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I. DATOS INFORMATIVOS:
GREA : ................................................................................................................
UGEL : ................................................................................................................
I.E. : ................................................ Grado: ................. Sección: ..................
Docente : ................................................................................................................
Director : ................................................................................................................
II. FUNDAMENTACIÓN:
Es necesario que los alumnos cultiven y demuestren los valores de la solidaridad y la responsabilidad
en cada lugar que se encuentren.
III. OBJETIVOS:
- Inculcar en los niños la solidaridad
- Cumplir con las responsabilidades que tenemos a diario
- Reconocer nuestros derechos para cumplir con nuestros deberes.
IV. TEMAS:
- Ayudando a mi compañero
- Seamos responsables
- Reconociendo nuestros derechos.
LA CIGARRA Y LA HORMIGA
Las nubes anunciaban la llegada de un invierno muy frío. La hormiga Ramona había trabajado mucho
durante el otoño recolectando hojas y alimento para cuando llegara el invierno.
Se disponía a pasar los días fríos del invierno dentro de su hormiguero cuando, de pronto, una cigarra,
que parecía morirse de hambre, se le acercó arrastrándose y le pidió un poco de alimento.
La cigarra estaba muy flaca y débil que sólo podía dar saltos sin poder volar. La hormiga Ramona a
duras penas lograba oír su voz.
- ¿Qué necesitas cigarra? -dijo la hormiga Ramona.
- ¿Puedes darme un bocado de trigo? Tengo mucha hambre -rogó, temblorosa y débil, la cigarra.
La hormiga Ramona, al verla débil, froto sus patas delanteras y alzó un grano de trigo muy pesado
para que la cigarra pudiera comer. Luego la llevó dentro de su casa y la recostó sobre una hoja seca.
- ¿Qué hiciste durante todo el verano, mientras yo trabajaba? -le preguntó la hormiga Ramona.
- No vayas a creer que estuve ociosa-dijo la cigarra-. Estuve cantando sin cesar ¡todos los días!
- ¿Cantaste todo el verano? -repitió la hormiga Ramona-. ¡Y no aprovechaste el tiempo para
recolectar trigo!
La hormiga Ramona le dio de comer a la cigarra. Después de comer le preguntó:
- Y ahora ¿cómo te sientes? -dijo la hormiga Ramona.
- Gracias Ramona, el grano de trigo me dio fuerzas, ya estoy mejor -dijo la cigarra recuperada.
- Pues ahora, debes trabajar. Aún tienes tiempo de recolectar algo de trigo para que tengas alimento
en el invierno -contestó la hormiga Ramona.
La cigarra pudo entender que primero debía trabajar para tener alimento durante el invierno, ya que si
se dedicaba solo a cantar no tendría qué comer para cuando llegara el frío.
Mientras recolectaba, la cigarra se percató de que no tenía un lugar dónde guardar el trigo. Entonces le
preguntó a la hormiga Ramona:
- Ahora ¿dónde guardaré todo este trigo?
- Puedes utilizar un dormitorio de mi hormiguero -dijo la hormiga.
- ¡Gracias, además de trabajadora, eres muy buena! -dijo la cigarra muy contenta.
Llegó el crudo invierno y la hormiga Ramona unto a la cigarra pasaron el frío viviendo en el hormiguero.
La cigarra cantaba después de ayudar a la hormiga en los quehaceres de la casa. La cigarra aprendió
lo importante que es trabajar y luego realizar lo que le gustaba, después de cumplir con sus
obligaciones.
Consigna
“Las grandes personas cuidan las cosas pequeñas”
CUESTIONARIO
4. ¿Qué valor le faltó vivir a la cigarra? ¿Consideras importante este valor? Fundamenta tu respuesta.
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Cuentan que hace muchísimos años, una terrible sequía se extendió por las tierras de los quechuas, es
decir, por gran parte del Perú y América del Sur.
