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Hidroclorotiazida

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Acción y mecanismo
– [DIURETICO], [ANTIHIPERTENSIVO]. La hidroclorotiazida es un diurético tiazídico que
favorece la eliminación de sodio, cloruro y agua. Su mecanismo de acción no está bien
determinado, pero parece secretarse activamente al lumen de la nefrona, desde donde
bloquea los sistemas de transporte iónicos a nivel de los túbulos contorneados distales (TCD).
El incremento de la carga osmótica del filtrado ocasiona la liberación de más agua.
La hidroclorotiazida se engloba dentro del grupo de los diuréticos de bajo techo, eliminando
unos volúmenes de agua y de sodio mucho menores que los diuréticos del asa, ya que actúa
a un nivel al que llegan muchos menos electrolitos como consecuencia de la reabsorción en el
asa de Henle, aunque mayores que los diuréticos ahorradores de potasio. La hidroclorotiazida
favorece la eliminación del 5-10% del sodio total filtrado.
Los diuréticos de bajo techo favorecen también la eliminación de potasio (debido
probablemente a un fenómeno secretor intensificado por el aumento de la concentración de
sodio y el mayor volumen de filtrado), magnesio y bicarbonato, aunque no suelen dar lugar a
modificaciones del pH urinario. No obstante, sí se han descrito casos de alcalosis metabólica
hipopotasémica o hipoclorémica.
Su mecanismo de acción antihipertensivo no se conoce bien. A corto plazo produce una
reducción de la volemia, pero a la larga se activa el sistema renina-angiotensina-aldosterona y
el volumen plasmático vuelve a los niveles basales. Se cree que sus efectos antihipertensivos
a largo plazo se deben a una disminución de las resistencias periféricas, debido a que son
fármacos vasodilatadores directos.
Los efectos natriuréticos de las tiazidas dependen de la cantidad de sodio que llegue a los
TCD. En pacientes con enfermedades renales graves, cirrosis o insuficiencia cardíaca
congestiva, en el que la cantidad de sodio en el TCD puede verse limitada, las tiazidas pueden
ser ineficaces.

Farmacocinética
Vía oral:
– Absorción: La hidroclorotiazida se absorbe bien y rápidamente tras su administración oral,
con una biodisponibilidad del 60-80%. Tras la administración de una dosis oral de 100 mg se
alcanzó una Cmax de 498-898 ng/ml al cabo de 1,5-2,5 horas. Los efectos diuréticos
aparecen al cabo de unas 2 horas, y son máximos a las 3-6 horas. La duración de los mismos
es de 6-12 horas. Sin embargo, la actividad antihipertensiva puede tardar en aparecer hasta 3-
4 días, y son muy sostenidos, manteniéndose hasta una semana tras abandonar el
tratamiento.
Alimentos: Los alimentos dan lugar a una reducción de la absorción de la hidroclorotiazida.
– Distribución: La hidroclorotiazida se une poco a proteínas plasmáticas (40%). Presenta una
gran unión a los eritrocitos, alcanzándose concentraciones en el interior de los mismos 3,5
veces superiores a la Cp. El Vd es de 3-4 l/kg.
– Metabolismo: La hidroclorotiazida apenas se metaboliza.
– Eliminación: La hidroclorotiazida se elimina fundamentalmente inalterada con la orina (50-
70%), con un CLrenal de 335 ml/minuto. Presenta una semivida de 10-12 horas.
Farmacocinética en situaciones especiales:
– Insuficiencia renal: Se produce una reducción de la biodisponibilidad.
– Insuficiencia hepática: Se produce una reducción de la biodisponibilidad.
– Insuficiencia cardíaca: Se produce una reducción de la biodisponibilidad.
Indicaciones
– [HIPERTENSION ARTERIAL]. Tratamiento de la hipertensión arterial, tanto sola como
combinada con otros fármacos como IECA o ARAII.
– [EDEMA]. Tratamiento de los edemas asociados a [INSUFICIENCIA CARDIACA],
[CIRROSIS HEPATICA] ([ASCITIS]), enfermedad renal, incluyendo [INSUFICIENCIA RENAL]
o [SINDROME NEFROTICO], edema premenstrual o retención hidroelectrolítica originada por
tratamientos crónicos con corticoides.

