Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Estimado estudiante desarrolle en familia (padres, hijos, primos, tíos) el siguiente taller de Educación Sexual, los
integrantes estudiantes de la institución deben especificar su nombre y grado en el envió de las evidencias # 1, # 2 y # 3
del trabajo. La idea es reconocer que la autonomía y la responsabilidad son valores que hacen parte de nuestra vida y
practica desde el conocimiento y la unión familiar. Por ello, se plantea resolverlo en alianza con los miembros de su familia.
NOTA: el taller se envía a cada uno de los docentes según el curso, así se haya desarrollado con un hermano o familiar,
el plazo máximo para la entrega del dicho ejercicio es el 10 de julio 2020, los vamos a recibir de la siguiente manera, para
que dicho docente lo evalué:
En caso de tener dudas comuníquese con el docente encargado de cada curso. Recuerde que este taller es la primera
nota del tercer periodo en las áreas de: ESPAÑOL/ INGLES Y ÉTICA. La valoración de cada evidencia va a ser la siguiente:
EVIDENCIA # 1 40 PUNTOS
EVIDENCIA # 2 30 PUNTOS
EVIDENCIA # 3 30 PUNTOS
OBJETIVO: Consolidar los vínculos y relaciones interpersonales entre los diferentes miembros de la familia en pro de una
buena comunicación y de un crecimiento personal y familiar.
EJERCICIO # 1
DINAMICA
Mejorar las relaciones entre integrantes de la familia debe ser una prioridad en este momento de nuestra realidad, de ahí
que se propone la realización de un juego que propicia la unión de los integrantes de la familia para compartir vivencias y
sentimientos al tiempo que se superan barreras de comunicación.
El objetivo del juego es que los integrantes de la familia se conozcan más unos a otros y logren la unidad y plenitud a
través de una comunicación efectiva.
El juego, además, incentiva la empatía, haciendo posible que cada familiar se ponga en los zapatos de otro, y entienda
mucho más profundamente sus acciones y emociones.
El juego consiste en colocar dentro de una bolsa un lápiz, ficha o un objeto de color negro, amarillo, rojo, azul, verde y
morado (o rosado). Cada jugador deberá sacar una ficha y según el color que ésta tenga compartirá con el resto de su
familia alguna vivencia que tuvo durante su semana o en otro momento.
Cada uno de los colores de las fichas representa un sentimiento; en caso de tomar una ficha negra el participante les
contará a los demás una experiencia negativa o el peor momento de la semana. Si saca la ficha amarilla compartirá lo
mejor de su semana o una experiencia buena que haya vivido. La ficha azul representa la calma, por lo que el jugador
deberá relatar alguna experiencia positiva o alegre. Con la ficha roja, el participante podrá compartir lo que más lo enfureció
o altero durante su semana. Con la ficha verde la persona tendrá la oportunidad de contar lo más agradable que le haya
ocurrido o que haya hecho durante la semana. Con la ficha de color morado, el participante debe cumplir una penitencia
que otro integrante le ordene.
El conocimiento de los hijos es esencial dentro de un programa educativo familiar. Para conocer a los hijos es necesario
tener presente las etapas evolutivas de su desarrollo, adaptarse a ellos, comprender que tienen una visión diferente del
mundo, su proceso de madurez y que lentamente adquieren experiencia frente a la vida. No imponer nuestra forma de
actuar o pensar les permite crecer con autonomía y en libertad. Además, es necesario observar a los hijos fuera del contexto
familiar: en el colegio, en la vida social, en sus actividades extraescolares para guiarlos, acompañarlos y si es necesario
corregirlos. Debemos estar despiertos para poder conocer a nuestros hijos día a día, pues ellos están en constante
transformación y siempre habrá algo nuevo y diferente por descubrir en ellos.
DINAMICA ¿Quién soy? A uno se le tapa los ojos y delante de él se pone una persona que ha de adivinar quién es sólo
tocándole la cara. Otra persona puede preguntar ¿quién soy? para que la voz despiste y sea más sensorial el juego. (invitar
a todos los miembros de la familia que están en casa).
