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INSTITUTO BIBLICO NOCTURNO RENOVACION

DE LA ASAMBLEA DE DIOS CENTRAL

TEMA:
EL MOVIMIENTO ECUMENICO.

MATERIA:
ETICA MINISTERIAL

SUSTENTANTE:
JOSÉ LUIS MÁRQUEZ LORENZO

Profesora y facilitadora:
DIGNA M. CEBALLOS.

Santo, Domingo, D.N.


30 de agosto del 2020.
Índice
Introducción.................................................................................................................................2
I. EL MOVIMIENTO ECUMÉNICO.............................................................................................3
I.1 Origen del término..............................................................................................................3
I.2 Conceptos............................................................................................................................4
I.3 Breve reseña histórica.........................................................................................................4
II. Iglesias miembros del consejo mundial de iglesias...............................................................7
III. Doctrina y base bíblica fundamental del ecumenismo.....................................................7
IV. Tipos de ecumenismos.....................................................................................................8
IV.1 EL ecumenismo doctrinal..................................................................................................8
IV.2 El ecumenismo institucional.............................................................................................9
IV.3 El ecumenismo social.....................................................................................................11
IV.4 El ecumenismo espiritual................................................................................................11
V. Justificación o elemento impulsador del ecumenismo.......................................................12
VI. Propósitos del movimiento ecumenismo.......................................................................13
VII. El movimiento ecuménico en el cristianismo.................................................................14
VII.1 Situaciones encontradas con una parte del cristianismo...............................................14
VII.2 El Ecumenismo como manifestación de la “pentecostalidad de la Iglesia”....................15
VIII. Principales logros del movimiento ecuménico...............................................................16
IX. Situación actual del ecumenismo y su relación con los pentecostales...........................17
X. El movimiento ecuménico y las teologías latinoamericanas de la liberación.....................19
XI. Relaciones Ecuménicas Interdenominacionales.............................................................20
Conclusiones..............................................................................................................................22
Referencias Bibliográficas..........................................................................................................23
Introducción.

El Ecumenismo es la tendencia o movimiento que busca la restauración de


la unidad de los cristianos, es decir, la unidad de las distintas confesiones
religiosas cristianas, separadas desde los grandes cismas. Este movimiento,
además de religioso, es de carácter filosófico que trata de reunir y unir en la
oración, la renovación o conversión y el diálogo, a todas las Iglesias cristianas
divididas, de cara a la misión, que es la evangelización del mundo, pero basado
en sus doctrinas.

Además del origen del término y de algunos conceptos sobre el ecumenismo,


se desarrolla una breve reseña histórica en la que dejan plasmados los
diversos hitos por lo que ha estado marcado.

El ecumenismo conforma el consejo mundial de iglesias (CMI), cuyos nombres


de miembros identificamos en el cuerpo de la presente investigación.

Al mismo tiempo se establecen las doctrinas y las bases bíblicas


fundamentales del ecumenismo, cimentadas en su “creencia en el Señor
Jesucristo como Dios y Salvador según las Escrituras y se esfuerzan por
responder conjuntamente a su vocación común para gloria de sólo Dios Padre,
Hijo y Espíritu Santo”.

La justificación o elemento impulsador del ecumenismo, el propósito, las


situaciones encontradas con una parte del cristianismo, así como los tipos de
ecumenismos, sus principales logros, su situación actual, su relación con los
pentecostales y su relaciones interdenominacionales, son otros de los temas
interesantes que mantendrán al lector entretenido en este tan importante
material investigativo, y que esperamos le sea de gran utilidad.
I. EL MOVIMIENTO ECUMÉNICO.

I.1 Origen del término.

Etimológicamente, la palabra ´ecumenismo´ viene del término griego


´oikoumene´, que significa ´universal´. Es conocido también como el Unitatis
Redintegratio y Nostra Aetate.

El término ecuménico, proviene del vocablo en latín oecumenicus, que quiere


decir "lugar ocupado por un todo", o (oikoumene que significa "toda la tierra
habitada"). Se trata de una corriente religiosa y filosófica propia del cristianismo
que defiende una idea fundamental: todas las iglesias cristianas son
manifestaciones que comparten la idea de amor a Dios.

Si bien el término «oikoumenē» se utilizó desde los tiempos del Imperio


Romano para expresar la totalidad de las tierras conquistadas, el mundo como
unidad, en la actualidad la palabra «ecumenismo» tiene una significación
eminentemente religiosa, usada para aludir a los movimientos existentes en el
seno del cristianismo.

Los romanos eran llamados "señores del «oikoumenē»" (Plutarco, Tiberius


Gracchus). Polibio escribió: "todas las partes del mundo habitado
(«oikoumenē») han venido a estar bajo el dominio de Roma" (Polibio,
Historias). Flavio Josefo escribió que el rey Agripa dijo: "En el mundo habitable
(«oikoumenē») todos son romanos" (La guerra de los judíos 2, 388).
En los evangelios, el término «oikoumenē» es poco utilizado como tal. Por
ejemplo, en Lucas 2:1 se señala: "Sucedió que por aquellos días salió un edicto
de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo
(«oikoumenē»)". También, el diablo tienta a Jesús ofreciéndole "todos los
reinos de la tierra («oikoumenē»)" (Lucas 4: 5).

