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Revista Káñina

ISSN: 0378-0473
revistakanina77@gmail.com
Universidad de Costa Rica
Costa Rica

Moya Bedoya, Juan Diego


ACERCA DE J. CALVINO Y SU TEOLOGÍA SISTEMÁTICA
Revista Káñina, vol. XXXIV, núm. 2, 2010, pp. 229-248
Universidad de Costa Rica
San José, Costa Rica

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Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. Costa Rica. XXXIV (2): 229-248, 2010 / ISSN: 0378-0473

ACERCA DE J. CALVINO Y SU TEOLOGÍA SISTEMÁTICA

Juan Diego Moya Bedoya*

RESUMEN
El texto es un epítome de algunos principios y opiniones propios de la teología sistemática de Jean Calvin
(=Juan Calvino), entre las cuales descuella, conspicuamente, la de la doble predestinación (=praedestinatio
gemina). Idénticamente, se ocupa de la preponderancia otorgada, por el reformador, a las Sagradas Escrituras; y,
tangencialmente, del concepto calviniano de fe.
Palabras clave: Sagradas Escrituras, predestinación, fe, humanismo y Renacimiento.

ABSTRACT
This paper is a synthesis of some of John Calvin’s systematic theological tenets. Conspicuous between them is the
theological assertion known as double predestination (=praedestinatio gemina). Identically, this paper concerns
the preeminence accorded by the Geneva reformer to Holy Writ. Incidentally, it explores the Calvinist concept of
faith.
Key Words: Holy Scripture, Predestination, Faith, Humanism and Renaissance.

1. Precisiones biobibliográficas a en París. Cursó estudios en Orléans, Bourges


propósito de J. Calvino y París, fanales de la Academia francesa del
periodo. Su padre fue el secretario apostólico del
El diez de julio de 2009 se ha conmemorado obispo de Noyon (cf. L. Boettner, 2003: p. 343).
internacionalmente el quingentésimo aniversario En Lutetia cursó estudios de lenguas
del nacimiento de Juan Calvino (=Jean Caulvin sacras, relativamente a las cuales adquirió un
o Jean Calvin), corifeo teológico de la Reforma conocimiento alucinante. Semejante capacidad
Protestante y organizador antonomástico de adquirida lo facultó para aproximarse, a las
la variedad reformada del cristianismo (tipo Escrituras, con un rigor filológico digno de
consecuente de Reforma, propiciado desde Lorenzo Valla (1405-1457) y de Desiderio
un comienzo por Ulrich Zwingli [1484- Erasmo (1466-1536) de Rotterdam.
1531], reformador de Zürich), vehículo de una Formativamente, Calvino fue un
interpretación peculiar del mundo signada por el humanista, es decir, un experto en las humaniores
predestinacionismo. litterae. Las humanidades, como supo establecer
Calvino nació en Noyon, Picardía, ciudad Marco Tulio Cicerón en Pro Archia Poeta,
situada a diez kilómetros al noreste de París, son disciplinas dotadas de un vínculo común,
y estudió en el célebre Collège de Montaigu, las cuales se contienen recíprocamente como

* Docente e investigador de las secciones de Historia del Pensamiento y de Metafísica.


Escuela de Filosofía de la Universidad de Costa Rica. (barujspin@yahoo.es).
Recepción: 23/11/09 - Aceptación: 26/03/10
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por vía de cognación. Las referidas disciplinas fatuidad y egolatría (cf. G. Mueller, 1943: p. 289).
son los componentes del trivium medioeval y, Calvino supo situar, en su lugar (relativamente a
por añadidura, la historia, magistra vitae, y la la jerarquía de los modos del conocimiento), al
moralis philosophia. Tan robusto fue el ligamen conocimiento de la naturaleza (=el conocimiento
de Calvino con las humanitates que en 1532 científico de ésta última). Idénticamente, negó
editó precozmente el De Clementia, de Lucio en forma vehemente que la certidumbre religiosa
Anneo Séneca (4 a. C.-65 A. D.). de índole subjetiva, que la experiencia religiosa,
El esclarecimiento filológico y literario que las instituciones objetivas y autoritarias, que
acerca de la Antigüedad aportó, a una pléyade la cultura intelectiva y moral puedan conferir
de espíritus superiores, una suerte de nuevo irrefragable cimentación al conocimiento pístico.
paganismo y genuina indiferencia para con Ninguna de las susodichas dimensiones de la
la tradición judeocristiana. Los ludibriosos, cultura puede fundar inconcusamente a la fe
como François Rabelais (1494-1553), (1) y los (cf. Mueller, 1943: p. 292); y mucho menos a
escépticos, como Michel de Eyquem, señor de la redención. Un erudito hebraísta, por ejemplo
Montaigne (1533-1592), se labraron prontamente adherente al programa de la alta crítica, puede
la reputación de incrédulos y de libertinos. Todo aproximarse con acucia y esclarecimiento
ello a pesar de su relativo aislamiento (cf. Port- filológicos a las Sagradas Escrituras y estar
Royal [1868], i, de Charles-Augustin Sainte- enteramente desprovisto de discernimiento
Beuve [1804-1869]). Idénticamente documentado espiritual acerca de la prestancia de éstas (cf.
y esclarecido, Calvino no participó de semejante Boettner, 2003: p. 58). Quien posee la referida
indiferencia religiosa –todo lo contrario. Contra competencia de discernimiento es consciente de
los filósofos morales estoicos, cuya obra fue que la salvación acaece, absoluta y exclusivamente,
eruditamente conocida por el reformador por gracia –eficaz, añadiríamos nosotros- (cf. L.
picardo, hizo advertir de que dondequiera que Boettner, 2003: p. 63). (2)
no reina la autonegación, los vicios oprobiosos Filólogo erudito y docto conocedor de la
todo lo maculan. Entre los filósofos, aquellos obra senequiana, señalose por su rigor filológico,
que aseveraron que la virtud (=lo honesto y, característico desde el Quattrocento (como lo
por ende, el bien) ha de apetecerse por sí, h. ha rememorado Paul Oskar Kristeller en Ocho
e., los filósofos estoicos, saturáronse de una tal filósofos del Renacimiento italiano) de los
arrogancia que cabe colegir, con verosimilitud, filólogos latinistas. Como indicio suficiente de
que apetecieron la virtud para disponer de un lo que aseveramos, reparemos en que cuando
motivo de ensoberbecimiento (cf. Institutio esgrimió su contraargumento acerca del décimo
Religionis Christianae, iii, vii, ii). Tememos que noveno argumento de Miguel Servet y Revés
el prejuicio haya obnubilado a Calvino, toda vez (1511-1553) (3) contra el bautismo de los infantes,
que no reparó en los contenidos del segundo libro el autor de la Institutio Religionis Christianae
de Sobre el sumo bien y el sumo mal, de Marco advirtió, genialmente, de que Hermes Trismegisto
Tulio Cicerón (106-43 a. C.). fue, en realidad, un discípulo de Platón. Aseveró,
Si bien es cierto que degustó, plenamente, para expresarnos con acribia, lo siguiente:
las delectaciones anejas a las humanidades, no el Corpus Hermeticum no es una obra de
fue un humanista según el sentido filosófico recalcitrante antigüedad inmemorial sino, antes
del vocablo. Lo fue en acuerdo con el sentido bien, una colección textual de composición tardía,
técnico instrumental y, si se quiere, exegético; no toda vez que fue posterior al florecimiento, bajo
con el hermenéutico. Gustav Mueller ha escrito, Platón, de la Academia (cf. Institutio Religionis
con admirable esclarecimiento, que Calvino fue Christianae, iv, xvi, xxxi).
reflexivamente consciente de que la cultura (los Calvino denunció, en el cuarto libro de
valores del espíritu objetivo) no puede subrogar su Institutio Religionis Christianae, capítulo
a la religión, a fuer de que es pletórica de undécimo, sección duodécima, la falsía inherente
discontinuidad, y de que está repleta de vanidad, a la donación de Constatino, denunciada y
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derruida por Lorenzo Valla en De falso credita a Calvino, con la finalidad de preservarlo para
& ementita Constantini Donatione Declamatio, la reforma que conducía en Ginebra. Calvino,
editada en Basilea el 1540. Idénticamente, el varón tímido y adverso a la figuración, protestó
ingenio picardo fustigó, como texto deleznable, a que aspiraba a la apacibilidad del intelectual.
De Donatione Constantini, de Agostino Steuco, Farel, “quien ardía con un extraordinario celo
obra publicada el 1545. (4) por promover el evangelio” lo conminó: la
Calvino se sintió enteramente a sus anchas maldición de Dios fulminaría a Calvino como
al componer innumerables páginas de doctrina y éste insistiese en conferir mayor importancia a
al redactar, para el Lord Protector de Inglaterra (en sus propios estudios que “a la obra del Señor”,
los días del reinado de Eduardo VI [1547-1553]), “y a sus propios intereses más que a la causa de
un tratado de política eclesiástica. Asimilose tan Cristo” (cf. L. Boettner, 2003:p. 345). (5)
intensa y auténticamente a su papel teológico En Basilea compuso la primera versión de
y consiliativo, que la persona humana tendió a su Institución de la religión cristiana (=Institutio
desaparecer. Aquello que aflora en las páginas Religionis Christianae).
de su oceánica obra está inflamado de celo (cf. Hans Küng ha destacado recientemente,
Raoul Morçay y Armand Müller, 1960: p. 358). a propósito del vínculo existente entre Martín
Calvino fue orientado por su padre hacia Lutero (1483-1546) y Calvino, y en conformidad
la carrera eclesiástica. El futuro reformador fue con una analogía de proporcionalidad propia, que
tonsurado a la edad de catorce años y principió lo mismo que fue santo Tomás de Aquino (1225-
sus estudios en París. Empero, suspendió la 1274) respecto de san Aurelio Agustín de Tagaste,
carrera eclesiástica en 1528 y no vaciló en obispo de Hipona (353-430), lo fue Juan Calvino
decantarse hacia el derecho, el cual cursó en en relación con Martín Lutero (cf. H. Küng,
las universidades de Orléans y de Bourges. En 2007: p. 581). Si bien es cierto que sin Lutero
Bourges conoció a Melchior Wolmar, célebre no habría habido Calvino, Calvino sistematizó
reformado mesurado. En 1533, finalmente, incomparablemente aquello que Lutero no supo o
declarose protestante. no pudo sistematizar. Calvino confirió un estatuto
En 1533, por causa de la virulenta represión paradigmático (según el sentido de Küng, el cual
antiprotestante generada por el discurso de es deudor del de Thomas S. Kuhn [1929-1996],
Nicolas Cop, rector (desde el 10 de octubre de célebre filósofo e historiador contemporáneo
1533) de la Universidad de París, pronunciado de la ciencia), a la versión reformada del
el 1 de noviembre de 1533 y redactado por el cristianismo. A partir de la Institutio Religionis
mismo Calvino, éste debió exilarse en Basilea. Christianae, cabe referirse con legitimidad a un
Calvino y Louis du Tillet, entrañable amigo del paradigma evangélico-protestante de la Reforma.
futuro reformador, huyeron a Estrasburgo (cf. L. La Institutio Religionis Christianae, producto
Boettner, 2003: p. 344). Por espacio de un trienio, de un soberbio teólogo sistemático con vigorosa
aproximadamente, Calvino hubo de errar entre la raigambre bíblica, es la síntesis canónica de la
Francia meridional, la Italia septentrional y Suiza. doctrina reformada (Loc. cit.).
Usó de heterónimos y, finalmente, se estableció En Suiza, donde Calvino se estableció
en Ginebra. Arribó fortuitamente a esta ciudad con irresuelta continuidad a partir de 1541, la
estado, toda vez que a ello fue compelido por Reforma protestante fue liderada por Ulrich
la guerra que, entonces, protagonizaban Carlos Zwingli (1484-1531), quien feneció trágicamente
V (1500-1558) de Alemania (=I de Castilla y de al inclinarse, en favor de los cantones católicos,
Aragón) y Francisco I (1494-1547) de Francia. la tristemente célebre batalla de Kappel. Los
La guerra entre ambas potencias impidió que reformadores suizos, quienes preservaron sólidos
el picardo utilizase la vía de Lorena. Habiendo ligámenes con los de Estrasburgo (entre ellos
Calvino de pernoctar en Ginebra, Guillaume Martin Bucer y Wolfgang Capito), se orientaron
Farel (1489-1565), predicador ya muy afamado, con predilección hacia el sacramentarismo,
enterose de su presencia en la ciudad y acudió en el sentido de que enfatizaron el estatuto
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simbólico de la eucaristía. Desde su punto de se realizó a partir de la cuarta edición del texto
vista, la presencia del Cristo en las especies calviniano, editado, en lengua latina y también
sacramentales no es en absoluto real, a diferencia en Basilea, en 1559.
de lo preconizado por Lutero y por Philip ***
Melanchthon –y ulteriormente por Calvino en la Calvino, antagonista a ultranza del
misma Suiza, toda vez que el reformador picardo entusiasmo y del fanatismo religioso, a saber: de
admitió la presencia espiritual de Jesucristo en los fenómenos conocidos, en el curso de la centuria
las especies. La susodicha orientación teológica inmediatamente ulterior, como ‘entusiasmo’,
de los corifeos suizos de una Reforma de índole condujo una célebre confutación del fanatismo.
magisterial (distinta de la radical, en cuyo seno Desde el punto de mira de Calvino, fanático
se señalaron conspicuamente los anabaptistas es todo aquel “infiel” dispuesto a desatender
y los teólogos de afiliación pneumatológica, el testimonio escripturístico en beneficio de
como, v. gr., el turingio Thomas Müntzer [ca. sus propias “fantasías”, esto es, “revelaciones”
1490-27 de mayo de 1525]), (6) inclinó a los meramente imaginarias. El fanático, tal y como
bandos antagonistas a protagonizar una sonada el entusiasta, es quien supone que ha recibido,
ruptura, que de manera mucho más nominal inmediatamente de Dios mismo, contenidos
que real vino a restañar la disputa de Marburg, revelados preternaturalmente de los cuales es
acaecida en 1529 con los auspicios del Landgraf legatario inmediato –valga el pleonasmo- y,
Philip de Hesse, uno de los más influyentes por ende, privilegiado. La aludida revelación
príncipes protestantes alemanes (inspirador de la no es pública sino privada. El fanático, tal y
constitución de la liga de Schmalkalden). como el entusiasta, propende –con asombrosa
Fidelísimo, durante toda su vida, al arrogancia- a situarla, en punto a autoridad,
por sobre el testimonio mismo de las Sagradas
rigor epistémico, fundó el 1558 la Academia de
Escrituras. (7)
Ginebra, cuya cátedra de Teología ocupó. En la
Idénticamente, Calvino tuvo un mal
Academia de Ginebra coincidieron, con el mismo
concepto acerca del nicodemismo, imputado por
reformador, diez connotados docentes, quienes
él a Juan de Valdés, y respecto de las variopintas
asumieron las cátedras de lógica, gramática,
modalidades del quietismo. Antonio Dueñas, en
lenguas clásicas, matemática, filosofía natural, Recepción crítica de Herbert a Juan de Valdés
música, etc. (cf. Boettner, 1994:p. 352): (Trieste, 1986), ha rememorado que el estado
El éxito que tuvo fue extraordinario. Durante espiritual recomendado por Juan de Valdés es
su primer año, más de novecientos estudiantes, próximo al dejamiento, acto sumo de confianza
mayormente refugiados de los distintos países de en lo Divino. El dejamiento es un estado pasivo.
Europa, se registraron, y casi igual número asistió a
las conferencias teológicas dadas por Calvino, con
Solamente de una manera secundaria puede
el fin de prepararse para servir como evangelistas analogarse con la predestinación, concepto y
y maestros en sus respectivos países y establecer creencia que más impelen hacia la religión por
iglesias conforme al modelo que allí habían visto. causa de atrición que por causa de amor (cf. A.
La academia de Ginebra permaneció como la Dueñas, 1986: p. 15). (8)
principal escuela de teología reformada y de cultura
literaria por más de doscientos años (L. Boettner,
***
2003: p. 352). La persona de Calvino ejemplificó dos
tipos de ansiedad, scil.: la del vacío (=ansiedad
Calvino fue el autor de una vastísima de libertad) y la de la sofocación (=ansiedad
Institución de la Religión Cristiana, la cual de opresión). Por ello mismo, fue compelido a
conoció, en vida del autor, cuatro ediciones buscar dos modalidades harto diversas de alivio
latinas, la primera de las cuales se editó en (cf. W. Bouwsma, 1992: p. 71).
Basilea en 1536. Cipriano de Valera tradujo el En acuerdo con Calvino, los hipócritas
texto al castellano, y lo hizo editar en Londres abrigan la convicción de que Dios puede ser
en 1597. La traducción de Cipriano de Valera adecuadamente adorado con base en una plétora
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de ceremonias. No obstante, en medio de su exigencia cuanto la implícita petición de quien


