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ISBN: 978-968-03-0330-4
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Por regla general, la historia regional suele prevalecen en el conjunto mayor y parte de la
expresar el conjunto de fenómenos y hechos existencia del Estado, el gobierno y el sistema
relativos a un microespacio relacionado con político.?
un conjunto social y cultural local, estatal Ambas ramas de la historia mexicana han
o regional, donde han emergido niveles trazado senderos en la historiografía. Uno ha
microespaciales que tienen que ver con el privilegiado las migajas y las partes, es decir, los
barrio, el pueblo, la comunidad, el municipio, fragmentos de una pluralidad diversificada de
el estado o regiones establecidas más allá de las la sociedad y la identidad. Otro ha cumplido su
delimitaciones jurídico-administrativas. Lo papel en cuanto a lo homogéneo, unificado y
regional y lo provinciano se contraponen a centralizado, es decir, ha ofrecido un bagaje de
lo nacional con un alto grado de regionalismo conocimientos que han servido a la identidad
reivindicador y autogestivo.' nacional como factor permanente de unidad
En contraposición, la historia nacional social, tenitorial y política."
se ha concentrado en el acontecer histórico La historia regional permaneció atrapada
global del territorio, que unifica y hornoge- en la crónica, el recuento empírico, la margi-
neiza a sus habitantes sin importar la diferen- nación y la reivindicación de valores, símbolos
ciación y la pluralidad, pues desde los puntos y acontecimientos siempre opuestos al nacio-
de vista sociopolítico, cultural y territorial, los nalismo, con un alto grado de regionalismo
fenómenos y hechos del pasado son factores y provincianismo, que fueron en contra de
de expresión de la unidad e identidad que la unificación del Estado, el centralismo
'Instituto Nacional de Estudios Históricos de la 2 Luis González y González, "Un siglo de aportacio-
Revolución Mexicana. Agradezco los apoyos para la nes mexicanas a la historia matria", en Invitación a la
elaboración de este artículo, que me han brindado microhistoria, México, Clío/El Colegio Nacional, 1997,
Óscar Eduardo Martínez Ramírez, Alejandra Aguirre pp. 67-69. Véase Con RobertA. Potash, "Historiografía
Herrera yJavier Garciadiego. del México independiente", en Historia mexicana; México,
1 Luis González y González, "Microhistoria para El Colegio de México, vol. X, 1961,pp. 361-412;Enrique
multiMéxico", en Invitación a la microhistoria, México, Florescano, El nuevo pasado mexicano, 2a. ed., México,
Clío/EI Colegio Nacional, 1997 (Obras completas de Cal y Arena, 1992, pp. 49 Y50.
Luis González y González, tomo IX), pp. 53 Y54. De 3 Estrecha liga que menciona Luis González y
utilidad en esta consideración es la obra de Enrique González, "Suave matria", en Invitación a la microhistoria,
Florescano, Memoria mexicana, México, FCE, 1995 [la. México, enero-marzo 1961; Clío/El Colegio Nacional,
reimpr.], pp. 514 Yss. 1997, pp. 167 Yss.
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del poder y el advenimiento de la identidad siempre condicionada por sus tres cimientos
nacional. Por lo menos durante el siglo XIX principales: la historia patria," la historia de
y la primera mitad del xx esta rama de la bronce? y la historia oficial.f
historia se encerró en sí misma, cumpliendo De hecho, la historia regional se vio conta-
su papel marginal y reivindicador de iden- minada por los afanes de estas otras tres, prin-
tidades e historias menudas y comunitarias, cipalmente por el patriotismo provinciano,
cuyos hechos y acontecimientos solamente el panteón de héroes y bronces identificados
importaban a los pobladores involucrados y con el ser provinciano, y por los aconteceres
a los símbolos y valores que los unificaban y hechos reivindicadores y legitimadores del
dentro de su espacio menudo y localista. Por statu quo político, social, económico y cultural
regla general, el regionalismo estuvo lejos y de la provincia.
