Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
a) Daño endotelial.
b) Destrucción de plaquetas o eritrocitos.
c) Destrucción tisular y liberación de factor tisular.
d) Presencia de enzimas activadoras de la coagulación en el torrente sanguíneo
El cuadro clínico está dado por la rapidez con que se establece el síndrome, el
grado de consumo de plaquetas y factores procoagulantes y por la importancia de
la fibrinólisis. El sangrado es la manifestación más común y puede ser dramático o
insidioso; en forma de púrpura, hematomas o hemorragias; a través de heridas
quirúrgicas, sitios de venopunción, mucosas o vísceras.
Es común el sangrado por más de una vía. En otros casos el cuadro es de púrpura
fulminante, mezcla de sangrado y trombosis; la acrocianosis está presente y no es
excepcional encontrar trombosis vasculares que precipiten choque o colapso
circulatorio.
Diagnostico
No existe ningún dato patognomónico del síndrome, son los datos clínicos, las
pruebas de hemostasis y la respuesta al tratamiento lo que permite establecer el
diagnóstico. Debe sospecharse su aparición cuando el curso clínico de los
padecimientos enunciados en la fi siopatogenia se agrave sin causa aparente. Las
pruebas del laboratorio, auxiliares del diagnóstico, se dividen en presuntivas y
confirmatorias.
Entre las primeras están el tiempo de protrombina y de tromboplastina parcial
alargados, el fibrinógeno y plaquetas abatidas. Las confirmatorias son: el tiempo
de trombina alargado, monómeros de fibrina o lisis de euglobulina positivos y
productos de degradación del fibrinógeno/fi brina elevados.
Se puede establecer el diagnóstico de CID cuando tres pruebas presuntivas son
anormales o con 2 presuntivas y 1 confirmatoria. Las pruebas presuntivas
traducen el estado de los factores de la coagulación y las plaquetas y las
confirmatorias, fibrinólisis anormal. El dímero D es una prueba confiable de
fibrinólisis. Las determinaciones del complejo trombina/antitrombina (TAT),
plasmina/antiplasmina (PAP), la dosificación de plasminógeno y de antitrombina III
son complejas y de utilidad marginal.
Cuando el cuadro es sugerente y el laboratorio no lo confirma, deben repetirse las
pruebas. En la sangre periférica es habitual encontrar eritrocitos fragmentados. El
cuadro debe diferenciarse de las trombocitopenias de cualquier origen, de
defectos de factores de la coagulación congénitos o adquiridos y de la
insuficiencia hepática.
En el neonato se ha descrito un cuadro de púrpura fulminante debido a la
deficiencia de proteína C y no secundario a CID como se había supuesto. Se
maneja con la reposición de proteína C y no cede con heparina. En la púrpura
trombocitopénica trombótica y el síndrome hemolítico urémico, predominan los
fenómenos trombóticos y se caracterizan por el depósito de fi brina subendotelial y
trombocitopenia; el resto de las pruebas de hemostasis suelen ser normales o
negativas.
Tratamiento
Corregir la causa primaria.
Mejorar la perfusión tisular, tratando además el desequilibrio
hidroelectrolítico.
Reponer, en su caso, el volumen sanguíneo.
Actuar sobre la CID a través de:
a) Reponer plaquetas y factores de la coagulación con sangre, plasma fresco o
plasma fresco congelado.
b) Aplicación de heparina endovenosa, 100 U/kg de peso, dosis inicial, y luego el
50% de la dosis inicial cada 4 h, o bien 10 a 15 U/kg peso/h en infusión continua.
El tratamiento con heparina debe prolongarse 24 h. Aplicar heparina sin haber
repuesto los factores consumidos o sin corregir las condiciones hemodinámicas
del paciente, anticipan una falla en el tratamiento. La heparina no se debe emplear
si no se ha confirmado el diagnóstico con el laboratorio.
c) La sangre y el plasma frescos se usan para corregir las cifras de hemoglobina,
elevar el volumen sanguíneo y reponer los factores de coagulación. En ocasiones,
la trombocitopenia tiene la magnitud suficiente para requerir transfusiones
plaquetarias; lo mismo puede decirse de los factores VIII, V y XIII. La utilidad de
las heparinas de bajo peso molecular es cuestionable.
Anemia del prematuro
La anemia de la prematuridad es aquella que aparece asociada al RNPt
(generalmente <32 semanas) y es típicamente normocítica, normocrómica e
hiporegenerativa.
Se caracteriza por niveles bajos de eritropoyetina (Epo) y ser “nutricionalmente
insensible”, sin respuesta a hierro, folato o vitamina E.