autoflagelación otórganse espacio para infinidad se pregunta por un criterio, distinto de la luz,
de actos desalmados. La fe, en cuanto desprovista para reconocer la presencia de ésta. Así, pues,
de obras, es solamente hipocresía (cf. Bouwsma, la verdad de las Escrituras es norma sui et falsi.
1992: p. 92). La hipocresía es, lato sensu, el Las palabras del reformador de Ginebra son
método para aplacar a Dios y para obtener diamantinamente enérgicas y contundentes:
favores (por Él prodigados), el cual ha sido
En cuanto a lo que preguntan, que cómo nos
urdido por el ente humano (cf. Bouwsma, 1992: convenceremos de que la Escritura procede de
p. 93). Una de sus más exacerbadas –en punto Dios si no nos atenemos a lo que la Iglesia ha
a pravedad- expresiones es, precisamente, la determinado, esto es como si uno preguntase cómo
supeditación funcional de la religión a la política sabríamos establecer la diferencia entre la luz y las
(cf. Bouwsma, 1992: p. 94). (9) tinieblas, lo blanco y lo negro, lo dulce y lo amargo.
El temor de Calvino hacia la impureza Porque la Escritura no se hace conocer menos que
las cosas blancas y negras que muestran su color,
permite cualificarlo, a él, como puritano. En y las dulces y amargas que muestran su sabor (cf.
este concreto respecto, él mismo patentizó la Institución de la religión cristiana, Libro i, capítulo
vía del puritanismo inmediatamente futuro (cf. vii, acápite iii [“La Iglesia misma se funda en el
Bouwsma, 1992: pp. 53, 54). La culpa fue testimonio de los Profetas y de los Apóstoles”]).
avizorada, por Calvino, en la criatura misma. La
referida culpa es culpa hacia el Padre, la culpa de ***
existir (cf. Bouwsma, 1992: pp. 62, 63). J. Calvino estableció, en su Institutio
La desaprobación de la ansiedad mundanal Religionis Christianae, iii, xi, ii, que la
ubicó, a Calvino, en contradicción irreductible justificación (=rehabilitación) consiste en
con el mundo moderno y su racionalidad práctica la aceptación mediante la cual Dios recibe
(cf. Bouwsma, 1992: p. 58). No obstante, la en Su gracia a los elegidos, y los tiene por
ansiedad del pecador confiere, al cristianismo, justos. Consiste, asimismo, en la remoción de
la investidura de lo creíble y lo necesario (cf. los pecados y en la imputación de la justicia
Bouwsma, 1992: p. 59). Los actos todos con de Cristo. Aquella aceptación es enteramente
base en los cuales ha pretendido y pretende, independiente de los méritos previstos, los
la Iglesia Romana, propiciar la salvación, han cuales, como advirtió tres siglos antes santo
contribuido a exacerbar la ansiedad que condujo, Tomás de Aquino, no son razones suficientes que
a Calvino mismo, a desconfiar profundamente cimienten a la rehabilitación. Los justificados
de la autoridad del magisterio eclesiástico (cf. son los reputados justos. Tal es el sentido, en
Bouwsma, 1992: p. 65). (10) lengua griega, del correspondiente vocablo (cf.
Institutio Religionis Christianae, iii, xi, iii).
A quienes Dios ha iluminado con Su
2. La teología de J. Calvino
sapiencia, ha redimido; a quienes ha redimido, ha
Juan Calvino, quien también se destacó justificado; a quienes ha justificado, ha santificado.
en cuanto redactor de ordenanzas eclesiásticas En consideración de los correspondientes vínculos
(las ordenanzas que compuso, el 1541, para de condicionamiento suficiente y de la propiedad
la ciudad estado de Ginebra), ordenanzas por de transitividad, la divina iluminación del fiel,
virtud de las cuales el comportamiento moral causada por Dios en beneficio del fiel, quien es
de los ciudadanos devino el contenido de una un predestinado a la gloria, no a la condenación,
obligación no solamente moral, sino también es condición suficiente de la santificación. Así,
jurídica –moralidad heteronómica en cuanto pues, como post festum sepamos que B no ha
normativamente compelida-, hizo observar sido santificado, será imposible que no sepamos
que genuinos charlatanes (11) son aquellos que que B no ha sido iluminado.
demandan, allende de las Escrituras Sacras En conformidad con lo anterior,
mismas, un criterio epistémico distinto de las comprendemos que no seamos justificados sin
Escrituras Sacras. Tan absurda es semejante las obras (por sus frutos los conoceréis); y
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que, sin embargo, no seamos justificados por hacer del mismo barro un vaso de honor y un vaso
éstas. En la participación de Cristo, en la cual indecoroso? (Epístola a los Romanos, ix, xx-xxi).