Posología
DOSIFICACIÓN:
El tratamiento debe ser individualizado para cada paciente, ajustando la posología en función
de las necesidades de cada paciente y de la tolerabilidad del tratamiento.
– Adultos, oral:
* Hipertensión arterial: 25-100 mg/24 horas. 
* Edemas: 50-150 mg/24 horas. La medicación puede administrarse en días alternos.
– Niños, oral: 2 mg/kg/24 horas.
– Ancianos, oral: se recomienda iniciar el tratamiento con una dosis menor que los adultos
(12,5-25 mg/24 horas), ajustándola cuidadosamente.
NORMAS PARA LA CORRECTA ADMINISTRACIÓN:
Los comprimidos pueden ingerirse enteros, partidos o triturados, con la ayuda de un poco de
agua. Se recomienda administrar la hidroclorotiazida a primera hora de la mañana, en ayunas,
para evitar en lo posible incomodidades nictúricas.

Contraindicaciones
– [ALERGIA A TIAZIDAS] o hipersensibilidad a cualquier otro componente del medicamento.
Debido a su similitud química con las sulfonilureas y las sulfamidas, se recomienda evitar la
utilización de hidroclorotiazida en pacientes con [ALERGIA A SULFONILUREAS] o [ALERGIA
A SULFAMIDAS], ante el riesgo de reacciones de hipersensibilidad cruzada.
– [DESEQUILIBRIO ELECTROLITICO] grave y no corregido, como en caso de
[HIPOVOLEMIA], [DESHIDRATACION], [HIPOPOTASEMIA], [HIPOMAGNESEMIA] o
[HIPONATREMIA] grave. La hidroclorotiazida aumenta la eliminación de agua y de electrolitos,
por lo que podría agravar aún más estos cuadros. Antes de iniciar un tratamiento con un
diurético, debe normalizarse el equilibrio hidroelectrolítico.
– Insuficiencia renal grave (CLcr < 30 ml/minuto). No se ha evaluado la seguridad y eficacia en
estos pacientes, por lo que se recomienda evitar su utilización. De igual manera, los pacientes
con [ANURIA] no suelen responder a la hidroclorotiazida, por lo que se recomienda evitar su
utilización.
– [ENCEFALOPATIA HEPATICA] asociado a cirrosis hepática. La utilización de diuréticos en
estos pacientes podría empeorar la encefalopatía hepática como consecuencia del
desequilibrio hidroelectrolítico.
– [PORFIRIA]. Existen datos contradictorios acerca de la seguridad de la hidroclorotiazida en
pacientes con porfiria, probablemente como consecuencia de la propia susceptibilidad del
paciente y del efecto variable del fármaco sobre la ALA-sintetasa. Debido al grave riesgo para
la vida del paciente, se recomienda evitar la utilización de hidroclorotiazida en estos pacientes.

