AGUSTIN SAAVEDRA
WEISE
BOLIVIA Y EL
MUNDO
NOTA DE INTRODUCCION
****
A.S.W.
La Paz, diciembre de 1995.
****
encontrará a los
bolivianos
invertebrados e
inviables, si no
hacemos ahora lo
que hay que
hacer...”
Probabilidad
de Sanciones
PrS1
Obediencia
OV1 OV2 voluntaria
SSG
MEDIO
AMBIENTE
P
I R
Demandas SISTEMA
N ("Materia O
S Prima")
(Entradas)
POLITICO DecisionesD
U (procesamiento) (Salidas) U
M Apoyo C
O ("Energía") T
S Ciclo de Retroalimentación O
S
MEDIO
AMBIENTE
GEOPOLITICA Y RELACIONES
INTERNACIONALES
(Febrero 1978)
Conclusiones.-
__________
HISTORIA Y RELACIONES
INTERNACIONALES
(Mayo 1978)
SEMANTICA POLITICA
(Abril 1979)
--------------------
72
M.I.N. (7) (*)
LA DIPLOMACIA EN CRISIS
(Abril 1980)
MIMESIS Y POLITICA
(Julio 1980)
101
LA MARINA SUIZA
(Enero1983)
ARISTOCRACIA, DEMOCRACIA Y
KAKISTOCRACIA
(Febrero 1983)
--------------
(1) "Geopolítica y Relaciones Internacionales," Presencia, 1º de
enero de 1978 y revista "Estrategia" de Buenos Aires, Argentina, Nº 58.
(2) La lista de la UNESCO ha sido extraída del libro de Mario Justo
López, "Introducción a los estudios políticos" (Ed. Kapelusz, Buenos
Aires).
(3) "Los Estados parias", Presencia, 12 de mayo de 1978.
(4) D.V. Edward, "International Political Analysis", Dryde Press,
N.York.
(5) Karl Deutsch, "Relaciones Internacionales", Ed. Paidós, Buenos
Aires.
(6) Mario Amadeo, "Política Internacional", Instituto Argentino de
Cultura Hispánica, Buenos Aires.
119
****
ESTRATEGIA Y GEOGRAFIA
(Abril 1983)
128
Ni siquiera en las épocas que vivimos, con misiles nucleares y
cohetes de largo alcance, la vieja geografía ha sido dejada de lado.
Antes, el marco geográfico era relativamente estático mientras hoy la
moderna tecnología ha convertido a la geografía en algo dinámico,
cambiante. Ahora le resulta posible al ser humano adaptar y modificar
el suelo en que vive, según su conveniencia y posibilidades. No obstante
estos innegables avances, la geografía sigue siendo muy importante y
en esta oportunidad, intentaremos establecer sus bases de relación con
la estrategia.
Antiguamente, la estrategia era simplemente "el arte de los
generales". Etimológicamente significa conducir ejércitos (por
"stratos" y "agein", ejército y conducción respectivamente). En griego,
"estrategos" significaba también lo que hoy llamamos "general".
Contemporáneamente, el concepto ha ampliado enormemente su campo
y la palabra estrategia la tenemos incorporada en todos los órdenes de la
vida, ya que es común referirse a la estrategia en los negocios, en la
diplomacia y hasta en los asuntos personales. En este sentido y tomando
en cuenta el vasto marco actual, podríamos decir que estrategia es el
conjunto de pasos planteados que se dan para conseguir un objetivo, en
función de las necesidades y recursos con que se cuenta. Es el cuadro
global de acción que planificamos para alcanzar algo. La táctica,
mientras, sería el conjunto de secuencias menores, los "minipasos" que
damos en función de nuestra meta y en coordinación con los fines
estratégicos.
Si por un lado tenemos a la ciencia que estudia los fenómenos
vinculados al suelo, al asentamiento territorial en todos sus matices:
políticos, económicos, ambientales y por el otro, a nuestra definición de
estrategia, veamos ahora cuáles son sus vinculaciones. En el plano
interno, resulta obvio que una estrategia de desarrollo regional deberá
necesariamente tomar en cuenta al factor geográfico. Habrá que
construir carreteras y efectuar previamente los estudios de suelo;
puentes y otras obras de arte serán programados en relación directa
con la estrategia y la geografía; los polos de crecimiento a instalarse
tendrán que ser coherentes con las condiciones geográficas para el desa-
rrollo de las nuevas industrias, cultivos, etc.
129
En el plano internacional, las estrategias integracionistas entre
países vecinos, ya sean a nivel bilateral o multilateral, tendrán también
mucho que ver con la geografía. La estrategia diseñada al efecto por un
país, dos países o varias naciones, tendrá que conciliar criterios entre el
plan -que es la estrategia en definitiva- y los aspectos geográficos,
tratando de balancear ventajas y desventajas en función de los objetivos
globales. Por ejemplo, para construir una represa binacional, habrá
que examinar -aparte de los aspectos intrínsecos que hacen a la
estrategia (financiamiento, ingeniería y otros)-, las relaciones geografí-
cas mediante estudios de factibilidad adecuados; si se inunda una zona,
con el dique a crear deberá estudiarse la manera de evitar perjuicios o
hacerlos mínimos y así sucesivamente.