consiste toda justicia, no menos que la justicia Con arreglo a la correspondiente metagoge,
está contenida la santificación (cf. Institutio Dios “ha soportado” con longanimidad a los
Religionis Christianae, iii, xvi, i). cálices de ira, maduros para la perdición; y ha
A diferencia de santo Tomás de Aquino, manifestado la plenitud de Su gloria en relación
Calvino declaró que la predestinación es gémina con los cálices de misericordia (cf. Epístola a los
(=praedestinatio gemina), a saber: tanto a la gloria Romanos, ix, xxii-xxiv).
cuanto a la condenación. Artificiosa sutileza Con adecuación doctrinal al Apóstol,
escolástica es la distinción de predestinados Calvino estableció que la justicia le es imputada
(=praedestinati) y de precitos (=praesciti), al fiel. Dios tiene por justo al inocente por
fundada sobre harto problemáticos supuestos misericordia, o sea, a quien es inocente porque
ontológicos y teológicos. Ex. g., cuando el texto se ha apiadado de él (cf. Institutio Religionis
bíblico asevera que Dios endureció el corazón Christianae, iv, xv, x).
del Faraón (cf., ex. g., Éxodo, x, xx), el referido No contamos, en nosotros ni por
endurecimiento ha de inteligirse, impropia y nosotros mismos, con instrumento alguno de
translaticiamente, como la aserción de que omitió perfeccionamiento moral ni salvífico. Hemos
participarle Su gracia. Desde el punto de vista sido convocados, de antemano y sin mérito ni
del reformador picardo, aquél que interpreta demérito mediantes algunos, ora a la gloria, ora a
con semejante gratuidad alegórica la letra de las la condenación (cf. R. Morçay y A. Müller, 1960:
Escrituras, profana a éstas con impudencia. p. 359). (12)
Calvino cimentó sus reflexiones sobre La predestinación es inflexiblemente
las epístolas del Apóstol; singularmente sobre la incondicionada (segundo dogma de los cinco
Epístola a los Romanos, valorada por él como esenciales al calvinismo), y la expiación es
la puerta de ingreso en el más oculto tesoro limitada (tercer dogma del calvinismo). En
de las Escrituras, como lo hizo advertir en la contraposición con el calvinismo, el arminianismo
introducción a su comentario de la susodicha estableció (en el texto de la Remonstrance o
epístola, fechado en octubre de 1539 y dedicado Protesta, sometido a la Iglesia Neerlandesa el
a Simon Grinée. 1610, e impugnado por el Sínodo de Dort el
En el noveno capítulo de su Epístola a los 1619), correlativamente, la condicionalidad de
Romanos, el Apóstol de los Gentiles estableció la elección y la universalidad de la expiación
que la divina predestinación es una verdad (Boettner, Op. cit., pp. 370-372). Contrariamente
eterna, en el sentido de que existe ab aeterno. al pelagianismo, al arminianismo y, en general,
En el capítulo nono, san Pablo introdujo su a toda variedad de naturalismo, el calvinismo
celebérrima alusión a Jacob y a Esaú, según la ha subrayado, enfática y elocuentemente,
cual antes de su nacimiento y en conformidad la rigurosa incondicionalidad del decreto
con la divina elección, no en acuerdo con las predestinante. Loraine Boettner supo remarcar,
obras, Dios decretó que el mayor serviría al en su texto acerca de la doctrina calvinista de
menor (cf. Epístola a los Romanos, ix, xi-xiii). la predestinación (The Reformed Doctrine of
Contra los epicúreos y, en general, contra Predestination [Nueva Jersey: Presbyterian &
todos aquellos que estiman imperioso recurrir Reformed Publishing Company, Phillipsburg,
a la teodicea (=causa Dei asserta per iustitiam 1932; traducción castellana de Libros Desafío,
eius), san Pablo esgrimió la consideración del efectuada por Manuel E. Gómez [Grand Rapids,
cáliz del alfarero: Michigan, 1994]]), que la tesis de la reprobación,
¡Oh hombre! ¿Quién eres tú para pedir cuentas
por severa y escandalosa que sea para la mente
a Dios? Acaso dice el vaso al alfarero: ¿Por qué del carnal, es “la única explicación inteligente y
me has hecho así? ¿O es que no puede el alfarero bíblica de los hechos” (Boettner, Op. cit., p. 93).
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Habida cuenta de que Dios lo hace todo, del pecado originario, terríficamente arraigada
por conducto de una gracia rigurosamente (¡hasta la médula de los huesos!) (cf. Institutio
irresistible, al sacramento nada se le añade ni Religionis Christianae, iii, xx, xliv). (13)
se le substrae a fuer de la dignidad de quien lo ***
ministra (cf. Institutio Religionis Christianae, Relativamente a la predestinación, el
iv, xv, xvi). Plenamente erraron aquellos que, a autor hizo observar que, para la humana razón,
similitud de los donatistas y los anabaptistas, constituye un laberinto escandaloso. El tema
supeditaron la dignidad del sacramento a la es, en efecto, un inconmensurable laberinto (cf.
del ministro; o, por mejor decir, la eficacia el Comentario de la epístola a los Romanos,
del sacramento al hecho de que el ministro ix, versículo xiv) para el espíritu humano,
que lo administra se halle en estado de gracia singularmente para el desprovisto de fe, desde
Empero, la divina gracia no está esencialmente cuyo punto de vista el abordaje del susodicho
vinculada con los sacramentos (=el bautismo y asunto deviene un crurifragio.
la eucaristía), en forma tal que puede adquirirse San Pablo mismo fue consciente, y de ello
mediante la sola Palabra (cf. Institutio Religionis rinde testimonio la Epístola a los Romanos, de que
Christianae, iv, xv, xxii). la murmuración y el infundio indefectiblemente
*** se personarán cuando deba abordarse el tema de
En conformidad con el vigésimo capítulo la predestinación:
del libro tercero de la Institutio Religionis
Christianae, el Padre Celestial no desampara San Pablo sabe y dice que la crítica tendrá lugar
siempre que se diga a los hombres que, aun antes
a Sus criaturas, toda vez que es infaliblemente
de nacer, Dios por su secreta voluntad, ordena lo
fiel a Su promesa; consideración idéntica a que ha de ser; esta doctrina, asegura el Apóstol,
la de Martín Lutero (cf. Institutio Religionis está dada por el Espíritu Santo y por consiguiente,
Christianae, iii, xx, xxxvi). Para cimentar su que la bondad y la ternura de quienes desean ser
consideración, remitió a Ps., xxvii, x; a Isaías, tenidos como más prudentes que el Espíritu Santo,
tratando de impedir y apaciguar los escándalos,
lxiii, xvi, y a la Segunda Epístola a Timoteo, ii, no son en modo alguno soportables. Por miedo al
xiii. Contamos con la divina promesa, la cual es hecho de que Dios pueda ser blasfemado o acusado
invulnerable (cf. el Evangelio según san Mateo, confiesan que la salvación o la perdición de los
vii, xi): hombres depende únicamente de la libre elección
humana (Comentario de la Epístola a los Romanos,
Si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas ix, comento del versículo xiv [J. Calvino, 1995: p.
a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial 246]).
dará buenas cosas a quienes se las pidan?
El pelagianismo es la consecuencia
El Dios predicado por las Escrituras es doctrinal no solamente de una condescendencia
aquél que, por Su potencia, rige y gobierna mal inteligida, sino también de la intolerable
impecablemente el universo mundo, el cual es ufanía de aquellos teólogos que presumen
contenido por Dios. Las Escrituras atestiguan, ser más prudentes que el Espíritu Santo. El
como sabemos muy bien, que Dios ostenta una
pelagianismo es, en última instancia, la absurda
infinita altura, y que cuenta con una esencia
pretensión de que se puede ser cristiano sin
inconmensurable. Idénticamente, Su potencia
el auxilio y la asistencia de Jesucristo; la de
es inmensa, e ilimitada –valga el pleonasmo-
que el agente humano se salva o se extravía
Su inmortalidad (cf. Institutio Religionis
espiritualmente por sí mismo. El pelagianismo
Christianae, iii, xx, xi). A pesar de la elocuencia
es una especificación del universalismo, el cual
de las Sacras Escrituras en cuanto a su rendición
diferénciase del enfoque teológico-dogmático
del correspondiente testimonio, el cual es sublime,
rebélase en nosotros la propensión pecaminosa arminiano y del calvinista:
(originaria) hacia la rebeldía. La infidelidad, en I. En acuerdo con el universalismo, Jesucristo
efecto, está, en el hombre posterior a la comisión murió por los hombres todos, los cuales
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serán, en su totalidad, redimidos. A esta Hemos de reiterar que Calvino estableció


