Está en la página 1de 13

¿Qué efectos tienen los trastornos del espectro autista sobre la

comunicación?

La palabra “autismo” viene del término griego “autos”, que significa “por sí
mismo”. Los niños con un trastorno del espectro autista generalmente están
ensimismados y parecen vivir en un mundo privado en el que tienen una habilidad
limitada de comunicarse y de interactuar bien con los demás. Quizás tengan
dificultades en el desarrollo del lenguaje y para entender lo que otros les dicen. A
menudo también tienen problemas con la comunicación no verbal, como los
gestos con las manos, el contacto visual y las expresiones faciales.

En los niños con estos trastornos, la habilidad para comunicarse varía, y su uso
de lenguaje depende de su desarrollo intelectual y social. Algunos niños con estos
trastornos no pueden comunicarse usando el habla o lenguaje, y algunos podrían
tener habilidades muy limitadas de lenguaje. Otros tienen un vocabulario amplio y
pueden hablar sobre temas específicos con mucho detalle. Muchos tienen
problemas con el significado y el ritmo de las palabras y frases. Además, es
posible que no puedan entender el lenguaje corporal y el significado de los
diferentes tonos de voz. En conjunto, estas dificultades afectan la capacidad de los
niños con estos trastornos de interactuar con los demás, especialmente con los
niños de su misma edad.

A continuación, se describen ciertos patrones del lenguaje del comportamiento


que a menudo tienen los niños con trastornos del espectro autista.

 Lenguaje repetitivo o rígido. Es común ver que los niños con un trastorno
del espectro autista hablan y dicen cosas sin sentido o que no se relaciona con la
conversación que están teniendo. Por ejemplo, el niño cuenta del uno al cinco
repetitivamente en una conversación que no se trata de números. O puede repetir
continuamente las palabras que ha escuchado, lo que se conoce como ecolalia.
En la ecolalia inmediata, el niño repite las palabras que alguien acaba de decir.
Por ejemplo, el niño responde a una pregunta con la misma pregunta. En la
ecolalia tardía, el niño repite las palabras que escuchó antes. El niño puede decir
“¿Quieres tomar algo?” cuando pide algo para beber.
Algunos niños con un trastorno del espectro autista hablan en un tono de voz más
alto o con una voz musical o una voz mecánica como de robot. Otros usan frases
hechas para iniciar una conversación. Por ejemplo, el niño dice "Me llamo Tomás",
aunque esté hablando con familiares y amigos. Otros pueden repetir lo que
escuchan en los programas o anuncios de televisión.

 Intereses específicos y habilidades excepcionales. Algunos niños


pueden iniciar un monólogo muy profundo sobre un tema que les interesa, aunque
no puedan tener un diálogo sobre el mismo tema. Otros quizás tengan talento
musical o una habilidad avanzada para contar y hacer cálculos matemáticos.
Aproximadamente el 10 por ciento de los niños que tienen un trastorno del
espectro autista presentan habilidades de "sabio" o son excepcionalmente hábiles
en áreas específicas como la memorización, fechas del calendario, música o
matemáticas.

 Desarrollo desigual del lenguaje. Muchos niños con estos trastornos


desarrollan ciertas habilidades del habla y del lenguaje que no corresponden al
nivel normal y su progreso generalmente es desigual. Por ejemplo, pueden
desarrollar rápidamente un gran vocabulario en una determinada área de interés.
Muchos niños tienen buena memoria para la información que acaban de escuchar
o ver. Algunos pueden leer palabras antes de los 5 años, pero quizás no entiendan
lo que leen. A menudo no contestan cuando los demás les hablan ni tampoco
cuando los llaman por su propio nombre. Por esto, a veces se cree
equivocadamente que los niños con el trastorno del espectro autista tienen un
problema de audición.

