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Uned-derecho.com

[DERECHO PENAL II]


Elaborados por: Darbon, Onaiplu, Gargablas, Dangoro, Lecardilla, Platidora, Jangel11, Teufel,
HierrO, GermanSev, Manueljbl, Vicecuellos, Iker014, Fleky, Lidia15378, Alphonsus y Jaraiz1982.
DERECHO PENAL II - PRIMER PARCIAL
DERECHO PENAL

PARTE ESPECIAL

(ALFONSO SERRANO GÓMEZ - ALFONSO SERRANO


MAÍLLO)
{{Apuntes del tema 1 elaborados por DARBON, lo que esta entra corchetes y/o letra
pequeña, bien NO entra en examen, bien lo he considerado no importante, aunque he
preferido incluirlo, ya que clarifica mucho}}

PRIMERA PARTE - DELITOS CONTRA LAS PERSONAS


DELITOS CONTRA LA VIDA HUMANA INDEPENDIENTE

LECCIÓN I

I. HOMICIDIO {DOLOSO}:
{El CP comienza su Libro II, con la protección del bien jurídico de mayor valor como es la
VIDA. Su Titulo primero reza bajo la rúbrica "Del homicidio y sus formas". Incluye el homicidio,
asesinato, homicidio por imprudencia grave, inducción y cooperación al suicidio y la eutanasia. Todos
delitos contra la vida humana INDEPENDIENTE.
La vida se protege en la DUDH de 1948, en el Convenio Europeo para la Protección de los
Derechos Humanos y Libertades Fundamentales, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos y en la Constitución Española.

1.- Cuestiones previas {Comienzo y fin de la vida a efectos del homicio}:


El Derecho Penal protege la vida desde el momento de la concepción hasta
que la misma se extingue, sin distinció n de la capacidad física o mental de las
personas. Es necesario, como cuestió n previa determinar cuando comienza la vida
y cuando se extingue la misma:
A) Comienzo de la vida a efectos del homicidio: NO es pacífico en la doctrina el
establecer un criterio a efectos de determinar el momento en el que se puede ser
sujeto pasivo de un delito de homicidio. Los límites se mueven entra "la
separación del claustro materno" del nuevo ser, o simplemente que se "haya
iniciado la expulsión de parte del cuerpo" que se encuentra fuera de la madre.
El Có digo Penal NO da una definició n clara sobre cuando comienza la vida
humana a efectos del homicidio. En su artículo 138 se limita a castigar como
homicida al "que matare a otro".
La doctrina mayoritaria se inclina por considerar que a efectos penales
só lo puede ser objeto de homicidio la persona nacida, es decir la que está
"separada del claustro materno".

{Otras tesis, minoritarias, defienden que es necesaria NO sólo la separación del claustro
materno, SINO que exista RESPIRACIÓN, o que se haya CORTADO EL CORDÓN UMBILICAL, mientras
que algún otro sostiene que es suficiente con que se haya iniciado el parto.
La solución no es sencilla y plantea problemas de diferenciación con el aborto en los supuestos
en que se diera muerte al que esta naciendo. P.e. médico que asfixia o estrangula al que nace cuando
solo tiene la caneza fuera del claustro materno. NO se puede sostener que estamos ante un aborto,
pues los hechos se ejecutan directamente sobre quien esta naciendo, (en la parte que esta "fuera del
claustro materno"). Otra cosa es que a efectos civiles tenga personalidad o no}

- B) Límite de la vida: El derecho penal mantiene la protecció n de la persona


hasta que deja de existir, por muy precario que sea su estado vital, incluso los
condenados a muerte están protegidos hasta que se lleve a cabo la ejecución
por el sistema legalmente establecido y la persona encargada de la ejecució n.

Para determinar el momento de la muerte es necesario tener en cuenta lo que se


establece en la "Ley sobre extracción y trasplante de órganos", que previamente
requiere la comprobació n de la muerte. A este respecto también hay que
considerar los requisitos que se exigen para "la extracción de organos de
personas fallecidas" basados en el cese irreversible de las funiones
cardiorrespiratorias y encefálicas.
Pero los avances de la medicina crean problemas a efectos penales para
determinar a veces el momento de la muerte:
- En los casos de "trasplante", la certificación de que la persona ha fallecido
ha de realizarse por médicos cualificados, distintos de los que hayan de
intervenir en la extracción o el trasplante.
- En los casos de "muerte por accidente", o cuando "medie investigación
judicial" es preceptivo informe del médico forense.,

SI los médicos certifican el fallecimiento antes de que se produzca, a fin


de que se consigan ó rganos que ofrezcan mejores condiciones para el éxito del
"trasplante" (precipitá ndose con ello la muerte), son COOPERADORES
NECESARIOS en un delito de HOMICIDIO o ASESINATO, en su caso, del que serían
AUTORES, los miembros del equipo que precipito la muerte al extraer el ó rgano
conociendo que la persona estaba viva.
La Ley 41/2002 prevé la posibilidad de que una persona mayor de edad,
capaz y libre, mediante documento, de instrucciones para el destino de su cuerpo u
ó rganos, una vez llegado su fallecimiento.

2. Homicidio {doloso}:
Descripción del tipo: Dispone el art. 138 CP: "El que matare a otro será
castigado, como reo de homicidio".
{Pena: Prisión de 10 a 15 años. }
El bien jurídico protegido: es la vida humana independiente.
Sujeto activo puede ser cualquiera, lo mismo que el sujeto pasivo, si bien hay que
tener en cuenta lo expuesto para fijar el momento en que se considera que la
persona tiene vida independiente a efectos de distinción con el delito de aborto.
3. Acción:
Viene determinada por el hecho de "matar a otro", es decir a una persona.
Es necesario que entre la conducta exterior del sujeto activo encaminada
a producir la muerte de otro (ACCIÓN) y el resultado exista relación de
causalidad, que ha de ser penalmente relevante. Si el nexo causal se rompe,
produciéndose el fallecimiento por causas ajenas a quien inició la acción, éste NO
puede ser responsable de homicidio consumado.
{{Piénsese en quien con intención de matar ocasiona unas lesiones que NO llevarían a la muerte de la
víctima, pero que fallece a consecuencia de una accidente durante el traslado al hospital. El sujeto
será AUTOR de un delito de HOMICIDIO en grado de TENTATIVA, pues el accidente interrumpió el
NEXO CAUSAL. A veces pueden producirse cursos causales complejos.
Puede también plantearse la situación de producirse el RESULTADO como consecuencia de la
intervención NEGLIGENTE de terceras personas (p.e. negligencia médica). Si la muerte se produce por
esa actuación IMPRUDENTE hay que entender que el AUTOR responderá por HOMICIDIO en grado de
TENTATIVA y NO por delito CONSUMADO. El TS a veces vacila ante estas situaciones}}.

4. Formas:
En el CP se recogen 2 formas de homicidio, el "DOLOSO", tipificado en el art.
138 y el cometido por "IMPRUDENCIA grave" (art. 142) o leve (art. 621.2). Vemos
las dolosas:
Para que pueda darse el homicidio doloso es necesario que el sujeto activo
tenga intención de matar (animus NECANDI), pues si só lo quiso lesionar
(animus LAEDENDI) cometerá un delito de lesiones y NO el de homicidio. La
prueba del dolo con frecuencia presenta dificultades.
{A veces resulta realmente complicado para el juzgador distinguir el "animus laedendi" del "animus
necandi". Hay que tener en cuenta que el Juez o Tribunal que ha de resolver el caso concreto ha de
hacerlo mediante pruebas posteriores a los hechos, que con frecuencia presenta serias dificultades,
pues la "intención" del sujeto es algo íntimo y difícil de desvelar.
El DOLO comprende el conocimiento (elemento intelectual) y la voluntad (elemento volitivo)
por parte del sujeto de realizar los elementos que integran el tipo de homicidio. En suma, tiene
conciencia y voluntad de dar muerte al otro.
Cuando el AUTOR, con presumible intención de matar NO lo consigue, si solo lesiona, lo normal es que
diga que está fue su intención (lesionar) y no la de dar muerte, pues salvo en algunos casos tendrá
menos pena por las lesiones que por el delito que quedo en grado de tentativa.
Para resolver esta situación los Jueces y Tribunales a la hora de determinar cuál era la intención del
sujeto tienen en cuenta una serie de criterios, casi todos ellos de carácter objetivo, como tipo de
arma utilizada, lugar donde se infirieron las lesiones, número e importancia de las mismas, etc. incluso
relaciones previas entre el AUTOR y la VICTIMA y otras consideraciones diversas.
La Sentencia de 31/01/11 para diferenciar el ánimo del sujeto, según tenga intención de lesionar o
voluntad de matar valora una serie de elementos, que los concreta en los siguientes: "a) los
antecedentes de hecho y las relaciones entre el autor y la víctima; b) la clase de arma utilizada; c) la
zona o zonas del cuerpo a que se dirige la agresión; d) el número de golpes inferidos; e) las palabras
que acompañaron al ataque; f) las condiciones de lugar, tiempo y circunstancias conexas o
concomitantes con la acción; g) la causa o motivación de la misma; h) la entidad y gravedad de las
heridas causadas"}
Para la perfección del homicidio:
• es suficiente el dolo eventual, es decir, que el sujeto, como consecuencia de
su acción, se le represente la posibilidad de que la muerte se produzca, y no obstante
persiste en la acción y acepta el resultado {p.e. Piensa... puede que lo mate o NO pero me da
igual yo hago la acción}.

• Por el contrario, en la culpa consciente o con previsión, la realizació n del


tipo se representa al sujeto la posibilidad de que la muerte se produzca, respecto a la
ejecución de los hechos, pero confía plenamente en que no se va a producir.
Sobre el dolo eventual son varias las teorías que se manejan: de la
probabilidad, del sentimiento y del "consentimiento". Esta ú ltima es la
mayoritaria en la jurisprudencia, que conlleva la aprobación o aceptación del
resultado por parte del agente.
{{El sujeto activo del delito puede incurrir en:
• ERROR EN EL GOLPE ("aberractio ictus"), pues queriendo dar muerte a una persona concreta,
disparando un arma, el disparo se desvia y da muerte a otra. Estariamos ante un HOMICIDIO, o
ASESINATO, pues su voluntad era la de matar.
• El ERROR IN PERSONA supone que el sujeto pretende dar muerte a una persona que cree tener
identificada, cuando por el contrario, se trata de otra distinta. Saber que tb puede ocurrir que el
sujeto mate al padre cuando en realidad tenia la voluntad de matar a otra persona distinta, en
este caso el ERROR es ESENCIAL y no se apreciaría la circunstancia mixta de parentesco que se
recoge en el art 23 CP (ni atenua ni agrava), respondiendose solo por la muerte}}

5. Homicidio por omisión:


El homicidio puede ocasionarse TANTO por la conducta activa del sujeto
COMO por omisión.
Estaremos ante un delito de homicidio en comisión por omisió n cuando
la persona encargada de proteger la vida de otro (GARANTE) con su conducta
pasiva, de NO hacer, NO evita la muerte, siempre que pudiera hacerlo, pues
cabe la posibilidad de que existan obstá culos que no lo permitan. Normalmente, la
posició n de garante nace de una obligación legal o contractual (piénsese en el
socorrista de una playa), o cuando el deber de actuar se deriva del riesgo
precedente creado por el propio omitente. Es posible TANTO la coautoría COMO
la complicidad por omisió n.
Dentro de la omisió n, y en los supuestos donde el sujeto NO se encuentra en
la situació n de garante, cabe plantear la obligació n de evitar la muerte de otro,
pero que de NO hacerlo podría incurrir, (en este caso que NO es garante) en un delito de
omisión del deber de socorro del art 195, o incluso del deber de impedir
determinados delitos del art 450.

6. Causas de justificación:
En el ordenamiento jurídico está justificada la muerte de un tercero en los
supuestos en que concurra alguna causa de justificación que excluye la
antijuricidad. La má s frecuente es la legítima defensa (art. 20.4 CP), pudiendo
concurrir también el cumplimiento de un deber o el ejercicio legítimo de un
derecho, oficio o cargo (art. 20.7 CP), e incluso el estado de necesidad (art. 20.5
CP).
Para que se dé la legítima defensa completa es necesario que concurran los
requisitos que exige el artículo 20.4 CP: "Agresión ilegítima, necesidad racional del
medio empleado para impedirla o repelerla, y la falta de provocación suficiente por
parte del defensor". Son pocas las sentencias en las que se aprecia la legítima
defensa completa, siendo más frecuentes las que estiman la incompleta.
En el uso de la violencia, y en especial de las armas de fuego, los agentes de la
autoridad NO pueden excederse más allá de lo permitido por la Ley. En su
deber de mantener el orden han de utilizar en cada caso los medios adecuados. El
uso de la fuerza debe ser exclusivamente el necesario para ejecutar la funció n que
tienen encomendada; el exceso NO está amparado en el cumplimiento de un deber.

7. Formas de ejecución:
Junto a la consumación es posible también la tentativa, de acuerdo con lo
dispuesto en el art. 16.1 CP que puede ser:
• tentativa acabada cuando el sujeto practica todos los actos de ejecució n,
• e inacabada, cuando NO los practica todos.
{La diferencia entre la consumación y la tentativa NO está en el elemento subjetivo, es el objetivo,
ya que para que se llegue a la consumación es necesario que se produzca la muerte dolosa}.
Para que pueda darse cualquiera de estas formas de ejecució n es necesaria
la existencia del objeto del delito, es decir, una persona viva. Si se dispara
contra alguien para matarle, pero resulta que previamente había fallecido, p.e. de
un paro cardiaco, la conducta es impune.
El art 16.1 cierra el paso a la tentativa inidónea al exigir que los "actos de
ejecución realizado 'objetivamente' deberían producir el resultado". No cabe duda
que ante la falta de objeto del delito NO hay riesgo NO objetivamente cabe ninguna
posibilidad de producir resultado alguno. No obstante, parte de la doctrina y la
jurisprudencia consideran que la tentativa inidónea es punible en el CP vigente.

8. Autoría y participación:
En el homicidio cabe la autoría directa, la inducción, la cooperación y la
complicidad, de acuerdo con lo que disponen los arts. 28 y 29 CP.
La Coautoría consiste en la participación eficaz en la ejecución del delito,
tras el acuerdo previo, con otro u otros de los que intervienen en la realizació n de
los hechos. El acuerdo puede ser expreso, tácito, previo o simultaneo. El simple
acuerdo previo NO es suficiente si no va acompañ ado de una participación
eficaz. La coautoría NO es la suma de autorías individuales, SINO una forma de
responsabilidad por la totalidad del hecho.
En la Cooperación necesaria el sujeto contribuye a la ejecució n del hecho
típico NO de modo directo SINO con actos necesarios para que se produzca el
resultado, como puede ser facilitar el arma homicida. Requiere el "conocimiento
de la acción" y las "circunstancias esenciales que va a ejecutar el autor". También
cabe la inducción.

9. Provocación, conspiración y proposición:


En el art. 141 CP se castiga con la pena inferior en 1 o 2 grados la
provocación, conspiración y proposición para cometer el delito de homicidio.
{Según arts 17 y 18 CP dichos supuestos solo se castigan cuando se recogen de forma "especifica" en el
Codigo, como sucede con el homicidio.
• Se da la provocación cuando se incita directamente a la comisión del delito de algunas de las
formas previstas en elmartm18 CP, castigandose como inductor para el supuesto que se
hubiera cometido efectivamente un homicidio.
• En la conspiración hay un acuerdo previo para la ejecución del delito, mientras que en la
proposición el sujeto que decide ejecutar los hechos invita a otras personas a que participen en
la realización de los mismos.}
SI se inician los actos de ejecución, tanto la conspiración como la
proposición quedan SUBSUMIDAS en dichos actos. {sin embargo, esto se contrapone al
desistimiento en la tentativa que, como vimos, resulta impune (salvo la responsabilidad por los actos
ya realizados), pues se abandona la ejecución ya inicidada; por la misma razón hay que admitir el
desisitimiento en la conspiración, e incluso en la proposicion. Si una persona busca la participación de
otra, no para que colabore con ella en la ejcución de los hechos, sino como mero complice, no daria
lugar a la proposición}
En la provocación NO se da relación de actos ejecutivos entre quien
provoca y el provocado. Este puede decidir ejecutar los hechos o no, si los inicia y
desiste, su conducta generalmente será impune (art. 16 CP). El provocador comete
el delito, tenga o NO exito su actuació n {salvo que en el caso que nos ocupa el
provocado llevara a cabo un homicidio, pues entonces el provocador respondería
como inductor de este delito, art 18.2 CP.
{CONCURSO: En materia de concurso entre lesiones y homicidio en grado de tentativa se da un
concurso de leyes en relación de subsidiariedad tácita (Rodríguez Devesa). Cuando el concurso se
da entre lesiones consumadas y tentativa de homicidio la relación es de consunción y habrá que
condenar por el delito que tenga mayor pena. Otro problema es el homicidio preterintencional, que
veremos más adelante}

II. HOMICIDIO POR IMPRUDENCIA:


Nuestro CP de 1995 optó por castigar los "delitos imprudentes SÓLO cuando así
lo prevea la Ley (art 12), es por tanto, un sipístema de numerus clausus. Superando
el sistema de "crimen culpae" para optar por el de "crimina culposa", donde ya sin
duda ha de realizarse de forma imprudente el tipo de lo injusto, NO siendo
suficiente con que el resultado (muerte) se produzca, SINO que el mismo ha de
responder a la inobservancia del deber de cuidado objetivo por parte del autor.
Por último nuestro CP a unificado la terminología, hablando ahora de
"imprudencia" con 2 modalidades punibles la "grave" y la "leve" {frente a la
"temeraria" y "simple" del CP derogado}
1. Homicidio por imprudencia "grave":
El "homicidio por imprudencia grave" encuentra tipificado en el art. 142 CP.
Se trata, naturalmente, de un delito (art. 13 CP) frente a la falta del art. 621.2 CP,
{que castiga el homicidio causado por imprudencia leve}.

A) Tipo básico:
Se contempla en el art. 142.1 CP donde se castiga "como reo al homicidio
imprudente al que por imprudencia grave causare la muerte de otro". Pena:
Prisió n de 1 a 4 añ os.
a) Requisitos: La imprudencia:
La jurisprudencia exige una acción u omisión NO dolosa, la inobservancia
reprochable de cautelas elementales, que se las mismas se derive el resultado
lesivo típico (en este caso la muerte) y una relación de causalidad entre el
resultado y la conducta del autor. La conducta ha de ser querido por el autor,
ha de infringir una norma de cuidado, se ha de producir un resultado lesivo o
poner en peligro un bien jurídico.
Este delito puede perfeccionarse TANTO por acción COMO por omisión
aunque en algunos supuestos no resulte claro a qué modalidad responden.
- Se suele distinguir entre imprudencia o culpa consciente o CON previsión,
e inconsciente o SIN previsión, segú n se haya llegado efectivamente a prever por
parte del agente el resultado, o sea, a representá rselo o no {en cuyo caso sí debía haberlo
previsto). Esto, en cualquier caso, no supone que la imprudencia consciente sea necesariamente grave.
Sin embargo, se plantea en este punto la DISTINCIÓN entre la culpa consciente o CON prevision y el
dolo eventual} una de las formas del dolo, cuya existencia daría lugar a un homicidio
doloso. Se suele seguir por la doctrina y la jurisprudencia la teoría del
consentimiento, de acuerdo con la cual existiría dolo eventual cuando el agente
ha previsto el resultado como posible y ha aceptado su producción, esto es: que
"esté de acuerdo, apruebe o consienta el resultado": el autor NO variaría su
conducta aunque supiera que el resultado iba a producirse.
-Actúa culposa o imprudentemente "el que omite la diligencia debida", es
decir, el que NO observa el deber de cuidado objetivamente exigible. Se trata, por
lo tanto, de la infracción del deber de cuidado, o sea, de las normas de conducta
exigibles para el caso, las cuales se extraen de la experiencia comú n y NO dependen
necesariamente de la trasgresió n de Leyes o reglamentos. Ademá s, NO basta la
previsibilidad de un resultado dañ oso cualquiera, SINO de la muerte de la
victima /s. En fin, para concluir la imprudencia grave consiste "en la omisión de las
cautelas o precauciones mas elementales para prevenir un mal previsible en
circunstancias normales"

b) Resultado y relación de causalidad:


Para la existencia de un delito de homicidio por imprudencia es necesario
que se haya producido un resultado lesivo atribuible a la actuación descuidada
del agente. De esta manera NO se castiga la tentativa de un delito imprudente
(excepto que tal conducta por sí misma constituya un delito). Nos encontramos,
entonces, en el "homicidio culposo" ante un delito material o de resultado. Así se
comprende fá cilmente que la necesaria relació n de causalidad entre acció n y
resultado se hace ahora esencial: el resultado lesivo debe responder a la conducta
del agente o a ella debe poder ser atribuido, imputado. Este nexo causal suele
constatarse a partir de la teoría de la equivalencia de condiciones a través de la
"conditio sine quea non", segú n la cual se considerará causa todo aquella
condició n que suprimida mentalmente haría desaparecer el resultado.

c) Autor:
En un delito de homicidio por imprudencia autor puede ser cualquiera. NO
así en el caso de imprudencia profesional (art. 142.3 CP).
La jurisprudencia considera en al á mbito de la delincuencia culposa autor a
todo aquel que concurra causalmente al resultado, quedando excluida por regla
general la participación. Caben también los supuestos de coautoría, pero en tales
casos se exige la existencia de un mínimo acuerdo entre los agentes.

d) Concurso:
Respecto al homicidio doloso se halla en relació n de subsidiariedad tá cita,
excluyéndose mutuamente dolo y culpa.

Para el caso de concurrencia de varios resultados (ya sean homogéneos o


no) a causa de una misma acción imprudente, hasta ahora el TS venía
entendiendo que existía 1 solo delito, lo cual ya resultaba dudoso incluso con el
anterior sistema de clá usulas. Se trata de un supuesto de concurso ideal (art. 77
CP).
{Dudoso en el supuesto en el que la muerte por imprudencia resulta tras un intento fallido de
homicidio (o asesinato) doloso, cuando creía el autor que su víctima había efectivamente fallecido,
(supueto conocido como " dolus generalis". Aqui debe castigarse como tentativa el 1er intento doloso
concurso real con una muerte imprudente en el caso de que sea reprochable a atl título el
fallecimiento}

B) Homicidio imprudente ocasionado con vehículo de motor o


arma de fuego:
Tipo: Se castiga en el art. 142.2 CP el "homicidio imprudente cometido utilizando
vehículo a motor, un ciclomotor o un arma de fuego"
{Pena: De 1 a 4 años de prisión, y, además, respectivamente la privación del derecho a conducir
vehículos a motor y ciclomotores o la privación del derecho a la tenencia y porte de armas, de 1 a 6
años.}
{Es claro el art 142, cuando dice que debe ser "utilizando..." es decir, en su uso normal, NO p.e. causar
una muerte en un taller reparándolo}

C) Homicidio por imprudencia profesional:


Tipo: Se castiga en el art. 142.3 CP los supuestos en que "el homicidio fuere
cometido por imprudencia profesional".
{Pena: Prisión de uno a cuatro años, y, además inhabilitación especial para el ejercicio de la
profesión, oficio o cargo, por un período de tres a seis años. }
Se ha venido distinguiendo entre imprudencia o culpa profesional por una
parte, e imprudencia o culpa "del" profesional por otra, reservá ndose
naturalmente la agravació n para el primer supuesto. Estas conductas pueden
darse en cualquier profesión, siendo las má s corrientes las derivadas del
ejercicio de la medicina y de la conducció n de vehículos de motor. La distinció n
entre ambas modalidades NO es fá cil, debe entenderse por imprudencia
profesional la que se produce NO sólo en el desarrollo de una actividad profesional,
SINO específicamente debida a una infracción de las reglas de tal profesión ("lex
artis").

2) Homicidio por imprudencia leve:


Tipo: Se castiga como falta segú n el artículo 621.2 CP: "a los que por imprudencia
leve causaren la muerte de otra persona".
{Pena: Multa de 1 a 2 meses. Si el hecho se cometiera con vehículo a motor o ciclomotor, podrá
imponerse además la privación del derecho a conducirlos por tiempo de 3 meses a 1 año. }
En la imprudencia leve, lo mismo que sucede con la imprudencia grave, se
exige tb la infracción del deber objetivo de cuidado; la diferencia está en que tal
infracción es menor en el primer supuesto (el leve) que en el segundo. La
imprudencia, partiendo de la grave, va descendiendo hasta la imprudencia leve
como consecuencia de una menor exigibilidad; descendiendo todavía má s se llega a
culpa levísima que quedaría fuera del Có digo Penal para constituir infracciones
objeto de sanciones en el terreno civil o administrativo. A veces no es fá cil
establecer el límite entre la imprudencia grave y leve, será el juzgador en cada caso
quién decida en atenció n a las circunstancias del hecho y actuació n del autor. En la
imprudencia leve la exigencia respecto al deber de cuidado en determinados
comportamientos es menor, es el deber que se exigiría a las personas
prudentes y NO a cualquiera, como sucede en la imprudencia grave.

3) Perseguibilidad:
Nos encontramos ante una falta perseguible sólo a instancia de parte, pese a
que el bien jurídico protegido es la vida. A este respecto dispone el artículo 621.6
CP: "Las infracciones penadas en este artículo SÓLO serán perseguibles mediante
denuncia de la persona agraviada o de su representante legal".
El CP hace referencia a la "persona agraviada". En el caso que nos ocupa,
muerte, la persona agraviada es el fallecido, por lo que no es posible que pueda
pedir que se inicie el procedimiento. Una vez má s se observa la falta de técnica en
el Có digo.
El art. 639 CP dispone: "En las faltas perseguibles a instancia de la persona
agraviada también podrá denunciar el Ministerio Fiscal si aquélla fuere menor de
edad, incapaz o una persona desvalida".
En su pá rrafo segundo recoge que "la ausencia de denuncia NO impedirá la
práctica de diligencias a prevención". Hay que tener en cuenta que en un primer
momento NO puede resolverse respecto a si los hechos constituyen una
imprudencia grave o leve, por lo que necesariamente habrá que llevar a cabo las
diligencias necesarias para que se pueda determinar el tipo de imprudencia.
{{Las faltas prescriben a los 6 meses (art 131.2 CP) por lo que la denuncia ha de realizarse en ese
espacio de tiempo}}

{{Apuntes del tema 2 elaborados por Onaiplu}}

LECCIÓN 2

I. ASESINATO
El asesinato es la muerte de otra persona si concurre, en la ejecució n, algunas
de las circunstancias que se recogen en el Art. 139 CP “Se castiga como reo de
asesinato, al que matare a otro concurriendo las circunstancias siguientes”:
1,- Con alevosía.
2,- Por precio, recompensa o promesa.
3,- Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del
ofendido.
Pena: Prisió n de 15 a 20 añ os.
El bien jurídico protegido: Es el mismo que en el homicidio, la vida humana
independiente.
Sujeto activo y pasivo: Pueden serlo cualquier persona.
Naturaleza jurídica del asesinato: Se trata de resolver si el asesinato consiste
meramente en una forma de homicidio, o es un tipo agravado de éste, o por el
contrario, nos encontramos ante un delito diferente, de naturaleza distinta en
algú n punto y sui generis.

El legislador ha mantenido el asesinato como figura independiente y distinta


a la del homicidio; se sigue hablando expresamente en el Art. 139 CP de asesinato,
de modo que se incluye en la descripció n del delito, ademá s del gran peso que
representa su propia significació n socioló gica y lingü ística.
Entre las peculiaridades propias del asesinato frente al homicidio, hay que
destacar los problemas que se plantean en materia de participació n y error,
mientras que las circunstancias que lo cualifican forman parte del tipo, no
figurando como agravantes genéricas.

La acción: Consiste en dar muerte a una persona concurriendo al menos una de las
circunstancias previstas en el Art. 139 CP.
Estas circunstancias son:
1,- Alevosía
Hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra las
personas empleando en la ejecució n medios, modos o formas que tienden directa o
especialmente a asegurarla, sin el riesgo que para su persona pudiera proceder de
la defensa por parte del ofendido. Art. 22.1 CP.
Para que pueda apreciarse alevosía no es necesario que el sujeto consiga la
muerte de la víctima, sino que la utilice para la ejecució n. Si no se consigue la
muerte, el asesinato quedará en grado de tentativa. La alevosía supone actuar a
traició n y sobre seguro; ataque sú bito, imprevisto, fulgurante y repetido, para
evitar riesgos que puedan derivarse de la defensa que pueda llevar a cabo la
víctima.
Alevosía preordenada o sobrevenida: Puede estar preordenada con
anterioridad a la ejecució n o sobrevenida una vez iniciada la misma; la
jurisprudencia no es uniforme. En cualquier caso, no hay que confundir la alevosía
con la actuació n del autor cuando después de la primera o primeras agresiones, la
víctima queda mermada de posibilidades de defensa, situació n que se da en
ocasiones en condiciones homicidas de no pueden ser calificadas de asesinato,
también cabe la posibilidad de que un comportamiento iniciado alevosamente,
pueda dejar de serlo y lo contrario.

La jurisprudencia distingue tres tipos o modalidades de alevosía:


a) La proditoria, singularizada por el acecho o el apostamiento, por la
emboscada, trampa o celada.
b) La súbita, o “ex improvissu”, en la que el agente acomete a la víctima de un
modo inesperado, inopinado, repentino y sorpresivo, hallá ndose dicha víctima
totalmente inerte y desprevenida sin que pudiera presagiar el desencadenamiento
repentino de un ataque contra su vida o su integridad personal.
c) La perpetrada con aprovechamiento, del especial desvalimiento o
desamparo del ofendido, que puede ser: un niñ o de corta edad, un anciano, un
minusvá lido o alguien que se halla totalmente embriagado, etc., cualquier situació n
que impida cualquier tipo de defensa.

Compatibilidad de la alevosía con el dolo eventual: La doctrina se


pronuncia en contra de esta compatibilidad, con alguna excepció n, mientras que la
jurisprudencia, aú n siguiendo esta línea, no es tajante. Considera la jurisprudencia
que la alevosía requiere que el conocimiento y voluntad del autor en el asesinato
abarque tanto la muerte, como la forma de llevarlo a cabo, lo que no parece pueda
concurrir en el dolo eventual. El TS aú n reconociendo las dificultades admite en
diversas sentencias la compatibilidad entre dolo eventual y alevosía.

2,- Precio, recompensa o promesa


Para que en la muerte de otro pueda concurrir esta circunstancia y dar lugar
al asesinato, es necesario un pacto entre quien ofrece y quien ejecuta los hechos. El
contenido econó mico o la promesa del mismo ha de ser lo que desencadene la
acció n criminal. El pacto ha de ser anterior a la ejecució n, se reciba el precio o se
posponga.
Si el sujeto había decidido con anterioridad a la ejecució n del delito, sin que
influya en su decisió n el precio, la recompensa o la promesa, la persona que dio o
prometió quedará impune, mientras que el sujeto cometerá el delito de homicidio
y no el de asesinato.
Segú n la jurisprudencia, la agravante de precio requiere:
a) En cuanto a la actividad, el recibir una merced de tipo econó mico para la
ejecució n del hecho.
b) En cuanto a la culpabilidad, que la merced influya como causa motriz del
delito, mediante el pacto remuneratorio, afectando tanto al que entrega como al
que recibe el precio y con operatividad inductora en virtud de las proyecciones
recíprocas que tiene la codelincuencia.
c) En cuanto a la antijuridicidad, que la merced tenga la suficiente intensidad
para ser repudiada por el ente social, en virtud de la inmoralidad y falta de
escrú pulo que se deja sentir ante la misma.
Hay una corriente jurisprudencial que admite el asesinato con dolo eventual
cuando éste concurre en la muerte y el dolo directo se da en las circunstancias.

3,- Ensañamiento
Supone al aumento deliberado e inhumano del dolor de la víctima. En ambos
casos, ademá s de la muerte se busca un mayor sufrimiento para la víctima. Se
requiere el elemento subjetivo de perseguir aumentar el dolor del ofendido, por lo
que no se apreciará ensañ amiento cuando el autor repite las heridas innecesarias
para la muerte por cuestió n de odio o venganza, pero sin buscar específicamente el
aumento del dolor. Es preciso el propó sito deliberado de aumentar el mal, de
forma fría, refinada y reflexiva. Só lo puede cometerse mediante dolo directo, sin
que sea suficiente el dolo eventual.
Se requieren, pues, dos elementos:
- Objetivo, constituido por la causació n de males objetivamente innecesarios
para alcanzar el resultado típico, que aumentan el dolor o sufrimiento de la
víctima.
- Subjetivo, consiste en que el autor debe ejecutar, de modo consciente y
deliberado unos actos que ya no está n dirigidos directamente a la consumació n del
delito, sino al aumento del sufrimiento de la víctima.

Formas de ejecución: Ademá s de la consumació n, cabe la tentativa.


Formas de participación: En la autoría puede presentarse el problema de a qué
autores se les puede aplicar la concurrencia de una o má s circunstancias, con lo
que respondería por asesinato, y a cuá les no, con lo que serían responsables de
homicidio. Si lo que los coautores pretender cometer es un asesinato, y así lo llevan
a cabo, por conocer la forma de ejecució n, responderá n todos por este delito; por el
contrario, si lo que pactaron fue la comisió n de un homicidio y alguno de los
copartícipes realiza actos que dan lugar a cualquiera de las circunstancias que
cualifican el asesinato, responderá por este delito, mientras que los demá s lo será n
por homicidio.
4,- Supuesto agravado
Segú n el Art. 140 CP, se da cuando en el asesinato concurren má s de una de
las circunstancias previstas en el Art. 139 CP.
Pena: Prisió n de 20 a 25 añ os. La referencia que se hace a “má s de una” se presta a
diversas interpretaciones:
- La doctrina mayoritaria considera que la primera circunstancia cualifica el
asesinato del Art. 139 CP y la concurrencia de otra má s da lugar al supuesto
agravado del Art. 140. CP, mientras que la tercera y ú ltima jugaría como una
agravante genérica, debiendo el Tribunal imponer la pena de prisió n de 20 a 25
añ os en su mitad superior por el juego de la regla tercera del Art. 66 CP.
- El autor del libro, en contra de la doctrina mayoritaria, considera que del
texto se desprende que para que pueda darse tal agravació n, han de concurrir las
tres circunstancias del Art. 139 CP, pues si una de ellas cualifica de asesinato,
quedan otras dos, si para la agravació n del Art. 140. CP ha de concurrir má s de una,
necesariamente han de ser las otras dos que no se hayan tenido en cuenta para la
cualificació n de asesinato. De ello se deduce que el Art. 140 tiene muy escasas
posibilidades de aplicació n, pues será excepcional que una persona cometa un
asesinato concurriendo alevosía; precio, recompensa o promesa, y ensañ amiento.
Cuando concurra una segunda circunstancia no jugará como agravante
genérica, pues es elemento del tipo, sobre la base de lo que dispone el Art. 67 CP,
para la agravació n del Art. 140 CP, han de concurrir las tres agravantes.
Aunque no puede ser apreciada como genérica la segunda circunstancia, los
efectos pueden llegar a ser los mismos. Una agravante obliga a imponer la pena en
su mitad superior (Art.66.3) y aunque en su caso, no se puede valorar la segunda
agravante como genérica, el juzgador si podría tenerla en cuenta de acuerdo con la
regla 6ª del art. 66, pudiendo imponer la pena en su mitad superior al valorar “las
circunstancias personales del delincuente y la mayor o menor gravedad del hecho”.

Orden de prelación de las circunstancias. La doctrina a veces se ha


planteado el orden de estimació n de las circunstancias. Si concurrieran las tres del
art. 139, parece que la primera – alevosía- daría lugar al asesinato, la 2ª –precio-
serviría para el supuesto agravado previsto en el art. 140, mientras que el
ensañ amiento jugaría como agravante genérica, se respeta el orden establecido en
el Có digo. Otro criterio sería tener en cuenta la realidad criminoló gica, es decir, el
orden natural de aparició n. En todo hecho criminal de estas características, la
primera situació n que se da es la de pagar precio al autor o prometerse
recompensa o promesa; seguidamente se daría la de alevosía, que concurre con el
comienzo de la ejecució n de los hachos; por ú ltimo, entraría en juego el
ensañ amiento, que tiene lugar durante la ejecució n o al final de la misma.

5,- Provocación, conspiración y proposición


Se castiga en el Art. 141 CP con la pena inferior en uno o dos grados a la
señ alada para asesinato del Art. 139 CP, o asesinato agravado del Art. 140 CP, la
provocació n, conspiració n y proposició n.
{{Apuntes del tema 3 elaborados por Gargablas}}

Lección 3.

I. Inducción al suicidio. Cooperación al suicidio. Eutanasia

Artículo 143.
1. El que induzca al suicidio de otro será castigado con la pena de prisión de cuatro a ocho años.
2. Se impondrá la pena de prisión de dos a cinco años al que coopere con actos necesarios al suicidio
de una persona.
3. Será castigado con la pena de prisión de seis a diez años si la cooperación llegara hasta el punto de
ejecutar la muerte.
4. El que causare o cooperare activamente con actos necesarios y directos a la muerte de otro, por la
petición expresa, seria e inequívoca de éste, en el caso de que la víctima sufriera una enfermedad
grave que conduciría necesariamente a su muerte, o que produjera graves padecimientos
permanentes y difíciles de soportar, será castigado con la pena inferior en uno o dos grados a las
señaladas en los números 2 y 3 de este artículo. (Eutanasia)

1. Inducción y cooperación al suicidio


Consideraciones generales (Decisiones comunes a todos los supuestos)
Bien jurídico protegido: El bien jurídico protegido es la vida de las personas, que
comprende también la del suicida.
Sujeto activo y sujeto pasivo: puede serlo cualquier persona con las
peculiaridades y problemas que en cada caso pueden plantearse respecto al sujeto
pasivo
Acción: Por lo que se refiere a la acció n, en todos los casos se persigue la muerte
de la persona que tiene deseos de suicidarse, salvo en el primero donde el sujeto
activo induce a otro (que previamente no había tomado esa resolució n) a que se
suicide.
Solo es posible la conducta dolosa. En la inducció n al suicidio (art. 143.1º) no
cabe el dolo eventual, pues se trata de un dolo directo para influir en un tercero a
que se suicide. En la cooperació n con “actos necesarios” (art. 143.2º) también la
conducta es con dolo directo, y lo mismo cabe decir en el homicidio-suicidio donde
el sujeto activo es quien llega a ejecutar la muerte (art. 143.3º). No son posibles las
formas imprudentes, porque no se contemplan para este supuesto en el có digo
penal, pues dentro del Título que se ocupa del homicidio y sus formas solo cabe el
homicidio por imprudencia grave.
En la cooperació n no es posible ninguna causa de justificació n: el
consentimiento solo da lugar a la atenuació n de la pena.
Formas de ejecución: Para todos los supuestos es necesario que se produzca la
muerte, pues de lo contrario la conducta sería impune: la muerte del suicida es una
condició n objetiva de penalidad”. Sin embargo, si durante la ejecució n de los
hechos el sujeto que auxilia causa lesiones responderá por éstas (no por tentativa
de cooperació n al suicidio ni por tentativa de homicidio-suicidio), si bien al existir
consentimiento la pena debe ser atenuada de acuerdo con lo que dispone el
artículo 155. Son impunes las autolesiones que pudiera producirse el suicida.
Concurso: Frente al homicidio y el asesinato los supuestos del art. 143 son de
aplicació n preferente, segú n el principio de subsidiariedad tá cita.

Consentimiento:
El tema de la prueba es problemá tico, especialmente si tenemos en cuenta
que con el fallecimiento poco o nada se podrá aclarar pues una carta o confesiones
a terceros pueden ser insuficientes.
En los supuestos de cooperació n y homicidio-suicidio nada se dice del
consentimiento, pues se supone que el sujeto que pretende el apoyo de otro para
suicidarse le manifiesta previamente su intenció n, le pide ayuda y consiente en su
intervenció n.
El consentimiento tiene que prestarlo el presunto suicida, y ha de ser
voluntario, son coacció n o vicio de la voluntad que elimine su validez. Debe ser
expreso (no es necesario que sea escrito) no siendo suficiente cualquier
manifestació n o acto en la que se presuma tal deseo. No basta el consentimiento
presunto. Hay que tener en cuenta que quien toma esta decisió n tiene con
frecuencia problemas psíquicos que anulan o disminuyen su capacidad de decidir.
Si el consentimiento no es vá lido se cometerá homicidio.
En el art. 143.4 donde se tipifica la eutanasia se hace referencia concreta a
“petició n expresa, serie e inequívoca”, fó rmula que es vá lida para cooperació n al
suicidio y homicidio suicidio. También el art. 156, que se ocupa del consentimiento
en las lesiones, se dice que el mismo ha de ser “vá lida, libre, consciente y
expresamente emitido”. Al igual que en las lesiones, no es vá lido el consentimiento
otorgado por un menor de edad o un incapaz.

2. Inducción al suicidio
Se castiga en el art. 143.1 al “que induzca al suicidio de otro”.
Pena: prisió n de cuatro a ocho añ os.
Estamos ante un homicidio, por lo que esta figura no tiene razó n de ser. Debía
desaparecer del Có digo penal y condenarse por homicida a quien consigue que
otro se suicide al inducirle eficazmente a ello.
Induce al suicidio a otro quien consigue por cualquier medio de persuasió n
que el inducido se quite la vida a sí mismo. La inducció n puede ser directa o a
través de otra persona. La conducta dolosa del inductor es la misma que la del
autor de otro delito, pues persigue el mismo fin: la producció n de un resultado.
Es preciso que el inductor anule la voluntad del que finalmente termina
suicidá ndose, siendo su intervenció n la que decide el resultado final. No habrá
inducció n si el suicida con anterioridad había decidido quitarse la vida.

En el terreno de la participació n cabe una inducció n en cadena, pues el


inductor puede actuar a través de tercero. Será impune cualquier tipo de
participació n que no incida de forma eficaz en la decisió n ú ltima del que quiere
morir, por lo que no es posible la complicidad en la inducció n, pues la
participació n del có mplice nunca será decisiva.

3. Cooperación al suicidio
Se castiga en el art. 143.2 al que “coopere con actos necesarios al suicidio de
una persona”.
Pena: Prisió n de dos a cinco añ os.
Nos encontramos ante una forma de cooperació n necesaria, sin la cual no se
hubiera producido el resultado, es decir, el suicidio. La autoría por cooperació n se
diferencia de la complicidad en que en tal figura la participació n no es la que
decide el resultado final. La complicidad, por tanto, es impune pues no se colabora
con actos necesarios.
Se da en la ejecució n una doble participació n, tanto del cooperador como la del
suicida, pues si la cooperació n fuera de tal entidad que la realizada por el suicida
resultada irrelevante, estaríamos en el supuesto del homicidio-suicidio del art.
143.3.
Sería una cooperació n de actos necesarios, por ejemplo, la entrega del veneno
a quien pretende suicidarse, resultando necesaria también la actividad de éste en
cuanto que es quien finalmente decide. La doctrina suele mantener que es el
suicida quien en ú ltimo extremo tiene el “dominio del hecho”. Sin embargo, la
intervenció n de ambos es igualmente decisiva, por lo que sin la participació n de
cualquiera de ellos no podría producirse el resultado. Por tanto, se trataría de un
dominio del hecho conjunto. El Tribunal Supremo también sostiene que el dominio
del hecho lo tiene el presunto suicida.
El delito se puede cometer en comisió n por omisió n. Si quien ostenta la
posició n de garante no impide el resultado comete el delito en comisió n por
omisió n. Piénsese, por ejemplo, en el socorrista que no evita que se ahogue el
bañ ista que pretende suicidarse en una piscina, pues está obligado por una
relació n contractual (posició n de garante). No obstante se puede renunciar a la
protecció n que corresponde al garante, por lo que al perder éste su condició n de
tal no respondería de un homicidio en comisió n por omisió n, a lo sumo de omisió n
del deber de socorro.
La muerte es condició n objetiva de penalidad, por lo que si no se produce no
hay delito, de ahí que la tentativa sea impune.

Huelgas de hambre: Se discute si el médico que tiene el deber de asistir y velar


por la vida del huelguista incurre en responsabilidad criminal tanto si le deja morir
sin suministrarle alimentació n forzosa, como si le alimenta (posible delito de
coacció n).

El médico de prisiones (o cualquier médico de un centro sanitario) no podrá


suministrar alimentos por la fuerza contra la voluntad del sujeto que se encuentra
en ayuno voluntario, siempre que esta negativa se presta libremente y en pleno
uso de sus facultades mentales, y no exista grave riesgo para su vida. No hay que
olvidar que el debilitamiento que supone la falta de alimentos, y especialmente de
agua, puede influir en la capacidad de decidir del sujeto. También pueden existir
cuestiones políticas.
El médico tendrá el deber de alimentar cuando la persona se encuentra en
una situació n tal que de no intervenir sufriría lesiones irreversibles; hay que tener
en cuenta que tienen el deber de velar por la salud de los que está n en un centro
penitenciario. En el momento en que el huelguista se encuentra en una situació n
pró xima de peligro grave para su integridad física o mental, el médico que llevara a
cabo la alimentació n forzosa en todo caso estaría amparado en la causa de
justificació n de estado de necesidad, no cometiendo ningú n delito de coacció n,
pues la vida es un valor superior al de la libertad.
La posició n de garante del médico cesa en el momento en el que el sujeto
renuncia a ella de forma voluntaria, por decisió n vá lida. Si en estos casos el
huelguista de hambre fallece, el médico no habrá cometido un homicidio en
comisió n por omisió n, pero sí un delito de omisió n del deber de socorro. Si
alimenta al paciente contra su voluntad está exento de responsabilidad por la
causa de justificació n de estado de necesidad.
La jurisprudencia justifica la intervenció n coactiva de la Administració n en
estos casos. Hay que tener en cuenta que, aunque el suicidio es conducta
penalmente impune, los que se someten a una huelga de hambre buscando
cualquier tipo de reivindicació n normalmente no tienen intenció n de morir.