fue ajeno a lo nacional y global y, aún más, El peso de la historiografia nacional llevó
extraño al centralismo y a la supuesta unidad siempre a la revisión de los acontecimientos
de lo disímbolo. El estilo narrativo y la crónica y hechos de las historias locales y regionales y
fueron sus características." por lo común a la mezcla o mediación de lo
La historiografia moderna y contemporá- general en lo particular. Las partes se revisaron
nea de México presentó, por lo menos hasta en función del todo, como para tratar de
los cincuen ta del siglo XX, dos ramas o tenden- encontrar lo homogéneo en la diferenciación,
cias fundamentales: una nacional y otra loca- la unidad dentro de la pluralidad, el pan
lista y regionalista, digamos que provinciana. dentro del migajón. Asimismo para identificar
Ambas fueron positivistas y pragmáticas, pero lo local y regional con el todo nacional. Los
evolucionaron hacia la crítica historicista y regionalistas y revisionistas procuraron
llegaron al esquema de la crítica y el análisis, incluirse dentro del nacionalismo histórico en
con el sustento documental pertinente. Una, cada etapa marcada por la necesidad de la
la historia regional, tardó más que la otra en
esta evolución, lo que resulta comprensible 6 La historia patria no negó sus razones en torno
por su marginación y aislamiento y digamos a la reivindicación patriotera de símbolos, valores y
que por su encierro crónico frente a la impor- expresiones conectados al nacionalismo cohesionador
y legitimador de la sociedad y el territorio frente a
tante y siempre vigorosa historia nacional.P
las agresiones del exterior y frente a las oposiciones
A pesar de ser la más vieja, la historia regionalistas en su interior. Véase el concepto de
regional no había logrado madurar ni evolu- historia patria en Luis González y González, "Suave
cionar frente a la importancia del Estado, patria, revela ya tu verdadera historia", en Revista M
la Universidad M México, UNAM, nueva época, núm. 24,
la nación, la unidad nacional y la identidad
abril de 1983, pp. 17-22.
nacionalista, palestras desde las cuales la 7 La historia de bronce resaltó a los personajes
historia nacional había alcanzado su madurez, conductores de la patria y de la nación como entes y
agentes de la vida patria y de su conducción, ejemplos
4 Véase del mismo Luis González y González, reales y simbólicos que engrosaban el panteón nacional,
"Historia regional en sentido riguroso", en Invitación estatuas que unificaban e identificaban al ser nacional
a la microhistoria, México, Clío/El Colegio Nacional, con su lucha emprendida en bien de la unión en defensa
1997, pp. 192 Y 193. Un buen balance de este tipo de de la patria. Véase como muestra la ejemplificación
historiografía se encuentra en Mana de la Luz Parcero, que presenta Luis González y González, La rancla de
Introducción bibliográfica a la historiograJía política M lasgeneraciones, México, Consejo Nacional de Fomento
México, siglos XIXyXX, México, UNAM, 1982, pp. 129-188, Educativo, SEP, 1984, pp. 5-8.
con una bibliografía que refleja las líneas de produc- 8 Véase Luis Villoro, "La tarea del historiador desde
ción historiográfica de este periodo. la perspectiva mexicana", Historia Mexicana, México,
'Véase Á1varoMatute Aguirre, "Pensamiento histo- El Colegio de México, vol. XI, núm. 3, enero-marzo de
riográfico mexicano del siglo xx", en La desintegración 1960, p. 339. La tesis sobre el pragmatismo es de Á1varo
MI positivismo (1911-1935), México, FCE, UNAM, 1999, Matute Aguirre, La teoría M la historia en México (194()
pp. 13 Y ss. 1973) México/SEP, Diana, 1981 (Colección Sepsetentas
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homogeneidad y la unificación, como una para servir al todo nacional. A pesar de esto,
forma de no marginar y aislar los fenómenos no se detuvieron el conocimiento del acon-
locales y regionales del contexto de la nación, tecer, los orígenes, las causas, el desarrollo
la patria, el Estado y la identidad histórica y a consecuencias de determinados hechos,
unificada." . unos entremezclados con los aconteceres y
La construcción de la historia nacional personajes nacionales, otros vinculados con el
durante el siglo XIX e inicios del xx estuvo ser provincial, que solamente interesaba a los
siempre vinculada con la unidad y la perma- allegados, a los gobernantes, a los poderosos,
nencia de un todo centralizado e incluyente. a los eruditos y a los maestros con formación
Única manera de construir los cimientos de normalista.'!