También en el análisis del poder nacional, en su rivalidad con otros
poderes nacionales, o sea, cuando se trata de la confrontación y no de la
cooperación, la relación entre estrategia y geografía es importante.
Desde los estados más pobres hasta las superpotencias, todos se ven
obligados a dimensionar su concepto estratégico contemplando la
geografía, analizando los obstáculos que ella plantea o la forma en que el
progreso científico los anula.
Las ideas estratégicas han variado en función del énfasis que se ha
dado a alguna de las particularidades geográficas. Son clásicas las
distinciones entre poder terrestre, aéreo y marítimo, en la relación
entre estrategia y geografía cuando ésta se realiza a nivel militar.
John M. Collins, en su libro "La gran estrategia" (Círculo Militar,
Buenos Aires-Argentina), señala que "Tanto los hombres vestidos de civil
como los uniformados encarnan hoy asuntos estratégicos a nivel
nacional". A continuación expresa: "La estrategia nacional emplea
reunidos todos los poderes de la Nación, tanto en la paz como en la
guerra, para alcanzar los intereses y objetivos nacionales. Dentro de ese
contexto, existe una gran estrategia política que comprende los principales
temas internacionales e internos; una estrategia económica tanto interna
como externa; una estrategia militar nacional y varias otras". La suma de
todas, conformaría la "gran estrategia" que satisface la salvaguardia de
la seguridad del Estado y el cumplimiento de las metas trazadas.
En toda la programación de los importantes enunciados de Collins
subyace la geografía, ya sea en relación directa con la estrategia
130
("geoestrategia") o en términos de geopolítica: la vinculación entre el
asentamiento geográfico y el poder político.
Tres voceros avanzados: Mahan, Mackinder y Seversky,
adelantaron conceptos estratégicos ligados a la geografía que hasta hoy
y con las variantes que la tecnología ha impuesto, siguen teniendo cierta
vigencia.
Alfred T. Mahan centró su atención en los mares, que cubren tres
cuartas partes del globo terráqueo; sostuvo que el dominio de los
océanos era esencial para controlar la riqueza del mundo y dominar la
tierra. Halford J. Mackinder, a principios del siglo XX y poco después
de Mahan, enfatizó la importancia estratégica de la masa terrestre en
oposición a los mares. Son clásicas ya en el pensamiento geopolítico las
definiciones de Mackinder sobre "isla mundial", área pivote o
"heartland" y sus conceptos sobre crecientes interiores y exteriores.
El advenimiento del poder aéreo insertó una tercera dimensión.
Alexander Seversky propuso la teoría de que la supremacia aérea
integral es posible y necesaria. Su libro fue escrito antes de la existencia
de los cohetes balísticos intercontinentales; pronosticaba que "el destino
manifiesto de los EE.UU. está en los cielos ".
Contemporáneamente, se ha hecho necesario integrar estas
dimensiones en un enfoque estratégico interrelacionado, ya que la
situación actual impone amplia flexibilidad en los tres dominios.
Asimismo, hay combinaciones novedosas como las de los satélites, que
son aéreos pero con conexión hacia servicios terrestres; los ya citados
cohetes y misiles, ultramodernos y sofisticadísimos, que pueden ser
lanzados por aire, mar y tierra. Agreguemos los submarinos nucleares,
con capacidad devastadora de ataque y sorpresa desde el fondo del mar
hacia la superficie y el espacio aéreo, y tenemos otra dimensión
combinada de las tres tradicionales.
Lo que importa destacar es que mientras más avanza la tecnología y
a medida que la concepción estratégica también se hace más compleja,
la geografía sigue siendo el término básico de referencia. Las ecuaciones
geográficas son cada día más novedosas, pues ya dijimos que hoy ella no
es estática y que el hombre puede modificar sus condiciones, pero sin un
conocimiento adecuado del factor geográfico, el más brillante general, el
131
ilustre diplomático, grandes economistas o eximios planificadores, están
perdidos. No hay estrategia sin geografía.
****
EL PROBLEMA DE LA HEMIPLEJIA
(Abril 1983)
CONOCIMIENTO Y SABIDURIA
(Octubre 1983)
EL EMPRESARIO DINAMICO DE
SCHUMPETER
(Octubre 1983)
ORWELL Y 1984
(Diciembre 1983)
157
Eric Blair nació en Inglaterra y adoptó luego el pseudónimo de
George Orwell para escribir sus obras. Su trabajo cumbre, "1984", ha
sido objeto de sesudos análisis y comentarios. Publicaciones de
envergadura mundial como el Time y el New York Times, le dedicaron
en estos últimos días de 1983 extensas páginas. El Smithsonian Institute
de Washington tiene planeado para el próximo año un programa
especial dedicado a Orwell y a lo que él significó para la sociedad
occidental. En estas breves notas tan sólo reflexionaremos un poco
acerca del hombre y su máxima obra, sobre todo porque 1984 ya está
encima nuestro y con el advenimiento del nuevo año, vale la pena
recapitular algunas de las ideas orwellianas: ver si ellas son
compatibles con la fecha que le puso a su libro más famoso.