4. Homicidio-suicidio
Se castigan en el art. 143.3 los supuestos de suicidio cuando “la cooperación
llegara hasta el punto de ejecutar la muerte”.
Pena: Prisió n de seis a diez añ os.
Estamos ante un homicidio consentido. La víctima no tiene participació n en
el resultado, pues el suicida deja la ejecució n de su propia vida en manos de un
tercero a quien autorizó realizar el hecho.
En este caso el dominio del hecho lo tiene el que da muerte a quien se quiere
suicidar, pues, en definitiva, es el que toma la ú ltima y eficaz decisió n. Cosa distinta
es el caso del cooperador necesario, donde el dominio del hecho era conjunto.
No caben las conductas omisivas, pues cierra el paso a éstas la referencia que
se hace a “ejecutar” la muerte, lo que ha de llevarse a cabo por actos de acció n
directa y no omisivos.
Es posible la coautoría, pues el consentimiento puede otorgarse a má s de una
persona. Si uno de los coautores interviene en la ejecució n de los hechos sin
conocer que la persona quería suicidarse, responderá por un delito de homicidio y
no por el privilegiado de homicidio-suicidio, pues no se le había otorgado
consentimiento.
5. Eutanasia
Por eutanasia hay que entender muerte sin dolor o con los menores
padecimientos posibles. Dentro de las distintas formas de eutanasia hay que
distinguir la activa, que consiste en ayudar a morir a personas que así lo desean,
como consecuencia de una enfermedad grave incurable o que produzca graves
padecimientos permanentes y difíciles de soportar, y eutanasia pasiva
(ortotanasia), que consiste en no prolongar la vida, dejando al enfermo a expensas
de sus recursos físicos.
La regulació n en el Có digo es confusa y desafortunada (ademá s gran parte de
la població n acepta acortar los sufrimientos aunque suponga adelantar la muerte).
Se plantea en la eutanasia de nuevo el derecho de la persona a disponer de su
propia vida. El deseo de morir mediante el suicidio no implicaba en sí la necesidad
de que el sujeto sufriera una enfermedad incurable, que sí se precisa en la
eutanasia.
En los supuestos de eutanasia pasiva la actuació n médica es impune si se
limita a realizar un tratamiento que no precipite la muerte, como puede ser
suministrar calmantes. Aunque el médico no está obligado a prolongar la vida,
tampoco puede acortarla.
El art. 134.4 del CP castiga al que “causare o cooperare activamente con actos
necesarios y directos a la muerte de otro, por la petició n expresa, seria e
inequívoca de éste, en el caso de que la víctima sufriera una enfermedad grave que
conduciría necesariamente a su muerte, o que produjera graves padecimientos
permanentes y difíciles de soportar”. La pena contemplada es la inferior en uno o
dos grados a las señ aladas en los nú meros 2 y 3 de este artículo.
Dentro de los elementos que configuran la eutanasia hay que tener en cuenta
lo que sigue:
a) “Petición expresa, seria e inequívoca” de quien solicita la muerte a un
tercero.
a. Expresa: Excluye la petició n tá cita, debiendo ser verbal o escrita.
b. Serie: Supone que ha de estar exenta de todo tipo de duda
c. Inequívoca: Equivale a que sea clara en cuanto a que el sujeto que
desea morir esté perfectamente informado de su enfermedad,
efectos, posibilidades de vida, etc.
b) “Causare la muerte de otro”. Habrá que entender que equivale a ejecutar los
hechos, es decir la muerte de una persona, aunque sea a petició n de ésta.
c) “Cooperare activamente con actos necesarios y directos, a la muerte de otro”.
Se refiere a la realizació n de actos sin los cuales no se hubiera producido la
muerte. Estamos ante un supuesto de cooperació n necesaria.
d) “Muerte de otro”. En los dos supuestos anteriores se persigue la muerte de
la persona que así lo ha solicitado, bien por ejecució n directa o por
cooperació n necesaria.
e) “Sufriera enfermedad grave” que bien “conduciría necesariamente a la
muerte” o “que produjera graves padecimientos permanentes o difíciles de
soportar”.
La referencia expresa a “causare” o “cooperare activamente con actos”
impiden las formas omisivas, por lo que no cabe la comisió n por omisió n.
De lo anterior se desprende la inseguridad jurídica a que lleva la regulació n
de la eutanasia en el Có digo Penal. Habrá que recurrir a expertos en medicina para
determinar lo que ha de entenderse por “enfermedad grave”, “padecimientos
permanentes y difíciles de soportar” o enfermedad que “conduciría
necesariamente a la muerte”.
No hay garantías, ni normas, respecto a quienes han de certificar sobre la
enfermedad grave o padecimientos permanentes difíciles de soportar. La situació n
es confusa. Tampoco las personas que puedan cooperar o ejecutar la muerte de
quien solicita la eutanasia; en principio, puede ser cualquiera, desde un médico a
un tercero, aunque en este caso el ejecutor necesitaría previamente un certificado
y con posterioridad preparar fríamente la ejecució n, lo que resulta aberrante. El
médico necesitaría también que otros certificaran la situació n.
Después de todos los preparativos cabe pensar si alguien estaría dispuesto a
ejecutar los hechos sabiendo que va a ser condenado.
Solo son posibles las conductas dolosas. No es suficiente el dolo eventual.
Tampoco las formas imprudentes al no establecerse de forma concreta en el
Có digo.
No cabe ninguna causa de justificación. No puede admitirse el estado de
necesidad, ayudando a morir al que padece una enfermedad grave a fin de evitarle
sufrimientos, sea cual fuere la situació n del enfermo. Mientras éste no preste su
consentimiento nadie está autorizado a terminar con su vida.

Consentimiento: En el art. 143.3 se dice que la eutanasia ha de llevarse a cabo


“por la petició n expresa, serie e inequívoca” de quien solicite la muerte. El
consentimiento ha de ser claro y no ofrecer dudas de que pueda ser invalidado. No
es necesario que sea escrito.
El legislador no se pronuncia sobre el consentimiento en caso de menores o
incapacitados. Tienen interés los supuestos de recién nacidos con graves
problemas de salud o taras físicas. Estos supuestos presentan serios problemas
con la consiguiente inseguridad jurídica como consecuencia de quién ha de prestar
el consentimiento, así como la certificació n médica de que puede practicarse la
eutanasia.

Concurso: En materia de concurso de leyes es de aplicació n preferente el art.


143.4 frente a los nú ms. 2º y 3º del mismo artículo por el principio de especialidad
(art. 8.1).
El testamento vital consiste en una declaració n escrita en la que una persona
con plena capacidad de decisió n pide que no se prolongue su vida artificialmente
por cualquier motivo. Plantea problemas el consentimiento prestado “a priori”,
pues la persona puede cambiar de opinió n con el paso del tiempo. Se puede salvar
con una ratificació n perió dica del documento. Salvada esta cuestió n debe ser
eficaz siempre que se considere que fue emitido sin vicios invalidantes. En
definitiva, es una negativa a tratamiento médico. El sujeto delega la decisió n final
en el médico, en familiares o terceros en situaciones en las que el sujeto carece de
capacidad de decisió n. A veces pueden plantearse problemas de prueba.

{{Apuntes Tema 4 elaborados por Dangoro}}

LECCIÓN 4

EL ABORTO.
La Ley Orgánica 2/2010 “De salud sexual y reproductiva y de la
interrupción voluntaria del embarazo”, dedica su título II a la interrupció n
voluntaria del embarazo. Dentro de los requisitos comunes se hace referencia al
consentimiento de las mujeres de 16 y 17 añ os. En su artículo 14 se ocupa de la
interrupció n del embarazo a petició n de la mujer, estableciendo que “podrá
interrumpirse el embarazo dentro de las primeras 14 semanas de gestació n a
petició n de la embarazada siempre que concurran los requisitos siguientes; A) Que
se haya informado a la mujer embarazada sobre los derechos, prestaciones y
ayudas pú blicas de apoyo a la maternidad. B) Que haya transcurrido al menos tres
días, desde esa informació n y la realizació n de la intervenció n.
En el art. 15.a la ley permite la interrupció n del embarazo cuando no se
superen las 22 semanas de gestació n y siempre que exista grave riesgo para la
vida o la salud de la embarazada y así conste en un dictamen emitido con
anterioridad a la intervenció n por un médico/a especialista distinto que la
practique o dirija. Pero en caso de riesgo vital para la gestante podrá prescindirse
del dictamen. En el artículo 2.a) de la ley se define la salud como “el estado de
completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de
afecciones. Este concepto tan amplio de salud permitirá vulnerar la ley con
facilidad dentro de las 22 primeras semanas de gestació n.
La L.O 2/10 deroga el artículo 417 bis del CP redactado conforme a la L.O
9/85 donde se recogían los supuestos de aborto no punible, por razones
terapéuticas, éticas o eugenésicas.
En Españ a tras la LO 2/2010 en Derecho Penal el nasciturus no es bien
jurídico protegido durante las primeras catorce semanas de gestació n, ya que la
embarazada puede abortar libremente, sin embargo, hay especies protegidas de
animales y plantas amenazadas o en peligro de extinció n. En cuanto a la
demografía, hipotéticamente queda al control de la mujer, pues si fueran muchas
las que decidieran abortar legalmente, ello afectaría a la població n a nivel regional
e incluso del país. El art.15 de la Constitució n comienza diciendo “todos tienen
derecho a la vida”. Sobre esta cuestió n y con respecto al antiguo art. 417 bis, ahora
derogado, la sentencia del TC 53/85 del 11 de abril, en su fundamento jurídico 12
dice que “el Estado tiene obligació n de garantizar la vida, incluida la del nasciturus
(art 15 de la CE). La nueva ley ha sido recurrida ante el Tribunal Constitucional.

I. SUPUESTOS DE ABORTO PUNIBLE.


Está n tipificados en los artículos 144 y ss. del CP. El bien jurídico protegido
es la vida del producto de la concepció n y en su caso de la madre, teniendo menos
interés la demografía del país.
Sujeto activo puede ser cualquiera. En lo que se refiere al sujeto pasivo la
doctrina no es pacífica; las posturas van desde quienes consideran que es el propio
nasciturus, es decir, el feto, hasta los que opinan que el sujeto pasivo es la
comunidad.
Concepto: Se definía en el art 1 de la ley de 24 de enero de 1941: “Se considera
aborto no só lo la expulsió n prematura y voluntariamente provocada del producto
de la concepció n, sino también la destrucció n en el seno de la madre”. Frente a este
concepto algú n autor sostiene que la definició n es incompleta, ya que lo decisivo es
la muerte del feto, sea o no expulsado del claustro materno. Sin embargo entiende
el autor del manual que lo fundamental es la voluntad de dar muerte al producto
de la concepció n, pues si no se consigue estaríamos ante una tentativa.
Desde el punto de vista médico se define “feto” como el producto de la
concepció n, aproximadamente desde el tercer mes hasta el nacimiento, es el
embrió n con apariencia humana y sus ó rganos formados.
El Có digo Penal no especifica cuá l es el momento en la que la destrucció n
del fruto de la concepció n da lugar al aborto. Si lo que se protege es la vida del
concebido, pero no nacido, habría que considerar aborto desde el momento de la
concepció n (en esta línea se pronuncia parte de la doctrina y alguna sentencia),
pero esto crearía graves problemas en materia de prueba, pues lo normal es que se
busque el aborto cuando se sospeche o se confirme el embarazo. No sería fá cil
conocer si hubo o no aborto, cuando se llevan a cabo prá cticas abortivas poco
después de haberse realizado el acto sexual y ante el riesgo de embarazo. A lo
sumo estaríamos ante un ovulo que lleva poco tiempo fecundado y no sería posible
conocer si en efecto se dio muerte al producto de la concepció n, pues no se sabe si
hubo fecundació n.
Algunos autores hablan del momento de la anidació n, que tiene lugar 14
días después de la fecundació n, aunque esta solució n también plantea dificultades.
Ante la inseguridad jurídica que supone determinar el momento a partir del
cual la destrucció n voluntaria del producto de la concepció n es delito, habrá que
tener en cuenta el concepto legal de embrió n y de feto. (Pero no los dice)
Como en todos los delitos contra la persona humana independiente,
también en el aborto, es necesario que se dé una relació n de causalidad entre la
acció n encaminada a producir el aborto y el resultado. Ademá s del aborto doloso
también cabe el aborto por imprudencia grave segú n art 146.
Clases: Se recogen los siguientes supuestos. a) aborto no consentido. b) diversas
formas de aborto consentido. c) autoaborto, d) aborto sin observar los requisitos
establecidos en la ley, y e) diversos supuestos de aborto por imprudencia grave.
Formas de ejecución: Ademá s de la consumació n es posible la tentativa, pues
puede ocurrir que en la ú ltima fase de la gestació n se expulse al feto con intenció n
de que muera pero sobreviva. También se castigarían como tentativas las
manipulaciones infructuosas para dar muerte al feto dentro de claustro materno,
naciendo el niñ o má s tarde con plena viabilidad.
Dentro de la coautoría puede plantearse el problema del dominio del
hecho, es decir, quien tiene la decisió n final. El autor del manual entiende que hay
una coautoría compartida entre la mujer que decide el aborto y la persona que lo
lleva acabo. Ambas actuaciones son necesarias, pues no se cometería el delito sin la
intervenció n de uno de ellos.
Concurso de delitos: Si se causan lesiones a la madre se daría un concurso de
delitos entre aborto (consumado o en tentativa) y lesiones. Lo mismo si se causan
lesiones al feto en el aborto en grado de tentativa. Si se diese el supuesto de que
alguien intente causar lesiones o enfermedad al feto que perjudique gravemente
su normal desarrollo, pero se produce el aborto, estaríamos ante un concurso ideal
de lesiones dolosas al feto y aborto imprudente.

1. Aborto no consentido:
A) Se castiga en el art. 144 al “que produzca el aborto de una mujer sin su
consentimiento”.
Pena: Prisió n de 4 a 8 añ os. Ademá s inhabilitació n especial para ejercer cualquier
profesió n sanitaria, o para prestar servicios de toda índole en clínicas,
establecimientos o consultorios ginecoló gicos, pú blicos o privados, por tiempo de
tres a diez añ os.
Se entiende que falta el consentimiento si este se presta con algú n vicio que
lo invalida.
Son supuestos en los que la mujer desconoce que está n realizando sobre
ellas prá cticas abortivas. Puede pensar que se está n llevando a cabo cualquier tipo
de actividad, normalmente con fines curativos, que nada tienen que ver con
finalidad abortiva, o aun sospechá ndolos no se atreve a oponerse. Puede que este
privada de capacidad de decidir por efecto de drogas, anestesia, etc. Se trata de
situaciones excepcionales.
b) Consentimiento obtenido mediante violencia, amenaza o engaño.
Dispone el art. 144 en su 2º pá rrafo “las mismas penas se impondrá n al que
practique el aborto habiendo obtenido la anuencia de la mujer con violencia,
amenaza o engañ o”. Se equipara el consentimiento obtenido con violencia,
amenaza o engañ o con el no consentimiento del primer pá rrafo. Sin embargo no es
razonable que en ambos casos se imponga la misma pena, pues las conductas del
pá rrafo segundo son má s graves. Así era en el CP derogado y en realidad debió
prescindirse de este segundo pá rrafo y resolver cada caso mediante el
correspondiente concurso de aborto con lesiones, amenazas, etc.
2. Aborto consentido fuera de los casos permitidos por la ley .
Se prevén dos supuestos, uno cuando la mujer consiente de modo
voluntario y otro cuando lo hace mediante violencia, amenaza o engañ o.
a) El art 145.1 castiga al “que produzca el aborto de una mujer, con su
consentimiento fuera de los casos permitidos por la ley”.
Pena: Prisió n de 1 a 3 añ os. Ademá s inhabilitació n especial para ejercer cualquier
profesió n sanitaria, o para prestar servicios de toda índole en clínicas,
establecimientos o consultorios ginecoló gicos, pú blicos o privados, por tiempo de
uno a seis añ os.
El consentimiento se rige por las normas generales que se expusieron para
la cooperació n al suicidio y la eutanasia. Ha de ser libre, expreso, con conocimiento
de que se quiere abortar y sin ningú n tipo de vicio que lo invalide. No es suficiente
el consentimiento presunto.
Para que el consentimiento no esté viciado, quien lo solicita y obtiene de la
mujer embarazada debe explicar a ésta los riesgos que conlleva la prá ctica del
aborto.
Hay que tener en cuenta que quedan excluidos los supuestos de aborto
previstos en la LO 2/2010, en los que se requiere consentimiento de la mujer, pues
el art 145.1 hace referencia a “fuera de los casos permitidos por la ley”
Supuesto agravado. Dispone el inciso ú ltimo del art 145.1 “El juez podrá imponer
la pena en su mitad superior cuando los actos descritos en este apartado se
realizasen fuera de un centro o establecimiento pú blico o privado acreditado”.
b) El art 145.2 castiga “a la mujer que consintiere que otra persona se lo
cause, fuera de los casos permitidos por la ley”
Pena: Multa de 6 a 24 meses.

3. Autoaborto.
Se castiga en el articulo 145.2 a “la mujer que produjese su aborto fuera de
los casos permitidos por la ley”
Pena: Multa de 6 a 24 meses.
Dentro de las formas de ejecución algú n autor considera que só lo es
posible la consumació n, pero el autor del libro cree que la tentativa también es
punible. Y recuerda que el nasciturus tiene menos protecció n que los delitos
relativos a la protecció n de la flora, fauna y animales domésticos.
Supuestos agravados: El articulo 145.3 dispone para los supuestos de los
apartados 1 y 2 “en todo caso el juez o tribunal, impondrá las penas
respectivamente previstas en este artículo en su mitad superior cuando la
conducta se llevara a cabo a partir de la vigésimo segunda semana de gestació n”.

4. Interrupción del embarazo por causas médicas.


El art. 15 de la LO 2/2010 dispone que excepcionalmente podrá
interrumpirse el embarazo por causas médicas cuando concurra alguna de las
circunstancias siguientes:
a) Que no se supere las 22 semanas de gestació n y exista grave riesgo para
la vida o la salud de la embarazada y así conste en un dictamen emitido con
anterioridad a la intervenció n por un médico o médica especialista distinto del que
la practique o dirija. En caso de urgencia por riesgo vital para la gestante podrá
prescindirse del dictamen.
b) Que no se superen las 22 semanas de gestació n y siempre que exista
riesgo de graves anomalías en el feto y así conste en un dictamen emitido con
anterioridad a la intervenció n por dos médicos especialistas distintos del que la
practique o dirija.
c) Cuando se detecten anomalías fetales incompatibles con la vida y así
conste en un dictamen emitido con anterioridad por un médico o médica
especialista distinto del que practique la intervenció n, o cuando se detecte en el
feto una enfermedad extremadamente grave e incurable en el momento del
diagnostico y así lo confirme un comité clínico. El art. 16.1 dispone “El comité
cínico al que se refiere el artículo anterior estará formado por un equipo
pluridisciplinar integrado por dos médicos especialistas en ginecología y
obstetricia o expertos en diagnostico prenatal y un pediatra. La mujer podrá elegir
uno de estos especialistas.

5. Aborto sin observar los requisitos establecidos en la ley.


El art 145. Bis.1 castiga “con la pena de multa de 6 a 12 meses e
inhabilitació n especial para prestar servicios de toda índole en clínicas,
establecimientos o consultorios ginecoló gicos, pú blicos o privados, por tiempo de
6 meses a 2 añ os, en que dentro de los casos permitidos en la ley, practique un
aborto:
a) sin haber comprobado que la mujer haya recibido la informació n previa
relativa a los derechos, prestaciones y ayudas pú blicas de apoyo a la maternidad.
b) sin haber transcurrido el periodo de espera contemplado en la legislació n
(3 días segú n art 17 de la LO 2/2010).
c) sin contar con los dictá menes previos preceptivos.
d) fuera de un centro o establecimiento pú blico o privado acreditado. En
este caso el juez podrá imponer la pena en su mitad superior.
El art. 145-bis-2 establece que “en todo caso el juez o tribunal impondrá las
penas previstas en este artículo en su mitad superior cuando el aborto se haya
practicado a partir de la vigésimo segunda semana de gestació n”.
Exenció n de responsabilidad para la embarazada. Segú n el art 145-bis.3 “la
embarazada no será penada a tenor de este precepto”.

6. Aborto por imprudencia grave.


Se castiga en el art. 146 “el que por imprudencia grave cause un aborto”.
Pena: Prisió n de 3 a 5 meses o multa de 6 a 10 meses.
Hay que considerar que estamos ante un supuesto de imprudencia grave
cuando el sujeto no observa el deber objetivo de cuidado que le es exigible a una
persona media o normal. Solo es punible la imprudencia grave, la leve tiene su
solució n en la vía civil.

7. Aborto por imprudencia grave cometido por profesional.


Está contemplado en el segundo pá rrafo del art. 146 para el caso de
profesionales que atienden a embarazadas durante el periodo de gestació n o en el
parto y cometen descuidos que van má s allá de lo permitido. En su posició n de
garantes tienen el deber de velar para que el embarazo llegue a buen fin. Só lo se
castiga la imprudencia grave y como la medicina es compleja, será difícil en
muchos casos probar la existencia de imprudencia grave tanto durante el
embarazo como en el parto.
Pena: Prisió n de 3 a 5 meses o multa de 6 a 10 meses e inhabilitació n especial para
ejercicio de profesió n, oficio o cargo por un periodo de 1 a 3 añ os.

8 Aborto por imprudencia grave cometido por la embarazada.


El ú ltimo pá rrafo del art 45 “la embarazada no será penada a tenor de este
precepto”. Estos supuestos no se castigan por razones de política criminal. Por lo
tanto el aborto por imprudencia grave cometido por la propia embarazada es
impune, pese a que debe ser la mujer la que mayor cuidado preste para que no se
produzca el aborto y el hijo nazca en las mejores condiciones de viabilidad. Estos
supuestos no se castigan por razones de política criminal.
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LECCIÓN 5
I. LESIONES
El Titulo III del Libro II del Código penal se ocupa De las lesiones. Además hay
otra serie de supuestos repartidos a lo largo del Libro II: el título IV se ocupa de las
lesiones al feto (arts. 157 y 158), en las torturas (art. 177), estragos (art. 346), delitos
contra la Corona (art. 486), desórdenes públicos (art. 557), terrorismo (arts. 572 y
577), en delitos contra derechos de gentes (arts. 605 y 607) delitos de lesa
humanidad (607 bis). Por último en el Libro III, que se ocupa de las faltas y sus penas,
aparecen las lesiones en los arts. 617 y 621.

1. Concepto.
Segú n el art. 147.1 por lesión hay que entender todo menoscabo a la
integridad corporal, o a la salud física o mental de una persona.
El bien jurídico protegido se desprende del concepto de lesiones, y
comprende la integridad corporal y la salud física y mental.
Clasificación.
Se especifican en el Có digo las siguientes clases de lesiones: menoscabo a la
integridad corporal o salud física o mental; pérdida o inutilidad de ó rgano o
miembro principal, de un sentido, impotencia, esterilidad, grave enfermedad
somá tica o psíquica, pérdida o inutilidad de ó rgano o miembro no principal o
deformidad; mutilació n genital.
Por otra parte, se elevan a la categoría de delito supuestos que serían
constitutivos de falta, lo que sucede con la violencia física sobre el có nyuge,
descendientes, ascendientes, hermanos u otras personas relacionadas con la vida
doméstica (arts. 153 y 173.2); también los supuestos previstos en el pá rrafo
segundo del art. 147.1.
Por ú ltimo se contempla el delito de participació n en riñ a tumultuaria
utilizando medios o instrumentos que pongan en peligro la vida o integridad de las
personas.

2. Lesiones.
El tipo básico de las lesiones se contempla en el art. 147.1, donde se castiga
a quien «por cualquier medio o procedimiento, causare a otro una lesión que
menoscabe su integridad corporal o su salud física o mental... siempre que la lesión
requiera objetivamente para su sanidad, además de una primera asistencia
facultativa, tratamiento médico o quirúrgico».
Pena: Prisió n de seis meses a tres añ os.
Es necesario que la lesió n suponga menoscabo para la integridad o la salud
física o mental, y que requiera para su sanidad tratamiento médico o quirú rgico
después de una primera asistencia facultativa.
La referencia que se hace a «objetivamente» equivale a que la lesió n
efectivamente requiera ademá s de la primera asistencia facultativa tratamiento
médico o quirú rgico.
 Menoscabo equivale a «deterioro», en este caso de la integridad corporal o
salud física o mental.
 Asistencia facultativa será el primer contacto que el lesionado tenga con el
médico, pues así se desprende de la referencia a facultativa. Si después de esa
primera asistencia es necesario tratamiento médico o quirú rgico, estaremos ante
el delito previsto en el art. 147.1; en otro caso, ante la falta de lesiones del pá rrafo
primero del art. 617.1.
 Tratamiento médico es todo sistema o método que se emplea para curar
enfermedades.
 Tratamiento quirúrgico es lo relativo a la cirugía, que es la parte de la
Medicina que tiene por objeto curar enfermedades por medio de operaciones
hechas con la mano o con instrumentos.
Entre la acción y el resultado es necesario que se dé una relació n de
causalidad, pues si se rompe el nexo causal no habrá delito de lesiones.
Las lesiones pueden ocasionarse bien por dolo directo o dolo eventual, así
como por imprudencia.
Son posibles de apreciar las siguientes causas de justificación: legítima
defensa, estado de necesidad, cumplimiento del deber y ejercicio legítimo de un
derecho, oficio o cargo.
Formas de ejecución: Teniendo en cuenta la importancia que tiene el resultado en
las lesiones, y aunque técnicamente es posible, no es fá cil encontrar supuestos de
tentativa.
Es posible la comisió n por omisió n.
Concursos: Se plantea concursos de leyes o delitos en los supuestos en los que el
sujeto quiere lesionar y lo que ocasiona es la muerte, y a la inversa. Ante los
problemas que se plantean es este tipo de concursos creo que la solució n má s
correcta y que menos dificultades plantea es la de apreciar concurso ideal de
delitos.
El concurso real de delitos puede darse con frecuencia, condená ndose
separadamente las lesiones y los demá s delitos que concurran, como puede ser
robo, contra libertad e indemnidad sexual, etc.
3. Habitualidad por reiteración de lesiones o malos tratos de obra
constitutivas de falta.
Dispone el pá rrafo segundo del art. 147.1: «Con la misma pena será castigado
el que, en el plazo de un año, haya realizado cuatro veces la acción descrita en el
artículo 617 de este Código».
Pena: Prisió n de seis meses a tres añ os.
Se convierte en delito la repetició n de faltas penales. Ha de tratarse de cuatro
faltas por las que el autor no hubiese sido juzgado ni condenado. Si hubiera
otras será n juzgadas independientemente como faltas, por el art. 617.
No cabe recurrir a la continuidad delictiva por no permitirlo el art. 74.3 al tratarse
de «ofensas a bienes eminentemente personales».

4. Supuestos atenuados.
Dispone al art. 147.2 que: «No obstante, el hecho descrito en el apartado
anterior será castigado... cuando sea de menor gravedad, atendidos el medio
empleado o el resultado producido».
Pena: Prisió n de tres a seis meses o multa de seis a doce meses.
Se establece aquí un amplio arbitrio judicial, que permite rebajar la pena
notablemente. Esto pone de manifiesto la inseguridad del legislador, que pese a la
diversidad de tipos previstos reconoce que el tema queda inconcreto en muchos
supuestos, lo que no mejora la situació n de inseguridad jurídica. Busca el
legislador, en base a los medios utilizados por el autor y al resultado que se
produce, que el juez aplique la pena adecuada observando el principio de
proporcionalidad.

5. Supuestos agravados.
Segú n el pá rrafo primero del art. 148: «Las lesiones previstas en el apartado 1
del artículo anterior podrán ser castigadas...» con la pena agravada «atendiendo el
resultado causado o riesgo producido...».
Pena: Prisió n de dos a cinco añ os, en los siguientes supuestos agravados:
a) Uso de armas u otros medios peligrosos (art. 148.1) : Si en la agresió n se hubieren
utilizado armas, instrumentos, objetos, medios, métodos o formas concretamente
peligrosas para la vida o salud, física o psíquica del lesionado.
b) Si hubiere mediado ensañamiento o alevosía (art. 148.2) : Se trata de un elemento
subjetivo. El autor de las lesiones con ensañ amiento persigue de forma
intencionada aumentar innecesariamente el dolor de la víctima; en cuanto a la
alevosía, el autor utiliza medios, modos o formas de ejecució n que tienden a evitar
el riesgo que para su persona pudiera suponer la defensa del ofendido.
c) Si la víctima fuere menor de doce años o incapaz (art. 148.3).
d) Si la víctima fuere o hubiere sido esposa, o mujer que estuviere o hubiere estado
ligada al autor por una análoga relación de afectividad, aún sin convivencia (art.
148.4): La STC 41/1010 declara la inconstitucionalidad de este nú m. 4º.
e) Si la víctima fuera una persona especialmente vulnerable que conviva con el autor
(art. 148.5)
Como en todos los supuestos del art. 148, el Juez ha de ponderar, para fijar la
pena en concreto, el resultado causado o riesgo producido en cada caso.

6. Pérdida o inutilidad de órgano o miembro.


a) Pérdida o inutilización de órgano o miembro principal:
Se castiga en el art. 149.1 a quien «causare a otro, por cualquier medio o
procedimiento, la pérdida o inutilidad de un órgano o miembro principal».
Pena: Prisió n de seis a doce añ os.
Aunque se suele equiparar pérdida a inutilizació n o quedar impedido, por
pérdida, no obstante, habría que entender la separació n del ó rgano o miembro del
cuerpo de la víctima; equivale a desaparició n.
La acción puede llevarse a cabo por mutilació n o cualquier otro procedimiento.
El criterio para saber cuá les son los ó rganos y miembros principales debe
buscarse en la jurisprudencia. En todo caso, ni ésta ni la doctrina han conseguido
criterios claros de diferenciació n entre ó rganos y miembros principales y no
principales, lo cual conlleva una cierta inseguridad jurídica.
{La jurisprudencia considera como ó rgano no principal el que gozando en principio de las
mismas condiciones que el ó rgano principal les falte la de la funció n autó noma por hallarse al
servicio de otros miembros u ó rganos principales y no resulte plenamente indispensable para la
vida o para la salud completa del individuo pero que a consecuencia de su falta no pueda éste
realizar todas las funciones de su plena actividad por suponer una pérdida o minusvalía anató mico-
fisioló gica…}

b) Pérdida o inutilidad de órgano o miembro no principal:


Se castiga en al art. 150 a quien «causare a otro la pérdida o la inutilidad de
un órgano o miembro no principal».
Pena: Prisió n de tres a seis añ os.
Como en el supuesto anterior hay que recurrir a la jurisprudencia para
conocer cuá les son los ó rganos y miembros que se consideran no principales.

7. Pérdida o inutilidad de un sentido.


Se castiga en el art. 149 al que causare a otro, por cualquier medio o
procedimiento, la pérdida o inutilidad «de un sentido».
Pena: Prisió n de seis a doce añ os.
Se refiere el Có digo a cualquiera de los sentidos. La pena resulta excesiva
para algunos supuestos, como sería la pérdida del sentido del oído si la
comparamos con la pena del homicidio, que recordamos es prisió n de diez a quince
añ os. No obstante, el Juez o Tribunal podrá corregir en parte las penas que resulten
excesivas en el momento de la individualizació n.
- Privación de la vista: Para que pueda apreciarse este delito, no es necesaria la
pérdida total de la vista, es suficiente con una debilitació n tal que al sujeto le sea
prá cticamente inservible.
- Privación del oído: Hay que seguir el mismo criterio.

8. Grave enfermedad somática o psíquica.


Se castiga en el art. 149 al que causare a otro, por cualquier medio o
procedimiento, «una grave enfermedad somática o psíquica».
Pena: Prisió n de seis a doce añ os.
Enfermedad somática es toda la que afecta al cuerpo humano. Enfermedad
equivale a pérdida de salud, a la alteració n o desviació n del estado fisioló gico en
alguna parte del cuerpo. La enfermedad psíquica, por el contrario, afecta a lo
anímico y mental, por lo que con frecuencia habrá que recurrir a la psiquiatría.

9. Impotencia y esterilidad.
Se castiga en el art. 149 al que causare a otro por cualquier medio o
procedimiento «impotencia» o «esterilidad».
Pena: Prisió n de seis a doce añ os.
Nos encontramos ante un delito de resultado, en cuanto que para su
consumación es necesario que se produzca la impotencia o esterilidad. Es posible
la tentativa, pues cabe que el sujeto activo fracase en la finalidad perseguida.
La impotencia es la incapacidad para realizar el acto sexual tanto en el
hombre como en la mujer; lleva consigo la incapacidad para engendrar.
La esterilidad es la falta de aptitud para fecundar en el hombre y para
concebir en la mujer. Respecto a la esterilidad, que puede ser temporal o definitiva,
el delito se consuma cuando se produce la misma, resultando indiferente que se
recupere con posterioridad como consecuencia de una intervenció n quirú rgica.

10. Deformidades.
a) Deformidad grave:
Se castiga en el art. 149 al que causare a otro, por cualquier medio o
procedimiento, «una grave deformidad».
Pena: Prisió n de seis a doce añ os.
Por deformidad segú n la jurisprudencia hay que entender “toda irregularidad
física, visible y permanente que suponga desfiguració n o fealdad ostensible a
simple vista”. La deformidad es un elemento del tipo. Es irrelevante que se repare
con una intervenció n quirú rgica.
La consumación se produce por el mero hecho de producir deformidad,
siendo irrelevante que la misma pueda eliminarse por cualquier operació n de
cirugía reparadora o pró tesis. La deformidad ha de ser grave, lo que corresponde
valorar a la jurisprudencia.
b) Deformidad que no sea grave:
Se castiga en el art. 150 CP causar a otro alguna deformidad.
Pena: Prisió n de tres a seis añ os.
Hay que entender que se refiere a los supuestos de deformidad que no sea
grave, pues los casos graves se tipifican en el art. 149. La pena resulta excesiva,
pues son muchos los supuestos de deformidad de escasa importancia que
encajarían dentro del tipo penal. Es suficiente el dolo eventual.

11. Mutilación genital.


Se castiga en el art. 149.2 al «que causare a otro una mutilación genital en
cualquiera de sus manifestaciones».
Pena: Prisió n de seis a doce añ os.
Supuestos agravados: Para los casos en que la víctima fuera menor o incapaz,
además de la pena de prisió n de seis a doce añ os, segú n el inciso segundo del art.
149.2, al autor le «será aplicable la pena de inhabilitación especial para el
ejercicio de la patria potestad, tutela, curatela, guarda o acogimiento por tiempo de
cuatro a diez años, si el juez lo estima adecuado al interés del menor o incapaz».
“La mutilació n genital femenina es la remoció n total o parcial de los genitales
femeninos. La mutilació n podrá referirse a la clitoridectomía (corte del clítoris),
excisió n (remoció n del labio menor), o infibulació n (remoció n del clítoris, labia y
su cierre con sutura).
Sujeto pasivo del delito sólo puede ser la mujer, pues así se pone de manifiesto en
la exposició n de motivos de la Ley de 29 de septiembre de 2003. Cualquier tipo de
mutilació n genital en el varó n se castigará en otros preceptos del Có digo, como
puede ser en el art. 149.1, cuando se trate de «la pérdida o inutilidad de un órgano
o miembro principal... la impotencia, la esterilidad».

12. Provocación, conspiración o proposición.


Se castiga en el art. 151 la provocació n, la conspiració n y la proposició n para
cometer los delitos previstos en los artículos precedentes.
Pena: inferior en uno o dos grados a la del delito correspondiente.

13. Lesiones por imprudencia grave.


A) Se castiga en el art. 152.1 al «que por imprudencia grave causare alguna de las
lesiones previstas en los artículos anteriores».
Pena: Prisió n de tres a seis meses si se tratare de las lesiones del art. 147.1.
Prisió n de uno a tres añ os si se tratare de las lesiones del art. 149.
Prisió n de seis meses a dos añ os si se tratare de las lesiones del artículo 150.
Se contempla aquí la imprudencia grave en los tipos previstos en los arts.
147.1, 149 y 150.
a`) Segú n el art. 152.2 también se castiga la imprudencia grave «cuando los hechos
referidos en este artículo se hayan cometido utilizando un vehículo a motor, un
ciclomotor o un arma de fuego».
Pena: La que corresponde para cada uno de los supuestos previstos en el art. 152.1 y
ademá s, respectivamente, privació n del derecho a conducir vehículos a motor y
ciclomotores o del derecho a la tenencia y porte de armas por término de uno a cuatro
añ os.
El legislador ha recogido una serie de supuestos concretos, que suelen ser los
má s frecuentes en lesiones por imprudencia grave. Sin embargo, hay otros que
tienen también relevancia, como sucede en materia relacionada con la
construcció n.
b`) Imprudencia profesional: En el art. 152.3 se «prevé que las lesiones fueren
cometidas por imprudencia profesional».
Pena: La que corresponde para cada uno de los supuestos previstos en el art. 152.1 y
ademá s, inhabilitació n especial para el ejercicio de la profesió n, oficio o cargo por un
período de uno a cuatro añ os.
Este tipo de imprudencia puede darse en el ejercicio de la medicina, en
conductores profesionales de vehículos a motor y en otros como agentes de la
autoridad que manejan armas de fuego, etc. La imprudencia profesional, separada
de la grave, puede tener su origen en la impericia. Al profesional se le exige ponga
el mayor cuidado en el ejercicio de su actividad.

B) Lesiones por imprudencia grave constitutivas de falta:


Lo expuesto anteriormente se refiere a supuestos constitutivos de delito. No
obstante, como falta se castigan también determinados casos de imprudencia
grave. Así se establece en el art. 621.1 al disponer: «Los que por imprudencia grave
causaren alguna de las lesiones previstas en el apartado 2 del artículo 147».
Pena: Multa de uno a dos meses.

14. Violencia doméstica.


La LO sobre Medidas de Protecció n Integral contra la Violencia de Género, modifica,
entre otros, los arts. 153, 171 y 173. A pesar de lo establecido en la Ley se mantiene el
epígrafe «violencia doméstica» para los supuestos del art. 153 porque se adapta mejor al
contenido del Có digo.
Menoscabo psíquico o lesión no constitutivos de delito y malos tratos de obra
sobre esposa, mujer ligada a varón por análoga relación de afectividad, o
persona especialmente vulnerable.
Se castiga en el art. 153.1 al «que por cualquier medio o procedimiento
causare a otro menoscabo psíquico o una lesión no definidos como delito en este
Código, o golpeare o maltratare de obra a otro sin causarle lesión, cuando la
ofendida sea o haya sido esposa, o mujer que esté o haya estado ligada a él por una
análoga relación de afectividad aun sin convivencia, o persona especialmente
vulnerable que conviva con el autor».
Pena: Prisió n de seis meses a un añ o, o de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta
y uno a ochenta días y, en todo caso, privació n del derecho a la tenencia y porte de armas
de un añ o y un día a tres añ os, así como, cuando el Juez o Tribunal lo estime adecuado al
interés del menor o incapaz, inhabilitació n para el ejercicio de patria potestad, tutela,
curatela, guarda o acogimiento hasta cinco añ os.
Se transforma en delito, con la consiguiente agravació n de la pena, conductas
que en principio son constitutivas de falta, como consecuencia de la relació n que se
da entre el sujeto activo y el pasivo de los hechos.
Estamos ante un delito pluriofensivo: menoscabo psíquico, lesiones leves o
malos tratos de obra. El bien jurídico protegido es la integridad corporal y la salud
física o psíquica, así como la dignidad de la persona dentro del á mbito doméstico.

Supuesto atenuado.
Menoscabo psíquico o lesión no constitutivos de delito y malos tratos de obra
sobre ascendientes, descendientes, hermanos y otras persona integradas en el
núcleo de la convivencia familiar, y determinadas personas sometidas a
custodia o guarda en centros públicos o privados:
Se castiga en el apartado 2 del art. 153 que «si la víctima del delito previsto en el
apartado anterior fuera alguna de las personas a que se refiere el artículo 173.2,
exceptuadas las personas contempladas en el apartado anterior a este artículo».
Pena: Prisió n de tres meses a un añ o, o de trabajos en beneficio de la comunidad de
treinta y uno a ochenta días y, en todo caso, privació n del derecho a la tenencia y porte de
armas de un añ o y un día a tres añ os, así como, cuando el Juez o Tribunal lo estime
adecuado al interés del menor o incapaz, inhabilitació n para el ejercicio de patria potestad,
tutela, curatela, guarda o acogimiento de seis meses a tres añ os.
Las personas que se recogen en el art. 173.2, excluidas las que aparecen en el art.
153.1 son: descendientes, ascendientes o hermanos por naturaleza, adopció n o afinidad,
propios o del có nyuge o conviviente, o sobre los menores o incapaces que con él convivan
o que se hallen sujetos a la potestad, tutela, curatela, acogimiento o guarda de hecho del
có nyuge o conviviente, o sobre persona amparada en cualquier otra relació n por la que se
encuentre integrada en el nú cleo de su convivencia familiar, así como sobre las personas
que por su especial vulnerabilidad se encuentren sometidas a custodia o guarda en
centros pú blicos o privados.

Supuesto agravado:
Dispone el art. 153.3, «Las penas previstas en los apartados 1 y 2 se impondrán en su
mitad superior cuando el delito se perpetre en presencia de menores, o utilizando
armas, o tenga lugar en el domicilio común o en el domicilio de la víctima, o se
realicen quebrantando una pena de las contempladas en el artículo 48 de este Código
o una medida cautelar o de seguridad de la misma naturaleza».
Supuesto agravado para el apartado 4:
Dispone el art. 153.4: «No obstante lo previsto en los apartados anteriores, el Juez o
Tribunal razonándolo en sentencia, en atención a las circunstancias personales del
autor y las concurrentes en la realización del hecho, podrá imponer la pena inferior
en grado».
En el caso de producirse cuatro faltas de las previstas en el art. 617, en el
plazo de un añ o, será de aplicació n lo establecido en el pá rrafo segundo del art.
147.1, en base a lo que dispone en el art. 8.4 del CP.

Derecho de corrección:
El fundamento de este derecho se basa en instituciones tanto de derecho
privado como pú blico. El derecho de correcció n se entiende en beneficio de la
persona corregida y no puede justificar un delito de lesiones, tampoco una lesió n
constitutiva de falta.

15. Participación en riña tumultuaria.


Se castiga en el art. 154 por su participació n en la riñ a a «quienes riñeren
entre sí, acometiéndose tumultuariamente, y utilizando medios o instrumentos que
pongan en peligro la vida o integridad de las personas».
Pena: Prisió n de tres meses a un añ o o multa de seis a veinticuatro meses.
En cuanto al bien jurídico protegido la doctrina no es uniforme, aunque es la
integridad corporal y la salud de las personas.
Sujeto activo es todo el que participa en la riñ a utilizando algú n medio o
instrumento peligroso, así como los que no utilizá ndolos conocen que otros del
grupo lo hacen. Es indiferente que esta intervenció n se produzca desde el inicio o
sobrevenga una vez comenzada la contienda. La riñ a, como dice el Có digo, ha de
ser tumultuaria, es decir, confusa e indefinida.
Sujeto pasivo también son los que participan en la riñ a, aunque pueden serlo
personas ajenas, como ocurre a veces con quienes pretenden separar a los que
pelean, que incluso pueden ser agentes de seguridad.
Estamos ante un delito de peligro concreto, pues es muy probable que se
produzca un resultado lesivo consecuencia de que en la riñ a se empleen medios o
instrumentos que pongan en peligro la vida o la integridad de las personas.
Só lo caben las conductas dolosas, que abarcará n no só lo a la participació n en
la riñ a, sino a la utilizació n de medios o instrumentos peligrosos. Es necesario que
se haga uso de tales medios, no siendo suficiente con portarlos, pues así se deduce
de la referencia expresa que se hace en el Có digo a «utilizando».
Como causa de justificación, cabe la legítima defensa, aunque la
jurisprudencia la niega cuando hay riñ a mutuamente aceptada.
Respecto a las formas de ejecución só lo es posible la consumación, que se
produce en el momento de iniciarse la contienda y hacerse uso de los medios
peligrosos por ambos bandos. No obstante, es imaginable la tentativa, como sería
el supuesto de que los contendientes no llegaran a iniciar los actos por impedirlo la
policía o terceros.
En materia de concurso de leyes hay subsidiariedad de la riñ a tumultuaria
en relació n a un delito má s grave de lesiones, o de homicidio -o asesinato- en su
caso, siempre que haya autor conocido. Por su parte el art. 148.1 prevé una
agravació n de las penas «si en la agresión se hubieren utilizado armas,
instrumentos, objetos, medios, métodos o formas concretamente peligrosas para la
vida o la salud, física o psíquica, del lesionado».
Se dará concurso real de delitos si hay varios lesionados o muertos, siempre
que dos o má s de estos hechos sean imputables a un mismo autor. Este ha de ser
conocido y responderá por los hechos realizados.

16. El consentimiento en las lesiones.


Dispone el art. 155 que: «En los delitos de lesiones, si ha mediado el
consentimiento válida, libre, espontáneamente y expresamente emitido del ofendido,
se impondrá la pena inferior en uno o dos grados. No será válido el consentimiento
otorgado por un menor de edad o un incapaz».
Pena: Inferior en uno o dos grados a la que correspondería a la lesió n causada de no haber
mediado consentimiento.
Las autolesiones son impunes, por lo que la persona que otorga el
consentimiento está exenta de toda responsabilidad criminal. Se castiga la
intervenció n de tercero. Sujeto activo del delito es el que ejecuta los hechos con
consentimiento de quien resulta lesionado, que será el sujeto pasivo del
correspondiente delito de lesiones.
El consentimiento se especifica sólo para delitos, no para las faltas.
Entiendo es aplicable a las faltas en base a la analogía «in bonam partem».
No juega el consentimiento como una causa de justificació n, sino
simplemente disminuyendo la pena, lo mismo sucede en la cooperació n al suicidio.
Se extiende a las lesiones dolosas y a las imprudencias.
El consentimiento ha de ser vá lido, libre, espontá neo y expresamente emitido
por el ofendido. Ha de emitirse para lesiones concretas o probables.

Consentimiento otorgado por menores: Segú n dispone el pá rrafo segundo del art.
155 «no será válido el consentimiento otorgado por un menor de edad o incapaz ». En
estos supuestos tampoco pueden prestar el consentimiento sus representantes
legales.
El consentimiento que no sea vá lido elimina esta figura privilegiada,
respondiendo el autor de un delito por las lesiones cometidas.
Lesiones en el deporte.- En las competiciones deportivas de riesgo como son el
boxeo, futbol, karate, etc., los contendientes han de respetar las reglas que regulan
los mismos, aceptando el riesgo que se deriva de su práctica. Ello no supone prestar
consentimiento para las lesiones que se puedan producir por quienes no respetando
las referidas reglas. Las denominadas “reglas del juego” de cualquier deporte no
eximen de responsabilidad criminal por las conductas dolosas o imprudentes que den
lugar a un resultado lesivo.
17. Trasplante de órganos, esterilización y cirugía transexual.
Dispone el art. 156 en el inciso primero de su pá rrafo primero: «No obstante
lo dispuesto en el artículo anterior, el consentimiento válida, libre, consciente y
expresamente emitido exime de responsabilidad penal en los supuestos de trasplante
de órganos efectuado con arreglo a lo dispuesto en la Ley, esterilizaciones y cirugía
transexual realizadas por facultativo».
En la Ley sobre extracció n y trasplante de ó rganos se exige que el donante
otorgue su consentimiento tras recibir la explicació n correspondiente por parte
del médico que ha de realizar la extracció n. No es vá lido el consentimiento
prestado por deficientes físicos o mentales o por cualquier otra causa que impida
que el mismo sea expreso, libre y consciente. La Ley de 14 de noviembre de 2002
establece los requisitos en materia de consentimiento en las intervenciones
médicas en el á mbito de la salud. La imprudencia médica es punible aunque exista
el consentimiento del paciente.
Con respecto a las causas de justificación en materia de esterilizació n es
posible el estado de necesidad, que concurriría si el médico que esté interviniendo
a una mujer, en una cesá rea o cualquier otra operació n que pueda afectar a las
trompas, liga éstas cuando de no hacerlo supusiera riesgo grave para la salud, si en
este momento la paciente no puede prestar consentimiento ni tampoco sus
familiares o tercero legitimado para ello.
Nulidad del consentimiento: El inciso segundo del pá rrafo primero del art. 156
especifica que el consentimiento será nulo cuando se haya obtenido viciadamente,
o mediante precio o recompensa, o el otorgante sea menor de edad o incapaz; en
cuyo caso no será vá lido el prestado por éstos ni por sus representantes legales.

18. Esterilización de incapaces.


El Có digo salva la nulidad del consentimiento de los incapaces para el caso de
su esterilizació n, supliendo esta deficiencia por la autorizació n judicial, a petició n
del representante legal del incapaz junto a otros requisitos. A este respecto
dispone el pá rrafo segundo del art. 156: «Sin embargo, no será punible la
esterilización de persona incapacitada que adolezca de grave deficiencia psíquica
cuando aquélla, tomándose como criterio rector el del mayor interés del incapaz,
haya sido autorizada por el Juez, bien en el mismo procedimiento de incapacitación,
bien en un expediente de jurisdicción voluntaria, tramitado con posterioridad al
mismo, a petición del representante legal del incapaz, oído el dictamen de dos
especialistas, el Ministerio Fiscal y previa exploración del incapaz».
La exploració n del incapaz no es irrelevante, sino que es una garantía má s
frente a la petició n del representante legal y el dictamen de los especialistas. La
esterilizació n ha de autorizarla el Juez de Primera Instancia que resolvió sobre la
incapacitació n.

