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Rserva Cognitiva 2
Rserva Cognitiva 2
Escrito por:
MARINA GARCÍA
Periodista, experta en salud y tercera edad
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Actualizado: 15 de julio de 2020
Vivir muchos años sin padecer una enfermedad grave y con un físico y una mente
de hierro es algo que consiguen unos pocos privilegiados, pero también quienes
se cuidan durante toda su vida con el objetivo de gozar de una vejez activa y
saludable. Es cierto que existen muchos factores que no podemos controlar y que
pueden impedirnos alcanzar esa meta, como la predisposición genética o la
exposición a agentes tóxicos y contaminantes, pero también depende en gran
medida de nuestro estilo de vida.
Si nos centramos en la salud del cerebro, aunque suele verse afectada durante el
proceso de envejecimiento, hasta cierto punto está en nuestras manos frenar el
deterioro de este órgano realizando actividades para ejercitar la mente y evitando
algunas conductas que favorecen la pérdida de facultades cognitivas. Conoce
los 10 hábitos nocivos que debes abandonar si quieres que tu cerebro
permanezca joven durante más tiempo.
Las personas mayores suelen necesitar menos horas de sueño, pero deben
descansar adecuadamente, y si la razón por la que duermen pocas horas
es un problema de insomnio, padecer una enfermedad como la apnea
obstructiva del sueño, o dar cabezadas en el sofá a deshora, el descanso
no es reparador y el cerebro no se recupera, lo que genera fatiga, falta de
concentración y desorientación, y puede provocar patologías graves como
un ictus.
Una amplia literatura científica demuestra que dormir mal resulta perjudicial
para el cerebro. Uno de estos estudios, llevado a cabo por investigadores
de la Universidad de Toronto (Canadá) y publicado en Stroke, relaciona la
aparición de arteriosclerosis cerebral con un sueño fragmentado, que
impide la correcta oxigenación de los tejidos cerebrales. En concreto, se
observó que el riesgo de padecer este problema aumentaba un 27% en las
personas que no dormían de forma seguida. Y otro trabajo, realizado en la
Universidad de Wisconsin y publicado en Neurology, muestra que dormir
pocas horas, o hacerlo con interrupciones, aumenta las posibilidades de
padecer alzhéimer.
Consejo: acude al médico si tienes problemas para conciliar el sueño, o
sientes que no descansas bien por la noche pero te quedas dormido sin
darte cuenta durante el día, porque podría deberse a un problema de salud.
Y no te automediques con fármacos para dormir, ni siquiera si son
naturales, ya que hay muchos productos que pueden interaccionar con tu
medicación.
Descuidar tu alimentación
Comer con frecuencia alimentos ricos en ácidos grasos trans, como bollería
industrial, embutidos, platos precocinados, o snacks, es perjudicial para la
salud en general, pero muchos adultos mayores los consumen de forma
habitual porque por falta de capacidad o por pereza no van a la compra ni
cocinan. El donut del desayuno, la sopa de sobre de la comida, las patatas
fritas de la merienda, y el vaso de leche con galletas para cenar, son
ejemplos de un menú típico en la tercera edad, que además de carecer de
las vitaminas y minerales necesarios, pueden deteriorar el cerebro y ser el
origen de enfermedades que también le afectan como la diabetes o
la hipertensión, que a su vez aumentan el riesgo de sufrir un ictus.
A las afectaciones físicas que generan este tipo de lípidos hay que
sumarles los efectos psicológicos. Y es que según un estudio llevado a
cabo entre la Universidad de Navarra y la de Las Palmas de Gran Canaria,
las personas que siguen una dieta rica en productos que contiene grasas
trans presentan hasta un 48% más posibilidades de padecer depresión.
Consejo: lleva una dieta lo más natural y equilibrada posible, basada en
alimentos no procesados o muy poco procesados como las verduras, las
frutas, los huevos, las legumbres, los lácteos naturales, la carne y el
pescado sin preparar. Se puede recurrir a ciertos congelados, conservas en
aceite de oliva, y verduras y legumbres cocidas de bote, para facilitar la
preparación de los platos, pero no basar la alimentación en fabadas de lata,
palitos de merluza congelados y sopas de sobre.
Las personas mayores que vivan en una zona cálida y soleada pueden
sentirse afortunadas porque el sol es una fuente de salud para el cerebro.
Sin embargo, la falta de movilidad, el aislamiento social, y ciertas
patologías, a veces impiden aprovechar este recurso natural.
Si este no es tu caso, y tienes la posibilidad de salir a la calle cada día,
debes hacerlo, incluso los días nublados, porque la radiación solar favorece
el buen funcionamiento de los neurotransmisores y previene la aparición de
problemas emocionales. De hecho, existe el trastorno afectivo estacional
(TAE) o depresión de invierno, que puede llegar a ser discapacitante en
personas especialmente sensibles a la falta de luz, y en los países donde
los inviernos son más largos, como Finlandia o Noruega, hay más casos de
depresión y de suicidios.
Consejo: intenta salir de casa, aunque solo sea 10 o 15 minutos, para
exponerte a la radiación solar, pero recuerda aplicarte protector solar para
evitar quemaduras y daños en la piel. Recuerda que aunque el cielo esté
nublado la poca luz del sol que recibas animará a tu cerebro. Si no puedes
salir a la calle, pero tienes terraza o jardín, siéntate en el exterior, o
asómate a la ventana, o corre las cortinas para que la luz natural invada tu
hogar.
En el caso de los adultos mayores les puede llevar a aislarse aún más de la
sociedad y a reducir sus relaciones personales, porque les resulta más
cómodo quedarse sentados escuchando la vida de los demás sin pensar en
la suya. Como ya hemos visto, la soledad, la pérdida de las relaciones
sociales y la falta de actividad, son perjudiciales para la salud mental.
Consejo: si no te apetece salir de casa o hablar con otras personas, o
necesitas escuchar la televisión para no sentirte solo, déjala puesta de
fondo e intenta realizar mientras otras actividades como pintar, leer,
completar juegos mentales, cocinar, o montar en la bicicleta estática, para
mantener activa la mente.