 Poca habilidad para la comunicación no verbal. Es común que los niños


con un trastorno del espectro autista no puedan hacer gestos (como señalar un
objeto, por ejemplo) para dar significado a lo que dicen. Por lo general, evitan el
contacto visual, lo que los hace parecer maleducados, desinteresados o
distraídos. Sin la posibilidad de hacer gestos o usar otras habilidades no verbales
para mejorar sus habilidades de lenguaje oral, muchos niños con estos trastornos
se frustran al no poder expresar sus emociones, pensamientos y necesidades. Es
posible que demuestren esa frustración con arrebatos verbales u otros
comportamientos inapropiados.

¿Cuál es el tratamiento indicado para los problemas del habla y del


lenguaje causados por los trastornos del espectro autista?

Si el médico sospecha que el niño tiene un trastorno del espectro autista o un


problema de desarrollo, por lo general le dirá que vea a una serie de especialistas,
entre ellos, un patólogo del habla-lenguaje (fonoaudiólogo). Este profesional de la
salud está capacitado para tratar a las personas con trastornos de la voz, el habla
y el lenguaje. El patólogo del habla-lenguaje hace una evaluación completa de la
habilidad del niño para comunicarse y diseña un programa de tratamiento
adecuado. Además, puede solicitar pruebas de audición para asegurar que la
audición del niño es normal.

Es fundamental enseñarles a los niños con trastornos del espectro autista cómo
mejorar sus habilidades de comunicación para que puedan alcanzar su máximo
potencial. Existen muchas maneras para mejorar las habilidades de comunicación,
pero el mejor programa de tratamiento comienza temprano, durante los años
preescolares, y está adaptado a la edad y los intereses del niño. Este tipo de
programa también debe ayudar con los problemas de comportamiento y con las
habilidades de comunicación del niño y debe reforzar regularmente las acciones
positivas. En su mayoría, los niños que tienen trastornos del espectro autista
responden bien a los programas especializados y bien estructurados. Los padres o
quienes estén a cargo del cuidado del niño, al igual que otros familiares, deben
involucrarse en el programa de tratamiento para que éste forme parte de la vida
diaria del niño.

Para algunos niños más pequeños con estos trastornos, una meta realista del
tratamiento es mejorar las habilidades del habla y del lenguaje. Los padres y otras
personas encargadas del cuidado del niño pueden aumentar su posibilidad de
alcanzar esta meta si ponen atención al desarrollo del lenguaje desde un
comienzo. Así como los niños aprenden a gatear antes de caminar, también
desarrollan habilidades previas al lenguaje antes de comenzar a usar palabras.
Estas habilidades incluyen uso del contacto visual, gestos, movimientos del
cuerpo, imitación de otras personas y balbuceo y otras vocalizaciones como ayuda
para su comunicación. Los niños que no tienen estas habilidades pueden ser
evaluados y tratados por el patólogo del habla-lenguaje para así evitar mayores
retrasos en el desarrollo.

Para los niños un poco mayores con trastornos del espectro autista, la
instrucción en comunicación les enseña habilidades básicas del habla y del
leguaje, como palabras solas y frases. La instrucción avanzada se enfoca en la
manera en el que el lenguaje puede servir un propósito, como aprender a
mantener una conversación con otra persona, lo cual incluye mantenerse dentro
del tema y esperar el turno para hablar.

Algunos niños con estos trastornos quizá nunca lleguen a desarrollar


habilidades del habla y del lenguaje verbal. Para ellos, la meta puede ser aprender
a comunicarse usando gestos, como con el lenguaje de señas. Otros tienen como
meta comunicarse mediante un sistema de símbolos donde se usan dibujos para
comunicar ideas. Los sistemas de símbolos incorporan, entre otras cosas, pizarras
para dibujar, tarjetas y hasta aparatos electrónicos sofisticados que generan el
lenguaje a través de botones que representan las acciones o cosas comunes.