Etiología
La anemia fisiológica del recién nacido y la anemia de la prematuridad son las dos
causas más frecuentes de anemia en los neonatos. Es importante recalcar que la
anemia neonatal está fuertemente relacionada con la cantidad de sangre extraída
para procedimientos diagnósticos, especialmente en los niños de extremado bajo
peso al nacer
La clasificación según las distintas causas de anemia en el neonato:
Período neonatal
Enfermedad hemorrágica del recién nacido
Intracraneal: en relación con prematuridad, segundo gemelo, parto de
nalgas o parto rápido, hipoxia
Cefalohematoma masivo, hemorragia subgaleal o caput hemorrágico
Retroperitoneal: renal o suprarrenal
Rotura hepática o esplénica
Gastrointestinal: ulcus, enterocolitis necrosante, sonda nasogástrica
(descartar deglución de sangre materna)
Umbilical
Anemia iatrogenia (extracciones múltiples, sobre todo en el prematuro)
Aumento de la destrucción de hematíes
Anemia hemolítica inmune (incompatibilidad grupo ABO y Rh, enfermedad
autoinmune materna, lupus eritematoso sistémico, anemia hemolítica
autoinmune, inducida por fármacos como ácido valproico, penicilina)
Alteraciones enzimáticas (déficit glucosa-6-fosfato DH, déficit de
piruvatocinasa)
Defectos en la membrana de los hematíes (esferocitosis, eliptocitosis)
Hemoglobinopatías (síndromes tala sémicos)
Infecciones (sepsis bacterianas o víricas, infecciones congénitas [TORCH])
Alteraciones mecánicas de hematíes (CID, hemangiomas)
Carencia de vitamina E Metabolopatías (galactosemia, osteopetrosis)
Anemia hipoplásica
Anemia hipoplásica fisiológica: en el RN a término (6.a12.a semana de
vida), en el RN prematuro (4.a-10.a semana de vida)
Anemia aplásica congénita: anemia de Blackfand-Diamond, anemia de
Fanconi, diseritropoyética, Estren-Damesheck, aplasia idiopática
Anemia aplásica secundaria: leucemia congénita, infecciones (rubéola,
parvovirus B19), Albers-Schonberg, Benjamín, anemia postransfusión
(extrauterina o intrauterina por isoinmunización).
Manifestaciones clínicas
El signo más frecuente es la palidez de piel y mucosas (además de ictericia en la
anemia hemolítica). Según la etiología y la velocidad de instauración se
acompañará de otras manifestaciones. Así pues, en la anemia aguda con gran
pérdida de volumen aparece clínica de hipovolemia y shock, con signos de
insuficiencia respiratoria (taquipnea, distrés) y cardíaca (taquicardia, hipotensión,
disminución de presión venosa central), mala perfusión periférica y acidosis
metabólica. En la anemia hemorrágica crónica predomina la palidez, con escasa o
ausente sintomatología respiratoria y hemodinámica. En la anemia hemolítica
crónica aparece ictericia además de la palidez, así como hepatoesplenomegalia
por aumento de los focos eritropoyéticos extramedulares. Por último, en la anemia
del prematuro puede observarse fatiga en la alimentación, estacionamiento
ponderal, taquipnea, taquicardia, apneas, aumento del requerimiento de oxígeno
(posprandial, por apneas) y acidosis metabólica.
Diagnóstico
Tratamiento
Fisiopatología
Se acepta que la ictericia se presenta cuando la BI alcanza cifras de 3 mg/dL. El
catabolismo de 1 g de hemoglobina produce 35 mg de bilirrubina, la cual circula en
el torrente sanguíneo unida a albúmina. El RN normal produce de 6 a 8 mg de
bilirrubina por kg de peso en 24 h, lo que es aproximadamente dos veces y media
la producción del adulto.
En los últimos años, se ha descubierto la actividad de la enzima hemoxigenasa,
que actúa abriendo el puente alfametano del núcleo hem, esto conduce a la
aparición de la biliverdina, sobre la cual actúa la enzima biliverdina reductasa, con
la formación posterior de BI o no conjugada; ésta circula en el espacio
intravascular unida a las proteínas sanguíneas; su forma de fijación con la
albúmina aún no es bien conocida.
La capacidad de fijación de la albúmina disminuye: en los estados de acidosis, con
la administración excesiva de algunos fármacos (sulfonamidas, salicilatos,
fenilbutoazona, ceftriaxona y otros), con el medio de contraste para colangiografía,
con ácidos grasos libres. En algunos casos, la excesiva cantidad de BI circulante
satura la capacidad de fijación de la albúmina, por lo que aparece bilirrubina no
conjugada libre, que se difunde rápidamente al espacio extracelular, puede
atravesar la barrera hematoencefálica y ocasionar fenómenos de toxicidad al nivel
de la célula nerviosa.
En la conjugación hepática de la bilirrubina (fi gura 6-15) entran en juego, desde el
punto de vista anatómico: el plasma, el hepatocito y el intestino en donde se lleva
a cabo la siguiente secuencia: la BI ligada a la albúmina y que circula en el plasma
llega a las sinusoides hepáticas y penetra en el hepatocito. En el interior es
captada por las proteínas receptoras “Y” y “Z”. Aquí es conjugada con ácido
glucurónico por acción de la enzima glucoronil transferasa. Se transforma así en
BD o conjugada, que se caracteriza por ser soluble en agua y no difundir a través
de las membranas celulares por lo que no es neurotóxica. La excreción de la BD
es un proceso de transporte activo que pasa a través de la membrana del
hepatocito a los canalículos biliares y conjuntamente con la bilis llega al intestino.