El significado de «oikoumenē» comenzó a tornarse decididamente positivo


cuando Constantino I el Grande convocó el primer Concilio ecuménico de
cristianos en Nicea, en 325, con la participación de obispos de todo el
«oikoumenē». Así se creó un vínculo entre el concepto de universalidad de la
Iglesia (es decir, sin exclusiones) y el término "ecuménico" («oikoumenē»).

I.2 Conceptos.

El Ecumenismo es la tendencia o movimiento que busca la restauración de


la unidad de los cristianos, es decir, la unidad de las distintas confesiones
religiosas cristianas «históricas», separadas desde los grandes cismas.

El ecumenismo es un movimiento de carácter religioso y filosófico que trata de


reunir y unir en la oración, la renovación o conversión y el diálogo, a todas las
Iglesias cristianas divididas, de cara a la misión, que es la evangelización del
mundo.

I.3 Breve reseña histórica.

El movimiento ecuménico estuvo marcado por diversos hitos. Entre ellos se


pueden mencionar los siguientes:

En 1908, Spencer Jones y Paul Watson, dos episcopalianos estadounidenses,


lanzaron la Church Unity Octave (Octavario por la Unidad de la Iglesia), que
tuvo una excelente acogida inicial en el mundo anglicano. Nueve meses
después, el pastor Paul Watson se convirtió al catolicismo. El octavario se
convirtió pronto en un instrumento de apostolado en manos de la jerarquía
católica de aquel tiempo. La Iglesia anglicana dejó de realizar ese octavario y
transcurrió más de una década hasta que, en 1921, el mismo Spencer Jones lo
sustituyó por la Church Unity Octave Council, con un sentido de búsqueda de la
unión entre la Iglesia anglicana y la católica.

En 1910, se realizó la Conferencia Misionera Mundial en Edimburgo,


considerada el punto de partida oficial del movimiento ecuménico. En esta
Conferencia se creó un Comité de Continuación del que surgiría posteriormente
el Consejo Misionero Internacional. Charles Brent propuso la creación del
movimiento Fe y Constitución, con Robert Gardiner como secretario,
conformando así un Comité de Continuación de esta iniciativa.

En 1914, Robert Gardiner envió una carta de invitación en latín al cardenal


Pietro Gasparri. El papa Benedicto XV contestó que se consideraba a sí mismo
como la fuente y la causa de la unidad de la Iglesia.

En 1916, el papa Benedicto XV mediante el Breve Romanorum Pontificum,


concedió indulgencia plenaria a todos los que en cualquier lugar de la tierra,
desde el 18 de enero, en que se celebraba la Cátedra de San Pedro- hasta el
25 de enero, fiesta de la Conversión de San Pablo, rezasen por la unidad de la
Iglesia utilizando una oración difundida en los Estados Unidos y que había sido
bendecida por Pío X, aprobada por los obispos de aquel país.

En 1918, el obispo luterano Nathan Söderblom se acercó a numerosos clérigos


católicos para invitarles a hablar de la paz. Se efectuó una reunión de Upsala,
en el mes de septiembre.

En 1919, una delegación de obispos episcopalianos se acercó a diversas


iglesias europeas. Al llegar a Roma, los recibió Benedicto XV, quien les dijo
que la única unidad posible se encontraba en su retorno a la Iglesia católica.

Por primera vez Nathan Söderblom (luterano y Premio Nobel de la Paz), en una
carta abierta, sugirió la creación de un Consejo ecuménico de las Iglesias.

En 1920, tiene lugar la Conferencia «Vida y Acción» del catolicismo práctico, a


la que acuden delegados de la jerarquía ortodoxa y se creó un Comité de
Continuación de la Conferencia Misionera Mundial en Ginebra, para sentar las
bases del movimiento Fe y Constitución.
En 1921, se fundó el Consejo Misionero Internacional en Londres: Obispos
luteranos suecos y carta del catolicismo práctico. En ese mismo año, iniciaron
las Conversaciones de Malinas entre clérigos católicos y anglicanos.

En 1925, se realiza la Conferencia del catolicismo práctico en Estocolmo. Se


produjo un violento ataque del canónigo católico Charles Journet contra el
catolicismo práctico en su libro L'unión des églises et le Chatolicsme pratique.

En 1927, se efectuó la primera Conferencia Mundial de Fe y Constitución en


Lausana.

En 1928, el papa Pío XI publicó su encíclica Mortalium Animos, en la que trató


con palabras duras las primeras iniciativas del movimiento ecuménico.

En 1929, se realizó la primera evaluación seria del trabajo ecuménico por parte
de los católicos, con el libro de Max Pribilla s.j.: Um kirchliche Einheit,
Stockholm, Lausanne, Rome.

En 1938, se funda el «Consejo Mundial de Iglesias» (CMI), y su estatuto fue


fijado provisionalmente en Utrech, pero a causa de la Segunda Guerra Mundial,
no fue adoptado hasta la asamblea de Ámsterdam, en 1948.