la historia patria, la historia de bronce y la La mezcla de la historia regional con la
historia oficial, como tendencias cohesiona- historia nacional pareció factible en el trans-
das de la identidad mexicana que uniría, a su curso de la primera mitad del siglo XX, aunque
vez, a la sociedad nacional en el territorio y la separadas y forzadas por la fuerza del Estado,
identificaría con la causa común de la cons- los gobiernos, la educación, la ideología y la
trucción y consolidación del Estado-nación. identidad dirigida. Eso sí, las partes desapa-
El poder político, dentro de cada etapa histó- recieron de la historia patria, la historia de
rica, hizo su parte dentro de esta elaboración bronce y la historia oficial, dedicadas a reforzar
unificada y nacionalista, sin detenerse en la la unidad, la interpretación común, la homo-
diversidad y la pluralidad que evidentemente geneidad y la centralidad de la nación mexi-
existía en valores, símbolos, expresiones y cana, compuesta por el Estado, el gobierno,
acontecimientos. La diferenciación no fue el territorio y la identidad, bases principales
aceptada, mucho menos la.ínterpretacíón que de una sociedad nacional organizada y lineal,
fuera en contra de la iden tidad nacional que se sin diferenciación ni diversidad, sin pluralidad
estaba construyendo y consolidando, a la par ni fragmentos.F
del Estado-nación.!" La confrontación entre la historia regional
Las localidades y provincias quedaron al y la historia nacional continuó siendo parte de
margen de esa construcción, debido a su voca- la identidad mexicana. Emergieron entonces
ción por la minucia, el aislamiento y el frag- las diferencias en torno a la historiografía que
mento, como un mosaico imposible de unir los historiadores hacían dentro de cada rama,
precisamente atendiendo a la renovación de
temas, tendencias, corrientes, interpretaciones
Diana, 126), pp. 12 Y ss. También Luis González y
González ha definido con precisión este tipo de histo- y formas e intenciones de historiar. Los histo-
ria; véase su anículo "De la múltiple utilización de la riadores se dividieron a partir de ambas esferas
historia", en Carlos Pereyra et al., Historia, ¿para qué], del saber histórico mexicano, incorporando
México, Siglo XXI, 1980, pp. 64 Y ss. Véase la visión de
Enrique Florescano en la misma publicación, "De la
memoria del poder a la historia como explicación", 11 Véase Álvaro Matute Aguirre, "Precursores de la
pp. 91 Yss. historiograffa regional", en Revista de la Universidad
9 Luis González y González, "Suave matria", 1997, de México, UNAM, núm. 538, noviembre de 1995, pp. 50
pp. 184 Y ss. También, del mismo autor, "Usos y abusos Y ss.