1984 fue escrito en 1948; Orwell decidió arbitrariamente hacer una
permutación de números para darle proyección futura a su trabajo. De
ideas izquierdistas (peleó al lado de la república en la guerra civil
española), Orwell quedó muy impresionado con las tendencias
totalitarias que había vivido Europa en la época del fascismo italiano y
del nazismo alemán. Asimismo, le impactó la dureza del stalinismo en la
Unión Soviética. En consecuencia, Orwell se convirtió en un ácido
crítico de todo aquello que tendía a empañar la libertad humana, sea en
un contexto capitalista, sea en el socialista.
Su obra narra una hipotética etapa futura de la humanidad donde
"el gran hermano" (big brother) vigila hasta los movimientos mínimos de
las personas y restringe toda capacidad de libre albedrío. Es, en otras
palabras, la proyección trágica del estado totalitario.
Si bien George Orwell escribió su libro en los primeros años de la
post-guerra, ya su genio vislumbró las tremendas contradicciones de
este siglo XX: enorme capacidad científica tanto para el bien como
para el mal. Efectivamente, el ser humano en los últimos cuarenta años
ha desarrollado una excepcional capacidad tecnológica de gran
beneficio, pero también de indudable espectro terrorífico. Medicinas y
transplantes van de la mano con nuevas armas; mayor producción de
alimentos corre paralela con hambrunas generalizadas en países
pobres; creciente espiritualismo tiene su contrapartida en un
materialismo abrumador; bondad y maldad marchan juntas; cre-
ación y destrucción salen a veces de los mismos laboratorios. Son las
158
grandes paradojas de un período excepcional en muchos aspectos,
trágico en muchos otros. Hemos presenciado las barbaries más
espantosas y al mismo tiempo hemos sido testigos de los
acontecimientos más maravillosos, todos ellos productos de la moderna
ciencia y de la política nacional e internacional de los pueblos de este
planeta.
El gran hermano -como Orwell lo visualizó- no ha llegado a
concretarse en su plenitud. El estado totalitario total (valga la
expresión) todavía no existe. Sin embargo, no han faltado groseras
imitaciones ("hermanitos subdesarrollados") en los países del Tercer
Mundo, asiduamente azotados por inclementes dictaduras y tiranías.
Las incipientes democracias a veces entran en colapso por sus
propios errores, dando pie así a la incursión aviesa de elementos
orwellianos en el desarrollo político de sociedades poco avanzadas.
En el mundo industrializado, el big brother ha tenido -tiene-
algunas manifestaciones explícitas. El creciente control del individuo
mediante sistemas sofisticados de vigilancia electrónica, el ahogo de las
personas en la marejada del colectivismo, la impotencia del ser humano
frente a la presencia todopoderosa del Estado, entre otros, son
elementos que hoy en día en mayor o menor grado se perciben en
algunas sociedades y más allá del sistema político o económico que las
rija. Sin embargo, la contrapartida positiva también es necesario
mencionarla: mayor abundancia, mayores posibilidades de vida,
perspectivas ciertas de un futuro relativamente planificado, estabilidad
política y social, son sólo algunas de las conquistas del hombre en la
comunidad industrial, válidas en Occidente y Oriente, con las
diferencias obvias de matices para cada ideología dominante. La vieja
Europa ha superado también sus traumas y vive una prosperidad sin
precedentes en su historia.
Persiste siempre el fantasma del holocausto nuclear, sobre todo
ahora cuando las tensiones entre EE.UU y la URSS han llegado a
niveles casi intolerables. Sin embargo, el mundo -pese a la miríada de
guerras localizadas y conflictos internos- ha vivido globalmente en paz
por casi cuarenta años. Es posible pensar en la cordura de los dirigentes
de las superpotencias para extender ese horizonte de paz universal,
159
aunque los estragos parciales sigan asolando diversas regiones del
globo.
En otras palabras: aunque todavía tenemos en este mundo
tremendas fallas, sistemas políticos injustos, conflictos, hambre y
pobreza, todavía no hemos llegado al dominio completo del hombre
por el hombre, al lúgubre período del big brother. Desde este punto de
vista, felizmente la profecía orwelliana ha fallado.
Como elemento de precaución frente al avasallamiento de la
libertad, algo que lastimosamente se vislumbra en algunas sociedades -
especialmente en aquellas dominadas por el comunismo-, 1984 es una
llamada de atención, verdadera luz amarilla de advertencia que
siempre debemos tener en cuenta.
Cronológicamente, estamos entrando en el tiempo que Orwell fijó
para su novela. El big brother aún no está. Eso sí: observamos
tendencias hacia el rechazo y hacia el apoyo de lo que el lúgubre "gran
hermano" de la ficción pretendía. No es raro entonces, que George
Orwell sea objeto de especial reverencia y estudio durante este año 1984
que ya se inicia. Por nuestra parte, hagamos lo posible para lograr una
sociedad alejada de las premisas orwellianas, pero teniéndolas en cuenta
con la finalidad de evitar desvíos.
1984, el verdadero 1984, está a la vuelta de la esquina, mañana
entramos en el nuevo año...
El mensaje de George Orwell (1903-1950) aunque pase el tiempo,
perdurará como paradigma de lo que puede llegar a ser el mundo si los
hombres pierden su capacidad, su voluntad, de ser libres...