¿Qué investigaciones se están llevando a cabo para mejorar la


comunicación en los niños con trastornos del espectro autista?
La ley federal del 2014 para combatir el autismo (Autism CARES Act) puso
especial atención a la necesidad de ampliar la investigación y mejorar la
coordinación entre todos los componentes de los Institutos Nacionales de la Salud
(NIH*) encargados de financiar las investigaciones sobre estos trastornos. Estos
institutos incluyen el Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH*), junto con el
Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación (NIDCD*),
el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy
Shriver (NICHD*), el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental
(NIEHS*), el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes
Cerebrovasculares (NINDS*), el Instituto Nacional de Investigación en Enfermería
(NINR*) y el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integral (NCCIH*).

Hay cinco institutos dentro de los NIH (NIMH, NIDCD, NICHD, NIEHS y NINDS)
que juntos apoyan los Centros de Excelencia en Autismo (ACE*, en inglés), un
programa de centros de investigación y redes universitarias en los Estados
Unidos. Allí, los científicos estudian una gran variedad de temas que van desde las
investigaciones en ciencias básicas que exploran los componentes moleculares y
genéticos del autismo, hasta los estudios de investigación clínica traslacional que
evalúan nuevos tipos de terapias de comportamiento. En algunos de estos
estudios participan niños con trastornos del espectro autista que tienen
habilidades limitadas del habla y del lenguaje, y podrían llevar a evaluar nuevos
tratamientos o terapias. Para obtener información acerca de los ensayos clínicos
que se están llevando a cabo, visite el sitio web en inglés de los NIH sobre
ensayos clínicos y use el término “autism” (autismo) en la búsqueda. Encontrará
dónde están localizados y quiénes pueden participar.

El NIDCD además apoya las investigaciones que mejoran la vida de las


personas con trastornos del espectro autista y sus familias (enlace en inglés). Un
taller en inglés dirigido por el NIDCD se enfocó en los niños con trastornos del
espectro autista que tienen habilidades limitadas del habla y del lenguaje, lo que
resultó en dos artículos innovadores. Otro taller en inglés del NIDCD sobre la
medición del lenguaje en niños con estos trastornos resultó en una serie de
recomendaciones para estandarizar la evaluación de las habilidades del lenguaje.
Los puntos de referencia facilitarán y harán más precisa la comparación de la
eficacia de los diferentes tratamientos y terapias.

Los investigadores financiados por el NIDCD en universidades y organizaciones


del país también están estudiando:

 Cómo los padres pueden afectar los resultados de los diferentes tipos de
terapias de lenguaje para niños con trastornos del espectro autista.
 Mejores maneras para desarrollar la comunicación entre niños con y sin los
trastornos del espectro autista. Esto podría incluir un tablero de comunicación con
símbolos e imágenes, o incluso una aplicación para teléfonos celulares
inteligentes.

 Factores que pueden predecir mejor si un bebé tiene riesgo de tener un


trastorno del espectro autista cuando un hermano mayor tiene uno de estos
trastornos, y cuando el bebé muestra problemas en las habilidades tempranas de
la comunicación social.

 Técnicas para ayudar a los investigadores a comprender mejor cómo los


niños muy pequeños con trastornos del espectro autista perciben las palabras, así
como los problemas que tienen con las palabras.

 Maneras rentables de prevenir o reducir el impacto de los problemas


médicos o de salud que afectan el habla, el lenguaje y las habilidades sociales en
niños que tienen un alto riesgo (por ejemplo, los hermanos menores de niños con
trastornos del espectro autista).

 El desarrollo de software para ayudar a las personas con los trastornos del
espectro autista que tienen dificultad con el habla a comunicar pensamientos
complejos e interactuar de manera más eficaz en la sociedad.