El 6 de junio de 1960, Juan XXIII, designó al cardenal Augustin Bea como


primer presidente del recién creado Secretariado. El Secretariado participó en
1961 de la conferencia de Nueva Delhi y fue el responsable de la redacción de
diferentes borradores de documentos críticos durante el Concilio Vaticano II,
entre ellos el del decreto Unitatis redintegratio sobre el ecumenismo.

El movimiento ecuménico moderno se inició a finales del siglo XIX y comienzos


del XX, cuando los cristianos empezaron a orar y trabajar juntos trascendiendo
las fronteras denominacionales. Para el final de la década de 1920, se habían
formado varios movimientos pioneros empeñados en llevar adelante la causa
de la unidad de la iglesia en todo el mundo.

Desde entonces, se ha adherido al Consejo Mundial de Iglesias un número


creciente de iglesias de todos los continentes en esta búsqueda de la unidad
cristiana. Se han construido nuevos puentes sobre antiguos abismos que
separaban a los creyentes.
II. Iglesias miembros del consejo mundial de iglesias.

El Consejo Mundial de Iglesias es una comunidad de 350 iglesias que


representan más de 500 millones de cristianos. Las iglesias miembros están
presentes en todas las regiones del mundo. El Consejo Mundial de Iglesias
reúne a la mayoría de las iglesias ortodoxas (bizantinas y orientales), así como
a iglesias anglicanas, bautistas, instituidas en África, evangélicas, luteranas,
menonitas, metodistas, moravas, pentecostales, reformadas, viejas católicas,
unidas e independientes, Amigos (Cuáqueros), Discípulos de Cristo/Iglesias de
Cristo, y la Iglesia Asiria.

El cuerpo eclesial más grande del mundo, la Iglesia Católica Romana, no es


miembro del Consejo Mundial de Iglesias, pero ha trabajado junto con el
Consejo durante más de cuatro decenios y envía representantes a todas las
principales conferencias del CMI, así como a las reuniones del Comité Central
y a las asambleas. El Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los
Cristianos nombra 12 representantes en la Comisión de Fe y Constitución del
Consejo Mundial de Iglesias y coopera con este en la preparación de
materiales para que las congregaciones y parroquias locales los utilicen cada
año durante la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.

III. Doctrina y base bíblica fundamental del ecumenismo.

La base bíblica fundamental del ecumenismo se encuentra en (Jn 17: 21), en


alusión a la petición de Jesús al Padre para que "todos sean uno": "Que ellos
también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que Tú me has
enviado". Sostiene que en su unidad, que no quiere ser uniformidad, se juega
su credibilidad y su pretensión de ser la religión en la que la revelación ha
llegado a su plenitud en Cristo.

Su doctrina fundamental es su “creencia el Señor Jesucristo como Dios y


Salvador según las Escrituras y se esfuerzan por responder conjuntamente a
su vocación común para gloria de sólo Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo”.

IV. Tipos de ecumenismos.

El ecumenismo es uno sólo y el mismo para cuantos están implicados en él, los
caminos por los que discurre, las tareas en que se realiza, y las situaciones de
las personas que lo promueven es múltiple y variada; sin embargo, se suele
hablar de distintos ecumenismos.

El ecumenismo es como un órgano con cuatro teclados y con muchos


registros. Según se dice, el ecumenismo va todo él dirigido hacia el futuro,
hacia el Reino, pero mantiene su referencia a la Escritura y a la tradición, a la
vez que revisa nuestras antiguas querellas tomadas desde sus raíces. Como
se indica antes, se centra en la unidad de la Iglesia y en la unidad de la
humanidad. Es teológico y práctico, doctrinal y secular, espiritual y
sociopolítico.

IV.1 EL ecumenismo doctrinal.

Sostiene que la separación de las iglesias se produjo, principalmente, por


motivos teológicos y cuestiones doctrinales, presentes todavía entre las
diferentes iglesias. Para intentar salvar esas diferencias se han suscitado
innumerables coloquios, encuentros y diálogos a diferentes niveles, que
pretenden dar verdaderos pasos hacia la unidad cristiana en plenitud. Es
innegable que existen otras dimensiones ecuménicas no estrictamente
doctrinales y que, sin resolverse, difícilmente se hace creíble una eventual
unidad cristiana.
Pero que es del todo incuestionable que el diálogo doctrinal está hoy en el
núcleo del movimiento ecuménico, por ello las comisiones mixtas de teólogos,
representantes de las diversas iglesias en el diálogo doctrinal, constituyen la
mejor prueba de que las comunidades cristianas están seriamente
comprometidas en el movimiento ecuménico.

Agregan que los interlocutores del diálogo intereclesial son, como se ha dicho,
múltiples y es interesante destacar que desde el concilio Vaticano II, la
experiencia de la Iglesia católica, es inédita en la historia. Ningún concilio tras
las viejas divisiones de oriente y occidente, a excepción del concilio de Ferrara-
Florencia (1438-1442), había considerado a las otras iglesias y a sus miembros
sino bajo la perspectiva del anatema. El diálogo venía a sustituir a la polémica,
y en el nuevo contexto, el diálogo doctrinal ocupa un puesto de honor.