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ESTRATEGIA Y TECNOLOGIA
(Febrero de 1984)
------------------------------
(1) Liddell Hart: "El espectro de Napoleón", Editorial Universitaria
de Buenos Aires.
(2) Agustín Saavedra Weise: "Cuatro dimensiones de la estrategia",
publicado en "Presencia" edición del 27 de diciembre de 1979.
Reproducido también en esta compilación.
****
EL GRAN HOUDINI
164
(Marzo 1984)
Hoy quiero divulgar ante nuestros lectores algunos datos acerca del
más grande escapista de la historia: Harry Houdini, conocido en su
época como el Gran Houdini.
El verdadero nombre de nuestro personaje era Ehrich Weiss, de
origen judío e hijo de un rabino; nació en la ciudad de Appleton
(Wisconsin, Estados Unidos) el 6 de abril de 1874. Tomó el apelativo de
Houdini en homenaje a un mago francés llamado Jean Robert-Houdin.
Se inició como trapecista, pero la fama mundial del Gran Houdini
fue fruto de su verdaderamente increíble talento para escapar de las
posiciones y lugares más inverosímiles. Podía zafarse de sólidas casacas
de fuerza con una "simple" autodislocación de sus hombros; liberarse
de un par de cadenas o esposas aherrojadas en sus muñecas, era juego
de niños para Houdini. Iba a las cárceles, causando asombro entre
presidiarios y autoridades por su velocidad asombrosa para fugarse de
celdas plagadas de llaves, candados y otras medidas de seguridad. Lo
tiraban al agua atado de pies y manos: en pocos segundos volvía a la
superficie en medio del delirante entusiasmo del público.
Aunque su religión prohibe el contacto con los muertos, Houdini se
obsesionó por la posibilidad de hacerlo, en procura de conversar con su
fallecida madre. Houdini descubrió a muchos farsantes que engañaban
a personas ingenuas mediante presuntas y falsas conexiones con el más
allá, lo que le acarreó enemistades entre los seguidores del espiritismo.
Ehrich Weiss, conocido mundialmente como Harry Houdini, falleció
en Detroit el 31 de octubre de 1926, habiendo prometido previamente
que luego de morir se le aparecería a su esposa. No hay pruebas
concluyentes de que haya cumplido su último deseo, pero persistió por
varios años el mito de que pudo establecer lazos con su mujer por
conducto de un "medium".
Por la fama que alcanzó Houdini debido a su extrema habilidad
para zafarse de los lugares más insólitos, el mago norteamericano ha
permanecido como paradigma de la evasión bajo arduas y casi
imposibles condiciones.
Estos son, pues, algunos datos de público conocimiento sobre el más
famoso mago y escapista de todos los tiempos: El Gran Houdini.
165
****
EL FLAUTISTA DE HAMELIN
(junio 1984)
EL ESTADO OBESO
(Julio 1984)
CLEPTOCRACIA Y KAKISTOCRACIA
(Septiembre 1984)
18 DE ENERO DE 1871:
POR UN TELEGRAMA CAYO PARIS
(Enero 1985)
"HECHA LA LEY..."
(Marzo 1985)
208
"Hecha la Ley, hecha la trampa" reza un refrán popular en nuestros
alicaídos países latinoamericanos, acostumbrados sus ciudadanos a
burlar como pueden las disposiciones legales vigentes, muchas veces
forzadamente obligados a hacerlo ante la puesta en práctica de leyes
absurdas, contradictorias o que en lugar de brindar sólidas estructuras
legales, más bien complican el panorama.
Leyendo un despacho de "Los Angeles Times Service" reproducido
por el International Herald Tribune el pasado 12 de febrero, vemos un
ejemplo concreto de lo que acabamos de expresar. Cuenta el cronista
que Hernando Soto, empresario privado peruano, decidió ajustarse
estrictamente a la ley para registrar su flamante fábrica textil. Al decir
del periodista norteamericano, "En una ciudad estadounidense el
procedimiento probablemente habría durado 10 horas. En Lima, le llevó
289 días y 24 coimas el completar los 310 pasos requeridos." Todo el
papelerío extendido de punta a punta -agrega- hubiera tenido nada
menos que 30 metros de extensión.
Piensen amigos lectores: casi un año para llenar requisitos
burocráticos que impone la ley peruana a un empresario para que
pueda iniciar actividades legalmente. En este momento, no sabemos
cuánto demoramos en Bolivia para una tramitación similar, pero es
posible que los plazos y trabas sean muy parecidos.
El ejemplo comentado tiene su contrapartida y la vemos todos los
días. Aquellos que desdeñan las leyes y hacen sus "arreglos" proba-
blemente demoran muy poco, tal como si estuvieran en los Estados
Unidos. Asimismo, la intrincada red de tramitaciones termina
acobardando al más decidido inversor, que finalmente en su desaliento,
opta por no complicarse la vida y tener su dinero bien guardado bajo el
colchón o en una cuenta externa. Quienes sufren con esto son los
potenciales empleados y trabajadores, las nuevas fuentes laborales que
podrían haberse creado y ello sin contar los efectos multiplicadores de
la inversión. Demás está añadir, la angustiosa necesidad que tenemos en
América Latina de fomentar flujos de capitales domésticos y foráneos.
