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Ubicación

En líneas generales, la cordillera Neovolcánica "corre" latitudinalmente unos 880


kilómetros de oeste a este hacia la latitud del paralelo 19°N, con ramales en torno
al Anáhuac que alcanzan al paralelo 20°N, extendiéndose prácticamente con una
anchura media de 180 kilómetros desde el océano Pacífico, desde las cercanías de la
desembocadura del río Grande de Santiago hasta el golfo de México, en la parte
media de Nayarit, formando estas montañas con un nudo de cierre entre la Sierra
Madre Occidental y la Sierra Madre Oriental, encuadrando por el sur a la gigantesca
conurbación de la Ciudad de México y teniendo casi en sus faldas a otras
importantes ciudades: Tepic, Colima, Uruapan, Morelia, Pátzcuaro, Ciudad Hidalgo,
Toluca, Puebla, Orizaba, Tehuacán y la Córdoba mexicana. De este modo, tal
cordillera se explaya por los estados de Jalisco, Colima, Michoacán, Tlaxcala, la
parte norte de Morelos (que sirve como frontera natural de este estado con Ciudad
de México), el norte de Oaxaca y el oeste de Veracruz, con importantes ramales en
los estados de Querétaro y en Hidalgo, quedando casi en su centro la Ciudad de
México.

La Cordillena Neovolcánica es una sucesión de eminencias volcánicas que atraviesa


la parte central de los Estados Unidos Mexicanos, a lo largo del paralelo de 19
grados norte, en un sentido general que va de oriente a occidente, con ramales o
derivaciones cuya genética responde a su origen reciente, correspondiente al
terciario y cuaternario. Los macizos de mayor relevancia son del primer periodo
mencionado. La Cordillera Neovolcánica es una estructura compleja, de continua
acrecentada por estar viva desde la perspectiva geológica, y que alberga elementos
orográficos diversos, como cuencas, valles, volcanes gigantes, como el
Popocatépetl, además de una gran cantidad de volcanes de pequeña a mediana
dimensiones y de lagos-cráter. Al ser medida desde el Volcán de Fuego, entre
Jalisco y Colima, hasta el Cofre de Perote arroja 800 km de longitud, pero si se
prolongan sus límites al noroccidente (en donde está el volcán Sangangüey) y al
sureste (en donde se halla la Serranía de los Tuxtlas, rebasa los 900 km lineales.
Su anchura es variable, con máximos de 300 km dentro de territorio michoacano. Por
sus majestuosas dimensiones y el poder de sus erupciones históricas, así como por
ser fuente de focos sísmicos de relevancia, aunado a su protagonismo como referente
climático, fisiográfico, hidrográfico, ecológico, productivo y antropológico, posee
una fuerte personalidad y preside al paisaje mexicano y a la cultura popular, sobre
todo en los pobladores de la región central de México.

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