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La retención de la cuota sindical frente a las asociaciones sindicales

simplemente inscriptas

Autor: Cejas, Marilina


Editorial: La Ley ~ CheckPoint

La retención de la cuota sindical frente a las asociaciones sindicales


simplemente inscriptas
Cejas, Marilina
Publicado en: Práctica Profesional 2016-265, 92
1. Consideraciones preliminares
Para abordar el tratamiento del tema planteado, resulta necesario destacar que en la
República Argentina rige el Modelo Sindical de Unidad Promocionada amparado
legal y especialmente por la Ley de Asociaciones Sindicales (23.551) ?en adelante
L.A.S.- y la Ley de Convenciones Colectivas del Trabajo (14.250) (1). En virtud de
dicho modelo sólo se otorga personería gremial ?y en consecuencia la representación
gremial de la actividad (2), únicamente al sindicato que una vez inscripto en el
Ministerio de Trabajo cumpliendo ciertos recaudos legales, acredite contar en su
ámbito territorial de actuación con el mayor número promedio de afiliados cotizantes
en relación a otras organizaciones sindicales de la misma actividad (el que deberá ser
mayor al 20% de los trabajadores que intente representar) y hubiere actuado durante
un período no inferior a seis meses como asociación sindical simplemente inscripta.
De esta manera las asociaciones sindicales se clasifican en:
a) Simplemente inscriptas ?en adelante ASI-: desde su inscripción, toda la
asociación sindical adquiere personería jurídica erigiéndose automáticamente en
legitimada para el ejercicio de ciertos derechos esenciales para su puesta en
funcionamiento; entre estos se encuentra la posibilidad de "imponer cotizaciones a
sus filiados" (artículo 23 inc. d L.A.S). Sin embargo, carecen de capacidad legal para
ejercer la acción sindical propiamente dicha y por lo tanto, de las facultades de
defensa de los derechos colectivos de los trabajadores ?ni siquiera de sus afiliados-
salvo cuando no hubiere en la misma actividad o categoría otra asociación con
personería gremial.
b) Con personería gremial: reúnen con exclusividad el derecho de representación,
estando de este modo legitimadas para: representar ante el Estado y los empleadores
los intereses individuales y colectivos de los trabajadores de su actividad (no solo de
sus afiliados); negociar convenios colectivos; poner en ejercicio el derecho a huelga;
presentar candidatos a elección de delegados en una empresa; administrar obras
sociales; y, entre otros atributos exclusivos, tienen la venia legal para exigir al
empleador que actúe como agente de retención de la cuota sindical.
Las cotizaciones o cuotas sindicales, son las sumas de dinero que cada afiliado está
obligado a aportar periódicamente al sindicato como requisito inherente a su calidad
de tal; dicha obligación ?y su cuantía? es determinada mediante asamblea de la
asociación o en el convenio colectivo de trabajo. Estas constituyen la principal fuente
de ingreso del sindicato y su efectivización deviene indispensable para permitir al
mismo tanto poner en marcha y mantener su estructura interna, actividades y
programa de acción como velar por la futura obtención de la personería gremial.
Sin embargo, el ejercicio de tal derecho por parte de las ASI, se encuentra
ciertamente condicionado frente a aquellos beneficios que paralelamente la propia
ley reconoce como exclusivos de las asociaciones sindicales más representativas. En
este sentido y, como se adelantara, según el artículo 38 L.A.S., únicamente los
sindicatos con personería gremial tienen aptitud para exigir al empleador que actúe
como agente de retención de la cuota sindical.
Bajo el panorama legalmente instituido, se constituiría prima facie una paradoja de la
ley que estaría permitiendo lo que luego obstaculiza, es decir, que la posibilidad de
las ASI de imponer cotizaciones a sus afiliados y hacerlas efectivas se traduce en un
importante problema a la hora de llevarlo a la práctica frente al límite impuesto por
el artículo 38 L.A.S.
2. Abordaje específico de la cuestión. Normativa vigente. Análisis
Para abordar esta cuestión resulta necesario emprender un análisis sistemático de la
legislación vigente, con la finalidad de llegar a una conclusión que permita eliminar
dudas respecto de este tema que resulta fuente de importantes contradicciones.
I. Constitución Nacional y Tratados Internacionales
Desde la reforma constitucional del año 1957 nuestra Carta Magna consagra en su
artículo 14 bis los derechos del trabajador, los derechos sindicales y los derechos de
la seguridad social.