19. Obtención, tráfico y trasplante ilegal de órganos humanos.


Ante la trascendencia internacional que tiene esta cuestió n, y teniendo en
cuenta los textos elaborados por la OMS, el legislador ha optado por tipificarlos. La
OMS se ocupa del “trasplante de ó rganos y tejidos humanos, el Có digo penal só lo
trata de ó rganos”
Se castiga en el art. 156 bis 1 a los «que promuevan, favorezcan o publiciten
la obtención o el tráfico ilegal de órganos humanos ajenos o el trasplante de los
mismos».
Pena: Prisió n de seis a doce añ os, si se tratara de un ó rgano principal y de prisió n de tres a
seis añ os si el ó rgano fuera no principal.
El bien jurídico protegido es la vida, la integridad corporal y la salud de las
personas.
El fin que se persigue es la obtenció n o el trá fico ilícito de ó rganos humanos ajenos
para su trasplante.
Las conductas son: promover, favorecer, facilitar, publicitar o traficar. Se ha de
perseguir un fin ilícito, pues no será n punibles si lo que se persigue es conseguir la
donació n de ó rganos para trasplante de forma voluntaria y desinteresada.
Segú n el diccionario de la RAE, «promover» consiste en «iniciar o impulsar
una cosa o un proceso, procurando su logro», «favorecer» es «ayudar, amparar a
alguien», «facilitar» es «hacer fá cil o posible la ejecució n de algo o la consecució n
de un fin», «publicitar» es «promocionar algo mediante publicidad» y «traficar» es
«comerciar, negociar con el dinero y las mercancías».
«Ó rgano» segú n el art. 3 del RD de 30 de diciembre de 1999, «es aquella parte
diferenciable del cuerpo humano constituida por diversos tejidos que mantiene su
estructura, vascularizació n y capacidad para desarrollar funciones fisioló gicas con
un grado importante de autonomía y suficiencia».
Son, en este sentido, órganos: los riñ ones, el corazó n, el hígado, el pá ncreas,
el intestino y cuantos otros con similar criterio puedan ser extraídos y
trasplantados de acuerdo con los avances científico-técnicos.
Receptor del órgano obtenido ilegalmente
Se castiga en el art. 156 bis 2 los supuestos en que «el receptor del órgano
consintiera en la realización del trasplante conociendo su origen ilícito».
Pena: Prisió n de seis a doce añ os, si se tratara de un ó rgano principal o de prisió n de tres a
seis añ os si el ó rgano fuera no principal, que podrá n ser rebajadas en uno o dos grados
atendiendo a las circunstancias del hecho y del culpable .
Aquí habrá que contemplar el estado de necesidad, pues una persona que se
encuentra en peligro de muerte, y que si no se produce el trasplante puede morir,
podría estar exento de responsabilidad criminal en base a lo establecido en el art.
20.5º.
Responsabilidad de las personas jurídicas:
Dispone el art. 156 bis 3: «Cuando de acuerdo con lo establecido en el art. 31
bis CP una persona jurídica sea responsable de los delitos comprendidos en este
artículo se le impondrá...»
Pena: Multa del triple al quíntuple del beneficio obtenido.
II. LESIONES AL FETO
Se ocupa el Tit. IV del Lib II “De las lesiones al feto”. Esta figura se incorpora
en el nuevo CP., no teniendo antecedentes en los anteriores. La sentencia de 25 de
abril 1995 estima que las lesiones causadas durante el curso de la gestación han de
tener relevancia penal porque la acción, aún entendida en sentido lato, se intenta y
realiza sobre una personal, la madre, mientras que el resultado trasciende al feto por
ser parte íntegra de la misma, aunque las taras somáticas o psíquicas no adquieran
notoriedad o evidencia hasta después del nacimiento.

1.- Lesiones dolosas.


Se castiga en el art. 157 al «que, por cualquier medio o procedimiento, causare
en un feto una lesión o enfermedad que perjudique gravemente su desarrollo, o
provoque en el mismo una grave tara física o psíquica».
Pena: Prisió n de uno a cuatro añ os e inhabilitació n especial para ejercer cualquier profesió n
sanitaria, o para prestar servicios de toda índole en clínicas, establecimientos o consultorios
ginecoló gicos, pú blicos o privados, por tiempo de dos a ocho añ os.
El bien jurídico protegido será la salud y la integridad física o psíquica del
concebido en cualquiera de las fases de su desarrollo en el claustro materno.
Sujeto activo puede ser en principio cualquier persona, incluso la madre. No
estamos ante un delito especial, pues aunque normalmente será necesario para la
realizació n de estas conductas tener determinados conocimientos, la Ley no lo
especifica. Sujeto pasivo será el feto, preembrió n o embrió n, la situació n es la
misma que en el aborto donde se expuso que la doctrina no es pacífica.
Consiste la acción en uno de estos dos resultados: causar al feto una lesió n o
enfermedad que perjudique gravemente su desarrollo, o provoque en el mismo
una grave tara física o psíquica. Es necesario que entre la acción y el resultado
se dé un nexo causal.
La acció n puede realizarse directamente sobre el producto de la concepció n o
a través de la madre. Si ésta resultara también afectada, estamos ante un concurso
ideal de delitos.
Las conductas que aquí se contemplan son dolosas, siendo suficiente el dolo
eventual; aunque como se verá seguidamente caben los comportamientos
imprudentes.
El consentimiento de la madre es irrelevante. No es posible ninguna causa
de justificación, pues a diferencia de lo que podía ocurrir en el aborto de sacrificar
la vida del feto para salvar a la madre, ahora, en principio, las lesiones no tienen
ninguna relació n con la vida de ésta. Si se llegara a una situació n de conflicto entre
la vida del feto y de la madre, por ser de má s valor la de ésta, cabría sacrificar al
feto de acuerdo con lo que dispone el art. 20.5º. La cuestió n queda resuelta en la
Ley de 3 de marzo de 2010.
La consumación se produce en el momento en que se cause al feto la lesió n o
enfermedad a que se refiere el Có digo. Es posible la tentativa.
2.- Lesiones al feto por imprudencia grave.
Se castiga en el art. 158 al «que, por imprudencia grave, cometiere los hechos
descritos en el artículo anterior».
Pena: Prisió n de tres a cinco meses o multa de seis a diez meses.
a) Imprudencia profesional.
Se agrava la pena cuando la conducta del art. 158 fuera cometida por
imprudencia profesional.
Pena: Arresto de siete a veinticuatro fines de semana e inhabilitació n especial para el ejercicio de la
profesió n, oficio o cargo por un período de seis meses a dos añ os.
La imprudencia profesional ha de ser grave. Los jueces y tribunales españ oles
han venido castigando por imprudencia temeraria -hoy imprudencia grave- o
imprudencia simple -hoy leve- a médicos y comadronas que como consecuencia de
su actuació n imprudente causan lesiones durante el parto, e incluso antes de
iniciarse, y excepcionalmente por tratamiento temerario a gestantes.
b) Imprudencia de la embarazada.
El ú ltimo pá rrafo del art. 158 dispone que: «La embarazada no será penada a
tenor de este precepto».
Sucede aquí lo mismo que en el aborto, el cual es impune cuando se produce
por imprudencia grave de la mujer -art. 146-. En realidad, es ésta la primera que
debe cuidar de que su hijo nazca en las mejores condiciones, por lo que tal vez
debían ser punibles supuestos realmente graves de imprudencia.
{Apuntes Tema 6 elaborados por Platidora}

LECCIÓN 6
I. DELITOS RELATIVOS A LA MANIPULACION GENÉTICA

1. Manipulación de genes humanos que alteren el genotipo.


El CP castiga en su art 159.1 a los que “con finalidad distinta a la eliminación o
disminución de taras o enfermedades graves, manipulen genes humanos de manera
que se altere el genotipo”, con la pena de prisió n de 2 a 6 añ os e inhabilitació n
especial para empleo o cargo pú blico profesió n u oficio de siete a diez añ os.
En el bien jurídico protegido subyace la salud y su protecció n ademá s de la
dignidad humana, como dcho a recibir el caudal hereditario que corresponda, sin
manipulaciones, salvo en los casos permitidos por la Ley.
No estamos ante un delito especial, por tanto:
Sujeto activo: cualquiera
Sujeto pasivo: no es fá cil determinar, pudiendo a título particular quedar afectado
el producto de la concepció n, y con cará cter general la propia especie humana.
La conducta será impune cuando las manipulaciones genéticas se lleven a
cabo para “la eliminació n o disminució n de taras o enfermedades graves”.
Son delitos de peligro abstracto que se perfeccionan con la alteració n del
genotipo pero no tiene porque derivan efecto para la salud. Tipifica conductas para
concienciar a la sociedad.
La consumación se produce en el momento en que se altere el genotipo
como consecuencia de la manipulació n genética, dando igual el resultado.
Cabe la tentativa pues pueden iniciarse las manipulaciones genéticas sin que
llegue a alterarse el genotipo.

2. Manipulación genética por imprudencia grave


El art 159.2 castiga la alteració n del genotipo realizada por imprudencia
grave con una multa de seis a quince meses e inhabilitació n especial para empleo o
cargo pú blico, profesió n u oficio de uno a tres añ os.
Será difícil conocer estos supuestos ya que es necesario saber cuá l era el
genotipo anterior para poder asegurar que ha sido modificado.

3. Ingeniería genética para producir armas biológicas o


exterminadoras de la especie humana
Se castiga en el art 160.1 “la utilización de la ingeniería genética para
producir armas biológicas o exterminadoras de la especie humana” con pena de
prisió n de tres a siete añ os e inhabilitació n especial para empleo o cargo pú blico,
profesió n u oficio por tiempo de siete a diez añ os.
El bien jurídico protegido es la especie humana
La conducta puede realizarse tanto con dolo directo como eventual.

4. Fecundación de óvulos con fines distintos a la procreación


Castiga el art 160.2 a “quienes fecunden óvulos humanos con cualquier fin
distinto a la procreación” con pena de prisió n de uno a cinco añ os e inhabilitació n
especial para empleo o cargo pú blico, profesió n u oficio de seis a diez añ os.
El bien jurídico protegido es tanto el preembrió n como su desarrollo en las fases
sucesivas de embrió n y feto. El tipo só lo abarca al dolo directo, no cabe el dolo
eventual.
El consentimiento de la mujer es irrelevante.
La consumación se produce por el mero hecho de fecundar, y es posible la
tentativa porque el procedimiento puede fracasar.

5. Creación de seres humanos idénticos y selección de la raza


Castiga el art 160.3 “la creación de seres humanos idénticos por clonación u
otros procedimientos dirigidos a la selección de la raza” con pena de prisió n de uno
a cinco añ os e inhabilitació n especial para empleo o cargo pú blico, profesió n u
oficio de seis a diez añ os.
El bien jurídico protegido es la dignidad humana.
La clonación consiste en la creació n de seres humanos idénticos, no es una
manipulació n genética, se produce con la combinació n de cromosomas.
Para la consumación ha de producirse un resultado, es decir la creació n de
seres idénticos sin que sea necesario perseguir ningú n otro fin. En cuanto a los
procedimientos dirigidos a la selecció n de la raza es indiferente que persigan
mejorar la misma o degradarla.

6. Reproducción asistida sin consentimiento de la mujer


Castiga el art 161.1 a “quien practicare reproducción asistida en una mujer sin
su consentimiento”, con pena de prisió n de dos a seis añ os, e inhabilitació n especial
para empleo o cargo pú blico, profesió n u oficio por tiempo de uno a cuatro añ os.
El bien jurídico protegido es la libertad de la mujer; “sin su consentimiento”
puede ser por engañ o, simple desconocimiento, utilizació n de procedimiento que
coarte su libertad o la obligue a su asentimiento, etc. (concurso con delito de
coacciones)
La conducta ha de ser dolosa. La consumación del delito se produce con la
prá ctica de las técnicas de reproducció n asistida. No es necesario que se produzca
resultado alguno, es un delito de mera actividad.
Perseguibilidad
Dispone el art 161.2 que “para proceder por este delito será precisa denuncia
de la persona agraviada o de su representante legal. Cuando aquélla sea menor de
edad, incapaz, o una persona desvalida, también podrá denunciar el Ministerio
Fiscal” (delito semipú blico)
Disposiciones comunes
Establece el art 162 que “en los delitos contemplado en este título, la autoridad
judicial podrá imponer alguna o algunas de las consecuencias prevista en el art 129
CP cuando el culpable perteneciera a una sociedad, organización o asociación,
incluso de carácter transitorio, que se dedicare a la realización de tales actividades”.
{Apuntes Tema 7 elaborados por Jangel11}

LECCIÓN 7
DELITOS CONTRA LA LIBERTAD

I. DETENCIONES ILEGALES Y SECUESTROS


El título VI del Libro II del CP de los “Delitos contra la libertad”. Se divide en
tres capítulos. Que se ocupan de las detenciones ilegales y secuestros, amenazas, y
coacciones.
Por libertad como bien jurídico ha de entenderse tanto la de ambulatoria-
libertad de movimiento-como la de poder decidir libremente sobre la forma de
actuar en sociedad, así como en la formació n de la voluntad.

1. Detenciones ilegales: A, Cometidas por particulares

A) Tipo Básico.
El tipo bá sico se contempla en el art.163.1, donde se castiga al “particular
que encerrare o detuviere a otros, privándole de su libertad”.
Como se apuntó , el bien jurídico protegido es la libertada deambulatoria:
libertad personal que se garantiza en los art.17 y 19 de la Constitució n.
Sujeto activo. Solamente pueden ser los particulares, pues los delitos cometidos
por autoridad o funcionario pú blico se encentra tipificado en el art. 167. Sujeto
pasivo puede ser cualquiera .incluso los menores o incapaces. También las
personas internas en una opinió n pueden ser sujetos pasivos de este delito, si
dentro del centro penitenciario se les priva de las posibilidades de moverse por el
interior del mismo, fuera de las condiciones establecidas por la legislació n
penitenciaria.
Consiste la acció n, como se desprende del propio texto legal, en encerrar o
detener a una persona privá ndole de su capacidad de movimiento. Puede
realizarse bien introduciéndose en un lugar cerrado, bien impidiendo que se
mueva en un lugar abierto, como puede ser atá ndola, sujetarla por cualquier
procedimiento, empleando narcó ticos…. Art 163 no se exigen finalidad por lo que
los mó viles de la detenció n son irrelevantes.
El encierro o detenció n ha de ser contra la voluntad de la víctima, y si que
sea necesaria una opció n clara y terminante de la misma, siendo suficiente con una
oposició n tá cita.
Solo la comisió n dolosa .como dolo específico de cometer la detenció n. En
todo caso la voluntad del sujeto activo ha de ser dirigida de forma consciente a
privar de la faculta de moverse libremente al sujeto pasivo. Se trata de un delito
permite.
El consentimiento excluye la tipicidad siempre que se anterior o simultá neo
que ha consentido ser privado de libertad cambia criterio y pide ser libertad, si la
persona de detenció n ilegal. El consentimiento otorgado con posterioridad a una
detenció n ilegal es irrelevante, pues no encontramos ante un delito poco
consumado; só lo tendrá relevancia respecto de los plazos en relació n con la pena a
imponer.
También caben las causas de justificació n de legítima defensa, esto de
necesidad cumplimiento de un deber o ejercicio legítimo de un derecho.
Ofrecimiento de un deber o ejercicio legítimo de un derecho. Ofrecimiento de
internamiento en los centros adecuados de enfermo mentales, también cierta
medida como consecuencias de riesgos inminentes y extraordinarios para la salud.
La consumació n se produce en el momento en que el sujeto pasivo pierde su
capacidad para moverse libremente como consecuencia del encierro o detenció n.
No importa cuá l sea el lugar, que puede ser mueble o inmueble, como un
automó vil. Se trata de un delito de permanencia relativa y consumació n
instantá nea, prolongá ndose la lesió n del bien jurídico hasta que el sujeto quede en
libertad. No cabe el delito continuado. Es necesario un tiempo mínimo, pues a
veces estamos ante una tentativa si el sujeto pasivo consiguió eludir la situació n
en supuesto en que la retenció n fue mínima. La diferencia entre consumació n y
tentativa con frecuencia resultara confusa. Otras veces estaremos ante unas
coacciones .pues si en la detenció n ilegal es necesaria acierta permanencia y
duració n, y que, ademá s se persiga impedir la libertad de movimientos, ello no es
requisito necesario en las coacciones.
De lo anterior se desprende que con frecuencia a habrá dificultades para
distinguir supuestos de coacciones y de detenció n ilegal, lo que no sucederá con los
encierros, donde normalmente estaremos siempre ante los delitos de detenció n
ilegal. Este, en cualquier caso, es un delito de consumació n instan tena. L a simple
detenció n o inmovilizació n para cometer un delito de robo no constituye detenció n
ilegal .La detenció n ilegal es de aplicació n preferente respecto del de delito de
coacciones, por ser ley especial.
El delito se puede cometer en comisió n por omisió n, como sería el supuesto
de no abrir la puerta por parte de quien tiene la obligació n de hacerlo a una
persona que se encuentra en lugar cerrado por razones de trabajo, seguridad, etc.
El obligado a abrir tendría el deber de hacerlo en su posició n de garante.

B) Supuestos atenuados
a) Se castiga en el art.163.2, como tipo privilegiado, la detenció n ilegal
cuando “el culpable diera libertad al encerrado o detenido dentro de los tres
primeros días de su dentició n sin haber logrado en el objeto propuesto., pues de
lograrlo se la aplicaría la pena del art.163.1, También se aplicara el art 163.2 si el
sujeto no se había propuesto objetivo alguno con la detenció n, pues aunque lo
normal es que se persiga alguno puede haber excepciones.
No se posible el desistimiento pero si la atenuante de arrepentimiento
espontá neo.
Cabe el arrepentimiento tanto en la fó rmula de confesarla infracció n a las
autoridades con anterioridad a conocer que se había iniciado contra él un
procedimiento judicial, como en la reparació n de los dañ os de la víctima o
disminució n de los efectos del delito. Ambas circunstancias son compatibles. La
apreciació n una supondría imponer la pena en su mitad inferior, mientras que la
estimació n de las dos, llevaría a rebajar la pena en uno o dos grados.
Para computar el término de los tres días ha de partirse del momento de la
consumació n del delito, así como el de la puesta en libertad.
b) Se castiga en el artículo 163,4 al particular que, fuera de los casos
permitidos por las leyes, aprehendiere a unipersonal para presentarla
inmediatamente a la autoridad. Para conocer cuá les son los supuestos en que una
persona pueda detener a otra hay que acudir a la LECrim. Esta ley autoriza la
detenció n de quien vaya a cometer un delito, del delincuente in fraganti, de los que
fuguen de una cá rcel o al ser conducidos a ella a los condenados que estuvieran en
rebeldía.

C) Supuestos agravados.
a) Se castiga en el art.163, 3. CP el encierro o detenció n por má s de quince
días.
b) Segú n el art 165 se agravan las penas de los supuestos previsto en los
dos artículos anteriores, “si la detención es ilegal o secuestro se ha ejecutado con
simulación de autoridad o función pública, o la victima fuere menor de edad o
incapaz o funcionario público en el ejercicio de sus funciones”.
En el art 165 se contemplan varias situaciones, pudiendo suceder que
concurran dos o má s, por ejemplo, simulació n de autoridad y que la victima fuere
menor o incapaz. En estos supuestos es irrelevante que concurran dos o má s
hipó tesis: la simulació n de autoridad o funció n pú blica debe ser aquella que si se
calificara independientemente daría lugar a la usurpació n de funciones. El
funcionario detenido o secuestrado ha de hacerlo cuando este ejerciendo las
funciones propias de su cago, pues en otro caso no se aplicara la agravació n,
resultando el delito tipificado en algunos supuestos de los arts. 163 o 164.
c) Se castiga en el art, 166 al “reo de detención ilegal os secuestro que no de
razón del paradero de las persona detenida”.
Respecto a esta pena agravada se hace una excepció n, pues no se aplicará en
los casos en que el detenido o secuestrado se le “haya dejado en libertad”
El fundamento de la agravació n de la pena es simplemente el hecho de no dar
“razó n del paradero de la persona detenida “ ,salvo que la haya dejado en
libertad .Teniendo en cuenta el art. 166 se refiere expresamente al “reo de
detenció n ilegal o secuestro” resulta que el autor o autores han sido identificados
y se ha iniciado un procedimiento .Por “reo”, aunque el concepto no es claro ,hay
que entender a la persona acusada de un delito sede el momento en q que la
acusació n se dirige contra la misma hasta que la sentencia es firme ,a partir de este
momento es ya condenado.
El nuevo có digo penal, pretende zanjar la cuestió n del antiguo delito de
sospecha respeto del homicidio, lo que no consigue. El vigente art 166 sigue
manteniendo similar estructura que su antecedente, de modo que continú a siendo
un delito de sospecha, a mi modo de ver inconstitucional.
La persona que detiene o secuestra a otra se constituye en cierta medida, y
dentro naturalmente de lo exigible, en garante de la misma de modo que debe
velar por ella. Si el sujeto durante la detenció n da muerte a la victima estaríamos
ante un concurso real de delitos, lo mismo que si la lesiona, agrede sexualmente,
etc--.

2. Detenciones ilegales como metidas por autoridad o funcionario


público:
El artículo 167 a “la autoridad o funcionario pú blico que fuera de los caso
permitido por la Ley, y sin mediar causa por delito, cometiere algunos de los
hechos descrito en los artículos anteriores.
En estos supuestos no es de aplicació n la circunstancia agravante del 22.7 .El
concepto de autoridad y funcionario pú blico a efectos penales se recoge en el
artículo 24 del CP.
Se especifica que la detenció n ha de ser “fuera de los casos `permitido por la
Ley, y sin mediar causa del delito”
Sujeto activo del delito solo puede ser los que tiene atribuciones ara llevar a
cabo las detenciones alguna persona, a cometer el delito ala busca del ejercicio de
su cargo, extralimitá ndose en sus competencias. Estamos ante un delito especial
que solamente podrá n cometer los Magistrado y Jueces, Fiscales y miembro de los
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad .Los demá s funcionarios puedan comete
cualquiera de los delitos previsto en los arts163-166.siempre que actú en como
particulares: si lo hacen abusando de su condició n de funcionario le será de
aplicació n la gravante del 22.7.La LECrim recoge los supuestos en los que unos y
otros tienen la obligació n de detener pues de no hacerlo podrían incurrir en un
delitos de omisió n del deber de perseguir delitos.
En el art.167 se dice “y sin mediar causa por delito” .La referencia a “causa”
ha de entenderse no solo cuando se ha iniciado un procedimiento judicial .sino
también cuando se interviene como consecuencia de haberse cometido un delito,
sin que se precísela fase posterior del procedimiento judicial, sino también cuando
se interviene como consecuencia de haber cometido un delito, sin que se precise la
fase posterior del procedimiento .Es suficiente con que os hechos revistan de
caracteres del delito a juicio del que interviene ,sin perjuicio de que pudiera
incurrir en un error-
La valoració n de la gravedad de la infracció n penal ha de hacerse en base a la
forma de acontecer los hechos, cabe error, vencible o no, en el funcionario.

II. SECUESTRO

El art. 164 CP “el secuestro de una persona exigiendo alguna condición para
ponerla en libertad”, prisió n 6-10 añ os.
La condició n a que hace referencia el texto legal puede ser cualquiera,
aunque loas má s frecuentes son las de tipo econó mico.
El secuestro es un supuesto agravado de detenció n ilegal sobre la base de la
exigencia de alguna condició n para la libertad. Este delito ha tenido especial
relevancia en los secuestros de personas por parte de grupos terroristas en los
que se pide un rescate para poner en libertad a la víctima, siendo excepcionales
otras reivindicaciones.

Provocación, conspiración y proposición


El art. 168 del CP.- “la provocación, la conspiración y la proposición para
cometer delitos previstos en este Capítulo”, es decir los de detenciones ilegales y
secuestro.

III. AMENAZAS Y COACCIONES


1. Amenazas
Art. 169 “el que amenazare a otro con causarle a él, a su familia o a otras
personas con las que esté íntimamente vinculado una mal…”
El bien jurídico protegido es la libertad en la formació n de la voluntad para
actuar o no actuar, así como hacerlo del modo que el sujeto decida.
El sujeto activo del delito puede ser cualquier persona, Sujeto pasivo también
puede serlo cualquiera, siempre tenga aptitud capacidad para percibir la amenaza,
por lo que no pueden serlo las pesando e corta edad a quien por padece alguna
deficiencia mental no puedan llega a percibir el contenido de la amenaza.
La acció n en manifestar directamente la intenció n de causarle “a él, a su
familia o a otras persona con las que esté íntimamente vinculado un ama…”
Es muy amplia l gama de personas las que puede extenderse la referencia al
mal que se anuncia. La doctrina ya se había pronunciado respecto a los problemas
que plantaba concretar a efectos de este delito de los que debía entenderse por
familia amplitud que se deriva de que las personas este íntimamente vinculada
implica comprendernos solo las del art23, si no que podrá extenderse también a
relaciones de noviazgo, determinados supuesto de relació n laboral o empresarial,
amistades de cualquier tipo, etc., por lo que la extensió n, ademá s de confusa, es
desmedido amplia. Al hacerse referencia a “un mal que constituya delito, quedan
excluidos los supuestos constitutivos de falta, pues las amenazas de cará cter leve
se contempla en el art 620-
El mal con que se conmina ha de tener la entidad suficiente como para que
puede causar intranquilidad .inquietud o zozobra en la persona, amenazada, pues
cuando la amenaza sea leve extremosa un una falta del art.620º incluso, ante un
conducta que impone la nula relevancia del mal que se anuncia piense por ejemplo.
En el anciano invá lido en una silla de ruedas que amenaza a un joven corpulento
con estrangularle si vuelve al domicilio. El mal que se anuncia no necesitas que se
produzca en la victima la perturbació n anímica perseguida por el autor.
Solo es posible la conducta dolosa. El sujeto ha de ser cociente de que
conmina con un mal.
La consumació n del delito se produce en el momento en que el sujeto activo
pone en conocimiento de la persona amenazada bien directamente o a través de un
tercero u otro medio eficaz. Como puede ser un carta. Es posible la tentativa, que
se daría cuando el anuncio del mal no llega a conocimiento de la persona al que se
dirige la naturaleza.

A) Amenazas de un mal que constituya delito.


ART 169 Se castiga al “que amenazare a otro con causarle a él, a su familia a
otros persona con las que este étnicamente vinculado un mal que constituya delios
de homicidio, lesiones, aborto, contra la libertad, tortura y contra la integridad,
moralidad sexual, intimidad, el honor, el patrimonio y el orden socioeconó mico, de
alguna de las formas que se recogen a continuació n:
a) Amenaza condicionales- Art´.169.1 “las amenazas que se hicieren exigiendo
una cantidad de dinero o impidiéndoles cualquier otra condició n, aunque no sea
ilícita, y el culpable hubiere conseguido su propó sito.
b) Supuestos agravados. El art.169.1 pá rrafo segundo los supuesto en los que
se agrava la pena cuando, la amenazas se hicieren por escrito, por teléfono o por
cualquier medio de comunicació n o reproducció n, con en nombre de entidades o
grupo reales o supuestos.
c) Amenazas no condicionales. ART 1692 LOS PUESTOS EN LA EMNZA NO
HAY SIDO CONDICIONAL.
d) Amenazas contra grupos de població n, étnico, culturales, religosos y otros.
Se castiga en el art 170.1 cp. los supuestos de amenazas de una mal constituyere
delito fuesen dirigidos atemorizar a los habitante de una població n, grupo étnico,
cultura o religioso colectivo social o profesional, o cualquier otro grupo de
personas, y tuviera la graveada necesaria para conseguirlo.
e) Amenazas con fines terroristas- ARTC 170.2 Los que con la misma finalidad
y gravedad, reclamen pú blicamente la comisió n e acciones violentas por parte de
bandas armadas .organizaciones o grupos terroristas.
Figura que no encaja en las amenazas.qui el sujeto auto del delito pide a
desenrizando grupos a que ejecute los hechos previsto en el apartado 170.1.La
petició n, que hade ser pú blica, ha de ir encaminada a la internació n de bandas
armadas, organizaciones o grupos terroristas.

B) Amenazas de un mal que nos constituya delito.

El Art 171.1 “las amenazas de una mal que nos constituya delito será n castigada
con pena de prisió n e tres meses a un añ o o multa de seis meses a 24 meses,
atendidas al gravedad y circunstancia del hecho, cuando la amenaza fuera
condicional y la condició n no consistiere en una conducta debida. Si el culpable
hubiere conseguido su propó sito se le impondrá a la pena en su mitad superior.
El texto hace referencia a un mal que nos constituye delito. En toda caso la
amenaza ha de ser condiciona, quedando excluidas del tipo las que no lo fueran.

a) Pena se ha de imponer sigue el art. 171.1, teniendo en cuenta la graveada y


circunstancia del hecho”. En contra de lo que sucede con las amenaza de un mal
que constituye delito, donde .como ya se apuntó ,no se tiene en cuenta a la
grandeza de los actos del amenazante y otras circunstancias relacionada con su
comportamiento aquí el legislador es má s consecuente. No obstante aunque nada
dijera el Có digo, el juez ha de tomar en consideració n a la hora de fijar la pena
encontró “las circunstancias personales del delincuente y la mayor o menor
gravedad del hecho”

b) Si el culpable hubiere conseguido su propó sito se le impone la pena de prisió n


de seis mese a dos añ os do multa de doce a veinticuatro meses en su mitad
superior.

C) Chantaje

El art. 171.2 a quien exigiere de otro una cantidad o recompensa bajó la


amenaza de revelar o difundir hecho referentes a su vida privada o relaciones
familiares que no sean pú blicamente conocido puedan afectar a su gama, crédito o
interés. La pena varía segú n se haya conseguido o no todo o parte de lo exigido.
La condició n que se impone tiene contenido econó mico.
Los hechos que amenaza revelar han de ser referente a la vida privada o
también los referentes a las relaciones familiares. Siempre que unos y otros no
sean pú blicamente conocidos. En lo referente a la publicidad la jurisprudencia
tendrá que lleva a cabo una labor de acotació n, pues, en principio, parece que ver
equipararse a que se hay publicado en algú n medio de difusió n o se conozcan en el
entono del sujeto pasivo. No es necesario que la revelació n afecte a la “fama,
crédito o interés” del amenazado es suficiente con la posibilidad de que puedan
afectar”.

D) Procedibilidad.
El art. 171.3 respecto del chantaje que si “si el hecho descrito en el apartado
anterior consisten en la amenaza de revelar o denunciar la comisió n de algú n
delito ministerio fiscal podrá , para facilitar la comisió n de algú n delito el
ministerio fiscal podrá , para facilitar el castigo con pena de prisió n superior a dos
añ os. En esta ú ltimo caso, el juez o tribunal podrá rebajar la sanció n en uno o dos
grados”

Del texto anterior se desprende que para facilitar el conocimiento y castiga


del chantaje el ministerio fiscal podrá abstenerse de acusar por el delito que se
amenazará con revelar, con la ú nica excepció n de que se trate de un delito
castigado con pena de prisió n de diez añ os”
En principio y por tratarse del delito pú blico el ministerio fiscal tiene el deber de
perseguirlo, pese a lo que dispone el precepto que aquí se comenta que de dudo
constitucionalidad.

E) Supuestos en los que una amenaza leve se transforma


en delito como consecuencia de la relación entre el sujeto activo y
pasivo.
Art 171.4 dice el que de modelo leve amenace a quien se ha o haya sido su
esposa, o mujer o que ha ya estado ligada a él por una aná loga relació n de
afectividad aú n sin convivencia"
171,4 pá rrafo segundo “igual pena se impondrá al que de modo leve amenace
a una persona especialmente vulnerable y que con viva con el autor.
Supuesto atenuado
171.5 al que de modo leve amenace con armas u otros instrumentos peligroso a
las personas a las que se refiere el artículo 173.2 exceptuadas las contempladas en
el apartado anterior-

Supuesto agravado.
El pá rrafo segundo del 171.5, “se impondrá pena previstas los apartado 4 y 5 en su
mitad superior cundo el delio se perpetre en presencia de menores, obtenga lugar
en el domicilio comú n o en el domicilio de la víctima, o se realice quebrantando
una pena de las compelan en el artículo 48 de este Có digo o un a media a cautelar o
dos e seguida de la misma naturaleza...”

2. Coacciones.
El tipo bá sico de las coacciones aparece en el art.172.1, donde se castiga al
que sin estar legítimamente autorizado, impidiere a otro con violencia hace lo que
al Ley no prohíbe, o le compeliera a actuar a los que no quieren, sea justo o injusto.
El art-172 la gravedad de la coacció n o lo medos empleado. Esta referencia no
es necesaria pues el momento de individualizar la pena de los jueces han de tener
en cuenta estas circunstancias, así como otras que corran relacionada con la
gravedad del hecho las personales del delincuente, concurran o no en el hecho
circunstancias modificativa de la responsabilidad criminal.
El bien jurídico protegido es la libertad de mejorar de las personas, la
libertad de decidir su forma de actú an tanto activa como emisiva es decir de hacer
o no hacer algo.
Sujeto puede ser cualquiera, mientras que sujeto pasivo podrá ser aquel que
sea susceptible de poder sucumbir ante la coacció n, en cuanto que ha de entender
lo que persigue el autor, por lo que no pueden ser sujetos pasivo las personas de
corta edad ni los qué por padecer problema mentales no tienen capacidad de
entender frente al autor que lo cosecho

La acción
Como se desprende del concepto, en impedir a otro con violencia de hacer lo
que la ley no prohíbe o le compeliere a efectuar no lo que sea justo o injusto. El
primer comportamiento es físico para el sujeto pasivo pues se el impide hacer todo
nuestra el segundo obligá ndole a realizar un comportamiento por la fuerza...En
ambos supuesto la conducta es impune si el sujeto actual legalmente como se vera
má s adelante.
DEL Texto se desprende que solo la FUERZA PUEDE DAR LUGAR al delito de
coacciones .Tanto la doctrina como la jurisprudencia admite juntó con la vis física
la violencia intimidatoria afecta directamente sobre el sujeto pasivo o a través de
tercera persona o de cosa,’ pues se puede golpear a un hijo para que el padre lleve
a cabo un comportamiento determinado o persistir o en la destrucció n del objeto
de valor propiedad del sujeto pasivo si este no realiza el comportamiento que
quiera el autor del delito .NO obstante en ese supuesto como en otros ,la zona
divisor con las que en ocasiones habrá que decidirse en favor del delito de
amenazas cuando a través de la intimidaciones se persigue influir en la formació n
de la voluta del sujeto pasivo. De otra parte, LAS AMENAZAS CONDICIONALES
ESTAN CASTIGADA CON MAYOR PENA QUE LAS COACCIONES.
Solo son posibles las conductas dolosas .El autor, ademá s de tener conciencia
en voluntad de la acció n que se ha de ser realizada, de concurrir el á nimus
específico de querer restringir la libertad de otro que cierra el paso al dolo
eventual. No son posible la forma imprudentes, no solo porque no caben
técnicamente, sino porque no se recogen en el Cp... Teniendo en cuenta la frase, sin
estar legítimamente autorizado, son posibles todas las causa de justificació n
cuando los sujeto actú en conforme a derecho.
Dentro de las formas de ejecució n son posibles tanto la consumació n como la
tentativa. El delito se consuma con la realizació n del acto al que dominado, con la
abstenció n de hacerlo. Estamos ante una tentativa cuando el sujeto no consume
sobre la voluntad del sujeto pasivo.
Coacción para impedir el ejercicio de un derecho fundamental
Art 172ª. Cuando la coacció n ejercida tuviera como objeto impedir el ejercicio de
un derecho fundamental.
Para conocer cuá les son los derechos fundamentales hay que acudir a la
constitució n, que su titulo primero se ocupa de los derechos y deberes
fundamentales, en especial de lo recogido en el cap2 que trata de los derechos y
libertades.
Concurso
El ar172.1 al disponer que la pena indicada no se impondrá cuando el hecho
tuviera señ alada la mayor pena en otro precepto de este Có digo
Se debía haber precedido de forma concursal y seguir cualquier caso las
normas generales del concurso. De otra parte el Cp. tipifica de forma expresa la
violació n de derecho fundamental.
El concurso de las leyes que plantea el art 172 estará relacionado con el
delito con ocasió n del ejercicio del derecho fundamental, y la libertad pú blica
garantiza por la constitució n tipificada en el art. 510 y ss. Y otros recogidos en el
Có digo .El concurso no será posible en mucho supuestos, una veces porque ya se
emplea la coacció n para el fin perseguí por el autor y otras porque no cabe la
comisió n del delito la utilizació n de la misma.
Coacción para impedir el disfrute legítimo de una vivienda.
El art 172.1 se impondrá la pena en su mitad superior cuando la coacció n
ejercida tuviera por objeto impedir el legítimo disfrute de la vivienda.
Estos supuestos pueden plantea figura a la hora determinar lo que ha de
entre por impedir el legitimo disfrute. Podría ser, por ejemplo el dueñ o de una
vivienda que la tienen alquilada a un tercero y lleva a cabo cocciones con la
intencion de que se marche de la misa.
El art 172.2 “al que de modo leve coaccione a quien se haya sido su esposa o
mujer, que estén o haya estado ligada a el por una aná loga relacion de afectividad
ante un convivencia”.
b) Segú n el pá rrafo segundo del art172.2 ” igual pena se impondrá al que de
momo leve coaccioné a una persona especialmente vulnerable que conviva con el
autor
Supuesto agravado:
Pá rrafo tercero del art.172 "se impondrá la pena en su mitad superior cuando
el delito se perpetré en presencia de menores ;o tenga lugar en el domicilio comú n
o en el domicilio de la vista; o se realicen quebrantado una pena de las
contemplada en el art.172 de este Có digo o una media cautelar o de seguridad de
la misma naturaleza:
Supuesto atenuado en relación con los párrafos anteriores
El art.172 no obstante lo previsto en los pá rrafos anteriores el Juez o
Tribunal razoná ndolo en sentencia en atenció n las circunstancias personales del
autor y las concurrentes en la realizació n del hecho; podrá impone la pena inferior
en grado:
{Apuntes Tema 8 elaborado por Teufel}

LECCIÓN 8
TORTURAS Y OTROS DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD MORAL Y
TRATA DE SERES HUMANOS.

Conceptos fundamentales
La integridad moral es un concepto muy amplio por lo que resulta difícil
establecer su contenido y límites. La Constitució n lo contempla como un derecho
fundamental al establecer es su artículo 15 que “todos tienen derecho a
la….integridad física y moral”. En el Có digo penal se recoge como trato degradante.
Dentro de la protecció n de la dignidad de la persona se le presta especial atenció n
a la violencia física o psíquica en el á mbito doméstico cuando esta es habitual.
La tortura es la forma de mayor gravedad entro de los delitos que atentan
contra la integridad moral. La conducta de los autores es aquí má s reprobable
porque se trata de autoridades o funcionarios pú blicos que abusan de su cargo en
la ejecució n de los hechos causando a las víctimas sufrimientos físicos, mentales, le
suprimen o disminuyen la capacidad de decisió n. De otra parte, teniendo en cuenta
quienes son los autores se eleva el riesgo de que sus conductas queden impunes.
También se castiga como delito el comisió n por omisió n, que comete la autoridad o
funcionario pú blico que, faltando a los deberes de su cargo, consiente que otros
comentan el delito.
En cuanto a la trata de seres humanos, las migraciones que se producen de
personas que viven en países donde hay pobreza, opresió n, guerras, etc., con
frecuencia son objeto de abusos graves en los países donde emigran. Los supuestos
má s frecuentes de violació n de los derechos humanos son la imposició n de trabajo
o servicio forzados, la esclavitud, mendicidad y explotació n sexual.

I. DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD MORAL


La integridad morar es un derecho fundamental plasmado en el art. 15 de la
Constitució n. Ese es el bien jurídico protegido en estos delitos.
En el Tít. CII del Lib. II del C.p. se tipifican las torturas, así como otros delitos
contra la integridad moral. Aunque la tortura supone en todo caso un atentado
contra la integridad moral, no todos los atentados contra la misma constituyen
delito de torturas, por esta razó n se separa el estudio entre delitos contra la
integridad morar y delitos de torturas.

1.- Tratos degradantes


Castiga el pá rrafo primero del art. 173.1 al “que inflingiere a otra persona un
trato degradante, menoscabando gravemente su integridad moral”. Pena: prisió n
de seis meses a dos añ os.
Sujeto activo del delito puede ser cualquiera. Lo será n los articulares e incluso los
funcionarios pú blicos a los que se refieren los arts. 174 y 175, siempre que actú en
como particulares o con abuso de su cargo.
Para que se perfeccione el delito es necesario “un acto degradante” y que se
menoscabe “gravemente” la “integridad moral” de una persona. Por trato
degradante habrá que entender “aquél que pueda crear en las víctimas
sentimientos de temor, de angustia y de inferioridad y de quebrantar su resistencia
física y moral. (STS)
El C.p. no resuelve el problema de determinar qué debe entenderse por
integridad moral aunque en el art.174.1 especifica como actos contrarios a la
integridad moral aquellos que supongan “sufrimientos físicos o mentales, la
supresió n o disminució n de sus facultades de conocimiento, discernimiento o
decisió n”. Segú n Díaz-Maroto Villarejo, será la jurisprudencia la que tenga que
delimitar conceptos, aunque el posible riesgo de casos de arbitrariedad judicial es
latente.
En el pá rrafo primero del art. 173.1 se hace referencia a que la integridad
moral ha de menoscabarse gravemente. La valoració n de lo que ha de entenderse
grave a veces no es fá cil, resultando problemá tica la línea divisoria con la falta
prevista en el art. 620.2º “los que causaren a otro una…vejació n injusta de cará cter
leve”. Se deberá recurrir al criterio jurisprudencial ya que “no todo trato
degradante será típico conforme al art. 173, sino solo los má s lesivos” (STS)
Otra cuestió n que se plantea es si es suficiente con un acto de trato
degradante, o se precisa una conducta reiterada. Será suficiente un acto si es grave;
si es leve la conducta será constitutiva de falta (art. 620.2º C.p.)

Sujeto pasivo de este delito también puede ser cualquier persona.


Algunos autores estiman que esta nueva figura de delito refuerza la
protecció n de los derechos fundamentales, aú n reconociendo que el concepto de
integridad moral resulta abstracto.

2.- Actos hostiles o humillantes en el ámbito laboral o funcionarial


Se castiga en el segundo pá rrafo del art. 173.1 a los que “en el á mbito de
cualquier relació n laboral o funcionarial y prevaliéndose de su relació n de
superioridad, realicen contra otro de forma reiterada actos hostiles o humillantes
que, sin llegar a constituir trato degradante, supongan grave acoso contra la
víctima”. Pena: prisió n de seis meses a dos añ os.
En principio no es razonable que se imponga la misma pena que para el caso
de tratos degradantes ya que en este caso se especifica “sin llegar a constituir trato
degradante”.
Los elementos de delito son:
• Realización reiterada de actos hostiles o humillantes. Requiere una conducta
repetida, entendida en espacios de tiempo pró ximos, de rechazo y contra la
dignidad de alguien. Los actos han de ser de intensidad moderada, ya que si son
graves daría lugar al delito del primer pá rrafo y si son leves daría lugar a una falta
de injurias.
• Los actos hostiles o humillantes no han de constituir trato degradante, pero
han de suponer un acoso contra la víctima.
• La conducta ha de tener lugar en “el ámbito de cualquier relación laboral o
funcionarial”.
• El sujeto activo ha de realizar los actos “prevaliéndose de su relación de
superioridad”.

3.- Actos hostiles o humillantes para impedir el disfrute de la


vivienda
Se castiga en el pá rrafo tercero del art. 173.1, al “que de forma reiterada lleve
a cabo actos hostiles o humillantes que, sin llegar a constituir trato degradante,
tengan por objeto impedir el legítimo disfrute de la vivienda”. Pena: prisió n de seis
meses a dos añ os.

4.- Violencia física o psíquica habitual en el ámbito doméstico


Art. 173.2 el “que habitualmente ejerza violencia física o psíquica sobre quien
sea o haya sido su có nyuge o sobre persona que esté o haya estado ligada a él por
una aná loga relació n de afectividad aun sin convivencia, o sobre los descendientes,
ascendientes o hermanos por naturaleza, adopció n o afinidad, propios o del
có nyuge o conviviente, o sobre los menores o incapaces que con él convivan o que
se hallen sujetos a la potestad, tutela, curatela, acogimiento o guarda de hecho del
có nyuge o conviviente, o sobre persona amparada en cualquier otra relació n por la
que se encuentre integrada en el nú cleo de su convivencia familiar, así como sobre
las personas que por su especial vulnerabilidad se encuentran sometidas a
custodia o guarda en centros pú blicos o privados”. Como se puede apreciar el tipo
penal es muy amplio.

5.- Concurso
Dispone el pá rrafo primero del art. 173.2 “sin perjuicio de las penas que
pudieran corresponder a los delitos o faltas en que se hubieran concretado los
actos de violencia física o psíquica”.
Si el sujeto activo causa tras lesiones tipificadas como tales en otros
preceptos del C.p., ademá s de ejercer habitualmente violencia física o psíquica,
cabe el concurso de delitos del art. 177.
Con respecto a la reiteració n de faltas de lesiones, hay que tener en cuenta lo
que dispone el pá rrafo segundo del art. 147.1 del C.p..
El art. 147 castiga al “que por cualquier medio o procedimiento, causare a
otro una lesió n que menoscabe su integridad corporal o su salud física o mental”.
Apuntar que no en todo caso se requiere la existencia previa de una agresió n
corporal en la conducta del sujeto activo del delito, derivá ndose de ello una lesió n
en la salud mental. Ahora bien, en el art. 173.2 se castiga directamente la violencia
psíquica, sin que se exija una violencia física previa con consecuencias psíquicas
negativas.

6.- Habitualidad
Dispone el art. 173,3 que “para apreciar la habitualidad a que se refiere el
apartado anterior, se atenderá al nú mero de actos de violencia que resulten
acreditados, así como a la proximidad temporal de los mismos, con independencia
de que dicha violencia se haya ejercido sobre la misma o diferentes víctimas de las
comprendidas en este artículo, y de que los actos violentos hayan sido o no objeto
de enjuiciamiento en procesos anteriores”.
Pena: prisió n de seis meses a tres añ os, privació n del derecho a la tenencia y porte
de armas de dos a cinco añ os y, cuando el juez o tribunal lo estime adecuado al
interés del menos o incapaz, inhabilitació n especial para el ejercicio de la patria
potestad, tutela, curatela, guarda o acogimiento por tiempo de uno a cinco añ os, sin
perjuicio de las penas que pudieran corresponder a los delitos o faltas en que se
hubieran concretado los actos de violencia física o psíquica.
El bien jurídico es muy complejo, se progete, ademá s de la integridad
corporal y la salud física o psíquica, la dignidad de la persona en el á mbito
doméstico. Es un delito de peligro abstracto por lo que no es necesario la
producció n de ningú n resultado lesivo, ni puede apreciarse el agravante de
parentesco pues es inherente al mismo (art.67).
La incorporació n de la violencia psíquica trae consigo situaciones que
tendrá n serias dificultades para poder resolverse de forma satisfactoria, pues los
jueces no está n preparados para tratar cuestiones psicoló gicas. De otra parte, en
las lesiones constitutivas de falta no se hace referencia a la violencia psíquica. (arts.
617,1 y 617,2)
Tanto la jurisprudencia como parte de la doctrina consideran que para que se
dé la habitualidad es necesario la repetició n de tres hechos en un período de
tiempo no muy lejano. Este criterio está evolucionando y se considera suficiente la
reiteració n de conductas de contenido similar, en estos supuestos: dos conductas
homogéneas.