Referencia: https://www.nidcd.nih.gov/es/espanol/problemas-de-comunicacion-
en-los-ninos-con-trastornos-del-espectro-autista

El lenguaje y la comunicación en niños con autismo

Uno de los grandes problemas en el autismo es el desarrollo del lenguaje verbal


y la comunicación. El déficit en la comunicación es algo patente, y además es uno
de los factores relacionados con los problemas de conducta. También es uno de
los motivos de frustración familiar, este déficit en la comunicación afecta
negativamente al estado anímico no solo del niño, también de sus familiares.

En Autismo Diario hemos prestado mucha atención a los problemas de la


comunicación y el lenguaje, sabemos que existe un fuerte componente sensorial
implicado en la dificultad de las personas con autismo para desarrollar un modelo
de comunicación bidireccional y funcional. Estos factores relacionados con los
desordenes sensoriales, impactan fuertemente en la adquisición del lenguaje, en
el desarrollo intelectual, en la conducta y en la interacción social. Hay profusa
literatura científica al respecto, tanto a nivel auditivo, motriz, o del procesamiento
de esta información.

En el artículo ¿Qué es el autismo?, se abordó el aspecto de cómo un


procesamiento distinto de la información generaba un modelo distinto de
comunicación. También se abordaron los problemas para el desarrollo de la
comunicación en el artículo ¿Por qué los niños con autismo tienen problemas
para hablar?, donde se hizo una revisión al origen de las dificultades en el
desarrollo del lenguaje.

Pueden revisar todos los artículos sobre autismo y lenguaje aquí. Hay mucha
información relevante que les ayudará a entender mejor este déficit.

“El desarrollo de la inteligencia está íntimamente ligado al desarrollo del


lenguaje. Sin embargo, el Cociente Intelectual es un criterio, no una relación”,
Gerardo Aguado.

¿Cómo se fomenta la comunicación en el autismo?

Bien, y esto nos lleva, a ver cómo hemos intentado trabajar el déficit de
comunicación en el autismo. Generalmente (que no siempre), el modelo de
desarrollo de la comunicación y el lenguaje en el autismo se ha basado en el uso
de apoyos visuales, modelos de imitación, adquisición de requisitos y habilidades
comunicativas básicas,…, tienen más información aquí. Un trabajo que suele ser
realizado por parte de logopedas y especialistas en lenguaje.

Se usa el apoyo visual como forma de que el niño integre la información para
poder asociarla a los aspectos sonoros de la palabra. Mostramos una imagen
(perro) y reforzamos verbalmente. A medida que el niño aprende, se va
extendiendo el número de palabras que se asocian a imágenes, hasta que llega
un momento que el niño no requiere de la imagen y comprende perfectamente lo
que se le dice. Incluso a generalizar. Por ejemplo: Hay muchos tipos y tamaños de
perros, pero al final, una imagen genérica no sirve para identificar a todos los
perros. El niño ve un perro (da igual de qué raza) y puede decir perfectamente
perro. A continuación, a medida que el niño va adquiriendo lenguaje, asocia a
“perro” otras características. Perro grande, pequeño, marrón, negro,…, y es capaz
de definir de forma verbal incluso la raza del perro. Ese perro es un cocker.

Y así, a medida que el niño avanza, adquiere más y más vocabulario y va


creando cada vez frases o expresiones más complejas. A su vez, se va trabajando
para que la pronunciación sea mejor, los problemas con la “r”, por ejemplo.

Una vez el niño llega a los 6 años, aproximadamente, lo normal es iniciar el


proceso de aprendizaje de la lectoescritura, y este aprendizaje va a ser también un
gran reforzador del lenguaje, ya que a medida que la comprensión lectora del niño
aumenta, aumenta también su comprensión del lenguaje oral. Incluso hay niños
que aprenden primero a escribir, y posteriormente empiezan a desarrollar
lenguaje.

Aunque de forma extraordinariamente resumida (con los riesgos que ello


conlleva), podríamos decir que este es un proceso bastante extendido en cuanto a
la forma de potenciar y desarrollar el lenguaje en niños con autismo. También por
supuesto se trabajan los aspectos de conciencia fonémica, de reciprocidad del
lenguaje, comunicación compleja, etcétera. Hay en la actualidad diversas
metodologías para llevar a cabo este proceso. Cuando se hace bien, lo normal es
que el niño desarrolle lenguaje verbal.