El mencionado artículo, en su parte pertinente reza que:
Artículo 14 bis C.N. El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las
leyes, las que asegurarán al trabajador: (...) organización sindical libre y democrática,
reconocida por la simple inscripción en un registro especial.
Queda garantizado a los gremios: concertar convenios colectivos de trabajo; recurrir
a la conciliación y al arbitraje; el derecho de huelga. Los representantes gremiales
gozarán de las garantías necesarias para el cumplimiento de su gestión sindical y las
relacionadas con la estabilidad de su empleo.
Del modo expuesto, el texto constitucional implementa la organización sindical libre
y democrática, la cual desde 1994 (3) se encuentra complementada por los siguientes
Tratados sobre Derechos Humanos con Jerarquía Constitucional:
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, que regula sobre
el derecho de asociación estableciendo que "Toda persona tiene el derecho de
asociarse con otras para promover, ejercer y proteger sus intereses legítimos de orden
político, económico, religioso, social, cultural, profesional, sindical o de cualquier
otro orden" (artículo XXII).
La Declaración Universal de Derechos Humanos que establece la libertad de reunión
y de asociación pacíficas; la prohibición de pertenencia obligatoria a una asociación
y que toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de
sus intereses (artículo 20 y 23.4).
La Convención Americana sobre Derechos Humanos establece que todas las
personas tienen derecho a asociarse libremente con fines laborales (artículo 16.1).
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos reza que "Toda persona tiene
derecho a asociarse libremente con otras, incluso el derecho a fundar sindicatos y
afiliarse a ellos para la protección de sus intereses" (artículo 22.1).
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales que reconoce
el derecho de toda persona a fundar sindicatos y a afiliarse al de su elección, con
sujeción únicamente a los estatutos de la organización correspondiente, para
promover y proteger sus intereses económicos y sociales (artículo 8.1.a) y el derecho
de los sindicatos a funcionar sin obstáculos y sin otras limitaciones que las que
prescriba la ley y que sean necesarias en una sociedad democrática en interés de la
seguridad nacional o del orden público, o para la protección de los derechos y
libertades ajenos (artículo 8.1.c).
Finalmente encontramos el Convenio N° 87 de la Organización Internacional del
Trabajo (4) sobre libertad sindical y protección del derecho de sindicación que
participa de la mayor jerarquía normativa y que dispone que todo Miembro de la
Organización para el cual el mismo esté en vigor, se obliga a poner en práctica sus
disposiciones, entre las que se establece que: (i) los trabajadores, sin ninguna
distinción y sin autorización previa, tienen el derecho de constituir las organizaciones
que estimen convenientes, así como el de afiliarse a estas organizaciones, con la sola
condición de observar los estatutos de las mismas (artículo 2); (ii) que las
organizaciones de trabajadores tienen el derecho de redactar sus estatutos y
reglamentos administrativos, el de elegir libremente sus representantes, el de
organizar su administración y sus actividades y el de formular su programa de acción
y que las autoridades públicas deberán abstenerse de toda intervención que tienda a
limitar este derecho o a entorpecer su ejercicio legal. (artículo 3); (iii) prohíbe
expresamente a la legislación nacional y a los órganos de aplicación de la misma a
menoscabar las garantías que el propio Convenio prevé (artículo 8.2) y (iv) añade
una pauta rectora al determinar que todo Miembro de la Organización "se obliga a
adoptar todas las medidas necesarias y apropiadas para garantizar a los trabajadores y
a los empleadores el libre ejercicio del derecho de sindicación" (artículo 11).
Asimismo, cabe adicionar otros documentos con jerarquía supralegal como el
Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en
materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador,
1988) que expresa el reconocimiento de los derechos sindicales en su artículo 8; el
Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos por el
que los Estados parte reconocen la competencia del Comité de Derechos Humanos
creado por el pacto internacional de derechos civiles y políticos para considerar las
denuncias sobre violaciones a los derechos que el Pacto enumera; la Constitución de
la Organización Internacional del Trabajo (Argentina es miembro fundadora de la
OIT -1919-) que alude a la libertad sindical como uno de los pilares fundamentales
para la paz universal y permanente; y la Declaración relativa a los fines y objetivos
de la Organización Internacional del Trabajo (Declaración De Filadelfia) incluida
como Anexo de la Constitución de la OIT, que reafirma los principios fundamentales
sobre los cuales está basada la Organización.