de la historiografía mexicana actual", en Panorama 12 Véase laentrevista de Tania Carreño KingyAngélica
actual de la hisloriografía mexicana, México, Instituto de Vázquez del Mercado con Luis González y González
Investigaciones Históricas Dr. José María Luis Mora, titulada "Crítica de la historia pragmática", en Nexos,
1983, p. 12. México, núm. 191, noviembre de 1993, pp. 35-39.Véase
10 Véase al respecto las consideraciones de Enrique las atinadas consideraciones de Enrique Florescano en
Florescano, "El poder y la lucha por el poder en la "La influencia del Estado en la historiografía mexicana",
historiograffa mexicana", en Nova Americana, Turín, en Siempre. Suplemento La Cultura en México, México,
Italia, núm. 3, 1980, pp. 199 Yss. núm. 759,31 de agosto de 1976, pp. IV-XL
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HISTORlOGRAFÍA REGIONAL SOBRE EL SIGLO XX MEXIGANO
1940 Y 1970. Destacaron los casos del Estado popular y agrarista de ese proceso histórico
de México, Veracruz, Nuevo León, Jalisco, y estimuló la interpretación de la historia
San Luis Potosí y Guanajuato." regional con una mirada mediadora del
A mediados del decenio de los sesenta el contexto nacional, evidentemente centrada
panorama historiográfico nacional y regional en la actuación de los sujetos históricos, lo
empezó a dar signos de cambio y renovación. cual representó una importante novedad.I'
En mucho, el proceso de profesionalización Del lado regionalista, en 1968 Luis Gonzá-
e institucionalización iniciado en los cuarenta lez y González dio a conocer su Pueblo en vilo.
comenzó a dar frutos vinculados con el con- Microhistoria de San José de Gracia,22 donde se
texto mundial de los paradigmas historiográ- plantea la reivindicación académic7lae1a
ficos de Europa y Estados Unidos que trasmi- mKrohistoña como aIfemativa pa.ñi"feforzái-
naron la historiografia académíca.l? ala-ñlsillria régionarfuexi'cana a partiraeIi
La corriente revisionista de la historio- aífereñ.CiaCióli-;-lá'·pluralída-d-y'la heteroge-
grafía nacional emergió a partir del libro ñeraaa;~siempre}5fe'señteSén'Ta'''his tOria
de John Womack sobre el zapatismo, que ;'¡adónaIapartiroe fiaITiós: pueblos, comuní-
apareció en 1965 en Estados Unidos20 y vino nades; müiiicipios, estados y regiones; ámbitos
a cuestionar la interpretación que sostenía espaciales que cuentan con su propia historia
que la Revolución Mexicana había sido un e identidad, cuyos universos son una totalidad
hecho nacionalista, popular y epopéyico, histórica de larga, mediana y corta duración;
lineal y homogéneo. Emergieron entonces Las fuentes primarias, la tradición orar-yél
algunos actores y sujetos sociales que habían andamiaje profesional del historiador regio-
mostrado cierto recelo respecto a que la Revo- nalista daban la pauta para reforzar este tipo
lución fuera un conjunto de revoluciones y de estudios, marginados de la historiografía
proyectos, movimientos sociales y programas nacional desde sus vertientes de la historia
políticos heterogéneos, bases desde las cuales patria, la historia de bronce y la historia oficial,
podría reinterpretarse la historia contempo- pero también desde el punto de vista de la
ránea de México. Womack afianzó la visión historiografia académica. Era hora de reivin-
dicar la historia regional desde una perspectiva
18Véanse las muy pertinentes apreciaciones de Luis
González y González al respecto, "Historia regional en
universalista y total frente a las interpreta-
sentido riguroso", 1997, pp. 190-200. ciones lineales y homogéneas de la historia
19Casi todos los análisis historiográficos sobre la global nacional, pero también, evidentemen-
historia nacional y regional coinciden al marcar esta te, para renovar a este tipo de historiografia
etapa como renovadora. Véase Pablo Serrano Álvarez
(coord.), "La historiograña regional de México. Balance, frente a las corrientes tradicionales que se
situación y perspectivas. A manera de introducción", seguían cultivando, atrapadas en la crónica, la
en Pablo Serrano Álvarez (coord.), Pasado, presente y narrativa, lo autodidacta y lo polítíco.P
futuro de la historiografía regional de México, México, I1H,
UNAM,1998, p. 16-26. Véase Beatriz Rojas, "Historia 21Véase las consideraciones de Romana Falcón al
regional", en Gisela von Wobeser (coord.), Cincuenta respecto en "Las regiones en la Revolución. Un itine-
años de investigación histórica en México, México, I1H, rario historiográñco", en Carlos MartínezAssad (coord.),
uNAM/Universidad de Guanajuato, 1998, pp. 31~319; Balance y perspectivas de los estudios regionales en México,
también José María Muriá, Centralismo e historia, México, México, CllH/VNAM/MiguelÁngel Porrúa, 1990 (México:
El Colegio de Jalisco, 1993 (EnsayosJaliscienses), p. 22. actualidad y perspectivas), p. 69.