Luego, en esta actividad se leen las preguntas y de manera personal y sin consultar con nadie, cada miembro de la familia
responde en una hoja. Luego se socializan las respuestas tanto de padres como de hijos haciendo la corrección de aquellas
que fueron incorrectas. Esta actividad es para divertirse y conocerse, pueden definir quién gana la actividad.
Lee cada una de las afirmaciones y después auto-evalúate de 1 a 5 de acuerdo a la frecuencia con que con que compartes
cada cualidad del amor con tus padres o con tus hijos. (1= NUNCA 5= SIEMPRE). Una vez terminen pueden socializar los
resultados y comparar algunas respuestas que los lleven a reflexionar sobre las actitudes y comportamientos que viven en
la vida cotidiana y que favorecen o no las relaciones familiares.
AFIRMACIONES/ CUALIDADES 1 2 3 4 5
Soy paciente con mi padre con mi / hijo y me esfuerzo por ver las cosas desde su punto de
vista para entenderlo mejor.
Es difícil que mi padre/ hijo me haga enojar.
Soy atento y considerado con mi padre / hijo, busco lo mejor para él y aprecio lo que hace por
mí.
Me alegro de los triunfos de mi padre/ hijo y lo apoyo en sus proyectos e ideas.
No pretendo ser la persona más importante de la familia.
no me gusta llamar la atención y me esfuerzo porque los demás miembros dela familia se
sientan importantes.
No me siento superior a mi padre/ hijo y no lo hago sentir mal cuando no cumple con mis
expectativas.
No le contesto de mala manera a mi padre /hijo y me propongo no herirlo con mis acciones o
palabras.
Doy libertad para que mi padre/ hijo hagan las cosas a su manera y no a la mía. Tampoco le
pido que se amolde a mis deseos para facilitar las cosas para mí.
No exploto con mi padre/ hijo cuando no hacen lo que deseo. no lo hago enojar de manera
intencional.
Perdono con facilidad los errores de mi padre/ hijo y no se los recuerdo.
No me burlo de los errores o debilidades de mi padre/ hijo.
Me esfuerzo por apoyar a mi padre/hijo cuando pasan por momentos difíciles.
Cuando me enojo con mi padre/hijo no dejo que eso se interponga entre nuestra relación.
Me esfuerzo por resolver a través del dialogo nuestros problemas.
No me avergüenzo de mi padre/ hijo, aunque cometa errores, lo animo a seguir adelante
Realicen la siguiente reflexión individual, elabore un texto de una página, en el cual se evidencie la respuesta de
las siguientes preguntas:
EJERCICIO # 2
La autonomía, desde el punto de vista etimológico, es la capacidad de darse normas a uno mismo. La autonomía se sitúa
en el ámbito individual y supone estar en condiciones de mantener una cierta autodisciplina. La autonomía de la persona
es un fundamento básico para el comportamiento moral y para el uso responsable de la propia libertad. Educar en la
autonomía es educar, formar en favor de la libertad.
Pero la autonomía debe entenderse, también, como un conjunto de capacidades prácticas que permiten que el niño o la
niña se despabile, se prepare para la vida, encuentre recursos para afrontar las situaciones de cada día.
A pesar de que consideramos la autonomía como un valor eminentemente individual, tiene una gran trascendencia social,
en la medida que implica comportamientos libres y responsables. La autonomía es considerada, por la persona libre y con
criterio para vivir en nuestra sociedad, como una necesidad absoluta. Una sociedad que, a través de sus potentes y
omnipresentes medios de comunicación, pretende crear consumidores de valores, de mensajes, de estereotipos, de
productos... de todo tipo Y así, mientras los medios van dirigidos a la uniformidad del pensamiento, de los gustos, de las
necesidades, la autonomía manifiesta y favorece la construcción de una persona que sea capaz de mantener una cierta
independencia frente a los mensajes y las presiones exteriores. No debe confundirse la autonomía con el individualismo ni
con el peligro que tienen, en la actualidad, los niños y niñas de caer en un cierto aislamiento autosuficiente, favorecido por
el hecho de que, en su misma habitación, pueden llegar a disponer de todo tipo de aparatos (TV, vídeo, ordenador,
minicadena, juegos...). La autonomía crece mediante el contacto con los demás y con las relaciones con los amigos. Es
una capacidad para relacionarse positivamente con el entorno.