Del modo expuesto, las normas constitucionales y convencionales enumeradas se
configuran como fuentes propias del derecho interno, constituyendo el plexo
normativo que regula el derecho a la libertad sindical con el alcance considerado en
el presente.
Hasta aquí y como primera conclusión, se advierte la consagración del derecho a la
organización sindical libre y democrática reconocida por la simple inscripción en un
registro especial por parte de la autoridad de aplicación; pues no se enuncia
diferenciación alguna entre sindicatos con o sin personería gremial.
II. Leyes nacionales: Ley de Asociaciones Sindicales 23.551 y su decreto
reglamentario 467/88. Ley de Contrato de Trabajo 20.744
En relación con lo dispuesto por las fuentes normativas a las que se ha hecho alusión
en el punto anterior, en nuestro derecho interno encontramos además la Ley de
Asociaciones Sindicales número 23.551 y su decreto reglamentario 467/88.
Tal como se adelantó anteriormente, nuestra Carta Magna, los Tratados
Internacionales con jerarquía constitucional y demás documentos de jerarquía
supralegal, establecen el derecho a la organización sindical libre y democrática
reconocida por la simple inscripción.
De este modo, y de acuerdo a lo dispuesto por los artículos 21 y 22 L.A.S. (5),
efectuada la solicitud de inscripción por parte de la entidad sindical interesada, el
MTEySS dispondrá la inscripción y posterior publicación de la Resolución
correspondiente y el extracto del estatuto de la organización en el Boletín Oficial.
Consecuentemente, obtenida la inscripción, la asociación sindical adquiere
personería jurídica erigiéndose automáticamente en legitimada para el ejercicio de
los derechos enumerados en el artículo 23 L.A.S. entre los que se establece la
facultad de "imponer cotizaciones a sus filiados".
En consonancia con ello, frente al natural hecho que toda asociación sindical que se
constituya pretenda con el tiempo aspirar a obtener la personería gremial, la L.A.S.
exige para tal objetivo -entre otros requisitos- contar con un cierto porcentaje de
afiliados cotizantes sobre la cantidad promedio de trabajadores que intente
representar (conf. 25 L.A.S.); asimismo el artículo 28 L.A.S. exige para poder
disputar la personería gremial contar con un número de afiliados cotizantes
"considerablemente superior al de la asociación con personería preexistente", de
manera que el criterio para determinar la representatividad de los sindicatos se base
en una simple mayoría de afiliados.
Hasta aquí y como segunda conclusión, se vislumbra el derecho de toda asociación
sindical con personería jurídica a imponer cotizaciones a sus afiliados.
II.a. El artículo 38 de la ley 23.551 la obligación de retener
Análisis aparte merece el artículo 38 L.A.S. que de alguna manera viene a generar un
quiebre en la reflexión hasta aquí abordada estableciendo que:
Artículo 38 L.A.S.:"Los empleadores estarán obligados a actuar como "agente de
retención" de los importes que, en concepto de cuotas afiliación u otros aportes
deban tributar los trabajadores a las asociaciones sindicales de trabajadores con
personería gremial.
Para que la obligación indicada sea exigible, deberá mediar una resolución del
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación, disponiendo la retención.
Esta resolución se adoptará a solicitud de la asociación sindical interesada. El
ministerio citado deberá pronunciarse dentro de los treinta (30) días de recibida la
misma. Si así no lo hiciere, se tendrá por tácitamente dispuesta la retención."
Del artículo transcripto se desprenden 2 requisitos esenciales para que el empleador
se constituya en obligado a actuar como agente de retención de la cuota sindical de
las asociaciones sindicales:
1. Que la asociación sindical cuente con personería gremial.
2. Que exista una resolución del Ministerio de Trabajo que disponga la retención.
Asimismo, el decreto reglamentario 467/88 suma un tercer requisito al disponer la
necesidad de notificar al empleador de la resolución ministerial (6).
En tal sentido, reunidos los elementos mencionados por el artículo 38 L.A.S. y
notificado que resulte el empleador al respecto, el mismo queda automáticamente
obligado a actuar como agente de retención.
Se advierte aquí un límite legal al momento de requerir la retención automática de la
cuota sindical, pues se determina claramente que frente a una ASI, el empleador no
está obligado a actuar como agente de retención.
II.b. Pero ¿no obligar implica prohibir?