Para el caso de la historiografia nacional véase Javier 22Luis Gonzálezy González, Pueblocn vilo, Microhistoria
Rico Moreno, Pasado y futuro en la historiograjia de la de San José de Gracia, México, El Colegio de Méx~co,
Revolución Mexicana, México, CNCA/INAR/uAM-A, 2000 1968. El prólogo de la obra es muy claro en cuanto
(Ensayos, 8), pp. 16 Y17. intenciones y objetivos, dicho sea de paso.
20Traducido y publicado al español con el título: 23Véase del mismo Luis González y González, "El
Zapata y la Revolución Mexicana, México, Siglo XXI, arte de la microhistoria", 1997, pp. 20 Yss. Sobre el
1969. significado de la obra de Luis González y González para
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Ambas aportaciones historiográficas dieron que recuperaba las fuentes y sintetizaba los
pie a una bifurcación de la historiografía procesos históricos heterogéneos fuera del
nacional en los setenta, en la que resaltaron campo de la interpretación nacionalista.P
las corrientes revisionistas centradas en él Conforme a esta perspectiva, la histo-
análisis y estudio de la Revolución Mexicana riografía nacional se renovó a partir de los
y sus secuelas, y las corrientes que privilegia- esfuerzos por la síntesis global, pero también
ron los estudios relacionados con la historia de los logros analíticos provenientes de la
"municipal, estatal y regional de largo alcance, sociología, la ciencia política, la antropología
y también los vinculados al revisionismo en y la economía. El revisionismo historiográ-
materia de estudios de la Revolución Mexi- fico primó durante los setenta y continuó en
cana." buena parte de los ochenta. Las monografías
La historiografía nacional se vio estimulada y las síntesis fueron privilegiadas tanto por
por la corriente revisionista no conforme con los historiadores mexicanos como por los
lo asentado sobre la realidad y el cambio de extranjeros.i"
la Revolución, y se abocó a desmitificarla para Un primer esfuerzo colectivo, financiado
cuestionar el autoritarismo gubernamental por el gobierno echeverrista, fue la "Historia
priísta, la cara del llamado "milagro mexicano" de la Revolución Mexicana" de El Colegio de
y la identidad unificadora que tenía aplastada México, que reunió a un equipo de historia-
la interpretación nacionalista de cariz oficial. dores nacionales profesionales, cuya visión era
Después del movimiento de 1968, las contra- heterogénea y global respecto a los periodos
dicciones en la realidad histórica del país no que transcurrieron desde el maderismo
eran yajustificables a partir de la historia de hasta la presidencia de Adolfo López Mateos.
la Revolución y mucho menos convincentes La Revolución aparecía como un proceso
para la historia patria y la historia de bronce, histórico que había marcado toda la historia
cuyos símbolos y valores caían por su propio contemporánea del país con su colección de
peso, sobre todo con un enfoque académico bronces, hechos y datos significativos para la
historia oficial. Se hizo un esfuerzo por tomar
en cuenta las relaciones del centro con la
la historiografía mexicana véase Álvaro Ochoa Serrano
periferia para resaltar acontecimientos signi-
(ed.), Pueblo en oilo. La fuerza de la costumbre. Homenajea
Luis Gonxález y Gon:uílez, México, El Colegio de Jalisco/El ficativos entre el centro y las regiones, como
Colegio de México/El Colegio de Michoacán, 1994, una mediación constante y frecuente que
en especial los trabajos de José Lameiras, pp. 27-36, marcaba a las historias municipales, estatales
José María Muriá, pp. 49-56, YCarlos Martínez Assad,
pp. 75-82.