perspectiva teológica adhirió el afamado que a aquellos a los cuales Dios iluminó,
Orígenes de Alejandría (185-254). redimió; a los que redimió, justificó; (15) a los
II. En conformidad con el arminianismo, Dios que justificó, santificó. Calvino tuvo también
cuenta con un plan genérico, mas no con presente, con acribia, la referencia escripturística
un programa específico o especificado. Su (cf. Epístola a los Romanos, viii, xxix-xxx): a
preordinación solamente concierne a las quienes conoció (presciencia divina), predestinó;
condiciones genéricas de la economía de a quienes predestinó, convocó; a quienes
la redención. convocó, justificó; a quienes justificó, glorificó
III. Con arreglo al calvinismo, Dios no sólo (cf. Epístola a los Romanos, viii, xxix-xxx;
posee un plan genérico, sino también un Institutio Religionis Christianae, iii, xxiv, i).
programa ilimitadamente específico. En (16) En la Epístola a los Romanos, viii, xxix-
lo divino la certidumbre de la presciencia xxx, pues, establécese la siguiente relación de
cimiéntase, con exclusividad, sobre condicionamiento suficiente: presciencia –>
la antecedencia de la preordinación o predestinación –> vocación (inquantum acto
predestinación. ‘Preordinación’ dice nexo, de convocatoria o de llamado) –> justificación
ante todo, con los entes criaturos en (=rehabilitación) –> glorificación. (17)
general; ‘predestinación’, con los entes Retóricamente considerados, los versículos
titulares de personalidad moral (cf. vigésimo nono y trigésimo del capítulo octavo
Boettner, 2003: pp. 42-44). reciben la denominación de gradatio. Calvino
Al abordar el tema de la predestinación, escribió que el autor, i. e., el incomparable
penétrase en el santuario de la divina sapiencia. san Pablo, no pretendió establecer un ligamen
Hórrida vesania es la pretensión de adquirir de antecedencia según su sentido temporal
conocimiento, acerca de aquélla, no contenido sino, antes bien, remarcar enfáticamente la
ni precontenido dentro del texto de las continuidad de la predestinación, la vocación,
Escrituras. Quien frecuentare vías intransitables, la justificación, o sea, la gratuita imputación
inexorablemente se extraviará y perecerá. de justicia y, finalmente, la glorificación (cf. el
La nesciencia tácitamente encomiada no ha Comentario de la Epístola a los Romanos, cap.
de avergonzarnos, toda vez que es docta (cf. viii; comento del versículo trigésimo de Romanos,
Institutio Religionis Christianae, iii, xxi, i, ii): viii). La presciencia, en acuerdo con Calvino, no
es el correlativo atributo operativo acerca del
Ante todo, pues, tengamos delante de los ojos, cual escribieron abundosamente los teólogos
que no es menos locura apetecer otra manera de
escolásticos, quienes teorizaron sobre aquélla
predestinación que la que nos está expuesta en la
Palabra de Dios, que si un hombre quisiera andar en el marco de su teología racional (=theologia
fuera de camino por rocas y peñascos, o quisiese ver naturalis), sino, antes bien, la adopción por la cual
en medio de las tinieblas. Y no nos avergoncemos Dios diferenció de los réprobos a Sus elegidos
de ignorar algo, si en ello hay una ignorancia docta (cf. el Comentario de la Epístola a los Romanos,
(Institutio Religionis Christianae, iii, xxii, i, ii).
viii; comento del versículo xxix). En esta medida,
El aparente oxímoron ‘docta ignorantia’ la divina presciencia no antecede lógicamente,
es elocuente por sí. Henos en presencia de como lo habría propuesto un esencialista
una genuina agnosia, o sea, reconocimiento teológico-especulativo, a la divina voluntad;
de la propia apedeusia, la cual es, con todo, antes bien, depende de ésta. La formalidad de
de sí consciente (=reflexivamente consciente). la voluntas readquirió preponderancia, hecho
Semejantes precisiones son, generaliter que un Jean Gerson, el Doctor Christianissimus
spectatae, deudoras de los apuntamientos de (1363-1429), habría recibido con beneplácito. El
Sócrates y Nicolás de Cusa, cimentadores del verbo griego prwrídsein, sólitamente traducido
“saber” agnoiológico. El sideroxylon es solamente como predestinar, se empleó, en el texto de la
aparente. (14) epístola comentada, para designar el hecho de
MOYA: Acerca de J.Calvino... 237

que Dios haya determinado, con inconcusa e determinante de la volición decretante de Dios
invulnerable soberanía, que los elegidos por implica, oximorónicamente, indagar en torno de
Él portarían consigo la indeleble imagen de una realidad superior a la divina (cf. R. Morçay y
Jesucristo (Calvino, Op. cit., viii, comento del A. Müller, 1960: pp. 356 y ss.). El divino consejo,
versículo xxix). por virtud del cual ha ordenado, con eterna
En el versículo trigésimo de la epístola antelación, a unos a la beatífica vida eterna y a
paulina, ‘predestinar’ no denota la elección, sino otros a inexhaurible condenación, no entraña el
el propósito o el decreto divinos, por virtud de menor condicionamiento extrínseco. (19)
los cuales ordenó, a Sus elegidos, portar la cruz La gracia es irresistible. Los “sofistas”, h.
de Jesucristo. La referida glorificación no es tal e., los teólogos escolásticos, deliran al invocar el
según un sentido mundano, sino el divino, el figmento de una gracia emasculada, susceptible
cual implica, indefectiblemente, el tránsito a lo de rehusamiento por el agente moral. La divina
largo de una vía dolorosa (Calvino, Op. cit., viii; gracia no es tal que pueda ser admitida o
comento del versículo xxx). recusada en acuerdo cabal con el libérrimo
Advirtamos (cf. Institutio Religionis beneplácito humano. Antes bien, el testimonio
Christianae, iii, xi, ii]) de que la justificación de las Escrituras manifiesta, con perspicuidad,
(=la rehabilitación) consiste en la aceptación que Dios cimienta en tal forma la humana
mediante la cual Dios nos recibe en Su gracia perseverancia que el justificado no corre riesgo
y nos tiene por justos. Consiste, asimismo, en de extravío (cf. Institutio Religionis Christianae,
la remoción de los pecados y en la imputación ii, iii, x). En la persona humana posterior a
de la justicia de Cristo. Aquella aceptación la comisión del pecado originario, querer no
es enteramente independiente de los praevisa depende, con exclusividad, de Dios. El querer bien,
merita, los cuales, como también lo hizo subrayar en cambio, sí es dependiente, exclusivamente,
Tomás de Aquino, no son en absoluto razones del ente divino. Como Dios omitiere intervenir
suficientes fundantes de la rehabilitación. Los conductivamente, el hombre no podrá ni siquiera
justificados son los reputados justos. bregar someramente contra la concupiscencia y
En el noveno capítulo de la Epístola a los rebeldía raigalmente anidadas en lo profundo de
Romanos, san Pablo escribió que la predestinación su corazón (cf. Institutio Religionis Christianae,
de lo Divino –genitivo subjetivo- es una verdad ii, v, xiv).
eterna, en el sentido de que existe ab aeterno. En La mediación de Jesucristo es condición
los versículos xi-xiii del capítulo nono, el Apóstol suficiente de la humana remisión de pecados.
introdujo su afamada alusión a Jacob y a Esaú: La divina naturaleza es en demasía sublime,
Pues bien, cuando aún no habían nacido ni habían en forma tal que el hombre, ente innoblemente
hecho aún bien ni mal, para que el propósito de mancillado, no puede aproximarse impunemente
Dios, conforme a la elección, no por las obras, sino a ella. La extrema sublimidad divina no admite el
por el que llama, permaneciese, le fue a ella dicho: humano acercamiento. Dios debió proveernos de
“El mayor servirá al menor”, según lo que está
una imagen de Sí, deidad invisible e intangible.
escrito: “Amé a Jacob más que a Esaú” (Epístola a
los Romanos, ix, xi-xiii). (18) Esa imagen es el agnus Dei:
Él es Imagen de Dios invisible, Primogénito de
*** toda la creación, porque en él fueron creadas todas
Epitomemos. En acuerdo con el teólogo y las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles
humanista picardo, Dios predestina y reprueba y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones,
con base en un infrangible decreto, eternamente los Principados, las Potestades: todo fue creado
preestatuido. Inquirir, con el cultor de la impía por él y para él, él existe con anterioridad a todo,
y todo tiene en él su consistencia (Epístola a los
disciplina por G. W. Leibniz (1646-1716) Colosenses, i, xv-xvii).
nominada ‘teodicea’ (=Essais de Théodicée sur
la bonté de Dieu, la liberté de l’homme et Si Dios no fuese conocido por conducto
l’origine du mal [1710]), respecto de la razón de Jesucristo, es decir, Su impoluta imagen, la
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humana redención sería imposible (cf. Institutio sustentan lo contrario (cf. el comento de la
Religionis Christianae, ii, vi, iv). Epístola a los Romanos, vii, xiv).
Jesucristo fue consciente de la calamitosa Ahora bien, nuestro clípeo es el amor de
disposición espiritual de la grey hebrea. Solamente Dios. Por ello, el versículo trigésimo primero del
una promesa mesiánica de redención podía capítulo octavo de la Epístola a los Romanos,
salvarla. El Cristo debe asumirse, por ello mismo, de san Pablo, establece que si Dios está con
como el fin y la culminación plenificante de la nosotros, ¿quién prevalecerá contra nosotros?
ley. El conocimiento de las divinas demandas (¿Qué diremos, pues, a esto? Si Dios está por
no sería proficuo como simultáneamente no nosotros, ¿quién contra nosotros? [Edición de
contásemos con el auxilio del redentor, quien Eloíno Nácar Fuster y Alberto Colunga, volumen
manumite al pecador del opresivo yugo del i de la Biblioteca de Autores Cristianos]).
pecado (cf. Institutio Religionis Christianae, ii, El amor de los fieles coincide plenamente
vii, ii). con la piedad. El piadoso es aquél que, amando a
*** Dios por sobre todas las cosas, confiere a Dios lo
La ley es semióticamente feraz, toda vez Suyo propio; lo que Dios, con entera legitimidad,
que hace posible la humana percatación de la puede imperiosamente demandar como propio.
imposibilidad de que la criatura, sobre la exclusiva Finalmente, el teólogo picardo prorrumpió
base de sus propias fuerzas, cimiente redención en denuestos contra los sofistas (=los escolásticos),
alguna. La ley es el criterio de verificación de la toda vez que con vehemencia aseveraron que la
propia impotencia soteriológica. Por ende, es una salvación es incierta (cf. la réplica de Calvino
incontestable instancia de confutación del yerro contra los artículos décimo y décimo tercero
pelagiano. (20) No obstante, por sí misma es de la sexta sesión del Sacrosanto y Ecuménico
Concilio de Trento (1535-1563); y el Comentario
incapaz de fundar redención alguna. Su utilidad
de la Epístola a los Romanos, viii, xxxiv).
es admonitoria y negativa, no eliciente ni asertiva.
***
A la luz de la sola ley, el hombre es excluido de
En acuerdo con el pesimismo calviniano,
la vida eterna, y objeto de perenne maldición
como un hombre, tenido por integérrimo en
(cf. Institutio Religionis Christianae, ii, vii, iii).
su virtud, no destine todo su esfuerzo a la
(21) A la dilucidación de un sentido teológico-
glorificación de Dios, el cielo abominará de él
sistemáticamente admisible de que ley sea la
(cf. Institutio Religionis Christianae, iii, iii, vii).
“causa” del pecado, el autor consagró algunos Desde este punto de mira –cabe inferencialmente
de los más esclarecidos folios de su comentario educir-, la naturaleza no parece volcada hacia
de la Epístola a los Romanos; concretamente los la maleficencia. Desde el presente punto de
correspondientes al séptimo capítulo de la epístola. vista, la libertad de arbitrio no es tenida por
Al abordar el versículo décimo cuarto, Calvino exhaustivamente arrumbada. Empero, como nos
supo destacar, elocuentemente, la voluntariedad remitamos a consideraciones sobrenaturales,
del pecado, la cual es consistente con su necesidad. referentes al orden de la gracia, ciertamente
Ésta fúndase sobre la pravedad de la humana habremos de negar, como no quisiéremos
naturaleza. Ciertamente, la pravedad es posterior, zozobrar en las túrbidas aguas del pelagianismo
según los órdenes lógico y cronológico, a la caída y el semipelagianismo, que la naturaleza pueda
de Adán, exclusivamente a cuyo lapsus obedece alguna cosa.
el inficionamiento raigal de la naturaleza humana. Las Sagradas Escrituras proporcionan un
Tan encomiable era la humana naturaleza antes consuelo de invulnerable solidez. Aseveran que
de la caída que no había menester de gracia bienaventurados son aquellos que mueren en
santificante para el reconocimiento de lo recto el Señor (cf. Institutio Religionis Christianae,
y para su discernimiento de lo inicuo. Hogaño, iii, v, x).
semejante discriminación es, en ausencia de Henos en presencia de los genuinos y
gracia, imposible. Solamente los pelagianos propios fundamentos para la debida ordenación de
MOYA: Acerca de J.Calvino... 239

