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Wendt Alexander - Proceso Y Cambio Estructural

En este capítulo, veremos como agentes estatales y culturas sistémicas están siendo sostenidos y a
veces transformados por prácticas de política exterior. Agentes y estructuras en si son procesos o
logros continuos de prácticas. Cambio estructural o cultural ocurre, por ejemplo el caso
paradigmático del fin de la Guerra Fría en 1989, y Wendt argumenta que ahora estamos viviendo
otro cambio cultural, hacia una cultura kantiana de seguridad colectiva. La pregunta que tiene que
responder, es ¿Cómo pueden estados crear una nueva cultura de anarquía cuando la estructura de
la cultura existente los inclina a reproducirla? La respuesta constructivista se basa en el
interaccionismo simbólico, que asuma que actores en si son el resultado de interacción continua,
cuya estabilidad es endógena a interacción44. En este capítulo, Wendt hace tres pasos: (1)
desarrolla un modelo de formación de identidades; (2) argumenta que cambio estructural incluye
la formación de identidades colectivas; (3) formula una teoría causal de formación de identidades
bajo anarquía.
7.1 Dos lógicas de anarquía Wendt explica una teoría evolucionaría de proceso, que tiene que
confirmar a tres criterios: (1) tiene que explicar el movimiento de un variable en tiempo (en
nuestro caso: identidades estatales en lo que concierne seguridad, cuya unidad de cambio es un
rasgo); (2) especificar una media para generar variación en el variable dependiente (en nuestro
caso: cambios en la estructura estado- sociedad y las escojas estratégicas en la política exterior); y
(3) tiene que incorporar tendencias inercias que estabilizan los cambios en la populación (en
nuestro caso: el compromiso estatal a sus identidades, reforzado por estructuras institucionales en
los niveles domestico e internacional). Después, el núcleo del modelo es el proceso en que
variación generada en el nivel de unidad se extrapola al nivel macro o de populación. Hay dos
caminos causales en que identidades pueden evolucionar: selección natural y cultural.
Selección natural ocurre cuando organismos no están adaptados bien a la competición para
recursos escasos en un ambiente y están substituidos por los que lo hacen mejor. Es un proceso
material que opera atrás de la espalda de los actores porque aprender y socialización no hacen
parte de ello. Egoísmo puede resultar útil para selección natural, pero no forma una propiedad
intrínseca de actores, pero una propiedad relacional constituida por una identidad hacia un Otro.
Tampoco explica selección natural porque hay tantos estados débiles sobreviviendo en el
sistema.internacional actual. El poder explicativo del modelo de selección natural para cambio en
el sistema internacional, entonces, no es muy grande.
Selección cultural es un mecanismo evolutivo suponiendo ‘la transmisión de los determinantes de
conducta de individuo a individuo, y entonces de generación a generación, por aprendizaje
social45, imitación o un proceso similar’ (p. 324), o, en términos de Waltz, socialización. Wendt
focaliza en dos mecanismos, imitación y aprendizaje social. Imitación de identidades y intereses
ocurre cuando actores adoptan las auto-comprensiones de aquellos actores que perciben como
siendo exitosos, las estandartes de cual son constituidas por comprensiones compartidas que
varían por contexto cultural.
Aprendizaje social implica, según el constructivismo, efectos de construcción para identidades e
intereses, y se basa en el interaccionismo simbólico de George Herbert Mead. La idea básica es
que identidades y sus correspondientes intereses están siendo aprendidos y después reforzados
en respuesta a cómo actores están siendo tratados por Otros significantes. En un Primer
Encuentro, un Yo y otro construyen a base de sus creencias privadas y sus implícitas
representaciones del Yo y Otro, una definición de la situación. La interacción subsecuente bien
conforma o falsifica estas definiciones, y en la repetición de la interactuación, los dos cambian la
distribución de conocimiento que inicialmente sólo fue privada y que ahora está al menos
parcialmente compartida. La lógica es la de la predicción que acarrea su propio cumplimiento:
tratando el Otro como si debiese responder en una cierta manera, los dos partidos eventualmente
aprenden ideas compartidas que generan estas respuestas – identidades y intereses no solo están
aprendidos en interacción, pero también sostenidos por ella. Algunas relaciones, intereses e
identidades están tan fijos que parecen no cambiar o ser susceptible a cambio, pero esto es una
