibrio informativo, imponer al gobierno cuando divulgue información tergiversada (no
necesariamente falsa como en el caso de la rectificación), decisiones relevantes de ciertas
políticas resultados de actuaciones del gobierno y sus consecuencias, a ofrecer un espacio a
la oposición para que se exprese frente a las afirmaciones difundidas y permita el
equilibrio frente diferentes puntos de vista ante el público receptor, en aras de la
preservación de la verdad.

De acuerdo con lo anterior, la finalidad de la norma, es el de garantizar a los partidos y


movimientos declarados en oposición, a responder no solo los ataques, sinó tambien las
tergiversaciones provenientes del gobierno, o a controvertir decisiones que afectan a la
población. En virtud de ello tienen el derecho a utilizar los mismos medios de
comunicación social, utilizados por el gobierno, en tiempo, medio y espacio, por lo menos
iguales al que sucito su ejercicio.

Postriromente el Consejo Nacional Electoral mediante la resolución No. 3941 de 2019


estableció que cada grupo político declarado en Oposición al Gobierno tendrá la opción de
ejercer el derecho de réplica hasta un límite de tres veces en el año calendario.

8. El Programa Televisivo Protección y Acción, rebasa las facultades


del presidente - un uso abusivo de la posición dominante para
desconcoer derechos - vulnera derechos fundamentales

Como lo ha señalado la Jurisprudencia tanto de la Corte Constitucional, como del Consejo


de Estado, la facultad al Presidente de la República, de utilizar los servicios de televisión
para dirigirse al país, no es ilimitada, no es cualquier información, pero tambien requiere
estar sometida al cumplimiento del deber de motivar la decisión de hacer la alocución por
el medio televisivo y que tal motivación esté fundamentada en alguna de las limitaciones
fijadas por la Convención americana respecto de la libertad de expresión, dentro de los
principios de proporcionalidad y racionalidad.
En síntesis la decisión de hacer la alocución del Presidente de la República por los medios
televisivos debe estar fundamentada dentro de las limitaciones fijadas por la Convención
americana y la Constitución respecto de la libertad de expresión, como es la protección a la

11. Sentencia 018 de 1918

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seguridad nacional, el orden público, la salud y la moral pública, además de estar conforme
con el juicio de proporcionalidad y racionalidad.

9. Ni la información que se trasmite, ni los resultados justifican el


abuso del Derecho.
La desinfodemia12
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha enfatizado que el mensaje correcto, en el
momento correcto, de parte del mensajero correcto y a través del medio correcto puede
salvar vidas, y, por consiguiente, la desinformación o los mensajes entreverados pueden
costar vidas28. En particular, la OMS usa el término infodemia para referirse al problema
de la proliferación masiva de mensajes que hace difícil distinguir entre información y
contenido inadecuado (desinformación e información errónea), en el contexto de la crisis
sanitaria del COVID-19.”
Si bien es cierto, que Colombia como los demás países del mundo atraviesan por una
pandemia, el poder-deber de mantener un contacto permanente con los ciudadanos no
justifica que en un sistema democrático, la necesidad de tener todos los días al Presidente
de la República, dirigiéndose por los medios televisivos, como si no existieran otros medios
y funcionarios, en una ruptura de la excepcionalidad y las limitaciones en los principios,
valores, derechos y libertades que la Constitución y la convencionalidad consagran, porque
lo que puede derivarse de ello es crear un campo fértil para que arraiguen sistemas
autoritarios.13

Es claro que la crisis sanitaria por la que atraviesa la población de la mayoría de los países,
es muy grave y que una alocución Presidencial en uso de las facultades legales, podría
servir para alguna información y orientación a la población, pero en el caso que nos ocupa
la actitud del Presidente accionado, se constituye en una forma sutil de restricción indirecta
y control presidencial de la información, porque rebasa sus facultades y condiciones
legales incurriendo en un abuso de la posición dominante, con lo cual vulnera los derechos
fundamentales invocados.

En su programa televisivo que conduce directamente el Presidente de la República, vulnera


los estándares de veracidad e imparcialidad - Principio de razonabilidad y
proporcionalidad, ya que el directamente conduce, invita a sus ministros y otros
funcionarios para que informen sobre lo que está haciendo cada funcionario, pero realmente
se ha convertido en que, además de repetir las normas de los protocolos de bioseguridad,
presenta las cifras oficiales de contagiados, activos, recuperados, confirmados, fallecidos y
comparaciones manipuladas con el resto de los países.