Precauciones
– [INSUFICIENCIA RENAL]. Las tiazidas reducen la tasa de filtración glomerular, pudiendo
aumentar la azotemia, aunque de desconoce si se debe a un efecto directo sobre la
musculatura lisa vascular renal, o por un efecto indirecto como consecuencia de la menor
volemia. Por lo tanto, los pacientes con insuficiencia renal suelen mostrarse resistentes al
tratamiento con diuréticos tiazídicos, por lo que se recomienda evaluar periódicamente la
efectividad del tratamiento. Se aconseja no utilizar en pacientes con insuficiencia renal grave,
con niveles de creatinina sérica superior a 2,5 mg/dl, o en caso de agravamiento de la
funcionalidad renal.
– [INSUFICIENCIA HEPATICA]. En pacientes con insuficiencia hepática, y especialmente en
caso de [CIRROSIS HEPATICA ALCOHOLICA], los diuréticos pueden desencadenar más
fácilmente una encefalopatía hepática y coma hepático como consecuencia de la
hipopotasemia. De igual manera, es más común la aparición de arritmias cardiacas con motivo
de la posible hipomagnesemia. Se recomienda extremar las precauciones en estos pacientes,
iniciando el tratamiento preferiblemente en el hospital con dosis bajas y monitorización
frecuente de los niveles de potasio. Si fuera necesario, se procederá a la administración de
suplementos de potasio, diuréticos ahorradores y/o antagonistas de aldosterona. Es
recomendable evitar su utilización en situaciones graves (Véase Contraindicaciones).
– [DIABETES]. Aunque hay datos contradictorios al respecto, la hidroclorotiazida parece
incrementar ligeramente los niveles de glucosa, quizás al reducir la liberación de insulina
como consecuencia de la hipopotasemia. Se recomienda monitorizar periódicamente la
glucemia. En caso de aparecer hiperglucemia, podría ser suficiente con normalizar los niveles
de potasio, aunque en ciertos pacientes se ha requerido un reajuste posológico del
antidiabético.
– [HIPERURICEMIA] e historial de [GOTA]. Los diuréticos tiazídicos y afines suelen producir
aumentos asintomáticos de ácido úrico, y en casos especiales podrían precipitar un ataque
agudo de gota, especialmente en tratamientos prolongados y a altas dosis. Las mujeres
ancianas se muestran más susceptibles de padecer tofos gotosos. Se recomienda controlar
periódicamente los niveles de ácido úrico.
– [DISLIPEMIA]. La hidroclorotiazida parece incrementar ligera y transitoriamente los niveles
de colesterol total y triglicéridos. Aunque debido a su efecto transitorio, no parece ser
importante en todos los pacientes, se recomienda precaución en aquellos con
[HIPERCOLESTEROLEMIA] o [HIPERTRIGLICERIDEMIA] grave, recomendándose una
monitorización periódica de los niveles lipídicos. Parece que la asociación entre un diurético
tiazídico o sulfamídico junto con un beta-bloqueante podría reducir el riesgo de
hipercolesterolemia.
– Hipovolemia y depleción de electrolitos. Los diuréticos tiazídicos pueden dar lugar a
hipovolemia sintomática, alcalosis hipoclorémica y disminución de los niveles de electrolitos,
especialmente de sodio, potasio y cloruro, y en menor medida de magnesio. Por su parte, se
oponen a la eliminación renal de calcio, por lo que podrían producir hipercalcemia transitoria.
La hipopotasemia constituye un factor de riesgo importante en pacientes con cardiopatías, y
puede incrementar la toxicidad de los digitálicos. Esta hipopotasemia es más frecuente en
pacientes con cirrosis hepática, diuresis intensa, dietas pobres en potasio o tratados con
corticoides sistémicos o análogos de ACTH. La hipocloremia no suele ser grave y sólo
requiere tratamiento en determinados pacientes como en caso de insuficiencia renal o
hepática.
No debe nunca iniciarse un tratamiento con hidroclorotiazida sin antes normalizar el posible
desequilibrio hidroelectrolítico que presenta el paciente (Véase Contraindicaciones). De igual
manera se recomienda controlar periódicamente los niveles de electrolitos, especialmente si el
paciente refiere sed intensa, sequedad de boca, anorexia, debilidad, letargia, somnolencia,
agitación, dolores o calambres musculares, miastenia, tetania, hipotensión, oliguria,
taquicardia, náuseas y vómitos. En el caso de que se produjese un desequilibrio, se
recomienda suspender el diurético temporalmente, hasta corregir dicha alteración, y
reinstaurar de nuevo el tratamiento utilizando una dosis menor. El riesgo de hipopotasemia se
puede reducir empleando dosis bajas de hidroclorotiazida, siguiendo una dieta pobre en sodio
y rica en potasio, o asociándola a un ahorrador de potasio, un IECA o un ARAII.
– Hipotensión. Los diuréticos pueden dar lugar en ocasiones a fenómenos de hipotensión,
sobre todo en personas mayores y en aquellas con cuadros que predispongan hacia la
depleción hidrosalina, como pacientes con [VOMITOS] o [DIARREA] intensa. La hipotensión
podría favorecer la aparición de shock cardiovascular y precipitar la aparición de un infarto
agudo de miocardio o de una vasculopatía cerebral, por lo que se aconseja extremar las
precauciones y evitar situaciones de hipotensión, especialmente en pacientes con
[INSUFICIENCIA CORONARIA] o [ISQUEMIA CEREBRAL]. Se recomienda utilizar la dosis
mínima de hidroclorotiazida que consiga controlar la enfermedad, y evaluar periódicamente la
presión arterial.
– [HIPERPARATIROIDISMO]. Los diuréticos tiazídicos y similares interfieren con la
eliminación renal del calcio, aumentando en ocasiones sus niveles plasmáticos. Se puede
producir un enmascaramiento de los síntomas del hiperparatiroidismo, por lo que se
recomienda suspender la administración de hidroclorotiazida antes de proceder a realizar
pruebas para determinar la funcionalidad de las glándulas paratiroides.
– [LUPUS ERITEMATOSO]. Se han descrito casos de exacerbación de los síntomas del lupus
eritematoso sistémico, por lo se recomienda evaluar cuidadosamente su utilización en estos
pacientes.
– Reacciones de fotosensibilidad. La hidroclorotiazida se ha asociado en ocasiones con la
aparición de fenómenos de fotosensibilidad, con una incidencia de hasta el 20% de los
pacientes que recibieron baños de rayos UVA. Se recomienda evitar la exposición solar
directa o los baños de rayos UVA mientras se utiliza la hidroclorotiazida, protegiendo la piel
con ropa adecuada o filtros solares.

