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La audacia en el pensamiento marxista de Samir Amín

Marco A. Gandásegui h.
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Análisis
06/09/2018

Samir Amín
Foto: wikidata.org
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El gran pensador social, Samir Amín, ha fallecido. Las ciencias sociales han perdido tres figuras insustituibles
en el presente año. Primero, el brasileño Theotonio dos Santos, quien inspiró a muchos a estudiar el sistema
mundial desde una perspectiva radical. Le siguió Aníbal Quijano, el peruano, quien planteó la ‘revolución
cultural’ para darles a los pueblos de la región latinoamericana su propia identidad. Samir Amín era egipcio
pero se encontraba muy cómodo trabajando con los sociólogos latinoamericanos.
 
Antes de su muerte, Samir Amín fue entrevistado por Rubén Ramboer. De esa entrevista queremos rescatar
tres líneas sobre las cuales desarrolla su obra Samir. En primer lugar, el papel de la audacia en el trabajo de
los científicos sociales. En realidad, la audacia tiene que estar presente en toda iniciativa que pretende ser
significativa. Más aun, la audacia es un ingrediente imprescindible para superar las contradicciones sociales.
 
Samir Amín se identifica como marxista. ¿Qué es ser marxista teniendo en cuenta que Carlos Marx escribió
sus grandes obras hace 150 años? Según Samir, “ser marxista, es partir de dos grandes contribuciones
elaboradas por Marx. En primer lugar, la crítica de la realidad. Pero la realidad situada en su época”. Es decir,
en la actualidad. No podemos criticar algo que ya pasó o que se sitúa en un futuro desconocido. Señala,
además, que “aunque el capitalismo ya no es lo que era, sigue siendo fundamental la crítica del capitalismo”.
En segundo lugar, “la crítica de la imagen ideológica del capitalismo. Es decir, de la teoría económica y del
economismo”. La ideología de los capitalistas ha creado un conocimiento falso de la realidad: el economismo
que proclama el ‘fin de la historia’ y la existencia para siempre de relaciones sociales de esclavitud
(asalariada).
 
Sobre estas dos grandes contribuciones elaboradas por Marx, hay casi un consenso sobre la definición actual
del marxismo. Samir Amín da un paso adicional que asusta a no-marxistas y neomarxistas. Dice que “ser
marxista significa necesariamente ser comunista. Marx no disociaba la teoría de la práctica, de la participación
en la lucha por la emancipación de los trabajadores y los pueblos. También significa ser un comunista
internacionalista. No es posible cambiar el mundo olvidando a la mayoría de los pueblos, especialmente a los
de la periferia”. No queda claro que es ser comunista. Samir Amín aclara que significa estar dispuesto a
‘cambiar el mundo’. Inmensa tarea.
 
Samir habla de ser “neo-marxista”, algo que está de moda en algunos círculos. ¿Se puede ser un nuevo
marxista, con nuevas ideas tomadas del pensador alemán del siglo XIX? Los neo-marxistas, dice Samir,
“quieren romper con el marxismo histórico. Quieren ir más allá de Marx. (No soy neo-marxista), tampoco me
considero “paleomarxista”, es decir, alguien que sostiene de manera incondicional el marxismo histórico,
alguien que se convierte en sacerdote del marxismo, que sólo conoce los textos sagrados y los comenta sin
fin. Leyendo entre líneas, tratan de encontrar respuestas a los problemas actuales que no se planteaban en
aquel momento.
 
Samir Amín también se refiere a China y su aparición en el escenario mundial como nueva potencia industrial.
La presencia explosiva del viejo Imperio Celestial ha trastocado la correlación de fuerzas internacional. Poco a
poco, ha trasladado el centro del sistema capitalista mundial del Atlántico norte hacia la cuenca del Pacífico.
 
Según Samir, “estamos en un momento histórico en el que la izquierda radical debe ser audaz. Me refiero a la
izquierda que está convencida de que el sistema capitalista debe ser superado en su esencia. En el Norte,
existen las condiciones objetivas para aislar el capital monopolista, que ejerce su poder también gracias a su
clero político y mediático. Esto podría comenzar por una alianza política – no una alianza electoral – y social,
que incluyese a la gran mayoría. En las periferias, la audacia consistiría en la formación de un bloque histórico
alternativo anticomprador” (anti-rentista).
 