la vida humana. Imposible es hallarlos semejantes al inocente por Su misericordia (cf. Institutio
en las obras de los filósofos, a fuer de que cuando Religionis Christianae, iv, xv, x). (23)
estos disertaron acerca de la virtud y lo honesto, Inferencialmente hemos de establecer, por
nunca transcendieron, en punto a conocimiento, consecuencia, que no existe inocente por virtud de
la dignidad natural del ente humano (cf. Institutio sus propios merecimientos. Éste es un delirante e
Religionis Christianae, iii, vi, iii). impío figmento de los pelagianos. (24)
Para que haya justicia en la acción del fiel, La gracia lo es todo. Por ello, al sacramento
es imperioso otorgar a Dios cuanto corresponde nada se le añade ni se le substrae por causa de
a Él. He aquí una condición necesaria de especie la dignidad de quien lo ministra (cf. Institutio
factual y operatoria. Empero no es suficiente, Religionis Christianae, iv, xv, xvi). (25)
toda vez que para que haya justicia, es ineludible Contra los anabaptistas, el autor escribió
que exista una vocación constante y duradera de que el bautismo de los infantes constituye un
riguroso sometimiento a lo Divino o, por mejor, testimonio de su salvación, el cual signa y
al divino predominio (cf. Institutio Religionis confirma el pacto establecido por Dios con ellos
Christianae, iii, iii, vii). He aquí la esencia (cf. Institutio Religionis Christianae, iv, xvi, xxi]).
misma de la fidelidad, a la cual se contrapone la (26) Con arreglo a Calvino, el fervor anabaptista
desventurada rebeldía ínsita en el corazón de todo es una consecuencia del abandono divino. De ahí
pecador; rebeldía conducente hasta la teomaquia. que los anabaptistas prefieran adherir a enormes
El primer peldaño en orden a la adquisición de errores. Dios castiga justamente su soberbia y
la oboedientia legis es la abnegación de nuestra su obstinación generando una tal vesania (cf.
naturaleza y de nuestra voluntad, la cual debe ser Institutio Religionis Christianae, iv, xvi, xxxi).
inmolada al servicio del ente divino (cf. Institutio ***
Religionis Christianae, iii, iii, viii). Cualesquiera J. Calvino no impugnó, en absoluto, la
concupiscencias con las cuales es mancillada el necesidad de recurrir a la disciplina eclesiástica.
alma, son indubitablemente antitéticas en relación ¿Qué acontecería, en efecto, si a cada cual le fuese
con la lex Dei. Cada una de ellas es un pecado lícito hacer cuanto se le antojare? Sobrevendría
mortal. la cabal anomia. Por ello, la predicación de la
Como bien sabemos, Calvino negó divina palabra debe hacerse acompañar de la
enfáticamente que haya una distinción plausible amonestación privada, de las correcciones y de
entre los pecados mortal y venial. Todo pecado, otros auxilios símiles. Confieren auxilio a la
de cierto, es mortal. Todo pecado implica una doctrina, en forma tal que la última no permanece
consecuencia devastadora: el establecimiento de ineficaz (cf. Institutio Religionis Christianae,
una humanamente infranqueable sima entre el iv, xii, i). La execración, la cual difiere de la
creador y Su criatura espiritual y volente. Toda excomunión, oblitera la esperanza de remisión y
concupiscencia es, en realidad, indicial de una libra al pecador impenitente a la eterna muerte
pravedad ínsita en la humana voluntad. Toda (cf. Institutio Religionis Christianae, iv, xii, x).
protervia es, tanto como la falta generada por Empero, la disciplina ha de ser atemperada por el
ella, un pecado mortal (cf. Institutio Religionis espíritu humanitario, tanto en lo genérico cuanto
Christianae, iii, iii, viii). En esta medida, en lo particular. De lo contrario, la severidad
la voluntad pecadora deviene una suerte de disciplinar correría el riesgo de devenir oficio de
pecado “substantivo”. Empero, puesto que san verdugos (Loc. cit.).
Agustín aspiró a guarecerse de las calumnias ***
venéficamente propaladas por los pelagianos El cuarto libro de la Institutio Religionis
(Pelagio y Julián de Eclana), omitió denominar, a Christianae contiene la política calviniana, la
la concupiscencia, pecado (cf. Institutio Religionis cual cimiéntase con exclusividad sobre las Sacras
Christianae, iii, iii, xii). (22) Letras. Tanto como la futura política (=teología
La justicia del fiel es imputada a éste. El política) de Jacques-Bénigne Bossuet (1627-
Padre Celestial tiene por justo, exclusivamente, 1704), obispo de Meaux, la calviniana es una
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política educida de las Escrituras. La monarquía, 4. Aplicar correcciones (cf. Institutio


en acuerdo con Calvino, no fue preconizada por Religionis Christianae, iv, vii, vi). (27)
el texto bíblico en el sentido de que un único En acuerdo con Calvino, la función
hombre deba gobernar al mundo entero. De preeminente de los obispos consiste en predicar y
cierto, las Escrituras han querido significar que explicar la divina palabra. En segundo lugar, han
ningún príncipe puede tolerar a otro, equipolente de administrar rectamente los sacramentos, los
a él, en el ejercicio del papel gubernativo (cf. cuales son solamente dos, scil.: el bautismo y la
Institutio Religionis Christianae, iv, vi, viii). comunión (bajo ambas especies sacramentales).
Tres son las partes de la ley mosaica: En tercer y último lugar, amonestar y exhortar
la moral, la ceremonial y la judicial (cf. a corrección a quienes pecaren (cf. Institutio
Institutio Religionis Christianae, iv, xx, xiv). Religionis Christianae, iv, vii, xxiii). (28)
Su contraparte es aquella ley que Dios ha ***
depositado en el corazón humano; ley natural En relación con la fe, recuperemos la
de la conciencia moral (cf. Institutio Religionis definición aclaratoria del autor, a continuación
Christianae, iv, xx, xvi). de cuya enunciación el mismo Calvino dilucidó,
La ley mosaica no fue abolida porque leyes escueta y enumerativamente, cada una de sus
sucedáneas hayan sido mejores, sino por razón de
dimensiones; toda vez que la fe es multidimensiva.
las circunstancias de tiempo, de lugar y de país
La fe consiste en el conocimiento firme y cierto
(cf. Institutio Religionis Christianae, iv, xx, xvi).
de la divina voluntad respecto de cada uno de
El gobernante ostenta, en la medida en
nosotros, el cual se cimienta sobre la verdad de la
que es investido de la pública autoridad (para
legislar y para ejecutar), el mismo poder y promesa gratuita
la misma dignidad que Dios ha conferido por […] hecha en Jesucristo, revelada a nuestro
conducto de la Divina Palabra. El gobernante entendimiento y sellada en nuestro corazón por el
es, indefectiblemente, un ministro de la divina Espíritu Santo (Institutio Religionis christianae,
justicia, aun cuando sea, individualmente iii, ii, viii).
considerado, pravo e indigno (cf. Institutio La fe, hemos de colegir, es un grado
Religionis Christianae, iv, xx, xxv). A pesar de de asentimiento, temáticamente concerniente a
lo primero, los magistrados inferiores ostentan aquello que Dios ha decretado, irrefragablemente,
indubitable relevancia jurídico-política (cf. en relación con cada uno de nosotros, enunciatarios
Institutio Religionis Christianae, iv, xx, xxxi). de la divina interpelación. El referido grado de
La guerra no debe ser emprendida asentimiento se funda sobre la promesa gratuita
por los gobernantes más que para propiciar de Dios (quien es el enunciante de la promesa),
la consecución de la paz, siempre y cuando la cual ha sido revelada –no podía ser de otra
hubieren sido agotados los otros recursos. Es manera- al intelecto humano (por conducto de
imperioso buscar la paz mediante todas las vías Jesucristo) y ha sido signada por el Espíritu
posibles antes de apelar a la guerra (cf. Institutio Santo. En otro escrito, cuya publicación es aún
Religionis Christianae, iv, xx, xii). ventura, habremos de ocuparnos del presente
Respecto de la política tributaria, el autor objeto de estudio.
aseveró que los impuestos son subsidios destinados Ahora bien, que la fe sea un grado
a la población disminuida. Cuando un pueblo es, de asentimiento o un modo específico de
sin razón suficiente, agobiado con tributos, es el conocimiento humano, no implica, en absoluto,
objeto de un latrocinio (cf. Institutio Religionis que sea conmensurable con la simple aprehensión,
Christianae, iv, xx, xiii). ni con la operación sintética de especie judicativa,
La autoridad eclesiástica consta de cuatro por conducto de la cual el intelecto humano
elementos precipuos: plasma mentalmente el enlace de un sujeto de
1. Organizar a los obispos. atribución y de un predicado ora lógico, ora real;
2. Reunir a los concilios. o afirma la existencia extramental (=existentia
3. Escuchar apelaciones. ut exercita) de un nominatum. La fe ostenta una
MOYA: Acerca de J.Calvino... 241