La cuestión no se agota en el texto del artículo transcripto anteriormente el cual alude
únicamente a los sindicatos con personería gremial, sino que la realidad muchas
veces trasciende lo legal desde que en la práctica puede suceder ?y de hecho sucede?
que asociaciones sindicales que sólo cuentan con inscripción soliciten al empleador
la retención de la cuota sindical de sus afiliados. El cuestionamiento que de esta
situación surge, radica en determinar cuál debería ser la respuesta legalmente
correcta del empleador frente a tal escenario.
Este interrogante, remite final y obligatoriamente a la ley 20.744 de contrato de
trabajo que en el art. 132 reza:
"La prohibición que resulta del artículo 131 (7) de esta ley no se hará efectiva cuando
la deducción, retención o compensación responda a alguno de los siguientes
conceptos: (...) c) pago de cuotas, aportes periódicos o contribuciones a que
estuviesen obligados los trabajadores en virtud de normas legales o provenientes de
las convenciones colectivas de trabajo o que resulte de su carácter de afiliados a
asociaciones profesionales de trabajadores con personería gremial, o de miembros de
sociedades mutuales o cooperativas, así como por servicios sociales y demás
prestaciones que otorguen dichas entidades...".
Como ya se ha mencionado, la cuota sindical es la principal fuente de ingresos del
sindicato y la contribución a la que está obligado periódicamente cada afiliado como
requisito inherente a su calidad de tal; dicha obligación de contribuir es la
contrapartida necesaria que se deriva del derecho que tiene toda organización
sindical con personería jurídica a imponer cotizaciones a sus afiliados (conf. art. 23
ss. y conc. L.A.S.).
Así, de las disposiciones del artículo 132 L.C.T., interpretadas armónica, sistémica y
teleológicamente con los arts. 23, 25, 28, 38 y ccdtes. de la ley 23.551, y bajo las
pautas que contienen las normas de jerarquía superior -anteriormente analizadas-, se
infiere que la carga legal del empleador de intervenir en carácter de agente de
retención para colectar la cuota sindical respecto de las asociaciones sindicales de
trabajadores con personería gremial no implica, en paralelo, construir
dogmáticamente una prohibición no escrita de intervenir como agente de retención
de las cuotas sindicales correspondientes a las ASI.
Una solución contraria a la expuesta, impondría una prohibición que la ley no
establece, generando un enfoque claramente contradictorio por parte de la L.A.S. en
tanto permitiría, por un lado, lo que obstaculiza por el otro. Al mismo tiempo,
impactaría en forma directa, con el derecho a la libertad sindical plasmado
expresamente en el artículo 14 bis de nuestra Carta Magna y el bloque de
constitucionalidad integrado a ella (conf. art. 75 inc. 22 C.N.) al tiempo que
avanzaría sobre las garantías de igualdad, propiedad (dinámica ?recursos-),
razonabilidad, legalidad y jerarquía normativa, etc. tornando ilusorias las garantías
constitucionales acordadas a todos los habitantes de la Nación.
3. Estado actual de la jurisprudencia
Sentando ya las bases finales que permitan abordar una conclusión definitiva, no
debe soslayarse la existencia de fallos claves que poco a poco van trazando el
sendero hacia la eliminación de ciertos "beneficios" exclusivos que la propia ley
23.551 les otorga a los sindicatos más representativos.
Así, encontramos el fallo "ATE contra el Ministerio de Trabajo" del año 2008 (8),
que resolvió la inconstitucionalidad del artículo 41 inciso a) de la L.A.S. que
establece la potestad exclusiva de sindicatos con personería gremial para convocar a
elecciones de delegados; el fallo "Rossi contra el Estado Nacional" (9) del año 2009,
que decidió la inconstitucionalidad del artículo 52 L.A.S. por considerar que resulta
contraria al principio de libertad sindical sostener que los gremios que no tienen
personería gremial, no pueden actuar en el ámbito de la personería gremial de otro
sindicato, y que solo gozan de protección, quienes fuesen delegados de la entidad
sindical con personería gremial; el fallo "Álvarez contra Cencosud"(10) del año
2010, que aplicó la ley antidiscriminación y otorgó estabilidad a los delegados de
gremios sólo inscriptos; y el fallo "ATE contra Municipalidad de Salta"(11) del año
2013, donde se declaró la inconstitucionalidad del artículo 31 inciso a) L.A.S., en
tanto establece que sólo los gremios con personería pueden representar derechos
colectivos.
