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Historias
Mínimas
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Andrés
Alvarez Quispe
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A MIS PADRES
Por quererme
a pesar de todas las cosas que
hago: pocas buenas y muchas malas.
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Nada me han enseñado los años
siempre caigo en los mismos errores
otra vez a brindar con extraños
y a llorar por los mismos dolores
Andrés Calamaro
S
egún mi partida de nacimiento nací en
la ciudad de Lima el 12 de diciembre
de 1992 y quizás nací como decía
Vallejo un día que Dios estaba enfermo
o quizás estaba muy ocupado, porque como
leerán más adelante, no salí muy perfecto que
digamos. No recuerdo bien ese día, pero si
recuerdo unas 3 o cuatro semanas antes.
Recuerdo haber escuchado a mi mamá hablando
con mi padre, diciéndole: ¡lo sientes! ¡Está dando
pataditas! Y mi padre poniendo su oreja sobre el
vientre de mi madre decía: ¡Si, lo escucho! Este
va ser futbolista. Claro pensaba yo ¡Voy a ser un
Chorri!, que Chorri, yo iba ser un Solano. No, yo
iba ser un Maradona.16 años más tarde, porque
soy un hijo que trata de ser responsable, realizo
los sueños de mi padre en el Winning Eleven o en
el Fifa 2009.
Vine al mundo temprano, a la hora que toca el
timbre del colegio: a las 7 y 55 de la mañana. Era
gordito, pesé 4 kilos y 200 gramos y medía 50
cms. Ahí empieza mi historia.
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El día que pude haber conocido La Habana
V
ivíamos en Lima y mi abuela Aida
había llegado a visitarnos. Siempre
nos traía ricos pasteles, toffees de la
Ibérica, chichasara y confites. Ella
se alojaba en nuestra casa. Cierto día, abuela
había salido a hacer una visita a un familiar y
mamá fue a comprar a la tienda de la esquina.
Jugaba yo con mi hermana y por unos minutos
nos quedamos solos en la casa. Así que por
curiosidad o porque sería, entramos al cuarto de
la abuela. Sobre su mesa de noche estaban su
rosario, sus pastillas y unas monedas. Me puse a
jugar con sus cosas y así entre juego y juego en
cierto momento tomé una moneda de un sol y me
la puse en la boca. Quizás al escuchar abrir la
puerta a mama me asustó y en mi apuro me
tragué la moneda. Inmediatamente, asustado me
acerqué a mamá y le dije que me había pasado la
moneda, cosa que Ximena confirmó. Mi madre
desesperada no sabía qué hacer. Me mostro
varias monedas para que le indique cual me había
tragado y yo orgulloso le mostré la más grande: la
de un sol. Mamá casi se desmaya.
Inmediatamente me puso de cabeza y me daba
golpes en la espalda y en la parte posterior del
cuello. Me tenía tomado de los pies, parecía un
murciélago colgado. Y la moneda nada, seguía
adentro. Inmediatamente acudió donde la vecina,
una señora de edad buena gente y muy amable,
la Sra. Esthercita, que le dijo que sería mejor me
lleve al hospital, que ella cuidaría a Ximena y
avisaría a papa cuando llegue de trabajar. Cerca
a la casa a unas cuadras existe un Centro
Asistencial del Club de Leones. Así que ahí
fuimos. Me atendieron rápido, pero después de
examinarme el médico dijo que mejor me
trasladen al hospital de emergencias más
cercano. Mamá sacaba fuerzas de flaqueza, yo ya
me estaba poniendo morado, será quizás por eso
que desde esa fecha soy devoto del Sr de los
Milagros. Bueno me llevaron en taxi y había
mucho tráfico y mamá apurando al taxista y yo
que ya me iba, como dice papa, para La Habana
(es que existe una canción que dice: Yo me voy
pa’ La Habana y ya no vuelvo mas, es decir uno
se muere). Finalmente llegamos al hospital, pero
estamos en el Perú, así que antes de atenderme
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¿Hijo o murciélago?
D
esde que nací siempre dormí en mi
propia cama. Mi hermana un año
mayor y yo dormíamos en un solo
cuarto mientras en el otro dormitorio
dormían mis padres. Generalmente yo no era muy
tranquilo y rara vez me despertaba durante la
noche, pero parece que una de esas yo estaba
movidito y desperté llorando y por la bulla que
hice despertaron mis padres los que vinieron a mí
y me llevaron a su cama, mi madre me dio de
lactar con lo cual me tranquilicé y me quedo
dormido. Sería el cansancio o flojera, mi madre no
me fue a dejar a mi cama y me colocó a su lado,
pero no al medio de la cama, sino que mi madre
quedo en el centro entre papa y yo. Cuando
llegaba ya el amanecer me volví a despertar
llorando. Al escuchar mi llanto mi madre boto
rápida y desesperadamente la frazada que la
cubría y salió disparada hacia el cuarto donde
solo dormía mi hermana. Mamá encontró mi cama
vacía y mis gritos sonaban más fuertes,
escandalosos e inundaban la casa. En una
decima de segundo se dio cuenta que me había
llevado a su lado en la noche y regreso a su
cuarto presagiando lo que había sucedido. Al
entrar me encontró revolcándome en el suelo en
un mar de lágrimas y dolor supongo. Mamá me
había arrojado en su desesperación con frazada y
todo. Me había eyectado de la cama al salir, cual
piloto de avión de combate antes de estrellarse.