7,- Supuestos agravados


Art. 173,2 “se impondrá n penas de su mitad superior cuando alguno o
algunos de los actos de violencia se perpetren en presencia de menores, o
utilizando armas, o tengan lugar en el domicilio comú n o en el domicilio de la
víctima, o se realicen quebrantando una pena de las contempladas en el artículo 48
de este Có digo o una medida cautelar o de seguridad o prohibició n de la misma
naturaleza”.

8,- Atentados contra la integridad moral cometido por autoridad o


funcionario público
Art. 175 C.p. Que castiga a “la autoridad o funcionario pú blico que, abusando
de su cargo...atentare contra la integridad moral de una persona”, fuera de los
casos comprendidos en el art. 174. Es un precepto confuso ya que no queda claro el
tipo de conductas a las que se refiere.
Pena: prisió n de dos a cuatro añ os si el atentado fuera grave, y de seis meses a dos
añ os si no lo fuere, ademá s, en ambos supuestos se impondrá la pena de
inhabilitació n especial para empleo o cargo pú blico de dos a cuatro añ os. La pena
resulta severa para los supuestos que no sean graves.
Es un delito especial por el sujeto activo (autoridad o funcionario pú blico) y
se castigan también los supuestos atentados que no sean graves, pero siempre es
necesario que la autoridad o funcionario pú blico actú e con “abuso de su
cargo”(conducta dolosa), lo que impide apreciar la agravante 7ª del art. 22. Ante la
duda de considerar un atentado grave o no se ha de aplicar el principio in dubio
pro reo.

9,- Delito en comisión por omisión


Castiga el C.p los supuestos en que la autoridad o funcionario pú blico
consintiere la ejecució n de un delio contra la integridad moral, para lo que es
necesario que la omisió n sea consecuencia de faltar a “los deberes de su cargo” que
serían impedir dicha ejecució n.
El art. 176 castiga “a la autoridad o funcionario que, faltando a los deberes de
su cargo, permitiere que otras personas ejecuten los hechos previstos” en los
artículos anteriores.
Pena: La establecida en el art. 175 y en su caso en el art. 173
La autoridad o funcionario está en situació n de garante respecto al
comportamiento de sus subordinados. Se perfeccionará el delito cuando, con
conocimiento del comportamiento delictivo de sus subordinados, la autoridad o
funcionario no impida dicho comportamiento cuando tiene el deber de hacerlo.

II. TORTURAS
Las torturas para conseguir el esclarecimiento de delitos e identificació n de
delincuentes es una realidad que sigue sin erradicarse, siendo practicada, con
mayor o menor gravedad, en todos los países. Los gobiernos se inhiben de
perseguir el uso de procedimientos ilegales de sus policías, incluso jueces y junto a
otros medios ilegales (controles telefó nicos, de correspondencia, chantaje, etc,.) se
permite la tortura. No cabe duda que con el uso de la violencia y otros medios
coercitivos es má s fá cil conseguir lo que desean aquellos que tienen el poder. Pese
a todo, son excepcionales las condenas por delitos de tortura.
Art. 15 de la C.E.: “Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y
moral, sin que, en ningú n caso, puedan ser sometidos a torturas ni a penas o tratos
inhumanos o degradantes”.
El C.p, incorporó el delito de torturas en 1978, aunque no con esta
denominació n, pues contemplaba una serie de tipos agravados de otras
infracciones penales.
La convenció n contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes (ratificada por Españ a el 9/11/87) establece en su art. 1,1. “A los
efectos de la presente Convenció n, se entenderá por el término “tortura” todo acto
por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos
graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero
informació n o una confesió n, de castigarla por una acto que haya cometido, o se
sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o
por cualquier razó n basada en cualquier tipo de discriminació n, cuando dichos
dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario pú blico u otra persona en
el ejercicio de funciones pú blicas, a instigació n suya, o con su consentimiento o
aquiescencia...”.

1,- El delito de torturas. Concepto


Art. 174,1: “comete tortura la autoridad o funcionario pú blico que, abusando
de su cargo, y con el fin de obtener una confesió n o informació n de cualquier
persona o de castigarla por cualquier hecho que haya cometido o se sospeche que
ha cometido, o por cualquier razó n basada en algú n tipo de discriminació n, la
sometiere a condiciones o procedimientos que por su naturaleza, duració n u otras
circunstancias, le supongan sufrimientos físicos o mentales, la supresió n o
disminució n de sus facultades de conocimiento, discernimiento o decisió n o que,
de cualquier otro modo, atenten contra su integridad moral”.
Pena: Prisió n de dos a seis añ os si el atentado fuera grave y de uno a tres si no lo
es. Ademá s, y para ambos casos, se impondrá la pena de inhabilitació n absoluta de
ocho a 12 añ os.
La pena está en funció n de que el atentado a la integridad moral sea o no
grave, resultando problemá tico delimitar el concepto de gravedad.
Si la conducta no persigue las finalidades anteriores se castigará por el
precepto que corresponda.
Es un delito especial, pues solo pueden cometerlo autoridades y funcionarios
pú blicos, e incluso dentro de estos normalmente será n miembros de las fuerzas y
cuerpos de seguridad, policía judicial, jueces o fiscales.
Las formas son:
a) obtener una confesió n o informació n de una persona.
b) Castigarla por cualquier hecho cometido o se sospeche ha cometido.
El texto presenta serios problemas de interpretació n:
- naturaleza de las condiciones o procedimientos utilizados, lo que no tiene
una respuesta sencilla
- duración: má s que el tiempo habrá que tener en cuenta las condiciones en
las que se interroga y las que se encuentra el interrogado.
- Otras circunstancias: concepto demasiado amplio.
- Sufrimientos físicos o mentales: referencia clara en materia de tortura, pues
son los procedimientos que con má s frecuencia se suelen utilizar para que declare
el sujeto pasivo.
- Supresión o disminución de sus facultades de conocimiento, discernimiento o
decisión: resulta difícil conocer cuá l es el límite para que pueda apreciarse el delito
a este respecto.
- Abuso de su cargo: esta frase parece indicar que se admite la tortura
legalmente y solo se prohíbe cuando se da el abuso. Teniendo en cuenta que solo
son posibles las conductas dolosas, en ningú n caso estará autorizado el
comportamiento que viole la integridad moral de cualquier ciudadano. Los
supuestos en los que pudiera apreciarse la posibilidad de apreciar una justificació n
nada tienen que ver con las obligaciones del cargo, pues no cabe estimar la
eximente de cumplimiento de un deber o ejercicio legítimo de un derecho, oficio o
cargo. (art. 20.7º)
En todo caso, la prueba obtenida será nula cuando se obtenga violentando los
derechos o libertades fundamentales (art. 11.1 LOPJ).
Solo es posible la comisió n mediante dolo directo. Ha de concurrir el
elemento subjetivo del injusto de someter al sujeto pasivo a determinadas
condiciones para intentar obtener una confesió n o informació n. No cabe dolo
eventual.
La consumación del delito se produce en el momento en que el sujeto activo
ha realizado cualquiera de los actos previstos en el art. 174.1 que atenten contra la
integridad moral del sujeto pasivo, sin ser necesaria la consecució n del resultado
que persigue.
Respecto a las formas de ejecució n, ademá s del delito consumado, es posible
la tentativa, pues estamos ante un delito de resultado.

2.- Supuestos equiparados a la tortura


El art. 174.2 castiga “a la autoridad o funcionario de instituciones
penitenciarias o de centros de protecció n o correcció n de menores que cometiere,
respecto de detenidos, internos o presos” los actos de tortura recogidos en el nº 1
de este artículo.
Pena: prisió n de dos a seis añ os si el atentado fuera grave, y de uno a tres si no lo
es. Ademá s, y para ambos casos, se impondrá la pena de inhabilitació n absoluta de
ocho a doce añ os.
Los sujetos activos de este delito no tienen como funció n la de investigar
delitos: pueden cometer las torturas tipificadas en el art. 174.1 bajo la forma de
castigo por un hecho cometido o se sospeche ha cometido el interno.

3.- Torturas en comisión por omisión


Castiga el art. 176 “a la autoridad o funcionario que, faltando a los deberes de
su cargo, permitiere que otras personas ejecuten los hechos previstos” en el art.
174.
Pena: prisió n de dos a seis añ os si el atentado fuera grave, y de uno a tres sin o lo
es. Ademá s, y para ambos casos, se impondrá la pena de inhabilitació n absoluta de
ocho a doce añ os.
Hay autoridades o funcionarios pú blicos que por su posició n de garante
tienen el deber de evitar que sus subordinados realicen cualquiera de las
conductas tipificadas en el art. 174. Faltando a las obligaciones de su cargo,
incurrirá n en un delito de tortura en comisió n por omisió n.

4.- Concurso
Art. 177: “si en los delitos descritos en los artículos precedentes, ademá s del
atentado a la integridad moral, se produjere lesió n o dañ o a la vida, integridad
física, salud, libertad sexual o bienes de la víctima o de un tercero, se castigarían
los hechos separadamente con la pena que les corresponda por los delitos o faltas
cometidos, excepto cuando aquél ya se halle especialmente penado por la Ley”. Con
este ú ltimo inciso se pretende evitar la violació n del principio non bis in ídem
(castigar dos veces por los mismos hechos).
Dentro del concurso hay que tener en cuenta lo que dispone el art. 233 del CP
respecto a las “sanciones o privaciones indebidas” u otros rigores innecesarios. En
estos casos hay que entender que cuando supongan un atentado contra la
integridad moral es de aplicació n el art. 174.2 por ser ley preferente.
Se podría haber prescindido del art. 177 y resolverse todas las situaciones
que pudieran plantearse por las reglas generales del concurso. Por otro lado, no
cabe aplicar las reglas del delito continuado, que quedaría excluido segú n el art.
74.3 por tratarse de “ofensas a bienes eminentemente personales”.

III. TRATA DE SERES HUMANOS


Se castiga en el art. 177 bis.1 “como reo de trata de seres humanos el que, sea
en territorio españ ol, se desde Españ a, en trá nsito o con destino a ella, empleando
violencia, intimidació n o engañ o, o abusando de una situació n de superioridad o de
necesidad o de vulnerabilidad de la víctima nacional o extranjera, la captare,
transportare, trasladare, acogiere, recibiere o la alojare con cualquiera de las
finalidades siguientes:
a) La imposició n de trabajo o servicios forzosos, la esclavitud o prá cticas
similares a la esclavitud o a la servidumbre o a la mendicidad.
b) La explotació n sexual, incluida la pornografía.
c) La extracció n de sus ó rganos corporales”.

Pena: Prisió n de cinco a ocho añ os


Esta nueva figura obedece a que se incorpora al Derecho españ ol, “de
acuerdo con la Disposició n Final Segunda” de la reforma del CP de 2010, la norma
de la UE: “Decisió n Marco 2002/629/JAI del Consejo, de 19 de julio de 2002,
relativa a la lucha contra la trata de seres humanos”.
El bien jurídico protegido es la libertad, dignidad e integridad física y moral de las
personas, así como su salud.
La consumación de estos delitos se produce con la conducta típica de captar,
transportar, etc., con la finalidad prevista en los apartados a) b) y c).

a) Trabajo o servicios forzados


El Convenio nº 29 de la Organizació n Internacional del Trabajo Forzoso de
1930 establece es su art. 2.1: “A los efectos del presente Convenio, la expresió n
trabajo forzoso u obligatorio designa todo trabajo o servicio exigido a un individuo
bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicho individuo no se ofrece
voluntariamente”. En su apartado 2 establece diversas excepciones.

b) La esclavitud
Por esclavitud, en el terreno laboral de acuerdo con la Decisió n marco, habría
que entenderla como el sometimiento incondicional de una persona a otra que la
explota desde el punto de vista econó mico como una simple mercancía. El sujeto
pierde su libertad quedando bajo el control de otro.
En el pá rrafo ú ltimo del art. 607 bis del CP, dentro de los delitos de lesa
humanidad, se recoge: “Por esclavitud se entenderá la situació n de la persona
sobre la que otro ejerce, incluso de hecho, todos o algunos de los atributos del
derecho de propiedad, como comprarla, venderla, prestarla o darla en trueque”.
Segú n el art. 1 del Convenio sobre la Esclavitud de 1926: “…se entiende que:
la esclavitud es el estado o condició n de un individuo sobre el cual se ejercitan los
atributos del derecho de propiedad o algunos de ellos”.

c) Prácticas similares a la esclavitud o la servidumbre


La Secció n III de la Convenció n de 1956 se ocupa de las “Disposiciones
comunes a la esclavitud y a las instituciones y prá cticas aná logas a la esclavitud”,
también se pronuncia en cuanto a la servidumbre (trabajo o ejercicio propio del
siervo, estado o condició n de siervo, sujeció n grave u obligació n inexcusable de
hacer algo. DRAE) en su art. 6.1

d) Mendicidad
Aparte del art. 177 bis,1,a), también se contempla la mendicidad en el art.
232. Se castiga la utilizació n de menores de edad o incapaces para la prá ctica de la
mendicidad agravá ndose la pena con prisió n de uno a cuatro añ os cuando se
empleare con ellos violencia o intimidació n, o se les suministrare sustancias
perjudiciales para la salud.

e) Explotación sexual incluida la pornografía


Ademá s del art. 177 bis,1,b), también contempla este supuesto el art. 186 del
CP castigando la venta, difusió n o exhibició n de material pornográ fico entre
menores de edad o incapaces. Por pornográ fico hay que entender la producció n
literaria o artística de contenido lú brico u obsceno.
En cuanto a la explotació n sexual comprenderá todos los supuestos
tipificados en el título VIII siempre que se lleve a cabo empleando violencia,
intimidació n…

f) Extracción de órganos corporales


Art. 177 bis.1,c). Hay que entender que la extracció n ha de ser a personas vivas
segú n se desprende de las formas previstas en el pá rrafo primero del art. 177.bis.1:
violencia, intimidació n…
Puede plantearse concurso con los supuestos previstos en los artículos 149 y
150. En el primer supuesto la pena establecida es de prisió n de seis a 12 añ os y en
el segundo de tres a seis añ os.

2.- Menores de edad


Art. 177 bis, 2: “Aun cuando no se recurra a ninguno de los medios
enunciados en el apartado anterior, se considerará trata de seres humanos
cualquiera de las acciones indicadas en el apartado anterior cuando se llevare a
cabo respecto de menores de edad con fines de explotació n”.
Hay que tener en cuenta que el sujeto pasivo sea menor de 18 añ os y la
finalidad sea la explotació n.

3.- Irrelevancia del consentimiento


Art. 177 bis, 3 “el consentimiento de una víctima de trata de seres humanos
será irrelevante cuando se haya recurrido a alguno de los medios indicados en el
apartado primero de este artículo”.

4.- Supuestos agravados


Art. 177 bis, 4 “se impondrá la pena superior en grado a la prevista en el
apartado primero de este art. cuando:
a) la víctima sea menor de edad
b) la víctima sea especialmente vulnerable por razó n de enfermedad,
discapacidad o situació n.
Si concurriere má s de una circunstancia se impondrá la pena en su mita
superior”.
Las penas resultan excesivas pues en algunos casos la prisió n puede llegar a
doce añ os.

Delito cometido por autoridad, agente de la misma o funcionario público


“se impondrá la pena superior en grado a la prevista en el apartado 1 de este
artículo e inhabilitació n absoluta de seis a doce añ os, a los que realicen los hechos
prevaliéndose de su condició n de autoridad, agente de ésta o funcionario pú blico.
Si concurriere ademá s alguna de las circunstancias previstas en el apartado 4 de
este art. se impondrá n las penas en su mitad superior”.

Pertenecer a una organización o asociación, a sus jefes, administradores o


encargados.
a) art. 177 bis, 6 “se impondrá la pena superior en grado a la prevista en el
apartado 1 de este artículo, e inhabilitació n especial para profesió n, oficio,
industria o comercio por el tiempo de la condena, cuando el culpable perteneciera
a una organizació n o asociació n de má s de dos personas, incluso de cará cter
transitorio, que se dedicase a la realizació n de tales actividades. Si concurriere
alguna de las circunstancias previstas en el apartado 4 de este art. se impondrá n
las penas en la mitad superior. Si concurriera la circunstancia prevista en el
apartado 5 de este art. se impondrá las penas señ aladas en este en su mitad
superior”.
b) “cuando se trate de los jefes, administradores o encargados de dichas
organizaciones o asociaciones, se les aplicará la pena en su mitad superior, que
podrá elevarse a la inmediatamente superior en grado. En todo caso se elevará la
pena a la inmediata superior en grado si concurriera alguna de las circunstancias
previstas en el apartado 4 o la circunstancia prevista en el apartado 5 de este art”.

5.- Responsabilidad de las personas jurídicas


Cuando una persona jurídica sea responsable de los delitos establecidos en el art.
177 bis, 7, se le impondrá la pena: multa del triple al quíntuple del beneficio
obtenido.

6.- Provocación, conspiración y proposición


Art.177 bis, 8 “la provocació n, la conspiració n y la proposició n para cometer
el delito de trata de seres humanos, será n castigadas con la pena inferior en uno o
dos grados a la del delito correspondiente”.

7.- Concurso de delitos


Art. 177 bis, 9 “en todo caso, las penas previstas en este art. se impondrá n sin
perjuicio de las que correspondan en su caso, por el delito del art. 318 bis de este
Có digo y demá s delitos efectivamente cometidos, incluidos los constitutivos de la
correspondiente explotació n”

8.- Reincidencia internacional


Contemplada en pocos casos en el CP, establece el art. 177 bis, 10 que “las
condenas de jueces o tribunales extranjeros por delitos de la misma naturaleza que
los previstos en este art. producirá n los efectos de reincidencia, salvo que el
antecedente penal haya sido cancelado o pueda serlo con arreglo al Derecho
españ ol”.

9.- Supuestos de exención de pena por infracciones penales


cometidas por las víctimas de trata de seres humanos
Art. 177 bis, 11 “sin perjuicio de la aplicació n de las reglas generales de este
Có digo, la víctima de trata de seres humanos quedará exenta de pena por las
infracciones penales que haya cometido en la situació n de explotació n sufrida,
siempre que su participació n en ellas haya sido consecuencia directa de la
situació n de violencia, intimidació n, engañ o o abuso a que haya sido sometida y
que exista una adecuada proporcionalidad entre dicha situació n y el hecho
criminal realizado”.
La víctima puede llegar a cometer lesiones para huir, sustraer dinero, etc. En
todo caso podría concurrir legítima defensa, estado de necesidad o miedo
insuperable como eximente completa o incompleta.
{Apuntes Tema 9 realizados por HierrO}

LECCIÓN 9
DELITOS CONTRA LA LIBERTAD E INDEMNIDAD SEXUAL
Trata el Tit. VIII del Lib de los "Delitos contra la libertar e indemnidad
sexuales". Son 6 capítulos que se ocupan de las agresiones sexuales, acoso sexual
exhibicionismo y provocación sexual, delitos relativos a la prostitución, y a la
corrupción de menores y disposiciones comunes.
En la reforma de 2010 se incorpora un Cap II bis que reza bajo la rubrica
"de los abusos y agresiones sexuales a menores de trece años"
Termino indemnidad es difícil de interpretar con el se extiende la protección
de los delitos contra la libertad sexual a supuestos en los es dudoso este bien
jurídico.
El bien jurídico protegido en todos estos delitos es la e indemnidad sexual,
con alguna precisión.
También se protege la libertad en si pese a la rúbrica del Tit VIII " Delitos
contra la libertad e indemnidad sexuales.

I. AGRESIONES SEXUALES.
El tipo básico Se recoge en el art 178 de CP," que atentare contra la libertad
sexual de otra persona utilizando violencia o intimidación"
Pena: Prisió n de 1 a 5 añ os.
Nos encontramos con un precepto penal muy abierto donde a veces
resultará difícil interpretar que conductas comprende el tipo, provocando una
inseguridad jurídica.
Bien Jurídico: principalmente la libertad sexual, si bien también se protegen
facetas relacionadas con la dignidad e incluso la salud y la propia libertad en si.
Sujeto activo y pasivo: cualquier persona, con las excepciones del arts 179 y 180.
El sujeto pasivo ha de ser una persona viva ya que estas acciones no son
punibles con cadá veres.
La acción: consiste en atentar contra la libertad sexual de otro con violencia e
intimidació n. Para su realizació n es un elemento subjetivo caracterizado por la
finalidad lubrica que persigue el sujeto activo, este se presume en todo caso , de
lo que se desprende que es suficiente con el sujeto conozca que realiza un acto
sexual sin consentimiento del sujeto pasivo.
Se puede cometer por omisió n o comisió n siempre que exista un garante
que tenga el deber de impedir el delito.
Se requiere que la agresió n sea con violencia o intimidació n y haya una
relació n de estas con la conducta del sujeto. La jurisprudencia viene exigiendo
cierta resistencia u oposició n, aunque el derecho no obliga a los actos heroicos.
La intimidació n ha de ser de cierta entidad , aunque la reacció n de las personas
ante tal circunstancia es variable, lo esencial es que la víctima se doblegue a la
intimidació n de autor o autores.
El consentimiento, excluye la tipicidad no se comete agresió n cuando la otra
persona acepta la relació n, siempre que este sea vá lido. No es vá lido
consentimiento otorgado por menores de trece añ os.
Resulta las relaciones anteriores entre el autor y el consentimiento prestado
en otras ocasiones También es irrelevante la condició n del sujeto pasivo.
Respecto a las formas de ejecució n , el delito se consuma con la realizació n
de los actos que el sujeto lleva a cabo sobre el cuerpo de la víctima con fines
libidinosos , siendo innecesario que este consiga la satisfacció n o deseo sexual que
perseguía Es posible la tentativa, cuando inicia el contacto con el cuerpo de la
victima pero no consigue los contactos que pretendía por resistencia del sujeto
pasivo o intervenció n de terceros.

• Violación
Segú n art 179 " cuando la agresión sexual consista en acceso carnal por vía
vaginal, anal o bucal, o introducción de miembros corporales u objetos por alguna
de las dos primeras vías, el responsable será castigado, como reo de violación" la
conducta ha de ser con violencia o intimidació n.
Pena: prisió n de 6 a 12 añ os.
Sujeto activo, en principio parece que solo puede ser el varó n para acceso carnal
y penetració n , la mujer puede ser sujeto activo como cooperadora en la
ejecució n de los hechos, y con la introducció n de corporales u objetos.
Sujeto pasivo, mujer, y varó n en los casos de penetració n anal y bucal. En los
supuestos de acceso carnales imaginable la posibilidad de que una mujer lo
cometa obligando al hombre. Por acceso carnal hay que entender la conjunció n
del miembro viril masculino a través de la vagina. Esto evita que el delito entre
mujeres.
Para la consumación es suficiente la penetració n parcial.
Respecto a los objetos, se limita a hacer referencia a objetos , sin
especificar lo que a efectos de este delito se entienden por tales.

Supuestos Agravados.
Se contemplan en el art 180.1" las anteriores conductas serán castigadas con
las penas de prisión de cinco a diez años para las agresiones del art 178, y de
doce a 15 para las del art 179, cuando ocurra alguna de las siguientes
circunstancias y que son:
1º Cuando la violencia o intimidación ejercidas revistan un carácter
particularmente degradante o vejatorio. Al hacerse referencia expresa a "
particularmente" , puede entenderse que se trata de supuestos muy cualificados,
como amordazar y golpear a la víctima, etc. Ha de suponer un exceso
degradante o vejatorio del que por sí ya conlleva toda violació n (DIEZ RIPOLLES).
2º Cuando los hechos se cometan por la actuación conjunta de dos o más
personas. Para la consumació n del delito es suficiente con que uno de ellos
realice la conducta libidinosa sobre la víctima, pudiendo los otros actuar como
cooperadores en la ejecució n del delito.
Tanto la doctrina como la jurisprudencia se han planteado la de considerar
coautor , y no cooperador necesario, al que no que ejecuta los hechos con su
cuerpo, haciéndolo a través de tercero, debido a que el bien jurídico protegido es
la autodeterminació n sexual y la no satisfacció n sexual.

3º Cuando la víctima sea especialmente vulnerable, por razón de su edad,


enfermedad, discapacidad, situación, salvo lo dispuesto en el art183. Es un
concepto demasiado amplio, habrá que pensar en personas desvalidas, con difícil
situació n econó mica, adicció n a estupefacientes, etc.
De no figurar esta circunstancia, seria en algú n caso apreciable agravante 2º
del art 22 de abuso de superioridad. En cuanto a la edad podía haberse fijado la de
ser menor de 12 añ os, criterio tradicional en nuestro derecho penal.

4º Cuando, para la ejecución del delito, el responsable se haya prevalido de


una relación de superioridad o parentesco, por ser ascendiente, descendiente o
hermano, por naturaleza o adopción, o afines, con la víctima. Es necesario que el
sujeto activo aproveche la situació n especial que tiene respecto de la víctima.

5º Cuando el autor haga uso de armas u otros medios igualmente, peligrosos


susceptibles de producir la muerte o alguna de las lesiones previstas en los arts 149 y
150 de este Código, sin perjuicio de la pena que pudiera corresponder por la muerte
o lesiones causadas. En este caso el uso debe de significar algo má s que la mera
exhibició n

Concurrencias de circunstancias. Según el art 180.2, las penas previstas en


este artículo se impondrá n en su mitad superior si concurriesen dos o má s de las
anteriores circunstancias.
Es posible un concurso con otros delitos, especialmente, con el de lesiones,
detenciones ilegales, amenazas.

II. ABUSOS SEXUALES.


El cap. II del Tit VIII de CP se ocupa "de los abusos sexuales"

El tipo básico
Se recoge en art 181.1, "que, sin violencia o intimidación y sin que medie
consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual
de otra persona"
Pena: Prisió n de 1 a 3 añ os o multa de 18 a 24 meses. El consentimiento valido
elimina la tipicidad.
La acción consiste en contactos con el cuerpo con fines libidinosos sin que
aquella sea consciente, como en el caso de masajista que realizan su funció n
abusando del otro. También se incluyen en la conducta atípica otras formas de
contacto sin que la victima lo espere y sin tiempo a reaccionar. Se trata de abusos
por sorpresa Cabe incluir en el tipo todas las conductas con finalidad libidinosa,
aun algunas con escasa entidad, por lo que tal vez para ciertos ataques debió
llevarse su castigo a un tipo constitutivo de falta. En este tipo de abusos sexuales
parece que el legislador es muy riguroso, así como la excesiva pena establecida.

Abusos sexuales sobre personas privadas de sentido, con trastorno mental


o anulando su voluntad mediante el uso de fármacos, drogas u otras
sustancias.
Art 181.1"A los efectos del apartado anterior se consideraran abusos sexuales
no consentidos los que se ejecuten sobre personas que se hallen privadas de sentido
o de cuyo trastorno mental se abusare, así como los que se cometan anulando la
voluntad de la victima mediante el uso de fármacos, drogas o cualquier otra
sustancia natural o química idónea a tal efecto."
Pena: 1 a 3 añ os o multa de 18 a meses a 24 meses.
Persona privada de sentido ha de entenderse toda la que se encuentra en
una situació n de inconsciencia, por sustancias psicotró picas, alcohol etc. El autor
del delito ha de conocer esta situació n y dolosamente aprovecharse de ella para
ejecució n de los actos libidinosos.
Respecto al trastorno mental es necesario que el sujeto activo conozca esta
situació n de la víctima y abuse de la misma para la ejecució n.
Para conocer que ha de entenderse por trastorno mental debemos de
acudir al art 20.1.

Abusos sexuales de prevalimiento por situación de superioridad


Art 181.3" cuando el consentimiento de obtenga prevaliéndose el responsable
de una situación de superioridad manifiesta que coarte la libertad de la victima"
Pena: Prisió n de 1 a 3 añ os y multa de 18 a 24 meses"
Estamos ante un supuesto privilegiado de difícil justificació n si se tiene en
cuenta.
 Que el consentimiento se obtiene coartando la libertad de la victima,
aunque se valoren otras consideraciones, por lo que en cierto modo supone un
consentimiento viciado, estando pró ximo a las agresiones sexuales del art 178.
 Se establece la misma pena que para los supuestos mas benévolos de
abusos sexuales previstos en el art181.
Para que se perfeccione el delito es necesario que el sujeto activo se
encuentre respecto al pasivo"una situacion de superioridad manifiesta" y que se
aproveche de la misma de forma dolosa.
Esta situació n de superioridad influye en la libertad de la victima a que preste
su consentimiento para realizar los actos sexuales. La superioridad ha de ser
clara, manifiesta y suficiente para influir en la victima. No se dará este delito si la
relació n se lleva a cabo con posterioridad a que el sujeto activo pierda su
situació n de superioridad con respecto a la persona ofendida.

Supuestos agravados
• Art 181.4 " en todos los casos anteriores cuando el abuso sexual consista en
acceso carnal por vía vaginal,anal o bucal o introducción de miembros corporales u
objetos por alguna de las dos primeras vías, el responsable sera castigado con la
pena de prisión de cuatro a diez años"
• Art 181.5" las penas señaladas en este articulo se impondrán en su mitad
superior si concurriese la circunstancia 3º o la 4º, de las previstas en el apartado 1
del art 180 de este código.

Abusos sexuales mediante engaño


Art 182.1 castiga al " que, interviniendo engaño, realice actos de carácter
sexual con personas mayor de 13 años y menor de 16 años"
Pena: prisión de 1 a 2 años, o multa 12 a 24 meses
Para que se dé el delito es necesario que se dé el engañ o. Por engañ o habrá
que entender cualquier medio fraudulento que vicie la voluntad del sujeto pasivo
de modo que consienta en las relaciones sexuales.
Los supuestos que aquí se castigan son todos aquellos que no consistan en
acceso carnal, introducció n de objetos o penetració n bucal o anal.
La jurisprudencia ha estimado como engañ o la falsa promesa de matrimonio,
entiendo por engañ o" toda aquella falacia tendencia o falta a la verdad en lo que se
dice o promete con el encubierto propó sito de mover la voluntad de la victima a
entregarse carnalmente al sujeto activo del delito".

Supuestos Agravados.
Art 182.2 " cuando los actos consistan en acceso carnal por vía vaginal bucal o
anal, o introducción de miembros corporales u objetos por alguna de las dos
primeras vías"
Pena: prisió n de 2 a 6 añ os.
La pena se impondrá en su mitad superior si concurriera la circunstancia
3º, o la 4º, de las previstas en el art 180.1 de este có digo.
III ABUSOS Y AGRESIONES SEXUALES A MENORES DE TRECE
AÑOS
El cap. II bis del Lib II del CP figura bajo la rú brica "De los abusos y agresiones
sexuales a menores de trece añ os". Establece una serie de supuestos agravados
cuando la víctima es menor de 13. Se recoge un caso de agravació n para los
menores de 4 añ os. En realidad la agravació n se refiere, en la mayor parte de los
casos, a los supuestos tipificados en arts 178, 179 y 180.

1. Actos contra la indemnidad sexual


Art 183.1" El que realizare actos que atenten contra la indemnidad sexual de
un menor de trece años será castigado como responsable de abuso sexual a un
menor".
Pena: Prisió n de 2 a 6 añ os.

2. Actos realizados con violencia o intimidación


Art 183.2" Cuando el ataque se produzca con violencia o intimidación el
responsable será castigado por el delito de agresión sexual a un menor".
Pena: Prisió n de cinco a diez añ os.
Viene a coincidir con el art 178 donde se castiga son especificar edad a los
que atentaren contra la libertad sexual utilizando violencia o intimidació n. La pena
sera agravada con respecto al art 178.

3. Actos equiparables a la violación.


Art 183.3 " Cuando el ataque consista en acceso carnal por vía vaginal, anal o
bucal, o introducción de miembros corporales u objetos por alguna de las dos
primeras vías".
Pena: Prisió n de ocho a doce añ os, en el caso del apartado 1 y con la pena de doce
a quince en el caso del apartado 2. La violació n, que en el art 179 se castiga con
pena de prisió n de seis a doce añ os, ahora al ser la victima menor de 13 añ os se
eleva de doce a quince.

Supuestos agravados
Art 183.4: " las conductas previas en los tres números anteriores serán
castigadas con la pena de prisión correspondiente en su mitad superior en los
siguientes casos:
a) Cuando el escaso desarrollo intelectual o físico de la victima la hubiera
colocado en una situación de total indefensión, y, en todo caso cuando sea menor de
cuatro años.
b) "Cuando los hechos se cometan por la actuación conjunta de dos o más
personas"
c) Cuando la violencia o intimidación ejercidas revistan un carácter
particularmente degradante o vejatorio"
d)" Cuando, para la ejecución del delito, el responsable se haya prevalido de
una relación de superioridad o parentesco, por ser ascendiente, por naturaleza o
adopción, o a afines , con la víctima.
e) " Cuando el autor haya puesto en peligro la vida del menor"
f) cuando la infracción se haya cometido en el seno de una organización o de
un grupo de criminales que se dedicaren a la realización de tales actividades".
En estos supuestos se contemplan en el art 183.5" en todos de los casos
previstos en este articulo, cuando el culpable se hubiera prevalido de su condición de
autoridad , agente de esta o funcionario público, se aplicará, además la pena de
inhabilitación absoluta de seis a doce años".

Se castiga en el art 183 bis " a través de Internet, del teléfono o de cualquier
otra tecnología de la informació n y la comunicació n contacte con un menor de
trece añ os y proponga concertar un encuentro con el mismo a fin de cometer
cualquiera de los delitos descritos en los arts 178 a 183 y 189, siempre que tal
propuesta se acompañ e de actos materiales encaminados al acercamiento".
El legislador busca la protecció n de los menores frente a las personas adultas
que a través de los medios indicados buscan la confianza de estos concertando
encuentros con la finalidad de conseguir actividades sexuales. Tal propuesta se
debe de acompañ ar de actos materiales encaminados al acercamiento.

Supuestos agravados
Art183 bis " las penas se impondrán en su mitad superior cuando el
acercamiento se obtenga mediante coacción, intimidación o engaño"

IV. ACOSO SEXUAL


El cap III del Tit. VIII del CP "trata del acoso sexual"
El legislador se adelante a la presunció n de que el funcionario pueda realizar
algú n acto injusto constitutivo de prevaricador, al acompañ ar la petició n sexual a
la oferta de favorecer en asuntos pendientes con él.

Tipo básico
Art 184.1 "el que solicitare favores de naturaleza sexual, para si o para un
tercero, en el ámbito de una relación laboral, docente o de prestación de servicios,
continuada o habitual, y con tal comportamiento provocare a la victima una
situación objetiva y gravemente intimidatoria, hostil o humillante, será castigado,
como autor de acoso sexual"
Pena: Prisió n de 3 a cinco añ os o multa de 6 a 10 meses.
Los requisitos que se exigen son:
a) Solicitar favores de naturaleza sexual. El tipo es muy abierto y puede ir
desde el beso hasta las relaciones sexuales.
b) La solicitud ha de llevarse a cabo en el á mbito de las relaciones laborales,
docentes o de prestació n de servicios. Tales relaciones no han de ser esporá dicas,
pues se exige que las mismas sean continuadas o habituales. La solicitud ha de
darse entre compañ eros, en nivel de puestos similares o distintos, siempre que el
sujeto activo no se encuentre en una situació n de prevalimiento, aunque cabe la
solicitud del inferior sobre el superior. No se cometerá este fuera de los supuestos
previstos.
c) El comportamiento de solicitud de favores de naturaleza sexual ha de
provocar en la victima una situació n objetiva y gravemente intimidatoria o
humillante. Para la perfecció n del delito es suficiente cualquiera de estas
situaciones, aunque pueden concurrir las tres.
Sera difícil precisar cuá ndo se da la situació n objetiva y gravemente
intimidatoria, sin olvidar que en tales situaciones podemos estar ante un delito de
amenazas condiciones de los arts 169.1 o 171.1.
Hostil equivale a desfavorable, incompatible y humillante a degradante.
El bien jurídico protegido es la libertad sexual.
Sujeto activo y pasivo puede ser cualquiera que se encuentre en la situació n
prevista en el texto legal, aunque también la posibilidad del acoso por el
subordinado.

Acoso sexual de prevalimiento.


Art 184.2" El culpable de acoso sexual hubiera cometido el hecho
prevaliéndose de una situación de superioridad laboral, docente o jerárquica, o con
el anuncio expreso o tácito de causar a la victima un mal relacionado con las
legitimas expectativas que aquella pueda tener en el ámbito de la indicada relación".
Pena: Prisió n de cinco a siete meses o multa de 10 a 14 meses.
El sujeto que solicita los favores sexuales ha de actuar de una de estas
formas: prevaliéndose de una situació n de superioridad, de la que es consciente y
se aprovecha, o mediante el anuncio de causar al sujeto pasivo un mal relacionado
con las legítimas expectativas que se tengan en el á mbito de la relació n laboral,
docente, etc. Por tanto, no encajaran aquí los supuestos en los que haya cesado la
relació n de dependencia o cuando el mal con él se conmina nada tenga que ver con
las expectativas que de la referida relació n
La consumación del delito tiene lugar en el momento en que llega a
conocimiento de la victima la petició n sexual bajo el anuncio del mal relacionado
con las legítimas expectativas de la misma. Es difícil que se dé la tentativa, si bien
cabria en el caso de que la oferta se haga por carta y que esta no llega a su
destinatario.
Es necesario que el sujeto activo conmine con un mal relacionado con las
expectativas que la victima tenga en el á mbito de sus relaciones con él, por lo que
serian impunes las peticiones con ofrecimiento de algo que favoreciera a la
víctima y a lo que legalmente no tendría derecho.
Si este ofrecimiento es mediante engañ o, no concediendo lo prometido, si se
consigue la relació n sexual con persona mayor de trece añ os y menor de dieciséis,
la conducta será castigada por el art 182.

Supuestos agravados
Art 184.3 " Cuando la víctima sea especialmente vulnerable, por razón de su
edad, enfermedad o situación"
Pena: Prisión 5 a 7 meses o multa de 10 a 14 meses en los supuestos previsto en
el apartado 1, y y de prisió n de seis meses a un añ o en los supuestos previsto en el
apartado 2 de este articulo.
Concurso: si la victima accede a la petició n podemos estar ante un delito de los
arts 178 o 179, abusos sexuales del 181.3, o bien ante amenazas condicionales de
los arts 169.1 o 171.1 castigá ndose por el delito que tenga pena má s grave, en
base a lo que dispone el art 8.4 , pues estamos ante un concurso de leyes.

V EXHIBICIONISMO Y PROVOCACIÓN SEXUAL.


El cap IV del Tit VIII CP, figura bajo la rú brica " De los delitos de
exhibicionismo y provocació n sexual"

1. Actos de exhibición obscena ante menores de edad e incapaces.


Art 185 " que ejecutare o hiciere ejecutar a otra persona actos de exhibición
obscena ante menores de edad o incapaces".
Pena: Prisió n de seis meses a un añ o o multa de 12 a 14 meses.
No se define lo que ha entenderse por " exhibició n obscena" por lo esta
deberá ser resuelta por la Doctrina y la Jurisprudencia. Segú n la RAE obsceno es lo
"impú dico, torpe, ofensivo al pudor".
El bien jurídico protegido es la libertad sexual.
El sujeto activo puede ser tanto una persona de sexo masculino como
femenino, pues así se desprende del texto.
Sujeto pasivo son los menores o incapaces.
Para las situaciones que contemplan el tipo habrá que tren en cuenta la
ética social de la mayoría de la colectividad.
La acció n puede integrarse con hechos de diversa índole, siempre, por
supuesto, mediante actos de exhibicionismo obsceno.
El exhibicionismo má s frecuente consiste en que un varó n muestre a otra
persona, generalmente del distinto sexo, los ó rganos genitales, con la finalidad de
provocare sencillamente, para satisfacer la lujuria propia.
La referencia que hace el có digo a menores de edad ha de ser a los menores
de dieciocho añ os, lo cual parece excesivo, debiendo haberse mantenido el límite
del CP, anterior de los dieciséis añ os.
El có digo recoge una definició n de incapaz en su art 25 " A los efectos de este
có digo considera incapaz a toda persona, haya sido o no declarada su incapacitado,
que padezca una enfermedad de cará cter persistente que le impida gobernar su
persona".
Habrá que seguir teniendo en cuenta hasta qué punto se dé trata de un
incapaz y en qué forma resulta afectada por la conducta exhibicionista ajena, es si
desde su punto de vista de la personalidad puede considerá rsele como una cierta
normalidad.
Solo cabe el Dolo Directo, pues el autor no puede perseguir excitar al sujeto
pasivo en el orden sexual. En materia de error, los casos má s frecuentes se dará n
sobre la edad del sujeto pasivo y capacidad mental. El consentimiento de los
menores no invalidad en principio la tipicidad, mientras que los deficientes
mentales no pueden consentir.

2. Pornografía.
Art 186 a quien " por cualquier medio directo, vendiere, difundiere o exhibiere
material pornográfico entre menores de edad o incapaces".
Pena: Prisión de seis a u año o multa de 12 a 24 meses.
Pornográ fico es la reproducció n literaria o artística de contenido lubrico u
obsceno, que pretende reproducir vivencias reales en los sujetos que tienen a la
misma, que en este caso será n los menores de dieciocho añ os o incapaces.
También se incriminan la difusió n y venta.
Difundir equivale a divulgar o propagar y exhibir a mostrar.
El bien jurídico protegido es la libertad sexual.
Resulta difícil poder establecer una linea divisoria clara entre los supuestos
que resultarían tipificados en el có digo penal de otros que no lo son.

VI. PROSTITUCIÓN Y CORRUPCIÓN DE MENORES


El cap V del Tit VIII del CP, figura bajo la rú brica "de los delitos relativos a la
prostitució n y la corrupció n de menores. La prostitució n en si no es delito, aunque
si la de otros que de diversas formas vienen a favorecer la misma.

1. Prostitución de menores o incapaces.


A) art 187.1 a quien " induzca, promueva, favorezca o facilite la prostitución
de una persona menor o incapaz".
Pena: Prisión de uno a cinco años y multa 12 a 24 meses.
La prostitució n es una sexual retribuida ejercida de formas mas o menos
permanente, que suele llegar a convertirse en un modo de vida, por lo que han de
excluirse los actos aislados.
El bien jurídico protegido es la libertad de sexual cuando se trate de menores
de edad o incapaces en cuanto se les inicia, o se colabora en ello, al ejercicio de la
prostitució n
La jurisprudencia, al ocuparse del fundamento para tipificar estos delitos, da
la libertad sexual un contenido amplio, protegiendo a la persona del peligro que
supone el ejercicio de la actividad.
Sujeto pasivo, que puede ser de cualquier sexo, ha de tratarse de un menor
de dieciocho añ os o incapaz.
Los conceptos de inducir, promover, favorecer, o facilitar son genéricos pues
el có digo nos lo define, estando todos ellos encaminados a cooperar o ayudar al
ejercicio de la prostitució n
La conducta es típica aunque el menor ya estuviera dedicá ndose a la
prostitució n, pues con ello se le está induciendo a continuar en la misma, cuando
esta es una actividad que puede ser abandonada por el menor, es decir, no es
irreversible.
El consentimiento del menor o incapaz no excluye el delito. No cabe ninguna
justificació n
Estos delitos no requieren á nimo de lucro o ventaja material, por de
naturaleza formal, de mera actividad o tendencia y de resultado.
Solo caben las conductas dolosas. Aunque es posible el error difícilmente
puede darse con respecto a la incapacidad de la víctima, y todavía menos respecto
a la edad, pues el sujeto activo tiene facilidad en estos supuestos para conocerla.
Dentro de las formas de ejecució n, ademá s de la consumació n, cabe también
la tentativa.

B) Relació n sexual con menores o incapaces a cambio de remuneració n o


promesa
Art 187.1 " al que solicite acepte u obtenga a cambio de remuneración, una
relación sexual con una persona menor o incapaz".
La remuneració n o promesa ha de tener lugar antes de la comisió n del delito.
Pena: Prisió n de uno a cinco añ os y multa de 12 a 24 meses.

Supuestos agravados
a) Se castiga en el art 187.2 al " que realice las conductas descritas en el
apartado 1 de este artículo, siendo la victima menor de trece años.
Pena: prisión de cuatro a seis años.

b) Art 187.3, será n castigados quienes " realicen los hechos prevaliéndose de
su condición de autoridad, agente de esta o funcionario público".
Pena: prisió n de uno a cuatro añ os y multa de doce a veinticuatro meses en
su mitad superior e inhabilitació n absoluta de seis a doce añ os.
Es necesario que se actú e con prevalimiento de tal condició n, pues si actuara
como un particular o sin prevalerse de una condició n la conducta seria la descrita
en el art 187.1.

c) Art 187.4 " Cuando el culpable perteneciere a una organización, incluso de


carácter transitorio, que se dedicare a la realización de tales actividades.

Concurso de delitos.
Art 187.5 " Las penas señaladas se impondrán en sus respectivos casos sin
perjuicio de las que correspondan por las infracciones contra la libertad o
indemnidad sexual cometidas sobre los menores e incapaces".

2. Prostitución mediante violencia, intimidación o engaño o abuso de


superioridad, necesidad o vulnerabilidad de la victima mayor de dieciocho
años.
Se castiga art 188.1 a quien " determine, empleando violencia, intimidación o
engaño, o abusando de una situación de superioridad o de necesidad o
vulnerabilidad de la víctima, a persona mayor de edad ejercer la prostitución o
mantenerse en ella"
Pena: Prisió n de dos a cuatros añ os de y multa de 12 a 24 meses.
El có digo penal protege la libertad sexual de las personas prostituidas, pues
cuando la relació n se lleve a cabo sin su consentimiento, podremos estar ante los
delitos de agresiones o abusos sexuales.

Explotación de la prostitución con fines lucrativos


Art 188.1 al "que se lucre explotando la prostitución de otra persona, aun con
el consentimiento de la misma"
Pena: Prisió n de dos a cuatro añ os y multa de 12 a 24 meses.
Se equiparan los supuestos de que el lucro se consiga con el consentimiento o
sin él, esta debería ser má s grave cuando el lucro se consiga sin su consentimiento
El precepto es muy amplio, ya que puede comprender cualquier establecimiento
abierto al pú blico donde se ejerce la prostitució n con consentimiento del dueñ o o
regente del local, cuando se obtenga beneficio de ello. La interpretació n de este
precepto creara dificultades, pues conlleva una notable inseguridad jurídica.

Supuestos agravados
a) Conductas realizadas sobre menores de edad o incapaces,
Art 188.2 " se realizaran sobre persona menor de edad o incapaz, para
iniciarla o mantenerla en una situación de prostitución".
Pena de cuatro a seis añ os

b) conductas realizadas con menores de trece añ os


Art 188.3, cuando " se lleve a cabo la conducta prevista en el apartado
anterior, siendo la victima menor de trece años".
Pena: prisió n de cinco a diez añ os.

c) Conductas cometidas por autoridad, agente o funcionario, por sujeto


perteneciente a una organizació n o grupo criminal o que se ponga en peligro la
vida o la salud de la víctima.
Art 188.4 " Se impondrán las penas previstas en los apartados anteriores en su
mitad superior, en sus respectivos casos, cuando concurra alguna de las siguientes
circunstancias:
a) Cuando el culpable se hubiera prevalido de su condición de autoridad de esta
o funcionario público. En este caso se aplicará, además la pena de inhabilitación
absoluta de seis a doce años.
b)" Cuando el culpable perteneciere a una organización o grupo criminales
que se dedicaren a la realización de tales actividades",
c) " Cuando el culpable hubiere puesto en peligro, de forma dolosa o por
imprudencia grave, la vida o salud de la víctima".
La conducta abarca tanto el dolo directo como el eventual.