Advertencias/consejos
CONSEJOS AL PACIENTE:
– El tratamiento con hidroclorotiazida no supone que no deban seguirse las recomendaciones
higiénico-sanitarias (restricción de sal, evitar alcohol y tabaco, hacer dieta y ejercicio).
– Se recomienda administrar la hidroclorotiazida en ayunas a primera hora de la mañana.
– Se aconseja no sobrepasar las dosis recomendadas.
– Los efectos diuréticos aparecen rápidamente, pero la actividad antihipertensiva puede tardar
en aparecer varios días, por lo que no se debe modificar la dosis ni suspender el tratamiento
sin recomendación médica.
– En caso de que aparezca mareo, especialmente al levantarse de la cama o una silla,
vértigos, dolor en el pie, sed intensa, somnolencia, calambres o debilidad muscular, se
aconseja acudir al médico.
– Se recomienda evitar la exposición directa a la luz del sol o a la ultravioleta sin protección
adecuada (filtros solares, ropa).
– Es aconsejable extremar las precauciones si se debe conducir o realizar tareas peligrosas.
– Se advierte a los deportistas que este medicamento puede dar positivo en un control
antidopaje.
CONSIDERACIONES ESPECIALES:
– Los tratamientos con diuréticos deben iniciarse con las dosis menores, ajustando
posteriormente la posología a las necesidades del paciente.
– No se debe iniciar un tratamiento con hidroclorotiazida hasta haber corregido el posible
desequilibrio electrolítico del paciente.
– Es aconsejable controlar periódicamente la funcionalidad renal y el nitrógeno ureico, así
como monitorizar los niveles de glucosa, lípidos plasmáticos, ácido úrico y electrolitos
(especialmente el potasio).
– En pacientes en los que se tenga que evaluar la función paratiroidea, se recomienda
suspender varios días antes la administración de hidroclorotiazida.
– Se recomienda controlar periódicamente la presión arterial, y vigilar la eficacia del
tratamiento especialmente en pacientes con insuficiencia renal.
– Los efectos de la hidroclorotiazida sobre la presión arterial pueden llegar a ser muy
mantenidos y prolongarse por hasta una semana después de abandonar el tratamiento.

Interacciones
– Alopurinol: hay estudios en los que se ha registrado posible potenciación de la toxicidad de
ambos fármacos, con aparición de reacciones alérgicas.
– Amantidina: hay estudios en los que se ha registrado posible potenciación de la toxicidad de
la amantidina, por disminución de su secreción tubular. 
– Antidiabéticos (glibenclamida, insulina, tolbutamida): hay estudios con otras tiazidas en los
que se ha registrado posible inhibición del efecto hipoglucemiante por reducción de la
liberación pancreática de insulina, debido al efecto hipokalemiante.
– Betabloqueantes (propranolol): hay estudios en los que se ha registrado posible
potenciación de su toxicidad al adicionarse sus efectos hiperglucemiantes.
– Carbamazepina: hay un estudio en el que se ha registrado posible potenciación de la
toxicidad de ambos, con presencia de hiponatremia.
– Digitálicos (digoxina): hay estudios con otras tiazidas en las que se ha registrado posible
potenciación de la toxicidad del digitálico debido a la eliminación de potasio causada por el
diurético, con riesgo de aparición de arritmias.
– Indometacina: hay estudios en los que se ha registrado inhibición del efecto diurético debido
a la inhibición de la síntesis de prostaglandinas.
– Inhibidores de la angiotensina convertasa (captoprilo, enalaprilo): hay estudios en los que se
ha registrado posible potenciación de toxicidad con presencia de hipokalemia.
– Orlistat: Hay algun estudio en el que se ha registrado la posibilidad de interacción entre
ambos fármacos con posible aparición de crisis hipertensivas. Se recomienda guardar
precaución si se asocian, realizando controles de la presión arterial.
– Propantelina, bromuro: hay algún estudio en el que se ha registrado posible incremento en
la absorción del diurético.
– Resinas de intercambio iónico (colestiramina, colestipol): hay estudios en los que se ha
registrado posible inhibición del efecto diurético debido a una reducción de su absorción oral.
– Sales de calcio: posible aparición de hipercalcemia, por adición de sus efectos sobre los
niveles de calcio. Existen evidencias clínicas con carbonato de calcio.
– Sales de litio (carbonato de litio): hay estudios en los que se ha registrado posible
potenciación de la acción y/o toxicidad del litio, por acumulación orgánica.
– Topiramato. Posible incremento de los niveles plasmáticos de topiramato, que podrían
requerir un ajuste posológico.
– Trimetroprim: hay algún estudio en el que se ha registrado posible potenciación de la
toxicidad por excesiva eliminación de sodio motivada por ambos principios activos.