En este punto, Samir se sitúa en el medio del gran debate sobre China. Estará Pekín contribuyendo a la
construcción de un mundo nuevo o se estará integrando a la visión global de los centros financieros de
Occidente. Según Samir, “los países emergentes, especialmente China, están en el proceso de de-construir
los monopolios. Para hacer frente a esto los chinos han escogido financiar la muerte lenta de EEUU apoyando
a su déficit. La muerte repentina de un animal de este tipo sería demasiado peligrosa”.
 
6 de agosto de 2018.

https://www.alainet.org/es/articulo/195168
Samir Amin y el pensamiento revolucionario
contemporáneo
Aurelio Alonso Tejada

Prólogo al libro «La teoría del sistema capitalista mundial» de Gabriela Roffinelli

El breviario ocupa sin duda un lugar prominente en la tradición editorial de nuestro tiempo. Las
generaciones que atravesaron el siglo XX y las que se asoman al presente tendrán que reconocer su
deuda impagable al significado de este tipo de publicación, que aportó del vehículo más funcional al
ensayo corto. Individualizado, manuable, idóneo para esa ensayística que no requiere de la extensión
de los tratados, como para la poesía, que es capaz de dar tanto en pocas líneas.

El libro que hoy presentamos goza precisamente de las virtudes de la concisión. Lo componen un
ensayo introductorio de Gabriella Roffinelli al pensamiento de Samir Amín, una ficha biográfica y una
entrevista de la autora al biografiado, presentadas en anexo. Así como una bibliografía selecta de la
obra del eminente economista egipcio, que dista seguramente de ser completa pero que exhibe una
amplitud muy satisfactoria.

La edición de este libro se hace importante por dos motivos. El primero es que Samir Amín se ha
convertido en uno de los pensadores más relevantes de nuestro tiempo. Sus teorías le hicieron
ascender a este peldaño en el mundo académico desde la segunda mitad del siglo pasado. Y a partir
de su última década, en la cual el acontecer histórico confirmaba, con dolorosos rigores sociales,
políticos y bélicos, la certeza de sus postulados, su figura ha crecido al plano destacado que ocupa hoy
en el pensamiento revolucionario. Sobre todo porque Amín no ha sido lo que se suele llamar un
científico de gabinete, sino que su quehacer teórico se ha vinculado siempre a su militancia
antiimperialista, que le ha llevado a jugar un reconocido papel en la inspiración y la articulación de los
movimientos de resistencia que se despliegan en el Mundo de hoy, y que concentran la herencia de las
mejores tradiciones de lucha por la superación de la tiranía del capital. Y con ellas la única esperanza
fiable de salvación de la humanidad, aunque esto pueda sonar apocalíptico.

La incuestionable identidad marxista del pensamiento de Samir Amín se pone de manifiesto por
contraste a las respuestas esquemáticas y la apologética, y está signada por la creatividad que ha
caracterizado a los genuinos continuadores, y que muchas veces ha sido cuestionada, o al menos
marginada en la historia, por la consagración dogmática realizada desde las instituciones partidarias.
La vigencia perdurable del descubrimiento de Marx es lo que encontramos en sus análisis, con el
ingenio requerido por las complejidades de la realidad que se abre ante nosotros.

Su mirada hacia el capitalismo como sistema mundial recorre toda su producción teórica. Una cosa es
admitirlo así y otra convertirlo en principio que nos permita sortear la férrea distinción entre factores
externos e internos. Y es esto lo que en él hallamos. En esta dirección coinciden hacia los años
sesenta los teóricos de la dependencia en América Latina (Fernando Enrique Cardoso, Enzo Faleto,
Andre Gunder Frank, Rui Mauro Marini, Theotonio Dos Santos, y otros), y los que con posterioridad
han desarrollado la perspectiva del sistema-mundo como esencial (Inmanuel Wallerstein, Giovanni
Arrighi y otros).