Concurso
Art 188.5 " Las penas señaladas se impondrán en sus respectivos casos sin
perjuicios de las que correspondan por las agresiones o abusos sexuales cometidos
sobre la persona prostituida".
Habrá concurso de delitos cuando los hechos den lugar a prostitución de una
parte y de otros abusos o agresiones sexuales.

3. Utilización de menores o incapaces en espectáculos exhibicionistas o


pornográficos y en la elaboración de material pornográfico.
a) Se castiga en el art 189.1.a al " captare o utilizare a menores de edad o
incapaces con fines o en espectáculos exhibicionistas o pornográficos, tanto público
como privados, o para elaborar cualquier clase de material pornográfico, cualquiera
que sea su soporte, o financiare cualquiera de estas actividades o se lucrare con
ellas".
Pena: Prisió n de uno a cinco añ os.
Dos supuestos:
a.1) utilizació n de los menores o incapaces para fines exhibicionistas o
pornográ ficos
a.2) utilizació n para elaborar material pornográ fico, como pueden ser
revistas, vídeos, etc.
Sujeto activo es tanto el que utiliza a los menores o incapaces para los fines
indicados, como quien lo financia
A efectos de este articulo menor es el que todavía no ha cumplido los
dieciochos añ os. El delito del art 189 se comete aunque haya consentimiento del
menor, pues resulta ineficaz. Si se empleara violencia o intimidació n estaríamos
ante un concurso de delitos.
La diferencia entre los arts 189.1 con el 185 y 186 es que en estos el menor o
incapaz es sujeto pasivo del delito y en el 189.1.a se capta o utiliza por el sujeto
activo para intervenir en los actos indicados.

b) Se castiga en el art 189.1.b al "que produjere, vendiere, distribuyere,


exhibiere, ofreciere o facilitare la producción, venta, difusión o exhibición por
cualquier medio de material pornográfico en cuya elaboración hayan sido utilizados
menores de edad o incapaces, o lo poseyere para estos fines, aunque el material
tuviere su origen en el extranjero o fuere desconocido".
Pena: Prisió n de uno a cinco añ os.
El autor ha de actuar dolosamente, siendo suficiente el dolo eventual.

4. Tenencia de material pornográfico para uso propio.


Se castiga en el art 189.2"que para su propio uso posea material pornográfico
en cuya elaboración se hubieran utilizado menores de edad o incapaces".
Pena: Prisió n de tres meses a un añ o o multa de 6 meses a 2 añ os.
En esta figura se presentaran muchas veces serias dificultades para
demostrar quien tiene el material pornográ fico conoce que utilizaron menores
para su elaboració n. Si no se prueba este elemento del de lo injusto no se puede
condenar.

Supuestos agravados
En art 189.3 " Serán castigados con la pena de prisión de cinco a nueve años los
que realicen los actos previstos en el apartado 1 de este articulo cuando concurra
alguna de las circunstancias siguientes:
a) cuando se utilicen niños menores de 13 años.
b) Cuando los hechos revistan un carácter particularmente degradante o
vejatorio.
c) Cuando los hechos revistan especial gravedad
d) Cuando el material pornográfico represente a niños o a incapaces que son
víctimas de violencia física o sexual.
e) Cuando el culpable perteneciere a una organización o asociación, incluso de
carácter transitorio, que se dedicare a la realización de tales actividades.
f) Cuando el responsable sea ascendiente, tutor, curador, guardador, maestro o
cualquier otra persona encargada, de hecho o de derecho del menor o incapaz"

5. Corrupción de menores o incapaces


Se castiga en el art 189.4 al " que haga participar a un menor o incapaz a un
menor o incapaz en un comportamiento de naturaleza sexual que perjudique la
evolución o desarrollo de la personalidad de éste"
Pena: Prisió n de seis a meses a un añ o.
Se contempla la corrupció n siempre que los hechos no den lugar a otros
delitos previstos en este título VIII.
Se pretende proteger la personalidad del menor teniendo en cuenta las
consecuencias sociales de la orientació n sexual.
Es necesario la que conducta sexual en la que se hace participar al menor
resulte un perjuicio para este en la evolució n y desarrollo de su personalidad, pues
en otro caso la conducta quedara impune, salvo que produzca otro delito.
El consentimiento del menor o incapaz no es vá lido. Suele orinarse como
consecuencia de repetició n de comportamientos, aunque puede producirse con un
solo acto.

6. Incumplimiento de la protección debida a menores o incapaces de la


protección debida a menores o incapaces.
Se castiga en art 189.5 al" tuviere bajo su potestad, tutela, guarda o
acogimiento, a un menor de edad o incapaz, y que con conocimiento de su estado de
prostitución o corrupción, no haga lo posible para su continuación en el estado, o no
acuda a la autoridad competente para el mismo fin si carece de medios para la
custodia del menor o incapaz"
Pena: Prisió n de tres a seis meses o multa de 6 a 12 meses.
Estamos ante un delito de Omisió n, siendo posible solo la conducta dolosa.
Tiene que existir intencionalidad de no hacer lo posible para impedir que la
victima siga en la situació n, y en caso de que no disponga de medios para su
custodia no recurra a la autoridad para poner en conocimiento de la misma.

7. Perdida de la patria potestad, tutela, guarda o acogimiento familiar.


Art 189.6 " El ministerio fiscal promoverá las acciones pertinentes con objeto
de privar de la patria potestad, tutela, guarda o acogimiento familiar, en su caso, a la
persona que incurra en alguna de las conductas descritas en el párrafo anterior".
Las acciones que debe promover el ministerio fiscal se refieren al
incumplimiento de la protecció n debida a menores o incapaces prostituidos o
corrompidos por parte de quienes los tuvieran bajo su potestad, tutela, guarda o
acogimiento familiar, segú n se desprende del art 189.5 en el art 192 se prevé la
posibilidad de que el Juez o Tribunal pueda imponer tales medidas, cuando
proceda, en los demá s supuestos del Tit VII

8.Utilización de la voz o imagen alterada o modificada de menores o


incapaces con fines pornográficos.
Se castiga en el art 189.7 al " que produjere, vendiere, distribuyere, exhibiere o
facilitare por cualquier material pornográfico en el que no habiendo sido utilizados
directamente menores o incapaces, se emplee su voz o imagen alterada o
modificada"
Pena: prisió n de tres meses a un añ o o multa de 6 meses a 2 añ os.
Los menores o incapaces lo intervienen directamente, sin embargo se ha
utilizado con voz o imagen que ha de estar alterada o modificada.

9. Responsabilidad de las personas jurídicas


Art 189 bis " Cuando de acuerdo lo establecido en el art 31 bis una persona
jurídica sea responsable de los delitos comprendidos en este capítulo, se le
impondrán las siguientes penas:
a) multa del triple al quíntuple del beneficio obtenido si el delito cometido por
la persona física tiene un prisión de más de 5 años
b) multa del doble al cuádruple del beneficio obtenido, si el delito cometido por
la persona física tiene prevista una pena de prisión de más de dos años no incluida en
el inciso.
c) Multa del doble de al triple del beneficio obtenido, en el resto de los casos.
Atendidas las reglas establecidas en el art 66 bis, los jueces y tribunales podrán
asimismo imponer las penas recogidas en las letras b) a g) del apartado 7 del art 33".

10.Reincidencia internacional
Art 190 " La condena de un Juez o Tribunal extranjero, impuesta por delitos
comprendidos en este capítulo, será equiparada a las sentencias de los Jueces o
Tribunales españoles a los efectos de la aplicación de la circunstancia agravante de
reincidencia".
Segú n el art 23.4 LOPJ se estable que "será competente la jurisdicció n
españ ola para conocer de los hechos cometidos por españ oles o extranjeros fuera
del territorio nacional susceptibles de tipificarse, segú n la españ ola como alguno
de los siguientes delitos... e) los relativos a la prostitució n y los de corrupció n de
menores o incapaces".
VII DISPOSICIONES COMUNES A LOS DELITOS CONTRA LA
LIBERTAD E INDEMNIDAD SEXUAL.
El Tit VIII se cierra con un capitulo el VI, que figura bajo la rú brica"
Disposiciones comunes a los Capts anteriores.

1. Perseguibilidad.
De acuerdo art 191.1 " Para proceder por los delitos de agresiones acoso o
abusos sexuales, será precisa denuncia de la persona agraviada, de su representante
legal o querella del Ministerio Fiscal que actuara ponderando los legítimos intereses
en presencia. Cuando la víctima sea menor de edad o incapaz o una persona
desvalida, bastara la denuncia del Ministerio Fiscal".
No se incluyen dentro de estas condiciones de perseguibilidad los delitos de
exhibicionismo y provocació n sexual, ni los relativo a la prostitució n y a la
corrupció n de menores, que seguirá n el sistema general de Recrimina de denuncia
o querella.

2. Perdon del ofendido


Segú n el art 191.2 " En estos delitos el perdón del ofendido o del representante
legal no extingue la acción penal ni la responsabilidad de esa clase"
Segú n queda redactado el nú m. 2 del art 191, la frase " En estos delitos", hay
que entenderla referida a los num.1, es decir, a las agresiones y abusos sexuales y
acoso sexuales. De otra parte, no es posible la validez del perdó n con los delitos
relativos a la prostitució n ni en los de exhibicionismo ni provocació n sexual, no
solo porque si naturaleza no lo permite, sino también porque tampoco es posible
de acuerdo con el art 130.5.º.

3. Medidas de libertad vigilada.


Se establece en el có digo una serie de medidas de libertad vigilada para los
autores de los delitos contra la libertad e indemnidad sexual, que está n en funció n
de la gravedad del delito.
Dispone el art 192.1 " a los condenados por pena de prisió n por uno o má s
delitos comprendidos en este título se les impondrá ademá s la medida de libertad
vigilada, que se ejecutara con posterioridad.

Duración de las medidas.


De cinco a diez añ os, si alguno de los delitos fuera grave, y de uno a cinco
añ os si se trata de uno o má s delitos menos graves. En estos supuestos se hace una
excepció n: " Cuando se trate de un solo delito cometido por un delincuente
primario, el Tribunal podrá imponer o no la medida de libertad vigilada en
atenció n a la menor peligrosidad del autor"
4. Participación de persona encargadas de la protección de menores o
incapaces
Se castiga en el art 192.2. a "Los ascendientes, tutores, curadores, guardadores,
maestros o cualquier otra persona encargada de hecho o de derecho de menor o
incapaz, que intervengan como autores o cómplices en la perpetración de los delitos
comprendidos en este Titulo"
Pena: la que corresponda por el delito en su mitad superior.
Se establece en el segundo pá rrafo" No se aplicará esta regla cuando la
circunstancia en ella contenida esté específicamente contemplada en el tipo penal
de que se trate"
Pena protestativa: art 192.3 " El Juez o Tribunal podrá imponer
razonadamente, ademá s, la pena de inhabilitació n especial para el ejercicio de los
de los derechos de la patria potestad , tutela , guarda, empleo o cargo pú blico o
ejercicio de la profesió n u oficio, por el tiempo de seis meses a seis añ os o bien la
privació n de la patria potestad"

5. Responsabilidad civil, filiación y alimentos


Art 193" En las sentencias condenatorias por delitos contra la libertad sexual,
además del pronunciamiento correspondiente a la responsabilidad civil, se harán , en
su caso, los que procedan en orden a la filiación y fijación de los alimentos".
En los delitos contra la libertad sexual cabe la posibilidad de que la mujer
quede embarazada, de ahí que las consecuencias puedan ser mas graves cuando el
sujeto pasivo sea mujer. Esta puede optar por el aborto, legalmente autorizado
dentro de las primeras catorce semanas de gestació n, aunque tome la decisió n de
abortar, en la sentencia se ha de fijar una responsabilidad civil, pues así se deduce
de los arts 109 y ss del Cp. Si la mujer decide seguir adelante con el embarazo, el
Tribunal tendrá que resolver en orden a la filiació n del hijo, así como a fijació n de
alimentos; aunque la mujer puede negarse a identificar al padre, por lo que en este
caso se crearían problemas en este á mbito, y no se podrían fijar alimentos ni
responsabilidad civil de ningú n tipo.

6. Clausura de locales
Art 194" Cuando en la realización de los actos se utilizaren establecimientos o
locales, abiertos o no al público, podrá decretarse en la sentencia condenatoria su
clausura temporal o definitiva. La clausura temporal, que no podrá exceder de cinco
años, podrá adoptarse también con carácter cautelar."

Prescripción
Art 132.1 dice que los términos para computar los plazos de prescripció n "
en los delitos... contra la libertad e indemnidad sexuales.... cuando la víctima fuere
menor de edad.... se computaran desde el día que este haya alcanzado la mayoría
de edad, y si falleciere antes de alcanzarla, a partir de la fecha de fallecimiento"
{Apuntes Tema 10 elaborados por GermanSev}

LECCIÓN 10

OMISIÓN DEL DEBER DE SOCORRO

1.- OMISIÓN DEL DEBER DE SOCORRO PERSONAL.


En el Titulo IX del Libro II del C.P., bajo el título “De la omisión del deber de
socorro”, se tipifican la serie de conductas omisivas que se detallan a continuació n.
Respecto del bien jurídico protegido que entra en juego en este tipo de
conductas no hay unanimidad doctrinal ni jurisprudencial. Se mantiene que la base
de dicho bien jurídico protegido es la solidaridad humana (deber que tenemos
cada uno de nosotros de ayudar a los demá s cuando éstos se encuentren en una
situació n de peligro dentro de las posibilidades de cada uno). Frente a esta
concepció n, hay autores que defienden que el bien jurídico en peligro debe
reducirse a los supuestos en que sea la vida o la integridad física de las personas lo
que esté en peligro. Los que defienden esta corriente doctrinal se apoyan en el art.
450 que protege otros bienes jurídicos en el delito de omisión de no impedirlos. Por
otro lado, en el art. 195, se hace referencia a persona desamparada y en peligro
manifiesto y grave, no limitando el bien jurídico.
Existe diferencias entres ambos preceptos. En el 195 se castiga el no
impedir la producció n de resultado seguro o muy probable y en los que que la
persona que lo va a sufrir no puede valerse por sí misma para evitarlo. En el 450 lo
que se castiga es no evitar la comisió n de un delito, pudiendo hacerlo sin riesgo
propio o ajeno. En el art. 450 la obligació n se exige ex ante de la ejecució n de los
hechos, en el 195 ex post, cuando el peligro es manifiesto (por lo tanto puede
producirse como consecuencia de un delito, de imprudencia grave o leve, o
simplemente de actuar correcto).
El bien jurídico protegido, por tanto, abarca ademá s de la vida o la
integridad física, otros bienes eminentemente personales como la libertad, la
libertad sexual, etc. Sujetos activo y pasivo, en principio, puede ser cualquiera.
El tipo bá sico del delito del que hablamos lo encontramos en el art. 195.1
castigando “al que no socorriere a una persona que se halle desamparada y en
peligro manifiesto y grave, cuando pudiere hacerlo sin riesgo propio ni de terceros”
con una multa de 3 a 12 meses.
Consiste, por tanto la acció n, en no prestar socorro a otra persona cuando se
den las circunstancias descritas en el precepto. En el momento que el auxilio deje
de poder prestarse sin riesgo propio o de tercero, cesa la obligació n.
Se analizan a continuació n los siguientes elementos;
• Socorrer equivale a ayudar, persiguiendo evitar el riesgo, por lo que ha de
tener cierta eficacia.
• Por persona desamparada se entiende persona que se encuentra
abandonada a su suerte en una situació n que ella no puede resolver por
carecer de recursos.
 Peligro es el riesgo probable de que se produzca un resultado que
perjudique la vida, salud física o mental, etc. Debe tratarse de un peligro
concreto que puede percibirse por signos externos.
 Manifiesto equivale a patente y claro.
 Grave, cuando sea de notable entidad o importancia en relació n con el
resultado que pueda producir.
 Cuando pudiere hacerlo sin riesgo propio ni de terceros, es decir, que
nadie está obligado a sacrificarse cuando ponga, por ejemplo, en peligro su
propia integridad física.

La obligació n de socorrer no cesa hasta que haya desaparecido la situació n


de peligro grave. No obstante, el sujeto no está obligado a prestar ayuda má s allá
de sus posibilidades. En todo caso el peligro ha de ser de cierta entidad, de no
serlo, no se estaría obligado a socorrer.
Al estar ante un delito de carácter formal y de peligro, para su
consumació n, no es necesario que se dé la conducta pasiva del obligado a socorrer
se derive forzosamente un resultado lesivo para quien se encuentre en peligro. Si
no actuamos para salvar a alguien e instantes después viene un tercero y salva a la
persona que estaba en peligro, a pesar de no haberse producido un resultado
lesivo para aquél que estuvo en peligro, habremos cometido un delito de omisión
del socorro personal. El delito quedará consumado en el momento en el que no se
presta el socorro debido, y el sujeto obligado pueda prestarlo.
En todo caso es necesario que el sujeto esté capacitado para prestar auxilio
y que ademá s pueda prestarlo (no podemos salvar a personas dentro de un
edificio en llamas por mucho que queramos). Ademá s, para estar obligado a
prestar socorro, ha de encontrarse ante dicha situació n (no podríamos actuar si
tenemos noticias de que se ha producido un accidente a kiló metros de distancia de
donde nos encontramos).

No se comete delito cuando:


• Desaparece la situació n de riesgo grave.
• La persona está suficientemente atendida.
• El riesgo es de escasa entidad.
Tampoco se incurriría en delito de omisió n de socorro cuando en un
accidente se produjese la muerte instantá nea y el sujeto creyendo que só lo se trata
de un herido abandona el lugar sin intentar socorrer al accidentado (no era posible
el auxilio pues la persona había fallecido en el acto).
Só lo caben pues conductas dolosas, siendo suficiente el dolo eventual. El
sujeto ha de ser consciente del peligro, desamparo y necesidad de auxilio. Cabe
error, vencible o no de la situación, en cuanto el sujeto puede pensar que la
misma no es grave.
2.- SUPUESTOS AGRAVADOS.
Se contemplan dos supuestos en los que se agrava la pena:
• Situación de riesgo creada por accidente fortuito (art. 195.3). Supuestos
en los que la situació n de desamparo y peligro manifiesto y grave se
produce si la víctima lo fuere por accidente ocasionado fortuitamente por
quien omitió el auxilio. Se impondrá una pena de prisión de 6 a 18
meses. Por fortuito, hay que entender lo imprevisible, el peligro se produce
sin dolo ni culpa del sujeto en el accidente, por lo que la situació n creada no
le puede ser imputada desde el punto de vista penal.
• Situación de riesgo creado por imprudencia (art. 195.3). Supuestos en
los que no se socorriere, por quien ha provocado la situació n (un accidente
por imprudencia), a la persona que se hallare desamparada y en peligro
manifiesto y grave. Se impondrá pena de prisión de 6 meses a 4 años.

La situació n de peligro tiene que haberse ocasionado en accidente por


imprudencia, con lo que se excluyen los supuestos de accidente doloso, pudiendo
ser la imprudencia grave o leve (el Có digo no distingue). En delitos dolosos, como
atropellar a alguien con á nimo de ocasionarle la muerte, la ley no obliga al deber
de socorro por parte de quien atropelló , beneficiá ndose si lo prestase de la
atenuante 5ª del art. 21.

3.- OMISIÓN DE PETICIÓN DE SOCORRO.


Castiga el art. 195.2 al “que, impedido de prestar socorro, no demande con
urgencia auxilio ajeno”, con multa de 3 a 12 meses.
Quien omite la petició n de auxilio a tercero ha de estar impedido para
prestarlo por sí mismo, no importando cuá l sea la razó n.
La urgencia de la petició n ha de estar en funció n de las posibilidades en el
momento de tener que prestarla de quien tenga el deber de pedir auxilio (la
urgencia aquí hace referencia a lapso temporal que se tardaría en pedir auxilio,
pues no lo mismo pedir auxilio en el centro de una gran ciudad que en medio de un
bosque). Si es posible, la ayuda ha de prestarse de manera inmediata. Ademá s, el
auxilio, debe pedirse a quien pueda prestarlo, no a cualquiera. Una vez comunicada
la petició n de auxilio, la persona que la recibe quedará obligada a prestarlo. De
negarse, el primer obligado deberá recurrir a otra persona, con independencia de
la responsabilidad en la que incurra el que se negó a prestar el auxilio que le fue
reclamado.

4.- OMISIÓN DE SOCORRO POR PERONAL SANITARIO.


Castiga el art. 196 al “profesional que, estando obligado a ello, denegase
asistencia sanitaria o abandonare los servicios sanitarios, cuando de la denegación o
abandono se derive riesgo grave para la salud de las personas”, con la mitad
superior de las previstas en el art. 195 e inhabilitación especial para empleo o
cargo pú blico, profesió n u oficio, por tiempo de 6 meses a 3 años. Como vemos
en el precepto, se prevén dos supuestos de los que ha de derivarse riesgo grave
para la salud.
Sujeto activo só lo puede ser el personal sanitario que con su denegació n
pueda poner en riesgo grave la salud de las personas, en principio médicos y
profesionales de la enfermería (por tanto estamos ante un delito especial). Sujeto
pasivo puede serlo cualquier persona.
La acción consistirá , en denegar la asistencia pese a estar obligado a ella o
abandonar los servicios sanitarios, siempre que en ambos casos se derive riesgo
grave para la salud de las personas, siendo un delito de peligro concreto.
Evidentemente estamos ante un delito doloso, pues el personal sanitario
que deniega la asistencia o abandona el servicio, es consciente del grave riesgo que
ocasiona para el paciente. Es suficiente el dolo eventual, cabiendo error vencible o
no.
Al hablar de asistencia sanitaria debemos referir que no se trata de
cualquier asistencia, sino de la que precise el enfermo. Si el profesional obligado
careciera de capacidad para ello (por complejidad o falta de medios) debería
requerir el auxilio de otros profesionales o enviar al enfermo a otro centro para
que sea atendido correctamente. De no hacerlo incurriría en una delito de omisió n
del deber de socorro.
Aunque el Có digo só lo hace referencia a los profesionales de la sanidad, la
denegació n de asistencia pueda darse en otras profesiones, en situaciones
similares, como podría ser el conductor de ambulancia (encajando este supuesto
en el art. 195.2).
En ciudades donde só lo existe un médico el problema presenta pocas
dificultades, pues éste, de no poder atender la situació n por su complejidad, ha de
enviar al enfermo a un centro sanitario donde pudiera ser atendido. La situació n se
vuelve compleja en ciudades con servicios de urgencias. Se entiende que estos
servicios han de atender cuando exista un grave riesgo para la salud, por lo que
cualquier médico que se encuentre ante una situació n de esta urgencia, puede
negarse a atenderla, debiendo indicar dó nde debe ser trasladado el enfermo. No
obstante en situaciones extremadamente graves tiene el deber de intervenir. Si el
propio médico fuese el que crease por accidente la situació n de peligro, y no
auxilia a la víctima, incurriría en el delito previsto en el art. 195.3ª.
Cualquier médico está obligado a atender a una persona que se encuentre
desamparada y en peligro manifiesto y grave, siempre que esté capacitado para
hacerlo, sin perjuicio de pedir su traslado al centro sanitario que corresponda.
Cuando esto ocurra, sin con su compañ ía durante el traslado disminuye el riesgo
para el necesitado o evita que se agrave, debe de acompañ ar al enfermo, excepto
cuando esté atendiendo a otra persona en la misma situació n, o en otra de mayor
peligro. En este caso entraría en juego la causa de justificación de estado de
necesidad (art. 20.5ª)
Si tras la negativa de prestar asistencia sanitaria fallece el necesitado de
ella, el médico respondería por un homicidio de comisió n por omisió n, ya que su
posició n de garante del bien jurídico en “juego” (en este caso la vida del enfermo)
le obliga a intervenir. Para ello la situació n de que se pueda originar un riesgo
grave ha de ser previsible.
Ante situaciones en las que sean varias personas las que necesiten auxilio y
só lo se pueda prestar a una de ellas, puede darse la concurrencia de estado de
necesidad como causa de justificación
La consumación del delito, en cualquiera de los dos supuestos que se
recoge, se produce en el momento en que se crea la situació n grave para la persona
necesitada de ayuda.
Ante supuestos en que las personas se nieguen a ser socorrida o en los que
incluso pueda desear morir por la gravedad de las lesiones, nos remitimos a lo
expuesto sobre el consentimiento y la negativa a la asistencia médica.
En los supuestos de concurso entre la omisió n de socorro del art. 195 y la
específica del profesional sanitario, es de aplicació n preferente el art. 196, por el
principio de especialidad. Cuando el concurso se plantee con respecto al pá rrafo
segundo del art. 409 la situació n se resolverá por el precepto penal má s grave
(regla 4ª del art.8º).
{Apuntes Tema 11 elaborados por Lecardilla}

LECCIÓN 11
DELITOS CONTRA LA LIBERTAD Y LA INVIOLABILIDAD DEL
DOMICILIO.
Se ocupa el Título X del Libro II de los “Delitos contra la intimidad, el derecho a la
propia imagen y la inviolabilidad del domicilio”. Consta de dos capítulos, el primero
se ocupa del descubrimiento y revelación de secretos y el segundo del allanamiento
de morada, domicilio de personas jurídicas y establecimientos abiertos al público.

I. DESCUBRIMIENTO Y REVELACIÓN DE SECRETOS


En el CP se recogen también otros supuestos, como es el del descubrimiento y
revelación de secretos e informaciones relativas a la defensa nacional -art. 598 y ss-.

1. Secretos documentales.
Se castiga en el inciso primero art. 197.1 al «que, para descubrir los secretos o
vulnerar la intimidad de otro, sin su consentimiento, se apodere de sus papeles,
cartas, mensajes de correo electrónico o cualesquiera otros documentos o efectos
personales».
Pena: Prisió n de uno a cuatro añ os y multa de doce a veinticuatro meses.
El bien jurídico protegido, como se desprende del propio texto legal, es la
intimidad de las personas.
Sujeto activo y pasivo puede ser cualquiera; los menores e incapaces pueden
ser sujetos pasivos, como se verá más adelante.
La acción consiste en el apoderamiento de papeles, cartas, mensajes de correo
electró nico o cualesquiera otros documentos y efectos personales, siempre que se
haga con la finalidad de descubrir los secretos o vulnerar la intimidad de otro. Esa
finalidad es un elemento subjetivo del injusto (HIGUERA GUIMERA).
Por secreto hay que entender el hecho que só lo conoce una persona, o un
círculo reducido de ellas, respecto al cual el afectado no desea, de acuerdo con sus
intereses, que sea conocido por terceros. Hay que relacionarlo con la intimidad o la
privacidad de las personas.
Se hace referencia a «vulnerar la intimidad de otro». La intimidad comprende
la zona íntima y reservada de una persona en el contexto moral y espiritual.
El texto legal hace referencia a que la conducta ha de llevarse a cabo sin el
consentimiento de la persona a la que se pretende descubrir sus secretos o
vulnerar su intimidad. Si el sujeto pasivo consiente la conducta es atípica.
También será atípico apoderarse de documentos que no contengan secreto alguno
respecto de su titular, aunque eventualmente los tengan de terceros, cuya
revelació n, no obstante, puede dar lugar a otro delito.
Só lo es posible la comisión dolosa, puesto que el sujeto se apodera de los
papeles con la intenció n de descubrir los secretos de otro o vulnerar su intimidad.
En ese momento se produce consumación del delito. Es posible la tentativa.
Cabe la causa de de justificación del cumplimiento de deber por parte de la
autoridad, pues la Ley autoriza al Juez a la detenció n de correspondencia privada,
apertura y examen de la misma a fin de obtener medios de prueba.

2. Secreto de las telecomunicaciones.


En el art. 18.3 de la Constitució n “se garantiza el secreto de las comunicaciones y,
especialmente…de las telefó nicas, salvo resolució n judicial”.
Se castiga en el inciso segundo del art. 197.1 a quien intercepte a otro «sus
telecomunicaciones o utilice artificios técnicos de escucha, transmisión, grabación o
reproducción del sonido o de la imagen, o de cualquier otra señal de comunicación».
Pena: Prisió n de uno a cuatro añ os y multa de doce a veinticuatro meses.
La interceptació n de las comunicaciones comprende tanto las alá mbricas como
las inalá mbricas.
En cuanto a los sujetos, tanto activo como pasivo puede ser cualquiera, incluso
los familiares má s cercanos, como el có nyuge o los hijos.
La acción consiste en interceptar las telecomunicaciones, imá genes, etc., de
otros, bien directamente o por medio de una serie de mecanismos técnicos. Por
interceptar hay que entender la intervenció n para conocer el contenido de las
mismas, de ahí que só lo sea punible la comisión dolosa.
Es preciso que las telecomunicaciones se intercepten sin el consentimiento del
sujeto pasivo del delito. Si en una conversació n intervienen varias personas, para
que el consentimiento sea eficaz ha de ser prestado por todos los intervinientes, no
siendo suficientes el otorgado por uno o má s. El consentimiento prestado puede
revocarse en cualquier momento.
El consentimiento excluye la tipicidad (MANZANARES). Es difícil que pueda
concurrir causa de justificació n. Hay que tener presente que só lo pueden
interceptar legalmente las comunicaciones telefó nicas cuando así lo ordene la
Autoridad judicial.
La consumación del delito tiene lugar en el momento en que se intercepta la
conversació n telefó nica, se grabe la imagen, etc., bien directamente o a través de
instrumentos o artificios técnicos de escucha o grabació n. Nos encontramos ante
un delito de mera actividad que no precisa para su consumació n que se produzca
ningú n resultado. Es posible la tentativa, que se daría con la instalació n de los
aparatos o su preparació n, pero sin llegar a conectarlos.

3. Apoderamiento, utilización y manipulación de datos reservados.


Se castiga en el art. 197.2 «al que, sin estar autorizado, se apodere, utilice o
modifique, en perjuicio de un tercero, datos reservados de carácter personal o
familiar de otro que se hallen registrados en ficheros o soportes informáticos,
electrónicos o telemáticos, o en cualquier otro tipo de archivo o registro público o
privado».
Pena: Prisió n de uno a cuatro añ os y multa de doce a veinticuatro meses.
Segú n el art. 3,a) de la LOPDAT son «datos de carácter personal: cualquier
informació n concerniente a personas físicas identificadas o identificables».
En el inciso ú ltimo del art. 197.2 se castiga con las mismas penas «a quien sin
estar autorizado, acceda por cualquier medio a los mismos y a quien los altere o
utilice en perjuicio del titular de los datos o de un tercero».

4. Vulneración de medidas de seguridad de datos o programas informáticos.


Se castiga en el pá rrafo primero del art. 197.3 al «que por cualquier medio o
procedimiento y vulnerando las medidas de seguridad establecidas para impedirlo,
acceda sin autorización a datos o programas informáticos contenidos en un sistema
informático o en parte del mismo o se mantenga dentro del mismo en contra de la
voluntad de quien tenga el legítimo derecho a excluirlo».
Pena: Prisió n de seis meses a dos añ os.
Responsabilidad de las personas jurídicas:
Segú n el pá rrafo segundo del art. 197.3, «cuando de acuerdo con lo establecido
en el artículo 31 bis una persona jurídica sea responsable de los delitos
comprendidos en este artículo, se le impondrá...».
Pena: Multa de seis meses a dos añ os. Atendidas las reglas establecidas en el art. 66 bis,
los jueces y tribunales podrán asimismo imponer las penas recogidas en las letras b) a g) del
apartado 7 del art. 33.

5. Difundir, revelar o ceder a terceros datos reservados.


Se castiga en el pá rrafo primero del art. 197.4 a los que habiendo realizado
alguna de las conductas previstas en los nú meros 1 y 2 «difunden, revelan o ceden a
terceros los datos o hechos descubiertos o las imágenes captadas».
Pena: Prisió n de dos a cinco añ os.
La conducta prevista en este apartado subsume a la de los nú meros 1 ó 2, pues
el sujeto que llevó a cabo cualquier de los comportamientos es el mismo que ahora
difunde, revela, cede, etc.
Dispone el art. 197.4 en su apartado segundo: «el que, con conocimiento de su
origen ilícito y sin haber tomado parte en su descubrimiento, realizare la conducta
descrita en el párrafo anterior».
Pena: Prisió n de uno a tres añ os y multa de doce a veinticuatro meses.
En este supuesto el sujeto activo del delito no realizó previamente ninguna de
las conductas del art. 197.1 ó 2, sino que simplemente conociendo el origen ilícito
difunde, revela o cede a terceros los datos o hechos descubiertos por otros o las
imá genes captadas.
En ambos supuestos el delito queda consumado en el momento de la realizació n
de cualquiera de las conductas de difusió n, revelació n del secreto, etc.
6. Descubrimiento y revelación de secretos por personas encargadas o
responsables de su custodia material.
Se castiga en el art. 197.5 cuando «los hechos descritos en los apartados 1 y 2 de
este artículo se realizan por las personas encargadas o responsables de los ficheros,
soportes informáticos, electrónicos o telemáticos, archivos o registros».
Pena: Prisió n de tres a cinco añ os.
“Si se difunden, ceden o revelan los datos reservados, se impondrá la pena en su mitad
superior -art. 197.5 in fine-.”
A quien se castiga aquí es a los encargados o responsables de custodiar los
ficheros, soportes, etc., que contienen los secretos; no a los encargados de guardar
los secretos en sí. El sujeto activo, en principio, ni conoce ni tiene derecho a
conocer la informació n contenida en los ficheros.

7. Descubrimiento y revelación de secretos especiales y de menores o


incapaces.
Se castigan en el art. 197.6 los hechos descritos en los apartados 1 a 4 de este
artículo cuando «afecten a datos de carácter personal que revelen la ideología,
religión, creencias, salud, origen racial o vida sexual, o la víctima fuere un menor de
edad o un incapaz».
Pena: Las que correspondan en cada caso en su mitad superior.
Menor de edad es el que no ha cumplido dieciocho añ os, mientras que el concepto de
incapaz se encuentra en el art. 25.
El legislador se extralimita en la intervenció n mínima que corresponde al
Derecho penal agravando conductas, confusas en muchos casos y con notable
inseguridad jurídica en otros. Cabe imaginar que podría llegar incriminarse el
simple hecho de manifestar que uno es de derechas o de izquierdas, cató lico o
protestante, etc. Este supuesto es un ejemplo má s del confusionismo que impera
en este capítulo primero del Título X.
En el art. 16 CE: «1. Se garantiza la libertad ideoló gica, religiosa... Nadie podrá ser
obligado a declarar sobre su ideología, religió n o creencias».

8. Descubrimiento y revelación de secretos con fines lucrativos.


En estos supuestos, es decir, cuando estas conductas se realicen «con fines
lucrativos», y segú n recoge el art. 197.7, hay una agravació n de las penas para
todos los casos.
Pena: las «respectivamente previstas en los apartados 1 al 4 de este artículo» en su
mitad superior. Si ademá s afectan a datos de los mencionados en el apartado 5, la pena a
imponer será prisió n de cuatro a siete añ os. En algunos casos las penas resultan excesivas.
No es necesario que se haya conseguido ningú n beneficio econó mico; es
suficiente con que la conducta se realice con esa finalidad. Puede concurrir la
agravante de precio -art. 22.3ª-, previa a la ejecució n, si con posterioridad a
realizar los hechos el autor quiere obtener otros beneficios. El delito puede
cometerse por los profesionales de la informació n que realizan tales
comportamientos por la remuneració n que les dará un perió dico, revista, etc.

9. Delitos cometidos en el seno de una organización o grupo criminales.


En el art. 197.8 se establece una agravació n de las penas cuando los hechos
escritos en los apartados anteriores de este artículo «se cometieren en el seno de
una organización o grupos criminales».
Pena: Superiores en grado para cada uno de los supuestos.
Sobre organizaciones y grupos criminales vid. arts. 570 bis y ss.

10. Descubrimiento y revelación de secretos por autoridad o funcionario


público.
Se castiga en el art. 198 a: «la autoridad o funcionario público que, fuera de los
casos permitidos por la Ley, sin mediar causa legal por delito, y prevaliéndose de su
cargo, realizare cualquiera de las conductas descritas en el artículo anterior».
Pena: Las previstas en los distintos supuestos del art. 197, en su mitad superior, y,
ademá s, inhabilitació n absoluta por tiempo de seis a doce añ os.
No ha de mediar causa legal por delito y la autoridad o funcionario pú blico ha de
prevalerse de su cargo, pues si actú a como particular su conducta se castigará por
el art. 197.
Concurso.- Puede presentarse concurso de leyes con los tipos penales previstos en los
arts. 535 y 536. En estos preceptos hay una extralimitació n de la autoridad o funcionario
pú blico en el cumplimiento de sus funciones y actú a mediando causa por delito; por el
contrario, en el art. 198 hay un prevalimiento del cargo sin mediar causa legal por delito,
es decir se actú a en temas ajenos a un delito.

11. Revelación de secretos por razón de oficio o relaciones laborales.


Se castiga en el art. 199.1 al «que revelase secretos ajenos, de los que tenga
conocimiento por razón de su oficio o sus relaciones laborales».
Pena: Prisió n de uno a tres añ os y multa de seis a doce meses.
El tipo es muy abierto y una vez má s supone inseguridad jurídica. Por la
gravedad de las penas se puede llegar en algú n caso a violar el principio de
culpabilidad. No se dice cuá les son los secretos ni en qué sentido han de afectar,
pues se hace referencia expresa en el art. 197.1 a “vulnerar la intimidad de otro”,
aunque éste será el bien jurídico protegido. Se originan como consecuencia de un
oficio o de relaciones laborales, sin que tengan nada que ver con los secretos de la
empresa, pues éstos se tipifican en otro precepto. Se trata de secretos personales
de terceros.
Sujeto activo y pasivo de este delito pueden ser tanto los trabajadores, como
empleados, directivos, etc., es decir, todos los que por razó n de su oficio o
relaciones laborales revelen los secretos ajenos que conocen por la funció n que
desarrollan. No es necesario que exista una ruptura laboral previa.
12. Secreto profesional.
Se castiga en el art. 199.2 «al profesional que, con incumplimiento de su
obligación de sigilo o reserva, divulgue los secretos de otra persona».
Pena: Prisió n de uno a cuatro añ os, multa de doce a veinticuatro meses e inhabilitació n
especial para dicha profesió n por tiempo de dos a seis añ os.
La acción consiste en divulgar los secretos que se conozcan de una persona
como consecuencia de su relació n profesional con la misma. A este secreto está n
obligados los abogados y procuradores (CORTÉ S BECHIARELLI), los médicos
respecto a sus pacientes, psicó logos, así como cualquier otro profesional.

13. Descubrimiento y revelación de secretos de personas jurídicas.


Dispone el art. 200 que: «lo dispuesto en este capítulo será aplicable al que
descubriere, revelare o cediere datos reservados de personas jurídicas, sin el
consentimiento de sus representantes, salvo lo dispuesto en otros preceptos de este
Código».
Pena: la que corresponda, en cada caso, para los supuestos previstos en el Capítulo.
El legislador lleva hasta sus ú ltimas consecuencias la protecció n del
descubrimiento y revelació n de secretos. La extiende hasta las personas jurídicas
cuando en realidad el bien jurídico protegido debe ser el de la intimidad de las
personas individuales, pues el propio art. 18.1 de la CE garantiza la intimidad
personal y familiar, no extendiéndola a las personas jurídicas.
El consentimiento de sus representantes excluye la tipicidad. La referencia que
se hace «salvo lo dispuesto en otros preceptos de este Có digo» es superflua,
porque en todo caso habría que resolver los conflictos por el correspondiente
concurso de leyes. Normalmente será n de aplicació n los otros preceptos por ser
ley especial, como sucede con los previstos en los arts. 278 y 279, que son ley
especial frente al art. 200.

14. Perseguibilidad.
Dispone el art. 201 que «Para proceder por los delitos previstos en este capítulo
será necesaria denuncia de la persona agraviada o de su representante legal. Cuando
aquélla sea menor de edad, incapaz o una persona desvalida. También podrá
denunciar el Ministerio Fiscal».
El delito se considerará pú blico, y por tanto perseguible de oficio, en los supuestos del
art. 198, es decir cuando el delito se cometa por autoridad o funcionario pú blico, así como
cuando «la comisión del delito afecte a los intereses generales o a una pluralidad de
personas» -art. 201.2-.

15. Perdón.
Dispone el art. 201.3 que: «El perdón del ofendido o de su representante legal, en
su caso, extingue la acción penal, sin perjuicio de lo dispuesto en el segundo párrafo
del número 5º del apartado 1 del artículo 130».
Necesariamente el perdó n debe ser eficaz para dejar sin efecto tanto el procedimiento
como la pena impuesta. Sin embargo, con demasiada frecuencia se prestará al chantaje,
exigiendo una compensació n que estará relacionada con las posibilidades econó micas del
autor.

II. ALLANAMIENTO DE MORADA, DOMICILIO DE PERSONAS


JURÍDICAS Y ESTABLECIMIENTOS ABIERTOS AL PÚBLICO
Se ocupa el cap. II del Tít. X, Lib. II del Cp. “Del allanamiento de morada, domicilio de
personas jurídicas y establecimientos abiertos al pú blico”.
En el Cp. se contemplan otros supuestos de allanamiento como es el realizado en la
morada del Rey, sus ascendientes o descendientes y otros miembros de la Corona (art.
490.1); también la entrada en domicilio sin el consentimiento del morador llevada a cabo
por funcionario pú blico sin respetar las garantías constitucionales (art. 534.1.º). Como
falta se contempla el allanamiento del domicilio de una persona jurídica, despacho
profesional, etc. (art. 635).

1. Allanamiento de morada.
Se castiga en el art. 202.1 el «particular que, sin habitar en ella, entrare en
morada ajena o se mantuviere en la misma, contra la voluntad de su morador».
Pena: Prisió n de seis meses a dos añ os.
No es uná nime el concepto de morada; en el Có digo no se define. En el art. 241
se hace referencia a casa habitada, concepto que no equivale a morada. Al tratarse
de usurpació n se hace menció n a vivienda que no constituya morada.
La doctrina no es pacífica en cuanto a concretar el bien jurídico protegido
(COBOS GÓ MEZ DE LINARES), que se mueve entre el derecho a la intimidad –
incluida la intimidad de la morada-, la libertad, y la dignidad de la persona. La
jurisprudencia en algú n caso dice que se «protege la paz del hogar».
Sujeto activo puede ser cualquier persona (que no habite en la misma). Sujeto
pasivo es quien ostenta el derecho a ocupar la morada, que puede ser el dueñ o de
la misma o un tercero que la tiene arrendada, cedida a título gratuito, etc.
En términos generales se puede decir que morada es el espacio donde se
habita, sea de modo permanente o circunstancial (HERNÁ NDEZ PLASENCIA). A
efectos penales morada será el lugar donde se habita de forma má s o menos
permanente, que puede ser una vivienda, el camarote de un barco, una caravana,
incluso una tienda de campañ a. La jurisprudencia por morada entiende «residencia
habitual», «vivienda», lugar donde habita una persona o familia, cualquier espacio
cerrado que sirve para realizar las actividades domésticas, de modo permanente o
accidental.
La acción consiste en una conducta activa: entrar en morada ajena, no
habitando en ella; o pasiva, negá ndose a salir una vez que la entrada ha sido
correcta, pero que invitado a abandonarla se niega. Ambas conductas se realizan
contra la voluntad del morador.
Só lo cabe la comisión dolosa, pues el sujeto ha de ser consciente de su entrada
en morada ajena que se encuentra habitada, o se mantiene en la misma contra la
voluntad de su morador.
La acció n ha de llevarse a cabo «contra la voluntad de su morador», por lo que el
consentimiento de éste excluye la tipicidad.
Cabe la causa de justificación de cumplimiento de un deber, estado de
necesidad (quien entra en un domicilio contra la voluntad de su dueñ o porque
alguien le persigue para darle muerte) e incluso algú n autor admite la legítima
defensa (RODRÍGUEZ DEVESA). En cuanto al cumplimiento de deber pese a que la
Constitució n declara la inviolabilidad del domicilio, a rengló n seguido establece las
excepciones de la entrada por autorizació n judicial o en caso de flagrante delito.
En cuanto a las formas de ejecución el delito queda consumado en el momento
en que se entra en la morada sin la voluntad de su morador, o el sujeto se niega a
abandonarla cuando es requerido para ello. Cabe la tentativa, que tendría lugar
cuando quien pretende entrar no lo consigue.
Supuestos agravados.
En el art. 202.2 se eleva la pena cuando «el hecho se ejecutare con violencia o
intimidación».
Pena: Prisió n de uno a cuatro añ os y multa de seis a doce meses.
En los supuestos en que el sujeto activo del delito entre en la morada utilizando
violencia o intimidació n, o se niega a abandonar la misma, cuando fuere requerido
para ello, haciendo igualmente uso de la violencia o intimidació n, se puede
plantear un concurso de leyes con el delito de coacciones. En este caso es de
aplicació n preferente el art. 202 por ser ley especial.

2. Allanamiento de domicilio social, despachos, oficinas, establecimientos


mercantiles o locales.
Se tipifican aquí comportamientos llevados a cabo en lugares ajenos a la
morada, donde las personas pasan parte de su vida trabajando e igualmente son
objeto de protecció n penal frente a quienes pretenden violar su libertad en el
ejercicio de una profesió n.
Se castiga en el art. 203.1 al «que entrare contra la voluntad de su titular en el
domicilio de una persona jurídica pública o privada, despacho profesional u oficina, o
en establecimiento mercantil o local abierto al público fuera de las horas de
apertura».
Pena: Prisió n de seis meses a un añ o y multa de seis a diez meses.
La acción consiste en la entrada contra la voluntad de su titular fuera de las
horas de apertura, en los lugares indicados.
El domicilio social de una persona jurídica privada no es cuestió n pacífica. La
Ley de Sociedades Anó nimas establece que es el lugar en que se halle el centro de
su efectiva administració n y direcció n, o en donde radique su principal
establecimiento o explotació n.
Si dificultades presenta el concepto de domicilio en las personas jurídicas
privadas, la situació n no mejora respecto a las pú blicas entendiendo que son las
estatales en sí: CCAA, Ayuntamientos, Diputaciones, etc., con sus sedes centrales,
delegaciones, subdelegaciones, etc. Hay personas jurídicas paraestatales en las que
parte del capital –a veces todo- es pú blico, pero funcionan como privadas, al ser
normalmente sociedades anó nimas.
Por despacho profesional hay que entender el lugar donde se ejerce una
profesió n (abogado, arquitecto, médico, etc.). Es el espacio privado de un
profesional, sin perjuicio de recibir visitas o clientes, normalmente en horas
programadas.
Oficina es un término muy amplio, pudiendo considerarse como tal el lugar
donde se trabaja o donde se elabora algo, despacho, secretaría, etc. Se presta a
diversas interpretaciones.
Por establecimiento mercantil hay que entender el lugar destinado a
actividades relacionadas con el comercio. A veces se confunde con la empresa y
otras con sucursal o local de la misma. (GARRIGUES)
Por local puede entenderse el lugar destinado al uso de la gente para ocio o
recreo (bares, cines, etc.), aunque también a tiendas o establecimientos
mercantiles, con lo que estamos ante un término ambiguo por sus posibilidades de
interpretació n.
La entrada ha de efectuarse fuera de las horas de apertura.
Supuesto agravado.
Se castiga en el art. 203.2 al que «con violencia o intimidación entrare o se
mantuviere contra la voluntad de su titular en el domicilio de una persona jurídica
pública o privada, despacho profesional u oficina, o en establecimiento mercantil o
local abierto al público».
Pena: Prisió n de seis meses a tres añ os.
La acción consiste en efectuar la entrada con violencia o intimidació n, o
requerido para que abandone el lugar se mantuviera en el mismo contra la
voluntad de su titular, haciendo uso igualmente de violencia o intimidació n. Este
ha de ocurrir en horas en que estén abiertos al pú blico.
Só lo es posible la comisión dolosa. El sujeto ha de tener la intenció n de
allanamiento del lugar en cuestió n.
El titular no es necesariamente el dueñ o del negocio, hay que entender como tal
a la persona que tiene capacidad para autorizar o denegar la entrada a otro.
El consentimiento excluye la tipicidad

3. Allanamiento cometido por autoridad o funcionario público.


Se castiga en el art. 204 a «la autoridad o funcionario público que, fuera de los
casos permitidos por la ley y sin mediar causa legal por delito, cometiere cualquiera
de los hechos descritos en los dos artículos anteriores».
Pena: La prevista en los arts. 202 y 203 en su mitad superior, e inhabilitació n absoluta
de seis a doce añ os.
La autoridad o funcionario ha de actuar con abuso de su cargo, y sin que
mediare causa legal por delito, es decir, que no pueda estar justificada su actuació n
como consecuencia de haberse cometido un delito.
{Apuntes Tema 12 elaborados por Manueljbl}

LECCIÓN 12
DELITOS CONTRA EL HONOR.
El Honor, reconocimiento personal y respeto personal y social son Bienes
jurídicos protegidos, mediante querella.
Los delitos de calumnias e injurias (la calumnias es un delito agravado de la injuria),
son los únicos delitos privados del Código Penal.