y regionales, sobre todo a partir de 1920. La
24 El revisionismo se entiende aquí como la conti- colección de gobernadores y presidentes,
nua recurrencia a "revisar" los periodos históricos a líderes y caciques, estadistas y caudillos,
la luz de la historiografía nacional, en especial en las partidos políticos y organizaciones sociales
regiones, pero también de la Revolución Mexicana. El
revisionismo se expresó al advertir ciertas carencias, emergió como parte de la modernidad histó-
ausencias y también significados de ciertas etapas de
la historia de México. A la luz del presente se recrean
algunos aspectos o se llenan huecos historiográficos. 25 Guillermo Zermeño, "La historia. ¿una ciencia en
Esta concepción está lejos de la visión ortodoxa de crisis? Teoría e historia en México, 1968-1988: una pri-
la revisión ideológica de las revoluciones. Véase, al mera aproximación". en Memorias del simposio de histo-
respecto. Atan Knight, "Interpretaciones recientes de riografia mexicanista. 1990. pp. 28 Y ss.
la Revolución Mexicana". en Memorias del simposio de 26Véase el artículo de Atan Knight, "Interpretaciones
historiografía mexicanista, 1990. pp. 193 Y ss. Esta apor- recientes de la Revolución Mexicana". en su versión
tación también fue publicada en Secuencia, México. original de Memorias ...• 1997. pp. 197; Y de Javier
Instituto Dr.José María Luis Mora. núm. 13. enero-abril Garciadiego, "Revisionistas al paredón", publicado en
de 1989. pp. 23 Yss. el mismo texto. pp. 219-221.
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rica marcada por la Revolución en la historia Frente a los sintetizadores, los regionalistas
contemporánea nacional." prefirieron ahondar en las diversidades, los
Los sintetizadores nacionales y extranjeros, fragmentos, las particularidades y los espacios
como los denomina Alan Knight, pulularon . microhistóricos, a partir de la monografia, sin
entro del revisionismo y las especializa- descartar la interpretación relacionada con las
.ones temáticas y mono gráficas también, relaciones entre el centro y la periferia y su
especialmente concentradas en las historias relación con las causas, desarrollo y secuelas de
cuantitativas, orales, de las relaciones inter- la Revolución, concentrándose en el periodo
nacionales, agrarias, laborales, educativas, de de 1900 a 1940.30
os movimientos sociales, de las relaciones El enfoque historiográfico regionalista
T esia-Estado, biográficas ligadas a la política, brindó amplias posibilidades a algunos his-
e ideológicas. toriadores o cientistas sociales mexicanos y
La producción historiográfica relaciona- extranjeros interesados en la historia acadé-
da con la Revolución Mexicana fue abundan- mica profesional que, por medio de las fuen-
re; se encontraron causas, evolución y conse- tes primarias y los enfoques teórico-meto-
cuencias y resaltó la manifestación de los dológicos, lograron estimular y renovar la
"muchos Méxicos", un mosaico complejo, historiografia regional, siempre frente a la his-
variado, plural y heterogéneo útil para desmi- . toriografia nacional, sin adoptar la postura
rificar a la Revolución popular, monolítica oficial o patriotera muy común en los estados
y lineal que la historia patria, la historia de de la República.f
bronce y la historia oficial habían impulsado Los regionalistas abrieron una brecha
desde 1920. En alguna forma se recuperó la impresionante en los estudios históricos al
interpretación que Frank Tannenbaum plan- privilegiar la Revolución, la posrevolución, el
teara en los treinta sobre la heterogeneidad y siglo XIX y el Porfiriato, sobre todo en el
la multiplicidad del proceso revolucionario.i" decenio de los ochenta cuando esta corriente
marcado por las identidades, sociedades y
realidades locales y regíonales.i? Mexican State", en LatinAmerican Researcb Reoie», vol.