En Samir Amín vamos a ver una redefinición de la tesis leninista cuando concluye que el imperialismo
no es una etapa del capitalismo sino un componente esencial del mismo desde su nacimiento. Se
remonta al inicio del siglo XVI con la colonización de América y sus efectos en la formación del
capitalismo en la sociedad europea. Esta lectura implica un tratamiento integral de las relaciones entre
lo económico, lo social, lo político y lo cultural, diferente al que la ortodoxia marxista convirtió en
estereotipo teórico. Nos propone, en consecuencia una periodización del imperialismo que abarca
cinco siglos de relaciones de estratificación y dominación centro/periferia. Ni el saqueo colonial,
realizado al amparo de la cristianización, ni el movimiento inversionista desde los centros del capital
hacia los países periféricos cuando la acumulación se tradujo en competencia monopolista, se
orientaron a replicar allí el sistema propio del centro, sino a crear, renovar y consolidar lazos de
subordinación y dependencia que han dado cuerpo al modelo imperante de intercambio desigual.

Personalmente estimo que el intercambio, dentro de las coordenadas del capitalismo, busca siempre la
desigualdad, la genera, es parte de su naturaleza misma, tiende a extremarla, y la aspiración del
capital será más intensa donde mayor sea la brecha entre el centro y la periferia. La aplicación de
otros términos de intercambio no sólo es una alternativa sino un desafío de primer orden.

Hoy el mercado mundial se ha convertido, según los estudios de Samir Amín, en el escenario primario
de la competencia de los gigantes empresariales, e imponerse en ese mercado se hace condición para
imponerse en los escenarios nacionales. A diferencia del pasado en que los monopolios debían
imponerse primero en la competencia al nivel nacional, y del éxito en ese espacio dependía su
expansionismo. Hablamos de un mercado en disputa que se calcula aproximadamente en 600 millones
de consumidores, en el cual las propias transnacionales retienen el espacio principal. Cerca de un 80%
de ese comercio, irónicamente promovido como “libre”, tiene lugar entre ellas mismas.

El tiempo de la competencia monopólica entre los estados centrales ha cedido al tiempo de los
monopolios de los estados centrales, que Samir Amín resume en cinco: 1) el monopolio de las nuevas
tecnologías, 2) el control de los flujos financieros, 3) el monopolio del acceso a los recursos naturales
del planeta, 4) el monopolio de los medios de comunicación, y 5) el control de las armas de
destrucción masiva.

En rigor no me corresponde en estas líneas ir más lejos en torno a las tesis de Samir Amín. Eso lo
hace Gabriela con mucha seriedad. Yo solamente me he atrevido a reseñar algunos avances con la
esperanza de transmitir a los lectores – al menos a aquellos que todavía consideren que los prólogos
merecen ser leídos – los méritos del pensamiento que este libro se aventura a resumir.

Decía al principio que eran dos los motivos que quería subrayar en la importancia del libro de Gabriela
Roffinelli. El segundo tiene que ver con las cualidades propias del ensayo que llega ahora a las manos
de ustedes.

La autora, que se ha familiarizado a fondo con la obra y las impresionantes proyecciones de Samir
Amín, ha logrado recorrer y presentar, con mucho acierto, a mi juicio, en los seis capítulos de La
teoría del sistema capitalista mundial, una exposición coherente y bien argumentada de este
pensamiento. Escrita además con claridad, en lenguaje accesible, que incentiva a la lectura, lo cual le
confiere un apreciable valor divulgativo.

No se limita Gabriela a exponer las tesis de Amín, sino que aporta sus criterios en el contrapunteo con
otras teorías surgidas paralelamente como respuesta a la problemática que nos plantea el fenómeno
de la globalización capitalista. En este plano podemos observar la confrontación con las ideas
expuestas por Michael Hardt y Antonio Negri en Imperio, o las conexiones de Amín con los teóricos de
la dependencia a las cuales me referí anteriormente, y su tributo a los enjundiosos estudios de Paul
Baran y de Paul Sweezy, que le antecedieron.

El lector encontrará también una fundamentada crítica a reacciones viciadas de cara al orden actual,
como es el caso del eurocentrismo, o el más generalizado repliegue culturalista expandido
especialmente en las últimas décadas, el cual cobra forma en la búsqueda de respuestas restringidas
al plano étnico, el religioso, o el de identidad nacional. Este repliegue culturalista, que en el plano
religioso se manifiesta tanto en el fundamentalismo islámico como en los movimientos de conversión
que se han extendido por América Latina, encuentra un apoyo bien identificado en las esferas de
poder de los Estados Unidos.