cuestión empírica: interaccionismo conduce a otra visión de identidades, mismo si identidades e
intereses no cambian pero están siendo reforzados por interacción.
7.2 Identidad colectiva y cambio estructural Cambio estructural ocurre cuando la utilidad relativa
esperada de conducta normativa versus desviada cambia, o sea, cuando actores redefinen quienes
son y que quieren. Interés colectivo quiere decir que actores hacen del bienestar del grupo un
objetivo en si, que en torno ayúdales a superar el problema de acción colectiva. Los limites de
identidades colectivas son que (1) son específicas por relaciones (la actitud de Alemania hacia
Francia no dice nada sobre la actitud de Alemania hacia Brasil) y (2) que la extensión y las
implicaciones conductuales dependen del objetivo de la identidad colectiva. En la discusión
subsecuente, Wendt toma el cambio estructural de la cultura lockeana a una kantiana como
ejemplo. La necesidad humana para seguridad ontológica y la tendencia estable de instituciones
contribuyen a la dificultad de cambio estructural, pero permanece el hecho que identidades
siempre son logros de práctica. Como cualquier cultura es múltiplemente realizable, Wendt
focaliza su ejemplo en las condiciones necesarias y generales para el cambio a una cultura
kantiana.
7.3 Variables maestros Hay, según Wendt, cuarto variables maestro46 que pueden inducir cambio
a una cultura kantiana: interdependencia, destino común, homogeneidad, y autocontrol, de cual el
último es esencial porque ayuda a superar el problema fundamental de la formación de
identidades colectivas: el miedo de ser asaltado por el Otro.
Interdependencia. Actores son interdependientes cuando el resultado de una interacción para
cada depende de las elecciones de los otros – interdependencia no dice nada sobre la naturaleza
de relaciones, porque enemigos pueden ser tan interdependientes como amigos. El problema es
de cambiar interdependencia objetiva a interdependencia subjetiva. Esto ocurre cuando
‘actuamos como si tuviésemos identidades nuevas y enseñamos el Otro que tiene que hacer para
ayudar a sostener esta identidad, así erosionando nuestras viejas identidades y aprendiendo de
mirarnos en el espejo del Otro, cambiando la concepción de quien somos’ (p. 347) – un proceso
que Wendt llama ‘valoración reflexiva’ y que se puede ver por ejemplo en la constitución de la
Unión Europea. Pero el miedo de explotación es un problema genuino en anarquía, por lo cual
interdependencia en si no basta.
Destino común. Actores tienen un destino común cuando su sobrevivencia individual o bienestar
depende de lo que pasa con el grupo. Interdependencia proviene de la interacción de dos
partidos, destino común está constituido por un tercer partido que define el primero como grupo.
En la realidad actual, estados cooperan mucho más que necesario y selección de grupos por
destino común ayuda a explicar este hecho.
Homogeneidad. La percepción de homogeneidad ayuda a constituir una identidad colectiva;
categorizar otros como similares a si mismo no es la misma cosa que identificarse con ellos, per
ayuda a hacerlo en dos maneras: (1) reduce el número y la intensidad de conflictos que surgen de
diferencias en identidades corporativas o de tipo; (2) ‘si son como nosotros tenemos que tratarlos
en consecuencia’ (p. 355). Para hacer parte de la sociedad de estados, necesitas tener algunos
atributos, que después refuerzan la relación entre esta sociedad.  
Autocontrol. Si los otros factores incrementan, actores tienen más incentivos para actuar pro-
socialmente, que erosiona los límites egoístas del Yo y los extiende para incluir el Otro, pero este
proceso sólo puede proceder si los actores pueden superar el miedo de ser asaltados. Esta
confianza forma el problema fundamental de la formación de identidades colectivas. Limitaciones
externas no cumplen este papel, porque son imperfectas y superables: solo autocontrol crea la
confianza necesaria para integrar una comunidad. Limitaciones externas pueden ser internalizadas
para este objetivo, o política domestica (‘democracias no luchan entre si’) puede formar un
incentivo para autocontrol. Una última opción fue practicada por el Nuevo Pensamiento de los
Soviéticos, que unilateralmente cambiaron su actuación. Autocontrol, en contraposición de los
otros factores, no es un factor activo de identidad colectiva porque no dice nada sobre la voluntad
de ayudar los otros, pero forma una condición sine qua non para la formación de una colectividad.
La formación de una identidad no depende de transcender anarquía: identidad colectiva es una
cultura bajo anarquía.