1. ¿Cuál es la actitud de tus padres frente a los problemas de ustedes (los hijos)?
2. ¿En qué momentos te acompañan tus padres a ver la TV, a jugar con el ordenador... como espacios de diálogo y
oportunidades para clarificar ideas o valores?
3. ¿Cómo reaccionas frente a las pequeñas críticas que otros compañeros te hacen con respecto a tu comportamiento
positivo y negativo?
4. Teniendo en cuenta el grado de colaboración de ustedes como hijos e hijas en las distintas
responsabilidades familiares y del hogar, realiza un video familiar en el cual nos muestren: (1) sus
compromisos (quehaceres), y (2) como los miembros de la familia expresen su amor y sus sentimientos
de manera espontánea (padres, hijos, primos…)
EJERCICIO # 3
Cuando hablamos de educar en la autonomía, podemos diferenciar todo el proceso de educar en la responsabilidad a lo
largo de toda la infancia y que lleva a la adolescencia, de la fase más activa, de la propia adolescencia, por ganar la
independencia. Hablamos, pues, del momento, en el proceso de crecimiento y desarrollo de los hijos, en que aparece un
nuevo esquema de valores, una escala de valores propia, un camino hacia la madurez de quien acepta unos principios y
se los hace suyos. Pero, a menudo, precisamente este punto de llegada o de consecución de la autonomía y de la
independencia resulta el final esperado y deseado, mientras que el camino que conduce hasta él es, educativamente, el
más difícil.
Efectivamente, estamos hablando del proceso que va, desde el cumplimiento de las normas señaladas por los padres y
por los modelos que son para él o ella fuente de autoridad (una autoridad impuesta desde fuera), hasta el inicio de las
primeras decisiones y elecciones, de acuerdo con unos criterios propios (o interiorización y formación de un sistema de
valores personales que van, desde la asunción de pequeñas responsabilidades en la infancia, hasta el logro de la
independencia). Al convertirse en un ser autónomo, existen dos factores que parecen importantes para el adolescente: a)
El afán de vivir lo que defiende y experimenta, que es un elemento necesario y central para la autonomía y la
independencia; b) La necesidad de apoyo: con mayor frecuencia de lo que él cree, se sentirá perdido y sin las seguridades
interiores.
Las decisiones y las elecciones que toma el adolescente se apoyan más a menudo en la amistad, en la intuición, en las
influencias del grupo, que en el ejemplo que le ofrecen los adultos; pero este proceso es necesario para conseguir una
interiorización de las normas. Los adolescentes son críticos con las normas que les son impuestas, y observan, en los
adultos, la coherencia de vida entre lo que proponen y lo que hacen. El deseo de ser autónomos los lleva a enfrentarse
con la autoridad. La propia experiencia les suministra información acerca de los valores, y hacen su valoración de acuerdo
con sus vivencias. La búsqueda de su identidad y del modo de situarse en su entorno les hace reconocer claramente
valores como la lealtad, la responsabilidad, el correcto cumplimiento de los roles y, sobre todo, la independencia (abrirse
camino sin ayudas) y la libertad.
Socialicen en familia las siguientes preguntas, NO deben enviar las respuestas, pero como evidencia de la
resolución deben elaborar un significativo y recargado collage que las represente:
1. ¿Cómo podemos favorecer el diálogo con los hijos/padres, a fin de que todo este proceso tenga siempre un escenario
posible, y no se viva entre el silencio y las evasivas?
2. ¿Confiamos en nuestro hijo o nuestra hija?
3. ¿Cuál debería ser la actitud como padres ante el futuro de sus hijos, y ante su propia vida?
4. ¿Cómo se interesan sus padres reconocer sus amigos, sus estudios, sus aficiones, sus inquietudes y aspiraciones?
¿De qué manera nos hacemos presentes en su vida?
5. ¿Qué podemos hacer como padres/ hijos para resolver los conflictos?