Finalmente no quisiera dejar pasar el tema del debate acerca de la post-modernidad, que tanta tinta
ha hecho y hace correr aun. Amín vindica la vigencia de la modernidad. Una modernidad despojada de
la estrechez del occidentalismo, y de los moldes impuestos por la historia de la acumulación
capitalista. Una modernidad que todavía no ha sido colmada históricamente. El desgaste por descifrar
la post-modernidad se revela superfluo si simplemente nos atenemos, con Néstor García Canclini, al
dato de que “en nuestro continente los avances de la modernidad no han llegado del todo ni a todos”.
Recuerdo muy bien a Franz Hinkelammert cuando objetaba, hace ya más de diez años, que solo podía
llamarse post-modernidad a algo carente en si mismo de cualidad propia definible, y apostrofar con
agudeza que al capitalismo lo llamamos capitalismo y no post-feudalismo.

Se trata de una acotación que nos debe conducir a acotar también el concepto de post-capitalismo,
tan generalizado hoy para acudir al paradigma de un mundo más justo y equitativo. No diría
rechazarlo, porque no se han curado las cicatrices y las decepciones que los fracasos socialistas han
dejado. Pero tampoco se puede subestimar la imprecisión que hace que lo que querríamos calificar
como objetivo de lucha social no cuente con un concepto que lo identifique sin ambigüedad.
Por mi parte, confieso que coincido con Samir Amín y con los que piensan que no contamos con un
término más legítimo, adecuado y explícito para designar la dimensión paradigmática del mundo que
queremos construir que el de “socialismo”. A pesar de los fracasos del experimento del siglo XX. Lo
justifica precisamente la connotación teórica esencial que le ha sido sesgada, su vigencia, y la
necesidad de rescatar el sentido que las torceduras coyunturales le han restado. Pero de algún modo
habría que decir que también en consideración a los esfuerzos y sacrificios empeñados por varias
generaciones en estas 90 décadas de experimentos frustrados o sostenidos a duras penas, por las
ilusiones que pusimos en sus promesas, y por el estoicismo con que hayamos tenido que padecer sus
arbitrariedades.

La gran diferencia consiste en que hoy podemos discernir tanto lo que se pudo haber hecho y no se
realizó como lo que no queremos repetir de aquella experiencia. Y seguramente tenemos más razón
que la que existió nunca en el pasado para vindicar, a favor de lo que construyamos a partir de las
resistencias de ahora y de nuevas formas de lucha, el nombre del “socialismo”.

La Habana, 22 de junio de 2005

[Además de este prólogo de Aurelio Alonso Tejada, el libro "La teoría del sistema capitalista mundial.
Una aproximación al pensamiento de Samir Amin" de la socióloga argentina Gabriela Roffinelli
también incluye un prefacio del pensador belga François Houtart. El volumen, de próxima aparición,
saldrá publicado por Ruth Casa Editorial]

https://www.nodo50.org/cubasigloXXI/pensamiento/alonso_300605.htm

Biografía de Samir Amin


/Economistas /Biografía de Samir Amin
  12 abril, 2017
   Economistas

Biografía de Samir Amin, nació el 3 de septiembre de 1931 en El Cairo, Egipto.


Economista neomarxista, que sobresale en esta corriente como uno de los pensadores más
importantes de su época (sin embargo él critica dicho movimiento y no se considera a sí
mismo como neomarxista).

¿Quién es Samir Amin?


¿Quién es Samir Amin? Su madre es originaria de Francia y su padre de Egipto, los dos
tienen la profesión de médicos. Él nace en El Cairo, pasando su niñez y juventud en Port
Said, donde desarrolla su preparación académica secundaria.

Posteriormente, realiza estudios en París (de 1947 a 1957) en política, estadística y


economía. En “Itinéraire intellectuel” de 1990 (su autobiografía) escribe que dedica poco
tiempo a prepararse para sus pruebas universitarias, por emplear la mayor parte en “acción
militante”.

A su llegada al territorio parisino, Amin decide unirse al PCF o Partido Comunista Francés.
No obstante, se aleja del marxismo soviético y por un lapso se adhiere a los círculos
maoístas.

Además, publica una revista en compañía de otros estudiantes llamada “Étudiants


Anticolonialistes”.