¿Hay una edad límite para el desarrollo del lenguaje verbal en el autismo?

Durante mucho tiempo se estableció una especie de ventana de tiempo, de


forma que si el niño a los seis años no hablaba, ya nunca lo iba a hacer. Hoy
sabemos que esto no es cierto. Se puede desarrollar lenguaje verbal más allá de
los 6, de los 8 y de los 18 años de edad. De la misma forma que podemos
aprender Chino con 52 años de edad. Aunque también es cierto que, a mayor
edad, más difícil es adquirir lenguaje, o que la cantidad de lenguaje verbal que se
pueda usar, quizá se más limitada, pero no por ello menos funcional.

¿Y qué hay de nuevo en las técnicas para que los niños con autismo
hablen?

Hace 5 años, empezamos a pensar qué cosas se podían cambiar para que el
modelo de trabajo fuese más eficaz. Y durante este tiempo hemos estado
desarrollando un modelo algo diferente para llevar a cabo este trabajo junto con un
equipo de especialistas. Así que aplicamos la máxima de Einstein, “Si buscas
resultados distintos, no hagas siempre lo mismo“, y empezamos a trabajar de
forma diferente. Con una visión diferente y un enfoque diferente. Sabíamos que
las metodologías que se usaban funcionaban, pero en muchas ocasiones el niño
adquiría un modelo de comunicación verbal algo restringido, o el tiempo de
adquisición era muy lento. Aunque el niño acaba desarrollando un lenguaje
funcional, válido, y correcto, pero pensamos que se podía hacer mucho más.

En primer lugar partimos de una tríada que debía trabajarse de forma


simultánea: Integración Sensorial, Comunicación y Salud Emocional. Sabíamos
que los aspectos sensoriales afectan a la comunicación, pero también a la
conducta, a la atención, a la percepción del mundo que tiene el niño con autismo.
Esta situación, obviamente afecta a las emociones del niño y de su entorno. Y
finalmente la comunicación, que es una especie de paraguas que engloba
infinidad de factores relacionados con la calidad de vida y el desarrollo.

Así que se diseña un método (denominado TICP – Integración de la tecnología


en los procesos de comunicación.), donde se combina la tríada antes referida y se
apoya con el uso de la tecnología, el uso metodológico de las tecnologías
portátiles, Tecnologías que resultan beneficiosas en el proceso de asimilación y
aprendizaje de las personas con autismo, tanto en el ámbito comunicativo como
en la gestión conductual y el desempeño diario. En este caso se usa Piktoplus, un
sistema de apoyo audio-visual desarrollado por la empresa Limbika, un sistema
que es evolutivo, adaptativo y que cumple todos los requisitos que se buscaban en
este tipo de tecnología. Y aunque a priori se pueda pensar que eso es lo que ya se
estaba haciendo, y es cierto, uno de los mayores cambios es la forma en que se
trabaja. El enfoque cambia y el resultado también.

El objeto de TICP es la comunicación, y el objetivo, es la mejora de las


habilidades comunicativas; por ende, se incide sobre otros aspectos necesarios y
complementarios en el desarrollo tales como la integración sensorial, la conducta,
el estado emocional, las habilidades de la vida diaria (autonomía personal),
resultando todos ellos de una reciprocidad progresiva que ayudará
significativamente en la evolución global del niño.

El enfoque parte de un trabajo en contextos naturales, con una involucración


plena de la familia, de los equipos de terapia, del entorno escolar, y en suma, de
todo lo que rodea la vida del niño. Este cambio de paradigma ha supuesto tener
que replantearnos muchas de las cosas que dábamos por supuestas y generar un
enfoque diferente.