Aparejada a la corriente revisionista, sin 20, núm. 3, septiembre de 1985, pp. 195-217; Enrique
Florescano, El nuevo pasado mexicano, pp. 71 Yss; Carlos
.~mbargo, la corriente regionalista emergió Martínez Assad, "El laberinto de la historia regional",
estrechamente vinculada con los trabajos de en Los sentimientos de la región, del viejo centralismo a la
]ohn Womack y Luis González y González. nueva pluralidad, México, INEHRM/Océano, 2001 (El
Ojo Infalible), pp. 71-82.
27Enrique Florescano, "La nueva interpretación 30 Véase el análisis de la historiografía extranjera,
del pasado mexicano", en Horacio Crespo, Luis González principalmente estadouinidense, al respecto: Barry Carr,
y González et al., El historiador frente a la histaria, comen- "Recent Regional Studies ofthe Mexican Revolution",
tes historiográficas actuales, México, IIH, UNAM, 1992, p. en Latin American ResearchR.eview,vol. 1, núm. 15, 1980,
23. Véase también la interesante aportación de Álvaro pp. 3-14; Thomas Benjamin, "La Revolución es regio-
Matute, "Historia política", en la misma obra, p.7!. nalizada. Los diversos Méxicos en la historiografía re-
28Véase Charles A. Hale, "Frank Tannenbaum y la volucionaria", en Thomas Benjamin y Mark Wasserrnan
Revolución Mexicana", Secuencia, México, Instituto de (coords.) , Histaria regional de la Revolución Mexicana. La
Investigaciones Históricas Dr. José María Luis Mora, provincia entre 191()'1929, México, GNGA (Regiones),
nueva época, núm. 39, septiembre-diciembre de 1997, 1996 pp. 427 Y ss.
pp. 127-166. 31 Véase al respecto Mark T. Gilderhus, "Many
29 Véanse las apreciaciones de Ajan Knight en el Mexico's: Tradition and Innovation in the Recent
artículo citado en la nota 27 y las consideraciones, sobre Historiography", en Latin American Research Review,
el revisionismo de David Bailey, "Revisionism and the vol. 2, núm. 22,1987, pp. 255-266; Linda B. Hall, "The
Recent Historiography ofthe Mexican Revolution", en . Mexican Revolution and Its Aftermath: Perspectives
Hispanic American Historical R.eview,vol. 58, núm. 1, 1978, from Regional Perspectives", en Mexican Studies/
pp. 62-79; Thomas Benjamin, "The Leviatan on the Estudios Mexicanos, vol. 2, núm. 3, verano de 1987,
Zocalo: Recent Historiography ofthe Posrevolutionary pp. 413-420.