atípica peculiaridad: desde el punto de vista de cuatro virtudes cardinales. Exactamente lo mismo
su objeto, transciende cabalmente a los sentidos hemos de advertir acerca de la justicia. (29)
humanos. El mismo intelecto debe ser promovido
por sobre sí para que alcanzar la fe le sea posible Notas
(cf. Institutio Religionis christianae, iii, ii, xiv).
La fe ha de ostentar unas tales formas que
1. En acuerdo con Abel Lefranc, tan criticado por
permanezca invisible, y que el fiel no experimente Lucien Febvre (quien negó que en el Renacimiento
temor ante Satán; ante las maquinaciones todas haya habido ateísmo), Rabelais disolvió, por
del averno; ante el universo en su totalidad. conducto de la sacrílega hilaridad, la cuestión de
Semejantes propiedades son propias, valga el los milagros divinos. Es verosímil que posiciones
pleonasmo, de la Divina Palabra (cf. Institutio como las rabelesianas hayan podido conducir, a
Religionis Christianae, iv, viii, ix). En esta osados espíritus del siglo XVI, a un racionalismo
denodadamente hostil a la admisión de lo sobrenatural.
medida, el autor respondió afirmativamente al
Indicio de ello es que Pietro Pomponazzi (1462-1524)
interrogante que se había formulado: ¿Depende haya compuesto, hacia 1520, De Incantationibus
la fe, exclusivamente, de la Divina Palabra? (cf. (=De naturalium Effectuum admirandorum Causis,
Institutio Religionis Christianae, iv, viii, ix). seu Incantationibus Liber, inédito hasta 1556).
Las máculas y las arrugas del espíritu La doctriana pomponazziana del milagro fue,
son obliteradas cotidianamente, hasta la parusía. substancialmente, deudora de la crítica contenida
en De Divinatione, de Marco Tulio Cicerón (cf. L.
Con ocasión de ésta, la supresión de aquéllas
Febvre, 1947: p. 243):
será cabal. Como lo anterior no fuese admitido,
otorgaríase tácitamente la razón a los teólogos
Non sunt autem miracula, quia sint totaliter contra
pelagianos, quienes has estatuido que la justicia
naturam... sed pro tanto dicuntur miracula quia
de los fieles puede devenir, durante la vida insolita et rarissima facta, et non secundum naturae
presente, perfecta. Idénticamente, asentiríase cursum, sed in longissimis periodis (reproducido en
con implicitez a asertos heréticos como los de L. Febvre, 1947: p. 243, nota 3).
donatistas y cátaros, según los cuales la auténtica
Iglesia no posee defecto alguno (cf. Institutio ‘Curso de la naturaleza’ debe inteligirse como la
Religionis Christianae, iv, viii, xii). iteración y la frecuente recurrencia de los estados de
El Evangelio es una potencia de Dios cosas. Del milagro, en cambio, propia es la cualidad
para la salvación, toda vez que hace posible de lo insólito.
la comunicación de la divina potencia. En su
Epístola a los Romanos, el Apóstol dedujo la No existe hecho alguno que no resulte del
causa a partir de su efecto (cf. J. Calvino, 1995: condicionamiento ejercido por las leyes naturales. Es
menester que las muertes supuestas por las aparentes
p. 40). Dios salva a los predestinados en la resurrecciones sean, meramente, aparentes. Si hubo
medida en que los justifica por el Evangelio. La “resurrección”, no había habido muerte del sujeto
correlativa justicia (justicia por el Evangelio) viviente. El alma de éste había permanecido oculta
recíbese por la fe (Loc. cit.). dentro del cuerpo; rigurosamente anquilosada y
Dios suprime dos impedimenta contrarios sofocada por intensos sacudimientos (cf. Febvre,
a la rehabilitación, a saber: la impiedad, la cual 1947: p. 245). El cuerpo, por su parte, habíase
sumergido en una suerte de catatonia.
incluye la superstición, y los deseos mundanos.
Asimismo, reduce todas nuestras acciones a tres
miembros, scil.: la sobriedad, la justicia y la virtud Los conceptos de naturaleza y de ley no figuraron
entre los esmeradamente articulados por los
(cf. Institutio Religionis Christianae, iii, vii, iii). intelectuales del Seicento. La “ley” consiste en una
Esta división dialéctica es pésima, estimamos necesaria regularidad, en una configuración racional
nosotros, toda vez que la sobriedad, la cual del mundo en orden al bien y a la belleza (cf. L.
equivale a la temperancia o es, cuando menos, Febvre, 1947: p. 496).
subsumible bajo ésta, debe conceptuarse como
una de las especies de la virtud, la contracción Entre los adversarios del milagro contáronse no
especificativa de la cual es cuádruple, o sea, las solamente los paduanos, caros a Henri Busson, sino
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también los reformados, conscientes del mal empleo iv, xi, xiv). Cuando el Emperador Constantino
que de los relatos de eventos milagrosos solían hacer convocó al primer Concilio Ecuménico de la Iglesia,
sus adversarios católicos (cf. Febvre, 1947: p. 249). en el 325 de la era común, el cual se celebró en la
Relativamente al milagro, el prominente Calvino ciudad de Nicea, situada no lejos de Constantinopla,
adoptó una posición cautelar y la figura del escéptico. nadie puso en tela de juicio que la autoridad para
Con todo, ningún estudioso riguroso osaría ubicarlo convocar al Concilio recaía exclusivamente sobre
entre los anticristianos. Cf. L. Febvre, 1947: p. 240. el Emperador, quien la monopolizaba (cf. Institutio
Religionis Christianae, iv, xii, xxii).
Desiderio Erasmo ya había alegorizado las penas
del averno. A su donosa manera, aseguró que los Malhadadamente, los pontífices romanos agobiaron
demonios son buenos conmilitones. El tormento a las conciencias individuales con insoportables
de los condenados es la ansiedad perpetua que cargas, no preexistentes en las Escrituras. Ligaron
acompaña al hábito inveterado del pecado. Esta a las conciencias con invenciones en absoluto
tesis fue sustentada por Ambrose Catharin, O. P. refrendadas por el testimonio escripturístico (cf.
(en De bonorum Praemiis et Supplicio malorum Institutio Religionis Christianae, iv, xii, xxi), lo
aeterno [Lyon, 1542]), y por el mismo J. Calvino. cual implica contaminar a la fe con sacrílegos
Éste último, empero, omitió despojar a la plebe de aditamentos ilegítimos. Las leyes, las prescripciones
la creencia en los tormentos imaginados por los que han emanado de la “Santa Sede” son impías
teólogos medioevales. Cf. L. Febvre, 1947: p. 255. invenciones humanas, inspiradas por el príncipe de
los demonios. Peor aún, quienes devienen monjes y
frailes se separan, voluntariamente, de la comunidad
2. Y, sin embargo, a similitud de los neoplatónicos
eclesiástica.
renacentistas, liderados por Marsilio Ficino y por
Giovanni Pico della Mirandola (1463-1494), Calvino
reconoció que el conocimiento de lo Divino por 5. En Francia, la aludida represión antiprotestante se
conducto de Sus criaturas (=Sus obras) es la vía prolongó, ferozmente, desde el 10 de noviembre
propia para el nutrimento y el robustecimiento de 1533 hasta el 5 de mayo de 1534, lapso de seis
de nuestra fe en la inescrutable sapiencia del ente meses durante el cual fueron inmolados, en París,
divino. La salvación, como para los neoplatónicos, veinticuatro mártires protestantes. Cf. L. Boettner,
consistió para Calvino en el progreso cognitivo 2003: p. 344.
(cf. Institutio Religionis Christianae, iii, ii, vii; R.
Battenhouse, 1948: p. 453).
6. En La reforma radical, George H. Williams ha
planteado que tres fueron los impulsos de la Reforma
3. La cosmología y la antropología teológicas de radical. El primer ímpetu fue el anabaptista,
Miguel Servet fueron una síntesis de materialismo resonante y denodado en países como Suiza (donde
democríteo y de idealismo filónico, a los cuales descolló Conrad Greben), los Países Bajos, etc. A
sumose una teoría de la luz (=fotología) en cuanto los Países Bajos adeudó, Europa, dos modalidades
formarum mater, de consuno materialista y conductualmente opugnantes del anabaptismo: la
espiritualista; una forma de la cual preexiste en los belígera y poligámica, liderada por los hermanos de
Dialoghi d’Amore (1535), de Yehuda Abrabanel. Münster (1533-1535), cuyo reino temporal instituyose
Desde la perspectiva del teólogo oscense, la luz es en Westfalia bajo la égida, primeramente, de Jan
la efulgencia propia de una idea energética, la cual Mathijs, y, ulteriormente, de Jan Beukels van Leiden;
es vivificante. La luz es el auténtico principio de y la pacifista, inspirada por el otrora presbítero
generación y de corrupción. Confiere, a lo existente, católico Meno Simonszoon, a quien los escritos
una cohesión basamental, y compórtase como la luteranos persuadieron de que no existe institución
forma substancial del conjunto (cf. M. Menéndez humana que pueda encadenar al alma. En conexión
y Pelayo, 1918: p. 97). En esta medida, añadimos con el anabaptismo italiano, hemos de precisar, con
nosotros, constituye un trasunto del pûr estoico, el Williams, que en su aplastante mayoría no abrigaba
cual otorga tónos a cuanto existe. grandes intereses en relación con los bautismos
pactual y penitencial, ni respecto de la excomunión,
instancia purificante de la congregación de los fieles
4. San Gregorio Magno, el último de los genuinos
elegidos. Ante todo, el anabaptismo italiano reparó
vicarios, solía nominar, al Imperator, Serenísimo
en la ineluctabilidad moral de la impugnación del
Señor; y a sí mismo, su siervo. En cambio, Gregorio
bautismo romano y pontifical.
VII fue un hombre ambicioso y malevolente.
Preponderó, en él, la libido dominandi. Los papas
han sido, inveteradamente, hegemonizados por la El segundo ímpetu fue el propio de los espiritualismos
referida libido (cf. Institutio Religionis Christianae, italiano y alemán. El italiano fue conspicuo en
MOYA: Acerca de J.Calvino... 243