I. CONSIDERACIONES PREVIAS SOBRE EL HONOR


La doctrina acostumbra a distinguir entre un concepto objetivo y un concepto
subjetivo de honor.
HONOR
Vertiente objetiva Derecho a nuestra fama Vertiente subjetiva
Ámbito Social reconocimiento y respeto Autoestima
Nuestro ordenamiento jurídico aborda el tema de protección del derecho al honor
desde 3 perspectivas distintas: la civil, la penal y la constitucional.
La doctrina y la jurisprudencia delimitan el concepto de honor. Es un concepto
dependiente de de las normas, valores e ideas sociales vigentes en cada momento.
Honor Subjetivo: Valoración individual de cualidades o autoestima personal.
Honor Subjetivo: Valoración que los demás hacen de nuestras cualidades
(reputación, fama…)
Actualmente, el concepto normativo-constitucional de honor constituye la referencia
central del orden establecido y los valores de libertad y la igualdad de los
individuos.3
La doctrina jurisprudencial dice que el derecho al honor consiste en el derecho al
respeto y al reconocimiento de la dignidad personal necesaria para el libre
desarrollo de la persona en la convivencia social.
El honor es un derecho fundamental y un bien jurídico protegido y un valor personal
inherente a la dignidad de la persona.
Las personas jurídicas también tienen honor, pero no siempre había sido así, el
Tribunal Constitucional ha reconocido la titularidad del derecho al honor por parte
de las personas jurídicas de derecho privado.
Protección postmorten: Con la muerte de una persona se extingue el derecho al
honor.
Terceras personas pueden proteger este derecho mediante acciones en su defensa,
aunque no como derechos fundamentales.
No se recogen todos los delitos en el Titulo XI del código Penal, hay otros supuestos
de calumnias e injurias (por la especial consideración pública de los perjudicados)
como ejemplo los ataques al honor del Jefe de Estado y calumnias a la Corona.

II. CALUMNIAS
1. CONCEPTO
Es calumnia la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad o
temerario desprecio hacia la verdad.
La calumnia es una agravación respecto de la injuria y comporta un grave reproche
social, mientras que la injuria actúa como “tipo de recogida” respecto de la calumnia
(relación de subsidiaridad tacita) pero sin transcendencia social como la calumnia.
La injuria es el género y la calumnia la especie.

2. ELEMENTOS TIPICOS
La calumnia esta fuera del recurso de casación, podemos señalar como requisitos del
delito de calumnia:
- Imputación a una persona de un hecho delictivo: Mientras que en la
injuria la imputación no esta tipificada, en la calumnia si lo esta, porque la
imputación debe tener como contenido un delito. (si el hecho que se imputa es
constitutivo de falta no existirá delito de calumnia.
- La calumnia exige que el sujeto activo actúe con conocimiento de la
falsedad de la imputación o temerario desprecio hacia la verdad.
El legislador a la hora de describir el aspecto subjetivo del tipo, ha querido
considerar delictivas aquellas imputaciones realizadas con conocimiento de
su falsedad, pero también aquellas que se realizan con temerario desprecio
hacia la verdad.
No se tutela lo que se ha definido como “ceguera de los hechos” (la verdad
subjetiva para que sea relevante debe ser probada, no valen los criterios y
percepciones personales sin prueba).

En conclusión: El legislador se refiere además de al conocimiento de la falsedad de


la imputación, que equivale a un dolo directo, al temerario desprecio hacia la
verdad, que ha sido asimilado al dolo eventual.

- El tipo penal requiere según la doctrina y reiterada jurisprudencia, la


individualización o concreción del delito y del sujeto, que se den los
presupuestos de una verdadera denuncia. (debe ser un hecho delictivo serio,
no basta con “eres un ladrón”).
- Concurrencia del elemento subjetivo de lo injusto: consistente en el animo de
calumniar o intención especifica de difamar, voluntad de perjudicar el honor
(animus infamandi revelador del malicioso propósito de atribuir a otro la
comisión de un delito. (delito doloso).

La consumación del delito de calumnias requiere una lesión efectiva al honor


y no la mera actividad.

3. CLASES
Con publicidad: Cuando se realicen por medio de la imprenta, radio fusión,
mediante divulgación pública con descalificaciones injuriosas o calumniosas que
lleguen al conocimiento del público en general dándole una difusión y repercusión
pública.
Sin publicidad: Se consideran así las manifestaciones realizadas en el ámbito
privado, que serán castigadas con pena multa.
Calumnias cometidas por precio, recompensa o promesa: Los Tribunales además
de las penas señaladas para los delitos de que se trate, la de inhabilitación especial
por tiempo de 6 meses a 2 años.
Esta circunstancia agravante requiere, actividad, culpabilidad y
antijuridicidad repudiada por la sociedad, en virtud de la inmoralidad y falta de
escrúpulo que se deja sentir ante la misma.

4. EXCEPTIO VERITATIS (prueba de la verdad)


El acusado de calumnias quedara exento de toda pena probando el hecho criminal
que hubiere imputado.

III. INJURIAS
En el delito de injurias está presente la doble vertiente del honor: estimación propia y
reputación social o fama.
Nuestro legislador ha optado por valorar el mecanismo de difusión: injurias con
publicidad y sin publicidad.

1. CONCEPTO.
Injuria es la acción o expresión que lesionan la dignidad de otra persona
menoscabando su fama o atentando contra su propia estimación. Las injurias
pueden consistir en imputación de hechos o expresiones.

2. ELEMENTOS TIPICOS.
Elementos o requisitos básicos para la perfección del delito de injurias:
-Carácter objetivo u ontológico: La injuria puede consistir en la imputación de los
hechos o juicios de valor despectivos sobre el sujeto pasivo y en general toda acción
de menosprecio que muestre un carácter peyorativo o actitud e intención de
descredito que sea adecuada para lesionar el honor.
Existe la injuria por omisión, cuando la pasividad del sujeto tenga un significado
injurioso para la autoestima de otro.

-Índole subjetivo, axiológico o finalistico: El animo de deshonrar o desacreditar a


la persona. (ofender, desacreditar, vejar, etc…).
Es imprescindible el elemento subjetivo, el animus iniurandi (animo especial de
injuriar) de ahí que solo sea admisible la comisión dolosa.

-Elemento complejo y circunstancial, consistente en una valoración


determinante de la magnitud de la ofensa, factores de lugar, tiempo, forma,
etc. Que valorativamente apreciados ayuden a calcular la magnitud de la
injuria.

3. CLASES.
Solamente serán constitutivas de delito las injurias que, por su naturaleza, efectos y
circunstancias, sean tenidas en el concepto público por graves.
Las injurias que consistan en la imputación de los hechos no se consideran graves,
salvo cuando se hayan llevado a cabo con conocimiento de su falsedad o temerario
desprecio hacia la verdad.
La injuria influye en la valoración que en el concepto público pueda tener la
expresión o repercusión social desfavorable para el ofendido.
Las injurias leves son constitutivas de falta (meramente cuantitativa), solamente
serán constitutivas de delito las injurias que por su naturaleza, efectos y
circunstancias, sean tenidos en el concepto publico por graves.
La cuestión de la gravedad de la injuria tiene carácter circunstancial, el Juez
debe valorar el significado del enjuriante de la acción o expresión atendiendo a las
“circunstancias personales de los implicados, la propia naturaleza de las expresiones,
los efectos y su alcance”.
La gravedad de la injuria es un elemento normativo que remite a la valoración
social.

Injurias realizadas con o sin publicidad:


La calumnia y la injuria publicas: por medio de imprenta, radiodifusión.
Las injurias graves con publicidad se castiga con penas multa de seis a catorce meses
y en otro caso con tres a siete meses.
Injurias cometidas por precio, recompensa o promesa: Los Tribunales además de
las penas señaladas por los delitos que se trate, la de inhabilitación especial por
tiempo de seis meses a dos años.

4. EXCEPTIO VERITATIS.
En el delito de injurias, la exceptio veritatis tiene un alcance limitado, ya que lo
imputado, cuando constituye una opinión o un juicio de valor, no es susceptible de
prueba, ya que con independencia de la veracidad o no de lo imputado, se lesiona la
dignidad intrínseca de la persona.
El legislador solo ha estimado que el acusado de injuria quedara exento de
responsabilidad probando la verdad de las imputaciones cuando estas se dirijan a
funcionarios públicos sobre hechos concernientes al ejercicio de sus cargos o
referidos a la comisión de faltas penales o de infracciones administrativas,
tratándose con ello de preservar el recto funcionamiento de la Administración
Pública.

IV. DISPOSICIONES GENERALES


Disposiciones generales tanto del delito de calumnia como de injurias,

1. RESPONSABILIDAD CIVIL
Será responsable civil solidaria la persona física o jurídica propietaria del medio
informativo a través del cual haya propagado la calumnia o injuria.
Las personas físicas o jurídicas relacionadas de algún modo con la actividad punible,
pueden resultar obligadas a las correspondientes indemnizaciones civiles
(responsabilidad civil) en beneficio de unos perjudicados totalmente inocentes.
Teoría del riesgo: aquellas entidades que obtuvieron algún beneficio derivado de la
actividad en la que a la postre se perpetro el delito, deban responder por el daño
causado. (se toma el valor del daño moral y el beneficio que haya tenido el causante
de la lesión como consecuencia de la misma, para calcular la cantidad
indemnizatoria).

2. RETRACTACION: ATENUACION DE LA PENA.


Si el acusado de calumnia o injuria reconociese la falsedad de sus hechos, el juez le
impondrá la pena inferior en grado y dejara de imponer la pena de inhabilitación.
El Juez o Tribunal ordenara que se entregue testimonio de retractación al ofendido y
si este lo solicita ordenara su publicación en el mismo medio en que se vertio la
calumnia o injuria.
La retractación es un requisito subsecuente del anterior, que implica un
arrepentimiento o rectificación.

3. REQUISITOS DE PROCEBILIDAD.
Nadie será penado por calumnia o injuria de oficio cuando la ofensa se dirija contra
funcionario público, autoridad o agente de la misma sobre hechos concernientes al
ejercicio de sus cargos,

Nadie podrá deducir acciones de calumnia o injuria vertidas en juicio sin previa
licencia del Juez o Tribunal que de el conociere o hubiere conocido.

La exigencia de querella es debido al carácter personalísimo del bien jurídico


protegido, de modo que al configurarse los delitos contra el honor como delitos
privados, se considera que si el propio titular del derecho al honor carece de interés
por conseguirlo, decae en el del Estado en hacerlo,

En casos de ofensa a funcionario publico, autoridad o agente de la misma, sobre


hechos concernientes al ejercicio de sus cargos, el régimen de perseguibilidad exigirá
únicamente la denuncia del perjudicado (se procederá de oficio).

4. EXCUSA ABSOLUTORIA.
La exención de la pena tiene en este caso el efecto propio de una excusa absolutoria.
El perdón debe ser expreso y emitido antes de que se haya dictado sentencia.

5. PUBLICACION Y DIVULGACION DE LA SENTENCIA.


En delitos de calumnias e injurias, la reparación del daño comprende también la
publicación o divulgación de la sentencia condenatoria, a costa del condenado por
tales delitos, en el tiempo y forma que el Juez o Tribunal consideren mas adecuado a
tal fin, oídas las dos partes,

6. PRESCRIPCION
Actualmente el plazo de prescripción para ambos delitos (injurias y calumnias) es de
5 años.
No prescribe el delito, sino el derecho a ejercer la acción penal.
{Apuntes Tema 13 elaborados por Vicecuellos}

LECCIÓN 13
DELITOS CONTRA LAS RELACIONES FAMILIARES.

El Tít. XII del Lib. II se divide en tres capítulos que tratan respectivamente de los
matrimonios ilegales; suposición de parto y de la alteración de la paternidad, estado
o condición del menor, y delitos contra los derechos familiares.

1. MATRIMONIOS ILEGALES.
Bien jurídico protegido: se protege el matrimonio, donde se origina la familia,
otorgando de esta forma protecció n penal al tipo de familia celebrada por el
matrimonio monó gamo que se disuelve só lo por muerte de uno de los có nyuges o
divorcio, aceptando pluralidad de formas de celebració n (civil y religiosa).

1.1. BIGAMIA.
La bigamia castiga en el art. 217 al que contrajere segundo o ulteior matrimonio, a
sabiendas de que subsiste legalmente el anterior.
Pena: Prisió n de seis meses a un añ o.
Sujeto activo: el contrayente que contrae un nuevo matrimonio sin estar
legalmente disuelto el anterior. Es un delito especial propio. Es necesaria la
concurrencia de dos personas, los contrayentes (má s una tercera, que es quien lo
celebra). La persona con la que se contrae el segundo matrimonio es un partícipe
necesario con responsabilidad penal si conoce la situació n legal de su pareja. En
este sentido se pueden presentar varias situaciones:
1) Que el otro contrayente lo sea de buena fe y desconozca el matrimonio
anterior. En este caso no tendrá responsabilidad.
2) Que conociera el anterior matrimonio y consienta. Entonces será
cooperador necesario.
3) Que el otro contrayente también esté casado sin disolució n del anterior
matrimonio. Será también delito de bigamia en calidad de autor (ojo, no de
coautor).
Sujeto pasivo: no está claro, aunque en principio sería la colectividad o
comunidad. La jurisprudencia también considera sujeto pasivo al contrayente de
buena fe.
Conducta típica: contraer el segundo o ulterior matrimonio sin estar legalmente
disuelto el anterior.
Cabe recordar que el matrimonio segú n el CC produce efectos civiles desde su
celebració n, efectos que subsisten hasta que se haya declarado su nulidad o
disuelto el vínculo legalmente por divorcio, muerte o declaració n de fallecimiento
de uno de los có nyuges.
Só lo admite el dolo directo porque el autor lo hace “a sabiendas”.
La consumación del delito se produce en la celebració n del segundo matrimonio
sin que sea necesaria la consumació n. Es delito de consumació n instantá nea con
efectos permanentes. Un delito de estado que se mantiene hasta que se declara la
nulidad. Cabe la tentativa.

1.2. MATRIMONIO PARA PERJUDICAR AL OTRO CONTRAYENTE.


Se castiga en el art. 218.1 al que, para perjudicar al otro contrayente, celebrare
matrimonio invá lido.
Pena: Prisió n de seis meses a dos añ os.
Sujeto activo: el contrayente que sabe que el matrimonio es invá lido y aú n así lo
realiza.
Sujeto pasivo: la colectividad y el otro contrayente si actú a de buena fe.
La conducta típica consiste en contraer matrimonio invá lido para perjudicar al
otro contrayente. El matrimonio es invá lido porque concurre un impedimento, que
puede ser dispensable o no; por la ausencia o vicio del conocimiento y por un
defecto de forma.
Solo admite el dolo directo y exige la concurrencia de un elemento subjetivo de lo
injusto, que es la intenció n de perjudicar al otro contrayente. Es indiferente la
naturaleza del perjuicio que se le quería causar.
La consumación del delito tiene lugar cuando se celebra el matrimonio. No es
necesario que se le cause el perjuicio. Es un delito de resultado cortado en ese caso.
Y es posible la tentativa.
Concurso de leyes y de delitos: es posible con el delito de bigamia en cuyo caso
se aplicará el delito de matrimonios ilegales por el principio de especialidad.
Exención de pena: si el matrimonio se convalida posteriormente, el responsable
queda exento de pena.

1.3. AUTORIZACIÓN DE MATRIMONIOS ILEGALES.


Se castiga en el art. 219.1 al que autorizare matrimonio en el que concurra alguna
causa de nulidad conocida o denunciada en el expediente.
Pena : Prisió n de seis meses a dos añ os e inhabilitació n especial para empleo o
cargo pú blico de dos a seis añ os.
Por sujeto activo hay que entender el que tiene capacidad para ello, por lo que hay
que recurrir al Có digo civil. Es un delito especial propio. (el artículo 51 del CC
establece que lo pueden autorizar el Juez encargado del Registro Civil –o el
delegado designado reglamentariamente si en el municipio no hay Registro-,
funcionarios diplomá ticos y consulares en embajadas, sacerdotes, alcaldes y
concejales)
Sujeto pasivo el Estado o la Comunidad.
La conducta típica es celebrar un matrimonio sabiendo que es nulo (la causa de
nulidad debe ser conocida por el que la celebraba o ser denunciada en el
expediente). Só lo son posibles las conductas dolosas, porque quien autoriza ha de
conocer la causa de nulidad.
La consumación del delito tiene lugar cuando se celebra el matrimonio. Es
posible la tentativa.
Causa de nulidad dispensable.
Se castiga en el art. 219.2 con la pena de suspensió n de empleo o cargo pú blico de
seis meses a dos añ os si la causa de nulidad fuere dispensable. Para conocer los
supuestos de causas de nulidad dispensables hay que acudir al CC. : Arts. 48, 75 y
76.

2. SUPOSICIÓN DE PARTO Y ALTERACIÓN DE LA PATERNIDAD,


ESTADO Y CONDICIÓN DEL MENOR.

2.1. SUPOSICIÓN DEL PARTO


Cap. II del Tít. XII del Lib. II del CP : Art. 220.1.
Pena: Prisió n de seis meses a dos añ os.
El bien jurídico es la familia y la filiació n del niñ o.
Sujeto activo será la mujer, aunque pueden intervenir terceras personas, como
cooperadores.
Sujeto pasivo es el niñ o que se incorpora a una familia que no es la suya.
La conducta típica es simular o suponer un nacimiento que no se ha producido, o
simular que ha nacido un niñ o vivo o sustituir un niñ o muerto por otro vivo. Se
cambia la filiació n del niñ o.
El delito só lo admite el dolo directo.
La consumación del delito produce en el momento de presentar un hijo como
propio cuando no lo es. Es posible la tentativa. No es necesaria la inscripció n en el
Registro Civil.

2.2 OCULTACIÓN O ENTREGA DEL HIJO


Art. 220.2: al que ocultare o entregare a terceros un hijo para alternar o modificar
la filiació n.
Pena: prisió n de seis meses a dos añ os.
Sujeto activo: alguno de los progenitores o los dos. Pueden participar otras
personas.
Sujeto pasivo: el niñ o, que no es necesario sea un recién nació , pero tiene que
identificarse su estado civil.
Conducta típica: ocultar o entregar a terceros a un hijo. Es por tanto un tipo mixto
alternativo. Es un dolo directo y la consumació n se produce cuando se oculta al
menor o se entrega a terceros con la finalidad de cambiar la filiació n.
Concurso de delitos: con el delito de abandono de menores o incapaces y el delito
de detenció n ilegal segú n lo que dure la ocultació n.

2.3. SUSTITUCIÓN DE UN NIÑO POR OTRO.


Art. 220.3.
Pena: Prisió n de uno a cinco añ os.
Sujeto activo: la persona que sustituye un niñ o por otro.
La conducta típica es cambiar un niñ o por otro adscribiéndolo a otra familia y
cambiando su filiació n.
La conducta ha de ser dolosa. La consumación del delito se produce con la
realizació n material del cambio. Es posible la tentativa.

2.4. SUSTITUCIÓN DE UN NIÑO POR OTRO POR IMPRUDENCIA GRAVE.


Se castigan en el art. 220.5 Las sustituciones de un niñ o por otro que se produjeren
en centros sanitarios o socio-sanitarios por imprudencia grave de los responsables
de su identificació n y custodia.
Pena: Prisió n de seis meses a un añ o.

2.5. DELITOS COMETIDOS POR LOS ASCENDIENTES.


Se castiga ademá s facultativamente en el art. 220.4 a Los ascendientes, por
naturaleza o adopció n, que cometieran los hechos descritos en los tres apartados
anteriores.
Se puede imponer una pena de inhabilitació n para el ejercicio del derecho de la
patria potestad (incluyendo en su caso al resto de hijos) por periodo de 4 a 10
añ os.

2.6. CESIÓN DE UN HIJO, DESCENDIENTE O MENOR MEDIANDO


COMPENSACIÓN ECONÓMICA.
a) Se castiga en el art. 221.1 a Los que, mediando compensació n econó mica,
entreguen a otra persona un hijo, descendiente o cualquier menor aunque no
concurra relació n de filiació n o parentesco, eludiendo los procedimientos legales
de la guarda, acogimiento o adopció n, con la finalidad de establecer una relació n
aná loga a la de la filiació n.
Pena: Prisió n de uno a cinco añ os e inhabilitació n especial para el ejercicio del
derecho de patria potestad por tiempo de cuatro a diez añ os.
Sujetos activos: los que entregan al descendiente o menor y el que recibe al
menor.
Sujeto pasivo: el menor entregado (tiene que ser menor de 18 añ os).
La conducta típica consiste en entregar a otra persona a un hijo, descendiente o
menor con intenció n de establecer una nueva filiació n. Se exige para la
consumació n del delito la compensació n econó mica. Es posible la tentativa.
b) Dispone el art. 221.2 : Con la misma pena será n castigados la persona que lo
reciba y el intermediario, aunque la entrega del menor se hubiese efectuado en
país extranjero.
Pena: prisió n de 1 a 5 añ os e inhabilitació n especial-
c) Art 221.3 Delitos cometidos utilizando guarderías, colegios o locales donde se
recojan niñ os.
Pena: Se impondrá a los culpables la pena de inhabilitació n especial para el
ejercicio de las referidas actividades por tiempo de dos a seis añ os y se podrá
acordar la clausura temporal o definitiva de los establecimientos. La clausura
temporal, el plazo no podrá exceder de cinco añ os.

2.7 SUPUESTO AGRAVADO


Se castigan en el art. 222 con una pena agravada cuando el autor sea el educador,
facultativo, autoridad o funcionario pú blico que, en el ejercicio de su profesió n o
cargo.
Pena: Ademá s de la prevista en cada caso en los arts. 220 y 221, se les impondrá la
de inhabilitació n especial para empleo o cargo pú blico, profesió n u oficio, de dos a
seis añ os.
A diferencia de la omisió n del deber de socorro, en el art. 222 se da una definició n
de facultativo: A los efectos de este artículo, el término facultativo comprende los
médicos, matronas, Personal de enfermería y cualquier otra persona que realice
una actividad sanitaria o socio-sanitaria.

3. DELITOS CONTRA DERECHOS Y DEBERES FAMILIARES


El Cap. III del Tít. XII, consta de dos secciones ocupá ndose la primera del
quebrantamiento de los derechos de custodia y de la inducció n de menores al
abandono del domicilio, y la segunda del abandono de familia, menores o
incapaces.

3.1 NEGATIVA A LA DEVOLUCIÓN DE UN MENOR.


Se castiga en el art. 223 a quien teniendo a su cargo la custodia de un menor de
edad o incapaz, no lo presentare a sus padres o guardadores sin justificació n para
ello, cuando fuere requerido por ellos.
Pena: Prisió n de seis meses a dos añ os.
El bien jurídico protegido es la patria potestad, así como la libertad y la
seguridad de los menores.
Sujeto activo: la persona encargada de la custodia del menor o incapaz que lo
entrega a padres o guardadores. Es un delito especial propio y ni los padres ni la
persona que tiene la guardia legal pueden cometerlo.
Sujeto pasivo: el menor y los padres o guardadores.
La conducta típica: la negativa a entregar a un menor o incapaz sin causa
justificada cuando fuera requerido para ello. Si existe causa justificada, la conducta
es atípica.
La consumación se produce cuando la persona encargada de la custodia no la
entrega a padres o guardadores a su requerimiento.
El consentimiento del menor es irrelevante, mientras que el del incapaz de por sí
no es vá lido. Puede ocurrir que el menor se encuentre má s có modo con quien lo
tiene a su cargo que con sus padres o guardadores, pero pese a ello se mantiene la
obligació n de presentarlo.

3.2. INDUCCIÓN A ABANDONAR EL DOMICILIO.


De acuerdo con el art. 224, se castiga a quien indujere a un menor de edad o a un
incapaz a que abandone el domicilio familiar, o lugar donde resida con anuencia de
sus padres, tutores o guardadores.
Pena: Prisió n de seis meses a dos añ os.
El bien jurídico protegido es la seguridad del menor y el derecho del menor o
incapaz a residir con sus padres, tutores o guardadores.
Sujeto activo es el inductor, que puede ser cualquiera salvo padres, tutores o
guardadores.
Sujeto pasivo es el menor o incapaz también los padres, tutores y guardadores y,
sobre todo, la familia.
La acción típica consiste en inducir a un menor de dieciocho añ os o a un incapaz a
que abandone el domicilio o lugar de residencia.
La inducció n ha de ser suficiente, directa y eficaz por lo que no tendrá n tal
condició n los simples consejos. Será impune la inducció n si el menor ya había
tomado la decisió n del abandono.
La consumación se produce en el momento del abandono. No obstante, quedaría
en grado de tentativa si no se llega a producir el abandono o si el sujeto es retenido
cuando pretende abandonar el domicilio, o inmediatamente después.

3.3. INDUCCIÓN A UN HIJO A INFRINGIR EL RÉGIMEN DE CUSTODIA


Art 224.2: el progenitor que induzca a su hijo menor a infringir el régimen de
custodia establecido por la autoridad judicial o administrativa.
Pena: prisió n de seis meses a dos añ os.
Sujeto activo: só lo puede ser uno de los progenitores del menor, en concreto, en
los casos que haya régimen aprobado por autoridad judicial o administrativa, el
que no tenga concedido el régimen de custodia.
Sujeto pasivo: la persona que tenga la custodia del menor. No puede ser el menor,
que ocupa la figura de partícipe necesario exento de responsabilidad.
Conducta típica: inducció n al hijo para infringir el régimen de custodia. Ha de ser
una inducció n eficaz. Só lo es posible la realización dolosa y la consumación se
produce dependiendo de có mo se considera la actividad (si es de actividad, con la
mera inducció n es suficiente; si se considera el delito como de resultado cortado la
inducció n debe ser eficaz y en ese caso cabrá la tentativa).

3.4 RESTITUCIÓN DE UN MENOR O INCAPAZ.


Segú n el art. 225, se atenú a la pena Cuando el responsable de los delitos previstos
en esta Secció n restituya al menor de edad o al incapaz a su domicilio o residencia,
o lo deposite en lugar conocido y seguro, sin haberle hecho objeto de vejaciones,
sevicias o acto delictivo alguno, ni haber puesto en peligro su vida, salud,
integridad física o libertad sexual, siempre y cuando el lugar de estancia del menor
de edad o el incapaz haya sido comunicado a sus padres, tutores o gurdadores, o la
ausencia no hubiera sido superior a veinticuatro horas.
Pena : Prisió n de seis meses a un añ o o multa de cuatro a ocho meses.
Constituye un tipo atenuado aplicable a los delitos de inducció n a un menor o
incapaz a abandonar el domicilio o lugar de residencia y a infringir el régimen de
custodia. Se rebaja la pena al autor de los hechos para facilitar la devolució n. Para
ello tienen que cumplirse estos requisitos:
a) Que el sujeto restituya el menor o incapaz en su domicilio o residencia o lo
deposite en lugar conocido y seguro.
b) Que durante el tiempo que estuvo fuera de su domicilio o residencia no haya
sido objeto de vejaciones, servicios o acto delictivo ni se le haya puesto en peligro.
c) Que hubiera comunicado a sus padres, tutores o guardadores el lugar de
estancia del menor o incapaz o la ausencia no hubiera superado las 24 horas.
Una cosa má s: si la restitució n del menor la realiza otra persona, no se aplica la
atenuació n.

3.5. SUSTRACCIÓN DE MENORES


Bien jurídico protegido: la seguridad del menor y el derecho del progenitor que
tiene la custodia de su hijo a que se respete su derecho.
a) Sustracció n de un hijo menor por su progenitor.
Pena: Prisió n de 2 a 4 añ os e inhabilitació n para el ejercicio de la patria potestad de
4 a 10 añ os.
Sujeto activo: só lo puede serlo el progenitor que no tenga atribuida la guardia o
custodia del menor.
Sujeto pasivo: el otro progenitor o titular de la custodia.
Conducta típica: sustraer un progenitor a su hijo menor del otro progenitor o de
una institució n.
Se considera sustracció n:
 El traslado de un menor de su lugar de residencia sin consentimiento del
progenitor con quien conviva habitualmente o de las personas o
instituciones a las cuales estuviese confiada su guarda o custodia.
 La retenció n de un menor incumpliendo gravemente el deber
establecido por resolució n judicial o administrativa. Dicho
incumplimiento debe ser grave, si no, se considerará falta tipificada en el
art. 622.
Si hay causa justificada no hay delito. Si hay custodia compartida no se puede
cometer ese delito. Y si no existe resolució n judicial o administrativa que otorgue
la custodia a uno de los dos progenitores, tampoco.
Es un delito de consumación instantánea y carácter permanente.
Supuestos agravados:
 Traslado del menor fuera de Españ a
 Exigencia de una condició n para su restitució n.
Pena: prisió n de 3 a 4 añ os en inhabilitació n especial de la patria potestad
de 7 a 10 añ os.
Excusa absolutoria: art. 225 bis 4: cuando el sustractor haya comunicado el lugar
de la estancia al otro progenitor o a quien corresponda legalmente su cuidado
dentro de las 24 horas siguientes a la sustracció n con el compromiso de devolució n
inmediata que efectivamente se lleve a cabo, o la ausencia no hubiere sido superior
a dicho plazo de 24 horas, quedará exento de pena. Es una forma de dar la
oportunidad a la rectificació n y es adecuado porque en el fondo el menor o incapaz
no se expone a ningú n peligro.
Supuesto atenuado: si la sustracció n se hiciere sin la comunicació n a la que se
refiere el pá rrafo anterior, dentro de los quince días siguientes a la sustracció n.
Pena: prisió n de seis meses a dos añ os

3.6. ABANDONO DE FAMILIA.


Se castiga en el art. 226.1 al que dejare de cumplir los deberes legales de asistencia
inherentes a la patria potestad, tutela, guarda o acogimiento familiar o de prestar
la asistencia necesaria legalmente establecida para el sustento de sus
descendientes; ascendientes o có nyuge, que se hallen necesitados.
Pena :prisió n de tres a seis meses o multa de seis meses a doce meses.
Bien Jurídico protegido: La protecció n de la familia en cuanto a los derechos y
obligaciones que le son inherentes como miembro de la misma.
Sujeto activo del delito, el obligado a cumplir los deberes legales de asistencia. Es
un delito especial propio que só lo pueden cometerlo los padres, có nyuges y ex
có nyuges, tutores y guardadores.
Sujeto pasivo: la persona que no recibe asistencia a la que legalmente tienen
derecho.
La conducta típica puede ser:
A) Dejar de cumplir los deberes legales de asistencia inherentes a la patria
potestad, tutela, guarda o acogimiento de familia.
B) Dejar de prestar la asistencia necesaria legalmente establecida para el
sustento de descendientes, ascendientes o có nyuge que se hallen
necesitados.
Es una ley penal en blanco, para determinar los deberes de asistencia hay que ir
al CC (velar por ellos, tenerlos en su compañ ía, alimentarlos, educarlos y
procurarles un formació n integral).
Es un delito doloso, el sujeto incumple sus deberes de atender a las necesidades
de su familia. Si el sujeto obligado a estos deberes carece de medios para
cumplirlos no comete delito.
La consumación del delito se produce cuando se incumplen los deberes. Es un
delito de omisió n. El problema se produce cuando se incumplen parte de los
deberes pero no todos, en cuyo caso hay que tener en cuenta el incumplimiento, su
importancia y el grado de incumplimiento.
Condición objetiva de perseguibilidad: art 228: só lo se perseguirá prevua
denuncia de la persona agraviada o de su representante legal. Cuando aquella sea
menor de edad, incapaz o una persona desvalida, también podrá denunciar al
Ministerio Fiscal.

3.7: IMPAGO DE PRESTACIONES EN SUPUESTOS DE SEPARACIÓN, DIVORCIO,


NULIDAD DEL MATRIMONIO Y PROCESOS DE FILIACIÓN O DE ALIMENTOS.
a) Impago de prestaciones econó micas en supuestos de separació n,
divorcio, nulidad del matrimonio y procesos de filiació n o de alimentos.
Se castiga en el art. 227.1 al que dejare de pagar durante dos meses consecutivos o
cuatro meses no consecutivos cualquier tipo de prestació n econó mica en favor de
su có nyuge o sus hijos, establecida en convenio judicialmente aprobado o
resolució n judicial, en los supuestos de separació n legal, divorcio, declaració n de
nulidad del matrimonio, proceso de filiació n, o proceso de alimentos a favor de sus
hijos.
Pena: prisió n de tres meses a un añ o o multa de seis a veinticuatro meses.
Sujeto activo: el obligado a pagar la prestació n econó mica establecida en convenio
a resolució n judicial, los padres o có nyuges.
Sujeto pasivo: el có nyuge o los hijos que tengan derecho a percibir la prestació n.
La conducta típica: el impago siempre que se den las siguientes condiciones: a)
durante dos meses consecutivos o cuatro no consecutivos; B) prestació n
establecida en convenio judicialmente aprobado o resolució n judicial; c) supuesto
de separació n legal, divorcio, declaració n de nulidad de matrimonio, proceso de
filiació n o de alimentos a favor de sus hijos.
Es posible apreciar la causa de justificació n del estado de necesidad si la persona
no puede cumplir con la prestació n por falta de recursos.
La consumació n se produce cuando no se paga la prestació n en dos meses
consecutivos o cuatro alternos. Es por tanto delito de omisió n. Si se ha establecido
má s de una prestació n econó mica el delito se consuma cuando se incumpla una de
ellas.
b) Impago de cualquier otra prestació n econó mica:
Se castiga en el art. 227.2 al que dejare de pagar cualquiera otra prestació n
econó mica establecida de forma conjunta o ú nica en los supuestos previstos en el
apartado anterior.
Pena : prisió n de tres meses a un añ o o multa de seis a veinticuatro meses.
Segú n el art. 227.3 la reparació n del dañ o procedente del delito comportará
siempre el pago de las cuotas adeudadas.
Perseguibilidad: Se recogen en el art. 228 donde se establece que só lo será
perseguido previa denuncia del agraviado o de su representante legal, o del
Ministerio Fiscal (si es menor de edad, incapaz o desvalida).

3.8. ABANDONO DE MENORES O INCAPACES.


El bien jurídico protegido segú n los casos es tanto la seguridad del menor o
incapaz.
a) Abandono de menor o incapaz por la persona encargada de su
guarda.
Art. 229.1.
Pena: Prisió n de uno a dos añ os.
Sujeto activo será la persona encargada de la guarda, tanto si es legal como de
hecho.
Sujeto pasivo: el menor de dieciocho añ os y el incapaz (art. 25 del CP: se
considera incapaz a toda persona haya sido o no declarada su incapacitació n, que
padezca una enfermedad de cará cter persistente que le impida gobernar su
persona o bienes por si misma).
La conducta típica: consiste en el abandono del menor o incapaz por la persona
encargada de su guarda. El abandono se realiza con la intenció n de que sea
definitivo. Puede ser por acció n (dejar al menor abandonado) u omisió n (no ir a
recogerlo). Es un delito de consumació n instantá nea y de cará cter permanente y
cabe la tentativa.
Supuestos agravados:
a) Abandono por los padres, tutores o guardadores legales.
En el art. 229.2, se agrava la pena cuando el abandono fuere realizado por los
padres, tutores o guardadores legales.
Pena : Prisió n de dieciocho meses a tres añ os.
b) Abandono con peligro para la vida, salud, integridad física o libertad
sexual.
Segú n el art. 229.3 hay una agravació n de la pena cuando por las circunstancias
del abandono se haya puesto en concreto peligro la vida, salud, integridad fisica o
libertad sexual del menor de edad o del incapaz, sin perjuicio de castigar el hecho
como corresponda si constituyera otro delito má s grave.
Pena: Prisió n de dos a cuatro añ os.
Del abandono tiene que derivarse obligatoriamente peligro, lo que no ocurre si se
produce en un lugar concurrido en el que pueden socorrerle otras personas. El
peligro ha de ser concreto y la persona encargada de su guarda tiene que ser
consciente de la existencia de ese peligro.
c) Abandono temporal.
Se recoge en el art. 230 que el abandono temporal de un menor de edad o de un
incapaz será castigado, en sus respectivos casos, con las penas inferiores en grado
a las previstas en el artículo anterior.
El problema se plantea al definir cuá nto tiempo tiene que pasar para que sea
abandono temporal o definitivo. Parece que la calificació n del tipo de abandono
dependerá má s de la intenció n del sujeto que del tiempo que efectivamente ha sido
abandonado (la jurisprudencia considera abandono temporal dejar solos a los
menores en el domicilio mientras los padres acuden a un bautizo o dejar al menor
en el coche mientras el padre acude a una fiesta).
d) Abandono impropio.
Se castiga en el art. 231.1 al que, teniendo a su cargo la crianza o educació n de un
menor de edad o de un incapaz, lo entregare a un tercero o a un establecimiento
pú blico sin la anuencia de quien se lo hubiere confiado, o de la autoridad, en su
defecto".
Pena: Multa de seis a doce meses.
Sujeto activo: la persona encargada de la crianza o educació n de un menor. Es un
delito especial propio.
Sujeto pasivo: el menor o incapaz, aunque podrían incluirse entre estos a los
familiares del menor que tengan la patria potestad, tutela o guarda legal.
La conducta típica: entrega de un menor o incapaz a otra persona. Esta entrega
debe realizarse sin la autorizació n de la persona que le entrego al menor o incapaz
para su crianza o educació n. La diferencia con el abandono propio es que en este
caso no hay una abandono sino una entrega. No se pone en peligro la seguridad del
menor.
Só lo es posible realizar el delito con dolo directo. Cabe como causa de justificació n
el estado de necesidad.
La consumación se produce cuando se entrega al menor o incapaz a otra persona
en un establecimiento pú blico. Cabe la tentativa.
Supuesto agravado: art. 231.2, se eleva la pena si con la entrega se hubiere puesto
en concreto peligro la vida, salud, integridad física o libertad sexual del menor de
edad o del incapaz.
Pena: Prisió n de seis meses a dos añ os.

3.9. UTILIZACIÓN DE MENORES E INCAPACES PARA LA MENDICIDAD.


Bien jurídico protegido: estas conductas lesionan la dignidad, la libertad de
menores e incapaces, la seguridad y pueden verse lesionadas también la vida, la
salud, integridad, la indemnidad sexual e incluso el honor.
Se prevén dos supuestos, uno bá sico, que es la simple utilizació n o préstamo para
el ejercicio de la mendicidad, y otro agravado cuando se emplea violencia o
intimidació n o se suministran sustancias perjudiciales para la salud de los menores
de edad o incapacitados.
a) Se castiga en el art. 232.1 a los que utilizaren o prestaren a menores de
edad o incapaces para la prá ctica de la mendicidad, incluso si ésta es encubierta.
Pena: Prisió n de seis meses a un añ o.
Sujeto activo: la persona que tiene la patria potestad, tutela o guarda del menor o
incapaz.
Sujeto pasivo: el menor de edad o incapaz.
La conducta típica consiste o bien utilizar al menor o incapaz para la mendicidad
o prestarlos con la misma finalidad. Mendigar es pedir limosna. Se castiga la
mendicidad directa y también la encubierta, que podrá apreciarse en los casos en
los que los menores realizan alguna actividad o contraprestació n por recibir
limosna (limpiar cristales de coches). Es posible la comisió n por omisió n.
La consumació n: se produce en el momento en que se utiliza a un menor o incapaz
para mendigar o se presta para esta funció n. Cabe la tentativa.
Puede apreciarse concurso de leyes entre este delito y el de trata de seres
humanos, en cuyo caso se aplicará el delito de trata de seres humanos.
a) En el art. 232.2 se recoge un supuesto agravado, al establecer que si para
los fines del apartado anterior se traficare con menores de edad o
incapaces, se empleare con ellos violencia o intimidació n, o se les
suministrare sustancias perjudiciales para su salud.
Pena: Prisió n de uno a cuatro añ os.
Hay por tanto tres modalidades de agravació n ya que pueden coincidir una o má s
de una condiciones en un mismo hecho (a saber: a) traficar con menores de edad o
incapaces; b) emplear con ellos violencia o intimidació n; c) y/o que se les
suministrare sustancias perjudiciales para su salud).
Pena accesoria: art. 229 a 232: inhabilitació n especial para el ejercicio de la patria
potestad o de los derechos de guarda, tutela o curatela o acogimiento familiar por
tiempo de cuatro a diez añ os.
Si el culpable ostentare la guarda del menor por su condició n de funcionario
pú blico, se le pondrá pena de inhabilitació n especial para empleo o cargo pú blico
por tiempo de dos a seis añ os.

3.10: MEDIDAS DE PROTECCIÓN.


Dispone el art. 233.3 que con respecto a los delitos previstos en los arts. 229 al
232, en todo caso, el Ministerio Fiscal instará de la autoridad competente las
medidas pertinentes para la debida custodia protecció n del menor.
Ojo que en el punto 1 del artículo las penas se podrá n imponer a menores e
incapaces, pero en los puntos 2 y 3 só lo a menores.
{Apuntes Tema 14 elaborados por Iker014}

LECCIÓN 14
HURTO.

{NOTA} Antes de iniciar el tema 14, según el manual (el cual se ubica dentro de la
lección 15 del libro) dedicado al hurto, me parece oportuno incluir el primer
apartado de la lección 15 en la cual se realizan unas consideraciones y disposiciones
comunes a los delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico y
concretamente a los delitos de hurto y robo. Por tanto, el epígrafe I será de
aplicación para el mejor entendimiento de los temas 14 (hurto) y 15 (robo y
usurpación).

I. CONSIDERACIONES GENERALES Y DISPOSICIONES COMUNES.-


El Título XIII del Libro Segundo CP, bajo la denominació n “Delitos contra el
patrimonio y el orden socioeconó mico”, agrupa un conjunto de infracciones que
atentan contra los derechos patrimoniales de las personas.

En estos delitos, el bien jurídico protegido es el patrimonio, entendido como


un conjunto de bienes o derechos con valor econó mico que gozan de protecció n
jurídica, y el orden socioeconó mico, concretado en el interés social en que no se
vea afectado el correcto funcionamiento del sistema econó mico y financiero.

Si seguimos una concepció n funcional del patrimonio, podemos distinguir


entre:

- Delitos contra la propiedad: constituidos por las conductas dirigidas a la


apropiació n o apoderamiento, lo cual no requiere un perjuicio patrimonial, como
pueden ser el hurto y el robo.
- Delitos patrimoniales: caracterizados por ese perjuicio patrimonial, como
son las defraudaciones (estafa y apropiació n indebida).
Tradicionalmente, dentro de los delitos contra la propiedad, se ha
considerado los delitos de robo y hurto como dos delitos independientes, cuyo
elemento comú n consiste en la apropiació n o apoderamiento de una cosa mueble
ajena, con á nimo de lucro, diferenciá ndose por la modalidad comitiva,
obteniéndose un concepto negativo de hurto, pues se diferencia del robo por la
ausencia de sus elementos específicos: violencia o intimidació n en las personas o la
fuerza en las cosas. El hurto funciona como un tipo residual y subsidiario respecto
de los robos, de manera que los hechos que no lleguen a constituir robo se
calificará n como hurto.
Se castiga má s gravemente el robo que el hurto en funció n del mayor
desvalor de la conducta. A diferencia de lo que ocurre en el hurto, los robos son
siempre constitutivos de delito, cualquiera que sea la cuantía de lo sustraído,
pues el CP no contempla la falta de robo (salvo el robo de uso de vehículo de motor
del art. 623.3 CP).

II. HURTO.
1. Tipo básico.
El tipo bá sico se recoge en el art. 234.1 CP donde se castiga con la pena de
prisió n de seis a dieciocho meses, si la cuantía de lo sustraído excede de 400 €, a
quien “con ánimo de lucro, tomare las cosas muebles ajenas sin la voluntad de su
dueño”.

Artículo 234.
“El que, con ánimo de lucro, tomare las cosas muebles ajenas sin la voluntad de su
dueño será castigado, como reo de hurto, con la pena de prisión de seis a dieciocho
meses si la cuantía de lo sustraído excede de 400 euros.
Con la misma pena se castigará al que en el plazo de un año realice tres veces la
acción descrita en el apartado 1 del artículo 623 de este Código, siempre que el
montante acumulado de las infracciones sea superior al mínimo de la referida figura
del delito”.

Elementos del delito de hurto.

a) Apoderamiento de cosa mueble ajena.


El verbo rector que ha elegido el legislador para este tipo delictivo es tomar,
eso implica separar fá cticamente1 una cosa del patrimonio de su legítimo dueñ o e
incorporarla al del sujeto activo. No implica la adquisició n del dominio sobre el
bien, pero debe incluir la posibilidad de ejercer sobre la cosa alguna facultad de
disposició n.

El disponer de la cosa se traduce en la prá ctica en la posibilidad, al menos


potencial, de transferir, transmitir o incluso destruir la cosa material, o de servirse
de ella.

El concepto de cosa mueble es normativo y funcional ya que no coincide


exactamente con la regulació n del CC. A efectos penales, cosa mueble es todo
objeto corporal susceptible de apropiació n y cuantificable econó micamente. Se
excluyen cosas cuyo valor jurídico está por encima de su estimació n econó mica y
que son objeto de otros delitos, tales como documentos, fluido eléctrico, etc. Por el
contrario, si se incluyen cosas que no son civilmente muebles, como los títulos,
valores, cheques…
1
Basado en los hechos.
La ajenidad del mueble supone dos notas negativas: que no sea propia y que
no sea susceptible de ocupació n. Con esto se excluye a las cosas que son
susceptibles de ocupació n como las cosas abandonadas o sin dueñ o. En síntesis,
podría decirse que basta con que el sujeto activo no deba disponer del bien para
que se satisfaga el elemento típico de la ajenidad.

b) Sin la voluntad de su dueño.