La BD que llega al intestino es en parte eliminada por las evacuaciones, previa
transformación en urobilinógeno, por la acción de las bacterias y en parte
reabsorbida pasando nuevamente a la circulación, luego de haber sido
desconjugada del ácido glucurónico en el intestino por acción de la enzima β-
glucoronidasa. La BI o no conjugada se reabsorbe hacia la circulación portal y
puede requerir una nueva conjugación hepática.
Manifestación clínica
Tratamiento
Ictericia fisiológica
No requiere tratamiento, sí controles analíticos para descartar una ictericia
patológica. Se aconseja la exposición del RN a una luz solar indirecta.
Ictericia secundaria a lactancia materna
Observación o fototerapia. Se recomienda exponer al neonato a la luz solar
indirecta y no está justificada la retirada de la lactancia materna.
Ictericia patológica
Fototerapia Indicada cuando los niveles de bilirrubina superan un
determinado valor para las horas de vida y el peso al nacimiento y en
RNMBP, de forma profiláctica, para disminuir la necesidad de
exanguinotransfusiones.
Enfriamiento neonatal
La Organización Mundial de la Salud define la hipotermia como la temperatura
central < 36,5 °C. En los recién nacidos prematuros, la hipotermia aumenta la
morbilidad y la mortalidad. La hipotermia puede ser exclusivamente ambiental o
representar una enfermedad intercurrente (sepsis). Mantener una temperatura
ambiental adecuada en la sala de partos o en la sala de operaciones es
fundamental para prevenir la hipotermia neonatal. Los lactantes hipotérmicos
deben ser recalentados y cualquier condición subyacente debe ser diagnosticada
y tratada.
Etiología
Los factores ambientales, los trastornos que alteran la termorregulación (p.
ej., sepsis, hemorragia intracraneal, abstinencia de drogas) o una combinación
de ellos pueden provocar hipotermia. Los factores de riesgo de hipotermia
incluyen el parto en un área con una temperatura ambiental por debajo de los
niveles recomendados, hipertensión materna, parto por cesárea, y
baja puntuación de Apgar.
Fisiopatología
Manifestación clínica
Cuerpo frío al tacto, cianosis central y/o acrocianosis (existe después de las
primeras horas de vida) aumento del requerimiento de oxígeno Respiraciones
irregulares y/o apnea / Taquipnea Intolerancia alimentaria Distensión abdominal,
aumento del residuo gástrico Bradicardia, mala perfusión periférica, disminución
de la actividad Letargia / Irritabilidad, disminución de los reflejos. Hipotonía, Llanto
débil, Succión débil, Hipoglucemia, Edema, Dificultad para descansar.
Diagnostico
Tratamiento
Recalentamiento en una incubadora o bajo una fuente de calor radiante
Hiperinsulinismo
Defecto de la liberación de hormonas contrarreguladoras (hormona de
crecimiento, corticosteroides, glucagón, catecolaminas)
Trastornos hereditarios del metabolismo (glucogenosis, trastornos de la
gluconeogénesis, trastornos de la oxidación de los ácidos grasos)
Fisiopatología
Diagnostico
Tratamiento
Etiología
Ingesta insuficiente de leche durante los primeros días de vida ocasionada por la
escasa secreción de leche materna. Se distinguen, desde un punto de vista
cronológico dos tipos fundamentales: a) Hipocalcemia de comienzo precoz
(primeras 72 h de vida).
Diagnostico
Etiología
Fisiopatología
Manifestaciones clínicas
Diagnóstico
Tratamiento
Tratamiento médico
Supresión de la alimentación
sonda gástrica abierta o con aspiración suave e intermitente
Obtención de muestras para cultivos microbiológicos
Iniciar tratamiento antibiótico de amplio espectro (contemplar los gérmenes
más frecuentes en cada unidad y su sensibilidad). Cubrir anaerobios en
caso de neumoperitoneo
Monitorización cardiorrespiratoria, saturación de Hb, control de tensión
arterial
Balance de líquidos: diuresis, pérdidas por drenajes. Contemplar pérdidas a
tercer espacio g.- soporte cardiovascular (líquidos, drogas vasoactivas).
Beneficio de eficacia no totalmente probada de dopamina a dosis bajas (2-3
mcg/Kg/m) para mejorar el flujo mesentérico y renal
Soporte respiratorio que garantice un intercambio gaseoso adecuado.
Tendencia a retención de CO2 por gran distensión abdominal
Soporte hematológico: concentrados de hematíes, plasma, plaquetas
Tratamiento quirúrgico:
Drenaje peritoneal