IV.2 El ecumenismo institucional.

Este es promovido, impulsado y realizado por las iglesias, y dentro de esas


instituciones se destaca al Consejo Ecuménico de las Iglesias, sin equivalente
alguno en la historia del cristianismo. No es una Iglesia, no es una superIglesia,
ni es la Iglesia del futuro. No es tampoco un “concilio universal” en el sentido
católico u ortodoxo del término, ni siquiera podría equipararse a un “sínodo”,
según la terminología de muchas iglesias reformadas.

Es sin embargo, la expresión más completa de los anhelos de unidad cristiana


que existe hoy entre las iglesias, pero no abarca todo el movimiento ecuménico
ni ha tenido nunca la pretensión de atribuirse la totalidad de la tarea
ecuménica. Desde el momento en que está compuesto por más de 334 iglesias
de todas las tradiciones eclesiales y de casi todos los países del mundo y
mantiene relaciones fraternales con muchas Iglesias que no forman parte de él,
como es el caso de la Iglesia católica, debe afirmarse que constituye hoy la
realización más importante, mejor organizada y más representativa de la
decidida voluntad del cristianismo dividido por expresar visiblemente la unidad
que quiso Cristo para su Iglesia.
El Consejo Ecuménico de las Iglesias no puede tomar decisiones en nombre de
las Iglesias representadas, ni tiene autoridad impositiva sobre ellas. La teología
del CEI no se funda sobre una concepción particular de la Iglesia, ni es el
instrumento de una de ellas en particular. Es más, la adhesión de una Iglesia a
este organismo no implica que considere desde ese momento su concepción
de Iglesia como relativa.

La pertenencia de una Iglesia al Consejo Ecuménico de las Iglesias depende


de la aceptación de su base doctrinal, que propiamente no es una confesión de
fe. Cada Iglesia tiene su propia confesión de fe, a la que no renuncia por su
entrada en el organismo ecuménico. Es evidente que al Consejo Ecuménico de
las Iglesias no pueden pertenecer organizaciones seculares, partidos políticos
o sociedades religiosas no cristianas.

Solamente pueden ser miembros las iglesias que, considerándose cristianas,


pueden en conciencia suscribir la base doctrinal. La base que actualmente está
vigente aprobada en la asamblea de Nueva Delhi de 1961 es: “El Consejo
Ecuménico de las Iglesias es una asociación fraternal de iglesias que creen en
Nuestro Señor Jesucristo como Dios y Salvador según las Escrituras y se
esfuerzan por responder conjuntamente a su vocación común para gloria de
sólo Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo”.

Los documentos más importantes que sustentan el ecumenismo en la iglesia


católica son:

1. El Decreto Conciliar Unitatis redintegratio (restauración de la Unidad)


sobre el ecumenismo de 1994.
2. Carta encíclica Ut unum sint (que sea uno) de Juan Pablo II (1978-
2005).
3. Diccionario para la aplicación de los principios y normas sobre el
ecuménico.

IV.3 El ecumenismo social.


El ecumenismo secular o social, hay que considerarlo como una de las etapas
del movimiento ecuménico: en primer lugar estaría la era de los pioneros,
aquella que se inicia con la Alianza Evangélica en 1846, y con la Federación
Mundial de Estudiantes Cristianos a finales del siglo XIX. Viene después, la
etapa eclesiástica; es el momento en que las Iglesias como tales toman la
iniciativa. Se trata de una tendencia dentro del movimiento ecuménico a primar
las actividades referentes al campo social, cual constituyó la finalidad de una
de las ramas del Consejo Ecuménico de las Iglesias ya en los momentos
primeros de su nacimiento, a la que se llamó “Vida y Acción”.

Ésta es la definición que da de esta tendencia del ecumenismo el P. Congar:


“La experiencia positiva hecha por los cristianos comprometidos efectivamente
con otros en las actividades de la liberación humana y que hacen, de este
compromiso, una nueva y evangélica experiencia de su fe. El lugar de la
vivencia evangélica ya no es la Iglesia en tanto que sociedad sacral puesta
aparte, sino la realidad humana o secular de la que sabemos que tiene
referencia al reino de Dios…”

IV.4 El ecumenismo espiritual.

El concilio Vaticano II, en el número 8 del decreto sobre el ecumenismo, dice


que el ecumenismo espiritual está compuesto de dos elementos:

a) La conversión del corazón; y


b) La reforma de vida junto con la oración por la unidad.

“Esta conversión del corazón y santidad de vida, juntamente con las oraciones
privadas y públicas por la unidad de los cristianos, han de considerarse
conforme su creencia, como el alma de todo el movimiento ecuménico y con
razón pueden llamarse ecumenismo espiritual”.
Todos los verdaderos ecumenistas están convencidos de que se necesita un
milagro para llegar a la unidad de los cristianos. Las dificultades que ésta
encuentra, desde el punto de vista humano son insuperables.