El consentimiento excluye la tipicidad. Ha de ser vá lido y anterior a la
ejecució n de los hechos. El concedido con posterioridad es irrelevante ya que se
trata de un delito pú blico. No comete el delito quien toma la cosa con autorizació n
de su dueñ o.

c) Ánimo de lucro.
Es necesario la concurrencia de un elemento subjetivo del injusto, el
á nimo de lucro. É ste equivale a la intenció n de apropiarse de la cosa en beneficio
del sujeto activo o de un tercero.

La jurisprudencia ha establecido reiteradamente que dicho á nimo existe de


forma implícita en todos los apoderamientos de bienes muebles de algú n valor, si o
constan otros mó viles que lo desvirtú en inequívocamente.

Al exigirse el á nimo de lucro como un elemento subjetivo del injusto, sólo


son posibles las conductas dolosas.

d) Valor del mueble sustraído: superior a 400 €.


Cuando el valor de lo sustraído no exceda de dicha cantidad la conducta se
castiga como falta en el art. 623.1 CP. Esta frontera cuantitativa supone que el valor
de los objetos sustraídos constituye un elemento nuclear del tipo penal en la
medida que afecta a la distinció n entre delito y falta.

El valor de la cosa ha de ser el del mercado en el momento de la sustracció n,


no importando que aumente o disminuya su valor, así como tampoco cuá l sea el
beneficio del sujeto activo o del tercero.

El resultado de la acció n es la apropiació n de la cosa, lo que convierte estos


delitos en delitos materiales o de resultado. La consumación del delito se produce
en el momento en que el sujeto activo puede disponer del bien mueble sustraído.
Cabe la tentativa, cuando el sujeto activo fracasa en su actividad de
apoderamiento o cuando, una vez en su poder, no ha podido disponer de la misma.

1. Habitualidad por la reiteración de faltas de hurto.


En el pá rrafo segundo del art. 234 CP se recoge uno de los tipos de
habitualidad, incorporado por la LO 11/2.003 y modificado posteriormente por la
LO 5/2.010. En él se castiga “al que en el plazo de un año realice tres veces la acción
descrita en el art. 623.1 de este Código, siempre que el montante acumulado de las
infracciones sea superior al mínimo de la referida figura del delito”.

Nos encontramos ante un delito que consiste en la sucesió n de actos –delitos


de tracto sucesivo o de varios actos-, en el que solo y exclusivamente con la
comisió n de la tercera acció n se satisface el resultado típico.

Las tres faltas deben cometerse en el periodo de un añ o. Si se cometen má s de


tres, el resto será n juzgadas independientemente. La cantidad de cada falta de
hurto no debe superar los 400 €, pero sí la cantidad total por los tres hurtos.

En la prá ctica, la aplicació n de este tipo delictivo es de casi imposible


cumplimiento por la imposibilidad de que, cuando los agentes remiten sus
atestados, se pueda constatar la existencia de la reiteració n al no existir un
Registro Central. Ausencia que se pretende subsanar con la LO 5/2.010, que prevé
en su Disposició n Adicional 2ª el establecimiento de un sistema electró nico de
registro para faltas.

2. Supuestos agravados.
En el art. 235 CP se recogen una serie de supuestos en los que se eleva la
pena de delito de hurto a prisió n de uno a tres añ os.

Artículo 235.
El hurto será castigado con la pena de prisión de uno a tres años:
1. Cuando se sustraigan cosas de valor artístico, histórico, cultural o científico.
2. Cuando se trate de cosas de primera necesidad o destinadas a un servicio
público, siempre que la sustracción ocasionare un grave quebranto a éste o
una situación de desabastecimiento.
3. Cuando revista especial gravedad, atendiendo al valor de los efectos
sustraídos, o se produjeren perjuicios de especial consideración.
4. Cuando ponga a la víctima o a su familia en grave situación económica o se
haya realizado abusando de las circunstancias personales de la víctima.
5. Cuando se utilice a menores de catorce años para la comisión del delito.

1. Cuando se sustraigan cosas de valor artístico, histórico, cultural o


científico.
Esta agravació n responde al mandato constitucional contenido en el art. 46
CE, conforme al cual “los poderes públicos garantizarán la conservación del
patrimonio histórico, cultural y artístico…”.

2. Cuando se trate de cosas de primera necesidad o destinadas a un


servicio público, siempre que la sustracción ocasionare un grave quebranto a
éste (servicio público), o una situación de desabastecimiento.
Se hace referencia a cosas de primera necesidad o destinadas a un servicio
pú blico y só lo podrá apreciarse cuando con la sustracció n se ocasione un grave
quebranto del servicio o una situació n de desabastecimiento.

Cosas de primera necesidad son las destinadas a la satisfacció n de


necesidades elementales y bá sicas de las personas (vestido, calzado, alimento,
medicinas…). En la prá ctica, se hace difícil imaginar en qué situaciones un hurto
puede provocar una grave situació n de desabastecimiento.

3. Cuando revista especial gravedad, atendiendo al valor de los efectos


sustraídos, o se produjeren perjuicios de especial consideración.
En la prá ctica, debido a que la especial gravedad es un concepto jurídico
indeterminado, la jurisprudencia ha venido fijando, en términos aproximados,
cuantías que se sitú an en torno a los 12.000 €.

4. Cuando ponga a la víctima o su familia en grave situación económica o se


haya realizado abusando de las circunstancias personales de la víctima.
Por grave situación económica no habrá que entender que deja a la víctima en
la indigencia, sino basta con causarle un quebranto econó mico grave.

Por abuso de las circunstancias personales se entiende a que el sujeto activo se


prevalga de una situació n que coloque a la víctima en una situació n de
superioridad, debido a una circunstancia personal del sujeto pasivo (encontrarse
bajo los efectos del alcohol, tener problemas mentales, edad avanzada…).

5. Cuando se utilice a menores de 14 años para la comisión del delito.


Esta circunstancia ha sido añ adida por la LO 5/2.010, como un intento del
legislador para prevenir la proliferació n de menores exentos de responsabilidad
penal dedicados a la comisió n de hurtos, bajo la direcció n de adultos que se
aprovechan del delito.

3. Sustracción de cosa propia.


En el art. 236 CP se castiga el denominado como hurto impropio.

Artículo 236.
Será castigado con multa de tres a 12 meses el que, siendo dueño de una cosa
mueble o actuando con el consentimiento de éste, la sustrajere de quien la tenga
legítimamente en su poder, con perjuicio del mismo o de un tercero, siempre que el
valor de aquélla excediere de 400 euros.
El bien jurídico protegido en este caso es la legítima posesió n. El sujeto
activo es el dueñ o de la cosa si actú a directamente. Sujeto pasivo es la persona
que está en posesió n legítima de la cosa mueble con derecho a ser mantenido en su
estado posesorio frente al dueñ o.
Para que se dé el delito es necesario que exista perjuicio del tenedor de la
cosa o de un tercero, pues si no se da tal perjuicio la conducta será atípica.

La consumació n se produce con el apoderamiento de la cosa mueble y la


posibilidad de disponer de la misma.

En caso de usarse empleo de fuerza en las cosas o violencia o intimidació n en


la sustracció n, se sigue aplicando este tipo delictivo del art. 236 CP, al no existir un
tipo similar en los delitos de robo, sin perjuicio de los concursos de delitos que
pudieran dar lugar.

Si la cuantía de lo sustraído no excede de 400 €, la conducta será constitutiva


de la falta del art. 623.2 CP.
{Apuntes Tema 15 elaborados por Fleky}

LECCIÓN 15
ROBO Y USURPACIÓN

Robo con fuerza en las cosas: Concepto. Concepto de fuerza en las cosas.
Supuestos que agravan el delito de robo con fuerza en las cosas. Robo con
violencia o intimidació n. Extorsió n. Robo y hurto de uso de vehículos. Usurpació n.

1.- Robo con fuerza en las cosas.


1) Concepto.
Segú n el art. 237 «son reos del delito de robo los que, con ánimo de lucro,
se apoderaren de las cosas muebles ajenas empleando fuerza en las cosas para
acceder al lugar donde éstas se encuentran...».
El bien jurídico protegido es el patrimonio concretado a las cosas muebles.
La referencia que se hace «para acceder al lugar donde éstas se
encuentren» limita el robo con fuerza en las cosas a los supuestos en que ésta se
ejercite para llegar a las mismas, tal como lo había venido entendiendo tanto
la jurisprudencia como la doctrina científica dominante, que solo
consideraba como fuerza en las cosas aquella que entraba dentro de la
propia diná mica comisiva de la acció n, apareciendo como necesaria y
directamente encaminada a la comisió n del delito, por lo que sería hurto y no
robo el uso de fuerza posterior al apoderamiento del bien mueble, por ejemplo si
el autor se queda escondido en un local y tras sustraer alguna cosa violenta la
puerta para salir a la calle con lo sustraído.
El tipo básico se recoge en el art. 240, donde se castiga al «culpable de robo con
fuerza en las cosas».
Pena: Prisión de uno a tres años.

2) Concepto de fuerza en las cosas.


Segú n el art. 238 «son reos de delito de robo con fuerza en las cosas los
que ejecuten el hecho cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes:

1º) Escalamiento:
Por escalamiento hay que entender la entrada al lugar por vía distinta a la
normal, siempre que conlleve una conducta equiparable al robo con fuerza en las
cosas, por lo que no cometería robo, sino hurto, quien escale por una pared para
tomar un objeto que se encuentra en un balcón, pues no llega a entrar a ningún
lugar. A veces se dice que hay escalamiento cuando se entra a un
inmueble por vía insólita o desacostumbrada.
2º) Rompimiento de pared, techo o suelo, o fractura de puerta o ventana:
Se recogen aquí, desde el punto de vista de la realidad criminal, las diversas
formas que puede utilizar el autor del delito para llegar al lugar donde se
encuentra el objeto del mismo.

3º) Fractura de armarios, arcas u otra clase de muebles u objetos


cerrados o sellados, o forzamiento de sus cerraduras o descubrimiento de
sus claves para sustraer su contenido, sea en el lugar del robo o fuera del
mismo:
La fractura equivale a romper los medios o mecanismos de cierre
establecidos por el dueñ o de los muebles u objetos para asegurar lo que
contienen.

4º) Uso de llaves falsas:


En el art. 239 se establece que «Se consideran llaves falsas:
1.) Las ganzúas u otros instrumentos análogos;
2.) Las llaves legítimas perdidas por el propietario u obtenidas por un medio que
constituya infracción penal;
3.) Cualesquiera otras que no sean las destinadas por el propietario para abrir la
cerradura violentada por el reo. A los efectos del presente artículo, se consideran
llaves las tarjetas, magnéticas o perforadas, los mandos o instrumentos de
apertura a distancia y cualquier otro instrumento tecnológico de eficacia similar».

5º) Inutilización de sistemas específicos de alarma o guarda:


Dentro de los sistemas de guarda cabe incluir cualquiera que suponga
una protecció n especial para custodiar los bienes en sí o el lugar donde se
encuentran. Ademá s de cualquier sistema electró nico de alarma, incluso hay
que incluir la muerte a los perros que custodian una casa habitada, pues encaja
dentro de los sistemas de guarda.
La inutilizació n de sistemas específicos de alarma o guarda ha de llevarse a
cabo para acceder al lugar donde se encuentre el objeto del delito, no cuando
se utilice con posterioridad.

3) Supuestos agravados.
Se castiga en el art. 241.1 como delito de robo agravado los supuestos
en que «Concurra alguna de las circunstancias previstas en el artículo 235, o el
robo se cometa en casa habitada, edificio o local abiertos al público o en cualquiera
de sus dependencias».
Pena: Prisión de dos a cinco años.

Casa habitada.
La entrada en casa habitada para cometer un robo, en principio, no dará
lugar a allanamiento de morada.
Allí se busca tomar alguna cosa con á nimo de lucro; en el
allanamiento se persigue violar la seguridad e intimidad de las personas. Por
tanto, el robo en casa habitada no supone allanamiento, pero se tiene en cuenta el
lugar de comisió n, y de ahí que sea una modalidad agravada, lo mismo que en
los supuestos de edificios y locales abiertos al pú blico.
Se recoge en el apartado 3 del art. 241: «Se consideran dependencias de la
casa habitada o de edificio o local abiertos al público, sus patios, garajes y demás
departamentos o sitios cercados y contiguos al edificio y en comunicación
interior con él, y con el cual formen una unidad física».
Se precisa que haya comunicació n interna de las dependencias con el
resto del domicilio.

Edificio o local abierto al público:


Por tales hay que entender cualquier edificio pú blico o privado,
establecimiento de cualquier tipo, o local, en las que las personas tengan acceso
libre.
Só lo son posibles las conductas dolosas.
No cabe ninguna causa de justificació n. Como se vio en el hurto, la
consumación se produce en el momento en que el autor del delito puede
disponer del objeto del mismo.
En otro caso será tentativa. Es suficiente con que se pueda disponer de
parte de lo sustraído.
Con respecto a la participació n en el robo con fuerza en las cosas se
presentan con frecuencia dificultades entre la coautoría y la complicidad.
Para resolverlo, tanto la doctrina como la jurisprudencia recurren a la
teoría del dominio del hecho (considera el autor al que decide la ejecució n, sin
que sea decisiva la participació n de quien coopera con él, que será có mplice, y no
coautor) o a la teoría de los bienes escasos (valora que el acto o actos de auxilio
sean fá ciles de obtener o no por parte del autor).
En materia de concurso se dará el real con otros delitos de robo, contra
las personas, etc. Ofrece especial interés el delito continuado, castigá ndose a
veces por esta figura y no por concurso real de delitos.

2.- Robo con violencia o intimidación.


1) Concepto de robo con violencia o intimidación en las personas.
De acuerdo con el art. 237: «Son reos del delito de robo los que, con ánimo de
lucro, se apoderaren de las cosas muebles ajenas empleando... violencia o
intimidación en las personas».
El tipo bá sico se castiga en el art. 242.1, que dispone: «El culpable de robo
con violencia o intimidación en las personas será castigado con la pena de prisión de
dos a cinco años, sin perjuicio de la que pudiera corresponder a los actos de
violencia física que realizase».
El bien jurídico protegido es tanto la propiedad como la libertad de las
personas, en cuanto se les conmina con violencia o intimidació n.
La acción consiste en apoderarse de las cosas muebles ajenas utilizando para
ello violencia o intimidació n, que puede ser directamente contra la víctima o
contra un tercero. Como en todos los delitos de robo el autor ha de estar motivado
por el á nimo de lucro.
La violencia o intimidació n tiene que producirse con anterioridad y muy
pró xima a la obtenció n del bien objeto del delito o de forma coetá nea.
La violencia puede ser ejercida directamente sobre el sujeto pasivo, sujetar a
éste para sustraerle la cartera, alhajas, etc., o sobre el objeto motivo del robo,
como sería arrancar una cadena del cuello de la víctima.
La consumación se produce en el momento de conseguir el objeto
material del delito, que será un bien mueble, como consecuencia de ejercer
violencia o intimidació n.
Es posible la tentativa, cuando tras haber hecho uso la violencia o
intimidació n no consigue el autor apoderarse del objeto o habiéndolo
conseguido no llega a poder disponer el mismo, aunque sea por un corto
espacio de tiempo.
Si son varios autores es suficiente con que uno de ellos haya podido disponer
de parte del botín.

2) Robo cometido en casa habitada o sus dependencias.


Se castiga en el art. 242.2 al que cometa un robo «en casa habitada o en
cualquiera de sus dependencias».
Pena: Prisió n de tres añ os y seis meses a cinco añ os.

3) Uso de armas o medios peligrosos al cometer el delito.


Se castigan en el art. 242.3 los supuestos en los que «el delincuente hiciere uso de
las armas u otros medios igualmente peligrosos... al cometer el delito...».
Pena: Las previstas en los apartados 1 y 2 en su mitad superior.
La jurisprudencia tiene un criterio muy amplio en cuanto a lo que ha
de entenderse por armas, incluyendo dentro de las mismas desde las de fuego
hasta cortaplumas, destornilladores o incluso jeringuillas. Lo mismo sucede con
los medios peligrosos, donde en algú n caso se incluyen las armas simuladas, pues
aunque no son aptas para disparar pueden ser utilizadas como elementos
contundentes.
Se hace referencia a «uso de las armas u otros medios igualmente
peligrosos», por lo que en principio hay que excluir el uso de las armas que se
toman en el lugar del hecho, bien con á nimo de apropiá rselas el autor o
simplemente hacer uso de las mismas.
En todo caso es suficiente con su exhibició n, no obstante, al suponer las
armas una mayor peligrosidad, las exhibidas han de ser auténticas para que
pueda apreciarse la agravació n.

4) Uso de armas o medios peligrosos con posterioridad a los actos de


ejecución.
Dispone el art. 242.3 que la pena se impondrá también en su mitad
superior «cuando el delincuente hiciere uso de las armas u otros medios igualmente
peligrosos... para proteger la huida y cuando atacare a los que acudiesen en auxilio
de la víctima o a los que le persiguieran».
Pena: Las previstas en los apartados 1 y 2 en su mitad superior.
Si como consecuencia del uso posterior de armas u otros medios peligrosos
se ha cometido, ademá s del robo, por ejemplo, un homicidio, estaremos ante un
concurso de dos delitos, aplicando para el robo la pena del nú m. 1 del art. 242 y
no la agravada de su nú m. 2.
No puede agravarse la pena pues se violaría el principio «non bis in idem».

5) Supuestos atenuados.
Dispone el art. 242.4 que «en atención a la menor entidad de la
violencia o intimidación ejercidas y valorando además las restantes
circunstancias del hecho, podrá imponerse la pena inferior en grado a la prevista
en los apartados anteriores».
El injusto es menor que cuando la violencia o intimidació n es relevante.
En materia de concursos cabe la concurrencia de robo con
violencia o intimidació n con otros delitos, como homicidio, lesiones, etc. No
obstante, no cabe aquí el delito continuado, como ocurría en el hurto o robo con
fuerza en las cosas. Estos supuestos se excluyen, segú n el art. 74.3, por afectar a
bienes eminentemente personales.

3.- Extorsión.
Se castiga en el art. 243 al «que, con ánimo de lucro, obligare a otro,
con violencia o intimidación, a realizar u omitir un acto o negocio jurídico en
perjuicio de su patrimonio o del de un tercero».
Pena: Prisión de uno a cinco años.
El bien jurídico protegido es la propiedad o cualquier otro derecho de contenido
econó mico. Se exige á nimo de lucro para el sujeto activo y perjuicio para el
patrimonio del sujeto pasivo. También se protege la libertad.
Sujeto activo puede ser cualquiera.
Sujeto pasivo es el titular del bien jurídico lesionado.
La acció n só lo puede recaer en quien tiene capacidad legal para realizar
actos en nombre propio o de tercero.
Consiste la acción en la conducta de obligar a otro, mediante
violencia o intimidació n, a realizar un negocio jurídico. Es un tipo penal específico
y anó malo, que podía haberse prescindido de él, al encajar estas conductas en
otros tipos del Có digo penal.
En la extorsió n la víctima ha de llevar a cabo un comportamiento
activo u omisivo, a diferencia de lo que sucede con el robo.
La consumación del delito se produce en el momento en que se realiza u
omite el acto o negocio jurídico, como consecuencia de la violencia o
intimidació n ejercida por el sujeto activo del delito.
Aunque se hace referencia a á nimo de lucro y ésta ha de ser la
finalidad, el delito se consuma con el acto jurídico, sin que sea necesario la
obtenció n de un beneficio para el autor, tratá ndose, pues, de un delito de
resultado cortado y consumació n anticipada.
Es posible la tentativa, que se daría tanto cuanto el sujeto activo no
consigue doblegar la voluntad de la víctima, como cuando el acto o negocio
jurídico resulta nulo por estampar la víctima una firma simulada en cualquier
documento, o porque el contenido de éste (que daría lugar al acto o negocio
jurídico) se hace de forma tan burda que no surte los efectos pretendidos por el
autor.

Concurso.
Dispone el inciso ú ltimo del art. 243 «sin perjuicio de las que
pudieran imponerse por los actos de violencia física realizados».
El texto pone de manifiesto la posibilidad de que la extorsió n pueda
concurrir un concurso real o ideal con otro delito, como consecuencia de la
violencia ejercida, aunque también puede darse concurso con otros, como el de
detenciones ilegales.
Con respecto a las amenazas y coacciones, la extorsió n es delito de
aplicació n preferente por ser ley especial. De otra parte, en la extorsió n se dan
una serie de requisitos que no son propios de las coacciones, como es el
á nimo de lucro, no a través del apoderamiento de bienes muebles, como en el
robo, sino de un acto o negocio jurídico.
En las coacciones se ataca la libertad; en la extorsió n el patrimonio,
aunque se utilice violencia o intimidació n.

4.- Robo y hurto de uso de vehículos.


1) El tipo básico.
Se recoge en el art. 244.1, donde se castiga al «que sustrajere o utilizare
sin la debida autorización un vehículo a motor o ciclomotor ajenos, cuyo valor
excediese de 400 euros, sin ánimo de apropiárselo».
Pena: Trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días o multa de seis a 12
meses si lo restituyera, directa o indirectamente, en un plazo no superior a 48
horas, sin que en ningú n caso la pena impuesta puede ser igual o superior a
la que correspondería si se apropiase definitivamente del vehículo.
El bien jurídico protegido es la posesió n, pues se priva al propietario del
vehículo de disponer del mismo para su uso, cederlo, enajenarlo, etc. Si la
posesió n del vehículo estuviera cedida a terceros se priva a éstos de su uso.
Consiste la acció n en sustraer un vehículo a motor o ciclomotor ajenos
para usarlo.
A diferencia de lo que ocurre con el hurto, robo y extorsió n, ahora se dice
«sin á nimo de apropiá rselo». No obstante, también se busca algú n beneficio.

2) Restitución dentro de las cuarenta y ocho horas.


Se presume que si el autor de la sustracció n del vehículo lo mantiene
a su disposició n má s de cuarenta y ocho horas tiene intenció n de
apropiá rselo, castigá ndose entonces como robo o hurto comú n, pues así se
desprende del art. 244.3, al disponer que «de no efectuarse la restitución en el
plazo señalado, se castigará el hecho como hurto o robo en sus respectivos casos».
Por restituir, bien directa o indirectamente, habrá que entender que el
autor del delito sitú e el vehículo en lugar donde puede ser encontrado por el
dueñ o, por los agentes de la autoridad o por terceros que puedan facilitar que
el vehículo sea recuperado por el que tenía la posesió n del mismo.
Puede dejarse el vehículo en cualquier parte, incluso en un garaje y
comunicar al dueñ o por teléfono, o cualquier otro procedimiento, el lugar donde
se encuentra. En este sentido se pronuncia la doctrina y la jurisprudencia.
Circunstancias modificativas: Se plantea ahora el tema de si el autor restituye
el vehículo dentro de las 48 horas puede beneficiarse de la atenuante 5ª del art. 21.
Entiendo que no es posible apreciar esta atenuante, en cuanto que pueda
reparar el dañ o o disminuir los efectos del delito, pues la menor pena
establecida para estos supuestos tiene el mismo fundamento, por lo que no
puede ser valorada dos veces.
Sí puede apreciarse cuando el vehículo se abandonara después de las
cuarenta y ocho horas.
Só lo son posibles las conductas dolosas.
Es posible el error, por confundir un vehículo de tercero pensando que
es el propio, o que se tiene derecho a usarlo cuando só lo se tiene, por ejemplo, la
custodia. Estas conductas son impunes.
Es posible la causa de justificación de estado de necesidad si el vehículo
se toma para evitar una situació n de peligro grave, como puede ser trasladar un
enfermo a un hospital, huir de un peligro pró ximo, etc.
Como ya se vio en el robo y el hurto, la consumación tiene lugar en el
momento en que el sujeto que toma el vehículo tiene libre disposició n de su uso.
Habrá tentativa si el autor es sorprendido cuando está tratando de
encender el motor, o una vez en marcha no llega a utilizarlo, o es detenido
cuando iniciado su uso no llega a tener plena libertad de disposició n, por ser
perseguido y controlado hasta el momento de la detenció n.

3) Hurto de uso equiparado al hurto común.


Segú n el art. 244.3, si el vehículo no es restituido, directa o
indirectamente, dentro de las cuarenta y ocho horas de haberlo sustraído, el
delito se tipifica ahora como hurto del art. 234.

4) Robo de uso equiparado al robo con fuerza en las cosas.


Segú n el art. 244.3 cuando en la sustracció n se utiliza fuerza en las
cosas y transcurren má s de cuarenta y ocho horas sin restituir el vehículo, los
hechos se equiparará n al robo comú n con fuerza en las cosas por lo que se aplica el
art. 237.

5) Robo de uso con violencia o intimidación.


Dispone el art. 244.4 que «si el hecho se cometiere con violencia o
intimidación en las personas, se impondrán, en todo caso, las penas del artículo 242».
Cuando el vehículo de motor o ciclomotor se toma utilizando
violencia o intimidació n, no importa que no haya á nimo de apropiá rselo, pues
a efectos de la pena se considera robo con violencia o intimidació n en las
personas.

6) Habitualidad en la reiteración de faltas de sustracción de vehículos de


motor.
Se castiga en el pá rrafo segundo del art. 244.1 «al que en el plazo de
un año realice cuatro veces la acción descrita en el artículo 623.3 de este Código,
siempre que el montante acumulado de las infracciones sea superior al mínimo
de la referida figura del delito».
Pena: Trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días o multa de seis a
doce meses, si lo restituyera, directa o indirectamente en un plazo no superior a 48
horas.
Ha de tratarse de cuatro sustracciones de vehículos cuyo valor en
ningú n caso supere los 400 euros, pues en este caso se sancionaría como delito del
pá rrafo primero del art. 244.
Esa cantidad sí ha de superar el valor de los vehículos acumuladas
las cuatro sustracciones.
Ha de tratarse de cuatro sustracciones que ninguna de ellas haya
prescrito, ni haya sido juzgada, se recuerda que las faltas prescriben a los seis
meses, segú n dispone el art. 131.2 del Có digo Penal.
7) Concursos.
Cabe el concurso real de delitos de lesiones y otros. Hay concurso real y no
ideal, por ejemplo, en la sustracció n de un vehículo de motor para cometer
después un robo en una entidad bancaria u otra parte, porque el robo puede
cometerse sin la necesidad del vehículo, con lo que no cabe el delito medial
previsto en el art. 77; hay dos delitos.
Es posible el delito en cadena, pues un vehículo sustraído y
posteriormente abandonado puede ser tomado después por otros autores que
igualmente cometen ese delito.
Si los primeros utilizaron fuerza en las cosas -art. 244.2- y no los
siguientes, tal agravació n no concurrirá en éstos.

5.- Usurpación.
1) Usurpación violenta de bienes inmuebles.
Se castiga en el art. 245.1 «al que con violencia o intimidación en las
personas ocupare una cosa inmueble o usurpare un derecho real inmobiliario de
pertenencia ajena».
Pena: Ademá s de las penas en que incurriere por las violencias ejercidas, la pena
de prisió n de uno a dos añ os, que se fijará teniendo en cuenta la utilidad
obtenida y el dañ o causado.
El bien jurídico protegido es el derecho de todo propietario a disponer, usar
o disfrutar de un bien inmueble o un derecho real sobre el mismo.
Sujeto activo puede ser cualquiera, con la excepció n del titular del inmueble
o derecho real.
Ocupar equivale a tomar directamente una cosa, mediante un acto físico.
Usurpar equivale a quitar a alguno lo que le pertenece, en este caso un
inmueble o un derecho real.
Es necesario que la ocupació n del inmueble o la usurpació n de un
derecho real inmobiliario ajeno se realicen con violencia o intimidació n, pues en
otro caso estaremos ante una cuestió n que debe resolverse en vía civil y no penal.
Só lo son posibles las conductas dolosas, con dolo directo, pues los
hechos se realizan mediante violencia o intimidació n. No obstante, cabe el
error al estimar el sujeto activo que está ejercitando un derecho.
La consumación del delito se produce en el momento de la ocupació n del
inmueble o usurpació n del derecho real. Ha de tratarse de una ocupació n que se
pretende sea definitiva; el sujeto activo del delito quiere incorporar a su
patrimonio el bien o derecho real.

2) Concurso.
Dispone el art. 245.1 que ademá s de la pena por el delito de
usurpació n se impondrá n las que correspondan «por las violencias ejercidas».
Cabe, por tanto, un concurso de delitos con el de lesiones, homicidio, etc. No cabe
concurso con un delito de amenazas, pues el texto exige que la acció n se lleve a
cabo con violencia.

3) Ocupación de inmuebles que no constituyan morada.


Se castiga en el art. 245.2 al «que ocupare, sin autorización debida, un
inmueble, vivienda o edificio ajenos que no constituyan morada, o se
mantuviere en ellos contra la voluntad de su titular».
Pena: Multa de tres a seis meses.
El legislador incorpora esta figura, que no tiene antecedentes en los
Có digos anteriores. Se trata del fenó meno moderno conocido de los «okupas».
No está claro aquí cual es el bien jurídico protegido, que puede ser el
libre disfrute de los inmuebles por parte del propietario o la persona a la que se
cede el uso.
La acción consiste en entrar en una vivienda o edificio ajenos, que no
constituya morada, sin autorizació n; o la conducta pasiva de mantenerse en la
misma contra la voluntad del titular.
El consentimiento excluye la tipicidad. Cabe como causa de
justificación el estado de necesidad si la ocupació n se lleva a cabo para evitar los
graves riesgos de, p.e., un intenso frío o una tormenta.
El delito se consuma con la ocupació n del inmueble, la vivienda o el
edificio. En todo caso cuando requerido el sujeto por el titular para que lo
abandone se niegue a ello.

4) Alteración de términos o lindes.


Se castiga en el art. 246 al «que alterare términos o lindes de pueblos
o heredades o cualquier clase de señales o mojones destinados a fijar los
límites de propiedades o demarcaciones de predios contiguos, tanto de
dominio público como privado».
Pena: Multa de tres a 18 meses, si la utilidad reportada o pretendida excede de
400 euros.
El bien jurídico protegido es el patrimonio, generalmente de fincas
rú sticas.
La acción consiste en alterar términos o lindes de pueblos o heredades o
cualquier clase de señ al destinada a fijar los límites de las propiedades.

5) Distracción del curso de las aguas de uso público o privado.


Se castiga en el art. 247 al «que sin hallarse autorizado, distrajere las
aguas de uso público o privativo de su curso, o de su embalse natural o artificial».
Pena: Multa de tres a seis meses si la utilidad reportada excediere de 400 euros.
{Apuntes Tema 16 elaborados por Lidia15378}

LECCIÓN 16
DEFRAUDACIONES

I. ESTAFA
El bien jurídico protegido es el patrimonio ajeno, pues el delito de estafa no
solo lesiona o pone en peligro la propiedad, sino que puede y suele afectar a otros
valores patrimoniales como la posesió n, el derecho de crédito e incluso las
expectativas.

1.- Tipo básico


a) Concepto
Dispone el art. 248.1: «Cometen estafa los que, con á nimo de lucro, utilizaren
engañ o bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de
disposició n en perjuicio propio o ajeno».
Sujeto activo es quien utiliza el engañ o. Sujeto pasivo el que realiza el acto de
disposició n, aunque el perjudicado puede ser un tercero.
Ciñ éndonos al concepto que se ha dado de estafa, la acció n consiste en
conseguir una transmisió n patrimonial, mediante engañ o, en beneficio del sujeto
activo del delito o de otro, y en perjuicio del sujeto pasivo o de tercero. Junto a las
conductas activas es posible también la estafa mediante omisió n.

b) Penalidad
Dispone el inciso primero del art. 249 que. «Los reos de estafa será n
castigados con la pena de prisió n de seis meses a tres añ os, si la cuantía de lo
defraudado excediere de 400 euros. Para la fijació n de la pena se tendrá en cuneta
el importe de lo defraudado, el quebranto econó mico causado al perjudicado, las
relaciones entre éste y el defraudador, los medios empleados por éste y cuantas
otras circunstancias sirvan para valorar la gravedad de la infracció n».
Para que se de el tipo penal de la estafa, la cuantía de lo defraudado debe
superar los 400 €. En caso de inferior cuantía estaremos ante la falta del art.
623.4 CP.
Para la fijación de la pena el Juez deberá tener en cuenta los siguientes
aspectos:
- El importe de lo defraudado
- El quebranto econó mico causado al perjudicado
- Las relaciones entre la víctima y el defraudador
- Los medios empleados por el defraudador
- Y cualesquiera otras circunstancias que sirvan para valorar la gravedad de
la infracció n

c) Elementos o requisitos.
El delito de estafa exige una acció n engañ osa precedente o concurrente, que
viene a ser su “ratio essendi”, realizada por el sujeto activo con el fin de
enriquecerse él mismo o un tercero (á nimo de lucro); que la acció n sea adecuada,
eficaz y suficiente para provocar un error esencial en el sujeto pasivo; que en
virtud del error este sujeto pasivo realice un acto de disposició n o desplazamiento
patrimonial que cause aun perjuicio a él mismo a un tercero y que exista relació n
de causalidad entre el engañ o de una parte y el acto dispositivo y perjuicio de otra
(STS).
Como elementos configuradores del delito de estafa hay que enumerar:
(1) Engaño: Se considera engañ o cualquier representació n distinta de la
realidad, a modo de simulació n o disimulació n capaz de inducir a error.
La maquinació n engañ osa se construye sobre la aportació n de datos o
elementos no existentes, pero es posible también que consista en la ocultació n de
datos que deberían de haberse comunicado.
La conducta engañ osa puede consistir tanto en una acció n como en una
omisió n. La omisió n resulta punible en aquellos casos en que el deber de veracidad
deriva de determinadas relaciones, normalmente contractuales, en que existe una
posició n equiparable a la de garante.
El engañ o puede ser explícito o implícito:
- explícito: cuando se organiza un plan o proceso de seducció n para hacer
creer a alguien que lo que no se ajusta a la realidad es la verdad.
- Implícito: cuando se deja de comunicar algo o se oculta a fin de que crea lo
que realmente no es cierto; la persona es llevada a error.

La acción de engañar ha de ser anterior o concurrente a la ejecución de los


hechos y, tener suficiente entidad como para producir error en el sujeto pasivo. No
habrá engañ o si las maniobras del sujeto activo por burdas o exageradas, son
fá cilmente detectables y desenmascaradas por cualquier personas. No será n
punibles las falsas figuraciones o conclusiones a que se puede llegar sin mediar
inducció n, esto es, por propia iniciativa, o bien conociendo y aceptando de
antemano el contenido falsario de la representació n.
El TS ha sostenido que la idoneidad típica del engaño debía ser analizada
atendiendo a un doble criterio, objetivo (que atiende a la idoneidad para engañ ar a
un agente medio) y subjetivo (que determina dicha idoneidad atendiendo a las
concretas características personales de la víctima)

(2) Error esencial. Es el que provoca en el sujeto pasivo, con conocimiento


inexacto o deformado de la realidad debido a las manipulaciones engañ osas del
sujeto activo, que emita una manifestació n de voluntad partiendo de un motivo
viciado, por cuya virtud se produce el traspaso patrimonial.

(3) Acto de disposición patrimonial. La consumació n de la estafa requiere


un desplazamiento patrimonial de la víctima al estafador o a un tercero, producto
de una actuació n directa del propio afectado, consecuencia del error
experimentado, el engañ o. Este dato de disposició n voluntaria de los bienes,
diferencia la estafa de los demá s delitos de enriquecimiento.

(4) Relación de causalidad entre el engaño y el desplazamiento


patrimonial; Los elementos de la estafa deben darse de manera concatenada
(relació n causal). El engañ o debe ser la causa del error, el error dar lugar al acto
de disposició n y este ha de ser la causa del perjuicio patrimonial. Cualquier
variació n en este orden da lugar a una conducta atípica.

(5) Perjuicio: El perjuicio que se ocasiona como consecuencia de la


transmisió n patrimonial que puede afectar tanto a quien realiza la misma como a
un tercero, piénsese en quien por engañ o cede algo que no es suyo debido a la
autorizació n para disponer que le ha otorgado otro, el perjudicado será el dueñ o
del bien transmitido aunque pueda proceder en vía civil contra el que actuó en su
nombre.
Debe ser superior a 400 €, ya que por debajo de esta cantidad constituiría la
falta del art. 623.4 CP. Es un elemento del tipo; si no se produce el perjuicio no se
perfecciona el delito y estaríamos ante una tentativa de estafa.
La consumación de este delito se produce con el efectivo perjuicio
patrimonial, no siendo necesario que el estafador obtenga el beneficio econó mico
pretendido.
La noció n de perjuicio no es solo objetiva, sino también subjetiva e individual
radicada en la utilidad real de las cosas recibidas en correspondencia a la
superchería desplegada.

(6) Ánimo de lucro: El sujeto activo con su comportamiento falaz y


engañ oso ha de tener á nimo de lucro, que viene configurado como elemento
subjetivo del injusto. Consiste en cualquier tipo de ventaja, beneficio o utilidad. El
beneficio puede ser para el autor del delito o para tercero. El enriquecimiento
ilícito constituye el mó vil que impulsa la conducta dolosa propia de la estafa. Solo
cabe el dolo directo, no siendo suficiente ni el dolo eventual, ni por supuesto las
conductas imprudentes.
El dolo tiene que anteceder o ser concurrente en la diná mica defraudatoria,
no valorá ndose penalmente el “dolo subsequiens”, es decir, sobrevenido y no
anterior a la celebració n del negocio de que se trate. El dolo característico de la
estafa supone la representació n por el sujeto activo de las consecuencias de su
conducta y el consiguiente perjuicio suscitado en el patrimonio de la víctima.
2. Supuestos asimilados a la estafa: estafas informáticas
Dispone el art. 248.2 que «también se consideran reos de estafa: a) Los que,
con á nimo de lucro, y valiéndose de alguna manipulació n informá tica o artificio
semejante consigan una transferencia no consentida de cualquier activo
patrimonial en perjuicio de otro».
Estamos ante un tipo de estafa peculiar. No hay engañ o, error, ni relació n
causal con el acto de disposició n. De otra parte, la víctima no cede nada al autor,
siendo éste el que toma directamente la cosa. En suma, no se da casi ninguno de
los elementos típicos de estafa. Por tanto, debió dedicarse una secció n especial que
pudo figurar bajo la rú brica, «defraudaciones mediante manipulaciones
informá ticas».
La estructura típica de la estafa informática se caracteriza porque el
sujeto activo se vale “de alguna manipulació n informá tica o artificio semejante”.
Para reducir la excesiva amplitud de la conducta típica se ha de suponer el empleo
de tecnología avanzada, necesariamente informá tica.
La conducta típica, ademá s del concepto de “manipulació n informá tica o
artificio semejante”, introduce otros elementos del cuya concurrencia resulta
necesaria, como el ánimo de lucro, el carácter inconsentido de la prestación y el
perjuicio de tercero.
El resultado de la manipulació n ha de ser la transferencia no consentida de un
activo patrimonial en perjuicio de tercero. Solo la causación efectiva del perjuicio
da lugar a la consumación del delito.
El perjuicio causado debe ser superior a 400 €, si la cantidad es menor, tal
y como ya se ha apuntado, daría lugar a la falta contemplada en el art. 623.4 CP

También se consideran reos de estafa de acuerdo con lo establecido en el art.


248.2:
b) a «los que fabricaren, introdujeren, poseyeren o facilitaren programas
informá ticos específicamente destinados a la comisió n de las estafas previstas en
este artículo».
Creemos que só lo es posible el dolo directo, pues la frase «específicamente
destinados» elimina el dolo eventual.
c) Se castiga a «los que utilizando tarjetas de crédito, o cheques de viaje, o los
datos obrantes en cualquiera de ellos, realicen operaciones de cualquier clase en
perjuicio de su titular o de un tercero» -art. 248.2, c)-.
El legislador ha dedicado un precepto específico como vía de solució n de los
problemas suscitados por estas conductas, de difícil encaje en la estafa comú n, por
lo que debían ser reconducidas al delito de robo con fuerza en las cosas, solució n
un tanto forzada que sin duda no era la má s apropiada.
Por lo que se refiere al objeto material de los comportamientos tipificados,
cabe reparar en la restricció n que supone el hecho de que el art. 248.2 CP
menciona exclusivamente las “tarjetas de crédito o débito o cheques de viaje”
excluyendo a las demá s tarjetas que puedan utilizarse como medio de pago.

3. Supuestos agravados
En el art. 250.1 y 2 se contemplan supuestos de agravació n, cuando
concurran una o má s circunstancias de las previstas en el apartado 1. Dispone el
art. 250.1 que «el delito de estafa será castigado con las penas de prisió n de un
añ o a seis añ os y multa de seis a doce meses, cuando:

1°) Recaiga sobre cosas de primera necesidad, viviendas u otros bienes de


reconocida utilidad social.
Las cosas pueden convertirse de primera necesidad en situaciones especiales,
como pueden ser los alimentos fundamentales como el pan, legumbres, etc.

2°) Se perpetre abusando de firma de otro, o sustrayendo, ocultando o


inutilizando, en todo o en parte, algún proceso, expediente, protocolo o documento
público u oficial de cualquier clase.
Esta agravante comprende dos formas diferenciadas: el abuso de firma de
otro y los obstá culos empleados para impedir el uso de cierta documentació n
relevante.
En el abuso de la firma, el engañ o puede producirse no solo mediante la
clá sica utilizació n de una firma en blanco, sino también en los supuestos en los que
se abusa de la firma de otra estampada en cualquier escrito o documento
alterando su finalidad.

3°) Recaiga sobre bienes que integren el patrimonio artístico, histórico,


cultural o científico.

4°) Revista especial gravedad, atendiendo a la entidad del perjuicio y a la


situación económica en que deje a la víctima o a su familia.
Con respecto a la situació n econó mica en que se deje a la víctima o su familia
podrá extenderse a aquellos supuestos en los que no pueda resolver sus
necesidades má s perentorias, aunque sería suficiente con que su patrimonio queda
en situació n difícil.

5°) Cuando el valor de la defraudación supere los 50.000 euros.


Estamos ante una referencia abstracta, indeterminada, por lo que es la
jurisprudencia la que ha de fijar las cuantías. Estas varían en funció n del coste de
vida y valor adquisitivo de la moneda, en constante cambio, de ahí que la evolució n
jurisprudencial sea la de ir elevando ese límite. En la reforma del Có digo de 2010
en el art. 250.1.5º se establece que la cantidad ha de superar los 50.000 euros
6°) Se cometa abuso de las relaciones personales existentes entre víctima y
defraudador, o aproveche éste su credibilidad empresarial o profesional.

7°) Se cometa estafa procesal. Incurren en la misma los que, en un


procedimiento judicial de cualquier clase, manipularen las pruebas en que
pretendieran fundar sus alegaciones o emplearen otro fraude procesal análogo,
provocando error en el Juez o Tribunal y llevándole a dictar una resolución que
perjudique los intereses económicos de la otra parte o de un tercero.
La estafa procesal es la perpetrada en un procedimiento judicial en que el
destinatario del ardid es el juez de ese proceso, a quien se busca engañ ar con el fin
de obtener una sentencia que favorezca a una parte en detrimento de los intereses
econó micos de la otra o de un tercero. Los dos principales actos de ejecució n
directa del comportamiento tipificado como estafa procesal, consisten en la
presentació n de pruebas falsas y un segundo mecanismo de comisió n de la estafa
procesal, sustentado en el concepto abierto de “otro fraude procesal” aná logo.
El fundamento y la característica definitoria de esta estafa son que el
engañ ado y el perjudicado son personas distintas.

Supuesto especial de agravación: Dispone el art. 250.2 que «si


concurrieran las circunstancias 4a, 5ao 6ª con la 1ª del mismo nú mero anterior, se
impondrá ...».
Pena: Prisió n de cuatro a ocho añ os y multa de doce a veinticuatro meses.
Salvo estos casos de agravació n, si concurren dos o má s del resto de las
circunstancias no se elevará la pena, aunque el Tribunal lo tendrá en cuenta en el
momento de individualizar la misma, pudiendo imponer la establecida en el art.
250.1 en su mitad superior.

4. Estafas especiales
En el art. 251 se recogen los siguientes supuestos de estafa, con pena de
prisió n de uno a cuatro añ os.
a) a «quien atribuyéndose falsamente sobre una cosa mueble o inmueble
facultad de disposición de la que carece, bien por no haberla tenido nunca, bien por
haberla ya ejercitado, la enajenare, gravare o arrendare a otro, en perjuicio de éste o
de tercero».

b) al «que dispusiere de una cosa mueble o inmueble ocultando la existencia de


cualquier carga sobre la misma, o el que, habiéndola enajenado como libre, la
gravare o enajenare nuevamente antes de la definitiva transmisión al adquiriente,
en perjuicio de éste, o de un tercero».

c) “el que otorgare en perjuicio de otro un contrato simulado”


1º) Enajenación, gravamen o arriendo de bienes ajenos

Consiste la acció n en enajenar, gravar o arrendar bienes muebles o inmuebles


pertenecientes a otro, en perjuicio del sujeto pasivo del delito o de tercero. Es una
modalidad específica de estafa y a la vez de engañ o, que consiste en aparentar
frente al perjudicado una facultad de disposició n de la que se carece.
Los requisitos para que se perfeccione el delito son:
a) que el sujeto carezca de facultad de disposició n.
b) que pese a ello enajenare, gravare o arrendare bienes muebles o
inmuebles.
c) ocasione un perjuicio para el sujeto pasivo del delito o tercero.

2º) Disposición de una cosa gravada o enajenada

Se contemplan tres supuestos en el art. 251.2º CP

1. Disposición de un mueble o inmueble ocultando cualquier carga


sobre los mismos. El engañ o radica en ocultar las cargas existentes, aparentando
que el contrato se concierta sobre un bien no gravado.
Requisitos: a) que exista un negocio jurídico de disposició n de un bien. B)
que a través del mismo haya sido transferido dicho bien como libre de cargas
cuando, sin embargo, pesaba un determinado gravamen. C) que conociendo dicho
gravamen se lleve a cabo la transferencia silenciando el mismo con la intenció n de
obtener un beneficio. D) que como consecuencia de todo ello se produzca un
perjuicio o dañ o patrimonial al adquirente o a un tercero.

2. Enajenación de una cosa como libre y gravada antes de la definitiva


transmisión.
En el momento de venta el bien mueble o inmueble se encuentra libre de
cargas, pero el vendedor establece alguna en el espacio de tiempo comprendido
desde el momento de la venta y la transmisió n definitiva.

3. Doble venta: Se castiga a quien habiendo enajenado una cosa mueble o


inmueble «la enajenare nuevamente antes de la definitiva transmisió n al
adquiriente, en perjuicio de éste, o de un tercero».
Segú n el art. 1473 del CC, si una misma cosa se hubiese vendido a diferentes
compradores, la propiedad se transferirá a la persona que primero haya tomado
posesió n de ella con buena fe, si fuera mueble. Si fuera inmueble, la propiedad
pertenecerá al adquirente que antes la haya inscrito en el Registro de la propiedad,
si no existe tan inscripció n a quien de buena fe sea el primero en la posesió n y
faltando esta, a quien presente el título de fecha má s antigua.

3º) Otorgar en perjuicio de otro un contrato simulado.

Se castiga en el art. 251.3 al «que otorgare en perjuicio de otro un contrato


simulado».
El engañ o lleva al perjuicio a través de un contrato simulado, infracció n
denominada por la doctrina como falsedad defraudatoria, estafa documental y
simulació n de fraude, derivada de la concertació n de un negocio jurídico sin
existencia real alguna o con ocultació n del contrato verdadero.