relación con la crítica de la teología dogmática de 7. Miguel Servet y Revés fue, en acuerdo con Calvino,
la expiación, cuya sistematización fue inspirada un tristemente célebre entusiasta, zaherido por él
por san Anselmo de Bec (1033-1109), en el siglo como monstruo y como can.
XI de la era común. Los espiritualistas italianos
no otorgaron preponderancia a la contemplación
8. La reflexión intimista, la relevancia de la experiencia
mística ni, mucho menos, a la inspiración exegética,
personal, el poder de la revelación y la propensión
sino que, antes bien, enfatizaron los temas de la
mística son rasgos aproximantes de Valdés a la
predestinación, en orden a recusar las estricias del
religión personal, predicada tanto por Desiderio
predestinacionismo, y el sueño póstumo del alma, la
Erasmo Roterodamo como por algunos teólogos
cual, una vez sobrevenida la muerte del fiel, aguarda
luteranos (cf. A. Dueñas, 1986: p. 27).
en estado de psicosomnolencia a la resurrección de
la carne.
Juan de Valdés, en el Diálogo de Dotrina Christiana
(1529), escribió que el cristiano, una vez recibida el
En tercer lugar, cabe referirse al racionalismo
agua del bautismo, fúndase precipuamente sobre la
evangélico, aporte específicamente italiano. Los
fe y sobre la caridad. Procura vivir, en esta medida,
italianos, en efecto, operaron una síntesis del
a ejemplo de Jesucristo, pura y sinceramente (cf. J.
racionalismo crítico inherente a la vertiente italiana
del humanismo europeo, y de ingredientes selectos de Valdés, 1996: p. 12).
del anabaptismo y el espiritualismo (cf. G. H.
Williams, 1983: p. 595). 9. La ansiedad de Calvino también operó en un nivel
de mayor profundidad, y se expresó con mayor
El afamado heterodoxo Paulo Ricci, conocido radicalidad por conducto de su actitud ambivalente
como Lisia Fileno y Camillo Renato, se estableció en relación (temática) con el orden natural. En
en Padua el 1525. Próximo al espiritualismo algunas oportunidades, Calvino aferrose al concepto
italiano en su momento tnetopsiquista o, cuando de un orden natural, el cual confiere una cierta
menos, de afirmación del sueño póstumo del alma hospitalidad, quoad nos, al universo mundo y a la
(=psicopaniquismo), robusteció sus tesis según un naturaleza. No obstante, semejante concepto ubicose
sentido psicomortalista al establecer conexiones en las antípodas de su sentimiento, arraigado e
con la celebérrima Universidad de Padua (cf. G. indestructible, respecto de la incomprensibilidad
H. Williams, 1983: p. 601), alma mater pletórica divina y, correlativamente, la provisoriedad del
de adhesiones aristotélicas de carácter averroísta universo. Cf. W. Bouwsma, 1992: p. 48.
y alejandrista. Estas últimas, sistematizadas por
el mayor de todos los alejandristas renacentistas, 10. J. Calvino no hizo apoteosis de la ley hebrea,
scil.: el mantuano Pietro Pomponazzi, facultaron vetusta tradición judía cuyos orígenes radican en
para poner severamente en tela de juicio la
una economía rural pastoral del próximo oriente
pretendida inmortalidad anímica. Pomponazzi
(cf. A. McGrath, 1990: p. 158). El teólogo picardo
puso de manifiesto que la fe es el único grado
fue capaz de abordar las ceremonias de la ley
de asentimiento mediante el cual los agentes
hebrea en su condicionamiento histórico y cultural.
cognoscentes humanos pueden afirmar con
Incidentalmente refiriose, con idénticos términos,
legitimidad la eternidad de la vida.
a la prohibición relativa al préstamo de dinero con
intereses (cf. McGrath, 1990: p. 158).
C. Renato procedió a discernir conceptualmente el
anima del animus. El alma perece con el cuerpo.
Por añadidura, hagamos remarcar que el mérito de la
El ánimo, el cual equivale al alma en su dimensión
muerte de Jesucristo depende, fundamentalmente, del
racional (=anima rationalis); i. e., el alma en
valor depositado en ella por Dios. Henos en presencia
cuanto vehículo y soporte del intelecto agente
de una posición teológicamente voluntarista:
universal, pervive sempiternamente. Semejante
función no se persona sino en quienes han renacido
intelectivamente, o sea, los elegidos o fieles The merit of Christ’s death depended on the value
beatíficamente informados por el Espíritu Santo. God chose to assign it, rather than its intrinsic value.
This is perhaps one of the most important affinities
between Calvin’s thought and that of the later
La originalidad de C. Renato radica en el modo
medieval period (A. McGrath, 1990: p. 163).
peculiar según el cual edificó una antropología
y una escatología concordes con la doctrina
neotestamentaria, si bien es cierto que cimentadas La contribución práctica de Calvino puede
sobre el marco teórico proveído por la versión considerarse como acaecida dentro de dos dominios
médico-humanista del averroísmo (cf. G. H. distintos, scil.: el de la desincentivación de las
Williams, 1983: pp. 606, 607). actividades generadoras de capital, dentro del cual
244 Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. Costa Rica XXXIV (2): 229-248, 2010 / ISSN:0378-0473

Calvino removió contraestímulos; singularmente, presionó ni presiona para que se convirtiesen o se


el oprobio con el cual la generación de capital fue conviertan. De cierto, Dios permite o ha permitido
infamado durante el Medioevo; y el de la promoción que transcurriese el tiempo hasta el arribo del
de prácticas propicias a la emergencia del capitalismo momento oportuno. Solamente cuida, antes del
(cf. McGrath, 1990: pp. 233 y 240). instante de la conversión, de que los predestinados
no incurran en irremisibles blasfemias (cf. Institutio
Religionis Christianae, iii, xxiv, xi).
Dios ha concertado un pacto con los creyentes,
el cual garantiza la salvación bajo la condición
de que se efectúen determinados actos morales. 13. Contra los epicúreos (Si los númenes son potentes
Habiéndolos ejecutado, el creyente puede reposar y benignos, de dónde procede el mal) y, en general,
en la seguridad de que se cuenta entre los elegidos. contra todos aquellos que estiman imperioso recurrir
Con todo, semejante reposo es relativo, toda vez que a la teodicea, o sea, a la causa Dei asserta per
es frecuentemente interrumpido por la angustia (cf. iustitiam eius, san Pablo esgrimió la prosopopeya
McGrath, 1990: pp. 242, 243). del cáliz del alfarero (cf. la Epístola a los Romanos,
ix, xx-xxi). Cada una de las tres restantes opciones
disyuntivas (en el marco de una matriz lógica
El trabajo no fue inteligido por Calvino como un cuatrimembre) es, por supuesto, inadmisible:
empleo remunerado, sino como el uso diligente y
productivo de los propios talentos (cf. McGrath,
1. Que los dioses sean potentes y malignos
1990: p. 245). Calvino parece no haber hecho más
(moralmente impugnable).
que santificar las actitudes, políticas e instituciones
económicas de los ginebrinos. Empero, puede
razonablemente sugerirse que el nuevo ímpetu 2. Que los dioses sean impotentes y benignos
conferido al capitalismo y a la cultura empresarial (ontológicamente impugnable).
fue un resultado significativo de su obra (cf.
McGrath, 1990: p. 253). 3. Que los dioses sean impotentes y malignos
(ontológica y moralmente impugnable).
11. He aquí el concreto empleo del epíteto:
El ineludible J. Duns Escoto (1266-1308)
Pero estos charlatanes se ven bien embarazados reconoció, por cierto, que sí podemos argumentar
con una sola palabra del Apóstol. Él dice (Ef. 2, 20) filosofemáticamente en favor de la tesis de la divina
que la Iglesia es “edificada sobre el fundamento de potencia infinita. Semejante tesis es demostrable,
los Apóstoles y Profetas”. no debatible ni opinable, ni propugnable mediante
argumentos más o menos plausibles. Empero, que
Dios sea omnipotente es una proposición meramente
12. Sintomáticamente, el autor hizo referencia, en el credibilis (por vía pística).
Comentario de la epístola a los Romanos, capítulo
nono, comentario del versículo undécimo, a que
14. Contra el manido tópico de que la doctrina implica
la causa más próxima (o más cercana) de la
la afirmación de que actuar con rectitud –y no
reprobación es el hecho de que todos nosotros hemos
por modo inicuo- deviene, últimamente superfluo;
sido maldecidos en Adán (La causa más cercana argumento atañente a las consecuencias psicológicas
de la reprobación es que todos estamos malditos –o, por mejor decir, morales- de la predestinación (cf.
en Adán), por causa de cuyo pecado extraviose la Institutio Religionis Christianae, iii, xxi, i, iv), el autor
imagen impoluta de lo Divino alguna vez existente arguyó que, antes que propiciar la despreocupación
en la naturaleza humana. Ciertamente, como no se y la disolución –como calumniosamente declaran los
hubiese hecho mención de “más cercana”, habríamos impíos-, la doctrina de la predestinación esclarece a
de reformular la alusión al supralapsarismo y de los creyentes según el sentido de la obediencia y la
transfigurar a Calvino en un infralapsario. No mesura, no según el sentido del descomedimiento:
obstante, la expresión es indicial de que la maldición
es, meramente, una causa propincua o subalterna, en
Porque la Escritura no nos habla de la predestinación
absoluto la causa prima reprobationis.
para que nos permitamos demasiado atrevimiento, ni
para que presumamos con nuestra nefanda temeridad
Antes del llamamiento por Dios, los elegidos eran de escudriñar los inaccesibles decretos de Dios; sino
ovejas descarriadas. Con base en una incondicionada más bien para que con toda humildad y modestia
volición (decretante), Dios determinó librar, de aprendamos a temer su juicio y a ensalzar su
la sima del extravío y a partir de una massa misericordia (Institutio Religionis Christianae, iii,
damnationis, a aquellos, a quienes, por cierto, no xxiii, xii).
MOYA: Acerca de J.Calvino... 245