Indican que cuando siguiendo los postulados de las exigencias de la fidelidad a


su propia fe, cada uno de los interlocutores crea que no puede dar nuevos
pasos en el terreno de las concesiones por impedírselo la lealtad que debe a su
propia Iglesia y crea haber topado con un muro infranqueable, generalmente da
vista atrás dando lugar al desmayo.

La oración es fundamental para la búsqueda de la unidad de los cristianos. En


la oración se aprende a despojarse de deseos, a liberarse de las cosas a las
que las personas se apegan obtienen su seguridad y se abren a Dios.

V. Justificación o elemento impulsador del ecumenismo.

El ecumenismo encuentra su justificación en que: "La división (separación de


las iglesias de oriente y occidente en el 1054) contradice clara y abiertamente
la voluntad de Cristo, pues es un escándalo para el mundo y perjudica a la
causa santísima de predicar el Evangelio a toda criatura".

Se precisa según estos, de un compromiso serio a favor del ecumenismo, y es


el diálogo con las otras religiones. Este diálogo interreligioso al ecumenismo,
plantea los siguientes retos:

 El esfuerzo por la renovación del concepto de misión. Es decir, de dar el


salto de ir allí no solamente para que los otros se conviertan, sino también
para reconocer y aprender de los otros; y
 Reconciliación para un testimonio común. La clara vocación evangelizadora
choca con la escucha del mensaje que deseamos transmitir, que es
Jesucristo.

La segunda Asamblea ecuménica europea de Graz celebrada en el 1997, que


tenía como lema Reconciliación: “Don de Dios y fuente de nueva vida”, lo puso
bien claro. Dice así: "Confesamos juntos ante Dios que hemos oscurecido la
unidad por la que oró Cristo. Hemos presentado al mundo el espectáculo
indigno de una cristiandad desgarrada por las divisiones. Esta es una fatal
consecuencia del hecho de que a través de la historia se han sacado diferentes
conclusiones para la vida de nuestras iglesias. Esto ha llevado con frecuencia a
mutuas acusaciones, condenas y persecuciones. De esta manera, la
credibilidad de nuestro testimonio cristiano común se ha debilitado".

La convicción de que el deber esencial del cristianismo de hoy es también


apuntar a la unión de la humanidad, y no solamente de las Iglesias, impulsa
este tipo de ecumenismo, por que valora más la acción universal de
reconciliación con el mundo, que la tarea repetitiva y sin claro fruto de una
unión exclusivamente intereclesiástica.

VI. Propósitos del movimiento ecumenismo.

El objetivo del Consejo Mundial de Iglesias no es crear una "superiglesia"


mundial, ni estilos normalizados de culto, sino, más bien, profundizar la
hermandad de las iglesias y comunidades cristianas para que puedan ver, unas
en otras, las expresiones auténticas de la "iglesia una, santa, católica y
apostólica".

Todos estos actos de comunidad dan testimonio de la declaración fundacional


del CMI de que el Señor Jesucristo es "Dios y Salvador según el testimonio de
las Escrituras".

El Movimiento Ecuménico estimula a cooperar y compartir, y propicia el


testimonio y la acción en común de las iglesias. Trata de renovar la iglesia
mediante actividades y redes entre miembros del clero y laicos, especialmente
mujeres y jóvenes. Busca la unidad visible, no como un fin en sí mismo, sino
para dar un testimonio fidedigno "para que el mundo crea", y para la sanidad de
la comunidad humana y la integridad de toda la creación de Dios.

Aunque participa en otras formas de cooperación y diálogo entre religiones y


culturas a nivel internacional, el Movimiento Ecuménico está arraigado en la
vida de las iglesias. Indica que aunque su ámbito es mundial, está
particularmente interesado en el ser y la vida verdadera de la iglesia como
comunidad sin exclusiones, en cada lugar y en todos los lugares.

VII. El movimiento ecuménico en el cristianismo.

- Son muy numerosas las iglesias cristianas. Cada una de ellas tiene su
propia tradición histórica, sus ritos y sus interpretaciones doctrinales. Sin
embargo, la mayoría de ellas comparten aspectos teológicos
fundamentales: reconocen a Cristo como el verdadero hijo de Dios,
defienden la idea de la Trinidad, aceptan los diez mandamientos,
practican el sacramento del bautismo y la Biblia es el texto de referencia
común.

- El movimiento ecuménico defiende que las distintas iglesias cristianas se


conozcan de manera fraternal y mantengan un diálogo permanente. Esta
corriente propugna la unidad de los cristianos como meta final. Los
partidarios del ecumenismo sostienen que la división del cristianismo es
contraria a la voluntad de Cristo. En consecuencia, es necesario que
todos los cristianos colaboren para alcanzar una reconciliación.

- En la defensa de esta tesis se recurre a un argumento histórico: si los


católicos persiguieron a los considerados herejes en el pasado, qué
hace pensar que no continuarán con las mismas prácticas.

VII.1 Situaciones encontradas con una parte del cristianismo.

La unidad de los cristianos es valorada negativamente porque se considera que


la propuesta de fraternidad religiosa del ecumenismo, recogida en las
conclusiones del Concilio Vaticano ll y en diferentes encíclicas de los últimos
papas, tiene como objetivo imponer un modelo político-religioso de dominación
mundial. En otras palabras, el ecumenismo es una aspiración razonable en
apariencia, pero en el fondo esconde intereses perversos.