A todo ello se suma, en el particular, un novedoso fallo de la Sala I de la Cámara
Nacional de Apelaciones del Trabajo del año 2012 que, confirmando el
pronunciamiento de primera instancia, declaró la inconstitucionalidad del artículo 38
L.A.S. sobre la base de las garantías establecidas por el art. 14 bis de la Constitución
Nacional y por el Convenio 87 OIT. En dicho precedente, la Cámara hizo suyos los
criterios sentados por los fallos de la Corte ya mencionados y destacó la labor de los
Órganos de Control y Aplicación de la OIT, desde que han cuestionado el privilegio
otorgado a los sindicatos con personería gremial en lo que respecta a la retención de
la cuota, y ha juzgado de una manera crítica el diseño restringido del artículo 38 de la
ley 23.551 (conforme el Dictamen FG N° 55.282 del 13/8/2012, Dr. Álvarez, al que
adhirió la Sala) (12).
Asimismo, la CSJN en su carácter de intérprete final del texto constitucional (13) ha
reconocido el valor de la jurisprudencia y la doctrina internacional (14) tomando así
especial trascendencia, los fallos "Huilca Tecse" (15) y "Baena" (16) de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en los que se alega el quebrantamiento del
derecho a la libertad de asociación en relación con la libertad sindical entre otros
derechos fundamentales (17) y a cuyos antecedentes nuestro Máximo Tribunal se
remite.
Del mismo modo posee especial importancia la labor realizada por los Órganos de
Control de la OIT cuyos lineamientos ambos órganos de justicia recogen. En este
último sentido, resulta significativo destacar el criterio seguido por el Comité de
Libertad Sindical en las recomendaciones emanadas en virtud de las alegaciones
relativas a la violación de la libertad sindical sometidas a su examen y por la
Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones en sus
informes anuales y ?especialmente en el caso de marras- en las observaciones
individuales que desde 1989 realiza sobre la ley 23.551 de asociaciones sindicales,
entre las que se observa crítica y específicamente el artículo 38 de dicho cuerpo
normativo. Los mencionados órganos vienen reiterando desde larga data "...que la
mayor representatividad no debería implicar para el sindicato que la obtiene,
privilegios que excedan de una prioridad en materia de representación en las
negociaciones colectivas, en la consulta por las autoridades y en la designación de
los delegados ante los organismos internacionales...".
Es decir, toda norma o práctica que no se enmarque dentro del límite mencionado, es
entendida como violatoria del derecho a la libertad sindical. Es en este sentido, que
desde hace numerosos años, al analizar la conformidad de la ley 23.551 con el
convenio Nº 87, se solicita al Estado Nacional que se modifique o derogue el artículo
38 de esta ley, en virtud de la cual solo se permite a las asociaciones con personería
gremial, pero no a las simplemente inscriptas la retención en nómina de la cuota
sindical (18).
4. Conclusión final
Desde un análisis armónico de la normativa y la jurisprudencia citadas en los
acápites anteriores, surge de manera concluyente que la obligación legal de los
empleadores de actuar como agentes de retención de las cuotas sindicales respecto de
las asociaciones sindicales con personería gremial -establecida por el art. 38 de la ley
23.551-, no permite construir, paralelamente, una prohibición para que el empleador
intervenga como agente de retención frente a las ASI, dicha actitud se erige -cuando
menos- en facultativa.
Es decir que, de la letra de la ley, no surge como condición sine qua non que la
entidad sindical que pretende -y por lo tanto solicita- la retención automática de las
cuotas sindicales de sus afiliados deba poseer personería gremial, sino que ?por el
contrario- manifiesta expresamente que para ello resulta requisito suficiente la mera
inscripción gremial.
Lo expuesto encuentra especial basamento en la aplicación de leyes de jerarquía
superior que inhiben diferenciar entre sindicatos simplemente inscriptos y sindicatos
con personería gremial a los efectos de la retención (19), determinando un criterio de
interpretación amplio de las disposiciones del artículo 38 de la ley 23.551.