Pero no tenia paracaídas y el estrellado fui yo. En
fracciones de segundo mientras atravesaba el
espacio descubrí la ley de la gravedad, que todo
lo que sube baja, la ley de acción y reacción, las
leyes del movimiento acelerado y la inercia, que
no era un pájaro ni avión, que solo era un bebe
llorón de 6 semanas de vida. Mamá hasta hoy
cada vez que recuerda tiene un sentimiento de
culpa de lo sucedido. A veces cuando me
equivoco o hago alguna estupidez pienso quizás
sea la consecuencia de mi primer KO y mi madre
estoy seguro me perdona siempre todo, pues ella
pensará que es una forma de compensarme por
su olvido de hace 16 años.
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¡No te vayas mamá!
X
imena, mi hermana tenía ya 3 años
y la matricularon en inicial. Le
compraron sus libros y colores y su
mandilito azul con cuello rojo. Los
primeros días la veía salir con papá y ya no
regresaba hasta el medio día. Y cuando venia
contaba de sus nuevas amigas con las cuales
jugaba y hacia tareas. Un día mamá la llevó a la
escuela y como no podía quedarme solo en casa
yo también acompañé. Su escuela era pequeña
pero bonita, al entrar tenía un pequeño patio y
había un tobogán y muchos niños. Cuando sonó
el timbre de entrada y todos ingresaron a sus
aulas me dio ganas de entrar con ellos también.
Yo quería quedarme con mi hermana y esos niños
y jugar con ellos todo el día, pero mi mama me
dijo que era muy pequeño y que sería el siguiente
año. Me sentí mal de regresar a casa y quedarme
solo hasta que Ximena regrese. Esa tarde mama
habló con papá y fueron a hablar con la directora
para que me acepte y asistir con Ximena. Me
compraron mis cuadernos, mis lápices y mi
mandil. No pude dormir mucho esa noche. Al
despertar mamá nos aseó y nos sirvió el
desayuno. Todos juntos salimos rumbo al colegio.
Yo adelante primero. Quería llegar rápido para
conocer mi salón, mis nuevos amigos, mi
profesora. Ximena ya tenía sus amistades y al
acercarse ya se encontraba con sus conocidos e
ingreso con ellos a la escuela. Yo no conocía a
nadie. Mis padres me presentaron a la profesora y
se despidieron. Me entro pánico de quedarme
solo y comencé a llamar a mi mama y la profesora
que trataba de calmarme y convencerme que me
quede y yo que quería abrir la puerta para salir y
alcanzar a mi mama que me había abandonado.
Mala madre pensaba. Madre desnaturalizada.
Abandona a su pobre hijo. Al fruto de sus
entrañas. ¡Mamaaaaa! ¿Dónde están los
derechos del niño? Como yo seguía intentando
salir la profesora echó seguro a la puerta y a la
prepo, si a la prepo me cargo y me metió al salón,
mientras mis gritos ¡mama!, ¡mama! no tenían
respuesta. Mamá recuerda que cuando ya se
retiraba con mi padre escucho mis llamadas, mis
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C
ursaba 5º de primaria en el colegio
Gilberto Ochoa Galdós. Un día de
setiembre la Srta. Delia la profesora
me dijo que iba a participar en el
concurso anual de Matemática César Vallejo
representando nuestro grado. El domingo del
examen, me desperté temprano, además mi
hermana también participaba en el concurso.
Desayunamos y fuimos con papá al colegio
Independencia. A eso de las 9, nos hicieron
entrar. En columna de uno, fuimos ingresando los
10 representantes de la Escuela 40007, bien
peinaditos y todos bien uniformados. Nos
dirigimos a nuestros salones donde nos
entregaron las pruebas. Estaba tranquilo y el
examen no fue nada del otro mundo. Dos horas
después terminé salí. La profesora, mi padre y mi
hermana ya me esperaban. por lo que nos
retiramos.
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S
ucedió cuando tenía casi 13 años, eran
las vacaciones de verano. Un día de
febrero, Luis, un amigo, me vino a
buscar para salir a jugar carnavales.
Tenía una amiga que su padre tenía una
camioneta y salían en ella a jugar en mancha.