De su lado, algunas corrientes anti-ecuménicas consideran que no es admisible


promover la unidad de los cristianos con aquellos que niegan la divinidad de
Cristo, como algunas iglesias evangélicas que no comparten el dogma de la
Trinidad.

VII.2 El Ecumenismo como manifestación de la “pentecostalidad de


la Iglesia”.

Los cuatro criterios o fundamentos encuentran en la comunidad de los Hechos


de los Apóstoles su máxima expresión, en efecto, esta comunidad originaria
marcada por el signo de la unidad bajo la acción del Espíritu Santo refleja que
en la diversidad de ministerios y carismas es posible vivir en unidad. Bernardo
Campos, otro importantísimo teólogo y pastor pentecostal, reconoce en la
unidad, junto con la santidad, la catolicidad, la apostolicidad, una de las notas
constitutivas de la Iglesia. A esta idea de ecumenismo del Espíritu y la unidad,
se suma el diálogo ecuménico entre católicos y pentecostales. Discípulos
constructores de una cultura del encuentro en una sociedad plural
pneumatológica de la Iglesia, Campos asocia el concepto de «pentecostalidad»

Esta propuesta constituye una interesante categoría teológica para superar la


tentación de una comprensión reductiva y exclusivista de los pentecostalismos
particulares, ya que cada singularidad eclesial no agotaría la dimensión
pneumatológica de toda la Iglesia. Por tanto, la idea de pentecostalidad de la
Iglesia deviene en un concepto mediador del encuentro y del diálogo
ecuménico con las otras denominaciones cristianas.

Para los pentecostales la experiencia de pentecostés y la pentecostalidad de la


Iglesia consiste, entre otras cosas, en la posibilidad de comunicación entre
diferentes, como superación de las barreras lingüísticas y culturales; también
de inclusión de género y de clases sociales, por lo tanto, actúa como
paradigma de solidaridad y unidad que acoge la diversidad en un constante
dinamismo caracterizado por su tensión escatológica.

En este sentido, la pentecostalidad de la Iglesia manifestaría proféticamente el


encuentro de todas las naciones y de todo el género humano. Además, tendría
un carácter de promesa cósmica, como un movimiento del Espíritu que mueve
la historia hacia el fin de los tiempos y al encuentro con su Señor: “La
pentecostalidad, como fuerza del Espíritu que mueve desde el reverso de la
historia humana, con sus sinsabores y falencias, debilidades y amenazas,
fortalezas y oportunidades, enmarca un horizonte de esperanza y un destino
glorioso para la Iglesia”. Por otra parte, el pentecostal busca interpretar las
escrituras, su vida, su historia, los acontecimientos desde la centralidad del
Espíritu.

VIII. Principales logros del movimiento ecuménico.

A su modo de ver las cosas, este movimiento ha logrado múltiples beneficios,


entre los cuales se señalan los siguientes:

- Nuevos consejos de iglesias y otros órganos ecuménicos en diversos


países y regiones han creado una red ecuménica auténticamente
mundial de la cual el CMI forma parte.
- La Iglesia Católica Romana es miembro de pleno derecho de muchas
organizaciones ecuménicas nacionales y varias regionales, y
mantiene una relación de trabajo regular con el CMI.
- Convicciones compartidas sobre fe, vida y testimonio que han
enriquecido y enriquecen progresivamente la reflexión teológica que
se lleva a cabo desde perspectivas estrictamente confesionales. Por
ejemplo: declaración sobre bautismo, eucaristía y ministerio.
- Durante la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, estos
se unen en la oración del Señor de que todos sean uno para que el
mundo crea.
- Desde su creación, el CMI ha apoyado e inspirado la participación de
las iglesias en las luchas por la justicia, la paz y la creación. Un
ejemplo: El apoyo dado por las iglesias, mediante el Programa del
CMI de Lucha contra el Racismo.
- El reconocimiento de la importancia del diálogo interreligioso y de las
relaciones con otras religiones, así como de la responsabilidad de las
iglesias por la integridad de la creación.

Como el organismo más representativo entre las muchas expresiones


organizadas del Movimiento Ecuménico, el papel del Consejo es abordar las
cuestiones ecuménicas mundiales y actuar como garante de la coherencia
interna del Movimiento.

IX. Situación actual del ecumenismo y su relación con los


pentecostales.

En la actualidad, tanto el Movimiento Ecuménico como el Consejo Mundial de


Iglesias están cambiando. Surgen nuevas formas de compromiso ecuménico.
Entre la multiplicidad de organismos ecuménicos, el Consejo Mundial de
Iglesias reorienta sus energías hacia lo que mejor sabe hacer y está
especialmente dotado para hacer, compartiendo el legado del Movimiento
Ecuménico único y la responsabilidad de mantenerlo vivo.