Finalmente, y excluyendo toda posibilidad de abordar un test de constitucionalidad
respecto al art. 38 L.A.S, el análisis efectuado nos lleva a colegir su alcance en
relación a la retención por el empleador de la cuota sindical respecto a las
asociaciones simplemente inscriptas, lo cual, como corolario final, permite inferir
que: (i) una vez obtenida por la entidad sindical su inscripción como tal en el
MTEySS; y (ii) establecida por el órgano competente del sindicato el monto de la
cuota sindical, no existe impedimento legal para que el empleador actúe como agente
de retención frente al requerimiento del sindicato interesado, acreditando la
aquiescencia de los trabajadores/afiliados involucrados.

(1) En el ámbito público existe otra realidad conf. resolución gral. MTEySS nº
255/2003 y ley 24.185.
(2) La ley legitima, además, un modelo que se organiza por ramas excluyendo la
organización cimentada en los oficios o profesiones.
(3) A partir de la última reforma constitucional del año 1994 que modificó el artículo
75 inciso 22, los Tratados Internacionales suscriptos y ratificados por la Argentina
son de aplicación en nuestro derecho interno. El mencionado artículo enumera,
además, los tratados sobre derechos humanos que gozan de jerarquía constitucional y
el modo en que futuros tratados y convenciones podrán poseer dicho rango.
(4) Este Convenio goza de la mayor jerarquía desde su integración al citado
PIDESC ?artículo 8.3? y PIDCP ?artículo 22.3.? "... y aún se debe agregar a estos
dos instrumentos, la Convención Americana de Derechos Humanos, a poco que se
repare en la aplicación que ha hecho del Convenio Nº 87 la Corte Interamericana de
Derechos Humanos (Caso Huilca Tecse vs. Perú, fondo, reparaciones y costas,
sentencia del 3.3.2005, Serie C Nº 121, párr. 74)" (CSJN Fallos 331:2499).
(5) Artículo 21: Las asociaciones presentarán ante la autoridad administrativa del
trabajo solicitud de inscripción haciendo constar: a) Nombre, domicilio, patrimonio y
antecedentes de su fundación; b) Lista de afiliados; c) Nómina y nacionalidad de los
integrantes de su organismo directivo; d) Estatutos.Artículo 22: Cumplidos los
recaudos del artículo anterior, la autoridad administrativa del trabajo, dentro de los
noventa (90) días de presentada la solicitud, dispondrá la inscripción en el registro
especial y la publicación, sin cargo, de la resolución que autorice la inscripción y
extracto de los estatutos en el Boletín Oficial.
(6) El artículo 24 del dec. reg. 467/88 reza que "Para que la obligación de retener sea
exigible la asociación sindical debe comunicar la resolución del Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social que la dispone, con una antelación no menor a diez (10)
días al primer pago al que resulte aplicable. La comunicación deberá ser acompañada
de una copia autenticada de la referida resolución". Este podría considerarse un
tercer requisito necesario para obligar al empleador a actuar como agente de
retención de la cuota sindical.
(7) Artículo 131 L.C.T.: No podrá deducirse, retenerse o compensarse suma alguna
que rebaje el monto de las remuneraciones. Quedan comprendidos especialmente en
esta prohibición los descuentos, retenciones o compensaciones por entrega de
mercaderías, provisión de alimentos, vivienda o alojamiento, uso o empleo de
herramientas, o cualquier otra prestación en dinero o en especie. No se podrá
imponer multas al trabajador ni deducirse, retenerse o compensarse por vía de ellas el
monto de las remuneraciones.
(8) Fallos 331:2499.
(9) Fallos 332:2715.
(10) Fallos 333:2306.
(11) CSJN 18.06.2013 A.598.XLIII.
(12) CNAT Sala I Expte N° 3.278/2011 Sent. Def. N° 88.026 del 30/8/2012
"Sindicato de Trabajadores de Salud del Hospital Posadas c/Secretaría de Hacienda
del Ministerio de Economía y Producción de la Nación y otro s/juicio sumarísimo"
(Vilela ? Pasten de Ishihara).
(13) Ya desde sus primeras sentencias, el Tribunal Superior de Justicia, se manifestó
en este sentido expresando que:"La Suprema Corte es la intérprete final de la
Constitución y siempre que se haya puesto en duda la inteligencia de alguna de sus
cláusulas, y la decisión sea contra el derecho en que ella se funda, la sentencia de los
Tribunales Provinciales está sujeta a la revisión de la Corte Suprema" (Fallos 1:340).