Esta anómala situación está ampliamente extendida en todo nuestro
continente. Burlar a la ley se transformó en deporte predilecto, pero
leyes complicadas y arbitrarias se han convertido también en malévolo
"hobby" favorito de las crecientes burocracias estatales, pues les
209
permiten llevarnos por kafkianos corredores interminables y
enredarnos en lóbregas callejuelas sin salida hasta el momento de la
desesperación, cuando terminamos preguntando al empleado público:
¿Cuánto me costará sacar esto rápido?
La paradoja nos conduce hacia la teoría de los efectos perversos
desarrollada por el sociólogo francés Raymond Boudon y que comenté
varios años atrás ("Efectos perversos y acción social en una síntesis", 8
de marzo de 1978). Muchas veces por pretender crear "leyes perfectas",
éstas terminan teniendo efecto contraproducente: el resultado es
inverso a lo esperado. Se crea un efecto perverso, algo totalmente
contrario a la expectativa previa.
Los efectos perversos se dan en muchos aspectos de la vida social,
política y hasta en rutinas cotidianas. Los ejemplos abundan. El
embotellamiento de tránsito es el más citado; por querer salir todos los
automovilistas a la misma hora y por el mismo lugar, crean un
involuntario efecto perverso: ninguno de ellos puede circular, pese a la
intencionalidad contraria. El conjunto de decisiones individuales
autónomas de los conductores creó el efecto perverso no deseado y
quizá tampoco anticipado.
Las legislaciones latinoamericanas están plagadas de efectos
perversos. Pomposas disposiciones tendientes a proteger al trabajador
terminan perjudicándolo. Grandiosas leyes de control no controlan
nada; "estrictas" normas son más flexibles que un chicle y así sucesiva-
mente...
No en vano, entonces la popularidad del refrán que encabeza
nuestra nota, aunque justo es reconocer que tiene dos caras: una, la de
burlar ilícitamente y con premeditación aquello que es legal; la otra,
tal vez mayoritaria, producto inevitable del efecto perverso.
La moraleja final es que nadie puede desconocer la creciente econo-
mía subterránea y paralela ("informal") de gran parte de América
Latina. En Bolivia observamos el fenómeno todos los días. Leyes
simples y adecuadas a la realidad, que faciliten y no compliquen las
cosas a la par que evitan corrupción y abusos, es lo que necesitamos.
Señores parlamentarios: piensen un poco en esto durante sus
futuras campañas electorales.
****
210
¡COMUNICACIONES, COMUNICACIONES!
(Abril 1985)
ACERCA DE LA ENVIDIA
(Junio de 1985)
ANIVERSARIO DE LA CONSTITUCION DE
LOS ESTADOS UNIDOS
(Septiembre 1985)
¡NEMESIS!
(Octubre 1985)
Fuentes que nos merecen toda confianza, nos han hecho saber que
con miras al próximo vencimiento en 1992 del convenio de compra-
venta de gas natural con la República Argentina, habría interés en el
hermano país de procurar otras condiciones que hagan posible una
243
redefinición mutuamente positiva en materia de intercambio y
cooperación, siempre bajo el marco de las tradicionales relaciones de
amistad.
Es más: se cree que tal redefinición debería "trascender" el estrecho
sendero de la exportación de gas, cuyo plazo tiene término en poco
tiempo. Se trataría en buenas cuentas, del fortalecimiento del sistema de
integración física y en función de ello, nada más atinado que el
programar parte esencial del mecanismo de intercambio hacia Santa
Cruz y con proyecciones en Chuquisaca, Tarija y zonas fronterizas,
sobre todo si se toma en cuenta que el perfil de oferta exportable de
productos cruceños es bastante compatible con el mercado argentino y
lo propio sucede en los dos departamentos citados. Para mencionar un
solo ejemplo: en 1985 Santa Cruz exportó madera a la nación vecina
por valores de 25 millones de dólares.
La citada proyección debe tener una base concreta; ella es la
construcción de la carretera pavimentada Santa Cruz-Villamontes-
Yacuiba de 565 kilómetros de recorrido, la que bien podría
complementarse con una extensión desde Villamontes que conecte con
la ciudad de Tarija y con Bermejo.
La ventaja de lo que planteo, estriba en permitir por un lado, una
racional utilización de los recursos que Bolivia adquiere de la Argentina
por concepto de la cuenta gas y por el otro, mediante parecido esquema,
el gobierno nacional podría abonar las regalías devengadas a Santa
Cruz, Chuquisaca y Tarija sin crearse problemas de liquidez,
eliminando tensiones regionales que cada tanto afloran -y con
justificada razón- por atrasos en los pagos.
Además, si se hace realidad pronto y sin tantos "estudios" la carre-
tera que mencionamos, por primera vez Bolivia quedaría vinculada por
pavimento a otro país limítrofe. Las proyecciones para el comercio, el
turismo y la vinculación externa de un vasto "hinterland" serían
enormes y con fuertes efectos multiplicadores. Asimismo,
comenzaríamos a transformar en realidad el lema diplomático de ser
tierra de contactos, que lastimosamente pese a nuestras ventajas
comparativas y ubicación geográfica, no ha trascendido de ser frase
retórica.