A nivel internacional, existen instituciones que expresan una voluntad


ecuménica explícita. En muchos países existen Consejos Nacionales de
Iglesias con representaciones de varias iglesias cristianas. Las organizaciones
ecuménicas regionales son expresión ecuménica a nivel continental (la Iglesia
Católica es miembro por ejemplo de la Conferencia de Iglesias del Caribe, de la
Conferencia de Iglesias del Pacífico y del Consejo de Iglesias de Medio
Oriente, pero no del Consejo Latinoamericano de Iglesias o de la Conferencia
de Iglesias de Toda África).

El Consejo Mundial de Iglesias, es un referente ecuménico ineludible, a pesar


de la Iglesia Católica no ser miembro. No obstante esta multitud de instancias
institucionales, es importante sin embargo, afirmar que el ecumenismo ha sido
y continúa siendo hoy día un movimiento. Tiene, claro, expresiones
institucionales que prestan un servicio relevante, pero éstas no lo agotan.
Además de las instancias nacionales, continentales y globales mencionadas,
hay miles de otras expresiones a nivel local, nacional, continental y global que
viven el espíritu ecuménico en acciones como el servicio de un comedor para
niños, en un grupo de lectura popular de la Biblia, en celebraciones litúrgicas,
en grupos ad-hoc creados para responder a determinada problemática, entre
muchas otras variantes.

Tradicionalmente la relación entre la teología protestante y la católica no ha


sido la mejor, y en los recientes intentos de salvar las diferencias existentes
han incluido declaraciones conjuntas sobre la salvación y la inspiración de la
Escritura, pero firmar una declaración que comprometa la enseñanza bíblica
básica es peligroso. Las doctrinas tales como la salvación por gracia solamente
(Efesios 2:8-9) y la autoridad de la Escritura (1 Timoteo 3:16-17) no deben
verse comprometidas por el bien de una unidad sintética.

Un deseo de ecumenismo no puede ignorar los mandamientos de la Biblia para


mantener la pureza del evangelio (Gálatas 1:6-9, 2 Pedro 2:1, Judas 1:3-4). Los
cristianos deben "probar todo, retener lo que es bueno" (1 Tesalonicenses
5:21).

Es significativo que, inmediatamente después del anatema de Pablo sobre los


apóstatas, él pregunte: ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O
trato de agradar a los hombres?" (Gálatas 1:10). En el corazón del
ecumenismo moderno está el deseo de agradar a los hombres en lugar de a
Dios.

En un sentido positivo, una denominación es en sí misma "ecuménica" en el


sentido de que consiste en muchas iglesias que trabajan juntas con creencias
comunes. Esta coalición comparte recursos, sirve a iglesias locales y llega a
otros en misiones mundiales. Negativamente, los lazos denominacionales que
son demasiado fuertes o centralizados pueden disminuir la capacidad de una
iglesia local para seguir la voluntad de Dios para sus miembros.
X. El movimiento ecuménico y las teologías
latinoamericanas de la liberación.

La teología latinoamericana de la liberación, es una corriente teológica cristiana


integrada por varias vertientes católicas y protestantes, nacida en América
Latina tras la aparición de las Comunidades Eclesiales de Base, el Concilio
Vaticano II y la Conferencia de Medellín (Colombia, 1968), que se caracteriza
por considerar que el Evangelio exige la opción preferencial por los pobres1 y
por recurrir a las ciencias humanas y sociales para definir las formas en que
debe realizarse aquella opción. Las teologías latinoamericana de la liberación
muchas veces son identificadas, no sólo con América Latina, sino también con
la Iglesia Católica, sin embargo, la primera vez que aparece sistematizado el
concepto de teología de la liberación, proviene del ámbito protestante y no
católico.

No obstante lo anterior, las teologías latinoamericanas de la liberación, desde


su génesis, cuentan con un fuerte componente ecuménico. Al leer las
diferentes temáticas, podemos ver que junto a autores católicos conocidos
existen otros autores protestantes, que han contribuido sustancialmente a su
desarrollo. Por ejemplo en la lectura popular de la Biblia, el nombre de Carlos
Mesters no puede disociarse del de Milton Schwantes, pastores luteranos, que
desarrollan una prolífica literatura que será utilizada por comunidades en todo
el Continente (MESTERS; SCHWANTES, 1988).

Otros pensadores protestantes ofrecerán desde los 70 una contribución


significativa a la teología latinoamericana de la liberación, entre ellos los
mencionados José Miguez Bonino y Julio de Santa Ana.

Otro desarrollo importante en lo que podríamos llamar teología ecuménica de la


liberación es la teología indígena, así como el impulso de la teología
ecofeminista.
XI. Relaciones Ecuménicas Interdenominacionales.

Entre los muchos documentos emitidos por el Concilio Vaticano II, del Papa
Juan XXIII, que abrió la Iglesia católica al resto del mundo, lo es el Decreto
sobre el ecumenismo, en relación con la declaración de las relaciones de la
Iglesia católica con otras religiones, inclusive no cristianas.

Las metas del diálogo ecuménico y entre las diferentes denominaciones,


difieren las unas de las otras. En este dialogo existen dos metas principales:

a) Lograr la reunión de todos los cristianos; y

b) Descubrir una unidad que pueda existir, aunque ésta sea imperfecta.