Su tesis es un estudio teórico sobre el mecanismo creador de las economías


subdesarrolladas. La presenta en 1957 con el nombre “Los orígenes del subdesarrollo – la
acumulación capitalista a escala mundial” y luego le modifica el título a  «Los efectos
estructurales de la integración internacional de las economías precapitalistas».

Al concluir este trabajo vuelve a la capital egipcia, laborando ahí de 1957 a 1960; en ese
periodo se desempeña en el Instituto para la Gestión Económica, como oficial de
investigación.

Más adelante, se retira de El Cairo para laborar en el Ministerio de Planificación en


Bamako, con el cargo de asesor; efectuando tal actividad de 1960 a 1963.

Después se le otorga una beca en el IDEP (Institut Africain de Développement Économique


et de Planification). Labora en este lugar hasta 1970 y también es docente universitario en
la Universidad de Poiters, Dakar  y París.

Vida de Samir Amin


La vida de Samir Amin. Se coloca en la dirección del IDEP en 1970, dirigiendo el
instituto por una década. Y al abandonar este puesto se posiciona en el Foro del Tercer
Mundo (Dakar) como director.

Se destaca en su biografía que dedica una parte relevante de su obra a estudiar las


relaciones entre las naciones desarrolladas y las subdesarrolladas. Cataloga a la
mundialización como un fenómeno antiguo (tanto como la humanidad); dice que en las
sociedades anteriores ésta permite a las regiones con subdesarrollo alcanzar a las más
avanzadas. Comenta que la mundialización moderna, por el contrario, se asocia al
capitalismo y tiene una naturaleza polarizante.

Actualmente, Amin reside en Dakar, Senegal.

http://biografias.wiki/samir-amin/
Samir Amin
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Samir Amin

Información personal

Nombre en
‫ أمين‬R‫سمير‬ 
árabe

Nacimiento 3 de septiembre de 1931 
El Cairo (Egipto) 

Fallecimiento 12 de agosto de 2018 o 13 de agosto de 2018 


París (Francia) 

Sepultura Cementerio del Père-Lachaise 

Residencia Puerto Saíd, París, El Cairo y Dakar 

Nacionalidad Egipcia y francesa

Educación

Lycée Français du Caire


Educado en
Instituto de Estudios Políticos de París
Institut National de la Statistique et des
Études Économiques 
Información profesional

Ocupación Economista,
geopolítico, académico, escritor y político 

Área Ciencia política 

Empleador African Institute for Economic


Development and Planning
Third World Forum
Universidad de París 8 

Distinciones Ibn Rushd Prize for Freedom of


Thought (2009) 

[editar datos en Wikidata]

Samir Amin, en árabe: ‫سمير أمين‬ (El Cairo, Egipto; 3 de septiembre de 1931-


París, Francia; 12 de agosto de 20181) fue
un economista, geopolítico, científico y escritor egipcio. Fue uno de los
pensadores neomarxistas más importantes de su generación, pese a que él no se
consideraba neomarxista e incluso criticaba a este movimiento.2 Desarrolló sus
estudios sobre política, estadística y economía en París.