La doctrina robustece la fe de los creyentes (cf. 18. El espíritu que conduce a Dios a proceder de esta
Institutio Religionis Christianae, iii, xxiv, ix). manera es un espíritu de adopción (cf. Epístola a
los Romanos, viii, xv-xvi). El tema del sello y de
las arras de nuestra heredad aflora, como bien se
15. En conformidad con Calvino (cf. Institutio Religionis sabe, en la Epístola a los Efesios, i, xiii-xiv, y en la
Christianae, iii, iv, xxx), cuando san Pablo debió Segunda Epístola a los Corintios, i, xxii.
hacer mención de la redención de Cristo, apeló
al vocablo ‘apolytrosis’, el cual no solo significa
redención sino también rescate. El consejo divino permanece oculto. Con todo,
manifiéstase a los hijos de Dios. La divina adopción
confírmase en los cristianos. Cf. Institutio Religionis
16. El Apóstol proporcionó los ineludibles elementos de Christianae, iii, xxiv, iii.
juicio para redargüir a los extraviados pelagianos
y neopelagianos, entre ellos el Maestro de las
Sentencias, es decir, Pedro Lombardo, el Magister 19. Aprovechemos la ocasión para advertir de que
Sententiarum (1100-1160). En la Epístola a los Pedro Calderón de la Barca Henao de la Barreda
Romanos, capítulo octavo, versículo trigésimo, y Riaño (1600-1681), en el auto sacramental de la
se declara que Dios ha convocado a quienes ha Torre de Babilonia, hizo mención conminatoria de
quienes, analogados con los secuaces de Nimrod,
predestinado (=quienes han sido predestinados
pretenden escrutar las razones suficientes de los
han sido, eo ipso, convocados); ha justificado a
soberanos y latebrosos decretos del ente divino,
quienes ha convocado; ha glorificado a quienes ha
los cuales exceden cabalmente de cualesquiera
justificado. Así, pues, la predestinación es condición
esclarecimientos comprensivos de los cognoscentes
suficiente de la glorificación del fiel, toda vez
humanos. Atendamos a los versos del dramaturgo:
que la predestinación es condición suficiente de la
convocatoria o, por mejor decir, de la vocación; la
vocación, condición suficiente de la justificación Siendo figura esta torre,
(teologico sensu); y la justificación, finalmente,
condición suficiente del otorgamiento del bien Que el viento desvaneció,
sobrenatural de la gloria. Transcribamos el texto que
la Biblia de Jerusalén ha subintitulado “El plan de De todos cuantos soberbios
salvación”, que culmina con el versículo trigésimo:
Con osada presunción
Por lo demás, sabemos que en todas las cosas Pretenden examinar
interviene Dios para bien de los que le aman; de
aquellos que han sido llamados según su designio. Secretos que guarda Dios
Pues a los que de antemano conoció, también los
predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para (Auto sacramental La torre de Babilonia [P.
que fuera él el primogénito entre muchos hermanos; Calderón de la Barca, 1997: p. 178]).
y a los que predestinó, a esos también los justificó;
a los que justificó, a esos también los glorificó
20. En sí misma considerada, la Ley es la vía propia de
(Epístola a los Romanos, viii, xxviii-xx).
la vida eterna. Su incapacidad para procurar, a las
personas humanas, su salvación reside no en la Ley,
Contrariamente a lo implicado por la teodicea, la sino en la iniquitas humana (cf. Institutio Religionis
criatura no está, en absoluto, facultada para supeditar Christianae, iv, xiii, xiii). Semejante “ineptitud”
a Su Creador a principios nómicos; ni, mucho es, relativamente a la Ley, una denominación
menos, para someterlo a un contumelioso juicio extrínseca.
de residencia. Asimismo, el hombre no puede, con
legitimidad, reprender a Dios, toda vez que no puede 21. Así, pues, J. Calvino concibió la imposibilidad
cuestionar, como proceda píamente, la rectitud de la como modalidad extensionalmente definible, por
complexión que el ente sumo se ha servido conferir referencia a la sempiterna inexistencia de un objeto
a Su cosmos (cf. Institutio Religionis Christianae, ii, u estado de cosas. En esta medida, debe reconocerse
v, v). la imposibilidad de la humana autorredención.
No habrá, jamás, hombre plenariamente santo (cf.
Institutio Religionis Christianae, ii, vii, v).
17. El tema de la predestinación aflora, idénticamente,
en Hechos de los apóstoles, xiii, xlviii, toda vez que
en este lugar asevérase que creyeron todos aquellos 22. Ulteriormente, Calvino se entregó sistemáticamente
que estaban ordenados para la vida eterna. Cf. al examen de las siete causas de la poenitentia (cf.
Institutio Religionis Christianae, iii, xxiv, ii. Institutio Religionis christianae, iii, iii, x).
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En De Dogmatibus Ecclesiasticis, texto adscripto a Institutio Religionis Christianae, iv, vii, xxvi). La
san Agustín mas escrito por Gennadius [en el s. V potestad espiritual de la Iglesia consiste, antes bien,
de la era común]), se estableció que la satisfacción en la doctrina, en la facultad de legislar doctrina y en
penitencial supone la previa ruptura de las causae la jurisdicción; i. e., en la incontrovertible autoridad
poeccati. Así, pues, cabe colegir que en el siglo para instituir dogmas y para interpretarlos. Cf.
V, la opinión, sustentada hogaño por los católicos Institutio Religionis Christianae, iv, viii.
romanos, según la cual la satisfacción es una instancia
compensatoria de los pecados cometidos, no era
admitida (cf. Institutio Religionis Christianae, iii, iv, 28. El nuevo paradigma eclesiástico es el reformado o
xxxviii). evangélico, el cual difiere profundamente del católico
romano medioeval. Atendamos al organigrama (de
las iglesias comunales reformadas) pergeñado por
23. La divina bondad es munificente. Dios es, de cierto,
Hans Küng:
munífico con los Suyos. No solamente tiene por
Suyos a los fieles, sino también a su progenie. Cf.
Institutio Religionis Christianae, iv, xvi, xv. 1. El sínodo general.

24. Toda vez que solamente el Hijo de Dios hízose 2. Los sínodos provinciales.
hombre, exclusivamente él padeció la pena por
Sus fieles, sin comisión de demérito alguno. Cf. 3. El consistorio: Pastores + diáconos (=procuradores
Institutio Religionis Christianae, iii, v, iii. de pobres) + ancianos + doctores (=los cuatro
ministerios de la iglesia presbiterial).
25. El yerro de donatistas y de anabaptistas ha sido
suponer que la dignidad y la eficacia del sacramento 4. Los feligreses (cf. H. Küng, 2007: p. 589).
suponen el estado de gracia de quien lo ministra.
Contra los donatistas y los anabaptistas, Calvino N. b.: La venerable compañía está constituida por los
prorrumpió en una exaltada apología de la Iglesia. pastores y los doctores (cf. H. Küng, 2007: p. 586).
Aquellos, en efecto, no reconocen por Iglesia de
Cristo más que a la congregación constituida por Contrariamente, el paradigma católico-romano
todos aquellos en los cuales esplende la perfección medioeval es el siguiente:
evangélica. So pretexto de celo catártico, aniquilan
cuanto está edificado. Cf. Institutio Religionis
christianae, iv, xii, xii. 1. El papa.

2. El concilio ecuménico.
Sin retornar al encratismo de los exaltados, Calvino
recomendó, emulando al Apóstol de la Primera
3. Los cardenales.
Epístola a los Corintios, vii, v, la abstinencia (en
relación con el coito) durante unos ciertos intervalos,
con el deliberado propósito de entregarse, con plena 4. Los arzobispos y los obispos (=la instancia
libertad, al ayuno y a la oración (cf. Institutio episcopal).
Religionis christianae, iv, xii, xvi).
5. Los sacerdotes.
26. Al confutar a Miguel Serveto quatenus anabaptista,
J. Calvino palmariamente reconoció que detestaba 6. Los feligreses (cf. H. Küng, 2007: p. 588).
jugar con alegorías. Cf. Institutio Religionis
Christianae, iv, xvi, xxxi. El paradigma de la iglesia luterana, finalmente, es el
siguiente:

27. Los pontífices romanos, en cambio, liderados por


Inocencio III, se representaron la distribución de los 1. El soberano regional (v. gr., el ayuntamiento de
primados conforme con el orden exterior y el régimen una ciudad).
imperial. Cf. Institutio Religionis Christianae, iv,
vii, xii. 2. El superintendente.

Habida cuenta de lo patentizado censoriamente por 3. Los pastores.


Calvino, es palmario que la figura del pontífice
romano es contraria a todo el orden eclesiástico (cf. 4. Los feligreses (cf. H. Küng, 2007: p. 589).
MOYA: Acerca de J.Calvino... 247

29. La regla del temor de Dios dicta que solamente la Journal of the History of Ideas. Arthur
mano divina es quien mesura y dirige. La divina mano
Lovejoy at seventy-five: Reason at Work,
no actúa irracionalmente, sino en plena conformidad
con una perfecta justicia, según la cual Dios dispensa Volume 9, Number 4 (October 1948), pp.
tanto el bien cuanto el mal (cf. Institutio Religionis 447-471.
Christianae, iii, vii, x). A pesar de lo anterior, el
autor, quien fue un erudito conocedor de los textos
Bevan, Frances. La vida de Guillermo Farel.
senequianos, refiriose a la máxima del seguimiento
de lo Divino; significativa de que, en medio de 1988. Terrassa, Libros CLIE, Colección
la adversidad, hemos de prodigar esfuerzos (cf. “Clásicos Evangélicos”.
Institutio Religionis Christianae, iii, viii, iv). El
Señor, en efecto, honra a sus fieles (=les guerriers
de Dieu) con las insignias de quienes pueden luchar Boettner, Loraine. 2003. La predestinación.
bajo su lábaro (cf. Institutio Religionis Christianae, Traducción de Manuel E. Gómez. Grand
iii, viii, vii).
Rapids, Michigan: Libros Desafío, CRC
World Literatura Ministries.
Como deseemos ser discípulos de Cristo, es imperioso
que nuestro corazón esté repleto de obediencia
y de reverencia hacia Dios, en forma tal que sea Bouwsma, William J. 1992. Giovanni Calvino.
suficiente para subyugar a los afectos contrarios Traduzione di Aldo Comba. Bari: Laterza,
todos (cf. Institutio Religionis Christianae, iii, viii,
Collezione “Storica”.
x). La causa precipua para soportar la cruz es la
consideración de la divina voluntad. Cf. Institutio
Religionis Christianae, iii, viii, xi. Calderón de la Barca Henao de la Barreda y
Riaño, Pedro. 1997. Autos sacramentales.
Tomo II. Edición y prólogo de Enrique
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al castellano, por Eloíno Nácar Fuster Calvino, Juan. 1995. Comentario de Calvino
y Alberto Colunga, O. P. Prólogo del sobre Romanos. Traducción de Claudio
cardenal Gaetano Cicognani, Décima Gutiérrez Marín, autorizada por la
cuarta edición. Madrid: La Editorial Sociedad Calvinista de Francia, editora
Católica, S. A., Biblioteca de Autores de la versión en francés moderno, Texto
aprobado por Jules-Marcel Nicole, y por
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(siglos XIV-XVII). México, D. F.: Fondo Sección de Obras de Historia.

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