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Julio Herrera y Reissig (Uruguay, 1875-1910)

Poeta uruguayo considerado una de las cumbres del modernismo y uno de “los cuatro
delfines” y herederos de Rubén Darío, junto a Leopoldo Lugones, Amado Nervo y Ricardo
Jaim
es Freyre. El propio fundador del movimiento lo citaba como el modelo ideal del poeta, por
su exotismo, su rechazo a las servidumbres de la vida cotidiana y su aislamiento, que
culminó con las exclusivas tertulias de la “Torre de los Panoramas”, un altillo céntrico
con vistas marítimas, que entre 1902 y 1907 Herrera convirtió en eje y monumento del
decadentismo rioplatense.

Ricardo Jaimes Freyre (Bolivia, 1868-1933)


Poeta, ensayista y dramaturgo boliviano que fue la figura más representativa del
modernismo en la literatura de su país. Su constante actividad política y cultural quedó en
buena medida reflejada en la variedad de los enfoques que se aprecian en el conjunto de su
obra. Hijo de un diplomático de Potosí, ejerció también la diplomacia como embajador en
Estados Unidos y Brasil y como representante de su país ante la Sociedad de Naciones, en
Ginebra, además de ser más tarde ministro de Relaciones Exteriores. El llamado “príncipe
de los poetas bolivianos”, sorprendió a la crítica con su libro Castalia bárbara (1899), de
temática insólita: el conflicto entre el mundo pagano y los valores cristianos, en el que el
mundo antiguo está caracterizado por la violencia y la visión cristiana conlleva la sumisión
y el amor. Se ha dicho que se inspiró en los Poémes barbares de L. de LIsle para
reconstruir la cosmología de los mitos escandinavos, pero en todo caso demostró ser un
excelente forjador de ritmos de articulación cambiante y poderosa, con una orquestal
sonoridad y un magistral dominio de la idea y de la retórica.
Leopoldo Lugones (Argentina, 1874-1938)
Poeta argentino. Hombre de vasta cultura, fue el máximo exponente del
modernismo argentino y una de las figuras más influyentes de la literatura iberoamericana.
Como poeta, Leopoldo Lugones irrumpió en el panorama literario argentino con el
poemario Los mundos (1893), que pasó prácticamente inadvertido. Su encuentro con Rubén
Darío, en Buenos Aires, en 1896, fue decisivo para reorientar la poesía de Lugones. El
historicismo de Las montañas de oro (1897) no tardó en ser sustituido por el tono irónico,
extravagante e imaginativo de Los crepúsculos del jardín (1905) y Lunario
sentimental (1909). A partir de 1910 Leopoldo Lugones cambió de registro poético para
centrarse en una exaltación de su tierra y sus gentes (Odas seculares, 1910).
Posteriormente, los asuntos cotidianos, vistos al trasluz de una rutina íntima, se convirtieron
en el objeto de su siguiente entrega poética, titulada El libro fiel (1912), obra a la que
siguieron otros poemarios como El libro de los paisajes (1917), Las horas doradas (1922)
y Romancero (1924). Conoce mas de él
en: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/lugones.htm
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