Análisis clínicos
– Ácido úrico. Elevación de sus niveles en plasma.
– Calcio. Aumento de los niveles en plasma por interferencia con la eliminación renal de este
ion.
– Cloruro. Disminución de los niveles de cloruro, que en ocasiones da lugar a alcalosis
metabólica hipoclorémica.
– Colesterol. Aumento transitorio y moderado de sus niveles en sangre.
– Glucosa. En ocasiones aumento transitorio y moderado de la glucemia.
– Magnesio. Disminución de sus niveles en plasma.
– Nitrógeno ureico. Aumento de los niveles en plasma.
– Potasio. Disminución del potasio sérico.
– Sodio. Disminución de los niveles de sodio.
– Triglicéridos. Incremento de sus niveles.

Embarazo
Categoría B de la FDA.
La hidroclorotiazida atraviesa la placenta, obteniéndose una relación de concentraciones entre
cordón y plasma materno de 0,10-0,85 tras administrar 50 mg/24 horas durante dos semanas.
Existen datos muy limitados sobre sus efectos durante el primer trimestre, pero su utilización
durante el segundo y tercer trimestre no dio lugar a efectos adversos significativos para el feto.
No obstante, la utilización de diuréticos tiazídicos durante el embarazo podría dar lugar a
desequilibrio hidroelectrolítico, hiperglucemia o hiperuricemia, que podrían producir daño fetal,
incluido un aumento de la mortalidad fetal. De igual manera, los diuréticos tiazídicos podrían
reducir el flujo sanguíneo placentario como consecuencia de la disminución de la volemia, lo
que sería de especial gravedad en aquellas mujeres con riego placentario disminuido
(preeclampsia, hemoconcentración). 
No se dispone de estudios adecuados y bien controlados en humanos. Se recomienda evitar
la utilización de la hidroclorotiazida durante el embarazo salvo cuando, no existiendo
alternativas terapéuticas más seguras, los beneficios superen los posibles riesgos.
En caso de ser utilizada, se recomienda controlar al niño en los primeros días de vida, ya que
se han descrito casos puntuales de trombocitopenia en neonatos de madres que recibieron
hidroclorotiazida a término, dos de los cuales fueron mortales.

Lactancia
La hidroclorotiazida se excreta con la leche materna, alcanzándose concentraciones
plasmáticas menores de 150 ng/ml tras administrar dosis de 50 mg/24 horas. Se desconocen
los posibles efectos secundarios para el lactante, si bien hasta la fecha no se han comunicado
ninguno y la cantidad administrada, que se estima en 0,05 mg/24 horas, es despreciable. Por
otra parte, los diuréticos tiazídicos podrían suprimir la lactancia, aunque esto sólo se ha
comprobado para la bendroflumetiazida. Se recomienda evitar la administración de
hidroclorotiazida o suspender la lactancia materna. No obstante, la Academia Americana de
Pediatría considera a la hidroclorotiazida compatible con la lactancia ya que sus
concentraciones en leche parecen ser demasiado pequeñas como para esperar un efecto
farmacológico intenso.

