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El Sello de la educación sin estrés en casa:

Es necesario recordar que hace poco tiempo vivíamos quejándonos de tener


poco tiempo para compartir con nuestra familia, odiando la idea de que otros ya sea un
jardín, el colegio o un familiar, cuidaran a nuestros hijos, que aprendieran muchas
veces cosas buenas, pero otras cosas que no tenían que ver con “nuestro ideal estilo
de crianza”, pero qué es el estilo de crianza? Se podría decir que es el sello que
dejamos impreso en nuestros hijos, lo podemos notar en nosotros, revisar nuestro
interior y veremos el sello de quien nos crio, por lo cual obviamente queremos hacerlo
bien, así que lo Principal es no Estresarnos en el proceso, y aprender, ¡APRENDER!!

Esa es la clave, siempre aprender de los errores de los aciertos de lo que


nuestros hijos nos enseñan de ellos mismos, la respuesta no estará en un libro, porque
cada niño y cada familia es un mundo distinto, tampoco esperemos ser un “papá o
mamá” de moda, solo seamos nosotros pero Conscientes de que lo que hacemos deja
un SELLO.

Por ello, he aquí unos tips que pueden resultar útiles.

1. No seas tan riguroso y no quieras hacer más de lo posible:

Debemos encontrar un equilibrio entre nuestro Teletrabajo, la educación y clases


web de nuestros hijos, para ello debemos ser conscientes de hasta dónde podemos
llegar. No servirá frustrarnos y pensar en un ideal, hay que aceptar la realidad, lo que
nos llevara a desarrollar planes que alcancen nuestro bienestar, por lo cual debemos
simplificar los objetivos para lograr armonía:

 Mi función no es hacer de profesor, sino ayudar a mis hijos con sus


clases durante la crisis sanitaria.
 No puedo pretender alcanzar un desempeño laboral óptimo desde mi vivienda,
pero sí intentar ser lo más productivo posible bajo esta situación excepcional.
Quizá no sea capaz de rendir tanto como en condiciones normales, pero no
estamos en una situación normal.
 Me concentraré en lo que puedo lograr durante las próximas 24 horas y dejaré a
un lado lo que no puedo abarcar en ese lapso.

Para ayudar a nuestros hijos es necesario mantenernos comunicados con los


profesores si los niños encuentran algún problema en la educación a distancia. La
Educación Básica, es probablemente la más compleja en cuanto a su traslado al
contexto virtual, ya que a esta edad el aprendizaje se desarrolla mejor a través de
actividades concretas y relacionándose con el medio, por lo cual se aconseja reforzar
con algún material concreto o actividad relativa a la materia impartida por el profesor.

Por ejemplo: Historia, fecha 21 de mayo, Combate naval de Iquique, tal vez el
profesor les dé una clase de materia con imágenes, fechas y nombres que los niños
escucharan, pero ¿serán capaces de entender, memorizar y de generar interés por algo
que paso hace cientos de años y que no tiene nada que ver con ellos hoy?

Entonces porque no ayudo un poco: puedo contar la historia actuándola, podemos


hacer dibujos, o si soy bueno con las manualidades puedo hacer unos barcos de papel
junto a mis hijos y jugar al “Combate Naval de Iquique”, que pasa ahí: refuerzas lo
aprendido, ellos se apasionan por algo que no les interesaba, aprenden a hacer cosas
nuevas, pasa el tiempo más rápido porque se entretienen y lo más importante: “UN
HERMOSO RECUERDO FAMILIAR”, esto se llama APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO.

2. Dar estructura a nuestro día sin ser muy estrictos:

Ser claro a la hora de organizar nuestro día, tanto a los adultos como para los
niños, la rutina y lo predecible son tranquilizadores que ayudan a reducir el estrés
del estudio o trabajo en casa. Muchos estudios de Psicología aconsejan destinar un par
de horas por la mañana para estudiar y en la tarde realizar actividades más relajantes
como por ejemplo: los trabajos manuales.

Seguramente, en ocasiones será inevitable que nuestros hijos se opongan a


estas pautas, en esos momentos se recomienda la flexibilidad, sustituyendo las
medidas drásticas y el control excesivo por un ambiente colaborativo y tolerante.
Nuestra misión, sostiene, no es recrear una jornada escolar completa, sino apoyar a los
niños para que se sientan seguros y aprovechen de manera eficiente el aprendizaje a
distancia que los colegios han proporcionado.

3. Comprensión y empatía:

En las primera infancia los sentimientos suelen ser expresados a través de la


conducta, por lo general vemos rabietas, gritos y llantos, o lo contrario risas, carcajadas,
abrazos y felicidad al límite.

Un berrinche por algo insignificante o una actitud pasiva pueden significar, a


veces, ansiedad acumulada lo que impediría que cumplan las tareas inicialmente
programadas.

El mejor remedio para impedirlo una crisis de ansiedad infantil es la empatía, la


que según investigaciones recientes puede calmar el sistema nervioso y reactivar el
lado del cerebro que piensa y razona.

Por ello se proponen algunas pautas positivas para reaccionar frente a estas
situaciones:

 En lugar de pensar que el niño nos está haciendo pasar un rato


desagradable, miremos más allá y seamos conscientes de su malestar.
 Un mal comportamiento es, en definitiva, una manera de comunicarse a través
de la que nos están pidiendo ayuda.
 Enseñarles a cambiar esas actitudes negativas es efectivo en un ambiente
relajado. En ningún caso esperemos conseguir resultados en caliente, hijos
pequeños no logran desconectar la emoción y entender lo que sienten y los
mayores, es imposible que logren reflexionar incluso con mil argumentos en su
contra, somos nosotros quienes debemos mantener la calma y enfriar la
situación.

En el caso de los jóvenes se sugiere atenuar la ansiedad con atención la


escucha activa es nuestra mejor aliada y la comprensión, haciéndoles notar que los
entendemos pero sobre todo brindar apoyo y optimismo frente a la actual situación y su
futuro como estudiantes a modo de irradiar optimismo. Pese a que no puedan hacer
nada para cambiar la situación, tarde o temprano su trabajo se verá premiado y nada
impedirá que su progreso.

En resumen, es necesario que apoyemos a nuestros hijos ayudándoles a las


actividades académicas, que se sientan seguros, mantener de forma segura conexión
social (puede ser a través de redes sociales, conversaciones, etc.), para que su
adaptación no sea un proceso abrupto y estresante.

Escrito por: Ursula Oróstica Ubal, Psicopedagoga.


Fuente científica de apoyo: Rebecca Branstetter, Psicóloga escolar, Publicación científica de la Universidad de
Berkeley

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