El cielo estaba completamente limpio, no se veía ni la más mínima nubecita, así que la tierra recibía los
rayos del sol sin el alivio de un poco de sombra. Si no llovía pronto, todas las plantas y animales
morirían.
En esa desolación, solo resistía tenazmente la planta de kantu, que necesita muy poca agua para
crecer y florecer en el desierto. Pero hasta ella comenzó a secarse. Y dicen que la planta, al sentir que
su vida se evaporaba gota a gota, un día puso toda su energía en el último pimpollo que le quedaba.
Durante la noche, se produjo en la flor una metamorfosis mágica. Con las primeras luces del
amanecer, agobiante por la falta de rocío, el pimpollo se desprendió del tallo, y en lugar de caer al
suelo reseco salió volando, convertido en colibrí.
Zumbando se dirigió a la cordillera. Pasó sobre las lagunas mirando sediento la superficie de las
aguas, pero no se detuvo a beber ni una gota. Siguió volando, cada vez más alto, cada vez más lejos,
con sus alas diminutas. Su destino era la cumbre del monte donde vivía el dios Waitapallana.
Waitapallana se encontraba contemplando el amanecer, cuando olió el perfume de la flor del kantu, su
preferida. Pero no había ninguna planta a su alrededor. Solo vio a un pequeño y valiente colibrí,
oliendo a kantú, que murió de agotamiento en sus manos luego de pedirle piedad para la tierra.
Waitapallana miró hacia abajo, y descubrió el daño que la sequía le estaba produciendo a la tierra de
los quechuas. Dejó con ternura al colibrí sobre una piedra. Triste, no pudo evitar que dos enormes
lágrimas de cristal de roca brotaran de sus ojos y cayeran rodando montaña abajo.
Las lágrimas de Waitapallana fueron a caer en el lago Wacracocha, despertando a la serpiente Amarú.
El Amarú salió de su sueño de siglos despertándose, y el mundo se sacudió. Elevó la cabeza sobre las
aguas espumosas de la laguna y extendió las alas, cubriendo de sombras la tierra castigada.
El brillo de sus ojos fue mayor que el sol. Su aliento fue una espesa niebla que cubrió los cerros. De su
cola de pez se desprendió un copioso granizo. Al sacudir las alas empapadas hizo llover durante días.
Y del reflejo de sus escamas multicolores surgió, anunciando la calma, el arco iris.
Luego volvió a enroscarse en los montes, hundió la luminosa cabeza en el lago, y volvió a dormirse.
Pero la misión del colibrí había sido cumplida.
Los quechuas, aliviados, veían reverdecer su imperio, alimentado por la lluvia, mientras descubrían
nuevos cursos de agua, allí donde las sacudidas de Amarú hendieron la tierra. Y cuentan desde
entonces, a quien quiera saber, que en las escamas del Amarú están escritos todas las cosas, todos
los seres, sus vidas, sus realidades y sus sueños. Y nunca olvidan cómo una pequeña flor del desierto
salvó a los quechuas de la sequía.
Consigna
“La patria no es la tierra; los hombres que la
tierra nutre son la patria”
CUESTIONARIO
1. ¿Cómo se evidenció la sequía en la tierra de los quechuas? Marca con un aspa las respuestas correctas.
( ) El cielo estaba completamente limpio.
( ) Las lagunas y el musgo se redujeron a polvo.
( ) Todos los animales murieron de sed.
( ) El río Amazonas estaba seco.
2. Escribe que acciones harías para ayudar a un amigo que se encuentran enfermo.
a. __________________________________________________________________________________
b. __________________________________________________________________________________
c. __________________________________________________________________________________
• Leen:
ANTES DE LEER EL CUENTO DIALOGAMOS
1. ¿De qué tratará el cuento?
2. ¿Dónde se desarrolla el cuento?
3. ¿Qué tipos de árboles conoces? ¿Cómo los diferencias?
LAS SEMILLAS
Hubo una vez cuatro semillas amigas que llevadas por el viento, fueron a parar a un pequeño lugar de la
selva. Allí quedaron ocultas en el suelo, esperando la mejor ocasión para desarrollarse y convertirse en
un precioso árbol.