Niños
No se ha evaluado la seguridad y eficacia de la hidroclorotiazida en niños y adolescentes
menores de 18 años, aunque en ocasiones se ha utilizado con un perfil de seguridad similar al
de adultos, ajustando cuidadosamente la dosis (Véase Posología y forma de administración).

Ancianos
Los ancianos son especialmente susceptibles a las reacciones adversas de los diuréticos,
especialmente a la predisposición al desequilibrio hidroelectrolítico y a la hipotensión. Se
recomienda extremar las precauciones en estos pacientes, comenzando con la dosis mínima
posible (Véase Posología y Forma de Administración) y no emplearlos durante largos períodos
de tiempo.

Efectos sobre la conducción


La hidroclorotiazida puede producir caídas bruscas de la presión arterial, con el consiguiente
mareo y riesgo de síncope. Los pacientes deberán evitar manejar maquinaria peligrosa,
incluyendo automóviles, hasta que tengan la certeza razonable de que el tratamiento
farmacológico no les afecta de forma adversa.

Reacciones adversas
En general, los diuréticos tiazídicos suelen ser bien tolerados cuando se emplean a dosis
bajas. Las reacciones adversas más comunes suelen ser trastornos hidroelectrolíticos,
asociados a la pérdida de electrolitos, y metabólicos. Estas reacciones adversas suelen ser
dosis dependientes. Se han descrito las siguientes reacciones adversas:
– Digestivas. [NAUSEAS], [VOMITOS], [CALAMBRES ABDOMINALES], [ANOREXIA],
[DIARREA], [ESTREÑIMIENTO], [FLATULENCIA], [GASTRITIS] y [SIALADENOSIS]. También
casos puntuales de [PANCREATITIS].
– Hepáticas. Raramente [HEPATITIS] e [ICTERICIA COLESTATICA].
– Cardiovasculares. Se han comunicado casos de [HIPOTENSION] e [HIPOTENSION
ORTOSTATICA], especialmente en ancianos, al emplear dosis altas o asociar con otros
antihipertensivos, que disminuyen a lo largo del tratamiento. Más raramente, y asociada a los
desequilibrios electrolíticos, casos de [ARRITMIA CARDIACA], especialmente a dosis de 50-
200 mg/24 horas. Hay una comunicación de [MIOCARDITIS] de origen alérgico.
– Neurológicas/psicológicas. Se han comunicado casos de [MAREO], [CEFALEA],
[VERTIGO], [PARESTESIA] e [INSOMNIO].
– Respiratorias. [EDEMA PULMONAR] muy raro, que suele aparecer a las 0,5-1 horas, con
pneumonitis, [ESPASMO BRONQUIAL], [DISNEA] y [SIBILANCIAS].
– Genitourinarias. CISTITIS y daño renal con [NEFRITIS INTERSTICIAL] y/o [INSUFICIENCIA
RENAL]. También [REDUCCION DE LA LIBIDO] e [IMPOTENCIA SEXUAL].
– Alérgicas/dermatológicas. Se ha descrito [ALOPECIA] y [REACCIONES
HIPERSENSIBILIDAD] con [PRURITO], [URTICARIA], [ERUPCIONES EXANTEMATICAS],
[DERMATITIS EXFOLIATIVA]. En ocasiones [ANAFILAXIA], [LUPUS ERITEMATOSO] y
[REACCIONES DE FOTOSENSIBILIDAD] (en el 20% de los pacientes que recibieron rayos
UVA) con [HIPERQUERATOSIS] y [ATROFIA CUTANEA]. Se ha descrito un caso de
[VASCULITIS] necrotizante en las piernas. En ocasiones puntuales han aparecido reacciones
alérgicas potencialmente fatales, como [SINDROME DE STEVENS-JOHNSON] o [ERITEMA
MULTIFORME].
– Osteomusculares. [MIALGIA] y [MIASTENIA], normalmente por la hipomagnesemia.
– Oculares. [VISION BORROSA] y [SEQUEDAD DE OJOS].
– Hematológicas. Muy raramente se han descrito [ANEMIA] (incluyendo casos de [ANEMIA
HEMOLITICA] y [ANEMIA APLASICA]), [LEUCOPENIA], [AGRANULOCITOSIS] y
[TROMBOPENIA]. Estas reacciones adversas fueron normalmente de naturaleza alérgica.
– Hidroelectrolíticas. Se han descrito casos comunes de [HIPOPOTASEMIA] (15-50%),
[HIPONATREMIA] leve, [HIPOMAGNESEMIA], [HIPOFOSFATEMIA] e [HIPOCLOREMIA], con
[ALCALOSIS METABOLICA] hipoclorémica. Normalmente aparecieron en las dos primeras
