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Tetl

Hace ya mucho tiempo existió un hombre que tenía una extraordinaria


habilidad con las armas. Todos se sorprendían de su puntería y se preguntaban
cómo le hacía para cazar un conejo todos los días.
El secreto del cazador era una Piedra que heredó de su abuelo, la piedra le
indicaba cuando, como y donde podía cazar, lo único que tenía que hacer es
ver a través de la piedra; a un conejo dormido en la milpa, cuando la piedra
proyectaba esta imagen, significaba que los dioses le dan permiso para cazar y
era seguro que regresaría a casa con un conejo para alimentarse.
Pero, si el cazador, veía a un conejo despierto, jugando o corriendo en la
milpa, significaba que ese día Teotl no quería que el hombre cazara.
Como todas las mañanas el hombre echó un vistazo a la piedra, ese día la
piedra proyectaba a un conejo corriendo sobre la milpa.
El cazador desobedeció la señal de la piedra, tomó la escopeta y se dirigió
camino a cazar.
Sin saber lo que le esperaba, caminó hasta el lugar de costumbre, los Dioses,
al ver que el cazador iba rumbo al campo, mandaron a dos TETUANÍS al
lugar donde se dirigía el cazador.
Al llegar al campo el Hombre se dio cuenta, que, en vez de encontrar un
conejo, se encontró con dos TEKUANIS que se paseaban y cuidaban la milpa.
Los TEKUANiS, al ver al cazador cerca, empezaron con la misión que les
habían asignado, lo corretearon hasta atraparlo y lo llecvaron al cerro de la
cruz donde los Dioses decidirán qué hacer con el cazador que desobedeció la
señal de la piedra.
Los TEKUANIS cumplieron con la misión, llevaron al cazador al cerro de la
cruz, lo ataron en un árbol, uno de los TEKUANIS se quedó con la escopeta
del cazador.
Ahora los Dioses decidirán cual será la manda del hombre por haber
desobedecido la señal, atado este se dirigió a los Dioses pidiendo disculpas
diciendo: -que si lo perdonan no volvería a desobedecer la señal de la piedra-
Uno de los Dioses dijo:
- serás perdonado, pero tendrás que cumplir con una manda, a partir de hoy
serás un hombre, trabajarás de día y serás guardián de la milpa de noche.
El cazador aceptó la manda de los dioses.
Uno de los Dioses-teotl- dijo casi inmediatamente, en las noches cuando
salgas a cumplir tu manda, llevaras este atuendo y esta mascara, además
llevaras un pedazo de ocote que prenderas todas las noches para alumbrar tu
camino, cuando el ocote se termine de quemar significa que has terminado
con la manda.
Desde entonces todas las noches el cazador vestido con el atuendo, la máscara
y el ocote salía a cuidar las milpas de los campos...dicen que hasta ahora se le
sigue viendo, por los campos y por el rio cuando baja a tomar agua...
Rivera Guerrero Reynaldo
traducido del cuento “Tetl” en nahuatl.

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