No existe tanta dificultad para el ecumenismo con otras denominaciones de


cristianos sobre todo judíos, pues de cierta manera los católicos y los judíos,
comparten una fe común (Jesús, María, los apóstoles, San Pablo, y otros
miembros de los primeros cristianos, así como muchos de los textos sagrados
como la Torah, los escritos de los Profetas, los Proverbios, los Salmos y otros
más), a pesar de que existen todavía divergencias sobre tópicos importantes
como son la Eucaristía, la ordenación, los asuntos morales, la estructura
eclesial y el papado; sin embargo, cuando se trata de otras denominaciones la
situación se torna un tanto más dificultosa, lo que procuran lograr por medio del
diálogo continuo y una relación amistosa entre la Diócesis de Brooklyn, la
Archidiócesis de la Iglesia ortodoxa griega, el Sínodo metropolitano luterano y
las diferentes congregaciones episcopales, presbiterianas y otras.

Además de las instancias nacionales, continentales y globales mencionadas,


hay miles de otras expresiones a nivel local, nacional, continental y global que
viven el espíritu ecuménico en acciones como el servicio de un comedor para
niños, en un grupo de lectura popular de la Biblia, en celebraciones litúrgicas,
en grupos ad-hoc creados para responder a determinada problemática, entre
muchas otras variantes.
Los ecuménicos refieren que sus relaciones entre ecuménicos y entre
católicos, judíos y otras religiones, son vitales en el mundo de hoy, pues el
porcentaje de matrimonios de diferente fe, ha traído preocupaciones, saliendo
inclusive del plano académico a la mesa de comer, por lo tanto, se demanda un
mayor entendimiento interdenominacional, teniendo muy en cuenta sin
embargo que la unidad doctrinal entre las iglesias cristianas es exclusiva e
inalcanzable, a menos que las iglesias pierdan sus creencias distintivas y se
unan en una de las grandes tradiciones, ya sea la católica, la ortodoxa,
protestante, anglicana, reformada, evangélica, pentecostal o adventista.

La Iglesia Católica es miembro de la Conferencia de Iglesias del Caribe, de la


Conferencia de Iglesias del Pacífico y del Consejo de Iglesias de Medio
Oriente, pero no del Consejo Latinoamericano de Iglesias o de la Conferencia
de Iglesias de Toda África).
Conclusiones.

La libertad de religión o creencia es un don no negociable de Dios que debe


caracterizar la libertad de cada cristiano o comunidad cristiana a la hora de
compartir sus convicciones con otros.

Por causa de la misión y otras causas, los cristianos pueden unirse para
testimoniar de Cristo a un mundo que le necesita con gran urgencia; sin
embargo, la unidad doctrinal entre las iglesias cristianas es exclusiva e
inalcanzable, a menos que las iglesias pierdan sus creencias distintivas y se
unan en una de las grandes tradiciones, ya sea la católica, la ortodoxa,
protestante, anglicana, reformada, evangélica, pentecostal o adventista, lo que
a todas luces, sería difícil de alcanzar, precisamente por los motivos explicados
en el cuerpo del material que acabamos de leer.

Los cristianos están llamados a la unidad, pero no a toda costa. La doctrina es


primordial, especialmente cuando se trata de la persona y el trabajo de Cristo.
Los esfuerzos ecuménicos modernos a menudo están demasiado listos para
separarse de las enseñanzas bíblicas. Por lo tanto, debemos tener cuidado al
evaluar posibles asociaciones. Si se puede lograr la unidad sin comprometer la
creencia cristiana fundamental, entonces se debe buscar la unidad. Como dijo
el teólogo luterano del siglo XVII, Rupertus Meldenius, "en lo esencial la
unidad, en lo no esencial la libertad…".

Un deseo de ecumenismo no puede ignorar los mandamientos de la Biblia para


mantener la pureza del evangelio (Gálatas 1:6-9, 2 Pedro 2:1, Judas 1:3-4). Los
cristianos debemos "probar todo, reteniendo solo lo que es bueno" (1
Tesalonicenses 5:21).
Referencias Bibliográficas.

1. James E. Gile (2019); de pastor a Pastor. Ética Ministerial.

2. Cuestiones Teológicas; (Julio-diciembre 2018), Vol. 45, No. 104.


3. https://www.oikoumene.org/es/member-churches
4. https://www.elheraldo.hn/opinion/columnas/1356976-469/el-movimiento-
ecum%C3%A9nico-c%C3%B3mo-surge

5. https://www.diariocordoba.com/noticias/cordobalocal/ecumenismo
compromiso-todo-cristiano_227436.html

6. https://definicion.mx/ecumenismo/#::text=El%20movimiento%20 ecum
%C3%A9nico%20defiende%20que,a%20la%20voluntad%20de%20Cristo

7. https://definicion.mx/ecumenismo/

8. http://www.centroecumenico.org/infoekumene/ecumenismo

9. https://www.compellingtruth.org/Espanol/movimiento-ecumenico.html

10. file:///C:/Users/josse/Downloads/Dialnet-
TeologiaDeLaLiberacionYMovimientoEcumenico-4740516.pdf

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