“Explicación externa” puesta por guille

En la disciplina de las relaciones internacionales, el constructivismo es la afirmación de que los


aspectos importantes de las relaciones internacionales son histórica y socialmente construido, en
lugar de las consecuencias inevitables de la naturaleza humana u otras características esenciales
de la política mundial.

Desarrollo
Nicholas Onuf se acredita generalmente con acuñar el término "constructivismo" para describir las
teorías que hacen hincapié en el carácter socialmente construido de las relaciones internacionales.
Teoría constructivista contemporáneo tiene sus raíces en el trabajo pionero no sólo por Onuf, sino
también por Richard K. Ashley, Friedrich Kratochwil y John Ruggie. Sin embargo, Alexander Wendt
es el defensor más conocido de constructivismo social en el campo de las relaciones
internacionales. Wendts artículo "La anarquía es Lo que los Estados hacen de ella: la construcción
social de la política de energía" en la Organización Internacional sentó las bases teóricas para
cuestionar lo que él considera que es un defecto compartido por ambos neorrealistas y los
institucionalistas neoliberales, es decir, un compromiso con una forma de materialismo. Al tratar
de mostrar que incluso un concepto realista como núcleo como "política de poder" es socialmente
construida, que es, no se da por naturaleza y, por tanto, susceptible de ser transformado por la
práctica humana-Wendt abrió el camino para una generación de estudiosos de las relaciones
internacionales seguir trabajando en una amplia gama de temas desde una perspectiva
constructivista. Wendt desarrollando estas ideas en su obra central, la Teoría Social de la política
internacional.
Desde finales de 1980 y principios de 1990, el constructivismo se ha convertido en una de las
principales escuelas de pensamiento dentro de las relaciones internacionales. John Ruggie y otros
han identificado varias líneas de constructivismo. Por un lado, hay estudiosos constructivista como
Martha Finnemore, Kathryn Sikkink, Peter Katzenstein, y Alexander Wendt, cuyo trabajo ha sido
ampliamente aceptada en la comunidad IR corriente principal y ha generado vibrantes discusiones
académicas entre los realistas, los liberales, los institucionalistas y los constructivistas. Por otro
lado, están los constructivistas radicales que toman el discurso y la lingüística más en serio.

Teoría
El constructivismo busca principalmente para demostrar cómo los aspectos fundamentales de las
relaciones internacionales, en contra de los supuestos del Neorrealismo y Neoliberalismo,
construidas socialmente, es decir, se les da la forma de los procesos en curso de la práctica social y
la interacción. Alexander Wendt llama a dos principios básicos cada vez más aceptadas de
Constructivismo "que las estructuras de asociación humana están determinados principalmente
por las ideas compartidas en lugar de fuerzas materiales, y que las identidades y los intereses de
los actores intencionales se construyen estas ideas compartidas en lugar de dados por la
naturaleza".

Realismo Desafiante
Debido neorrealismo fue - durante el periodo formativo del constructivismo - el discurso
dominante de las relaciones internacionales, gran parte del trabajo teórico inicial del
constructivismo es en desafiar ciertos supuestos básicos neorrealistas. Neorrealistas son
estructuralistas fundamentalmente causales, ya que sostienen que la mayoría de la información
importante en la política internacional se explica por la estructura del sistema internacional, una
posición de primera avanzada en el Hombre de Kenneth Waltz, el Estado, y la guerra y ha aclarado
completamente en su texto básico del Neorrealismo, Teoría de la Política Internacional. En
concreto, la política internacional está determinada principalmente por el hecho de que el sistema
internacional es anárquico - carece de cualquier autoridad suprema, sino que se compone de
unidades que son formalmente iguales - todos son soberanos sobre sus propios territorios. Esta
anarquía, neorrealistas argumentan, los Estados obliga a actuar de cierta manera, específicos, que
pueden confiar en nadie más que a sí mismos para la seguridad. La forma en que la anarquía les
obliga a actuar de ese modo, en la defensa de sus propios intereses en términos de poder,
neorrealistas sostienen, explica la mayor parte de la política internacional. Debido a esto,
neorrealistas no tienen en cuenta las explicaciones de la política internacional a nivel de "estado"
"unidad" o. Kenneth Waltz atacado este enfoque como reduccionista.