La formación a la familia es el primer paso, antes incluso que el trabajo con el


niño. Al empoderar a la familia con un conocimiento específico aumentamos el
nivel de confianza de la misma y por tanto se reduce su ansiedad, logrando un
cambio de actitud muy positivo e incentivador. Esto no significa que la familia sea
“El terapeuta”, significa que tiene conocimientos bastantes para poder afrontar
adecuadamente las situaciones del día a día y que la interacción con los
profesionales será siempre más rica y fluida.

A continuación se realiza un programa basado en las actividades de la vida


diaria, enfocado a dar autonomía al niño. En el autismo vemos niños que son
capaces de recitar de memoria el nombre científico de todos los dinosaurios
conocidos pero luego no son capaces de encontrar su propia ropa en el armario.
Fortalecer la independencia del niño y capacidad en el desempeño de labores
cotidianas, tanto en actividades básicas, instrumentales, educativas, de juego, de
gestión del tiempo o de interacción social, aumentan la confianza en el niño.
Se diseña un programa para aumentar la comunicación funcional (Tanto a nivel
de competencias comunicativas como de comunicación funcional espontánea) del
niño, de forma que entienda de forma eficaz qué se espera de él, que sepa que los
demás comprenden sus peticiones, y que su interacción con los eventos que le
rodean sea correcta.

Se procura definir, registrar y graduar la comunicación funcional desde una


premisa espontánea y/o inductiva, así como productiva. De tal modo que las
situaciones susceptibles de resolución mediante una comunicación funcional,
resulten de la actividad normal del niño, dentro del desarrollo habitual en su día a
día, a través de estrategias y pautas básicas y normalizadas en la interacción con
el mismo.

Nos referimos al propio desempeño ocupacional del niño, apoyado en el uso de


dispositivos de interacción audio-visuales, Piktoplus en nuestro caso, que faciliten
el desarrollo y ejecución de sus actividades, en base a sus intereses, obligaciones
y relaciones inter-personales.

Es por ello, que debemos concebir la comunicación funcional, como la


conjugación de sus partes, dentro del marco de las relaciones humanas más
básicas y necesarias, así como la asistencia en las situaciones de desempeño y
aprendizaje requerido.

A su vez evaluamos a nivel sensorial al niño, para saber qué aspectos deben
ser reforzados, se crea un programa específico para el niño y se diseñan una serie
de actividades lúdicas destinadas también al fortalecimiento de sus carencias o
déficits a ese nivel. El juego se convierte en una base fundamental de todo el
programa de trabajo, ya sea con el profesional, con la familia, con los educadores,
…, llevando el trabajo a todos los aspectos de la vida del niño. Se trabajan las
carencias allí donde se dan.

La visión general está planteada más desde el modelo de la terapia


ocupacional, enfocando precisamente el trabajo a las actividades de la vida diaria,
así como una agenda reguladora de y para el niño. La mayor parte del trabajo se
realiza en situaciones naturales y no de gabinete.

Obviamente hay un fuerte nivel de apoyos visuales al niño, solo que trabajamos
mucho a partir de la potencia que Piktoplus nos da para el trabajo diario. Se
convierte en una herramienta más en todo el proceso, aunque su versatilidad nos
permite crear todo tipo de escenarios de apoyos audio-visuales e interactivos, y la
portabilidad de la tableta nos permite ir de un lado a otro con toda una inmensa
colección de apoyos.
Como es lógico, el niño mejora enormemente a nivel emocional, disminuyen sus
frustraciones, berrinches y crisis, aspecto que nos permite trabajar mucho mejor la
regulación general del niño. Aumentan significativamente sus tiempos de atención,
su interacción y la calidad en la reciprocidad social, así como observamos un
aumento progresivo de la calidad de la comunicación.