244
Si siendo optimistas, consideramos que la actual carretera
Cochabamba-Santa Cruz podría ser rehabilitada y que el tramo
Chimore-Yapacaní estará listo dentro de un año, las conexiones entre el
Norte argentino, Oriente y Altiplano bolivianos serían expeditas y se
podría generar un cúmulo de economías externas, esenciales para la
germinación de proyectos de inversión, asentamientos poblacionales y
en fin, con un potencial inmenso de desarrollo.
El argumento de que "ya existe el ferrocarril" no es del todo válido,
pues está visto que el tren no tiene el mismo valor integracionista que
una carretera y tratándose de las zonas nacionales con mayor
dinamismo, más bien creo que el camino complementaría al ferrocarril
sin quitarle su propio espacio.
La aparente polémica entre círculos oficiales argentinos y bolivianos
sobre cómo utilizar los fondos de la cuenta gas, quedaría
automáticamente superada con la construcción de la citada carretera,
para lo cual se acordará usar lo mejor que tiene Argentina en materia
de mercaderías, servicios y materias primas. La obra podría iniciarse
casi de inmediato y sin mayores burocracias si verazmente existe la
voluntad política de concretarla y de coadyuvar a crear nuevas fuentes
productivas que frente al colapso de la minería, solamente podrían
surgir desde el Oriente boliviano y de las ricas, pero abandonadas,
regiones de Chuquisaca y Tarija.
La clase dirigente cruceña, de tradicional empuje y rápida decisión,
deberá sopesar todos estos factores y sugerir al gobierno la vía de
acción en el marco global de lo que propongo, procurando también el
apoyo de sus colegas chuquisaqueños y tarijeños.
En muchas ocasiones dije que la única alternativa de Bolivia para
no transformarse en un Tibet, estriba en mejorar su negativo sistema de
comunicaciones. Y sabido es que los caminos son los nervios vitales de la
integración.
Los proyectos que mediante esta nota se proponen, están al alcance
de la mano y factibles en plazos rápidos. Ojalá sean realidad pronto.
****
DOMANDO A LA BESTIA
(Diciembre 1986)
!AFGANISTAN¡
(Diciembre 1986)
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MITRE Y BOLIVIA
(Para La Nación - Buenos Aires,1990)
EL DEBATE COCA-COCAINA
(1994)
DESAFORTUNADAS EXPRESIONES DE UN
ACADEMICO ESTADOUNIDENSE ACERCA DE
NUESTRO PAIS
(1992)
****
319
UNA PROBABLE CRISIS EN MEXICO: LA
PEOR PESADILLA DE EE.UU.
(1994)
****
321
EL MODELO DEL PATO VOLADOR
(1992)
****
Así como pocos meses atrás escribimos una nota a 48 horas del
cierre de la Convención del partido Republicano en EE.UU, ahora en el
mismo lapso de tiempo, tecleamos estas líneas comentando lo que ya
habíamos anticipado: la victoria electoral de William ("Bill") Clinton,
quien a los 46 años de edad, se convertirá el próximo 20 de enero en el
42º presidente de los Estados Unidos de América. Con George Bush
pasan a la historia generaciones previas de dirigentes norteamericanos y
se encumbra ahora la nueva generación, aquella que todavía será mucho
menor de edad que Bush hoy, cuando ya esté bien entrado el siglo
venidero. Es tan importante el cambio, que vale la pena aventurarse en
torno a algunas especulaciones, más allá de los ríos de tinta
desparramados en estos días por la prensa mundial.
Para comenzar, creo que nadie puede apropiarse ideológicamente
del triunfo demócrata. Por tanto, quienes hablaban en Bolivia -
refiriéndose a los comicios norteamericanos- de la "derrota del
neoliberalismo" o de "la continuidad total", creo que con sus respetables
posiciones, no estaban acertados. Fue obvio que para triunfar en la
contienda electoral, Bill Clinton adoptó posturas pragmáticas que po-
dríamos calificar como "centristas" y con esa táctica logró arrancarle a
los republicanos la presidencia después de 12 años. En segundo lugar, el
mundo ha cambiado considerablemente; en 1992 son los factores de
eficiencia humana, tecnológica y productiva, los que cuentan para
obtener el desarrollo. Estados Unidos -con la amenazante presencia de
la Comunidad Europea y del Japón-, sabe que debe configurar una
327
reestructuración profunda de sus sistemas económicos para continuar
siendo competitivo y mantener a su vez la condición de ser actualmente
única superpotencia.
Por tanto, el ingreso al poder de la nueva generación no traerá
grandes sorpresas al mundo. El propio Clinton manifestó en su ciudad
natal de Little Rock (Arkansas), que "los intereses fundamentales de los
EE.UU. siguen siendo los mismos". El cambio en sí -en personalidad,
conducción y actitudes- será enorme y hay que irlo aquilatando en este
período de transición, sobre todo en lo que hace a América Latina en
general y a Bolivia en particular.