Índice

 1Biografía

 2Pensamiento

o 2.1Tesis de la desconexión

o 2.2Crítica a la globalización

o 2.3Crítica al comunismo soviético

 3Principales publicaciones en español

 4Véase también

 5Referencias

 6Enlaces externos
Biografía[editar]
Samir Amin nació en El Cairo, hijo de padre egipcio y madre francesa (ambos
médicos). Pasó su infancia y juventud en Port Said, donde asistió a la escuela
secundaria. De 1947 a 1957 estudió en París, obteniendo un diploma en Ciencias
Políticas (1952) antes de graduarse en estadística (1956) y economía (1957). En
su autobiografía Itinéraire intellectuel (1990) escribió que con el fin de gastar una
cantidad considerable de tiempo en "acción militante", solo podía dedicar un
mínimo de tiempo a su preparación para los exámenes universitarios.
Al llegar a París, Amin se unió al Partido Comunista Francés (PCF), pero luego se
distanció del marxismo soviético, y se sumó por algún tiempo con los círculos de
los maoístas. Con otros estudiantes publicó una revista titulada; Étudiants
Anticolonialistes. En 1957 presentó su tesis, supervisada por François Perroux,
entre otros, originalmente titulada Los orígenes del subdesarrollo - la acumulación
capitalista a escala mundial, luego retítulada como "Los efectos estructurales de la
integración internacional de las economías precapitalistas". Un estudio teórico del
mecanismo que crea las llamadas economías subdesarrolladas.
Después de terminar su tesis, Amín regresó a El Cairo, donde trabajó desde 1957
hasta 1960 como oficial de investigación para "El Instituto para la Gestión
Económica". Posteriormente, Amin deja El Cairo, para convertirse en un asesor
del Ministerio de Planificación en Bamako (Malí) desde 1960 hasta 1963. En 1963
se le ofreció una beca en el Instituto Africano de Desarrollo Económico y de
Planificación (Institut Africain de Développement Économique et de Planification -
IDEP). Hasta 1970 trabajó allí, además de ser un profesor de la Universidad de
Poitiers, Dakar y París (París VIII, Vincennes). En 1970 fue nombrado director del
IDEP, que dirigió hasta 1980. En 1980, Amin abandonó el IDEP y se convirtió en
director del Foro del Tercer Mundo en Dakar.

Pensamiento[editar]
Dedicó gran parte de su obra al estudio de las relaciones entre los países
desarrollados y los subdesarrollados, las funciones de los estados en estos países
y principalmente a los orígenes de esas diferencias, las cuales se encontrarían en
las bases mismas del capitalismo y la mundialización. Para Amin, la
mundialización es un fenómeno tan antiguo como la humanidad, sin embargo, en
las antiguas sociedades ésta ofrecía oportunidades para las regiones menos
avanzadas de alcanzar a las demás. Por el contrario la mundialización moderna,
asociada al capitalismo, es polarizante por naturaleza, es decir que la lógica de
expansión mundial del capitalismo produce en sí misma una desigualdad creciente
entre los socios del sistema.
Tesis de la desconexión[editar]
Uno de los conceptos centrales de los estudios de Amin es la "tesis de la
desconexión", el cual desarrolla en su libro La desconexión publicado en 1988. En
el marco de esta obra elabora una serie de propuestas acerca de la necesidad de
que los países subdesarrollados se "desconecten" del sistema capitalista mundial.
Esta necesidad de desconectarse no está planteada, según Amin, en términos
de autarquía, sino como necesidad de abandonar los valores que parecen estar
dados naturalmente por el capitalismo, para lograr poner en pie un
internacionalismo de los pueblos que luche contra este. La necesidad de
desconexión es el lógico resultado político del carácter desigual del desarrollo del
capitalismo, pero también la desconexión es una condición necesaria para
cualquier avance socialista, tanto en el Norte como en el Sur.
Crítica a la globalización[editar]
Crítico de la globalización, Amin ve en ella una coartada detrás de la cual se
esconde una ofensiva del capital, que quiere aprovecharse de las nuevas
relaciones de fuerza que le son más favorables para aniquilar las conquistas
históricas de las clases obreras. Estas relaciones de fuerza favorables están así
planteadas desde la caída del bloque soviético. Para Amin la etapa que va desde
el fin de la segunda guerra mundial (1945) hasta el desmoronamiento de
la URSS y sus satélites (1989-1991) significó una etapa de ascenso de
movimientos de liberación en los países del tercer mundo y de progreso en sus
economías ya que se vieron beneficiados por la competencia Este-Oeste. A partir
del derrumbe de la URSS el triunfo del capital es total y este encuentra
condiciones más favorables para dar marcha atrás en los logros de los pueblos.
Amin discute la idea de la mundialización como logro de la humanidad, como
máxima meta del progreso humano. Sin embargo, el discurso dominante haría de
la mundialización una obligación absoluta, una ley incuestionable contra la que no
se puede hacer nada. Aun más, la mundialización sólo tendría un aspecto, la que
se nos propone en su nombre, siendo todas las demás forzosamente utopías.
Crítica al comunismo soviético[editar]
Dentro del pensamiento de Amin también pueden encontrarse fuertes críticas
al comunismo de tipo soviético. La principal es precisamente que no llegó a ser
socialista. Muy por el contrario, lo que hizo fue establecer un nuevo tipo
de burguesía (la Nomenklatura) que se miraba, en todas sus aspiraciones, en el
espejo de Occidente cuyo modelo ansiaba reproducir. Amin plantea que el
socialismo significa no solo la abolición de la propiedad privada, sino también (e
incluso más) otras relaciones con respecto al trabajo que las que definen el
estatuto del asalariado y la construcción de un sistema que permita a la sociedad
en su conjunto (y no a un aparato que opere en su nombre) dominar su devenir
social, lo que a su vez implica la construcción de una democracia avanzada, más
avanzada que la burguesa. Sin embargo, la sociedad soviética no solo no se
diferenciaba de la burguesa en estos puntos, sino que cuando se diferenciaba era
para peor.