De otra parte se evidencia una burda forma de hacer publicidad genérica a su gobierno, en
especial a las ayudas económicas, subsidios, repartición de mercados, subsidios, becas,
préstamos estudiantiles, ayudas a pequeños y grandes empresarios del campo y la ciudad,
hasta destinación de recursos económicos para salvar empresas extrajeras y entrevistas
seleccionadas a beneficiarios de los programas sociales.
En ningún otro País Democrático del mundo, se ha llegado a requerir para afrontar la crisis
de la pandemia, que un gobierno haya tomado una decisión igual, a pesar de tratarse de
situaciones fácticas muy similares, por lo cual se puede concluir que además de que sus
resultados no lo justifican, existen otras razones ocultas que mas allá este propósito con el
cual es vulneratoria de derechos fundamentales.

Los diferentes acciones de control de legalidad y constitucionalidad que la Rama Judicial


ha venido haciendo en ejercicio de sus competencia a través de sus decisiones judiciales,

12 . Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la ciencia y la cultura, Covid-19:El papel de los operadores
judiciales y la protección del derecho a la libertad de expresión. Joan Barata.
28 Disponible en: https://www.who.int/teams/risk-communication/infodemic-management
13 Consejo de Estado ibidem

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respecto de algunas decisiones del Presidente,14 es una demostración que algunas decisiones
del Presidente de la República, reflejan o el desconocimiento y falta de respeto de los
principios y deberes que la Constitución le impone desde que asumió el cargo, y en otras
veces obedece a directrices de las fuerzas mayoritarias de gobierno que derivan ventajas
políticas y que pretenden monopolizar los Órganos de Control del Estado con propuestas de
reformas tendientes a reducir la democracia como en el caso de la Justicia.

Por ejemplo, la Corte Constitucional, mediante la Sentencia C-184 de 202015 declaró


inconstitucional el Decreto Legislativo 516 de 2020, mediante el cual el Presidente Iván
Duque, disminuyó arbitrariamente y con desconocimiento del ordenamiento constitucional
y legal, la cuota de emisión de contenidos de producción nacional en la televisión a un
20%, situación que jamás había ocurrido en la historia de la televisión colombiana. Aquí se
conjuró un claro abuso presidencial en la regulación del uso del espectro y se protegieron
los derechos de pluralismo y libertad de expresión.

El Programa televisivo de Prevención y acción es una especie de fraude o trampa a la ley,


(conocidas en el partido de gobierno como jugaditas) para burlar radicalmente los límites y
restricciones convencionales, constitucionales y legales, como el derecho de los ciudadanos
a recibir una información veraz, imparcial y objetiva, actitud que afecta las condiciones
básicas de una sociedad democrática.

Pero además es un mecanismo fraudulento para birlar el derecho de réplica de los sectores
políticos que no hacen parte del Gobierno, el cual tiene un claro fundamento constitucional,
no solo porque está reconocido expresamente en el artículo 112 de la Constitución, sino
rebasa las facultades, competencias y límites otorgadas al Presidente de la República para
hacer uso de los medios televisivos, lo cual además se deben hacer dentro de los principios
de razonabilidad, racionalidad y proporcionalidad, lo que constituye un abuso de la
posición dominante por parte del Príncipe y como Jefe del Estado representa un uso
abusivo del espectro electromagnético de la nación, lo cual además podría generar un
detrimento patrimonial al patrimonio público, por eventuales acciones legales.

Las actividades económicas de las empresas de comunicación social, están reguladas por el
ordenamiento jurídico que fija los lineamientos relacionados con las concesiones o
licencias en materia de Televisión.

Extraña sobremanera, que, existiendo un contrato de concesión con los canales privados,
haya sido modificado durante tanto tiempo, sin que los concesionarios hayan expresado
alguna inconformidad cuando de acuerdo con precedentes, han acudido a la justicia para
solicitar indemnizaciones por no haber sido avisados oportunamente de una alocución
presidencial estando pactado dentro de los contratos.

Pero extraña aún mas, que el organismo creado para la vigilancia y control de los
contenidos de la televisión y la garantía del pluralismo, Comisión de Regulación de
Comunicaciones CRC, para garantizar la imparcialidad y veracidad de la información y el
uso de los bienes públicos en materia de comunicación, no hayan hecho un
pronunciamiento en el ejercicio de sus funciones de control y vigilancia imparcial, cuando
es evidente que se han modificado por parte del Gobierno nacional, las condiciones de
ejecución de los contratos de concesión del espacio electromagnético en televisión abierta.

14 Objeción a acuerdos de paz, Críticas a decisiones Judiciales, Impuestos a Salarios y pensiones, Préstamo a Avianca,
Laicidad del Estado…
15 Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-184-20. Revisión de constitucionalidad del Decreto Legislativo 516 de
2020, “por el cual se adoptan medidas para la prestación del servicio de televisión abierta radiodifundida, en el marco del
Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica”. Disponible en:
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2020/C-184-
20.htm#:~:text=C%2D184%2D20%20Corte%20Constitucional%20de%20Colombia&text=Revisi%C3%B3n%20de%20c
onstitucionalidad%20del%20Decreto,Econ%C3%B3mica%2C%20Social%20y%20Ecol%C3%B3gica%E2%80%9D.