La primera prioridad del joven mandatario será la economía
interna. De nada le sirvió al Presidente Bush reiterar "ad nauseam" su
experiencia internacional: al estadounidense típico poco le importaba -y
le importa- el resto del mundo; querían -y quieren- mantener sus
fuentes de trabajo, pagar sus hipotecas, los desocupados conseguir
empleos, etc. Son los problemas domésticos los que han tenido en esta
elección indudable prioridad para los votantes. Además, aunque el
planeta sigue siendo un escenario conflictivo, ya no existen ni el peligro
"rojo" ni la lucha contra el comunismo. La Unión Soviética se extinguió
y no hubo tal "victoria" -cómo afirmaba Bush- frente al marxismo-
leninismo en términos de confrontación, pues el sistema totalitario en
una suerte de implosión cayó por sí solo, colapsó desde adentro por la
acumulación de sus propios errores y contradicciones, agregando a ello
la pésima conducción de Gorbachov, muy alabado hasta ahora en el
mundo occidental y con justicia, duramente criticado en Rusia.
En el frente interno, el desafío colosal para Bill Clinton es la
creación de condiciones económicas adecuadas para impulsar el
crecimiento y satisfacer las legítimas aspiraciones de sus electores. En lo
externo, mantener el nivel competitivo de EEUU frente a sus socios y
rivales comerciales, mientras al mismo tiempo sigue siendo
superpotencia militar. Ello no será fácil, pues aunque disminuídos, los
gastos del Pentágono seguirán siendo enormes.
Algunos líderes latinoamericanos manifestaron preocupación ante
el triunfo demócrata; aparentemente se sentían más satisfechos con la
posible continuidad republicana. Sus temores eran y son infundados. No
creemos que las políticas básicas cambien y por el contrario, es
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tradicional que los demócratas miren positivamente la creación de
condiciones propicias para la consolidación de la democracia, el respeto
por los derechos humanos y el desarrollo en nuestro continente.
En lo que hace a nuestro país, creemos que los bolivianos debemos
mirar con optimismo a la futura administración Clinton. Los programas
de cooperación e intercambio continuarán su curso normal pero
debemos tomar nota de que es probable que la lucha contra las drogas
se intensifique en los dos frentes básicos: la interdicción y el desarrollo
alternativo. En lo que hace a este último, existe la posibilidad de que los
demócratas entiendan mejor que los republicanos, que sin inversiones
masivas de los capitales de la agroindustria norteamericana no habrá un
verdadero cambio cualitativo que permita eliminar la producción
excedente de hojas de coca, creando nuevas condiciones para la
economía rural boliviana. Somos optimistas en el sentido de esperar
entonces, mejor comprensión frente al agudo problema de los estupefa-
cientes.
Por lo demás, este es un mundo poco solidario y cada país tiene que
ver por sí mismo la mejor manera de insertarse positivamente en la
economía internacional. Bolivia tiene recursos naturales en abundancia
pero con poca población y escasa infraestructura. Elevar el nivel de
vida de nuestros habitantes, construir caminos y mejorar las vías de
comunicación, son prioridades permanentes para Bolivia. Asimismo,
crear condiciones para la inversión privada nacional y extranjera que
nos permita disponer de mayores saldos exportables y explotar nuevas
fuentes de riqueza. Creemos que Clinton, cuando eche una ojeada a
América Latina, se acordará positivamente de Bolivia y en la medida en
que pongamos nuestro esfuerzo, recibiremos cooperación y ayuda.
Personalmente confiamos en el Presidente electo y en su equipo: son
gente joven y con visión moderna de los asuntos mundiales; creemos que
su gestión será positiva para el bienestar de su gran país y para el resto
del mundo, nosotros los bolivianos incluídos.
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Un viejo refrán popular dice que "no hay mal que dure cien años".
He aquí sin embargo, que nuestro enclaustramiento tristemente
desmiente al conocido dicho: el pasado 14 de febrero se cumplieron 114
años del desembarco de tropas chilenas en el puerto boliviano de
Antofagasta y hoy 23 de marzo, celebramos con tristeza el 114o.
aniversario de la inmolación de Eduardo Abaroa, nuestro máximo héroe
civil.
Más de un siglo, pues, sin volver al Océano Pacífico, sin tener para
nosotros esa gran ventana al mundo que es el mar. Como dijimos en
otras oportunidades, la pérdida en su época fue lacerante: tuvo todas las
características dramáticas de una amputación vital del cuerpo boliviano.
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A fines del siglo XIX se produce la apertura externa de los países
latinoamericanos y como contrapartida vienen grandes corrientes
migratorias, las que alteraron sensiblemente a las sociedades de este
continente, impulsando su desarrollo y creando cambios de toda
naturaleza. Solamente Bolivia permaneció ausente de este vital proceso,
por haber perdido su Litoral. Históricamente, el precio del encierro fue
terrible, no solamente en función de las riquezas explotadas por Chile,
sino también por las oportunidades que Bolivia perdió para insertarse
económicamente en el mundo y diversificar su producción, factores
para los que un puerto propio era fundamental. Nuestro país continuó
con sus pautas arcaicas, sin cambio social, sin contacto con el exterior y
como monoproductor y monoexportador. Con el tiempo, dos
ferrocarriles nos conectaron al ansiado océano, como miserable
paliativo que servía fundamentalmente para el sector minero:
comenzaba la era del estaño.