Principales publicaciones en español[editar]

 Hassan Riad, Egipto, fenómeno actual, Nova Terra, Barcelona, 1969.


 Categorías y Leyes fundamentales del capitalismo, Nuestro Tiempo,
México, 1973.
 El capitalismo periférico, Nuestro Tiempo, México, 1973.
 Desarrollo desigual, Nuestro Tiempo, México, 1973.
 Capitalismo periférico y comercio internacional, Ediciones Periferia, Buenos
Aires, 1974.
 El desarrollo desigual, ensayo sobre las formaciones sociales del
capitalismo periférico, Libros de confrontación, Barcelona, 1974.
 Elogio del socialismo, El capitalismo: una crisi estructural, Feminismo y
lucha de clases (en col. con Eynard y Stuckey), Ed. Anagrama, Barcelona,
1974.
 La acumulación a escala mundial, Siglo XXI, Buenos Aires y México, 1975.
 Sobre la transición, Ed. Zero, Madrid, 1975.
 Los Angeles, U.S. of Plastika (en coll. Con Eynard), C’est une crise de
l’impérialisme, les aires culturelles, Ed. Anagrama, Barcelona, 1975.
 Imperialismo y comercio internacional. El intercambio desigual, Siglo XXI,
Madrid, 1976
 Clases y naciones en el materialismo histórico, El Viejo Topo, Barcelona,
1979.
 La ley del valor y el materialismo histórico, Fondo de Cultura Económica,
México, 1981.
 Dinámica de la crisis global, Siglo XXI, México, 1987
 La deconexión, hacia un sistema mundial policéntrico, IEPALA, Madrid,
1988.
 El Eurocentrismo, Siglo XXI, México, 1989.
 Capitalismo y sistema mundo, Lafarga edicions, Barcelona, 1993.
 El Juego de la Estrategia en el Mediterráneo, IEPALA, Madrid, 1993.
 El Fracaso del desarrollo en África y en el Tercer Mundo, un análisis
político, IEPALA, Madrid, 1994.
 Los desafíos de la mundialización, Siglo XXI, México, 1997.
 El capitalismo en la era de la globalización, Paidos, Barcelona, Buenos
Aires, México, 1998.
 Los fantasmas del capitalismo, El Ancora, Bogotá, 1999.
 Miradas a un medio siglo, Itinerario intelectual 1945-1990, IEPALA Madrid;
Plural – La Paz, 1999.
 El hegemonismo de los Estados Unidos y el desvanecimiento del proyecto
europeo; Ed. El Viejo Topo; Madrid 2001.
 Crítica del nuestro tiempo ; Siglo XXI , México , 2001
 Más allá del capitalismo senil ; El viejo topo , Barcelona 2003
 Por la Quinta Internacional ; El viejo topo , Barcelona 2005
 La Crisis. Salir de la crisis del capitalismo o salir del capitalismo en crisis ;
El viejo topo , Barcelona 2009
 El socialismo en el siglo XXI: reconstruir la perspectiva socialista; IEPALA,
Madrid, 2009
Véase también[editar]

 Giovanni Arrighi
 Andrey Korotayev
 Arno Tausch
 David Held
 David Harvey
 Immanuel Wallerstein
 John N. Gray
 Robert W. Cox
 Susan Strange
 Rosa de Foc (documental)

Referencias[editar]

1. ↑ World acclaimed Marxist thinker Samir Amin dies.


2. ↑ Ver Entrevista a Samir Amin

Enlaces externos[editar]

 Información extraída de PoliticasNet


 Artículo biográfico de Samir Amin.

https://es.wikipedia.org/wiki/Samir_Amin

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