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La “Operación Marte”, la “Operación Monasterio” y el canibalismo de Stalin

Por Lucas Carena*

El 22 de junio de 1941 se puso en marcha la Operación Barbarroja. Este es el nombre en


clave que Alemania puso a la invasión de la Unión Soviética durante la Segunda Guerra
Mundial bajo la modalidad de “guerra relámpago” -Blizkrieg-, que dejó, a su vez, en jaque
a Stalin durante más de un año y abrió el denominado Frente Oriental. Esta operación
estaba prevista para un año antes -concretamente en noviembre de 1940- pero el fracaso de
Italia -parte del Eje- en Grecia, retrasó la expansión del Reich en territorio soviético.

En 1.942, Stalin y sus hombres planeaban un gran ataque contra los ejércitos
alemanes que asediaban Stalingado y habían ocupado una amplia extensión territorial que
iba desde Leningrado, al norte, hasta Crimea, en el extremo sur. Además, si Hitler lograba
ocupar Moscú, se apoderaba por completo del río Volga y la URSS quedaba a su merced.

En el otoño-invierno de 1942, en el Frente Oriental, el Ejército Rojo desató dos grandes


contraofensivas contra la Wehrmacht. Una es la conocida y tremolante Operación Urano,
que terminó por cercar y vencer al 6° Ejército alemán en Stalingrado. La otra
contraofensiva, menos mencionada por la historiografía soviética -debido a su rotundo
fracaso-, se llamó “Operación Marte”. Planeada por Alexander Vasilevsky y Gueorgui
Zhúkov, la operación fue ejecutada por éste último, además de los Comandantes Iván
Stepánovich Konev y Maksim Alekseevich Purkaev. La Operación Marte tenía por
objetivo la destrucción del 9º Ejército alemán, perteneciente al Grupo de Ejércitos Centro,
que ocupaba un peligroso saliente de 150 x 150 kilómetros en la ciudad de Rzhev y en sus
alrededores, que suponía aún una amenaza para Moscú.
La historia oficial nos cuenta que la Operación Urano, cambió el curso de la guerra
debido a que fue el ejército rojo el que, a partir de entonces, cosechó victorias, una tras
otra, hasta ocupar Berlín. La falta de una prensa opositora, y el verticalismo dictatorial del
régimen soviético, hizo que durante muchos años se haya ocultado la verdad de la
Operación Marte, que se ha archivado, no sólo por su fracaso militar, sino porque encierra
el más deshonroso y cobarde plan de Stalin en toda la 2da Guerra Mundial. Recién con la
caída del muro, y la finalización de la guerra fría, salió a la luz material archivístico que
permitió a investigadores, como David Glantz, revelar la verdad sobre el fracaso de la
operación Marte; pero también, trabajos más recientes como los de Max Hastings, revelan
la participación de la inteligencia soviética en un perverso contubernio de Stalin contra su
propio ejército.

La Operación Urano, estandarte de la historia oficial y orgullo soviético, comenzó


el 19 de noviembre en el norte, el 20 de noviembre en el sur, y para el 22 de noviembre, las
dos pinzas del ejército rojo aislaron a alrededor de 290.000 soldados del Eje. Pero La
Operación Urano, formaba parte de una serie de embestidas militares que conformaban
una contraofensiva encadenada cuyos eslabones tenían nombres de planetas o dioses
romanos (Urano, Marte, Júpiter, Saturno). La operación Marte, no constituyó una
operación aislada y separada de Urano, ni siquiera se trató de una operación simplemente
militar, sino una jugada secreta de Stalin, que contó con los servicios de inteligencia en la
denominada “Operación Monasterio”.

Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, más conocido como Iósif Stalin, fue un dictador soviético y
secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética entre 1922 y 1952

A fin de confundir a Berlin, la NKVD y el GRU (Departamento Central de Inteligencia)


elaboraron un ardid despiadado, con el nombre clave de “Operación Monasterio”, y
comprometía a un doble agente encubierto. Alexander Demyanov, era descendiente de
una familia aristocrática que el régimen en un comienzo había perseguido. Además, el
bolchevismo le había negado a Demyanov el acceso a la universidad. Pero luego lo
incorporó a sus servicios de inteligencia. Haciéndose pasar por miembro de un grupo de
resistencia soviética contra el régimen de Stalin, Demyanov tomó contacto con la Abwehr –
“defensa”- que en ese entonces estaba conducida por Wilhelm Canaris, quien lo entrenó y
lo adiestró en espionaje. Con el nombre clave de “Max” volvió a la URSS y comenzó a
filtrar información para los alemanes. Desde Berlín fueron confirmando la veracidad de
sus informes con la prensa oficial soviética. Así es como Max –que trabajaba
simultáneamente para Berlín y para Moscú- se ganó la confianza de los servicios de
inteligencia alemana. A finales de 1942 Max informó al Abwehr de su nombramiento como
oficial de comunicaciones adjunto al Cuartel General del Alto Mando soviético en Moscú.
A partir de ese momento, la información que enviaba Max a Berlín era valiosa, aunque
enriquecida con lo que se conoce en el argot de los espías como "pienso para pollos", o
información verídica pero carente de utilidad táctica, que convenció a los alemanes de su
gran valor como agente infiltrado en el alto mando soviético.

Wilhelm Franz Canaris, jefe de la Abwehr, participó de varias conspiraciones contra Hitler,
principalmente en la “Operación Valquiria”, del 20 de julio de 1944, por la que fue condenado a la
horca.

El 25 de noviembre de 1942, Max informa a Berlín, a través de la Abwehr, que el ejército


rojo preparaba una embestida en la saliente de Rzhev y Viazma, lo que permitió a
Alemania organizar una resistencia, fortaleciendo al 9° Cuerpo del Ejército confiado al
General Walter Model ese mismo año. Model, soldado estratega, condecorado con la
“Cruz de Caballero”, se había ganado ya el apodo de "apagafuegos" de Hitler, porque
muchas veces era enviado a restablecer las líneas del frente que eran quebradas por el
enemigo.
Mariscal de Campo Otto Moritz Walter Model, ascendido a General en febrero de 1942

En realidad, Stalin llevó adelante esta maniobra para que la Wehrmacht sepa los
movimientos de Zhúkov y distraer así a las tropas de Model en Rzhev, a la vez que
impulsaba una contraofensiva paralela sobre Stalingrado. El Mariscal Zhúkov, varias
veces condecorado, que pasó a los anales de la historia como un héroe de guerra invicto,
en realidad sufrió una verdadera masacre, a raíz de una operación “caníbal” que Stalin,
desde Moscú, planeó para salvarse, él mismo, del asedio alemán, sacrificando a miles y
miles de a sus propios hombres. La Operación Marte costó al Ejército Rojo casi medio
millón de hombres muertos, heridos o capturados. Las unidades de combate individuales
soviéticas fueron diezmadas en la operación. El 20 Ejército Soviético perdió 58.524
hombres de sus efectivos originales de más de 114.000 hombres. El 1 Cuerpo Mecanizado
del General Solomatin perdió 8.000 de sus 12.000 hombres y todos sus 220 tanques, y su
acompañante 6 Cuerpo de Fusileros de Stalin perdió más de 20.000 de sus 30.000 hombres.
En niveles inferiores, el coste fue incluso más alto. La 26 División de Fusileros de la
Guardia del 8 Cuerpo, salió del combate con 500 de sus 7.000 soldados vivos, mientras que
de los 4.500 hombres de las 148 y 150 Brigadas de Fusileros tenían sólo 27 y 110
“combatientes”, respectivamente, disponibles al final de la operación. Las pérdidas de
tanques soviéticas, estimadas correctamente por los alemanes en alrededor de 1.700,
fueron igualmente asombrosas, en tanto que excedieron el número total de tanques que los
soviéticos emplearon inicialmente en la Operación Urano en Stalingrado. En los ejércitos
occidentales, pérdidas como estás habrían llevado a la destitución de los comandantes en
jefe, cuando no algo peor.

Para los alemanes, el saldo fue bastante menos severo. Por ejemplo, la 1 División
Panzer sufrió 1.793 bajas, y la 5 Panzer 1.640, mientras que las bajas en las divisiones de
infantería -78, 246, 86, 110 y 206- a lo largo de los ejes principales de ataque soviéticos
fueron incluso mayores. El conjunto total de bajas soviéticas fue, sin embargo, al menos 10
veces más grande que las bajas totales alemanas, que alcanzaron alrededor de 40.000
hombres.