No narraremos la epopeya de Abaroa porque todos los bolivianos
desde niños la conocemos. Tampoco entraremos en detalles acerca de si
es "Abaroa" o "Avaroa". Ultimamente tiende a consolidarse la "V" pero
nosotros nos quedamos con la otra "B", tal como asimilamos al héroe
desde nuestra infancia.
Debemos sí recordar hoy, que el sacrificio de Abaroa es ejemplo y
virtud. Ejemplo para todos nosotros, para que nunca vacilemos en la
hora de la prueba final, sobre todo si se trata de defender a la Patria.
Virtud, porque nada hay más bello, noble y virtuoso, que el dar la vida
voluntariamente por aquello en lo que uno cree. Y Abaroa -con
Ladislao Cabrera y otro grupo de valientes- creyó en Bolivia, creyó en
una nación que quizá en esa época por la pésima calidad de sus
dirigentes, no era creíble y no obstante, voluntariamente murió por ella.
Es esa Nación, ese Estado boliviano de hoy, prácticamente en los
últimos años del siglo XXI -en 1993- que este día le rinde tributo al
héroe del Tópater, mirando al pasado para no volver a cometer los
terribles errores que tanta sangre y territorio nos costaron, pero
mirando asimismo al futuro, con la esperanza de que se repare en
América una de las más grandes injusticias pendientes de solución. Con
la esperanza -podríamos agregar- de que más allá de sus conocidas
posiciones juridicistas, Chile se avenga a solucionar nuestro
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enclaustramiento en términos de equidad y con miras a tornar realidad
práctica los enunciados de la integración, la que nunca podrá ser ple-
namente efectiva mientras Bolivia permanezca encerrada forzozamente
entre sus montañas, valles y llanos.
Eduardo Abaroa: no has muerto en vano, la historia te recuerda y
los bolivianos te tenemos presente en este tu día de gloria.
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HAY QUE MIRAR HACIA ADELANTE
(1993)
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DE BORINQUEN A LA PAZ
(1993)
Como alguna vez se dijo en esta columna, no siempre los temas a to-
carse tienen que ser internacionales. Bolivia también está en el mundo y
ocasionalmente vale la pena realizar un comentario nacional, más allá
de que son otros colegas quienes se dedican eficientemente a esta tarea.
En una famosa obra de William Shakespeare, "Ricardo III", en
medio de las perversidades del monarca inglés en las luchas intestinas de
su país durante el siglo XV, hay una escena de batalla en la que Ricardo
pierde su cabalgadura y grita desesperado: ¡Mi Reino por un caballo!
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Ante el peligro inminente de muerte por falta del equino, elemento vital
en esa época para el transporte y sobre todo en combate.
El noble caballo transcurrió la historia antigua del hombre siendo
quizá el animal más útil para la sociedad. Pasaron los siglos y hoy la
diversificada raza equina sigue prestando sus valiosos servicios, pero en
un contexto diferente al de antaño, hoy ya disminuído en su vital factor
de transporte e instrumento para la guerra y hasta alimento. Los
caballos se usan ahora para pasear, en las carreras y saltos de
competición, en la agricultura y para travesías por áreas inaccesibles
pero no mucho más. Hay amantes de la hípica en todas sus formas, pero
en 1994 nadie repetiría la frase atribuida al monarca inglés por el
dramaturgo: no hay caballo que valga un reino en estos días, aunque sea
un semental "pura sangre" de varios millones de dólares.
Sin embargo en esta nuestra insólita Bolivia, de buenas a primeras
los caballos están adquiriendo inusitada importancia como elemento
para atacar y calumniar a ciertas personas. Todo aquel ciudadano que
realizó una transacción de equinos con el ex-Gral. Luis García Meza o
sus familiares, es sindicado de "encubridor", con todo el tinte tenebroso
y de cómplice que arrastra el término. ¿No creen, amigos lectores, que
estamos llegando demasiado lejos?
Resulta que quién compró, vendió o cabalgó caballos propiedad de
la familia García Meza, es objeto de torvas acusaciones. No debe
procederse así. Estos son tiempos especiales, donde mientras se combate
legítimamente a la corrupción, paralelamente una nueva generación de
Torquemadas ha salido a la palestra y procura denuncias de todo tipo,
con tal de atraer la atención o enlodar al acusado, pues aunque éste
luego pruebe su inocencia, la mancha queda y demora mucho en
borrarse, si es que eso se produce. Muy triste en verdad y muchos hemos
sido objeto de este tipo de situaciones, pero ello no significa plegarse
incondicionalmente a esas actitudes, penosamente agigantadas por los
medios de comunicación, a veces con sentido responsable en procura de
la verdad, otras no tanto.
El absurdo de tildar de encubridores a diversos individuos por
intercambios comerciales vinculados a la hípica, lleva las cosas al
último nivel de la tontería. En junio de 1994 -repetimos- ningún reino
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vale un caballo, ninguna persona decente tampoco. Por favor: más
seriedad en las acusaciones, si es que ellas realmente se justifican...
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