(14) En este sentido: CSJN GIROLDI (1995): A la CSJN le corresponde aplicar los
tratados e interpretar la jurisprudencia de la CIDH que sirve de guía para interpretar
los convenios; CSJN ATE (2008): Integra el Convenio 87 con el Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales desde un método poco reconocido de
exégesis normativa, evitando vaciar al pacto de su contenido; CSJN MAZZEO
(2007): Corresponde al poder judicial ejercer un control de convencionalidad entre
normas internas y CIDH, a tal fin se debe tener en cuenta no solo la letra, sino
también la interpretación efectuada por la CIDH. Tratados, jurisprudencia y
recomendaciones doctrinarias, llevaron al tribunal a reconocer el carácter
imprescriptible de los delitos de lesa humanidad; CSJN QCS (2012): El comité de
derechos económicos sociales y culturales constituye un intérprete autorizado del
Pacto homónimo; entre otros. Como así también CIDH BAENA (2001) Donde para
arribar a la conclusión sobre si la demandada (Estado de Panamá) vulneró el derecho
a la libertad de asociación sindical, la Corte tomó particularmente en cuenta las
Recomendaciones del Comité de Libertad Sindical de la OIT, al resolver el caso No.
1569 ?relativo a la causa planteada ante la Corte-.
(15) CIDH, Huilca Tecse vs. Perú, del 3.3.2005.
(16) CIDH, Baena Ricardo y otros vs. Panamá, del 2.2.2001.
(17) En prieta síntesis, los fallos aludidos expresan que: "(E)n su dimensión
individual, la libertad de asociación, en materia laboral, no se agota con el
reconocimiento teórico del derecho a formar sindicatos, sino que comprende además,
inseparablemente, el derecho a utilizar cualquier medio apropiado para ejercer esa
libertad (...)" (Huilca Tecse) y "(L)a libertad de asociación, en materia sindical,
consiste básicamente en la facultad de constituir organizaciones sindicales y poner en
marcha su estructura interna, actividades y programa de acción, sin intervención de
las autoridades públicas que limite o entorpezca el ejercicio del respectivo derecho
(...)" (Baena).
(18) Lo expuesto, conforme Observación (CEACR) - Adopción: 1989, Publicación:
76ª reunión CIT (1989); Observación (CEACR) - Adopción: 1991, Publicación: 78ª
reunión CIT (1991); Observación (CEACR) - Adopción: 1993, Publicación: 80ª
reunión CIT (1993); Observación (CEACR) - Adopción: 1995, Publicación: 83ª
reunión CIT (1996); Observación (CEACR) - Adopción: 1997, Publicación: 86ª
reunión CIT (1998); Observación (CEACR) - Adopción: 1998, Publicación: 87ª
reunión CIT (1999); Observación (CEACR) - Adopción: 2002, Publicación: 91ª
reunión CIT (2003); Observación (CEACR) - Adopción: 2003, Publicación: 92ª
reunión CIT (2004); Observación (CEACR) - Adopción: 2005, Publicación: 95ª
reunión CIT (2006); Observación (CEACR) - Adopción: 2007, Publicación: 97ª
reunión CIT (2008); Observación (CEACR) - Adopción: 2009, Publicación: 99ª
reunión CIT (2010); Observación (CEACR) - Adopción: 2010, Publicación: 100ª
reunión CIT (2011); Observación (CEACR) - Adopción: 2011, Publicación: 101ª
reunión CIT (2012); Observación (CEACR) - Adopción: 2012, Publicación: 102ª
reunión CIT (2013); Observación (CEACR) - Adopción: 2013, Publicación: 103ª
reunión CIT (2014); Observación (CEACR) - Adopción: 2014, Publicación: 104ª
reunión CIT (2015); Observación (CEACR) - Adopción: 2015, Publicación: 105ª
reunión CIT (2016) así como también: Informe del Comité de Libertad Sindical en
los Casos (Argentina) nro. 2603 (22/03/07), caso nro. 2157 (14/09/01), caso 2054
(09/09/99), caso nro. 2718 (26/05/99), caso nro. 1832 (25/04/95), entre otros
antecedentes.
(19) Tal criterio ha sido plasmado en el Dictamen FG N° 55.282 del 13/8/2012, Dr.
Álvarez, en "Sindicato de Trabajadores de Salud del Hospital Posadas c/Secretaría de
Hacienda del Ministerio de Economía y Producción de la Nación y otro s/juicio
sumarísimo" Expte. 3278/2011 al que adhirió la Sala I CNAT en su sentencia
definitiva Nº 88026.

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