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Don Jaime I, rey de Aragón, fue cofundador con Pedro Nolasco de la Orden Mercedaria y
le concede a dicha Orden sus propias armas reales o hábito militar a los primeros religiosos
el 10 de Agosto de 1218. Los mercedarios, al hacer el voto de redención contraían delante
de Dios el compromiso solemne y heroico de dar la propia libertad y la propia vida para
redimir a los cautivos cristianos, que además de hijos de la Iglesia eran los ciudadanos de
España, caído en poder de los musulmanes enemigos en ese momento de la fe y de la patria
española. Por lo tanto, justo era que los reyes concedieran los extraordinarios privilegios y
el honor de llevar las armas reales como escudo. El escudo o blasón de la orden de la
Bienaventurada Virgen de la Merced de la Redención de los Cautivos, es cortado y está
blasonado por dos piezas heráldicas llamadas armas verdaderas, teniendo como timbre la
corona real, divisa de la mayor distinción de los escudos. 1. El primer cuartel es de gules
(rojo) y tiene en jefe una cruz de plata (pieza honorable). 2. El segundo cuartel es de oro
con cuatro palos gules (rojos). 3. La corona real o timbre es la del escudo real de Aragón.
LA EXPLICACION DEL ESCUDO, CADA PARTE:
3) LA CORONA: fue una concesión del rey Jaime I. Simboliza en heráldica la realeza de
las armas que llevan. Es divisa de honor. O sea: Los 4 palos gules en campo de oro fueron
trazados por un rey como emblema de valor militar. La corona es pieza heráldica y divisa o
timbre y simboliza realeza. La cruz es el emblema de Cristo. Este escudo además está
formado por los dos colores más nobles de la heráldica, y por el color más hermoso de los
blasones: El oro que significa benignidad y nobleza, la plata que significa inocencia y
pureza y el gules (rojo) significa amor y castidad.
El escudo de la Merced se coloca sobre el pecho de los que deben ejercer la caridad en
grado heroico, en fuerza de un mandato divino. La mayor importancia en el sentido
cristiano se lo da la cruz. Así lo dejo consignado el rey Jaime al confirmar el escudo para
que perpetuamente llevasen la cruz de plata sobre las armas de Aragón en honor del Señor.
Quienes lo portan han contraído delante de Dios el solemne compromiso de ser redentores
de almas, llegando para ello hasta la voluntaria entrega de la propia vida si fuese necesario,
para imitar a Cristo (como dice el Señor en el evangelio según San Juan, cap. XV - v. 13 "
pues nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los amigos"). La Santísima
Virgen en su advocación de la Merced fue nombrada madre y fundadora de la orden y las
imágenes tienen ese blasón en su pecho.