Fuimos a su casa, estuvimos esperando un rato y
apareció ella, se llamaba Fernanda, estaba con su
hermana y una prima. Subimos todos a la combi
con baldes llenos de agua y globos y empezamos
a dar vueltas por toda la urbanización haciendo
redada buscando alguien a quien mojar. Cualquier
cosa que se movía por la calles del barrio ahí
nosotros lo bombardeábamos a globazos y de
yapa su balde de agua. No perdonábamos a
nadie, ni los perros se salvaron. Fue divertidísimo.
¡Carnaval!, ¡carnaval! alegría sin igual. Al fin de la
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U
na de las amigas de mi hermana, se
llama Ilse. Eran compañeras en La
Asunción. No era alta, ni flaca, ni
normal. Tenía un gusto por los
animes de manera abrumante. Ella venia a mi
casa a veces, y cuando se tenía que ir, ella vivía
por la calle Pizarro, cerca a San Camilo, yo era el
encargado de acompañarla. En el trayecto,
trataba de conversar con ella pero nunca
encontraba tema para conversar, así que
caminábamos casi mudos, sin embargo a pesar
de todo, creo que éramos amigos, amigos mudos.
Algunas veces la encontraba en internet, ahí si
conversábamos un poco más. Me hablaba cosas
que no entendía, media filosofa era, no me
gustaba su forma de pensar o me rayaba, era
fuera de lo común, pero le seguía la corriente.
Mi hermana me había dicho que a ella yo le
gustaba. Una tarde, coincidentemente fue el
mismo día que me mandé a Fernanda, yo estaba
en el Messenger e Ilse se conectó. Empezamos a
hablar bien durante buen rato, cuando de pronto
me llamaron para almorzar. Estábamos hablando
de nuestros gustos, estaba quizás interesante la
conversa pero a gritos me estaban apurando para
que bajara, cuando escribí lo que no debí haber
escrito nunca, la peor burrada, le pregunté a la
dulce Ilse: “¿qué pasaría si me declaraba a ella,
qué me diría?”. Ella me respondió
inmediatamente: “que sí”. Y yo escribí la bendita
frase, que me acompañará todos los días de mi
vida: “lo voy a tener muy en cuenta Ilse”.
QUE!!!!!!!!! ¿Cómo diablos pude escribirte eso
Ilse?, pero lo hice. Cerré el messenger y me fuí a
almorzar. Esa noche me declaré a Fernanda. Mi
amistad con Ilse cayó súbitamente, después de lo
que dije, era comprensible, las conversaciones ya
no eran iguales, y estaba más fría conmigo.
Nunca llegó a pasar nada entre ella y yo. Alguna
vez se me cruzó por la mente disculparme, pero
nunca me atreví.
Ahora a la distancia, me río de la estupidez que
hice, y viendo, creo que hubiera sido interesante
haber estado con la chica del anime.
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P
aso durante las vacaciones del 2007.
Yo iba siempre al parque, todo el día a
jugar frontón mañana y tarde y por la
noche nos reuníamos todos a
conversar y pasar el tiempo.
Una de esos días, aparecieron 2 chicas con
Dennis un amigo que también jugaba frontón,
eran sus primas. Se unieron al grupo y la
pasábamos bien. La mayor tenía unos 17 años,
pero la otra: Rita, tenía mi edad, aunque era más
alta que yo. Uno de esos días, no me acuerdo
como sucedió, me dijeron que a Rita yo le
gustaba y la empezaban a molestar conmigo. A
mí también me gustaba pero me hacía el loco
simplemente sonreía.
Una noche, una amiga llamó a Rita a un costado
del parque, y luego me llamó a mí, me dijo que
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Cena, chocolate, panetón y regalos
N
ormalmente la Navidad pasamos en
casa, en familia; nunca salimos a
reunirnos con los parientes. Nuestra
Navidad es la misma todos los
años: el nacimiento, el árbol, las luces, todos a la
mesa, la cena, panetón, chocolate y regalos. No
es una queja es que mantenemos esa rutina
todos los años.
D
esde que cursaba 3ro. de
secundaria, varias veces pasó que
cuando tomaba el carro al cole,
como 4 cuadras más abajo subía
una chica que estudia en un colegio que queda
por el ovalo de Vallecito. Solamente la veía, pero
nunca me atreví a saludarle o a hablarle. Incluso
varias veces subió a la combi en la que yo me iba
a mi casa. Ahí fue cuando descubrí que ella vivía
más cerca de lo que hubiera imaginado, tan solo 2
cuadras separaban nuestras casas. Pero nunca
me atreví a hablarle. Fue hasta un día, cuando
estaba en la combi de regreso, con José Carlos y
Pierre. Estábamos sonseando y vacilando en el
carro, cuando de pronto, subió una chica,
aparentemente llorando y se sentó al costado de
José Carlos. Todos los pasajeros de la combi, nos
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La película de las 1 am
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Día de la Madre
N
o recuerdo exactamente en qué
año, creo que fue cuando estaba en
3ro. Uno de esos días que uno
quiere que jamás haya pasado, que
uno quisiera regresar y volver a rehacer, que uno
siente que a hecho mal las cosas, que he hecho
daño a mi familia, a los que quiero.