semanas de tratamiento, especialmente en mujeres y pacientes con insuficiencia renal,
aunque fue grave en muy raras ocasiones. También [INCREMENTO DE LOS VALORES DE
NITROGENO UREICO] y casos de [HIPERCALCEMIA] transitoria y asintomática, que se
normaliza en 2-4 semanas a pesar de continuar el tratamiento. Se ha descrito un caso de
[SINDROME DE SECRECION INADECUADA DE ADH].
– Metabólicas. [HIPERGLUCEMIA] moderada, [HIPERURICEMIA] especialmente en
tratamientos prolongados, asintomática aunque las mujeres ancianas muestran mayor
predisposición al tofo gotoso, [HIPERCOLESTEROLEMIA] e [HIPERTRIGLICERIDEMIA].
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Sobredosis
Síntomas: En general, la sobredosis por hidroclorotiazida da lugar a síntomas característicos
de la depleción del volumen plasmático, como hipotensión ortostática, síncope, vértigo,
somnolencia, alteraciones hidroelectrolíticas con hipopotasemia, hiponatremia,
hipomagnesemia e hipocloremia. También aparece hemoconcentración y alteraciones
hemodinámicas. En caso de observarse pérdida de electrolitos puede sed intensa, sequedad
de boca, anorexia, debilidad, letargia, somnolencia, agitación, dolores o calambres
musculares, miastenia, tetania, hipotensión, oliguria, taquicardia, náuseas y vómitos. En los
casos más graves puede producirse hipotensión intensa y depresión respiratoria, con distintos
grados de depresión nerviosa, llegando incluso al coma. En pacientes con insuficiencia renal
se han descrito también convulsiones.
Tratamiento: No existe un antídoto específico. En caso de ingesta reciente, se recomienda
proceder a las medidas habituales para favorecer la eliminación del fármaco no absorbido,
tales como el lavado gástrico y la administración de carbón activo. También es útil la emesis
forzada, tomando las precauciones necesarias para evitar la aspiración del contenido gástrico.
Se recomienda evitar la utilización de laxantes salinos ya que pueden agravar aún más las
pérdidas de agua y electrolitos.
A continuación se mantendrá al paciente vigilado, instaurando un tratamiento sintomático. Es
aconsejable proceder a la rehidratación del paciente a través de soluciones parenterales a las
que se añadirán las cantidades necesarias de electrolitos. La hiperuricemia suele responder
de forma adecuada a la administración de fluidos, pero si aparece dolor tipo gotoso, se suele
recurrir eficazmente a la administración de AINE. En aquellos pacientes con depresión
respiratoria e hipotensión marcada puede ser necesario proceder a instaurar respiración
artificial.
Se recomienda monitorizar los niveles séricos de electrolitos, especialmente del potasio, y de
la funcionalidad renal.
La hidroclorotiazida no se elimina mediante hemodiálisis ni diálisis peritoneal.

Dopajes
La hidroclorotiazida es una sustancia prohibida tanto dentro como fuera de la competición.

Referencias bibliográficas
– AHFS Drug Information. American Society of Health-system Pharmacists, Bethesda. 47th
Edition, 2006.
– Dreisbach’s Handbook of Poisoning. Parthenon Publishing, London. 13th Edition, 2002.
– Drug Facts and Comparisons. Facts and Comparison, Saint Louis. 60th Edition, 2006.
– Drug Interaction Facts. Facts and Comparison, Saint Louis. 2007
– Drugs in Pregnancy and Lactation. Briggs, Freeman and Yaffe. Williams & Wilkins,
Baltimore. 5th Edition, 1998.
– Martindale. The Complete Drug Reference. Pharmaceutical Press, London. 33rd Edition,
2002.
– Micromedex.
– PDR. Thomson, Montvale. 59th Edition, 2005.
– Stockley. Interacciones Farmacológicas. Pharma Editores, Barcelona. 1ª Edición, 2004.

Fecha de aprobación/revisión de la ficha


Marzo, 2007.

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