Avenida 19 No. 3 – 50 Oficina 1101 Torre A Edificio Barichara Teléfono 284 10 35 Bogotá. E-mail: dquirogac@gmail.com
Dagoberto Quiroga Collazos
Abogado

Se ha usado el bien público de los colombianos a favor de un gobierno para que, con la
disculpa de una información urgente, durante más de cuatro meses continuos, abuse de su
posición dominante de Príncipe Otorgante del Título Habilitante de la Concesión, no sólo
frente a las relaciones del Estado con las empresas de comunicación concesionarias, sino
también de los ciudadanos que deben soportar el uso abusivo de la televisión por parte del
Señor Presidente de la República. La Sentencia C-350 de 1997, claramente describe cuando
ocurren los fenómenos indeseables de la SEUDOINFORMACIÓN y de la
SOBREINFORMACIÓN en que incurre el Presidente Iván Duque, burlando el sano
derecho a la información que merecemos todos los colombianos bajo estándares de
veracidad, imparcialidad y oportunidad.

En otros términos es asprovechar la pandemia para reducir espacios democráticos y


aumentar restricciones a los derechos fundamentales de los ciudadanos.

V. LEGITIMIDAD.

Es claro que el Presidente se encuentra facultado por la ley para hacer alocuciones en la
televisión, pero esa facultad no es ilimitada sino que debe sujetarse a los principios, valores,
derechos y libertades que la Constitución y la convencionalidad que proscribe el uso
abusivo del espectro por parte de los Estados. Además, la actuación del Presidente está
sometida al cumplimiento del deber de motivar la decisión de hacer la alocución por el
medio televisivo, motivación que debe estar fundamentada en alguna de las limitaciones
fijadas por la Convención americana respecto de la libertad de expresión.

Como también es claro como lo ha señalado la Corte Constitucional16 que sus


manifestaciones no son del todo ajenas al control político y jurídico. Existiendo la
posibilidad de que declaraciones públicas emitidas por el primer mandatario puedan
transmitir información inexacta o no objetiva, o desconocer derechos fundamentales de
personas o grupos, las mismas pueden ser objeto de diferentes controles ejercido a través
de los mecanismos legales, cuando los ciudadanos consideren que sus derechos
fundamentales de información veraz, oportuna y objetiva dentro de los principios del
pluralismo y objetividad han sido vulnerados es posible acudir a la acción de Tutela. El ser
humano está abierto a la aprehensión conceptual del entorno para reflexionar y hacer
juicios y raciocinios sobre la realidad.

De acuerdo con los elementos expuestos considero que con el programa televisivo
Prevención y acción se están vulnerando mis derechos fundamentales invocados, como de
otros ciudadanos que no están en capacidad o no desean accionar, pues como ha sido
reiterado en la Jurisprudencia transcrita el derecho a la información se trata de un verdadero
derecho fundamental que no puede ser negado, desconocido, obstruido en su ejercicio o,
disminuido por el Estado de conformidad con Artículo 20 de la Constitución y Artículo 13
de la Convención Interamericana de derechos Humanos.

VI. DERECHOS CONSTITUCIONALES FUNDAMENTALES VIOLADOS.

Derecho a la información veraz e imparcial y objetiva Consagrado en la Constitución


Nacional y normas concordantes.

VII. JURAMENTO.

Bajo la gravedad del Juramento manifiéstanos al señor juez que sobre los mismos hechos
no he se colocada tutela alguna.

VIII. COMPETENCIA

16 Sentencia T-1191/04 señaló:

Avenida 19 No. 3 – 50 Oficina 1101 Torre A Edificio Barichara Teléfono 284 10 35 Bogotá. E-mail: dquirogac@gmail.com
Dagoberto Quiroga Collazos
Abogado

El Tribunal Administrativo es competente, para conocer del asunto, por la naturaleza del
accionado y de conformidad con lo dispuesto en el decreto 1382 de 2000.

IX. NOTIFICACIONES:

Accionante: Calle 19 No. 3-50 Oficina 1101 Edificio Barichara Bogotá


Correo electrónico: dquirogac@gmail.com
Celular 3002144059

Accionado: Casa de Nariño: Carrera 8 No.7-26


Correo Electrónico: notificacionesjudiciales@presidencia.gov.co

De los Honorables Magistrados respetuosamente,

Cordialmente,

DAGOBERTO QUIROGA COLLAZOS


T.P. 32.524 del C.S.J

Avenida 19 No. 3 – 50 Oficina 1101 Torre A Edificio Barichara Teléfono 284 10 35 Bogotá. E-mail: dquirogac@gmail.com

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