Mariscal Gueorgui Konstantínovich Zhúkov, en sus memorias, por vergüenza, casi no menciona la
aplastante derrota de la saliente de Rzhev-Sychevka

La Operación Marte, fue planificada por la Stavka -Alto mando soviético-


martirizando a su propio ejército, a través del tráfico de información llevado adelante por
la operación de inteligencia “Monasterio”, convirtiéndose en el acto de “bajeza” más
grande de la historia de la Segunda Guerra Mundial. Zhúkov, dijo poco sobre la derrota en
sus memorias, y lo que dijo está totalmente distorsionado. Sólo menciona la “operación de
diciembre”, y, sin revelar su nombre en clave, la llama simplemente una diversión para la
Operación Urano. El legado de la Operación Marte fue silenciado. Durante mucho tiempo
se creyó que Stalin mandó a que la proeza de Vasilevsky en Stalingrado, permaneciera
inmaculada por el fracaso de Rzhev. Stalin, mantuvo la imagen de Zhúkov también intacta
compartiendo el crédito con Vasilevsky por la victoria de Stalingrado. Pero ello estuvo
destinado a esconder el hecho de que Stalin operó en contra su propio ejército y a espaldas
de Zhúkov. Pavel Sudoplátov, agente secreto de la NKVD que tuvo la misión de reclutar a
Ramón Mercader, sicario de León Trotsky, confesó en sus memorias -1994- que la masacre
de Rzhev se llevó a delante con el consentimiento de Stalin.

Zhúkov obtuvo la venganza sobre el Grupo de Ejércitos Centro Alemán en Kursk,


en el verano de 1943 y en Bielorrusia en el verano de 1944. Irónicamente, sin embargo,
sería Vasilevsky quien, como planificador clave del Stavka, jugaría un papel instrumental
en el embate al Grupo de Ejércitos Alemán en Prusia Oriental en enero de 1945.

Según el historiador británico Max Hastings, en su libro La guerra secreta. Espías,


códigos y guerrillas. 1939-1945, en los archivos de Friburgo, en Alemania, se puede ver cómo
algunos agentes como “Max” informaron a los alemanes sobre la Operación Marte y lo
que se iba a hacer para que los alemanes actuaran en consecuencia y desplazaran a sus
tropas. En su momento, los británicos interceptaron estas comunicaciones y les dijeron a
los rusos que tenían un agujero en su seguridad del tamaño del “Gran Cañón”. No podían
entender lo que pasaba. Lo sucedido sólo fue posible gracias al inicuo y despiadado plan
de Stalin para despejar Stalingrado, haciendo acribillar a sus hombres, que en aquella
ocasión fueron un Ejército Rojo, por haber quedado bañados en su propia sangre.

Bibliografía:

 Hastings. Max.(2.016) La guerra secreta. Espías, códigos y guerrillas. 1939 – 1945.


Barcelona. Ed. Crítica
 Glantz. David. Operación Marte. Contrapunto a Stalingrado. La mayor derrota del
mariscal Zhukov (Noviembre – Diciembre 1942)
http://www.de1939a1945.bravepages.com
 Glantz. David. Operación Marte. La operación Rzhev-Sychevka. (Noviembre –
Diciembre 1.942) http://www.de1939a1945.bravepages.com

*Lucas Juan Carena - En 2003 obtuvo su título de Licenciado en Comunicación Social por
la Universidad Nacional de Rosario y en 2008 el de Mágister en Diseño de Estrategias de
Comunicación por la misma casa de altos estudios. Desde 2009 enseña Psicología Social en
la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de La Plata en la Unidad Académica
de Rosario. Especialista en psicología de masas y medios masivos de comunicación, se
dedicó al estudio del comportamiento colectivo y la forma en que los medios instalan
ideas en la sociedad. Escritor e investigador, ha publicado artículos tanto periodísticos
como académicos en distintos medios de prensa y revistas con referato de divulgación
científica. Desde principios del año 2014, conduce, junto al Dr. Pablo Javier Davoli, el
programa “La Brújula”, emitido por TLV1 - “Toda la Verdad, Primero”, canal televisivo
por Internet. Es vicepresidente del Ateneo Cruz del Sur.

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