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con las historias municipales, donde se sintió participación de historiadores noveles yconso-
la influencia de la tendencia encabezada por lidados residen tes en la ciudad de México
Luis González y González en torno a la micro- y en los estados. Entre 1983 e inicios de los
historia de larga duración, universal y total. noventa se publicó un cúmulo de volúmenes
Jalisco, Sonora, Michoacán y Baja California de fuentes y síntesis referidas a casi todos los
Norte fueron los pioneros. Estas historias se estados, con publicaciones adicionales que
complementaron con las monografías de los daban cuenta de la bibliografía o las fuentes
estados para estudiantes de primaria y secun- propias de cada uno.42
daria impulsadas por la Secretaría de Educa- También hacia finales de los ochenta se
ción Pública (SEP), entre las cuales resaltaron realizaron esfuerzos colectivos para revisar
las realizadas por historiadores profesionales los problemas contemporáneos en cada
sobre los estados de Colima, Nuevo León, estado de la República. En la UNAM, Pablo
Yucatán y Michoacán, que sintetizaron las González Casanova encabezó a un equipo
líneas principales de las historias estatales, de historiadores, politólogos, sociólogos,
siempre vinculadas con la periodización de la economistas y antropólogos para conformar
historia oficial nacional, con tintes revisionistas la Colección Biblioteca de las Entidades
sobre cada etapa histórica, reproductoras de la Federativas, producto de un seminario que
periodización y el panteón nacional en cada se organizó en cada uno de los estados desde
provincia.t" 1985 con financiamiento de la Universidad de
Las historias estatales adquirieron una las Naciones Unidas. Su objetivo era analizar
importancia inusitada, con los tintes oficia- los aspectos sociales, económicos, políticos y
listas y revisionistas en la historia de bronce culturales relacionados con los problemas de
y en los valores y símbolos impulsados por la hegemonía, la democracia y el desarrollo
la historia patria que se trasminaban a los económico social en la historia contempo-
estados o, lo peor, con el afán de reivindicar al ránea de México. Estas revisiones, muyanalí-
presente desde el pasado al reconocer la labor ticas, generales y marcadas por la teoría, se
de los gobernadores y poderosos estatales, centraron en los problemas contemporáneos
mediante una legitimación histórica y una cuyo germen nació en la posrevolución. Pese
vocación lineal, enmarcada y homogénea del al destacado esfuerzo analítico que recibieron,
acontecer estatal de larga duración, reivindi- no incorporaron un análisis histórico sirte-
cando así la historia de bronce estatal indiscu- mático ni mucho sustento documental, o el
tiblemente vinculada con la historia patria de respaldo de fuentes de primera mano.P
héroes y villanos en pequeña escala.". El boom historiográfico regionalista y revi-
En el centro este tipo de historia estatal sionista continuó en los noventa con proyectos
también alcanzó beneficios. En el Instituto monográficos y de historias estatales. En 1990
Mora y con el apoyo de varios gobernadores la Dirección General de Publicaciones del
y la SEP, Eugenia Meyer impulsó la realización Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
de síntesis generales para cada estado de la creó la Colección Regiones, tras la convoca-
República, así como la compilación de docu- toria al Primer Concurso Nacional de Investi-
mentos destacados de cada historia estatal. El gación Regional, con cariz multidisciplinario
proyecto sintetizó la Colonia, el siglo XIX, el pero con clara factura histórica y monográñca,
Porfiriato y los inicios de la Revolución, con la Su propósito era estimular la producción de
40 Un primer balance de esto lo presentó el propio 42 José María Muriá, "La historiografía regional",
Luis González y González, en "Veinte años de micro- 1998, pp. 48 Y49.
historia mexicana", pp. 203 Y ss. 43 Así se manifestaba en las contraportadas de los
41 lbid., pp. 205 Yss. libros.
40
--------- HISTORIOGRAFÍA REGIONAL SOBRE EL SIGLO XX MEXICANO
+1 La colección fue coordinada en una época por 46 Dicho proyecto ha sido abordado en líneas
Carlos ManínezAssad y dirigida por Eugenia Meyer en generales por José María Muriá, en "La historiografía
la Dirección General de Publicaciones del eNCA. No se regional", 1998, p. 48.
declaraban estas intenciones en las publicaciones. 47 La presentación de Alicia Hemández y la "Llamada
45 Luis González y González, "Veinte años ...", general" de Luis González y González de alguna forma
pp. 208 Y ss. así lo establecieron.
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PABLO SERRANO ÁLVAREZ ---------------
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HISTORlOGRAFÍA REGIONAL SOBRE EL SIGLO XX MEXICANO
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