El constructivismo, en particular en el trabajo formativo de Wendt, cuestiona esta hipótesis al


demostrar que los poderes causales atribuidas a la "estructura" de neorrealistas son, de hecho no
"dado", pero puede estar en la forma en que la estructura se construye con la práctica social.
Fuera del presunciones sobre la naturaleza de las identidades y los intereses de los actores del
sistema, y el significado que las instituciones sociales tienen para estos actores, Neorrealismo de
"estructura" revela, Wendt argumenta, muy poco ", no predecir si ambos Estados ser amigos o
enemigos, reconocerá la soberanía de cada uno, tendrá lazos dinásticos, será revisionista o
poderes del status quo, y así sucesivamente ". Debido a estas características de comportamiento
no se explican por la anarquía, y requieren en lugar de la incorporación de la evidencia sobre los
intereses e identidades en poder de los actores clave, está fuera de lugar el enfoque del
neorrealismo en la estructura material del sistema. Pero Wendt va más allá de esto - el argumento
de que debido a la forma en que la anarquía limita estados depende de la forma en que los
Estados conciben la anarquía, y conciben sus propias identidades e intereses, la anarquía no es
necesariamente incluso un sistema de 'auto-ayuda'. Sólo obliga a los estados a la auto-ayuda, si se
ajustan a los supuestos neorrealistas sobre estados como ver la seguridad como una ventaja
competitiva, concepto relativo, donde el aumento de la seguridad de cualquier Estado significa la
pérdida de la seguridad para otro. Si los Estados vez sostienen concepciones alternativas de
seguridad, ya sea 'cooperativa', en los que los estados pueden maximizar su seguridad, sin afectar
negativamente a la seguridad de otros, o "colectiva" que los estados identifiquen la seguridad de
otros estados como valioso para ellos mismos, la anarquía se no conduce a la auto-ayuda.
Conclusiones neorrealistas, como tal, dependen totalmente de supuestos tácitos e incuestionable
sobre la forma en que el significado de las instituciones sociales son construidos por actores.
Fundamentalmente, porque neorrealistas no reconocen esta dependencia, que asumen
erróneamente que tales significados son inmutables, y no incluyen el estudio de los procesos de
construcción social que realmente hacen el trabajo explicativo clave detrás observaciones
neorrealistas.

Las identidades y los intereses


Como constructivistas rechazan las conclusiones del neorrealismo sobre el efecto determinante de
la anarquía en el comportamiento de los actores internacionales, y se alejan del materialismo
subyacente del Neorrealismo, crean el espacio necesario para las identidades y los intereses de los
actores internacionales para tener un lugar central en la teorización de las relaciones
internacionales. Ahora que los actores no sólo están regidas por los imperativos de un sistema de
auto-ayuda, las identidades y los intereses llegan a ser importantes en el análisis de cómo se
comportan. Al igual que la naturaleza del sistema internacional, constructivistas ven esas
identidades e intereses como no fundamentada objetivamente en fuerzas materiales, sino el
resultado de las ideas y la construcción social de las ideas. En otras palabras, el significado de las
ideas, objetos y actores están dadas por la interacción social. Damos objetos y sus significados
podemos conectar diferentes significados para diferentes cosas.

Martha Finnemore ha sido influyente en el examen de la forma en que las organizaciones


internacionales están involucradas en estos procesos de la construcción social de las percepciones
de los actores de sus intereses. En los intereses nacionales en la sociedad internacional, Finnemore
intenta "desarrollar un enfoque sistémico para entender los intereses del Estado y el
comportamiento del Estado mediante la investigación de una estructura internacional, no de
poder, sino de sentido y de valor social". "Intereses", explica, "no son sólo" ahí fuera "a la espera
de ser descubierto, sino que se construyen a través de la interacción social". Finnemore
proporciona tres estudios de caso de este tipo de construcción - la creación de burocracias Ciencia
en los estados debido a la influencia de la UNESCO, el papel de la Cruz Roja en los Convenios de
Ginebra y la influencia de las actitudes hacia la pobreza del Banco Mundial.

