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EJERCICIO.

Sara Sánchez Montoya


Normativa COVID 19
• Ante la situación actual de pandemia por COVID 19, se han debido de adoptar medidas
estrictas de bioseguridad para la realización de las actividades en general, además de tomar
acciones adicionales para la mitigación de transmisión del virus desde cada sector de las
industrias.

En específico ante el sector de la construcción de edificaciones, se ha desarrollado un plan


de acción, aislamiento e incorporación de reglamentos aplicados a las prácticas propias de
ejecución de obras. En primera instancia, siguen permaneciendo los reglamentos y
normativas que rigen la seguridad y salud en el trabajo y se implementan unas nuevas,
donde se controla estrictamente la exposición de los trabajadores y personal involucrado
en la operación en diferentes escenarios en los que se presenta mayor riesgo de contagio
por contacto interpersonal como es: el ingreso a la obra, espacios de trabajo compartido,
áreas de almacenamiento de herramientas y equipos, y demás zonas que requieran la
proximidad entre las personas.

Para ello, la responsabilidad inicial es instruir e informar a todos los trabajadores sobre los
lineamientos y recomendaciones dadas por el Ministerio de Salud y Protección Social
asociadas al COVID 19 para establecer el procedimiento no solo en el área de ejecución de
obra sino fuera de la misma, generando una supervisión de cumplimiento. Estas
indicaciones están determinadas dentro del proceso habitual de planeación, donde se
determinan los objetivos y las metas, así como la creación de un plan para definir
responsabilidades de quien ejecuta.
De manera integral, apuntando hacia el cuidado de salud tanto individual como colectiva,
se debe contar con el Plan de Aplicación del Protocolo Sanitario para la Obra (PAPSO) con
el fin de plantear previamente las actividades necesarias para minimizar los contagios del
virus; en esta, se tienen en cuenta, además, la asignación clara de los compromisos a cada
empleado, de manera que permitan el distanciamiento mínimo entre los trabajadores (2
metros), controlando el aforo de los equipos de trabajo en cada actividad, así como la
coordinación la cantidad de personas al momento de ingerir alimentos o converger en áreas
comunes.

Para la ejecución de acuerdo a la planeación inicial y conservar la ruta de trabajo, se educan


a los participantes sobre cómo hacer uso de los elementos de protección personal,
habituando el uso imprescindible del tapabocas, y si es requerido, la implementación de
guantes y demás elementos de protección personal como caretas, trajes especiales. En este
punto también es requerido la capacitación a los participantes del incremento de prácticas
frecuentes de desinfección personal, de áreas de trabajo, superficies, herramientas, traje
dotacional, equipos, proporcionando los elementos necesarios de higiene (agua y jabón,
soluciones como alcohol glicerinado, toallas desinfectantes); será necesario que cada
empleado se haga cargo responsablemente de este ejercicio dentro de cada acción que
realice.
La constante comunicación es importante para saber sobrellevar cualquier emergencia de
este tipo, teniendo en cuenta el procedimiento claro de notificación a la Entidad de Salud
correspondiente y lograr desarrollar un plan de continuidad integrado para responder a un
cierre parcial o completo ante las operaciones del sitio, además de mantener aislado el
personal en contacto con el área de relación con el contagio.

Como procedimiento de registro de estas prácticas, se debe documentar e informar


constantemente, y mucho más las que almacenan información de medidas para la cadena
de producción, abastecimiento, suministros, y servicios, las cuales deben de cumplir
también con medidas protocolarias de bioseguridad, garantizando que los procesos de
transición (entrada y salida) sean bajo las normas previas de salud; en operaciones como
carga y descarga de materiales, gestión de almacén, medidas en transporte y utilización de
vehículos, que hacen parte del lugar de trabajo, debe aplicarse igualmente la desinfección
periódica.
De acuerdo a los informes recibidos de las prácticas de acción, se debe de generar una
retroalimentación de las medidas de seguridad, asegurando que permanezca ejecutándose
bajo la norma estipulada en planeación.

• Los requisitos de cumplimiento de las medidas de bioseguridad ante la pandemia del


COVID 19, se consideran como un factor de control ante la transmisión y contagio del virus,
y en relación a las fases de proceso de un proyecto de edificación: planeamiento, ejecución
y funcionamiento, a cada una de ellas se debe de ejercer un control directo para su correcto
funcionamiento. La correspondencia está direccionada hacia el control de la salud y
protección de los participantes, por la interacción personal entre ellos en estas diferentes
etapas.

Inicialmente, el proceso de planeamiento es bastante extenso por la cantidad de factores y


variables que deben de analizarse para la composición y estructuración del proyecto, por
esto, son muchos los profesionales que participan y deben de estar en constante contacto
para realizar esta labor. Algunas de ellas, como consulta de legalidad, reglamentación,
exigencias contractuales, direccionado hacia la compra de terrenos y la organización de
licitaciones y contratos, entre otros, podrían realizarse de forma virtual de manera que no
haya un contacto directo con el exterior y evitar los posibles contagios en este medio; pero
estas solo representan algunas de las totales necesarias, siendo las demás orientadas al
trabajo de campo vinculado a la compra de terrenos, selección de equipo de trabajo,
coordinación de proyecto, en las cuales debe de visitarse el lugar de implantación, analizar
en sitio los aspectos ambientales, técnicos (estudio de topografía y suelos), sociales,
estudios de factibilidad de servicios, por lo que finalmente se requiere el cumplimiento de
las normas generales de protocolo COVID 19, planteando una ruta específica de
procedimiento de las actividades de planeación del proyecto que incluya el porte de los
elementos de protección personal, desinfección de espacios y objetos, coordinación de
cantidad de personas congregadas en un mismo lugar y la transferencia de cualquier
elemento físico que puede indicar un posible contagio por contacto.

Para la etapa de construcción es evidente la confluencia de empleados dentro de la obra,


que intervienen directamente en la relación interpersonal. De esta manera deben
adoptarse las medidas específicas del decreto hacia el sector de construcción de
edificaciones, donde se establecen y precisan todas las prácticas en los diferentes
escenarios de operación de la obra como es: la entrada y salida, espacios de trabajo común,
áreas de almacenamiento de herramientas y equipos, y demás zonas que requieran la
proximidad entre las personas, teniendo en cuenta el distanciamiento (2 metros), la
constante desinfección de espacios, herramientas y equipos y la gestión de procesos de
transición.

Posteriormente, hacia el funcionamiento del proyecto permanece el contacto entre el


usuario final y el administrador de la obra, ya que los equipos materiales contenidos en el
inmueble requieren de mantenimiento y funcionamiento, por lo que la asistencia debe ser
permanente ante cualquier eventualidad. La asignación de visitas para la prestación de
garantías legales, el personal debe estar capacitado en la práctica de desinfección utilizando
los elementos necesarios (agua, jabón, gel antibacterial, alcohol) además de tener la
responsabilidad de cumplir con los elementos de protección personal, seguir instrucciones
de distanciamiento físico y procesos de limpieza de equipos o material utilizado, determinar
la orientación de la visita y que los espacios estén adecuados para evitar el máximo el
contacto con objetos no indispensables.

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