Tal y como vimos en el vídeo de Narayanan, una de las fortalezas del modelo
es que en la parte de comunicación, no nos basamos en el aprendizaje del
lenguaje, sino en la fortaleza pragmática del mismo. Se apoya la parte pragmática
del lenguaje, ya que entendemos importante que el niño sepa generar una
comunicación acorde a los sucesos que acontecen en cada momento. Este
procedimiento genera una lógica al discurso, sea este verbal o realizado a través
de Piktoplus. Tal y como vimos en el vídeo de Narayanan, existe una correlación
importante entre el pragmatismo de la comunicación y la gramática del lenguaje,
construyendo el segundo en base al primero. De igual modo, en el proyecto TICP,
se prioriza en la significancia de las situaciones comunicativas (el significado real
que tiene para los niños el aprendizaje), gracias a las experiencias vividas, que
facilitarán una posterior construcción gramática ya sea de forma verbal o a través
de PiktoPlus.

A su vez, regulamos el estado de alerta del niño, algo muy habitual y


relacionado con los desordenes sensoriales, pero, como tenemos a mamás y
papás bien formados, ellos pueden continuar el trabajo durante todo el tiempo que
el niño pasa en su contexto familiar. Este aspecto refuerza tremendamente los
aspectos emocionales de la familia, y genera un cambio básico a nivel emocional.
Si mamá y papá están bien, relajados y con confianza, tendremos a niños
relajados y con confianza.

Las diferencias más importantes respecto a las metodologías tradicionales


radican en la propia visión, es un modelo realizado desde la terapia ocupacional,
del entorno del niño. No nos basamos en qué consideramos nosotros que el niño
debe saber, o cuales deben ser las competencias comunicativas que el niño debe
tener a tal o cual edad, sino que vamos a resolver las necesidades puntuales del
niño en cada momento de su vida. Damos al vuelta a la visión, de lo que nosotros
consideramos a lo que el niño realmente desea comunicar. Obviamente,
obtenemos todo su interés, ya que adaptamos la intervención a las necesidades y
capacidades propias de cada niño, en cada uno de sus entornos.

Se trabaja muy poco en ambientes controlados, y aunque es algo más


complejo, por la impredicibilidad e incertidumbre que los entornos variables
generan, nos permite trabajar las demandas específicas del niño cuando estas
surgen con el consecuente significado que conlleva, facilitando la consolidación de
cualquier aprendizaje.

Damos gran importancia al desorden sensorial, un niño en estado de alerta


inadecuado, nervioso o con ansiedad (O todo a la vez), no esta receptivo, por
tanto va a ser muy difícil enseñarle y/o que aprenda. Si por el contrario tenemos a
un niño que ve como cada día su presencia en el entorno es más agradable
(desde el punto de vista del niño), tendremos a un niño con más ganas de seguir
conociendo y con muchos menos procesos de ensimismamiento. Su nivel de
estereotipias disminuye, su nivel de alerta se optimiza, en suma, está mejor a nivel
global.

Esto no significa, ni mucho menos, que el trabajo más tradicional no sea válido,
todo lo contrario, ya que muchas de las técnicas usadas son prácticamente las
mismas, pero hemos variado el contexto y la forma de aplicación. Usamos muchas
de las herramientas ya existentes, pero de otra forma, esto significa que las
herramientas existentes son buenas, pero podemos usarlas de formas distintas.

El propósito final de la metodología es conseguir que el niño obtenga un nivel


de competencias comunicativas, de atención e interacción suficientes como para
que el trabajo que se realiza en otros ámbitos, funcione mejor y más rápido, en
consecuencia tengamos un niño emocionalmente más saludable.