Era la celebración del día de la Madre que se
realizaba en el colegio, todos teníamos que estar
para las actividades que se iban a realizar. Al
ingresar como es costumbre los de 5º recibían a
todas las madres del colegio y las llevaban hasta
sus asientos.
Yo estaba sentado en las gradas, junto con mis
amigos. Cuando empezó la ceremonia traté de
encontrar a mi mamá, pero no la hallaba. Se
empezó a llenar y yo no veía a mi madre, hasta
que por fin la ví. Simplemente eso, la ví, estaba
sola, sentada en medio de muchas madres, ni
siquiera levanté mi mano para que me ubicara.
Primer error.
Luego la misa, el acto protocolar, todos los
alumnos nos empezamos a mover. Yo también lo
hice, pero no fui donde estaba mi madre, para
avisarle aunque sea donde estaba, o para que
vea que estoy ahí, nada más. Me fui con mis
amigos a caminar por el colegio. Dando vueltas,
por ahí por allá, por el primer o por el segundo
piso, por arriba o por abajo. En uno de esos
paseos veo a mi mamá haciendo cola para
recoger su pollada, me acerqué recién. Era una
cola enorme, como para una hora de espera. Me
pidió que yo hiciera la cola por ella, porque ya
estaba cansada de estar parada, pero yo me
negué e incluso dije que estaba con mis amigos y
que queríamos irnos al internet.
Ella no me dijo nada, solo siguió haciendo su cola
y dijo que no me demorara y que regresé rápido
para la cola.
Regresé al colegio bastante tarde, y fui a la cola.
Ella ya no estaba ahí, así que me puse a buscarla
por el colegio, sin embargo, no la encontraba.
Pregunté a mis amigos si la habían visto; ellos me
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E
ste año, estuve en el CEPRUNSA que
se inicio en febrero. Todas las tarde
iba a recibir clases y temas que
entrarían en el examen de ingreso.
Cuando fui a inscribirme, casi el ultimo día, en la
cola, antes de mi había una chica, que a primera
vista, parecía de mi edad. Cuando le llego su
turno, hizo su trámite y se fue. Yo también ya
estaba haciendo mi trámite y me fui al poco rato.
Salí del local y me dispuse a irme a mi casa, ya
que ya no había que hacer mas, cuando me doy
cuenta de que ella también estaba yendo por
donde yo lo hacía, sin embargo ella estaba más
adelante que yo. Cuando íbamos a llegar a la Av.
Venezuela. Dos señores que estaban caminando
la saludaron y se fueron con ella. Pensé que
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N
ormalmente, todas aquellas
personas que practican su deporte
el fin de semana, lo realizan muy
temprano, a eso de las 6 am
aproximadamente.
Como por mi casa, solo hay una cancha de fulbito
y casi todo el día para ocupada, temprano
personas mayores vienen a jugar y luego los
universitarios y otros patas casi siempre la tiene
ocupada, así que es muy difícil jugar de día. Lo
mejor es jugar en la noche.
Todos los domingos a las 7:30 pm, nos reunimos
en el parque para jugar futbol, elegimos a los
capitanes de 2 o 3 equipos, según cuantos
seamos y nos ponemos a jugar. Nos quedamos
jugando hasta casi las 9 pm, y la mayoría termina
cansado, agotado. Pero aún no termina la noche.
Ahora es el turno de jugar: ¡FÚTBOL
AMERICANO!
Si señores, aquí están los Cowboys de Dallas, los
Patriots de New England, los Falcons de Atlanta,
los Rams de San Luis. Usualmente jugamos con
los mismos equipos que en el fútbol, pero en este
caso tenemos que balancear bien los equipos. No
usamos las pelotas especiales para este deporte,
así que con la de futbol también jugamos.
Como el objetivo de este deporte es impedir que
el otro equipo llegue a tu arco, y para eso debes
usar la fuerza bruta, y algo de inteligencia.
Nosotros usamos más la bruta, pues esa es la
gracia. Así que cuando empezamos a jugar, nos
chocamos, golpeamos, nos quiñamos etc.
He visto como varios de mis compañeros, han
“caído en combate” de ambos bandos, e incluso
yo también he sufrido varios golpes, por ejemplo,
el último fin de semana casi ni podía caminar,
porque me habían mandado al pasto como 20
veces.
Luego de practicar nuestro deporte favorito, nos
vamos a tomar una gaseosa, siempre y cuando
encontremos una tienda abierta.
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