Cuando la primera de aquellas semillas comenzó a germinar, descubrieron que no sería tarea fácil.
Precisamente en aquel pequeño claro vivía un grupo de monos, y los más pequeños se divertían
arrojando plátanos a cualquier planta que veían crecer. De esa forma aprendían a lanzar esta fruta y
mantenían el claro libre de vegetación.
Aquella primera semilla se llevó un platanazo de tal calibre, que quedó casi partida por la mitad. Y
cuando las demás amigas supieron de su desgracia, todas estuvieron de acuerdo en que lo mejor sería
esperar sin crecer, hasta que aquel grupo de monos cambiara su residencia.
Todas, menos una, que pensaba que al menos debía intentarlo. Y cuando lo intentó, recibió su
platanazo, que la dejó doblada por la mitad. Las demás semillas se unieron para pedirle que dejara de
intentarlo, pero aquella semillita estaba completamente decidida a convertirse en un árbol.
Y una y otra vez volvía a intentar crecer. Con cada nueva ocasión los pequeños monos pudieron ajustar
un poco más su puntería gracias a nuestra pequeña plantita, que volvía a quedar doblada.
Pero la semilla no se rindió. Con cada nuevo platanazo lo intentaba con más fuerza, a pesar de que sus
compañeras le suplicaban que dejase de hacerlo y esperase a que no hubiera peligro. Y así, durante
días, semanas y meses la plantita sufrió el ataque de los monos que trataban de parar su crecimiento,
doblándola siempre por la mitad.
Solo algunos días conseguía evitar todos los plátanos, pero al día siguiente, algún otro mono acertaba y
todo volvía a empezar.
Hasta que un día no se dobló. Recibió un platanazo y luego otro más y con ninguno de ellos llegó a
doblarse la joven planta. Y es que había recibido tantos golpes y se había doblado tantas veces, que
estaba llena de duros nudos y cicatrices que la hacían crecer y desarrollarse más fuerte que el resto de
semillas. Así, su fino tronco se fue haciendo más grueso y resistente, hasta superar el impacto de un
plátano.
Para entonces, era ya tan fuerte, que los pequeños monos tampoco pudieron arrancar la plantita con las
manos. Y allí continuó, creciendo y creciendo.
Y gracias a la extraordinaria fuerza de su tronco, pudo seguir superando todas las dificultades, hasta
convertirse en el más majestuoso árbol de la selva, mientras, sus compañeras seguían ocultas en el
suelo. Y seguían como siempre esperando que aquellos monos abandonaran el lugar, sin saber que,
precisamente esos monos, eran los únicos capaces de fortalecer sus troncos a base de platanazos,
preparándolas para todos los problemas que encontrarían durante su crecimiento.
Consigna:
“Las batallas las ganan los soldados cansados
CUESTIONARIO
3. Descubre qué valor estamos trabajando: colorea la primera letra y luego continúa coloreando dejando
una letra en blanco.
C T O L N M S R T S A U N V C D I Z A
3. Juntos con tus compañeros planteen dos alternativas para que los encargos del salón sean cumplidos
por todos los alumnos.
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4. Ahora fijen tres acciones que tomarán en cuenta para cumplir con su Meta Grupal.
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2. Lee las oraciones de los recuadros de la izquierda y relaciónalas con las de la derecha. Anota la letra en
los paréntesis.
a) Llegué tarde porque tenía mucho sueño y me ( ) Regreso a casa apenas termino de
quedé dormido. jugar
b) No terminé la tarea porque estuve viendo ( ) Debo acostumbrarme a cumplir con
televisión. lo que me encargan
c) Me acosté tarde porque me demoré jugando ( ) Desde mañana me esforzaré en ser
mi partido. puntual
d) No cumplí mi tarea porque me dio pereza. ( ) Me organizaré para hacer mi tarea y
ver mi programa favorito