Los estudios de estos procesos son ejemplos de la actitud constructivista hacia los intereses del
Estado y de las identidades. Tales intereses e identidades son determinantes centrales del
comportamiento del Estado, como tal, el estudio de su naturaleza y su formación es integral en la
metodología constructivista para explicar el sistema internacional. Pero es importante señalar que
a pesar de este reenfoque en las identidades e intereses - Propiedades de los Estados -
constructivistas no están casados necesariamente centrado su análisis en el nivel de unidad de la
política internacional: el Estado. Constructivistas como Finnemore y Wendt tanto hincapié en que
si bien las ideas y los procesos tienden a explicar la construcción social de las identidades e
intereses, tales ideas y procesos forman una estructura propia que afecten a los actores
internacionales. Su diferencia central desde neorrealistas es ver la estructura de la política
internacional en todo ideacional, en lugar de materiales, términos.

Líneas de investigación
Muchos constructivistas analizan las relaciones internacionales examinado objetivos, amenazas,
miedos, culturas, identidades, y otros elementos de la "realidad social" como hechos sociales. En
un importante volumen editado, los académicos-incluyendo constructivistas desafió muchos
supuestos realistas acerca de la dinámica de la política internacional, en particular en el contexto
de los asuntos militares. Thomas J. Biersteker y Cynthia Weber aplican enfoques constructivistas
para entender la evolución de la soberanía del Estado como un tema central en las relaciones
internacionales, y obras de Rodney Bruce Hall y Daniel Philpott desarrollaron teorías
constructivistas de grandes transformaciones en la dinámica de la política internacional. En la
economía política internacional, la aplicación del constructivismo ha sido menos frecuente.
Ejemplos notables de trabajo constructivista en esta área incluyen el estudio de Kathleen R.
McNamara de la Unión Monetaria Europea y el análisis de la subida de Reaganomics en los
Estados Unidos de Mark Blyth.

Al centrarse en cómo se utilizan el lenguaje y la retórica a la construcción de la realidad social del


sistema internacional, los constructivistas se ven a menudo como más optimista sobre el progreso
en las relaciones internacionales que las versiones del realismo fiel a una ontología puramente
materialista, pero un número cada vez mayor de los constructivistas cuestionan la carácter
"liberal" del pensamiento constructivista y expresar simpatía por mayor realismo pesimista sobre
la posibilidad de la emancipación de la política del poder.

El constructivismo es a menudo presentado como una alternativa a las dos principales teorías de
las relaciones internacionales, el realismo y el liberalismo, pero algunos sostienen que no es
necesariamente incompatible con una o las dos. Wendt comparte algunos supuestos clave con los
principales realistas y neorrealistas estudiosos, como la existencia de la anarquía y la centralidad
de los estados en el sistema internacional. Sin embargo, Wendt hace anarquía cultural más que
términos materialistas, sino que también ofrece una sofisticada defensa teórica de la hipótesis del
estado como actor en la teoría de las relaciones internacionales. Este es un tema polémico dentro
de los segmentos de la comunidad IR como algunos constructivistas desafían Wendt en algunos de
estos supuestos. Se ha dicho recientemente que se ha avanzado en la teoría de las relaciones en
que el realismo y el constructivismo se pueden alinear o sintetizado.

La evolución reciente
Un grupo importante de investigadores que estudian los procesos de construcción social
conscientemente evitan la etiqueta "constructivista". Ellos argumentan que la "corriente principal"
constructivismo ha abandonado muchas de las ideas más importantes de giro lingüístico y la teoría
social-constructivista en la búsqueda de respetabilidad como un enfoque "científico" a las
relaciones internacionales. Incluso algunos constructivistas putativamente "corriente principal",
como Jeffrey Checkel, han expresado su preocupación de que los constructivistas han ido
demasiado lejos en sus esfuerzos para construir puentes con las escuelas no constructivistas del
pensamiento.

Un número cada vez mayor de los constructivistas sostienen que las teorías actuales no prestan
suficiente atención al papel de la conducta habitual y no reflexivo en la política mundial. Estos
defensores de la "práctica resultan" se inspiran en el trabajo en la neurociencia, así como la de los
teóricos sociales como Pierre Bourdieu, que hace hincapié en la importancia de la costumbre en la
vida psicológica y social.

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