5. Estafas cometidas por personas jurídicas


Dispone al art. 251 bis: «Cuando de acuerdo con lo establecido en el artículo
31 bis una persona jurídica sea responsable de los delitos comprendidos en esta
Secció n, se le impondrá n las siguientes penas:
a) Multa del triple al quíntuple de la cantidad defraudada, si el delito
cometido por la persona física tiene prevista una pena de prisió n de má s de cinco
añ os.
b) Multa del doble al cuá druple de la cantidad defraudada, en el resto de los
casos.
Atendidas las reglas establecidas en el artículo 66 bis, los jueces y tribunales
podrá n asimismo imponer las penas recogidas en las letras b) a g) del apartado 7
del artículo 33».

II. APROPIACIÓN INDEBIDA

1. Tipo básico
Dispone al art. 252. «Será n castigados... los que e perjuicio de otro se
apropiaren o distrajeren dinero, efectos, valores o cualquier otra cosa mueble o
activo patrimonial que hayan recibido en depó sito, comisió n o administració n, o
por otro título que produzca obligació n de entregarlos o devolverlos, o negaren
haberlos recibido, cuando la cuantía de lo apropiado excede de 400 euros...».
Pena: La establecida en los arts. 249 y 250; prisió n de seis meses a tres añ os
para el art. 249, y prisió n de uno a seis añ os y multa de seis a doce meses, o bien
prisió n de cuatro a ocho añ os y multa de doce a veinticuatro meses para el art. 250,
en su caso. Dicha pena se impondrá en su mitad superior en el caso de depó sito
necesario o miserable. Hay que tener en cuenta lo que dispone el art. 438.
La redacció n de la figura del delito de apropiació n indebida, parece entender
la apropiació n como un simple hacer suyo, distinguiéndolo del sustraer que implica
una acció n positiva de obtener lo que antes no era suyo, característica del hurto o
el robo.

Elementos
Dentro del concepto de la apropiació n hay dos elementos: a) los actos
materiales realizados por el sujeto y dirigidos a la incorporació n de la cosa a su
patrimonio y b) un estado de á nimo que consiste en la intenció n del sujeto de
hacer la cosa suya. Sin la concurrencia de ambos elementos no hay posibilidad de
apropiació n

1°) Haber recibido dinero, efectos, valores o cualquier otra cosa mueble o
activo patrimonial.
Así como en el hurto la conducta consumativa consiste en que el sujeto se
apodera de la cosa sustrayéndola y en la estafa se obtiene mediante engañ os, la
apropiació n indebida se cualifica por el hecho de que el autor se apropia de una
cosa cuya posesió n tenía legítimamente.

2°) Dichos efectos tienen que haberse recibido en depósito, comisión o


administración o por otro título que produzca obligación de entregarlos o
devolverlos.
En el art. 252 se contempla un sistema de «numerus apertus» en cuanto se
recoge con demasía extensió n una serie de actos o negocios jurídicos de los que se
deriva la obligació n de devolver algo a su legítimo destinatario. Son todos aquellos
títulos que transmitiendo legítimamente la posesió n de las cosas, no tengan virtud
traslativa de la propiedad, quedando pendiente la obligació n de hacerla llegar a un
tercero o de reintegrarlas o restituirlas en su momento al poseedor que
temporalmente se desprendió de ellas. (mandato, comodato, depó sito, etc.)
El delito de apropiació n indebida comprende también los actos de
distracció n, que se han considerado una variante de la administració n desleal o
fraudulenta. Dos son los requisitos que han de concurrir para que esta conducta se
integre en el tipo de apropiació n indebida: que la distracció n suponga un abuso de
confianza depositada en quien recibe el dinero y que la acció n se realice en
perjuicio de quienes se lo han confiado.

3°) Negativa de haberla recibido: Lo normal es que antes de iniciar un


procedimiento de querella o denuncia, se requiera a la persona obligada a entregar
o devolver lo recibido. Si el sujeto opta por negar haberla recibido cabe la
presunció n de que la ha incorporado de forma consciente a su patrimonio y que no
tiene intenció n de restituirla.

4°) Ánimo de lucro y perjuicio de tercero: Se trata de un elemento


subjetivo del tipo.
También se incluye en el á nimo de lucro la conciencia y voluntad de disponer
de la cosa como propia (animus rem sibi habendi).
Es posible en estos delitos que el beneficiario sea un tercero. Incluso es
posible la apropiació n indebida mediante donació n, aunque en algú n caso la
jurisprudencia se pronuncia en contra.

5º) Que la cuantía de lo apropiado no exceda de 400 euros. Si no se


rebasa esta cuantía se incurre en la falta tipificada en el art. 623.4 CP.
Cabe la causa de justificación del ejercicio legítimo de un derecho, pudiendo
retenerse la cosa hasta que el dueñ o cumpla lo que la ley exige, como sucede en
determinados supuestos de mandato, depó sito, ejecució n de obra en cosa mueble,
en determinació n del usufructo y retenció n de buena fe.
La consumació n se produce en el momento en que el sujeto activo del delito
incorpora de forma ilícita a su patrimonio lo que había recibido y tenía obligació n
de entregar o devolver, o requerido para ello negare haberlo recibido.
La devolución posterior de la cosa o activo patrimonial objeto del delito,
una vez consumado, no exime de pena, só lo tendrá efectos en materia de
responsabilidad civil, aunque también puede disminuir la pena por la atenuante 5a
del art. 21, pudiendo concurrir también la 4a. El reconocimiento de deuda, con
respecto a lo que había obligació n de entregar o devolver, no excluye el dolo.
Supuesto agravado: art. 252 “dicha penas es impondrá en su mitad superior
en el caso de depó sito necesario o miserable”. Siendo este el que se constituye
“cuando se hace en cumplimiento de una obligació n legal” y “con ocasió n de alguna
calamidad como incendio, ruina, saqueo, naufragio u otras semejantes” y “el
depó sito de los efectos introducidos por los viajeros en las fondas o mesones”, ya
que en estos casos el depositante no tiene alternativa a la hora de elegir a la
persona del depositario.

2. Apropiación de cosa perdida o de dueño desconocido.


Se castiga en el art. 253 a «los que, con ánimo de lucro, se apropiaren de cosa
perdida o de dueño desconocido, siempre que en ambos casos el valor de lo
apropiado exceda de 400 €».
Pena: Multa de tres a seis meses.
El CP recoge una tradicional figura delictiva denominada “hurto de hallazgo”,
en la que no hay una apropiació n previa, nadie le entrega nada a nadie,
sencillamente alguien se encuentra algo y decide hacerlo suyo. Es tipo de
apropiació n indebida está constituida por la concurrencia de tres elementos:
(1) La existencia de una apropiació n
(2) Que esa apropiació n ha de realizarse con á nimo de lucro
(3) Ha de recaer sobre una cosa perdida o de dueñ o desconocido, pero
que tiene un dueñ o, aú n cuando no se sepa quién es.
Supuesto agravado.
Se castiga en el art. 253 al que con á nimo de lucro se apropiare de cosa
perdida o de dueñ o desconocido «si se tratara de cosas de valor artístico, histórico,
cultural o científico». Pena: Prisió n de seis meses a dos añ os.

3. Apropiación de cosa recibida por error.


Se castiga en el art. 254 al «que, habiendo recibido indebidamente, por error
del transmitente, dinero o alguna otra cosa mueble, niegue haberla recibido o,
comprobado el error, no proceda a su devolució n, siempre que la cuantía de lo
recibido exceda de 400 euros».
Pena: Multa de tres a seis meses.
El art. 1895 CC establece que “cuando se recibe alguna cosa que no había
derecho a cobrar, y que por error ha sido indebidamente entregada, surge la
obligació n de restituirla”.
La conducta típica consistirá en negar haber recibido el dinero o cosa mueble
o, comprobado el error, no proceder a su devolució n, momento en el que se
consuma el delito.

III. DEFRAUDACIONES DEL FLUIDO ELÉCTRICO Y ANÁLOGAS

1. Tipo básico
Se castiga en el art. 255 al «que cometiere defraudació n por valor superior a
400 euros, utilizando energía eléctrica, gas, agua, telecomunicaciones u otro
elemento, energía o fluido ajenos...», utilizando los medios que se verá n má s
adelante.
Pena: Multa de tres a 12 meses.

El Có digo hace una relació n de distintos casos de defraudació n, energía


eléctrica, gas, etc., por lo que el tipo es abierto a otros casos.
Hay supuestos en los que no cabe un apoderamiento físico por no ser cosas
corporales. En cuanto al agua y al gas hay que entender que se refiere al consumo,
pues tanto uno como otro pueden ser objeto de robo o hurto si se encuentran
recogidos en recipientes.
Lo característico de esta actividad delictiva es que se trata del
aprovechamiento ilícito de fluidos que se suministran mediante aparatos
contadores, sean o no energéticos.
El bien jurídico protegido es el patrimonio de la persona o sociedad
defraudada.
Sujeto activo y pasivo pueden ser tanto los usuarios como los
suministradores. No obstante, con respecto a éstos ú ltimos puede plantearse
concurso de leyes con el art. 283, siendo este artículo de preferente aplicació n por
el principio de especialidad.

La acción típica consiste en defraudació n a través de los elementos


indicados y utilizando cualquiera de los medios siguientes (medios comisitos):
1°) Valiéndose de mecanismos instalados para realizar la defraudació n.
2°) Alterando maliciosamente las indicaciones o aparatos contadores.
3°) Empleando cualesquiera otros medios clandestinos.

No es necesario llevar a cabo personalmente la concreta acció n de manipular


los indicadores o contadores (autoría directa), siendo suficiente su utilizació n con
el conocimiento de que esta se había realizado. El delito se consuma cuando el
culpable con conocimiento de la manipulació n se vale de esos mecanismos para
llevar a cabo la defraudació n.
Este tipo de defraudació n solo admite la modalidad dolosa, excluyendo el
delito imprudente.
Es un delito de resultado pues el tipo penal exige que efectivamente el sujeto
activo se apropie del fluido y con ello cause un perjuicio ajeno.

2. Utilización de terminales de telecomunicación


El art. 256 CP castiga al “que hiciere uso de cualquier equipo terminal de
telecomunicació n, sin consentimiento de su titular, ocasionando a éste un perjuicio
superior a 400 euros”. Pena de multa de tres a 12 meses.
Sujeto activo podrá serlo cualquier persona, mientras que sujeto pasivo será
el titular del equipo.
Los requisitos son: 1) la utilizació n de un terminal de telecomunicació n 2)
falta de consentimiento por parte de su titular para esa utilizació n 3) un perjuicio
econó mico en cantidad superior a la establecida en el precepto legal y 4) un
elemento subjetivo que comprende la falta de consentimiento del titular y el
perjuicio econó mico para el mismo.
{Apuntes Tema 17 elaborados por Alphonsus}

LECCIÓN 17
INSOLVENCIAS PUNIBLES

En el alzamiento de bienes el autor del delito hace desaparecer u oculta todos o parte de sus
bienes para quedar en situació n de insolvencia total o parcial frente a sus acreedores. Reviste otras
formas: dilatar o impedir un embargo, procedimiento ejecutivo o de apremio, eludir obligaciones
civiles o derivadas de hechos delictivos, etc.
En el concurso punible se protege el derecho de los acreedores. En la alteració n de precios en
concursos y subastas pú blicas se pretende evitar la participació n de competidores para conseguir la
adjudicació n en condiciones ventajosas. Se utilizan amenazas, dá divas, promesas o cualquier otro
procedimiento. También se contemplan los supuestos en los que se solicita dá diva o promesa para
no participar, así como los acuerdos a los que llegan los participantes para alterar el precio del
remate.
Para el Derecho penal lo que importa es la insolvencia, total o parcial, a la que ha llegado el
deudor voluntariamente o ha agravado la situació n de crisis econó mica para perjudicar a los
acreedores. El Derecho penal no puede castigar por simples deudas, pues en nuestro Ordenamiento
está proscrita la prisió n por deudas.

I.- ALZAMIENTO DE BIENES


1.- Concepto
El C.P. no da una definició n de lo que ha de entenderse por “alzamiento”. Consiste en
ocultar, hacer desaparecer o transmitir a otros los bienes propios con la finalidad de no
hacer efectivas las deudas que se tienen con terceros. Se persigue en definitiva, defraudar
a los acreedores.
Se castiga en el art. 257.1.1º al “que se alce con sus bienes en perjuicio de sus
acreedores”.
Pena: Prisió n de 1 a 4 añ os y multa de 12 a 24 meses.
La obligació n de hacer efectivas las deudas con todos los bienes se prevé en el art. 1911 del
C.C.
El bien jurídico protegido es el derecho que tiene todo acreedor de que le sea hecha
efectiva por el deudor la deuda pendiente (sirviendo como garantía el patrimonio de éste).
Nos encontramos ante un delito especial, ya que só lo puede ser sujeto activo del
mismo quien tiene deudas frente a terceros. Sujeto pasivo es el acreedor o acreedores.
Consiste la acció n en hacer desaparecer u ocultar, por cualquier procedimiento,
todos o parte de los bienes, para quedar en situació n de insolvencia total o parcial frente a
los acreedores. Los procedimientos pueden ser mú ltiples.
No comete alzamiento quien tiene un activo patrimonial superior al de las deudas, aunque en
el momento de serles exigidos por los acreedores, por haber vencido las mismas, no disponga de
liquidez suficiente para hacerlas efectivas.
Só lo es posible la conducta dolosa, con dolo directo, sin que sea suficiente el dolo
eventual. El sujeto realiza la acció n para perjudicar a sus acreedores; no es necesario que
ocasione un perjuicio. Se trata de un delito de mera actividad o de riesgo.
Penalmente es impune el comportamiento imprudente del sujeto que puede llegar a
arruinarse, o perder parte de su fortuna hasta quedar insolvente-total o parcial-frente a sus
acreedores. Sí sería culpable quien dolosamente dilapida su patrimonio para no hacer frente a sus
deudas.
Es imaginable la causa de justificació n de estado de necesidad, como en el caso de
quien vende bienes para hacer frente a una muy grave situació n de penuria.
La consumació n se produce con la ocultació n o desaparició n fraudulenta de los
bienes que deja al sujeto activo en una situació n de insolvencia total o parcial. Es posible la
tentativa.
Segú n reiterada jurisprudencia, para la consumació n del delito no es preciso que lo créditos
estén vencidos. La realidad criminal muestra que lo normal es que el deudor lleve a cabo las
manipulaciones para convertirse en insolvente-total o parcialmente-, antes de que venzan las
deudas, pues en tal situació n los bienes pueden ser embargados por los acreedores, lo que
impediría hacer desaparecer los mismos.
Estamos ante un delito de mera actividad o de riesgo, que de llevarlo a sus ú ltimas
consecuencias conduciría a supuestos de persiguibilidad injustificados, Es relativamente frecuente
que personas del mundo de los negocios se encuentren en situaciones de crisis, que má s tarde
suelen superar. Pues bien, en tales casos, la venta de bienes podría ser objeto de persecució n penal
por parte de los acreedores, al ser su pasivo inferior al activo, argumentando que la venta se hace
para eludir el pago de sus deudas. Esto, en principio, no sería perseguible sin má s, aunque podría
hacerse, pues el Có digo exige que la conducta sea dolosa. El problema es de prueba, es decir
demostrar el querellante que el deudor actuó dolosamente; en realidad esta es la diferencia con la
que tropieza la aplicació n de todo Derecho penal.
Alzamiento y pago a parte de los acreedores.- Puede ocurrir que quien tiene diversos
acreedores, y sus bienes no sean suficientes para hacer efectivas todas sus deudas, decida hacerlo a
parte de aquellos. El problema que puede plantearse es si comete alzamiento o no el deudor que
elige al azar o de forma interesada a quién paga las deudas, o si debe seguir un orden de
preferencia, comenzando por los má s antiguos. Considero que no habrá delito de alzamiento si el
deudor paga a parte de los acreedores deudas existentes, hasta donde le lleguen sus bienes, aunque
para má s puridad podría exigirse respetar el orden de antigü edad, es decir, comenzando por la
deuda que venció primero, salvo que haya créditos preferentes. La jurisprudencia, no obstante,
considera que no hay alzamiento de bienes aunque no se respete el indicado orden de antigü edad.
Responsabilidad civil.- La jurisprudencia no es uniforme en materia de responsabilidad civil.
Cabe hacer referencia a las siguientes alternativas: dejar sin efecto los actos jurídicos que dieron
lugar al alzamiento, siempre que no hayan pasado a poder de tercero con los requisitos legales que
los hagan irreivindicables; sentencias que no se pronuncien respecto de la responsabilidad civil por
considerar que del delito de alzamiento no surge una nueva responsabilidad de la que se había
creado con la deuda o resolver por lo dispuesto en los art.116.1 y 110 y ss. del C.P.

2.- Alzamiento de bienes para dilatar o impedir un embargo,


procedimiento ejecutivo o de apremio.
Se castiga en el art.257.1.2º a quien con el fin de perjudicar a sus acreedores “realice
cualquier acto de disposició n patrimonial o generador de obligaciones que dilate, dificulte
o impida la eficacia de un embargo o de un procedimiento ejecutivo o de apremio, judicial,
extrajudicial o administrativo, iniciado o de previsible iniciació n”.
Pena: Prisió n de 1 a 4 añ os y multa de 12 a 24 meses.
Por “previsible” hay que entender una alta probabilidad de iniciarse un embargo o
procedimiento de los indicados. Todo impago normalmente lleva a una de estas
situaciones, por lo que quien se convierte en deudor de alguien no puede prever cuál será
el final de su crédito, pues depende de muchas vicisitudes. No obstante, el legislador
restringe notablemente estas situaciones al limitarlas a los supuestos iniciados o de
“previsible iniciació n”.
No incurrirá en este delito quien obtiene un crédito para realizar cualquier actividad
comercial, industrial, etc., y por no resultar lo que pretendía termina en una situació n de embargo o
procedimiento ejecutivo o de apremio. Podrá seguir con sus actividades comerciales, aunque vaya
perdiendo capacidad econó mica, siempre que actú e de buena fe, pues só lo podría cometer
infracció n penal si llegara a tal situació n de forma dolosa, es decir, que actú e para perjudicar a sus
acreedores.
Para conocer los supuestos de embargos, procedimientos ejecutivos y de apremio hay que
recurrir a la Ley de Enjuiciamiento Civil. Cabe citar, entre otros, los procedimientos de la Ley
General Presupuestaria y la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Pú blicas y del
Procedimiento Administrativo Comú n.
Como en el alzamiento propiamente dicho, só lo son posibles las conductas dolosas,
no siendo suficiente el dolo eventual.
La consumació n se produce en el momento de alzarse con todo o parte del
patrimonio o de asumir obligaciones con la finalidad de impedir o entorpecer un embargo,
procedimiento ejecutivo o de apremio. Es suficiente con que se consiga “dilatar”,
“dificultar” o “impedir”, no requiriéndose ulterior resultado, lo que es obstá culo para que
má s tarde se materialice el embargo o el procedimiento ejecutivo o de apremio. Es posible
la tentativa.
En los problemas concursales cabe destacar el relacionado con la estafa. No obstante, en el
alzamiento de bienes la cuestió n se plantea entre acreedores y deudores, disponiendo ilícitamente
el sujeto activo del delito de su patrimonio; por el contrario, en la estafa, el autor consigue una
transmisió n de bienes ajenos.

3.- Supuestos específicos de alzamiento.


Dispone el art.257.2 “lo dispuesto en el presente artículo será de aplicació n
cualquiera que sea la naturaleza u origen de la obligació n o deuda cuya satisfacció n o pago
se intente eludir, incluidos los derechos econó micos de los trabajadores, y con
independencia de que el acreedor sea un particular o cualquier persona jurídica, pú blica o
privada”.
Pena: Prisió n de 1 a 4 añ os y multa de 12 a 24 meses.
El texto anterior resulta superfluo y se limita a hacer una relació n de supuestos
concretos de alzamiento que encajan perfectamente en el art.257.1.1º. “Los derechos
econó micos de los trabajadores” no añ ade nada nuevo, pues éstos será n acreedores del
deudor igual que cualquier otro. Tampoco añ ade nada “que el acreedor sea un particular o
cualquier persona jurídica, pú blica o privada”.

4.- Supuestos agravados.


Se contemplan dos situaciones en las que se agrava la pena en funció n de que la
parte perjudicada sea una persona jurídica pú blica, o que concurran determinados
supuestos del art.250.
a) Deuda u obligación de Derecho público y acreedor persona
jurídico pública.
Segú n el art.257.3 se impondrá la pena de 1 a 6 añ os de prisió n u multa de 12
a 24 meses: “en el caso de que la deuda u obligació n que se trate de eludir sea de
Derecho pú blico y la acreedora sea una persona jurídico pú blica.
El legislador abusa de su posició n frente a los ciudadanos, conculcando el
principio de igualdad de todos ante la ley al imponer una pena má s grave cuando la
parte perjudicada afecta a los intereses pú blicos. Hay que tener en cuenta que en
estos como en otros delitos las personas individuales suelen resultar má s afectadas
que los entes pú blicos.
b) Penas en su mitad inferior.
Dispone el art.257.4 que “las penas previstas en el presente artículo se
impondrá n en su mitad superior en los supuestos previstos en los ordinales 1º, 4º,
y 5º del apartado primero del art.250.

5.- Alzamiento de bienes y procedimientos concursales.


Dispone el art.257.5: “Este delito será perseguido aun cuando tras su comisió n se
iniciara una ejecució n concursal”.
De lo anterior se desprende que el procedimiento penal y el civil son
independientes, sin perjuicio de los problemas que finalmente puedan presentarse en el
orden civil.

6.- Alzamiento para eludir obligaciones civiles derivadas de hechos


delictivos.
Se castiga en el art.258 al “responsable de cualquier hecho delictivo que, con
posterioridad a su comisió n, y con la finalidad de eludir el cumplimiento de las
responsabilidades civiles dimanantes del mismo, realizare actos de disposició n o
contrajere obligaciones que disminuyan su patrimonio, haciéndose total o parcialmente
insolvente”.
Pena: Prisió n de 1 a 4 añ os y multa de 12 a 24 meses.
Lo mismo que se apuntaba anteriormente, estos supuestos encajarían en el alzamiento del
art.257.1.1º
Se hace referencia a hecho delictivo por lo que se excluyen las faltas. Debía hacer
referencia a “infracció n penal” con lo que incluiría a las faltas; en éstas la responsabilidad
civil puede ser muy elevada.
El Có digo se refiere a la comisió n de un hecho delictivo. No se aclara en qué
momento puede el sujeto llevar a cabo el alzamiento, pues desde que cometió el delito
hasta que se dicta sentencia puede pasar mucho tiempo. El presunto delito incluso puede
terminar en falta, mientras que el sujeto con frecuencia no está capacitado para conocer
que su conducta encaja en un tipo penal. De otra parte, mientras no se dicte sentencia
firme no puede decirse que una persona es autora de un delito.
Estamos ante un precepto de notable inseguridad jurídica.
En todo caso el sujeto ha de actuar dolosamente. También es innecesaria la
referencia que se hace a que el sujeto ha de quedar “total o parcialmente insolvente”, pues
la insolvencia parcial es suficiente para cualquier tipo de alzamiento.
Si el alzamiento es posterior a la sentencia firme el precepto a aplicar sería el art.257.1.1º.

7.- Alzamiento en proceso de concurso (favorecimiento de acreedores)


Se castiga en el art.259 al “deudor que una vez admitida a trá mite la solicitud de
concurso, sin estar autorizado para ello no judicialmente ni por los administradores
concursales, y fuera de los casos permitidos por la ley, realice cualquier acto de
disposició n patrimonial o generador de obligaciones, destinado a pagar a uno o varios
acreedores, privilegiados o no, con posterioridad del resto”.
Pena: Prisió n de 1 a 4 añ os y multa de 12 a 24 meses.
La referencia que hace a “una vez admitida a trá mite” es perturbadora, no só lo porque
resulta inconcreta en el campo procesal, sino porque, ademá s, del resto del artículo parece
deducirse que es necesario que exista al menos para el concurso la declaració n formal (el art.21 ley
concursal se ocupa del Auto de declaració n del concurso).
Estamos ante un supuesto de alzamiento de bienes donde el deudor realiza un acto
de disposició n patrimonial a favor de uno o má s acreedores y en perjuicio de otros. Es
preciso:
a) Que la solicitud del concurso haya sido admitida a trá mite.
b) Que se realice la conducta sin autorizació n legal y fuera de los casos
permitidos por la Ley.
c) Que se lleve a cabo cualquier acto de disposició n patrimonial o
generador de obligaciones en perjuicio de los acreedores.
El acreedor de buena fe que cobra lo que le paga el deudor no incurre en responsabilidad
penal. Sí responderá su hubo un acuerdo entre ambos en perjuicio de otros acreedores.
La conducta es atípica cuando los actos de disposició n se hagan con autorizació n
judicial o de los administradores concursales.
La consumació n se produce cuando se materializa el acto o disposició n patrimonial
y el acreedor queda en situació n de disponer de lo que fue transmitido, o cuando el acto
generador de obligaciones cobra efectividad.

II.- CONCURSO PUNIBLE


Se castiga en el art.260.1 al “que fuere declarado en concurso….cuando la situació n
de crisis econó mica o la insolvencia sea causada o agravada dolosamente por el deudor o
por persona que actú e en su nombre.
Pena: Prisió n de 2 a 6 añ os y multa de 8 a 24 meses.
El bien jurídico protegido son los derechos de los acreedores.
Sujeto activo só lo podrá serlo quien fuera declarado en concurso o persona que
actú e en su nombre, por lo que se trata de un delito especial. Sujeto pasivo los acreedores.
La acció n consiste en causar o agravar dolosamente la situació n de crisis econó mica
o de insolvencia en un concurso.
Só lo es posible la comisió n dolosa, no siendo suficiente el dolo eventual.
De acuerdo con el art.260.2 del C.P. “se tendrá en cuenta para gravar la pena la
cuantía del perjuicio inferido a los acreedores, su nú mero y condició n econó mica”. Es
necesario que se ocasione un perjuicio a los acreedores. Entiendo que ese perjuicio ha de
ser econó mico.
Para la graduació n e individualizació n de la pena, el juez o tribunal tomará en consideració n:
a) El perjuicio ocasionado.
b) Nú mero de acreedores afectados.
c) Situació n econó mica de éstos.
Entiendo que el autor en el momento de ejecutar los hechos no tiene por lo general en cuenta
estas situaciones objetivas que, incluso, a veces no podría considerarlas, como en el caso de
desconocer la situació n econó mica de los acreedores, pues incluso pueden ser anó nimos.
Perseguibilidad.- Dispone el art.260.3: “Este delito y los delitos singulares
relacionados con él, cometidos por el deudor o persona que haya actuado en su nombre,
podrá n perseguirse sin esperar a la conclusió n del proceso civil y sin perjuicio de la
continuació n de éste. El importe de la responsabilidad civil derivada de dichos delitos
deberá incorporarse, en su caso, a la masa”.
El legislador, para resolver los problemas que planteaba el C.P. derogado, en el que era
necesaria la previa declaració n y calificació n como fraudulenta, para activar el procedimiento penal,
ahora deja claro que el procedimiento penal y el civil son independientes, aclarando que “podrá n
perseguirse sin esperar a la conclusió n del proceso civil y sin perjuicio de la continuació n de éste”.
Esto puede llevar a una duplicidad de procedimientos y crear problemas.
Para iniciar un procedimiento penal es necesario la declaració n concursal, y ademá s
que existan los indicios de un comportamiento doloso de causar y gravar la crisis o la
insolvencia.
El tribunal que resuelva sobre este delito ha de hacerlo también con respecto a la
responsabilidad civil, incorporá ndose a la masa el importe de la misma, que en líneas generales hay
que entender que comprende el activo y pasivo del concursado.
El art.260.4 sigue en la línea del apartado anterior respecto de separar las vías penal
y civil al disponer: “En ningú n caso, la calificació n de la insolvencia en el proceso civil
vincula a la jurisdicció n penal”. Ello podrá servir al juez penal como prueba indiciaria, pero
no le vincula en absoluto.
Falsedades contables para conseguir la declaración de insolvencia.
Se castiga en el art.261 al “que en procedimiento concursal presentare, a sabiendas,
datos falsos relativos al estado contable, con el fin de lograr indebidamente la declaració n
de aquél”.
Pena: Prisió n de 1 a 2 añ os y multa de 6 a 12 meses.
Para la perfecció n de este delito no es suficiente con falsear las cuentas, sino es
necesario, ademá s, que se presenten en el procedimiento de concurso para conseguir la
declaració n de insolvencia de forma ilícita.
La realidad pone de manifiesto la relativa frecuencia con la que, al producirse estas
situaciones, se persigue ocultar otras conductas fraudulentas que beneficien al que busca la
insolvencia en perjuicio de los acreedores.
El inciso “a sabiendas” só lo incluye el dolo directo, no siendo suficiente el dolo
eventual.
La consumació n se produce en el momento en que se presenta los datos falsos y
quedan incorporados al procedimiento de concurso con la finalidad de conseguir la
indebida declaració n de tal estado. No es preciso que se produzca ningú n resultado.
En materia de concurso pueden plantearse diversas situaciones de concurso de
delitos o de leyes con el delito de estafa, apropiació n indebida, delitos contra la hacienda
pú blica, con el abandono de familia e impago de pensiones, etc.
Responsabilidad de las personas jurídicas.
Establece el art.261 bis: “Cuando de acuerdo con lo establecido en el art.31 bis una
persona jurídica sea responsable de los delitos comprendidos en este Capítulo, se le
impondrá n las siguientes penas:
a) Multa de 2 a 5 añ os, si el delito cometido por la persona física tiene prevista una
pena de prisió n de má s de 5 añ os.
b) Multa de 1 a 3 añ os, si el delito cometido por la pesona física tiene prevista una
pena de prisió n de má s de 2 añ os no incluida en el inciso anterior.
c) Multa de 6 meses a 2 añ os, en el resto de los casos.
Atendidas las reglas establecidas en el art.66 bis, los jueces y tribunales podrá n asimismo
imponer las penas recogidas en las letras b) a g) del apartado 7 del art.33.

III.- ALTERACION DE PRECIOS EN CONCURSOS Y SUBASTAS


PÚBLICAS
Se castiga en el art.262.1 a “Los que solicitaren dá divas o promesas para no tomar
parte en un concurso o subasta pú blica; los que intentaren alejar de ella a los postores por
medio de amenazas, dá divas, promesas o cualquier otro artificio; los que se concertaren
entre sí con el fin de alterar el precio del remate, o los que fraudulentamente quebraren o
abandonaren la subasta habiendo obtenido la adjudicació n.
Pena: El Có digo distingue entre los supuestos comunes y otros en los que el concurso o
subasta sean convocados por las Administraciones o entes pú blicos. En el primer caso la pena es de
prisió n de 1 a 3 añ os y multa de 12 a 24 meses, así como inhabilitació n especial para licitar en
subastas judiciales entre 3 y 5 añ os. Para el segundo caso: “si se tratare de un concurso o subasta
convocados por las Administraciones o entes pú blicos, se impondrá ademá s al agente y a la persona
o empresa por él representada la pena de inhabilitació n especial que comprenderá , en todo caso, el
derecho a contratar con las Administraciones pú blicas por un período de 3 a 5 añ os.
Consecuencias accesorias.
Dispone el art.262.2 que “el juez o tribunal podrá imponer alguna o algunas de las
consecuencias previstas en el art.129 si el culpable perteneciere a alguna sociedad, organizació n o
asociació n, incluso de cará cter transitorio, que se dedicare a la realizació n de tales actividades.
El bien jurídico protegido es doble: de una parte, se tutela la libertad de los
licitadores respecto de las pujas, y, de otra, los intereses patrimoniales de los propietarios
de los bienes objeto de concursos o subastas pú blicas.
El sujeto activo del delito varía en funció n de las distintas situaciones que pueden
producirse (solicitar dá divas, intentar alejar a los postores, concentrarse para intentar
alterar el precio de remate, etc.).
Sujeto pasivo, en principio, es la persona que resulta perjudicada con la realizació n
de las diferentes conductas típicas.
La acció n puede llevarse a cabo de las formas siguientes:

1.- Solicitar dádivas o promesas para no tomar parte en un concurso o


subasta pública
Ha sido prá ctica habitual acudir al lugar de celebració n de una subasta o concurso y pedir
dinero para no participar en las mismas. Hoy estas prá cticas son muy reducidas.
La consumació n se produce en el momento de solicitar la dá diva o promesa. No es
necesario que se reciba nada, Es difícil imaginar la tentativa.

2.- Intentar alejar de los concursos o subastas a los postores mediante


amenazas, dádivas, promesas u otro artificio.
La conducta aquí es la inversa a la anterior, pues se ofrece algo para que otros no participen.
La consumació n se produce, con la oferta que se hace a otros postores para que no
concurran a las subastas o concursos. Los procedimientos se amplían ahora a las
“amenazas”. No es necesario que se acepte la oferta, ni que se consiga alejar a otros de los
concursos o subastas. Puede plantearse concurso de leyes con un delito de amenazas,
debiendo resolverse a favor del art.262 por ser ley especial respecto a las amenazas. Es
difícil imaginar la tentativa.
Después de haberse celebrado la subasta pú blica, confirmado el remate y adjudicados los
bienes no es posible cometer el delito previsto en el art.262. Todo pacto posterior es ajeno a esta
figura penal.

3.- Concierto para alterar el precio de remate.


Consiste en el acuerdo de los que participan en una subasta para ofrecer un precio a
la baja del que objetivamente podría ser el adecuado. Puede darse el acuerdo, con lo que se
consumaría el delito, sin que sea necesario conseguir la adjudicació n, pues pueden
participar terceros que ofrezcan una cantidad superior a la pretendida por aquellos. Es
posible la tentativa.
La consumació n se produce en el concierto.
El precio de remate es propio de las subastas.
La Ley de Defensa de la Competencia prohíbe todo acuerdo que tenga por objeto impedir,
restringir o falsear la competencia en el mercado.

4.- Incumplimiento por parte del adjudicatario de las condiciones del


concurso o subasta.
En estos supuestos, salvo alguna excepció n, quien realiza la oferta má s alta lo hace con la
intenció n de no cumplir las condiciones de la adjudicació n, bien para perjudicar a otros postores o
al propio dueñ o, provocando un retraso con los consiguientes perjuicios. No obstante, sería impune
la conducta de quien de buena fe consigue la adjudicació n del bien objeto de la subasta, pero calculó
mal su situació n econó mica y no puede hacer frente al pago; sí incurrirá en responsabilidad civil.
Só lo es punible la conducta dolosa, sin que sea suficiente el dolo eventual, pues así se
desprende de las referencias que se hacen en el texto legal a “los que solicitaren”, “intenten
alejar”, “se concertaren entre sí” y “los que fraudulentamente…”
La consumació n se produce en el momento de incumplir el adjudicatario las
obligaciones derivadas de la adjudicació n. No es posible la tentativa.
{Apuntes Tema 18 elaborados por jaraíz1982}

LECCIÓN 18
DAÑOS

Bien jurídico protegido.


En los delitos de dañ os, el bien jurídico protegido es el patrimonio ajeno y su
integridad. Se protege el patrimonio de una persona frente a terceros. En el
capítulo IX del Título XIII, del Libro II del Có digo penal, se tipifican este tipo de
delitos, con cará cter subsidiario, ya que se recogen dañ os generales que no está n
recogidos en otros tipos penales.
Distinguiremos:
- Dañ os la propiedad ajena.
- Dañ os en sistemas informá ticos.
- Dañ os a bienes afectos a las Fuerzas Armadas y Cuerpos de
Seguridad.
- Dañ os ocasionados mediante incendio u otros medios.
- Dañ os por imprudencia grave.

1. Daños en propiedad ajena.


Tipo básico
En el art 263.1 se recogen los dañ os causados en propiedad ajena no
comprendidos en otros títulos del CP (éstos tendrá n consideració n de ley especial
respecto a este delito). Tiene por tanto cará cter general y subsidiario.
Pena: multa de seis a veinticuatro meses, segú n la condició n econó mica de la víctima y la
cuantía del dañ o, siempre que supere los 400 euros.
Sujeto activo es aquél que causa el dañ o en una propiedad ajena. Sujeto pasivo
es el propietario del bien.
El objeto material del delito es un bien mueble o inmueble, valorable
econó micamente, y susceptible de ser dañ ado o destruido. Por tanto, será impune
aquella conducta que dañ e un bien sin valor econó mico.
La conducta típica consiste en causar dañ os. Entendemos dañ ar como
deteriorar, alterar, menoscabar, destruir o inutilizar un bien de propiedad ajena.
Los dañ os en bienes propios no constituyen delito, a excepció n de los dañ os en
cosa propia de utilidad social, tipificados en el CP. El valor del dañ o causado debe
exceder los 400 euros, de lo contrario estaríamos hablando de una falta. Puede
cometerse por acció n u omisió n (si no se evita el dañ o cuando tienes obligació n de
hacerlo). No es necesario que se produzca un perjuicio para que haya delito.
La doctrina discute si, para poder apreciar dañ o, éste debe afectar a la
sustancia de la cosa, o basta con que afecte a su utilidad. La opinió n mayoritaria
considera que es suficiente que el dañ o afecte a la utilidad original de la cosa.
La consumación del delito llega cuando se produce el deterioro del bien ajeno,
su destrucció n o alteració n. Es necesario que el dañ o suponga un perjuicio
evaluable al sujeto pasivo. Si este dañ o no fuese susceptible de valoració n
econó mica, la conducta no constituiría delito. Cabe la tentativa de dañ o, si el sujeto
activo no consigue destruir ni inutilizar la cosa, a pesar de haberlo intentado.
Este delito puede cometerse de forma dolosa (con á nimo de dañ ar y
perjudicar a un tercero), si no concurre en el sujeto activo el á nimo de lucro. En el
art 267 se castiga la conducta con imprudencia grave si los dañ os superan los
80000 euros.
Es posible apreciar causa de justificació n de cumplimiento de un deber o
ejercicio legítimo de un derecho, oficio o cargo.

Supuestos agravados
Se incrementa la pena si los dañ os se causan en alguno de los siguientes
supuestos:
1º) Que se realicen para impedir el libre ejercicio de la autoridad o como
consecuencia de acciones ejecutadas en el ejercicio de sus funciones, bien se
cometiere el delito contra funcionarios pú blicos, bien contra particulares que,
como testigos o de cualquier otra manera, hayan contribuido o puedan contribuir a
la ejecució n o aplicació n de las Leyes o disposiciones generales. (redacció n
desafortunada, ya que parece entenderse que el dañ o ha de ser contra la persona, cuando en
realidad ha de ser contra el bien de su propiedad).
2º) Que se cause por cualquier medio infecció n o contagio de ganado.
(Entendemos ganado como aquel animal que se cría para su comercializació n, excluyéndose aves,
peces y animales “salvajes”).
3º) Que se empleen sustancias venenosas o corrosivas.
4º) Que afecten a bienes de dominio o uso pú blico comunal. (edificios pú blicos,
autobuses urbanos, mobiliario urbano, carreteras, etc.).
5º) Que arruinen al perjudicado o se le coloque en grave situació n econó mica.
Se requiere un elemento subjetivo de lo injusto, que es el causar el dañ o con la
finalidad de arruinar o dejar en grave situació n al sujeto pasivo. (Pena: prisió n de uno
a tres añ os, y multa de doce a veinticuatro meses).

2. Daños en sistemas informáticos.


Encontramos dos modalidades:
- Dañ os a datos, documentos, programas electró nicos.
- Obstaculizar o impedir el funcionamiento de sistemas informá ticos.

a) Daños a los datos o programas informáticos o a


documentos electrónicos.
Art 264.1 : El que por cualquier medio, sin autorizació n y de manera grave,
borrase, dañ ase, deteriorase, alterase, suprimiese, o hiciese inaccesibles datos o
programas informá ticos o documentos electró nicos ajenos, cuando el resultado
producido fuera grave. (Pena: prisió n de seis meses a dos añ os).
Es una ley penal en blanco, ya que hay que recurrir a otras leyes para conocer
el alcance de “datos informá ticos, programas y documentos electró nicos”. Se
recoge el sabotaje informá tico (destrucció n o inutilizació n del soporte del
ordenador para impedir el acceso a informació n almacenada). Se incluyen la
destrucció n o inutilizació n de sistemas informá ticos, de la informació n contenida o
trasmitida en ellos, funciones de procesamiento y tratamiento mediante medios
informá ticos o telemá ticos.
Sujeto activo y pasivo puede ser cualquiera.
El objeto material del delito está constituido por datos, programas o
documentos electró nicos, y sistemas informá ticos, que integran el software de
dichos sistemas.
La conducta típica distingue diferentes modalidades: borrar, dañ ar,
deteriorar, suprimir o impedir el acceso a los datos, programas o documentos, si
concurren los siguientes requisitos: 1. que los dañ os se causen por cualquier
medio, ya sea rompiendo el ordenador o soporte, como introduciendo virus; 2. sin
autorizació n; 3. de manera grave, siendo atípica la conducta si no lo es; 4. que el
resultado sea grave, si no sería atípica la conducta; 5. que se causen dañ os a datos,
programas o documentos ajenos, de lo contrario no sería delito.
Es un delito de resultado. Es posible la tentativa, que tendría lugar cuando se
realiza la conducta típica, pero es posible recuperar los datos mediante copias de
seguridad.
b) Obstaculizar o interrumpir el funcionamiento de sistemas
informáticos ajenos
Art 264.2 : El que por cualquier medio, sin estar autorizado y de manera
grave obstaculizara o interrumpiera el funcionamiento de un sistema informá tico
ajeno, introduciendo, transmitiendo, dañ ando, borrando, deteriorando, alterando,
suprimiendo o haciendo inaccesibles datos informá ticos, cuando el resultado fuera
grave. (Pena: prisió n de seis meses a tres añ os).
Sujeto activo y pasivo puede ser cualquiera.
El objeto material del delito son los sistemas informá ticos ajenos.
La conducta típica recoge dos comportamientos alternativos: obstaculizar o
interrumpir el funcionamiento de un sistema informá tico mediante alguna de las
siguientes acciones alternativas: introducir, transmitir, dañ ar, borrar, deteriorar,
alterar, suprimir, hacer inaccesibles los datos. Deben concurrir los siguientes
requisitos: 1. llevarla a cabo por cualquier medio; 2. sin estar autorizado; 3. que se
realice de manera grave; 4. que el resultado sea grave. De no concurrir estos
requisitos, la conducta sería atípica.
Es un delito de resultado. Es posible la tentativa. Las personas jurídicas
también pueden ser sujetos activos de este delito, responsables penalmente.

2.1. Supuestos agravados.


Se apreciará n agravantes si concurre alguna de las siguientes circunstancias:
1º) Se hubiese cometido en el marco de una organizació n criminal.
2º) Haya ocasionado dañ os de especial gravedad o afectando a los intereses
generales.
(Pena: la superior en grado a las ya señ aladas, o pena de multa al décuplo del perjuicio
causado).

3. Daños a bienes afectos a las Fuerzas Armadas y Cuerpos de


Seguridad.
Art 265 : Al que destruyere, dañ are de modo grave, o inutilizare para el
servicio, aun de forma temporal, obras, establecimientos o instalaciones militares,
buques de guerra, aeronaves militares, medios de transporte o transmisió n militar,
material de guerra, aprovisionamiento y otros medios o recursos afectados al
servicio de las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad. (Pena: prisió n de dos a cuatro
añ os si el dañ o excede 50000 pesetas).

4. Daños ocasionados mediante incendios u otros medios.

a) Daños mediante incendios, explosiones o utilizando otro medio


de potencia destructiva, o poniendo en peligro la vida o la integridad de las
personas.
El art 266.1 castiga al que cometiere los dañ os previstos en el art 263 (dañ os
en propiedad ajena) mediante los medios anteriormente mencionados (incendio,
explosiones, o poniendo en peligro la vida o integridad de las personas). Esta sería
la conducta típica. (Pena de prisió n: de uno a tres añ os).
Se establece un tipo agravado de los dañ os genéricos del 263, que atenderá n a los medios
utilizados para provocar los dañ os, la potencia destructiva, o el resultado causado.
La consumación se produce cuando el incendio causa dañ os, o se provoca una
explosió n, o se usa otro medio de potencia destructiva, o se pone en peligro la vida
o integridad de las personas.
b) Daños a datos, programas informáticos o documentos
electrónicos, obstaculizar o interrumpir sistemas informáticos mediante
incendios, explosiones o utilizando otro medio de potencia destructiva o
poniendo en peligro la vida o la integridad de las personas.
Son los dañ os del art 264 cometidos en las circunstancias ya señ aladas. (Pena:
prisió n de tres a cinco añ os, y multa de doce a veinticuatro meses).
c) Los daños previstos en los art 265, 323 y 560, en cualquiera de
las circunstancias ya señaladas anteriormente (incendio, explosiones,….).
Son dañ os causados a los bienes de las Fuerzas Armadas y Cuerpos de
Seguridad, en archivos, bibliotecas, registro, museo, centro docente, gabinete
científico, bienes de valor histó rico, artístico, científico, cultural, monumental o
yacimientos arqueoló gicos, líneas o instalaciones de telecomunicaciones,
correspondencia postal, vías férreas, grave dañ o a la circulació n ferroviaria,
conducciones o transmisiones de agua, gas o electricidad, ocasionados mediante
incendio, explosiones o utilizando otro medio de potencia destructiva, o poniendo
en peligro la vida o la integridad de las personas. (Pena de prisió n de cuatro a ocho añ os).
3.1. Supuestos agravados.
Dos supuestos, recogidos en el art 266.4.
a) En cualquiera de los supuestos previstos en los apartados anteriores,
cuando se cometieren los dañ os concurriendo la provocació n de explosiones o la
utilizació n de medios de similar potencia destructiva y, ademá s, se pusiera en
peligro la vida o integridad de las personas.
Para apreciar la agravació n se requiere que la ejecució n sea con alguno de los
medios empleados, y poner en peligro la vida o integridad de terceros.
b) En caso de incendio será de aplicació n el art 351, que establece de
diez a veinte añ os de prisió n. No obstante, Jueces y Tribunales podrá n imponer la
pena inferior en grado en atenció n a la menor gravedad del peligro causado u otras
circunstancias.

5. Daños por imprudencia grave.


El art 267 castiga los dañ os causados por imprudencia grave si la cuantía es
superior a 80000 euros. (Pena: multa de tres a nueve meses segú n la gravedad de los dañ os).
Perseguibilidad: este tipo de infracciones só lo será n perseguibles previa
denuncia de la persona agraviada o su representante legal. El Ministerio Fiscal
también será competente en casos que afecten a menores de edad, incapaces, o
personas desvalidas.
Perdón de la persona agraviada: el perdó n del ofendido o de su representante
legal extingue la acció n penal.

Disposiciones comunes a los delitos contra el Patrimonio.


1. Excusa absolutoria en delitos patrimoniales.
Está n exentos de responsabilidad penal, y ú nicamente sujetos a la civil, los
có nyuges que no estuvieren separados legalmente o de hecho o en proceso judicial
de separació n, divorcio o nulidad de su matrimonio y los ascendientes,
descendientes y hermanos por naturaleza o por adopció n, así como afines en
primer grado si viviesen juntos, por los delitos patrimoniales que se causaren
entre sí, siempre que no concurra violencia o intimidació n.
Es el vínculo familiar el que fundamenta, junto con la ausencia de violencia o
intimidació n, esta exenció n de la pena.
2. Participación de extraños.
La excusa absolutoria no es aplicable a los extrañ os que participen en el
delito. Por tanto, si en el delito, ademá s de familiares participa algú n extrañ o, éste
sí que responderá por los hechos cometidos.
3. Provocación, conspiración y proposición.
La provocació n, conspiració n y proposició n para cometer delitos de robo,
extorsió n, estafa, apropiació n indebida, será n castigadas con la pena inferior en
uno o dos grados a la del delito correspondiente.

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