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Niebuhr plantea el debate sobre la relación de Cristo (su persona y sus enseñanzas) y la

cultura desde tres perspectivas:


a) Cristo en oposición a la cultura, dado que la cultura es la construcción humana,
especialmente una humanidad enajenada de Dios, por consiguiente opuesta a Dios.
b) Cristo de acuerdo a la cultura, el cual presenta a Jesús como una gran figura en la historia
humana, especialmente considerando su vida y sus enseñanzas como el mayor logro
humano.
c) y Cristo sobre la cultura. Establece que Cristo es el cumplimiento de las aspiraciones
culturales y el restaurador dé las instituciones de la verdadera sociedad. Cristo está en
discontinuidad y en continuidad a la vez con la vida social y su cultura.

De ahí la necesidad de admitir como cierta la oposición entre Cristo y


todas las instituciones y costumbres humanas. Por eso, la solución no
implica una separación cristiana del mundo, ni a un mero ir soportando
en la expectación de una salvación transhistórica.
Jesucristo requiere una conversión desde el seno de una cultura y de la
sociedad condicionada por el pecado, enajenada de Dios y su reino.
Curiosamente la iglesia del primer siglo parece no haberse involucrado
en las cuestiones de la cultura, pero a la vez, el evangelio que se
predicó y el Cristo que se presentó, implicó la transformación de una
cultura mundana a una que reflejada la nueva realidad que Jesús había
venido a predicar: el reino de Dios.
Sin embargo, la enseñanza de Jesús no depende de su concepción de la historia, sino
que su concepción de la historia depende de su ética. Es decir, interpretar al
mundo desde la perspectiva de Dios.

Percepciones críticas
Me llama la atención su interés por definir la cultura. La cultura es vista
como la suma total de cuanto ha brotado espontáneamente del
progreso de la vida material, y es también como una expresión de la
vida espiritual y normal, expresión que se traduce en todo el aparato
social, las tecnologías, las artes, la literatura y las ciencias.
Respecto a la relación entre Cristo y las cuestiones sociales y
culturales, debemos concebirlas como estrechamente relacionadas pues Dios
se ha revelado y manifestado desde la realidad histórica.

Dado que la cultura es el proceso proceso


total de la actividad humana. La
cultura es el ámbito artificial, secundari» que el hombre superpone al
ámbito natural. Comprende el lenguaje, los hábitos, las ideas, creencias,
costumbres, organización social, artefactos heredados, procesos
técnicos, y valores; por lo que no es posible hablara de la vida y de
Dios, fuera de la realidad cultural. Por tanto, se deben hacer esfuerzos
para comprender adecuadamente a Jesucristo partiendo de las
Escrituras, pero también se debe comprender la cultura para establecer
presten que permitan hacer relevante a Jesús en el lenguaje de la
cultura.

La cultura como construcción humana y forma de expresión de vida, es el


marco de referencia desde donde hablamos y comprendemos a Dios.

Pregunta:
¿Como puede un cristiano ser fiel a Dios y transformar la cultura con los
valores del reino de Dios, sin estar involucrado en la vida pública y los
asuntos de la cultura?

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