Al trabajar de esta forma el niño no tiene el problema de la comprensión de la


parte abstracta del lenguaje, no tiene que inferir, ya que está sucediendo todo en
el momento, el aspecto vivencial del evento y su comprensión es un factor básico.
Pasa algo, no entiendo, recibo un apoyo, comprendo el evento, continuo. Genero
aprendizajes, almaceno experiencias correctas y me ayuda a generalizar aspectos
relacionados con el lenguaje. Reducimos por tanto la parte abstracta, hay una
acción/reacción inmediata con el apoyo y el tiempo necesario de forma que
entiendo y adquiero el sentido correcto del evento. Esto nos genera un mayor nivel
de aprendizaje significativo. Es la potencia que tiene trabajar en contextos
naturales, de forma ininterrumpida y bajo un modelo adaptado al niño.

Bien, este sistema no tiene nada de mágico, incluso podríamos decir que ni de
nuevo, ya que existen otras experiencias similares que se han basado en lo
mismo. De hecho, los aspectos relacionados con la conducta se regulan, en su
mayor parte, sin necesidad de generar condicionamientos conductuales. Es un
proceso de aprendizaje natural, como el que se puede generar en un niño con
desarrollo típico. Es sencillamente cambiar la visión y el punto de vista de la
intervención.
De momento hemos trabajado sólo con niños pequeños (de 4 a 8 años) con
perfiles diversos, así que no sabemos cuan eficaz puede resultar este modelo en
niños mayores, adolescentes o adultos.

¿Por qué contextos naturales?

Trabajar en contextos naturales implica que formemos a la familia, eso nos


permite que el trabajo se extienda a la totalidad del tiempo. Además trabajamos
las situaciones allí donde se dan. Damos pautas y soluciones sobre la marcha, en
directo. Podemos trabajar en laboratorio una situación mil veces hasta
conseguirla, pero cuando la vamos a llevar a cabo en un contexto natural, a lo
mejor ese día hace mucho viento, y el niño se altera tanto que no somos capaces
de replicar lo que en un entorno controlado tan bien nos salía. O sencillamente,
había factores que no contemplamos.

En el libro “Autismo y discapacidad intelectual grave”, de Rita Jordan, se narra


una situación que les aconteció con un muchacho: Éste debía aprender a tomar él
solo el metro para ir de su casa al centro de empleo. Ensayaron una y mil veces,
ya que este chico tenía cierta fobia a que la gente se le acercara y lo tocara. Algo
que, quienes hayan viajado en metro, saben que es imposible evitar. Pues
ensayaron hasta conseguir que el chico se pudiera sentar junto a la gente sin
tener una crisis, simularon para ello un vagón de metro en sus propias
instalaciones. Hicieron los primeros viajes acompañando al muchacho, hasta que
consideraron que ya podía ir solo. El primer viaje que hizo solo, coincidió
(increíblemente) que el vagón iba vacío, tan solo había una anciana como
ocupante ¿Adivinan que hizo el muchacho? Se sentó junto a la anciana y se le
pegó como una lapa. Lo que creo un ataque de pánico en la mujer y generó toda
una situación bien dramática y traumatizante para todos.

Bien, pues esta es una de las cuestiones relacionadas con la imprevisibilidad e


incertidumbre del mundo real. Por tanto, trabajar de esta forma nos prepara mejor
a todos.

Muchos profesionales creen que el modelo de contextos naturales es muy


interesante, pero que aplicarlo es, o muy caro (lo cual no es cierto), o muy difícil, o
muy lo que sea. Realmente es cuestión de hacer cambios (muchos) y adecuarlos
a la dinámica de trabajo. Al principio es complicado, pero luego las cosas cambian
y quien ha trabajado en esta modalidad, ya no quiere trabajar de otra forma.

El mayor desafío en la intervención en el autismo es ser capaces de cambiar


nuestros propios planteamientos, de afrontar nuevos paradigmas, de ser capaces
de evolucionar para adaptarnos a nuevas formas de ver y entender la intervención.
No hay fórmulas mágicas, hay pasión, ilusión, creatividad, afecto, mucho estudio y
sobre todo, creer siempre en las personas con autismo. Y creer en algo,
generalmente lo convierte en posible.

Referencia: https://www.neurologia.com/articulo/2002038

También podría gustarte