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Convenio de Budapest

El Convenio se firmó el 23 de noviembre de 2001 y entró en vigor el 1° de julio de


2004, en la ciudad de Budapest, República de Hungría. Se trata del primer tratado
internacional creado con el objetivo de proteger a la sociedad frente a los
delitos informáticos y los delitos en Internet, mediante la elaboración de leyes
adecuadas, la mejora de las técnicas de investigación y el aumento de la
cooperación internacional. En la actualidad, el Convenio ha sido ratificado por más
de 50 naciones de todo el mundo.

En un contexto lleno de profundos cambios devenidos por la digitalización, el


convenio surgió como resultado del reconocimiento de dos aristas: por un lado, la
necesidad de cooperación entre los Estados y el sector privado en la lucha contra
la ciberdelincuencia y, por el otro, la necesidad de proteger los intereses legítimos
en la utilización y el desarrollo de las tecnologías de la información (TICs).

Consiste:

En el único acuerdo internacional sobre delitos informáticos que,


fundamentalmente, hace hincapié en las infracciones de derechos de autor, fraude
informático, la pornografía infantil, los delitos de odio y violaciones de seguridad de
red. Gracias al reconocimiento de la necesidad de prevenir dichos actos que
puedan poner en peligro la confidencialidad, integridad y disponibilidad de los
datos y sistemas informáticos, es que se determina la lucha eficaz contra estos
delitos, facilitando su detección, investigación y sanción, tanto a nivel nacional
como internacional, y estableciendo acciones que permitan una cooperación
internacional rápida y fiable. También, busca homogeneizar las definiciones sobre
ciberdelito, establecer el intercambio de información en lo que respecta a estos
ilícitos, garantizar el debido equilibrio entre los intereses de la acción penal y el
respeto a los derechos humanos que reafirman el derecho a defender la propia
opinión sin interferencia, el derecho a la libertad de expresión, incluida la libertad
de buscar, obtener y comunicar información e ideas de toda índole, sin
consideración de fronteras, así como el respeto de la vida privada.

Tiene en cuenta los convenios existentes y acciona complementándose para


incrementar la eficacia de las investigaciones y procedimientos penales relativos a
los delitos, así como para permitir la obtención de pruebas electrónicas. En
conclusión, el convenio es el instrumento internacional vigente hoy en día para
hacer efectiva la lucha contra el cibercrimen.
Objetivos:
El Convenio es el primer tratado internacional sobre delitos cometidos a través de
Internet y otras redes informáticas, que trata en particular de las infracciones
de derechos de autor, fraude informático, la pornografía infantil, los delitos de
odio y violaciones de la seguridad en redes.4 También contiene una serie de
competencias y procedimientos, tales como la búsqueda de las redes informáticas
y la intercepción de comunicaciones privadas.

Su principal objetivo, que figura en el preámbulo, es aplicar una política penal


común encaminada a la protección de la sociedad contra el cibercrimen,
especialmente mediante la adopción de una legislación adecuada y el fomento de
la cooperación internacional.

Los principales objetivos de este tratado son los siguientes:

1. La armonización de los elementos nacionales de derecho penal de fondo de


infracciones y las disposiciones conectados al área de los delitos
informáticos.
2. La prevención de los poderes procesales del derecho penal interno es
necesaria para la investigación y el enjuiciamiento de esos delitos, así
como otros delitos cometidos por medio de un sistema informático o
pruebas en formato electrónico.
3. Establecimiento de un régimen rápido y eficaz de la cooperación
internacional.
Los siguientes delitos están definidos por el Convenio en los artículos 1 al 10:5
acceso ilícito, interceptación ilícita, ataque a la integridad de datos, ataques a la
integridad del sistema, abuso de los dispositivos, falsificación informática, fraude
informático, los delitos relacionados con la pornografía infantil y los delitos
relacionados con infracciones de la propiedad intelectual y de los derechos afines.
Asimismo, se exponen cuestiones de derecho procesal como la preservación
expeditiva de los datos almacenados, la preservación expeditiva y divulgación
parcial de los datos de tráfico, la orden de producción, la búsqueda y la
incautación de datos informáticos, la recogida en tiempo real del tráfico de datos y
la interceptación de datos de contenido. Además, el Convenio contiene una
disposición sobre un tipo específico de acceso transfronterizo a los datos
informáticos almacenados que no requieren asistencia mutua (con consentimiento
o disponibles al público) y prevé la creación de una red de 24/7 para garantizar
una asistencia rápida entre las Partes Colaboradoras.
El Convenio es el resultado de cuatro años de trabajo de expertos europeos e
internacionales. Se complementa con un Protocolo Adicional que realiza cualquier
publicación de la propaganda racista y xenófoba a través de redes informáticas
como una ofensa criminal. En la actualidad, el terrorismo cibernético también se
estudia en el marco del Convenio.
Delitos relacionados con infracciones de la propiedad intelectual y de los
derechos afines
Se refiere a acciones ilícitas en contra de la propiedad intelectual, de conformidad
con las obligaciones asumidas por el Convenio de Berna para la protección de las
obras literarias y artísticas, que hasta la fecha ampara a nivel internacional el
derecho de los autores, con el fin de que tengan el privilegio de controlar el uso
sobre sus obras literarias, artísticas o científicas, así como recibir una retribución
por su utilización; así como las asumidas por el Tratado de la Organización
Mundial de Propiedad Intelectual (O.M.P.I) sobre propiedad intelectual, Convenio
de Roma.
Actualmente Guatemala no forma parte del Convenio de Budapest. El viceministro
de Tecnologías, del Ministerio de Gobernación, señaló que ya se trabaja en la
Política Nacional de Seguridad Cibernética y que está por terminar el borrador de
una iniciativa de delitos informáticos, la cual elaboran con el apoyo de la Unión
Europea y la Organización de Estados Americanos, ya que debe cumplir con
ciertos principios que establece el Convenio de Budapest.

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